Poemas de Pablo Neruda
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Poemas de: Pablo Neruda
NDICE VUELTA A LA PGINA PRINCIPALPOEMA 20 EL NUEVO SONETO A
ELENA FAREWELL MUJER, NADA ME HAS DADO WALKING AROUND ME PEINA EL
VIENTO LOS CABELLOS HOY QUE ES EL CUMPLEAOS DE MI HERMANA LA MUERTE
DE MELISANDA DIURNO DOLIENTE AYER POEMA 5 POEMA 10 POEMA 6 LA
CANCIN DESESPERADA VRESE MARIPOSA DE OTOO TANGO DEL VIUDO
DESPEDIENTE SAUDADE TENGO MIEDO POEMA 7 EL MIEDO RESURRECCIONES
POEMA 15 BARRIO SIN LUZ POEMA 8
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Poemas de Pablo Neruda
POEMA 20 Puedo escribir los versos ms tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: La noche est estrellada, y tiritan, azules,
los astros, a lo lejos. El viento de la noche gira en el cielo y
canta. Puedo escribir los versos ms tristes esta noche. Yo la
quise, y a veces ella tambin me quiso. En las noches como sta la
tuve entre mis brazos. La bes tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo tambin la quera. Cmo no haber amado sus
grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos ms tristes esta
noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Or la
noche inmensa, ms inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al
pasto el roco. Qu importa que mi amor no pudiera guardarla. La
noche est estrellada y ella no est conmigo. Eso es todo. A lo lejos
alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla
perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazn la
busca, y ella no est conmigo. La misma noche que hace blanquear los
mismos rboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cunto la quise. Mi voz buscaba el
viento para tocar su odo. De otro. Ser de otro. Como antes de mis
besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
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Poemas de Pablo Neruda
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto
el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como sta la
tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque ste sea el ltimo dolor que ella me causa, y stos sean los
ltimos versos que yo le escribo.
LA CANCIN DESESPERADA Emerge tu recuerdo de la noche en que
estoy. El ro anuda al mar su lamento obstinado. Abandonado como los
muelles en el alba. Es la hora de partir, oh abandonado! Sobre mi
corazn llueven fras corolas. Oh sentina de escombros, feroz cueva
de nufragos! En ti se acumularon las guerras y los vuelos. De ti
alzaron las alas los pjaros del canto. Todo te lo tragaste, como la
lejana. Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! Era
la alegre hora del asalto y el beso. La hora del estupor que arda
como un faro. Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, turbia
embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! En la infancia de
niebla mi alma alada y herida. Descubridor perdido, todo en ti fue
naufragio! Te ceiste al dolor, te agarraste al deseo. Te tumb la
tristeza, todo en ti fue naufragio! Hice retroceder la muralla de
sombra,http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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Poemas de Pablo Neruda
anduve ms all del deseo y del acto. Oh carne, carne ma, mujer
que am y perd, a ti en esta hora hmeda, evoco y hago canto. Como un
vaso albergaste la infinita ternura, y el infinito olvido te triz
como a un vaso. Era la negra, negra soledad de las islas, y all,
mujer de amor, me acogieron tus brazos. Era la sed y el hambre, y t
fuiste la fruta. Era el duelo y las ruinas, y t fuiste el milagro.
Ah mujer, no s cmo pudiste contenerme en la tierra de tu alma, y en
la cruz de tus brazos! Mi deseo de ti fue el ms terrible y corto,
el ms revuelto y ebrio, el ms tirante y vido. Cementerio de besos,
an hay fuego en tus tumbas, an los racimos arden picoteados de
pjaros. Oh la boca mordida, oh los besados miembros, oh los
hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados. Oh la cpula loca de
esperanza y esfuerzo en que nos anudamos y nos desesperamos. Y la
ternura, leve como el agua y la harina. Y la palabra apenas
comenzada en los labios. Ese fue mi destino y en l viaj mi anhelo,
y en l cay mi anhelo, todo en ti fue naufragio! Oh, sentina de
escombros, en ti todo caa, qu dolor no exprimiste, qu olas no te
ahogaron! De tumbo en tumbo an llameaste y cantaste. De pie como un
marino en la proa de un barco. An floreciste en cantos, an rompiste
en corrientes.http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012
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Poemas de Pablo Neruda
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. Plido buzo
ciego, desventurado hondero, descubridor perdido, todo en ti fue
naufragio! Es la hora de partir, la dura y fra hora que la noche
sujeta a todo horario. El cinturn ruidoso del mar cie la costa.
Surgen fras estrellas, emigran negros pjaros. Abandonado como los
muelles en el alba. Slo la sombra trmula se retuerce en mis manos.
Ah ms all de todo. Ah ms all de todo. Es la hora de partir. Oh
abandonado!
El NUEVO SONETO A ELENACuando ests vieja, nia (Ronsard ya te lo
dijo), te acordars de aquellos versos que yo deca. Tendrs los senos
tristes de amamantar tus hijos, los ltimos retoos de tu vida
vaca... Yo estar tan lejano que tus manos de cera ararn el recuerdo
de mis ruinas desnudas. Comprenders que puede, nevar en primavera y
que en la primavera las nieves son ms crudas. Yo estar tan lejano
que el amor y la pena que antes vaci en tu vida como un nfora plena
estarn condenados a morir en mis manos... Y ser tarde porque se fue
mi adolescencia, tarde porque las flores una vez dan esencia y
porque aunque me llames yo estar tan lejano...
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Poemas de Pablo Neruda
VRESEHoy que danza en mi cuerpo la pasin de Paolo y ebrio de un
sueo alegre mi corazn se agita: hoy que s la alegra de ser libre y
ser solo como el pistilo de una margarita infinita: oh mujer -carne
y sueo-, ven a encantarme un poco, ven a vaciar tus copas de sol en
mi camino: que en mi barco amarillo tiemblen tus senos locos y
ebrios de juventud, que es el ms bello vino. Es bello porque
nosotros lo bebemos en estos temblorosos vasos de nuestro ser que
nos niegan el goce para que lo gocemos. Bebamos. Nunca dejemos de
beber. Nunca, mujer, rayo de luz, pulpa blanca de poma, suavices la
pisada que no te har sufrir. Sembremos la llanura antes de arar la
loma. Vivir ser primero, despus ser morir. Y despus que en la ruta
se apaguen nuestras huellas y en el azul paremos nuestras blancas
escalas -flechas de oro que atajan en vano las estrellas-, oh
Francesca, hacia dnde te llevarn mis alas!
FAREWELL1 Desde el fondo de ti, y arrodillado, un nio triste,
como yo, nos mira. Por esa vida que arder en sus venas tendran que
amarrarse nuestras vidas. Por esas manos, hijas de tus manos,
tendran que matar las manos mas. Por sus Ojos abiertos en la
tierra
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Poemas de Pablo Neruda
ver en los tuyos lgrimas un da.
2 Yo no lo quiero, Amada. Para que nada nos amarre que no nos
una nada. Ni la palabra que arom tu boca, ni lo que no dijeron las
palabras. Ni la fiesta de amor que no tuvimos, ni tus sollozos
junto a la ventana. 3 (Amo el amor de los marineros que besan y se
van. Dejan una promesa. No vuelven nunca ms. En cada puerto una
mujer espera: los marineros besan y se van. Una noche se acuestan
con la muerte en el lecho del mar. 4 Amo el amor que se reparte en
besos, lecho y pan. Amor que puede ser eterno y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse para volver a amar. Amor divinizado que
se acerca Amor divinizado que se va.) 5
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Poemas de Pablo Neruda
Ya no se encantarn mis ojos en tus ojos, ya no se endulzar junto
a ti mi dolor. Pero hacia donde vaya llevar tu mirada y hacia donde
camines llevars mi dolor. Fui tuyo, fuiste ma. Qu ms? Juntos
hicimos un recodo en la ruta donde el amor pas. Fui tuyo, fuiste
ma. T sers del que te ame, del que corte en tu huerto lo que he
sembrado yo. Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No s hacia dnde voy. ... Desde tu corazn me
dice adis un nio. Y yo le digo adis.
MARIPOSA DE OTOOLa mariposa volotea y arde -con el sol- a veces.
Mancha volante y llamarada, ahora se queda parada sobre una hoja:
que la mece. Me decan: -No tienes nada. No ests enfermo. Te parece.
Yo tampoco deca nada. Y pas el tiempo de las mieses. Hoy una mano
de congoja llena de otoo el horizonte. Y hasta de mi alma caen
hojas. Me decan: -No tienes nada. No ests enfermo. Te parece. Era
la hora de las espigas. El sol,
ahora,http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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Poemas de Pablo Neruda
convalece. Todo se va en la vida, amigos. Se va o perece. Se va
la man que te induce. Se va o perece. Se va la rosa que desates.
Tambin la boca que te bese. El agua, la sombra y el vaso. Se va o
perece. Pas la hora de las espigas. El sol, ahora, convalece. Su
lengua tibia me rodea. Tambin me dice: -Te parece. La mariposa
volotea, revolotea, y desaparece.
MUJER, NADA ME HAS DADONada me has dado y para ti mi vida
deshoja su rosal de desconsuelo, porque ves estas cosas que yo
miro, las mismas tierras y los mismos cielos, porque la red de
nervios y de venas que sostiene tu ser y tu belleza se debe
estremecer al beso puro del sol, del misino sol que a m me besa.
Mujer, nada me has dado y sin embargo a travs de tu ser siento las
cosas: estoy alegre de mirar la tierra en que tu corazn tiembla y
reposa.
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Poemas de Pablo Neruda
Me limitan en vano mis sentidos -dulces flores que se abren en
el vientoporque adivino el pjaro que pasa y que moj de azul tu
sentimiento. Y sin embargo no me has dado nada, no se florecen para
m tus aos, la cascada de cobre de tu risa no apagar la sed de mis
rebaos. Hostia que no prob tu boca fina, amador del amado que te
llame, saldr al camino con mi amor al brazo como un vaso de miel
para el que ames. Ya ves, noche estrellada, canto y copa en que
bebes el agua que yo bebo, vivo en tu vida, vives en mi vida, nada
me has dado y todo te lo debo.
TANGO DEL VIUDOOh Maligna, ya habrs hallado la carta, ya habrs
llorado de furia, y habrs insultado el recuerdo de mi madre
llamndola pena podrida y madre de perros, ya habrs bebido sola,
solitaria, el t del atardecer mirando mis viejos zapatos vacos para
siempre, y ya no podrs recordar, mis enfermedades, mis sueos
nocturnos, mis comidas sin maldecirme en voz alta como si estuviera
all an, quejndome del trpico, de los coolies coringhis, de las
venenosas fiebres que me hicieron tanto dao y de los espantosos
ingleses que odio todava. Maligna, la verdad, qu noche tan grande,
qu tierra tan sola! He llegado otra vez a los dormitorios
solitarios, a almorzar en los restaurantes comida fra, y otra vez
tiro al suelo los pantalones y las camisas, no hay perchas en mi
habitacin, ni retratos de nadie en las paredes. Cunta sombra de la
que hay en mi alma dara por recobrarte, y qu amenazadores me
parecen los nombres de los meses, y la palabra invierno qu sonido
de tambor lgubre tiene.
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Poemas de Pablo Neruda
Enterrado junto al cocotero hallars ms tarde el cuchillo que
escond all por temor de que me mataras, y ahora repentinamente
quisiera oler su acero de cocina acostumbrado al peso de tu mano y
al brillo de tu pie: bajo la humedad de la tierra, entre las sordas
races, de los lenguajes humanos el pobre slo sabra tu nombre, y la
espesa tierra no comprende tu nombre hecho de impenetrables
substancias divinas. As como me aflige pensar en el claro da de tus
piernas recostadas como detenidas y duras aguas solares, y la
golondrina que durmiendo y volando vive en tus ojos, y el perro de
furia que asilas en el corazn, as tambin veo las muertes que estn
entre nosotros desde ahora, y respiro en el aire la ceniza y lo
destruido, el largo, solitario espacio que me rodea para siempre.
Dara este viento del mar gigante por tu brusca respiracin oda en
largas noches sin mezcla de olvido, unindose a la atmsfera como el
ltigo a la piel del caballo. Y por orte orinar, en la oscuridad, en
el fondo de la casa, como vertiendo una miel delgada, trmula,
argentina, obstinada, cuntas veces entregara este coro de sombras
que poseo, y el ruido de espadas intiles que se oye en mi alma, y
la paloma de sangre que est solitaria en mi frente llamando cosas
desaparecidas, seres desaparecidos, substancias extraamente
inseparables y perdidas.
WALKING AROUNDSucede que me canso de ser hombre. Sucede que
entro en las sastreras y en los cines marchito, impenetrable, como
un cisne de fieltro navegando en un agua de origen y ceniza. El
olor de las peluqueras me hace llorar a gritos. Slo quiero un
descanso de piedras o de lana, slo quiero no ver establecimientos
ni jardines, ni mercaderas, ni anteojos, ni ascensores. Sucede que
me canso de mis pies y mis uas y mi pelo y mi sombra.
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Poemas de Pablo Neruda
Sucede que me canso de ser hombre. Sin embargo sera delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado o dar muerte a una monja
con un golpe de oreja. Sera bello ir por las calles con un cuchillo
verde y dando gritos hasta morir de fro. No quiero seguir siendo
raz en las tinieblas, vacilante, extendido, tiritando de sueo,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra, absorbiendo y
pensando, comiendo cada da. No quiero para m tantas desgracias. No
quiero continuar de raz y de tumba, de subterrneo solo, de bodega
con muertos, aterido, murindome de pena. Por eso el da lunes arde
como el petrleo cuando me ve llegar con mi cara de crcel, y alla en
su transcurso como una rueda herida, y da pasos de sangre caliente
hacia la noche. Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas
hmedas, a hospitales donde los huesos salen por la ventana, a
ciertas zapateras con olor a vinagre, a calles espantosas como
grietas. Hay pjaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio, hay dentaduras
olvidadas en una cafetera, hay espejos que debieran haber llorado
de vergenza y espanto, hay paraguas en todas partes, y venenos, y
ombligos. Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos, con furia, con
olvido, paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia, y patios donde
hay ropas colgadas de un alambre: calzoncillos, toallas y camisas
que lloran lentas lgrimas sucias.
DESESPEDIENTEhttp://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012
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Poemas de Pablo Neruda
La paloma est llena de papeles cados, su pecho est manchado por
gomas y semanas, por secantes ms blancos que un cadver y tintas
asustadas de su color siniestro. Ven conmigo a la sombra de las
administraciones, al dbil, delicado color plido de los jefes, a los
tneles profundos como calendarios, a la doliente rueda de mil
pginas. Examinemos ahora los ttulos y las condiciones, las actas
especiales, los desvelos, las demandas con sus dientes de otoo
nauseabundo, la furia de cenicientos destinos y tristes decisiones.
Es un relato de huesos heridos, amargas circunstancias e
interminables trajes, y medias repentinamente serias. Es la noche
profunda, la cabeza sin venas de donde cae el da de repente como de
una botella rota por un relmpago. Son los pies y los relojes y los
dedos y una locomotora de jabn moribundo, y un agrio cielo de metal
mojado, y un amarillo ro de sonrisas. Todo llega a la punta de los
dedos como flores, a uas como relmpagos, a sillones marchitos, todo
llega a la tinta de la muerte y a la boca violeta, de los timbres.
Lloremos la defuncin de la tierra y el fuego, las espadas, las
uvas, los sexos con sus duros dominios de races, las naves del
alcohol navegando entre naves y el perfume que baila de noche, de
rodillas, arrastrando un planeta de rosas perforadas. Con un traje
de perro y una mancha en la frente caigamos a la profundidad de los
papeles, a la ira de las palabras encadenadas, a manifestaciones
tenazmente difuntas, a sistemas envueltos en amarillas hojas. Rodad
conmigo a las oficinas, al
inciertohttp://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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Poemas de Pablo Neruda
olor de ministerios, y tumbas, y estampillas. Venid conmigo al
da blanco que se muere dando gritos de novia asesinada.
ME PEINA EL VIENTO LOS CABELLOS Me peina el viento los cabellos
como una mano maternal: abro la puerta del recuerdo y el
pensamiento se me va. Son otras voces las que llevo, es de otros
labios mi cantar: hasta mi gruta de recuerdos tiene una extraa
claridad! Frutos de tierras extranjeras, olas azules de otro mar,
amores de otros hombres, penas que no me atrevo a recordar. Y el
viento, el viento que me peina como una mano maternal! Mi verdad se
pierde en la noche: no tengo noche ni verdad! Tendido en medio del
camino deben pisarme para andar. Pasan por m sus corazones ebrios
de vino y de soar. Yo soy un puente inmvil entre tu corazn y la
eternidad. Si me muriera de repente no dejara de cantar!
SAUDADE
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Poemas de Pablo Neruda
Saudade -Qu ser?... yo no s... lo he buscado en unos
diccionarios empolvados y antiguos y en otros libros que no me han
dado el significado de esta dulce palabra de perfiles ambiguos.
Dicen que azules son las montaas como ella, que en ella se
oscurecen los amores lejanos, y un noble y buen amigo mo (y de las
estrellas) la nombra en un temblor de trenzas y de manos. Y hoy en
Eca de Queiroz sin mirar la adivino, su secreto se evade, su
dulzura me obsede como una mariposa de cuerpo extrao y fino siempre
lejos -tan lejos!- de mis tranquilas redes. Saudade... Oiga,
vecino, sabe el significado de esta palabra blanca que como un pez
se evade? No... Y me tiembla en la boca su temblor delicado.
Saudade...
HOY, QUE ES EL CUMPLEAOS DE MI HERMANA Hoy, que es el cumpleaos
de mi hermana, no tengo nada que darle, nada. No tengo nada,
hermana. Todo lo que poseo siempre lo llevo lejos. A veces hasta mi
alma me parece lejana. Pobre corri una hoja amarilla de otoo y
cantor como un hilo de agua sobre una huerta: los dolores, t sabes
cmo me caen todos como al camino caen todas las hojas muertas. Mis
alegras nunca las sabrs, hermanita, y mi dolor es se, no te las
puedo dar: vinieron como pjaros a posarse en mi vida, una palabra
dura las hara volar. Pienso que tambin ellas me dejarn un da, que
me quedar solo, como nunca lo
estuve.http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
p.m.]
Poemas de Pablo Neruda
T lo sabes, hermana, la soledad me lleva hacia el fin de la
tierra como el viento a las nubes! Pero para qu es esto de
pensamientos tristes! A ti menos que a nadie debe afligir mi voz!
Despus de todo nada de esto que digo existe... No vayas a contrselo
a mi madre, por Dios! Uno no sabe cmo va hilvanando mentiras, y uno
dice por ellas, y ellas hablan por uno. Piensa que tengo el alma
toda llena de risas, y no te engaars, hermana, te lo juro.
TENGO MIEDO Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza del
cielo se abre como una boca de muerto. Tiene mi corazn un llanto de
princesa olvidada en el fondo de un palacio desierto. Tengo miedo.
Y me siento tan cansado y pequeo que reflejo la tarde sin meditar
en ella. (En mi cabeza enferma no ha de caber un sueo as como en el
cielo no ha cabido una estrella.) Sin embargo en mis ojos una
pregunta existe y hay un grito en mi boca que mi boca no grita. No
hay odo en la tierra que oiga mi queja triste abandonada en medio
de la tierra infinita! Se muere el universo, de una calma agona sin
la fiesta del sol o el crepsculo verde. Agoniza Saturno como una
pena ma, la tierra es una fruta negra que el cielo muerde. Y por la
vastedad del vaco van ciegas las nubes de la tarde, como barcas
perdidas que escondieran estrellas rotas en sus bodegas. Y la
muerte del mundo cae sobre mi vida.
http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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Poemas de Pablo Neruda
LA MUERTE DE MELISANDA A la sombra, de los laureles Melisanda se
est muriendo. Se morir su cuerpo leve. Enterrarn su dulce cuerpo.
Juntarn sus manos de nieve. Dejarn sus ojos abiertos para que
alumbren a Pelleas hasta despus que se haya muerto. A la sombra de
los laureles Melisanda muere en silencio. Por ella llorar la fuente
un llanto trmulo y eterno. Por ella orarn los cipreses arrodillados
bajo el viento. Habr galope de corceles, lunarios ladridos de
perros. A la sombra de los laureles Melisanda se est muriendo. Por
ella el sol en el Castillo se apagar como un enfermo. Por ella
morir Pelleas cuando la lleven al entierro. Por ella vagar de
noche, moribundo por los senderos. Por ella pisar las rosas,
perseguir las mariposas y dormir en los cementerios. Por ella, por
ella, por ella Pelleas, el prncipe, ha muerto.
http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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Poemas de Pablo Neruda
POEMA 7 Alma ma! Alma ma! Raz de mi sed viajera, gota de luz que
espanta los asaltos del mundo. Flor ma. Flor de mi alma. Terreno de
mis besos. Campanada de lgrimas. Remolino de arrullos. Agua viva
que escurre su queja entre mis dedos. Azul y alada como los pjaros
y el humo. Te pari mi nostalgia, mi sed, mi ansia, mi espanto. Y
estallaste en mis brazos como en la flor el fruto. Zona de sombra,
lnea delgada y pensativa. Enredadera crucificada sobre un muro.
Cancin, sueo, destino. Flor ma, flor de mi alma. Aletazo de sueo,
mariposa, crepsculo. En la alta noche mi alma se tuerce y se
destroza. La castigan los ltigos del sueo y la socavan. Para esta
inmensidad ya no hay nada en la tierra. Ya no hay nada. Se
revuelven las sombras y se derrumba todo. Caen sobre mis ruinas las
vigas de mi alma. No lucen los luceros acerados y blancos. Todo se
rompe y cae. Todo se borra y pasa, Es el dolor que alla como un
loco en un bosque. Soledad de la noche. Soledad de mi alma. El
grito, el alarido. Ya no hay nada en la tierra! La furia que
amedrenta los cantos y las lgrimas. Slo la sombra estril partida
por mis gritos. Y la pared del cielo tendida contra mi alma! Eres.
Entonces eres y te buscaba entonces. Eres labios de beso, fruta de
sueos, todo. Ests, eres y te amo! Te llamo y me respondes!
Luminaria de luna sobre los campos solos. Flor ma, flor de mi alma,
qu ms para esta vida! Tu voz, tu gesto plido, tu ternura, tus ojos.
La delgada caricia que te hace arder entera. Los dos brazos que
emergen como juncos de asombro. Todo tu cuerpo ardido de blancura
en el vientre. Las piernas perezosas. Las rodillas. Los hombros. La
cabellera de alas negras que van
volando.http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
p.m.]
Poemas de Pablo Neruda
Las araas oscuras del pubis en reposo.
DIURNO DOLIENTE De pasin sobrante y sueos de ceniza un plido
palio llevo, un cortejo evidente, un viento de metal que vive solo,
un sirviente mortal vestido de hambre, y en lo fresco que baja del
rbol, en la esencia del sol que su salud de astro implanta en las
flores, cuando a mi piel parecida al oro llega el placer, t,
fantasma coral con pies de tigre, t, ocasin funeral, reunin gnea,
acechando la patria en que sobrevivo con tus lanzas lunares que
tiemblan un poco. Porque la ventana que el medioda vaco atraviesa
tiene un da cualquiera mayor aire en sus alas, el frenes hincha el
traje y el sueo al sombrero, una abeja extremada arde sin tregua.
Ahora, qu imprevisto paso hace crujir los caminos? Qu vapor de
estacin lgubre, qu rostro de cristal, y an ms, qu sonido de carro
viejo con espigas? Ay, una a una, la ola que llora y la sal que se
triza, y el tiempo del amor celestial que pasa volando, han tenido
voz de huspedes y espacio en la espera. De distancias llevadas a
cabo, de resentimientos infieles, de hereditarias esperanzas
mezcladas con Sombra, de asistencias desgarradoramente dulces y das
de transparente veta y estatua floral, qu subsiste en mi trmino
escaso, en mi dbil producto? De mi lecho amarillo y de mi
substancia estrellada, quin no es vecino y ausente a la vez? Un
esfuerzo que salta, una flecha de trigo tengo, y un arco en mi
pecho manifiestamente espera, y un latido delgado, de agua y
tenacidad, como algo que se quiebra perpetuamente, atraviesa hasta
el fondo mis separaciones, apaga mi poder y propaga mi duelo.
http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
p.m.]
Poemas de Pablo Neruda
EL MIEDO Qu pas? Qu pas? Cmo pas? Cmo pudo pasar? Pero lo cierto
es que pas y lo claro es que pas, se fue, se fue el dolor a no
volver: cay el error en su terrible embudo, de all naci su juventud
de acero. Y la esperanza levant sus dedos. Ay sombra bandera que
cubri la hoz victoriosa, el peso del martillo con una sola pavorosa
efigie! Yo la vi en mrmol, en hierro platean, en la tosca madera
del Ural y sus bigotes eran dos races, y la vi en plata, en ncar,
en cartn, en corcho, en piedra, en cinc, en alabastro, en azcar, en
piedra, en sal, en jade, en carbn, en cemento, en seda, en barro,
en plstico, en arcilla, en hueso, en oro de un metro, de diez
metros, de cien metros, de dos milmetros en un grano de arroz, de
mil kilmetros en tela colorada. Siempre aquellas estatuas estucadas
de bigotudo dios con botas puestas y aquellos pantalones impecables
que planch el servilismo realista. Yo vi a la entrada del hotel, en
medio de la mesa, en la tienda, en la estacin, en los aeropuertos
constelados, aquella efigie fra de un distante: de un ser que,
entre uno y otro movimiento, se qued inmvil, muerto en la victoria.
Y aquel muerto rega la crueldad desde su propia estatua
innumerablehttp://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012
11:21:29 p.m.]
Poemas de Pablo Neruda
aquel inmvil gobern la vida.
AYER Todos los poetas excelsos se rean de mi escritura a causa
de la puntuacin, mientras yo me golpeaba el pecho confesando puntos
y comas, exclamaciones y dos puntos es decir, incestos y crmenes
que sepultaban mis palabras en una Edad Media especial de
catedrales provincianas. Todos los que nerudearon comenzaron a
valiejarse y antes del gallo que cant se fueron con Perse y con
Eliot y murieron en su piscina. Mientras tanto yo me enredaba con
mi calendario ancestral ms anticuado cada da sin descubrir sino una
flor descubierta por todo el mundo, sin inventar sino una estrella
seguramente ya apagada, mientras yo embebido en su brillo, borracho
de sombra y de fsforo, segua el cielo estupefacto. La prxima vez
que regrese con mi caballo por el tiempo voy a disponerme a cazar
debidamente agazapado todo lo que corra o que vuele: a
inspeccionarlo previamente si est Inventado o no inventado,
descubierto o no descubierto: no se escapar de mi red ningn planeta
venidero.
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RESURRECCIONES Si alguna vez vivo otra vez ser de la misma
manera porque se puede repetir mi nacimiento equivocado. y salir
con otra corteza cantando la misma tonada. Y por eso, por si
sucede, si por un destino indosrnico me veo obligado a nacer, no
quiero ser un elefante, ni un camello desvencijado, sino un modesto
langostino, una gota roja del mar. Quiero hacer en el agua amarga
las mismas equivocaciones: ser sacudido por la ola como ya lo fui
por el tiempo y ser devorado por fin por dentaduras del abismo, as
como fue mi experiencia de negros dientes literarios. Pasear con
antenas de cobre en las antarticas arenas del litoral que am y viv,
deslizar un escalofro entre las algas asustadas, sobrevivir bajo
los peces escondiendo el caparazn de mi complicada estructura, as
es como sobreviv a las tristezas de la tierra.
POEMA 5 Para que t me oigas mis palabras se adelgazan a
veceshttp://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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como las huellas de las gaviotas en las playas. Collar, cascabel
ebrio para tus manos suaves como las uvas. Y las miro lejanas mis
palabras. Ms que mas son tuyas. Van trepando en mi viejo dolor como
las yedras. Ellas trepan as por las paredes hmedas. Eres t la
culpable de este juego sangriento. Ellas estn huyendo de mi guarida
oscura. Todo lo llenas t, todo lo llenas. Antes que t poblaron la
soledad que ocupas, y estn acostumbradas ms que t a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que t las oigas
como quiero que me oigas. El viento de la angustia an las suele
arrastrar. Huracanes de sueos an a veces las tumban. Escuchas otras
voces en mi voz dolorida. Llanto de viejas bocas, sangre de viejas
splicas. mame, compaera. No me abandones. Sgueme. Sgueme, compaera,
en esa ola de angustia. Pero se van tiendo con tu amor mis
palabras. Todo lo ocupas t, todo lo ocupas. Voy haciendo de todas
un collar infinito para tus blancas manos, suaves como las
uvas.
POEMA 15 Me gustas cuando callas porque ests como ausente, y me
oyes desde lejos, y mi voz no te
toca.http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso
te cerrara la boca. Como todas las cosas estn llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma ma. Mariposa de sueo, te
pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancola. Me gustas
cuando callas y ests como distante. Y ests como quejndote, mariposa
en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: djame
que me calle con el silencio tuyo. Djame que te hable tambin con tu
silencio claro como una lmpara, simple como un anillo. Eres como la
noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano
y sencillo. Me gustas cuando callas porque ests como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces,
una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea
cierto.
POEMA 10 Hemos perdido aun este crepsculo. Nadie nos vio esta
tarde con las manos unidas mientras la noche azul caa sobre el
mundo. He visto desde mi ventana la fiesta del poniente en los
cerros lejanos. A veces como una moneda se encenda un pedazo de sol
entre mis manos. Yo te recordaba con el alma apretada de esa
tristeza que t me conoces. Entonces, dnde
estabas?http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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Entre qu gentes? Diciendo qu palabras? Por qu se me vendr todo
el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana? Cay
el libro que siempre se toma en el crepsculo, y como un perro
herido rod a mis pies mi capa. Siempre, siempre te alejas en las
tardes hacia donde el crepsculo corre borrando estatuas.
BARRIO SIN LUZ Se va la poesa de las cosas o no la puede
condensar mi vida? Ayer mirando el ltimo crepsculo yo era un manchn
de musgo entre unas ruinas. Las ciudades hollines y venganzas, la
cochinada gris de los suburbios, la oficina que encorva las
espaldas, el jefe de ojos turbios. Sangre de un arrebol sobre los
cerros, sangre sobre las calles y las plazas, dolor de corazones
rotos, podre de hastos y de lgrimas. Un ro abraza el arrabal como
una mano helada que tienta en las tinieblas: sobre sus aguas se
avergenzan de verse las estrellas. Y las casas que esconden los
deseos detrs de las ventanas luminosas, mientras afuera el viento
lleva un poco de barro a cada rosa. Lejos... la bruma de las
olvidanzashttp://www.los-poetas.com/a/neru1.htm[20/05/2012 11:21:29
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humos espesos, tajamares rotos, y el campo, el campo verde!, en
que jadean los bueyes y los hombres sudorosos. Y aqu estoy yo,
brotado entre las ruinas, mordiendo solo todas las tristezas, como
si el llanto fuera una semilla y yo el nico surco de la tierra.
POEMA 6 Te recuerdo como eras en el ltimo otoo. Eras la boina
gris y el corazn en calma. En tus ojos peleaban las llamas del
crepsculo. Y las hojas caan en el agua de tu alma. Apegada a mis
brazos como una enredadera, las hojas recogan tu voz lenta y en
calma. Hoguera de estupor en que mi sed arda. Dulce jacinto azul
torcido sobre mi alma. Siento viajar tus ojos y es distante el
otoo: boina gris, voz de pjaro y corazn de casa hacia donde
emigraban mis profundos anhelos y caan mis besos alegres como
brasas. Cielo desde un navo. Campo desde los cerros. Tu recuerdo es
de luz, de humo, de estanque en calma! Ms all de tus ojos ardan los
crepsculos. Hojas secas de otoo giraban en tu alma.
POEMA 8 Abeja blanca zumbas ebria de miel en mi alma y te
tuerces en lentas espirales de humo.
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Soy el desesperado, la palabra sin ecos, el que lo perdi todo, y
el que todo lo tuvo. ltima amarra, cruje en ti mi ansiedad ltima.
En mi tierra desierta eres la ltima rosa. Ah silenciosa! Cierra tus
ojos profundos. All aletea la noche. Ah desnuda tu cuerpo de
estatua temerosa. Tienes ojos profundos donde la noche alea.
Frescos brazos de flor y regazo de rosa. Se parecen tus senos a los
caracoles blancos. Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa
de sombra. Ah silenciosa! He aqu la soledad de donde ests ausente.
Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas. El agua anda
descalza por las calles mojadas. De aquel rbol se quejan, como
enfermos, las hojas. Abeja blanca, ausente, an zumbas en mi alma.
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa. Ah silenciosa!
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