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Ttulo original
Psiconautas: exploradores de la conciencia
Primera edicin
M arzo 2000
2000 Juan Jos Garcia Pieiro
2000 para la edicin en castellano
La Liebre de M arzo, S.L.
Diseo grfico
Born Design Grup, S.A.
Maquetacin y filmacin
Zero Pre Im presin
Impresin y encuadernacin
Torres & Associats, S.L.
Depsito Legal
B-11294-2000
ISBN
84-87403-48-4
La Liebre de M arzo, S.L.
Apartado de Correos 2215 E-08080 Barcelona
Fax. 93 431 71 95
E-mail: [email protected]
www.liebremarzo.com
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A mi sobrino Carlos, y a quien est por nacer.
A Ana del Valle, compaera de toda suerte de viajes.
A las especies vegetales y animales vctimas de la crueldad,
la estupidez y la ignorancia humanas.
A la red simbitica planetaria de exploradoras y exploradores de
la conciencia,
quienes resquebrajan da a da la dictadura de la percepcin.
Por la liberacin de los psiconautas presos y presas.
Por el fin de la prohibicin a explorar libremente nuestra propia
conciencia.
-
ndice
Dedicatorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Prefacio de Juan Carlos Us . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . 9
Introduccin de Juanjo Pieiro . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . 15
Giorgio Samorini . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Terence McKenna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Alexander y Ann Shulgin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . 67
Manuel Torres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Jonathan Ott . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Higinio Gonzlez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
lvaro Estrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Richard Yensen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Douglas Rushkoff . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Joaquim Tarinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Postfacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243
Bibliografa relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . 247
Internet enteodlico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
Index de plantas, hongos y sustancias . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . 271
Index onomstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
Comunicacin con el autor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . 279
7
-
Prefacio
Conoc al autor de este libro hace algunos aos, durante las III
Jornadas so-
bre Drogas, organizadas en Barcelona por lAssociaci Lliure
Antipro -
hibicionista (ALA), a las que acud invitado para dar una charla.
Tras dar por
concluida una concentracin reivindicativa celebrada en la Plaza
Real, comen-
zamos a deambular en grupo por la Ciutat Vella, junto con gente
de Barcelona
Expansiva, asociacin creada haca poco tiempo con el objetivo de
fomentar el
estudio y desarrollo de la cultura psiquedlica; la Fam ilia
Ulises, otro colectivo
aficionado a la expansin de la conciencia; Quim Tarinas, joven
psiconauta
aqu entrevistado; y algunos miembros del extinto grupo de rock
Psiconautes.
Juanjo Pieiro acababa de publicar su primer libro, En busca de
las plantas sa-
gradas. U n m anual vivo para los am antes del cham anism o
(1996), y andaba
exultante. Hablamos del renovado inters por la psiquedelia a que
estbamos
asistiendo y, entre otras cosas, recuerdo que mencion una
carencia que afecta-
ba, sobre todo, a los psiconautas de ltima generacin: la
ausencia o dispersin
de publicaciones con experiencias psiquedlicas que resultaran
vlidas en un
sentido pedaggico. Efectivamente, en opinin de Juanjo, no era
difcil encon-
trar en los anaqueles de las libreras, y hasta en bibliotecas
pblicas, obras de
9
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antropologa, arte, etnobotnica, farmacologa, fenomenologa,
historia, socio-
loga y teraputica sobre el uso de drogas visionarias, pero no
abundaban li-
bros que ofrecieran las experiencias subjetivas de avezados
psiconautas, donde
se reflejaran sus inquietudes, dudas, decisiones, resultados y
valoraciones per-
sonales. Todos los presentes compartimos sus observaciones, y la
charla prosi-
gui, por stos y otros derroteros, hasta que disolvimos el grupo,
despidindo-
nos ya de madrugada.
Algunos das ms tarde recib un paquete conteniendo un ejemplar de
su libro,
con una amable dedicatoria: Gracias por dar la cara, Juan
Carlos. Ojal cada
vez seamos ms... Una abraada molt forta. Saltaba a la vista el
carcter com-
bativo de aquel investigador andaluz onubense de nacimiento y
granadino de
adopcin que un buen da justo el 12 de octubre de 1992, huyendo
de los
fastos del V Centenario, haba liado el petate y, con el dinero
cobrado por su
asistencia a un cursillo del INEM, haba partido por tierra hacia
Oriente, en un
viaje que se prolongara durante un ao y que lo llevara a conocer
Yugoslavia,
Turqua, Irn, Pakistn, India y Nepal, entre otros pases.
Ciertamente, Juanjo Pieiro ya haba estado en Marruecos pocos aos
antes,
concretamente en 1989, pero su espritu bohemio y autntica
vocacin de via-
jero permanente no afloraran hasta culminar un fugaz paso por la
Facultad de
Derecho y una prometedora y breve carrera literaria (que
abandonara, no sin
antes publicar una novela corta y algn que otro relato que
resultaron premia-
dos), por no mencionar unas cuantas incursiones en el campo de
las artes vi-
suales (cortometraje y video), que tambin le valieron algn
premio. Ninguna
de aquellas empresas acab de satisfacer a quien fue bautizado el
mismo da
que muri Aldous Huxley. Con un pasado y un presente de
compromiso social
y activismo poltico (antimilitarista, anti-OTAN,
antiprohibicionista, etctera),
Juanjo tambin haba bebido en las fuentes de la cultura
underground libros de
autores de la generacin beatprestados por amigos mayores,
ejemplares anti-
guos de Stary Ajoblanco adquiridos de segunda mano... En
resumen, un per-
fecto heterodoxo.
Buen conocedor de los derivados cannbicos, durante su viaje por
Oriente,
Juanjo Pieiro descubri el yoga, la meditacin, otro modo de
encauzar la espi-
Psiconautas
10
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ritualidad y... los psiquedlicos mayores. Hasta aqu, nada de
particular. Pero
en su despertar psiquedlico concurre una ancdota que no deja de
revestir cier-
ta curiosidad: la primera vez que oy hablar del tema fue acerca
de los hongos
de Mara Sabina y del peyote y sus efectos, de boca de un
trotamundos italiano,
mientras atravesaba la India en tren.
No es pues de extraar que, nada ms regresar de su periplo
oriental y reparar
mnimamente su precaria economa, entre 1994 y 1995 marchara
durante seis
meses a Sudamrica, recorriendo Brasil, Colombia, Bolivia, Per,
Ecuador y
Cuba, y que justo al ao siguiente pasara otros ocho meses entre
EE.UU. y
Mxico.
A esas alturas, sus conocimientos de primera mano sobre el
empleo de drogas
visionarias abarcaban diversos vehculos botnicos (ayahuasca,
peyote, el cac-
to sanpedro, hongos psilocbicos, anahuasca), as como varias
substancias de
sntesis (LSD, ketamina, MDMA, pharm ahuasca), y cristalizaron en
su primer
libro, que contiene claves, pistas, lugares y contactos, a modo
de gua prctica,
para cualquier persona interesada en introducirse en el uso
ritual de las plantas
maestras. A ste sigui la publicacin de un segundo libro,
titulado El desper-
tar del H ongo. D iario de un psiconauta en M xico (1998), con
informacin
novelada, pero muy precisa, sobre la bsqueda del saber sagrado,
incluyendo
un mtodo para el cultivo casero de hongos psilocbicos y una
instructiva gua
del Internet ciberchamnico y psiquedlico.
Pero Juanjo Pieiro no se ha limitado a viajar y a dejar
testimonio escrito de
sus experiencias como trippery traveller. Siempre atento a
cuanto acontece a
su alrededor, y aprovechando cualquier medio a su alcance
(grabadora, lpiz y
papel, correspondencia ordinaria, correo electrnico), ha
entrevistado a cualifi-
cados psiconautas todos ellos de probada sobriedad intelectual
con los que
ha ido entrando en contacto a lo largo de sus mltiples viajes,
al tiempo que
desarrollaba una intensa actividad contra los dictados de la
percepcin habi-
tual a travs de la red de Internet.
Ahora conseguimos ver materializada aquella idea lanzada al aire
en la noche
barcelonesa en este volumen que, bajo el escueto titulo
Psiconautas, rene un
total de diez entrevistas, algunas de las cuales derivan, de lo
meramente formal,
11
Prefacio
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hacia el autntico dilogo e incluso la conversacin ms que entre
amigos en-
tre verdaderos cmplices. Lo cual sugiere que los encuentros del
autor con las
personas entrevistadas, lejos de haber sido forzados, han ido
surgiendo casi es-
pontneamente, prcticamente fluyendo.
A destacar, en primer lugar, el acierto de Pieiro en conformar
una nmina in-
teresante, representativa y equilibrada, combinando en el elenco
de personas
entrevistadas algunas consagradas con otras menos conocidas, e
incluso algu-
nas prcticamente desconocidas, aunque todas ellas muy
cualificadas. Echamos
de menos la presencia de Antonio Escohotado y no creo que en
esto me ciegue
la amistad y deuda con el ausente y de algn artista-psiconauta
(pintor, dibu-
jante, msico, etctera), aunque confiamos que este volumen de
entrevistas se
vea secundado, al menos, por otro en la misma lnea, en el que
puedan subsa-
narse stas y otras posibles ausencias (quizs tambin interesara
entrevistar a
un psiquiatra espaol de los muchos que experimentaron con LSD
durante
aos a finales de la dcada de los cincuenta y principios de los
sesenta).
En segundo lugar, hay que valorar positivamente la extensa
bibliografa que in-
cluye el libro, as como las breves reseas biogrficas de las
personas entrevis-
tadas, direcciones tiles de Internet e ndices (onomstico y de
plantas, hongos
y substancias). La introduccin, que realiza el propio autor,
resulta tan necesa-
ria como convincente y, desde aqu, suscribimos plenamente todas
las conside-
raciones que Juanjo Pieiro expresa en la misma.
Por lo dems, conviene sealar al lector que no se encuentra ante
una obra de
carcter cientfico aunque algunos de los entrevistados sean
qumicos, farma-
clogos, etnobotnicos, terapeutas o investigadores en distintos
campos del sa-
ber, pero s muy rigurosa y, por tanto, libre de prejuicios,
adems de amena,
que viene a resumir algo tan personal, y difcilmente
transferible, como la expe-
riencia adquirida por veteranos psiconautas en el empleo de
drogas visionarias.
Con todo, no se trata de un libro terico, sino ms bien prctico.
Ciertamente,
en el intercambio de preguntas y respuestas, pueden vislumbrarse
desde argu-
mentos que desmitifican algunas ideas sobre el chamanismo,
nuevas propues-
tas etimolgicas para construir neologismos enteodlicos o
cosmodli-
cos que eludan las connotaciones no deseadas que suscitan otros
trminos
Psiconautas
12
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(alucingenos, drogas visionarias, psiquedlicos, entegenos) ms
frecuen -
temente utilizados, juicios muy ponderados sobre el origen de la
revolucin
psiquedlica de finales de los sesenta y su redescubrimiento y
adaptacin al mo-
mento actual... hasta algunas claves para el futuro del
movimiento antiprohibi-
cionista. Pero, ante todo, los psiconautas menos experimentados
y los simples
interesados en el tema disponen, con este libro, de una nueva
herramienta, su-
mamente til, donde contrastar experiencias y saciar la
curiosidad, configurn-
dose como la contribucin ms reciente y valiosa en el aprendizaje
que implica
el empleo de substancias capaces de alterar el estado de
consciencia de un modo
responsable e inteligente.
Un gran acierto, en definitiva, por parte de los editores de Los
Libros de la
Liebre de M arzo, que han conseguido enriquecer su oferta
bibliogrfica, incor-
porando este libro de Juanjo Pieiro a los fondos de la
Biblioteca del Capitn
N em o, en ese intento de reunir textos de distinta procedencia
con el denomi-
nador comn de la libertad real, dando voz a aquellos visionarios
y aventu-
reros que han soado y luchado en pos de un mundo verdaderamente
libre, en
el que el hombre deje de estar a merced de los caprichos de unos
pocos para al-
zarse por su propio pie. A partir de ahora, esta coleccin que
conformarn
textos de distintas pocas y distintas procedencias unidos todos
por el hilo
que trenza la repblica invisible cuenta ya con una obra de
obligada referen-
cia para aquellas personas interesadas en la modificacin de los
estados menta-
les, pensada por alguien que fiel al lema que inspira la
Biblioteca del Capitn
N em o ha comprendido que la colaboracin es superior a la
competencia.
Juan Carlos Us. Castelln, 22 de noviembre de 1999
13
Prefacio
-
Introduccin
Por cuntos cam inos entre las estrellas debe el hom bre im
pulsarse a s
m ism o en la bsqueda del secreto final?
Loren Eiseley
El universo no slo es m s extrao de lo que suponem os, sino de
lo que
podem os suponer.
J.B.S. Haldane
Hace unos aos estaba una tarde leyendo en mi casa cuando son el
telfono.
Una voz de chica joven me anunci que era la secretaria de un
conocido progra-
ma nocturno de televisin y pregunt por m. Al responder: Soy yo,
me solt
una rfaga de palabras de elogio, cumplidos y tentadoras
propuestas. En resu-
midas cuentas, haban ledo mi primer libro, En busca de las
plantas sagradas
(Gaia, 1996), y visto el inters impactante para nuestra sociedad
de los aluci-
ngenos (sic), el famoso director del programa quera
entrevistarme en direc-
to. La chica me pregunt si tena imgenes, porque en la televisin,
me dijo, so-
15
-
bran las palabras. Sorprendido por la llamada y por su
inesperada invitacin,
intent que comprendiera y le quedara bien claro que no estaba
dispuesto a ir si
no trataban con respeto algo que lo merece, y mucho. Ella me
asegur que lo
haran, y volvi a preguntarme si tena alguna imagen relacionada
con mi libro.
Poco convencido respond que tena diapositivas y algn vdeo.
Despreci las
diapositivas y mostr un inusitado inters por el vdeo: me pregunt
si en l
aparecan personas alucinadas por la droga (sic). Le respond que
no saba de
lo que hablaba, que la ayahuasca era una medicina sagrada para
los indgenas
que la utilizaban en sus ceremonias, y que en ellas no
alucinaban sino que se cu-
raban. Me pregunt si tena imgenes de alguna curacin. Record otra
parte
del vdeo y le habl de una curacin realizada con un cuy. Tras
tener que expli-
carle cmo era este animal, se excit al saber que esa especie de
ratoncito era
abierto en canal por el chamn tras pasarlo por el cuerpo del
enfermo. Comenz
a gritar muy nerviosa: Se ve la sangre? Se aprecia con claridad
la sangre del
cuy en el vdeo? Le dije que s, pero que ya estaba seguro de no
querer apare-
cer en su programa. Se sorprendi bastante; pareca que eran ellos
los que me
hacan un favor al querer entrevistarme, y le pareca inslito que
alguien se ne-
gase, perdiendo as la oportunidad de exhibirse en televisin el
mximo deseo
de las personas con las que trataba, por lo que me dijo;
entonces comenz a
hablarme, a modo de explicacin por su actitud, de la guerra de
audiencia que
mantenan con un programa de la competencia. Le dije que se era
su problema
y no el mo, y que no conseguira convencerme. Me respondi
diciendo que sa-
biendo ya lo que yo tena, intentara conseguir una buena cantidad
de dinero
para recompensarme por mi aparicin y por el vdeo. Dije que no
era cuestin
de dinero y colgu.
Unos das ms tarde volvi a llamarme para ofrecerme una apreciable
cantidad
de dinero, aunque de entrada me dijo que saban que mi actuacin y
mi vdeo
merecan una mayor gratificacin; justificndose me habl de
problemas de
presupuesto y me pidi que tuviera en cuenta que a una pareja de
sadomaso-
quistas que haba aparecido unos das antes les haban pagado
menos. Insist
en que no me interesaba su dinero, y antes de colgar le dije que
no se molestase
en volver a llamar. No volv a saber ms de esa chica, por
fortuna.
Psiconautas
16
-
Hoy ese programa lder de audiencia en su tiempo ya no existe,
pero he conta-
do esta ancdota como representativa del tipo de actitud de
algunos medios de
comunicacin ante las cuestiones tratadas en este libro.
Afortunadamente hay
otros medios que van dndoles otro tratamiento menos morboso,
pero salvo al-
gunas excepciones de personas que se preocupan de informarse
antes, lo hacen
desde una gran ignorancia. La publicacin de mi segundo libro, El
despertar del
H ongo (Royland, 1998, Grijalbo, 2000), hizo que fuera
entrevistado an ms
por numerosos periodistas, y mi impresin general es que estn
influidos total-
mente por los mitos y tpicos falsos la mayora de las veces que
nuestra socie-
dad mantiene sobre las drogas y frmacos visionarios.
Hablando con otros escritores y psiconautas, coincidimos en que
en la mayora
de las entrevistas o apariciones pblicas nos vemos obligados a
responder casi
siempre a las mismas preguntas sobre alucingenos, adiccin,
peligros,
prohibicin/legalizacin, ect.; y el problema no es responderlas,
sino que el es-
pacio dedicado a la entrevista o turno de preguntas se ocupa
totalmente en ello,
quedando fuera otras cuestiones igual o ms interesantes.
Esta fue una de las razones de otras hablar ms adelante por las
que a mi com-
paera Ana del Valle y a m se nos ocurri que sera conveniente que
el pblico
interesado pudiera escuchar directamente la voz de los
psiconautas, siendo entre-
vistados por otro psiconauta. Esto permitira que colectivos de
intereses prxi-
mos al nuestro o la comunidad lectora en general pudieran
conocernos hablan-
do en primera persona, mostrando toda la riqueza de visiones de
este mundo tan
desconocido para el gran pblico, siendo incluso a veces por qu
no? crticos
con nosotros mismos. Ana y yo pensamos que un libro as podra
servir de puen-
te entre colectivos y personas que dedican sus vidas a lo mismo,
aunque con dife-
rentes tcnicas de explorar la conciencia, o con distintas
aproximaciones a una
realidad todava en gran parte, enigmtica y misteriosa para
todos, sobre la que
consideramos que nadie puede decir la ltima palabra.
En este contexto no est de ms recordar que la cita de The Im m
ense Journey
de Loren Eiseley que abre esta introduccin contina: La jornada
es difcil, in-
m ensa, a veces im posible, sin em bargo, eso no nos im pedir a
algunos de nos-
otros hacer el intento...
17
Introduccin
-
Ya nos hem os unido a la caravana, se podra decir en cierto
punto; viajarem os
tan lejos com o podam os, pero tan slo en una vida no podrem os
ver todo lo
que nos gustara ver, ni aprender todo lo que anhelam os
saber.
Este libro no pretende por tanto dirigirse slo al pblico
especializado, por lo
que intentar siempre explicar el significado de palabras
desconocidas por quie-
nes no conocen mucho el mundo de las sustancias psicoactivas. As
pues expli-
quemos en primer lugar qu es un/a psiconauta.
He visto atribuida errneamente esta palabra a Antonio
Escohotado, Jonathan
Ott o a m mismo, sin embargo sabemos que la palabra psiconauta
fue crea-
da por Ernst Jnger, y fue publicada por primera vez en 1970 en
su libro
Annherungen. D rogen und Rausch (Acercam ientos: drogas y
ebriedad).
Desgraciadamente ese libro no est traducido al castellano ni al
ingls, pero el
especialista en la obra de Jnger, Enrique Ocaa, nos explica que
el conocido
escritor y psiconauta alemn acu este trmino para referirse a los
viajeros
que emprenden una odisea por el universo interior con vehculos
psiquedli-
cos. (Archipilago, n.o 28, pag. 78).
Jonathan Ott en su The Angels D ictionary (D iccionario de los
ngeles, 1995)
define psiconauta como: Quien viaja o embarca en Odiseas
chamnicas
de descubrimiento en el universo de la mente; un viajero
mental.
En ese mismo libro Ott recoge otra acepcin, debida a un escritor
annimo que
en 1995 public en la revista italiana Altrove: Actualmente, el
trmino psico-
nauta ha adquirido una nueva connotacin, pudiendo tambin
designar un
tipo particular de psiconauta psiquedlico: el investigador de
nuevos compues-
tos o principios psiquedlicos.
Mi propia definicin se deduce del subttulo de este libro:
psiconauta= persona
que mediante el uso de sustancias enteodlicas navega por
distintas dimen-
siones de la realidad, explorando as la conciencia humana; o ms
brevemente:
psiconauta= explorador/a de la realidad va enteodlicos.
A pesar de que prefiero usar una palabra u otra segn el contexto
y no tengo
por tanto preferencias absolutas sobre ello, en este libro he
utilizado para refe-
Psiconautas
18
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rirme a las sustancias psicotrpicas, indistintamente, la palabra
que saba ms
gustaba al entrevistado para aludirlas: psiquedlicos, entegenos,
drogas, plantas
maestras, alucingenos, empatgenos, medicinas sagradas. Todas
estas palabras,
y an ms, se han usado y se usan para hablar de la LSD, los
hongos psilocbicos,
la ayahuasca, el peyote, la Cannabisvisionaria, la DMT, la
Salvia divinorum , la
ketamina o la MDMA o xtasis, entre otras sustancias menos
conocidas, pero no
menos interesantes. A quienes les agrade saber ms sobre el
significado y el uso
de estas palabras les remito a la lectura de la ltima entrevista
del libro, realizada
a Quim Tarinas, donde los dos hablamos sobre todos estos
trminos, incluso de
algunos creados por nosotros, como enteodlicos o
cosmodlicos.
En estas entrevistas hablamos sobre casi todos ellos sobre sus
posibles usos y la
mejor manera de utilizarlos, aportando datos e informacin
concreta y objetiva de
numerosas viejas y nuevas sustancias, pero tambin nos referimos
con frecuencia
a otras cuestiones relacionadas con los enteodlicos y el ser
humano, entre otras:
estados alternos de conciencia, evolucin personal y de la
especie humana, espiri-
tualidad, sabidura interior, arte, sexualidad, chamanismo,
antropologa, psicolo-
ga transpersonal, terapia con psiquedlicos, la danza o el rave,
transhumanismo,
nuevas tecnologas, Internet, memtica, los virus mediticos, el
antiprohibicionis-
mo, o el mayor tab de nuestra sociedad occidental: la
muerte.
Por tanto este libro complacer a todas aquellas personas
interesadas en el estu-
dio de la consciencia y en la espiritualidad no sectaria,
alejada de los dogmas de
fe y de toda clase de fanatismo. A lo largo de las diversas
entrevistas hay multi-
tud de nuevas ideas, que requerirn del lector/a escuchar con
mente abierta, am-
plia y flexible posiciones, en ocasiones heterodoxas incluso
dentro de la comu-
nidad de psiconautas. Las diferentes voces ofrecen una panormica
de
la variedad de puntos de vista que ofrece a la sociedad en
general este interesan-
te y nutrido grupo de exploradores de la conciencia humana.
Aunque a veces se muestran sus vislumbres visionarios, las
especulaciones so-
bre la cultura, la historia, o el futuro de la humanidad estn
claramente dife-
renciadas de la informacin objetiva y contrastada sobre las
distintas sustan-
cias psicoactivas y sus diferentes efectos.
19
Introduccin
-
Las entrevistas incluidas en este libro fueron realizadas a lo
largo de 1999 en la
ciudad de Mxico, Palenque, Puebla, Barcelona y en el
ciberespacio. Tal y como
podr comprobar quien se adentre en el libro y lea las
introducciones a las en-
trevistas, su realizacin fue resultado de diversos encuentros
con psiconautas
durante nuestros viajes de ese ao. No hubo ningn proyecto
previo, ni ningu-
na clase de guin, seleccin previa o planificacin, sino que en
cierto modo el
libro apareci en nuestras manos antes que la idea en nuestra
cabeza. Ana y yo
no hicimos una lista de psiconautas a los que entrevistar, y
luego viajamos para
encontrarnos con ellos, sino que al contrario, el libro fue
naciendo mientras pa-
sebamos por el mundo.
Una vez en casa, al revisar las grabaciones que en principio
habamos hecho
para el Internet enteodlico, comprobamos que, sorprendentemente,
ofrec-
an un retrato bastante fiel y representativo de la comunidad
psiconutica de
hoy en da: exista un equilibro entre la aparicin de psiconautas
ms o menos
conocidos, entre las distintas y sucesivas generaciones y su
origen geogrfico o
cultural, representando entre todos las tendencias principales a
la hora de abor-
dar las cuestiones relacionadas con los enteodlicos. Slo echamos
a faltar, ade-
ms de algunas figuras histricas que sera un honor entrevistar
para otra oca-
sin, la presencia de ms mujeres las interesadas o interesados en
saber
algunas de las razones las encontrarn en la entrevista a Ann
Shulgin.
Sabiendo que si bien no estaban todos los que son, s eran todos
los que esta-
ban, comprendimos que su inters era general, y fue entonces
cuando decidi-
mos compartir las entrevistas con un pblico ms amplio, dndoles
forma de
libro. Me dediqu a la tarea de traducir las que haba hecho en
ingls, y a trans-
cribirlas todas, intentando respetar el tono coloquial, sin caer
por ello en la fal-
ta de rigor. Al elaborar Psiconautasfui comprobando que
trasladar el lenguaje
hablado al escrito es algo nada mecnico y bastante creativo,
existiendo algo
que podramos llamar el arte de transcribir. Ahora, una vez
terminado el tra-
bajo, me complace afirmar que ha sido un autntico placer hacer
visibles las
palabras de personas tan interesantes, estuviera o no de acuerdo
con lo que
cada cual deca.
Psiconautas
20
-
A continuacin voy a presentar brevemente el contenido de cada
una de las en-
trevistas recogidas en este libro. No pretendo ser exhaustivo al
hacerlo, sino
hacer un rpido recorrido por ellas que pueda servir de gua a la
lectura, rese-
ando la especialidad de cada psiconauta.
El etnobotnico italiano G iorgio Sam orini expone sus
investigaciones sobre el
arte cristiano en el que aparece el hongo pislocbico, nos relata
su iniciacin en
Gabn en los rituales Bwiti con la planta psicoativa iboga y nos
habla, entre
otros compuestos, de los anlogos de la ayahuasca; Terence M
cKenna, visiona-
rio estadounidense, narra sus experiencias con el hongo
psilocbico, la Salvia
divinorum y la DMT, nos presenta su Teora de la N ovedad y
algunas de sus es-
peculaciones basadas en el uso de psiquedlicos y de las nuevas
tecnologas; el
gran qumico Alexander Shulgin nos explica el por qu de su
creacin de nue-
vas sustancias psiquedlicas y reflexiona sobre su
redescubrimento: el xtasis,
mientras su esposa Ann Shulgin nos habla de la terapia con
psiquedlicos, de
los posibles usos de estas sustancias, de la transformacin
espiritual y de las
mujeres psiconautas; M anuel Torres, norteamericano de origen
cubano, nos in-
troduce en los raps visionarios utilizados en Sudamrica, en el
arte precolom-
bino en el que aparecen y en las nuevas tendencias artsticas
relacionadas con
psiquedlicos; el autoexiliado en Mxico, mas usano Jonathan O tt,
nos des-
cubre el origen de su famoso Pharm acotheon y del resto de su
obra, su relacin
con el reconocido etnomiclogo Robert Gordon Wasson y nos habla
de anlo-
gos de la ayahuasca como la anahuasca y la pharm ahuasca, as
como de sus es-
trategias ante la prohibicin; H iginio Gonzlez es mexicano, y
reflexiona crti-
camente sobre lo ocurrido en los aos 60 en relacin con los
entegenos, tanto
en su pas, como en los Estados Unidos, donde vivi unos aos,
hablamos so-
bre Internet, nuevas tecnologas, el cambio de paradigma y la
evolucin futura
de la humanidad, y comparte con nosotros un proyecto enteognico
a realizar
en Huautla de Jimnez, pueblo conocido mundialmente por ser el
nativo de
Mara Sabina, cuya biografa realiz otro entrevistado, el mazateco
lvaro
Estrada, quien adems de recordar a la sabia de los hongos, nos
platica de
Huautla en el tiempo de los hippiesy en la actualidad, y nos da
su visin sobre
la adaptacin del chamanismo al mundo moderno y sobre el uso
adecuado del
21
Introduccin
-
hongo sagrado; Richard Yensen, uno de los pocos norteamericanos
autoriza-
dos a hacer terapia con psiquedlicos, nos habla tambin de Mara
Sabina y de
las tcnicas y resultados de esta clase de terapia, as como de
sus estudios con
Carlos Castaneda, Stanislav Grof y Salvador Roquet; Douglas
Rushkoff, joven
escritor estadounidense, nos da un autntico curso sobre el uso
de los medios
de comunicacin para expandir ocultos mensajes psiquedlicos,
contracultu-
rales o libertarios, analiza series como Los Sim psonsy nos
habla de los jvenes
ciberdlicos, quienes usan sustancias clsicas y ms nuevas como el
xtasisy las
drogas inteligentes, al mismo tiempo que de la informtica e
Internet; Joaquim
Tarinas, otro joven psiconauta, esta vez cataln, nos da sus
interesantes puntos
de vista, desde la experiencia de nuestra generacin, sobre
multitud de cuestio-
nes relacionadas siempre con enteodlicos autocultivo, uso
espiritual, tera-
putico y ldico, los 60 y los 90, el xtasis, y tambin con los
estados alternos
de conciencia. Esta ltima entrevista es ms extensa que las dems,
porque en
realidad es una conversacin entre Quim y yo ms una interesante
interven-
cin de Ana, y en ella aparece ms mi voz que en el resto de los
dilogos de
Psiconautas. Anoto este hecho aqu, sobre todo pensando en los
lectores y lec-
toras de mis otros libros, quienes se interesan por ella y me
solicitaban y espe-
raban nuevas obras mas. Espero que no se sientan
decepcionados/as, e igual
que se interesaron por escuchar las voces de las chamanas y
chamanes recogi-
das en mis dos libros anteriores, presten atencin ahora tambin a
las voces de
los psiconautas entrevistados aqu.
Antes dije que este libro tena otras motivaciones, adems de
servir de presen-
tacin de los psiconautas a los no psiconautas. La otra razn
fundamental es
permitir a las personas ya iniciadas en el mundo de los
enteodlicos conocernos
entre nosotros mismos, y conocer nuestra reflexiones sobre algo
que es de nues-
tro comn y vivo inters. Adems de encontrar aqu personas
desconocidas o
nueva informacin, quizs nos ayude escuchar tambin lo que dicen
aqu vete-
ranos psiconautas que cuentan con una gran experiencia en el uso
de las diver-
sas sustancias psicoactivas durante un tiempo que, en algunos de
los casos, su-
pera los treinta aos.
Psiconautas
22
-
En mi opinin sus palabras pueden ayudarnos a todos a evitar
muchos per-
cances, debidos a la ignorancia y mal uso de estas potentes
sustancias. Tras la
lectura de todas las entrevistas podr comprobarse una
coincidencia llamati-
va: si bien las opiniones de los distintos psiconautas divergen
en cuestiones
ms secundarias, son unnimes en algunas fundamentales, entre las
que que-
rra destacar aqu que todoscoinciden en cm o tomar estas
sustancias, aun-
que tienen diferentes porqus para hacerlo. Los psiconautas
entrevistados y
otros que aunque no aparecen aqu, lo han dicho en numerosas
ocasiones
consideran a los enteodlicos catalizadores de experiencias que
pueden ser
muy poderosas y profundas, con dos posibilidades bsicas: en la
compaa,
dosis y lugar adecuados pueden ser muy transformadoras y
benficas para la
persona que las ingiere, y sea o no sa su intencin, pueden ser
una gran ayu-
da en la evolucin y crecimiento espiritual de una persona; sin
embargo, inco-
rrectamente utilizadas, estas herramientas qumicas pueden
convertirse en
un freno y una rmora, tanto en la vida de todos los das como,
especfica-
mente, en la vida espiritual; en los peores casos, pueden causar
heridas fisio-
lgicas, emocionales o mentales duraderas que posteriormente
tendrn la ne-
cesidad de sanar, habindose creado ellos o ellas, no las
sustancias un
problema a resolver, evitable desde el principio con una buena
dosis de senti-
do comn y precaucin, que no de exceso de racionalidad y
miedo.
Segn mi intuicin, la comunidad de psioconautas, y la sociedad en
general, en-
tramos con el milenio en una nueva fase con respecto a las
drogas: la polariza-
cin social con respecto a ellas tender a desaparecer; y todos
nos iremos dando
cuenta que ms que elegir si estas sustancias son buenas o malas,
entre
proselitismo o prohibicin, lo que necesitamos es informacin y
aprendiza-
je sobre sus posibilidades y su mejor uso. Psiconautasespero que
muestre un uso
ms benfico, til y ventajoso de los enteodlicos: un uso que
aunque presente
tambin en nuestra sociedad, por razones obvias y por sus propias
caractersti-
cas, no es llamativo, no ocurre en el escaparate pblico, y para
la opinin p-
blica parece no existir. Aqu est la parte del cuadro que no
ofrecen la gran ma-
yora de los medios de comunicacin.
23
Introduccin
-
Otra explicacin para dar a luz Psiconautases que confo en que
ste y otros li-
bros, as como los distintos trabajos y quehaceres conectados,
contribuyan en
la medida que les corresponda al fin de la nefasta guerra contra
las drogas,
iniciada unilateralmente por el gobierno de las Estados Unidos,
con desastrosos
resultados para la gran mayora de la sociedad, usuarios o no vid
el Proem ium
del Pharm acotheon de Jonatahn Ott (Los Libros de la Liebre de
Marzo,
2000). A punto de comenzar el siglo XXI, muchos tenemos la
escptica espe-
ranza de que un gobierno europeo ejerza su soberana y reconozca
su fin en
nuestro continente. Salvo los narcos y sus cmplices, todos
saldramos ga-
nando con otra actitud hacia estas sustancias.
Un cambio legal ser ms probable si las ciudadanas y ciudadanos
europeos re-
claman o exigen a sus Estados o al futuro Estado continental,
mediante la deso-
bediencia civil y la presin democrtica, su derecho a decidir en
ciertos terri-
torios donde no admitan ya ms la autoridad de ningn poder
suprapersonal.
En el punto del uso de sustancias psicoactivas se rechazara el
pa ternalismo es-
tatal que pretende cuidar la salud de personas adultas
curiosamente anu-
lando el derecho a usar estas medicinas prohibidas, negndoles as
la posibili-
dad de ejercer su libertad. Este rechazo del ilegtimo poder
estatal se expresara
reclamando la plena autonoma del autntico ciudadano o ciudadana:
alguien
que ya ni es, ni quiere ser, sbdito de un Estado al que se le
reclama cada vez
ms que se limite a organizar y regular democrticamente ciertos
aspectos de la
vida social y colectiva, sin entrometerse en decisiones que cada
individuo ha de
tener la posibilidad de tomar libremente, si con ellas no
perjudica a los dems
miembros de la sociedad.
Qu suceda, y cmo, pues, est y no est en nuestra mano. Mientras
los pode-
res polticos mueven ficha o las circunstancias o nosotros les
obligamos a
ello, habr quien acte al margen de la ley, o entre sus ranuras y
resquicios, o
quien admita resignadamente la situacin actual.
Tambin habr quien intente analizar esta cuestin sin maniquesmo y
con un
mnimo de sentido comn y realismo. Obviamente, sin ser una
panacea, nume-
rosas sustancias psicoactivas ofrecen grandes posibilidades al
ser humano, y del
mismo modo, hay que reconocer que habra dificultades asociadas a
las dro-
Psiconautas
24
-
gas, aunque fueran legales. Por estas razones es necesario
continuar exploran-
do y conociendo an mejor su inmenso potencial, al mismo tiempo
que hay
perder el miedo a abordar los problemas realesaunque lo ms
conveniente se-
ra ser muy precisos y cuidadosos a la hora de intentar
solucionarlos, sin engen-
drar ms problemas aadidos.
En este contexto, sin duda ser muy enriquecedor para todos
continuar la in-
vestigacin de estas sustancias, ofreciendo a la sociedad
informacin sin prejui-
cios, y educacin o ilustracin sobre ellas y su mejor uso. Es
evidente que ha-
cerlo nos ayuda y nos ayudar, sobre todo si comparamos los
efectos de la
informacin sensata con los de una prohibicin que nos perjudica a
la gran ma-
yora, que ha aportado, y de hecho, creado, muchos ms problemas,
y no nos
ha dado ninguna solucin. Hemos de comprender que todo anda mal
cuando
la solucin se convierte en el mayor problema.
Confiemos en que la sociedad civil, los poderes econmicos y sus
pol -
ticos/legisladores eurcratas comprendan pronto que ha llegado el
momento
de soluciones realesa los problemas reales, por su bien, y lo
que debera ser
ms importante, por el bien del ser humano, de las generaciones
presentes y
futuras.
Recordar en este punto algo que dijo nuestro filsofo de la razn
vital, Jos
Ortega y Gasset, refirindose a nuestras vidas, y por tanto,
aplicable a cual-
quier asunto social: As, que algo sea problema significa que es
sentido como
tal por el hombre, y lo propio acontece con la solucin y 1.o,
cules sean las
soluciones depende de cules sean los problemas; 2.o, una solucin
slo lo es
autnticamente en la medida en que sea autntico el problema. (En
torno a
G alileo, Espasa Calpe, 1996).
En una situacin legal como la actual, no estar de ms aclarar que
los datos
prcticos que se ofrecen en este libro son recogidos aqu a ttulo
informativo,
acogindonos a nuestro derecho a dar y recibir informacin veraz.
Los psico-
nautas entrevistados, el autor o los editores, ni alentamos ni
desalentamos el
uso de las sustancias tratadas en este libro, aunque como he
dicho, considere-
mos necesaria informacin contrastada sobre ellas, y alguna clase
de educacin
25
Introduccin
-
sobre su uso, as como vemos necesaria tambin adems de
irremediable a me-
dio o largo plazo su legalizacin o normalizacin. Nosotros usamos
estas sus-
tancias, pero no necesitamos convencer a nadie de que las
consuma tambin.
Las personas entrevistadas y quien esto escribe, tomamos nota de
su utilizacin
cada vez ms amplia en nuestra sociedad, y a partir de nuestra
experiencia, re-
flexionamos sobre ello, mostrando nuestros diferentes puntos de
vista sobre
cul sera un mejor uso de ellas, hacindolo ms enriquecedor,
transformador y
menos daino, tanto a nivel individual como social.
Al final de cada entrevista y del libro aparecen los datos de
numerosas pginas
de Internet y una amplia bibliografa para todas aquellas
personas que deseen
saber ms, profundizando en las cuestiones presentadas aqu. El
index de plan-
tas y sustancias permitir ir directamente a las pginas donde se
hable de una
de ellas, encontrando rpidamente la informacin pertinente y
complementaria
ofrecida por los distintos psiconautas sobre cada sustancia.
Igual sucede con el
index de personas o grupos citadas a lo largo del libro.
Antes de terminar esta introduccin quisiera agradecer, por
supuesto y en pri-
mer lugar, el trabajo, la amabilidad y buena disposicin de las
personas entre-
vistadas y de Juan Carlos Us; tambin agradezco en el nombre de
mi compa-
era Ana y en el mo la ayuda prestada a esta pareja de
psiconautas y viajeros
por todas las personas familiares y amigas que nos hemos cruzado
en nuestro
camino durante la elaboracin de este libro, desde quienes nos
han dado cobi-
jo alguna noche a quienes nos han facilitado algn contacto y/o
informacin,
o nos han prestado temporalmente ordenadores con procesadores de
textos;
agradezco igualmente a los editores la decisin de dar un espacio
a la voz de
los psiconautas, y su disposicin a ofrecer informacin fidedigna
con ste y
otros libros dedicados a las cuestiones enteodlicas, todava
tabes en nuestra
sociedad.
Al dar la voz a los psiconautas entrevistados, querra desear a
todos los lectores
y a todas las lectoras un buen viaje interior y exterior por
esta vida, y sea lo que
sea, por todo lo dems. Me agradara que la informacin sobre
enteodlicos
ofrecida en este libro fuera utilizada con sensatez, sentido
comn, y al igual que
Psiconautas
26
-
las palabras referidas a otras cuestiones, sea contemplada con
una mentalidad
espiritual y cientfica abierta.
Ojal esta caja de herramientas que es Psiconautassea usada para
lograr algn
resultado benfico, sirviendo de algn provecho a los seres
humanos, y dems
compaeras y compaeros de este viaje en este planeta Tierra, a
quienes alcan-
cen sus efectos.
Juanjo Pieiro. G ranada, 17 de noviem bre de 1999
27
Introduccin