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UNIVERSIDAD DE OCCIDENTE
Integrantes:
Ochoa González Mariana Isabel 1040703
Urquiza Hernández Alí Azucena 1041112
Uriarte Heras Nayeli 1040397
Alarcón Salazar Stephanie 1041009
Materia: Desarrollo psicológico II
Profesora: Claudia Bernal Acosta
Bibliografía: Psicopatología del adolecente. Autor: José de Jesús González
GRUPO: D-103
Este trastorno se debe a la incapacidad de establecer y
mantener relaciones interpersonales, ya que estas personas
solo tratan de buscar el beneficio inmediato sin importarles
afectan los intereses de los demás, también buscan satisfacer
sus necesidades sin importarles las reglas sociales o morales:
su conducta se orienta a evitar el displacer o la frustración que
ocasionaría no satisfacer alguna de sus necesidades.
PSICOPATÍA EN LA
ADOLESCENCIA Trastorno
psicopático,
sociopático,
antisocial.
LOS PSICÓPATAS
PERFIL PSICÓPATA
El conflicto central del psicópata se
establece entre el yo y el súper yo,
en esta ultima instancia no se
desarrolla ni concuerda con las
normas sociales, pero tampoco se
fomentan ideales yoicos y sus
ideales se reducen solo a la
satisfacción inmediata de sus
necesidades, sin tomar en cuenta
las relaciones con los que le
rodean.
La psicopatía se desarrolla desde los
primeros años de vida del niño. El
pequeño siente que su madre debe
satisfacer todas sus necesidades de
inmediato. Cuando se le frustra o se
le aplaza la satisfacción, la madre
intenta compensar la demora.
De esta forma aunque haya llorado o
reaccionado con su berrinche, obtiene
lo que desea: con esto aprende que lo
importante es obtener lo que se desea,
sin importar el medio y no confía en que
sus padres lo aman y siente que el
tiene que buscar la manera de obtener
lo que necesita. Los padres de estos
niños satisfacen algunas necesidades,
pero descuidan otras: por tanto, el
pequeño no desarrolla una confianza
básica.
Todas las personas muestran
algunos rasgos psicópatas como
no devolver el cambio, no
respetar los altos o el copiar un
trabajo. Se considera una
personalidad psicopática cuando
estos mecanismos son
cardinales (lo principal) para la
adaptación de la persona.
Un ejemplo es el de un niño a quien le
prometen llevarlo de paseo; el niño espera que
le cumplan la promesa, pero el padre no lo
hace y al día siguiente, en compensación, le
compra juguetes y lo deja que falte a la escuela
para que se divierta con ellos. De esta forma
los padres fomentan la psicopatía y una
conducta anormal, no facilitan la tarea de
diferenciar lo bueno y lo malo ni le transmite un
claro mensaje de aceptación.
EMPRESAS MZ (CALIBRE 50)
Tales padres pueden alentar a sus hijos la ilegalidad que les esta prohibida a ellos como adultos, de manera inconsciente actúan por intermedio de sus hijos.
Cuando la madre no tiene fe en su capacidad para controlar sus propios impulsos, no puede tener mucha esperanza de que su hijo logre controlarse.
La actitud de los padres es ambivalente debido a sus propios sentimientos de culpa; aunque aparentemente reprenden las conductas inadecuadas de sus hijos, en un nivel inconsciente las aprueban.
Quizá el padre reprenda a su hijo por una travesura, pero al mismo tiempo se alegra por la creatividad y valentía del niño, de tal modo que el niño tiene una confusión de si esta bien o mal lo que hizo.
Además los padres por medio de la identificación con el niño, sutilmente transmiten su temor o indisponibilidad a tolerar la fuerza de sus propios impulsos.
La personalidad de los padres y educadores que le temen a sus propios impulsos se reconoce por la indebida aspereza con la que reprimen la manifestación de los impulsos del niño; hay temor en el adulto de que el acto del niño pueda provocar un desencadenamiento de sus propios impulsos reprimidos.
Los padres y los jueces severos son los que temen a si mismos y dictaminan castigos de acuerdo con el grado de ansiedad que despierta en ellos el sentimiento original al que refleja el ofensor.
La incoherencia de la severidad y la indebida permisividad reflejan la debilidad del yo de los padres.
El niño no interpreta la lenidad (blandura, falta de severidad) de los padres como signo de amor o respeto sino lo percibe su actitud como un indicio de debilidad y cierta falta de interés por el.
En la lucha por lograr la verdadera disciplina, es decir el control ejercido por fuerzas interiores y no por fuerzas exteriores, es preciso que se presente una identificación positiva con la persona restrictiva.
Es necesario, como primer paso en la transmisión de las normas de disciplina, ayudar a fortalecer y apoyar a su Yo inmaduro, en sus esfuerzos por tolerar las tensiones del instinto sin descarga inmediata; esta es la zona donde tantos padres fracasan. La relación madre-hijo de este tipo de personas
no se encuentra en armonía, pues la baja tolerancia a la frustración por parte del sociópata ocasionara que los esfuerzos de la madre para alimentarlo y confortarlo nunca sean suficientes.
Por lo que el pequeño en vez de responder con gratitud y demostrando placer por los cuidados de la madre que refuercen su labor maternal, reacciona con disgusto y la madre percibe al niño como rechazarte.
Los padres frecuentemente tienen dificultad para acordar la manera de cómo educar al niño.
Puede que el padre sea rígido y severo con su hijo, distante emocionalmente, que le inspire temor, pero no cariño.
Mientras que la madre es inconsistente, blanda y permisiva, suele disculpar todas las faltas del hijo y no es capaz de poner limites.
Es la madre quien intercede ante el padre, oculta y justifica al niño para que no sea castigado por el padre.
Se dice que son madres muy narcisistas que encubren a su hijo para que este tenga una imagen favorable de ella y la admire y exprese gratitud.
Como resultado las relaciones familiares se basan en la apariencia y no en lo emocional; la madre considera a su hijo como una parte de ella y le impide su proceso de separación-individuación, lo cual provoca agresión en el, quien introyecta a la figura paterna punitiva (castigo).
El niño siente ambivalencia ante los padres y posteriormente hacia las demás figuras de autoridad.
La relación que tiene con sus padres es poco afectuosa y nunca se siente querido, por lo que en el futuro las relaciones sociales que establezca estarán matizadas por la frialdad y la incapacidad para llegar a ser relaciones cargadas de afectos positivos y genuinos.
La relación que mantienen los padres es poco estable, se caracteriza por una gran distancia emocional: casi nunca se dan muestras de afecto.
Frecuentemente los psicópatas provienen de hogares desechos por el divorcio de los padres o de matrimonios que están físicamente juntos pero no emocionalmente.
El niño se le dificulta tener una visión positiva del matrimonio y del valor de una familia.
Las actitudes morales y el comportamiento social que deben inculcar en sus hijos están llenos de dobles mensajes, por lo que el niño tiene dificultad para juzgar lo bueno y lo malo.
Así pues la estructura superyoica que adquiere tiene alteraciones importantes, especialmente en lo que respecta a la introyección de normas morales.
El yo del psicópata se desarrolla con dificultad, dado que los padres no favorecen su madurez.
La tolerancia a la frustración y a la ansiedad es muy baja.
Dado a esta baja tolerancia este tipo de personas actúa inmediatamente, son el objetivo de desaparecer cualquier indicio de ansiedad, lo que es da una sensación y apariencia de no tener ansiedad ante situaciones de riesgo.
Son adolescentes con notables fallas en el control de sus impulsos, tanto sexuales como agresivos.
La relación sexual para este tipo de adolescentes es tan solo una descarga impulsiva y no implica establecer una relación emocional perdurable.
Como consecuencia a la baja tolerancia a la frustración frecuentemente tienen explosiones de enojo y agresión que no pueden controlar, o bien adopta una postura pasivo-agresiva.
Tales expresiones de rabia pueden desaparecer de inmediato y mientras ellos restan interés, les es difícil comprender porque los demás sobrevaloran la forma en que ellos expresan su ira.
Son crueles, obstinados, poco amistosos, impulsivos, desafiantes y violentos.
EL DIABLO (LOS TUCANES DE TIJUANA)
El manejo de sus afectos también muestra alteraciones, tales como la muy baja ansiedad.
Al menor indicativo de tensión el psicópata pone en marcha sus defensas para negar la ansiedad; sin embargo, cuando estos adolescentes no pueden realizar sus planes, o no obtienen lo que esperaban, la ansiedad se eleva considerablemente.
Sus respuestas afectivas están matizadas por la superficialidad; sus relatos tienen poco valor genuino.
Tratan de aparentar distintos tonos emocionales y llegan a dramatizar sus respuestas; sin embargo, se trata tan solo de afectos aparentes.
El individuo psicópata puede referir que se siente muy deprimido, aunque en realidad no se trate de un sentimiento depresivo, sino de una ansiedad elevada y difusa aunada a los sentimientos de vacio.
Buscan interactuar con personas para intentar llenar el vacio que experimentan y así no sentirse solos.
Los sentimientos de culpa e inseguridad y rechazo no son tolerados, de manera que los proyectan a otras personas y aparentan no sentir culpa.
Otra causa de este trastorno es cuando los padres tienen un conflicto emocional muy arraigado acerca del niño sin que ellos lo adviertan.
En estos casos los niños se adecuan al inconsciente de los padres y reaccionan de acuerdo con el rechazo que perciben y no ante las actitudes aparentemente apropiadas.
Cuando de manera inconsciente los padres identifican al niño con un hermano odiado o una parte rechazada de su propia personalidad, el resultado es un grave desorden en la conducta del niño, que a menudo llega a un comportamiento extremadamente destructivo o autodestructivo.
EL “PONCHIS”-EL NIÑO SICARIO
Desde el punto de vista psicodinámico, la psicopatía es
una problemática que se caracteriza
fundamentalmente por:
1) Una lesión en las relaciones interpersonales.
2) Mucha impulsividad.
3) Falta de consciencia, es decir, no existen sentimientos de culpa.
4) No aprovechan la experiencia.
5) Desde el punto de vista yoico de las funciones yoicas no están bien
desarrolladas, en especial la función de barrera contra estímulos.
6) No existe una expresión adecuada de los afectos porque frecuentemente
existe la alexitimia (no tienen palabras para la expresión de esos afectos).
7) Tienen un pensamiento operatorio, esto es, a las personas las cambian por