ALEXANDER PUSHKIN
Tres relatos fantsticos
LA DAMA DE PICAS EL ZAR SALTAN LA ZAREVNA MUERTA Y LOS SIETE
GUERREROS
Fue,AlejandroSerguievichPushkin,unodelosliteratosmsilustresqueha
producido Rusia. Su mrito consiste, no solamente en el ingenio, en
la amenidad, en el arte con que combina las escenas y despierta el
inters delos lectores, sino muy
principalmenteenlabellezadellenguaje,enlapurezadellxicoyenlariquezay
variedaddelasformasgramaticales.Pushkinfuequiendioalidiomarusoaquel
pulimentoquehizodelunadelaslenguasliterariasmsbellasdeEuropa.
AlejandroSerguievichPushkinnacienMoscel26demayode1799.Sufamilia
eraantigua,distinguidaybienacomodada.Descendasupadredeunembajador
del zar Alejo Mijailovich y su madre era nieta del famoso negro de
Pedro el Grande,
quetanimportantepapeldesempeoenlacortedeesteMonarca.Seeduc primero
en casa de sus padres, bajo la frula de ayas y preceptores
extranjeros, que
leensearonelfrancsyelalemnantesqueelidiomaruso.Supadre,quecomo
todoslosaristcratasmoscovitasdesutiemposentagranadmiracinporlos
autores franceses, le franque su biblioteca y el joven Pushkin
represent comedias de Molire y compuso versos en francs antes de
saber correctamente la lengua de
supatria.EstudimstardeenelLiceodeZarskoeSelyescribiallsuprimer
poema,quemerecielogiosdelescritorDerschavin.En1817ingresenel
MinisteriodeNegociosExtranjeros,sinabandonarporesoelcultodelasmusas,
como lo prueba el poema Ruslan y Liudmila, publicado hacia 1820,
que le dio fama
entrelosliteratos,peroquenoevitqueleenviasenalmediodadeRusia,ala
Oficina de colonizacin, en castigo de unos epigramas demasiado
ingeniosos. Largo
tiempovivienlasprovinciasmeridionalesdelimperioytambinenelCucaso,
siendosusobrasdeentoncesreflejodelaimpresinquelecausaronlasbellezas
naturalesdeaquellascomarcas.EntreestasobrasfiguranElprisioneroenel
Cucaso (1822); Los hermanos bandoleros (1827); Los gitanos (1826),
y el comienzo
desuclebrepoemaEugenioOniguin.Algunosdisgustosquetuvoconsujefes
motivaronsuregresoalcentrodeRusia,pasandolargotiempoenunpuebloque
perteneca a su padre, donde escribi Boris Godunof. Perdonado
despleg pasmosa
actividadliteraria.DeestapocasonsusobrastituladasPoltava,Rusalka,El
convidadodepiedra,Lahijadelcapitn,etc.,ynopocostrabajoshistricos.En
1831contrajomatrimonioconNataliaNicolaievnaGonchrova,bellayelegante
dama,honrayprezdelossalonesdeSanPetersburgoycausaindirectadesu
muerte,pueslasrelacionesdeestadamaconelbarnDants,emigradofrancs,
dieronlugaraldesafodesteconPushkin,deresultasdelcualfallecielilustre
escritor el 29 de enero de 1837. Entre sus obras histricas
descuella la Historia de la
rebelindePugachef,unodelosepisodiosmscuriososdelosanalesdelImperio
moscovita, y entre sus obras poticas, Eugenio Oniguin y Boris
Godunof
La dama de picas
La dama de picas significa malevolencia secreta. Novsimo tratado
de cartomancia
I Y en los das de lluvia se solan reunir a menudo. Yque Dios les
perdone! apostaban a cien la jugada. Y a veces ganaban, apuntaban
con tiza las deudas. De este modo ocupaban, en los das de lluvia,
su tiempo.
UndaencasadeloficialdelaGuardiaNarmovjugabanalascartas.Lalarga
nochedeinviernopassinquenadielonotara;sesentaronacenarpasadaslas
cuatrodelamaana.Losquehabanganadocomancongranapetito;losdems
permanecansentadosantesusplatosvacosconairedistrado.Peroapareciel
champn, la conversacin se anim y todos tomaron parte en ella. Qu
has hecho, Surin?pregunt el amo de la casa.
Perder,comodecostumbre.Hedeadmitirquenotengosuerte:juegosinsubir
lasapuestas,nuncameacaloro,nohaymododesacarmedequicio,ydetodos
modos sigo perdiendo!
Yalgunaveznotehasdejadollevarporlatentacin?Ponerlotodoauna
carta?... Me asombra tu firmeza...
PuesahtenisaGuermann!dijounodelospresentessealandoaunjoven
oficialdeingenieros.Jamsensuvidahatenidounacartaenlasmanos,nunca
hahechoniunproli,y,encambio,sequedaconnosotroshastalascincoamirar
cmo jugamos!
MeatraemuchoeljuegodijoGuermann,peronoestoyencondicionesde
sacrificar lo imprescindible con la esperanza de salir sobrado.
Guermann es alemn, cuenta su dinero, eso es todo! observ Tomski.
Pero si hay alguien a quien no entiendo es a mi abuela, la condesa
Anna Fedtovna. Cmo?, quin?exclamaron los contertulios. No me entra
en la cabeza prosigui Tomski, cmo puede ser que mi abuela no
juegue! Qu tiene de extrao que una vieja ochentona no juegue? dijo
Narmov. Pero no sabis nada de ella? No! De verdad, nada! No? Pues,
escuchad:
Debissaberquemiabuela,harunossesentaaos,vivienParsehizoall
autnticofuror.LagentecorratrasellaparaveralaVnusmoscovite;Richelieu
estaba prendado de ella y la abuela asegura que casi se pega un
tiro por la crueldad con que ella lo trat.
Enaqueltiempolasdamasjugabanalfaran.Ciertavez,jugandoenlacorte,
perdi bajo palabra con el duque de Orlens no s qu suma inmensa. La
abuela al
llegaracasa,mientrassedespegabaloslunaresdelacaraysedesatabael
miriaque, le comunic al abuelo que haba perdido en el juego y le
mand que se hiciera cargo de la deuda.
Porcuantorecuerdo,midifuntoabueloeraunaespeciedemayordomodela
abuela. La tema como al fuego y, sin embargo, al orla horrorosa
suma, perdi los
estribos:setrajoellibrodecuentasy,trasmostrarlequeenmedioaosehaban
gastadomediomillnyquenisualdeacercanaaMoscniladeSaratovse
encontraban en las afueras de Pars, se neg en redondo a pagar. La
abuela le dio un bofetn y se acost sola en seal de enojo.
Aldasiguientemandllamarasumaridoconlaesperanzadequeelcastigo
domstico hubiera surtido efecto, pero lo encontr inclume. Por
primera vez en su
vidalaabuelaaccediaentrarenraznyadarexplicaciones;pensaba
avergonzarlo,ysedignademostrarlequehabadeudasydeudas,comohaba
diferenciaentreunprncipeyuncarretero.Peronimodo!Elabuelosehaba
sublevado y segua en sus trece! La abuela no saba qu hacer. Anna
Fedtovna era amiga ntima de un hombre muy notable. Habris odo
hablar
delcondeSaint-Germain,dequientantosprodigiossecuentan.Comosabris,se
hacapasarporelJudoerrante,porelinventordelelixirdelavida,delapiedra
filosofal y de muchas cosas ms. La gente se rea de l tomndolo por
un charlatn, y Casanova en sus Memorias dice que era un espa. En
cualquier caso, a pesar de todo
elmisterioqueloenvolva,Saint-Germaintenaunaspectomuydistinguidoyen
sociedad era una persona muy amable. La abuela, que lo sigue
venerando hasta hoy
yseenfadacuandohablandelsineldebidorespeto,sabaqueSaint-Germain
poda disponer degrandes sumasdedinero,y decidirecurriral.
Leescribiuna nota en la que le peda que viniera a verla de
inmediato. El estrafalario viejo se present al punto y hall a la
dama sumida en una horrible
pena.Lamujerledescribielbrbaroprocederdesumaridoenlostonosms
negros,paraacabardiciendoquedepositabatodassusesperanzasenlaamistady
en la amabilidad del francs. Saint-Germain se qued pensativo.
Yopuedoproporcionarleestasumaledijo,perocomosqueustednose sentira
tranquila hasta no resarcirme la deuda, no querra yo abrumarla con
nuevos quebraderos de cabeza. Existe otro medio: puede usted
recuperar su deuda.
Pero,miqueridocondeledijolaabuela,sileestoydiciendoqueno tenemos
nada de dinero. Ni falta que le hacereplic Saint-Germain: tenga la
bondad de escucharme. Y entonces le descubri un secreto por el cual
cualquiera de nosotros dara lo que fuera...
Losjvenesjugadoresredoblaronsuatencin.Tomskiencendiunapipa,diouna
bocanada y prosigui su relato: Aquel mismo da la abuela se present
en Versalles, au jeu de la Reine. El duque
deOrlensllevabalabanca;laabuelalediounavagaexcusapornohaberle
satisfecholadeuda,parajustificarseseinventunapequeahistoriaysesent
enfrenteapostandocontral.Eligitrescartas,lascolocunatrasotra:ganlas
tres manos y recuper todo lo perdido. Por casualidad!dijo uno de
los contertulios. Esto es un cuento! observ Guermann. No seran
cartas marcadas? aadi un tercero. No lo creorespondi Tomski con
aire grave.
Cmo!dijoNarmov.Tienesunaabuelaqueaciertatrescartasseguidasy hasta
ahora no te has hecho con su cabalstica?
Qumsquisiera!replicTomski.Laabuelatuvocuatrohijos,entreellosa mi
padre: los cuatro son unos jugadores empedernidos y a ninguno de
los cuatro les
hareveladosusecreto;aunquenoleshubieraidomal,comotampocoam,
conocerlo. Pero od lo que me cont mi to el conde Ivn Ilich,
asegurndome por su honor la
veracidaddelahistoria.EldifuntoChaplitskielmismoquemurienlamiseria
despusdehaberdespilfarradosusmillones,ciertavezensujuventudy,sino
recuerdo mal,conZrich, perdicerca de trescientos milrublos.El
hombreestaba desesperado. La abuela, que siempre haba sido muy
severa con las travesuras de los jvenes, esta vez parece que se
apiad de Chaplitski. Le dio tres cartas para que las
apostaraunatrasotraylehizojurarqueyanojugaranuncams.Chaplitskise
present ante su ganador; se pusieron a jugar. Chaplitski apost a su
primera carta cincuenta mil y gan; hizo un proli y lo dobl en la
siguiente jugada, y as sald su deuda y an sali ganado... Pero es
hora de irse a dormir: ya son las seis menos cuarto. En efecto, ya
amaneca: los jvenes apuraron sus copas y se marcharon.
II
Il parat que monsieur est dcidment pour les suivantes. Que
voulez-vous, madame? Elles sont plus fraches.
Laviejacondesasehallabaensutocadoranteelespejo.Larodeabantres
doncellas.Unasostenauntarrodearrebol;otra,unacajitaconhorquillas,yla
tercera,una altacofiaconcintasdecolor de fuego.Lacondesanopretenda
en lo ms mnimo verse hermosa, su belleza haca tiempo que se haba
marchitado, pero conservaba todos los hbitos de sus aos jvenes,
segua rigurosamente la moda de los setenta y se vesta con la misma
lentitud, con el mismo esmero de hace sesenta aos. Junto a la
ventana se sentaba ante su labor una seorita, su pupila.
Buenosdas,grand'mamandijoalentrarunjovenoficial.Bonjour,
mademoiselle Lise. Grand' maman, he venido a pedirle un favor. Qu,
Pal? Quisiera presentarle a uno de mis compaeros para que lo invite
usted a su baile el viernes.
Trelodirectamentealafiestayallmelopresentas.Estuvisteayerencasade ?
Cmo no! Fue una fiesta muy alegre; bailamos hasta las cinco.
Yeltskaya estuvo encantadora! Qu dices, querido! Qu tiene de
encantadora esa muchacha? Ni comparar con
suabuela,laprincesaDariaPetrovna...Porcierto,laprincesaDariaPetrovnase
ver muy envejecida?
Cmo,envejecida?respondidistradoTomski,sisemuriharunossiete aos.
Laseoritalevantlacabezaehizounaseaaljoven.sterecordquealavieja
condesa le ocultaban la muerte de las mujeres de su edad y se mordi
el labio. Pero la condesa escuch la noticia, nueva para ella, con
gran indiferencia. Ha muerto! dijo. Y yo sin saberlo. Pues cuando
nos hicieron damas de honor a las dos, su majestad... Y por
centsima vez empez a contar la ancdota a su nieto.
BienPaldijoluego,ahoraaydamealevantarme.Liza,dndeestmi tabaquera?
La condesa se dirigi con sus doncellas detrs del biombo para acabar
de arreglarse y Tomski se qued con la seorita. A quin le quiere
presentar? pregunt en voz baja Lizaveta Ivnovna. A Narmov. Lo
conoce? No! Es militar o civil? Militar. Ingeniero? No. De
caballera. Y por qu ha credo usted que era ingeniero? La seorita se
ri, pero no dijo ni palabra.
Pal!gritlacondesadesdedetrsdelbiombo,mndamealgunanovela nueva,
pero, por favor, que no sea de las de ahora. Cmo es eso,
grand'maman?
Quierodecir,unanovelaenlaqueelhroenoestranguleasupadreoasu madre, y
en la que no haya ahogados. Tengo un pnico terrible a los ahogados!
Novelas as hoy ya ni existen. No querr una novela rusa?
Peroesquehaynovelasrusas?...Puesmndameuna,querido,teloruego,
mndamela!
Leruegoquemeexcuse,grand'maman:tengoprisa...Perdone,Lizaveta
Ivnovna. Pero, por qu ha pensado usted que Narmov era ingeniero? Y
Tomski abandon el tocador.
LizavetaIvnovnasequedsola:abandonsulaborysepusoamirarporla
ventana.Alpoco,aunladodelacalle,desdelacasadelaesquina,apareciun
jovenoficial.Unruborcubrilasmejillasdelaseorita,queretornasulabore
inclinlacabezahastalamismatrama.Enestemomentoentrlacondesayadel
todo arreglada. Liza se dirigi a la seorita, manda que enganchen la
carroza, vamos a dar un paseo. Liza se levant y se puso a recoger
su labor. Pero,porDios,chiquilla,estssorda?!gritlacondesa.Mandaque
enganchen cuanto antes la carroza.
Ahoramismo!respondiconvozquedalaseoritayechacorrerhaciael
recibidor.
EntrunsirvienteyentregalacondesaunoslibrosdepartedelprncipePvel
Aleksndrovich.
Bien!Queledenlasgraciasdijolacondesa.Liza,Liza!Peroadndevas
corriendo? A vestirme. Ya tendrs tiempo, chiquilla. Sintate aqu.
Abre el primer tomo; lee en voz alta... La seorita tom el libro y
ley varias lneas.
Msalto!dijolacondesa.Qutepasa,chiquilla?Hasperdidolavoz,o qu?...
Espera; acrcame el banco un poco ms... ms cerca! Lizaveta Ivnovna
ley dos pginas ms. La condesa bostez. Deja ese librodijo, qu
estupidez! Devulvele eso al prncipe Pvel y di que se lo agradezcan
de mi parte... Pero, qu pasa con la carroza? Ya est listadijo
Lizaveta Ivnovna lanzando una mirada hacia la ventana.
Yquhacesquenoestsvestida?dijolacondesa.Siemprehayque esperarte!
Chiquilla, esto resulta insoportable.
Lizacorriasuhabitacin.Nopasaronnidosminutosquelacondesasepusoa
tocar la campanilla con todas sus fuerzas. Las tres
doncellasentraron corriendo por una puerta, y el ayuda de cmara,
por otra. Qupasaquenohaymododequevengiscuandoseosllama?lesdijola
condesa. Decidle a Lizaveta Ivnovna que la estoy esperando. Entr
Lizaveta Ivnovna, con la capa y el sombrero.
Porfin,muchacha!dijolacondesa.Quemperifollada!Paraqu?...A quin
quieres engatusar?... Y el tiempo, qu tal? Parece que haga viento.
Deningnmodo,excelencia!Todoestencalma!replicelayudade cmara.
Siempre hablis sin ton ni son. Abrid la ventanilla. Lo que yo deca:
hace viento! Y helado!
Quedesenganchenlacarroza!Novamosasalir,Liza,teestbienpordisfrazarte
tanto. Qu vida!, pens Lizaveta Ivnovna. En efecto Lizaveta Ivnovna
era una criatura desdichada. Amargo sabe el pan ajeno,
diceDante,ypesadoslosescalonesdeunacasaextraa,yquinmejorquela pobre
pupila de una vieja aristcrata para conocer la amargura de la
dependencia?
Lacondesanotenamalcorazn,porsupuesto,peroeraantojadiza,comotoda
mujermimadaporlaaltasociedad,avarayllenadefroegosmo,comotodala
gente mayor, que tras haber agotado en su tiempo el amor, hoy vive
de espaldas al
presente.Participabaentodaslasvanidadesdelgranmundo,asistaalosbailes,
dondesesentabaenunrincn,con lacarapintadayvestidaalaviejamoda,igual
queunornamentodeformeeimprescindibledelsaln;losinvitadosalllegarsele
acercabanentreprofundasreverencias,comosilomandaraelceremonial,pero
luego ya nadie se ocupaba de ella. Reciba en su casa a toda la
ciudad, observando
lamsrigurosaetiquetaynoreconocaanadieporlacara.Sunumerosa
servidumbre,queengordabayencanecaensuantesalayenelcuartodelas
doncellas,hacaloquelevenaenganaydesplumabaaculmsalamoribunda
anciana. Lizaveta Ivnovna era la mrtir de la casa. Ella serva el t
y reciba las reprimendas
porelexcesivogastodeazcar;leaenvozaltalasnovelasyeralaculpablede
todosloserroresdelautor;acompaabaalaviejaensuspaseosyrespondadel
tiempo y por el estado del empedrado. Se le haba asignado un sueldo
que nunca le acababan de pagar; en cambio, se le exiga que fuera
vestida como todas, es decir,
comomuypocas.Ensociedaddesempeabaelpapelmslamentable.Todosla
conocan, pero nadie notaba su presencia; en las fiestas slo bailaba
cuando faltaba
alguienparaunvis--visylasdamasselallevabandelbrazosiempreque,para
recomponeralgodesusatuendos,debaniraltocador.Tenamuchoamorpropio,
seapercibavivamentedesucondicinymirabaasualrededoresperandocon
impacienciaasusalvador.Perolosjvenescalculadoresensudespreocupada
vanidad,noleprestabanatencin,aunqueLizavetaIvnovnaeracienvecesms
hermosa que las descaradas y fras muchachas casaderas en cuyo
derredor aquellos
revoloteaban.Cuntasveces,trasabandonarimperceptiblementeelaburridoy
suntuoso saln, se retiraba a llorar a su modesto cuarto con un
biombo empapelado, una cmoda, un pequeo espejo y una cama pintada,
y donde la vela de sebo arda mortecina sobre una palmatoria de
bronce! En cierta ocasinesto suceda a los dos das de la velada
descrita al comienzo del
relatoyunasemanaantesdelaescenaenquenoshemosdetenido,Lizaveta
Ivnovna,sentada juntoalaventanaconsubastidor,mircasualmente
alacalle y
vioaunjovenoficialdeingenierosqueinmvilmantenafijalamiradaensu
ventana. La joven baj la cabeza y retorn a su labor; al cabo de
cinco minutos mir
denuevo:eljovenoficialseguaenelmismolugar.Comonotenacostumbrede
coquetearconcualquieroficial,dejdemiraralexterioryestuvobordandocerca
de dos horas sin levantar la cabeza. Llamaron a comer. La joven se
levant, comenz a recoger el bastidor y, al echar un vistazo casual
a la calle, de nuevo vio al oficial. El
hecholeparecibastanteextrao.Despusdecomerseacercalaventanacon
sensacindeciertodesasosiego,peroeloficialyanoestaba,yseolviddel...Al
cabo de dos das, al salir con la condesa a tomar la carroza, lo vio
de nuevo. Estaba justo delante del portal, con la cara cubierta con
un cuello de piel de castor: sus ojos negros centelleaban bajo el
gorro. Lizaveta Ivnovna, ella misma sin saber por qu, se asust y
subi a la carroza con un temblor inexplicable.
Alregresaracasa,corrialaventana:eloficialestabadondesiempre,conla
miradafijaenella.Lajovenseapartvenciendolacuriosidad,turbadaporun
sentimiento completamente nuevo para ella.
Desdeentoncesnohabadaenque eljoven, ala mismahora, noapareciera
bajo las ventanas de la casa. Entre ambos se estableci una relacin
inadvertida. Sentada
juntoasulabor,ellanotabasullegada,levantabalacabezaylomirabacadavez
mslargorato.Eljovenparecaestarleagradecidoporello:lamuchacha,conla
agudamiradadelajuventud,veacmounrepentinoruborcubralasplidas
mejillas del oficial cada vez que sus miradas se encontraban. Al
cabo de una semana ella le sonri...
CuandoTomskivinoapedirpermisoalacondesaparapresentarleasuamigo,el
corazn de la pobre muchacha lati con fuerza. Pero, al enterarse de
que Narmov
noeraunoficialdeingenieros,sinodecaballera,lamentqueconaquella
indiscreta pregunta hubiera descubierto al alocado Tomski su
secreto.
GuermannerahijodeunalemnafincadoenRusiaquehabadejadoasuhijoun
pequeo capital. Firmemente convencido como estaba de la necesidad
de afianzar su independencia, Guermann no tocaba siquiera los
intereses del dinero, viva de su paga y no se permita el menor de
los caprichos. Pero dado su carcter reservado y
ambicioso,suscompaerosraraveztenanocasindeburlarsedesudesmedido
sentidodelahorro.Eraunhombredefuertespasionesyconunadesbocada
imaginacin, pero su entereza lo haba salvado de los acostumbrados
extravos de la
juventud.As,porejemplosiendoenelfondodesualmaunjugador,nuncahaba
tocado unascartas,pues estimabaque sufortuna nole permita(como sola
decir)
sacrificarloimprescindibleconlaesperanzadesalirsobrado,y,entretanto,se
pasaba noches enteras en torno a las mesas de juego y segua con
frenes febril cada una de las evoluciones de la partida. La ancdota
de las tres cartas impresion poderosamente su imaginacin y en toda
la noche no le sali de la cabeza. Qu pasara si la vieja condesa me
descubre su secreto! pensaba en la tarde del da siguiente vagando
por Petersburgo, o si me indica las tres cartas de la suerte!
Porqunopuedoyoprobarfortuna?...Podrapresentarmeaella,ganarmesu
favor, tal vez convertirme en su amante; aunque para todo esto se
necesita tiempo, y la vieja tiene ochenta y siete aos, puede
morirse en una semana, o dentro de dos
das!...Ylahistoriamisma...Sepuedecreerenella?...No!Lascuentasclaras,la
moderacinyelamoraltrabajo:stassonmistrescartasdelasuerte!Estoeslo
quetriplicar,loquemultiplicarporsietemicapitalymepermitiralcanzarel
sosiego y la independencia!
Pensandodeestemodoseencontrenunadelascallesprincipalesde
Petersburgo, ante una casa de estilo antiguo. El paseo estaba
abarrotado de coches,
lascarrozassedetenanunatrasotraanteeliluminadoportal.Deellasacada
instante asomaba o la esbelta pierna de una bella joven, o una
estruendosa bota, ya
unamediaarayas,yalosbotinesdeundiplomtico.Abrigosdepielycapotesse
deslizaban ante un majestuoso portero. Guermann se detuvo. De quin
es esta casa?pregunt al guardia de la garita de la esquina. De la
condesa contest el de la garita.
Guermannseestremeci.Denuevoensuimaginacinsedibujlaasombrosa
historia. Se puso a rondar junto a la casa pensando en su duea y en
su mgico don. Regres tarde a su humilde rincn, tard mucho en
dormirse, y cuando le venci el
sueoseleaparecieronunascartas,unamesaverde,montaasdebilletesy
montonesdemonedas.Tirabaunacartatrasotra,doblabalasapuestascon
decisin,ganabasinparar,recogaeloroamanosllenasyatestabadebilleteslos
bolsillos. Al despertar, tarde ya, suspir ante la prdida de su
fantstica fortuna, se march a vagar de nuevo por la ciudad y otra
vez se encontr ante la casa de la condesa . Al parecer, una fuerza
invisible lo atraa hacia el lugar. Se detuvo y se puso a mirar a
las ventanas.Enunadeellasviounacabecitadecabellosmorenos,inclinada
seguramentesobrealgnlibroounalabor.Lacabecitasealz.Guermannvioun
rostro fresco y unos ojos negros. Aquel instante decidi su
suerte.
III
Vousm'crivez,monange,deslettresdequatrepagesplusvitequejenepuisles
lire.
No haba tenido tiempo Lizaveta Ivnovna de quitarse la capa y el
sombrero que ya lacondesala habamandadollamar paraordenarleque
engancharandenuevolos
caballos.Enelprecisomomentoenquedoslacayoslevantabanalaviejayla
introducan a travs de las portezuelas en la carroza, Lizaveta
Ivnovna vio junto a la misma rueda a su ingeniero; l la asi de la
mano, ella no pudo reaccionar del susto,
yeljovendesapareci:enlamanodelamuchachaquedunacarta.Laescondi
dentro del guante y durante todo el paseo ni vio ni oy nada. En la
carroza la condesa tena la costumbre de hacer preguntas sin parar:
quin es
esequesehacruzadoconnosotros?,cmosellamaestepuente?,qudiceese
anuncio? En esta ocasin Lizaveta Ivnovna contestaba sin ton ni son
y a destiempo a las preguntas y enoj a la condesa.
Quteocurre,chiquilla?!Oesquetehadadounpasmo?Qupasa,nome
oyesonomeentiendes?...GraciasaDiosquenosoytartamudaniheperdidola
razn!
LizavetaIvnovnanolaescuchaba.Deregresoacasacorriasucuarto,sacdel
guantelacarta:noestabasellada.LizavetaIvnovnalaley.Lanotacontenauna
declaracin de amor: unas palabras tiernas, respetuosas y tomadas
letra por letra de
unanovelaalemana.PeroLizavetaIvnovnanosabaalemnyquedmuy satisfecha.
Y,sinembargo,lacarta,que ellahaba aceptado,la dej
sumamentepreocupada.
Eralaprimeravezqueentablabaunarelacinsecretayestrechaconunhombre
joven.Elatrevimientodestelahorrorizaba.Sereprochabasuimprudente
conductaynosabaquhacer:dejardesentarsejuntoalaventanay,consu desdn,
enfriar en el joven oficial su afn de proseguir con el acoso?,
devolverle la carta?, o bien responderle en tono fro y decidido? No
tena a quin pedir consejo, ni una amiga, o mentora. Lizaveta
Ivnovna opt por contestar. Se sent a la mesa del escritorio, tom
pluma y papel y se puso a pensar. Comenz
lacartavariasvecesylarompiotrastantas:unassutonoleparecademasiado
condescendiente, otras en exceso cruel. Por fin logr escribir
varias lneas de las que se sinti satisfecha:
Estoyconvencidadequesusintencionessonhonestasescribayqueconeste
pasoirreflexivonohaquerido usted
ofenderme;peronuestrotratonodeberadar
comienzodeestemodo.Ledevuelvolacartaesperandonotenermotivospara
lamentar en el futuro una inmerecida falta de respeto por su parte.
Aldasiguiente,alverpasaraGuermann,LizavetaIvnovnaselevant
abandonandosulabor,entrenlasala,abrilaventanillay,confiandoenla
destreza del joven oficial, arroj la carta a la calle. Guermann se
lanz hacia el lugar, recogi el sobre y entr en una confitera.
Arrancando el sello encontr su carta y la
respuestadeLizavetaIvnovna.Erajustoloqueesperaba,ymuyabsortoensu
intriga regres a su casa.
Tresdasdespus,unamademoisellejovencitaydeojosvivarachostrajodeuna
tiendademodasunanotaparaLizavetaIvnovna.stalaabripreocupada
temiendoencontrarseconalgnpagoquelereclamaban,pero,depronto,
reconoci la letra de Guermann. Se ha equivocado usted, jovencita
dijo; esta nota no es para m. No. Es para usted, seguro!respondi la
valiente chica sin esconder una sonrisa maliciosa. Tenga la bondad
de leerla! Lizaveta Ivnovna recorri la hoja de papel. Guermann le
peda una cita.
Nopuedeser!dijoLizavetaIvnovnaasustadatantoporloapremiantedela
peticin como por el mtodo empleado para hacerla. Seguro que no es
para m! y rompi la carta en pequeos pedacitos.
Sinoeraparausted,entoncesporquharotolacarta?dijola mademoiselle. Se
la habra devuelto a quien la ha mandado.
Leruego,jovencitareplicLizavetaIvnovnaruborizndoseanteaquella
observacin,queenadelantenometraigamsnotas.Yaquienlaenvadgale que
debera darle vergenza...
PeroGuermannnosedioporvencido.LizavetaIvnovna,deunmodoodeotro,
reciba notas suyas cada da. Ya no eran cartas traducidas del alemn.
Guermann las
escribainspiradoporlapasin,hablabaconsuspropiaspalabras:enellasse
expresabatantoloirrenunciabledesudeseo,comoeldesordendesudesbocada
imaginacin.LizavetaIvnovnaabandonlaideadedevolverlascartas:se
embriagabaconellas;comenzacontestarlas,ysusnotaspormomentosse
tornabanmslargasymstiernas.Porfinlearrojporlaventanillalacarta
siguiente: Hoysecelebraunbaileencasadelembajadorde.Lacondesair.Nos
quedaremoshastalasdos.Heaqulaocasinparavermeasolas.Encuantola
condesa se haya marchado, lo ms probable es que los sirvientes
tambin se vayan;
enelzagunsequedaelconserje,peroacostumbraaencerrarseensucuartucho.
Vengaustedhacialasonceymedia.Dirjasedirectamentealaescalinata.Sise
encuentraaalguienenelrecibidorpregunteustedsilacondesaestencasa.Le
dirnquenoy,qulevamosahacer!.deberustedmarcharse.Peroesprobable
quenoencuentreustedanadie.Lasdoncellasserecluyentodasensualcoba.Del
recibidordirjasehacialaizquierda,sigatodorectohastaeldormitoriodela
condesa. All, tras el biombo ver usted dos pequeas puertas. La de
la derecha da al despacho, donde la condesa no entra nunca; la de
la izquierda, a un pasillo, all ver una estrecha escalera de
caracol. La escalera conduce a mi cuarto.
Guermannseestremecacomountigre,enesperadelmomentosealado.Alas
diezdelanocheyaseencontrabaantelacasadelacondesa.Eltiempoera
horroroso:aullabaelviento,unanievehmedacaaagrandescopos,lasfarolas
ardanmortecinas,lascallesestabandesiertas.Devezencuandosearrastrabaun
cochedealquilerconsuflacojamelgoenbuscadealgnclienterezagado.
Guermann permaneca de pie, slo con su levita, sin notar ni el
viento ni la nieve. Por fin apareci la carroza de la condesa.
Guermann vio cmo los lacayos sacaron a la encorvada dama llevndola
del brazo, envuelta en un abrigo de marta cebellina, y
cmo,trasella,cubiertaporunacapaliviana,conlacabezaadornadadeflores
naturales,sedeslizsupupila.Secerraronlasportezuelas.Lacarrozaarranc
pesadamente por la flccida nieve. El conserje cerr la puerta. La
luz de las ventanas se apag. Guermannechaandarjunto a lacasavaca;
se acerc auna farola, mirelreloj,
eranlasonceyveinte.Sequedjuntoalafarolaconlosojosclavadosenlaaguja
del reloj esperando que transcurrieran los minutos restantes. Justo
a las once y media Guermann pis el porche de la condesa y subi al
zagun
brillantementeiluminado.Elconserjenoestaba.Guermannsubicorriendoporla
escalinata, abri la puerta y vio a un criado que dorma bajo la
lmpara en un silln vetusto y manchado. Con paso ligero y firme
Guermann pas junto a aquel. El saln
yelrecibidorestabanaoscuras.Lalmparalosiluminabadbilmentedesdela
entrada. Guermann
entreneldormitorio.Enelrincndelosiconos,repletodeimgenes
antiguas,ardatenueunalamparilladeoro.Unosdesteidossillonesydivanes
damasquinosconcojinesdeplumasydoradosdesgastadossedisponanentriste
simetrajuntoalasparedescubiertasdesedachina.Enunadeellascolgabandos
retratospintadosenParspormadameLebrun.Uncuadrorepresentabaaun
hombre de unos cuarenta aos, sonrosado y grueso, con uniforme verde
claro y una
estrella;elotro,aunajovenbellezadenarizaguilea,lassienespeinadashacia
arribayunarosaenelempolvadocabello.Portodaspartesasomabanpastorcillas
de porcelana, un reloj de mesa obra del clebre Leroy, cofrecillos,
yoys, abanicos y
diversosjuguetesdeseorainventadosafinalesdelsiglopasadoalaparqueel
globo de los Montgolfier y el magnetismo de Mesmer. Guermann se
dirigi detrs del biombo. Tras ste se encontraba una pequea cama de
hierro; a la derecha se vea una puerta que conduca al despacho; a
la izquierda, otra, que daba a un pasillo. Guermann la abri y vio
la estrecha escalera de caracol
queconducaalcuartodelapobrepupila...Peroregresyentreneloscuro
despacho.
Eltiempopasabalentamente.Todoestabaensilencio.Enelsalnsonarondoce
campanadas;entodaslashabitaciones,unotrasotro,losrelojesdieronlasdoce,y
denuevotodoquedensilencio.Guermannesperabadepie,apoyadoenlafra
estufa. Estaba sereno, su corazn lata acompasado, como el de un
hombre decidido a una empresa peligrosa, pero necesaria.
Losrelojesdieronlauna,luegolasdosdelamadrugada,yeljovenoyellejano
ruido de la carroza. Le domin una emocin incontenible. La carroza
se acerc a la casa y se detuvo. Guermann oy el ruido del estribo al
bajar.
Lacasasepusoenmovimiento.Loscriadosecharonacorrer,sonaronvocesyla
casaseilumin.Entraroncorriendoenlahabitacinlastresviejasdoncellas,y
aparecilacondesaque,msmuertaqueviva,sedejcaerenelsillnVoltaire.
Guermannmirabaatravsdeunarendija:LizavetaIvnovnapasasulado.
Guermann oy sus apresurados pasos subiendo por la escalera. En su
corazn brot y se apag de nuevo algo parecido a un remordimiento. El
joven estaba petrificado. La condesa comenz a desvestirse ante el
espejo. Le desprendieron las agujas de la cofia adornada de rosas;
le quitaron la empolvada peluca de su cabeza canosa y de
pelomuycorto.Losalfileresvolabancomounalluviaasualrededor.Elvestido
amarillo, bordado de plata, cay a sus pies hinchados. Guermann era
testigo de los
repugnantesmisteriosdesutocador;porfinlacondesasequedencamisny
gorro de dormir; con este atuendo, ms propio de sus muchos aos,
pareca menos horrorosa y deforme.
Comotodalagentemayor,tambinlacondesapadecadeinsomnio.Unavez
desvestida,sesentjuntoalaventanaensusillnVoltaireydespidialas
doncellas. Se llevaron las velas y de nuevo la habitacin qued slo
iluminada con la
mariposa.Lacondesa,todaamarilla,sentadaensusilln,meneabasuslabios
flccidosbalancendoseaizquierdayderecha.Ensuturbiamiradasereflejabala
ausenciadetodopensamiento;alverlasepodrapensarqueelbalanceodela
espantosavieja,msquedeberseasupropiavoluntad,erafrutodeunoculto
galvanismo.
Deprontosurostromuertosealterdemaneraindescriptible.Suslabiosdejaron
de moverse, la mirada cobr vida: ante la condesa se encontraba un
desconocido.
Noseasuste,porDios,noseasuste!dijosteconvozclarayqueda.No
tengolaintencindehacerledao;hevenidoaimplorarlequemeconcedauna
merced.
Laviejalomirabaensilencioyparecacomosinolooyera.Guermannpensque era
sorda e, inclinndose hasta casi tocar su oreja le repiti las mismas
palabras. La vieja segua callada.
UstedpuedehacermefelizparaelrestodemividaprosiguiGuermann,y no le
va a costar nada: yo s que usted puede adivinar tres cartas
seguidas... Guermann call. La condesa, al parecer, comprendi lo que
queran de ella; se dira que buscaba las palabras para responder.
Aquello fue una broma! dijo al fin. Se lo juro! Una broma!
Concosasasnosebromea!replicenojadoGuermann.Acurdesede Chaplitski,
al que ayud usted a recuperar su deuda. La condesa pareci turbarse.
Los rasgos de su cara reflejaron una poderosa emocin en su alma
pero en seguida la anciana se sumergi en la impasividad de antes.
Puede usted indicarme estas tres cartas seguras?aadi Guermann. La
condesa segua callada; Guermann prosigui:
Paraquinquiereustedguardarsesusecreto?Paralosnietos?Qufaltales
hacesiyasonricos?Sinisiquieraconocenelvalordeldinero.Amanirrotoscomo
ellossustrescartasnolesserndeayuda.Quiennosabecuidardelaherencia
paterna, por muchas artes diablicas que tenga a su alcance, de
todos modos ha de
morirenlamiseria.Peroyonosoyunderrochador;yoselvalordeldinero.
Conmigo sus tres cartas no caern en saco roto. Y bien?!... Guermann
call y esper anhelante la respuesta. La condesa callaba; Guermann
se arrodill.
Sialgunavezdijosucoraznhaconocidoelsentimientodelamor,si recuerda
usted cunta emocin el amor depara, si ha sonredo siquiera una vez
ante el primer llanto de su hijo recin nacido, si algn sentimiento
humano ha palpitado en su pecho, le imploro a usted, por su amor de
esposa, de amante y de madre, por
lomssagradoquehayaenestemundo,norechacemisplica!Descbramesu
secreto! Qu ms le da a usted?... Quiz el secreto entrae un pecado
horrible, la prdida de la dicha eterna, un pacto con el diablo?...
Pinselo; usted ya es vieja, no le queda mucho de vida; yo, en
cambio, estoy dispuesto a cargar con su pecado. Lo nico que le pido
es que me revele su secreto. Piense que la felicidad de un hombre
sehallaensusmanos,quenosloyo,sinomishijos,misnietosybiznietos
bendecirn su nombre y honrarn su memoria como a una santa... La
vieja no deca ni palabra. Guermann se levant. Vieja bruja! dijo
apretando los dientes. Yo te har hablar!... Dicho esto, sac del
bolsillo una pistola.
Alverelarma,lacondesamostrdenuevoensurostrounapoderosaemocin.
Movidearribaabajolacabezaylevantunamanocomosiseprotegieradel
disparo... Despus cay hacia atrs y se qued inmvil. Djese de
chiquilladasdijo Guermann tomndola de la mano. Se lo pregunto por
ltima vez: quiere usted decirme sus tres cartas? S o no? La condesa
no contestaba. Guermann vio que estaba muerta.
IV 7 Mai 18 Homme sans moeurs et sans religion! LIZAVETA
Ivnovna, sentada en su habitacin an con el vestido de baile, se
hallaba
sumidaenprofundospensamientos.Alllegaracasa,seapresuradespedirala
soolienta doncella que le haba ofrecido con desgana sus servicios,
dicindole que ella misma se desvestira, entr temblorosa en su
cuarto con la esperanza de ver all
aGuermannydeseandonoencontrarlo.Comprobaprimeravistasuausenciay
agradeci al destino por el contratiempo que haba impedido aquella
cita. Se sent
sinquitarseelvestidoysepusoarememorartodaslascircunstanciasqueentan
poco tiempo tan lejos la haban llevado. No haban pasado ni tres
semanas desde que viera por primera vez tras la ventana a aquel
joven, y ya mantena con l correspondencia, y ste ya le haba
arrancado una
citanocturna!Sabasunombresloporquealgunasdesuscartasibanfirmadas;
nuncalehabadirigidolapalabra,noconocasuvozynohabaodohablarde
Guermann... hasta aquella misma noche. Qu raro!
Justoaquellanoche,enelbaile,Tomski,enojadoconlajovenprincesaPolina
que,encontradelohabitual,coqueteabaconotro,quisovengarsedeella
mostrndoseindiferente:invitaLizavetaIvnovnaybailconellauna
interminablemazurca.Durantetodoelratoseburldesuintersporlosoficiales
deingenieros.Leconfesquesabamuchasmscosasdelasqueellapoda
suponer,yalgunas desusbromasfuerontanatinadasque
LizavetaIvnovnapens varias veces que Tomski conoca su secreto. Por
quin se ha enterado de todo esto? le pregunt ella entre risas.
PoruncompaerodequienustedsabecontestTomski,unapersonamuy notable! Y
quin es esta persona notable? Se llama Guermann. Lizaveta Ivnovna
no dijo nada, pero las manos y los pies se le helaron... Este
Guermann prosigui Tomski es un personaje en verdad romntico: tiene
el perfil de Napolen y el alma de Mefistfeles. Creo que sobre su
conciencia pesan al menos tres crmenes. Cmo ha palidecido usted! Me
duele la cabeza... Qu es lo que le deca su Guermann, o como se
llame?... Guermannestmuydisgustadoconsucompaero:dicequeensulugarlse
hubieracomportadodemuyotromodo...Yosupongo,incluso,queelpropio
Guermannlehaechadoaustedelojo;almenosescuchasinperderdetallelas
expansiones amorosas de su amigo. Y dnde me habr visto?
Enlaiglesia,talvez...enalgnpaseo...Eldiablolosabe!Alomejor,ensu
habitacin, mientras usted dorma: l es capaz...
Tresdamasseacercaronaellosconlapreguntaroubliouregret?e
interrumpieron aquella charla que aguijoneaba cada vez de modo ms
torturante la curiosidad de Lizaveta Ivnovna. La dama elegida por
Tomski fue la propia princesa
.Estasetomeltiemposuficienteparaaclararsusmalentendidosenlasvarias
vueltas que dio y en el largo camino que recorri con l hasta la
silla, de modo que Tomski al regresar a su lugar ya no pensaba ni
en Guermann ni en Lizaveta Ivnovna. Ella quera reanudar sin falta
la charla interrumpida, pero la mazurca haba llegado a su fin y al
poco rato la condesa decidi irse. Las palabras de Tomski no eran
otra cosa que pura palabrera de saln, pero calaron
muyhondoenelalmadelajovensoadora.ElretratoesbozadoporTomskise
asemejaba al que se haba formado ella, y, gracias a las novelas ms
recientes, este rostro entonces ya vulgar espantaba y atraa a la
vez su imaginacin.
Sehallabasentadaconlosbrazoscruzadosinclinandosobreelpechodescubierto
su cabeza an adornada de flores... De pronto la puerta se abri y
entr Guermann. Lizaveta Ivnovna se ech a temblar... Pero, dnde
estaba usted?pregunt ella en un susurro espantado.
EneldormitoriodelaviejacondesarespondiGuermann;ahoravengode verla.
La condesa est muerta. Dios santo!... Qu dice usted? Y, al
parecerprosigui Guermann, yo soy la causa de su muerte.
LizavetaIvnovnalomirylaspalabrasdeTomskiresonaronensualma:Este
hombre lleva sobre su conciencia tres crmenes al menos! Guermann se
sent en el alfizar de la ventana y se lo cont todo.
LizavetaIvnovnaloescuchllenadehorror.Demodoquetodasaquellas
apasionadas cartas, aquellos encendidos ruegos, aquella persecucin
osada y tenaz,
todoesonoeraamor!Dinero:heaquloqueansiabaaquellaalma!Lapobre
pupilanoeraotracosaquelaciegacmplicedeunbandido,delasesinodesu
anciana protectora!...
Lajovenlloramargamenteenunaccesodetardoytorturadoarrepentimiento.
Guermannlamirabaensilencio:tambinsucoraznsesentadesgarrado,peroni
laslgrimasdeladesdichadamuchachanilaasombrosabellezadesuamargura
conmovansuespritusevero.Guermannnosentaremordimientosdeconciencia
antelaideadelaviejamuerta.Slounacosalollenabadeespanto:lairreparable
prdida del secreto con el que haba soado enriquecerse. Es usted un
monstruo! dijo al fin Lizaveta Ivnovna. Yo no quera matarla dijo
Guermann. La pistola no estaba cargada. Ambos callaron.
Llegabaelamanecer.LizavetaIvnovnaapaglavelamortecina:unaluzplida
ilumin la habitacin.Seenjuglosojos llorososyalzla
miradahaciaGuermann: ste segua sentado en el alfizar de la ventana,
las manos cruzadas y el severo ceo
fruncido.EnestaposturarecordabaasombrosamenteelretratodeNapolen.Su
parecido sorprendi incluso a Lizaveta Ivnovna.
Cmopodrsalirdelacasa?dijofinalmenteLizavetaIvnovna.Pensaba
conducirlo por una escalera secreta, pero hay que pasar por el
dormitorio, y me da miedo. Dgame cmo encontrar esta escalera y me
ir. LizavetaIvnovnaselevant,sacdelacmodaunallave,selaentrega
Guermannylehizounadetalladadescripcindelcamino.Guermannestrechsu
fra e insensible mano. Bes su cabeza inclinada y sali. Baj por la
escalera de caracol y entr de nuevo en el dormitorio de la condesa.
La viejamuertaseguasentada,surostropetrificadoexpresabaunaserenidad
profunda.Guermannsedetuvoanteella,lamirlargamente,comosiquisiera
cerciorarsedelahorribleverdad;porfinentreneldespacho,encontratientas
tras el tapizado de la pared una puerta y comenz a bajar por una
oscura escalera, abrumado por extraas sensaciones. Tal vez por esta
misma escalera pensaba har unos sesenta aos, a este mismo
dormitorioyalamismahora,conuncaftnbordado,peinadol'oiseauroyal,
estrechando contra el pecho un sombrero de tres picos, se habra
deslizado el joven
afortunadoquedesdehacetiemposepudreensutumba;encambio,hasidohoy
cuando el corazn de su anciana amante ha dejado de latir...
AfinaldelaescaleraGuermannencontrunapuertaqueabriconlallave,yse
encontr en un largo corredor que lo condujo a la calle.
V Aquella noche se me apareci la difunta baronesa von V. Iba
toda vestida de blanco, y me dijo: Buenas noches, seor consejero!
SWEDENBORG
TRESdasdespusdelafatdicanoche,alasnuevedelamaana,Guermannse
dirigialmonasteriode,dondedebancelebrarselosfuneralesdeladifunta
condesa.Sinsentirse arrepentido, no
podasinembargoahogardeltodolavozde
suconcienciaquelerepeta:ereselasesinodelavieja!Noerahombrede
verdadera fe, pero s muy supersticioso. Crea que la condesa muerta
poda ejercer
uninflujomalficosobresuvida,yparaconseguirdeellaelperdndecidi
presentarse al entierro.
Laiglesiaestaballena.Guermannlograduraspenasabrirsepasoentrela
multitud.Elfretrosealzabasobreunricocatafalcobajounbaldaquinode
terciopelo. La difunta yaca en el atad, las manos cruzadas sobre el
pecho, con una cofia de encaje y un vestido de raso blanco. A su
alrededor se encontraban los suyos:
laservidumbre,encaftanesnegrosconcintasblasonadassobreelhombroy
sosteniendoloscandelabros;losfamiliares:hijos,nietosybiznietos,deluto
riguroso.Nadielloraba;laslgrimashubieransidouneaffectation.Lacondesaera
tanviejaquesumuerteyanopodaextraaranadie,ydesdehacatiempo,los
familiares la vean como ms del otro mundo que de ste.
Unjovenpreladopronuncilaoracinfnebre.Glosconexpresionessencillasy
emotivaseltrnsitodelahijadeDiosporestemundo,cuyoslargosaosdevida
haban sido un callado y conmovedor preparativo para una cristiana
muerte. El ngel de la muerte la ha tomado en plena vigiliadijo el
orador, entregada a la piadosa reflexin y en espera del novio de la
medianoche.
Elserviciosedesarrollconlatristezayeldecoromerecido.Losfamiliaresfueron
losprimerosendirigirseadarelltimoadisaladifunta.Trasellossepusoen
movimientolanumerosamuchedumbrereunidaparainclinarseanteladamaque
desde haca tantos aos haba sido partcipe de susmundanas
diversiones. Despus
tambinsiguitodalaservidumbre.Finalmenteseacercelamadellavesdela
seora,unaancianadesusmismosaos.Dosjvenesdoncellaslaconducan
sujetndoladelosbrazos.Notuvofuerzasparainclinarsehastaelsuelo,yfuela
nica en dejar caer unas cuantas lgrimas al besar la fra mano de su
seora.
Trasella,Guermannsedecidiaacercarsealfretro.Hizounareverenciahasta
tocarelsueloypermanecivariosminutossobrelasfraslosascubiertasderamas
deabeto.Alfinselevant,plidocomolapropiadifunta,subilosescalonesdel
catafalcoyseinclin...Enaquelinstantelepareciquelamuertalomircon
expresinburlonayleguiunojo.Guermannretrocediconpremura,tropezy
caydeespaldassobreelsuelo.Lolevantaron. Enaquel
mismoinstantesacaronal exterior a Lizaveta Ivnovna desmayada.
Elepisodioperturbporvariosminutoslasolemnidaddelalgubreceremonia.
Entrelosasistentessealzunsordorumor,yunesculidochambeln,pariente
cercano de la difunta, le susurr al odo a un ingls que se
encontraba a su lado que
eljovenoficialeraunhijonaturaldelacondesa,aloqueelinglsrespondicon
frialdad: Oh?
TodoeldaGuermannsesintiextraordinariamentedisgustado.Duranteel
almuerzoenunaapartadahostera,encontradesucostumbre,bebimuchsimo con
la esperanza de ahogar su desasosiego interior. Pero el vino
enardeca an ms
suimaginacin.Alregresaracasa,sedejcaersindesnudarsesobrelacamayse
durmi profundamente. Se despert cuando ya era de noche: la luna
iluminaba su habitacin. Mir el reloj: eran las tres menos cuarto.
Le haba abandonado el sueo; se sent en la cama y se qued pensando
en el entierro de la vieja condesa. Enaquel momentoalguienmir desde
la calleatravsdelaventanayseretir al instante. Guermann no prest
atencin alguna al hecho. Al cabo de un minuto oy
queabranlapuertadelaentrada.Guermannpensquesuordenanza,borracho
comodecostumbre,regresabadeunpaseonocturno.Perooyunospasos
desconocidos: alguien andaba arrastrando silenciosamente los
zapatos. La puerta se
abri,entrunamujervestidadeblanco.Guermannlatomporsuviejaayayse
asombrdeverlaencasaaaquellashoras.Perolamujerdeblanco,enunabriry
cerrar de ojos, de pronto apareci ante l, y Guermann reconoci a la
condesa!
Hevenidoaverteencontrademivoluntaddijolacondesaconvozfirme. Pero se
me ha mandado que cumpla tu deseo. El tres, el siete y el as, uno
tras otro, te harn ganar; pero, con una condicin: que no apuestes
ms de una carta al da y que en losucesivonojueguesnunca ms.
Teperdono mi muertecontaldeque te cases con mi protegida Lizaveta
Ivnovna...
Trasestaspalabrassediolavueltaensilencio,sedirigihacialapuertay
desapareciarrastrandoloszapatos.Guermannoycmoresonlapuertaenel
zagun y vio que alguien lo mir de nuevo por la ventana.
Guermanntardmuchoratoenrecobrarse.Salialahabitacincontigua.Su
ordenanzadormaenelsuelo;Guermannlodespertaduraspenas.Elordenanza,
comodecostumbre,estababorracho,demodoquenopudosacardelnadaen claro.
La puerta del zagun estaba cerrada. Guermann regres a su cuarto,
encendi una vela y anot su visin. VI Attendez ! Cmo se atreve a
decirme attendez? Perdn, excelencia, he dicho: attendez-vous!
Dos ideas fijas no pueden existir al mismo tiempo en el mbito de
lo moral, de igual modo que en el mundo fsico dos cuerpos no pueden
ocupar idntico lugar. El tres,
elsieteyelasprontodesplazaronenlamentedeGuermannlaimagendelavieja
muerta.Eltres,elsieteyelasnosalandesuimaginacinylebrotaban
constantemente en los labios. Al ver a una joven, deca: Qu esbelta
es!... Un autntico tres de corazones. Le preguntaban la hora y
contestaba: Faltan cinco minutos para... un siete.
Cualquierhombrebarrigudolerecordabaaunas.Eltres,elsieteyelaslo
perseguanensueosadoptandotodoslosaspectosposibles:eltresflorecaante
susojosenformadesuntuosamagnolia;elsieteseleaparecacomounportal
gtico, y el as, como una enorme araa. Y todos sus pensamientos
confluan en uno: cmo sacar provecho del secreto que tan caro le
haba costado.
Comenzapensarenpedirelretiro,enmarchardeviaje.Querahacerseconel
tesoro de la encantada fortuna en alguna casa de juegos de Pars.
Pero una ocasin le ahorr los quebraderos de cabeza. En Mosc se haba
formado una sociedad de ricos jugadores bajo la presidencia del
clebreChekalinski,unhombrequesehabapasadolavidajugandoalascartasy
queensutiempohabaamasadomillonesganandocontalonesyperdiendoen
dinero contante y sonante. Los largos aos de experiencia le
granjearon la confianza de sus compaeros, y la casa siempre
abierta, su famoso cocinero y el trato amable y
jovialleproporcionaronelrespetodelpblico.Chekalinskiseinstalen
Petersburgo.Losjvenesinundaronsussalonesabandonandolosbailesporlas
cartasyprefiriendolastentacionesdelfaranalatractivodelgalanteo.Allllev
Narmov a Guermann.
Atravesaronunaseriedesalasesplndidasllenasdecortesescamareros.Varios
generales y consejeros privados jugaban al whist; los jvenes se
sentaban recostados en mullidos sofs, coman helado y fumaban en
pipa. En el saln, tras una larga mesa alrededor de la cual se
agolpaban unos veinte jugadores, se sentaba el dueo, que
llevabalabanca.Eraunhombredeunossesentaaos,delamsrespetable
apariencia; unas canas plateadas cubran su cabeza; su cara oronda y
fresca era todo
afabilidad;susojos,animadosdeunaconstantesonrisa,brillaban.Narmovle
present a Guermann. Chekalinski le estrech amistosamente la mano,
le rog que se sintiera como en su casa y sigui tallando. La partida
dur largo rato. Sobre el tapete haba ms de treinta cartas.
Chekalinski
sedetenatrascadatiradaparadartiempoalosjugadoresaquehicieransus
apuestas;apuntabalasprdidas,atendacortsmentelasreclamacionesyconan
mayorcortesaalisabamsdeunpicodobladoporalgunamanodistrada.
Finalmentetermin lapartida.Chekalinskibarajlascartasysedispuso
atallarde nuevo. Permtame jugar una mano dijo Guermann alargando su
brazo de detrs de un seor gordo que estaba jugando. Chekalinski
sonri, inclin en silencio la cabeza en
sealdesumisoasentimiento.NarmovfelicitentrerisasaGuermannporhaber
roto su largo ayuno y le dese un buen comienzo. Voy! dijo Guermann
tras escribir con tiza la apuesta en su carta.
Cunto?preguntentornandolosojoseldelabanca.Perdone,noloveo bien.
Cuarenta y siete milcontest Guermann.
Aloraquellaspalabras,alinstante,todaslascabezasytodaslasmiradasse
dirigieron hacia Guermann. Se ha vuelto loco!, pens Narmov.
PermtameadvertirledijoChekalinskiconsuimborrablesonrisa,quejuega
usted muy fuerte; aqu nunca nadie ha apostado ms de doscientos
setenta y cinco a una sola carta. Y bien?replic Guermann. Acepta
usted mi carta a no? Chekalinski inclin la cabeza con el aspecto de
sumiso asentimiento de siempre.
Sloquerainformarledijoquelaconfianzaconquemehonranlos
compaerosnomepermitejugarconnadaquenoseadineroenefectivo.Pormi
parte, claro est, estoy seguro de que con su palabra basta, pero,
para el buen orden del juego y de las cuentas, le ruego que coloque
la suma sobre la carta. Guermann extrajo del bolsillo un billete de
banco y lo entreg a Chekalinski, quien,
trasecharleunsimplevistazo,locolocsobrelacartadeGuermann.Lanzdos
cartas. A la derecha cay un nueve, a la izquierda un tres. La ma
gana!dijo Guermann mostrando su carta.
Entrelosjugadoressealzunmurmullo.Chekalinskifruncielceo,peroal
momento la sonrisa retorn a su cara. Desea retirar sus ganancias?le
pregunt a Guermann. Si tiene la bondad.
Chekalinskisacdelbolsillovariosbilletesdebancoysaldladeudaalpunto.
Guermann tom su dinero y se alej de la mesa. Narmov no poda
recobrarse de su perplejidad. Guermann se bebi un vaso de limonada
y se march a casa. Al da siguiente por la noche se present de nuevo
en casa de Chekalinski. El dueo
llevabalabanca.Guermannseacercalamesa;losjugadoresenseguidale
hicieron sitio. Chekalinski lo salud con una cariosa reverencia.
Guermannesperlanuevapartida,colocsucartaponiendosobreellasus
cuarenta y siete mil rublos y lo ganado el da anterior. Chekalinski
lanz las cartas. A la derecha cay un valet, a la izquierda un
siete. Guermann descubri su siete.
Todoslanzaronunah!Chekalinskiseturbvisiblemente.Contnoventaycuatro
mil rublos y los entreg a Guermann. Este los tom impasible y al
punto se alej.
AlanochesiguienteGuermannaparecidenuevoantelamesa.Todoslo
esperaban.Losgeneralesyconsejerosprivadosabandonaronsuwhistparaver
aquellainusitadapartida.Losjvenesoficialessaltarondesusdivanes;todoslos
camarerossereunieronenelsaln.TodosrodeabanaGuermann.Losdems
jugadoresabandonaronsuscartasimpacientesporvercmoacabaraaqueljoven.
Guermann,depiejuntoalamesa,sedisponaaapuntarlsolocontraelplido
perotodavasonrienteChekalinski.Cadaunodesempaquetunabarajadecartas.
Chekalinski baraj. Guermann tom y coloc su carta cubrindola de un
montn de billetes de banco. Aquello pareca un duelo. Reinaba un
profundo silencio.
Chekalinskilanzlascartas,lasmanosletemblaban.Aladerechaseposuna
dama, a la izquierda un as. El as ha ganado! dijo Guermann y
descubri su carta. Han matado a su damadijo carioso Chekalinski.
Guermannseestremeci:enefecto,enlugardeunastenaantesunadamade picas.
No daba crdito a sus ojos, no comprenda cmo haba podido
confundirse.
Enaquelinstantelepareciqueladamadepicasleguiunojoylesonri burlona.
La inusitada semejanza lo fulmin... La vieja! grit lleno de horror.
Chekalinski se acerc los billetes. Guermann segua inmvil. Cuando se
apart de la mesa, se alz un rumor de voces. Una jugada divina!
comentaban los jugadores. Chekalinski baraj de nuevo las cartas; el
juego sigui su curso.
EPLOGO
GUERMANNhaperdidolarazn.EstenlaclnicaObjov,enlahabitacin
nmero17.Nocontestaaningunapreguntaymurmuraconinusitadaceleridad:
Tres, siete, as! Tres, siete, dama!... Lizaveta Ivnovna se ha
casado con un joven muy afable que sirve en alguna parte y
poseeunafortunaconsiderable:eselhijodelquefueraeladministradordela
difunta condesa. Lizaveta Ivnovna tiene de pupila a una pariente
pobre. Tomski ha ascendido a capitn y se ha casado con la princesa
Polina.
El zar Saltn
rase una vez Tres muchachas hilaban sentadas junto a la ventana.
Siyofuerazarinadijounadeellasprepararasolaunfestnparaelmundo
entero.
Sifuerayozarinadijosuhermanahilaratantateladelinoqueanadiele
faltara. Si yo fuera zarina dijo la tercera hermana parira un hroe
para nuestro zar
Apenaslodijocuandolapuertaseabricrujiendoycomparecienlaestanciael
zar, dueo y seor de aquel pas. Haba escuchado la conversacin
escondido detrs del tabique y le agradaron mucho las palabras de la
ltima muchacha.
Tesaludo,hermosama!S,pues,zarina,yreglameunhroeparafinesde
septiembre. Y vosotras, hermanas y palomitas, preparaos ahora mismo
a acompaar a vuestra hermana. Una de vosotras ser hilandera, y
cocinera la otra. Entr luego elzarensupalacio,seguido
delasdoncellas,y sin prdida detiempo se cas el mismo da, sentndose
junto a la mesa del festn junto a su joven zarina.
Concluidalafiestalosconvidadoscondujronlosaldormitorioylosdejaronsolos
en la cama de marfil.
Enlacocinagrualacocinera,yllorabalahilanderajuntoasurueca,envidiosas
ambas de su hermana la zarina. Mientras tanto sta, fiel a su
palabra, qued encinta desde aquella misma noche.
*
Por aquel tiempo hubo guerra: el zar Saltn se despidi de su
esposa y, montando a caballo, le suplic, por su amor, que se
cuidara cuanto pudiera.
Mientrassehallabalejosdeall,combatiendocongrandenuedoypormuylargo
tiempo, lleg la hora del parto y Dios les dio un hijo grande como
un archn. Y he aqu que la zarina estaba cuidando a su hijito como
una guila a su aguilucho, y envi a un mensajero con una carta para
comunicar al padre la buena nueva. Y he aqu tambin que la cocinera
y la hilandera, en unin con la comadre Babarija, intentaron perder
a la zarina. Ordenaron detener al mensajero y lo sustituyeron por
otro, al que entregaron una carta que deca as: La zarina ha parido
esta noche algo que no es hijo ni hija, ni rana ni ratn, sino un
bicho desconocido.
Alrecibirtalnoticia,elzarSaltnsepusotanfuriosoquequisoahorcaral
mensajero, pero, ablandndose luego, le orden aguardar su decisin
hasta despus de su regreso. El mensajero se puso en camino y lleg
por fin al palacio.
Perolacocineraylahilandera,enuninconlacomadreBabarija,lo
emborracharon,ymetieronensubolsaunacartaredactadaenmaneratalque
pareciera una orden del zar: Ordeno a mis boyardos echar al agua
sin prdida de tiempo a la zarina con lo que ha parido.
Noquedabamsremedioquecumplirlaorden.Losboyardos,aunque
compadecidosdeellaydeljovenzarvich,entraronensudormitorioyle
notificaron la voluntad del zar leyendo el mensaje. Acto seguido
los metieron en un grantonelylocubrieronde alquitrnylo
hicieronrodar hasta elocano, segnla orden del zar Saltn.
*
Flotaba el tonel sobre las olas, bajo la luz de las estrellas.
La zarina lloraba y su hijo creca, no por das sino por horas.
Mientras ella verta lgrimas, su hijo se dirigi a las olas: Ah, ola
ma, libre siempre y que en todo momento deseas pasear! T que vas a
dondequieres,quebrandolasrocasyllevandolasnavesentusondas!Tenpiedad
de nosotros y vuelve a dejarnos en tierra!...
Ylaola,obedecindolo,depositseguidamenteeltonelenlaorillaysealej
plcidamente. Madre e hijo se alegraron. Pero quin podra sacarlos
del tonel? En esto el hijo se levant y, enderezndose, empuj con la
cabeza un extremo de su prisin. A ver si logro abrir una ventana
por este lado. Y dicho y hecho. Salieron ambos y se vieron libres.
Ya fuera del tonel, vieron que por un lado se extenda el mar azul,
y por el otro un vasto campo, con una colina en cuya cima creca un
verde roble.
Todoestoestmuybienpenselzarvich,perotampocoestaramalque pudiramos
almorzar Rompi una rama, y, como llevaba sobre el pecho una cruz
sujeta con una cinta de
seda,ajuststaalarama,doblndola,yconelloconsiguiunbuenarco. Preparse
luego una afilada flecha y se encamin a la orilla a ver si cazara
algo. Apenashabadadounospasoscuandooyundbilgemido,ycomprendial
instante que algo extraordinario suceda. Mir y vio que sobre las
olas se debata un cisne atacado por un azor. El pobre cisne
golpeaba desesperadamente elagua con
susalas,mientraselazorpreparabayasusgarrasysupicoPerosilblaflecha,y
fueaclavarseenelcuellodelcarnvoro,atravesndolo,yelrapazazorcay
ensangrentado al mar El zarvich dej reposar su arco. Chill el azor
con voz que
nosemejabadeave,mientraselcisneloatacabaahoraasuvez,procurando
golpearlo con sus alas y clavarle su pico. Pero lo que result ms
extrao an fue que luego se dirigi el cisne al zarvich y le dijo en
ruso: Zarvich, eresmi salvador!Noteapenessipormiculpano
comesdurantetres das,niporhaberperdidotu flechaPuedescreerque elmal
noesgrave,pueste
recompensarconcreces.Debessaberquehassalvadonoauncisne,sinoauna
doncella; y a quien has matado no es a un azor, sino a un terrible
hechicero. Jams lo olvidar. All donde ests me encontrars a tu lado.
Pero ahora vuelve y reposa. El cisne vol, y la zarina y su hijo se
acostaron para dormir sin haber comido nada en todo el da.
Yheaququedurantelanocheelzarvichsedespert,sacudindoseelsueo,
mir,y,llenodeasombro,descubrinolejosdeallunagranciudad,detrsde
cuyosblancosmurosconalmenascentelleabanlascpulasdesantasiglesiasy
monasterios. El zarvich se apresur a despertara su madre. sta dej
escapar una exclamacin de sorpresa.
Puesnodudodequeveremosanmayoresmaravillascontestelzarvich. Estoy
seguro de que es obra de mi cisne.
Losdossedirigieronalaciudad.Peroapenashabanentradocuandofueron
recibidos por una inmensa multitud al repique de todas las campanas
y al son de las
vocesdeuncoroqueentonabaunaoracin.Luegoloshicieroninstalarseenun
magnfico carruaje, que los llev a la coronacin. Y as fue cmo el
mismo da subi el zarvich al trono para reinar en su capital, y, con
el consentimiento de su madre, tom el nombre de prncipe Gvidn.
*
Paseaba el viento por el mar y empujaba a una nave que corra con
todas las velas desplegadas. Losde abordoestabanreunidosen
lacubiertay seextraaron alver que en una isla tan conocida por
ellos y siempre desierta, apareciera ahora aquella esplndida ciudad
con sus cpulas doradas y su magnfico puerto, del que llegaban
salvas, ordenndoles entrar. Obedeciendo, amarraron en el puerto y
acto seguido fueron conducidos a palacio, en donde los recibi el
prncipe Gvidn. Invitlos a su mesa y les hizo preguntas: Qu clase de
mercanca llevis, caballeros, y hacia dnde os dirigs ahora?
Navegamos por el mundo entero y vendemos pieles de cibellina y de
zorro; pero ahora vamos a Oriente, pasando por la isla de Buyana,
al reino del zar Saltn.
Osdeseo,pues,unafeliztravesa,yosruegosaludisdepartemaalbuenzar
Saltn.
Losnavegantessehicieronalamarseguidosporlamiradadelprncipe,quese
qued muy triste. Pero vio de pronto al blanco cisne que se acercaba
por las olas. Te saludo, buen prncipe! Qu te ocurre? Por qu ests
tan triste? Y el prncipe contest: Estoy triste por no haber visto
desde hace tanto tiempo a mi padre.
Puesmeesfcilcomplacerte:tetransformarenseguidaenmosquito,yas,
volando, podrs seguir al navo.
Elcisnebatilasaguasconsusalas,mojalprncipedepiesacabezaystese
transform en mosquito. Silbando y zumbando emprendi el vuelo.
Pronto alcanz la nave y se escondi en una rendija.
*
Elvientoseguasoplandoyelbarconavegabaalegremente.Rebaslaislade
BuyanaysedirigialreinodeSaltn,quenotardendescubrirseenlalejana.
Amarraronallyseguidamentefueronllamadosapalacio.Trasellosvolnuestro
mosquito.AlentrarvioeneltronoalzarSaltn,vestidotododeoro,llevando
puesta su corona; pero con semblante triste. A su lado estaban
sentadas la hilandera y la cocinera en unin de la comadre Babarija,
que no apartaban los ojos de l. El zar Saltn invit a los huspedes a
su mesa y los interrog:
Seoresycaballeros:cuntotiempollevisnavegando?Cmosevivealotro lado
del mar y qu habis visto de sorprendente en vuestros viajes? Los
navegantes le contestaron: Hemos navegado por el mundo entero. No
se vive mal all. Y por lo que toca a lo
extraoymilagrosotediremoslosiguiente:conocamosunaislainhospitalariay
desierta.Enellasloseveaunrobleenlacimadeunacolina.Yahorahemos
encontradoallunagranciudad,conunesplndidopalacio,multituddeiglesiasy
magnficas quintas rodeadas de jardines. En el trono hemos visto al
prncipe Gvidn, que te saluda con respeto. El zar Saltn encontr
aquello milagroso de verdad y dijo: Si viviera un poco ms, me
gustara ver la isla y visitar a su prncipe Gvidn.
Perolahilanderaconlacocinera,enunindelacomadreBabarija,quisieron
disuadirlo de su propsito:
Vayaunacosamilagrosa!dijolahilanderaguiandoelojoalasotras.Lo que
voy a decirte s que es milagroso de verdad. Conozco un bosque en el
que crece
unpino.Debajodelhayunaardillaquecantaycomenueces.Yaquellasnueces
tienencortezadeoro,yelfrutoesunaesmeraldapura.Deestosquepuede
decirse que es una maravilla!
ElzarSaltnquedsesorprendidoyadmirado;peroelmosquitosepusofuriosoy
picdeprontoasutaenelojoderecho.Lahilanderapalideci,desvanecisey
perdi su ojo.
Entoncessuhermana,laservidumbreylosdemspresentescomenzarona
perseguir al mosquito, chillando: Te cazaremos, maldito! Pero el
mosquito se escap por la ventana, atraves tranquilamente el mar y
volvi a su isla. Y nuevamente se entristeci el prncipe al
contemplar las olas. Y volvi a presentarse el cisne. Te saludo,
buen prncipe! Qu te ocurre? Por qu ests triste? Y el prncipe le
contest: Estoy triste porque deseo ver una cosa no vista jams. S
que en alguna parte del
mundoexisteunbosque.Enaquelbosquecreceunpino,debajodelcualhayuna
ardilla que canta y come nueces. Las nueces tienen cscara de oro y
el fruto es una esmeralda pura Pero tal vez mienta la gente y no
exista semejante cosa Mas el cisne le contest:
No,prncipe,nomiente:existentalbosqueytalardilla.Notepreocupes,pues
me gusta poder complacerte. Contento, volvi el prncipe a su
palacio. Pero, apenas entraba en el cercado, vio un pino bajo el
cual una ardilla se coma una nuez de oro.Dejaba a un lado la
corteza,
amontonabalasesmeraldasymientrastantocantabaUnavezenunjardn,y todos
la escuchaban. Asombrse mucho el prncipe Gvidn y dijo: Qu
maravilloso cisne! Que Dios lo haga venturoso, y a m tambin! Orden
construir para la ardilla un kiosco de cristal, puso centinelas en
sus puertas
ydesignaunfuncionarioparallevarlacuentaexactadelasnueces.Gloriaala
ardilla! Y vaya ganga para un prncipe!
*
Soplabaelvientosobreelmaryunanavesedeslizabaporlasolascontodassus
velasdesplegadas.Seacercalaisla.Oyronsesalvasqueordenabanalanave
entrarenelpuerto.Amarrlaembarcacinylosnavegantesfueronllamadosa
palacio. El prncipe Gvidn los invit a su mesa para beber y comer, y
les pregunt: A dnde os dirigs ahora y qu clase de mercanca llevis a
bordo? Hemos viajado por el mundo entero y vendemos caballos del
Don. Nos dirigimos ahora al reino de Saltn, pasando por la isla de
Buyana. Os deseo, pues, feliz travesa, y os ruego saludar de parte
ma al buen zar Saltn.
Losnavegantessedespidierondelprncipeehicironsea
lamar.Alseguirlosste con la mirada, vio que se acercaba el cisne.
Ay! lamentse el prncipe. No puedo resistir ms! Quiero ver a mi
padre! Elcisnebatilasaguas,mojaljovendepiesacabezaylotransformen
moscardn.Elmoscardnvolentremarycielo,alcanzlanaveyseescondien una
rendija.
*
El viento segua soplando y la embarcacin navegaba
alegremente.Pas por la isla de Buyana y se aproxim al reino de
Saltn.
Saltaronatierralosnavegantesyenseguidafueronllamadosapalacio;yalllos
siguinuestromoscardn.AlintroducirseenelpalaciovioalzarSaltn,vestido
todo de oro y llevando puesta la corona, pero sumamente triste
Asuladoestabansentadaslahilanderaylacocineraenunindelacomadre
Babarija, las que miraban al zar con ojos de sapo. El zar Saltn
invit a los navegantes a su mesa y los interrog:
Cuntotiempollevisnavegando?Cmosevivealotroladodelmaryqu habis visto
de maravilloso en los pases lejanos?
Hemosnavegadoporelmundoentero.Nosevivemalall.Yhemosvistouna
cosaenverdadmilagrosa:unagranciudadenunaisla,magnficospalacios,y
quintas rodeadas de jardines. Ante el palacio del rey crece un
enorme pino, bajo el cual se levanta un kiosco de cristal. En este
kiosco vive una ardilla amaestrada que,
mientrascanta,varompiendonueces.Perolasnuecesnosoncomolasotras:su
cscaraesdeoropuroysufrutoesunaesmeralda.Lamaravillosaardillaest
rodeadadeservidoresyunfuncionariollevalacuentaexactadelasnueces.El
ejrcito rinde honores a la ardilla; con las cscaras se acuan
monedas que circulan
porelmundoenteroylasmuchachasrecogenlasesmeraldasylasocultanensus
cofres.Todossonricosenaquellaisla.Allnohaychozas,sinopalacios.Yreinaen
aquel dichoso pas el prncipe Gvidn, que te manda sus saludos. El
zar Saltn se maravill. Si viviera un poco ms, me gustara ver la
isla y visitar a su prncipe Gvidn.
Perolahilanderaylacocinera,enunindelacomadreBabarija,intentaron
disuadirlo de la idea. Vaya un milagro! Qu tiene de particular que
una ardilla rompa nueces de oro y
amontoneesmeraldas?Sdeunacosamuchomssorprendente.Enciertolugar,
cuandoelmarseagitacubriendolaorilladeblancaespuma,salendelasolas
treintaytreshroesgigantes,aculmshermoso,capitaneadosporuntal
Chernomor.Todossonigualesytodostienenescamasdeoro,quebrillancomoel
fuego. De esto s que puede decirse que es una maravilla.
Nadieseatreviacontradecirla.ElzarSaltnsequedconlabocaabierta,
mientras se enfureca el moscardn. Silb y zumb y de pronto pic a su
ta en el ojo izquierdo. A cazarlo, a cazarlo! gritaron todos. Te
cazaremos, maldito! Pero era tarde ya. El moscardn se escap por la
ventana. Tranquilamente atraves el mar y regres a su isla. Y de
nuevo se pase de nuevo el prncipe contemplando el mar. Y volvi a
presentarse el cisne:
Tesaludo,buenprncipe!Quteocurre?Porqueststantristey preocupado? Ah!
Si pudiera yo conseguir para mi isla una cosa en verdad
maravillosa!... Habla, pues; a ver si puedo complacerte No s en
dnde pero s que hay un cierto lugar en el cual, cuando se enfurece
elocanoylasolasinvadenlatierra,salendeellastreintaytreshroesgigantes,
todos iguales, todos jvenes y hermosos, capitaneados por un tal
Chernomor. Todos tienen escamas de oro que brillan como el fuego
Bueno, prncipe! Pues no te preocupes. Si no es ms que esto, es fcil
arreglarlo. Conozco a estos jvenes hroes: son mis hermanos, y har
que se presenten aqu. El prncipe se fue, olvidando su preocupacin;
subi a una torre y desde all empez
acontemplarelmar.Ynohabatranscurridomuchoratocuandoselevantaronlas
olas y salieron de ellas treinta y tres hroes todos hermosos
jvenes, con escamas
deoroquebrillabancomoelfuego.LosprecedaelviejoycanosoChernomor, que
los condujo a la ciudad.
ElprncipeGvidnbajcorriendoasuencuentro.Detodosloslugaresacudieron
gentes a verlos. Chernomor se acerc, salud al prncipe y le dijo:
Nosmandaaquelcisneparaqueguardemostuhermosaciudad.Cadada
saldremosalmarparahacerlarondaentornoalosmuros.Asesqueprontonos
volveremos a ver. Y ahora, adis, pues nos molesta el aire de la
tierra. Y dicho esto se alejaron.
*
ElvientoseguasoplandoylanaveproseguasucaminoSedeslizporlasolas
con todas sus velas desplegadas. Se acerc a la isla. Los caones
lanzaron sus salvas,
ordenndolequeentrarayamarrara.YcomodecostumbreelprncipeGvidn invit
a los navegantes a su mesa y les rog que contestaran a sus
preguntas: A dnde os dirigs y qu clase de mercanca llevis a bordo?
Navegamos por el mundo contestaron los del barco. Vendemos armas,
plata y oro, y nos dirigimos ahora, pasando por la isla de Buyana,
hacia el reino de Saltn.
Losnavegantessedespidieronysehicieronalamar.Elprncipeseencamin
tambin a la orilla, en donde lo aguardaba ya el cisne. Ah, cisne
mo! Cunto me gustara ver a mi padre!...
Denuevobatielcisnelasaguasconsusalasymojalprncipe.Peroestavezlo
transform en zngano. El zngano vol, alcanz la nave y se escondi en
una rendija de popa.
*
Silbaba el viento y corra la nave. Rebas la isla de Buyana y se
acerc al anhelado reino de Saltn, que ya se vislumbraba en la
lejana. Pronto amarraron en el puerto, bajaron a tierra y, llamados
por el zar, se dirigieron a palacio. Nuestro zngano los sigui y se
introdujo en los aposentos del monarca. El
zarSaltnestabaensutrono,vestidotododeoroyconlacoronapuesta.Como
siempre, se mostraba triste. A su lado estaban sentadas la
hilandera y la cocinera, en unin de la comadre Babarija. Y las tres
mujeres lo miraban con sus cuatro ojos. El zar Saltn hizo sentarse
a los navegantes a su mesa y les pregunt:
Cuntotiempollevisnavegando?Cmosevivealotroladodelmaryqu habis visto
de milagroso en los pases lejanos? Hemos recorrido todo el mundo.
No se vive mal all. Y, por lo que a lo maravilloso
serefiere,tediremosquehemosvistounaislaenlaqueselevantaunaciudaden
verdad prodigiosa. Cada da el mar se enfurece, cubre la tierra de
blanca espuma y
lasolas,alretirarse,dejanenlaorillaatreintaytresvalienteshroes,gigantes,
hermososjvenes,conescamasdeoro,yprecedidosporelviejoChernomor.Los
poneendoblefilaytodoshacenlarondaentornoalosmurosdelaciudad.Yno
hayguardianesmejoresnimssegurosenelmundoentero.Reinaallelprncipe
Gvidn, que te manda sus saludos. Si viviera un poco ms, me gustara
ver la isla y visitar al prncipe Gvidn.
Estavezlahilanderaylacocineranochistaron.PerolacomadreBabarijadijo
sonriendo con malicia: Nadie podr asombrarnos con semejante cosa.
No s si es verdad o mentira, pero nada de sorprendente veo en ello.
Vaya una maravilla! Qu tiene de particular que
unosmancebossalgandelmarparavigilarunaciudad?Conozcounacosapero
sasqueesenverdadmaravillosa!Dicenquealotroladodelmarexisteuna
princesadebellezatalquetodoelquelavenopuedeapartardeellalamirada.
Deslumbra al da y todo lo ilumina por la noche. En sus cabellos
lleva la luna y en su
frentebrillaunaestrella.Tieneunandardepavorealysuvozesmsdulcequeel
murmullo de un arroyuelo. De eso s que puede decirse que es una
maravilla! El zar Saltn se qued con la boca abierta. Pero el
prncipe se indign, aunque tuvo
lstimadelaviejaBabarija.Sepusoazumbarentornoaellaylapicenlanariz,
producindole una enorme hinchazn. Y volvieron a gritar todos: A l!
a l! Esta vez te cazaremos, maldito! Pero el zngano vol por la
ventana, atraves tranquilamente el mar y regres a su isla.
*
El prncipesepaseabaa orillasdelmarysele acerc elblanco
cisnenadando por las aguas cristalinas. Te saludo, hermoso prncipe!
Por qu ests tan triste?
Puesdime:cmopuedoestaralegre?Lagentesecasaysloyopermanezco soltero.
Y a nadie tienes que pueda ser tu novia? S y no. Dicen que existe
una princesa tan hermosa que aquel que la ha visto una vez no puede
ya apartar de ella la mirada. Deslumbra hasta a la luz del da y
todo lo ilumina por la noche. En sus cabellos lleva la luna y en su
frente brilla una estrella. Es
majestuosacomounpavorealysuvozesmsdulcequeelmurmullodeun arroyuelo
Pero no s si lo que dicen es verdad o mentira El cisne permaneci un
instante callado y dijo luego:
S.Existetalprincesa.Perocasarsenoescosatansencillacomoponerseun
guante. Luego ya no te lo podrs quitar. As es que voy a darte un
consejo para que lo medites bien antes de decidirte.
Peroelprncipeempezajurarquesehabapropuestocasarseyquehaba pensado y
meditado suficientemente en ello. Y que, de ser preciso, estaba
dispuesto a ir a buscar a la princesa hasta el fin del mundo. Al or
estas palabras, el cisne suspir profundamente y le dijo:
Nohacefaltairtanlejos.Debessaberquetudestinoestmuycercadeti:la
princesa de que hablan soy yo! Y al decir esto se levant,vol por
encima de las olas y se escondi detrs de unos
arbustos,transformndoseallenunahermosaprincesa.Ensuscabellosbrillabala
luna y en la frente llevaba una estrella. Se acerc caminando como
un pavo real y al empezar a hablar pareca que murmuraba un
arroyuelo. Al verla, el prncipe corri a su encuentro, la estrech
contra su pecho y se apresur a presentrsela su madre, a la que
suplic: Ah, madre ma querida! He encontrado una prometida que deber
ser mi esposa
yquesiempreyentodoteobedecer.As,pues,tesuplicamosquebendigasatus
hijos, pues lo somos, para que podamos vivir en paz y amor.
Entonces la madre levant un icono y, aunque llorando, los bendijo:
Que Dios os haga felices, queridos hijos mos!
Elprncipenoquisoretrasarniundaelcasamiento.Secelebrlaboday
empezaron a esperar hijos.
*
Soplabaelviento;unanavesedeslizabasobreelmarcontodaslasvelas
desplegadas,dirigindosealpuertodeunagranciudad.Oyronsesalvas.Lanave
amarr. El prncipe Gvidn aguardaba ya a sus huspedes los navegantes,
a los que invit a beber y a comer. A dnde vais ahora? Y qu llevis a
bordo para vender? Hemos navegado por el mundo entero vendiendo lo
que no se debera vender Pero ahora nos dirigimos a la tierra del
zar Saltn, pasando por la isla de Buyana.
Puesosdeseounafeliztravesa.YosruegoquerecordisalzarSaltnsu
intencindevisitarme.Hacemuchotiempoqueloespero!Saludadlodeparte ma!
Losnavegantessehicieronalamar,peroestavezelprncipesequedencasa,
pues no quiso abandonar a su joven esposa.
*
Silbabaelviento.LanaverebaslaisladeBuyanaysedirigialreinodeSaltn,
que ya se vislumbraba en la lejana.
ElzarSaltnaguardabaaloshuspedesensupalacio,reposandoensutrono,
vestidotododeoroyllevandopuestalacorona.Asuladoestabansentadasla
hilanderaylacocineraenunin delacomadre Babarija,
quemiraban,lastres,con suscuatro
ojos.ElzarSaltnrogalosnavegantesquesesentaranasumesayles pregunt:
Qu habis visto viajando por el mundo? Cmo se vive al otro lado del
mar? Hemos viajado por el mundo entero. No se vive mal all. Pero lo
que hemos visto esta vez es en verdad maravilloso. Existe una isla;
en ella hay una magnfica ciudad, llena de iglesias con cpulas
doradas, de quintas rodeadas de jardines y de multitud
depalacios.Anteeldelprncipecreceunpino,ybajoelpinoselevantaunkiosco
decristal.Enelkioscoviveunaardillaamaestradaquecantasiempreyrompelas
nuecesconsusdientes.Lacscaradeesasnuecesesdeoropuro,yelfrutoesuna
esmeralda.TodosseocupandeellaylavigilanAdems,hayallunacosams
maravillosa an: cuando el mar se enfurece, cubriendo la tierra con
su espuma, y se retiran las olas quedan en la orilla treinta y tres
hroes, jvenes, hermosos, iguales, con escamas de oro que brillan
como el fuego. Los capitanea Chernomor. Y no hay en el mundo
guardia ms segura que aquella Adems, el prncipe tiene por esposa
aunahermosaprincesa.Nadiequelahayavistounavezpuedeapartardeellala
mirada. Deslumbra al da y todo lo ilumina por la noche. En sus
cabellos lleva la luna
yensufrentebrillaunaestrella.EneltronosesientaelprncipeGvidn,quese
lamenta de que no lo hayas visitado todava. Al or esto, Saltn mand
preparar una escuadra. Pero la hilandera y la cocinera, en unin de
la comadre Babarija, no quisieron permitirle realizar el viaje para
ver la isla milagrosa. Mas el zar Saltn no les hizo caso: Soy un
rey o soy un nio? les dijo irritado. Pues me marcho hoy mismo! Y
diciendo esto sali dando un portazo.
*
ElprncipeGvidnestabasentadofrentealaventanaycontemplabaelmar
tristemente.
ElmarestabaencalmaynoseveaolaalgunaPeroenelhorizonteaparecieron
naves Era la flota de Saltn, que se deslizaba sobre el ocano. Al
adivinarlo, el prncipe Gvidn dio un salto y grit: Eh! Madre ma,
esposa querida: mirad all Viene mi padre! Se aproxim la escuadra.
Gvidn mir con un anteojo. En la cubierta pudo ver al zar
Saltn,quetambinlosmirabaconunanteojo.Asuladoestabanlahilanderayla
cocinera,enunindelacomadreBabarija.Lostresquedaronmaravilladosantela
isla desconocida.
Yheaququetronarontodosloscaonesyfueronlanzadasalvuelotodaslas
campanas.ElprncipeGvidndescendialaorillapararecibiralzar,yalpropio
tiempoalahilanderaylacocinera,enunindelacomadreBabarija.Ysin
explicacin alguna los llev a palacio. Entraron todos. En las
puertas montaban guardia los treinta y tres hroes gigantes, todos
hermosos jvenes con escamas de oro puro, y al frente de ellos
Chernomor. El zar entr en el cercado y vio cmo debajo de un pino la
ardilla cantaba una cancin,
rompiendounanuezdeoro,sacandolaesmeraldaycolocndolaenunsaquito.Y
todo el cercado estaba repleto de cscaras de oro. Los recin
llegados entraron en
losaposentos.Alllosrecibilaprincesa,queeraenverdadmaravillosa:ensus
cabellosllevabalalunayensufrentebrillabaunaestrella.Suandareraeldeun
pavo real. A su lado estaba su suegra. Mirla el zar y la reconoci
Quveo?Quesesto?exclam.YempezasollozarAbrazluegoala zarina, a su
hijo y a su joven esposa. Acto seguido todos se sentaron a la mesa
y dio comienzo un alegre festn.
Mientrastantolahilanderaylacocinera,comotambinlacomadreBabarija,se
escondieronensendosrincones.Lasencontraron,peroellassearrepintierone
imploraron gracia. El zar Saltn, vista la felicidad comn, las
perdon, y las mand a casa. Al declinar el da, Saltn se emborrach de
tal manera que tuvieron que llevarlo a la cama. Y yo estuve all: me
ofrecieron cerveza, vino y miel, que me pasaron muy cerca de la
boca y slo me mojaron el bigote.
La zarevna muerta y los siete guerreros
Elzarsedespididelazarina,marchdeviajeyellasesentsola,juntoala
ventana, para esperar su vuelta. Lo esperaba todo el da hasta que
llegaba la noche,
mirandosiemprealcamino.Cansronsesusojosdetantomirar.Perosuesposono
volva. Desencadense entoncesunatempestad
denieve,ytodalatierrasecubri de un blanco manto.
Transcurrieronasmuchosmeses,duranteloscualeslazarinanoseapartdela
ventana ni dej de mirar al camino. Y la vspera de la fiesta de
Navidad por la noche, Dios mand una hijita a la zarina.
Porlamaanadelmismodaregresfinalmentedesulargoviajeeltanesperado zar
y padre. Mirle la zarina, suspir y fue tanta la emocin que le
causaba la alegra, que muri de pronto, en el momento en que
empezaba la misa. *
Pormuchotiemponologrconsolarseelzar.Peroquhacer!Eraunpecador como
los dems mortales; por lo que, transcurrido un ao, se cas con otra
mujer.
Hayquedecirlaverdad;sunuevaesposaerajoven,alta,esbelta,hermosae
inteligente, una zarina de verdad. Pero por desgracia era
orgullosa, hipcrita, de un carcter insoportable y, sobre todo,
celosa hasta lo increble. Recibi como regalo de boda un espejito
que tena una cualidad notable; el don de
lapalabra.Ylazarina,alpocotiempo,sloconsuespejollegahablar
confiadamente;sloalhablarconlsesentadebuenhumor.Yledeca bromeando:
Oh,espejitoprecioso!Habame,perodicindometodalaverdad:Hayalguna
mujerenelmundoquepuedarivalizarconmigoenbellezaycuyocutissonrosado
pueda compararse al mo? Y el espejo le contestaba:
Claroqueno.Sindudaerest,zarina,lamshermosa,ytucutiseselms sonrosado
que haya tenido jams una mujer.
Lazarinaempezabaentoncesareracarcajadas,amoverloshombros,ahacer
contorsiones,aguiarlosojosyahacerchasquearlosdedos.Y,ponindoseen
jarras, se miraba satisfecha y orgullosa en el espejo. * Mientras
tanto, creca y floreca la joven zarevna, y lleg por fin a ser una
belleza de ojos negros, blanco cutis y carcter bondadoso.
Yseencontrenseguidaparaellaunprometido,elprncipeElisey.Llegelca
samiento.Yelpadredelamuchachadiosuconsentimiento.Ladoteestaba
preparada ya, y consista en siete ciudades comerciales y ciento
cuarenta palacios. La zarina, cuando se vesta para ir a celebrar el
acontecimiento, se mir al espejo y habl as con l: Dime con
franqueza la verdad: Existe una mujer ms hermosa que yo, ms gentil
y de cutis ms sonrosado? Y el espejo le contest: Eres en verdad muy
hermosa, pero todava es ms hermosa la zarevna. La zarina,
indignada, levant la mano, dio un golpe al espejo, tirndolo al
suelo, y lo pisote. Maldito pedazo de vidrio! Esto me lo dices para
irritarme. Cmo es posible que
lazarevnaseamshermosaqueyo?Puessabrquiensoyyo!...Vayaunatonta!
Nosabeacasoquesiestanblancaesporquesumadrenoapartabalavistadela
nieve?... En cuanto a ser ms hermosa que yo... no lo veo. No, no!
Debes reconocer, espejo,quenien nuestroreinoni enel mundoenterohay
mujerms hermosaque yo! Es as o no? Pero el espejo insisti:
Piensesloquepienses,lazarevnaeslamujermsgentilylamshermosadel
mundo! Sin saber qu hacer, la zarina, rabiando de celos, tir el
espejo debajo de un banco,
llamasusirvientaCherniavkayleorden,comocriadasuyaqueera,llevarala
zarevna al interior de un bosque, atarla a un pino y dejarla all
para que la devorasen los lobos.
Conunamujeriracundanadapodranielpropiodiablo!Nohaymanerade discutir
con ella! As pues, Cherniavka tuvo que llevarse a la zarevna al
bosque, y la condujo tan lejos que la jovencita se dio cuenta de
ello, se asust y empez a suplicar a la sirvienta: Dime querida, qu
he hecho yo? No seas la causante de mi perdicin! Cuando sea zarina
no te olvidar y te recompensar con esplendidez.
Lacriada,quelaqueramucho,nolamatnilaatalrbol,yladejmarchar
dicindole: No te preocupes y anda con Dios! Y regres pausadamente a
casa. Qu?Lohashecho?lepreguntlazarina.Dndehasdejadoanuestra hermosa
zarevna?
Lahedejadoenelbosque;yalldeberdeestarahora,solayatadaalrbol... Ojal
caiga pronto en las garras de cualquier animal salvaje! De este
modo morira y no sufrira tanto. Pronto se enteraron todos de la
desaparicin de la hija del zar. El desdichado padre sepuso
muytriste,y elprncipe Elisey,despus de haberrogadofervorosamente a
Diosqueleayudara,sepreparparaviajarenbuscadesutanjovenyhermosa
prometida. Pero la zarevna, al quedarse sola, se adentr ms y ms en
el bosque, hasta que dio con un palacio.
Habaunperro,quecuandolavioacercarseempezaladrar;peronotarden
recibirla meneandolacolayacaricindola.Lazarevna subi la escalinatay
solt la aldaba de las grandes puertas. Se abrieron stas
silenciosamente y la doncella entr en una soleada estancia.
Alolargodelasparedesseveanvariosbancoscubiertosdericostapices,debajo
de los iconos haba una gran mesa de roble y en un rincn una estufa
de azulejos. La
muchachacomprendienseguidaquevivaallgentebuenayquenoleharan ningn
dao.
Peroparecanohabernadieenlacasa.Lazarevnalaexamindearribaabajo,lo
puso todo en orden y encendi un cirio ante la imagen del Seor.
Encendi tambin la estufa, subi a la cama y se acost tranquilamente.
* Acercbaselahoradecomer,cuandoseoyeronpisadasdecaballosenelpatio,y
no tardaron en entrar siete guerreros, mancebos todos, que lucan
grandes bigotes. El mayor de ellos dijo:
Quraroesesto!Cmoesquetodoestlimpioyordenado?Alguiendebe haberlo
puesto en orden, mientras esperaba la llegada de los dueos... Eh!
Quin
hayaqu?Venac!Salypresntatesintemorantenosotros;sieresanciano,sers
nuestrosuperior;siunaanciana,nuestramadresersymadretellamaremos;ysi
eres una doncella hermosa, sers para nosotros una hermana.
Bajentonceslazarevnadellechoycomparecianteellossaludndoloscon
respeto;y,ruborizndose,lespidiperdnconmilexcusasporhaberentradosin
ser invitada.
Losdemsadivinaronenseguida,porsumododehablar,queeraunazarevna.La
invitaron a sentarse en un rincn y le ofrecieron un pastel y una
copa de vino, todo
enunabandeja.Ladoncellasenegabeberelvino,perotomunbocadodel pastel;
y, excusndose por estar muy cansada a causa del viaje, expres su
deseo de dormir. Los guerreros la condujeron al piso superior y le
sealaron una habitacin soleada, tras lo cual la dejaron sola, pues
estaba quedndose dormida. * Corran los das uno tras otro, y la
joven zarevna segua en el bosque, en casa de los siete guerreros,
entre los cuales pasaba el tiempo sin aburrirse. Todos los das, al
rayar el alba, los siete hermanos salan al campo, tanto para cazar
patoscomosisepresentabalaocasinparasoltarlamanoderribandodel
caballo aunforajido,paracortarlacabezaauntrtarodeanchoshombros
opara matar a algn cherqus caucasiano que se hubiese escondido en
el bosque. La muchacha, corno ama de casa que era, quedbase sola
all arreglando las cosas y
preparandolamesa.Yasibanviviendo;ellanoslescontradeca,ellosnola
molestaban y los das se sucedan uno tras otro. * Los hermanos
empezaron a querer mucho a la doncella. As es que cierto da, al
salir el sol, comparecieron los siete en su habitacin, y el mayor
de ellos habl as:
Oh,doncella!Muybiensabesquetodosnosotrosteconsideramosuna
hermanita...Perotodosnoshemosenamoradodeti...Cualquieradenosotrosse
sentiradichososipudieracasarsecontigo...Perocomoqueestonoesposible,te
rogamos,porelamordeDios,quedecidasportimismaesteasunto;yaslapaz
continuarreinandoentrenosotros.Escoge,pues,aquiendeseespormarido,que
paralosdemsseguirssiendounahermanaquerida...Quhaces?Porqu
muevesnegativamentelacabeza?Esquenotegustalaproposicin,oquizte
parecemos poco para ti? Honrados mancebos y hermanos queridos! les
contest la zarevna-. Que Dios me castigue matndome en el acto si no
os digo la verdad! Qu puedo hacer si ya
estoyprometida?Atodosvosotrososquieromucho;todossois
jvenesvalerosose inteligentes... pero estoy prometida para siempre
a otro... que es el prncipe Elisey. Los hermanos permanecieron
silenciosos y se rascaron la cabeza.
Preguntarnoespecado.Perdnanos,pues!dijoelmayorsaludndola.Ysi es as,
no se hable ya ms de ello.
Nomeenfadodijoellaquedamente.Tampocoyotengolaculpade contestaros de
este modo.
Lospretendientesvolvieronasaludarlaysedespidieron.Ycontinuaronviviendo
como antes. *
Mientrastantolazarinamalsimamujerseguaacordndosedelazarevnasin
poderperdonarla.Haca muchotiempoqueestaba
enojadacontrasuespejo;pero un buen da se acord de l y, al
encontrarlo, volvi a contemplarse olvidndose de su enfado. Y dijo
sonriendo: Buenosdas,espejito.Bien.Qumedirsahora?Soyonosoylamujerms
hermosa del mundo? Y el espejo le contest:
Eres,sinduda,muyhermosa;peroexisteotramujer,quevive,sinquenadielo
sepa,encasadelossieteguerrerosyenelinteriordeunverdebosque;yaquella
mujer es ms gentil y hermosa que t. Al or esto la zarina llam a
Cherniavka y prorrumpi en denuestos, gritando: Cmo te has atrevido
a desobedecerme? Por qu me engaaste?
Lasirvientaseloconfestodo,explicndolecomohabaocurrido.Entoncesla
zarina, amenazndola con un palo, jur hacer desaparecer a la
zarevna, so pena de morir ella misma.
*
Estabaunavezlajovenzarevnahilandosentadajuntoalaventana,mientras
aguardaba el regreso de los siete hermanos guerreros. Oye de pronto
ladrar al perro en la puerta. La muchacha mira y ve que por el
patio pasea una mendiga, que intenta alejar al animal con su largo
bastn.
Espera,abuelita!legritalazarevnadesdelaventana.Espera!Yomisma
alejar al perro y, de paso, te dar algo. Y la mendiga le contesta:
Oh, guapa ma, hijita querida! Este maldito perro ha estado a punto
de morderme. Mira, mira que furioso se pone! Date prisa en bajar!
La zarevna cogi un trozo de pan y quiso bajar al patio, pero el
perro volvi a ladrar
echndoseasuspies,impidindoleacercarsealaviejayalpropiotiempo
amenazando a sta, con el aspecto amenazador de una fiera del
bosque. Qu raro es esto! exclam la muchacha. Probablemente el perro
no debe de haber dormido bien y por eso est de mal humor. Toma,
pues, abuelita! Vuela el pan y la vieja lo coge. Te lo agradezco!
dice. Que Dios te lo pague! Y t toma esta manzana, que es madura y
sabrosa! Y vuela hasta la muchacha una manzana de oro. Al ver esto,
el perro se enfurece an ms. Ladra, alla y salta. Pero la zarevna
tiene ya la manzana en sus manos.
Cmetelayasnoteaburrirstanto,hijitama!Ygraciasporelpan!dijola vieja.
Saludla y desapareci. La muchacha volvi a la casa subiendo la
escalinata. El perro la sigue y fija inquietamente la mirada en sus
ojos, como queriendo decirle: "trala". La zarevna procura calmarlo
y lo acaricia con su mano suave. Qu tienes, Sokolka? Quieto!
Tranquilzate!
Subeasuhabitacin,cierralapuertaysesientajuntoalaventanaparahilar,
aguardando a los hermanos, pero sin perder de vista la manzana.
Leparecequehadesermuybuena.Esmadura,jugosa,fresca,aromtica,
sonrosadaycomollenademiel!Estantransparentequeselevenlassemillas.
Aunquesuintencinescomrseladespusdelacena,nopuederesistirms.La coge,
se la lleva a los labios, la muerde y hasta se come un pedacito...
De pronto se tambalea, deja caer sus blancas manos; apenas respira;
y, soltando la manzana, cierra los ojos, se tumba en el banco
debajo de los iconos y queda inmvil.
Regresaronenaquelmomentoloshermanosdeunadesusaudaceshazaas.El perro
sali a su encuentro, ladrando fuertemente, y les seal el camino del
patio. Estoesdemalaugurio!dijeronloshermanos.Porlovistonosesperauna
mala noticia! Se apresuraron a entrar. Entran, y qu ven? Al meterse
el perro en la habitacin de la zarevna se abalanz sobre la manzana,
la cogiconrabia,lamordiyselatrag.Peroactoseguidodehabrselatragado
cay muerto. La manzana estaba, sin duda alguna, envenenada.
Alvermuertaalazarevna,loshermanos,sumidosenlamsprofundatristeza,
permanecieronanteellaconlacabezacadasobreelpecho.Selevantaronluego
murmurando plegarias, la vistieron y se prepararon para enterrarla.
Pero no llegaron a hacerlo, pues la zarevna pareca viva y hubirase
dicho que dormaplcidamente; lo nico que ocurra era que no
respiraba... Esperaron as tres das ms; pero ella no despertaba de
su sueo. Entonces, despus del ritual obligado, la colocaron en un
atad de cristal y, al llegar la medianoche, la llevaron a una cueva
que haba en la montaa.
Unavezalllevantaronseispostes,enloscualessujetaronconcadenaselatad,
hacindolo con el mayor cuidado; y cerraron la cueva con una puerta
enrejada. Y se inclinaron ante la muerta. Descansa en paz! dijo el
mayor de los hermanos. Qu triste es que se haya extinguido tan
pronto tu belleza! Pero tu alma ser bien recibida en el Cielo.
Mucho te queramos, y te guardbamos, sin embargo, para tu prometido;
pero ahora slo la muerte te posee, nadie ms. *
Aquelmismodalazarina,enesperadebuenasnoticias,sacelespejoyvolvia
hacerle su pregunta acostumbrada: Dime: soy la mujer ms hermosa del
mundo? Y el espejo le contest: Eres, sin duda, la mujer ms gentil y
ms hermosa. * Entretanto, el prncipe Elisey corre por el mundo en
busca de su prometida. Pero no
laencuentraenpartealguna.Eldesdichadoprorrumpeenllantoyatodoshacela
misma pregunta. Por fin el prncipe se dirige al Sol:
Oh,Solesplendoroso!Tquerecorresduranteelaotodoelcielo;tque
oponesalinviernolaprimavera;tquenoscontemplasatodosdesdelasalturas:
Te negars a decirme si has visto por algn lugar del mundo a la
joven zarevna? Soy su prometido. Oh, valeroso prncipe! contest el
Sol. No he visto a la zarevna. Quiz no se
cuenteentrelosvivos.PeromejorserqueselopreguntesamivecinalaLuna;
quiz ella la haya visto, o haya visto sus huellas por algn camino.
* Elisey aguard ansiosamente le llegada de la noche y, al aparecer
la Luna, le hizo la misma pregunta: Oh, Luna ma, la de los cuernos
de oro! T que te levantas en la oscuridad! T, a quien admiran todas
las estrellas a causa de esta buena costumbre! Estoy seguro de que
no te negars a contestar a mi pregunta. Has visto por ventura, en
algn lugar del mundo, a la joven zarevna? Soy su prometido. Oh,
querido hermanito! Yo slo veo lo que pasa ante mis ojos durante mi
turno. La zarevna debi de pasar sin duda cuando yo me hallaba
ausente. Qu lstima! exclam el prncipe. Pero la Luna prosigui:
Espera! Quiz sepa algo el Viento acerca de ella y nos ayude. Habla
ahora mismo con l y no te preocupes. Adis! * El prncipe,
esperanzado y ms tranquilo, se dirigi al Viento:
Oh,Viento!Tquecontantafuerzahacescorrerlasnubesyagitaslosmares
azulados;tquevagaslibrementeportodaspartessintemeranadie,exceptoa
Dios! Creo que no te negars a contestarme: Has visto, por ventura,
en algn lugar del mundo, a la joven zarevna? Soy su prometido. Y el
Viento contest:
Espera.All,detrsdeaquelrodeaguasapacibles,hayunamontaa,yenella
unaprofundacueva.Enaquellacuevatristeysombrasebalanceaunatadde
cristal sujeto aunos postesconcadenas. El lugares desiertoy noseven
huellas en derredor. All est tu prometida. *
ElVientosealejvelozyelprncipesepusoasollozar.Encaminseluego
directamenteaaquellugardesiertopara