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Pspsicoterapia-y-alizanza-terapeutica-en-el-contexto-penitenciarioicoterapia y Alizanza Terapeutica en El Contexto Penitenciario

Nov 04, 2015

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psicoterapia-y-alizanza-terapeutica-en-el-contexto-penitenciario
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    Psicoterapia y alianza teraputica en el

    contexto penitenciario: Estudio de casos

    Marcela Velsquez Peralta

    Sicloga

    PUC. CC.P. Colina II, Area Tcnica

    Resumen: El contexto penitenciario, junto con darle una identidad propia a la

    psicoterapia que en l se realiza, le impone diversas dificultades que afectan de

    alguna manera su desarrollo. El presente trabajo tiene por objetivo aportar a la

    comprensin de este proceso, indagando especficamente si es posible hacer alianza

    teraputica en el contexto penitenciario y de qu manera estos obstculos o

    "contingencias " afectan el desarrollo de sta. Para lo anterior, junto con hacer una

    breve revisin terica de elementos como la alianza teraputica y de profundizar de

    alguna manera acerca de la psicoterapia en el contexto carcelario, se realiza un

    estudio de casos de cuatro procesos de psicoterapia realizados en el Centro de

    Cumplimiento Penitenciario Colina II, durante el asao 2005.

    En el contexto penitenciario se hace psicoterapia, bsicamente por iniciativa de dos

    fuerzas que a veces confluyen. Una de ellas es la misin de Gendarmera, que en

    parte alude a asistir, atender y contribuir a la reinsercin social de los sujetos

    privados de libertad, definindose en este sentido, el apoyo psicolgico o

    psicoteraputico como una de las actividades especficas del psiclogo en una Unidad

    Penal. La segunda fuerza confluyente, es la iniciativa o inquietud personal del

    psiclogo penitenciario. Es importante y necesario hacer psicoterapia a reos por la

    misma razn que lo es para cualquier persona: porque hay un sujeto sufriendo, que en

    determinado momento solicita ayuda para aliviar o disminuir su sufrimiento, cuando

    siente que no es capaz de lograrlo solo.

    A pesar de lo anterior, la psicoterapia en el contexto penitenciario es un tema que ha

    sido poco abordado tanto en trminos de su factibilidad, como tambin de su

    efectividad o de si cumple o no con los objetivos que se propone en esta institucin.

    No obstante lo anterior, se sigue haciendo psicoterapia en las unidades penales, para

    lo cual se deben sortear mltiples dificultades. Esta

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    carencia de investigacin y sistematizacin al respecto se traduce en que cada psiclogo

    funciona y hace terapia segn su propio modelo terico, lo que considera mejor para el

    paciente, lo que cree que resulta o simplemente con lo que sabe hacer. Entonces variables

    como motivacin del paciente, alianza teraputica y sus rupturas, y el cambio pasan a ser

    slo relevantes en la medida en que se ajusten y sean importantes en el marco del modelo

    terico del profesional psiclogo como sujeto individual, ms no como gremio; lo mismo

    sucede con la evaluacin y medicin de estos elementos.

    Es en este contexto de desinformacin que surge el presente trabajo. Basado en

    aquella lnea de la psicoterapia orientada al cambio, a buscar qu sirve en

    psicoterapia para los distintos pacientes de modo de hacer ms efectivo el proceso

    de terapia, y basado en investigaciones sobre los factores comunes y

    principalmente los factores de la relacin teraputica, en particular la alianza

    teraputica, nacen los siguientes cuestionamientos: Es posible hacer alianza en el

    contexto penitenciario? y de qu manera este contexto afecta el desarrollo de la

    alianza teraputica?

    Lo anterior adquiere relevancia pues en la medida en que podamos obtener informacin

    preliminar al respecto, se puede iniciar un proceso sinrgico en el cual, en este contexto

    de la reclusin, se tome conciencia de la importancia de la Alianza Teraputica en el

    cambio, para posteriormente motivar la bsqueda de mecanismos para facilitar el

    desarrollo de una alianza positiva con los internos dadas las caractersticas propias de

    este sistema, con sus recursos y limitaciones, fomentando como fin ltimo el cambio.

    Adems, es importante destacar que, con el objeto de sobrevivir en este nuevo milenio, la

    psicoterapia como un todo debe ser capaz de documentar que los mtodos empleados por

    los clnicos actualmente otorgan lo que prometen (Duncan & Sparks, 2001);

    Gendarmera no est exenta de sto. De esta manera podra iniciarse un camino de

    sistematizacin acerca de qu sirve y qu no en cuanto a la psicoterapia en el contexto

    penitenciario.

    2. Marco terico

    2.1.- Efectividad en psicoterapia y alianza teraputica

    En el ltimo tiempo, hemos presenciado a nivel mundial, una proliferacin de

    modelos o enfoques de psicoterapia; desde mediados de los aos 60 encontramos

    actualmente ms de 400. No obstante lo anterior, en 30 aos de investigaciones

    basadas en resultados clnicos, no se ha encontrado ninguna

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    Teora, modelo, mtodo o grupo de tcnicas que sea mejor que otro (Duncan &

    Sparks, 2001). Es ms, los datos proporcionados por la investigacin sobre la

    eficacia de los distintos enfoques de psicoterapia demostraron que la mayora de los

    tratamientos estudiados no presentaban grandes diferencias de resultados entre si

    (Lambert & Barley, en Norcross, 2002). En este contexto, los esfuerzos

    investigativos se fueron centrando entonces en aquellos factores comunes a los

    distintos enfoques de psicoterapia.

    Al respecto, cabe destacar el trabajo realizado por Michael J. Lambert, quien hizo una

    revisin de la literatura emprica y propuso 4 factores encargados del cambio en los

    procesos de psicoterapia (Hubble, Duncan & Miller, 2000; Millar, Duncan & Hubble,

    2001; Lambert & Barley, en Norcross, 2002):

    1. Factores extrateraputicos: Se refiere a remisin espontnea, eventos fortuitos en

    la vida del cliente, y red de apoyo con que ste cuenta. Se le atribuye el 40% del

    cambio en psicoterapia.

    2. Modelo y tcnicas: Se refiere a factores especficos al tipo de terapia prescrita, y

    se le asocia el 15% del cambio en psicoterapia.

    3. Las expectativas o placebo: Se refiere a efectos de placebo, la nocin del cliente

    de que est siendo tratado, las creencias del cliente en relacin las tcnicas

    utilizadas y sus resultados; estara encargado del 15% del cambio.

    4. Los factores comunes o variables de la relacin: Se refiere a variables encontradas

    en la mayora de las terapias, independientemente de la orientacin terica del

    terapeuta, y seran responsables del 30% del cambio en psicoterapia. (Lambert &

    Barley, en Norcross, 2002).

    Se centra entonces la atencin en los factores comunes, siendo uno de los ms

    estudiados, la relacin teraputica propiamente tal. Dentro de la relacin teraputica,

    es dificil diferenciar conceptualmente entre variables del terapeuta (por ejemplo, el

    estilo interpersonal, atributos del terapeuta, condiciones facilitadoras en el terapeuta

    como empata y calidez), variables de la relacin cliente-terapeuta (alianza

    teraputica, esfuerzo en el trabajo teraputico), y variables del paciente (como ndice

    de eventos estresantes, relaciones sociales y familiares, y variables intrapersonales).

    Se asume por lo tanto la interdependencia, traslapamiento y naturaleza interrelacional

    de este concepto (Lambert & Barley, en Norcross, 2002).

    La psicoterapia es, en un nivel fundamental, un proceso interpersonal caracterizado por

    la habilidad tanto del terapeuta como del cliente de comprometerse en una relacin

    teraputica (Lambert & Barley, en Norcross,

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    2002). La relacin teraputica podra entonces definirse como "los sentimientos y

    actitudes que terapeuta y paciente tienen el uno hacia el otro, y la manera en que stos

    se expresan" (Norcross, 2002, p.7). Al respecto, Opazo (2001) seala que los posibles

    aportes del paciente y del terapeuta a la psicoterapia, se pueden potenciar o

    empobrecer en funcin de la calidad de la relacin teraputica; en una buena relacin,

    se activan las potencialidades del paciente, se valoran las cualidades del terapeuta, y se

    fortalece entonces el proceso de cambio.

    En la bsqueda de una mejor descripcin de las dinmicas interpersonales entre

    terapeuta y cliente, los investigadores expandieron el concepto de relacin teraputica

    a un concepto denominado Alianza. La alianza teraputica enfatiza la asociacin entre

    cliente y terapeuta para alcanzar las metas del cliente (Duncan, Miller & Sparks,

    2004). En las ltimas tres dcadas, ha surgido gran inters en el concepto de alianza

    tanto entre los clnicos como entre los investigadores, no habiendo hasta el momento

    una definicin de consenso universal de este concepto. Si bien hay aspectos relevantes

    de la definicin que son compartidos, tambin hay diferencias no menos importantes

    entre los autores en cuanto al significado preciso de este trmino (Horvath & Bedi, en

    Norcross, 2002).

    No obstante lo anterior, es interesante destacar a Bordin, quien defini la alianza como el

    acople y la colaboracin entre cliente y terapeuta, e identific tres componentes que la

    configuran (Hubble et. al., 2000; Miller, Duncan & Hubble, 2004; Horvath & Bedi, en

    Norcross, 2002; Safran, Muran, Samtag & Stevens, en Norcross, 2002):

    Acuerdo en las tareas: Se refiere al acuerdo en cuanto a las acciones, actividades especficas (directas e indirectas) y pensamientos que forman parte del trabajo en

    el proceso teraputico y que el paciente debe realizar en beneficio del tratamiento.

    Tanto terapeuta como cliente deben ver estas tareas como importantes y relevantes

    para que exista una alianza teraputica fuerte.

    Acuerdo en los objetivos o metas: Las metas de la terapia consisten en los objetivos del proceso de psicoterapia. Tanto el cliente como el terapeuta deben aprobar y

    valorar las metas acordadas. Duncan, Miller & Sparks (2004) afirman que es

    importante aceptar las metas del cliente, ya que esos son los deseos que motivarn

    al cliente a iniciar una accin en su propio beneficio.

    Vnculo positivo: El vnculo consiste en la cualidad afectiva de la relacin entre

    paciente y terapeuta, manifestado en mutua confianza,

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    confidencialidad y aceptacin. Lambert & Barley agregan que el vnculo incluye el

    apego interpersonal entre terapeuta y cliente basado en la mutua confianza y

    aceptacin (en Norcross, 2002).

    Bordin seala que diferentes tipos de terapias se traducirn en distintas demandas a la

    relacin, por lo que la alianza de trabajo ideal sera diferente entre los procesos

    teraputicos de diferentes orientaciones; propuso adems que a medida que el proceso

    teraputico avanza, la fuerza de una alianza de trabajo se construye y decae segn el

    curso normal de los eventos, siendo la reparacin de las rupturas de la alianza un

    ncleo central de cualquier relacin de ayuda. El vnculo, las tareas y metas, como

    componentes de la alianza, se influyen unas a otras. La cualidad del vnculo media en

    la negociacin y acuerdo sobre metas y tareas, y la habilidad de negociar y acordar

    sobre estos aspectos media a su vez la calidad del vnculo. De esta manera, la

    conceptualizacin de Bordin muestra la complejidad, dinamismo y naturaleza

    multidimensional de la alianza (Horvath & Bedi, en Norcross, 2002; Safran & Muran,

    2000; Safran et. al., en Norcross, 2002). De esta manera, Bordin aport una definicin

    de la alianza de un modo que las principales escuelas teraputicas se sintiesen

    cmodas con un concepto que les fuera comn a todas, si bien se sigue debatiendo

    matices de dicha conceptualizacin segn cada perspectiva terica (Corbella y Botella,

    s.f.).

    Por otro lado, los datos de investigacin han demostrado que la valoracin del cliente

    sobre la alianza tiene mayor peso para la prediccin del resultado final de la

    psicoterapia que la del terapeuta (Duncan & Sparks, 2001; Duncan, Miller & Sparks,

    2004; Duncan, Miller, Rene, Sparks, Claud, Brown & Johnson, 2004; Miller et. al.,

    2001). De lo anterior se desprende que el terapeuta no puede asumir que su evaluacin

    de la calidad del clima del proceso teraputico corresponda a la percepcin que el

    cliente tenga del mismo. Por lo tanto, es fundamental que el terapeuta est atento a la

    alianza desarrollada con su paciente, y que monitoree constantemente su calidad

    (Duncan, Miller, Rene, Sparks, Claud, Brown & Johnson, 2004). Adems, la evidencia

    demuestra que la incorporacin directa del feedback de los clientes, sus percepciones y

    expectativas, favorece una buena alianza teraputica y consecuentemente resultados

    positivos en el proceso de psicoterapia (Duncan, Miller & Sparks, 2004; Hubble et. al.,

    2000; Miller et. al., 2004).

    Dado lo anterior, el poder entonces conocer e influenciar la percepcin del cliente acerca

    de la alianza se transforma en un gran potencial de impacto que el terapeuta puede tener

    en el cambio (Duncan, Miller, Rene, Sparks, Claud,

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    Brown & Johnson, 2004; Duncan, Miller & Sparks, 2004). De esta manera, al incluir

    en la sesin de psicoterapia una evaluacin de la alianza teraputica desde el cliente,

    con el fin de orientar el trabajo teraputico en base a las percepciones de ste hacia

    una mejor alianza, se est fomentando el cambio en psicoterapia. Se hace entonces

    importante la decisin de cmo hacer esta evaluacin y monitoreo de la percepcin del

    cliente de la alianza, para posteriormente iniciar un proceso de ajuste a sta.

    En este contexto, durante los ltimos aos, el equipo del Institute for the Study of Therapeutic

    Change (ISTC) ha trabajado para desarrollar un set de herramientas clnicas que fueran tanto

    aplicables como vlidas y confiables (Miller et. al., 2004). As, Johnson a principios de los

    aos 90 crea the "Session Rating Scale (SRS)" para monitorear los progresos con sus clientes.

    Posteriormente Duncan & Miller implementan esta primera Escala para trabajar la alianza, la

    que aqu es presentada en su versin 3.0 (ver apndice). Esta fue diseada especficamente para

    su uso en sesiones de psicoterapia. Dada la relacin inequvoca entre alianza y resultado en

    psicoterapia, esta ficha fue creada como una breve alternativa a otros instrumentos de

    medicin, con el objetivo de estimular la discusin con el paciente sobre la alianza (Duncan,

    Miller, Rene, Sparks, Claud, Brown & Johnson, 2004; Duncan, Miller & Sparks, 2004).

    La SRS est diseada en base a varias lneas de influencia. Los primeros 3 tems estn

    adaptados de la descripcin que Bordin hace de la alianza. Adems considera la

    perspectiva levemente diferente de Gaston (1990) quien enfatiza que, la congruencia

    entre las creencias del cliente y del terapeuta sobre "cmo las personas cambian en

    terapia", es esencial en una fuerte alianza. El 4 tem de esta encuesta est adems

    influenciado por el anlisis factorial de otras escalas de medicin de alianza y de otros

    2 factores enunciados por Hatcher & Barends (1996): la colaboracin basada en la

    confianza (se refiere al nivel de confianza que tiene el cliente en el terapeuta y el

    proceso de terapia en cuanto a si va a ser til) y la expresin de sentimientos negativos.

    As este tem mide la percepcin del cliente sobre cun buena fue, en trminos

    globales, la sesin para l (Duncan, Miller, Rene, Sparks, Claud, Brown & Johnson,

    2004; Duncan, Miller & Sparks, 2004). Segn Hatcher & Barends, otro factor

    predictivo detrs de la calidad de la alianza es la libertad del cliente de expresar

    sentimientos y reacciones negativas hacia el terapeuta. Este factor sugiere que aquellos

    clientes que expresan incluso bajos niveles de desacuerdo con su terapeuta, reportan

    mayores progresos. En base a lo anterior, la SRS en general se basa en estimular a los

    clientes a identificar problemas en la alianza

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    y explicitar su desacuerdo en relacin al proceso teraputico, de manera que el clnico

    pueda cambiar para ajustarse de mejor manera a las expectativas de su cliente (Duncan,

    Miller, Rene, Sparks, Claud, Brown & Johnson, 2004; Duncan, Miller & Sparks, 2004).

    La SRS traspasa entonces estos conceptos tericos a 4 escalas visuales, de 10 cm. cada

    una, con la instruccin de marcar una cruz en una lnea, hacia la izquierda aquellas

    respuestas negativas, y hacia la derecha las positivas. Basada en un puntaje total de 40

    puntos, un total de 36 puntos o 9 puntos en cualquier escala individual, puede ser

    motivo de preocupacin por parte del terapeuta; los autores entonces aconsejan al

    terapeuta invitar al cliente a hacer comentarios al respecto (Duncan, Miller, Rene,

    Sparks, Claud, Brown & Johnson, 2004; Duncan, Miller & Sparks, 2004; Miller et. al.,

    2004). La SRS puede ser aplicada durante una pausa en la sesin (generalmente

    alrededor de los 45 minutos en la sesin) o al final de la cita, siempre dejando tiempo

    suficiente para discutir en torno a las respuestas del cliente. Los clientes tienden a

    hacer altas evaluaciones de la alianza, por lo que el terapeuta debe asumir un rol ms

    directivo en caso de que se sugiera algn problema (Duncan, Miller & Sparks, 2004).

    De esta manera, la SRS es un instrumento capaz de medir "proceso", es decir el grado

    en que la sesin de psicoterapia contuvo los elementos requeridos para lograr el

    cambio deseado por el cliente y terapeuta. Fue diseada especficamente para

    sensibilizar al terapeuta sobre la percepcin del cliente de la relacin teraputica

    (Miller et. al., 2001). El objetivo de esta medicin de proceso de la alianza es que el

    terapeuta pueda, en base a ella, implementar cambios en el enfoque y/o en su estilo, en

    caso de que el cliente reporte una experiencia negativa al respecto. Si bien no se puede

    esperar de una escala de medicin corta la misma precisin y profundidad de la

    informacin de una escala ms larga, los autores demuestran que la SRS cuenta con

    slida confiabilidad, adecuada validez y alta aplicabilidad (Duncan, Miller, Rene,

    Sparks, Claud, Brown & Johnson, 2004). Al respecto, Miller, Duncan & Hubble

    refieren que la SRS presenta slidas estimaciones de consistencia interna (@=.88) y

    test-retest de confiabilidad (@= .74) (Duncan, Miller & Sparks, 2004; Miller et. al.,

    2004).

    2.2.Psicoterapia en el contexto penitenciario

    Si bien la psicoterapia se desarrolla entre terapeuta y cliente, no lo hace de manera

    descontextualizada o aislada. Por el contrario, se enmarca en un

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    contexto que la tie de ciertas caractersticas, de factores facilitadores y

    obstaculizadores, de recursos y limitaciones. Uno de stos es el medio

    intrapenitenciario, en el cual las caractersticas generales de la reclusin y de cada

    Unidad Penal especfica, junto con particularidades asociadas al tipo de clientes

    (sujeto privado de libertad) y caractersticas especficas del psiclogo o terapeuta

    penitenciario, le dan una identidad particular a la psicoterapia. No obstante otras se

    transforman en claros obstculos al desarrollo del proceso de psicoterapia, por lo que

    se hace interesante detenerse en ellos.

    Uno de stos dice relacin con la sistematicidad de las sesiones. Si bien el psiclogo pudiera

    intentar planificar y dar cierta sistematicidad a la atencin teraputica, sta se ve seriamente

    dificultada por contingencias de distinto orden, las que sern abordadas ms adelante. Dichas

    contingencias se traducen en interrupciones y suspensiones de la atencin ya sea por breves

    momentos hasta incluso algunos meses, y son entendidas en el contexto de ser una institucin

    jerarquizada. Por otro lado, Gendarmera de Chile tiende a funcionar en base a la "reaccin", es

    decir abocndose a tareas o a resolver problemas "urgentes", por lo que es prcticamente

    imposible destinar o calendarizar de un modo relativamente fijo un horario para la psicoterapia.

    Adems, la atencin teraputica, si bien es una de las actividades relevantes es de las menos

    urgentes, por lo que baja su nivel de priorizacin, teniendo que ser constantemente suspendidas.

    Otra dificultad asociada a la psicoterapia, es la baja dotacin de psiclogos en funcin

    del nmero de internos y el sobrecargo de tareas para stos. Lo anterior determina que

    no se puedan tomar todos los casos que solicitan o requieren atencin, y se deba

    priorizar aquellos evaluados como ms urgentes o de mayor riesgo y aquellos que se

    relacionen con algn potencial problema de seguridad al interior de la Unidad. Del

    mismo modo, la frecuencia de las sesiones y la duracin de stas muchas veces no es

    la ptima, transndose en algn grado estas variables a favor de una mayor cobertura.

    Asimismo, las etapas de Mantencin del Cambio y Seguimiento se ven altamente

    mermadas; se suele hacer principalmente Intervencin en Crisis y en la medida en que

    el motivo de consulta est medianamente alcanzado, se tiende a aplazar las sesiones e

    incluso a cerrar los procesos.

    Otro punto a mencionar es que, a pesar de la alta carga afectiva asociadas al tipo de

    casos y al contexto penitenciario, no se suelen realizar actualmente y como norma

    general, reuniones clnicas y de supervisin, ni se han desarrollado estrategias

    sistemticas de autocuidado de los equipos en general

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    y de los psiclogos en particular. Lo anterior contribuye al estrs laboral de los equipos

    profesionales de las reas Tcnicas en general y del psiclogo en particular, cumplindose

    varios de los indicadores asociados al Burn Out tal cual lo describe Ana Mara Arn

    (2001). Al respecto, Ruiz (2001) seala que los psiclogos en este contexto se ven

    enfrentados a estresores particulares, como el dolor humano (a travs de las historias de

    los internos teidas de sufrimiento y abusos), exponerse a la maldad y crmenes

    horrendos ante los cuales el profesional debe sobreponerse y adems mostrarse emptico

    con el interno.

    Cabe sealar adems, la falta de definicin en el rol del psiclogo y sus

    procedimientos de accin, situacin que no es del todo aclarada en el reglamento

    penitenciario, donde se hace mencin slo al informe psicolgico como instrumento de

    valoracin para el otorgamiento de Beneficios Intrapenitenciarios. Refiere que en

    Chile, no existen lineamientos tcnicos que guen el desempeo profesional, lo que

    unido a la falta de definicin en el rol desde un punto de vista normativo, genera

    consecuencias como la falta de homogeneidad en la intervencin. Cada profesional

    debe entonces realizar su trabajo bajo su particular orientacin terica, cindose en la

    prctica a los procedimientos operativos generales que da la institucin, teniendo como

    nica gua el Cdigo Deontolgico de la Profesin (Crdenas, 2004). Esta situacin no

    hace ms que transformarse en otro estresor para el psiclogo, quien debe validar una

    propia definicin de rol en la Unidad Penal particular en que trabaja, en relativa

    desproteccin de instancias superiores.

    Ligado a esta falta de definicin de rol, la atencin teraputica se ve adems

    dificultada por el doble rol que debe cumplir el psiclogo dentro de sus funciones:

    evaluacin y tratamiento. Al respecto, Retamal seala que en el sistema penitenciario

    es posible encontrar dos concepciones, las que han sido sostenidas desde los discursos

    sociales, histricos e institucionales: una centrada en el control y castigo a los reos

    condenados, y otro ms actual que se centra en la reinsercin y/o rehabilitacin de los

    mismos. De estas 2 concepciones se desprenden entonces 2 posturas al interior de la

    institucin: una centrada en el encierro para prevenir la reincidencia, y otra centrada en

    la reinsercin para prevenir la contaminacin crimingena. Dentro de estas 2

    posiciones, el psiclogo se posiciona en la de la reinsercin (Retamal, 2000). Sin

    embargo, una de las principales funciones del psiclogo, la evaluacin, se enmarca

    dentro de la postura del encierro en el sentido que el psiclogo debe contribuir a la

    decisin de mantener el encierro (en el caso de las postulaciones a los Beneficios

    Intrapenitenciarios, Libertad Condicional, Indultos) o de

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    perpetuar condiciones de vida asociadas a ste (en el caso de postulaciones a traslado

    de Unidad). De esta manera el psiclogo debe combinar una actitud que favorezca la

    apertura y confianza del interno para la atencin teraputica v/s una actitud centrada en

    "combatir" la deseabilidad social y el esfuerzo de los internos de mostrar y ocultar la

    informacin que creen que se requiere para conseguir lo que solicitan.

    Descripcin de posibles contingencias que pudieran afectar el desarrollo de las

    sesiones de atencin teraputica.

    El desarrollo de una sesin de psicoterapia en el contexto penitenciario,

    especficamente en el C.C.P. Colina II, puede estar afectado por mltiples

    contingencias, algunas de las cuales se describen a continuacin y que estn

    plenamente validadas en trminos de la cultura institucional:

    La sesin puede ser interrumpida, ya sea por un llamado telefnico desde el interior y/o exterior de la Unidad Penal. Del mismo modo puede ser interrumpida por el

    ingreso a la oficina de algn funcionario uniformado, por alguna jefatura, algn

    profesional, y por internos, con diversidad de motivos. La existencia de estas

    contingencias est validada por motivos de seguridad para el personal; es decir,

    por seguridad, y para prevenir y enfrentar potenciales problemas de seguridad

    incluso para el profesional, ste debe "estar disponible" y en un espacio y tiempo

    "no restringido".

    Suspensin de una sesin planificada por diversos motivos: llamado a reunin (Reunin Tcnica, Consejo Tcnico, Tribunal de Conducta). Muchas veces estas

    reuniones no son planificadas ni agendadas con anticipacin y el profesional es

    citado en el momento mismo de su realizacin. Del mismo modo, la sesin puede

    ser suspendida por ser enviado en "Cometido Funcionario" a alguna actividad

    fuera de la Unidad Penal, o por ser enviado a algn Curso de Capacitacin.

    Finalmente, la sesin puede ser suspendida por algn operativo al interior de la

    Poblacin Penal, el cual atrasa el desencierro de los internos incluso por varias

    horas. Muchas veces estas situaciones son imprevistas por lo que el terapeuta no

    logra reorganizar ni acordar una nueva sesin con el interno.

    Interrupcin y suspensin de la sesin: En ocasiones se conjugan los 2 puntos anteriores, por lo que no se logra un adecuado desarrollo de la sesin, ya que sta

    debe ser finalizada independientemente de los objetivos planificados y de lo que el

    terapeuta considera teraputico para cada paciente.

  • 383

    Atraso de la atencin: la sesin puede comenzar con considerable tiempo de atraso. Esto puede deberse a que el terapeuta debe participar en alguna reunin o por la

    ocurrencia de algn operativo al interior de la Unidad.

    De esta manera, dichas contingencias afectan el normal desarrollo de la sesin

    teraputica, afectando por lo tanto los objetivos planificados para la sesin y el clima de

    sta, as como el desarrollo del proceso teraputico propiamente tal.

    3. Metodologa

    1.- Muestra

    La muestra consta de 4 procesos teraputicos, con internos condenados del

    C.C.P. Colina II, que solicitan espontnea y voluntariamente atencin, durante el ao

    2005.

    2.- Instrumento

    Para evaluar la Alianza Teraputica, se utiliz la Sesion Rating Scale 3.0

    (SRS; ver anexo l). Complementariamente, en cada sesin se llen una Ficha de

    Contingencias (ver Anexo II) en la que se cuantificaron las contingencias ocurridas

    durante la sesin.

    3.-Prodedimiento Al final de cada sesin se aplic la SRS, cuya informacin fue

    usada

    para evaluar la Alianza Teraputica y para estimular feedback directo del interno en

    relacin a los distintos tems que la componen, siempre y cuando esto pareci

    pertinente al proceso de psicoterapia particular. Paralelamente, durante la sesin, se

    fue consignando las contingencias ocurridas durante sta.

    4. Resultados

    Caso N1

    N DE SESIONES SES. SES. SES. SES. SES. SES.6 SES. SES. SES. 5.10 SES. SES.

    1 2 3 4 5 7 8 9 11 12 RELACION CON 10 .7

    9.7 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10

    EL TERAPEUTA M

    ETAS Y

    6 2.7 10 9 10 10 10 10 10 10 10 10

    SUNTOS ENFOQUE 9 9.8 1 10 10 10 10 10 10 10 10

    GLOBAL 8.7 7.3 9.3 9.8 10 10 10 10 10 :

    ti 10 10

    ., SUMATORIA 33.7 29.5 39.3 38.8 40 40 40 40 40 40 40 40

    4

    1

  • 384

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    N DE SESIONES S.1 S.2 S.3 S.4 S. S.5 S. S.6 S. S.7 S.8 S.9 8(10 S.1 S. S.

    (5) (6) (7) ) 0 11 12

    INTERRUPCION 2 3 1 3 0 1 0 3 0 3 1 7 0 2 2 1

    SUSPENSION 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0

    z INTERR

    Y SUSP

    0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 .

    .

    ATRASO 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0

    OTROS 0 1 1 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0

    Las sesiones puestas entre parntesis (), son sesiones que fueron suspendidas sin llegar a recibir al interno en la oficina, por lo que no les fue aplicada la SRS.

    En el presente grfico se aprecia que, en la la sesin, la evaluacin de alianza alcanza

    en su sumatoria, un puntaje bajo lo aceptable, destacando principalmente la baja

    evaluacin en el tem Metas y Asuntos; durante esta sesin, los cuadros muestran la

    presencia de 2 interrupciones. En la sesin N2, se evidencia que la evaluacin general

    de la alianza por parte del paciente, baja a niveles crticos, siendo sta mayor en cuanto

    al tem Metas y Asuntos; durante esta sesin ocurrieron 3 interrupciones, la sesin

    comenz con 20 minutos de retraso, y durante la sesin tocaron la puerta sin entrar ni

    contestar (consignado como Otros). En la sesin N3, 3 tems alcanzan valores

    mximos, salvo el tem Global, que logra un puntaje aceptable; se observa la

    ocurrencia de 1 interrupcin, adems de que la sesin debi ser cerrada

    prematuramente (consignado como Otros). En la sesin N4, vuelve a disminuir la

    evaluacin de la alianza, si bien en menor grado, mantenindose en rangos aceptables

    y afectando principalmente el tem Metas y Asuntos; esta sesin tiene por

    contingencias la ocurrencia de 3 Interrupciones. Desde la sesin N5, la evaluacin de

    la alianza alcanza un puntaje mximo en todos sus tems,

  • 385

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    independientemente de las contingencias ocurridas tanto durante la sesin, como entre

    sesiones (consignado como Suspensiones). Al respecto, la 5 sesin fue suspendida en

    1 ocasin antes de realizarse, al igual que las sesiones N6, 7 y 10. Adems cada

    sesin tuvo al menos 1 interrupcin, llegando en la sesin N9 a 7 interrupciones. La

    sesin N 8 adems comenz con retraso, y la sesin N 9 fue cerrada

    prematuramente.

    Se observa entonces que las contingencias parecen ser relevantes entre la 1 y la 4

    sesin, teniendo un impacto significativo en la evaluacin de la Alianza Teraputica.

    Se infiere adems cierta correlacin entre puntaje de evaluacin de la Alianza

    Teraputica, y frecuencia y tipo de contingencia. A partir de la 3 sesin, la

    ocurrencia de contingencias parece tener un menor impacto, pues si bien parecen

    afectar el puntaje en la evaluacin de la Alianza Teraputica, stos siguen siendo

    considerados como "aceptables", a diferencia de las dos primeras sesiones. A partir de

    la 5 sesin, la ocurrencia de contingencias no parece afectar el desarrollo de la

    Alianza Teraputica, obtenindose puntaje mximo en su evaluacin a pesar tanto de

    la frecuencia de las contingencias como del tipo de stas.

    Caso N2

    NDE SESIONES

    SES. 1 SES. 2 SES. 3 SES. 4 SES. 5 SES.6 SES. 7

    RELACION CON TPA 10 7.5 9.7 9.8 10 10 10

    METAS Y ASUNTOS 10 7.4 9.5 9.8 10 10 10

    ENFOQUE 10 10 9.5 9.8 10 10 10

    GLOBAL 9

    7

    9

    5

    6

    9

    9

    8

    10 10 10 . . . . SUMATORIA 39.7 34.4 38.3 39.2 40 40 40

    NDE SESIONES

    S.1 S. 2 S. 3 S. 4 S. (5) S.S N. A. S. 6 S. 7

    INTERRUPCION 4 3 2 2 0 1 2 3

    SUSPENSION 0 0 0 0 1 0 0 0

    INTERR. Y SUSP. 0 0 0 0 0 0 0 0

    ATRASO 0 0 0 0 0 0 0 OTROS 0 1 0 0 0 0 0

    Las sesiones puestas entre parntesis o, son sesiones que fueron suspendidas sin llegar a recibir al interno en la oficina, por lo que no les fue aplicada la SRS. Las columnas N.A. se refieren a la no asistencia de los internos a sesin, ya sea por factores relacionados con el interno y su voluntad de asistir, como con variables asociadas a la seguridad de la Unidad Penal.

    4

    3

  • 386

    En este caso se observa que, en la la sesin, la alianza es evaluada con puntaje mximo

    en 3 de sus tems, salvo el tem Global, el que es puntuado cercano al mximo, a pesar

    que durante la sesin ocurrieron 4 interrupciones. Luego se aprecia una baja

    importante en la evaluacin de la alianza en la 2 sesin, principalmente en los tems

    Relacin con el Terapeuta y Metas y Asuntos. Cabe sealar que durante esta sesin

    ocurrieron 3 interrupciones, dos de ellas en momentos de alta exposicin afectiva del

    interno. Asimismo, la sesin fue cerrada prematuramente (consignado como Otros). En

    la 3 sesin remonta la evaluacin de la alianza a niveles aceptables, tanto en su

    sumatoria como en los distintos tems que la conforman, a pesar de que la sesin sufri

    dos interrupciones. A partir de esta sesin comienza a aumentar sostenidamente la

    evaluacin de la Alianza Teraputica. En la sesin N4, se observa un leve aumento de

    la evaluacin de la alianza en cada tem, si bien en 2 ocasiones la sesin fue

    interrumpida. A partir de la sesin N5, la evaluacin de la alianza teraputica alcanza

    valores mximos a pesar de las contingencias ocurridas; hubo al menos una

    contingencia (Interrupcin) en cada sesin, adems de la suspensin de una cita. Se

    observa una inasistencia, la que posteriormente fue justificada por el interno por la

    adhesin a una huelga de hambre colectiva de su dependencia. No obstante, una vez

    depuesta sta, logra acceder al rea Tcnica para solicitar una nueva hora.

    Se infiere entonces que, en este caso, a partir de la 5 sesin las contingencias (tanto

    frecuencia como tipo de stas) no parecieran tener impacto en la evaluacin de la

    Alianza Teraputica por parte del paciente. En cuanto a las primeras cuatro sesiones,

    las contingencias parecieran tener cierto impacto en la evaluacin de la Alianza

    Teraputica, pero en una evolucin distinta al caso

  • 387

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    anterior. En este caso, se parte desde un puntaje mximo en la evaluacin de la

    Alianza Teraputica en la 1 sesin a pesar de 4 Interrupciones, para bajar

    significativamente a niveles bajo lo deseable en la 2 sesin a pesar de una

    disminucin en las Interrupciones pero con un cierre prematuro de la cita, para

    proceder a aumentar en la 3 y 4 sesin a niveles aceptables. En stas ltimas, a pesar

    de tener la misma cantidad y tipo de contingencias, se obtiene una distinta evaluacin

    de la Alianza Teraputica siendo la 4 sesin mejor evaluada en su sumatoria por 0.9

    puntos.

    Caso N3

    N DE SESIONES SES. 1 SES. 2 SES.3 SES. 4 SES. 5

    RELACION CON 10 10 10 10 10

    TPA

    METAS Y 10 9.7 10 10 10

    ASUNTOS ENFOQUE 10 9.8 9.2 10 10

    GLOBAL 10 9.8 10 10 10

    .. SUMATORIA 40 39.3 39.2 40 40

    NDE SESIONES

    S.1 S.2 S.3 S.(4) S.4 S.(5) S.S

    INTERRUPCION 0 0 2 0 2 0 1

    SUSPENSION 0 0 0 1 0 1 0

    INTERR. Y SUSP. 0 0 0 0 0 0 0

    ATRASO 0 0 0 0 0 0 0

    OTROS 0 1 0 0 0 0 0

    Las sesiones puestas entre parntesis 0, son sesiones que fueron suspendidas sin llegar a recibir al interno en la oficina, por lo que no les fue aplicada la

    SRS.

    4

    5

    0 30

    25 0

    V 20

    1

    5

    yo~

    1

    0

    4

    5

  • 388

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    En el presente caso, se observa que durante todo el proceso teraputico el interno

    evala la alianza con altos puntajes, obteniendo incluso puntajes mximos en las

    1, 4 y 5 sesiones, a pesar de que salvo en la sesin N1, en cada sesin

    ocurrieron contingencias, e incluso tanto la 40 como la 5 sesin fueron

    suspendidas una vez. Tanto en la 2 como en la 3 sesin, se evidencia una baja

    poco significativa en la evaluacin de la alianza, conservando rangos aceptables, y

    presentando cada una de ellas al menos una contingencia. En la sesin N2, la

    contingencia implicada se relaciona con el acuerdo entre paciente y terapeuta de

    suspender la atencin teraputica por motivo de operativo Ley N 19.856, por un

    lapso aproximado de 3 meses. Los tems afectados son Metas y Asuntos, Enfoque

    y Global. En la sesin N3 se retorna la atencin teraputica luego del lapso de

    tiempo ya aludido, siendo evaluada la alianza con puntaje mximo en 3 tems y

    con un puntaje aceptable en tem Enfoque.

    Se infiere en este caso, que el tipo y frecuencia de las contingencias pudieran tener

    impacto en la evaluacin de la Alianza Teraputica hasta la 3 sesin, si bien este

    impacto pareciera ser menor, considerando el puntaje en la evaluacin de la Alianza

    Teraputica y el tipo de contingencia mencionada. A partir de la sesin N4, las

    contingencia no parecen afectar el puntaje en la evaluacin de la Alianza Teraputica.

    Caso N4

    N DE SESIONES

    SES. 1 SES. 2 SES. 3 SES. 4 SES. 5 SES.6 SES. 7

    RELACION CON TPA 10 10 10 10 10 10 10

    un METAS Y ASUNTOS 10 10 10 10 10 10 10

    ENFOQUE 10 10 10 10 10 10 10

    GLOBAL 10 10 10 10 10 10 10 SUMATORIA 40 40 40 40 40 40 40

    NDE SESIONES

    CONTINGENCIAS S.

    S.l N.A. S.2 S.3 S.4 S.(5) N.A. N.A. S.S S.6 S.7

    INTERRUPCION 0 4 0 1 0 0 2 1 0

    SUSPENSION 0 0 0 0 1 1 0 0 0

    INTERR. Y SUSP. 0 0 0 0 0 0 0 0 0

    ATRASO 0 0 0 0 0 0 0 0 0

    Z

    C OTROS 0 0 0 0 0 0 0 0 0

    Las sesiones puestas entre parntesis 0, son sesiones que fueron suspendidas sin llegar a recibir al interno en la oficina, por lo que no

    les fue aplicada la SRS.Las columnas N.A. se refieren ala no asistencia de los rolemos a sesin, ya sea por factores relacionados con el interno y su voluntad de

    asistir, como con variables asociadas a la seguridad de la Unidad Penal.

    4

    6

  • 389

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    Caso

    N4

    SES. N^t SES. N2 SES. N^3 SES. N-4 SES. N^5 SES. N^6 565. N% N de

    sesiones

    En este caso, se aprecia una evaluacin mxima de la alianza teraputica en todas las sesiones

    (7), y en cada tem independientemente de las contingencias ocurridas durante la sesin o entre

    sesiones, o de que no haya contingencia alguna (como ocurri en las sesiones N1, 3 y 7). Al

    respecto, cabe sealar que en la sesin N2 hubo 4 interrupciones, y la sesin N5 fue

    suspendida en 2 oportunidades. Adems en interno deja de asistir en 3 ocasiones. Es importante

    destacar que entre la 4 y 5 sesin pas cerca de un mes, entre suspensiones e inasistencias. Se

    observa por lo tanto que la ocurrencia o no de contingencias entre sesiones o en una misma

    sesin no tendran impacto en la evaluacin de la Alianza Teraputica.

    5. Conclusiones

    En funcin de los datos descritos anteriormente, es posible entonces inferir primero que nada,

    que es posible hacer alianza teraputica en el contexto penitenciario, y que en su desarrollo,

    la ocurrencia de contingencias tal cual estn descritas, durante o entre sesiones, tendra un

    impacto ms bien menor en la evaluacin de la Alianza Teraputica realizada por los internos.

    Este bajo impacto de las contingencias en la evaluacin de la Alianza Teraputica pareciera, no

    obstante, ser un poco ms significativo al principio del proceso teraputico, es decir, en las

    primeras 4 o 5 sesiones, independientemente del nmero de sesiones posteriores que involucre

    dicho proceso. Al respecto, es posible plantearse algunas hiptesis:

    4

    7

  • 390

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    1. Vnculo Terapeuta - Paciente

    Dado que el vnculo paciente-terapeuta comienza a construirse desde la 1 sesin

    o desde la pre-entrevista (en los casos en que exista), pudiera ser que a partir de

    la 5 sesin se podra lograr un vnculo tal que "amortiguara" o "mediara" el

    posible impacto de las contingencias, de manera que no alcanzaran a

    transformarse en tensiones o rupturas de la Alianza Teraputica; por el contrario

    este efecto mediador pudiera potenciar e incluso favorecer el desarrollo de stas.

    Podramos as observar lo sealado por Safran & Muran (2000), acerca de la

    interdependencia de los factores tcnicos y relacionales en psicoterapia, en la cual

    cualquier intervencin puede tener un impacto positivo o negativo en la calidad

    del vnculo entre paciente y terapeuta, dependiendo del sentido que le d el

    paciente; recprocamente, una intervencin puede ser experienciada como ms o

    menos facilitadora por el paciente dependiendo del vnculo preexistente. Es

    posible pensar entonces que, dado que en las primeras 3 a 4 sesiones se est

    iniciando el proceso de construccin del vnculo entre paciente y terapeuta, ste

    sera menos capaz de amortiguar la ocurrencia de contingencias que en etapas

    posteriores del proceso, cuando el vnculo estara ms fortalecido, cuando se da el

    caso.

    Cabe sealar que es este mismo vnculo y su calidad el que permitir, por otro

    lado, mayor honestidad en la evaluacin de la Alianza Teraputica por parte del

    paciente v/s responder conforme a la deseabilidad social o v/s la

    instrumentalizacin de la relacin teraputica para otros fines dado el doble rol

    del psiclogo. Es decir, mejor calidad de vnculo podra determinar mayores

    niveles de honestidad por parte del paciente, y por lo tanto, una evaluacin de la

    alianza, a lo mejor con puntajes algo menores, pero tambin ms ajustados a la

    experiencia del paciente. En el caso opuesto, al estar ms debilitado el vnculo

    paciente-terapeuta, la evaluacin de la Alianza Teraputica por parte del

    paciente puede estar ms afectada por la intencin del paciente de dar una mejor

    imagen de si mismo o mantener una buena relacin con el terapeuta. Esta es una

    estrategia de adaptacin muy comn, y por cierto vlida, en el contexto

    penitenciario, ya que el mismo psiclogo que hace hoy de terapeuta, maana

    puede ser evaluador para fines relevantes para la poblacin penal, como

    postulacin a traslados o a beneficios.

    Tampoco debemos olvidar que la evaluacin de la Alianza Teraputica no depende

    exclusivamente de las contingencias, sino adems de otros factores y variables

    dependientes del paciente, del terapeuta y de la relacin. Los casos

    4

    8

  • 391

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    implicados en esta muestra no son la excepcin, lo que se transforma en un fondo o

    contexto en el cual hacen figura los contenidos aqu expuestos.

    2. Contingencias y medio intrapenitenciario.

    El bajo impacto de las contingencias en la evaluacin de la Alianza Teraputica por

    parte de los internos, pudiera relacionarse tambin con el nivel de contingencias y/o

    estresores propios del contexto penitenciario, tanto asociado al proceso de psicoterapia

    propiamente tal, pero tambin a cada una de las actividades y rutina diaria de los

    internos. Es posible plantear que los internos viven, durante su reclusin y segn las

    distintas unidades penales, con un nivel basal de contingencias bastante mayor o

    bastante ms estresante que el tipo de contingencias descritos en la ficha pertinente,

    asociado a que su integridad fsica y psicolgica pudiera estar permanentemente

    amenazada, debiendo adoptar entonces constantemente una postura "hiperalerta" para

    poder adaptarse. Frente a lo anterior, elementos como interrupciones, suspensiones y

    atrasos pudieran no ser tan significativos para ellos o tener menor impacto, al menos

    en la construccin de un vnculo entre ellos y el terapeuta, y por tanto, en su

    evaluacin de la Alianza Teraputica.

    3. Contingencias v/s expectativas de la terapia.

    Muchas veces las expectativas sobre la terapia, al menos en un inicio del proceso, para

    algunos internos es "desahogarse", "salir del mdulo", "conversar con alguien

    diferente". Ante esto, contingencias del tipo interrupciones, atrasos o cierres

    prematuros pudieran tener un impacto menor en la evaluacin de la Alianza

    Teraputica, pues no interferiran significativamente con este tipo de expectativas. Por

    otro lado, para muchos internos, ste es su primer acercamiento a la atencin

    psicoteraputica e incluso primer contacto con algn psiclogo intra y

    extrapenitenciariamente, no conociendo tal vez condiciones ideales, asumiendo la

    ocurrencia de contingencias con mayor naturalidad, y por tanto, menor impacto.

    Asimismo, estas contingencias, al ser similares o congruentes con el resto de las

    atenciones sociales, laborales, educacionales, religiosas, deportivas y recreativas,

    pudieran ser aceptadas y de alguna manera "normalizadas", influyendo asimismo en

    las expectativas de los internos en cuanto a la atencin psicoteraputica y en lo que en

    ella pudiera suceder. Adems, el proceso de psicoterapia puede traer secundariamente

    algunos beneficios para el reo, como la posibilidad de salir del mdulo, lo que muchas

    veces involucra comunicarse con otro interno, conseguir alimentos, cigarrillos u otros

    insumos. As, las

  • 392

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    contingencias como interrupciones, suspensiones o atrasos, no parecieran afectar o

    dificultar significativamente, cumplindose de alguna manera estas "motivaciones

    secundarias".

    4. Definicin de contingencias.

    Pareciera ser que la definicin de lo que es o no contingente para determinado interno

    no puede ser definido a priori ni por el terapeuta ni por algn observador. Las

    contingencias parecen ser un elemento ms bien subjetivo, por lo que deberan ser

    definidas por cada paciente en particular, as como su peso relativo como elemento

    dificultador del proceso de psicoterapia. Esto es congruente con lo planteado por

    Hubble et. al. (2000), en cuanto a que los factores de la relacin percibidos por el

    cliente, se asocian en mayor medida a resultados positivos en psicoterapia, que

    percepciones objetivas de la relacin. Entonces sucedera lo mismo para las

    evaluaciones de las contingencias con pretensiones de ser "objetivas". Lo anterior

    confirma la importancia de centrarse en la visin del paciente de la alianza, sus

    elementos facilitadores y obstaculizadores. En este sentido, una de las debilidades de

    este trabajo es que las contingencias estn definidas desde el terapeuta, el que est

    inmerso y determinado por cierta cultura institucional, sus usos y costumbres, lo que

    contrasta con su acervo terico y formacin en lo relacionado con la terapia. Se abre

    entonces una brecha entre "lo ideal" y "lo factible", al menos actualmente, lo que

    influy en la presente definicin de contingencias. Como psiclogos hemos aprendido,

    desde la teora, lo esperable en un proceso teraputico, principalmente en aquellos

    temas relacionados con el encuadre, por lo tanto, tenderamos a pensar que el no logro

    de ciertas condiciones esperables en un proceso teraputico, entre ellas un encuadre al

    menos cercano a lo planteado por la teora como deseable, pudiera afectar el

    establecimiento y evolucin de una adecuada Alianza Teraputica. Otra posibilidad

    pudiera ser que el terapeuta, al ser parte del "sistema" o de esta cultura institucional se

    sienta de alguna manera responsable de estas contingencias o de no poder

    modificarlas, sintiendo por tanto, que su impacto en la evaluacin de la Alianza

    Teraputica es mayor.

    En funcin de lo anterior, es posible plantear que tales contingencias s pueden afectar

    el desarrollo de la Alianza Teraputica, pero desde el punto de vista del terapeuta, en

    cuyo caso hubiera sido interesante aplicar la SRS tanto a paciente como terapeuta,

    cotejndolos, y/o retomar un estudio de este tipo considerando qu es contingencia

    para cada paciente en particular, para desde ah poder evaluar su impacto.

    5

    0

  • 393

    I

    Se esbozan adems nuevos desafios, en la medida en que Gendarmera se interese por

    fomentar procesos de psicoterapia ms exitosos. Esta institucin necesita iniciar un

    camino de cambio en distintas reas, las que implican en algunos casos

    modificaciones ms bien accesorias, pero en otros, cambios de tipo estructural o de la

    cultura institucional.

    Dos reas importantes de intervenir son:

    1. La figura del Psiclogo Penitenciario: formacin, supervisin y actividades de

    auto-cuidado.

    Dada la poca claridad en la definicin del rol y funcin del psiclogo en Gendarmera,

    y dada la importancia del desarrollo de la figura del terapeuta como agente importante

    en la construccin de Alianza Teraputica con el paciente, se hace necesario que el

    Psiclogo Penitenciario avance en la validacin de su rol como uno especfico y

    particular, y por lo tanto sea formado en esta rea, tanto a nivel de formacin

    universitaria (pregrado y principalmente posgrado), pero tambin a nivel de una

    induccin sistemtica y seria por parte de Gendarmera de Chile. Esta formacin debe

    abarcar no slo contenidos; es tambin fundamental la formacin de la persona del

    Terapeuta Penitenciario. Es tambin esencial la existencia de instancias de

    supervisin, donde el terapeuta pueda ser contenido y guiado.

    Es esencial tambin el auto-cuidado del Terapeuta Penitenciario. Cuando el terapeuta

    se estresa, cansa o padece el sndrome de bum - out, la primera habilidad que sufre es

    su capacidad de empatizar con el cliente y expresar calidez y comprensin (Hubble et.

    al., 2000). En la misma lnea, se ha visto que la habilidad del terapeuta para

    relacionarse de manera emptica y genuina con sus pacientes es muchas veces

    reducida por caractersticas del contexto, como aumento en los nmeros de casos, bajo

    reembolso por hora, aumento del trabajo administrativo entre otros. Estos estresores

    laborales podran dificultar el desarrollo de estas habilidades y dificultar el desarrollo

    de una alianza positiva, minando as el progreso teraputico. En Gendarmera, es

    posible identificar todos estos estresores, y se agregan otros asociados al tipo de

    poblacin, lo que implica que esta institucin necesita, por un lado, implementar

    estrategias de uso ms adecuado de sus recursos humanos (en particular del

    profesional psiclogo), y por otro, mejorar sus condiciones laborales. Pero tambin es

    necesario que los psiclogos penitenciarios, como gremio, comencemos a validar,

    defender y hacer uso de espacios destinados al

    5

    1

  • 394

    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    auto-cuidado. Es decir, este es un trabajo sinrgico entre la jerarqua superior de la institucin y

    los profesionales psiclogos propiamente tal.

    2. La figura del paciente: validacin.

    Con el objetivo de fomentar el desarrollo de la Alianza Teraputica en el contexto

    penitenciario, Gendarmera de Chile debe tambin enfrentar desafios en relacin al paciente,

    especficamente a la validacin del interno como parte esencial en la relacin teraputica.

    Duncan, Miller & Sparks (2004) aluden a esta validacin del cliente, como el proceso a travs

    del cual el terapeuta respeta la lucha o esfuerzo del cliente como importante, y acepta, cree y

    considera los pensamientos, sentimientos y conductas del cliente como entendibles dadas las

    circunstancias especficas. Se refleja as una genuina aceptacin del cliente y una bsqueda

    emptica por la justificacin de la experiencia del cliente. El terapeuta legitima el marco de

    referencia del cliente y reemplaza la invalidacin que puede ser parte de ella. Esto adquiere

    relevancia con reos, quienes por la comisin de delitos son invalidados en principio ya por la

    sociedad, y muchas veces se considera que el sufrimiento producto de la reclusin es parte de la

    sancin impuesta. No obstante, la ley determina que el nico derecho del cual es privado un

    reo, es el derecho a la libertad; la invalidacin del interno se traduce as en una doble condena.

    Esta aceptacin y validacin del interno como paciente se ve tambin interferida de alguna

    manera por el doble rol del psiclogo, donde la empata y aceptacin es relevante en un

    contexto teraputico, pero no as (o al menos no en esa proporcin) en un contexto evaluativo,

    siendo muchas veces dificil para el Terapeuta Penitenciario, el cambio de mirada de un

    contexto a otro. La aceptacin y validacin del cliente tambin se relaciona con los objetivos de

    la terapia. Segn mi experiencia, como terapeuta debemos lidiar entre las metas de la

    institucin, las del interno y las propias. Para el desarrollo de una alianza teraputica, tenemos

    que partir respetando lo que el cliente quiere (conservando lmites mnimos). La mayora de las

    veces, su motivacin y objetivo es bsica (por ejemplo, poder desahogarse) lo que no es el

    objetivo principal de Gendarmera (que es la rehabilitacin), y a veces no tanto el del terapeuta

    Finalmente, a pesar de todas las dificultades encontradas y de todos los desafios que

    quedan planteados, podemos igualmente reafirmar no slo que "es posible hacer

    psicoterapia en el contexto penitenciario", sino que sta es tan necesaria y deseable

    como en cualquier contexto donde hay un otro que sufre y que necesita ayuda. Sin

    embargo debemos, como Terapeutas Penitenciarios,

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    REVISTA DE ESTUDIOS CRIMINOLGICOS Y PENITENCIARIOS

    darle una identidad a sta, asumir sus similitudes y diferencias con otros contextos

    clnicos, potenciar sus fortalezas e intentar superar en algn grado sus debilidades, y

    principalmente entenderla como un tipo de especializacin que, por cierto, requiere

    tambin una formacin especfica en alguna medida.

    Se esboza entonces un camino para el Psiclogo Penitenciario, en el cual el presente

    trabajo pretende ser al menos una pequea contribucin. As, aludiendo a Redondo

    (1995), se pretende defender la necesidad de trabajar para obtener "lo mejor" de "lo

    posible" en las presentes circunstancias (en Clemente y Nez, 1997).

    6. Referencias

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