TALA DE CHOPOS EN LA DEHESA El pasado mes de mayo se procedió a tirar los chopos que había al lado de la casa de La Dehesa. Esta decisión fue tomada por unanimidad de todos los miembros del Consejo de Catosa, a propuesta de un socio, y debido al peligro que existía por la caída continua de grandes ramas secas y el riesgo de que alguno de ellos cayera sobre la casa o sobre alguna persona o animal. También se tomó la decisión de reponer este arbolado con una especie autóctona como es el fresno, protegiéndolos del ganado y llevando el agua para su riego, con la idea de crear un espacio de descanso, recreo y disfrute para todos los caserienses. La plantación de los fresnos está prevista para el próximo otoño. La decisión estuvo basada en criterios técnicos que expongo a continuación y que fueron confirmados una vez que se cortaron los árboles y se vio el estado de podredumbre interior de sus troncos. Como bien sabéis, los árboles son seres vivos y como tal tienen una esperanza de vida. La madera del chopo es bastante más blanda que la de otras especies como el fresno, y derivado de esto, su vida también es menor. Otras, como robles y encinas, tienen una madera mucho más dura y su vida es, por lo tanto, mucho mayor. El chopo es una especie de rápido crecimiento que necesita mucha más humedad y profundidad de suelo que las comentadas anteriormente. Es por este motivo por el que, si miramos desde la casa de La Dehesa, a su alrededor, no encontramos chopos en varios kilómetros a la redonda, salvo alguno que pudiera haber disperso. Es éste uno de los motivos por los que el chopo en esta zona no se considera como una especie autóctona. En cuanto a la edad óptima de corta de los chopos para la obtención de madera en zonas de ribera de ríos, puede rondar entre los 15 y 20 años. Los chopos que hemos talado, calculo que tendrían más de 50-60 años. Desde hace varios inviernos, las ramas caídas eran cada año mayores, tanto en número como también en tamaño, es decir, que cada año caían más ramas y de un grosor también mayor, lo que hacía indicar que el estado de podredumbre de los troncos principales también iba en aumento. El agua penetra en el árbol por las heridas y por las horquillas o confluencia de las ramas. Con el hielo del invierno y con la entrada de insectos y plagas, estas heridas cada vez son mayores lo que favorece al invierno siguiente que este proceso vaya en aumento progresivo. Además, en los árboles viejos la capacidad de cicatrización de estas heridas es casi nula. A continuación se exponen las fotografías de los seis árboles talados. Se puede apreciar que en tres de ellos, la podredumbre del tronco llega a ras del suelo. En el resto, llegaba hasta una altura de un metro sobre el suelo. Árbol nº 1