Minimización de impactos ambientales en la gestión de residuos bajo el marco de la economía ambiental i Equation Chapter 1 Section 1 Proyecto Fin de Máster Ingeniería Ambiental Minimización de impactos ambientales en la gestión de residuos bajo el marco de la economía circular. Autor: Carmen García Velasco Tutor: Eladio M. Romero González Dpto. Ingeniería Química y Ambiental Universidad de Sevilla Sevilla, 2019
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Minimización de impactos ambientales en la gestión de residuos bajo el marco de la economía ambiental
i
Equation Chapter 1 Section 1
Proyecto Fin de Máster
Ingeniería Ambiental
Minimización de impactos ambientales en la gestión
de residuos bajo el marco de la economía circular.
Autor: Carmen García Velasco
Tutor: Eladio M. Romero González
Dpto. Ingeniería Química y Ambiental
Universidad de Sevilla
Sevilla, 2019
Proyecto Fin de Máster
Ingeniería Ambiental
Minimización de impactos ambientales en la gestión
de residuos bajo el marco de la economía circular.
Autor:
Carmen García Velasco
Tutor:
Eladio M. Romero González
Profesor titular
Dpto. de Ingeniería Química y Ambiental
Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Universidad de Sevilla
Sevilla, 2019
Proyecto Fin de Máster: Minimización de impactos ambientales en la gestión de residuos bajo el marco de la
economía circular.
Autor: Carmen García Velasco
Tutor: Eladio M. Romero González
El tribunal nombrado para juzgar el Proyecto arriba indicado, compuesto por los siguientes miembros:
Presidente:
Vocales:
Secretario:
Acuerdan otorgarle la calificación de:
Sevilla, 2019
El secretario del Tribunal
Agradecimientos
A mi familia.
Resumen
El proyecto realizado responde a la actual necesidad que tienen los países desarrollados por buscar
solución a la dependencia de los recursos naturales, considerando la importancia de su
aprovechamiento, ya sea reciclando, reutilizando o revalorizando. En el marco de la Evaluación
Ambiental, y en concreto en la minimización de impactos ambientales que se exige a los sistemas de
tratamiento de residuos, este proyecto se centra en la gestión de los residuos utilizados en el sector de
construcción (RDC) y en la viabilidad de su reutilización dentro del marco de la economía circular.
Se evalúa la situación y la legislación acerca de la posibilidad de reciclar estos residuos y volverlos a
introducir en el mercado.
Por tanto, la aplicación de criterios de economía circular se concibe como una herramienta para la
aplicación de mejores técnicas disponibles en algunos de los tres ámbitos en los que éste es posible:
configuración del proyecto, medidas correctoras y programa de vigilancia ambiental.
Abstract
This Project responds to the need that developed countries have of finding a solution to their
dependence on natural resources, keeping in mind the importance of their exploitation, either
recycling, reusing or revaluing. In the context of environmental assessment and specifically in the
minimization of the environmental impact that is required in all waste treatment systems, this project
focuses on the management of the waste used in the construction sector – and in the viability of its
reuse within the framework of the circular economy. The situation and legislation regarding the
possibility of recycling these residues and introducing them back into the market are evaluated.
Therefore, the application of circular economy criteria is conceived as a tool for the implementation
of best available techniques in some of the three areas where this is possible: project configuration,
corrective measures and environmental surveillance programme.
Índice
1. Introducción 10
2. Objetivos 15
3. Evaluación Ambiental 16
4. Identificación y valoración de los impactos ambientales 20
5. Impactos asociados a la gestión de residuos sobre el medio físico 28
6. Declaración Ambiental de Producto (DAP) 35
7. Aplicación de la EIA y la DAP a la gestión de los RCD 44
8. Conclusiones 53
Bibliografía 54
Glosario 55
Índice de Tablas
Tabla 1.Valoración cualitativa.
Tabla 2. Valoración cualitativa de los medios afectados.
Tabla 3. Estructura de la familia de normas ISO 14000
Tabla 4. Categorias de impactos y sus unidades
Tabla 5. Ejemplos de empresas gestoras de residuos de Declaracion ambiental de producto bajo el
esquema ISO 14025
.
Índice de Figuras
Figura 1. Desarrollo Sostenible
Figura 2. Economia Circular
Figura 3.Esquema de una ACV según la norma UNE-EN-ISO 14040
Figura 4. Pasos para la preparacion de un documento RCP.
Figura 5. Etapas del ciclo de vida y limites de un sistema de gestión de residuos.
Figura 6. Esquema de Economia Circula para el sector de la construcción.
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1. Introducción
Una de las consecuencias de la actividad humana es la generación de residuos, es decir, la
producción de sustancias u objetos carentes de uso o valor. Los problemas derivados de la
generación de residuos son muy diversos. En la consecución del desarrollo sostenible, desde su triple
perspectiva económica, social y medioambiental, destacan los problemas medioambientales, dado
que los residuos contaminan el aire, el suelo y las aguas superficiales y subterráneas, tanto a nivel
local como global, a corto y largo plazo.
Durante un largo periodo, el único tratamiento de los residuos urbanos era su recogida y posterior
traslado a determinados puntos alejados de los núcleos habitados donde se depositaban para que la
mera acción de los organismos vivos y los elementos favoreciesen su desaparición. Posteriormente
con el desarrollo económico, la industrialización y la implantación de modelos produjeron una
variación muy significativa en la composición de los residuos y de las cantidades en que son
producidos. Se incorporaron materiales nuevos de origen sintético, derivados de la celulosa o el
vidrio, otros de gran potencial contaminante, como pilas, aceites minerales, lámparas fluorescentes,
medicamentos caducados, etc.
Surgía así una nueva problemática medioambiental, derivada de su vertido incontrolado, causando
graves afecciones ambientales: emisiones de gases de efecto invernadero fruto de la combustión
incontrolada de los materiales allí vertidos, ocupación incontrolada del territorio generando la
destrucción del paisaje y de los espacios naturales, creación de focos infecciosos que originan la
proliferación de plagas de roedores e insectos y producción de malos olores.
Junto a estos problemas ambientales y la explotación insostenible del modelo de los recursos
naturales se empiezan a atisbar los primeros síntomas claros de agotamiento en los ecosistemas y las
consecuencias que se derivarán para la humanidad.
En respuesta a esta situación surgió un nuevo concepto: el desarrollo sostenible, nacido de la
Conferencia de Medio Ambiente y Desarrollo de Río de 1992. Éste se caracterizó entonces al
proclamarse que "el derecho al desarrollo debe cumplir de forma equitativa con las necesidades de
desarrollo y de carácter medioambiental de las generaciones presentes y futuras". En definitiva, se
pretende que se satisfagan las necesidades humanas actuales, disminuyendo la degradación
ambiental y evitando la contaminación y así, garantizar el futuro de las próximas generaciones.
Este cambio de paradigma ha influido en la gestión de los residuos, que ha pasado de la
consideración de residuos indeseados a la de fuente de materias primas que nuestra sociedad no
puede permitirse el lujo de desaprovechar. Paralelamente empieza a calar la idea de que la correcta
gestión y aprovechamiento de los residuos constituye un nuevo yacimiento de empleo y una
oportunidad nada desdeñable para el desarrollo económico.
Figura 1. Desarrollo sostenible.
El árido es la segunda materia prima más consumida por el hombre después del agua, siendo la
principal materia prima para la construcción de infraestructuras. Se estima que la demanda global de
áridos para la construcción en 2015 alcanzó 48 mil millones de toneladas, estimándose una demanda
por habitante de más de 6.5 toneladas. Así pues, el sector de la construcción es uno de los sectores
que más influye en la degradación del medio ambiente, representando en los países desarrollados
más del 40% del consumo de energía durante su vida útil (materias primas, construcción, operación,
mantenimiento y desmantelamiento).
Esto da lugar a una alta contribución a la emisión de gases de efecto invernadero contribuyendo en
gran medida al cambio climático (Directiva 2010/31 del Parlamento Europeo). Sin embargo, tiene la
capacidad de hacer una importante contribución a un futuro más sostenible, convirtiéndose en uno de
los pilares fundamentales para asegurar la viabilidad ambiental, económica y social.
Esta idea forma parte del objetivo número diez de la Estrategia Española de Economía Circular:
‘Promover la incorporación de indicadores del impacto social y ambiental derivados del
funcionamiento de las empresas, para poder evaluar mas allá de los beneficios económicos que se
generen en las mismas, como consecuencia de su compromiso con la economía circular, a partir de
este objetivo estratégico es donde se desarrolla este TFM, centrándose en los residuos de
construcción y demolición (RCD), aplicando un indicador multicriterio como es la declaración
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ambiental de producto (DAP) para abordar la economía circular (EC) dentro del marco de la
Evaluación Ambiental.
La Economía Circular representa un gran avance tanto en el ámbito nacional como internacional. Su
implantación mejora el uso de los recursos, la sostenibilidad ambiental, la lucha contra el cambio
climático y el bienestar socioeconómico además de aportar valor asociado a los negocios. En este
modelo se alcanza un nuevo objetivo vinculado con el beneficio social de la economía circular y
colaborativa, incorpora organizaciones y colectivos desfavorecidos a la cadena de valor,
otorgándoles un papel importante dentro del proceso.
La Economía Circular se ha introducido en la actual política económica y ambiental de la Comisión
Europea a través del Plan de Acción de la UE para la Economía Circular adoptado por la Comisión
Europea al Parlamento Europeo en diciembre de 2015.
Dicho plan desarrolla una disposición basada en el esfuerzo e integración para modernizar y
desplazar la Economía Europea hacia una dirección más sostenible. La cooperación a escala
nacional, regional y local está estrechamente relacionada con las prioridades clave de la UE en el
sentido de que incrementa su propia competitividad y sostenibilidad, construyendo un sistema
económico más firme y adaptable a la escasez de materias primas y recursos energéticos.
El desacoplamiento de la actividad económica y la degradación ambiental requieren de procesos
ecoeficientes y sostenibles, es decir, el modelo productivo exige ser eficaz y atender a las
necesidades de la sociedad sin generar déficit ambiental. Asimismo, el nuevo modelo de producción
y consumo circular limitará el impacto ambiental y los daños irreversibles en el clima y la
biodiversidad, reduciendo las emisiones de gases invernadero.
En el caso de España, las iniciativas sobre Economía Circular son incipientes y hasta ahora las
medidas adoptadas han estado centradas, sobre todo, en las políticas ambientales de la fase final del
ciclo económico, tal como es la gestión de los residuos, donde se cuenta con un Plan Estatal Marco
de Gestión de Residuos 2016–2022. Por otro lado, también se abren nuevas perspectivas para España
circular 2030, Estrategia Española de Economía Circular (borrador febrero 2018).
Según las estimaciones de la Comisión Europea, si se aplica toda la normativa vigente en materia de
residuos se crearían más de 400.000 empleos en la Unión Europea, de los cuales 52.000 se
localizarían en España. Al fin de impulsar la transición hacia la Economía Circular es necesario crear
una red de indicadores que facilite un sistema de toma de decisiones integrado, que permita evaluar y
determinar la situación y el progreso de un cambio de paradigma económico, especialmente en sus
fases de producción y consumo.
Aun así, la situación española está condicionada por la recesión económica debido a la ruptura de la
burbuja inmobiliaria, esto provocó un descenso en la intensidad del consumo del material de la
Economía Española, y de sus necesidades materiales, repercutiendo en los niveles de extracción
material nacional, que de superar la media de los países miembros de la Unión Europea, pasan a
posicionarse en los niveles bajos de los países de la Unión. En este aspecto, estos cambios podían
aprovecharse para iniciar la transición hacia una economía más sostenible, hacia la economía
circular.
En conclusión, la transición hacia una Economía Circular en España representa una gran oportunidad
para el crecimiento económico y para la creación de puestos de trabajo desacoplados del consumo de
recursos no renovables y de la producción de externalidades negativas, que puede tener impactos
realmente positivos en los planos socioeconómico y medioambiental. Para poder dar impulso a este
potencial innovador es necesario armonizar esfuerzos y definir estrategias claras a largo plazo.
‘El sistema lineal de producción y consumo no ha cambiado desde la primera revolución industrial
y todavía se basa en la extracción de materia prima, la producción de bienes, el consumo y la
generación de residuos.'
Con la llegada de la revolución industrial a mitad del siglo XVII se cambio sustancialmente la
producción y el consumo, debido al impulso de diferentes factores como el desarrollo tecnológico,
materias primas asequibles, la globalización de los mercados y recursos siendo beneficioso en
relación al desarrollo y el bienestar. Sin embargo, el sistema lineal no es compatible con un mundo
de recursos limitados, donde el impacto ambiental con tendencia creciente tiene limitada su
capacidad de adaptación debido a los agentes contaminantes.
El concepto de Economía Circular fue definido con el objetivo de cambiar radicalmente el actual
sistema lineal de producción y consumo, para desasociar el uso de recursos naturales y las
externalidades negativas del bienestar y el desarrollo.
La Economía Circular se propone como una innovación radical de nuestro sistema de producción y
consumo, que pretende mantener y fortalecer el desarrollo socioeconómico, incluyendo la creación
de trabajo de manera sostenible, sin comprometer las funcionalidades ecosistémicas y preservando al
mismo tiempo los recursos naturales, para las generaciones presentes y futuras.
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Figura 2. Economía Circular.
2. Objetivos
2.1 OBJETIVO GENERAL
Los residuos de construcción y demolición (RCD), son uno de los flujos de residuos más importantes
en Europa, por su elevada tasa de producción per cápita y por la viabilidad técnica y económica de su
reciclaje. Debido a su elevado volumen, representan aproximadamente un tercio de todos los
residuos generados en la UE.
En España, la publicación del Real Decreto 105/2008, de 1 de febrero, por el que se regula la
producción y gestión de los residuos de construcción y demolición supone el inicio de una política de
gestión de residuos orientada al reciclaje y medidas de fomento de utilización de los áridos y
materiales reciclados procedentes del reciclaje.
Para 2020, deberemos valorizar, reciclar o reutilizar el 70% del total de los residuos no peligrosos
procedentes de RCD generados en el país, según la directiva europea 2008/98/CE Ley 22/2011, de
28 de julio, de residuos y suelos contaminados y la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos
contaminados.
2.2 OBJETIVO ESPECÍFICO
En cuanto a las herramientas susceptibles de ser utilizadas para el fomento de la economía circular en
el marco de la gestión de los RCD, se encuentran entre otros el análisis del ciclo de vida de los
productos.
Otros de los instrumentos más usados es la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), gracias a la cual
se identifican los impactos ambientales generados en la gestión de los residuos objeto de estudio.
Asimismo, se llevará a cabo la incorporación de la declaración ambiental de producto (DAP)
promoviendo la prevención de su generación, fomentando la reutilización, fortaleciendo el reciclado
y favoreciendo su trazabilidad.
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3. Evaluación Ambiental
3.1 ANTECEDENTES
En los años 70, surgieron las primeras reuniones y encuentros sobre medio ambiente, cobró amplio
reconocimiento la necesidad de incorporar la variable ambiental como factor de garantía del
progreso, ya que se detectaba un agravamiento de los problemas ambientales, tanto nacionales,
regionales y locales. Además, la utilización racional de los recursos no se consideraba como variable
de importancia para lograr un desarrollo estable y continuo. Así, surgió la necesidad de incorporar las
variables ambientales en una concepción global y para resaltar que debe ser preocupación de la
sociedad para que el progreso sea firme y estable. Dicho desarrollo debe promover la conservación
de los recursos naturales y a la vez ser económicamente viable y socialmente aceptable.
Asimismo, la implantación de una política medioambiental hizo que surgieran las primeras leyes de
protección del medio ambiente, siendo estas cada vez más severas. Una de las herramientas más
usadas, es el Estudio de Impacto Ambiental, en el que se encuadra este Trabajo de Fin de Máster
(TFM), en el cual se identificarán las actuaciones que posibilitarían una minimización de impactos
ambientales en la gestión de los residuos, a partir de la caracterización de los vectores de acción
susceptibles de provocar impacto ambiental sobre los elementos del medio físico y /o biótico, todo
ello deberá adecuarse a los planteamientos fijados en el ámbito de la UE para la economía circular,
verificando aquel objetivo mediante la herramienta DAP aplicada a los RCD.
En muchos países, sobre todo en los de mayor desarrollo, se habían tomado en cuenta los aspectos
ambientales en la planificación institucional, aunque de manera fragmentada principalmente en la
leyes relativas a las aguas y las obras publicas, pero es partir de la publicación de The National
Environmental Policy Act (NEPA) aprobada el 1 de enero de 1970 en Estados Unidos de
Norteamérica, donde se establece que: “Todas las instancias de gobierno identificarán y desarrollarán
métodos y procedimientos que contribuyan a que en el menor tiempo posible los factores
ambientales sean tomados en cuenta en la toma de decisiones técnicas y económicas”. (Bas and
Herson, 1993).
3.2. MARCO LEGISLATIVO
En España entra en vigor el Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, por el que se aprueba el
Reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas, aún en uso pero no es hasta el
año 1986, en el que se obliga a realizar Estudios de Impacto ambiental por el Real Decreto
Legislativo 1302/1986, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental, actualmente derogado.
Actualmente se encuentran en vigor en materia de Evaluación de Impacto Ambiental, la Directiva
2014/52/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 16 de abril de 2014 por la que se modifica la
Directiva 2011/92/UE, relativa a la evaluación de las repercusiones de determinados proyectos
públicos y privados sobre el medio ambiente.
En el 2013 se publicó la nueva ley de Evaluación Ambiental mediante el cual se unifican en una sola
norma dos disposiciones (actualmente derogadas): la Ley 9/2006, de 28 de abril, sobre evaluación de
los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente y el Real Decreto Legislativo
1/2008, de 11 de enero, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Evaluación de Impacto
Ambiental de proyectos y modificaciones posteriores al citado texto. La ley 21/ 2013, de 9 de
diciembre, de Evaluación Ambiental establece un esquema similar para ambos procedimientos
Evaluación Ambiental Estratégica y Evaluación de Impacto Ambiental y unifica la terminología. La
ley consta de 64 artículos distribuidos en tres títulos: el título I contiene los principios y disposiciones
generales, el título II las disposiciones reguladoras de los procedimientos de evaluación ambiental y,
por último, el título III regula el seguimiento y el régimen sancionador. Esta Ley 21/2013 fue
modificada por la Ley 9/2018.
Para la gestión de los residuos tal y como se estipula en Real Decreto Legislativo 1/2016, de 16 de
diciembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de prevención y control integrados de la
contaminación, la solicitud de la Autorización Ambiental Integrada (AAI) debe ir acompañada del
Proyecto Básico que defina la actividad para la que se solicita la AAI junto con el Estudio de
Impacto Ambiental cuando se trate de actividades contempladas en el Anexo I de la ley 21/2013 de
Evaluación Ambiental.
Este marco legislativo establece los principios por los cuales una actividad, como es la gestión de los
residuos, debe sujetarse al procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental e instaurar los
contenidos del Estudio de Impacto Ambiental, herramienta indispensable para conseguir la
autorización ambiental por parte del órgano ambiental, de la actividad en cuestión.
Como se ha citado anteriormente, en la Ley 21/2013 se distingue, además de la Evaluación de
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Impacto Ambiental exigida para la realización de proyectos, la Evaluación Ambiental Estratégica
para planes y programas. Cualquier actividad u obra pública en España evoluciona a partir de una
planificación anterior, la EAE (Evaluación Ambiental Estratégica), que consta de dos componentes,
por un lado, el carácter sectorial y por otro el geográfico.
Dentro del marco de la EIA, la gestión de los residuos contribuye a garantizar la sostenibilidad
ambiental de los patrones de desarrollo a través de la búsqueda por el aumento en la eficiencia y
mejora de la cobertura y calidad de los servicios, así como la disposición sanitaria de los desechos.
En este sentido el procedimiento de la EIA puede contribuir con el diseño y ejecución de los
proyectos y permitir identificar, planear y ejecutar modalidades de manejo de residuos sólidos
adecuadas a cada realidad. En líneas generales, la EIA debe estar centrada en la identificación de los
factores ambientales críticos, en las oportunidades de mejora ambiental, y en la prevención y/o
mitigación de los impactos socioambientales nocivos.
La gestión de residuos requiere capacidad técnica y administrativa y responsabilidades compartidas
entre gobiernos y comunidades a nivel nacional, provincial y municipal. Dentro de las opciones
técnicas de gestión se deben considerar acciones educativas tales como la prevención de la
generación de desechos gracias a la optimización o modificación de procesos productivos, el
reciclaje, el almacenamiento, el tratamiento (incluyendo la incineración), la disposición final en
relleno sanitario, y monitoreo para detectar la estabilización de un relleno y/o la operación de un
sistema.
La planificación y administración de los sistemas de residuos sólidos requiere la cooperación
institucional (organismos municipales, empresas públicas y privadas, cooperativas comunitarias),
personal suficiente y capacitado (responsables, técnicos entrenados, ingenieros y planificadores) y
autoridad para generar suficientes ingresos para cubrir sus costos.
Asimismo, se podrán realizar programas de participación comunitaria, sistemas de monitoreo de los
servicios y reglamentos técnicos. El apoyo del gobierno central es fundamental para permitir a las
autoridades locales administrar, coordinar y promover el manejo de residuos sólidos en función de
las prioridades ambientales y comunitarias.
Dentro de las opciones administrativas, se necesita un marco de regulación y legislación para el
control eficaz de los desechos municipales (incluso los peligrosos), desde su producción hasta su
disposición final.
La ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados, de 28 de julio 2011, ha sido aprobada en un
contexto europeo en el que la producción se encuentra en un continuo aumento y en el que la
actividad económica vinculada a los residuos alcanza cada vez más importancia, tanto por su
envergadura como por su repercusión directa a la sostenibilidad del modelo económico europeo.
Éste es el motivo de que se hayan establecido políticas de gestión de residuos para reducir el impacto
sobre el medio ambiente y la salud y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos de la UE. El
objetivo a largo plazo de estas políticas es reducir la cantidad de residuos generados y, cuando la
generación de residuos sea inevitable, promover los residuos como recurso y lograr niveles más
elevados de reciclado y una eliminación de residuos segura.
La legislación básica para los RCD está constituida por la ley 22/2011 de residuos. Para los RCD
cuyo destino sea vertedero, la normativa de aplicación es el Real Decreto 1481/2001, de 27 de
diciembre, por el que se regula la eliminación de residuos mediante deposición en vertedero. Este
Real Decreto puntualiza que quedan excluidas como actividades de eliminación las actividades de
aprovechamiento de residuos inertes adecuados en obras de restauración o acondicionamiento y
colmatación de vertederos.
A propuesta de la Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en la reunión del
Consejo de Ministros del 6 de noviembre de 2015, se ha aprobado el Plan Estatal Marco de Gestión
de Residuos (PEMAR) 2016-2022.
El citado Plan es el instrumento para orientar la política de residuos en España en los próximos años,
que impulse las medidas necesarias para mejorar las deficiencias detectadas y promueva las
actuaciones que proporcionan un mejor resultado ambiental y que aseguren que España cumple con
los objetivos legales.
El objetivo final del Plan, al igual que lo es el de la política comunitaria de residuos, es convertir a
España en una sociedad eficiente en el uso de los recursos, que avance hacia una economía circular.
En definitiva, se trata de sustituir una economía lineal basada en producir, consumir y tirar, por una
economía circular en la que se reincorporen al proceso productivo una y otra vez los materiales que
contienen los residuos para la producción de nuevos productos o materias primas.