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5/27/2018 Quijano- Colonialidad Del Poder
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Como citar este documento
Quijano, Anbal.Colonialidad del poder, eurocentrismo y Amrica
Latina.En libro: Lacolonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias
sociales. Perspectivas Latinoamericanas.
Edgardo Lander (comp.) CLACSO, Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales, Buenos Aires,Argentina. Julio de 2000. p.
246.Disponible en la World Wide
Web:http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/lander/quijano.rtf
Colonialidad del poder, eurocentrismo y Amrica Latina1
Anbal Quijano2
2 Centro de Investigaciones sociales (CIES), Lima.
La globalizacin en curso es, en primer trmino, la culminacin de
un proceso que comenzcon la constitucin de Amrica y la del
capitalismo colonial/moderno y eurocentrado como unnuevo patrn de
poder mundial. Uno de los ejes fundamentales de ese patrn de poder
es laclasificacin social de la poblacin mundial sobre la idea de
raza, una construccin mental queexpresa la experiencia bsica de la
dominacin colonial y que desde entonces permea lasdimensiones ms
importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad
especfica, eleurocentrismo. Dicho eje tiene, pues, origen y carcter
colonial, pero ha probado ser msduradero y estable que el
colonialismo en cuya matriz fue establecido. Implica,
enconsecuencia, un elemento de colonialidad en el patrn de poder
hoy mundialmentehegemnico. En lo que sigue, el propsito principal
es abrir algunas de las cuestionestericamente necesarias acerca de
las implicancias de esa colonialidad del poder respecto dela
historia de Amrica Latina3.
I. Amrica y el nuevo patrn de poder mundial
Amrica se constituy como el primer espacio/tiempo de un nuevo
patrn de poder de vocacinmundial y, de ese modo y por eso, como la
primera id-entidad de la modernidad. Dos procesoshistricos
convergieron y se asociaron en la produccin de dicho espacio/tiempo
y seestablecieron como los dos ejes fundamentales del nuevo patrn
de poder. De una parte, lacodificacin de las diferencias entre
conquistadores y conquistados en la idea de raza, es decir,una
supuesta diferente estructura biolgica que ubicaba a los unos en
situacin natural deinferioridad respecto de los otros. Esa idea fue
asumida por los conquistadores como elprincipal elemento
constitutivo, fundante, de las relaciones de dominacin que la
conquistaimpona. Sobre esa base, en consecuencia, fue clasificada
la poblacin de Amrica, y delmundo despus, en dicho nuevo patrn de
poder". De otra parte, la articulacin de todas lasformas histricas
de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en
torno del capital
y del mercado mundial4.
Raza, una categora mental de la modernidad
La idea de raza, en su sentido moderno, no tiene historia
conocida antes de Amrica5. Quizsse origin como referencia a las
diferencias fenotpicas entre conquistadores y conquistados,pero lo
que importa es que muy pronto fue construida como referencia a
supuestas estructurasbiolgicas diferenciales entre esos grupos.
La formacin de relaciones sociales fundadas en dicha idea,
produjo en Amrica identidadessociales histricamente nuevas: indios,
negros y mestizos y redefini otras. As trminos comoespaol y
portugus, ms tarde europeo, que hasta entonces indicaban solamente
procedenciageogrfica o pas de origen, desde entonces cobraron
tambin, en referencia a las nuevas
identidades, una connotacin racial. Y en la medida en que las
relaciones sociales que estabanconfigurndose eran relaciones de
dominacin, tales identidades fueron asociadas a las
jerarquas, lugares y roles sociales correspondientes, como
constitutivas de ellas y, en
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consecuencia, al patrn de dominacin colonial que se impona. En
otros trminos, raza eidentidad racial fueron establecidas como
instrumentos de clasificacin social bsica de lapoblacin.
Con el tiempo, los colonizadores codificaron como color los
rasgos fenotpicos de loscolonizados y lo asumieron como la
caracterstica emblemtica de la categora racial. Esa
codificacin fue inicialmente establecida, probablemente, en el
rea britano-americana. Losnegros eran all no solamente los
explotados ms importantes, pues la parte principal de laeconoma
reposaba en su trabajo. Eran, sobre todo, la raza colonizada ms
importante, ya quelos indios no formaban parte de esa sociedad
colonial. En consecuencia, los dominantes sellamaron a s mismos
blancos6.
En Amrica, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a
las relaciones de dominacinimpuestas por la conquista. La posterior
constitucin de Europa como nueva id-entidaddespus de Amrica y la
expansin del colonialismo europeo sobre el resto del mundo,
llevarona la elaboracin de la perspectiva eurocntrica de
conocimiento y con ella a la elaboracinterica de la idea de raza
como naturalizacin de esas relaciones coloniales de dominacinentre
europeos y no-europeos. Histricamente, eso signific una nueva
manera de legitimar lasya antiguas ideas y prcticas de relaciones
de superioridad/inferioridad entre dominados y
dominantes. Desde entonces ha demostrado ser el ms eficaz y
perdurable instrumento dedominacin social universal, pues de l pas
a depender inclusive otro igualmente universal,pero ms antiguo, el
inter-sexual o de gnero: los pueblos conquistados y dominados
fueronsituados en una posicin natural de inferioridad y, en
consecuencia, tambin sus rasgosfenotpicos, as como sus
descubrimientos mentales y culturales7. De ese modo, raza
seconvirti en el primer criterio fundamental para la distribucin de
la poblacin mundial en losrangos, lugares y roles en la estructura
de poder de la nueva sociedad. En otros trminos, en elmodo bsico de
clasificacin social universal de la poblacin mundial.
El Capitalismo: la nueva estructura de control del trabajo
De otro lado, en el proceso de constitucin histrica de Amrica,
todas las formas de control yde explotacin del trabajo y de control
de la produccin-apropiacin-distribucin de productos,
fueron articuladas alrededor de la relacin capital-salario (en
adelante capital) y del mercadomundial. Quedaron incluidas la
esclavitud, la servidumbre, la pequea produccin mercantil,
lareciprocidad y el salario. En tal ensamblaje, cada una de dichas
formas de control del trabajono era una mera extensin de sus
antecedentes histricos. Todas eran histrica ysociolgicamente
nuevas. En primer lugar, porque fueron deliberadamente establecidas
yorganizadas para producir mercaderas para el mercado mundial. En
segundo lugar, porque noexistan slo de manera simultnea en el mismo
espacio/tiempo, sino todas y cada unaarticuladas al capital y a su
mercado, y por ese medio entre s. Configuraron as un nuevopatrn
global de control del trabajo, a su vez un elemento fundamental de
un nuevo patrn depoder, del cual eran conjunta e individualmente
dependientes histrico-estructuralmente. Estoes, no slo por su lugar
y funcin como partes subordinadas de una totalidad, sino porque
sinperder sus respectivas caractersticas especficas y sin perjuicio
de las discontinuidades de susrelaciones con el orden conjunto y
entre ellas mismas, su movimiento histrico dependa en
adelante de su pertenencia al patrn global de poder. En tercer
lugar, y como consecuencia,para colmar las nuevas funciones cada
una de ellas desarroll nuevos rasgos y nuevasconfiguraciones
histrico-estructurales.
En la medida en que aquella estructura de control del trabajo,
de recursos y de productos,consista en la articulacin conjunta de
todas las respectivas formas histricamente conocidas,se estableca,
por primera vez en la historia conocida, un patrn global de control
del trabajo,de sus recursos y de sus productos. Y en tanto que se
constitua en torno a y en funcin delcapital, su carcter de conjunto
se estableca tambin con carcter capitalista. De ese modo
seestableca una nueva, original y singular estructura de relaciones
de produccin en laexperiencia histrica del mundo: el capitalismo
mundial.
Colonialidad del poder y capitalismo mundial
Las nuevas identidades histricas producidas sobre la base de la
idea de raza, fueron
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asociadas a la naturaleza de los roles y lugares en la nueva
estructura global de control deltrabajo. As, ambos elementos, raza
y divisin del trabajo, quedaron estructuralmenteasociados y
reforzndose mutuamente, a pesar de que ninguno de los dos era
necesariamentedependiente el uno del otro para existir o para
cambiar.
De ese modo se impuso una sistemtica divisin racial del trabajo.
En el rea hispana, la
Corona de Castilla decidi temprano el cese de la esclavitud de
los indios, para prevenir sutotal exterminio. Entonces fueron
confinados a la servidumbre. A los que vivan en suscomunidades, les
fue permitida la prctica de su antigua reciprocidad -i.e. el
intercambio defuerza de trabajo y de trabajo sin mercado- como una
manera de reproducir su fuerza detrabajo en tanto siervos. En
algunos casos, la nobleza india, una reducida minora, fue eximidade
la servidumbre y recibi un trato especial, debido a sus roles como
intermediaria con la razadominante y le fue tambin permitido
participar en algunos de los oficios en los cuales eranempleados
los espaoles que no pertenecan a la nobleza. En cambio, los negros
fueronreducidos a la esclavitud. Los espaoles y los portugueses,
como raza dominante, podanrecibir salario, ser comerciantes
independientes, artesanos independientes o
agricultoresindependientes, en suma, productores independientes de
mercancas. No obstante, slo losnobles podan participar en los
puestos altos y medios de la administracin colonial, civil
ymilitar.
Desde el siglo XVIII, en la Amrica hispnica muchos de los
mestizos de espaoles y mujeresindias, ya un estrato social
extendido e importante en la sociedad colonial, comenzaron
aparticipar en los mismos oficios y actividades que ejercan los
ibricos que no eran nobles. Enmenor medida y sobre todo en
actividades de servicio o que requeran de talentos ohabilidades
especiales (msica, por ejemplo), tambin los ms "ablancados" entre
los mestizosde mujeres negras e ibricos (espaoles o portugueses),
pero tardaron en legitimar sus nuevosroles ya que sus madres eran
esclavas. La distribucin racista del trabajo al interior
delcapitalismo colonial/moderno se mantuvo a lo largo de todo el
perodo colonial.En el curso de la expansin mundial de la dominacin
colonial por parte de la misma razadominante -los blancos (o a
partir del siglo XVIII en adelante, los europeos)- fue impuesto
elmismo criterio de clasificacin social a toda la poblacin mundial
a escala global. Enconsecuencia, nuevas identidades histricas y
sociales fueron producidas: amarillos y
aceitunados (u olivceos) fueron sumados a blancos, indios,
negros y mestizos. Dichadistribucin racista de nuevas identidades
sociales fue combinada, tal como haba sido tanexitosamente lograda
en Amrica, con una distribucin racista del trabajo y de las formas
deexplotacin del capitalismo colonial. Esto se expres, sobre todo,
en una cuasi exclusivaasociacin de la blanquitud social con el
salario y por supuesto con los puestos de mando de laadministracin
colonial.
As, cada forma de control del trabajo estuvo articulada con una
raza particular.Consecuentemente, el control de una forma especfica
de trabajo poda ser al mismo tiempo elcontrol de un grupo especfico
de gente dominada. Una nueva tecnologa dedominacin/explotacin, en
este caso raza/trabajo, se articul de manera que apareciera
comonaturalmente asociada. Lo cual, hasta ahora, ha sido
excepcionalmente exitoso.
Colonialidad y eurocentramiento del capitalismo mundial
La privilegiada posicin ganada con Amrica para el control del
oro, la plata y otras mercancasproducidas por medio del trabajo
gratuito de indios, negros y mestizos, y su ventajosaubicacin en la
vertiente del Atlntico por donde, necesariamente, tena que hacerse
el trficode esas mercancas para el mercado mundial, otorg a dichos
blancos una ventaja decisivapara disputar el control del trfico
comercial mundial. La progresiva monetizacin del mercadomundial que
los metales preciosos de Amrica estimulaban y permitan, as como el
control detan ingentes recursos, hizo que a tales blancos les fuera
posible el control de la vasta redpreexistente de intercambio
comercial que inclua, sobre todo, China, India, Ceyln,
Egipto,Siria, los futuros Lejano y Medio Oriente. Eso tambin les
hizo posible concentrar el control delcapital comercial, del
trabajo y de los recursos de produccin en el conjunto del
mercadomundial. Y todo ello fue, posteriormente, reforzado y
consolidado a travs de la expansin de la
dominacin colonial blanca sobre la diversa poblacin mundial.Como
es sabido, el control del trfico comercial mundial por los grupos
dominantes, nuevos o
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no, en las zonas del Atlntico donde tenan sus sedes, impuls un
nuevo proceso deurbanizacin en esos lugares, la expansin del trfico
comercial entre ellos, y de ese modo laformacin de un mercado
regional crecientemente integrado y monetizado gracias al flujo
demetales preciosos procedentes de Amrica. Una regin histricamente
nueva se constituacomo una nueva id-entidad geocultural: Europa y
ms especficamente Europa Occidental8.Esa nueva id-entidad
geocultural, emerga como la sede central del control del
mercado
mundial. En el mismo movimiento histrico se produca tambin el
desplazamiento dehegemona desde las costas del Mediterrneo y desde
las costas ibricas, hacia las del
Atlntico Noroccidental.
Esa condicin de sede central del nuevo mercado mundial, no
permite explicar por s misma, opor s sola, por qu Europa se
convirti tambin, hasta el siglo XIX y virtualmente hasta la
crisismundial alrededor de 1870, en la sede central del proceso de
mercantilizacin de la fuerza detrabajo, es decir del desarrollo de
la relacin capital-salario como forma especfica de controldel
trabajo, de sus recursos y de sus productos. Mientras, en cambio,
todo el resto de lasregiones y poblaciones incorporadas al nuevo
mercado mundial y colonizadas o en curso decolonizacin bajo dominio
europeo, permanecan bsicamente bajo relaciones no-salariales
detrabajo, aunque, desde luego ese trabajo, sus recursos y sus
productos, se articulaban en unacadena de transferencia de valor y
de beneficios cuyo control corresponda a Europa
Occidental. En las regiones no-europeas, el trabajo asalariado
se concentraba cuasiexclusivamente entre los blancos.
No hay nada en la relacin social misma del capital, o en los
mecanismos del mercadomundial, en general en el capitalismo, que
implique la necesariedad histrica de laconcentracin, no slo, pero
sobre todo en Europa, del trabajo asalariado y despus,precisamente
sobre esa base, de la concentracin de la produccin industrial
capitalistadurante ms de dos siglos. Habra sido perfectamente
factible, como lo demuestra el hecho deque as ocurriera en verdad
despus de 1870, el control europeo-occidental del trabajoasalariado
de cualquier sector de la poblacin mundial. Y probablemente ms
beneficioso paralos europeo-occidentales. La explicacin debe ser,
pues, buscada en otra parte de la historia.El hecho es que ya desde
el comienzo mismo de Amrica, los futuros europeos asociaron
eltrabajo no pagado o no-asalariado con las razas dominadas, porque
eran razas inferiores. El
vasto genocidio de los indios en las primeras dcadas de la
colonizacin no fue causadoprincipalmente por la violencia de la
conquista, ni por las enfermedades que los conquistadoresportaban,
sino porque tales indios fueron usados como mano de obra
desechable, forzados atrabajar hasta morir. La eliminacin de esa
prctica colonial no culmina, de hecho, sino con laderrota de los
encomenderos, a mediados del siglo XVI. La subsiguiente
reorganizacin polticadel colonialismo ibrico, implic una nueva
poltica de reorganizacin poblacional de los indiosy de sus
relaciones con los colonizadores. Pero no por eso los indios fueron
en adelantetrabajadores libres y asalariados. En adelante fueron
adscritos a la servidumbre no pagada. Laservidumbre de los indios
en Amrica no puede ser, por otro lado, simplemente equiparada a
laservidumbre en el feudalismo europeo, puesto que no inclua la
supuesta proteccin de ningnseor feudal, ni siempre, ni
necesariamente, la tenencia de una porcin de tierra para
cultivar,en lugar de salario. Sobre todo antes de la Independencia,
la reproduccin de la fuerza detrabajo del siervo indio se haca en
las comunidades. Pero inclusive ms de cien aos despus
de la Independencia, una parte amplia de la servidumbre india
estaba obligada a reproducir sufuerza de trabajo por su propia
cuenta9. Y la otra forma de trabajo no-asalariado, o no
pagadosimplemente, el trabajo esclavo, fue adscrita,
exclusivamente, a la poblacin trada desde lafutura Africa y llamada
negra.
La clasificacin racial de la poblacin y la temprana asociacin de
las nuevas identidadesraciales de los colonizados con las formas de
control no pagado, no asalariado, del trabajo,desarroll entre los
europeos o blancos la especfica percepcin de que el trabajo pagado
eraprivilegio de los blancos. La inferioridad racial de los
colonizados implicaba que no eran dignosdel pago de salario.
Estaban naturalmente obligados a trabajar en beneficio de sus amos.
Noes muy difcil encontrar, hoy mismo, esa actitud extendida entre
los terratenientes blancos decualquier lugar del mundo. Y el menor
salario de las razas inferiores por igual trabajo que el delos
blancos, en los actuales centros capitalistas, no podra ser,
tampoco, explicado al margen
de la clasificacin social racista de la poblacin del mundo. En
otros trminos, por separado dela colonialidad del poder capitalista
mundial.
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El control del trabajo en el nuevo patrn de poder mundial se
constituy, as, articulando todaslas formas histricas de control del
trabajo en torno de la relacin capital-trabajo asalariado, yde ese
modo bajo el dominio de sta. Pero dicha articulacin fue
constitutivamente colonial,pues se fund, primero, en la adscripcin
de todas las formas de trabajo no pagadas a lasrazas colonizadas,
originalmente indios, negros y de modo ms complejo, los mestizos,
en
Amrica y ms tarde a las dems razas colonizadas en el resto del
mundo, olivceos y
amarillos. Y, segundo, en la adscripcin del trabajo pagado,
asalariado, a la raza colonizadora,los blancos.
Esa colonialidad del control del trabajo determin la distribucin
geogrfica de cada una de lasformas integradas en el capitalismo
mundial. En otros trminos, decidi la geografa social
delcapitalismo: el capital, en tanto que relacin social de control
del trabajo asalariado, era el ejeen torno del cual se articulaban
todas las dems formas de control del trabajo, de sus recursosy de
sus productos. Eso lo haca dominante sobre todas ellas y daba
carcter capitalista alconjunto de dicha estructura de control del
trabajo. Pero al mismo tiempo, dicha relacin socialespecfica fue
geogrficamente concentrada en Europa, sobre todo, y socialmente
entre loseuropeos en todo el mundo del capitalismo. Y en esas
medida y manera, Europa y lo europeose constituyeron en el centro
del mundo capitalista.
Cuando Ral Prebisch10 acu la clebre imagen de
"Centro-Periferia", para describir laconfiguracin mundial del
capitalismo despus de la Segunda Guerra Mundial, apunt,sabindolo o
sin saber, al ncleo principal del carcter histrico del patrn de
control deltrabajo, de sus recursos y de sus productos, que formaba
parte central del nuevo patrnmundial de poder constituido a partir
de Amrica. El capitalismo mundial fue, desde la
partida,colonial/moderno y eurocentrado. Sin relacin clara con esas
especficas caractersticashistricas del capitalismo, el propio
concepto de "moderno sistema-mundo" desarrollado,principalmente,
por Immanuel Wallerstein11 a partir de Prebisch y del concepto
marxiano decapitalismo mundial, no podra ser apropiada y plenamente
entendido.
Nuevo patrn de poder mundial y nueva intersubjetividad
mundial
Ya en su condicin de centro del capitalismo mundial, Europa no
solamente tena el control del
mercado mundial, sino que pudo imponer su dominio colonial sobre
todas las regiones ypoblaciones del planeta, incorporndolas al
"sistema-mundo" que as se constitua, y a suespecfico patrn de
poder. Para tales regiones y poblaciones, eso implic un proceso de
re-identificacin histrica, pues desde Europa les fueron atribuidas
nuevas identidadesgeoculturales. De ese modo, despus de Amrica y de
Europa, fueron establecidas Africa, Asiay eventualmente Oceana. En
la produccin de esas nuevas identidades, la colonialidad delnuevo
patrn de poder fue, sin duda, una de las ms activas
determinaciones. Pero las formasy el nivel de desarrollo poltico y
cultural, ms especficamente intelectual, en cada caso,
jugaron tambin un papel de primer plano. Sin esos factores, la
categora Oriente no habrasido elaborada como la nica con la
dignidad suficiente para ser el Otro, aunque por definicininferior,
de Occidente, sin que alguna equivalente fuera acuada para indios o
negros12. Peroesta misma omisin pone al descubierto que esos otros
factores actuaron tambin dentro delpatrn racista de clasificacin
social universal de la poblacin mundial.
La incorporacin de tan diversas y heterogneas historias
culturales a un nico mundodominado por Europa, signific para ese
mundo una configuracin cultural, intelectual, en
sumaintersubjetiva, equivalente a la articulacin de todas las
formas de control del trabajo en tornodel capital, para establecer
el capitalismo mundial. En efecto, todas las experiencias,
historias,recursos y productos culturales, terminaron tambin
articulados en un slo orden cultural globalen torno de la hegemona
europea u occidental. En otros trminos, como parte del nuevopatrn
de poder mundial, Europa tambin concentr bajo su hegemona el
control de todas lasformas de control de la subjetividad, de la
cultura, y en especial del conocimiento, de laproduccin del
conocimiento.
En el proceso que llev a ese resultado, los colonizadores
ejercieron diversas operaciones quedan cuenta de las condiciones
que llevaron a la configuracin de un nuevo universo de
relaciones intersubjetivas de dominacin entre Europa y lo
europeo y las dems regiones ypoblaciones del mundo, a las cuales
les estaban siendo atribuidas, en el mismo proceso,
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nuevas identidades geoculturales. En primer lugar, expropiaron a
las poblaciones colonizadas -entre sus descubrimientos culturales-
aquellos que resultaban ms aptos para el desarrollo delcapitalismo
y en beneficio del centro europeo. En segundo lugar, reprimieron
tanto comopudieron, es decir en variables medidas segn los casos,
las formas de produccin deconocimiento de los colonizados, sus
patrones de produccin de sentidos, su universosimblico, sus
patrones de expresin y de objetivacin de la subjetividad. La
represin en este
campo fue conocidamente ms violenta, profunda y duradera entre
los indios de Amricaibrica, a los que condenaron a ser una
subcultura campesina, iletrada, despojndolos de suherencia
intelectual objetivada. Algo equivalente ocurri en Africa. Sin duda
mucho menor fuela represin en el caso de Asia, en donde por lo
tanto una parte importante de la historia y de laherencia
intelectual, escrita, pudo ser preservada. Y fue eso, precisamente,
lo que dio origen ala categora de Oriente. En tercer lugar,
forzaron -tambin en medidas variables en cada caso-a los
colonizados a aprender parcialmente la cultura de los dominadores
en todo lo que fueratil para la reproduccin de la dominacin, sea en
el campo de la actividad material,tecnolgica, como de la subjetiva,
especialmente religiosa. Es este el caso de la religiosidad
judeo-cristiana. Todo ese accidentado proceso implic a largo
plazo una colonizacin de lasperspectivas cognitivas, de los modos
de producir u otorgar sentido a los resultados de laexperiencia
material o intersubjetiva, del imaginario, del universo de
relaciones intersubjetivasdel mundo, de la cultura en suma13.
En fin, el xito de Europa Occidental en convertirse en el centro
del moderno sistema-mundo,segn la apta formulacin de Wallerstein,
desarroll en los europeos un rasgo comn a todoslos dominadores
coloniales e imperiales de la historia, el etnocentrismo. Pero en
el casoeuropeo ese rasgo tena un fundamento y una justificacin
peculiar: la clasificacin racial de lapoblacin del mundo despus de
Amrica. La asociacin entre ambos fenmenos, eletnocentrismo colonial
y la clasificacin racial universal, ayuda a explicar por qu los
europeosfueron llevados a sentirse no slo superiores a todos los
dems pueblos del mundo, sino, enparticular, naturalmente
superiores. Esa instancia histrica se expres en una operacin
mentalde fundamental importancia para todo el patrn de poder
mundial, sobre todo respecto de lasrelaciones intersubjetivas que
le son hegemnicas y en especial de su perspectiva deconocimiento:
los europeos generaron una nueva perspectiva temporal de la
historia y re-ubicaron a los pueblos colonizados, y a sus
respectivas historias y culturas, en el pasado de
una trayectoria histrica cuya culminacin era Europa14. Pero,
notablemente, no en una mismalnea de continuidad con los europeos,
sino en otra categora naturalmente diferente. Lospueblos
colonizados eran razas inferiores y -por ello- anteriores a los
europeos.
Con acuerdo a esa perspectiva, la modernidad y la racionalidad
fueron imaginadas comoexperiencias y productos exclusivamente
europeos. Desde ese punto de vista, las relacionesintersubjetivas y
culturales entre Europa, es decir Europa Occidental, y el resto del
mundo,fueron codificadas en un juego entero de nuevas categoras:
Oriente-Occidente, primitivo-civilizado, mgico/mtico-cientfico,
irracional-racional, tradicional-moderno. En suma, Europa
yno-Europa. Incluso as, la nica categora con el debido honor de ser
reconocida como el Otrode Europa u "Occidente", fue "Oriente". No
los "indios" de Amrica, tampoco los "negros" del
Africa. Estos eran simplemente "primitivos". Por debajo de esa
codificacin de las relacionesentre europeo/no-europeo, raza es, sin
duda, la categora bsica15. Esa perspectiva binaria,
dualista, de conocimiento, peculiar del eurocentrismo, se impuso
como mundialmentehegemnica en el mismo cauce de la expansin del
dominio colonial de Europa sobre elmundo. No sera posible explicar
de otro modo, satisfactoriamente en todo caso, la elaboracindel
eurocentrismo como perspectiva hegemnica de conocimiento, de la
versin eurocntricade la modernidad y sus dos principales mitos
fundantes: uno, la idea-imagen de la historia de lacivilizacin
humana como una trayectoria que parte de un estado de naturaleza y
culmina enEuropa. Y dos, otorgar sentido a las diferencias entre
Europa y no-Europa como diferencias denaturaleza (racial) y no de
historia del poder. Ambos mitos pueden ser
reconocidos,inequvocamente, en el fundamento del evolucionismo y
del dualismo, dos de los elementosnucleares del eurocentrismo.
La cuestin de la modernidad
No me propongo aqu entrar en una discusin detenida de la cuestin
de la modernidad y de suversin eurocntrica. Le he dedicado antes
otros estudios y volver sobre ella despus. En
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particular, no prolongar este trabajo con una discusin acerca
del debate modernidad-postmodernidad y su vasta bibliografa. Pero
es pertinente, para los fines de este trabajo, enespecial de la
parte siguiente, insistir en algunas cuestiones16.
El hecho de que los europeos occidentales imaginaran ser la
culminacin de una trayectoriacivilizatoria desde un estado de
naturaleza, les llev tambin a pensarse como los modernos
de la humanidad y de su historia, esto es, como lo nuevo y al
mismo tiempo lo ms avanzadode la especie. Pero puesto que al mismo
tiempo atribuan al resto de la especie la pertenenciaa una
categora, por naturaleza, inferior y por eso anterior, esto es, el
pasado en el proceso dela especie, los europeos imaginaron tambin
ser no solamente los portadores exclusivos de talmodernidad, sino
igualmente sus exclusivos creadores y protagonistas. Lo notable de
eso noes que los europeos se imaginaran y pensaran a s mismos y al
resto de la especie de esemodo -eso no es un privilegio de los
europeos- sino el hecho de que fueran capaces de difundiry de
establecer esa perspectiva histrica como hegemnica dentro del nuevo
universointersubjetivo del patrn mundial de poder.
Desde luego, la resistencia intelectual a esa perspectiva
histrica no tard en emerger. EnAmrica Latina desde fines del siglo
XIX, pero se afirm sobre todo durante el siglo XX y enespecial
despus de la Segunda Guerra Mundial, en vinculacin con el debate
sobre la
cuestin del desarrollo-subdesarrollo. Como ese debate fue
dominado durante un buen tiempopor la denominada teora de la
modernizacin17, en sus vertientes opuestas, para sostenerque la
modernizacin no implica necesariamente la occidentalizacin de las
sociedades y delas culturas no-europeas, uno de los argumentos ms
usados fue que la modernidad es unfenmeno de todas las culturas, no
slo de la europea u occidental.
Si el concepto de modernidad es referido, slo o
fundamentalmente, a las ideas de novedad,de lo avanzado, de lo
racional-cientfico, laico, secular, que son las ideas y
experienciasnormalmente asociadas a ese concepto, no cabe duda de
que es necesario admitir que es unfenmeno posible en todas las
culturas y en todas las pocas histricas. Con todas susrespectivas
particularidades y diferencias, todas las llamadas altas culturas
(China, India,Egipto, Grecia, Maya-Azteca, Tawantinsuyo) anteriores
al actual sistema-mundo, muestraninequvocamente las seales de esa
modernidad, incluido lo racional cientfico, la
secularizacin del pensamiento, etc. En verdad, a estas alturas
de la investigacin histricasera casi ridculo atribuir a las altas
culturas no-europeas una mentalidad mtico-mgica comorasgo
definitorio, por ejemplo, en oposicin a la racionalidad y a la
ciencia como caractersticasde Europa, pues aparte de los posibles o
ms bien conjeturados contenidos simblicos, lasciudades, los templos
y palacios, las pirmides, o las ciudades monumentales, sea
MachuPichu o Boro Budur, las irrigaciones, las grandes vas de
trasporte, las tecnologas metalferas,agropecuarias, las matemticas,
los calendarios, la escritura, la filosofa, las historias, lasarmas
y las guerras, dan cuenta del desarrollo cientfico y tecnolgico en
cada una de talesaltas culturas, desde mucho antes de la formacin
de Europa como nueva id-entidad. Lo msque realmente puede decirse
es que, en el actual perodo, se ha ido ms lejos en el
desarrollocientfico-tecnolgico y se han hecho mayores
descubrimientos y realizaciones, con el papelhegemnico de Europa y,
en general, de Occidente.
Los defensores de la patente europea de la modernidad suelen
apelar a la historia cultural delantiguo mundo heleno-romnico y al
mundo del Mediterrneo antes de Amrica, para legitimarsu reclamo a
la exclusividad de esa patente. Lo que es curioso de ese argumento
es queescamotea, primero, el hecho de que la parte realmente
avanzada de ese mundo delMediterrneo, antes de Amrica, rea por rea
de esa modernidad, era islamo-judaica.Segundo, que fue dentro de
ese mundo que se mantuvo la herencia cultural greco-romana,
lasciudades, el comercio, la agricultura comercial, la minera, la
textilera, la filosofa, la historia,cuando la futura Europa
Occidental estaba dominada por el feudalismo y su
oscurantismocultural. Tercero que, muy probablemente, la
mercantilizacin de la fuerza de trabajo, larelacin capital-salario,
emergi, precisamente, en esa rea y fue en su desarrollo que
seexpandi posteriormente hacia el norte de la futura Europa.
Cuarto, que solamente a partir dela derrota del Islam y del
posterior desplazamiento de la hegemona sobre el mercado mundialal
centro-norte de la futura Europa, gracias a Amrica, comienza tambin
a desplazarse el
centro de la actividad cultural a esa nueva regin. Por eso, la
nueva perspectiva geogrfica dela historia y de la cultura, que all
es elaborada y que se impone como mundialmente
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hegemnica, implica, por supuesto, una nueva geografa del poder.
La idea misma deOccidente-Oriente es tarda y parte desde la
hegemona britnica. O an hace falta recordarque el meridiano de
Greenwich atraviesa Londres y no Sevilla o Venecia?18
En ese sentido, la pretensin eurocntrica de ser la exclusiva
productora y protagonista de lamodernidad, y de que toda
modernizacin de poblaciones no-europeas es, por lo tanto, una
europeizacin, es una pretensin etnocentrista y a la postre
provinciana. Pero, de otro lado, sise admite que el concepto de
modernidad se refiere solamente a la racionalidad, a la ciencia,
ala tecnologa, etc., la cuestin que le estaramos planteando a la
experiencia histrica no seradiferente de la propuesta por el
etnocentrismo europeo, el debate consistira apenas en ladisputa por
la originalidad y la exclusividad de la propiedad del fenmeno as
llamadomodernidad, y, en consecuencia, movindose en el mismo
terreno y segn la mismaperspectiva del eurocentrismo.
Hay, sin embargo, un conjunto de elementos demostrables que
apuntan a un concepto demodernidad diferente, que da cuenta de un
proceso histrico especfico al actual sistema-mundo. En ese concepto
no estn, obviamente, ausentes sus referencias y sus
rasgosanteriores. Pero ms bien en tanto y en cuanto forman parte de
un universo de relacionessociales, materiales e intersubjetivas,
cuya cuestin central es la liberacin humana como
inters histrico de la sociedad y tambin, en consecuencia, su
campo central de conflicto. Enlos lmites de este trabajo, me
restringir solamente a adelantar, de modo breve y
esquemtico,algunas proposiciones19.
En primer trmino, el actual patrn de poder mundial es el primero
efectivamente global de lahistoria conocida. En varios sentidos
especficos. Uno, es el primero donde en cada uno de losmbitos de la
existencia social estn articuladas todas las formas histricamente
conocidas decontrol de las relaciones sociales correspondientes,
configurando en cada rea una solaestructura con relaciones
sistemticas entre sus componentes y del mismo modo en suconjunto.
Dos, es el primero donde cada una de esas estructuras de cada mbito
de existenciasocial, est bajo la hegemona de una institucin
producida dentro del proceso de formacin ydesarrollo de este mismo
patrn de poder. As, en el control del trabajo, de sus recursos y
desus productos, est la empresa capitalista; en el control del
sexo, de sus recursos y productos,
la familia burguesa; en el control de la autoridad, sus recursos
y productos, el Estado-nacin;en el control de la intersubjetividad,
el eurocentrismo20. Tres, cada una de esas institucionesexiste en
relaciones de interdependencia con cada una de las otras. Por lo
cual el patrn depoder est configurado como un sistema21. Cuatro, en
fin, este patrn de poder mundial es elprimero que cubre a la
totalidad de la poblacin del planeta.
En ese especfico sentido, la humanidad actual en su conjunto
constituye el primer sistema-mundo global histricamente conocido,
no solamente un mundo como el que quizs fueron elchino, el hind, el
egipcio, el helnico-romnico, el maya-azteca o el tawantinsuyano.
Ningunode esos posibles mundos tuvo en comn sino un dominador
colonial/imperial y, aunque as sepropone desde la visin colonial
eurocntrica, no es seguro que todos los pueblos incorporadosa uno
de aquellos mundos tuvieran tambin en comn una perspectiva bsica
respecto de lasrelaciones entre lo humano y el resto del universo.
Los dominadores coloniales de cada uno de
esos mundos, no tenan las condiciones, ni probablemente el
inters, de homogenizar lasformas bsicas de existencia social de
todas las poblaciones de sus dominios. En cambio, elactual, el que
comenz a formarse con Amrica, tiene en comn tres elementos
centrales queafectan la vida cotidiana de la totalidad de la
poblacin mundial: la colonialidad del poder, elcapitalismo y el
eurocentrismo. Por supuesto que este patrn de poder, ni otro
alguno, puedeimplicar que la heterogeneidad histrico-estructural
haya sido erradicada dentro de susdominios. Lo que su globalidad
implica es un piso bsico de prcticas sociales comunes paratodo el
mundo, y una esfera intersubjetiva que existe y acta como esfera
central deorientacin valrica del conjunto. Por lo cual las
instituciones hegemnicas de cada mbito deexistencia social, son
universales a la poblacin del mundo como modelos intersubjetivos.
As,el Estado-nacin, la familia burguesa, la empresa, la
racionalidad eurocntrica.
Por lo tanto, sea lo que sea lo que el trmino modernidad mienta,
hoy involucra al conjunto de
la poblacin mundial y a toda su historia de los ltimos 500 aos,
a todos los mundos o ex-mundos articulados en el patrn global de
poder, a cada uno de sus segmentos diferenciados o
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diferenciables, pues se constituy junto con, como parte de, la
redefinicin o reconstitucinhistrica de cada uno de ellos por su
incorporacin al nuevo y comn patrn de poder mundial.Por lo tanto,
tambin como articulacin de muchas racionalidades. En otros trminos,
puestoque se trata de una historia nueva y diferente, con
experiencias especficas, las cuestiones queesta historia permite y
obliga a abrir no pueden ser indagadas, mucho menos contestadas,
conel concepto eurocntrico de modernidad. Por lo mismo, decir que
es un fenmeno puramente
europeo o que ocurre en todas las culturas, tendra hoy un
imposible sentido. Se trata de algonuevo y diferente, especfico de
este patrn de poder mundial. Si hay que preservar el nombre,debe
tratarse, de todos modos, de otra modernidad.
La cuestin central que nos interesa aqu es la siguiente: qu es
lo realmente nuevo respectode la modernidad? No solamente lo que
desarrolla y redefine experiencias, tendencias yprocesos de otros
mundos, sino lo que fue producido en la historia propia del actual
patrn depoder mundial?
Dussel ha propuesto la categora de transmodernidad como
alternativa a la pretensineurocntrica de que Europa es la
productora original de la modernidad22. Segn esapropuesta, la
constitucin del Ego individual diferenciado es lo nuevo que ocurre
con Amrica yes la marca de la modernidad, pero tiene lugar no slo
en Europa sino en todo el mundo que se
configura a partir de Amrica. Dussel da en el blanco al recusar
uno de los mitos predilectos deleurocentrismo. Pero no es seguro
que el ego individual diferenciado sea un fenmenoexclusivamente
perteneciente al perodo iniciado con Amrica.
Hay, por supuesto, una relacin umbilical entre los procesos
histricos que se generan a partirde Amrica y los cambios de la
subjetividad o, mejor dicho, de la intersubjetividad de todos
lospueblos que se van integrando en el nuevo patrn de poder
mundial. Y esos cambios llevan ala constitucin de una nueva
subjetividad, no slo individual, sino colectiva, de una
nuevaintersubjetividad. Ese es, por lo tanto, un fenmeno nuevo que
ingresa a la historia con
Amrica y en ese sentido hace parte de la modernidad. Pero
cualesquiera que fuesen, esoscambios no se constituyen desde la
subjetividad individual, ni colectiva, del mundopreexistente,
vuelta sobre s misma, o, para repetir la vieja imagen, esos cambios
no nacencomo Minerva de la cabeza de Zeus, sino que son la expresin
subjetiva o intersubjetiva de lo
que las gentes del mundo estn haciendo en ese momento.
Desde esa perspectiva, es necesario admitir que Amrica y sus
consecuencias inmediatas enel mercado mundial y en la formacin de
un nuevo patrn de poder mundial, son un cambiohistrico
verdaderamente enorme y que no afecta solamente a Europa sino al
conjunto delmundo. No se trata de cambios dentro del mundo
conocido, que no alteran sino algunos de susrasgos. Se trata del
cambio del mundo como tal. Este es, sin duda, el elemento fundante
de lanueva subjetividad: la percepcin del cambio histrico. Es ese
elemento lo que desencadena elproceso de constitucin de una nueva
perspectiva sobre el tiempo y sobre la historia. Lapercepcin del
cambio lleva a la idea del futuro, puesto que es el nico territorio
del tiempodonde pueden ocurrir los cambios. El futuro es un
territorio temporal abierto. El tiempo puedeser nuevo, pues no es
solamente la extensin del pasado. Y, de esa manera, la historia
puedeser percibida ya no slo como algo que ocurre, sea como algo
natural o producido por
decisiones divinas o misteriosas como el destino, sino como algo
que puede ser producido porla accin de las gentes, por sus clculos,
sus intenciones, sus decisiones, por lo tanto comoalgo que puede
ser proyectado, y, en consecuencia, tener sentido23.
Con Amrica se inicia, pues, un entero universo de nuevas
relaciones materiales eintersubjetivas. Es pertinente, por todo
eso, admitir que el concepto de modernidad no serefiere solamente a
lo que ocurre con la subjetividad, no obstante toda la tremenda
importanciade ese proceso, sea que se trate de la emergencia del
ego individual, o de un nuevo universode relaciones intersubjetivas
entre los individuos y entre los pueblos integrados o que
seintegran en el nuevo sistema-mundo y su especfico patrn de poder
mundial. El concepto demodernidad da cuenta, igualmente, de los
cambios en la dimensin material de las relacionessociales. Es
decir, los cambios ocurren en todos los mbitos de la existencia
social de lospueblos y, por tanto de sus miembros individuales, lo
mismo en la dimensin material que en la
dimensin subjetiva de esas relaciones. Y puesto que se trata de
procesos que se inician conla constitucin de Amrica, de un nuevo
patrn de poder mundial y de la integracin de los
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pueblos de todo el mundo en ese proceso, de un entero y complejo
sistema-mundo, es tambinimprescindible admitir que se trata de todo
un perodo histrico. En otros trminos, a partir de
Amrica un nuevo espacio/tiempo se constituye, material y
subjetivamente: eso es lo quemienta el concepto de modernidad.
No obstante, fue decisivo para el proceso de modernidad que el
centro hegemnico de ese
mundo estuviera localizado en las zonas centro-norte de Europa
Occidental. Eso ayuda aexplicar por qu el centro de elaboracin
intelectual de ese proceso se localizar tambin all, ypor qu esa
versin fue la que gan hegemona mundial. Ayuda igualmente a explicar
por qula colonialidad del poder jugar un papel de primer orden en
esa elaboracin eurocntrica de lamodernidad. Esto ltimo no es muy
difcil de percibir si se tiene en cuenta lo que ya ha sidomostrado
antes, el modo como la colonialidad del poder est vinculada a la
concentracin enEuropa del capital, del salariado, del mercado del
capital, en fin, de la sociedad y de la culturaasociadas a esas
determinaciones. En ese sentido, la modernidad fue tambin colonial
desdesu punto de partida. Pero ayuda tambin a entender por qu fue
en Europa mucho ms directoe inmediato el impacto del proceso
mundial de modernizacin.
En efecto, las nuevas prcticas sociales implicadas en el patrn
de poder mundial, capitalista,la concentracin del capital y del
salariado, el nuevo mercado del capital, todo ello asociado a
la nueva perspectiva sobre el tiempo y sobre la historia, a la
centralidad de la cuestin delcambio histrico en dicha perspectiva,
como experiencia y como idea, requieren,necesariamente, la
des-sacralizacin de las jerarquas y de las autoridades, tanto en
ladimensin material de las relaciones sociales como en su
intersubjetividad; la des-sacralizacin, el cambio o el
desmantelamiento de las correspondientes estructuras
einstituciones. La individuacin de las gentes slo adquiere su
sentido en ese contexto, lanecesidad de un foro propio para pensar,
para dudar, para decidir; la libertad individual, ensuma, contra
las adscripciones sociales fijadas y en consecuencia la necesidad
de igualdadsocial entre los individuos.
Las determinaciones capitalistas, sin embargo, requeran tambin,
y en el mismo movimientohistrico, que esos procesos sociales,
materiales e intersubjetivos, no pudieran tener lugar sinodentro de
relaciones sociales de explotacin y de dominacin. En consecuencia,
como un
campo de conflictos por la orientacin, es decir, los fines, los
medios y los lmites de esosprocesos. Para los controladores del
poder, el control del capital y del mercado eran y son losque
deciden los fines, los medios y los lmites del proceso. El mercado
es el piso, pero tambinel lmite de la posible igualdad social entre
las gentes. Para los explotados del capital y engeneral para los
dominados del patrn de poder, la modernidad gener un horizonte
deliberacin de las gentes de toda relacin, estructura o institucin
vinculada a la dominacin y ala explotacin, pero tambin las
condiciones sociales para avanzar en direccin a esehorizonte. La
modernidad es, pues, tambin una cuestin de conflicto de intereses
sociales.Uno de ellos es la continuada democratizacin de la
existencia social de las gentes. En esesentido, todo concepto de
modernidad es necesariamente ambiguo y contradictorio24.
Es all, precisamente, donde la historia de esos procesos
diferencia tan claramente a EuropaOccidental y el resto del mundo,
para el caso, Amrica Latina. En Europa Occidental, la
concentracin de la relacin capital-salario es el eje principal
de las tendencias de lasrelaciones de clasificacin social y de la
correspondiente estructura de poder. Eso subyace alos
enfrentamientos con el antiguo orden, con el Imperio, con el
Papado, durante el perodo delllamado capital competitivo. Esos
enfrentamientos permiten a los sectores no dominantes delcapital y
a los explotados, mejores condiciones de negociar su lugar en el
poder y la venta desu fuerza de trabajo. De otro lado, abre tambin
condiciones para una secularizacinespecficamente burguesa de la
cultura y de la subjetividad. El liberalismo es una de las
clarasexpresiones de ese contexto material y subjetivo de la
sociedad en Europa Occidental. Encambio, en el resto del mundo, en
Amrica Latina en particular, las formas ms extendidas decontrol del
trabajo son no-salariales, aunque en beneficio global del capital,
lo que implica quelas relaciones de explotacin y de dominacin
tienen carcter colonial. La Independenciapoltica, desde comienzos
del siglo XIX, est acompaada en la mayora de los nuevos pasespor el
estancamiento y retroceso del capital y fortalece el carcter
colonial de la dominacin
social y poltica bajo Estados formalmente independientes. El
eurocentramiento del capitalismocolonial/moderno, fue en ese
sentido decisivo para el destino diferente del proceso de la
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modernidad entre Europa y el resto del mundo25.
II. Colonialidad del poder y eurocentrismo
La elaboracin intelectual del proceso de modernidad produjo una
perspectiva de conocimientoy un modo de producir conocimiento que
dan muy ceida cuenta del carcter del patrn
mundial de poder: colonial/moderno, capitalista y eurocentrado.
Esa perspectiva y modoconcreto de producir conocimiento se
reconocen como eurocentrismo26.Eurocentrismo es, aqu, el nombre de
una perspectiva de conocimiento cuya elaboracinsistemtica comenz en
Europa Occidental antes de mediados del siglo XVII, aunque
algunasde sus races son sin duda ms viejas, incluso antiguas, y que
en las centurias siguientes sehizo mundialmente hegemnica
recorriendo el mismo cauce del dominio de la Europaburguesa. Su
constitucin ocurri asociada a la especfica secularizacin burguesa
delpensamiento europeo y a la experiencia y las necesidades del
patrn mundial de podercapitalista, colonial/moderno, eurocentrado,
establecido a partir de Amrica.
No se trata, en consecuencia, de una categora que implica a toda
la historia cognoscitiva entoda Europa, ni en Europa Occidental en
particular. En otros trminos, no se refiere a todos losmodos de
conocer de todos los europeos y en todas las pocas, sino a una
especfica
racionalidad o perspectiva de conocimiento que se hace
mundialmente hegemnicacolonizando y sobreponindose a todas las
dems, previas o diferentes, y a sus respectivossaberes concretos,
tanto en Europa como en el resto del mundo. En el marco de este
trabajo loque me propongo es discutir algunas de sus cuestiones ms
directamente vinculadas a laexperiencia histrica de Amrica Latina,
pero que, obviamente, no se refieren solamente a ella.
Capital y capitalismo
Primero que nada, la teora de una secuencia histrica unilineal y
universalmente vlida entrelas formas conocidas de trabajo y de
control del trabajo, que fueran tambin conceptualizadascomo
relaciones o modos de produccin, especialmente entre capital y
pre-capital, precisa ser,en todo caso respecto de Amrica, abierta
de nuevo como cuestin mayor del debate cientfico-social
contemporneo.
Desde el punto de vista eurocntrico, reciprocidad, esclavitud,
servidumbre y produccinmercantil independiente, son todas
percibidas como una secuencia histrica previa a lamercantilizacin
de la fuerza de trabajo. Son pre-capital. Y son consideradas no slo
comodiferentes sino como radicalmente incompatibles con el capital.
El hecho es, sin embargo, queen Amrica ellas no emergieron en una
secuencia histrica unilineal; ninguna de ellas fue unamera extensin
de antiguas formas precapitalistas, ni fueron tampoco incompatibles
con elcapital.
En Amrica la esclavitud fue deliberadamente establecida y
organizada como mercanca paraproducir mercancas para el mercado
mundial y, de ese modo, para servir a los propsitos ynecesidades
del capitalismo. As mismo, la servidumbre impuesta sobre los
indios, inclusive laredefinicin de las instituciones de la
reciprocidad, para servir los mismos fines, i.e. para
producir mercancas para el mercado mundial. Y en fin, la
produccin mercantil independientefue establecida y expandida para
los mismos propsitos.
Eso significa que todas esas formas de trabajo y de control del
trabajo en Amrica no sloactuaban simultneamente, sino que
estuvieron articuladas alrededor del eje del capital y delmercado
mundial. Consecuentemente, fueron parte de un nuevo patrn de
organizacin y decontrol del trabajo en todas sus formas
histricamente conocidas, juntas y alrededor del capital.Juntas
configuraron un nuevo sistema: el capitalismo.
El capital, como relacin social basada en la mercantilizacin de
la fuerza de trabajo, naciprobablemente en algn momento circa los
siglos XI-XII, en algn lugar en la regin meridionalde las pennsulas
ibrica y/o itlica y por consecuencia, y por conocidas razones, en
el mundoislmico. Es pues bastante ms antiguo que Amrica. Pero antes
de la emergencia de Amrica,
no est en ningn lugar estructuralmente articulado a todas las
dems formas de organizaciny control de la fuerza de trabajo y del
trabajo, ni tampoco era an predominante sobre ninguna
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de ellas. Slo con Amrica pudo el capital consolidarse y obtener
predominancia mundial,deviniendo precisamente en el eje alrededor
del cual todas las dems formas fueronarticuladas para los fines del
mercado mundial. Slo de ese modo, el capital se convirti en elmodo
de produccin dominante. As, el capital existi mucho tiempo antes
que Amrica. Sinembargo, el capitalismo como sistema de relaciones
de produccin, esto es, el heterogneoengranaje de todas las formas
de control del trabajo y de sus productos bajo el dominio del
capital, en que de all en adelante consisti la economa mundial y
su mercado, se constituyen la historia slo con la emergencia de
Amrica. A partir de ese momento, el capital siempreha existido y
contina existiendo hoy en da slo como el eje central del
capitalismo, no demanera separada, mucho menos aislada. Nunca ha
sido predominante de otro modo, a escalamundial y global, y con
toda probabilidad no habra podido desarrollarse de otro modo.
Evolucionismo y dualismo
Como en el caso de las relaciones entre capital y pre-capital,
una lnea similar de ideas fueelaborada acerca de las relaciones
entre Europa y no-Europa. Como ya fue sealado, el mitofundacional
de la versin eurocntrica de la modernidad es la idea del estado de
naturalezacomo punto de partida del curso civilizatorio cuya
culminacin es la civilizacin europea uoccidental. De ese mito se
origina la especficamente eurocntrica perspectiva
evolucionista,
de movimiento y de cambio unilineal y unidireccional de la
historia humana. Dicho mito fueasociado con la clasificacin racial
de la poblacin del mundo. Esa asociacin produjo unavisin en la cual
se amalgaman, paradjicamente, evolucionismo y dualismo. Esa visin
sloadquiere sentido como expresin del exacerbado etnocentrismo de
la recin constituidaEuropa, por su lugar central y dominante en el
capitalismo mundial colonial/moderno, de lavigencia nueva de las
ideas mitificadas de humanidad y de progreso, entraables productos
dela Ilustracin, y e la vigencia de la idea de raza como criterio
bsico de clasificacin socialuniversal de la poblacin del mundo.
La historia es, sin embargo, muy distinta. Por un lado, en el
momento en que los ibricosconquistaron, nombraron y colonizaron
Amrica (cuya regin norte o Norte Amrica,colonizarn los britnicos un
siglo ms tarde), hallaron un gran nmero de diferentes pueblos,cada
uno con su propia historia, lenguaje, descubrimientos y productos
culturales, memoria e
identidad. Son conocidos los nombres de los ms desarrollados y
sofisticados de ellos:aztecas, mayas, chims, aymaras, incas,
chibchas, etc. Trescientos aos ms tarde todos ellosquedaban
reunidos en una sola identidad: indios. Esta nueva identidad era
racial, colonial ynegativa. As tambin sucedi con las gentes tradas
forzadamente desde la futura Africa comoesclavas: ashantis,
yorubas, zuls, congos, bacongos, etc. En el lapso de trescientos
aos,todos ellos no eran ya sino negros.
Ese resultado de la historia del poder colonial tuvo dos
implicaciones decisivas. La primera esobvia: todos aquellos pueblos
fueron despojados de sus propias y singulares identidadeshistricas.
La segunda es, quizs, menos obvia, pero no es menos decisiva: su
nueva identidadracial, colonial y negativa, implicaba el despojo de
su lugar en la historia de la produccincultural de la humanidad. En
adelante no eran sino razas inferiores, capaces slo de
producirculturas inferiores. Implicaba tambin su reubicacin en el
nuevo tiempo histrico constituido
con Amrica primero y con Europa despus: en adelante eran el
pasado. En otros trminos, elpatrn de poder fundado en la
colonialidad implicaba tambin un patrn cognitivo, una
nuevaperspectiva de conocimiento dentro de la cual lo no-europeo
era el pasado y de ese modoinferior, siempre primitivo.
Por otro lado, la primera identidad geocultural moderna y
mundial fue Amrica. Europa fue lasegunda y fue constituida como
consecuencia de Amrica, no a la inversa. La constitucin deEuropa
como nueva entidad/identidad histrica se hizo posible, en primer
lugar, con el trabajogratuito de los indios, negros y mestizos de
Amrica, con su avanzada tecnologa en la mineray en la agricultura,
y con sus respectivos productos, el oro, la plata, la papa, el
tomate, eltabaco, etc., etc27. Porque fue sobre esa base que se
configur una regin como sede delcontrol de las rutas atlnticas, a
su vez convertidas, precisamente sobre esa misma base, enlas
decisivas del mercado mundial. Esa regin no tard en emerger como
Europa. Amrica y
Europa se produjeron histricamente, as, mutuamente, como las dos
primeras nuevasidentidades geoculturales del mundo moderno.
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Sin embargo, los europeos se persuadieron a s mismos, desde
mediados del siglo XVII, perosobre todo durante el siglo XVIII, no
slo de que de algn modo se haban autoproducido a smismos como
civilizacin, al margen de la historia iniciada con Amrica,
culminando una lneaindependiente que empezaba con Grecia como nica
fuente original. Tambin concluyeron queeran naturalmente (i.e.,
racialmente) superiores a todos los dems, puesto que
habanconquistado a todos y les haban impuesto su dominio.
La confrontacin entre la experiencia histrica y la perspectiva
eurocntrica de conocimientopermite sealar algunos de los elementos
ms importantes del eurocentrismo: a) unaarticulacin peculiar entre
un dualismo (precapital-capital, no europeo-europeo,
primitivo-civilizado, tradicional-moderno, etc.) y un evolucionismo
lineal, unidireccional, desde algnestado de naturaleza a la
sociedad moderna europea; b) la naturalizacin de las
diferenciasculturales entre grupos humanos por medio de su
codificacin con la idea de raza; y c) ladistorsionada reubicacin
temporal de todas esas diferencias, de modo que todo lo
no-europeoes percibido como pasado. Todas estas operaciones
intelectuales son claramenteinterdependientes. Y no habran podido
ser cultivadas y desarrolladas sin la colonialidad delpoder.
Homogeneidad/continuidad y heterogeneidad/discontinuidad
Como es observable ahora, la perspectiva eurocntrica de
conocimiento, debido a su radicalcrisis, es hoy un campo pletrico
de cuestiones. Aqu es pertinente an dejar planteadas dosde ellas.
Primero, una idea del cambio histrico como un proceso o un momento
en el cual unaentidad o unidad se transforma de manera continua,
homognea y completa en otra cosa yabandona de manera absoluta la
escena histrica. Esto le permite a otra entidad equivalenteocupar
el lugar, y todo esto contina en una cadena secuencial. De otro
modo no tendrasentido, ni lugar, la idea de la historia como una
evolucin unidireccional y unilineal. Segundo,de all se desprende
que cada unidad diferenciada, por ejemplo una "economa/sociedad" o
un"modo de produccin" en el caso del control del trabajo (capital o
esclavitud) o una"raza/civilizacin" en el caso de grupos humanos,
es una entidad/identidad homognea. Masan, que son, cada una,
estructuras de elementos homogneos relacionados de maneracontinua y
sistmica (lo que es distinto de sistemtica).
La experiencia histrica demuestra sin embargo que el capitalismo
mundial est lejos de seruna totalidad homognea y continua. Al
contrario, como lo demuestra Amrica, el patrn depoder mundial que
se conoce como capitalismo es, en lo fundamental, una estructura
deelementos heterogneos, tanto en trminos de las formas de control
del trabajo-recursos-productos (o relaciones de produccin) o en
trminos de los pueblos e historias articulados enl. En
consecuencia, tales elementos se relacionan entre s y con el
conjunto de maneratambin heterognea y discontinua, incluso
conflictiva. Y son ellos mismos, cada uno,configurados del mismo
modo.
As, cada una de esas relaciones de produccin es en s misma una
estructura heterognea.Especialmente el capital, desde que todos los
estadios y formas histricas de produccin devalor y de apropiacin de
plusvalor (por ejemplo, acumulacin primitiva, plusvala absoluta
y
relativa, extensiva o intensiva, o en otra nomenclatura,
manufactura, capital competitivo, capitalmonoplico, capital
transnacional o global, o prefordista, fordista, de mano de obra
intensiva,de capital intensivo, de informacin intensiva, etc.,
etc.) estn simultneamente en actividad ytrabajan juntos en una
compleja malla de transferencia de valor y de plusvalor. Esto
esigualmente cierto respecto de las razas, ya que tantos pueblos
diversos y heterogneos, conheterogneas historias y tendencias
histricas de movimiento y de cambio fueron reunidos bajoun solo
membrete racial, por ejemplo indio o negro.
Esta heterogeneidad no es simplemente estructural, basada en las
relaciones entre elementoscoetneos. Ya que historias diversas y
heterogneas de este tipo fueron articuladas en unasola estructura
de poder, es pertinente admitir el carcter histrico- estructural de
esaheterogeneidad. Consecuentemente, el proceso de cambio de dicha
totalidad capitalista nopuede, de ningn modo, ser una transformacin
homognea y continua del sistema entero, ni
tampoco de cada uno de sus componentes mayores. Tampoco podra
dicha totalidaddesvanecerse completa y homogneamente de la escena
histrica y ser reemplazada por otra
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equivalente. El cambio histrico no puede ser unilineal,
unidireccional, secuencial o total. Elsistema, o el especfico patrn
de articulacin estructural, podra ser desmantelado. Pero anas cada
uno o algunos de sus elementos puede y habr de rearticularse en
algn otro patrnestructural, como ocurri, obviamente, con los
componentes del patrn de poder pre-colonialen, digamos, el
Tawantinsuyu28.
El nuevo dualismo
Finalmente, por el momento y para nuestros propsitos aqu, es
pertinente abrir la cuestin delas relaciones entre el cuerpo y el
no-cuerpo en la perspectiva eurocntrica, tanto por sugravitacin en
el modo eurocntrico de producir conocimiento, como debido a que en
nuestraexperiencia tiene una estrecha relacin con las de raza y
gnero.
La idea de la diferenciacin entre el "cuerpo" y el "no-cuerpo"
en la experiencia humana esvirtualmente universal a la historia de
la humanidad, comn a todas las "culturas" o"civilizaciones"
histricamente conocidas. Pero es tambin comn a todas -hasta la
aparicindel eurocentrismo- la permanente co-presencia de los dos
elementos como dos dimensionesno separables del ser humano, en
cualquier aspecto, instancia o comportamiento.El proceso de
separacin de estos elementos del ser humano es parte de una larga
historia del
mundo cristiano sobre la base de la idea de la primaca del
"alma" sobre el "cuerpo". Pero estahistoria muestra tambin una
larga e irresuelta ambivalencia de la teologa cristiana sobre
estepunto en particular. Ciertamente, es el "alma" el objeto
privilegiado de salvacin. Pero al final,es el "cuerpo" el
resurrecto, como culminacin de la salvacin.
Ciertamente, tambin, fue durante la cultura represiva del
cristianismo, como resultado de losconflictos con musulmanes y
judos, sobre todo entre los siglos XV y XVI en plena Inquisicin,que
la primaca del "alma" fue enfatizada, quizs exasperada. Y porque el
"cuerpo" fue elobjeto bsico de la represin, el "alma" pudo aparecer
casi separada de las relacionesintersubjetivas al interior del
mundo cristiano. Pero esto no fue teorizado, es
decir,sistemticamente discutido y elaborado hasta Descartes,
culminando el proceso de lasecularizacin burguesa del pensamiento
cristiano29.
Con Descartes30 lo que sucede es la mutacin del antiguo abordaje
dualista sobre el "cuerpo"y el "no-cuerpo". Lo que era una
co-presencia permanente de ambos elementos en cada etapadel ser
humano, en Descartes se convierte en una radical separacin entre
"razn/sujeto" y"cuerpo". La razn no es solamente una secularizacin
de la idea de "alma" en el sentidoteolgico, sino que es una mutacin
en una nueva id-entidad, la "razn/sujeto", la nica entidadcapaz de
conocimiento "racional", respecto del cual el "cuerpo" es y no
puede ser otra cosa que"objeto" de conocimiento. Desde ese punto de
vista el ser humano es, por excelencia, un serdotado de "razn", y
ese don se concibe como localizado exclusivamente en el alma. As
el"cuerpo", por definicin incapaz de razonar, no tiene nada que ver
con la razon/sujeto.Producida esa separacin radical entre
"razon/sujeto" y "cuerpo", las relaciones entre ambosdeben ser
vistas nicamente como relaciones entre la razn/sujeto humana y
elcuerpo/naturaleza humana, o entre "espritu" y "naturaleza". De
este modo, en la racionalidadeurocntrica el "cuerpo" fue fijado
como "objeto" de conocimiento, fuera del entorno del
"sujeto/razn".
Sin esa "objetivizacin" del "cuerpo" como "naturaleza", de su
expulsin del mbito del"espritu", difcilmente hubiera sido posible
intentar la teorizacin "cientfica" del problema de laraza, como fue
el caso del Conde de Gobineau durante el siglo XIX31. Desde esa
perspectivaeurocntrica, ciertas razas son condenadas como
"inferiores" por no ser sujetos "racionales".Son objetos de
estudio, "cuerpo" en consecuencia, ms prximos a la "naturaleza". En
unsentido, esto los convierte en dominables y explotables. De
acuerdo al mito del estado denaturaleza y de la cadena del proceso
civilizatorio que culmina en la civilizacin europea,algunas razas
negros (o africanos), indios, olivceos, amarillos (o asiticos) y en
esasecuencia- estn ms prximas a la "naturaleza" que los blancos32.
Slo desde esa peculiarperspectiva fue posible que los pueblos
no-europeos fueran considerados, virtualmente hastala Segunda
Guerra Mundial, ante todo como objeto de conocimiento y de
dominacin/explotacin por los europeos.
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Ese nuevo y radical dualismo no afect solamente a las relaciones
raciales de dominacin, sinotambin a las ms antiguas, las relaciones
sexuales de dominacin. En adelante, el lugar delas mujeres, muy en
especial el de las mujeres de las razas inferiores, qued
estereotipado
junto con el resto de los cuerpos, y tanto ms inferiores fueran
sus razas, tanto ms cerca de lanaturaleza o directamente, como en
el caso de las esclavas negras, dentro de la naturaleza.
Esprobable, aunque la cuestin queda por indagar, que la idea de
gnero se haya elaborado
despus del nuevo y radical dualismo como parte de la perspectiva
cognitiva eurocentrista.Durante el siglo XVIII, ese nuevo dualismo
radical fue amalgamado con las ideas mitificadas de"progreso" y de
un estado de naturaleza en la trayectoria humana, los mitos
fundacionales de laversin eurocentrista de la modernidad. Esto dio
pie a la peculiar perspectiva histricadualista/evolucionista. As
todos los no-europeos pudieron ser considerados, de un lado,
comopre-europeos y al mismo tiempo dispuestos en cierta cadena
histrica y continua desde loprimitivo a lo civilizado, de lo
irracional a lo racional, de lo tradicional a lo moderno, de
lomgico-mtico a lo cientfico. En otras palabras, desde lo
no-europeo/pre-europeo a algo queen el tiempo se europeizar o
"modernizar".
Sin considerar la experiencia entera del colonialismo y de la
colonialidad, esa marca intelectualsera difcilmente explicable, as
como la duradera hegemona mundial del eurocentrismo. Lassolas
necesidades del capital como tal, no agotan, no podran agotar, la
explicacin del
carcter y de la trayectoria de esa perspectiva de
conocimiento.
III. Eurocentrismo y experiencia histrica en Amrica Latina
Aplicada de manera especfica a la experiencia histrica
latinoamericana, la perspectivaeurocntrica de conocimiento opera
como un espejo que distorsiona lo que refleja. Es decir, laimagen
que encontramos en ese espejo no es del todo quimrica, ya que
poseemos tantos ytan importantes rasgos histricos europeos en
tantos aspectos, materiales e intersubjetivos.Pero, al mismo
tiempo, somos tan profundamente distintos. De ah que cuando miramos
anuestro espejo eurocntrico, la imagen que vemos sea necesariamente
parcial y distorsionada.
Aqu la tragedia es que todos hemos sido conducidos, sabindolo o
no, querindolo o no, a very aceptar aquella imagen como nuestra y
como perteneciente a nosotros solamente. De esamanera seguimos
siendo lo que no somos. Y como resultado no podemos nunca
identificar
nuestros verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, a no ser
de una manera parcial ydistorsionada.
El eurocentrismo y la "cuestin nacional": El Estado-nacin
Uno de los ejemplos ms claros de esta tragedia de equivocaciones
en Amrica Latina es lahistoria de la llamada cuestin nacional.
Dicho de otro modo, del problema del modernoEstado-nacin en Amrica
Latina.
Naciones y Estados son un viejo fenmeno. Sin embargo, aquello
que llamamos el modernoEstado-nacin es una experiencia muy
especfica. Se trata de una sociedad nacionalizada ypor eso
polticamente organizada como un Estado-nacin. Implica a las
instituciones modernasde ciudadana y democracia poltica. Es decir,
implica una cierta democracia, dado que cada
proceso conocido de nacionalizacin societal en los tiempos
modernos ha ocurrido solamente atravs de una relativa (o sea,
dentro de los lmites del capitalismo) pero importante y
realdemocratizacin del control del trabajo, de los recursos
productivos y del control de lageneracin y gestin de las
instituciones polticas. De este modo, la ciudadana puede llegar
aservir como igualdad legal, civil y poltica para gentes
socialmente desiguales33.Un Estado-nacin es una suerte de sociedad
individualizada entre las dems. Por eso, entresus miembros puede
ser sentida como identidad. Sin embargo, toda sociedad es
unaestructura de poder. Es el poder aquello que articula formas de
existencia social dispersas ydiversas en una totalidad nica, una
sociedad. Toda estructura de poder es siempre, parcial ototalmente,
la imposicin de algunos, a menudo cierto grupo, sobre los
dems.Consecuentemente, todo Estado-nacin posible es una estructura
de poder, del mismo modoen que es producto del poder. En otros
trminos, del modo en que han quedado configuradaslas disputas por
el control del trabajo, sus recursos y productos; del sexo, sus
recursos y
productos; de la autoridad y de su especfica violencia; de la
intersubjetividad y delconocimiento.
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No obstante, si un Estado-nacin moderno puede expresarse en sus
miembros como unaidentidad, no es solamente debido a que puede ser
imaginado como una comunidad34. Losmiembros precisan tener en comn
algo real, no slo imaginado, algo que compartir. Y eso, entodos los
reales Estados-nacin modernos, es una participacin ms o menos
democrtica enla distribucin del control del poder. Esta es la
manera especfica de homogeneizacin de lagente en un Estado-nacin
moderno. Toda homogeneizacin de la poblacin de un Estado-
nacin moderno, es desde luego parcial y temporal y consiste en
la comn participacindemocrtica en el control de la generacin y de
la gestin de las instituciones de autoridadpblica y de sus
especficos mecanismos de violencia. Esto es, se ejerce, en lo
fundamental,en todo el mbito de la existencia social vinculado al
Estado y que por ello se asume como loexplcitamente poltico. Pero
dicho mbito no podra ser democrtico, esto es, implicarciudadana
como igualdad jurdica y civil de gentes desigualmente ubicadas en
las relacionesde poder, si las relaciones sociales en todos los
otros mbitos de la existencia social fueranradicalmente no
democrticas o antidemocrticas35.
Puesto que todo Estado-nacin es una estructura de poder, eso
implica que se trata de unpoder que se configura en ese sentido. El
proceso empieza siempre con un poder polticocentral sobre un
territorio y su poblacin, porque cualquier proceso de
nacionalizacin posibleslo puede ocurrir en un espacio dado, a lo
largo de un prolongado perodo de tiempo. Dicho
espacio precisa ser ms o menos estable por un largo perodo. En
consecuencia, se precisa deun poder poltico estable y centralizado.
Este espacio es, en ese sentido, necesariamente unespacio de
dominacin disputado y ganado frente a otros rivales.
En Europa el proceso que llev a la formacin de estructuras de
poder configuradas comoEstado-nacin, empez con la emergencia de
algunos pocos ncleos polticos queconquistaron su espacio de
dominacin y se impusieron sobre los diversos y heterogneospueblos e
identidades que lo habitaban. De este modo el Estado-nacin empez
como unproceso de colonizacin de algunos pueblos sobre otros que,
en ese sentido, eran pueblosextranjeros. En algunos casos
particulares, como en la Espaa que se constitua sobre la basede
Amrica y sus ingentes y gratuitos recursos, el proceso incluy la
expulsin de algunosgrupos, como los musulmanes y judos,
considerados como extranjeros indeseables. Esta fuela primera
experiencia de limpieza tnica en el perodo moderno, seguida por la
imposicin de
esa peculiar institucin llamada "certificado de limpieza de
sangre"36.
Por otro lado, el proceso de centralizacin estatal que antecedi
en Europa Occidental a laformacin de Estados-nacin, fue paralelo a
la imposicin de la dominacin colonial quecomenz con Amrica. Es
decir, simultneamente con la formacin de los imperios colonialesde
esos primeros Estados centrales europeos. El proceso tiene, pues,
un doble movimientohistrico. Comenz como una colonizacin interna de
pueblos con identidades diferentes, peroque habitaban los mismos
territorios convertidos en espacios de dominacin interna, es
decir,en los mismos territorios de los futuros Estados-nacin. Y
sigui paralelamente a lacolonizacin imperial o externa de pueblos
que no slo tenan identidades diferentes a las delos colonizadores,
sino que habitaban territorios que no eran considerados como los
espaciosde dominacin interna de los colonizadores, es decir no eran
los mismos territorios de losfuturos Estados-nacin de los
colonizadores.
Si indagamos desde nuestra actual perspectiva histrica aquello
que sucedi con los primerosEstados centrales europeos, sus espacios
de dominacin (poblaciones y territorios) y susrespectivos procesos
de nacionalizacin, se observa que las diferencias son muy visibles.
Laexistencia de un fuerte Estado central no es suficiente para
producir un proceso de relativahomogeneizacin de una poblacin
previamente diversa y heterognea, para producir as unaidentidad
comn y una fuerte y duradera lealtad a dicha identidad. Entre esos
casos, Francia esprobablemente la ms lograda experiencia, as como
Espaa es la menos exitosa.
Por qu Francia s y Espaa no? Espaa era en sus inicios mucho ms
rica y poderosa quesus pares. Sin embargo, luego de la expulsin de
los musulmanes y judos dej de serproductiva y prspera para
convertirse en correa de trasmisin de los recursos de Amrica alos
centros emergentes del capital financiero mercantil. Al mismo
tiempo, luego del violento y
exitoso ataque en contra de la autonoma de las comunidades
campesinas y de las ciudades yburgos, qued atrapada en una
estructura seorial de poder y bajo la autoridad de una
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monarqua y de una iglesia represivas y corruptas. La Monarqua de
Espaa se dedic,adems, a una poltica blica en busca de la expansin
de su poder seorial en Europa, enlugar de una hegemona sobre el
mercado mundial y el capital comercial y financiero comohicieran
luego Inglaterra o Francia. Todas las luchas por forzar a los
controladores del poder aadmitir o negociar alguna democratizacin
de la sociedad y del Estado fueron derrotadas,notablemente la
revolucin liberal de 1810-12. De este modo, el colonialismo interno
y los
patrones seoriales de poder poltico y social, combinados,
demostraron ser fatales para lanacionalizacin de la sociedad y el
Estado espaoles, en la medida en que ese tipo de poderno slo prob
ser incapaz de sostener cualquier ventaja proveniente de ese rico y
vastocolonialismo imperial o externo: prob igualmente que era muy
poderosa valla a todo procesodemocratizador de las relaciones
sociales y polticas y no slo dentro del espacio propio
dedominacin.
Por el contrario, en Francia, a travs de la democratizacin
radical de las relaciones sociales ypolticas con la Revolucin
Francesa, el previo colonialismo interno evolucion hacia
una"francesizacin" efectiva, aunque no total, de los pueblos que
habitaban el territorio de Francia,originalmente tan diversos e
histrico-estructuralmente heterogneos como en el espacio
dedominacin que se llamara Espaa. Los vascos franceses, por ejemplo
son, en primer lugar,franceses, como los occitanos o los navarros.
No as en Espaa.
En cada uno de los casos de exitosa nacionalizacin de sociedades
y Estados en Europa, laexperiencia es la misma: un importante
proceso de democratizacin de la sociedad es lacondicin bsica para
la nacionalizacin de esa sociedad y de su organizacin poltica en
unEstado-nacin moderno. No hay, en verdad, excepcin conocida a esa
trayectoria histrica delproceso que conduce a la formacin del
Estado-nacin.
El Estado-nacin en Amrica: Estados Unidos
Si examinamos la experiencia de Amrica, sea en sus reas hispnica
o britnica, podemosreconocer diferencias y factores bsicos
equivalentes. En el rea britano-americana, laocupacin del
territorio fue desde el comienzo violenta. Pero antes de la
Independencia,conocida en Estados Unidos como la Revolucin
Americana, el territorio ocupado era muy
pequeo. Por eso los indios no fueron habitantes del territorio
ocupado, no estabancolonizados. Por eso, los diversos pueblos
indios fueron formalmente reconocidos comonaciones y con ellos se
practic relaciones comerciales inter-naciones, inclusive se
formaronalianzas militares en las guerras entre colonialistas
ingleses y franceses, sobre todo. Los indiosno eran parte de la
poblacin incorporada al espacio de dominacin colonial
britano-americana.Por eso mismo, cuando se inicia la historia del
nuevo Estado-nacin llamado Estados Unidosde Amrica del Norte, los
indios fueron excluidos de esa nueva sociedad. Fueron
consideradosextranjeros. Pero ms adelante sus tierras fueron
conquistadas y ellos casi exterminados. Sloentonces, los
sobrevivientes fueron encerrados en la sociedad norteamericana como
razacolonizada. En el comienzo, pues, relaciones colonial/raciales
existieron solamente entreblancos y negros. Este ltimo grupo era
fundamental para la economa de la sociedad colonial,como durante un
primer largo momento para la economa de la nueva nacin. Sin
embargo,demogrficamente los negros eran una relativamente reducida
minora, mientras que los
blancos componan la gran mayora.
Al fundarse Estados Unidos como pas independiente, el proceso de
constitucin del nuevopatrn de poder llev desde el comienzo a la
configuracin de un Estado-nacin. En primertrmino, a pesar de la
relacin colonial de dominacin entre blancos y negros y del
exterminiocolonialista de la poblacin india, dada la condicin
abrumadoramente mayoritaria de losblancos, es inevitable admitir
que dicho nuevo Estado-nacin era genuinamente representativode la
mayora de la poblacin. Esa blanquitud social de la sociedad
norteamericana fue inclusoms lejos con la inmigracin de millones de
europeos durante el siglo XIX. En segundo trmino,la conquista de
los territorios indios result en la abundancia de la oferta de un
recurso bsicode produccin, la tierra. Este pudo ser, por
consecuencia, apropiado y distribuido de manera nonicamente
concentrada bajo el control de muy pocas gentes, sino por el
contrario pudo ser, almismo tiempo, parcialmente concentrado en
grandes latifundios y tambin apropiado o
distribuido en una vasta proporcin de mediana y pequea
propiedad. Equivalente, pues, a unadistribucin democrtica del
recurso. Eso fund para los blancos una participacin
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notablemente democrtica en el control de la generacin y la
gestin de la autoridad publica.La colonialidad del nuevo patrn de
poder no fue anulada, sin embargo, ya que negros e indiosno podan
tener lugar, en absoluto, en el control de los recursos de
produccin, ni de lasinstituciones y mecanismos de la autoridad
pblica.
Hacia mediados del siglo XIX, Tocqueville37 observ que en
Estados Unidos de Amrica,
gente de orgenes tan diversos cultural, tnica e incluso
nacionalmente, eran incorporadostodos en algo parecido a una mquina
de re-identificacin nacional; rpidamente se convertanen ciudadanos
estadounidenses y adquiran una nueva identidad nacional, incluso
preservandopor algn tiempo sus identidades originales. Tocqueville
encontr que el mecanismo bsico deese proceso de nacionalizacin era
la apertura de la participacin democrtica en la vidapoltica para
todos los recin llegados. Todos ellos eran atrados hacia una
intensaparticipacin poltica y con la libertad de decisin de
participar o no. Pero vio tambin que dosgrupos especficos no
estaban autorizados a de participar en la vida poltica. Estos
eran,evidentemente, negros e indios. Esa discriminacin era, pues,
el lmite de ese impresionante ymasivo proceso de formacin del
Estado-nacin moderno en la joven repblica de EstadosUnidos de
Amrica. Tocqueville no dej de advertir que a menos que esa
discriminacin socialy poltica fuera eliminada, el proceso de
construccin nacional se vera limitado. Un siglo mstarde, otro
europeo, Gunnar Myrdall38, observ esas mismas limitaciones en el
proceso
nacional de Estados Unidos. Vio tambin que debido a que los
nuevos inmigrantes eran no-blancos (provenan de Amrica Latina y de
Asia, en su mayora), las relaciones coloniales delos blancos con
esos otros pueblos podran ser un serio riesgo para la reproduccin
de esanacin. Sin duda esos riesgos van en aumento hoy en da, a
medida en que el viejo mito delmelting pot ha sido abandonado
forzosamente y el racismo tiende a ser de nuevo agudo
yviolento.
En suma, la colonialidad de las relaciones de
dominacin/explotacin/conflicto entre blancos yno-blancos, no
obstante su intensa vigencia, dada la condicin vastamente
mayoritaria de losprimeros no fue tan fuerte como para impedir la
relativa, pero real e importante,democratizacin del control de
recursos de produccin y del Estado, entre blancos, es verdad,pero
con el vigor necesario para que pudiera ser reclamada ms tarde
tambin por los no-blancos. El poder pudo ser configurado en la
trayectoria y la orientacin de un Estado-nacin.
Es a eso que se refiere, sin duda, la idea de la Revolucin
Americana.
Amrica Latina: Cono Sur y mayora blanca
A primera vista, la situacin en los pases del llamado Cono Sur
de Amrica Latina (Argentina,Chile y Uruguay) fue similar a la
ocurrida en Estados Unidos. Los indios, en su mayora,tampoco fueron
integrados a la sociedad colonial, en la medida en que eran pueblos
de ms omenos la misma estructura que aquellos de Norteamrica, sin
disponibilidad para convertirseen trabajadores explotados, no
condenables a trabajar forzosamente y de manera disciplinadapara
los colonos. En esos tres pases, tambin la poblacin negra fue una
minora durante elperodo colonial, en comparacin con otras regiones
dominadas por espaoles o portugueses.Y los dominantes de los nuevos
pases del Cono Sur consideraron, como en el caso de losEstados
Unidos, necesaria la conquista del territorio que los indios
poblaban y el exterminio de
stos como forma expeditiva de homogenizar la poblacin nacional y
de ese modo facilitar elproceso de constitucin de un Estado-nacin
moderno, a la europea. En Argentina y Uruguayeso fue hecho en el
siglo XIX. Y en Chile durante las tres primeras dcadas del siglo
XX. Estospases atrajeron tambin millones de inmigrantes europeos,
consolidando en apariencia lablanquitud de las sociedades de
Argentina, Chile y Uruguay. En un sentido, esto tambinconsolid en
apariencia el proceso de homogeneizacin en dichos pases.
Un elemento crucial introdujo, sin embargo, una diferencia bsica
en esos pases encomparacin con el caso norteamericano, muy en
especial en Argentina. Mientras en EstadosUnidos la distribucin de
la tierra se produjo de una manera menos concentrada durante
unimportante perodo, en Argentina la apropiacin de la tierra ocurri
de una maneracompletamente distinta. La extrema concentracin de la
tenencia de la tierra, en particular delas tierras conquistadas a
los indios, hizo imposible cualquier tipo de relaciones
sociales
democrticas entre los propios blancos y en consecuencia de toda
relacin polticademocrtica. Sobre esa base, en lugar de una sociedad
democrtica, capaz de representarse y
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organizarse polticamente en un Estado democrtico, lo que se
constituy fue una sociedad yun Estado oligrquicos, slo parcialmente
desmantelados desde la Segunda Guerra Mundial.Sin duda, esas
determinaciones se asociaron al hecho de que la sociedad colonial
en eseterritorio, sobre todo en la costa atlntica que devino
hegemnica sobre el resto, fue pocodesarrollada y por eso su
reconocimiento como sede de un Virreinato fue tardo (segunda
mitaddel Siglo XVIII). Su emergencia como una de las reas prsperas
del mercado mundial fue
rpida desde el ltimo cuarto del siglo XVIII, lo que impuls en el
siglo siguiente una masivamigracin desde Europa del Sur, del Centro
y del Este. Pero esa vasta poblacin migratoria noencontr una
sociedad con estructura, historia e identidad suficientemente
densas y estables,para incorporarse a ella e identificarse con
ella, como ocurri en el caso de Estados Unidos ysin duda en Chile y
Uruguay. A fines del XIX la poblacin de Buenos Aires estaba formada
enms de un 80% por migrantes de origen europeo. Tardaron, por eso
probablemente, enconsiderarse con identidad nacional y cultural
propias diferentes de la europea, mientrasrechazaban explcitamente
la identidad asociada a la herencia histrica latinoamericana y,
enparticular, cualquier parentesco con la poblacin india39.
La concentracin de la tierra fue igualmente fuerte en Chile y
algo menor en Uruguay. De todosmodos, a diferencia de Argentina,
los migrantes europeos encontraron en esos pases unasociedad, un
Estado, una identidad, ya suficientemente densos y constituidos, a
los cuales
incorporarse y con los cuales identificarse ms pronto y ms
completamente que en el otrocaso. En el caso de Chile, por otra
parte, la expansin territorial a costa de Bolivia y de Per,permiti
a la burguesa chilena el control de recursos cuya importancia ha
marcado desdeentonces la historia del pas: salitre primero, y cobre
poco despus. En las pampas salitreras seform el primer gran
contingente de asalariados obreros de Amrica Latina, desde
mediadosdel siglo XIX, y ms tarde fue en el cobre que se form la
columna vertebral de lasorganizaciones sociales y polticas de los
obreros chilenos de la vieja repblica. Los beneficios,distribuidos
entre la burguesa britnica y la chilena, permitieron el impulso de
la agriculturacomercial y de la economa comercial urbana. Se
formaron nuevas capas de asalariadosurbanos y nuevas capas medias
relativamente amplias, junto con la modernizacin de unaparte
importante de la burguesa seorial. Fueron esas condiciones las que
hicieron posibleque los trabajadores y las capas medias pudieran
negociar con algn xito, desde 1930-35, lascondiciones de la
dominacin/explotacin/conflicto. Esto es, de la democracia en
las
condiciones del capitalismo. De ese modo, pudo ser establecido
un poder configurado comoEstado-nacin de blancos, por supuesto. Los
indios, exigua minora de sobrevivienteshabitando las tierras ms
pobres e inhspitas del pas, fueron excluidos de ese
Estado-nacin.Hasta hace poco eran sociolgicamente invisibles. Ahora
no lo son tanto, comienzan amovilizarse en defensa de esas mismas
tierras que tambin arriesgan perder frente al capitalglobal.
El proceso de homogeneizacin de los miembros de la sociedad
imaginada desde unaperspectiva eurocntrica como caracterstica y
condicin de los Estados-nacin modernos, fuellevado a cabo en los
pases del Cono Sur latinoamericano no por medio de la
descolonizacinde las relaciones sociales y polticas entre los
diversos componentes de la poblacin, sino porla eliminacin masiva
de unos de ellos (indios, negros y mestizos). Es decir, no por
medio de lademocratizacin fundamental de las relaciones sociales y
polticas, sino por la exclusin de una
parte de la poblacin. Dadas esas condiciones originales, la
democracia alcanzada y el Estado-nacin constituido, no podan ser
afirmados y estables. La historia poltica de esos pases,
muyespecial desde fines de los 60 hasta hoy, no podra ser explicada
al margen de esasdeterminaciones40.
Mayora india, negra y mestiza: el imposible "moderno
Estado-nacin"
En el resto de pases latinoamericanos, esa trayectoria
eurocntrica hacia el Estado-nacin seha demostrado hasta ahora
imposible de culminar. Tras la derrota de Tupac Amaru y de Hait,slo
en los casos de Mxico y de Bolivia se lleg tan lejos como se pudo
en el camino de ladescolonizacin social, a travs de un proceso
revolucionario ms o menos radical, durante elcual la descolonizacin
del poder pudo recorrer un trecho importante antes de ser contenida
yderrotada. En esos pases, al comenzar la Independencia,
principalmente aquellos que fueron
demogrfica y territorialmente extensos a principios del siglo
XIX, aproximadamente poco msdel 90% del total de la poblacin estaba
compuesta de negros, indios y mestizos. Sin embargo,
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en todos estos pases, durante el proceso de organizacin de los
nuevos Estados, a dichasrazas les fue negada toda posible
participacin en las decisiones sobre la organizacin social
ypoltica. La pequea minora blanca que asumi el control de esos
Estados se encontrinclusive con la ventaja de estar libre de las
restricciones d