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1 VERSIÓN NO DEFINITIVA Rasgos gramaticales de adverbios y pronombres relativos en construcciones existenciales Edita Gutiérrez Rodríguez / Pilar Pérez Ocón Universidad de Castilla-La Mancha 1. Introducción En este capítulo nos vamos a centrar en un tipo de oraciones –encabezadas tanto por pronombres como por adverbios– que, por sus propiedades híbridas, han sido analizadas por algunos autores como relativas y por otros como interrogativas. 1 El estudio de los rasgos gramaticales y léxicos de los pronombres y adverbios que intervienen en esta construcción nos ayudará a determinar la naturaleza relativa de estas piezas léxicas y a precisar los límites, a veces difusos, entre los relativos, los interrogativos y las conjunciones subordinantes. Las relativas libres de interpretación indefinida (en adelante, RLI) de ejemplos como (1) son un tipo de construcción encabezada por pronombres o adverbios relativos; las propiedades híbridas de estas construcciones parecen acercarlas a las oraciones interrogativas indirectas (2), por un lado, y a las relativas libres (en adelante, RL) por otro (3). (1) a. No tiene con quién hablar. 2 b. ¿Hay cómo hacerlo? c. No encontró dónde dormir. (2) a. No sabe a quién invitar. b. Se preguntaba cómo hacerlo. (3) a. Ignoró a quienes no le saludaron. b. Quien haya dicho eso se equivoca. La principal diferencia entre las RLI y las RL es que las primeras tienen la interpretación de un SN indefinido, mientras que las segundas son definidas, como se refleja en las paráfrasis de (4): (4) a. No tiene con quién hablar. ‘No tiene nadie con quién hablar’ AGRADECIMIENTOS 1 Las oraciones encabezadas por los adverbios relativos donde, cuando, como y cuanto se analizan tradicionalmente de dos maneras diferentes, según aparecen con o sin antecedente. En el primer caso, se consideran oraciones adjetivas porque modifican a un sustantivo (Fueron al pueblo donde nació) y, en el segundo, se incluyen entre las adverbiales de lugar, tiempo y modo porque desempeñan la función de complemento circunstancial de la oración principal. Estas oraciones se denominan en ocasiones adverbiales propias porque entre las subordinadas adverbiales o circunstanciales son las únicas sustituibles por un adverbio (cf. Fueron {donde nació / allí}). En este análisis, como se señala en RAE (2009: § 44.7b), las unidades donde, cuando, como y cuanto se consideran conjunciones que introducen subordinadas adverbiales. En numerosas ocasiones se ha llamado la atención sobre el problema de analizar de manera diferente dos estructuras que parecen la misma y hoy en día es estándar considerar que todas las oraciones encabezadas por un relativo, esté o no el antecedente explícito, son oraciones relativas y no adverbiales. Por otro lado, en RAE (2009: § 1.13p y ss.) se ofrecen diversas razones por las que el concepto de subordinación adverbial es cuestionable hoy en día. 2 Escribiremos sistemáticamente el pronombre o adverbio relativo con tilde en estas construcciones.
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Rasgos gramaticales de adverbios y pronombres relativos en construcciones existenciales

May 15, 2023

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Page 1: Rasgos gramaticales de adverbios y pronombres relativos en construcciones existenciales

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VERSIÓN NO DEFINITIVA

Rasgos gramaticales de adverbios y pronombres relativos en construcciones existenciales∗

Edita Gutiérrez Rodríguez / Pilar Pérez Ocón Universidad de Castilla-La Mancha

1. Introducción En este capítulo nos vamos a centrar en un tipo de oraciones –encabezadas tanto por pronombres como por adverbios– que, por sus propiedades híbridas, han sido analizadas por algunos autores como relativas y por otros como interrogativas.1 El estudio de los rasgos gramaticales y léxicos de los pronombres y adverbios que intervienen en esta construcción nos ayudará a determinar la naturaleza relativa de estas piezas léxicas y a precisar los límites, a veces difusos, entre los relativos, los interrogativos y las conjunciones subordinantes. Las relativas libres de interpretación indefinida (en adelante, RLI) de ejemplos como (1) son un tipo de construcción encabezada por pronombres o adverbios relativos; las propiedades híbridas de estas construcciones parecen acercarlas a las oraciones interrogativas indirectas (2), por un lado, y a las relativas libres (en adelante, RL) por otro (3).

(1) a. No tiene con quién hablar.2 b. ¿Hay cómo hacerlo? c. No encontró dónde dormir.

(2) a. No sabe a quién invitar. b. Se preguntaba cómo hacerlo. (3) a. Ignoró a quienes no le saludaron. b. Quien haya dicho eso se equivoca. La principal diferencia entre las RLI y las RL es que las primeras tienen la interpretación de un SN indefinido, mientras que las segundas son definidas, como se refleja en las paráfrasis de (4): (4) a. No tiene con quién hablar. ‘No tiene nadie con quién hablar’                                                                                                                ∗ AGRADECIMIENTOS 1 Las oraciones encabezadas por los adverbios relativos donde, cuando, como y cuanto se analizan tradicionalmente de dos maneras diferentes, según aparecen con o sin antecedente. En el primer caso, se consideran oraciones adjetivas porque modifican a un sustantivo (Fueron al pueblo donde nació) y, en el segundo, se incluyen entre las adverbiales de lugar, tiempo y modo porque desempeñan la función de complemento circunstancial de la oración principal. Estas oraciones se denominan en ocasiones adverbiales propias porque entre las subordinadas adverbiales o circunstanciales son las únicas sustituibles por un adverbio (cf. Fueron {donde nació / allí}). En este análisis, como se señala en RAE (2009: § 44.7b), las unidades donde, cuando, como y cuanto se consideran conjunciones que introducen subordinadas adverbiales. En numerosas ocasiones se ha llamado la atención sobre el problema de analizar de manera diferente dos estructuras que parecen la misma y hoy en día es estándar considerar que todas las oraciones encabezadas por un relativo, esté o no el antecedente explícito, son oraciones relativas y no adverbiales. Por otro lado, en RAE (2009: § 1.13p y ss.) se ofrecen diversas razones por las que el concepto de subordinación adverbial es cuestionable hoy en día. 2 Escribiremos sistemáticamente el pronombre o adverbio relativo con tilde en estas construcciones.

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b. Quien venga hablará contigo. ‘La persona que venga hablará contigo’ En RAE (2010: § 3.4.3.2.3) se señala que en ocasiones es posible articular las palabras interrogativas y relativas (también llamadas palabras qu-) como tónicas o átonas en un mismo enunciado sin variaciones de significado.3 Este es el caso de las RLI de (5), donde se refleja la tonicidad con la tilde. El hecho de que la palabra qu- pueda ser tónica en las RLI parece acercar estas construcciones a las interrogativas indirectas, encabezadas por un interrogativo tónico. Sin embargo, entre las dos oraciones de (6) hay diferencias de configuración y significado apreciables, que se derivan de la distinta naturaleza del complemento verbal, que es una interrogativa indirecta en (6a) y una relativa libre en (6b):

(5) a. No tiene en quién confiar. ‘No tiene nadie en quien confiar’

b. No tiene en quien confiar. ‘No tiene nadie en quien confiar’

(6) a. Se ha olvidado de quién la cuidó. ‘Se ha olvidado de qué persona la cuidó’

b. Se ha olvidado de quien la cuidó. ‘Se ha olvidado de la persona que la cuidó’ En la bibliografía las RLI se denominan relativas libres de infinitivo (Suñer 1984) o relativas libres irrealis (Grosu 1994, Grosu y Landman 1998). Estas relativas de interpretación indefinida han sido muy poco estudiadas en comparación con las RL, a pesar de que existen en numerosas lenguas, como se recoge en Caponigro (2001: 53). Las RLI se dan en las lenguas romances, eslavas, finougrias, y también en griego moderno y hebreo moderno; no existen, sin embargo, en las lenguas germánicas como el inglés, el holandés o el alemán. Las RLI tienen una distribución muy reducida, pues solo pueden aparecer con predicados que exigen SN indefinidos de complemento y que muestran, por tanto, efectos de definitud.4 En este trabajo nos vamos a centrar en las RLI del español que aparecen como complemento de los predicados existenciales haber y tener. 5 Estos predicados se caracterizan por su función                                                                                                                3 En esta obra se señala que cuando la RL lleva el verbo en infinitivo, los relativos tienden a pronunciarse como tónicos, mientras que si el verbo está en forma personal la tendencia es a pronunciarlos átonos. También hay variación según el relativo de que se trate: mientras que algunos como quien o donde permiten la doble articulación tónica / átona, otros como que suelen realizarse siempre tónicos. 4 Existe una abundante bibliografía, tanto desde el punto de vista semántico como sintáctico, sobre el Efecto de Definitud (en inglés, Definiteness Effect). Para una visión general del problema y una presentación de distintas posiciones teóricas, véanse Milsark (1977), Reuland y ter Meulen (1987), Lyons (1999: § 6.2), Zamparelli (2000: capítulo 2) y Gutiérrez-Rexach (2003: § II. 2). 5 No nos vamos a ocupar aquí de las relativas semilibres (cf. Brucart 1999). Asumimos, sin embargo, el tratamiento no unitario de la secuencia el que, propuesto inicialmente por Bello (1847) y posteriormente desarrollado por otros autores como Brucart (1992), (1999) o RAE (2009), entre otros. Por tanto, junto al relativo compuesto el que, que aparece en oraciones como El chico con el que fui es Juan, se da la secuencia <el e que>. En esta secuencia, el que se analiza como el artículo definido seguido de una categoría vacía nominal (e), antecedente de la relativa: El e que vino es Juan. Como veremos más adelante, el relativo complejo el que no aparece en las RLI por razones que tienen que ver con la definitud; tampoco la secuencia <el e que> se da en las RLI, pues esta última está encabezada por el artículo definido, mientras que nuestro trabajo se centra en los complementos de predicados existenciales, que exigen SN indefinidos de complemento: Quiero el que leíste ayer / *Hay el e que leíste ayer. Tampoco estudiaremos los relativos indefinidos como cualquier o los compuestos del tipo de quienquiera (que), cuyas características particulares exceden los objetivos de este trabajo. Estos relativos no aparecen en los contextos existenciales de los que nos ocupamos en este trabajo: *No tenía dondequiera que ir / No tenía dónde ir.

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presentativa: aportan información nueva al discurso, por lo que imponen un requisito de indefinitud a su argumento interno.6 En cambio, no trataremos en este trabajo la otra clase semántica de predicados que aceptan RLI de complemento, los predicados intensionales como buscar, encontrar, faltar, etc.: Buscaba con quién ir / No encontró con quién hablar / Le faltaba dónde dormir. Estos predicados dejan en suspenso la existencia del referente de alguno de sus argumentos y, por tanto, producen la lectura inespecífica de los SN indefinidos que son su complemento.7 Vamos a defender, en la línea de Plann (1980) y Suñer (1984), que las RL son construcciones nominales que tienen un antecedente definido fonéticamente nulo y que las RLI son también construcciones nominales, que se diferencian del resto de las relativas libres en que tienen como antecedente un cuantificador indefinido nulo equivalente a los cuantificadores alguien, algo, nadie, nada… (Masullo 2011). Este cuantificador es un término de polaridad que se legitima en un entorno modal. A este tipo de análisis se oponen otros como los de Ojea (1992), Bartra (1990), Grosu (1994), Grosu y Landman (1998) o Caponigro (2001), que defienden que las RLI son construcciones oracionales semejantes, por tanto, a las interrogativas indirectas. La estructura de este trabajo es la siguiente. En el § 2 repasaremos las propiedades de las RLI, comparándolas con las características de las RL por un lado y de las interrogativas indirectas por otro. En el § 3 resumiremos los análisis que se han propuesto para las RL y las RLI. En el § 4 desarrollaremos nuestra propuesta sobre las RLI: daremos cuenta de la naturaleza indefinida del antecedente a partir de la presencia del infinitivo en la relativa; analizaremos los rasgos de los relativos y la relación que se establece entre el relativo y el antecedente; explicaremos las diferencias con las RL, que no se esperan si las RLI son realmente un tipo de relativa libre;

                                                                                                               6 Los predicados haber y tener sí pueden aparecer en ocasiones con SN definidos de complemento; en tal caso, el SN definido debe aportar información nueva para el oyente, o no compartida. Esperamos, pues, que los SN definidos en contextos existenciales no sean anafóricos sino casos de primera mención. Por ejemplo, el verbo haber admite SN definidos en los siguientes entornos (datos tomados de Leonetti 1999: 12.1.2.4): i) Primera mención del referente: Había las mismas personas en los dos actos. La presencia del adjetivo mismas permite la aparición del SN definido (cf. *Había las personas en los dos actos). Este adjetivo crea las relaciones anafóricas necesarias para la identificación unívoca del referente. Sin embargo, se trata de una primera mención, por lo que el SN puede aparecer como complemento de haber. ii) Menciones de nuevos ejemplares de un tipo ya conocido: En su casa había el follón de siempre / *Había el follón. iii) Menciones de datos conocidos pero que deben ser presentados como información nueva, en lo que se denomina lectura de lista (ing. List Reading): ¿Qué tenemos para cenar? Hombre, pues ya sabes, hay el arroz y la ensalada. iv) Superlativos: Leonetti señala que los superlativos son expresiones definidas no anafóricas, la definitud está legitimada por la información restrictiva que acompaña al nombre pero se introduce información nueva: No hay el menor indicio de culpabilidad. v) En otros casos, los modificadores del nombre –SP, oraciones de relativo, oraciones sustantivas, etc.– hacen posible la aparición del artículo definido, al introducir información nueva para el oyente: Incluso hay la perspectiva de que el viaje se pueda retrasar; Hay el problema del aprovechamiento adecuado de los recursos hidrológicos; Antes había la conciencia de que alcanzar algo exige esfuerzo. Del mismo modo, el verbo tener en las construcciones posesivo-existenciales exige SN indefinidos: Tiene una buena amiga con la que habla mucho; *Tiene la buena amiga con la que habla mucho. Sin embargo, como se señala en Leonetti (2006), la aparición de un SN definido en el complemento del verbo tener activa un proceso de reinterpretación del verbo, que deja de tener un significado existencial y adquiere otras interpretaciones, como la interpretación posesiva transitoria (cf. Tiene el dinero) o la lectura de lista (cf. El cuerpo de los mamíferos tiene la cabeza, el tronco y las extremidades), entre otras. 7 Nótese, sin embargo, que no todos los predicados intensionales admiten RLI con la misma facilidad: Buscaba con quién hablar / Encontrará cómo hacerlo / *{Deseaba / quería} dónde dormir. Estos últimos predicados sí admiten relativas de infinitivo con antecedente: Quería libros que leer / *Quería qué leer (sobre las relativas de infinitivo que tienen como antecedente un nombre escueto, véase Táboas 1995). El hecho de que estos predicados admitan oraciones, además de SN, de complemento hace el análisis todavía más complejo.

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asimismo, explicaremos que las similitudes entre las RLI y las interrogativas indirectas no se deben a la ausencia de un antecedente nominal en las RLI sino que se explican por otras razones. Por último, haremos un análisis en rasgos de los pronombres y adverbios relativos, con el que daremos cuenta de la distribución de las palabras qu- en las RLI. 2. Propiedades de las RLI Las RL y las RLI pueden parecer idénticas a las oraciones interrogativas indirectas debido a la ausencia de un antecedente expreso en las relativas. En los siguientes subapartados vamos a resumir las propiedades que las RLI comparten con las RL y con las interrogativas indirectas, y las propiedades que diferencian a las RLI de unas y otras construcciones. En los ejemplos de (8) aparecen los tres tipos de construcciones encabezadas por elementos qu-:

(7) a. Ignoró a quienes no le saludaron. (RL) b. No tiene a quién invitar. (RLI)

c. No sabe a quién invitar. (interrogativa indirecta)

La secuencia subrayada en (7a) es una RL, es el complemento del verbo ignorar y tiene la interpretación de un SN definido (‘Ignoro a las personas que no le saludaron’). El constituyente subrayado en (7b) es también una relativa sin antecedente explícito, sin embargo, su interpretación no es como la de (7a), sino que tiene una lectura equivalente a la de un SN indefinido (‘No tiene nadie a quien invitar’). Este sintagma es el complemento del verbo tener y se trata de una RLI. Por último, la oración de (7c) es una interrogativa indirecta de infinitivo, complemento del verbo saber. Como hemos señalado en la introducción, vamos a proponer que las RLI tienen la misma estructura que las RL. Por tanto, tendremos que dar cuenta, por un lado, de las propiedades en que las RLI se diferencian de las RL y, por otro, de las propiedades en que las RLI se asemejan a las interrogativas indirectas. En este apartado nos limitaremos a describir las propiedades de las tres construcciones, que posteriormente explicaremos en el § 4. 2.1. Relativas libres de interpretación indefinida frente a relativas libres Las razones más importantes para considerar que las RLI son un tipo de RL son su distribución e interpretación. Tanto unas como otras tienen distribución nominal, igual que las relativas correspondientes con antecedente explícito (8b) y (8d), y también reciben una interpretación nominal,8 como se refleja en las paráfrasis de (8a) y (8c). Recordemos que las RLI que estamos estudiando son complemento de los verbos haber y tener, que nunca seleccionan oraciones.

(8) a. No tiene [SN a quién admirar] (RLI) ‘No tiene nadie a quien admirar’ b. No tiene [SN nadie a quien admirar] (relativa con antecedente) c. No vio a quien admiraba (RL) ‘No vio a la persona que admiraba’ d. No vio al profesor que admiraba (relativa con antecedente)

                                                                                                               8 Empleamos aquí sintagma o expresión nominal como término no marcado para referirnos a la proyección nominal. Más adelante propondremos que las RLI están encabezadas por un cuantificador, por lo que la proyección correspondiente es más propiamente un sintagma cuantificado (SCu), proyección intermedia entre el sintagma determinante (SD) y el SN.

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A pesar de las similitudes señaladas, las RLI presentan muchas características sintácticas que las alejan de las RL, que resumimos a continuación:

a) Las RLI tienen naturaleza indefinida, mientras que las RL son obligatoriamente definidas:

(9) a. No hay dónde ir. ‘No hay ningún lugar donde ir’ b. Fue donde le dijeron.

‘Fue al sitio que le dijeron’

b) Las RLI aparecen con un número pequeño de predicados (tener, haber, buscar, faltar, etc.), mientras que las RL aparecen más libremente como argumentos o adjuntos de casi cualquier predicado que seleccione un argumento nominal.

c) El verbo que aparece en las RL no puede ir en infinitivo (10), tiene que estar flexionado, y puede ser indicativo o subjuntivo; sin embargo, las RLI llevan obligatoriamente el verbo de la subordinada en infinitivo y, marginalmente, en subjuntivo, como se explica a continuación.

(10) a. *Invitó a quien ver en la fiesta. (RL) b. Invitó a quien vio en la fiesta. (RL) c. Invitará a quien vea en la fiesta. (RL)

(11) a. No tiene con quién hablar. (RLI) b. *No tiene con quién hable. (RLI) c. *No tiene con quién habló. (RLI) Hay al menos dos contextos en que el verbo de la RLI puede ir en subjuntivo. En primer lugar, el subjuntivo aparece necesariamente si el relativo funciona como sujeto, pues los infinitivos no admiten sujetos explícitos, lo que podría interpretarse como un último recurso para construir RLI con el relativo de sujeto: (12) a. No tiene quién le quiera b. *No tiene quién querer

c. No tiene a quién querer d. *No tiene a quién quiera

En segundo lugar, excepcionalmente puede aparecer subjuntivo en una RLI si el verbo de la relativa es el auxiliar modal poder: (13) a. *No tiene a quién quiera.

b. ?No tiene a quién pueda querer.

d) Las RLI tienen interpretación modal, las RL no. Mientras que una RLI como No tiene dónde dormir se puede parafrasear como ‘No tiene dónde pueda dormir’, con un verbo modal, las RL no son intrínsecamente modales. Así, Comía donde dormía no admite una paráfrasis del tipo ‘Comía donde podía dormir’.

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e) Las RL muestran efectos de encaje de preposiciones, fenómeno también denominado solapamiento o superposición (ing. matching) (cf. RAE 2009: § 44.7u), mientras que las RLI no. Vamos a ver con un poco de detalle en qué consiste este fenómeno al que los estudios sobre las RL han dedicado mucha atención. En las RL el verbo de la oración principal impone al sintagma relativo determinados requisitos categoriales que no son esperables. Para describir el fenómeno del encaje, es preciso señalar en primer lugar que en español las RL admiten como máximo la aparición de una preposición ante el relativo que las encabeza, frente a lo que ocurre con una oración interrogativa (cf. *Vimos a (la persona) con quien ibas (RL) / Depende de con quién vayas (interrogativa indirecta)). Dicho esto, vamos a repasar a continuación la casuística del encaje. En primer lugar, cuando el verbo de la oración principal y el de la relativa seleccionan la misma preposición, la construcción es gramatical, siempre que ambas preposiciones queden reducidas a una. En (14a) tanto soñar como pelear exigen la preposición con, mientras que en (14b) entrevistarse exige con y el complemento indirecto de dar lleva la preposición a: (14) a. He soñado con quien te peleaste ayer.

‘He soñado con (la persona) con quien te peleaste ayer b. *Me entrevisté con a quien le diste el encargo.

‘Me entrevisté con (la persona) a quien le diste el encargo’ [Brucart 1999: § 7.2.4.4] Para que haya simplificación de las dos preposiciones en una no es necesario que la función desempeñada por ambos SP sea la misma –como en (14a), en que los dos SP son complemento de régimen preposicional–, es suficiente con que haya identidad léxica: (15) a. Ayer vi a quien le compraste este piso. [Brucart 1999: § 7.2.4.4] b. Finalmente conocí a quien tú habías recurrido tantas veces.

Así, en (15a) la preposición a del verbo principal se corresponde con la marca del objeto directo, mientras que la a de la subordinada es la marca del objeto indirecto. De la misma manera, en (15b), la a del verbo principal corresponde al complemento directo, mientras que la de la subordinada forma parte del complemento de régimen preposicional. Además, si solo el verbo de la principal exige preposición, el resultado es gramatical, como en (16a). En cambio, si es únicamente el verbo de la subordinada el que rige preposición, como en (16b), la oración es agramatical.

(16) a. Luchó contra quien le dijeron.

b. *No trajo con lo que contabais. En definitiva, no se puede relativizar en una RL un SP si el verbo de la principal no subcategoriza un SP con la misma preposición que la del verbo de la subordinada.

En las RLI no se observan los efectos de encaje, como muestra el contraste (16b) y (17). En esta última tener no rige preposición, a diferencia de contar, y, sin embargo, la construcción es gramatical. (17) No tenía con quien contar.

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f) Las RLI se pueden truncar (ing. sluicing), es decir, se puede elidir el segmento que sigue al

relativo cuando esta información se halla presente en el contexto lingüístico previo. Las RL, en cambio, no presentan una variante truncada:

(18) a. ¿Tienes por dónde salir?

b. Sí, tengo por dónde. c. ¿Estuvo María con quien tú estuviste ayer? d. *Sí, estuvo con quien.

Retomaremos esta cuestión en el siguiente subapartado, pues esta es una propiedad que las RLI comparten con las interrogativas indirectas y que en el § 4.4 explicaremos por razones prosódicas.

g) Por último, el paradigma de los elementos qu- que aparecen en las RLI no coincide con el

de las RL, como se recoge en la tabla 1.9

Relativas libres (RL)

Relativas libres indefinidas (RLI)

quien (pron.) sí sí que (pron.) X sí que (det.) X X el que (pron.) sí X cuanto (pron.) sí X cuanto (det.) sí X cuanto (adv.) sí X cuyo (det.) X X cual (pron.) X X cual (det.) X X el cual (pron.) X X cuando (adv.)   sí sí donde (adv.) sí sí como (adv.) sí sí

Tabla 1. Distribución de los elementos qu- en RL y RLI Entre las diferencias más importantes que se observan, y que explicaremos en el § 4.5, lo más destacable es la ausencia de cuanto y de el que en las RLI, y el hecho de que el pronombre que puede aparecer en las RLI y no en las RL: (19) a. Compra todo cuanto quiere. (relativa con antecedente) b. Compra cuanto quiere. (RL) c. *No tiene cuánto querer. (RLI) (20) a. Se casó con la chica con la que soñaba. (relativa con antecedente) b. Se casó con la que soñaba. (RL)

c. *No tiene con la que ir. (RLI)

                                                                                                               9 En esta tabla los relativos que aparecen en las RLI no van marcados con la tilde, pues por razones de claridad expositiva no hemos duplicado los elementos de la tabla.

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(21) a. Compró un libro que le interesaba. (relativa con antecedente) b. *Compró que le interesaba. (RL)

c. No tiene qué decir. (RLI)

Como hemos adelantado en la introducción, vamos a proponer que las RLI son un tipo de RL y que, por tanto, tienen la misma configuración, con un antecedente nulo en ambos casos. Las diferencias que acabamos de resumir en a)-g) a menudo se emplean como argumento a favor de la naturaleza oracional y no nominal de las RLI. En nuestro caso, daremos cuenta de ellas en el apartado 4 por la naturaleza indefinida del antecedente implícito de las RLI, que tiene unas condiciones de legitimación distintas de las del antecedente definido de las RL. 2.2. Las relativas libres indefinidas frente a las interrogativas indirectas Examinaremos a continuación qué propiedades comparten las RLI y las oraciones interrogativas indirectas, especialmente las de infinitivo.

a) Las oraciones interrogativas indirectas son argumentos seleccionados por predicados regentes, por tanto, aparecen solo con un grupo pequeño de predicados como preguntar, saber, etc. Las RL pueden aparecer, en principio, con cualquier predicado que exija SN. Las RLI, sin embargo, parecen seleccionadas, en el sentido de que solo pueden aparecer con ciertos predicados, como haber y tener. La cuestión es dilucidar si lo que parece selección de la relativa libre no es más que la confluencia de una serie de factores contextuales relacionados con la definitud. En realidad, lo que estos verbos seleccionan es un SN indefinido y las RLI son SN indefinidos, debido a la presencia del infinitivo, como explicaremos en el § 4.1.

b) Las oraciones interrogativas indirectas están encabezadas por pronombres, determinantes y adverbios interrogativos, que se diferencian de los relativos desde el punto de vista prosódico por ser tónicos (el único relativo tónico es el cual). Las RL, como todas las relativas, están encabezadas por relativos átonos. En cambio, las RLI pueden estar encabezadas por relativos tónicos, como también hemos señalado en la introducción.

c) En (18a) y (18b) veíamos que las RLI, frente a las RL, se pueden truncar. Las RLI

comparten esta propiedad con las oraciones interrogativas indirectas, de modo que el pronombre o adverbio interrogativo queda como único representante de la oración, que se reconstruye a partir del contexto: (22) a. Se fue con un amigo pero no sé con quién se fue. (interrogativa indirecta)

b. Se fue con un amigo pero no sé con quién. (23) a. Quería ir a China, pero no tenía con quién ir. (RLI)

b. Quería ir a China, pero no tenía con quién.

d) Tanto las oraciones interrogativas indirectas de infinitivo como las RLI tienen un valor modal, como muestran las paráfrasis de las oraciones de (24).

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(24) a. No sabe dónde ir. ‘No sabe dónde {puede / pueda} ir’ b. No tiene dónde ir. ‘No tiene dónde pueda ir’

A pesar de las similitudes señaladas, las RLI se diferencian de las oraciones interrogativas indirectas de infinitivo en numerosos puntos:

a) Igual que ocurre en el caso de las RL, la principal diferencia entre una RLI y una oración interrogativa indirecta es la intuición clara de que unas y otras tienen diferentes propiedades semánticas. Mientras que las interrogativas indirectas denotan un tipo de función proposicional, las RLI, como el resto de las RL, tienen interpretación nominal y denotan entidades.

b) La distribución de las RLI, igual que la distribución de las RL, se corresponde con la de un elemento nominal, mientras que las interrogativas indirectas aparecen en contextos en los que se seleccionan oraciones. Por ejemplo, los verbos haber y tener seleccionan SN y también RLI, pero nunca oraciones, ni interrogativas ni afirmativas: (25) a. No hay quién te aguante. (RLI)

b. *No hay que Juan llegue tarde. (subordinada sustantiva declarativa) c. *No hay si llegar o no. (subord. sust. interrog. total) d. *No hay con qué novela entretenerse. (subord. sust. interrog. parcial) [Hernanz 1999: § 36.3.3.2]

Un predicado como saber, en cambio, selecciona argumentos oracionales, sean subordinadas sustantivas declarativas o interrogativas indirectas:

(26) a. No sabía que Juan llegaba tarde. (subordinada sustantiva declarativa)

b. No sabía si salir o no. (subord. sust. interrog. total) c. No sabía con qué novela entretenerse. (subord. sust. interrog. parcial)

c) Las oraciones interrogativas indirectas, como es sabido, pueden ser parciales o totales:

(27) a. Me pregunto {quién / dónde / cómo} vendrá.

b. Me pregunto si vendrá.

Las RLI, como las RL, no presentan esta diferencia y nunca pueden ir encabezadas por si:

(28) a. No tiene con quién ir a comer. (RLI) b. *No tiene si ir a comer. c. Me gustó quien vino a comer. (RL) d. *Me gustó si vino a comer.

d) El paradigma de los elementos qu- de las interrogativas indirectas no coincide exactamente con el

de las RLI, como se recoge en la siguiente tabla:

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Interrogativas Relativas libres indefinidas (RLI)

quién (pron.) sí sí qué (pron.) sí sí qué (det.) sí X el que (pron.) X X cuánto (pron.) sí X cuánto (det.) sí X cuánto (adv.) sí X cuyo (det.) X X cuál (pron.) sí X cuál (det.) sí X el cual (pron.) X X cuándo (adv.)   sí sí dónde (adv.) sí sí cómo (adv.) sí sí

Tabla 2. Distribución de los elementos qu- en interrogativas y RLI

Si comparamos la columna de las interrogativas y la de las RLI, vemos que la diferencia fundamental está en el uso del que determinante que, como señala Hernanz (1999: § 36.3.3.2), es incompatible con los verbos haber y tener, y posible con los verbos que seleccionan interrogativas:

(29) a. No sabe en {quién / qué amigo} confiar. (interrogativa indirecta)

b. No tiene en {quién / *qué amigo} confiar. (RLI)

Por otro lado, los relativos el cual y el que no aparecen en ninguna de las dos construcciones, lo que es esperable en las interrogativas pero no en las RLI. En el caso de el cual, ya hemos visto que tampoco aparece en las RL. Sin embargo, sí se esperaría que el que se emplease en las RLI. En el § 4.4 explicaremos la razón de estas asimetrías entre RL y RLI, que, por otro lado, no han de llevarnos a concluir que las RLI son interrogativas indirectas.

e) Por último, Grosu y Landman (1998: 157) señalan que en rumano y en ruso es posible

extraer de una RLI, igual que de una oración interrogativa indirecta; en cambio, nunca es posible hacerlo de las RL.10 Para estos autores, las RLI son oraciones subordinadas, frente a las RL, a las que consideran proyecciones nominales con un núcleo vacío. Por tanto, con su hipótesis es esperable que de las RLI se pueda extraer, frente a las RL, de las que en principio nunca se puede extraer. En español, se produce un contraste similar al que estos autores señalan:

(30) a. *el libro quei vi al niño que tenía hi (relativa con antecedente) b. *el libro quei vi a quien tenía hi (RL) c. ?el libro quei no tiene a quién dar hi (RLI) d. el libro que no sabe a quién dar (interrogativa indirecta)

                                                                                                               10 Como es sabido, las oraciones interrogativas indirectas son islas débiles, por tanto, permiten la extracción de algunos sintagmas, frente a las islas fuertes –como un sintagma nominal complejo con una relativa– de las que es imposible extraer (Ross 1967).

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Los datos de la extracción de RL y RLI parecen, en efecto, contrastar, y parece que es posible extraer de una RLI. Sin embargo, la razón de este contraste no se debe atribuir a que las RLI sean interrogativas indirectas sino a la naturaleza no flexionada del verbo de la subordinada. Incluso en una relativa con antecedente explícito, la extracción parece marginalmente posible si el verbo de la subordinada es un infinitivo: ??La fiesta a la que no tiene nadie con quien ir. Ross (1967), Chosmky (1986), Manzini (1992) y, más recientemente, Michael y Goodall (2013) han señalado la influencia de la flexión en las restricciones de islas, pues en muchos casos la presencia del infinitivo suaviza la restricción: (31) This is a book which I can’t figure out… ‘Este es un libro que no me puedo imaginar…’

a. ? [what to do about __ ] ‘… qué hacer con él’ b. ?* [what I should do about __ ]

‘… qué debería hacer con él’ [Michael y Goodall 2013]

Lo dicho hasta aquí indica que las RLI comparten propiedades con las RL, como se espera si son un tipo de relativas libres, pero también con las interrogativas. Su significado y su distribución nominales, así como la posibilidad de recuperar un antecedente tácito hacen pensar que son relativas; por el contrario, la posibilidad de truncamiento y el hecho de que parezcan seleccionadas por el predicado de la oración principal contribuyen a hacer borrosos los límites con las interrogativas indirectas.11 Por último, el paradigma de los elementos qu- de las RLI no coincide ni con el de las RL ni con el de las interrogativas. 3. Hipótesis anteriores sobre las relativas libres En este apartado vamos a resumir, en primer lugar, los análisis que se han propuesto dentro de la tradición generativista de las RL y, en segundo lugar, los que se han ofrecido para las RLI.

                                                                                                               11 Entre las propiedades que se han manejado para identificar las RLI y las interrogativas indirectas se halla la posibilidad de contener más de un grupo sintáctico interrogativo:

(i) a. No sabía cómo hacer la tarta. b. No sabía cómo hacer qué.

Grosu y Landman (1998: 157) señalan que en rumano y en ruso la doble interrogación es posible, frente a lenguas como el inglés. Los dos ejemplos proceden de estos autores:

(ii) a. *Who danced with whom last night will get married next week ‘Quien bailó con quien anoche se casarán la semana que viene’ b. Un mai avem [pe cine cu cine imperechia] no más tener-1pl ACC quién con quién juntar ‘No tenemos a quién juntar con quién’

En español, en cambio, la doble interrogación no nos parece posible: (iii) a. No hay con qué hacer la tarta.

b. */??No hay con qué hacer qué. El ejemplo de (iii)b. solo es gramatical en la lectura de eco, y no en la interpretación de lista, que es la que se debería obtener si se tratara de una interrogativa múltiple. Es, por tanto, semejante a lo que ocurre en ¿El niño que hizo qué?

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3.1. Análisis de las RL Los distintos análisis de las RL han tratado de dar cuenta de las propiedades de estas relativas resumidas en el apartado anterior. Tratan de explicar, por un lado, su distribución y significado, propios de un sintagma determinante (en adelante, SD)12, y por otro, el encaje y su aparente semejanza estructural con las oraciones interrogativas indirectas. Como señalan Van Riemsdijk (2006) y Ojea (2011: 124), los análisis de las RL se pueden dividir en dos grupos:

a) Los que consideran que la RL es categorialmente un SD que contiene un elemento nominal, el antecedente de la relativa, y una oración de relativo especificativa.

b) Los que consideran que la RL es categorialmente una oración (en adelante, SComp) con un

sintagma-qu- en su especificador al que el verbo de la oración principal puede acceder, de modo que este sintagma qu- satisface los requisitos de selección de este verbo.

En los apartados siguientes vamos a examinar cada una de las hipótesis con sus distintas variantes. 3.1.1. RL como sintagma determinante Esta hipótesis da cuenta directamente del hecho de que las RL tienen distribución nominal y tiene, además, la ventaja de establecer un paralelismo directo entre relativas sin antecedente y relativas con antecedente, que pueden recibir una explicación conjunta. Un análisis que capte el paralelismo sintáctico entre relativas con y sin antecedente parece deseable, debido a su semejanza de significado –ambas parecen tener el significado propio de un SN– y de distribución –ambas aparecen en posiciones de SN, no en posiciones de oración–. Si las RL son construcciones nominales, se plantea inmediatamente la cuestión de cuál es el antecedente de la subordinada y hay al menos dos respuestas posibles a esta pregunta, ambas exploradas en la bibliografía. El nombre de cada una de las hipótesis se refiere a la posición del relativo en la RL –en el núcleo del sintagma nominal o en el especificador de SComp–:

a) La Hipótesis del Antecedente (ing. Head Hypothesis). El antecedente de la relativa es el relativo. Es la hipótesis clásica de Bresnan y Grimshaw (1978), desarrollada posteriormente por Larson (1987) o Citko (2002), entre otros. Algunos análisis sitúan directamente el relativo en la posición de antecedente, con lo cual en la relativa habría un elemento pronominal borrado posteriormente bajo identidad referencial con el antecedente: (32) Vi a [SD quieni [SComp [SFlex proi vino]]] Otros análisis mueven el relativo desde la oración subordinada hasta la posición de antecedente: (33) Vi a [SD quieni [SComp quiéni [SFlex quieni vino]]]

                                                                                                               12 Desde Abney (1987) se entiende que el determinante es el núcleo funcional de la proyección nominal, SDeterminante (SD). Este análisis es una extensión de la hipótesis que considera que la flexión es el núcleo funcional oracional (SFlex o SI), y que los complementantes / conjunciones son también núcleos de una proyección funcional superior al SFlex, SComplementante (SComp).

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b) Hipótesis del Comp (ing. Comp Hypothesis). El antecedente de la relativa es un pronombre nulo, PRO o pro (Suñer 1984, Grosu y Landman 1998, entre otros), y el relativo ocupa la misma posición, especificador del SComp, que en las relativas con antecedente: (34) Vi a [SD pro / PROi [SComp quieni [SFlex quieni vino]]] Ojea (2011) se puede considerar también una variante de esta hipótesis, en la medida en que propone que en el antecedente de las RL hay un nominalizador que transforma la oración en una proyección nominal.

3.1.2. RL como SComp Esta hipótesis subraya la relación entre las oraciones interrogativas indirectas y las RL, y considera que las RL no son SD sino SComp y, por tanto, estructuralmente equivalentes a las oraciones interrogativas. De un modo u otro, todas las hipótesis englobadas en este apartado tienen que explicar por qué una oración tiene una interpretación nominal y una distribución también propia de un SN. Una versión de esta teoría es la llamada Hipótesis de la Accesibilidad del Comp (ing. Comp Accesibility Hypothesis), defendida por Groos y Van Riemsdijk (1981), Hirschbühler y Rivero (1981), (1983). Estos autores sostienen que la diferencia entre RL e interrogativas es que en las primeras el SComp es accesible a un rector externo y, por tanto, el relativo puede ser seleccionado por el predicado principal, lo que explica el efecto de encaje. El relativo, desde su posición en el especificador del SComp, satisfaría los requisitos de selección tanto del predicado de la principal como del predicado de la subordinada.

(35) Vi a [SComp quieni [SFlex quieni vino]] Como un acercamiento de este tipo plantea problemas relacionados con la teoría temática, desarrollos posteriores de esta hipótesis mantienen la idea fundamental de que la RL tiene naturaleza oracional y explican las características nominales de las RL de diferentes maneras. Van Riemsdijk (2006) propone una estructura en la que el relativo es compartido por los dos predicados, de la oración principal y de la subordinada. Donati (2006) postula un movimiento del relativo al núcleo Cº. De este modo, el rasgo nominal del relativo se filtra a todo el SComp y así se explica la interpretación nominal de estas oraciones. Ott (2011) también asume que el relativo es el responsable de la recategorización de la oración como una categoría nominal, no porque se mueva al núcleo Cº sino porque se produce una transferencia cíclica de una parte de la estructura sintáctica. El núcleo C de las relativas, a diferencia del de las interrogativas, contiene un rasgo formal no interpretable, lo que hace que C se mueva con su complemento a los componentes de la interfaz. De este modo, el relativo queda como único elemento visible en la siguiente fase, lo que explicaría de nuevo, la aparente naturaleza nominal de las RL. 3.2. Análisis de las relativas libres indefinidas A diferencia de las RL, las RLI han recibido mucha menos atención en la bibliografía y siempre se han estudiado en relación con las RL. En consonancia con los análisis propuestos para las RL, las RLI han sido analizadas como construcciones nominales (Plann 1980, Suñer 1984 y Masullo 2011) y también como construcciones oracionales (Ojea 1992, Bartra 1994, Grosu y Landman 1998 o

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Caponigro 2001). Como ya hemos dicho, las RLI tienen en común con las RL su distribución y significado nominal. En cambio, con las oraciones interrogativas indirectas de infinitivo comparten la posibilidad de truncamiento, el valor modal, la tonicidad de la palabra qu- y la ausencia de efectos de encaje. Semánticamente, las RLI se diferencian de las interrogativas indirectas porque estas son proposiciones mientras que las RLI son descripciones de entidades. Debido a esta naturaleza híbrida, se ha tratado a las RLI como SD en unos análisis y como oraciones en otros. En el siguiente apartado revisaremos ambas líneas de investigación. 3.2.1. RLI como SD Suñer (1984) y Masullo (2011) proponen para el español que las RLI son construcciones nominales encabezadas por una categoría fonéticamente vacía y semánticamente indefinida, que es el núcleo de la construcción y que satisface los rasgos de subcategorización del verbo principal. Por tanto, asumen un análisis paralelo para las RL y las RLI. La categoría vacía (e) es a su vez modificada por un SComp, a cuyo especificador se desplaza el relativo:

(36) a. Nos asustó [SD e [SComp quieni [SFlex quieni vino]]] b. No tiene [SD e [SComp quiéni [SFlex quieni se lo diga]]] Vamos a explicar de manera muy resumida el análisis de Suñer (1984), que ha servido como punto de referencia para el estudio de estas construcciones. Según Suñer, las RL van encabezadas por una categoría vacía pronominal (pro), que ha de ser identificada, como cualquier categoría sin contenido fonético. Esta legitimación tiene lugar o bien a través del relativo de la oración subordinada, o bien a través de la negación, como veremos más adelante. Existe una jerarquía en el modo de legitimación, de manera que si el verbo de la subordinada está flexionado, será obligatoriamente el relativo el que legitime a pro, aunque haya negación en la oración: (37) *No busco pro [con quién saliste]. En el caso de que la legitimación de la categoría vacía se realice a través del relativo, se producen efectos de encaje (descritos en el apartado anterior) y Suñer explica estos efectos como el resultado de una necesidad añadida de determinación del pro en la RL. (38) Por fin saliste con proi [con quieni soñabas]. En el caso de que la legitimación se produzca a través de la negación, en las relativas de infinitivo, los efectos de encaje no se observan porque es la negación y no el relativo la responsable de la identificación del pro: (39) No tenía pro con quién soñar. Más adelante retomaremos y ampliaremos la idea de Suñer de que la negación es un modo de legitimación de la categoría vacía. 3.2.2. RLI como SComp Las RLI también han sido analizadas como oraciones que complementan directamente a un predicado, en lugar de modificar a un antecedente nominal vacío. Esta idea aparece en los análisis

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de Ojea (1992), Bartra (1994), Grosu (1994), Grosu y Landman (1998) o Caponigro (2001). En Grosu (1994) o Grosu y Landman (1998) se distinguen las RLR (realis free relatives) de las RLI (irrelis free relatives). En estos estudios, las RL son analizadas como SD con un pro como antecedente, al que modifica una oración a cuyo especificador sube el relativo (40a). Las RLI, sin embargo, son analizadas como oraciones, es decir, como SComp (40b), lo que las relaciona estructuralmente con las oraciones interrogativas indirectas (40c); también en estos casos hay movimiento al especificador del SComp:

(40) a. Vino [SD pro [SComp [SD quieni] [Comp’ dijiste quieni]]] [RL] b. No tiene [SComp [SP con quien] [Comp’ hablar con quieni]] [RLI] c. No sabe [SComp [SP con quiéni] [Comp’ vendrá con quieni]] [interrogativa indirecta]

Las hipótesis que consideran a las RLI como SComp parecen explicar los puntos en común que las RLI tienen con las interrogativas indirectas, como la ausencia de efectos de encaje, la aparente naturaleza seleccionada de la construcción, la distribución de las palabras qu- –exclusión de el que y admisión de qué–, el carácter tónico de la palabra qu- en estas construcciones, o los datos de la extracción en propuestas como Grosu y Landman (1998). Sin embargo, estas hipótesis dejan sin explicar dos propiedades fundamentales de las RLI. En primer lugar, su naturaleza semántica, pues las RLI no denotan proposiciones sino entidades. En segundo lugar, su distribución, que se corresponde con la de una proyección nominal y no oracional. En particular, como ya hemos señalado, los predicados existenciales haber y tener nunca seleccionan un argumento oracional de complemento. Se suele asumir que las oraciones interrogativas y relativas tienen en el núcleo Comp un rasgo [+qu] que fuerza el desplazamiento de la palabra qu- al especificador del SComp. Este rasgo [+qu] de Cº está seleccionado léxicamente en el caso de los predicados que toman interrogativas indirectas, como preguntar, saber, averiguar, etc. En las relativas, en cambio, el rasgo no está seleccionado léxicamente pero es necesario para que se establezca la relación de predicación entre la oración de relativo y su antecedente. Dado que haber y tener no se cuentan entre los predicados que seleccionan un C [+qu], este rasgo [+qu] ha de corresponder necesariamente al de una relativa, cuyo antecedente es nulo. La necesidad de un antecedente en las relativas no deriva de requisitos de selección sino del hecho de que las oraciones de relativo introducen una predicación que modifica a un elemento externo, su antecedente.

4. Análisis de las RLI como relativas con antecedente cuantificativo nulo Vamos a defender, desarrollando ideas presentes en Suñer (1984), Hernanz (1999) y Masullo (2011), que las RLI son sintagmas cuantificativos (en adelante, SCu) encabezados por un núcleo fonéticamente vacío semejante a alguien, algo, nadie, nada…, de interpretación indefinida e inespecífica. El núcleo de este SCu es un término de polaridad que funciona como antecedente de la relativa y que ha de legitimarse en un entorno modal. El cuantificador nulo está modificado por una oración de relativo especificativa a cuyo especificador sube el sintagma relativo. Estamos, por tanto, proponiendo la misma estructura para las RL y para las RLI, que solo se diferencian en la naturaleza definida o indefinida y cuantificativa de su antecedente. En este apartado vamos a explicar las diferencias entre ambas a partir de este hecho.

(41) a. No tiene [SCu Cuind [SComp [SP a quiéni] [C’ querer a quiéni]]] b. Solo invitó [SD prodef [SComp [SP a quieni] [C’ conocía a quieni]]]

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Considerar a las RLI como un SCu, de naturaleza nominal, permite dar cuenta de dos propiedades fundamentales de estas construcciones: su distribución y su significado. En este sentido RLI y RL son construcciones nominales frente a las interrogativas indirectas, que son oracionales. El apartado 4 se organiza del modo siguiente: en el § 4.1 detallaremos las propiedades del antecedente propuesto: el tipo de proyección nominal de que se trata (SCu), su modo de legitimación (a través de un operador modal), su naturaleza semántica (indefinida e inespecífica); en el § 4.2 analizaremos los rasgos de los relativos y la relación que se establece entre el relativo y su antecedente; en el § 4.3 daremos cuenta de las diferencias entre las RL y las RLI, que vimos en el § 2.1 mientras que en el § 4.4 explicaremos las similitudes con las interrogativas indirectas de infinitivo, expuestas en el apartado § 2.2, y que han hecho que muchos autores consideren las RLI como subordinadas interrogativas. Por último, en el § 4.5 daremos cuenta de la distribución de los relativos en las RLI a partir de un análisis en rasgos de estos elementos. 4.1. Naturaleza del antecedente nulo 4.1.1 El sintagma cuantificativo antecedente de las RLI Como acabamos de señalar, el antecedente de las RLI es una categoría vacía de naturaleza nominal que funciona como un cuantificador indefinido de interpretación inespecífica que es un término de polaridad modal. La existencia de una categoría vacía indefinida pro se ha propuesto de manera independiente para explicar la ausencia de ciertos objetos argumentales que se corresponden con un sintagma nominal escueto (Campos 1986, Bosque y Gutiérrez-Rexach 2009).13 Como toda categoría vacía, su contenido debe poder recuperarse; en el caso del pro indefinido, este se recupera, o bien léxicamente a partir del verbo que lo selecciona (42a), o bien a partir del contexto (42b). Masullo (2011), que también defiende el carácter nominal de las RLI, señala que la naturaleza del antecedente nulo de la RLI es similar a la de los cuantificadores indefinidos de ejemplos como los de (42): (42) a. Luisa fuma pro. b. ¿Hay café? Sí hay pro. Nos vamos a ocupar ahora de estudiar qué tipo de sintagma cuantificativo encabeza las RLI. Desde que Abney (1987) propusiera que la proyección nominal cuenta con un núcleo funcional D, que toma un SN de complemento, se ha desarrollado una compleja teoría de la proyección funcional nominal, en la que se postula una serie de núcleos funcionales responsables de la cuantificación, la definitud o la numerabilidad, entre otras nociones. Vamos a diferenciar, en la línea de Sánchez López (1993), Zamparelli (2000) o Gutiérrez Rodríguez (2008), tres posiciones dentro de la proyección nominal para situar a los determinantes –entendiendo determinante en sentido amplio como el conjunto de palabras que permiten a un

                                                                                                               13 Otros casos para los que se ha propuesto la existencia de una categoría vacía indefinida son los sujetos de interpretación inespecífica, con rasgos de tercera persona del plural, de oraciones como Llaman a la puerta, donde se postula la existencia de una categoría vacía semejante a alguien (cf. Condoravdi 1987). También se propone la existencia de un objeto nulo indefinido, legitimado solamente por antecedentes nominales indefinidos, en Giannakidou y Merchant (1997). Estos autores defienden para el griego la existencia de un pro indefinido de objeto en ejemplos del tipo de ¿Trajo Andreas varios libros? Sí, trajo.

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nombre funcionar como argumento de un predicado–: dos núcleos Cu para los cuantificadores, que denotan cantidad, y un núcleo D para los determinantes cuyo significado se relaciona con la identidad y no con la cantidad:

(43)

Una parte considerable de la bibliografía semántica sobre los cuantificadores indefinidos, no universales o débiles (evaluativos –muchos, pocos, bastantes…–, existenciales –algún, ningún…–, numerales cardinales…) se ocupa de las diferencias entre las lecturas cuantificativa o partitiva y la lectura predicativa, adjetival o cardinal de sintagmas como muchos libros, algunos amigos o tres casas, diferencia que en español y en muchas otras lenguas cercanas no tiene un correlato sintáctico claro. Los cuantificadores débiles tienen fundamentalmente dos modos de significar, como operadores o como predicados de cantidad, que se asocian con la posición Cu1 y Cu2 de (43), respectivamente: i. Como verdaderos cuantificadores u operadores, que se desplazan al inicio de la oración y forman estructuras operador-variable: (44) a. Muchos de los niños estaban cansados.

b. La excursión de los niños fue larga y al final muchos niños estaban cansados. La oración de (44a) contiene un partitivo explícito y la de (44b), que no tiene el partitivo, tiene sin embargo, lectura partitiva encubierta, en la que muchos niños equivale a ‘muchos de los niños’. El cuantificador ocupa en ambos casos la posición Cu más alta, por encima de D. ii. Como predicados de cantidad, nunca tienen lectura partitiva y no contienen un operador que se desplace al inicio de la oración. El cuantificador ocupa en este caso la posición Cu más baja, por debajo de D:

(45) Había muchos niños.

Aunque parece poco intuitivo afirmar que en (45) no hay un verdadero cuantificador sino un predicado de cantidad, hay que tener en cuenta que aquí el término cuantificador se está usando en dos sentidos: un sentido técnico más restringido en el que equivale a operador y otro sentido más amplio en el que equivale a ‘elemento que indica cantidad’.14                                                                                                                14 Un verdadero cuantificador semántico exige que se haya introducido en el discurso o esté determinado de algún otro modo el conjunto sobre el que se cuantifica, de modo que el cuantificador no universal separa uno o varios elementos de ese conjunto; por tanto, en el caso de los cuantificadores débiles no universales, se produce necesariamente una partición del conjunto. El requisito de pluralidad del conjunto del que se extrae es semántico, pues proviene de la imposibilidad de extraer un elemento de un conjunto con un único elemento. El verdadero cuantificador actúa como un operador que liga una variable. El hecho de que actúe como un operador tiene consecuencias sintácticas claras: se

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Nuestra propuesta es que la categoría vacía antecedente de la relativa se corresponde con el SCu más incrustado en (43), la posición que ocupan los cuantificadores débiles en la lectura cardinal o predicativa, en la cual el cuantificador no introduce un operador. Por tanto, el SCu se corresponde con una variable que es ligada por un operador, como la negación, que se halla en la oración principal:

(46) No tiene [SCu [con quien ir]] En resumen, hemos visto que la categoría vacía antecedente de la relativa es una proyección nominal de naturaleza cuantitativa (SCu) igual que la de los sintagmas muchos niños o algunos regalos en la lectura predicativa de los cuantificadores débiles, en la cual no funcionan como operadores. Este SCu indefinido se encarga de satisfacer los requisitos de subcategorización del verbo principal, que exige una proyección nominal de complemento. Dado que los predicados que seleccionan las RLI (SCu- + SComp) solo toman argumentos nominales como complemento y nunca oraciones (*No tengo que ir15 / *No tengo si ir), la presencia de este cuantificador explica directamente la distribución y significado nominal de las RLI. Por otro lado, los verbos haber y tener son verbos existenciales o presentativos que crean contextos de indefinitud en los que solo son posibles SN indefinidos, pues se emplean para introducir nuevos referentes discursivos. El cuantificador nulo indefinido satisface los rasgos de selección de estos predicados. 4.1.2 El sintagma cuantificativo como término de polaridad modal Una vez establecida la naturaleza concreta de la proyección nominal vacía que funciona como antecedente de las RLI, vamos a ocuparnos de los procedimientos de legitimación sintáctica y semántica de esta categoría vacía. En el caso de las RLI no parece tan claro que el contenido semántico de esta categoría vacía se recupere por ninguno de los procedimientos señalados en Campos (1986) (cf. ejemplos de (42), más arriba), pues los rasgos semánticos de la categoría vacía antecedente de la relativa ni se recuperan del contexto previo ni de los predicados haber y tener que la seleccionan. Nuestra propuesta es que su legitimación se lleva a cabo a través de la concordancia con un operador de polaridad modal. En este sentido, estamos de acuerdo con Suñer (1984: 372) cuando señala que en ejemplos como No encuentro pro con quién hablar, la negación contribuye a la determinación de la categoría vacía:

“[…] the negative no is in fact helping to determine the empty category pro […] assume that pro […] has a negative feature like that of nadie. As a consequence, the no in addition to being the scope marker performs the extra task of ‘bringing out’ the negative marking in pro. Thus, the tendency for IFR [esp. RLI] to appear most commonly in negative contexts can be explained as representing a step toward providing pro with determination.”

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           mueve en Forma Lógica al principio de la oración para tomar alcance sobre toda ella y entra en relaciones de alcance con otros operadores presentes en su oración. Un predicado de cantidad, en cambio, solo denota el tamaño del conjunto pero no separa de este algunos elementos y, por tanto, no hay partición. 15 Evítese la lectura de perífrasis de tener que.

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Sin embargo, el núcleo de las RLI, es decir, el cuantificador indefinido, se legitima no solo en contextos de polaridad negativa, como señala Suñer en la cita anterior, sino en general en contextos de polaridad marcada (Masullo 2011: 318):

(47) a. No tiene con quién salir. b. ¿Tienes con quién salir? c. Ahora SÍ (que) tengo con quién salir.

d. ? Tiene con quién salir. Nótese que, como señala Bartra (1990: 139), para que (47d) sea plenamente gramatical ha de ser la contrapartida de una frase negativa anterior, de manera semejante a lo que ocurre en los ejemplos de las oraciones afirmativas de (48):16 (48) a. Sí que tiene con quién salir. b. Ya tiene con quién salir. c. Finalmente tiene con quién salir. Un comportamiento semejante tiene la categoría vacía de los ejemplos de (49), que ha de legitimarse con un operador negativo: (49) a. No hay e película que le guste.

b. *Hay e película que le guste. Hemos visto que la legitimación sintáctica de la categoría vacía proviene de la concordancia con un operador modal. Por otro lado, se plantea la pregunta de cómo se recupera su contenido léxico. Si examinamos un ejemplo como No tiene dónde dormir ‘No tiene ningún sitio donde dormir’, observamos que los rasgos semánticos de la categoría vacía provienen, por un lado, del operador negativo no, que le da el contenido correspondiente a ningún; por otro lado, el resto de sus rasgos, como el rasgo semántico de ‘lugar’ y los que veremos en el apartado § 4.5, provienen de la concordancia con el relativo. Se podría considerar que un correlato léxico del cuantificador indefinido nulo antecedente de las RLI es el cuantificador existencial alguno,17 que también aparece en contextos modales –no factuales o prospectivos–, en los que se suspende la existencia del referente del sintagma nominal encabezado por el cuantificador. En RAE (2009: § 20.3ñ), de donde proceden los ejemplos de (50)-(55), se enumeran algunos de estos entornos modales que legitiman la presencia del cuantificador: i. Oraciones construidas en futuro: (50) a. Encontraré en el ministerio algún amigo que nos ayude. b. Habrá e a quién ayudar. ii. Prótasis de oraciones condicionales:

                                                                                                               16 Como señala I. Bosque (c. p.), se observa el mismo fenómeno con ciertos términos de polaridad negativa: Esta noche por fin he conseguido pegar ojo frente a *Ayer pegué ojo. 17 Agradecemos a I. Bosque (c. p.) que nos haya señalado la semejanza del cuantificador vacío de las RLI con el cuantificador alguno y con la categoría vacía que aparece en los ejemplos de (49).

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(51) a. Si encuentras algún error… b. Si tienes e a quién llevar… iii. Oraciones en que intervienen adverbios o conjunciones de interpretación prospectiva: (52) a. En cuanto haya alguna oportunidad… b. En cuanto haya e dónde dormir… iv. Oraciones que expresan hechos habituales o repetidos: (53) a. En ocasiones escribe alguna carta. b. En ocasiones tiene e dónde dormir. v. Verbos y adverbios modales: (54) a. Puedes hacer algún viaje. b. Seguramente tiene algún problema. c. Puede haber e con quién hablar. d. Seguramente tiene e con quién viajar. vi. Oraciones genéricas:

(55) Siempre tiene quién le saque las castañas del fuego Hasta aquí hemos propuesto que la categoría vacía antecedente de la relativa es un SCu, término de polaridad modal, semejante al cuantificador algún.18 El contenido de esta categoría vacía se recupera, por un lado, a partir del operador modal y, por otro, a partir de los rasgos presentes en el relativo. 4.1.3 La naturaleza indefinida e inespecífica del antecedente La pregunta que se plantea a continuación es por qué la categoría vacía es indefinida e inespecífica en las RLI cuando el antecedente de las RL es definido. La respuesta tiene que ver con la naturaleza no flexiva del verbo de la subordinada, que suspende la implicación de existencia del referente del SCu en el que la relativa está inserta. Por ello, todas las relativas de infinitivo tienen un antecedente indefinido –nulo o explícito–:

(56) a. Busco {los / estos / mis / algunos / varios / tres} libros. b. Busco {algunos / varios / tres / Ø} libros que leer. c. *Busco {los / estos / mis} libros que leer.

                                                                                                               18 No abordaremos aquí la naturaleza de los contextos de polaridad y de los operadores que legitiman la aparición del cuantificador nulo. Si nuestro cuantificador se comporta como un indefinido o un término de elección libre del tipo de cualquier bajo el alcance de un operador modal o intensional (o no verídico, como señala Giannakidou 2001), habría que estudiar el conjunto de operadores que legitiman la presencia del cuantificador nulo en las RLI. Por otro lado, un término de elección libre que no esté legitimado adecuadamente en un entorno modal o intensional produce agramaticalidad (*María compró cualquier libro), mientras que la desviación semántica que se produce en nuestro caso o en el caso del cuantificador algún es más suave (?/?? Encontró en el ministerio algún amigo que le ayudó).

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Como es sabido, la alternancia entre indicativo y subjuntivo en las relativas implica una diferencia en el rasgo de especificidad19 del SN en el que se halla la relativa. La relación entre el modo y la especificidad es especialmente clara en los contextos intensionales, que hacen posible la lectura inespecífica.20 De manera semejante a lo que ocurre con el subjuntivo, el infinitivo tiene en las oraciones de relativo valor prospectivo o modal, razón por la cual es agramatical la oración con infinitivo perfecto en oraciones como (57b) (Hernanz 1999: § 36.3.3, RAE 2009: 26.4k):

(57) a. Tengo todavía dos artículos que leer. b. *Tengo todavía dos artículos que haber leído.

Debido a la naturaleza prospectiva o modal del infinitivo, el contenido de la relativa no se refiere a ninguna situación específica, de ahí la interpretación indefinida e inespecífica de la construcción. De esta manera, tanto el infinitivo como el subjuntivo hacen que se ponga en duda la existencia del referente denotado por el SCu en el que está la relativa. Por ello, las relativas de infinitivo –tengan o no antecedente nulo– solo pueden aparecer como complementos de los verbos intensionales (Taboas 1995: 205), y no de otros predicados que, sin embargo, sí admiten sintagmas nominales indefinidos:

(58) Relativa con antecedente nombre escueto a. Nuestro amigo busca cuadros que vender. b. *Nuestro amigo pinta cuadros que vender.

(59) Relativa con antecedente SN indefinido

a. Nuestro amigo busca algunos cuadros que vender. b. *Nuestro amigo pinta algunos cuadros que vender.

(60) Relativa libre indefinida                                                                                                                19 Como se señala en Leonetti (1999: 12.3.2.1), se emplean en la bibliografía lingüística distintos conceptos de especificidad. En este caso, entendemos la especificidad como una propiedad de ámbito, en el sentido de que el SN indefinido es inespecífico si está bajo el alcance de un operador intensional que suspende la inferencia de existencia del referente. 20 Cuando el verbo principal es intensional (buscar), la presencia del indicativo permite inferir la existencia del referente del sintagma nominal que es complemento del predicado intensional; el subjuntivo, por el contrario, no legitima tal inferenciaLa restricción que impone el infinitivo es todavía más fuerte que la del subjuntivo. Como señala Leonetti (1999: 865), en los contextos intensionales la correlación entre subjuntivo e inespecificidad se mantiene estable, también en los SN definidos pero no ocurre lo mismo con las relativas de infinitivo: i. Busca (a) {una / la} estudiante que sabe latín.

ii. Busca (a) {una / la} estudiante que sepa latín. iii. *Será bonito el vestido que escoger.

iv. Será bonito el vestido que escojas. Aunque se suele rechazar el infinitivo en relativas que dependen de un SN encabezado por un determinante definido, hay casos en que el artículo definido parece compatible con una relativa de infinitivo: Eligieron las islas que visitar; Seleccionaron los datos que cumplimentar; Decidieron los planes que desarrollar. En estos casos, el SN no designa una entidad particular sino que parece tener una lectura modal, como muestra la inserción de posible en los ejemplos: Eligieron las posibles islas que visitar… (cf. *Visitaron las posibles islas.) Como se señala en RAE (2009: § 26.12f), esta lectura modal de los SN definidos con cláusulas relativas de infinitivo explica la ausencia de la preposición a en el complemento directo de verbos como encontrar: *Encontró su marido / Encontró el marido con el que rehacer su vida. Como hemos señalado, el artículo definido es compatible con una relativa especificativa en subjuntivo en determinados casos en los que el SN definido puede tomar una lectura inespecífica, posibilidad que le está vetada al infinitivo. Por tanto, la presencia del infinitivo en la oración de relativo solo es compatible con un antecedente indefinido.

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a. Nuestro amigo busca qué vender. b. *Nuestro amigo pinta qué vender.

Los predicados que no son intensionales, como pintar, admiten SN indefinidos de complemento (cf. Pinté (algunos) cuadros); sin embargo, en tales contextos se infiere la existencia del referente denotado por el SN. Por ello, un SN con una relativa de infinitivo no puede aparecer como complemento de predicados no intensionales, pues el infinitivo suspende la implicación de existencia del referente del SN en el que la relativa se inserta mientras que el predicado principal fuerza la inferencia contraria, es decir, la existencia del referente:

(61) a. Pinté algunos cuadros. [SN indefinido pero específico] b. *Pinté algunos cuadros que vender. c. *Pinté cuadros que vender. d. *Pinté qué vender.

La siguiente pregunta a la que deberíamos responder es por qué el infinitivo tiene valor modal. Como señala Hernanz (1999), el infinitivo se caracteriza por su indefinición temporal, lo que significa que ha de anclarse temporalmente en otro elemento de la oración. Por ejemplo, en el caso de algunas subordinadas sustantivas, el infinitivo toma su referencia temporal del predicado principal, que rige la oración en la que el infinitivo se encuentra (cf. Quiero venir). Por el contrario, las oraciones de relativo no son oraciones regidas, por lo que la aparición de un elemento sin referencia temporal autónoma, como el infinitivo, no sería esperable. Esta predicción no se cumple, pues existen relativas de infinitivo. En ellas, el matiz prospectivo o modal es, según Hernanz (1999), la única vía para interpretar el infinitivo.

En resumen, en este subapartado hemos explicado la indefinitud e inespecificidad del antecedente de las RLI como consecuencia de la presencia del infinitivo en la relativa y hemos visto que la naturaleza inespecífica del SN es independiente de que el núcleo nominal sea o no una categoría vacía. Por último, hemos explicado el carácter modal del infinitivo como una opción de último recurso para interpretarlo. 4.2. Rasgos de los relativos. La relación entre el antecedente y el relativo Las palabras qu- relativas se diferencian de las interrogativas en que tienen un antecedente, expreso o tácito. El antecedente en las relativas especificativas no es todo el SD sino una proyección nominal intensional y la relación que se establece entre relativa y nombre es semejante a la que se establece entre el sustantivo y otros modificadores especificativos, como sintagmas preposicionales o adjetivos. La interpretación de la oración de relativo se obtiene a través de la asociación que el relativo establece con el antecedente,21 asociación que se suele reflejar a través de la coindización. La relación entre la posición de la oración subordinada desde la que se mueve el relativo y la posición que ocupa en el SComp también se refleja por el mismo procedimiento, a pesar de que se trata de relaciones de distinta naturaleza. La coindización entre el relativo en SComp y la posición de base es automática y se deriva de la aplicación de la regla de movimiento:

                                                                                                               21 Como señala Brucart (1992: 125), se pueden considerar dos opciones respecto a la relación entre el antecedente y la relativa. La primera, que se establezca un vínculo anafórico entre el antecedente y el elemento relativo situado en el especificador del SComp; la segunda, que la relación se establezca entre el antecedente y todo el SComp, en cuyo caso se trataría de una relación de predicación.

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(62) el niñoi [a quieni vi a quieni] Por tanto, las relaciones que se establecen en una construcción relativa son las siguientes:

(63) i. Relación anafórica / de predicación entre el antecedente y el relativo / oración de relativo (SComp). ii. Relación de concordancia entre el relativo situado en el especificador del SComp y el núcleo del SComp.

iii. Relación de filtrado de los rasgos del núcleo Comp a su sintagma SComp. Nos vamos a centrar aquí en la relación entre el relativo y su antecedente, es decir, (i) en (63). Cuando hablamos de la relación entre relativo y antecedente, asumimos que esta se produce a través de la concordancia entre el relativo en el especificador del SComp y el núcleo Comp, por un lado, y el posterior filtrado de rasgos hasta SComp, por otro. Para que una relativa esté bien formada, se debe producir el mecanismo de la coindización entre relativo y antecedente, lo que implica concordancia de rasgos. Un relativo pronominal ha de concordar con su antecedente en género y número, tanto si la concordancia se refleja explícitamente en la forma del relativo como si no lo hace: (64) a. niñas [a las que vi cansadas]. b. niñas [a quienes vi cansadas]. La relación que se establece entre niñas y quienes permite transmitir al relativo en (64b) los rasgos de género y número, por lo que el predicativo cansadas que modifica al relativo concuerda con este en género y número. Además de los rasgos de género y número, el relativo quien tiene al menos un rasgo [D] –responsable de la (in)definitud–, un rasgo [Qu-] –rasgo que se relaciona con la subordinación (Brucart 1992)– y un rasgo léxico de [+humano]. No es una pregunta banal si los relativos han de concordar en definitud con su antecedente en caso de que este sea nulo. En las relativas con antecedente, la respuesta es negativa, pues son posibles oraciones como las de (65); la oración de (65a) sería agramatical si la concordancia de definitud se produjera: (65) a. Un niño, con el que hablé, me dijo que la profesora estaba enferma. b. El niño, con el que hablé ayer, me dijo que la profesora estaba enferma. Veamos qué ocurre en las relativas con antecedente nulo. Brucart (1999: § 7.2.4.1) señala que en el caso de relativas libres como la de (66), la relativa es el único representante fónico del SN sujeto de la oración principal; por ello, es el relativo el elemento que transmite, desde el interior de la subordinada, todos sus rasgos léxicos al antecedente vacío: (66) [SN e [Quien te dijo eso]] no conoce las raíces del conflicto. Por tanto, una diferencia crucial con las relativas de antecedente explícito es que el antecedente fonéticamente vacío toma todos sus rasgos del relativo y entre estos rasgos incluimos el rasgo de definitud.

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El rasgo [D] con el que cuentan los relativos está asociado a la propiedad de la (in)definitud, que puede especificarse positiva o negativamente (Plann 1980, RAE 2009: 44.1i). Vamos a asumir, por tanto, que los relativos están infraespecificados para el rasgo de definitud. Como se señala en Bosque (en prensa), el concepto de infraespecificación admite varias interpretaciones. En una de ellas, se puede hablar de que una pieza léxica está infraespecificada para un rasgo si no tiene la propiedad codificada por ese rasgo. Por ejemplo, los pronombres de 1.ª y 2.ª persona, según este autor, están infraespecificados para el rasgo [reflexividad], en el sentido de que no cuentan con esa propiedad entre sus rasgos. En cambio, los de 3.ª persona sí están especificados para este rasgo. Esto implica que en español no existe un pronombre reflexivo te en Te miras en el espejo y otro te no reflexivo para Te miro en el espejo. En cambio, sí hay dos pronombres de 3.ª persona, uno reflexivo (Se mira en el espejo) y otro no reflexivo (Le mira en el espejo). Otra noción diferente de infraespecificación es aquella en la que la pieza léxica sí cuenta con el rasgo, pero está infraespecificada en el sentido de que se queda abierto su valor respecto de ese rasgo, el cual se determina contextualmente. Como señalábamos en (64b), en un ejemplo como niñas a quienes vi cansadas, el relativo quienes tiene que contar necesariamente con el rasgo de género, pues si no lo tuviera, no podría realizarse la concordancia con el predicativo cansadas. Se puede concluir, por tanto, que este relativo está marcado con el rasgo [género], cuyo valor (masculino/femenino) se determina en el entorno sintáctico. Este es el sentido en el que vamos a considerar que los relativos están infraespecificados para el rasgo de definitud: tienen el rasgo de definitud y su valor [+/- indefinido] se determina contextualmente. En el caso de las relativas libres, si el valor del rasgo de definitud es [+definido] se obtiene una RL, mientras que si el valor es [-definido], se obtiene una RLI. En el § 4.5 volveremos sobre la cuestión de la (in)definitud de los relativos. 4.3. Diferencias entre las relativas libres indefinidas (RLI) y definidas (RL) Hemos defendido que las RLI tienen la misma configuración que las RL, se distinguen fundamentalmente por la naturaleza del antecedente vacío, indefinido en el primer caso y definido en el segundo. Como vimos en el § 2.1, entre las propiedades que separan las RLI de las RL, están las siguientes: (67) a) las RLI son indefinidas y las RL definidas; b) las RLI se combinan con un número reducido de predicados, frente a las RL; c) las RLI admiten el infinitivo en el verbo de la subordinada y las RL no; d) las RLI tienen interpretación modal y las RL no; e) las RLI no presentan efecto de encaje de preposiciones; f) las RLI pueden truncarse; g) el paradigma de los elementos qu- no coincide en RLI y RL. En el § 4.1 ya explicamos que las cuatro primeras propiedades de la lista anterior reciben una explicación conjunta, pues existe una correlación entre la presencia del infinitivo en la subordinada, la indefinitud del antecedente y la interpretación modal o irrealis de la relativa. En cuanto a la cuestión del encaje, en el § 3.2.1 vimos que Suñer (1984) lo explica como una consecuencia de la legitimación o determinación del pro, antecedente de las RL. Esta condición impone ciertos requisitos de concordancia entre pro y el especificador de la relativa, de manera que el relativo pueda identificar al antecedente vacío. En el caso de las RLI, el antecedente es una

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categoría vacía que, además, es un término de polaridad. Los términos de polaridad establecen una relación de concordancia con un operador de polaridad presente en la oración en la que se hallan. Este modo de legitimación diferente de la categoría vacía de las RLI explica, según Suñer (1984), que los efectos de encaje no se observen. Naturalmente, el relativo sigue estableciendo una relación con su antecedente en estos casos, pero la categoría vacía queda legitimada de manera independiente por la relación que se establece con el operador de polaridad. Por tanto, de las diferencias entre ambas construcciones mencionadas en (67) quedan por explicar el truncamiento y el paradigma de los elementos qu-, que no coincide en las dos construcciones. El truncamiento es una propiedad que las RLI comparten con las interrogativas indirectas, por lo que trataremos esta cuestión en el siguiente apartado. En cuanto al paradigma de los elementos qu-, nos ocuparemos de él en el § 4.5. A continuación, en el § 4.4 veremos que las propiedades que las RLI comparten con las interrogativas indirectas de infinitivo se pueden explicar sin necesidad de considerar que se trata del mismo tipo de construcción oracional. 4.4. Relativas libres indefinidas y oraciones interrogativas indirectas Las RLI y las oraciones interrogativas indirectas comparten las siguientes propiedades, como vimos en el § 2.2: (68)

a. Las RLI parecen seleccionadas, en el sentido de que solo pueden aparecer con ciertos predicados, como haber y tener. En esto se asemejan a las oraciones interrogativas indirectas, que son argumentos seleccionados por predicados.

b. Las RLI pueden estar encabezadas por relativos tónicos; esta es la principal razón por la que, a nuestro juicio, se han confundido tradicionalmente con las interrogativas indirectas.

c. Las RLI, al igual que las interrogativas indirectas, se pueden truncar, de modo que el pronombre o adverbio interrogativo/relativo queda como único representante de la oración, que se reconstruye a partir del contexto (cf. Quería ir al baile pero no tenía con quién).

d. Finalmente, tanto las RLI como las oraciones interrogativas indirectas de infinitivo tienen valor modal.

Estamos defendiendo que las RLI son construcciones relativas y no interrogativas, por lo que en este apartado mostraremos que las similitudes entre ambas construcciones se pueden explicar sin necesidad de defender la naturaleza oracional de las RLI. En primer lugar, hemos sostenido que en las RLI el infinitivo de la subordinada suspende la implicación de existencia del referente del SCu en el que la relativa está inserta. Por ello, este tipo de proyección nominal indefinida e inespecífica solo es compatible con un pequeño grupo de predicados, como hemos explicado detalladamente en el § 4.1. Por tanto, la oración no está seleccionada aunque lo parezca. En segundo lugar, un argumento que se emplea habitualmente para defender la naturaleza interrogativa de las RLI es la tonicidad del elemento qu-, aunque, como hemos advertido, este elemento qu- también puede ser átono. Compartimos la afirmación que se hace en RAE (2009: §

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22.1.c) de que la tonicidad no implica un cambio categorial; de hecho, hay relativos que son siempre tónicos, como el cual, y otros relativos como el que se emplean en ocasiones como tónicos en algunas variedades del español (RAE 2009: 44.3j). En tercer lugar, de la tonicidad del relativo22 se derivan otras propiedades que acercan las RLI a las oraciones interrogativas indirectas, como el truncamiento. Este fenómeno, que se ha empleado como argumento para defender la naturaleza interrogativa de las RLI, no es suficiente para catalogar a estas últimas como interrogativas. La posibilidad de que los relativos en las RLI queden como único representante fonético de la oración de relativo se relaciona con su tonicidad no con su naturaleza interrogativa o relativa (RAE 2009: 43.7n). Prueba de ello es que el truncamiento solo se da en las interrogativas parciales, nunca en las totales con si: *Dijo que vendría pero me pregunto si. Suñer (1999) señala que este comportamiento puede atribuirse a que si es un elemento proclítico y, por tanto, átono que no puede ser el único representante fonético de la oración. La tonicidad tiene, por último, otras consecuencias sintácticas que parecen acercar las RLI a las oraciones interrogativas indirectas. En RAE (2009: § 22.2r) se señala que una diferencia entre relativos e interrogativos es que los primeros experimentan cierta dificultad para coordinarse:

(69) a. ?Cantó como y con quien le dijeron. b. ?el refugio [en el que y desde donde] preparaban las operaciones.

c. Dime cómo y con quién hacerlo.

Sin embargo, los relativos coordinados son posibles si son tónicos, tanto en las RLI como en las relativas con antecedente:

(70) a. No tiene cómo ni con quién hacerlo (RLI) b. los alumnos [con la ayuda de los cuales] y [en cuyo beneficio] se implantó la medida.

Por último, la interpretación modal de las RLI (cf. No tiene dónde dormir ‘No tiene dónde poder dormir’) también aparece en las interrogativas de infinitivo (cf. No sabe cómo resolver el problema ‘No sabe cómo puede resolver el problema’). Como veíamos en el § 4.1.3, el infinitivo se caracteriza por su indefinición temporal, lo que significa que ha de anclarse temporalmente en otro elemento de la oración. Las oraciones de relativo no son oraciones regidas, por lo que la aparición de un elemento sin referencia temporal autónoma, como el infinitivo, no es esperable. El matiz prospectivo o modal de las RLI es, según Hernanz (1999), la única vía para interpretar el infinitivo. En cuanto a las interrogativas indirectas, los verbos que las seleccionan “rigen indicativo y, por tanto, dejan abierto el tiempo de la subordinada, que puede manifestarse en presente, pasado y futuro” (Hernanz 1999: § 36.3.3.2). La recuperabilidad del tiempo resulta inviable si en la oración subordinada indirecta hay un infinitivo, por lo que la lectura modal, no anclada en el tiempo de la oración principal, es para esta autora, una especie de último recurso. Por tanto, la interpretación modal, prospectiva o irreal que comparten RLI e interrogativas indirectas de infinitivo deriva de la naturaleza no flexiva del verbo de la subordinada y no de que las RLI sean un tipo de interrogativas indirectas.

                                                                                                               22 Una pregunta que queda pendiente es por qué los relativos son tónicos en estas construcciones. Se podría pensar que tiene que ver con la naturaleza vacía de su antecedente pero esta no puede ser la única razón, pues en las RL los relativos son átonos. Quizás sea la naturaleza vacía de su antecedente, unido a que es un elemento que introduce información nueva en el discurso y, por tanto, de naturaleza focal.

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En resumen, las propiedades que tienen en común las RLI y las oraciones interrogativas indirectas se pueden explicar sin necesidad de postular la naturaleza oracional de las primeras. Las RLI parecen seleccionadas pero no lo están, el elemento seleccionado por los predicados existenciales es en realidad el antecedente de la relativa, un cuantificador indefinido vacío que es un término de polaridad. El truncamiento se relaciona con la tonicidad del relativo y, por último, la naturaleza prospectiva del infinitivo de la subordinada explica la lectura modal que comparten las RLI y las interrogativas indirectas. 4.5. La distribución de las palabras qu- Queda por explicar la diferente distribución de las palabras qu- en RLI, RL e interrogativas indirectas, que recogimos en las tablas 1 y 2, y que se resumen a continuación en la tabla 3 junto con los datos de las relativas con antecedente.

Interrogativas Relativas con antecedente

Relativas libres (RL)

Relativas libres indefinidas (RLI)

quien (pron.) sí sí sí sí que (pron.) sí sí X sí que (det.) sí X X X el que (pron.) X sí sí X cuanto (pron.) sí sí sí X cuanto (det.) sí sí sí X cuanto (adv.) sí sí sí X cuyo (det.) X sí X X cual (pron.) sí X X X cual (det.) sí X X X el cual (pron.) X sí X X cuando (adv.)   sí sí sí sí donde (adv.) sí sí sí sí como (adv.) sí sí sí sí

Tabla 3. Distribución de los elementos qu- Como estamos defendiendo que las RLI son un tipo de relativas, tenemos que dar cuenta, por un lado, de por qué el que y cuanto aparecen en las RL y no en las RLI; por otro lado, hay que explicar los casos en que el paradigma de las RLI coincide con las interrogativas indirectas en lugar de con las RL, es decir, el hecho de que el pronombre qué pueda aparecer en las RLI y no en las RL. 4.5.1 Los relativos definidos Las RLI no se forman con los relativos complejos el que (71) y el cual (72), y este último puede aparecer únicamente en relativas con antecedente ((72a)). (71) a. Hablaba con el que vino. (RL) b. *No hay con el que hacerlo. (RLI) c. No hay con quien hacerlo. (RLI)

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(72) a. el niño con el cual hablaba. (relativa con antecedente) b. *Hablaba con el cual vino. (RL) c. *No hay con el cual hacerlo. (RLI) Ya hemos adelantado que en las relativas con antecedente el relativo no concuerda en definitud con su antecedente y que, en cambio, en las relativas con antecedente vacío sí lo hace, pues todos los rasgos del antecedente se recuperan a partir del relativo, incluida la (in)definitud. Señalábamos en el § 4.2 que el rasgo [D] de los relativos se asocia con la propiedad de la (in)definitud y que, por ello, los relativos pueden ser definidos o indefinidos. El relativo quien puede estar especificado negativamente para este rasgo, es decir, también puede ser indefinido (Plann 1980, RAE 2009: 44.1i) y, por tanto, sí es posible en las RLI; lo mismo se puede asumir respecto a la definitud de donde, cuando o como23: (73) a. No hay e con quién hacerlo. b. No tiene e {dónde / cuándo / cómo} ir. Como hemos señalado en el § 4.2, el rasgo de definitud de los relativos está infraespecificado y se determina contextualmente. Las relativas libres constituyen SN definidos (RL) pero pueden ser SN indefinidos en los contextos que bloquean la definitud, o bien favorecen la indefinitud (RLI). Hasta aquí hemos visto que quien, donde, cuando y como pueden ser definidos o indefinidos. Sin embargo, generalmente se acepta que los relativos el que y el cual son obligatoriamente definidos porque incluyen léxicamente el artículo definido. Estos relativos pueden aparecer en las relativas con antecedente, sea definido o indefinido, porque no se produce concordancia de definitud entre el relativo y el antecedente, como explicamos en el § 4.2: (74) a. He conocido al vecino de abajo, con el que estudió mi hermano. b. He conocido a un chico, con el que estudió mi hermano. Sin embargo, en las relativas con antecedente nulo, el relativo transmite todos sus rasgos, incluido el de definitud, al antecedente. Por tanto, el antecedente de las relativas con el que es obligatoriamente definido porque el que es definido, y un antecedente definido es, como hemos visto en el § 4.1.3, incompatible con una relativa de infinitivo, que exige modificar a sintagmas de referencia indefinida e inespecífica. Esta es la razón por la que el que aparece en las RL pero no en las RLI: (75) a. Me parecerá bien con el que vayas. b. *No hay e con el que ir.

                                                                                                               23 Pendiente queda la explicación de por qué cuyo no aparece ni en las RL ni en las RLI: El escritor cuyo libro leí vive ahí / *Cuyo libro leí vive ahí. Brucart (1999: § 7.2.4.3) atribuye la imposibilidad de cuyo de aparecer en las RL a que se trata de un determinante, que concuerda, por tanto, con el núcleo del SD en el que se inserta (el objeto poseído), en lugar de concordar con el antecedente que denota el poseedor. En las RL la relación de concordancia entre el antecedente y el relativo permite que se transmitan los rasgos léxicos necesarios para recuperar el contenido de la categoría vacía antecedente. En el caso de cuyo, esta relación no se puede establecer porque no concuerda con el antecedente sino con el sustantivo al que determina, por lo que la RL –y, por tanto, también la RLI– no es posible con este relativo.

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En segundo lugar, vamos a explicar por qué cuanto puede aparecer en las RL pero no en las RLI. Este relativo contiene, como parte de su significado, el cuantificador universal todo, como se refleja en la paráfrasis de (76): (76) Tiene cuanto quiere (RL) ‘Tiene todo lo que quiere’. Los cuantificadores universales son definidos, como muestra el hecho de que no puedan aparecer en contextos de definitud: (77) a. Hay {muchos / varios / tres} niños en el jardín.

b. *Hay todos los niños en el jardín. Por tanto, es esperable que cuanto no aparezca en RLI, pues el infinitivo fuerza la lectura indefinida e inespecífica del SCu en el que se inserta la relativa mientras que el relativo cuanto transmite su rasgo de definitud al antecedente, igual que veíamos en el caso de el que. En resumen, el carácter definido de cuanto también explica que no se formen RLI con este relativo: (78) a. Tiene cuanto quiere (RL) b. *Tiene cuanto querer (RLI). 4.5.2 El relativo qué Uno de los datos que generalmente se aducen para defender la naturaleza interrogativa de las RLI es la presencia del pronombre qué en estas construcciones, pronombre que no aparece en las RL pero sí en las relativas con antecedente: (79) a. No tiene qué comer. (RLI)

b. No tiene con qué hacerlo. (RLI) c. *Compró que comer. (RL)

d. Compró algo que comer. (relativa con antecedente) Sin embargo, aquí vamos a defender que en (79a) no tenemos un qué interrogativo –y, por tanto, una interrogativa indirecta– sino que el pronombre que relativo está disponible en las RLI (tónico, como el resto de los relativos en esta construcción) aunque no lo está en las RL. Veremos que un análisis de los relativos en rasgos permite explicar esta asimetría entre las RL y las RLI. Los relativos, como todas las piezas léxicas, son conjuntos de rasgos y un aspecto importante del análisis de las oraciones de relativo es determinar cuáles son estos rasgos. Según Brucart (1992: 126), el núcleo C de las oraciones subordinadas (relativas y completivas –interrogativas y afirmativas–) tiene el rasgo [QU-], que indica dependencia / subordinación. Los relativos e interrogativos comparten este rasgo léxico, que se coteja en el especificador del núcleo C. Los relativos se diferencian de los interrogativos en que los primeros poseen, además, el rasgo [+rel], que para Brucart es la combinación de dos rasgos más básicos: [qu-] y [+predicativo].24 Estos tres rasgos son comunes a todos los relativos. Otro rasgo del que ya hemos hablado que comparten los

                                                                                                               24 El valor asociado al rasgo [QU-] para Brucart es el de (in)dependencia proposicional. Por tanto, las construcciones que tienen este rasgo serían no solo las subordinadas sustantivas y relativas sino también las interrogativas y exclamativas directas, que tienen una modalidad marcada. Nótese que este rasgo [QU-] no coincide con el tradicionalmente denominado rasgo [qu-], que se asocia a las construcciones de operador-variable.

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relativos es el rasgo [D], responsable de la (in)definitud de estos. Además, cada uno de los relativos cuenta con otros rasgos de carácter léxico que permiten identificar al antecedente. El relativo quien incluye un rasgo [+humano]; donde alude a un lugar; cuando denota tiempo; y, por último, como indica manera. De todos los relativos, el pronombre que es el que menos rasgos gramaticales tiene, carece de flexión y no contiene rasgos léxicos que restrinjan sus posibles antecedentes, lo que le permite tener antecedentes de todo tipo (RAE 2009: 22.4h): (80) a. el niño con que juega

b. el barco con que navega c. el sitio en que estaba d. el momento en que me habló e. el modo en que sonríe

Los relativos el-que y el cual son iguales que el pronombre que en el sentido de que no contienen rasgos léxicos que restrinjan sus antecedentes; no obstante, están más especificados ya que presentan rasgos morfológicos de género y número, y son obligatoriamente definidos porque contienen el artículo definido. En una relativa con antecedente, si el antecedente del relativo denota un objeto, los relativos posibles son que, el-que y el cual, pues el resto están especificados para otros rasgos léxicos: (81) a. el libro que leí b. el libro {con el que / con el cual} estudió Esta breve descripción de los rasgos de los relativos nos sirve para contestar a la pregunta con la que iniciábamos este apartado sobre la naturaleza interrogativa o relativa de la pieza léxica qué de las RLI (cf. No tiene qué hacer; No había qué llevarse a la boca). Vamos a defender que se trata de un pronombre relativo, a pesar de que este pronombre no aparece en las RL. Según Brucart (1999: § 7.5.1), la carencia de rasgos propios del relativo que explica su imposibilidad para encabezar RL, pues no aporta suficiente información para identificar los rasgos del antecedente vacío: (82) a. *Que vino era mi amigo. (RL) b. *Comió que le diste. (RL) Por su parte, el cual tampoco puede aparecer en las RL a pesar de que la flexión de género y número parecería habilitarlo para reconocer al antecedente nulo y, por tanto, para aparecer en estas construcciones: (83) a. *El cual vino era mi amigo b. *Comió el cual le diste Se ha atribuido la imposibilidad de el cual de aparecer en las RL a la falta de autonomía referencial de este relativo. Ojea (1992) y Brucart (1999: § 7.2.4.3) explican la debilidad referencial del relativo a partir de su estructura interna. Estos autores sostienen que el artículo definido presente en la forma el cual legitima una categoría vacía nominal interna al relativo, que a su vez estaría modificada por el adjetivo cual: [SD el [SN [SA cual ] pro]]. Por ello, el artículo no puede identificar

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la categoría vacía antecedente, pues le da sus rasgos a la categoría vacía pro presente en su estructura interna. En resumen, los pronombres que y el cual no están disponibles en las RL pues que no cuenta con rasgos suficientes para identificar el antecedente y el-cual carece de autonomía referencial. Si la relativa denota un objeto, el único relativo disponible es el-que. La siguiente pregunta es por qué en las RLI el pronombre relativo qué sí está disponible. Como ya hemos visto, en estas construcciones el-que no es posible, pues es obligatoriamente definido y su definitud choca con los requisitos del infinitivo de la relativa, que exige un antecedente indefinido e inespecífico. Por tanto, el único pronombre disponible para expresar léxicamente objeto es qué. Nótese que el pronombre qué de las RLI no parece el mismo que el que aparece en las relativas con antecedente, pues este último no está especificado léxicamente y, por ello, puede hacer referencia a todo tipo de antecedentes, como se ve en los ejemplos de (80); sin embargo, el qué de las RLI tiene género neutro y la especificación léxica [-humano] (Plann 1980: 142): (84) a. El chico con que sale es muy simpático. b. *No tenía con qué salir (en la lectura con antecedente de persona) Parecería que estamos diciendo que hay tres pronombres relativos que con rasgos distintos: (85) i. Uno que aparece sin preposición en caso recto y no cuenta con rasgos léxicos: el niño que vino; la casa que vi. ii. Otro que es definido, equivale a el que, aparece como término de preposición y tampoco tiene rasgos léxicos que restrinjan el posible antecedente: el niño con que sueña ‘con el que sueña’. iii. Y, por último, el relativo qué tónico, neutro e indefinido de las RLI, que está especificado como [-humano]: No tiene qué decir. A continuación trataremos de ver si se puede reducir este paradigma. Como señala Brucart (1999: § 7.5.1.2), es plausible considerar que el llamado que relativo de (85i) es, en realidad, la conjunción que (Kayne 1976 para el francés, Cinque 1978 para el italiano, Rivero 1980 para el español). La ausencia casi total de rasgos de este elemento iría en favor de su análisis como mera conjunción de subordinación. La diferencia entre una oración como el niño que vino y Juan dijo que venía sería que en la primera oración, además de la conjunción que, habría un operador relativo nulo al frente de la cláusula relativa, que representaría en la subordinada que vino al sujeto: el niño [opi que hi vino]. Por otro lado, el elemento que de (85ii) parece en realidad el relativo el que, que prescinde en determinadas ocasiones del artículo el en construcciones que no son aceptables para todos los hablantes. La desaparición del artículo se produce solo con algunas preposiciones y está sometida a múltiples restricciones, como se señala en Brucart (1999: § 7.5.1.3), frente a el que, que puede aparecer en todos los contextos. 25                                                                                                                25Como término de preposición, que alterna con el que y son varios los factores que permiten la aparición de la forma que, como se señala en RAE (2009: § 44.2). En primer lugar, solo aparece con las preposiciones a, con, de, en y marginalmente por. En segundo lugar, la relativa encabezada por que ha de ser especificativa. En tercer lugar, el hecho de que el antecedente sea definido también favorece la aparición de que, que suele producir agramaticalidad si el antecedente es indefinido (cf. un libro {del que / *de que} te hablé). Una excepción a esta última afirmación son justamente las relativas de infinitivo, que se combinan con antecedentes inespecíficos con que: algo con {que / lo que} jugar; algo {de que / de lo que} hablar. Por último, la estructura de la oración también influye y, en particular, las

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Por tanto, si se acepta que el elemento que de (85i) es, en realidad, la conjunción que y el elemento que de (85ii) es el relativo definido el que, nos quedaría como único pronombre relativo qué, la forma de (85iii) que aparece en las RLI, tanto en caso recto como oblicuo. Este qué relativo tiene los rasgos [-definido] y [-humano], y es siempre tónico, quizá para diferenciarse de la conjunción homófona. Hemos defendido que se emplea en las RLI cuando la construcción denota un objeto, al no estar disponibles los otros relativos que pueden tener un SN que denote un objeto de antecedente, es decir, el que y el cual por razones relacionadas con la definitud. El paradigma de relativos en las RLI, con su especificación léxica, sería el siguiente: quien [+humano], que [-humano], donde [lugar], cuando [tiempo], como [manera]. 5. Conclusiones y futuras líneas de investigación En este trabajo hemos defendido que las RLI son proyecciones nominales cuantificativas encabezadas por un cuantificador vacío, semejante a nadie o alguno, de interpretación indefinida e inespecífica y que es un término de polaridad modal. Por tanto, las RLI son un tipo de relativas libres y no una construcción oracional. El infinitivo, y marginalmente el subjuntivo, en las relativas libres fuerza la lectura indefinida e inespecífica del SN en el que la relativa se inserta. A su vez, la naturaleza indefinida e inespecífica del SCu, núcleo de la RLI, explica la distribución de estas oraciones de relativo, que solo aparecen como complemento de haber y tener y de un pequeño grupo de predicados intensionales, de los que no nos hemos ocupado, y en contextos de polaridad marcada. La necesaria legitimación del término de polaridad a través de la relación con un operador de polaridad explica que, a pesar de ser relativas libres, estas construcciones no presenten efectos de encaje. Además, hemos mostrado que las propiedades que las RLI comparten con las oraciones interrogativas indirectas no se derivan de la naturaleza oracional o proposicional de las primeras. El truncamiento tiene que ver con la tonicidad de los relativos en las RLI y la interpretación modal con la presencia del infinitivo en la subordinada. Por último, el estudio de estas construcciones de distribución muy limitada nos ha permitido esbozar un análisis en rasgos de los relativos y su relación con los rasgos del antecedente. En particular, nos hemos centrado en el rasgo de definitud y hemos propuesto que los relativos quien, donde, como y cuando están infraespecificados para este rasgo, cuyo valor se determina contextualmente, mientras que el que y el cual son léxicamente definidos. Hemos postulado que en las RL y en las RLI los relativos transmiten su rasgo de (in)definitud a su antecedente vacío, frente a lo que sucede en las relativas con antecedente, en las cuales la concordancia de definitud no se produce porque el antecedente tiene sus propios rasgos léxicos y no los recibe todos del relativo. Para terminar, hemos defendido que en las RLI aparece, además de los relativos enumerados anteriormente, un relativo qué con los rasgos [–definido] y [–humano]. Este relativo completa el paradigma en estas construcciones al permitir hacer referencia a objetos, pues los relativos el que y el cual no están disponibles porque son definidos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           relativas con que como término de preposición son especialmente frecuentes si la relativa con antecedente es de infinitivo.

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