LA CONSTRUCCIN DE SENTIDOS EN EL CUENTO LOS AMOS DE JUAN
BOSCH
Andrs L. Mateo
En el cuento Los amos el narrador desplaza su mirada
limpiamente, estableciendo distancia de cuanto acontece a su
alrededor. Nunca toma partido, jams se entusiasma o condena lo que
va describiendo. Cada pincelada funda una accin que va definiendo
al personaje, pero es un lenguaje necesariamente dirigido a
construir la historia narrada. Por qu, entonces, al final de la
lectura, uno termina insurreccionado contra la injusticia, rebelado
contra la inmisericordia de una indefensin obscena, que deja al
descubierto la horrenda servidumbre y desigualdad del campo
dominicano, a principio del siglo pasado? Cul es la tcnica que
permite dar rienda suelta a las pasiones humanas, y que en el
cuento funciona ms all de las palabras?
An inmerso en el ms explcito realismo, el cuento Los amos
disfraza el punto de vista del autor a partir de la tcnica a travs
de la cual se va construyendo el universo de sentidos. Se trata de
un recurso que le asigna a lo descrito la ambigedad de un objeto
doble, y que recompone en la conciencia del lector lo falso como
verdadero. Este recurso es la estructura irnica de lo narrado. La
irona como tcnica le permite a Juan Bosch contar de manera lineal
algo que ser reemplazado por un juicio de la conciencia, y que se
volver depositario de una significacin ms prxima a la existencia
real del campesino de carne y hueso, convirtiendo en intolerable
cuanto acontece en la narracin.
Como figura literaria la irona da a entender lo contrario de lo
que se dice en el texto, y para lograrlo dispone de una gran
variedad de recursos situados en las elegancias del lenguaje y en
las tcnicas de expresin que la literatura ha acumulado a travs de
su historia. Se puede afirmar, incluso, que la narrativa
hispanoamericana comienza empleando profusamente el recurso de la
irona, porque Jos Joaqun Fernndez de Lizardi, el autor de El
periquillo sarniento y Don Catrn de la fachenda la emplea para
construir todo el andamiaje discursivo de sus personajes.
Pero quisiera precisar, antes de entrar a analizar este recurso
en el cuento Los amos, de Juan Bosch, que la palabra irona proviene
del griego eironeia, que quiere decir interrogacin. Empleando la
irona como tcnica, pues, un autor puede establecer un cierto
distanciamiento, pero clava la interrogacin en el espritu del
lector. Es lo que ocurre en el cuento Los amos. El cuento comienza
as:
Cuando ya Cristino no serva ni para ordear una vaca, don Po lo
llam y le dijo que iba a hacerle un regalo.
Esas dos primeras lneas nos introducen violentamente en el sesgo
irnico. Don Po va a hacerle un regalo a Cristino cuando ya ste no
sirve ni para ordear una vaca? Por la entonacin maligna, por el
teatro mismo de la expresin, por el dato bsico que define a
Cristino (no serva ni para ordear una vaca), sabemos que ese regalo
no es tal cosa. En El placer del texto, Roland Barthes dice que La
significancia es el sentido en cuanto es producido sensualmente. A
partir de estas dos lneas entramos en la construccin del sentido
que brota del soporte sensual de la descripcin, engrampado con la
tcnica de la irona.
Le voy a dar medio peso para el camino. Ust est muy mal y no
puede seguir trabajando. Si se mejora, vuelva.
Ahora sabemos que no era un regalo, sino un despido, y Don Po
queda enteramente situado, mostrado con toda su historia. El autor
lo cifra desde el distanciamiento de la irona, pero por el simple
efecto de la polisemia abre la interrogacin del lector. El dilogo
que sigue es determinante para resaltar esa significancia.
Cristino extendi una mano amarilla, que le temblaba.
-Mucha gracia, don. Quisiera coger el camino ya, pero tengo
calentura.
- Puede quedarse aqu esta noche, si quiere, y hasta hacerse una
tisana de cabrita. Eso es bueno.
Cristino se haba quitado el sombrero, y el pelo abundante, largo
y negro le caa sobre el pescuezo. La barba escasa pareca ensuciarle
el rostro, de pmulos salientes.
-Ta bien, don Po-dijo-; que Dio se lo pague.
Baj lentamente los escalones, mientras se cubra de nuevo la
cabeza con el viejo sombrero de fieltro negro. Al llegar al ltimo
escaln se detuvo un rato y se puso a mirar las vacas y los
cros.
-Que animao ta el becerrito- coment en voz baja.
Cunto ms una historia est contada de una manera sencilla, es
mucho ms fcil revertirla, leerla al revs. Don Po juzga una concesin
generosa el que le haya dicho a Cristino que se puede quedar y
hasta hacerse una tizana. El procedimiento es enteramente irnico,
as como la descripcin que lo acompaa. La descripcin que Juan Bosch
emplea en Los amos no es un discurso oratorio. La mano que Cristino
extiende para tomar el regalo es una mano amarilla. Y Cristino
tiene barba escasa que le ensucia el rostro, y los pmulos
salientes. Volcada sobre el contraste irnico con la figura de Don
Po, esta parte de la descripcin adquiere sentido enfrentada a la
descripcin de Don Po:
Don Po era bajo, rechoncho, de ojos pequeos y rpidos. Cristino
tena tres aos trabajando con l. Le pagaba un peso semanal por el
ordeo, que se haca de madrugada, las atenciones de la casa y el
cuido de los terneros. Le haba salido trabajador y tranquilo aquel
hombre. Pero haba enfermado y Don Po no quera mantener gente
enferma en su casa.
Don Po tendi la vista. A la distancia estaban los matorrales que
cubran el paso del arroyo, y sobre los matorrales las nubes de
mosquitos. Don Po haba mandado a poner tela metlica en todas las
puertas y ventanas de la casa, pero el rancho de los peones no tena
ni puertas ni ventanas; no tena siquiera setos. Cristino se movi
all abajo, en el primer escaln, y Don Po quiso hacerle una ltima
recomendacin.
-Cuando llegue a su casa pngase en cura Cristino.
Ahora sabemos que todo el cuadro es pura estructura irnica. El
narrador no ha dicho nada sobre la causa de la fiebre de Cristino,
pero cuando describe el matorral que Don Po observa en la
distancia, dibuja unas nubes de mosquitos. Asociado con la mano
amarilla que Cristino ha extendido antes, sabemos entonces que
tiene paludismo. La causa de su enfermedad est en las condiciones
de trabajo. Don Po, que lo bota por su estado de salud es,
irnicamente, el culpable del mismo.
En este punto Cristino est ya completamente tomado por la
fiebre, pero an as alcanza a ver una vaca que debi haber parido la
noche anterior. Se lo dice a Don Po y ste le dice:
-Dese una caminata y me la arrea-oy decir a Don Po.
Yo fuera a buscarla, pero me toy sintiendo mal.
La calentura?
Unj, me ta subiendo-Eso no hace. Ya ust est acostumbrado,
Cristino. Vaya y trigamela.
Cristino se sujetaba el pecho con los dos brazos descarnados.
Senta que el fro iba dominndolo. Levantaba la frente. Todo aquel
sol, el becerrito
-Va a trarmela?- insisti la voz.
- Ello s, Don- voy a dir. Deje que se me pase el fro.
- Con el sol se le quita. Hgame el favor, Cristino,. Mire que
esa vaca se me va y puedo perder el becerro.
Cristino segua temblando, pero comenz a ponerse de pie.
-S, ya voy Don-dijo.
Paso a paso, con los brazos sobre el pecho, encorvado para no
perder el calor, el pen empez a cruzar la sabana. Don Po lo vea de
espalda. Una mujer se desliz y se puso junto a Don Po.
-Qu da tan bonito, Po! -coment con voz cantarina
El hombre no contest. Seal hacia Cristino, que se alejaba con
paso torpe como si fuera tropezando.
-No quera ir a buscarme la vaca pinta, que pari anoche. Y
ahorita mismo le di medio peso para el camino. Le dijo a la
mujer.
La irona llega aqu a la extravagancia. Don Po a dicho antes a
Cristino que se cuide, pero an en su estado febril lo manda a
buscar la vaca. La contraposicin entre la vaca y Cristino tiene una
opcin clara: La vaca tiene a los ojos de Don Po mayor relevancia
social, y a esta conclusin llegamos no porque el narrador nos lo
haya insinuado, sino porque la carga irnica nos obliga a leer al
revs. Hay toda una presencia de la servidumbre representada en esa
imagen de Cristino sujetndose el pecho con los dos brazos
descarnados y la insistencia de Don Po en que l estaba
acostumbrado, que se fuera con la calentura a buscarle la vaca.
Tanto Don Po como Cristino han pasado a ser en la literatura
dominicana arquetipos de las relaciones de explotacin social del
campesinado, aunque ninguno de los dos cuestiona, en la prctica, su
papel. Don Po es un abusador y lo ve como algo natural, pero
Cristino legitima sumisamente el rgimen que lo explota. El autor no
ha introducido ninguna de las inspidas consideraciones morales de
condena a la explotacin, pero sin embargo el extremo siempre
desplazado, imprevisible de la tcnica de la irona subleva en la
conciencia del lector el universo de sentidos que la obra erige.
Aunque el narrador no se altera, y se limita a contar una historia,
la eironeia de los griegos hunde al lector en la interrogacin. Es
la irona la que hace entrever la verdad escandalosa de la
explotacin.
Si hay algo que Juan Bosch respeta es la especificidad del uso
de la lengua por parte de la literatura. Lo que l crea son
realidades literarias. Pero en Los amos la ficcin est sostenida por
un habla social. La literatura imita el habla natural. Cristino y
Don Po estn en el mismo nivel sociolingustico, El sociolecto que
hablan no pone en evidencia las diferencias econmico-sociales que
los separa. Cuando Cristino habla reproduce ntidamente sus valores,
sus creencias, la idea de s mismo que le permite ver con toda
naturalidad el desgaste de su existencia bajo la frula de la
explotacin. Don Po no tiene nunca el arrebato de la pena, desde el
momento en que es natural el orden social, l cree a plena
conciencia que es un hombre compasivo. Es por eso que el nico modo
de convertir este cuento en una literatura social es empleando el
recurso de la irona.
El mejor ejemplo es el final.
Por fn Cristino ha emprendido el camino para buscar la vaca. Las
pinceladas con que es descrito son desgarradoras, trazos que lo
dibujan como espectro, un poco sombra, un poco desolacin. El
personaje va derribado sobre su propio claroscuro, es un pingajo
humano, un pellejo. An as, el ojo implacable de Don Po lo
fulmina.
-Malagradecidos es lo que son, malagradecidos!- le dice a su
mujer, a quien antes le haba contado el gesto magnnimo de regalarle
medio peso a Cristino, y cmo ste se haba negado, en principio, a
buscarle la vaca. De esta manera se cierra ese espacio raro del
lenguaje que construye la irona, y que nos obliga a leer al revs,
lo que nos ha sido contado al derecho. Y ah mismo es cuando el
lector sube los ojos al cielo y dice: Pero que hijo de la gran puta
es este Don Po.
Muchas gracias.
El trabajo gustoso:
la construccin del sentido en la obra literaria
Emilio Ricardo Bez Rivera, Ph.D.,
representante de la rectora interina Ana Guadalupe, Ph.D.
(Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ro Piedras)27 de
noviembre de 2009Buen da a todas y a todos:
En una conferencia sobre la poesa que Vicente Huidobro ley en el
Ateneo de Madrid, en 1921, el promotor del Creacionismo ensayaba
una de las mejores explicaciones sobre el pacto que establece el
escritor con la lengua a fin de ejercitarse en eso que se denomina
la obra literaria. Partiendo de una tipologa binaria del cdigo, que
llam significacin gramatical y significacin mgica, el poeta chileno
diferenciaba entre la certeza de cercana o de lejana absolutas
respecto al uso artstico de la palabra. Por un lado, la
significacin gramatical es el lenguaje objetivo, que nombra todo
sin sacarlo de su calidad de inventario, es decir, de su
ordenamiento sistemtico en el diccionario, legislado por las
Academias de la Lengua. Por otro lado, la significacin mgica es la
empedernida transgresora de esa norma convencional y de esa
representacin estrictamente acadmica, porque comporta la adquisicin
de una representacin que es, de acuerdo con Huidobro (lo cito), ms
profunda y como rodeada de una aura luminosa que debe elevar al
lector del plano habitual y envolverle en una atmsfera
encantada(cierro la cita). La tarea de todo buen escritor se cifra
en esa maniobra riesgosa de atravesar el velo de lo visible hasta
adentrarse en el santuario de la imaginacin para descubrir y
divulgar ese significado oculto en la palabra externa, ese dira
Huidobro vocablo virgen de todo prejuicio, alejado por completo del
mundo que existe por cuanto ha sido extraditado del mundo que
debiera existir. Juan Ramn Jimnez bautiz bellamente este taller de
obra comunitaria del poeta con la frase feliz de El trabajo
gustoso, que le he tomado en prstamo. Ah comienza el xito de todo
texto cuyo lenguaje logre elevar al lector a un plano superior
hasta hacerlo experimentar, en el hondn de su espritu regreso a
Huidobro, la fascinacin misteriosa y la tremenda majestad. Ese
texto, en fin, sera el Eureka! del artista de la palabra.
Definidas las bases, levemos el ancla para zarpar hacia un
archipilago de construcciones del lenguaje creativo, artstico,
figurado, connotativo que conforma la geografa de la obra
literaria. Nuestro viento favorable es, sin duda, la metbola, cuya
acepcin general designa, en la Retrica clsica, cualquier cambio o
alteracin de la norma del cdigo lingstico en sus diferentes
niveles: semntico, lgico, fnico-fonolgico y morfosintctico. Bajo
esta consideracin, la metbola contiene todas las figuras empleadas
en el texto literario, las cuales, todava en el Siglo de Oro, en el
Neoclasicismo y en la poca contempornea, se agrupan en cuatro
categoras: las verbales o tropos, las de pensamiento, las de diccin
y las de construccin. Rebasa al tiempo y al propsito de esta
presentacin exponer un ejemplo de la amplia tipologa de cada
categora; luego, la seleccin se impone en cada una.
En el nivel semntico y de acuerdo con la significacin
gramatical, la Luna es el nico satlite natural de la Tierra, como
lee la primera acepcin de la RAE en su Diccionario, y la bambalina
es cada una de las tiras de lienzo pintado que cuelgan del telar
del teatro y completan la decoracin. Ahora bien, estas dos
palabras, tomadas por Pablo Neruda en una prosa potica, titulada
Vientos de la noche, que aparece en la continuacin de sus memorias
y que reza: Como una bambalina la luna en la altura se debe
cimbrar, por virtud del smil, adquieren una nueva valoracin
cualitativa en cuanto a lo nico que comparten: la forma grfica que
sirve de fondo a unos vientos cuya fuerza debiera hacer vibrar la
imagen del satlite, que parece pintado en la noche, comparada con
el lienzo teatral. Y as, podemos visitar cantidad de islas si
barloventeamos impulsados por los tropos. La inmortal metfora doble
de Jorge Manrique en los versos: Nuestras vidas son los ros / que
van a dar en la mar, / que es el morir expresa la relacin dinmica,
irrefrenable e irreversible que existe en el trayecto del ro y en
la vida humana, vocablos que, por la sustitucin sugerida en su
construccin de sustantivos anexados mediante el verbo copulativo,
se identifican hasta hacerse sustituibles tanto la vida por el ro
como la muerte por el mar.
Del mismo modo, la triple paradoja (figura de pensamiento) que
emula el lenguaje de los msticos en la oda A Francisco Salinas
(cito): Oh desmayo dichoso! / Oh muerte que das vida! / Oh dulce
olvido! (cierro la cita) le sirvi a fray Luis de Len para
homenajear al colega universitario con ocasin de comunicar lo
incomunicable: la intensidad del goce esttico que, anlogo al
fenmeno mstico, es inefable por definicin. Los tres oxmoros
empleados por Fray Luis desafan el nivel lgico del pensamiento con
adjetivos que describen a sustantivos de manera contraria. En
trminos del sentido comn y de la experiencia ordinaria, ningn
desmayo es dichoso, ninguna muerte vivifica y ningn olvido resulta
dulce o placentero; sin embargo, esta coincidentia oppositorum
procede en el plano de la denotacin y prospera en la comunicacin de
contradicciones que, en la connotacin, son reales porque transmiten
la verdad abismal de que el sujeto receptor del arte, en completa
sintona con el objeto artstico, se vuelve objeto tambin y se
desconecta de su entorno fsico. Es lo mismo que John Keats
justamente haba resumido en su certero y lacnico trmino
oneness.
En el nivel fnico-fonolgico, tanto el lenguaje de la publicidad
como el literario parece que compiten. Oigamos bien un antiguo
eslogan de refresco carbonatado, difundido en mi Isla, cuya
efectividad radica, irrefutablemente, en la repeticin de sonidos
consonnticos con un ordenamiento magistral:
Salte, salte,
salte de la cola.
Salta, salta,
salta a 7-Up.
Y, despus de 7-Up,
se acab la sed,
se acab la sed
con 7-Up!
La aliteracin de la s en la triple repeticin de los verbos
saltar y salir (en modo imperativo) y del numeral 7 (pronunciado
como sustantivo), as como en el adverbio despus y en la doble
presencia del pronombre se y del sustantivo sed provocan que, en la
frecuente salida del aire de la sibilante, se escuche la
efervescencia de la soda, la cual, de hecho, convida en el eslogan
a abrir tres latas, cuyo cierre removido emite tres detonaciones en
la onomatopyica palabra up del nombre de la bebida. As de estudiado
puede ser el proceso de mercadeo de un producto de consumo
diario.
Del condicionamiento de los reflejos del oyente en la sencilla
aliteracin de un eslogan publicitario, pasamos a la construccin ms
compleja de una joya literaria: la jitanjfora que domina el primer
prrafo de la novela ms famosa de Miguel ngel Asturias, quien trabaj
en ella los niveles fnico-fonolgico y morfosintctico de manera
simultnea. La cito:
Alumbra, lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre! Como zumbido
de odos persista el rumor de las campanas a la oracin, maldoblestar
de la luz en la sombra, de la sombra en la luz. Alumbra, lumbre de
alumbre, Luzbel de piedralumbre, sobre la podredumbre! Alumbra,
lumbre de alumbre, sobre la podredumbre, Luzbel de piedralumbre!
Alumbra, alumbra, lumbre de alumbre, alumbre, alumbra, alumbra,
lumbre de alumbre, alumbra, alumbre! (cierro la cita)
La acumulacin de frases con los anafricos alumbra, alumbre y
Luzbel, adems del epanalptico piedralumbre, completa un ciclo
sonoro de las campanas de la catedral, en cuyo atrio se enraciman
los miserables de la repblica infernal, gobernada por el Seor
Presidente. El uso de la aliteracin en estas palabras es,
sencillamente, insuperable. En las voces alumbra y alumbre, la
secuencia de ciertos sonidos recrea la oscilacin de la campana
golpeada en sus costados por el badajo: inicia la a, la vocal ms
abierta, seguida de la l, que le suma un timbre metlico que se
oscurece con la u, vocal cerrada, hasta abocinarse con la m, que la
hace resurgir con ms fuerza cuando pasa por el tamiz implosivo del
grupo consonntico br. Algo parecido ocurre con el nombre Luzbel,
sonido metlico que se oscurece con la u para resurgir en la
implosin de una e metalizada por la l final. Ni qu decir tiene el
trmino piedralumbre, cuya primera e reproduce el eco de la e final
en palabras como alumbre, Luzbel y podredumbre. Pero eso no es
todo. Apenas ingresamos en la atmsfera encantada o, peor, satnica
de este ritual de conjuro.
An hay mucho ms en ese tremebundo portal de El Seor Presidente.
La segunda oracin del prrafo inicial de la novela obsequia al
lector con una clave de lectura respecto a ese extrao juego de
palabras, incomprensible a simple vista (cito): Como zumbido de
odos persista el rumor de las campanas a la oracin, maldoblestar de
la luz en la sombra, de la sombra en la luz (cierro la cita). La
resonancia metlica de la campana se fija en el recuerdo auditivo de
igual modo que las aliteraciones de la fraseologa reiterativa en la
jitanjfora analizada. Sin embargo, no es eso lo ms importante de
esta segunda oracin, sino el neologismo maldoblestar, condensacin
de la locucin mal doble estar, cuya significacin es doble: primero,
si es relativa del antecedente rumor de las campanas, alude a un
doblar de ellas en un estado maligno, de suyo paradjico, dado el
propsito de llamado a ingresar al espacio sagrado de la conversacin
con el Dios del bien; segundo, referente a un mal estar de dos
cosas, a una doble presencia en pugna, como la luz en la sombra y
la sombra en la luz. Por ltimo, en el nivel morfosintctico, este
retrucano (la luz en la sombra y la sombra en la luz) comporta una
censura inmisericorde al espacio religioso y a la institucin que lo
representa, porque esta luz no simboliza el acostumbrado bien, sino
que connota peyorativamente la presencia del ngel cado, de Luzbel,
en la penumbra del edificio (luz en la sombra) y de una deidad que
irradia oscuridad (sombra en la luz).
Que puede ser Paraso, que puede ser Infierno. As sern las
atmsferas exploradas por el lenguaje artstico en sus textos que no
se proponen comunicar stricto sensu lo bueno o lo malo, sino lo
bello de la construccin del bien o de lo temible. Convengamos en
que la obra literaria, en verdad creativa, se encapricha con su ser
subversivo y se antoja agramatical por su naturaleza cada, por su
hechura crata y fieramente bella. Es se el trabajo gustoso del
maestro, de la maestra de la palabra, siempre al comando de una voz
lrica o de un narrador vivificado por un buen lector que pacta con
el texto a sabiendas de su malabar para usurpar, de una vez, el
fuego de los dioses.
Es todo. Gracias.UNIVERSIDAD AUTNOMA DE SANTO DOMINGO
VICERRECTORA DE INVESTIGACIN Y POSTGRADO
JORNADA DE INVESTIGACIN CIENTFICA - 2008Segundo Congreso sobre
la Lengua Espaola
UNAPEC - 2009
Ttulo de la Ponencia:
El Discurso de Junot Daz y la postmodernidad en La breve y
maravillosa vida de Oscar Wao
Autora:
Dra. Mara Virtudes Nez Fidalgo,
Escuela de Letras, UASD
Mail: [email protected]
Claves temticas:
Literatura Dominicana y Caribea. Narrativa. Postmodernismo
caribeo.
_________________________________________________________________________
El Discurso de Junot Daz y la postmodernidad
La breve y maravillosa vida de Oscar Wao
1. A modo de introduccin
2. La tematizacin de la novela
3. El discurso esttico: Hiperrealismo y post-modernismo
3.1. La esttica postmoderna
3.2. Tcnicas hiperrealistas y minimalistas
3.2.1. Distorsin descriptiva
3.2.2. Recurrencia formal
3.2.3. Juegos meta-literarios
4. Los ejes de ficcin espacio-temporal
5. Violencia y Discriminacin Racial
6. Realismo mgico-maravilloso en el discurso de la
postmodernidad
7. A modo de conclusin
Bibliografa
1. A modo de introduccin
El pasado 7 de abril de 2008 el MIT Massachussets Institute of
Technology publicaba en su pgina web la siguiente nota de
prensa:
MIT profesor Junot Diaz critically aclaimed debut novel The
brief wondrous life of Oscar Wao enjoyed another wondrous round of
literacy prise today, winning, the Pulitzer Prize for fiction just
one month after receiving the National Book Critics Circle Award
for best novel of 2007.
La noticia ha llegado a nosotros y como universitarios nos
sentimos invitados de manera implcita a hacer una reflexin sobre
una novela que marca un antes y un despus en la narrativa
dominicana. Esto sucede por varias razones:
1. Es hasta ahora la nica novela escrita por un autor dominicano
que ha recibido el premio Pulitzer.
2. Aborda con originalidad esttica y honestidad humanista una
serie de situaciones y personajes que forman de la historia y sobre
todo de la memoria dominicana contempornea.
3. Describe con agudeza y sinceridad situaciones derivadas del
conflicto identitario de la dispora dominicana en Estados Unidos y
se detiene en las secuelas del sufrimiento que genera el choque
cultural al que se ven sometidos los inmigrantes de este pas, sin
intentar buscar una explicacin o solucin retrica que resuelva de
manera superficial el profundo cuestionamiento de la identidad que
se hace el emigrante sometido a la presin de la biculturalidad.
4. Aunque es una novela urbana, integra costumbres, tradiciones,
formas de ser y actuar propias de la historia rural de los pequeos
pueblos y provincias dominicanas. Es capaz de recoger la
complejidad del imaginario cultural dominicano con todas sus
contradicciones en una pluralidad de significaciones que enriquecen
la temtica literaria.
5. Profundiza de manera directa y sin ambigedades retricas en la
discriminacin racial que los dominicanos deben afrontar dentro y
fuera del pas, descartando el sometimiento poltico o ideolgico. En
este sentido es una novela que se incluye en una de las mltiples
vertientes del pensamiento post-colonial caribeo.
6. Ofrece un estilo nico, renovador, hbil en el manejo de
tcnicas hiper-realistas y minimalistas, en la expresin de
dominicanismos que representan de forma inigualable el habla de los
dominicanos de la dispora, as como la expresin de una serie de
frmulas lingsticas originales, inventadas, pero al mismo tiempo
capaces de "significar" con fuerza expresiva los sentimientos y
emociones primarias que intenta comunicar al lector.
En este anlisis, vamos a centrarnos en el estudio del discurso
narrativo de la novela de Junot Daz. Por ese motivo, trabajaremos
con la traduccin autorizada por el autor y realizada por la
escritora cubana Achi Obejas, que ha sido imprimida en Bogot y
puesta en circulacin por la editorial Alfaguara en Santo
Domingo.
2. La tematizacin de la novela
El discurso de la novela se abre con un prembulo en forma de dos
citas que nos van a servir para conocer las claves de la metfora
narrativa de la obra. La primera de ellas, de poco ms de una lnea,
se sita fuera de la paginacin del libro y es tan breve como
exhaustiva en la nota bibliogrfica que la acompaa:
Qu importancia tienen las vidas breves, annimas para
Galactus?
Los Cuatro Fantsticos
STAN LEE Y JACK KIRBY
(Vol. I, No49, abril, 1966)
Veamos el trasfondo de esta cita. A principios de la dcada de
los sesenta del siglo pasado, Stan Lee, junto a un grupo de
dibujantes de alto nivel encabezados por Jack Kirby y Steve Ditko,
entregaron al pblico un trabajo que constituye el mayor universo de
ficcin en imgenes que jams haba sido creado hasta aquel momento.
Primero surgieron Los cuatro fantsticos y a ellos se les unieron
muy pronto las historias de personajes tan famosos como Spider-Man,
Daredevil, Los Vengadores, La Patrulla X Todos ellos eran hroes
cercanos al pblico en su cotidianeidad, pero con habilidades
fantsticas; luchadores contra la maldad en un mundo real plagado de
imaginacin. Los comics del Universo Marvel se han expandido en
decenas de miles de ejemplares durante ms de cuatro dcadas por la
mayora de los pases occidentales, aparte de las pelculas y los
dibujos animados inspirados en las ilustraciones de los artistas
mencionados.
Pero todava nos queda algo por aclarar para completar la
informacin que nos ofrece la primera frase de la novela Quin es
Galactus?
En el universo Marvel, Galactus es una de las fuerzas
fundamentales del universo. Est colocado al lado de la Eternidad y
de la Muerte. Representa la equidad y tiene poderes csmicos, lo que
le da la posibilidad de cambiar la materia, reestructurar,
transmutar y teletransportar objetos a travs del tiempo o del
espacio, proyectar energa con una fuerza destructiva inimaginable,
crear campos de fuerza, manipular almas mortales, restaurar o
eliminar planetas completos con todos sus habitantes
Veamos ahora la segunda cita, colocada en la segunda pgina de la
novela, una pgina que tampoco tiene numeracin pero que resulta tan
reveladora como en el caso anterior. Esta vez se trata de un
fragmento de un poema del escritor caribeo Derek Walcott, con una
multiplicidad de referencias caribeas, coloniales, raciales, bajo
las que subyace el conflicto de identidad del hombre (y la mujer,
claro) de las islas y que nos recuerdan una antigua dcima
dominicana:
Conozco estas islas desde Monos a Nassau
un marino de cabeza oxidada y ojos verde mar
que ellos apodan Shabine, mote para
cualquier negro pelirrojo, y yo, Shabine, vi
cuando estas barriadas del imperio eran el paraso.
No soy ms que un negro pelirrojo enamorado del mar,
recib una slida educacin colonial,
de holands, de negro y de ingls hay en m,
as que o no soy nadie o soy una nacin.
As pues, dos citas nos introducen por un lado en el universo de
la literatura de la fantasa inglesa del siglo XX y por otro en la
referencialidad filosfica del pensamiento caribeo como Caribbean ms
que como antillano. En ambos aspectos, estamos ante una propuesta
esttica renovadora.
A continuacin se nos presenta una seccin de ocho pginas sin
ttulo con la que finaliza el prembulo de la novela. Aparece ahora
un narrador en tercera persona, una voz que desarrolla un discurso
directo libre provisto de tonalidades ambivalentes que nos remiten
de manera simultnea al "tigre" de la calle y a una especie de
historiador o especialista en el rea de humanidades. De inmediato,
el narrador pasa a presentar los elementos medulares, los tres
temas de la obra, puesto que el punto de partida consiste ms bien
en una reflexin sobre el origen del fuc, una supersticin ancestral
del universo caribeo y dominicano. En este punto podemos
preguntarnos sobre la relacin entre el fuc y Galactus.
El otro tema presentado de forma referencial se podra definir
como la historia del protagonista, Oscar Wao, que aparece
mencionado por primera vez entre parntesis, atrado por la memoria
del narrador, en una comparacin postmoderna entre la idea de Santo
Domingo que tena Coln y la del propio Oscar, introducindonos as en
los mltiples niveles interpretativos que aluden a la historia del
personaje y la historia dominicana. El narrador nos presenta a un
Oscar que tuvo un final, as que, para el lector el inters se centra
en saber qu pas para llegar a ese "final" y cmo fue ese final y ms
an cmo fue el principio para el que sin duda hubo un final:
En Santo Domingo, la Tierra Que El Ms Am (La que Oscar, al
final, llamara el Ground Zero del Nuevo Mundo) (p.15)
La referencia al trujillismo es el segundo elemento temtico de
la novela. La figura de Rafael Lenidas Trujillo se presenta en el
texto pero nos interesa destacar que se detalla en una extensa nota
a pie de pgina. En este punto es necesario advertir la influencia
de J. R. R. Tolkien sobre Junot Daz, ya que como se sabe, el autor
de "El seor de los anillos" era un genio en la elaboracin de notas
a pie de pgina, hasta el punto de que se ha considerado que en
Tolkien las notas a pie de pgina llegan a categora de gnero. Es
importante sealar, adems, que Junot Daz acude a un maestro de
maestros de la literatura anglosajona. No olvidemos que Tolkien ha
sido considerado como el padre de la literatura moderna de la alta
fantasa y uno de los mejores escritores de habla inglesa del siglo
pasado.
Para aquellos a quienes les faltan los dos segundos obligatorios
de historia dominicana: Trujillo, uno de los dictadores ms infames
del siglo XX, gobern la Repblica Dominicana entre 1930 y 1961 con
una brutalidad despiadada e implacable. Mulato con ojos de cerdo,
sdico, corpulento; se blanqueaba la piel, llevaba zapatos de
plataforma y el encantaban los sombreros al estilo de Napolen.
Trujillo (conocido tambin como El Jefe, el Ladrn de Ganado
Fracasado y Fuckface) lleg a controlar casi todos los aspectos de
la poltica, la vida cultural, social y econmica de la RD mediante
una mezcla potente (y muy conocida) de violencia, intimidacin,
masacre, violacin y terror. (p. 16)
El inters de esa referencia est en la representacin literaria
del evidente valor histrico de Trujillo, pero adems est dotado de
un valor literario mltiple. Aqu es necesario decir que hemos
observado la profunda sensibilidad literaria con la que Junot Daz
ha sabido rescatar el dolor amargo y silencioso del pueblo
dominicano a travs de la representacin del impacto negativo de este
personaje en la historia no escrita del pueblo, de la ferocidad del
dictador para romper la lnea de la vida de familias y ciudadanos
cuya nica culpa fue la de haber nacido dominicanos. Junot Daz
ilumina esa zona ignorada por la historia oficial para dejar el
testimonio desde adentro, desde la sencillez de los que han visto
quebrantada la historia de su propia familia, desde el desamparo de
los que luchan para enfrentar un presente donde la supervivencia es
sinnimo de conflicto y son herederos de un pasado que difcilmente
pueden entender, aunque sienten que en algn punto de su destino
continan siendo vctimas, siguen todava hoy afectados por los
efectos de una dictadura que ha modificado la historia de sus
vidas, afectndola durante muchos aos despus de la muerte del
dictador. Y esto nos lleva una vez ms a aquella primera cita sin
pgina con la que se inicia el discurso narrativo Qu importancia
tienen las vidas breves, annimas para Galactus?
La complejidad histrica del dictador desde la perspectiva
literaria se enriquece a partir de la expresin retrica: Como
proyeccin del mal, como fuc, pero tambin como personaje literario
que se convierte en objeto de la irona del propio autor. Un
personaje que es fuente de terror y de dramatismo en la obra pero
al mismo tiempo es fuertemente satirizado y des-dramatizado hasta
el extremo de convertirlo en grotesco, cmico, ridculo, atrapado en
su cadena hiperblica de extravagancia que, sin embargo, no elude el
espanto y el terror:Famoso por haber cambiado TODOS LOS NOMBRES A
TODOS LOS SITIOS HISTORICOS de la Repblica Dominicana para honrarse
a s mismo (el Pico Duarte se convirti en Pico Trujillo, y Santo
Domingo de Guzmn, la primera y ms antigua ciudad del Nuevo Mundo,
se convirti en Ciudad Trujillo); por monopolizar con descaro el
patrimonio nacional (convirtindose de repente en uno de los hombres
ms ricos del planeta); por armar uno de los mayores ejrcitos del
Hemisferio (por amor de Dios, el tipo tena bombarderos) por tirarse
a cada mujer atractiva que le diera la gana, incluso las esposas de
sus subalternos, millares y millares y millares de mujeres ()
Entre sus logros excepcionales se cuentan: el genocidio de los
haitianos y la comunidad haitiano-dominicana en 1937; mantener una
de las dictaduras ms largas y dainas del Hemisferio Occidental con
el apoyo de los Estados Unidos () (pgs.16-17)
Sin duda se trata de una elaboracin satrica con gran dosis de
realismo histrico, fuertemente afincada en la realidad de la poca.
En este sentido la definicin de Batjin de lo grotesco nos
proporciona algunos datos significativos para la comprensin
literaria de la presentacin de ese personaje: una exageracin
premeditada, una reconstruccin desfigurada de la naturaleza, una
unin de objetos imposible en principio tanto en la naturaleza como
en nuestra experiencia cotidiana, con una gran insistencia en el
aspecto material, perceptible de la forma as creada (Batjin, 1971,
p. 25)
La mezcla de elementos diversos para representar la figura de
Trujillo en esa extensa nota a pie de pgina proporciona un amplio
marco de significaciones en el mbito socio-histrico y literario.
Bajo la imagen deformada del dictador encontramos los temas de la
atrocidad y el terror, del miedo que ha llegado a convertirse en
leyenda, en fuk. Pero tambin el autor crea una dimensin esttica con
tonalidades ambivalentes que descubren secuencias y ambientes
aparentemente inconexos, integrando un universo imaginativo que slo
puede interpretarse adecuadamente desde la experiencia vivida del
ser caribeo, capaz de unir en un solo concepto elementos tan
dismiles como la risa y la crueldad, la heroicidad y el ridculo, la
ingenuidad infantil y la violencia exacerbada.
La temtica trujillista incorpora en esta obra un componente de
activismo poltico, la presencia de un escritor comprometido con la
sociedad dominicana, caribea y latinoamericana a la que pertenece.
En la misma cita donde se menciona la dictadura de Trujillo con una
imagen literaria de fuerte significado social la primera
cleptocracia moderna (especialmente para un pas de altos niveles de
corrupcin como es Repblica Dominicana), tambin aparece una crtica
abierta y mordaz a los latinos que han aceptado la injerencia y el
apoyo de los Estados Unidos a las dictaduras de pases como Chile y
Argentina.
Entre sus logros excepcionales se cuentan: el genocidio de los
haitianos y la comunidad haitiano-dominicana en 1937; mantener una
de las dictaduras ms largas y dainas del Hemisferio Occidental con
el apoyo de los Estados Unidos (y si hay algo en que los latinos
somos expertos es en tolerar dictadores respaldados por los Estados
Unidos, as que no hay duda de que sta fue una victoria ganada con
el sudor de la frente, y de la que los chilenos y los argentinos
todava se lamentan); la creacin de la primera cleptocracia moderna
(Trujillo fue Mobutu antes de que Mobutu fuera Mobutu); el soborno
sistemtico de senadores estadounidenses; y, por ltimo, y no menos
importante, la forja del pueblo dominicano en una nacin moderna
(logr lo que no pudieron hacer los entrenadores de las fuerzas
militares americanas durante la ocupacin). (p. 18)
El tercer elemento temtico se refiere a la vida de la dispora
dominicana en los Estados Unidos. El conflicto de la identidad
bicultural domnico-americana va a dominar de una u otra forma la
comprensin de la actitud, el modo de pensar y la actuacin de la
mayora de los personajes de la obra. Este elemento se presenta de
manera decisiva en el lenguaje, con el desarrollo de un nuevo
estilo de ingls dominicano que slo es posible para un dominicano de
la dispora. En cuanto a la traduccin al espaol, bien pudiera
decirse que el narrador expresa un nivel lingstico que tambin es
propio del dominicano de la dispora. En este sentido, el texto
refleja una especie de estandarizacin del espaol dominicano que
usan los emigrantes tal y como lo han recibido de sus padres, en su
mayora procedentes de las clases sociales ms deprimidas. A menudo
se trata de hijos de emigrantes que en su nivel lingstico
representan la herencia de un espaol aprendido en entornos
familiares alejados de los niveles formales de instruccin
escolar.
3. El discurso esttico: Hiperrealismo y post-modernismo
3.1. La esttica postmoderna
Desde el primer prrafo de la novela, el narrador, que en la
primera seccin sin ttulo es el alter ego del autor, est hablando
para un lector-oyente joven, que ignora la historia dominicana,
pero con la capacidad suficiente de visualizar el mundo desde el
universo virtual de la web. Se refiere al Fuk americanus como un
demonio que irrumpi en la Creacin a travs del portal de pesadillas
que se abri en las Antillas. (p. 15) Pero adems, el narrador-autor
asume que el lector-oyente est familiarizado con los relatos de
ciencia ficcin y fantasa, con las obras de autores como Tolkien,
Stan Lee y Jack Kirby con la esttica de lo que ha dado en llamarse
"literatura de alta fantasa". As que para hablar de los personajes
reales de la novela usa distintos recursos que 'faciliten' la
comprensin analgica para los lectores que, supuestamente, estn
habituados a navegar en las aguas de la alta fantasa. Un ejemplo de
ello lo tenemos en la siguiente nota, donde se utiliza un recurso
comparativo implcito que sirve para hacer ms comprensible la fuerza
maligna de Trujillo:
Era nuestro Sauron, nuestro Arawn, nuestro propio Darkseid,
nuestro Dictador para Siempre, un personaje tan extrao, tan
estrafalario, tan perverso, tan terrible que ni siquiera un
escritor de ciencia ficcin habra podido inventarlo. (p. 16)Una de
las caractersticas del post-modernismo es que la voz del narrador
asume distintos papeles en la enunciacin del discurso narrativo. En
algunas ocasiones se distancia tanto del autor que se convierte en
un personaje, pero en otras se acerca tanto al autor que no slo es
su alter ego sino que incluso podramos decir que se esconde detrs
del autor. Aunque este recurso no es nuevo, puesto que se encuentra
bien desarrollado en la literatura del siglo XX, lo que nos
interesa destacar es que el autor se beneficia de las posibilidades
que ofrecen las tcnicas de focalizacin interna y externa, para
construir la fuerza dialgica de los personajes con el lector,
adjudicndose una gran amplitud en la perspectiva de la voz
narrativa.
Dejen que yo, su humilde Vigilante, les revele de una vez y por
todas la Sagrada y Unica Verdad() (p. 18)Ese enunciado es
interesante por varios motivos: se establece una relacin
estructural entre el narrador, el protagonista y el lector con la
Literatura de Fantasa, se insiste en el proceso de des-mitificacin
de la figura de Trujillo a travs de un recurso estilstico de
gradacin hiperblica (el fuk de Trujillo es el origen de la maldicin
de los Kennedy, y del fracaso de la guerra en Vietnam). Aunque no
se nos informa sobre cul es la relacin del narrador-autor con
Oscar, s percibimos desde nuestra posicin de lectores crticos que
hay una gran familiaridad entre ambos y ms tarde sabremos que quien
nos cuenta la historia ha estado muy cerca del protagonista y lo
que resulta ms inquietante, que en realidad desde el principio se
est haciendo un relato del pasado reciente, puesto que para cuando
se comienza a contar la historia de Oscar, ste ya haba muerto.
Al final de la primera seccin sin ttulo, el autor-narrador nos
dice que acaba de escribir el libro que tenemos entre las manos (p.
20), que este libro es un cuento de fuk y que quiz tambin sea su
personal conjuro de proteccin contra la maldicin del fuk. Es aqu
donde se presenta de manera explcita el motivo que lo anima a
escribir la novela:
Por supuesto, como ya se deben haber imaginado, yo tambin tengo
un cuento de fuk. Me gustara decir que es el mejor de todos el fuku
nmero uno- pero no es as. El mo no es el ms pavoroso, ni el ms
rotundo, ni el ms doloroso, ni el ms lindo.
Es sencillamente el que me tiene agarrado por el pescuezo.
Otra caracterstica del postmodernismo es el rechazo del
autor-narrador a los procedimientos del suspense clsico. En esta
novela, la clave est en la abundancia de informacin. En lugar de
retener informacin, o de ofrecerla a cuenta gotas, el narrador se
ocupa de mantener al lector muy bien informado sobre lo que va a
suceder, manejando con maestra los procedimientos narrativos para
conseguir que el lector siga manteniendo el inters en la accin
narrativa y quiera continuar la lectura sin descanso. Y junto con
el gran volumen de informacin que recibimos est la aceleracin del
ritmo narrativo que permite mostrar un nmero considerable de
escenas incidentales para reforzar el tono, el ambiente, el sentido
de verosimilitud de la historia.
3.2. Tcnicas hiperrealistas y minimalistas
El discurso literario dominicano no es ajeno al uso de las
tcnicas hiperrealistas que han venido incorporando las nuevas
generaciones de escritores en la ltima dcada (Manuel Garca
Cartagena, 2008) ni al pensamiento de los intelectuales ms
avanzados de los estudios culturales y literarios de este pas como
Digenes Cspedes, Odalis Prez, y Miguel de Mena, entre otros. El
hiperrealismo se ha desarrollado como modelo de pensamiento terico
en el mbito de la filosofa y dentro del universo artstico ha
alcanzado sus mejores resultados en el campo de la pintura,
especialmente en el mundo de la ilustracin y del comic con
excelentes trabajos que manifiestan un finsimo dominio del dibujo y
una exquisitez en el manejo de los colores propia de grandes
artistas. Muchas de las imgenes hiperrealistas que hemos tenido la
oportunidad de apreciar se encuadran dentro de la tendencia
conocida como fantasa pica. En la evolucin literaria, esta
tendencia tiene diversas e interesantes conexiones. Por un lado, se
relaciona con el minimalismo, el realismo sucio y por otro lado,
con la literatura de ciencia ficcin y lo que se ha dado en llamar
la literatura de "alta fantasa.
Las tcnicas del hiperrealismo sirven para generar una fuerte
sensacin de cercana entre el lector, oyente o espectador y el
producto artstico. Es como si se tratara de fotografas tomadas de
la realidad pero sometidas a un tratamiento de concentracin de
elementos que propician una idea de lo ms real y ms cercano en la
imagen o la situacin que se quiere presentar. En los gneros de
ciencia ficcin es necesario ser extraordinariamente preciso para
mantenerse dentro de las convenciones de verosimilitud, y esto se
consigue cuando se presentan secuencias de fantasa pica haciendo
que lo increble se convierta en verosmil.
Entre las estrategias discursivas y recursos de estilo que se
relacionan con esta tendencia esttica que hemos podido encontrar en
la novela de Junot Daz figuran los siguientes:
3.2.1. Distorsin descriptiva
El realismo sucio busca resaltar los elementos post-modernos de
la realidad que se describe, como forma de provocar en el lector
una sensacin de desagrado y a la vez de transmitir ideas como
frustracin y desencanto. Veamos como ejemplo la siguiente
descripcin de una situacin emocional de la madre de Oscar:
Su rabia llenaba la casa como humo rancio. Se impregnaba en
todo, en el pelo y en la comida, como el polvillo radiactivo que
nos dijeron en la escuela que caera un da, suave como la nieve. (p.
76)
La nieve es blanca (al menos eso es lo que creemos entender) y
suave en esta secuencia, la belleza de esa descripcin reside en su
originalidad, en el hecho de elaborar una cadena de comparaciones
basadas en fuertes contrastes. La primera se relaciona con el mundo
del absurdo humo rancio pero luego se busca la analoga con el polvo
radiactivo del que alguien habl una vez en la escuela. El humo
rancio es blanco y suave como la nieve y el polvo radiactivo tambin
es blanco. As, el color blanco es objeto de una resemantizacin para
significar aqu algo como poderosamente sucio, daino y
contaminante.
La contaminacin se utiliza a menudo como recurso descriptivo
entre los autores del realismo sucio para darle la tonalidad
gris-urbana que corresponde a la mayora de las ciudades
postmodernas de este siglo. En este ejemplo, Junot Daz nos presenta
una imagen urbana que nos recuerda al surrealismo clsico.
Alcanzaron la salida de Elizabeth, el lugar que hace realmente
conocido a New Yersey, con desechos industriales a ambos lados de
la carretera de peaje.
El haba comenzado a contener la respiracin para no aspirar los
horribles gases cuando Ana solt un grito que lo lanz sobre la
puerta del carro. Elizabeth!, chill. Cierra esas fokin piernas! (p.
54)
El gusto por el estilo minimalista se encuentra tambin en los
toques descriptivos del ambiente y los personajes. La observacin
fra y minuciosa de los detalles que interesa destacar, la brevedad
de los enunciados, la agudeza en la observacin de matices fsicos
y/o psicolgicos, son algunos de los rasgos que Junot Daz utiliza
durante toda la novela:
En octubre, luego de entregar todas sus solicitudes
universitarias (), cuando el invierno asentaba su miserable culo
plido por todo el norte de New Yersey, Oscar se enamor ()
(p. 48)
Pero no todo es frustracin en esta historia de Oscar. Hay una
luz de afirmacin positiva, de fe en la bondad del ser humano, en la
alegra del dominicano como caribeo que de vez en cuando se deja
sentir, opacando ese lado tan urbano de la tcnica descriptiva de
Junot Daz. Las imgenes sirven ahora para resaltar la belleza
natural de las cosas, la limpieza de los sentimientos de amor y de
creencia en la vida:
Uno de los autores del rey Jaime sin duda viaj por el Caribe y
muchas veces pienso que cuando se sent a escribir los captulos del
Edn lo que tena en mente era un lugar como Saman. Porque era un
Edn, un meridiano bendito donde el mar y el sol y el verde forjaron
una unin y produjeron una gente obstinada que ninguna cantidad de
prosa rimbombante pudiera describir. (p.148)
3.2.2. Recurrencia formal
El reforzamiento discursivo de ideas dentro del estilo
minimalista no viene desde el uso de una adjetivacin complementaria
ni tampoco desde la utilizacin de una sintaxis que complique en
exceso la comprensin de los enunciados. Junot Daz utiliza
estrategias estilsticas de reforzamiento que van por un lado hacia
la repeticin y por otro hacia el uso de la mayscula con valor
enftico. Enumeraciones, concatenaciones, estructuras paralelsticas,
anforas, estructuras de redundancia procedentes de la retrica
clsica (anadiplosis, epanalepsis, analepsis) son recursos que el
autor utiliza a lo largo de la novela para elaborar una frecuencia
rtmica que evoluciona en torno a una prosa cuidada. Una magnfica
elaboracin de la recurrencia formal como recurso de estilo se
despliega por toda la obra. Encontramos diversas figuras de este
tipo en las descripciones, en la narracin de los acontecimientos
principales y secundarios, en la puesta en escena de infinidad de
preguntas que hace el narrador sobre/a travs de/hacia los
personajes y en la presentacin de los ambientes, de los espacios
temporales, de los marcos escnicos. Una de las mejores expresiones
de recurrencia formal la tenemos en el captulo 6, donde se narra el
regreso a Santo Domingo de la familia de Leon para disfrutar de
unas vacaciones de verano.
Los restaurantes, bares, clubs, teatros, malecones, playas,
centros tursticos, hoteles, moteles, habitaciones adicionales,
barrios, colonias, campos e ingenios repletos de quisqueyanos del
mundo entero. (p. 285)En este captulo, la frmulas despus que despus
de sirven para introducir un prrafo de gran extensin (ms de dos
pginas) donde se sintetiza de forma introspectiva los primeros das
de Oscar en Santo Domingo.
Despus de la primera semana de su regreso, despus que sus primos
lo hubieran llevado a ver una rumba de cosas, despus que se hubiera
acostumbrado ms o menos al clima abrumante y a la sorpresa de
despertar con el canto de los gallos y a que todo el mundo lo
llamara Huascar (ese era su nombre dominicano, algo ms que haba
olvidado) despus que se negara a sucumbir a ese susurro que todos
los inmigrantes de mucho tiempo llevan dentro de s, el susurro que
dice No perteneces aqu, despus de que hubiera ido a unos cincuenta
clubs () (p.287)3.2.3. Juegos meta-literarios
Con frecuencia encontramos en la novela a un autor/narrador que
se posiciona en un sitial donde el juego metanarrativo se superpone
al relato. Unas veces se presenta de manera implcita, pero en otras
ocasiones lo hace en forma explcita cuestionando al lector y
cuestionndose a s mismo como arquitecto de la obra. La cita a las
obras de Vargas Llosa y Julia Alvarez, configuran una pequea parte
de un tablero donde la literatura acompaa al autor y a los
personajes, se convierte en un elemento sustancial para comprender
la historia, el carcter depresivo, la soledad e incluso la extraa
forma de hablar de Oscar, as como en una fuente de referencias
continuas para la comprensin del texto. Las referencias literarias
van desde los mitos grecorromanos (estas eran Las Furias de Oscar,
su panten personal p. 42 ) hasta la conocida madalena de Proust (
el calor apabullante era el mismo, y tambin el olor tropical
fecundo que nunca haba olvidado, que le era ms evocador que
cualquier madeleine p. 287) pasando por el enfrentamiento esttico
anti-realismo mgico-maravilloso del post-boom de la literatura
latinoamericana (Era mucho ms popular en los viejos tiempos, toda
una sensacin en Macondo pero no necesariamente en McOndo p. 21), y
por la siempre esperada referencia a los autores y personajes de la
literatura fantstica.
El juego meta-literario sirve tambin para el posicionamiento
ideolgico de Junot Daz. En este sentido hay que sealar la mencin de
Jess de Galndez y Joaqun Balaguer. Se trata de intelectuales
antagnicos que son puestos en el discurso narrativo para reforzar
el carcter de crtica y de compromiso que tiene el autor frente a la
historia y a los retos de la vida social dominicana. Del primero,
el intelectual espaol asesinado por Trujillo, al que Junot Daz le
dedica una amplia nota a pie de pgina, destacamos el tono de
respeto y admiracin que le dedica como escritor:
Jess de Galndez era un supernerd vasco, estudiante graduado de
la Universidad de Columbia, que estaba siempre en las noticias en
aquellos das. Haba escrito una tesis doctoral algo inquietante. El
tema? Lamentablemente, desafortunadamente, tristemente, la era de
Rafael Lenidas Trujillo Molina. Galndez, republicano en la guerra
civil espaola, tena conocimiento de primera mano del rgimen: se
haba refugiado en Santo Domingo en 1939, haba ocupado altos puestos
all, y para cuando se fue en 1946, haba desarrollado una alergia
mortal al Ladrn de Ganado Fracasado. (p.112)
Sin embargo, cuando habla de Balaguer el tono se vuelve grosero,
soez, insultante, para manifestar el profundo desprecio que siente
por un poltico e intelectual que utiliz su poder para asesinar,
silenciar y en todo caso, continuar usando las mismas armas de la
dictadura:
Balaguer es esencial en la historia dominicana, por lo que
debemos mencionarlo, aunque preferira cagarme en l. () Fue l quien
supervis, inici lo que llamamos la Dispora. Considerado nuestro
Genio Nacional, Joaqun Balaguer era un negrfobo, un apologista del
genocidio, un ladrn electoral y un asesino de la gente que escriba
mejor que l; es notorio que orden la muerte del periodista Orlando
Martnez. (p.106)
En este punto aparece lo que nosotros entendemos como una crtica
implcita a la obra de Vargas Llosa
Balaguer muri en 2002. La pgina sigue en blanco. Apareci como un
personaje compasivo en La fiesta del chivo de Vargas Llosa. Como la
mayora de los homnculos, no se cas ni dej descendencia (p.
106).
La pgina en blanco volver a aparecer en otras ocasiones en la
novela pero con un significado nuevo: se convierte en la historia
escrita y oculta de alguno de los personajes, es la referencia
directa a aquellas etapas tan dolorosas, tan oscuras, tan duras e
inhumanas que se hace preciso ocultarlas bajo el pesado manto de lo
no escrito.
4. Los ejes de ficcin espacio-temporal
La novela se desarrolla en Repblica Dominicana y en Estados
Unidos, siguiendo una lnea espacio-temporal que se quiebra
constantemente convirtiendo los signos de linealidad temporal,
cronos, en las simples etiquetas que figuran al principio de cada
captulo. El encuentro entre tres etapas de la historia dominicana
que son vistas a travs de la confluencia generacional de los
personajes (Trujillo, Balaguer y la actualidad) y la complejidad de
la dispora forman un discurso donde el flash-back se convierte en
un procedimiento recurrente, utilizado de manera regular en todo el
relato. Al mismo tiempo, las proyecciones hacia el futuro de los
personajes o anticipaciones temporales se exponen con frecuencia en
la voz de un narrador que las maneja para completar rpidamente la
informacin de los hechos en los que no le interesa detenerse. En
esta secuencia, el futuro de Belicia Cabral en Estados Unidos se
describe desde el momento en que se sube al avin que la instala en
el inicio de su nueva vida:
Su esperanza ms fiera? Encontrar un hombre. Lo que todava no
conoce: el fro, la monotona agotadora de las factoras, la soledad
de la Dispora, nunca volver a vivir en Santo Domingo, su propio
corazn. Lo dems que no conoce: que el hombre de al lado terminar
siendo su esposo y el padre de sus dos hijos, que despus de dos aos
juntos la dejar, su tercer y ltimo desengao, y que nunca volver a
amar. (p. 180)
Aplicando la diferenciacin de Gerard Genette entre el tiempo de
la narracin y el tiempo del relato, es interesante destacar la
ruptura de todos los parmetros propuestos por este investigador de
la teora literaria: Orden, duracin y frecuencia (Genette, 1989,
pgs. 91-143). La ruptura del orden se produce con el uso de
mltiples anacronismos (prolepsis, analepsis) que enriquecen los
matices discursivos del espacio fsico y psicolgico de los
acontecimientos. De hecho, la narracin comienza en un punto
posterior al final de la historia, que podramos definir como el
momento de calma que llega despus de la tempestad. Es posible que
el escritor se inspirara en la literatura fantstica puesto que en
ese gnero es comn encontrar esa estrategia narrativa.
En cuanto a la ruptura de la duracin, lo que Genette define como
anisincronas, encontramos en esta novela la presencia de espacios
textuales donde se observa una fuerte desigualdad en la relacin
entre el fluir temporal de la historia y la extensin textual que se
ha empleado para su representacin. En ocasiones el tiempo de la
historia simplemente se detiene (Genette lo define como pausa) o se
omiten acontecimientos para crear elipsis temporales que permiten
focalizar ms otros aspectos de la historia. Llama especialmente
nuestra atencin el contraste entre largos prrafos de una y hasta
dos pginas para representar un corto espacio de tiempo y otros, muy
cortos en los que se sintetiza el paso de varios aos.
Me tom diez aos completos, soport la peor cantidad de mierda que
se pueda imaginar, estuve perdido un buen tiempo sin Lola, sin m
mismo, sin na-, hasta que un da me despert al lado de alguien que
me importaba un carajo, mis labios cubiertos de mocos de coca y
sangre de coca, y dije, OK, Wao, OK. Ganaste. (p. 335)
En tercer lugar, siguiendo la teora de Genette, tenemos la
ruptura de la frecuencia, es decir, la relacin entre el nmero de
veces que un acontecimiento se presenta en la historia y las veces
que se cuenta en el relato. La repeticin es una tendencia en la
historia de Oscar que no se da tanto en el hecho de repetir un
acontecimiento sino ms bien en la reiteracin de actitudes,
pensamientos, sentimientos y valoraciones de los personajes. Se
repiten una y otra vez las actitudes de rechazo de las multiples
novias que aparecen en la vida estudiantil y universitaria del
protagonista. Se repiten tambin los ataques, los insultos, las
humillaciones motivadas por la obesidad del protagonista. Se
repiten las situaciones de violencia en las tres generaciones de la
familia de Oscar y se repite la fatalidad de la desgracia causada
por razones sentimentales en la vida de Oscar y de Belicia. Sin
embargo, no podemos decir que el mismo acontecimiento se repite
varias veces sino que ms bien se trata de una sucesin de
acontecimientos similares en tiempos cronolgicos distintos. Por el
contrario, tambin se observa la presencia de relatos iterativos,
donde en un solo enunciado se asumen varias ocurrencias de una
accin:
Una gran oscuridad descendi sobre la isla y por tercera vez
despus del ascenso de Fidel, el hijo de Trujillo, Ramfis, detuvo a
mucha gente, y una buena cantidad fue sacrificada de la manera ms
depravada que cabra imaginar: una orga de terror como celebracin
fnebre, regalo del hijo al padre. (p.172)
La perspectiva analtica de Genette se ve complementada con la
reflexin ms centrada en la cualidad de la representacin que
defiende Mijail Batjin, quien presenta el concepto de cronotopo
para presentar el vnculo entre las categoras del tiempo y el
espacio (Batjin, 1989). El cronotopo determina el anlisis de una
relacin esencial que se desarrolla en la literatura desde una
posicin expresiva esttica. Esto significa que el espacio en la
narracin es tan importante como el tiempo y que el hombre,
determinado por la relatividad del tiempo y el espacio (Batjin
asume abiertamente la teora de la relatividad de Einstein) va a
desenvolverse siempre en funcin de esos dos ejes. El espacio deja
de ser un mero indicador de la realidad para convertirse en un
agente activo en la narracin que explica el sistema de valores,
creencias y experiencias vitales de los personajes.
La novela de Junot Daz se desarrolla dentro una dinmica espacial
cambiante, determinada por el entorno de la emigracin y la dispora.
El espacio determina gran parte de los conflictos que se presentan
dentro y entre los personajes, la contradiccin de valores, el
sentido de errancia (para definirlo en palabras de Andrs L. Mateo),
el eterno sufrimiento, el sentimiento de desarraigo y el tambin
eterno movimiento de retorno. Junot Diaz informaba en una
entrevista que su novela estaba basada en el Ouroburon, es decir,
el smbolo de la serpiente que se mueve la cola pero nosotros
pensamos que se trata de estructura circular movindose dentro de
una espiral espacio-temporal que modifica la vida y experiencia de
los personajes. En este sentido, la figura del narrador,
responsable de la enunciacin de la novela, va a determinar las
orientaciones de distanciamiento y acercamiento espacio-temporal en
toda la historia.
La aportacin de Batjin se complementa con la idea de que el
espacio se diferencia del lugar geogrfico en la contemplacin
discursiva del narrador en relacin con su propia percepcin. Esta
distincin establecida por Mieke Bal resulta muy simple para algunos
autores, pero es realmente til cuando se trata de analizar la
puesta en escena de tres niveles diferenciados: el espacio
geogrfico externo, el espacio interno, psicolgico de los
personajes, el espacio histrico, epocal, que configura cambios
sustanciales en la forma de vida de la gente y el espacio mgico
mtico que aparece en textos referenciales:
Antes de que hubiera una Historia Americana, antes de que
Paterson se desplegara frente a Oscar y Lola como un sueo o las
trompetas de la isla de nuestro deshaucio sonaran siquiera, estaba
la madre, Hypata Belicia Cabral:
una muchacha tan alta que a uno le dolan los huesos de las
piernas de slo mirarla
tan negra como si la Creadora, al hacerla, hubiera pestaeado
Que, como su hija an por nacer, sufrira de un malestar muy
particular de New Jersey: el deseo inextinguible de estar siempre
en otro lugar. (p. 93)
En los cuadros que presentamos a continuacin se describen las
principales relaciones espacio-temporales que inciden sobre el
desarrollo de la historia de manera directa y/o referencial. Estas
relaciones que hemos extrado en diversas lecturas de la novela,
forman parte de un proceso de comprensin hermenutica que nos llevan
al sentido inagotable en el conocimiento del ser dominicano, como
ser caribeo, pero sobre todo como ser humano.
PREAMBULO CRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
Cita de la obra Los cuatro Fantsticos de Stan Lee y Jack
KirbyReferencia al ttulo de la novela y a los gneros de Ciencia
Ficcin
Poema del escritor caribeo Derek WalcottEl CaribeReferencia al
concepto del ser caribeo
Seccin Introductoria sin ttulo
Aos noventaSin definirBiografa de Trujillo
Referencias a la historia norteamericana contempornea (Kennedy,
Vietnam, Irak)
Referencias a la historia colonial dominicana, al Cibao, a Santo
Domingo.
Presentacin del espacio virtual.
Presentacin de las Antillas como espacio
mgico-maravilloso.Reflexin sobre el relato.
Presentacin indirecta del protagonista.
PARTE ICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
1. El nerd del Ghetto del fin del mundo.
1974-1987Paterson
Main Street
New Yersey
BanAos cuarenta (Porfirio Rubirosa)
_______________
1916-1924 Primera ocupacin norteamericana
Referencia a la historia de Belicia Cabral
Infancia y adolescencia del protagonista
PARTE ICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
2. Wilwood
1982-1985
Paterson
Yersey Shore
Santo Domingo
La historia de Belicia Cabral (breve referencia)La experiencia
del protagonista como estudiante universitario.
La huida de Lola.
Estada de Lola en Santo Domingo.
PARTE ICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
3. Los tres desengaos de Belicia Cabral
1955-1962Ban
Aos cuarenta y cincuenta (referencias a personajes de la poca
como Jess de Galndez, Mara Montez, las hermanas Mirabal, Ramfis
Trujillo, Joaqun Balaguer, Johnny Abbes).
1961: La muerte de Trujillo.Retorno al pasado.
La historia de Hypata Belicia Cabral. Secuencias de la crueldad
dictatorial.
PARTE ICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
4.La educacin sentimental
1988-1992Demarest
RutgersAzua (breve referencia a la familia de Junior)Junior y
Oscar comparten habitacin.
La experiencia universitaria de ambos.
Oscar, deprimido por un amor no correspondido, intenta
suicidarse.
Junior se siente culpable.
PARTE IICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
Cita del peridico La NacinTrujillo como figura legendaria
Seccin introductoria sin ttulo
Santo DomingoLola regresa a Paterson.
Su novio dominicano muere en un accidente.
PARTE IICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
5. Pobre Abelard
1944 -1946La Vega
Santiago
Santo Domingo
Azua
Ban
1791-195 Breve referencia al asentamiento de la familia del
Cabral en La Vega
Las crceles de Trujillo, campos de exterminio: Nigua, Pozo de
Nagua.
Referencia a la poca colonial (Hatuey, Anacaona)Historia de los
abuelos de Oscar.
Segunda historia sobre las vctimas de la crueldad de la
dictadura.
El origen de Belicia Cabral. Su primera infancia.
PARTE IICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
6. La tierra de los perdidos
1992-1995Paterson
Santo Domingo
Mirador Norte
PatersonHistoria de Yvon como prostituta en Holanda
Historia del capitn en la poca de BalaguerOscar se grada y
regresa a Paterson.
Verano en Santo Domingo.
Conflicto amoroso.
Tercera historia donde un miembro de la familia Cabral se
convierte en vctima de la violencia militar.
PARTE IIICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
Seccion sin ttulo
1995Los Heights
Alto Manhattan
Junior y Oscar se encuentran por ltima vez
PARTE IIICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
7. El viaje final
1995Santo DomingoOscar regresa a Santo Domingo para buscar a
Yvon y es asesinado por los esbirros de su novio el capitn.
PARTE IIICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
8. Fin del cuento
200New Yersey
Paterson
Rutgers
Despus de todo, la vida continua para Junior y Lola
PARTE IIICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
Seccion 1 sin ttulo
200
1995Santo DomingoPresentacin de la Hija de Lola
PARTE IIICRONOSESPACIO
GEOGRAFICOESPACIO/TIEMPO
REFERENCIALCLAVE ARGUMENTAL
La carta final
1995Santo DomingoOscar escribe una carta a su familia.
5. Violencia y Discriminacin Racial
Los elementos de violencia y discriminacin racial explican la
mayor parte de las situaciones de conflicto que se producen entre
los personajes de la novela y se presentan como una fuente esencial
para entender las relaciones disfuncionales intra-familiares de la
familia de Oscar. Belicia de Leon, su madre, sufre desde su
nacimiento una serie de ataques de violencia que la van conformando
a su vez como una persona conflictiva. Nacida en el seno de una
familia destruida por la violencia de Trujillo vive una niez rota
por el maltrato hasta que su ta paterna (ta-madre) se entera de que
est viva y la rescata de ese lugar. Para entonces, segn informa el
autor-narrador, tena ya nueve aos. Cuando la encuentra, recluida en
un gallinero como castigo por haber querido ir a la escuela, tiene
una quemadura que le marca profundamente la espalda y que haba sido
infringida por la propia familia con la que estaba viviendo.
Ms tarde, en plena adolescencia, es violentamente maltratada al
quedarse embarazada de un cali de Trujillo que para mayor desgracia
de la muchacha, estaba casado con una hermana del dictador que se
apodaba como La Fea. De nuevo, aparece el fuk de Trujillo. La
paliza que le dan los esbirros de la esposa de El Gangster casi la
saca de la novela. Debido a esa paliza, su ta decide enviarla a
Estados Unidos, donde la soledad de la emigracin, la explotacin
laboral y por ltimo el cncer hacen mella en ella hasta matarla.
Le golpearon como a una esclava. Como a una perra. Permtanme
dejar a un lado la violencia real e informar en su lugar el dao
inflingido: la clavcula, trizas; el hmero derecho, una triple
fraccin (nunca ms tendra mucha fuerza en ese brazo); cinco
costillas rotas, el rin izquierdo contusionado, el hgado
contusionado; el pulmn derecho, colapsado, los dientes delanteros,
arrancado. Unos 167 hit points en total y fue slo por casualidad
que aquellos fokin hijoeputas no le castigaran el crneo como un
huevo, aunque la cabeza se le hinch hasta las proporciones del
hombre elefante. Hubo tiempo para una o dos violaciones? Sospecho
que s, pero nunca lo sabremos porque fue algo de lo que ella jams
habl. Todo lo que se puede decir es que fue el final de la palabra,
el final de la esperanza. Fue la clase de paliza que destroza a la
genete, que la destruye por completo. (p.163)
No es extrao que la violencia se haya convertido en el modus
vivendi de Belicia ya que es un elemento que forma parte de su vida
y de la de su familia. Se manifiesta en las relaciones con sus
hijos, conformando una familia psicolgicamente enferma,
disfuncional, relegada al dilogo de la violencia, donde es habitual
el dao fsico y psicolgico en forma de insulto, las palizas que
infringe a sus hijos y especialmente a su hija, a quien menosprecia
y maltrata hasta que huye de la casa materna para vivir una
aventura fracasada con un hombre que no la ama, hasta que su madre
(que a pesar de todo la quiere) la rescata.
Los episodios ms crueles de la novela estn relacionados de
manera directa o indirecta con el trujillismo. Este aspecto no sera
preocupante si no fuera porque algunas de las secuencias de mayor
impacto estn perfectamente enmarcadas dentro de la realidad
dominicana actual. Se trata de una representacin de la herencia de
Trujillo y Balaguer: cmo la violencia trujillista se ha convertido
en una especie de institucin entre algunos grupos de militares
dominicanos. El mejor ejemplo de este caso lo tenemos en la entrada
en escena del capitn-novio de Yvon:
Uno de esos tipos altos, arrogantes, mordazmente guapos, que
hacen sentirse inferior a la mayor parte del planeta. Tambin uno de
esos hombres muy malos que ni siquiera el postmodernismo puede
explicar. Haba sido joven durante el trujillato, as que nunca tuvo
la oportunidad de ejercer verdadero poder y no fue hasta la invasin
norteamericana que alcanz sus galones. () Estuvo muy ocupado bajo
el Demonio Balaguer. Disparndoles a los sindicalistas desde el
asiento trasero de los carros. Quemando casas de organizadores.
Destrozndole la cara a gente a tubazos. Para los hombres como l,
los Doce aos fueron una fiesta. En 1974, le mantuvo la cabeza bajo
el agua a una viejita hasta que muri (haba intentado organizar a
unos campesinos para que reclamaran sus derechos en San Juan); en
1977 bail un zapateo en la garganta de un muchacho de 15 aos con el
taln de su Florsheim. (p. 308)
Y ms tarde, a finales de los aos 90, se encarga de la paliza y
el asesinato del protagonista de la novela. En este caso la
historia intenta desligarse lo ms posible del entramado literario
para acercarse a la lnea de la crnica social.
En el caso de Oscar el autor-narrador lo presenta con un carcter
tranquilo, opuesto al conflicto. Sin embargo, esta posicin del
personaje no se mantiene de manera permanente y deber enfrentar
situaciones violentas que vienen de la mano de sus relaciones
amorosas, igual que le haba sucedido a su madre. En dos ocasiones
pierde la cabeza y se lanza a una posicin de violencia. Primero,
para matar a un hombre que estaba con la mujer de la que se haba
enamorado y en una segunda ocasin para suicidarse porque haba
perdido otro de sus grandes amores.
Con cierto paralelismo a lo que haba sucedido primero con su
abuelo y luego con su madre, la muerte le llega a Oscar despus de
otra tremenda paliza que le propinan los esbirros de un militar
dominicano que se comportaba a la manera de Trujillo (de nuevo el
fuk) el amante de una prostituta de la que se haba enamorado
locamente. Y como no hace caso de ese aviso y decide seguir con su
relacin amorosa, finalmente es asesinado en un caaveral por los
mismos que lo haban apaleado. Por eso la fantasa final de Oscar
recoge la historia de la familia en un continuo retorno a los
orgenes, acompandolo en su viaje final:
Esta vez Oscar no llor cuando lo llevaron de nuevo a los
caaverales. La zafra sera pronto y la caa haba crecido bien y densa
y en algunos lugares se poda or el clac clac de los tallos chocando
unos con otros como triffids y las voces en kriyol perdidas en la
noche. El olor de la caa madura era inolvidabble y haba una luna,
una hermosa luna llena, y Clives les pidi a los hombres que
personaran a Oscar, pero ellos se rieron. Debieras preocuparte,
dijo Grod, por ti mismo. Oscar se ri un poco pero tambin a travs de
la boca partida. No te preocupes, Clives, le dijo. Llegaron
demasiado tarde. Grod discrep. Ms bien dira que llegamos justo a
tiempo. Pasaron una parada de guagua y, por un segundo, Oscar
imagin ver a toda su familia montndose en una guagua, incluso a su
pobre abuelo muerto y a su pobre abuela muerta, y quin iba al timn
de la guagua sino la Mangosta, y quin era el cobrador sino el
Hombre sin Rostro, pero no fue ms que una ltima fantasa que
desapareci en cuanto pestae (...) (p. 330)
6. Realismo mgico-maravilloso en el discurso de la
postmodernidad
Es uno de los aspectos ms arduamente trabajados en esta novela.
El realismo mgico arranca desde la primera pgina como parte del
mito fundacional americano y se entreteje durante toda la historia
apareciendo una y otra vez, escondindose en otras ocasiones o
simplemente desapareciendo, como si nunca hubiera existido, durante
la lectura de largas pginas.
Consideramos que este elemento ha sido elaborado con especial
lucidez debido a que se trata de una novela hiperrealista, con un
fuerte significado social, encuadrada dentro del discurso esttico
del postmodernismo. Es un hecho fcilmente demostrable que el autor
ha sabido integrar en una unidad coherente y creble tendencias
literarias que hasta el momento se haban considerado antagnicas. Un
ejemplo de esa capacidad creativa lo tenemos la siguiente
descripcin de Belicia Cabral, donde las imgenes postmodernas de la
emigracin y el sufrimiento del conflicto bicultural se enriquecen
con la recreacin de un ambiente legendario, una hiprbole de estilo
muy personal y una bella metfora trada desde el reino de la fantasa
para resaltar el color negro del personaje femenino:
Antes de que hubiera una Historia Americana, antes de que
Paterson se desplegara frente a Lola y a Oscar como un sueo o las
trompetas de la isla de nuestro deshaucio sonaran siquiera, estaba
la madre, Hypata Belicia Cabral:
una muchacha tan alta que a uno le dolan los huesos de las
piernas de slo mirarla
tan negra como si la Creadora, al hacerla, hubiera pestaeado
que, como su hija an por nacer, sufrira de un mal muy particular
de New Yersey el deseo inextinguible de estar siempre en otro
lugar. (p. 93)
Para conseguir esa integracin de fuerzas divergentes, Junot Daz
busc como aliada una tendencia esttica que combina el hiperrealismo
con la fantasa. Es lo que se llama literatura de alta fantasa, muy
relacionada con los gneros de ciencia-ficcin. Y dentro de esta
tendencia, ha seguido adems muchas de las pautas estructurales del
gran maestro de la literatura fantstica. Nos referimos al escritor
ingls R. Tolkien, cuyas obras han merecido el calificativo de las
mejores novelas del siglo XX desde el juicio implacable aunque
discutible de la crtica norteamericana.
Pero esta alianza con la fantasa funciona slo como un refuerzo.
El origen del mundo mgico y maravilloso que se expresa en la
postmodernidad del discurso narrativo de Junot Daz reside en sus
ancestros, en el universo caribeo y antillano al que pertenece,
continuando as la trayectoria del muy conocido movimiento literario
del siglo XX, al que se enfrentaron los escritores de McKondo:
Aparte de querer mandar un saludo a Jack Kirby, como
tercermundista es difcil no sentir cierta afinidad con su
personaje, Uatu el Vigilante, quien reside en el Area Azul oculta
de la luna mientras nosotros, DarkZoners, vivimos (citando a
Glissant) en la face cache de la Terre (la cara oculta de la
Tierra). (p.18)
Qu puede ser ms ciencia ficcin que Santo Domingo? Qu ms fantasa
que las Antillas?
Pero ahora que termin todo tengo que preguntarme Qu ms fuk? (p.
20)
De esta forma, con la bendicin de Tolkien, el sagaz recuerdo de
Macondo (el contrahechizo zafa era una sensacin en Macondo, aunque
no necesariamente en McOndo, p. 21), la insospechada ayuda de los
dioses afrocaribeos y de todos los legendarios personajes de las
leyendas haitianas, afrodominicanas (incluyendo los bacs, las
ciguapas y los dioses del vudu, Shango, Oya) y el ruego todos los
santos de la piedad secular y tradicional cristiana dominicana, se
erige un universo real que slo puede ser entendido con la presencia
decidida de lo mgico y maravilloso. El autor distribuye cada uno de
estos elementos en la novela como si se tratara de hacer un sendero
de luz, que quiebra la maldad proyectada en forma de maltrato,
humillacin, violencia, sufrimiento, por las fuerzas demonacas,
tambin reales y mgicas, el Hombre sin Rostro de la dictadura
trujillista.
Entre los diversos aspectos que cabra referir aqu vamos a
centrarnos en dos de ellos, puesto que nos aportan el conocimiento
suficiente para el anlisis que nos ocupa: la presencia de la
mangosta y la oracin de la ta-madre de Belicia.
La Mangosta, un animal inteligente, rpido, capaz de comerse a
las serpientes es presentada por el autor en una nota a pie de
pgina como un ser mgico de antigedad insoslayable:
La Mangosta, una de las grandes partculas inestables del
Universo, y tambin una de las grandes viajeras, acompa a la
humanidad cuando sali de Africa y, desps de un largo tiempo en la
India, salt a una nave para llegar a la otra India, es decir, el
Caribe. Desde su primera aparicin escrita -675 a.C. En la carta de
un escribano annimo a Esarhaddon (un rey de Asiria que gobern de
681 a 669 a. de C., el padre de Assurbanipal, el gran rey de
Asiria, famoso por ser uno de los pocos reyes de la antigedad que
poda leer y escribir, fundador de una de las primeras y ms extensas
bibliotecas de aquellos tiempos) la Mangosta ha demostrado ser
enemiga de carros, de cadenas y de jerarquas. Como se supone aliada
del ser humano, Muchos Vigilantes sospechan que la Mangosta lleg a
nuestro mundo de otro, pero hasta la fecha no se ha descubierto
prueba alguna de tal migracin. (p. 167)
En efecto, el historial mitolgico de la mangosta se remonta a la
poca faranica y todava hoy se la utiliza en la India para matar a
las cobras que atacan a la poblacin de una manera nada despreciable
(matan a una persona cada quince minutos). En Mjico y el Caribe hay
varias historias relacionadas con la mangosta en las que no vamos a
detenernos por ahora. La mangosta, una especie de animal
legendario, quiz un bak, se presenta en los momentos agnicos de los
personajes principales, cuando se encuentran entre la vida y la
muerte o cuando, como en el sueo de Oscar que veamos ms arriba,
saben que van a morir. En la mayor parte de las apariciones de este
animal mgico se produce un regreso a la vida, es decir, los
personajes reciben alguna instruccin o aparece un cierto nivel de
dilogo y luego como por un milagro se encuentra una solucin que les
trae al menos la esperanza. Esto lo que pasa con Belicia, y es
tambin lo que pasa con Oscar, cuando intenta suicidarse. Pero lo
que hace especialmente interesante a este ser mgico es que el
escritor hace coincidir su primera aparicin con todos los motivos
estructurales de la novela: la fantasa, la historia dominicana, las
tradiciones caribeas y, lo que es ms importante, la presentacin de
todos esos motivos en conjunto para hacernos entender el ser
dominicano como parte del ser caribeo:
Y ahora llegamos a la parte ms extraa de nuestra historia, No
puedo decir si lo que cuento es producto de la imaginacin sacudida
de Beli o algo enteramente distinto. Hasta el Vigilante tiene sus
silencios, sus pginas en blanco. Pocos se han aventurado ms all de
la Pared de la Fuente... Pero cualquiera que sea la verdad,
recuerden; los dominicanos son caribeos y, por lo tanto, muestran
una tolerancia extraordinaria hacia los fenmenos extremos. Cmo, si
no habramos podido sobrevivir a lo que hemos sobrevivido? As que
cuando Beli iba y vena entre la vida y la muerte, a su lado apareci
una criatura que habra sido una mangosta amistosa de nos ser por
los ojos dorados de len y el negro absoluto de la piel. Era
bastante grande para su especie y coloc sus pequeas e inteligentes
patas en el pecho de Beli y la mir fijamente.
Tienes que levantarte.(p.166)
La mangosta acompaa a la Belicia maltratada, violada y
abandonada en los caaverales hasta que es recogida por un
camionero, pero lo que est dentro de ella, lo que le da la fuerza
para seguir caminando en el doloroso paso a paso del sufrimiento
fsico y la humillacin y el dolor emocional es su fe en el
futuro:
Tom de la fuerza, de la esperanza, del odio, de su corazn
invencible, cada uno un pistn diferente que la llevaba adelante. Al
fin, cuando lo haba agotado todo, cuando comenz a caerse de cabeza,
yendo hacia abajo como un boxeador con las piernas pesadas, estir
el brazo ileso hacia fuera y lo que la salud no fue la caa, sino el
mundo abierto a la vida. (p.167)
Por otra parte, nos interesa detenernos ahora en la creacin del
ambiente de oracin que envuelve a la Inca en su plegaria por
Belicia. Esta escena que lleva como ttulo La Inca Divina, abarca
unas dos pginas y coloca al lector en un universo ms all de la
geografa local y humana, en el centro de un espacio literario
mgico-religioso, dominado por los espritus de la fraternidad humana
y por la fe de tradicin cristiano-dominicana. La escena comienza
con La Inca en un marco de apretado silencio ante la noticia del
secuestro de su hija Belicia. La oscuridad profunda de la noche
envuelve ese silencio de desesperacin, rabia e impotencia,
reflejndose as como un grito pavoroso ante el triunfo de la
injusticia en forma de maldicin trujillista que se ha instalado de
nuevo en su vida, para romper por segunda vez la historia lineal de
su familia. Quien haya vivido la sensacin de tener el poder de la
dictadura, de la opresin militar instalada directamente encima de
su cabeza, oir claramente el grito callado que vibra en el interior
de ese oscuro silencio.
Fue en esa hora de tribulacin, sin embargo, que una mano se
extendi hacia ella y le record quin era. Myotis Altagracia Toribio
Cabral. Una de las Poderosas del Sur. Tienes que salvarla, dijo el
espritu de su marido, o nadie ms lo har. (p. 160)
Y con esa inspiracin mgico-espiritual el lamento da paso a la
oracin que en forma de abrazo solidario de toda la comunidad
transforma el espacio social de Belicia, limpiando su maltrecha
imagen, re-ordenando su historia dentro de la comunidad. La que
antes haba sido sealada por sus aventuras amorosas, ahora es
re-significada como vctima del mal y esto se convierte en una
suerte de accin espiritual que atrae el poder de la fe a la bondad
del alma de los hombres en este caso mujeres sencillos/as:
Y antes de que se pudiera decir Santo! Santo! Santo! tena a su
alrededor una multitud de mujeres, jvenes y viejas, fieras y
mansas, serias y alegres, incluso las que antes haban chismoseado
sobre la muchacha y la haban llamado puta. Llegaron sin invitacin y
se sumaron a la plegaria sin siquiera un murmullo. (p. 160)
La integracin del elemento mgico en esta novela no responde a un
criterio de venta comercial como sucede en otros textos de autores
latinoamericanos contemporneos (Maeseneer, 2006, p. 128) sino que
forma parte de la estructura profunda de la obra, y es
imprescindible para la comprensin de la misma.
Despus de esa gran plegaria, el resto de la historia de la madre
de Oscar entra dentro de lo previsible. La Beli se salva pero la
situacin socio-poltica es tan delicada en los meses del tiranicido
que su ta-madre teme por la vida de la muchacha. Un nuevo toque
mgico determina la emigracin de este personaje a Estados Unidos: La
Inca recibe un nuevo aviso de su esposo difunto y decide hacer los
preparativos para sacarla del pas. La dispora se vislumbra como la
nica forma posible de salvar el futuro de la muchacha. Santo
Domingo, comenzaba a tomar la forma de la isla de nuestro
deshaucio.
A partir de ese momento, comienza la Historia Americana para la
familia Cabral, que se ve obligada a huir para conjurar el Fuk de
Trujillo, responsable uno u otro, uno y otro, de muchas las peores
atrocidades que se han visto en el Caribe del siglo XX; destructor
de vidas humanas, responsable de la demolicin de familias que haban
estado asentadas en el pas durante siglos, de la eliminacin
sistemtica de seres dominicanos de toda condicin, annimos y
famosos, ignorantes e insignes intelectuales, miserables y
acaudalados. Todos ellos hubieran entrado en el olvido si no fuera
por la memoria literaria de escritores que los han ido rescatando a
lo largo de los aos. Los escritores dominicanos de adentro y afuera
han levantado a los muertos de sus propias cenizas y han buscado el
testimonio de los vivos para construir aquellas vidas rotas por el
efecto devastador de la dictadura. Historias de vivos y muertos que
se han hecho dignas de ser recordadas con la memoria del arte y
contadas con especial lucidez por escritores de la talla de Junot
Daz.
7. A modo de conclusin
La obra narrativa de Junot Diaz que ha sido objeto de este
anlisis constituye a nuestro parecer una obra dominicana que merece
permanecer en los primeros lugares de la historia de la literatura
a nivel nacional e internacional. La aportacin de este autor al
desarrollo de la literatura dominicana de adentro y de afuera de la
isla est no slo en haber sido capaz de conseguir el premio ms
importante de las letras norteamericanas, sino en saber expresar el
interior de la sociedad que representa, en la riqueza esttica de su
discurso literario, capaz de integrar corrientes opuestas; en la
complejidad de sus niveles de interpretacin de la realidad urbana,
del conflicto de identidad, de la inseguridad del hombre
postmoderno; en desarrollar un universo literario que encuentra
profundas races en la sensibilidad social del pueblo dominicano,
sin hacer concesiones ideolgicas de rango clasista o poltico; en
elevar el habla coloquial, la lengua de los marginados, de los
excluidos por su condicin social o por su carcter migratorio a la
categora de arte.
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narratologa), edit. Ctedra, Madrid, 1985.
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Garca Cartagena, Manuel: la literatura dominicana en la era
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