¿Por qué estudiar las percepciones ambientales

7/31/2019 Por qu estudiar las percepciones ambientales

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Por qu estudiarlas percepciones

ambientales?Una revisin de la literatura

mexicana con nfasis en

reas Naturales Protegidas

Las percepciones ambientales sonentendidas como la forma en que cada

individuo aprecia y valora su entorno, einuyen de manera importante en la toma

de decisiones del ser humano sobre elambiente que lo rodea. El presente trabajo

hace una breve revisin de la literaturamexicana sobre percepciones ambienta-

les, analizando cmo stas inuyen en latoma de decisiones en torno al manejo

ambiental, con nfasis en reas NaturalesProtegidas (anp). Se concluye resaltando

la importancia de realizar ms trabajosque aporten informacin sobre las per-

cepciones ambientales de las poblacioneslocales y distintos actores sociales en anp,en contextos rurales y urbanos, con el n

de hacer ms eciente la aplicacin de la

poltica ambiental mexicana.

Palabras clave: percepciones ambien-tales, geografa, conservacin, reas

naturales protegidas, Mxico.

Introduccin

La relacin existente entreel ser humano y su ambientees en gran parte el reejo de

sus percepciones ambienta-les (Lefebvre, 1991). En el

presente trabajo, las per-cepciones ambientales son

entendidas como la forma en quecada individuo aprecia y valora suentorno, y aportamos elementosque potencialmente pueden contri-buir a la conservacin (Arizpe et al.,1993; Padilla-Sotelo y Luna, 2003).

Un ejemplo concreto de esto es elcaso de las reas Naturales Prote-gidas (anp), que es el instrumentode poltica ambiental ms utilizadoen Mxico para nes de conserva-cin (ine-Semarnap, 1996; Romero,2001). Esta poltica, sin embargo,ha tenido alcances limitados por

tres razones principales:Primero, la estrategia de anpcomo principal poltica de con-servacin surge a raz de even-tos internacionales relaciona-dos con la proteccin ambiental,como los realizados en Esto-colmo en 1972 y Ro de Janeiro

Yara Fernndez Moreno

Espiral,Estudios sobre Estado y Sociedad Vol. XV No. 43 Septiembre / Diciembre de 2008 179

Investigadora del Instituto de HistoriaNatural y Ecologa y Doctorante en Ecologapor El Colegio de la Frontera Sur.

[email protected]


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en 1992. Si bien esta poltica ambiental ha sido legiti-mada por diferentes gobiernos mexicanos e incorporadaa la gestin pblica a travs de leyes, decretos, recursoshumanos y monetarios, podemos decir que no ha par-tido de un verdadero anlisis de la situacin particular,contexto histrico y conocimiento de caso (Godau, 1985;Lezama, 2000; y Montoya, 2005).Segundo, las anpoperan en un marco altamente con-ictivo debido a la presencia de intereses encontrados

de diversos actores sociales, entre ellos el Estado, agen-cias nanciadoras internacionales y organizaciones no

gubernamentales (ong), que se oponen a los intereseslocales y obstaculizan el proceso de conservacin (Toledo,1995; Escobar, 1996; Flores, 2003; y Paz, 2005).Tercero, la mayora de las anpcoinciden con espacios,residencia, realizacin de actividades agropecuariaso extraccin y uso de recursos naturales de diversaspoblaciones humanas, cuyos conocimientos y necesida-des locales no han sido tomados en cuenta (Arizpe et al.,

1993; Lazos y Par, 2000; Berlanga, 2005).

Por estos motivos, en las anppersisten los problemas dedeforestacin, crecimiento de la mancha urbana y talaclandestina, y se observan procesos de deterioro similaresa zonas que no se encuentran bajo un esquema de protec-cin (Escobar, 1997; Castillo y Toledo, 2000). Mxico seencuentra entre los cuatro pases con mayor nmero deanpen toda Amrica Latina y el Caribe (De la Maza et al.,2003), pero las tasas de deforestacin no disminuyen, loque lo mantienen como uno de los pases con las tasas dedeforestacin ms altas a escala mundial (Ochoa y Gonzlez,2000; fao, 2006).

En Mxico, las anpson consideradas como una polticapblica, en tanto que son de carcter pblico, porque estnen juego los intereses de las generaciones por venir y por la


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naturaleza colectiva de las decisiones que las ataen (ine,1995). Sin embargo, distintos autores, representantes de laacademia en Mxico y Latinoamrica, cuestionan los alcan-ces de los resultados obtenidos, con base en la evidenciaemprica que muestra una serie de problemas y fracasosen las anp. De ah surge el principio normativo de que laparticipacin ciudadana tendra que ser el eje central dela poltica ambiental y debera enmarcarse en un contextodonde coincidan los ms diversos intereses (Paz, 2005).Frente a esto, la poltica ambiental mexicana reeja ms

las percepciones, visiones e intereses de los tomadores de

decisiones que los de la poblacin local (Godau, 1985, Subi-rats, 1995), situacin que repercute en el fracaso o xito deun programa o poltica pblica.

De ah se deriva la necesidad de generar estudios de laspercepciones ambientales, tomando en cuenta a diferentesactores sociales involucrados en lasanp para evaluar si alser stos considerados, el conocimiento generado permitecontribuir al diseo de polticas ambientales verdadera-

mente pblicas, ms incluyentes y encaminadas hacia elinters general (Aguilar, 1996). Lograrlo puede contribuir aque la poltica ambiental sea ms pblica que gubernamen-tal, puesto que actualmente sucede lo contrario es msgubernamental que pblica (Cabrero, 2000). Considera-mos que el estudio de las percepciones ambientales puedeser una importante herramienta para ello.

El presente artculo tiene dos objetivos principales. Pri-

mero, hacer una revisin crtica de los enfoques utilizadospara el estudio de las percepciones ambientales, con nfasisen los aportes hechos desde la geografa. Argumentamos laimportancia de tomar un enfoque integrador que contempleaspectos sociales, ecolgicos y fsicos, con el n de conocer y

fortalecer los vnculos entre la conservacin ecolgica y lacultural en contextos determinados. El segundo objetivo esrevisar la literatura sobre percepciones ambientales exis-


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tente en Mxico, demostrando que se trata de una temticaemergente, hasta el momento centrada principalmente enreas rurales, y analizada desde un enfoque predominante-mente antropolgico. Concluimos resaltando la importanciade realizar ms trabajos no slo en zonas rurales sino tam-bin en contextos urbanos, con el n de aportar elementos

para el diseo y ejecucin de la poltica ambiental, demanera particular haciendo nfasis en lasanp.

Las percepciones ambientales y la geografa.La construccin de un campo de estudio

AntecedentesDesde la poca de Descartes y hasta a mediados del

siglo xx, la temtica de las percepciones tuvo su campoprivilegiado de anlisis en la losofa, donde exista cierto

consenso en sealar que la percepcin es el ejercicio delos sentidos humanos que contribuye en gran medida yde manera fundamental al conocimiento (Warnock, 1974).

Esta postura materialista plantea que la idea se crea en elcerebro, despus de captar a travs de los rganos de lossentidos el mundo exterior. Esa idea pasa a ser reejo de

la materia, es decir, de aquello que es percibido. Al decirde Kant (1781), las sensaciones son el elemento emprico,consecuencia de los objetos en la facultad de conocimiento.Surge as la primera corriente terica de las percepcionesque en los aos sesenta y setenta del siglo xxconcibe a las

percepciones como respuesta de los sentidos de la vista,gusto, olfato, tacto y odo en el ser humano. A partir de ahel estudio de las percepciones se desarrolla en el campo de laneurosiologa y la psicofsica, donde se generan resultados

que le proporcionan a los lsofos los fundamentos empricos

para continuar su anlisis de la Teora del Conocimiento(Heathcote, 1980; Guirao, 1980; Kearsley, 1994).


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La psicologa ambiental estudia la percepcin delambiente desde el individuo. Los principales estudiosrealizados desde esta corriente investigan la relacin dela respuesta del individuo a su ambiente a travs de losestmulos sensoriales (Heathcote, 1980; Conroy, 2002). Esen esta disciplina donde surge el concepto de environmentalcognition, que se reere al conocimiento y respuesta conduc-tual del ser humano hacia el ambiente; el cual es dibujado,formado y comunicado por otros humanos (Stea, 2003). Elconcepto environmental cognition, asociado a la percepcinsensorial del ambiente, fue precursor del concepto percep-

cin ambiental o environmental perception utilizado mstarde en la geografa.

Gibson (1980), uno de los principales tericos del estudiode las percepciones ambientales desde la psicologa ambien-tal, considera que las sensaciones colores, sonidos, textu-ras, olores y gustos son el material crudo de la experienciahumana y las percepciones son el producto manufacturadode la misma. As, los objetos y el espacio dependen de la per-

cepcin (Conroy, 2002). La teora de la percepcin de Gibsondepende de la interaccin del organismo con el ambiente ycasi siempre surge a partir del sistema visual donde el pro-ceso perceptivo resulta de una actividad organizadora que,por medio de la atencin, selecciona los datos sensorialespara constituir el contenido o precepto en donde el acto depercibir es inmediato y privado (Guirao, 1980).

Ms adelante, en esta misma escuela de la psicologa

ambiental, Neisser incorpora la connotacin social en elproceso del conocimiento derivado de la percepcin y plan-tea que la percepcin no es una serie de eventos aislados.sta es producida por un proceso de cambios continuos enel percibir. La percepcin es una continua interaccin con elambiente natural y social (citado en Allott, 2001: 2).Aunque en la psicologa ambiental predomina el estudio delas percepciones ambientales desde la ptica del individuo y


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lo privado en relacin a su entorno fsico, autores ubicadosen esta corriente consideran tambin variables demogr-cas como la edad, sexo, ingreso econmico, orientacin pol-tica y factores socioeconmicos (Brody, Higheld y Alston,

2004) para entender las diferentes ventajas o desventajasdeterminantes y las condiciones de existencia a partir de laposicin que el individuo ocupa en la sociedad (Mascitelli,1979; Gallino, 1995).

Es as como el estudio de las percepciones desarrolladopor la losofa y su teora del conocimiento, por un lado, y

la neurosiologa y junto a ella la psicologa ambiental, por

el otro, convergen en la geografa cultural, dando origena una escuela interdisciplinaria que incluye estudios queanalizan el contexto histrico y sociolgico de las percepcio-nes ambientales (Warnock, 1974; Guirao, 1980; Heathcote,1980).

Aportes desde la geografaUn nmero creciente de cientcos han abordado los

problemas del ambiente desde el punto de vista de lasinterrelaciones que ocurren entre los seres humanos y lanaturaleza. En la Europa Central (Alemania, Checoslova-quia, Rusia, Hungra y Polonia) de los aos setenta del sigloxx, se generaron aportes importantes como respuesta a lacrisis ambiental que cobraba relevancia con el incrementodel calentamiento global, la deforestacin, urbanizacin yextincin de especies vegetales y animales. Algunos de estos

aportes fueron el ordenamiento ecolgico, la ecologa delpaisaje y las evaluaciones de impacto ambiental, as comolos estudios de planeacin para el manejo de los recursosnaturales (Cervantes y Martnez, 1994). Actualmente, losavances ms importantes desde la geografa surgen enCanad y Estados Unidos, donde diferentes investigadoresse plantean la necesidad de abordar al espacio conside-rando los aspectos sociales, biolgicos y fsicos (McDonell


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y Pickett, 1990; Pickett et al., 1992; Grimm, 2000; Melleset al., 2003).

Derivado de esta inuencia, durante los aos setenta,

en Mxico se desarroll la geografa de manera impor-tante debido a la necesidad de resolver problemas socialesrelacionados con la crisis ambiental, cuestin que cobrabaimportancia a escala global. ngel Bassols, destacadogegrafo mexicano, junto con sus colegas del Instituto deGeografa de la unam contribuyeron a la explicacin de lasrelaciones entre el comportamiento humano y su inciden-cia con el medio en que se desarrolla. Desde una postura

marxista,1 adoptan la geografa como una ciencia social, endonde son importantes las relaciones econmicas y socialespara entender los problemas del espacio y del medio natural(Delgadillo, 1994).

Desde esta perspectiva, los problemas de investigacinrelevantes son los relacionados con el espacio y la inte-raccin de las sociedades humanas con el mbito natural,donde esa interaccin no se efecta de manera individual,

es decir, de cada persona por iniciativa particular con lanaturaleza, sino que los hombres actan tambin los unoscon los otros2 para relacionarse con la naturaleza (Macasy Caldern, 1994: 163; Padilla-Sotelo y Luna, 2003: 102).

La importancia de la geografa para comprender el procesode la toma de decisiones en torno al manejo del espacio, es unaporte de Yi-Fu Tuan (1974), uno de los tericos ms desta-cados de la geografa cultural (Heathcote, 1980; Rubenstein

y Bacon, 1983). Fleming (1975) hace una revisin del trabajode Tuan (1974) y resume sus aportaciones:

Identica sus bases en la psicologa ambiental y a

partir de sta dene a la percepcin como la respuesta

1. Carlos Marx (1859) seal que: No es la conciencia del hombre la que deter-mina su ser, sino, por el contrario, el ser social determina su conciencia.2. Si bien los autores hablan de hombres, consideramos en esta categora ahombres y mujeres.


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sensorial a los estmulos externos y a la actividad enla que ciertos fenmenos quedan registrados, mientrasque otros permanecen en la oscuridad.Tuan crea un nuevo concepto para los gegrafos, deno-minado topophilia que signica la unin sentimentalo subjetiva entre la gente y el lugar, la cual puede seranalizada a diferentes niveles y desde distintos marcostericos: temporal (histrico), espacial (geogrco) y

cultural (antropolgico).La percepcin, la actitud y el punto de vista de las perso-nas forman un elemento necesario para la comprensin

integral de un sitio (Fleming, 1975).

Por parte de los gegrafos, existe una amplia gama deestudios sobre percepciones ambientales relacionados con elmanejo de los recursos naturales, considerando los aspectosculturales y cmo stos juegan un rol signicativo en cada

sociedad. En este concepto de percepcin, el paisaje se con-sidera una construccin social, producto de la interaccin

entre las dimensiones material e inmaterial que lo consti-tuyen (Maldonado, 2006: 114). Un ejemplo de lo anterior esla investigacin sobre percepciones ambientales realizadapor Claudia Petry (2006) en diversas ciudades brasileascon extensas reas verdes. La autora aborda el estudio delespacio desde tres ejes: social, ecolgico y fsico. Seala queen Curitiba ciudad considerada por la unescocomo unmodelo de urbanizacin sostenible, la costumbre y tradi-

cin constituyen elementos signicativos para la conserva-cin de la vegetacin remanente y el cuidado de los parques.Las selvas urbanas son paisajes que resultan del valor y dela representacin social que reeja las caractersticas pro-pias de la poblacin que vive ese espacio, donde se generanprcticas sociales especcas, de bienestar, que valorizan

dicho paisaje (Petry citada en Maldonado, 2006: 115). Eneste sentido, la preservacin ecolgica es consecuencia de


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la preservacin cultural (Petry, 2006: 215-216), y el xito delas polticas de conservacin reside precisamente en haberintegrado exitosamente las percepciones de los habitantesa los programas respectivos.

Por su parte, el estudio de las percepciones ambientalessobresale tambin en la ecologa cultural con investiga-ciones sobre el rico conocimiento existente en diversasculturas sobre alimentos, medicamentos y otros productosextrados del ambiente, as como sobre procesos ecolgicosy climatolgicos. La ecologa cultural (o etnoecologa) enfocasu atencin en la capacidad adaptativa de una cultura a su

medio ambiente a travs del aprendizajey el conocimientodel lugar en el que habita(Viqueira, 1977; Rubenstein yBacon, 1983; David-Hunt y Berkes, 2003). Un ejemplo delo anterior es el estudio realizado sobre los marroquesy rabes que habitan las grandes llanuras, en el que seencontr que la percepcin sobre la forma de objetos y suidenticacin en el horizonte resulta altamente signicativa

para su supervivencia en el desierto (Rubenstein y Bacon,

1983). Desde esta perspectiva, a diferencia de la psicologaambiental, la percepcin no ocurre de manera indepen-diente en cada persona como un ente aislado, ni tampocosurge a priori o aislada de la prctica social y de la expe-riencia concreta de las personas en un evento, sino que lapercepcin est embebida en los patrones temporales queemergen desde diversas interconexiones biolgicas, socialesy culturales entre la gente y el paisaje (Davidson-Hunt y

Berkes, 2003).Es importante sealar que desde la geografa se desa-

rrollan diferentes temticas al abordarel estudio de laspercepciones ambientales. stas van desde aquellas queestudian a las personas de diferentes culturas y que, portanto, perciben su entorno de manera distinta y tomandiferentes decisiones para interactuar con su medio(Rubenstein y Bacon, 1983; Toledo, 1995), hasta el estudio


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de las percepciones ambientales consideradas como unafuente de informacin importante para los planeadores ymanejadores del ambiente. En este ltimo caso es impor-tante considerar que en los procesos de toma de decisiones,la imagen del ambiente diere apreciablemente entre los

tomadores de decisiones y la interpretacin que de estamisma realidad hacen otras personas (Heathcote, 1980;Bones et al., 2004).

Los procesos subjetivos que inuyen en la toma de deci-siones son el foco de atencin de la investigacin de algunostrabajos del estudio de las percepciones ambientales (Lazosy Par, 2000). Para tal n se utilizan tcnicas de investiga-cin social, tanto cualitativa como cuantitativa, que mideny evalan factores psicolgicos, sociales y econmicos queinuyen en la toma de decisiones de diferentes grupos

sociales. Algunas variables utilizadas son: edad, ingresoeconmico, educacin, clase social, tenencia de la tierra,as como sexo, origen tnico, lenguaje y religin (Whyte,1985).

El incorporar distintas variables permite conocerdiversas formas de ver la realidad de las personas condiferentes lentes, en funcin de su posicin en la jerarquasocioeconmica o clase social (Nazarea et al., 1998). As,los procesos de toma de decisin con respecto al cambioambiental estn mediados por nuestras personalidades,valores, roles y actitudes. En ellas intervienen tanto laexperiencia directa sobre el medio ambiente y la informa-

cin indirecta a travs de otros individuos, de la cienciay de los medios masivos de comunicacin; as como losprocesos psicolgicos individuales de prediccin, evalua-cin y explicacin dentro de un marco poltico y socialdeterminado. Conocer dichos procesos ayuda a formularrespuestas ms efectivas y oportunas a los riesgos ambien-tales, tales como la deserticacin, sequas, inundaciones,

terremotos y desastres naturales (Heathcote, 1980; Whyte,

1985: 404).


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Las percepciones ambientales en Mxico

En este apartado hacemos una breve resea de algu-nos estudios sobre percepciones ambientales en Mxico,poniendo nfasis en aquellos realizados enanp.

La relacin existente entre el ser humano y su ambientees, en gran parte, el reejo de las percepciones ambientales

en un contexto determinado; dicho de otra forma, respondea cmo cierto entorno social percibe su ambiente y va cons-truyendo su espacio (Lefebvre, 1991). Por ejemplo, en lasculturas prehispnicas vemos una relacin estrecha con ladiversidad biolgica, lo cual se reej, en tiempos lejanos,

mediante la construccin de grandiosos jardines con estan-ques articiales de agua que albergaban una gran diver-sidad de especies vegetales y animales. Estos jardines sepueden considerar como la materializacin de una losofa

y cosmovisin cargada de importantes fundamentos ecolgi-cos. De algunos jardines como los de Iztapalapa, Texcoco yChapultepec, que reejaron esta cosmovisin particular de

los antiguos mexicanos, quedaron maravillados los viajeroseuropeos cuando colonizaron la Nueva Espaa (Ordez yFlores-Villela, 1995; Heyden, 2002).

Uno de los primeros trabajos llevados a cabo en Mxicosobre percepciones ambientales es el de Carmen Viqueira(1977) con los totonacos en los estados de Veracruz y Puebla.La autora realiza su trabajo desde la ecologa cultural yencuentra que para los totonacos el color tiene un valor

cognitivo muy alto para diferenciar una gran diversidadde plantas y animales dentro de la selva. Esta capacidadperceptiva de los totonacos, acumulada por generacionesa travs del conocimiento y que se transmite mediante elaprendizaje, es utilizada para hacer un mejor manejo y usode las plantas (Viqueira, 1977).

Con base en los trabajos de Whyte (1985) sobre el uso delestudio de las percepciones ambientales ante los desastres


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naturales, en Mxico se han realizado importantes traba-jos de investigacin antropolgica, particularmente en elmedio rural. Una investigacin pionera es la realizada porArizpe, Paz y Velzquez (1993) en la Selva Lacandona condistintos grupos sociales (migrantes, campesinos, indge-nas, comerciantes, maestros, terratenientes, pobladoresrurales y urbanos, hombres y mujeres, jvenes y ancianos,religiosos y ateos) en relacin al proceso de deforestacin ycambio ambiental en la regin de Palenque y Marqus deComillas en Chiapas. En este trabajo, las autoras estudianlas percepciones ambientales que surgen a partir del dete-

rioro ambiental, en donde se genera un proceso social depercepcin, conocimiento y comprensin que se va constru-yendo a partir de los intercambios sociales de informacin,conicto o alianza con otros individuos y grupos sociales

(Arizpe et al., 1993: 14-15).Derivado del trabajo anterior, las autoras utilizan el

trmino de percepciones sociales del ambiente, las cualesconstituyen guas para la accin, que no se pueden expli-

car como creaciones individuales sino como construccionescolectivas, diseminadas y recreadas por la vivencia y lostestimonios personales. De esta forma, es posible congurar,

entre los actores sociales3 representaciones en torno a laexperiencia social (positiva y/o negativa) con sus implica-ciones colectivas y personales. Desde este punto de vista,las percepciones ambientales de distintos actores sociales

3. El concepto de actor social se reere a la sociedad civil que incluye sindi-catos, asociaciones del sector privado y otras organizaciones, grupos o individuosde ambos sexos diferenciados unos de otros a partir de sus relaciones sociales,prcticas, intereses y posiciones; y, por otro lado, al Estado como un actorcon relaciones imbricadas de poder respecto a los dems actores, siendo enmuchas ocasiones el actor dominante en la escena de los agentes participantesque incluye a funcionarios de distintos niveles de gobierno, partidos polticos,ejrcito y algunos sectores acadmicos y de la alta burocracia; as como alsistema internacional inmerso en estas relaciones sociales, a travs de sussocios comerciales y organizaciones no gubernamentales ong (Cabrero,2000; Camou, 2001; Coppedge, 2001).


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adquieren formas particulares de comprender y apreciar elambiente natural de acuerdo a un grupo social determinadoen donde se involucran diversos conocimientos y organiza-ciones, valores que se otorgan a ciertas preferencias, formasde seleccin y maneras de resolucin de conictos sociales

(Lazos y Par, 2000).Lazos y Par (2000) realizan una investigacin entre los

nahuas de la Sierra de Santa Marta al sur de Veracruz, lacual forma parte de la Reserva de la Biosfera los Tuxtlas(rbt). Su estudio analiza cmo la percepcin y comprensinde los fenmenos se construyen socialmente, mediante la

interaccin entre los individuos y los cambios ambientales,de los cuales dependen en gran parte las experiencias eintercambios que han tenido entre s los distintos grupossociales. As, se crea un mapa de las percepciones ambien-tales sociales vigentes que puede ayudar en la bsquedade alternativas sostenibles4 para el medio ambiente y enla comprensin de decisiones subjetivas, que son el foco deatencin de su investigacin.

Lazos y Par (2000) mencionan que 95% de los campesi-nos de Tatahuicapan desconocan qu parte de sus terrenosse consideraban reas de conservacin y tampoco conocanlos lmites de su ejido con la rbt. Este hecho contradice losprincipios de la poltica ambiental mexicana que sealanla importancia de considerar a diversos actores socialesen la toma de decisiones en el manejo de unanp, as comode establecer un conjunto de mecanismos, incentivos o

normas jurdicas, econmicas o solidarias (comunitarias)con que se busca superar la accin descoordinada e inde-pendiente de individuos y grupos, la cual pone en peligro

4. En este trabajo entendemos por alternativas sostenibles aqullas que buscanla coexistencia del ser humano con su ambiente, equilibrando los sistemastransformados y creados y evitando, por lo tanto, su deterioro. Una estrategiade desarrollo ambientalmente sustentable debe basarse en una concepcin quetienda a neutralizar o minimizar los efectos de los disturbios ocasionados demanera antrpica (Gligo, 1995).


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el funcionamiento o la existencia misma de las reasnaturales (ine, 1995: 23-24). Varios autores (Godau,1985; Subirats, 1995; Toledo, 1995; Escobar 1996; Flores,2003) sealan que son las percepciones de los tomadoresde decisiones, diseadores de polticas pblicas y leyespara la proteccin ambiental vigente, las que prevalecen,dejando fuera las de las poblaciones locales.

Los trabajos hasta aqu reseados han sido realizadosen zonas rurales. Los pocos estudios que existen sobre per-cepciones ambientales en ciudades se han llevado a caboms desde la ptica de los planeadores urbanos que desde

una perspectiva antropolgica (Salazar, 2000; Schteingarty Salazar, 2003). Algunos abordan temticas como el efectode la contaminacin ambiental en el Distrito Federal comofactor decisivo para la migracin de profesionistas de clasemedia a las ciudades de Texcoco y Cuernavaca en busca deuna mejor calidad de vida, mientras que a la periferia del dfsiguen llegando migrantes de los estados sureos del pasen busca de mejores oportunidades de sobrevivencia ante la

creciente crisis econmica y agrcola que se vive en el campo(Izazola, Martnez y Marquette, 1998). Sin embargo, pocostrabajos se realizan en reas de conservacin cercanas aparques ecolgicos urbanos (Salazar, 2000).

Las reas urbanas o semi-urbanas merecen gran atencinpor diversas razones. stas brindan importantes serviciosambientales tales como agua, aire y suelo; contribuyena proteger ecosistemas representativos; y son zonas de

recreacin y educacin que aumentan la calidad de vidaen las ciudades (Pickett, 1992; Toledo, 1997; Bones, 2004;Jim y Chen, 2006). Adems, son espacios consideradoslaboratorios in situ, con un gran potencial experimentalpara llevar a cabo investigaciones sobre fauna, vegetaciny ecosistemas amenazados (Gmez-Pompa y Dirzo, 1994).Las reas naturales en ambientes urbanos tambin sonimportantes para la investigacin social, ya que en ellas se


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dan distintas problemticas de la relacin entre seres huma-nos y recursos naturales. En ejidos o reas peri-urbanas ourbanas, los recursos naturales tienen un destino diferentedebido a que las actividades de subsistencia dependen cadavez ms de las grandes urbes (Salazar, 2000). Es tambinimportante sealar que en los prximos 30 aos, ms delas dos terceras partes de la poblacin mundial vivirn enciudades (Grimm, 2000) y que en las megametrpolis seubican los principales problemas que ocasionan el cambioclimtico global (Alfsen-Norodom, 2004).

Uno de los escasos estudios realizados sobre el tema en

zonas urbanas es el de Lilia Padilla y Ana Mara Luna(2003) quienes, desde el enfoque de la geografa de la per-cepcin, reconocen la existencia de dos tipos de espacios,uno absoluto y otro relativo. El primero es catalogado comoobjetivo y est reejado en la cartografa ocial, los datos

estadsticos y la escuadra y cartabn. El segundo respondea lo subjetivo, es decir, nace de la palabra (la percepcin,la opinin, las preferencias, la valoracin, la descripcin)

y de los hechos (los desplazamientos y el comportamiento)de las personas que viven diariamente ese mismo espacio(Padilla-Sotelo y Luna, 2003). La aplicacin prctica de esteconcepto fue importante para saber si ciertos problemasdel ambiente eran percibidos por diferentes grupos socialesen cuatro ciudades de la costa de Quintana Roo y si estodependa de las distintas posiciones sociales u ocupacionessocioeconmicas. As mismo, este estudio permiti ubicar

algunos actores sociales dispuestos a incorporarse en accio-nes de cambio.

Conclusiones

Las percepciones ambientales han sido abordadas desdedistintas disciplinas, entre las que predominan la psicologa,la antropologa y la geografa. sta ltima ha contribuido a


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cer estas decisiones puede contribuir al diseo de polticaspblicas encaminadas a redirigir los procesos de deterioroambiental.

Agradecimientos

A Conacyt, por la beca 61466 otorgada para la realiza-cin de esta investigacin. A las doctoras Esperanza TunPablos y Luciana Porter Bolland, por la revisin meticulosay propuestas sistemticas para mejorar este trabajo. Ala doctora Edith F. Kauffer Michel, por sus aportaciones

precisas en lo referente a polticas pblicas, y a la doctoraVernica Vzquez Garca, por el tiempo destinado en larevisin nal de este documento. Al Instituto de Historia

Natural y Ecologa y al Colegio de la Frontera Sur, UnidadVillahermosa y San Cristbal de Las Casas, por las facili-dades para llevar a cabo la presente investigacin.

Fecha de recepcin: 8 de octubre de 2007.

Fecha de aceptacin: 11 de abril de 2008.

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