Quema de BRUJAS (POEMAS MALDITOS) Vol 1. Carmen J. Holguín Natalia Ceres Daniela García Danitza Fuentelzar Diana Isabel Pizarro Karla Sterloff Helena Restrepo “Cacería de Brujas” Por Juan Manuel Rico Este poemario costa de 9 poemas escrito por 7 poetizas latinoamericanas, en ellos se tocan temas de la intimidad femenina, y constan de una identidad característica que esperamos sea de su gusto.
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Quema
de
BRUJAS
(POEMAS MALDITOS)
Vol 1.
Carmen J. Holguín
Natalia Ceres
Daniela García
Danitza Fuentelzar
Diana Isabel Pizarro
Karla Sterloff
Helena Restrepo “Cacería de Brujas” Por Juan Manuel Rico
Este poemario costa de 9 poemas escrito por 7 poetizas latinoamericanas, en ellos
se tocan temas de la intimidad femenina, y constan de una identidad característica
que esperamos sea de su gusto.
Vol 1
17 de marzo del 2015
Lamento
Rosario me dijo adiós con la mano;
sus dedos agitándose en el viento oscuro
son la última imagen que me dejó
después de esa mañana de sonrisa adormilada
Ana nunca volvió a casa,
la siguiente vez que vi sus manitas aterradas
Lorena estaba en la morgue,
reconocí a mi princesa de los domingos
por el anillo con su nombre: Demetria.
Por lo demás,
aquel cuerpo informe
no me decía nada de aquella Elena de cantos
lavando la ropa en el patio de la casa,
no me hablaba de aquella chispa
que encendía la soledad.
Por lo demás,
aquel rostro ciego
no me miraba con los ojos de mi Lupita
frunciendo el ceño para llamarme la atención
cuando algo no le gustaba.
Por lo demás,
no parecía el cabello de mi Antonia
tan lleno éste de arena, de ramas secas,
de basura entremetida a la fuerza en aquél,
el de Rosa, tan peinado y brillante siempre
para lucirlo como a ella le gustaba
sobre su espalda, siempre derecha
a pesar del cansancio
por las largas jornadas en la maquiladora.
¡Ay! una madre no imagina nunca
cuando su bebé de 18, 24, 30 años
le dice adiós con su mano en el viento,
que jamás la volverá a escuchar
llegando del trabajo
dejándose caer en el raído sillón de la sala,
cerrando los ojos a voluntad
para descansar unos segundos.
Una madre no puede pensar nunca
que su chiquita no volverá a cruzar el umbral
para darle uno de esos abrazos de sol
que entran con ella.
Una madre no entiende
el cuerpo inerte de Gloria sobre la plancha,
la cabeza de Sonia con las cuencas vacías,
el pecho de Andrea sin sus senos niños.
Una madre que vive este mal sueño
jamás despierta de la pesadilla...
Juana me dijo adiós con la mano
y sonreía.
Carmen J. Holguín “Jack In The Pulpit” Georgia O’Keeffe
El naufrago
Acaricia mi ensueño, el suave murmullo de tu suspirar… Cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren
mirar… Si es mío el amparo de tu leve sonrisa, me salvará de mi vanal existencia, la cual pende de
aquella tenue nota murmurante de éste oscuro piano tarjado en mi Ser desde que aprendí a “vivir”… Ella
aquieta mi herida… Todo, todo se olvida... La planta se ha deslizado bajo mis pasos, ahora estoy
caminando en la oscuridad…Esta noche las campanas repicaron…Voy a llorar por la eternidad… Es ese
lugar llamado Cielo; Eso me deja solo en la oscuridad; Es el Dios que me maldijo; Eso me llena de
desesperación… Los monjes de piedras oscuras me han condenado por un crimen…Pero podría pasar por el
infierno, para verte de nuevo, en aquél celestial umbral…
¿Por qué debo vagar por la oscuridad cuando soy
un ángel blanco desinhibido de maldad? Me
gustaría ser todavía un Ser humano, Y no ese
ángel condenado… Así es amigo mío, estoy
pagando un karma… Pero usted no quiere que le
hable de esto, ¿verdad? Sí, recuerdo las preguntas
que me acaba de hacer… En cuanto a su cuerpo,
¿qué puedo decir amigo mío? Me dejo llevar por
la emoción que cae como lluvia torrencial, y no
sé por cuál razón, quiero estar cerca… Quiero
enloquecer en la perdición de sus ojos, con el ardor de sus labios y el aroma de sus manos... Su cabello
idílico suaviza las nubes del amanecer, la silueta de su cuello, místico ataca mis más íntimos deseos… ¿Un
poco más debajo de su cuello? Jaja, mi buen Señor, en ese lugar el más valiente de los caballeros entraría
en la más sublime rendición… Oh, ¿Su cintura?... Allí se construye el más íntimo sueño del viejo náufrago
conocido, que por ciertas razones no mencionaré... ¿Más debajo de su cintura?… ¿Su cadera?... Oh... Mi viejo
amigo, aquél lugar es la más grande travesía que pudiese cometer, sería la perdición total de mi razón,
sería la locura de mi ser, mi espíritu vendido a sentir su frágil piel... ¿Que quién es el náufrago?, eso, buen
hombre, sólo lo sabe aquella mujer... Y sí, buen hombre, si aquél náufrago se salva como pretende,
seguramente terminaré de contarte la presente...
Natalia Ceres
Dame, Amor, besos sin cuento
¡Heme aquí! ¡Tuya soy!
7:30pm 19/02/15
Lamento quizá, la distancia que se encuentra en kilómetros y separa lo que parece unido en
secretos, en lazos invisibles, lo que sostiene quizá, nuestras vidas de una forma sutil y
aparentemente, efímera.
Me he dado cuenta de que cuando el amor es mudo, expresa una profundidad y esa profundidad
es infinita, que mi amor por ti es tácito, y entonces comprenderás, que hablo poco, porque te
amo demasiado y contigo, no quiero sueños rotos.
Recuerdo en las noches que su rostro ha sido miel para mi boca,
Su cuerpo, alimento para mis ojos;
Sus largos y aéreos brazos, son más ardientes que el fuego,
Su olor tan peculiar, ese y los brillantes párpados, dan deseo a mi alma.
¡Heme aquí!
- No queriendo perderte ,
queriéndote sólo para mí,
añorando tenerte toda una vida,
temiendo a un día, ya no tocarte,
y, soñándote cada noche.
¡Tuya soy!
Daniela García
NOCTURNA INEXISTENCIA
Se donde comienza la ciudad
parace nadie mas saberlo
Esta verdad me exije una existencia tranportada
un vivir por pequeños senderos invisibles
que solo rozan las veredas donde transita el hombre urbano
veo la existencia de multitud de seres
que se cruzan en las calles que suenna bocinas que se miran el culo
y pienso en esto con frecuencia
colo en esto
quisiera gritar la verdad que conozco
pero temo que entonces la ciudad note mi existencia calndestina
y termine con el erro que represento
hasta hoy me he mantenido anonimo y vivo
no se quien me observe
Dejare mensajes en paredes no rastreables
esperando existan otros penitentes
Purgando el conocer una verdad apocaliptica.
BOCANADA
“TRAYECTORIA SIN FINAL
DISTANTE PLACER
DE UNA MIRADA FRENTE A OTRA
ESFUMANDOSE... “
GUATAVO CERATI
Abriendo, justo la distancia
precisa
bailando el verde humo se
deslisa suavemente
cerrando los ojos ,mandan
besos en el alma
Exactamente como morder la
uva rosa
tamaño, consistencia ,tersura
resplandeciente
salibando placeres, deseos
extraviados
Foto, Manuel Rodriguez el olvido se hace carne
VIUDAS SUICIDAS TRES
“playgroundlove”
No puede dejar de mirarlo
sus dientes se estrangulan en la quijada
polvo blanco se asoma en su nariz
Ese movimiento de boca “La vuelve loca”
Sabe que morderá sus pezones
que le tirara el clítoris
y le ensangrentara el culo
en una persecución de sexo sado.
Solo la besa por el sabor a muerte en sus labios
De vez en cuando se ama(rra)n para no perderse.
Danitza Fuentelzar
“Aquelarre” Por Juan Manuel Rico
De la serie “Pangua
Paint”
Por Daniel Panguana
Cambio estribillos de campanas viejas
por café de esquina en plena madrugada.
Parvadas de aves migratorias
por sábados que huelan a botellas vacías.
Mañanas típicas de soles anacrónicos
por un último acto sin libreto.
Anoto en la pizarra mi antigua dirección
para los mercaderes que buscan baratijas.
Y les ofrezco en trueque
la rítmica exhalación de los días tranquilos
por el aliento alevoso de una boca
que derrame ron sobre mis labios.
Diana Isabel Pizarro
Desinfecciones
Mis cuatro perros
ladran sobre la cama
siguiendo un punto azul en la montaña.
Son cuatro antenas
movidas por el portón del vecino.
Detonantes de la fiesta.
La casa ha dejado de verse pequeña
y crece como un ente orgánico entre la lluvia.
Si esto fuera poesía
diría que palpita.
Le han salido cuartos y ventanas
donde ningún ingeniero sospechó.
Obras de la fe de nuestros ojos,
viendo cuartos y techos nuevos
donde no cabían antes.
La limpieza diaria
se vuelve semanal.
Vamos devorando las capas de olor,
la sucesión de verdes raídos
las chapas de café en el mantel,
cada una,
huellas de inviernos distintos,
o de nuevas inundaciones,
de sillas sobre la mesa
y escobas queriendo arrancar la lluvia del suelo.
El nuevo desinfectante no pudo más.
Pero hay fracasos peores.
Al final del día,
cuando la cortina aruña la sala
y el viento se lleva nuestro aire enlatado,
parece que sobreviven las violetas.
Karla Sterloff
AHÍ
En el rincón más iluminado de mi
corazón
ahí te guardo.
Ahí, donde nadie te note
para que no pregunten por ti.
Puede ser que en mis ojos brille tu sonrisa de la serie “Pangua Paint”