INSTITUCIÓN EDUCATIVA “JOSÉ MARÍA ARGUEDAS PRÁCTICA PEDAGÓGICA “FOMENTANDO EL HÁBITO LECTOR EN LOS ESTUDIANTES, A TRAVÉS DE VIAJES IMAGINARIOS Y VIVENCIALES EN EL BUS LECTOR” PISACOMA – PERÚ 2019 AVELARDO TIPULA QUISPE EL BUS LECTOR, PARA PASAJEROS LECTORES
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INSTITUCIÓN EDUCATIVA “JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
PRÁCTICA PEDAGÓGICA
“FOMENTANDO EL HÁBITO LECTOR EN LOS
ESTUDIANTES, A TRAVÉS DE VIAJES IMAGINARIOS
Y VIVENCIALES EN EL BUS LECTOR”
PISACOMA – PERÚ
2019 AVELARDO TIPULA QUISPE
EL BUS LECTOR, PARA PASAJEROS LECTORES
“II Concurso Provincial de Buenas Prácticas en implementación
Daniel Alarcon Ancalle daniel-alarcon58@hotmail .com
N
“II Concurso Provincial de Buenas Prácticas en implementación
del Currículo Nacional”
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DATOS GENERALES DE LA PROPUESTA PEDAGÓGICA
Título del Proyecto de aprendizaje: “FOMENTANDO EL HÁBITO LECTOR EN LOS ESTUDIANTES, A TRAVÉS DE VIAJES
IMAGINARIOS Y VIVENCIALES EN EL BUS LECTOR”
CONSISTENCIA PEDAGOGICA /Resumen de la Propuesta Pedagógica: (300 palabras) El propósito / Objetivo general: Fomentar el hábito lector para el desarrollo de la competencia: Lee diversos tipos de textos en su lengua materna, a través de viajes imaginarios y vivenciales en el Bus Lector.
La estrategia Clave / prototipo: La estrategia “Somos conductores, pasajeros y promotores de lectura”, permite desarrollar y fomentar el hábito lector y la comprensión de textos. Los estudiantes asumen distintos papeles en los viajes imaginarios y vivenciales que realizarán. A través de post-its dan a conocer un resumen, comentario, opinión de texto leído y de su proceso lector. Por otro lado, las tertulias literarias se promueven espacios de diálogo, de apertura y confianza para así lograr que todos los estudiantes participen con el fin de compartieron sus emociones y percepciones sobre lo leído. ¿Qué parte del texto nos gustó más? ¿Por qué? ¿La parte que me gustó guarda alguna relación con mi vida, con mi contexto, con mi realidad? ¿Cómo? Potencial u oportunidad aprovechada: Esta IE, cuenta con un bus, el mismo que se convirtió en un espacio en que los estudiantes imaginan que realizan viajes hacia distintos destinos, así como expresarte con libertad en este espacio que es más acogedor que un aula de cuatro paredes. En este espacio singular, los estudiantes se mostraron más seguros y predispuestos para compartir opiniones y para leer.
Principal problema que se abordó: En la comunidad educativa “José María Arguedas” Pizacoma, se observó que los estudiantes carecen de hábitos de lectura, el mismo que repercute en la competencia, lee diferentes tipos de textos escritos en su lengua materna. Los bajos niveles de comprensión de esta competencia, se muestran en las Evaluaciones Censales del Estudiante (ECE), además de las pruebas aplicadas en nuestra región donde se evidencia el bajo nivel de comprensión de textos. Ante esta dificultad, a través del Ministerio de Educación, las direcciones regionales de educación y las UGEL; vienen formulando políticas educativas para revertir esta situación, sin embargo, casi muy poco se ha avanzado.
En las mencionadas (ECE) los resultados obtenidos por los estudiantes de segundo grado fueron los siguientes. En el 2015, apenas el 8.3% se encuentra el nivel satisfactorio; mientras que un 12.9% están en proceso, el 34.8 en inicio y el 48.1% se encuentra en previo al inicio. En el 2016, el 8.3% se encuentra en el nivel satisfactorio, el 16.7% en proceso, el 33.3% en inicio y el 47.7% en previo al inicio. Y en la última ECE 2018 los niveles de logro son los siguientes: el 23.8% se encuentra en previo al inicio, el 46.7% en inicio, el 28.6% en proceso y ningún estudiante en el nivel satisfactorio. En síntesis, los resultados han ido mejorando, sin embargo, no son significativos para superar el problema.
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IMPACTO -Competencia priorizada Lee diferentes tipos de textos escritos en su lengua materna: a través de las distintas
teorías pedagógicas, sabemos que las dificultades en la comprensión lectora, limitan el desarrollo de capacidades en las otras áreas del CNEB. Por otra parte, mencionar también que gran parte de los conocimientos, habilidades y competencias se adquieren por la lectura y cuánta comprensión se tenga de ésta.
Gestiona su aprendizaje de manera autónoma: la capacidad de monitorea y ajusta su desempeño durante todo su proceso de aprendizaje.
Se comunica oralmente en su lengua materna: los estudiantes en los diferentes viajes imaginarios que se realizan, expresan y comunican sus sentimientos, pensamientos y hace posible la socialización. Después de cada lectura reflejamos estados anímicos, emociones, sensaciones. Y para llegar a sus interlocutores, lo hacen por medio de su expresividad facial y corporal para que los oyentes identifiquen los sentimientos y sensaciones, así como para poder atraer su atención.
-Evidencia de inicio del proyecto asociado a la competencia Se determina las horas y días de la hora literaria. Establecen criterios de selección de los textos a leer. Seleccionan y proponen lecturas de su interés para compartirlo con
sus pares. Adecuan los espacios (Bus Lector) para el disfrute de la lectura.
-Evidencia de proceso del proyecto asociado de la competencia Realizan viajes imaginarios y vivenciales a través de distintitas regiones, y
conociendo la motivación de los escritores. Obtienen información de las motivaciones, emociones, conocimientos y vivencias
de los personajes. Infieren e interpretan información sobre el texto sobre las intenciones del autor, las
ideologías de los textos, así como su relación con el contexto sociocultural del lector y del texto.
Interactúan con sus pares en tertulias literarias, expresando su opinión haciendo uso de los recursos no verbales paraverbales
-Evidencia de salida del proyecto asociado de la competencia Con implementación del proyecto se logró que lo estudiantes lean más y logren
mayores niveles de comprensión. Reflexionan sobre la importancia de la lectura en la vida escolar. Valoran los textos escritos para construir una opinión personal o un juicio crítico sobre
contenidos e ideologías de los textos considerando los efectos que producen, la relación con otros textos, y el contexto sociocultural del texto y del lector.
Evalúan de manera permanente sus avances de las acciones propuestas y de las estrategias usadas para alcanzar la meta de aprendizaje.
Evalúa sus resultados y si los aportes que le brindan los demás le ayudarán a decidir si realizará o no cambios en las estrategias para el éxito.
-A que otras competencias han impactado Se expresa en su lengua materna. Gestiona su aprendizaje de manera autónoma Escribe textos en su lengua materna. Se desenvuelve en entornos virtuales generados por las TIC, fueron las
competencias de soporte.
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CREATIVIDAD: (No mayor a 250 palabras)
Objetivos específicos
1. Momento de la planificación/ diseño de la propuesta pedagógica
Diseñar proyectos innovadores para el desarrollo de competencia comunicativa de lectura a
través del “El Bus Lector”.
Planificar actividades de diagnóstico, elaboración de instrumentos de monitoreo y evaluación
del proyecto de innovación.
Establecer criterios para la selección de textos y estrategias para motivar y fomentar el hábito
lector en el Bus Lector.
2. Momento de la Gestión de recursos y acondicionamiento del ambiente
Gestionar alianzas con padres de familias, instituciones, y líderes de la comunidad para
apoyar el proceso pedagógico del proyecto.
Gestionar alianzas con las redes del distrito para el intercambio de experiencias.
3. Momento clave de implementación de la estrategia
Paso 1: Elaboración del itinerario (sesiones).
Paso 2: Presentación del título de las lecturas seleccionadas.
Paso 3: Difusión de las rutas y viajes imaginarios en el bus lector.
Paso 4: Se establecen rolos roles que cumplirán los estudiantes (conductores, pasajeros y
promotores de lectura).
Paso 5: Realizan viajes imaginarios y vivenciales a través de distintitas regiones, y conociendo
los arquetipos de los personajes y la motivación de los escritores.
Paso 6: Participan en tertulias literarias.
Paso 7: Desarrollan fichas de comprensión.
4. Momento de la evaluación, incluye como se llevó a cabo la evaluación formativa
Respecto a la evaluación fue uno de los componentes principales del proceso de ejecución. Por eso
estuvo en cada uno de los momentos a fin de visualizar las debilidades que el proyecto presentó en sus
diferentes actividades. En especial se centró en la motivación de los estudiantes, las falencias en la
planificación del docente y del material (ficha de evaluación y lectura). Desde esta perspectiva, no solo
evaluamos al estudiante; sino a todos los componentes involucrados, en cada momento de la puesta
en marcha del proyecto. Es decir, evaluar antes, durante y después, para hacer los reajustes necesarios
y lograr los objetivos planteados.
5. Momento de la reflexión, sistematización, ajuste o aprendizaje del proceso de parte del
docente.
En este momento, partió de la siguiente premisa “Se hace camino al andar”. Después de cada viaje, se
reflexionó sobre el estado de animo de cada estudiante, esto realizar una entrevista espontanea a los
estudiantes y de acuerdo a sus respuestas de la ficha de control de lectura.
En lo que respecta a la sistematización, se realizó correctiva. Cada fin de semana se convocó a todos
sus protagonistas a fin de conjugar miradas distintas en referencia al espacio, convivencia, gestión,
tiempos, materiales entre otros. Estos momentos nos permitieron reorientar y reajustar las actividades.
6. Momento de la socialización, compartir o irradiación de los logros de la competencia hacia
la comunidad.
A más de medio año de haber iniciado la practica pedagógica, nos hemos encontrado con muchas dificultades; sin embargo, el trabajo en equipo permitió superarlas. Por ello, en las horas colegiadas y en las reuniones a nivel de toda la comunidad educativa, se ha compartido esta experiencia singular. Después de estas reuniones, surge el interés de los padres de familia para realizar viajes similares y vivenciar las experiencias de sus hijos.
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INCLUSION: (No mayor a 250 palabras)
Describa como en el proceso de desarrollo de su proyecto aseguró la inclusión y el abordaje
de la diversidad.
La diversidad y la inclusión se abordaron de acuerdo a los arquetipos representados en los
diferentes textos. En ellas se reconoció el valor inherente de cada persona y de sus derechos,
por encima de cualquier diferencia.
En cada viaje se brindó a los estudiantes las condiciones y oportunidades que cada uno necesita
para lograr los mismos resultados.
Los estudiantes demostraron tolerancia, apertura y respeto a todos y cada uno, evitando cualquier
forma de discriminación basada en el prejuicio a cualquier diferencia; esto a partir de la reflexión
de los textos: El sueño del pongo, Alienación, El Tuku Villegas, entre otros.
TECNOLOGIA: (No mayor a 250 palabras)
Describa que tipo de tecnología ha utilizado como soporte en su proyecto y como ha asegurado su
tratamiento crítico y reflexivo.
Los recursos tecnológicos usados como soporte fueron diversos. En cuanto a equipos, se usaron
laptops XO y celulares. Las laptops permitieron que los pasajeros lectores interactúen con textos
que no estaban al alcance física y económicamente.
Por otra parte, se colocó códigos QR en lugares estratégicos del Bus Lector, para plantearles una
nueva forma de viaje para llegar a diferentes lugares y épocas en unos segundos, esto gracias a los
celulares. Para ello seleccionaron obras de la página web “El libro total”, sitio que permite la lectura y
descarga gratuita de libros completos que se leyeron en el bus.
PARTICIPACION: (No mayor a 250 palabras)
¿Quiénes fueron los aliados estratégicos para la implementación de la propuesta? Momento de la planificación: El Director y docentes, planificando, aplicando el diagnóstico,
aplicando la línea de base, monitoreando y evaluando permanente. Momento de la Gestión de recursos y acondicionamiento del ambiente: El Director,
gestionando recursos para la reproducción de fichas de lectura y evaluación, el Presidente de APAFA: Gestionando alianzas con padres de familias para apoyar el proceso pedagógico del proyecto.
Momento clave de implementación de la estrategia: Los docentes del área de comunicación: Estableciendo criterios y estrategias para la motivación y la selección de textos.
Momento de la evaluación: Todos los involucrados directa e indirectamente con el proyecto,
esto dando a conocer observaciones, destacando actividades, y proponiendo reajustes.
Momento de la reflexión, sistematización, ajuste o aprendizaje del proceso de parte del
docente. El Director y Docentes, reconstruyendo y documentando las experiencias, apoyándose
en evidencias tangibles; y explicando los éxitos y fracasos en el esfuerzo por lograr un cambio. Momento de la socialización, compartir o irradiación de los logros de la competencia hacia
la comunidad: Todos los involucrados compartieron sus experiencias y aportes para irradiar esta
práctica pedagógica.
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES:
Objetivo especifico
Nro
¿Qué actividades van a desarrollar para cumplir cada objetivo específico?
RESPONSABLES
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
2018
Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Set. Oct. Nov. Dic.
1. Diseñar proyectos para el desarrollo de competencias comunicativas y difundirlos a través del “Canal del saber: El Bus Lector para pasajeros lectores”.
1.1. Conformar el comité de innovación
Comité de diseño del proyecto
X
1.2. Diseño del proyecto X X
1.3. Talleres para el diseño del proyecto
X X
1.4. Establecer los objetivos y las competencias generales y transversales del proyecto.
X X
1.5. Presentación del proyecto a la comunidad educativa.
X
1.6. Difusión de las rutas y viajes imaginarios en el bus lector.
X X X X X X X X
2. Planificar actividades de diagnóstico, elaboración de instrumentos, monitoreo y evaluación del proyecto de innovación.
2.1. Conformación de los Comités.
Comité de planificación
X
2.2. Diagnóstico de las necesidades
e intereses de aprendizaje.
X
2.3. Elaboración y aplicación de
Línea Base de las capacidades
de los estudiantes.
X
2.4. Elaboración de instrumentos de
evaluación.
X X X X
2.5. Validación de los instrumentos
de evaluación
X X X X X X X X
2.6. Elaboración del itinerario
(sesiones)
X X X X X X X
2.7. Sesiones de lectura (hora
literaria 02hras.)
X X X X X X X
2.8. Monitoreo de las actividades. X x x X X X X X X
2.9. Evaluación e informe X x x X X X X X X
3. Establecer criterios para la selección de textos y estrategias para motivar y fomentar el hábito lector en el Bus Lector.
3.1. Establecimiento de estrategias y
criterios para la selección de
textos.
Comité de implementación de talleres y estrategias
X X X X X X X X
3.2. Concursos de expresión oral
promotores de libros.
X X
3.3. Concursos de lectura “Utilizo los
recursos no verbales y para
verbales en mis lecturas”.
X
3.4. Concurso de expresión oral “El
narrador de mi pueblo”.
X
3.5. Concurso de comprensión de textos.
X X
4. Gestionar alianzas con padres de familias, redes, instituciones, y líderes de la comunidad para apoyar el proceso pedagógico del proyecto.
4.1. Reuniones con PP.FF. de la IE
para su apoyo en el proceso
pedagógico.
Comité de gestión de recursos y alianzas.
X X X X
4.2. Reuniones con líderes de la
localidad y autoridades.
X X
4.3. Gestiones a instituciones
potenciales para su alianza e
involucramiento: (Municipios,
ONGs, UGEL y otros).
X X X X X X X
4.4. Gestionar alianzas con las redes
del distrito para el intercambio
de experiencias.
X X X X
6. Sistematizar, reflexionar, y construir el modelo del proyecto a través de un equipo de trabajo para su irradiación y socialización.
6.1. Conformación del equipo
responsable para la
sistematización, construcción,
irradiación y socialización
(planificación).
Comité de sistematización y construcción del modelo de proyecto
X
6.2. Recojo de información de la
práctica pedagógica
X X X X X X X X X X
6.3. Jornadas de reflexión y
sensibilización de la
documentación (jornadas
pedagógicas círculos de inter-
aprendizaje).
X X X X
6.4. Socialización de los avances e
interpretación de la experiencia
(registro de apuntes, boletines)
X X X X X X X X
6.5 Socialización sobre los logros de
aprendizaje (informe).
X X X
6.6. Presentación de la
sistematización de la práctica
pedagógica a la comunidad.
X
PÚBLICO OBJETIVO
Beneficiarios Población total en la IE
Cantidad de estudiantes focalizados
Población total de docentes Cantidad de docentes
participantes del proyecto
Mujeres
68 68 0 0
Varones 67 67 12 03
Total 135 135 12 03
9
ANEXOS
10
EL BUS LECTOR, PARA PASAJEROS LECTORES
INSTITUCIÓN EDUCATIVA SECUNDARIA “JOSÉ MARÍA ARGUEDAS”
PRÁCTICA PEDAGÓGICA
“FOMENTANDO EL HÁBITO LECTOR EN LOS
ESTUDIANTES, A TRAVÉS DE VIAJES IMAGINARIOS
Y VIVENCIALES EN EL BUS LECTOR”
Ararankaymanta (El lagarto)
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Ararankaymanta (El lagarto) Recopilado por José María Arguedas
Había un hombre sumamente rico. Tenía incontables ovejas, vacas, tierras. Se casó con una mujer hermosísima. Pero no tuvo hijos. Se había casado pensando en que necesitaba herederos para sus riquezas. “Todo lo que tengo lo dejaré a mis hijos”, había dicho.
Pero se casó y no tuvo hijos. No tuvo descendencia. Su mujer era bellísima; y todos los hombres la contemplaban; pero resultó siendo estéril. Y el hombre tampoco tuvo hijos en otras mujeres. La esposa no pudo concebir por ningún medio.
Entonces fue a la iglesia a rogar a Dios. Fueron los dos. Prendieron velas “¡Tantísimo ganado, tantísimas tierras! ¿A quién hemos de dejarlos?”, clamaban. Lloraban a ratos; a ratos no lloraban.
Pasaron cinco años, seis años, y no tuvieron hijos. Cumplieron diez años de matrimonio, y no pudieron tener un hijo. Y como les torturaba la idea de que no tenían a quien dejar su fortuna, el hombre dijo: “¿Quizás debiéramos adoptar un hijo ajeno?” Pero la mujer se opuso: “¿Cómo hemos de criar un hijo ajeno? No será de nuestra sangre. Volvamos donde el Señor a pedirle su gracia; que me conceda su gracia, para que tengamos un hijo. Prendámosle velas en su altar” Y así fue.
Pasó el tiempo... A los quince años de matrimonio la mujer concibió, y apareció encinta. Se llenó de alegría; el marido también fue dichoso. “Allí está mi hijo. ¡He engendrado!”, diciendo, fue a dar la noticia a unos y otros. Bebió con ellos. Expresó su felicidad. Se arrodilló a los pies del Señor. ¡Ya no era un hombre estéril, un cuerno!
Y así, en ese estado de dicha, pasaron cinco meses, nueve meses. A los diez meses la mujer parió. Dio a luz en su casa-hacienda; la atendieron cuatro mujeres de esas que saben. Entonces…, entonces…, ¡qué te diré! La mujer parió un lagarto, no un ser humano. ¡Un lagarto! Su rostro era humano; su cuerpo era de saurio, todo, hasta las uñas. Sólo la cabeza era humana. Su cuerpo era de lagarto.
“¡Nadie puede hacer nada de nada! Resignaos. Debe ser Dios quien les ha enviado este lagarto, de tanto que le pedisteis”, dijeron las comadronas.
Y entonces, por eso, ¡así lo criaron! El asqueroso animal mamaba los pechos de la madre; y ella no le temía. ¡Era, pues, su hijo! Lo crió dentro de la casa, bajo techo; no le permitía salir. El padre lloraba y se entregó a la bebida.
Y así, del mismo modo, día a día, cumplió cinco años y aprendió a hablar. ¡Hablaba el lagarto! Pero no podía erguirse, caminaba arrastrándose sobre la barriga. Sin embargo, su rostro era humano. Nada cambió, todo continuó igual hasta que el lagarto cumplió diez años, quince años. Aprendió a leer; sí, aprendió a leer, pero no pudo escribir con sus dedos de saurio; eso no pudo. Tenía cuatro manos; cuatro, como todo lagarto. Su rabo era largo como una reata. Y creció, todo él; la bestia se hizo recia y enorme. Maduró, maduró fuertemente. Y aparecía rojizo, verdaderamente rojo, pletórico.
Entonces, cuando cumplió dieciocho años, pidió mujer. Le dijo a la madre: “Deseo casarme” “¿Cómo? –le preguntó ella- ¿Cómo puedes tú casarte?”. “¿Y para qué tienes tantas riquezas, tantos bienes? ¡Hacedme casar! Sin duda con este fin me pedisteis. Yo no os pedí venir”, dijo el lagarto.
“Es nuestro hijo. Tendremos que hacerlo casar, de algún modo. Ha de tener mujer”, dijeron los padres. Y fueron a pedir una muchacha para él. Todos sabían que el hijo de éste hombre poderoso era un lagarto.
Pero como era tan inmensamente rico, a causa de su opulencia, los padres de la muchacha solicitada, entregaron a su hija. “Quizá no le ocurra nada” dijeron.
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Y el matrimonio de del lagarto fue esplendoroso. Se realizó en la casa del cura; allí dijo la misa el sacerdote; en su propia casa ofició el matrimonio. La mujer del lagarto era bellísima. Se la llevó. Sin embargo, el lagarto tuvo que ir cargado en hombros. Cantando llevaron a los novios hasta la cámara nupcial. El padrino y la madrina guiaron la comitiva. Ellos desnudaron a la novia; cerraron la puerta de la cámara nupcial y le echaron tres candados.
Era de noche. El lagarto apagó la vela y ordenó a su esposa: “¡Acuéstate!” Ella no sospechaba nada malo, era inocente. Obedeció y se acostó, se cubrió con las frazadas. Entonces el lagarto se lanzó sobre ella y la devoró; le bebió la sangre. Luego de beber la sangre le comió todos los miembros, la carne de la esposa, hasta la última fibra. Y amaneció repleto, cubierto de sangre, el piso ensangrentado; la boca de la bestia enrojecida.
Al día siguiente, el padrino, la madrina y los padres abrieron la puerta. Llevaban jarros de ponche para los recién casados… Encontraron al lagarto repleto; de la mujer no quedaban sino huesos descarnados en el suelo. “¡Qué hacer, qué hacer ahora!” dijeron gimiendo.
Y entregaron a los padres la joven mucho dinero, para que no se quejaran, para que no dijeran nada. El padrino, la madrina y los padres del lagarto lo arreglaron todo así, todo.
“¿Cómo pudiste devorar a quien te dimos por esposa?”, preguntaron al lagarto. “¡No tiene remedio lo que no puedo remediar! ¡Tengo hambre!, contestó.
Le trajeron otra esposa de otro pueblo. Celebraron nuevo matrimonio. Y también del mismo modo, apenas cerraron la puerta de la cámara nupcial, él ordenó a la mujer que se acostara primero; se lanzó sobre ella, le bebió la sangre y la devoró. Le bebió la sangre mordiéndola por el cuello y luego devoró las carnes, hasta la última fibra.
Y así, así le dieron muchas mujeres más. Hasta que en todos los pueblos supieron que ese lagarto devoraba a sus esposas. Y había una muchacha muy bella, que no tenía bienes de ninguna clase. Era pobrísima. Donde ella fueron, finalmente, el padre y la madre del lagarto. Fueron a pedirla. “¡No! –dijo el padre de la joven-. Sabemos muchas cosas de tu hijo. No sé lo que podría ocurrir.” “Ocurra lo que ocurra. Tengo dinero. Si algo le sucede a tu hija, daremos su precio. Te daré lo que sea”, contestó el padre. (Es que su hijo, el lagarto, lo martirizaba: “¡Hazme casar…, hazme casar!”, diciéndole, exigiéndole.)
“Volved. Voy a hablar con mi hija”, contestaron el padre y la madre de la muchacha.
Lloraron ambos: “¡Qué hemos de hacer!”, decían. “¡Tengo tantos hijos!”, exclamó el padre, y rogó a su hija: “Quizás puedas lograr nuestra felicidad –le dijo-. Me ha ofrecido ganado, tierras, vacas, dinero. Si algo te sucede te mandaremos cantar hermosas misas, como para ti. Criaremos bien a tus hermanos menores, a tus hermanas.” La joven entristeció. “¿Qué he de hacer, qué debo hacer? ¡Mis padres son tan miserables”, decía.
Y como el llanto no la calmaba, la joven fue a consultar con una bruja. Había en ese pueblo una señora que era bruja. “¡Ay, huérfana, es cierto, de verdad estás destinada a casarte! Aquí, en la palma de tu mano aparece claramente..., pero..., no has de vivir con él, con ése”, dijo la bruja. “A mí también me matará, me devorará como a las otras”, contestó la muchacha. “A ti no te matará –afirmó la bruja-. Eso está en tus manos.” “¿De qué modo?”
“Cuando os lleven a dormir, después de la boda, el lagarto te dirá: Acuéstate primero. Tú no le obedecerás. Harás que él entre en la cama, antes que tú. Cuando se haya acostado y lo veas dentro de las frazadas, tú entrarás a la cama. Cuando ya esté dormido te acostarás junto a él”; así habló la bruja. “Bueno”, contestó la joven.
“Al momento de acostarse él –continuó la bruja-, oirás cómo se descarna el cuero y se lo saca.” “¿Es posible?” “Es verdad. Y no te sucederá nada –afirmó la bruja-. No tengas pena.”
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La hermosa muchacha predestinada, volvió muy alegre donde sus padres y les dijo: “Qué puedo hacer, qué no puedo hacer, padres míos. Me casaré, pues. Si algo me sucede, habré pagado mi destino. ¡Que todo se haga por vuestra fortuna!” Los padres, al oírla, fueron muy contentos donde los padres del lagarto…
“Ha aceptado, ha aceptado nuestra hija”, anunciaron. “Los casaremos”, dijeron los otros.
El inmundo lagarto empezó a dar saltos, grandes saltos de felicidad. Trepó después a la cama; y se estiró allí; quedó como empozado sobre las frazadas. Esa era su vida. No caminaba en el suelo sino raras veces.
Y así. ¡Se celebraron las bodas! Y nuevamente, con la solemnidad y la abundancia de siempre. Arpas y violines cantaban en todas partes de la casa. Levantaron esta vez una ramada, esta vez para el matrimonio del asqueroso lagarto. Él permaneció adormilado sobre una banca mientras se realizaba la ceremonia. Su rostro era humano, sus ojos grises. Y se llevaron a dormir a los novios. El padrino y la madrina guiaron a la comitiva que marchó mientras cantaban harawis. Cerraron la puerta de la cámara nupcial; le echaron candados.
El lagarto apagó la vela. “La apagaremos”, dijo. Luego ordenó a su esposa: “¡Acuéstate!” “No –contestó la joven-. Acuéstate tú primero. ”¡Tú has de acostarte”, insistía el animal. “No me acostaré sino después que tú. Yo no he de irme. ¿A dónde he de irme?” “¡Acuéstate!”, volvió a ordenar el lagarto. “¡No lo haré, no me acostaré!”, contestó firmemente la muchacha.
Entonces…, el lagarto se acostó. Ya dentro de la cama, de pronto, “¡qall, qaaash!”, se sintió el ruido que hacía al descarnarse el cuero. Empezó a desollarse. Y la mujer sintió miedo. “Algo, algo está haciendo”, pensó. Y ya perturbada, se olvidó de la recomendación final de la bruja. “¡Acuéstate!”, le llamaba el lagarto. Había concluído de desollarse, y la llamaba. “¿Cómo he de echarme junto a él si he oído ese ruido? Es un lagarto, me va a devorar”, decía la muchacha.
Y encendiendo una vela, acercó la llama al lagarto. Estaba convencida que ni debía mirarlo. La bruja le había dicho: “No has de mirarlo”; le había advertido claramente. “No has de mirarlo, cuidado con encender una vela delante de él.” Y ella se olvidó. El espanto de ser devorada por el lagarto oscureció su memoria.
Delante de la llama no apareció el lagarto sino un joven hermosísimo, de cabellera roja. Entonces ella se inclinó para abrazarlo..., lo iba a abrazar… Pero él se convirtió en viento. “¡Uúúú…., úúú….! , silbando, desapreció por entre las maderas del techo. La joven se quedó muy sola. Y desde entonces fue considerada por sus suegros como una verdadera nuera, como hija de los poderosos padres del monstruo. Pues no tuvieron más hijos, nadie en la casa.
Cuando desapareció el lagarto, la gente del pueblo murmuraba; le decían a la madre: “Después de que mueras, una serpiente mamará de uno de tus pechos, y del otro un sapo. Ése será tu castigo. Pediste a Dios lo que no quiso darte. Jamás tendrás hijos.”
Tomado de Cantos y cuentos quechuas I; Ed. Municipalidad de Lima Metropolitana; Munilibros 1986.
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EL BUS LECTOR, PARA PASAJEROS LECTORES
INSTITUCIÓN EDUCATIVA SECUNDARIA “JOSÉ MARÍA ARGUEDAS”
PRÁCTICA PEDAGÓGICA
“FOMENTANDO EL HÁBITO LECTOR EN LOS
ESTUDIANTES, A TRAVÉS DE VIAJES IMAGINARIOS Y
VIVENCIALES EN EL BUS LECTOR”
EL TUKU VILLEGAS
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EL TUKU VILLEGAS
Feliciano Padilla El Tuku Villegas era un rapazuelo que capitaneaba a los pandilleros de una añosa escuela de
Abancay, allá por la década del cincuenta. Era fornido y mucho más alto que cualquier alumno de
mi salón. La profesora Etelvina, tan atractiva en su tiempo, se envejeció por su maldita culpa;
muchos compañeritos míos se vieron obligados a trasladarse a otras escuelas, y Víctor Ninapaytán
perdió el ojo derecho en una coboyada en la que Villegas le disparó una flecha filuda de carrizo, se
dijo entonces, casualmente y, los alumnos andábamos por su culpa cojos y con los ojos verdes, de
modo permanente.
El Tuku y sus lugartenientes, el Rocoto Ramírez y el Pato Ballón, eran por entonces los mejores
boxeadores de la escuela. Hacían pandilla junto con otros mataperros, y vivía de los cupos que les
pagaban los débiles. Todos los días debía llevarles un pan de los dos que me daban en el desayuno
o cualquier fruta, o cinco centavos, obligatoriamente. Y así la vida no valía la pena vivirla. Como no
me daban mucha propina debía guardar de las veces en que mi padre era generoso, y en otras
ocasiones, debía descuidar a mi pobre madre de lo que tenía para el kerosene, el azúcar u otro
menester. Al principio había pretendido hacer valer mis derechos a puño limpio, pero mi
atrevimiento terminó cuando me vi en el suelo tragando el polvo de la derrota y una espesa
chocolatada. Después opté por informar a la profesora Etelvina, pero, en un partido de fulbito
terminé con el ojo verde y ensangrentado a causa de un choque casual del Tuku, y con una
amenaza de muerte de yapa. Entonces seguí el camino de todos los niños: pagar cupo al Tuku
Villegas. Por eso es imposible que pueda olvidarlo. Me duelen todavía sus puñetes y puntapiés, y
a pesar de que han pasado tantos años, suelo verlo en mis sueños dándome duro como en aquellos
viejos tiempos. Recuerdo sus ojos raros, oblicuos como del búho, su nariz chata de boxeador y su
cabellera rojo-candela, como supongo debe tenerla el diablo. No lo olvido, pero, lo que más
recuerdo son sus puños de acero. Pegaban duro. Yo, por entonces —lo decía mi madre—, era un
niño tímido, medio grueso, y más bien pequeño para la edad que tenía: once años. Mi padre había
muerto por aquel entonces. Tal vez aquello cambiara mi carácter y me convirtiera en un niño triste.
Tendría, sin embargo, gran capacidad de resistencia; sólo así se explica que soportara a Villegas
durante dos años consecutivos. El Tuku era hijo de un policía muy conocido, medio rubio, medio
pecoso, que solía emborracharse, carajear y maltratar a los campesinos por quítame estas pajas.
¡Sí!, le tenía miedo; en realidad yo tenía miedo a todos los guardias porque los veía arrastrar a la
gente con destino a la comisaría, mientras mujeres y niños los seguían llorando e implorando en
quechua. ¡Carajo, hablen en castellano, no entiendo lengua de indios!, les decían.
Pero un día, antes de que viajara con mi madre al santuario del Señor de Huanca, me tomé la
venganza más cruel que jamás había imaginado ni podré imaginar, si se diera el caso. Aquel día
planeamos jugar en la quebrada del río Mariño, a la coboyada. Como llegué a simpatizar con el
Tuku por las propinas que le daba y por lo callado que era, fui su piquicha, es decir, el chiquillo que
ayudaría al héroe en las aventuras del Oeste americano. Claro que no cabalgaríamos a todo galope
en las praderas texanas, ni cruzaríamos el río Grande. ¡No! Un paisaje poético nos envolvía con su
magia de colores.
El río Mariño bajaba serpenteando de la laguna Rontococha, y desde donde estábamos, yo veía
que le lavaba los pies al cerro Quisapata. Y la quebrada: todo de verde moteado de rojo, amarillo,
azulino, naranja, lila y otros colores para los cuales todavía no encuentro nombre. Comenzó entre
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nosotros una especie de guerra con flechas y frutos de higuerilla, y con puños y patadas. Antes de
la coboyada nos subimos a los nogales y moreras, frondosos como sólo ellos. De sus ramas más
altas hacíamos que nuestra mirada viajara hacia el Sur, hacia Patibamba y San Gabriel: desde lejos
nos extasiaba el aroma dulzón de sus cañaverales. Después nos embutimos de moras y nueces a
más no poder. Sin exagerar, saciamos nuestra voracidad como nunca, y nos encontrábamos casi
por reventar.
Ya lo dije, éramos dos, simplemente; y ellos, los bandidos, unos ocho rapazuelos. En realidad, no
necesitábamos ser más los jóvenes. El Tuku era invencible en todo. ¿Para qué más?, me dije
seguro de mí mismo. El juego era casi una batalla real. En eso sucede, no sé si casualmente, que
una pepa de higuera lanzada por una flecha de jebe le dio al Tuku en los testículos. Aquello,
desgraciadamente, mermó nuestras fuerzas. Sin embargo, seguíamos luchando con bravura.
Finalmente, nos tomaron por la fuerza y nos convertimos en prisioneros de guerra. Recuerdo que
se nos abalanzaron agitando palos de Huarango y sogas de cabuya. Nos rendimos. Entonces los
muchachos se acordaron de todo lo que habían sufrido con el Tuku, y lo patearon sin piedad
mientras a mí me daban de manotazos, que, aunque me dolían no podían compararse con lo que
le hacían a Villegas. Eran las seis de la tarde más o menos. Nos amarraron a dos árboles grandes
en medio del bosque, lejos del camino. Las avecillas empezaron a anunciar el crepúsculo, y los
grillos a envolvernos en un concierto sin igual, y los árboles a comentar lo sucedido con suave
rumor. Luego los bandidos tuvieron una rápida asamblea. Allí decidieron a abandonarnos a nuestra
suerte. Antes de irse los ocho pilluelos, sea porque temían de que al día siguiente se vengaría el
Tuku con una buena pateadura, sea porque simplemente no querían pasarse de la raya con el
boxeador callejero, regresaron y me soltaron las amarras, indicándome que me dejaban libre para
que a mi vez le librara al Tuku después de media hora calculando que ése sería el tiempo que
demorarían para llegar a la ciudad. Y me amenazaban de muerte si es que no cumplía con la
sentencia.
Se fueron. Se perdieron por el camino orillado de árboles, llevándose en sus carcajadas
desaforadas la claridad del día. Efectivamente permanecí libre cerca del árbol donde se encontraba
el Tuku amarrado con sogas de cabuya desde los pies hasta el cuello, las manos atrás, también
amarradas fuertemente, de manera que estaba inutilizado. Apenas podía mover los ojos rojos de
cólera, y lo peor de todo es que no podía pronunciar palabra alguna porque habían anudado un
bozal. Se desgañitaba dándome órdenes. No podía ni quería entender sus bravatas. Pasó la media
hora, luego la hora entera, y el Tuku se deshacía por decirme algo; parecía que bufaba como toro
de lidia. Quise saber que decía y le bajé el bozal hasta el mentón. Pronto me cayó una catarata de
gramputeada y de carajos. ¡Suéltame, hijo de perra! ¡Apura, carajo, que me cago! Yo lo miraba de
frente, riéndome. Hacía media hora que había planeado vengarme. Esto no fue premeditado. Fue
cuestión del momento. Lo decidí cuando se cumplió la media hora de plazo que me dieron los otros
niños. Y ahora estaba gozando como un loco de sus desatinos. Agarré fuerzas y valor y le dije:
¡Toma, desgraciado, por todo lo que me has hecho! Entonces, el Tuku cambió de táctica: empezó
a tratarme como nunca lo había hecho. Por favor, Carlos, hermanito, suelta las amarras que me
cago, me duele mucho la barriga. Por Dios que me cago, por tu madrecita, por lo que más quieras.
Y yo muriéndome de risa, imperturbable. Luego retomó la actitud primigenia: ¡Suéltame, hijo de
perra! ¡Carajo, me cago!... y eso fue todo.
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De pronto, sentí un olor hediondo, insoportable. El Tuku se cagaba. Efectivamente. Se ensuciaba
y me amenazaba de muerte. ¡Te mataré! Lo haré mañana, pasado, donde estés, cuando te
encuentre. La fetidez me obligó a retirarme a unos metros más allá, hacia el río donde me zambullí
de alegría ropa y todo, lo que no era raro dado el fuerte calor. En aquel valle andábamos casi
desnudos. Al poco rato le puse nuevamente el bozal y siguió gruñendo y haciendo esfuerzos inútiles
por liberarse.
—¿Te acuerdas Tuku todo lo que me has hecho? —Grog, grog, grog— escuché su respuesta. Me
pusiste verde los ojos seis veces, me dislocaste la muñeca, me volteaste la quijada de una patada,
me sangrabas cuando querías, y tres días no pude orinar porque me pateaste en los huevos. ¿Te
acuerdas? —Grog, grog, grog— me gruñó como chancho maniatado que lo van a capar.
—Es la revancha, desgraciado. Es para que nunca te olvides de mí —le grité en la cara, casi
mordiéndole los cachetes.
Permanecí a su lado hasta las ocho de la noche. Después y lo dejé solo, llorando de cólera. Subí
la cuesta hacia la ciudad y en el camino una parvada de loros me saludó eufórica desde un pisonay.
Y, llegué por fin a mi casa luego de pasar por Wanupata, asustado. Indios y mestizos salían de las
chicherías tocando arpa y cantando huaynos melodiosos de la quebrada de Pachachaca. Ingresé
en mi hogar, temeroso, y como lo suponía, recibí una fuerte reprimenda de mi madre por llegar
tarde en vísperas del viaje. Después de la cena me mandó a dormir, pero no pude hacerlo en toda
la noche pensando en el Tuku. Tal vez habrá muerto, me dije. Cuando amaneció desperté a mi
madre, la ayudé a llevar sus bultos hasta la empresa Tagle y nos fuimos al Cusco.
El 14 de setiembre estábamos en el santuario del Señor de Huanca. Yo le rogaba al señor para que
se muriera el Tuku. Ojalá se esté enterrando en este momento, se lo pedía llorando como a una
magdalena. Y si no ha muerto haz que mi muerte en sus manos sea rápida y no me duela, se lo
rogaba. No quería salir del santuario. Rezaba y rezaba sin tregua para que mis súplicas se
cumplieran.
Después, retorné a Abancay con mi madre. Al llegar a casa fingí una enfermedad desconocida y
tomé cama para no ir a la escuela, para no verme con el Tuku, para no morir. Como estaba ya tres
días guardando cama estricta, mi madre trajo a casa al Dr. Casaverde, quien me vio y me
diagnosticó una complicación de amigdalitis e insuficiencia cardíaca. No me sané. Entonces vino a
verme el milagroso curandero Áybar y me trajo del susto llamando mi alma a medianoche y
dándome pócimas cuyos nombres no recuerdo. Parece que al final me enfermé de veras, porque
sentía estremecimientos y tenía diarrea.
Estaba ya nueve días en cama. Mi madre no sabía que hacer y lloraba por las noches viendo que
su hijo querido demoraba en recuperar la salud. Me encontraba tentado de decirlo la verdad, pero
me sobreponía y llevaba la fiesta por dentro.
Al décimo día vinieron a visitarme Jenaro, Ignacio, Zavallita y Federico, mis amigos íntimos.
Conversé como pude de las cosas que había visto en el Cusco. Ellos me contaban de la vida de la
escuela: Que la señorita Etelvina se va a casar, que Camachito se ha sacado 20 en matemática ¿y
te acuerdas que siempre lo boleaban con cero? Que nuestro equipo ―Los balcones negros le ganó
en fulbito a los grandazos del quinto de primaria. Que, ahora, el Cuarto está sin el Tuku, sin su
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peleador invencible. ¿Qué dices Zavallita? ¿Ha muerto el boxeador?, le zampé dos preguntas
desesperadas al hilo. ¡No, no!, me contestó. Lo que pasa es que el Tuku ha viajado a Lima. Su
padre ha sido cambiado, y se fueron. Se fueron todos. Sus compañeros le hicimos en el salón una
despedida; si vieras, hermanito, lloró el Tuku por nosotros, no quería irse, terminó de relatar
Zavallita. Entonces sentí que el alma se me vino al cuerpo y sólo esperé que se fueran aquellos
amiguitos para recuperar la salud. Nunca el tiempo me pareció tan dilatado ni tan impasible. Por fin
se fueron y así volví a recuperar la salud.
Ha pasado tanto tiempo desde entonces; sin embargo, anoche, anoche de manera muy extraña
retornaba de la universidad a casa, sentí que alguien me seguía. En estos días difíciles no se puede
saber qué le puede pasar a uno. Esto es impredecible. Como estamos en medio de una guerra,
caminamos por las calles a merced de los que pugnan con extrema violencia. Es fácil imaginar que
uno puede ser víctima de cualquiera de dos partes. Por eso bajé con cuidado de la combi que me
trajo a Chanu-Chanu. Ahí fue que no tuve dudas de que alguien me seguía. Lo vi de soslayo: era
alto fornido y barbudo, y vestía un sacón azul marino. Sentí la brisa del lago helada sobre mis
espaldas, y totalmente aturdido apuré el paso para llegar a casa. Caminé y caminé, pero seguía
escuchando sus pasos hostigando los míos. Pensé rápidamente en todo, incluso en la muerte. La
idea de la muerte me poseyó y me llenó de terror. Llegué a mi casa, tomé la llave y en el momento
que abría las cerraduras, noté que algo duró me tocó la nuca. Volteé y vi un revólver reluciente a la
luz de la bombilla, que presionaba la base del cerebro. ¡Entra carajo!, escuché la bronca voz; y
cuidado con hacer tonterías: no grites no muevas, ni hagas nada, carajo. Temblé de miedo y me
dio ganas de orinar. Luego ingresamos a mi sala y ahí me arrimó hacia la pared encañonándome
sobre la frente.
—¡Vas a morir, carajo! Pero antes de morir querrás saber por qué —me volvió a carajear.
—¿Quién eres?, atiné a decir.
—Un mercenario que está de paso… alguien que no le teme a la muerte… que nunca le ha temido.
¿Sabes quién soy?, agregó. ¡Soy el Tuku, carajo! Aquel que tu dejaste amarrado en el árbol del río
Mariño, para que me muera, hace ya 35 años. ¿Te acuerdas? Te he seguido tanto tiempo para
vengarme y por fin te encuentro en Puno, so desgraciado. Ha llegado tu hora. Bien, ahora morirás.
Nadie podrá salvarte. Adiós, hijo de perra.
Yo estaba seguro de que iba a dispararme. Vi esa resolución en sus ojos desorbitados. Entonces
arremetió con lo último para cumplir con su venganza. Por mi parte, antes de morir me di tiempo
para pensar en mi esposa y en mis hijos, ausentes de la casa en ese momento.
—No podrás escapar. ¡Morirás a la cuenta de tres, carajo!
—Perdóname, tuku. Tengo familia. No me mates. Qué va ser de mis hijos. Ten piedad, Tukito—le
LO QUE ME GUSTÓ COMENTARIO/OPINIÓN/CRÍTICA DEL TEXTO LEÍDO LO QUE ME SORPRENDIÓ
LO QUE NO ME GUSTÓ RESUMEN DEL TEXTO LEÍDO LO QUE APRENDÍ
MI NUEVO VOCABULARIO: ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
8.- ¿Cuál es el significado de la palabra subrayada en la siguiente expresión? Antes de la coboyada nos subimos a los nogales y moreras, frondosos como sólo ellos. ________________________________________________________________________________________________________ III. NIVEL CRÍTICO VALORATIVO 9.- ¿Qué opinas de la actitud de Tuku Villegas? ________________________________________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
10.- ¿Te parece correcto vengarse de una persona que te hizo mucho daño en el pasado? Justifica.