Redalyc.Migración y subcontratación laboral de la comunidad ...

Sociológica

ISSN: 0187-0173

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Universidad Autónoma Metropolitana

México

Rocha Romero, David

Migración y subcontratación laboral de la comunidad mexicana inmigrante en Aurora, Illinois

Sociológica, vol. 21, núm. 60, enero-abril, 2006, pp. 109-141

Universidad Autónoma Metropolitana

Distrito Federal, México

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Sociológica, año 21, número 60, enero-abril de 2006, pp. 109-142Fecha de recepción 15/11/04, fecha de aceptación 31/10/05

Migración y subcontratación laboralde la comunidad mexicana inmigrante

en Aurora, IllinoisDavid Rocha Romero*

RESUMENLos mexicanos llegaron a Chicago y a algunos de sus suburbios, como Aurora, hace más

de cien años, con lo cual el perfil demográfico de Aurora se ha ido transformando, vol-

viéndose más mexicano. De la misma forma, los mecanismos de inserción laboral han

cambiado: se pasó del enganche a principios del siglo XX a la subcontratación a finales

del mismo. Los inmigrantes mexicanos que buscan empleos en la manufactura y los ser-

vicios encuentran en la subcontratación un mecanismo de inserción laboral que ayuda

a sortear la estrechéz del mercado laboral local, al mismo tiempo que incrementa su ines-

tabilidad laboral y salarial. Los trabajadores mexicanos inmigrantes son los que más re-

sienten las relaciones laborales de la nueva economía mundial.

PALABRAS CLAVE: Aurora, trabajadores mexicanos inmigrantes, redes sociales, subcon-

tratación, inserción laboral, condiciones laborales, flexibilización.

ABSTRACTMexicans arrived in Chicago and some of its suburbs like Aurora, more than one hundred

years ago, changing Aurora’s demographic profile, making it more Mexican. Similarly,

mechanisms for entering the labor market have changed. Mexican immigrants seeking

work in manufacturing and services find that subcontracting is a mechanism for getting

a job that helps overcome the narrowness of the local labor market, although at the same

time it increases their labor and wage instability. Mexican immigrant workers are the

ones hardest hit by labor relations in the new world economy.

KEY WORDS: Aurora, Mexican immigrant workers, social networks, subcontracting,

insertion in the labor market, working conditions, flexibility

* Doctor en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Relaciones Inernacionales por laUniversidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: [email protected]

David Rocha Romero 13/3/06 5:16 PM Page 109

INTRODUCCIÓN

EL PRESENTE ARTÍCULO RECOGE elementos importantes relativos ala historia de la migración mexicana al Medio Oeste, particularmentea Aurora, un suburbio de Chicago, actualmente la segunda ciudadmás grande del estado de Illinois. Además se analizan, como un as-pecto fundamental, las condiciones laborales de los trabajadores me-xicanos inmigrantes en Aurora, las cuales han resultado del mecanis-mo de inserción laboral. El artículo se centra en la subcontrataciónlaboral, misma que se considera consecuencia de las relaciones labo-rales en la nueva economía mundial.

La transformación del perfil demográfico de la región metropo-litana de la ciudad de Chicago se relaciona directamente con las trans-formaciones de su geografía económica. Los mexicanos llegaron a esaciudad y a algunos de sus suburbios, como Aurora, por la demanda delos empleadores, principalmente de la industria ferrocarrilera. Así,aumentaban y disminuían los contingentes de inmigrantes según lascondiciones económicas y las necesidades de los empleadores.

La reestructuración de los modos de producción, que se suscitó enlas últimas tres décadas del siglo XX como resultado de las crisis eco-nómicas mundiales y del avance en las tecnologías de la información,la comunicación y el transporte, ha posibilitado el desarrollo de meca-nismos de producción flexibles, mismos que han permitido reubicarla producción fuera de las aglomeraciones industriales tradicionales(Chicago), así como instrumentar nuevas relaciones laborales.

Debido a esta reubicación industrial (Raijman y Tienda, 1999: 250),se reorientaron los flujos de la inmigración, y ahora los suburbios

110 D a v i d R o c h a R o m e r o


captan proporcionalmente un mayor número de inmigrantes que laciudad de Chicago (Ready y Brown-Gort, 2005). Tal como sucedióa finales del siglo XIX e inicios del XX, la densidad de los flujos migra-torios depende de la oferta de trabajo, pero ahora los mecanismos deinserción laboral de los mexicanos en el mercado de trabajo local sondistintos: se pasó del enganche, en el que representantes de los emplea-dores contrataban a trabajadores mexicanos incluso desde su país deorigen, a procedimientos de contratación de mano de obra mexicanapor medio de redes sociales entre inmigrantes y por la subcontrata-ción del empleo. Aunque esta última aminora los costos de la contra-tación de personal que tenían que asumir los empleadores, para lostrabajadores resulta en condiciones precarias de estabilidad laboral,disminución de sus derechos y su seguridad en el empleo, aunado ala disminución de salarios, lo que significa la reproducción de las con-diciones de pobreza y marginación entre la comunidad mexicana in-migrante en la región del Medio Oeste de Estados Unidos.

En el horizonte de la migración mexicana a Estados Unidos, el es-tudio de las redes sociales que conforman el capital social (Massey,Durand y Malone, 2002: 19) ha ocupado un lugar cada vez más re-levante para entender su masividad y continuidad, así como se haconvertido en un elemento fundamental para comprender la inserciónlaboral. Por medio de la ayuda de los amigos, parientes y conocidos,los inmigrantes van llenando los puestos de trabajo y constituyendonichos laborales, que es donde los integrantes de una comunidadestán sobrerrepresentados en una cierta actividad económica.

La literatura refiere la importancia de las redes sociales de los inmi-grantes para insertarse en el mercado de trabajo (Pérez Monterrosas,2003: 151; Zamudio, 2003: 89). Este mecanismo explica parcialmentelos fenómenos de sobrerrepresentación laboral, y resulta parte im-portante también de la subcontratación. Este fenómeno, que ha sidomenos estudiado, constituye una porción del mosaico de estrategiaspara la inserción laboral que va ganando terreno.

Dada la falta de información disponible sobre el funcionamientode las agencias de subcontratación y de la relación laboral que tienencon los inmigrantes mexicanos, y para entender el fenómeno de lasubcontratación laboral desde adentro, se inició un estudio etnográ-fico con base en entrevistas con trabajadores mexicanos en la ciudadde Aurora, cuyo propósito fue conocer de primera mano cómo re-percute este peculiar mecanismo en el desarrollo socioeconómico

Subcontratación laboral de mexicanos en Aurora 111


de la comunidad mexicana inmigrante y cuáles son las experienciasvividas por los trabajadores en un mercado laboral del cual son cadavez más excluidos.

La investigación de campo se realizó desde el 1° de julio de 2004hasta el 30 de agosto del mismo año, periodo durante el cual se en-trevistó a diez personas que consiguieron trabajo por medio de lasubcontratación. Las conversaciones, más que seguir un guión pre-determinado, se orientaban a la narración de la experiencia laboralvivida en las agencias de subcontratación a partir de algunas pregun-tas eje: ¿cómo se entero de la agencia?, ¿cómo considera el trabajoque realiza?, ¿qué tipo de trabajo realiza?, ¿cómo considera que estratado en su empleo?, ¿considera que tiene alguna seguridad en elempleo?, ¿tiene salario semanal?, ¿cuál es su frecuencia de rotación?,¿tiene conocimiento del inglés?

LA MIGRACIÓN DE MEXICANOS AL MEDIO OESTE

DE ESTADOS UNIDOS, PASADO Y PRESENTE

La migración de mexicanos al Medio Oeste de Estados Unidos, prin-cipalmente del Occidente de México: Jalisco, Michoacán y Guanajua-to (Necoechea, 1987: 4) data de finales del siglo XIX, es decir, confor-ma una larga historia de mano de obra mexicana que ha trabajado enindustrias que transformaron el perfil económico de Estados Unidos.En este sentido, la historia de la ciudad de Chicago nos recuerda laimportancia que tuvo la migración mexicana a una zona que se con-vertiría, después de la segunda mitad del siglo XIX, en el motor dedesarrollo tecnológico y económico de la nación.

Chicago, como otras ciudades de Estados Unidos, se formó coninmigrantes de diversas partes del mundo. Después de su fundación,en 1830, la inmigración aumentó de manera explosiva y produjo nosólo un crecimiento demográfico, sino económico, que tuvo como con-secuencia que la época estuviera marcada por la disputa entre losnativos y los que constantemente llegaban. Así, regularmente se cul-paba a un grupo étnico de todos los problemas sociales que aqueja-ban a la ciudad: los anglos nativos y protestantes discriminaban yseñalaban a los irlandeses católicos, los cuales arremetían contra losnegros u otros inmigrantes de Europa del Este, como los húngaros(Stier y Tienda, 2002: 29). Después, el odio se volcó contra los alema-



nes, los escandinavos, los franceses y otros grupos, y todo el siglo XIX

transcurrió en Chicago entre conflictos interétnicos. Sin embargo,la presencia de latinos, particularmente mexicana, fue nula hasta finalesdel siglo.

Chicago inició el siglo XX con conflictos sociales causados por odiosraciales. El 27 de julio de 1919 un joven negro que nadaba en unaplaya del Lago Michigan reservada para blancos fue apedreado yahogado. Más tarde, cuando la policía se rehusó a actuar contra losresponsables se inició la violencia en la playa que se expandió a laciudad por varios días. Los disturbios interraciales resultaron en 38muertes, 537 enjuiciados y mil familias negras sin hogar. Este episo-dio es considerado como el punto más álgido de las tensiones racialesentre la comunidad negra y la población blanca, principalmente con-formada por irlandeses (Abu-Lughod, 1999: 116).

De los latinos, los mexicanos fueron los primeros en llegar a laregión; las otras dos comunidades que se encuentran fuertemente re-presentadas, los puertorriqueños y los cubanos, se instalaron poste-riormente. Los primeros, por ejemplo, arribaron a partir de 1946,cuando una agencia de empleo de Chicago, en coordinación con elDepartamento del Trabajo del gobierno de Puerto Rico, reclutó isle-ños para laborar en fundidoras y en trabajos domésticos. A partir delos cincuenta, la migración de puertorriqueños se aceleró. En cam-bio, la inmigración cubana fue diferente: llegaron al Medio Oesteen una oleada considerable a partir de 1960, como profesionistas ycomerciantes (Betancur, Córdova y Torres, 1993: 119-122).

Desde finales del siglo XIX la tecnología del ferrocarril dio la im-presión de que el mundo era más pequeño (Briggs y Burke, 2002: 142)1

y permitió el traslado masivo de mexicanos al norte de Estados Unidos,sorteando así las dificultades que presentaban los grandes y hostilesdesiertos de Sonora, Arizona y Texas. En 1884, el centro ferroviario deEl Paso, Texas, conectaba a los trabajadores mexicanos –cuya motiva-ción para emigrar al norte, no cabe duda, era la inmensa pobreza en queestaba sumida la gran mayoría de los campesinos en México–, conlugares tan distantes como Chicago (Cardoso, 1987: 45).


1 En Estados Unidos, el incremento de vías férreas fue sorprendente y representó un triunfo delos hombres en dominar el espacio. En mayo de 1869 se colocó una estaca de oro donde seunieron dos locomotoras, una que llegaba del Este y otra que venía del Oeste, para señalar laculminación del primer ferrocarril transcontinental. Desde entonces, la noción del mundose empezó a transformar.


En contraste con la pobreza y la inestabilidad tanto política comosocial que existía en México, Estados Unidos salía de la guerra civilcon un modelo de desarrollo económico industrial urgido de abun-dante mano de obra. No sólo de 1870 a 1920 se dio “un salto gigan-tesco en poder, velocidad, energía y adaptabilidad, especialmente enla producción de acero” (Abu-Lughod, 1999: 116), sino que “la ex-pansión industrial a finales del siglo XIX y principios del siglo XX

trajo consigo una fenomenal tasa de urbanización en el corazón deEstados Unidos, liderada por Chicago, Detroit, Milwaukee, Kansas,Missouri y Minneapolis” (Valdés, 2000: 22-86). De esta forma, afinales del siglo XIX Chicago se convertía en el mayor centro ferro-viario del mundo y de Estados Unidos, y hacia 1910 se había vueltola segunda ciudad más grande de la nación y la capital de la manu-factura (Betancur, Córdova y Torres, 1993: 109).

En este contexto, la construcción de ferrocarriles requería de mi-les de trabajadores para operar los trenes y mantener los caminos,y las plantas de automóviles y de acero necesitaban aún de más obre-ros. Particularmente, el sistema ferroviario crecía aceleradamente,conectando a ciudades en procesos de urbanización e industrializa-ción, por lo que precisaba de una gran cantidad de mano de obra,necesidad que encontró respuesta en la disponibilidad de miles demexicanos para trasladarse al norte. Por ello, muchas comunidadesmexicanas se establecieron por donde se iban tendiendo las vías deltren. En Aurora, Illinois, muchos fueron atraídos por la BurlingtonRailroad, con el fin de emplearse en tiendas, bodegas o en la fundi-ción (Valdés, 2000: 22). Minnesota, Indiana, Illinois, Kansas, Missouri,Michigan y Nebraska vieron crecer las comunidades mexicanas enla primera década del siglo XX. Tal aumento correspondió a las carac-terísticas socioeconómicas de cada región. Por ello, las comunidadesmexicanas tienen historias diferentes en cada una de ellas. En el casode Illinois, y concretamente en Chicago, el incremento fue muy rá-pido por la oferta laboral permanente que ofrecía ya que, concluidoel trabajo para el cual habían sido contratados, los mexicanos podíanquedarse en la ciudad de Chicago, pues existían más opciones paracontinuar empleados, como la industria procesadora de alimentos,particularmente las empacadoras de carne (Cruz, 2004: 231), quecontrató a miles de trabajadores.

En los años veinte el cinturón industrial se extendió al sur del lagoMichigan. Esta región era la mayor productora de acero de la nación,



ya que en esos años el estado de Michigan producía más automóvilesque el resto del mundo en su conjunto y los trabajadores represen-taban el mayor mercado para los productos alimenticios.

Con la entrada de Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial en1917 se requirió de una importante cantidad de mano de obra, tantoen el campo como en la industria, que sustituyera a la que partía parala guerra. Además, coincidente con el inicio de la guerra, la agroin-dustria en los estados sureños de la Unión observó un desarrollo im-portante que precisó también de abundante mano de obra, la cualpreferentemente se solicitaba en México. Esta necesidad de fuerzade trabajo mexicana provocó que muchos empleadores estadouniden-ses se pronunciaran a favor de cambiar las leyes migratorias, que paramuchos resultaban un obstáculo para traer a los trabajadores. Así, secabildeó para que la ley, que no permitía la entrada de hombres anal-fabetas, se derogara, igual que el pago de ocho dólares por cadatrabajador que cruzara la frontera.

Algunas leyes migratorias se modificaron y se permitió la entra-da de miles de mexicanos. El 23 de mayo de 1917 el secretario Wilson,ante las constantes peticiones de los empleadores y la emergencianacional que prevalecía, exentó a los trabajadores agrícolas mexica-nos de la prueba de alfabetización impuesta por la ley de migración.Según informes del comisionado general de Migración, de 1916 a1918 ocurrieron 326,732 cruces legales de trabajadores mexicanos(Alanís, 1999: 16). Los obreros nativos de diversas industrias del nor-te fueron remplazados por mexicanos, ya que también la migracióneuropea había disminuido a causa de la guerra. No fueron los esta-dos sureños los únicos beneficiados con la importación de mano deobra barata: Chicago fue una de las ciudades que en mayor medidalo fue, y no sólo en la industria. Se sabe que esta ciudad ocupó a cercade 15 mil trabajadores mexicanos para la cosecha de trigo.

El ambiente bélico de la época (Vázquez y Meyer, 2003: 141)2

y la lucha armada que aún prevalecía en México propiciaron unafrontera vigilada que no siempre permitía el libre ingreso de los tra-


2 A partir de marzo de 1916 la tensión entre México y Estados Unidos creció. Como resulta-do del ataque de unos 400 villistas al pueblo de Columbus, Nuevo México, el general JohnPershing inició una expedición con 4,800 hombres, la cual duraría más de diez meses, paracapturar a Francisco Villa. La situación provocó un ambiente hostil entre las tropas esta-dounidenses y los ciudadanos mexicanos, resultando en bajas de ambos lados, más cuantiosasdel lado mexicano. Chihuahua representaba entonces una región hostil para los trabajadoresmexicanos migrantes.


bajadores; por esta razón, desde entonces se dio la migración ilegalpor cruces clandestinos.

A pesar de las restricciones, los mexicanos significaban una pro-porción importante de la mano de obra en industrias clave del de-sarrollo. En Chicago, el barrio mexicano apareció hacia 1916: en sumayoría lo conformaban trabajadores traídos por ferrocarril, quienesconstituían 43% de los obreros empleados en las compañías ferro-viarias de la región de Chicago-Gary. Hacia 1926 sumaban ya el14% de la fuerza laboral contratada en las compañías de acero deChicago. La población de mexicanos en la ciudad pasó de 1,224 en1920 a 19,362 en 1930. A nivel nacional era la cuarta en número,sólo después de Los Ángeles, en California, y de San Antonio y El Paso,en Texas. De hecho, se consideraba que hacia los años veinte habíaunos 58 mil mexicanos viviendo en el Medio Oeste (Betancur, Cór-dova y Torres, 1993: 111). Los inmigrantes que llegaban a Chicago, asícomo a las diferentes ciudades del Medio Oeste, provenían princi-palmente de Michoacán, Jalisco, Guanajuato y la ciudad de México.

Cuando llegaron los mexicanos ocuparon el lugar de los nuevosinmigrantes, mismo que alguna vez tuvieron los irlandeses, los ale-manes o los europeos del Este; por ello, la discriminación y el rechazose tornaron hacia ellos. Pronto, esta población se ocupó en los empleosmás riesgosos, los menos deseados y los de menor paga, y así suplan-tó a los trabajadores inmigrantes europeos.

En la actualidad, la migración mexicana a Chicago es una cons-tante, lo mismo que los factores económicos, sociales y culturalesque la motivan, aunque las condiciones laborales han cambiado: elferrocarril ya no es el gran empleador, sino que ahora lo son la ma-nufactura ligera de poca calificación (Bigelow y Knobeloch, 1987: 312)y toda clase de servicios; incluso los inmigrantes han desarrolladotambién economías étnicas.

Según datos del Censo de Población de Estados Unidos, hacia elaño 2000 la comunidad mexicana representaba 18% del total de lapoblación con 530,462 mexicanos en Chicago, que constituyen 70%de toda la comunidad latina en la ciudad, siendo la segunda minoríamás importante por su número, después de los negros, aun cuandocon mayores tasas de crecimiento.3


3 La poblacion de origen mexicano comprende a los nacidos en Mexico y Estados Unidos. Elorigen puede ser considerado por la herencia: por el pais de origen de la persona, de los padresde la persona o de los ancestros (U. S. Census Bureau, Census 2000, Summary File 1).


Hacia el año 2000, la población mexicana en Illinois ocupaba eltercer lugar en porcentaje, después de California y Texas (véase Cua-dro 1), superando a otros estados que podrían tener más presencia demexicanos por su cercanía con México, como Arizona o Nuevo México.

La migración hacia la ciudad de Chicago se ha perpetuado a travésdel tiempo, debido a factores económicos (Canales, 2003: 741-781),sociales y culturales como la demanda de mano de obra en esa ciu-dad y la oferta acá; la precaria situación económica por la cual atra-viesan millones de mexicanos; lo estrecho del mercado laboral enMéxico; las asimetrías de ingresos (Dussel, 1998: 56) en labores simi-lares en ambos países; mayores ingresos allá en trabajos de estatusocupacional bajo, y menores ingresos acá en trabajos de estatus ocu-pacional medio y alto; la tradición de más de cien años de migrar aChicago, y las redes sociales que se han creado entre comunidadesde migrantes con sus lugares de origen, que permiten hacer más acce-sible el traslado a quienes inician el proceso migratorio. Asimismo,influye la cultura de migrar, que perpetúa el sueño americano, auna pesar del incremento de experiencias funestas, que no pocas veceshan terminado en decesos de inmigrantes.


CUADRO 1POBLACIÓN TOTAL EN ESTADOS DE MAYOR PRESENCIA LATINA,

PORCENTAJE DE POBLACIÓN HISPANA RESPECTO DEL TOTAL

Y PORCENTAJE DE POBLACIÓN DE ORIGEN MEXICANO RESPECTO

DEL TOTAL DE LA POBLACIÓN LATINA (2000)

Proporción deorigen mexicano

Proporción de del total de la Estado Población total hispanos población latina

Arizona 5,130,632 3.67 5.16California 33,871,648 31.06 40.97Florida 15,982,378 7.60 1.76Illinois 12,419,293 4.33 5.54Nueva York 18,976,257 8.12 1.26Texas 20,851,820 18.89 24.57

Fuente: Estimaciones con base en el U. S. Census Bureau, Census 2000, Summary File 1,citado en Conapo, 2001.


En la era de la globalización la migración mexicana a EstadosUnidos se entiende por factores estructurales que interactúan y afectanel entorno inmediato de los individuos que deciden inmiscuirse en elproceso migratorio. Esta migración encabeza los desplazamientoshumanos alrededor del mundo y marca su característica más impor-tante: el traslado de la gente de los países pobres a los países ricos.

LOS MEXICANOS EN AURORA4

La ciudad de Aurora, Illinois, se localiza en el suroeste de la ciudadde Chicago y está considerada como una porción del área metro-politana. Se encuentra en el condado de Kane y en parte del condado deDu Page, y se relaciona con la metrópoli por sus diversas actividadeseconómicas, así como por el flujo constante de personas entre ambas.Las ciudades se conectan, por un lado, mediante una línea férrea,parte de una red de trenes suburbanos, cuyo recorrido es de una hora.Por otro lado, la carretera de cuota 290 une a Aurora con Chicago enun tramo que se atraviesa en aproximadamente cuarenta minutos.

A partir de la década de los ochenta, la comunidad inmigrantemexicana ha tenido un crecimiento importante, situando a la ciudadcomo la segunda más grande en el estado, y en el lugar 16, con 42.6%,entre las 25 de mayor crecimiento poblacional en la nación.5 Al cre-cimiento de la ciudad corresponde la creación de un aeropuerto localy de su propia institución de educación superior: The University ofAurora.

La migración mexicana alcanzó Aurora desde finales del siglo XIX.Hacia 1920 había más de mil mexicanos residiendo ahí (Valdés, 2000:22-86). Sin embargo, su nivel se mantuvo bajo, pues el grueso de lamigración mexicana tenía como destino la ciudad de Chicago.

La industria del ferrocarril, que fue la que llevó a los mexicanosa Aurora, dejaba de emplearlos en invierno, pues muchas de las la-bores se realizaban al aire libre. Los empleados desocupados regre-saban a México o partían a Chicago, que hacia principios del siglo XX

era el centro urbano que extendía las mayores oportunidades de ocu-


4 Para este apartado los mexicanos son considerados como las personas de origen mexicano,independientemente del lugar de nacimiento.

5 Véase www.census.gov/statab/ccdb/cit1130r.txt


pación laboral para los mexicanos. La crisis causada por la depre-sión de 1929 expulsó a muchos mexicanos del Medio Oeste, incluyen-do Aurora. Fue a partir de los años setenta que se incrementó el flujomigratorio de mexicanos a este destino.

De 1990 a 2000 aumentó la población de Aurora en 43.5 %, pa-sando de 99,581 habitantes a 142,990 habitantes. En este proceso,la población de origen latino tuvo el aumento más significativo.

Proporcionalmente, la ciudad de Aurora tiene más residentes deorigen latino que la ciudad de Chicago, 32 vs 26%. También tiene unaproporción mayor de residentes de origen mexicano, 27.5 vs 18.3%en Chicago. En Aurora, los 39,322 mexicanos representan 84.5% deltotal de los latinos y en Chicago la proporción es de 70.3% (véaseCuadro 3). El porcentaje de mexicanos respecto del total de la po-blación latina es mayor en Aurora que el porcentaje nacional, quehacia el año 2000 fue de 58.5% de mexicanos respecto del total dela población latina en toda la nación (Saldívar, 2004: 211).

Proporcionalmente, la población blanca es mayor en Aurora queen Chicago. Ello se debe a la migración de los blancos a los subur-bios a partir de los sesenta. Los demás grupos étnicos (exceptuandoa los mexicanos) están en términos porcentuales mejor representadosen Chicago que en Aurora, lo cual nos demuestra que Aurora se haconvertido en un destino casi exclusivo de la migración mexicana(Cuadro 4).


CUADRO 2PORCENTAJES DE POBLACIÓN DE LOS GRUPOS ÉTNICOS

REPRESENTADOS EN AURORA (1990-2000)

Origen étnico 1990 (%) 2000 (%)

Blancos 64.3 52.1Negros 11.9 11.1Asiáticos y nativos de las islas del Pacífico 1.3 3.1Indios americanos 0.2 0.4Hispanos 22.6 32.6

Fuente: “Profile of General Demographics Characteristics 2000”, en Census 2000,Summary File 1.


Los flujos masivos y la longevidad que han caracterizado la migra-ción mexicana a Estados Unidos, particularmente a la ciudad deAurora, responden en gran medida a las redes sociales que se tiendenentre los que han realizado el proceso migratorio y los que preten-


CUADRO 3POBLACIÓN DE ORIGEN LATINO Y MEXICANO Y PORCENTAJE DE

POBLACIÓN DE ORIGEN MEXICANO CON RESPECTO A LOS LATINOS, 2000

Población de Población de De los latinos,origen latino origen mexicano % de origen

(%) (%) mexicano

Aurora 32.6 27.5 84.5Chicago 26.0 18.3 70.3

Fuente: “Profile of General Demographics Characteristics: 2000”, en Census 2000,Summary File 1.

CUADRO 4PORCENTAJE DE POBLACIÓN DE DIFERENTES

GRUPOS ÉTNICOS EN AURORA Y CHICAGO, 2000

Origen y nacionalidad Aurora (%) Chicago (%)

Blancos 52.1 42.0Puertorriqueños 1.8 3.9Cubanos 0.1 0.3Negros 11.1 36.8Indios americanos 0.4 0.4Asiáticos 3.1 4.3Chinos 0.5 1.1Filipinos 0.6 1.0Japoneses 0.1 0.2Coreanos 0.2 0.4Vietnamitas 0.2 0.3Nativos hawaianos y otros

nativos de islas del Pacífico 0.0 0.1

Fuente: “Profile of General Demographics Characteristics 2000”, en Census 2000,Summary File 1.


den hacerlo. Estas redes sociales son parte de un capital social quese crea en las comunidades de origen y trasciende la frontera norte.Este mismo capital social se desarrolla entre los migrantes, los previosy los nuevos, para solventar los obstáculos cotidianos que representala inserción a una nueva sociedad.

El incremento de la migración mexicana a Aurora, mayor a par-tir de los ochenta, fue en parte resultado de una transformación eco-nómica de la región. En los setenta se presentaron dos fenómenosque propiciaron cambios importantes en las estructuras industrialesde producción, lo cual trajo consigo la desindustrialización de laciudad de Chicago. Por un lado, las crisis económicas de esos años,cada vez más continuas y severas, propiciaron el desmantelamientode un modo de producción que llegaba a sus límites, el de la produc-ción en serie, comúnmente conocido como fordismo. Se impulsó unaespectacular reestructuración del sistema capitalista a escala global(Castells, 2000: 87) que, debido a su gran capacidad instalada paraproducir (Coriat, 1992: 139), generaba numerosos gastos para losproductores, quienes ya no estaban dispuestos a sostenerlos.

Además, fue en los setenta que comenzó un acelerado desarrollotecnológico en el campo del almacenamiento y procesamiento de da-tos, que ha permitido desde entonces avances sustanciales en las in-dustrias de la comunicación, la robótica y la computación,6 y en laindustria del nuevo milenio: la biotecnología. Así, desde hace pocomás de treinta años se ha dado un rápido y radical cambio en la or-ganización industrial y en la producción de la tecnología (Hirst yZeitlin, 1992: 70).

La reestructuración de los modos de producción y la instrumen-tación de nuevas tecnologías tuvieron como consecuencia el desman-telamiento de las grandes industrias de la ciudad de Chicago, am-pliándose cada vez más la posibilidad de situarse en el espacio delas empresas. La desindustrialización de la ciudad de Chicago se re-fiere a que mucha de su industria, incluyendo sus empleos de bajacalificación, se relocalizó espacialmente. Ello no necesariamentequiere decir que las firmas cerraron sus puertas y se salieron de laciudad, lo cual si bien pudo haber sucedido en algunos casos, más


6 En 1971 Ted Hoff inventó el microprocesador, el cual hizo posible el micro-ordenador,gestándose la primera revolución tecnológica de la información en Estados Unidos, particu-larmente en California.


bien tiene que ver con que las nuevas firmas se están creando fuerade la ciudad.

El golpe a la economía fordista de Chicago fue especialmente duroentre 1960 y 1990. Entre 1967 y 1982 un cuarto de millón, o 46% delos trabajos de manufactura de la ciudad, se perdieron (Abu-Lughod,1999: 323). Precisamente los latinos, entre los cuales los mexicanosconstituyen el mayor número, tenían la mayor representación en losempleos de manufactura, de 61.6% en 1970 y 48.3% en 1980. La ocu-pación que le seguía a la manufactura en la representación de mexi-canos eran las ventas al menudeo, con un lejano 10.4% en 1970 y 13.3%en 1980. De igual forma, la categoría de empleados mejor represen-tada por los latinos y, consecuentemente, por los mexicanos, es lade los operadores, con porcentajes de 48.4% en 1970 y 33.2% en1980 (Betancur, Córdova y Torres, 1993: 126). Al disminuir los em-pleos de manufactura en Chicago, muchos latinos y sobre todo mexi-canos perdieron sus trabajos. En la última década, la tendencia a ladisminución de los empleos manufactureros en la ciudad sigue siendouna constante (véase Gráfica 1). A partir de la década de los seten-ta muchos empleos de manufactura se crearon en los suburbios.


650

600

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500

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400Mar-90 Mar-95 Mar-00 Mar-04

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miles de empleos en la manufactura

GRÁFICA 1EMPLEOS EN LA MANUFACTURA EN CHICAGO, MARZO 1990-MARZO 2004

Fuente: U.S. Department of Labor. Bureau of Labor Statistics, www.bls.gov/eag.il_chicago_md.htm, consultado el 2 de julio de 2005.


Aurora, por ser uno de los suburbios más importantes de la ciudadde Chicago, atrajo empleos de manufactura y, con ellos, se incre-mentaron los flujos de mexicanos inmigrantes de Chicago a Aurora.Parece que ahora el tránsito migratorio de los mexicanos ha excluidoChicago, ya que muchos llegan directamente a Aurora. Las redessociales que conectan a los inmigrantes que los han precedido en elproceso migratorio con parientes, conocidos o amigos en los luga-res de origen están trayendo a los mexicanos directamente a Auroray a otros suburbios. Para la industria se hizo atractivo trasladarse alos suburbios, sobre todo por el aumento en el pago de impuestos y elendurecimiento de las leyes ambientales en Chicago.

En 2001 el condado de Kane, donde se localiza la ciudad de Auro-ra, ocupaba el cuarto lugar en número de establecimientos de manu-factura con 883, al igual que en el número de empleos en este sec-tor en el estado (véase Cuadro 5). Aunado a ello, la migración de lapoblación blanca de Chicago a los suburbios trajo consigo el aumen-to de la demanda de servicios de baja calificación, como limpieza enhogares y establecimientos, y jardinería, entre otros.

En lo referente a la reestructuración industrial, Aurora tenía parael año 2000, proporcionalmente, un mayor porcentaje de fuerzalaboral que Chicago, 71.4 vs 61.3%, mayor porcentaje de empleo,67.25 vs 55.1%, menor porcentaje de desempleo, 4.15 vs 6.2% y ma-yor porcentaje de trabajadores en la manufactura, 21.5 vs 13.1%.


CUADRO 5ESTABLECIMIENTOS Y EMPLEOS DE MANUFACTURA EN LOS

CUATRO PRINCIPALES CONDADOS EN DONDE ESTÁ REPRESENTADA, 2001

Número de Número deestablecimientos empleos

Condado de Cook 7,273 323,894Condado de Du Page 2,008 69,364Condado de Lake 941 59,177Condado de Kane 883 39,743

Fuente: “County Business Patterns. Industry Code Comparison”, en U.S. Census Bureau,2001.

Nota: En el condado de Cook se ubica Chicago, y Aurora está entre los condados de Kaney Du Page.


El dinamismo económico de la región le permite concentrar a gran-des empleadores, que van desde oficinas gubernamentales hasta em-presas transnacionales. La lista de la p. 125 muestra a los 29 emplea-dores más importantes de la ciudad de Aurora.

La reestructuración económica en la ciudad de Chicago y los flu-jos de migración blanca crearon un mercado de trabajo creciente paralos mexicanos inmigrantes, tanto para los que salían de Chicagocomo para los que llegaban de México. Fue a partir de la década delos ochenta que la migración mexicana en Aurora creció considera-blemente y transformó el perfil de la ciudad, ahora más mexicana,cuya economía étnica modifica el escenario urbano con símbolos,sonidos, colores y sabores nuevos. Según los últimos datos disponi-bles, en la ciudad de Aurora, de un total de 6,708 firmas existentesen 1997, 692 eran de origen hispano (10.3 %), cifra mayor al 7.13%que las empresas del mismo origen representan en Chicago, de untotal de 176,605 firmas.


80

70

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30

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10

0

Aurora Chicago

% fuerza laboral % empleo% desempleo % empleos en la manufactura

%

GRÁFICA 2PORCENTAJES DE POBLACIÓN EN FUERZA LABORAL, EMPLEO, DESEMPLEO

Y EMPLEOS EN LA MANUFACTURA EN AURORA Y CHICAGO, 2000

Fuente: “Profile of Selected Economic Characteristics: 2000”, en Census 2000,Summary File 3.



CUADRO 6MAYORES EMPLEADORES EN AURORA

Empleador Número de empleados

Aurora School District No. 204 3,000Caterpillar 3,000Hollywood Casino-Aurora 1,535Waubonsee Community College 1,300Aurora School District No. 131 1,280Rush-Copley Medical Center 1,200LTD Commodities 1,200City of Aurora 1,150Fox Valley Park District 1,100Provena-Mercy Center 1,100Aurora School District No.129 1,100Dreyer Medical Clinic 1,020Westell 800Metropolitan Life 750Aurora Air Traffic Control 750Hartford Financial Service 650Fox Valley Independent Mail Process 630Farmers Insurance 520Dial Corporation 512AAA Chicago Motor Club 500Lyon Metal Products 500Meijer, Inc. 500Fifth Third Bank 425Association for Individual Development 365Sears 360Cabot Microelectronics 360Sealmaster Bearing 350Richard Wilcox 330Warner/Electra/Atlantic 320

Fuente: www.aurora-il.org/index.html. Revisado en julio de 2004.


El origen hispano al que se hace referencia en el cuadro de laseconomías étnicas es predominantemente el mexicano. Como se puedeobservar, de un total de 692 firmas en Aurora de origen hispano,sólo 57 cuentan con empleados pagados, 635 no reportaron em-pleados asalariados, pues son empresas familiares o de autoempleo.Muchas de estas firmas son de ventas al menudeo o prestación deservicios de baja calificación.

INMIGRANTES MEXICANOS

EN EL MERCADO LABORAL DE AURORA

La investigación etnográfica ha podido establecer la preferencia dealgunos mexicanos por vivir en la ciudad de Aurora, más que hacer-lo en Chicago. Algunos mexicanos declararon su desagrado por vivir enChicago debido a los problemas inherentes a una gran ciudad: de-lincuencia, tráfico, pago de más impuestos, como por ejemplo la tenen-cia de automóvil, que en Aurora no se paga, alquileres más caros,


CUADRO 7TOTAL DE COMPAÑÍAS, TOTAL DE COMPAÑÍAS DE ORIGEN HISPANO,

TOTAL DE COMPAÑÍAS CON EMPLEADOS PAGADOS

Y TOTAL DE COMPAÑÍAS CON EMPLEADOS PAGADOS DE ORIGEN HISPANO, AURORA Y CHICAGO, 1997

Aurora (%) Chicago (%)

Total de compañías 6,708 100.0 176,605 100.00

De origen hispano 692 10.3 12,602 7.13

Compañías con empleados pagados 2,031 30.2 47,756 27.04

Compañías con empleados pagados de origen hispano 57 2.8 2,743 1.55

Porcentaje de las compañías 8.2% 21.7 %hispanas con empleados pagados, del total de las compañías de origen hispano

Fuente: “Minority and Women Owned Businesses”, en Economic Census. United States,1997.


espacios más reducidos de vivienda y convivencia, además de ex-presar que en Chicago pagan menos por hora de trabajo, hay menosposibilidades de ser contratados y se explota más al trabajador in-migrante.

La constante inmigración a Aurora ha reactivado diversos circuitoscomerciales, entre ellos las ventas al menudeo, los servicios de ofici-na (legales, bancarios, impuestos, etc.), la investigación y desarrollo, lamanufactura, la distribución y el entretenimiento, que son las activida-des económicas que más se han expandido y diversificado en Aurora.7

En todas ellas, la comunidad mexicana está presente en mayor o menormedida, ya sea como inmigrantes (legales e ilegales) o como nativos(de primera o más generaciones). Las oportunidades laborales querequieren mayor capacitación y conocimiento del inglés son mayorespara los mexicano-americanos que tienen diplomas aceptados por em-pleadores locales y quienes, en muchos casos, son totalmente bilingüeso tienen mejor conocimiento del idioma inglés. Los empleos de oficinaentran en la categoría de trabajos que requieren mayor capacitación.

La comunidad mexicana es notablemente visible y aunque se con-centra residencialmente en el este de la ciudad parecería que Auroraestuviera en su gran mayoría poblada por mexicanos. El rostro másvisible de la presencia de la comunidad son sus economías étnicas.Como lo anota Mike Davis (2001: 65), se va creando un urbanismo másexuberante. Surgen negocios mexicanos por doquier y los demás ne-gocios, ya sean de blancos o de otros grupos étnicos, incorporan sec-ciones dirigidas para el consumo mexicano en el caso de las ventas almenudeo y a trabajadores bilingües en el de los servicios.

Entre los negocios mexicanos están las tiendas de venta al menu-deo, que ofrecen productos de este país que tienen una red de distribu-ción internacional, como es el caso de la panadería de Bimbo o decervezas como Corona, del grupo Modelo, o Tecate, del grupo Cuauhté-moc-Moctezuma; además, pueden encontrarse productos que hacenalusión a la procedencia mexicana, pero que son elaborados en laUnión Americana, como tortillas o comida preparada. También exis-ten en el mercado algunos bienes que más que importados parecentraídos directamente por los vendedores, como por ejemplo, veladoras,algunas especias para cocinar, dulces, etc. La fidelidad del consumi-dor hacia estos productos ha ocasionado la aparición de más tiendas


7 www.aurora-il.org/index.html. Revisado en julio de 2004.


que los venden. Otros negocios mexicanos con presencia importanteen la ciudad son los restaurantes, que ofrecen una gama amplia decomida mexicana, pero cuyo menú principal son los tacos, los cualesse elaboran con diferentes estilos, según la procedencia regional delrestaurante, en su mayoría del occidente mexicano, de Jalisco, Mi-choacán, Zacatecas, Guanajuato y Durango. Los clientes son en sumayoría mexicanos, pero cada vez más captan a otros consumidoresdiferentes, como los blancos y los negros. La comida mexicana es cadavez más popular en la zona.

Otros negocios mexicanos que han surgido son las discotecas, laventa de música al menudeo, en su mayoría regional mexicana,la venta de ropa, los salones de belleza, lavanderías, talleres mecá-nicos, panaderías, centros nocturnos de baile y los servicios de taxi.También están creciendo los servicios de baja calificación, entre losque se encuentran los de limpieza de oficinas, así como el cuidadode los hijos (baby sitting) en ciertos lugares públicos, como los centroscomerciales, o el mantenimiento de jardines o parques (landscaping).Dentro de los servicios de mayor calificación se puede observar a abo-gados y doctores mexicanos que atienden a la comunidad. La compe-tencia de estos últimos la representan los bufetes de abogados o con-sultorios médicos de blancos que incorporan trabajadores bilingües.

Otro factor que refleja la importancia del crecimiento de la co-munidad mexicana en Aurora es la apertura de servicios financierospara ella. Prácticamente todos los bancos tienen trabajadores que hablanespañol y 26 bancos de la región, entre los cuales se encuentran algu-nos tan importantes como Bank of America, First Suburban Bank yAll State Bank, aceptan la matrícula consular que expide el consula-do mexicano como documento oficial para hacer uso de sus servicios.

La comunidad mexicana está representada en las más diversas acti-vidades económicas que se gestan en la ciudad, desde el que limpiaoficinas, cuida niños, lava autos o poda el césped, hasta el doctor, elcontador, el abogado o el dueño de diversos negocios. Hay sectoressobrerrepresentados y sectores con poca representación.

En lo que se refiere a la comunidad inmigrante mexicana, ésta seha caracterizado por su bajo capital humano, esto es, su escasa edu-cación, experiencia y capacitación para las diversas actividades labo-rales y su muy reducido conocimiento del inglés. Es por ello que enlos sectores laborales que requieren de menor capacitación están me-jor representados.



SUBCONTRATACIÓN LABORAL

Los trabajadores mexicanos inmigrantes encuentran cabida princi-palmente en dos mercados de trabajo: la manufactura y los servicios(en las economías étnicas, la limpieza, etc.). Sin embargo, y dado loque interesa en este artículo, sólo se abordará la manufactura, que esel sector donde se da en su mayoría la subcontratación laboral, unavía para encontrar trabajo no estudiada en las investigaciones de la mi-gración mexicana a Estados Unidos.

Este mecanismo consiste en colocar a trabajadores en empleos pormedio de una empresa de contratación de personal, la cual debe re-gistrar ante el Departamento del Trabajo de Illinois sus servicios detrabajo diario y temporal, aunque se sabe que existen algunas agen-cias clandestinas las cuales, según la organizadora sindical Irma San-tana, de la Coalición de Trabajadores Unidos en Lucha de Chicago(Chicago Workers’ Collaborative), cometen más abusos contra sustrabajadores. Este mecanismo, sin embargo, tiene como consecuenciaque la responsabilidad directa del empleador sobre el empleado desa-parezca y disminuyan sus obligaciones y los beneficios para el tra-bajador, lo que incrementa las inequidades en el empleo (Tilly y Tilly,1994: 289).

La principal fuente de difusión de estas agencias son los inmi-grantes mismos, quienes recomiendan visitarlas para encontrar empleo.Éstas se insertan en un entramado de redes sociales entre inmigrantes,pues quienes en el pasado las utilizaron, y quienes incluso pudieronhaber ayudado al traslado de los nuevos migrantes desde los lugaresde origen promocionan las agencias para que los recién llegados acu-dan a ellas. La totalidad de las personas con las que se conversó sehabía enterado de las agencias de subcontratación de personal pormedio de un paisano, un pariente o un amigo, es decir, un inmigrantecon experiencia previa en este mecanismo de contratación.

Asimismo, la experiencia ha demostrado a los trabajadores quehay más empleos disponibles para los que llegan recomendados. ParaRosario Alderete, trabajadora que ha recurrido a las agencias, esta dis-tinción entre llegar recomendada o no ha marcado la diferenciaentre obtener trabajo y quedarse sin él, independientemente de si setiene mayor capacitación o experiencia. La recomendación puede servista como un seguro contra los trabajadores nuevos, porque está enjuego el prestigio laboral de los recomendantes.



Como parte de la transformación de las relaciones laborales den-tro de la flexibilización de los medios de producción, la subcontra-tación va adquiriendo mayor importancia en los mercados de trabajode Estados Unidos. Entre 1991 y 1996 el grupo de industrias que másaumentó fue el de los servicios que abastecen personal (personal sup-ply service). De 1994 a 1996 las firmas de personal (staffing firms)crecieron a una tasa anual de 24.5% (Osterman, 1999: 54-62).

Entrar en el mecanismo de contratación laboral por medio de agen-cias de personal trae consigo, en muchos de los casos, la carencia delnivel de seguridad en el empleo que los empleadores garantizan a lostrabajadores regulares, los que son contratados directamente sin la exis-tencia de intermediarios. Un sector cada vez más creciente de la comu-nidad mexicana en Aurora, legal o ilegal, ha acudido a la subcontrata-ción para poder encontrar empleo. Por medio de agencias de colocaciónlos inmigrantes mexicanos encuentran trabajo en las diferentes indus-trias de la región, principalmente en la manufactura ligera.

Existe un creciente número de agencias de contratación en Aurora.Ejemplos de ellas son: Volt, Unistaff, Manpower y Labor Temps, lascuales se encargan de suministrar mano de obra barata a los diferen-tes empleadores, según sus necesidades inmediatas. Tales agencias eli-minan las obligaciones que aquéllos tienen con los trabajadores. Losempleadores se benefician de las economías externas al comprar ocontratar servicios en el mercado abierto; y disminuyen costos al nogastar en crear la capacidad instalada (la mano de obra) para produ-cir o desarrollar un servicio. De esta forma, las empresas se orientan aliberarse de los activos físicos (capacidad instalada) que no se relacio-nan estrictamente con su actividad nuclear. El capital físico ahora loofrecen proveedores externos (Rifkin, 2000: 70). Los empresarios sólosubcontratan empleados cuando sus necesidades de producción re-basan su capacidad instalada, es decir, los trabajadores de planta.

Las empresas que solicitan los servicios de las agencias de colo-cación tienen una planta permanente de trabajadores y cuando hayun aumento en el trabajo echan mano de ese “ejército industrial dereserva” (Pollin, 2003: 13), o en términos más contemporáneos “ejér-cito de reserva flexible” (Pries, 1997: 24), cuyos integrantes, por sucondición de “reservistas” (para cuando la ocasión lo requiere) labo-rales, están en desventaja para negociar mejores salarios.

Anteriormente, según el testimonio de algunos inmigrantes conlos que se pudo conversar, el individuo encontraba empleo dirigiéndose



personalmente a las diversas industrias. Sin embargo, ya no funcionaasí. Es más factible que en el trato directo con el empleador se requieramayor capacitación laboral, mejor conocimiento del inglés e, incluso,un permiso legal para trabajar, situación que representa una gran des-ventaja en el caso de los ilegales. Es común, comenta Rosario Alde-rete, que en las empresas pidan llenar solicitudes de empleo complejasy en inglés.

Por medio de las agencias, algunos de estos procedimientos seeliminan, además de que se puede ahorrar tiempo en la búsqueda deocupación. Las agencias de empleo buscan el trabajo, y presentan unagama de posibilidades a los solicitantes. En las cuatro agencias men-cionadas anteriormente existen empleados que hablan español y tie-nen solicitudes también en español. Algunas, como Volt, aplicansolicitudes donde se pide anotar el grado de conocimiento de inglés,se les aplica un examen de matemáticas básicas, así como se solicitaconsignar la experiencia en el manejo de herramientas, maquinaria ycierta tecnología, como las computadoras. La experiencia y mayoresconocimientos pueden ser importantes para obtener una mejor colo-cación. Las agencias a veces ofrecen diversos empleos con diferentesgrados de capacitación y experiencia laboral. Sin embargo, en la ma-yoría de los casos, como es el trabajador quien busca el empleo y noal revés, se tiene que acoplar a lo que hay, independientemente de susconocimientos, experiencia y capacitación. Ello sucede por lo menosen el ámbito de los inmigrantes mexicanos.

La subcontratación ocurre después de que los inmigrantes mexi-canos acuden periódicamente a las agencias, o en muchos casos dia-riamente, en busca del trabajo. En algunas ocasiones, el empleadorsolicita trabajadores a la agencia de subcontratación por un periodoprolongado (algunos meses o inclusos años), durante el cual el tra-bajador ya no se presenta en la agencia, sino que acude directamentea su lugar de trabajo, pero su salario lo entrega la agencia y el indi-viduo carece de la seguridad del trabajo de planta, la cual consiguesólo si llega a hacerse formal una contratación directa por el emplea-dor. A veces incluso se carece de la seguridad de un empleo subcon-tratado durante un periodo prolongado, es decir, se debe buscar tra-bajo diario, aunque se vaya al mismo lugar. En esta modalidad, lostrabajadores se presentan una o hasta dos horas antes para apuntar-se a la lista donde están los que van a ser considerados para laborarese día o noche. Puede suceder también que ese día no encuentre traba-



jo, por haber llegado tarde cuando la lista se había llenado. Un tra-bajador puede pasar dos horas diarias adicionales a las laborales eneste proceso, sin que sean remuneradas, es decir, se pueden perderhasta diez horas semanales sin pago. Tomás, Margarita, Elvira y Ma-ribel, trabajadores temporales que acuden a diario a la agencia “LaborTemps”, me comentaron que son transportados por vehículos de lamisma oficina, servicio por el cual se les cobra cuatro dólares por eltraslado entre la agencia y el lugar de trabajo y viceversa, lo cual signi-fica veinte dólares menos semanales de un sueldo de por sí bajo. Unaforma de presionar a los empleados para usar esta modalidad detransporte de personal es descansándolos o amenazándolos con sus-penderlos si llegan al lugar de trabajo por sus propios recursos.

De entre los empleos que pueden conseguir los inmigrantes mexi-canos por medio de la subcontratación laboral en Aurora están losde ensamble y producción en la manufactura ligera; almacenamien-to en bodegas; guardar y empaquetar productos terminados en cen-tros de distribución; y limpieza, entre algunos otros.

Un ejemplo es la transnacional 3M, que elabora cintas adhesivas,entre otros productos, los cuales son enviados a su planta de distri-bución en Aurora y de ahí se reparten hacia todo el mundo. La plantarequiere trabajadores de almacén con conocimientos básicos de com-putación y, a veces, de manejo de montacargas para trasladar mer-cancías. Otro ejemplo es la transnacional Kraft, que elabora mayo-nesas, mostazas y otros aderezos para la preparación de alimentos.Esta empresa tiene en Aurora un centro de almacenamiento, donde seempaquetan los productos y se distribuyen, para lo cual necesitamano de obra esencialmente joven, pues el proceso de empaqueta-miento ocurre sobre bandas rápidas. En este lugar no se requiere expe-riencia en el manejo de maquinaria, ni mayor conocimiento del inglés.Otro caso es la fábrica Process, que ocupa trabajadores temporalespara ensamblar juguetes o diversos artículos para niños como las pon-cheras, en otros. En Process no se solicita mayor calificación a lostrabajadores; sólo que tengan manos rápidas para ensamblar jugue-tes. Los inmigrantes se subcontratan para esta fábrica por medio dela agencia Unistaff. Otros casos más son el encarte de publicidad enperiódicos de circulación local, el corte de láminas y plásticos para laproducción de material de jardinería, como palas, en la fábrica Suncast,donde los empleados requeridos son en su mayoría hombres aptospara un trabajo muy arduo, y el envasado de productos de limpieza como



el champú. Éstos son sólo algunos ejemplos de los trabajos que sepueden conseguir por medio de las agencias de subcontratación.

Pertenecer como trabajador de planta a una empresa representagozar de mejores condiciones laborales que al ser contratado tempo-ralmente por medio de las agencias. Vacaciones, tiempo extra, seguromédico, etc., son beneficios que obtienen sólo los trabajadores deplanta. Los salarios son mayores para quienes ya “laboran para la em-presa”. El dinero que se llevan los intermediarios pasa a ser de lostrabajadores cuando se pertenece ya a la empresa. El salario mínimoen Aurora es de 6.5 dólares por hora, y es común que por medio delas agencias se perciba un salario muy bajo, pues la comisión de lasagencias suele ser de 3, 4 o más dólares por hora, esto es, si el emplea-dor paga diez dólares la hora a los empleados, éstos sólo recibiránseis o siete dólares por hora. Lo anterior se sabe porque los empleadorescomúnmente comentan a los trabajadores lo que pagan por ellos a lasagencias. Rosario Alderete sabía que por ella pagaban once dólaresla hora y ella sólo recibía 6.5.

Los trabajadores subcontratados no cobran directamente en elcentro de trabajo, con el empleador, sino que se les envía su chequepor medio de correo postal posterior a la semana trabajada o pue-den recogerlo directamente en la agencia de subcontratación. No existeun patrón regular para ello: algunas agencias pagan por semana yotras por día, es decir, se puede recibir el cheque después de un díalaborado.

Hay también la posibilidad de que mientras se está trabajando pormedio de la subcontratación, el trabajador solicite a la agencia tomar-lo en cuenta para una mejor oportunidad, un trabajo donde paguenmás. Existe una especie de historial laboral que las agencias llevande cada trabajador para considerarlo para mejores oportunidades deempleo. Desde luego, los individuos deben observar buena conductay disposición. A un trabajador que deje su puesto sin una aparenteexplicación o que fue despedido por el empleador por no cumplircon sus expectativas laborales o por mala conducta, la agencia lotomará en cuenta sólo para los empleos de más bajo salario. Tambiénestá la esperanza latente de que después de un tiempo relativamentecorto, que puede ser de tres meses o más, de que la empresa (el em-pleador) haya contratado a un trabajador el salario y los beneficiosse multipliquen. Sin embargo, según testimonios, esto sucede cadavez con menos frecuencia, en parte porque si el empleador decide



tomar al trabajador subcontratado tiene que pagar una cantidad ala agencia. Ha sucedido que algunos empleadores que han decididocontratar trabajadores en esta situación les piden primero que dejende asistir a la agencia y se presenten personalmente con ellos. En otroscasos, y según el testimonio de la señora Silvana Torres, quien acudede manera recurrente a las agencias, éstas exigen cubrir un deter-minado número de horas para que los trabajadores puedan dar el sal-to de la agencia a ser contratados directamente por un empleador. Lacuota va de las 250 a las 500 horas trabajadas por medio de la agencia.

Desde luego, los trabajos ofrecidos por las agencias de subcontra-tación no tienen el mismo grado de inestabilidad laboral y preca-riedad salarial. Sin embargo, todos los trabajadores con que se pudoplaticar (tanto legales como ilegales) refirieron abusos debido a sucondición. Las experiencias son demasiadas, imposibles de recopilaren un trabajo de las actuales dimensiones, pero podemos enunciaraquí las horas extenuantes de trabajo, los pocos o nulos tiempos dedescanso, el acoso sexual a las mujeres, la imposición de jefes mexica-nos que también maltratan a los trabajadores, aunque así el empleadorevita las demandas de discriminación racial.

De estas conversaciones se pueden obtener aspectos generales ycuestiones muy particulares. Una generalización es el sentimiento devulnerabilidad que tienen los trabajadores por estar dentro de estemecanismo de inserción laboral: pensar que hoy tienen trabajo peromañana no es seguro. Otro aspecto general son los salarios bajos, queoscilan entre los 200 y 350 dólares semanales, dependiendo de losdías en que pudieran obtener tiempo extra. Otro asunto más a destacares el poco conocimiento del inglés, que los hace más vulnerables anteposibles reclamos contra el empleador. Los problemas más constantes,según Irma Santana, miembro de una organización que colabora conlos trabajadores temporales, son la falta de pago o el pago incompletoy la falta de pago de horas extras, abusos que comúnmente no son de-nunciados ante el Departamento del Trabajo de Illinois, entidad quese encarga de la recuperación y remuneración del sueldo.

La vulnerabilidad de los trabajadores se incrementa por la igno-rancia, el miedo y la total desinformación sobre sus derechos laborales,independientemente de su condición migratoria. El Departamentodel Trabajo de Illinois recibe las quejas de pagos indebidos o de falta deellos, entre otras, sin requerir el estatus laboral legal, algo que muchagente en la comunidad desconoce. A lo anterior se añade una gran



desorganización de la comunidad hispana en Aurora y la desinforma-ción, que repercuten en las condiciones laborales de los inmigrantes.

La subcontratación no es exclusiva para los trabajadores inmigran-tes, ni siquiera para los indocumentados. Sin embargo, son ellosquienes acuden más a este medio, debido a las crecientes restriccio-nes del mercado laboral local. Los trabajadores con permisos legalespara trabajar encuentran mejores oportunidades dentro de la sub-contratación, pues algunas empresas sólo aceptan documentaciónlegal. Estos trabajadores también tienen mayores oportunidades deser contratados directamente por el empleador. La subcontratacióntiene diversas perspectivas, según la experiencia. Seguramente, lostrabajadores inmigrantes indocumentados son los que más resientenlas nuevas relaciones laborales de la nueva economía.

CONCLUSIONES

Los trabajos que se obtienen por medio de la subcontratación no per-miten la acumulación de antigüedad y experiencia, debido a la rota-ción de los trabajadores. Lo anterior no propicia una plena integracióneconómica al mercado laboral local (Raijman y Tienda, 1999: 240),y se concreta en la escasa posibilidad de alcanzar mejores salarios.La subcontratación, que es un método de reorganizar las relacioneslaborales en la era de la flexibilización de la producción, cobra cadavez más vitalidad en la ciudad de Aurora y en otras regiones aledañasa la metrópoli de Chicago, en el Medio Oeste de Estados Unidos, elcorazón de la nación. La comunidad de inmigrantes mexicanos se hainsertado en este mecanismo no por elección propia, sino porque esla única vía que les queda para encontrar trabajo en un mercado la-boral cada vez más estrecho.

La subcontratación es parte de un mecanismo de redes socialesque los migrantes comparten. A través de sus antecesores, los nuevosinmigrantes reconocen y aceptan a las agencias de subcontrataciónlaboral como la vía más idónea de encontrar trabajo, pues estas agen-cias facilitan la labor de búsqueda sobre todo a los recién llegados.Al llenar solicitudes en español y ser atendidos por personal bilingüelos que buscan trabajo agilizan su tarea. Así, la subcontratación se havuelto muy importante sobre todo para aquellos recién llegados quecarecen de documentación legal para laborar.



La agencias de subcontratación de personal sirven de escudo paraproteger a los empleadores, quienes al final de cuentas son los quehacen uso de esa mano de obra ilegal. Éstos pueden exculparse conel argumento de que ellos no contratan directamente a los trabaja-dores y no conocen su condición migratoria, con lo cual esquivanlas leyes migratorias que sancionan a quienes contratan ilegales. Lointeresante es que las agencias de subcontratación sí conocen la con-dición migratoria de cada individuo que pide trabajo, pues en la so-licitud de empleo se les pide consignar sus documentos para trabajar,así como su seguro social. Cuando se intenta insertar un número deseguro social falsificado, la base de datos detecta inmediatamente laanomalía; por ello, sí es responsabilidad de quien captura, el repre-sentante de la agencia de subcontratación, ingresar en sus listas deempleo a los ilegales. Desde luego, la lógica que siguen es la de lavulnerabilidad de los indocumentados en el mercado de trabajo local,ya que se les puede pagar menos y explotar más sin que se incon-formen por el miedo que les provoca su estatus migratorio, pero sobretodo por el desconocimiento de que pueden poner una queja anteagencias gubernamentales por los abusos sufridos sin que se les so-licite su documentación legal.

La explotación y bajos salarios que reciben los trabajadores que sesubcontratan (ilegales o legales) no resulta tan evidente, sobre todosi se les compara con la situación económica y laboral que tenían enMéxico. Los 6.5 dólares que se pagan por hora como salario mínimoen el estado de Illinois son muy superiores a las condiciones salaria-les en México. Existe la conciencia de los bajos salarios y de la explo-tación entre los trabajadores; sin embargo, también existe la esperanzade llegar a convertirse en trabajador de planta.

La subcontratación, como mecanismo de inserción laboral al cualacuden cada vez más mexicanos ilegales y legales, es parte de la ten-dencia a la flexibilización de los medios de producción; sin embargo,dada su condición de mano de obra de baja calificación (en la mayo-ría de los casos), los trabajadores así contratados son ocupados enprocesos de producción muy estandarizados; es decir, los inmigran-tes mexicanos que trabajan en la industria del juguete, por ejemplo,no participan en el diseño del producto o en la elaboración de los plás-ticos para manufacturarlo, sino sólo en la etapa final, en el ensambley envoltura del producto, y lo hacen sobre líneas de ensamblaje a unavelocidad constante. Se trata de mano de obra sin la más mínima cali-



ficación para hacer un juguete, que participa en un proceso repeti-tivo, estandarizado, que se aprende sobre la marcha; es mano de obraflexibilizada en empresas que tienen fases de la producción (general-mente las últimas) estandarizadas.

Existen empleos un poco más complicados, para los que se nece-sita conocer el manejo de alguna máquina o herramienta no muydificil de operar. Son ofrecidos a inmigrantes con más experiencia,pero la mayoría de los empleos que se ofrecen a los mexicanos, sobretodo a quienes tienen poco tiempo de haber llegado, requieren de nulacapacitación y son muy estandarizados.

Nos enfrentamos a una especie de modo de producción híbrido,una mezcla de flexibilización y producción en masa. La primera estápresente en las nuevas relaciones laborales, subcontratando activosfísicos para producir y así aminorar costos y utilizando la mano deobra de baja calificación en procesos de producción muy estandari-zados, generalmente los relativos a ensamble y envoltura. En otroscasos, la mano de obra de baja calificación se utiliza en actividades ex-ternas a la producción propiamente dicha, como el almacenamientoo la distribución.

La explotación a la que hacemos referencia es ese proceso de pro-ducción muy repetitivo, muy cansado y mal pagado, que incluso mu-chos ilegales llegan a abandonar a los pocos días de haber entrado,pues siempre tienen la esperanza de encontrar algo mejor. Esos tra-bajos repetitivos están disponibles muy a menudo, ya que los traba-jadores no aguantan mucho tiempo realizándolos. Se trata de pro-cesos estandarizados que repercuten en que los trabajadores rotencontinuamente en los puestos. Un ejemplo es la experiencia de Veró-nica Montes de Oca, inmigrante mexicana que recién ingresó al mer-cado laboral local. Ella trabajaba ocho horas diarias colocando tapo-nes a botellas de champú sobre bandas rápidas, un trabajo que se ofrecíaconstantemente, pues los que lo ocupan no aguantan el ritmo. Es algo asícomo una especie de castigo a quienes se incorporan al mercado la-boral en el Medio Oeste de Estados Unidos.

No todos los trabajos ofrecidos por las agencias de subcontrata-ción son tan rutinarios ni mal pagados. Sin embargo, parece que losinmigrantes mexicanos, sobre todo los que recién ingresan, ocupanlos peores en la escala laboral.



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