-
PROPUESTA PEDAGOGICA AGUSTINIANA
PARA LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI:
Educacin en Valores
Francisco Javier Herrero, o.s.a1
Las naciones marchan hacia el trmino de su grandeza, con el
mismo paso con que camina la educacin.
Ellas vuelan, si sta vuela; retrogradan, si retrograda;
se precipitan y hunden en la oscuridad, si se corrompe,
o absolutamente se abandona.
La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante
es un instrumento ciego de su propia destruccin.
(Simn Bolvar)
1.- INTRODUCCIN.
Todos esperbamos con autntica ilusin mgica el amanecer del siglo
XXI.
Nuevo ao, siglo y milenio. Quin no so con el comienzo de una
poca mejor para la
humanidad?. Las utopas de la niez y de la adolescencia agolparon
nuestra mente como
un rayo de luz esperanzador. Sera posible una alborada
diferente, donde la justicia, la
fraternidad, el amor y la felicidad humana fueran por fin una
realidad?. Qu sueo tan
hermoso!.
El infantil sueo nos produjo ms incertidumbre y desasosiego. Se
ha agudizado la
intolerancia y la incomprensin. El populismo, la poltica barata
y los intereses
particulares siguen cegando a nuestros lderes mundiales. Las
guerras, el terrorismo, el
narcotrfico, la violencia generalizada, el egosmo, la falta de
solidaridad, la corrupcin,
la miseria, el hambre, el desempleo, las enfermedades, la
inseguridad, el deterioro
ecolgico; en definitiva, el sinsentido existencial sigue
carcomiendo las entraas del
hombre y destruyendo las utopas e ilusiones de la humanidad.
Hacia dnde van nuestras sociedades?. An es posible soar con un
mundo ms
humano y ms justo?. Triunfar la apata y el facilismo ante el
espritu creativo y de
superacin personal?. Es verdad que nuestros nios y jvenes son
egostas, inmaduros e
1 Sub director Administrativo del Colegio San Agustn El
Paraso.
-
2
irresponsables o por el contrario son ms autnticos y sinceros
que nosotros mismos?.
Estamos preparados los educadores para afrontar este reto
histrico, o por el contrario
vamos a continuar pasivos ante tanta insensatez y apostando a
ser profetas del desastre?.
La creciente maternidad juvenil, los numerosos casos de
maternidad unida a la
soltera femenina, la alta tasa de divorcios y la tolerancia con
los nuevos ncleos
familiares, unidas a las necesidades econmicas y personales de
trabajar fuera, y a veces,
a muchas horas de distancia del hogar, han hecho aicos esas
relaciones socializadoras
que fomentaban los principios y valores fundamentales de la
realizacin humana.
Quines son los culpables de este caos?. La familia, la escuela,
los medios de
comunicacin, todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad. Qu
he hecho
mal?, es una pregunta que renace una y otra vez en la cabeza de
muchos padres
angustiados. Otros tantos se declaran impotentes para educar y
transfieren la
responsabilidad a la escuela. A su vez, la escuela se declara
tambin impotente y
devuelve la responsabilidad a los padres. Y ambos, igualados en
esa impotencia, acaban
por echar la culpa a la televisin. Cuando llega su turno de
excusas, las empresas de
televisin dicen que ellas dan lo que el pblico pide, y devuelven
una vez ms la pelota
al campo de juego. 2
La ilusin y la esperanza estn amenazadas en nuestros nios y
jvenes. No por
culpa de ellos, sino porque las instituciones fundamentales de
su vida (Familia-Escuela)
estn en profunda crisis. Muchos padres reconocen su fracaso como
padres, no saben
que hacer con sus hijos!. Los educadores, sin ser valorados
profesionalmente en su justa
medida, permanecemos en constante ansiedad, angustiados,
deprimidos y estresados; la
desmotivacin de los alumnos, los problemas de disciplina, el
desinters de los padres
por la educacin de sus hijos y su proteccionismo a ultranza
(populismo familiar); los
constantes cambios tecnolgicos, curriculares y estratgicos; el
permisivismo
generalizado y a veces hasta el amedrentamiento por parte de las
instituciones
defensoras de los derechos del nio, del joven y del adolescente,
hacen que la sagrada
profesin educadora se convierta en un calvario.
2 MARINA, J.A., Aprender a vivir, ed. Ariel, Madrid 2004, p.
5.
-
3
La eliminacin prctica de apremios, controles y sanciones, para
los jvenes,
tanto en el contexto social, como en los centros educativos, ha
hecho de la educacin un
caos. La conducta problemtica de algunos alumnos pone en jaque
con frecuencia el
necesario clima educativo del grupo respectivo. Pero para muchos
padres de familia, su
hijo es intocable por cuestin de conducta. Y para los mismos
sistemas educativos, la
conducta ordenada o disoluta, responsable o libertina de los
jvenes es irrelevante. Slo
interesan sus logros acadmicos. 3
Gran tristeza produce esa actitud tan recurrente que nos
caracteriza, a los padres y
educadores, de dejar hacer, dejar pasar, de no complicarnos la
vida, para no caer en la
impopularidad o perder el aprecio de los hijos o alumnos.
Esta existencia banal e intranscendente reclama una reflexin
profunda por parte
de los educadores y un compromiso pedaggico como medio de
transformacin social.
Definitivamente, los educadores, no podemos permanecer
indiferentes y pasivos. Los
pilares tradicionales de la sociedad, la educacin, la familia,
la cultura, la religin, la
comunidad y la escuela, se encuentran en crisis y no brindan el
apoyo suficiente a los
nios y jvenes para creer en s mismos y desarrollar todas sus
potencialidades humanas
y espirituales.
Ante este panorama, el educador agustiniano, inquieto y
esperanzador, no puede
permanecer indiferente y pasivo. Estoy totalmente convencido que
la solucin a este
sinsentido generalizado est en nuestras escuelas. Creo que lleg
la hora de que las
instituciones educativas asuman su reto como mbitos de amor
donde los nios y
jvenes aprendan a creer en s mismos y en un futuro ms humano,
tolerante y justo;
donde el ser humano sea protagonista y centro de su destino y no
el materialismo, el
hedonismo y el consumismo deshumanizadores en los cuales vivimos
inmersos. Cmo
lograrlo?.
Basta, entonces, de lamentos catastrficos, y asumamos nuestro
protagonismo
educativo. Qu estoy dispuesto a hacer para transmitir ilusin,
entusiasmo y esperanza
3 GALENDE, F. O.S.A.: Desafos de la Educacin y Valores en el
mundo actual, Folleto presentado a los Colegios
San Agustn de Caracas Mayo-Junio 2006, p. 18.
-
4
en los nios y jvenes?. Algo podemos y debemos hacer para
convertir nuestras escuelas
en espacios donde brote la vida cada maana, se pronuncien
palabras verdaderas y se
descubran nuevos horizontes. Escenarios donde se muevan hombres
y mujeres con las
manos y el corazn siempre abiertos, maestros de odos atentos,
escultores de manos
blandas para no profanar el misterio humano. Sembradores que se
alegran apenas
verdea el campo, aunque est lejos la cosecha.4
2.- MODELO EDUCATIVO EN EL AMANECER DEL TERCER MILENIO.
Hoy se estn dando unos cambios de fondo en la forma de ver,
investigar,
analizar y contemplar el cosmos, es decir, nuevas cosmovisiones
estn fraguando una
nueva cultura y por consiguiente evidencian nuevas creencias,
valores, actitudes y
comportamientos frente a la vida, frente a los principios
vitales de la persona: ser, estar,
hacer y tener. La ruptura con lo tradicional, es evidente.
La ruptura con la tradicin no slo afecta al mundo social, sino
que influye y es
influida por la transformacin de la naturaleza. La tradicin como
la naturaleza, sola
ser un contexto "externo" de vida social, algo predeterminado y
en gran medida
incontestable. El fin de la naturaleza, lo natural, coincide con
el fin de la tradicin, lo
tradicional". 5 Por otra parte, hemos de reconocer que los
avances tecnolgicos nos
permiten contemplar con ms profundidad la verdad, una verdad
compleja, maravillosa
y fascinante.
La educacin constituye por s misma el autntico motor de toda la
actividad
humana y esta actividad configura a su vez los aspectos
fundamentales de la evolucin
de la realidad de nuestro tiempo; por ello la educacin es, en
este momento, la clula
nuclear bsica que impulsa el extraordinario y acelerado
desarrollo biogentico,
cientfico y tecnolgico, en el cual el hombre tendr que
constituir la verdadera esencia
del cosmos y su nica va posible para penetrarlo, conducirlo y
administrarlo en
beneficio de todo el universo, en un contexto de valores
tico-morales, de respeto a los
4 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto
humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar
Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 148.
5 GIDDENS, A., Ms all de la Izquierda y la Derecha. Traduccin
Mara Luisa Rodrguez Tapia, ed. Ctedra.
Madrid 1996. p. 92.
-
5
derechos humanos, en un plano de igualdad, de desarrollo con
equidad, de eficiencia, de
competencia para mejorar, de complejidad y de liderazgo
creciente, mediante la
optimizacin del crecimiento humano.
Slo desde el profundo convencimiento de que la educacin es algo
ms que
estructuras que generan "bachilleres", esto es, que administran
un currculum, que
evalan, que dan calificaciones, adems de ser estructuras humanas
poseedoras de una
cultura y de un conjunto de valores que configuran su identidad,
puede abordarse en toda
su magnitud, el cambio para el cambio que supone la incorporacin
de una nueva cultura
educativa. Por lo tanto, con una educacin en la autonoma y para
la autonoma, que
lleve a opciones libres y responsables, se puede esperar de la
persona actitudes y
comportamientos responsables en el manejo de la propia
existencia, del entorno y del
cosmos en general como exige este tercer milenio que inici.
Las clulas nucleares de las creencias, valores, normas,
actitudes y
comportamientos, que hasta ahora han dado origen a la educacin
de la persona, deben
ser sustituidas con cambios de fondo por clulas nucleares que
lleven el germen de
potenciar y dinamizar todo el valor creativo de la persona;
generando investigacin para
innovar la tecnologa; mejorando la calidad de vida, que le haga
vislumbrar, donde
busque y encuentre dibujada su visin y misin desde la
trascendencia; que desarrolle
como persona y como sociedad la capacidad de ser capaz; de saber
orientarse hacia
donde va, o desea ir; de preguntarse el por qu y el cmo de su
existencia y encarne y
asuma la construccin de una sociedad humana; que maneje un
desarrollo sostenible y
una justicia con equidad.
En consecuencia, es importante que la institucin educativa se
esfuerce por
introducir los cambios de fondo que hoy necesita la educacin. Es
urgente y necesario
introducir procedimientos avanzados de gestin que generen
espacios donde el educando
aprenda a defenderse de las amenazas y aprovechar al mximo las
oportunidades de su
entorno cambiante; a detectar oportunamente la direccin del
viento de este tercer
milenio, para canalizar su fuerza en su favor y no permitir que
esa misma fuerza lo
convierta en una veleta porque la actitud que se le exige hoy,
es la de incorporar en su
propia dinmica de vida los procesos desestabilizadores que le
muevan el piso, y le
-
6
obliguen a mantenerse en la dinmica de lo expectante, del
devenir y del estado de
alerta.
Se est asistiendo por lo tanto, al nacimiento de una nueva forma
de pensar y
hacer las cosas en el seno de la institucin educativa, familiar
y social. De la misma
manera opinamos y nos atrevemos a afirmar, que las instituciones
educativas con ms
futuro sern las que mejor desarrollen nuevas formas de influir
positivamente en la vida
de las personas, mejorando con ello su percepcin de satisfaccin
vital.
La incertidumbre, la mutabilidad y la relatividad, son rasgos
que caracterizan
nuestra poca, pero a la vez, o precisamente por ello, tambin se
debe efectuar el
esfuerzo necesario para, con responsabilidad, y siendo
conscientes de que nos jugamos
el porvenir de la humanidad, perfeccionar el presente y as
preparar el futuro, porque si
algo es sabiamente verdadero es que hoy vivimos las utopas del
ayer y maana
viviremos segn las utopas del hoy.
Nuestro aporte quiere ser un paso en la reflexin y bsqueda de
acciones
intencionadas y orientadas a comprender y transformar la
educacin en un proceso
constructivo, para potenciar la relacin entre educacin y
sociedad, y lograr cambios
positivos en torno a una sociedad justa que logre un desarrollo
con equidad y favorezca
la convivencia y la paz; caractersticas necesarias hoy de una
sociedad abierta, plural y
democrtica.
Nuestro horizonte, es hacer que las personas desarrollen la
capacidad de aprender
a aprender, aprender a ser y hacer, aprender a vivir como
persona tico moral, aprender a
vivir juntos y participar dinmica y activamente en las
transformaciones sociales,
alimentando su crecimiento: intelectual, espiritual y afectivo,
con herramientas
conceptuales, valorales y actitudinales; para comprender y crear
relaciones positivas con
el medio natural y cultural, con los otros y con Dios.
Este esperanzador horizonte educativo necesita de nuevos
educadores,
ilusionados y enamorados de su compromiso docente. Ser maestro
hoy, ser brindar a
los educandos espacios de crecimiento. Ser maestro ser permitir
a la persona sentir,
-
7
pensar, razonar, soar, crear, hacer uso de sus operaciones
mentales para comprender lo
que sucede en su vida y en su entorno.
Con este modelo, el educando es gestor de su propia vida, con un
aprendizaje
continuo y permanente en la construccin de la personalidad y su
ser integral; con la
conviccin de ser y saberse capaz y obrar con rectitud; con la
actitud de entrar en
comunicacin, actitud que le abre posibilidades para interactuar
y hacerse persona por s
mismo y para los dems.
El modelo tiene como punto de partida los conceptos de sociedad,
persona y
educacin pilares de los procesos escolares.
2.1.- Concepto de sociedad.
La sociedad se concibe como un todo orgnico en el que se produce
un encuentro
de significados individuales que se mediatizan por intereses
grupales. En la sociedad
coexisten representaciones del mundo que se constituyen en
marcos orientadores de la
accin humana.
La educacin se encuentra inserta en la sociedad como contexto,
en el cual lo
educativo se realiza y tiene dos vertientes; una tcnica y otra
humanizadora y desde all
se orienta la accin educativa. La sociedad es el contexto donde
la educacin cobra
sentido, es mediadora de las relaciones sociales; con su
mediacin las personas
internalizan lo social, lo recrean y reconstruyen.
Los rasgos que constituyen la inspiracin del modelo de sociedad,
tiene las
siguientes caractersticas:
Sociedad con sentido tico. Se afianza en la tarea de hacer ms
humanas a
las personas, es decir, en el propsito de saber ser y saber
hacer en un contexto
determinado correspondiente a su dignidad.
El ser humano, siempre sujeto y nunca objeto de la sociedad
tiene por
consiguiente el derecho a ser mirado como fin y nunca como
medio, especialmente
frente al capital y al trabajo, a la ciencia y a la tcnica; goza
al mismo tiempo de una
inviolabilidad en su conciencia y en su libertad.
-
8
Sentido de autonoma y participacin. La autonoma es la capacidad
del ser
humano para darse as mismo leyes universales y est ligada al
ejercicio de la libertad, la
autodeterminacin y el reconocimiento como sujeto en
interaccin.
ntimamente ligada a la autonoma est la participacin o ejercicio
al derecho de
la libre autodeterminacin por parte de las personas en aquello
que les compete y afecta
su propio destino; esto implica no solo la libre informacin y
expresin sino la toma de
decisiones.
Sentido de democracia. La democracia es una forma de organizacin
de la
sociedad que brota de una actitud fundamental frente a la vida
social, se basa en el
reconocimiento de la autonoma de las personas, en el
reconocimiento de los derechos y
deberes que se derivan del ejercicio de su capacidad
autolegisladora y en el
reconocimiento de que la direccin de la vida comunitaria y
social, debe ser el resultado
de la igualdad de oportunidades para la participacin de
todos.
La democracia debe ser abierta a todos, con una transparencia
tica. Una
sociedad democrtica necesariamente debe fortalecer y extender el
espacio de lo pblico
y conformar un ethos democrtico, entendiendo ste como contextos
y actitudes de
solidaridad, de forma de vida, de costumbres interiorizadas por
los miembros de la
sociedad. Ethos democrtico equivale a decir individuo autnomo
moral, cultural y
social. Entendemos como ciudadano una persona que es capaz, en
cooperacin con
otros, de crear o transformar el orden social que ella misma
quiere vivir, cumplir y
proteger para la dignidad de todos.
2.2.- Concepto de Persona.
Se concibe a la persona como ser creado a imagen y semejanza de
Dios, dotada
de inteligencia, amor, libertad e interioridad, con capacidad:
codificativa, adaptativa,
introyectiva y proyectiva, en construccin de s misma y de los
procesos sociales, abierta
al cambio y en permanente transformacin social; un ser social
fruto del desarrollo
histrico que construye los procesos sociales en forma
participativa y responsable que
-
9
traduce su comprensin del mundo en procesos activos y dinmicos
que dan solucin a
problemas reales.
El presente modelo tiene una visin integradora e histrica, es la
bsqueda de una
actitud permanente que hace a la persona reflexionar crticamente
y actuar
intencionalmente sobre su presente y su futuro, iluminado por la
comprensin del pasado
como una actitud positiva y creativa. Desarrolla la capacidad de
interpretar los
fenmenos en relacin directa con el mundo. Una persona que
mantenga una apertura
mental y emocional para ver y observar lo que sucede a su
alrededor y analizarlo en
dilogo con otros, participando real y afectivamente en los
hechos que afectan la vida de
todos los das.
Una persona que se alimente tericamente con aportes de las
diferentes ciencias
humanas reflejndose en el anlisis de la propia experiencia
personal, que incorpore la
informacin adquirida a travs de la reflexin vinculada a la
experiencia, con espritu
crtico y capacidad de construir su propia interpretacin. Esto
equivale a vivir y construir
permanentemente el mundo personal tomando a Dios, la naturaleza
y la cultura, como
recursos disponibles permanentes.
A partir de saber, analizar, interpretar, argumentar y proponer
se aprende a
interactuar con la colectividad, empleando dilogos constructivos
donde se afirmen los
conocimientos y la propia personalidad, es una bsqueda de
aprender a trabajar y
aprender en grupo en un tejido de relaciones y significados
compartidos en un dilogo
que libere.
"Cultura es la reunin de lo que esta separado, y me atrevo a
afirmar que as
milito por la cultura, es decir, por la comunicacin entre lo que
est fragmentado y
disperso como piezas de rompecabezas, encerrado en
compartimentos hermticos,
trabajo por una articulacin reintegrada de lo que esta
desintegrado. En otras palabras
la cultura es la policultura". 6
6 MORIN, E. Mis demonios. Traduccin Manuel Serrat Crespo.
Primera Edicin, ed. Kairos. Barcelona 1995. p. 47.
-
10
Si se sita la problemtica del desarrollo humano, en el mbito de
la dinmica
cultural y la interaccin de los sujetos sociales, destacando el
carcter pragmtico y
constitutivo de la cultura, se puede entender sta como una
vivencia colectiva, que
implica las formas de unos modos de vivir, de interpretar el
mundo que nos rodea.
Entendida la cultura como el mbito de las vivencias humanas, es
un campo de
significacin que busca su legitimacin en las instituciones en
las que se disean los
dispositivos de socializacin. Entendida sta como: un proceso por
medio del cual el
sujeto adquiere una identidad cultural y al mismo tiempo
reacciona ante esa identidad;
proceso por el cual el sujeto internaliza la realidad y la
externaliza en sus vivencias
cotidianas.
La relevancia de interaccin social radica en que es un proceso
en cuyo interior
se gestan las transacciones culturales, las negociaciones e
intercambios entre los
discursos culturales implicados. Se reconoce la interaccin como
el espacio para la
vivencia donde se genera el reconocimiento fundamental de s
mismo y de los otros, en
un permanente intercambio entre la autoafirmacin y la
autotransformacin que estn
presentes en el desarrollo humano y social.
"El individuo no nace miembro de una sociedad: nace con una
predisposicin a
la sociabilidad, y luego llega a ser miembro de una sociedad".
7
La identidad se puede abordar como una experiencia que tiene que
ver con el
reconocimiento y la autoafirmacin de s mismo y de los otros.
Reconocerse implica un
buscarse en la intersubjetividad en la relacin con el otro, como
marco de autoreferencia.
2.3.- Concepcin de la educacin.
Se considera un proceso abierto y creativo en construccin
permanente, la
educacin esta condicionada por los procesos sociales ms amplios
a nivel econmico,
poltico y cultural; con una funcin social de ayudar en la
construccin de la sociedad y
su transformacin; con una funcin socializadora: ayudar en la
construccin de personas
en su individualidad como sujetos participativos y autnomos.
7 BERGER, P. y LUKMAN, T. La Construccin Social de la Realidad,
ed. Amorrortu. Argentina 1978. p. 164.
-
11
"La educacin entendida como la suma de prcticas sociales que
estimulan el
aprendizaje, la educacin es un proceso abierto y constante que
compromete a todas las
personas los estamentos y las instituciones (...). La educacin
es condicin de la cultura,
la libertad y la dignidad humana. Porque es la clave de la
democracia poltica, el
crecimiento econmico y la equidad social". 8
La educacin se estructura en torno a cuatro pilares
fundamentales que sern los
pilares del desarrollo cognitivo, valoral y actitudinal:
2.3.1.- Aprender a aprender, es decir, adquirir los instrumentos
de la
comprensin, de la creatividad, de la investigacin. Significa
aprehender el mundo para
vivir con dignidad, desarrollar las capacidades profesionales y
comunicarse con los
dems. El aprender a aprender permite comprender el entorno,
despierta la curiosidad
intelectual, estimula el sentido crtico y permite descifrar la
realidad, adquiriendo al
mismo tiempo autonoma de juicio. Aprender a aprender supone
aprender a conocer,
aprender a comprender, ejercitando: el pensamiento, la atencin,
la memoria, la
creatividad y la investigacin. Es la construccin y consolidacin
constante de
competencias valuables.
2.3-2.- Aprender a ser y hacer es el proceso fundamental que
lleva a la
persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades
creativas, para poder
influir sobre el propio entorno.
Es dotar a la persona de un pensamiento autnomo y crtico, capaz
de elaborar un
juicio propio, capaz de determinar por s misma qu debe hacer en
las diferentes
circunstancias de la vida. "El desarrollo tiene por objeto el
despliegue completo del
hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones
y compromisos;
individuo miembro de una familia y de una colectividad,
ciudadano y productor,
inventor de tcnicas y creador de sueos". 9
8 GMEZ BUENDA, H. Educacin la agenda del siglo XXI. Hacia un
desarrollo humano, primera edicin, ed.
Tercer Mundo. Santaf de Bogot 1998, p. 31.
9 POZO, J.I. y MONEREO, C. Reflexiones Pedaggicas para el siglo
XXI, ed. Santillana. Madrid 1999. p. 7.
-
12
El desarrollo de la persona es un proceso dialctico que comienza
por el
conocimiento de s misma y se abre a las relaciones con los dems,
la educacin es ante
todo un viaje al interior de cada persona, cuyas etapas
corresponden a las de la
maduracin constante de la personalidad.
Aprender a ser y hacer se vincula con la formacin de la
personalidad y la
formacin profesional; se requiere el dominio de las dimensiones:
cognitiva, emotiva y
psicomotora, para poder desempearse, dinmica y activamente en la
vida personal y
social, para trabajar en equipo, con capacidad de iniciativa y
de asumir riesgos. Es
formar a la persona para hacer frente a situaciones que
impliquen comunicarse, trabajar
en equipo y construir una sociedad justa.
2.3.3.- Aprender a vivir juntos es desarrollar la comprensin del
otro y
la percepcin de las formas de independencia e interdependencia.
Es aprender a realizar
proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos
respetando los valores del
pluralismo, comprensin mutua y paz. Es aprender a reciclar el
conflicto teniendo
siempre como horizonte el bien comn. Es aprender a vivir con los
dems para participar
y cooperar en las actividades humanas
La educacin debe permitir el descubrimiento gradual del otro que
pasa por el
conocimiento de uno mismo; slo as, podr realmente ponerse en el
lugar de los dems
y comprender sus reacciones. Es el fomento de una actitud de
empata que ser fecunda
en los comportamientos sociales a lo largo de la vida.
2.3.4.- Aprender a vivir como persona tico moral, arte de
orientar la
accin, empeo que cada uno pone en dar sentido a su propia
libertad, impregnando su
ser y hacer desde la realidad de su fe y la rectitud en lo
cotidiano.
Aprender a vivir como persona tico moral, consiste en aprender a
manejar la
vida desde la transparencia, desde unos valores que marquen la
vida personal y social
con el sello indeleble de la verdad en el amor, de la justicia,
de la equidad, de la fe; que
da sentido a los principios epistemolgicos, que dinamiza y da
fuerza a la vida, da a da,
desde una realidad trascendente. Es manejar desde la
racionalidad la libertad dndole su
-
13
pleno sentido. Es hacer ms amable la vida de convivencia,
aceptando la diferencia, la
pluralidad y el conflicto como algo inherente a la vida,
manejndolo inteligentemente
con el dilogo y la concertacin.
Nuestra propuesta pedaggica necesita de un educador con
personalidad
equilibrada que sepa hacer la sntesis integradora de los
procesos cognitivos, afectivos y
psicomotores, con una autoestima positiva, porque slo as puede
orientar la de sus
educandos que desde su identidad promueva la tolerancia hacia lo
diferente, la justicia,
la paz y unas relaciones personales gratificantes. Con capacidad
para resolver conflictos
mediante el dilogo y la concertacin, que pase de ensear a
estimular el aprendizaje.
Dispuesto a aprender constantemente y hacer de la investigacin
una de las herramientas
esenciales en su vida. Abierto a los cambios cientficos y
tecnolgicos que obligan a
buscar nuevas pedagogas y metodologas y a los cambios culturales
y sociales que estn
generando una nueva forma de ver, sentir, y actuar, que obligan
a tratar a la persona
desde una libertad responsable y a reconocerle sus derechos
desde una realidad
individual y grupal.
3.- EL GRAN DESAFIO: EDUCAR PARA LA FELICIDAD.
La pedagoga agustiniana no termina con una propuesta curricular
de saberes
(enseanza acadmica), adems, es y debe ser una propuesta de
actitudes que acompaa
y orienta a mirar, a pensar, a amar, a decidir, a dialogar, a
convivir, a esperar
(educacin). 10
Los conocimientos y las destrezas tcnicas no son suficientes
para alcanzar la
educacin integral o pleno desarrollo de la personalidad. El gran
reto de la escuela actual
es educar para la vida. El ser humano se juega su futuro, su
felicidad, en los
comportamientos, aprendiendo a ser y aprendiendo a convivir.
Educar para la vida es ayudar a discernir el sentido y la
finalidad de las vivencias
cotidianas, es aprender a razonar y argumentar el por qu de las
situaciones y actuar en
10 Cf. INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto
humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar
Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 87.
-
14
consecuencia. La misin de los grandes maestros era orientar
sobre la sabidura de la
vida y los principios para vivir con plenitud y sentido la
propia existencia.
Los nios y jvenes de nuestras escuelas necesitan conocer y
desarrollar sus
posibilidades, destrezas y potencialidades. Necesitan cubrir
todas sus necesidades fsicas
(comer, beber, dormir), psicolgicas o afectivas (amar y ser
amados), intelectuales
(conocer la realidad y a s mismo) y trascendentes (proyeccin
hacia el ms all). La
satisfaccin de estas necesidades da sentido a la vida y capacita
con la sabidura de vivir,
es decir, les pone en el autntico camino de la felicidad.
Este camino de proyeccin, posibilidad y libertad, esta abalado
por unas prcticas
y estrategias pedaggicas que no podemos ignorar y que hemos de
tener en cuenta en
todo momento del proceso educativo. La funcin fundamental de la
educacin para el
siglo XXI debe ser la de proporcionar a los estudiantes la
reflexin, los conocimientos y
las habilidades necesarias para crear consciente y
deliberadamente una visin del
futuro que ellos deseen. Ello requiere que los estudiantes sean
capaces de aprender lo
que ellos necesiten en el momento en que lo necesiten; es decir,
es preciso que
aprendan a aprender. 11
Partiendo de nuestra realidad educativa y del compromiso que
tenemos con los
nuestros nios y jvenes de lograr su realizacin y felicidad, la
escuela agustiniana est
apostando por una pedagoga donde el centro del acto educativo
sea el educando, en
dilogo permanente con su entorno, motivadora de ilusiones y
esperanzas, impulsadora
de posibilidades generadoras de libertades para todos sin
exclusin y en constante
apertura y bsqueda de la trascendencia, dinamizadora y
realizadora del ser humano.
3.1.- Educacin centrada en el sujeto.
El verdadero centro y protagonista del acto educativo es el
alumno. La educacin
ser exitosa en la medida en que despierte y motive en el
educando la responsabilidad
11 YUS RAMOS, R., Educacin Integral: Una Educacin Holstica para
el siglo XXI, ed. Descle de Broouwer s.a.,
Bilbao 2001, Vol I, p. 109-110.
-
15
que tiene con su existencia personal y el compromiso de ser
sujeto insustituible de su
propia formacin y de su destino.
El joven no es objeto de adoctrinamiento, sino sujeto que ha
recibido una vida a
la que debemos acercarnos, sin prejuicios e interpretaciones,
para invitarle a descubrir en
su interior el inters y la sabidura de aprender. El es sujeto de
su propia educacin,
protagonista y responsable de su propio crecimiento personal. El
autentico maestro para
San Agustn no ilumina con su luz el alma del alumno, a la manera
que alguien da luz
a una casa, o ilumina, cuando abre sus ventanas, as el maestro,
abriendo paso a la luz
de la verdad, hace que la misma luz ilumine el alma del alumno.
12
Cada ser humano guarda en su interior un sinfn de posibilidades
que alguien
tiene que estimular para que se conviertan en realidades. Es
educador quien es capaz de
despertar el alma del alumno. Despertar su potencial latente,
abrir las ventanas de su
curiosidad, inquietar, colaborar a que el alumno alumbre todo lo
que lleva dentro como
potencial propio ms valioso y original. 13
La educacin es un proceso de crecimiento y desarrollo desde el
interior al
exterior; es un proceso de autoconocimiento, de
autodescubrimiento, de aprender a
responder a las preguntas esenciales que ha de afrontar el ser
humano: Quin soy yo?,
Qu llegar a ser?, Qu misin tengo que cumplir en la vida?, Cmo
lograr mi
realizacin y felicidad?.
3.2.- Educacin dialogante y personalizada.
La apertura al dialogo del educador con sus educandos es lo que
da origen a la
cercana respetuosa y comprensiva que en los momentos de
inquietud y dificultad
necesitan, los educandos, para buscar apoyo y solidaridad.
El educador necesita descubrir y conocer la particularidad de
cada educando, de
tal forma que pueda acercarse para brindar respuestas a los
interrogantes y desafos que
12 SAN AGUSTN, In ps. 118,18,4.
13 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto
humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar
Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 68.
-
16
la vida le va presentando. No hay recetas universales, hay
personas concretas y
situaciones particulares que necesitan orientacin y
acompaamiento personal.
El educador debe ser observador para poder identificar el ser
diferente que habita
en cada uno de sus alumnos. Este conocimiento, aunado al
acercamiento sincero,
favorecer las responsabilidades que segn las posibilidades se le
puedan exigir al
educando; conocer mejor supone ayudar ms adecuadamente. 14
3.3.- Educacin motivadora.
Los especialistas nos dicen que a los nios, en un primer
momento, la imitacin
de las personas mayores les sirve de motivacin intrnseca; a
medida que crecen y
desarrollan autonoma, la motivacin la genera el placer de
alcanzar objetivos y retos, es
decir, todos tenemos motivos internos que nos impulsan a actuar;
la tarea del educador
est en descubrirlos, despertarlos y activarlos.
Al igual que los procesos de aprendizaje, la motivacin es
diferente en cada
persona, pero todos tenemos esa energa interior que nos hace
crecer y realizarnos. No
es ste precisamente el fin de la educacin?. Y nuestra labor, no
es poner al alumno en
contacto con su interior?. No es despertarle la conciencia y la
voluntad?. No es
llevarlo a la reflexin?. 15
3.4.- Educacin liberadora.
La Sociedad Humana, se encuentra, hoy ms que nunca, en una
encrucijada: O
decide educar hombres genuinamente libres y dueos de s mismos, o
deber multiplicar
sin lmites las fuerzas represivas, las sanciones y las
prisiones, para los libertinos y
esclavos de sus propias apetencias. 16
14 Cf. PEREIRA, M. N. Educacin en Valores: Metodologa e
innovacin educativa, ed. Trillas, 3 Edicin, Mxico
2001, p. 57.
15 PEREIRA, M. N. Educacin en Valores: Metodologa e innovacin
educativa, ed. Trillas, 3 Edicin, Mxico 2001,
p. 60.
16 GALENDE, F. O.S.A.: Desafos de la Educacin y Valores en el
mundo actual, Folleto presentado a los Colegios
San Agustn de Caracas Mayo-Junio 2006, p. 15.
-
17
La libertad del ser humano no se logra jams con leyes
libertarias, policas,
jueces, sanciones y prisiones. La verdadera libertad: Ama y haz
lo que quieras, no se
decreta, slo es posible suscitarla con una educacin
liberadora.
A partir del dilogo (educador-educando) se puede dar una
educacin liberadora.
Potenciando al sujeto (al alumno) puede discernir su yo, asumir
la direccin y la
responsabilidad de la propia vida, convencerse de que la suerte
de su vida est
exclusivamente en sus manos. Tomando conciencia de que la
realizacin personal no
slo est en el logro de los derechos, sino en el cumplimiento de
los deberes.
El educador al ofrecer a sus alumnos apoyo, comprensin, aprecio,
cordialidad y
afecto logra el acercamiento y la credibilidad necesarios para
despertar la conviccin en
las propias posibilidades y potencialidades, motivando y
contagiando al educando vida,
entusiasmo, ilusin y esperanza, abandonando la mediocridad y
abrazando las ms altas
metas para su vida, que le lleven a la realizacin personal
plena.
Libertad significa que nada, ni nadie, me impida expresar,
pensar, desarrollar
lo mejor, ms digno y ms noble que hay en m mismo; que nadie me
obligue a actuar
contra mi conciencia; que nadie me imponga el rumbo que he de
dar a mi vida,
robndome mi propia direccin. 17
3.5.- Educacin holstica.
Toda propuesta educativa debe abordar al sujeto del proceso
educativo
enfatizando todas y cada una de las potencialidades humanas
conocidas: intelectuales,
emocionales, sociales, fsicas, artsticas, creativas, intuitivas,
estticas y espirituales. La
educacin es crecimiento, descubrimiento y amplitud de
horizontes; es compromiso
responsable y crtico con los contextos culturales, morales y
polticos.
El educador debe provocar en sus educandos el compromiso activo
en los
procesos de enseanza-aprendizaje, dado que aprendemos a travs de
la mente, del
cuerpo, los sentimientos, los intereses y la imaginacin.
17
GALENDE, F. O.S.A.: Desafos de la Educacin y Valores en el mundo
actual, Folleto presentado a los Colegios San Agustn de Caracas
Mayo-Junio 2006, p. 16.
-
18
La escuela, como organizacin, ha de comportarse como un sistema
viviente, con
estructuras flexibles, la toma de decisiones debe ser
participativa, todos sus miembros
aprenden, siendo el ambiente amigable, colaborativo y
cooperativo.
La Declaracin de Chicago -Octava Conferencia Internacional de
Educadores
Holsticos- (1990), afirma: El holismo enfatiza el desafo de
crear una sociedad
sostenible, justa y pacfica, en armona con la tierra y su vida.
Implica una sensibilidad
ecolgica, un profundo respeto hacia las culturas indgenas y
modernas, as como la
diversidad de las formas de vida en el planeta. El holismo busca
ampliar la forma en
que nos vemos a nosotros mismos y nuestra relacin con el mundo,
celebrando nuestros
potenciales humanos innatos: el intuitivo, el emotivo, el fsico,
el imaginativo y el
creativo, tanto como el racional, el lgico y el verbal. 18
3.6.- Educacin inclusiva.
Toda persona tiene derecho a una educacin integral, de calidad,
permanente,
en igualdad de condiciones y oportunidades, sin ms limitaciones
que las derivadas de
sus aptitudes, vocacin y aspiraciones. 19
El cumplimiento del presente artculo de nuestra Carta Magna
implica el
compromiso sagrado de los entes gubernamentales y de los
educadores de ofertar a la
ciudadana en su totalidad, no cualquier educacin, sino una buena
educacin, una
educacin de calidad e integral, en condiciones de equidad e
igualdad de oportunidades.
La inclusin social no se decreta. Se garantiza y se alcanza con
una educacin
integral, fundamento y base capacitadora de las personas, en
primer lugar para cumplir
con sus deberes, y en definitiva para conquistar sus derechos.
La educacin de calidad
brindada a la totalidad de la ciudadana nos garantiza la
oportunidad de generar valores y
principios de responsabilidad ciudadana, respeto, tolerancia,
justicia, solidaridad
contribuyendo a fortalecer la convivencia y el pacto social.
18 YUS RAMOS, R., Educacin Integral: Una Educacin Holstica para
el siglo XXI, ed. Descle de Broouwer s.a.,
Bilbao 2001, Vol I, p. 31. 19 Constitucin de la Repblica
Bolivariana de Venezuela, Artculo 103.
-
19
Cmo vamos a lograr esa educacin de calidad e inclusiva?. Con
polticas
sociales y econmicas eficaces y eficientes:
Cuando en cada ciudad, en cada pueblo, aldea o barrio, las
mejores
estructuras sean las educativas, con recursos tecnolgicos y
pedaggicos de
primera lnea, con espacios agradables para la convivencia y la
recreacin.
Cuando todos nuestros nios tengan una guardera y un preescolar
donde
tempranamente diagnostiquemos sus fortalezas y debilidades.
Cuando nuestras escuelas sean un segundo hogar para nuestros
nios, donde
puedan compartir con sus amigos hasta la adolescencia, sin tener
que cambiar
de institucin y amigos en cada etapa o grado.
Cuando a los padres de los nios se les ofrezca la oportunidad de
crecer como
familia, brindndoles herramientas pedaggicas para educar a sus
hijos.
Cuando los profesionales de la educacin seamos tratados y
valorados con
respeto.
Cuando nuestros nios amanezcan con la ilusin de ir a su escuela,
donde
disfrutarn, durante ocho horas, la alegra de crecer, de
aprender, de vivir, de
amar, de dar gracias a Dios.
Esto no es una utopa, no es un sueo, realidades concretas con
estas
caractersticas existen en muchos lugares, incluso en
Venezuela.
3.7.- Educacin trascendente.
El ser humano logra su plenitud en la medida que se proyecta ms
all de los
lmites de su propio ser, ms all de su realidad fsica, psicolgica
e intelectual. El
hombre para lograr su desarrollo y realizacin personal necesita
salir de s mismo,
necesita relacionarse con la naturaleza, vivir con otras
personas y sobre todo no puede
prescindir de Dios. Esta apertura a la trascendencia esta
enraizada en lo ms profundo de
su ser, su satisfaccin dar sentido a su vida y le pondr en el
camino de la autntica
felicidad.
Para Mara Nieves Pereira el hombre se caracteriza por su
capacidad de
superacin, de progresar, de buscar, el hombre no es un ser
acabado; est llamado a
-
20
crecer, a desarrollarse; algo definitivamente posedo. Es una
posibilidad de ser, abierto
a la trascendencia, y por tanto al sumo bien, al absoluto.
20
4.- LA ALTERNATIVA AGUSTINIANA: EDUCAR EN VALORES.
Hablar de educacin implica necesariamente hablar de valores.
Ellos son la
expresin del modelo de persona y sociedad que queremos para
nuestros alumnos, ellos
darn coherencia a nuestros programas educativos y su vivencia
dar sentido a la
existencia y mover el corazn de nuestros educandos a actuar con
dignidad.
Los valores deben ser el norte de cualquier objetivo educativo,
dado que son la
motivacin ltima de la autntica existencia humana. Por
consiguiente, suscitar valores
es el primer objetivo que hemos de buscar en la prctica
educativa y el contenido
fundamental del programa de cualquier rea de aprendizaje, si
deseamos optar por una
educacin integral.
De los valores no se debe hablar demasiado, hay que vivenciarlos
con un
comportamiento contagioso y ejemplarizante, en el cual nuestros
alumnos vean la
autenticidad existencial y el compromiso con la realizacin
plena. La claridad y
transparencia en la determinacin de los valores fundamentales de
la institucin
educativa enriquecer el ambiente escolar en la orientacin y
consistencia de la
propuesta educativa.
Educar es cuestin de transmitir datos y sentimientos a la vez,
razn y afectos,
inteligencia y emociones. Los educadores que incorporan su
experiencia vital y sus
afectos como vehculos del conocimiento, se hacen a s mismos
transmisores de valores
e incorporan a su enseanza la motivacin de quien quiere
transmitir a los dems
aquello por lo que vive, crece y sufre. 21
20
PEREIRA, M. N. Educacin en Valores: Metodologa e innovacin
educativa, ed. Trillas, 3 Edicin, Mxico 2001, p. 56.
21 BARRIENTOS, C., A.M., Educar para la amistad, Testigos en la
Escuela (FAE), n. 20, Madrid 2002, p.13.
-
21
4.1.- Qu es educar en valores?.
Es propiciar espacios y tiempos escolares, de participacin
activa, donde se
manifiesten con autenticidad la vivencia de los valores
fundamentales en los que se cree,
aceptados y asumidos por los miembros de la Comunidad Educativa
(Docentes -
Alumnos - Padres de Familia).
El nio es un observador activo, ansioso de descubrir, de
conocer, de crecer, de
comunicarse, segn va desarrollndose va poniendo en orden su
estructura de valores,
los comportamientos coherentes y cargados de autenticidad de la
familia, de los
docentes, y de sus amigos y compaeros mayores, provocarn la
captacin,
interiorizacin y la vivencia posterior de los valores
deseados.
Para Mara Guadalupe Ramos la mejor forma de educar en valores es
modelando
valores, los valores son expresiones de la vida. Son lo que
mueve el corazn a obrar.
Dan sentido a la existencia y configuran la personalidad. En la
educacin, como en
cualquier acompaamiento, el verdadero educador, no es el que me
dice cmo debo ser,
ni el que me remite a que observe cmo es l y le imite, sino el
que con el testimonio de
sus valores, de su propia vida, me ensea a descubrir el universo
axiolgico objetivo.
Lo maravilloso de la creacin divina es el ser humano como
persona diversa y en
libertad, por tanto tendremos grupos sociales pluralistas, que
optarn por escoger y
jerarquizar sus valores de formas diferentes, pero todos tendrn
el mismo norte, la plena
realizacin personal que se encuentra en la alegra de vivir la
autntica libertad
generadora de satisfaccin, bienestar y felicidad.
San Agustn, nuevamente actual como siempre, nos esta dan la
respuesta a la
crisis educativa. En sus obras nos hace una propuesta de
educacin en valores. El
hombre en su interioridad, mediante la reflexin, se conoce a s
mismo, reconoce al otro
para redimensionarse en el nosotros, descubre la Verdad que le
compromete y le hace
responsable de vivir su libertad, es decir, los educadores
debemos acompaar a nuestros
educandos en la difcil tarea de aprender a ser.
La plenitud del ser humano se da con los dems y en la opcin y
compromiso por
los dems. Dios nos cre para vivir en comunidad. El yo no existe.
El t tampoco.
-
22
La persona es un yo-t, un nosotros. Los nios y jvenes
interiorizan los valores
socializando con sus compaeros y amigos, observando a los
mayores; compartiendo
descubren la amistad, desarrollan la necesidad de establecer
normas de convivencia,
necesitan de la justicia y la solidaridad para que la comunidad
se mantenga unida, en
definitiva, los educadores debemos brindar, a los educandos, la
oportunidad de espacios
y tiempos para aprender a amar y compartir.
4.2.- Valores en la escuela agustiniana:
La enseanza de los valores no necesita de estrategias, tcnicas,
tiempos o
actividades especiales. La educacin en valores debe estar
presente en todo momento del
acto educativo, debe estar presente en la dinmica ordinaria del
centro educativo.
La educacin agustiniana en valores, se fundamenta en la atencin
de la persona
en tres dimensiones: la intelectual o cognitiva, la afectiva y
la conductual.
Dimensin intelectual: los educandos deben aprender los
conocimientos
tericos relacionados con el valor, soporte necesario para los
sentimientos y las
conductas. Definitivamente, lo prioritario no es el conocimiento
sino las actitudes y los
comportamientos asumidos por los educandos.
Dimensin afectiva: el conocimiento de un valor debe suscitar en
el educando
una actitud positiva hacia l, debe hacerlo suyo, interiorizarlo
como algo existencial. El
valor tiene que llegar a la afectividad, a los sentimientos del
educando.
Dimensin conductual: la educacin de un valor ser exitosa cuando
el
comportamiento del educando en su mbito familiar, escolar y
social, responda a las
exigencias del mismo.
Es bueno e importante organizar campaas o actividades concretas
que fomenten
los valores en los educandos de nuestro centro. Pero lo ms
importante ser que la
planificacin curricular est impregnada en valores y que la
organizacin institucional,
las relaciones personales, las normas de convivencia, todo el
mbito escolar est
vivenciado por la presencia de los valores fundamentales
escogidos por el centro.
-
23
Los valores seleccionados institucionalmente sern el clima
organizacional y
relacional de la Comunidad Educativa, no son una enseanza, sino
un clima. Estn
presentes y circulan por el centro escolar, se viven como un
anhelo o una necesidad, se
respiran y poco a poco nos van modelando. 22
4.2.1.- Educar para la Interioridad, la verdad y la libertad
responsable para aprender a ser.
Educar para la interioridad.-
El silencio y la soledad nos asustan. No ser el miedo a
encontrarnos con
nosotros mismos?, no ser la angustia por no saber responder a
los interrogantes?:
quin soy?, qu estoy haciendo?, qu ser de mi vida?.
Definitivamente, cuando San
Agustn nos habla de la interioridad, nos est haciendo un llamado
a la reflexin, a
entrar dentro de nosotros mismos, a conocernos para crecer y
madurar. En el interior nos
conocemos, nos aceptamos y nos superamos. En el interior nos
juzgamos, nos
corregimos y decidimos nuestro destino.
Deja siempre un pequeo margen para la reflexin, margen para el
silencio.
Entra dentro de ti mismo y deja atrs el ruido y la confusin.
Bucea en tu intimidad y
trata de encontrar ese dulce rincn escondido del alma, donde
puedas verte libre de
ruidos y argumentos, donde no necesitas entablar disputas sin
trmino contigo mismo
para salirte siempre con la tuya. Escucha la voz de la verdad en
silencio, para que
puedas entenderla. 23
Santiago Insunza nos dir recreando la escuela: Desde la
interioridad
descubro que la vida es ma y que tengo que acogerla, amarla,
cuidarla y realizarla
como propia. No existe realidad ms honda y ms fascinante para el
hombre que su
propia realidad humana. Y no hay obra ms gratificante que
sentirse constructor de la
propia existencia, ser protagonista de una historia singular.
Estoy delante de m mismo
y tengo que saber quin soy y descifrar mi misterio Conocernos es
el resultado de un
22 ZURBANO, J.L., O.A.R.: Educacin y Valores: La Propuesta
Agustiniana, Testigos en la Escuela (FAE) n. 16, Madrid 2002, p.
11.
23 SAN AGUSTN, Sermn 52, 19, 22.
-
24
viaje por los pasillos de nuestro yo ms ntimo para escuchar el
rumor de nuestros
sentimientos, saber qu hay debajo de nuestra piel, qu guardamos
en la profundidad de
nuestro propio ser. Esta conciencia de s mismo emerge de la
interioridad, de la
experiencia personal reflexivamente observada. Por eso la
interioridad me permite vivir
la vida como una tarea de fidelidad a m mismo, de
responsabilidad. 24
Dar sentido a nuestra vida es la tarea ms importante que tenemos
que realizar,
por tanto, hemos de motivar a nuestros educandos a buscar tiempo
para estar y hablar
con ellos mismos, se conocern, crecern en autoestima y
descubrirn el camino de la
trascendencia, camino de superacin, de ilusiones, de sueos y de
esperanza; camino de
encuentro con Dios. En el interior del hombre est la verdad; es
en el interior del
hombre donde habita Dios como en su templo; es el interior del
hombre donde Cristo,
maestro interior, ensea al hombre la verdad. 25
Educar para la interioridad es educar para el silencio, para la
reflexin, para el
encuentro con lo ms ntimo, con la propia identidad, con la
propia personalidad. En la
interioridad es posible el dilogo con uno mismo, con los dems y
con Dios.
Educar para la Verdad.-
La vida es una bsqueda constante de la verdad, un camino lleno
de interrogantes
que hemos de resolver desde la autenticidad, la honestidad y el
dilogo. Autenticidad
para vivir nuestra propia existencia desde la ptica de
convicciones firmes y
fundamentadas, sin imitaciones, simple aceptacin o seguimiento
inconsciente.
Honestidad para reconocer con nobleza nuestras limitaciones y
errores; y el dilogo
como apertura a las diferentes perspectivas que nos hacen
avanzar hacia una
comprensin ms plena de la verdad. La verdad no es ma ni tuya,
para que as pueda
ser tuya y ma. 26 Si la verdad es el objeto de las aspiraciones
de todos los hombres,
24 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto
humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar
Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 96.
25 SAN AGUSTN, De Magistro, 11, 38.
26 SAN AGUSTN, Comentarios a los Salmos 103, 2, 11.
-
25
no puede ser coto cerrado de ninguno de ellos. La verdad es una
luz, privada y pblica
al mismo tiempo, al alcance de todo aquel que la busca. 27
La interioridad respaldada por la sinceridad, la coherencia, la
sencillez, la
transparencia y la actitud crtica es el camino de acceso a la
verdad. San Agustn
buscando dar respuesta a su inquietud intelectual y existencial
se cambia de una filosofa
a otra, peregrinando la verdad, tratando de saciar su ansiedad
de plenitud humana y su
hambre de felicidad se encuentra con la VERDAD, se encuentra con
DIOS.
Educar para la Libertad responsable.-
Hablar de educar para la libertad nunca fue fcil, siempre fue
molesto y
peligroso; hoy da resulta temerario, dado que nuestras
sociedades democrticas se estn
alejando cada da ms de la utopa del hombre libre. Cmo vamos ha
hablar de libertad
cuando la ciudadana construye su propia prisin con rejas,
alarmas y cerraduras de
seguridad para protegerse de sus semejantes?. Es cierto que la
eliminacin de estos
controles fsicos no nos hace libres.
La verdadera libertad est relacionada con la superacin de todo
aquello que no
nos deja crecer, ser autnticos, ser nosotros mismos. En el marco
agustiniano, el hombre
es libre, cuando es dueo y seor de s mismo para poder servir
mejor a los dems y a
Dios.
En consecuencia, cul es nuestra tarea como educadores?, motivar
en nuestros
educandos la reflexin y la interioridad, que les hace ser dueos
de s mismos
capacitndolos para elegir el bien y realizarlo.
Educar para la libertad, es educar para:
La interioridad el hombre libre, es el hombre interior, fiel a s
mismo,
habitado por la verdad, que acta desde el amor-.
El juicio crtico no es ms libre quien tiene ms oportunidades de
elegir,
sino el que cuenta con criterios para seleccionar lo mejor-.
27 SAN AGUSTN, De Lib. Arb. 2, 12. 33.
-
26
El compromiso es libre quien lleva en las manos las riendas de
su vida-.
El autodominio slo puedo hacer lo que quiero, cuando dejo de
querer lo
que no debo-.
La superacin lo ms grave del fracaso es que se abra en nosotros
la herida
de la desesperanza. Es decir, que en vez de soar con un maana
distinto,
pensemos que ya no es posible reconstruir la propia vida-.
28
Como educadores, en la medida que incentivamos en nuestros
educandos la
capacidad de reflexionar, logramos que entren en su interior,
que se conozcan; les
motivamos a buscar la verdad; verdades que les capacita para
elegir, les abrimos las
puertas de la libertad responsable, en definitiva, les brindamos
el acceso a aprender a
ser. La bsqueda apunta a una verdad absoluta, y el amor y la
interioridad a un Dios
que vive dentro de nosotros. Impulso originario y horizonte de
atraccin: Nos hiciste,
Seor, para ti y nuestro corazn est inquieto hasta que descanse
en ti. 29
Aprender a ser en la propuesta educativa agustiniana, es
adquirir la sabidura de
vivir, asumir responsablemente la propia historia, para
enriquecerla. El concepto de
ser, abarca aqu el desarrollo global de cada persona: cuerpo y
mente, inteligencia,
sensibilidad, sentido esttico, responsabilidad, espiritualidad
Una persona es, no slo
si tiene vida fsica, biolgica, sino, sobre todo, si posee
libertad de pensamiento, de
imaginacin, de sentimientos. Uno es, si se siente artfice,
protagonista de su vida.
Aprender a ser supone no menospreciar ninguna de las
posibilidades personales y es un
aprendizaje que va unido a la capacidad de enamorarse del amor
mismo, de la verdad y
de la libertad. 30
28 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto
humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar
Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 111 - 114.
29 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto
humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar
Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 116.
30 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto
humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar
Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 114 - 115.
-
27
4.2.2.- Educar para la amistad, la comunidad, la justicia y
la
solidaridad para aprender a amar y compartir.
Educar para la amistad.-
La experiencia de la amistad, amar y ser amado,31 de San Agustn,
est
siendo una cotidianeidad entre los nios y jvenes de nuestras
escuelas, o por el
contrario es una utopa del pasado?. La escuela realmente es un
espacio donde el
ambiente y el tiempo real nos permiten establecer relaciones de
empata?. Valoramos
en su justa medida el clima del centro; se sienten acogidos,
estimados y queridos los
educandos?.
La pedagoga agustiniana valora las actividades y las estrategias
que generan
conocimiento y sabidura, pero ningn centro ser autnticamente
agustiniano si no son
desarrolladas en un ambiente de aceptacin, de tolerancia, de
respeto, de comprensin,
de amistad.
Cuando un nio, se siente acogido, valorado y querido en su
escuela, sta pasa a
ser su segundo hogar. Espacio donde puede compartir, sentirse
til e importante, donde
se le valora por lo que es. Este ambiente favorece el proceso de
aprendizaje integral del
nio, le da confianza en s mismo, crece en autoestima y
seguridad. Le brinda fortalezas
para afrontar con enteraza las dificultades, el fracaso, el
desengao, la frustracin, todo
ser una oportunidad para vivir con alegra los acontecimientos
personales de
crecimiento y madurez.
Educar para la comunidad.-
Hoy hablamos de sociedades pluritnicas, multiculturales y
multireligiosas; de
participacin ciudadana, del valor del respeto a la diversidad,
del trabajo en equipo.
Decimos que la familia, comunidad fundamental, est en crisis;
constatamos como la
intolerancia es uno de los contravalores enquistados en los
grupos humanos.
Definitivamente, ms que nunca tiene verdadero sentido educar
para la comunidad,
educar para el respeto del bien comn.
31
SAN AGUSTIN, Confesiones II, 2.
-
28
Los centros donde la comunidad educativa practica la mutua
aceptacin, la
comunicacin y el dilogo, se convierte en ambiente propicio
generador de verdaderas
comunidades donde el respeto y la correccin fraterna alimentan
la amistad y el amor,
motores de la vida comunitaria. El camino de la madurez para
nuestros educandos es el
paso del yo al nosotros, el paso a la convivencia
comunitaria.
Para San Agustn la comunidad es como una orquesta donde la
individualidad es
importante en cuanto forma parte del grupo: En una buena
orquesta hay muchos
instrumentos diferentes. Pero todos estn cuidadosamente afinados
y entonados de
manera que la audiencia oye una sola meloda. ste ha de ser
nuestro ideal: el ser una
orquesta para el Seor. 32 Una comunidad es un grupo de
individuos unidos por la
armona y la comunin de las cosas que buscan y aman en santa
compaa. 33
Educar para la justicia y la solidaridad.-
Los educadores y los educandos agustinianos no podemos
permanecer
indiferentes ante la situacin de injusticia e insolidaridad en
que viven muchos seres
humanos. Cmo es posible que haya nios que no satisfacen, cada
da, sus necesidades
vitales y esenciales: alimentacin, higiene, salud, vivienda y
educacin?.
La presin competitiva que genera, en nuestros educandos,
individualismo y
egosmo, choca con los esfuerzos que realizamos educando para la
justicia y la
solidaridad. Es cierto que nuestros educandos deben adquirir
competencias, habilidades
y destrezas, y desarrollar al mximo sus aptitudes, pero desde la
gratuidad, si favorecen
su realizacin personal y les capacita para ser ms til a sus
semejantes. La justicia es
el hbito del alma que, mirando a la utilidad comn, respeta la
dignidad de cada uno34
Educar para la justicia y la solidaridad es, en primer lugar,
cuestionar, inquietar y
despertar a nuestros educandos sobre la realidad social en que
vivimos; y en segundo
lugar concienciar y comprometer su vida en la transformacin de
esa realidad para que
los grupos humanos y sociedades sean cada da ms justos y
solidarios.
32 SAN AGUSTN, In ps. 105, 8.
33 SAN AGUSTN, De Civ. Dei 19, 24.
34 SAN AGUSTN, De Div. Quaeste. 83, 31, 1.
-
29
En el terreno educativo es necesario defender que nunca el
fomento del odio,
la violencia y los resentimientos sociales ser la solucin de los
males del mundo; y que
no es tampoco tolerable un egosmo inmovilista que pretenda
detener la fuerza
transformadora del Evangelio. Educar para la justicia no es
ideologizar, sino, en primer
lugar, promover el cambio de corazn y transformar la sociedad.
Cambiar el corazn
implica un cambio radical en la visin de la realidad y un modo
de entender la vida a
partir de su entraa humana, de la justicia, del amor y la
sencillez. 35
35 AGUERRI, J. M., O.A.R.: Educar para la justicia y la
solidaridad, Testigos en la Escuela (FAE), n. 21, Madrid 2002, p.
5.