I. INTRODUCCION: El espárrago es una de las plantas hortícolas que de su cultivo se tiene referencias más antiguas. Según algunos autores es oriundo de la cuenca del Mediterráneo, aunque otros sitúan su origen en las Islas Británicas. Es probable que el cultivo empezara a desarrollarse en las regiones del este de Medio Oriente; Alejandro Magno lo descubrió en sus conquistas y lo introdujo en Grecia, en el siglo III antes de Cristo. En Grecia hay un documento titulado “Historia de la planta”, escrito por el historiador Teofrasto (300 años antes de Cristo); este es el primer documento escrito relacionado con esta hortaliza. Después, los romanos rápidamente lo adoptaron; en el año 160 antes de Cristo, Porcius Cato el Mayor publicó su “Agricultura”, en la que describe métodos de cultivo para el espárrago; también el naturalista Plinio en su obra “Historia natural” resalta las cualidades gastronómicas y medicinales, detallando la forma de cultivar esta planta. Los romanos son los que extendieron el cultivo de espárrago por toda el área del Mediterráneo. Los árabes en sus conquistas fueron los responsables de su difusión por toda Europa, principalmente en España. En la Edad Media en Europa disminuyó el interés por el espárrago, a excepción de España, hasta que Luis IV de Francia, en el año 1.600 se interesó por el desarrollo de este cultivo; en España continuó cultivándose al estar ocupado por los árabes El espárrago que se ha conocido en la antigüedad siempre ha sido el “verde”, pero ya en el año 1.550 se sabe que sé hacia “blanco”, gracias a un grabado en el que