7/22/2019 Platon - Filebo http://slidepdf.com/reader/full/platon-filebo 1/81 Filebo o del placer Sócrates – Protarco – Filebo Sócrates Mira, Protarco, qué parte de la opinión de Filebo quieres defender, y lo que te propones atacar de la mía, pues no están conformes con tu manera de pensar. ¿Quieres que a!amos un resumen de ambas opiniones" Protarco #on muco !usto. Sócrates Filebo dice, que el $ien para todos los seres animados consiste en la ale!ría, el placer, el recreo y todas las demás cosas de este !énero. %o sosten!o, por el contrario, que no es esto, sino que la sabiduría, la inteli!encia, la memoria y todo lo que es de la misma naturale&a, la 'usta opinión y los ra&onamientos (erdaderos son, para todos los que los poseen, me'ores y más apreciables que el placer a la par que más (enta'osos a todos los seres presentes y futuros, capaces de participar de ellos. ¿)o es esto, Filebo, lo que uno y otro sostenemos" Filebo *so es, Sócrates. +- Sócrates % bien, Protarco, ¿te encar!as de este 'uicio que se pone en tus manos" Protarco )ecesariamente me e de encar!ar, puesto que el buen Filebo se a acobardado. Sócrates *s de absoluta necesidad que inda!uemos lo que ay de cierto en esta materia. Protarco Sí, es preciso sin duda. Sócrates Pasemos adelante. /demás de lo que se acaba de decir, con(en!amos en lo si!uiente. Protarco ¿% qué es" Sócrates Que uno y otro nos propon!amos e0plicar cuál es la manera de ser y la disposición del alma capa& de procurar a todos los ombres una (ida dicosa. ¿)o es este nuestro ob'eto" Protarco Sí. Sócrates
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¿)o decís, Filebo y t1, que esta manera de ser consiste en el placer, y yo que consiste en la
sabiduría"
Protarco
*s cierto.
Sócrates
¿% qué resultaría, si descubriéramos al!1n otro medio preferible a estos dos", ¿no es cierto que si
nos encontramos con que este tercer medio tiene más afinidad con el placer, apareceremos en
(erdad t1 y yo por ba'o de este tercer medio, en que se unirán el placer y la sabiduría, +2 pero
quedando la (ida del placer con mayor influencia sobre la (ida de la sabiduría"
Protarco
Sí.
Sócrates
% que si este tercer medio se apro0ima más a la sabiduría, la sabiduría triunfará del placer, y será
este (encido", ¿estáis de acuerdo conmi!o sobre esto", ¿qué pensáis uno y otro"Protarco
/ mí me parece que sí.
Sócrates
% a ti, Filebo, ¿qué te parece"
Filebo
#reo y creeré siempre, que la (ictoria está sin duda del lado del placer. Por lo demás, Protarco, t1
mismo 'u&!arás.
ProtarcoPuesto que t1, Filebo, pones en nuestras manos la cuestión, no eres árbitro de conceder o ne!ar nada
a Sócrates.
Filebo
3ienes ra&ón, y eme aquí fuera de la disputa4 sea de ello testi!o la diosa misma del placer.
Protarco
)osotros seremos ante ella testi!os de lo que acabas de decir. % aora, Sócrates, tratemos de
terminar esta discusión con beneplácito de Filebo, o de cualquiera manera que sea.
SócratesSí, y comencemos por esta misma diosa, a que se refiere Filebo, que es 5enus, aunque su (erdadero
nombre es el Placer.
Protarco
Muy bien. +
Sócrates
*n todo tiempo, Protarco, mi temor, al pronunciar los nombres de los dioses, no es un temor
umano, sino que está por cima de los mayores temores, y por esto doy en este acto a 5enus el
nombre que más debe a!radarle. *n cuanto al placer, creo que tiene más de una forma, y como ya
e dico, nos es preciso comen&ar por él, e0aminando cuál es su naturale&a. /l oírle nombrar, comonosotros acemos, se le tomaría por una cosa simple. Sin embar!o, toma formas de toda especie, y
en ciertos conceptos deseme'antes entre sí. *n efecto, fi'a en ello tu atención. Podemos decir, que el
ombre estra!ado encuentra placer en el libertina'e, y el ombre moderado en la templan&a4 que el
insensato, lleno de opiniones y esperan&as locas, tiene placer, y que el sabio le encuentra i!ualmente
en la sabiduría. Pero si al!uno se atre(iere a decir que estas dos especies de placer son seme'antes
entre sí, ¿no pasaría con ra&ón por un e0tra(a!ante"
Protarco
*s cierto, Sócrates, que estos placeres (ienen de orí!enes opuestos, pero no por esto se oponen eluno al otro. Porque, ¿cómo el placer puede de'ar de ser lo más parecido al placer, es decir, a sí
mismo"
Sócrates
entonces el color, querido mío, en tanto que color no difiere en nada del color. Sin embar!o, todos
sabemos que lo ne!ro, además de ser diferente de lo blanco, es de eco opuesto a aquel. *n i!ual
forma, no considerando más que el !énero, toda fi!ura es lo mismo que otra fi!ura4 pero, si se
comparan las especies, ay al!unas enteramente opuestas y otras di(ersas entre sí asta el infinito.
6tras mucas cosas encontraremos, que están en el mismo caso. Por tanto, no puede darse fe a la
ra&ón que acabas de ale!ar, porque confundes en uno los +7 ob'etos más contrarios. Sospeco que
no descubriremos placeres contrarios a otros placeres.Protarco
Qui&á los ay. Pero, ¿qué per'udica esto a la opinión que yo defiendo"
Sócrates
*s, diremos nosotros, porque siendo estos placeres deseme'antes, no los llamas con el nombre que
les es propio. Porque dices que todas las cosas a!radables son buenas, y nadie a la (erdad ne!ará
que lo que es a!radable no sea a!radable4 pero siendo la mayor parte de los placeres malos y
al!unos buenos, como nosotros pretendemos, t1 das, sin embar!o, a todos el nombre de buenos,
aunque recono&cas que son deseme'antes, si se te obli!a a dar este (oto en la discusión. ¿Qué
cualidad com1n (es i!ualmente en los placeres buenos y malos, que te comprometa acomprenderlos todos ba'o el nombre de $ien"
Protarco
¿#ómo dices eso" Sócrates ¿#rees que, después de aber sentado como principio, que el placer es el
bien, te conceda y te de'e pasar que ay ciertos placeres que son buenos y otros que son malos"
Sócrates
Por lo menos confesarás, que los ay deseme'antes entre sí y al!unos contrarios.
Protarco
8e nin!una manera4 sobre todo, en tanto que son placeres.Sócrates
%a (ol(emos de nue(o al mismo tema de antes, Protarco. 8iremos, por consi!uiente, que un placer
no difiere de otro placer, y que todos son seme'antes4 de nada nos ser(irán los e'emplos que antes
ale!ué, y diremos lo que dicen los ombres más ineptos y e0tra9os al arte de discutir.
Protarco
¿Por qué"
Sócrates
Si por imitarte y lle(arte la contraria me propusiese sostener que ay una seme'an&a perfecta entre
las cosas más deseme'antes, podría acer (aler las mismas ra&ones que t1. Por ese medio
ubiéramos aparecido en la discusión más no(icios que lo que con(iene, y se nos escaparía de las
manos el ob'eto que tratamos. 3omemos, pues, el (erdadero ilo, y qui&á si!uiendo la misma
;ablo del ra&onamiento, que, como por incidente, se a me&clado en nuestra con(ersación, y que es
ciertamente de una condición e0traordinaria. *n efecto, es cosa muy sin!ular que se di!a, que
mucos son uno, y que uno es mucos4 y es fácil disputar contra cualquiera, que en esta cuestión
sosten!a el pro o el contra. +<
Protarco
¿;as tenido presente lo que se dice, que yo, Protarco, por e'emplo, soy uno por naturale&a, y ense!uida que ay mucos yos contrarios los unos a los otros, y que el mismo ombre es !rande y
peque9o, pesado y li!ero y otras mil cosas seme'antes"
Sócrates
/cabas de decir, Protarco, sobre el uno y los muchos, una de las mara(illas conocidas por todo el
mundo. ;oy día casi todos están de acuerdo, en que no es posible tocar a seme'antes cuestiones,
tenidas por pueriles y tri(iales, y que sir(en sólo para embara&ar una discusión. 3ampoco se quiere
que se entreten!a nadie con otras como las si!uientes= cuando al!uno, abiendo distin!uido por el
discurso todos los miembros y todas las partes de una cosa, y reconocido que todo esto no es más
que esta cosa, que es una, se burla en se!uida de sí mismo y se refuta, como si se ubiera (isto
precisado a admitir quimeras, a saber, que uno es mucos y una infinidad, y que mucos no son másque uno.
Protarco
¿#uáles son las demás mara(illas, Sócrates, de que querías ablarnos, que corren por el mundo, y
sobre las que no ay acuerdo"
Sócrates
*s, querido mío, cuando este uno no se toma entre las cosas su'etas a la !eneración y a la
corrupción, como son estas de que acabamos de ablar. Porque en tal caso, y cuando se trata de esta
especie de unidad, se con(iene, como antes di'imos, en que no es preciso refutar a nadie. Pero
cuando se supone un ombre en !eneral, un buey, lo bello, lo bueno, sobre estas unidades y otras dela misma naturale&a es sobre lo que se acaloran, disputan y nunca se ponen de acuerdo. +>
Protarco
¿#ómo"
Sócrates
*n primer lu!ar, se disputa si debe admitirse esta suerte de unidades, como realmente e0istentes.
8espués se pre!unta, cómo siendo cada una de ellas siempre la misma, y no siendo susceptible de
!eneración, ni de muerte, puede, a pesar de esto, ser constantemente la misma unidad. *n se!uida,
si es preciso decir que esta unidad e0iste en los seres sometidos a la !eneración e infinitos en
n1mero, di(idida en porciones y eca mucos4 o si está toda entera, si bien fuera de sí misma, encada uno4 lo que al parecer, es la cosa más imposible del mundo, esto es, que una sola y misma
unidad e0ista a la (e& en una y mucas cosas. *stas cuestiones, Protarco, sobre la manera de ser uno
y mucos, dan ori!en a los mayores conflictos, cuando se dan falsas soluciones4 así como esparcen
la mayor claridad, cuando se responde bien a ellas.
Protarco
¿)o es por aquí, Sócrates, por donde debemos entrar en materia"
Sócrates
/ mi parecer, sí.
Protarco
5i(e persuadido de que todos los que aquí estamos, pensamos como t1 en este punto. ?especto a
Filebo, es preferible no consultar su dictamen, por temor, como se dice, de no dislocar la idea de
bien.
Sócrates
*n buen ora. ¿Por dónde comen&amos esta contro(ersia, que tiene mucas ramificaciones y
mucas formas", ¿no es por aquí"
Protarco
¿Por dónde" +@
Sócrates
8i!o, que estos uno y muchos se encuentra por todas partes y siempre, lo mismo oy que en todo
tiempo, en cada una de las cosas de que se ablaA2B. Camás de'ará de e0istir, ni es cosa de oy el
aber dado principio a la e0istencia, sino que, en cuanto yo alcan&o, es una cualidad inerente a
nuestros discursos, inmortal e incapa& de en(e'ecer. *l 'o(en que emplea por primera (e& esta
fórmula, se re!oci'a asta el punto de creer que a descubierto un tesoro de sabiduría4 la ale!ría le
trasporta asta el entusiasmo, y no ay discurso en que no sal!a a relucir, tan pronto estrecándolo
y confundiéndolo con el uno, como desen(ol(iéndolo y di(idiéndolo en tro&os. Se arro'a desdelue!o más que nadie a la dificultad y embara&a a todos los que se le apro0iman, más 'ó(enes o
(ie'os o de la misma edad que él4 no da cuartel a padre, ni a madre, ni a nin!uno de los que le
escucan4 ataca, no sólo a los ombres, sino en cierta manera a los demás seres, y me atre(o a
responder, que ni a los bárbaros perdonaría, si pudiera proporcionarse un intérprete.
Protarco
¿)o (es, Sócrates, que nosotros somos mucos y todos 'ó(enes"AB, ¿y no temes que uniéndonos a
Filebo cai!amos sobre ti, si nos insultas" Sea lo que quiera, porque nosotros comprendemos tu
pensamiento4 si ay al!1n medio de salir pacíficamente de toda esta confusión en que nos allamos
y de encontrar un camino me'or que el que lle(amos asta aora para lle!ar al término de nuestras
inda!aciones, a& un esfuer&o para entrar en él. )osotros te se!uiremos asta donde alcancennuestras +D fuer&as, porque la discusión presente, Sócrates, no es de poca consecuencia.
Sócrates
Eo sé muy bien, i'os míos, como os llama Filebo. )o ay ni puede aber un medio más precioso
para las inda!aciones que el que e adoptado en todos tiempos, pero me a salido fallido un n1mero
crecido de (eces, de'ándome solo y en el mismo embara&o.
Protarco
¿#uál es", dile.
Sócrates
)o es difícil conocerlo, pero sí lo es se!uirlo. 3odos los descubrimientos ecos asta aora, en que
el arte entra por al!o, an sido conocidos por este método, que (oy a darte a conocer.
Protarco
8ilo, pues.
Sócrates
*n cuanto puedo yo 'u&!ar, es un presente eco a los ombres por los dioses, que nos a sido
en(iado desde el cielo por al!1n Prometeo, en medio de brillante fue!o. Eos anti!uos, que (alían
más que nosotros y estaban más cerca de los dioses, nos an trasmitido la tradición de que todas las
cosas, a que se atribuye una e0istencia eterna, se componen de uno y muchos, y re1nen en sí por sunaturale&a lo finito y lo infinito4 y siendo tal la disposición de las cosas, es preciso, en la inda!ación
de cada ob'eto, aspirar siempre al descubrimiento de una sola idea. *fecti(amente se encontrará
una, y una (e& descubierta, es preciso e0aminar si después de ella ay dos o tres o cualquier otro
n1mero4 en se!uida, acer lo mismo con relación a cada una de estas ideas, asta que se (ea, no
sólo que la primiti(a es una y mucas y una infinidad, sino también las ideas que contiene en sí4 que
no se debe aplicar a la pluralidad la idea del infinito, antes de aber +7- fi'ado por el pensamiento
el n1mero determinado que ay en ella entre lo infinito y la unidad4 y que sólo entonces es cuando
se puede de'ar a cada indi(iduo ir a perderse en el infinitoA7B. Eos dioses, como ya e dico, nos
an dado el arte de e0aminar, de aprender y de instruirnos los unos a los otros4 pero los sabios deoy día acen uno a la a(entura, y muchos más pronto o más tarde que lo que es con(eniente.
8espués de la unidad pasan de repente al infinito, y los n1meros intermedios se les escapan. Sin
embar!o, estos n1meros intermedios son los que acen la discusión clara y conforme a las leyes de
la dialéctica, y que la diferencian de la que no es más que una disputa.
Protarco
Me parece, Sócrates, que comprendo una parte de lo que dices4 pero sobre al!unos puntos ten!o
necesidad de una e0plicación más clara.
Sócrates
Eo que e dico, Protarco, se concibe claramente, aplicándolo a las letras4 atiende, pues, a lo que tean ense9ado desde la infancia.
Protarco
¿8e qué manera"
Sócrates
Ea (o&, que sale de la boca, es una y al mismo tiempo infinita en n1mero para todos y para cada
uno.
Protarco
Sin contradicción.Sócrates
)o somos por esto sabios4 ni porque recono&camos que la (o& es infinita, ni porque recono&camos
que es una. Pero saber cuántos son los elementos distintos de cada una y cuáles son, es lo que nos
ace !ramáticos. +72
Protarco
*so es muy cierto.
Sócrates
Eo mismo sucede con el m1sico.
Protarco
¿#ómo"
Sócrates
Ea (o& considerada con relación a este arte es una.
Protarco
Sin duda.
Sócrates
Podemos considerarla de dos maneras= la una !ra(e, la otra a!uda y una tercera de tono uniforme,¿no es así"
Si no sabes más que esto, no serás por eso ábil en la m1sica4 y si lo i!noras, no eres, por decirlo
así, capa& de nada en este asunto.
Protarco
)o, se!uramente.
Sócrates
Pero, mi querido ami!o, sólo cuando as aprendido a conocer el n1mero de los inter(alos de la (o&,
tanto para el sonido a!udo como para el !ra(e, la cualidad y los límites de estos inter(alos, y los
sistemas que de ellos resultan, que los anti!uos an descubierto y trasmitídolos a los que
marcamos sobre sus uellas con el nombre de armonías4 y que nos an ense9ado las propiedades
seme'antes que se encuentran en el mo(imiento de los cuerpos, que, estando medidos por los
n1meros, deben llamarse ritmos y medidas4 y al mismo tiempo cuando te ayas eco car!o
refle0i(amente de que es preciso proceder de esta manera en todo lo que es uno y mucos4 cuandoayas comprendido todo esto, entonces podrás +7 llamarte sabio. % cuando, si!uiendo el mismo
método, as lle!ado a conocer cualquiera otra cosa, sea la que sea, entonces as adquirido la
inteli!encia de esta cosa. Pero la infinidad de los indi(iduos y la multitud que se encuentra en ellos
es causa de que estés por lo ordinario despro(isto de esta inteli!encia de las cosas, y que no
mere&cas que se te estime ni que se te ten!a por un ombre ábil, porque nunca te as fi'ado en
nin!una cosa.
Protarco
Me parece, Filebo, que lo que acaba de decir Sócrates está perfectamente dico.
Filebo%o pienso lo mismo, pero ¿qué si!nifica este discurso, y a dónde quiere Sócrates lle(arnos"
Sócrates
Filebo nos ace esta pre!unta muy a tiempo, Protarco.
Protarco
Se!uramente4 respóndele.
Sócrates
Eo aré después de decir al!unas palabras sobre esta materia. *n la misma forma que cuando se a
tomado una unidad cualquiera, decimos que no debemos fi'arnos desde lue!o sobre el infinito, sinosobre un cierto n1mero4 lo mismo cuando se (e uno for&ado a diri!irse desde lue!o al infinito,
tampoco se debe pasar de repente a la unidad, sino fi'ar sus miradas sobre cierto n1mero, que
encierre una cantidad de indi(iduos, e ir a parar por fin a la unidad. 3ratemos de concebir esto,
tomando de nue(o las letras por e'emplo.
Protarco
¿#ómo"
Sócrates
8escubrir que la (o& es infinita fue la obra de un 8ios o de al!1n ombre di(ino, como se refiere en
*!ipto de +77 un cierto 3eut que fue el primero que apercibió en este infinito las (ocales, comosiendo, no una, sino mucas4 después otras letras, que sin participar de la naturale&a de las (ocales
tienen, sin embar!o, cierto sonido, y reconoció en ellas i!ualmente un n1mero determinado4
distin!uió también una tercera especie de letras, que llamamos oy día mudas4 y después de estas
obser(aciones, separó una a una las letras mudas o pri(adas de sonido4 en se!uida, i&o otro tanto
con las (ocales y las medias, asta que, abiendo descubierto el n1mero de ellas, dio a todas y a
cada una el nombre de elemento. /demás, (iendo que nin!uno de nosotros podría aprender nin!una
de estas letras aisladamente, sin aprenderlas todas, ima!inó el enlace como una unidad, y
representándose todo esto, como formando un solo todo, dio a este todo el nombre de !ramática,
considerándolo como un solo arte.Filebo
;e comprendido esto, Protarco, más claramente que lo que antes se abía dico, y lo uno me a
ser(ido para concebir lo otro. Pero aora, como antes, encuentro siempre la misma cosa, para (ol(er
al mismo tema.
Sócrates
¿)o es, Filebo, saber la relación que todo esto tiene con nuestro ob'eto"
Filebo
Sí, eso es lo que buscamos, a muco tiempo, Protarco y yo.Sócrates
*n (erdad que estáis a medio camino de lo que buscáis después de tanto tiempo4 bien podéis
decirlo.
Filebo
¿#ómo"
Sócrates
)uestra con(ersación, ¿no tiene por ob'eto desde el +7 principio la sabiduría y el placer, para
saber cuál de los dos es preferible al otro"Filebo
Sin contradicción.
Sócrates
¿)o di'imos que cada uno de ellos es uno"
Filebo
Se!uramente.
Sócrates
% bien, el discurso que acabáis de escucar os demuestra cómo cada uno de ellos es uno y mucos,y cómo no son en se!uida infinitos, sino que contienen el uno y la otra un cierto n1mero antes de
lle!ar al infinito.
Protarco
Sócrates, después de mil rodeos, nos as metido en una cuestión, que no es fácil resol(er. Mira
quién de nosotros dos a de responderte. Qui&á es ridículo que, abiendo ocupado tu lu!ar en esta
discusión y abiéndome comprometido a sostenerla, te emplace a ti para que respondas, puesto que
yo no ten!o fuer&as para acerlo. Pero pienso que sería más ridículo a1n que no pudiéramos
responder, ni el uno, ni el otro. 8iscurre aora el partido que emos de tomar. Me parece que
Sócrates nos pre!unta, si el placer tiene especies o no, cuántas y cuáles son4 y espera de nosotros la
8ices (erdad, i'o de #alias. *n efecto, si no pudiéramos satisfacer a esta cuestión sobre lo que es
uno, seme'ante a sí y siempre lo mismo y sobre su contraria, nin!uno de nosotros, como lo a
demostrado el discurso precedente, será nunca ábil en cosa al!una.
Protarco
Sócrates, todas las apariencias son de que así sucederá. / la (erdad, es muy bueno para un sabio
conocerlo todo4 +7: pero me parece que en se!undo término está el no desconocerse a sí mismo.5oy a decirte por qué ablo de esta manera. )os as concedido esta entre(ista, Sócrates, y te as
entre!ado a nosotros, para descubrir 'untos cuál es el más e0celente de los bienes umanos.
;abiendo dico Filebo que es el placer, la ale!ría, el !oce, as sostenido t1, por el contrario, que los
me'ores bienes no son estos, sino los otros, cuyo recuerdo se repite en nosotros, y con ra&ón, para
que se !rabe me'or en nuestra memoria, en (ista del e0amen que aremos de todos. 8ecías, pues, a
lo que me parece, que la inteli!encia, la ciencia, la prudencia, el arte, son un bien de un orden
superior al placer, y que es preciso traba'ar para adquirir todos los bienes de este !énero, y no los
otros. ;abiéndose empe9ado la discusión por ambas partes, te emos amena&ado, en tono de
confian&a, con no de'arte (ol(er a casa asta que no quede &an'ada esta cuestión. 31 as consentido
en ello, y en este concepto te as consa!rado a nosotros. /ora decimos como los ni9os, que no se
puede quitar lo que a sido bien dado. Por lo tanto, cesa de oponerte, en la forma que lo estásaciendo, a lo que se a con(enido.
Sócrates
Pues, ¿qué es lo que a!o"
Protarco
)os pones obstáculos y nos suscitas cuestiones, a las que no podemos dar en el acto una respuesta
satisfactoria. Porque no ima!inamos que el ob'eto de esta con(ersación sea el reducirnos a no saber
qué decir. Pero si lle!amos a (ernos en tal estado, tendrás t1 que acerlo, porque así nos lo as
prometido. *n este punto, delibera sobre si nos as de dar la di(isión del placer y de la sabiduría en
sus especies, o si lo de'as en tal estado, a calidad de que quieras y puedas e0plicarnos de otramanera el ob'eto de nuestra discusión. +7<
Sócrates
8espués de lo que acabo de oír, no puedo temer nada malo de (uestra parte. *sta frase= si tú
quieres, me pone a sal(o de todo temor en este punto. /demás, me parece, que un 8ios me a
traído ciertas cosas a la memoria.
Protarco
¿#ómo y cuáles son"
Sócrates
Me acuerdo aora aber oído en otro tiempo, no sé si en sue9os o despierto, con moti(o del placer y
de la sabiduría, que, ni el uno, ni la otra son el bien, sino que este nombre pertenece a una tercera
cosa, diferente de ellas y me'or que ambas. Si descubrimos con e(idencia que es así, no queda al
placer esperan&a de (ictoria, porque el bien no será ya el placer= ¿no es así"
Protarco
Sí.
Sócrates
%a en este caso no tenemos necesidad de di(idir el placer en sus especies a mi parecer4 el resultado
de esta discusión lo probará más claramente.Protarco
#ualquiera de nosotros, ¿podría (i(ir teniendo sabiduría, inteli!encia, ciencia, memoria, a condición
de no sentir nin!1n placer, peque9o, ni !rande, ni tampoco dolor al!uno, y de no e0perimentar
absolutamente sentimientos de esta naturale&a"
Protarco
)i una ni otra condición, Sócrates, me parecen en(idiables, ni creo que puedan aparecer a nadie
como tales.
Sócrates
¿% si se 'untasen estas dos (idas, Protarco, y no formasen más que una, de manera que participase
de la una y de la otra"
Protarco
¿;ablas de una (ida, en la que el placer, la inteli!encia y la sabiduría entrasen a la par" +-
Sócrates
Sí, de esa misma ablo.
Protarco
)o ay nadie que no la prefiera a cualquiera de las otras dos4 no di!o este o aquel, sino todo el
mundo.
Sócrates
¿#oncebimos lo que resulta aora de lo que se acaba de decir"
Protarco
Sí, y es que de los tres !éneros de (ida que se an propuesto, ay dos que no son suficientes por símismos, ni apetecibles para nin!1n ombre, ni para nin!1n ser.
Sócrates
*s ya e(idente para lo sucesi(o, respecto a estas dos (idas, que el bien no se encuentra en la una, ni
en la otra4 puesto que si así fuese, sería cada una suficiente, perfecta, di!na de ser ele!ida por todos
los seres, plantas y animales, que tu(iesen la capacidad requerida para (i(ir de la misma manera4 y
que si al!uno de nosotros se sometiese a otra condición, esta elección sería contra la naturale&a de
lo que es (erdaderamente apetecible, y un efecto in(oluntario de la i!norancia o de cualquiera otra
falsa necesidad.
ProtarcoParece, efecti(amente, que la cosa es así.
Sócrates
;emos demostrado suficientemente, a mi parecer, que la diosa de Filebo no debe mirársela como el
$ien mismo.
Filebo
3u inteli!encia, Sócrates, tampoco es el bien, porque está su'eta a las mismas ob'eciones.
Sócrates
Ea mía sí, qui&á, Filebo4 pero con respecto a la (erdadera y a la (e& di(ina inteli!encia, pienso, queno sea +2 lo mismo, y asta ima!ino que es otra cosa distinta. *n la (ida mi0ta no disputo la
(ictoria en fa(or de la inteli!encia, pero es preciso (er y e0aminar qué partido tomaremos con
;emos dico, que 8ios nos a eco conocer los seres, los unos como infinitos, los otros como
finitos. +7
Protarco
Sí.
Sócrates
#ontamos, pues, dos especies de seres y reconocemos una tercera, la que resulta de la me&cla de
aquellas dos. Pero ya (eo que me (oy a poner en ridículo con estas di(isiones de especies y con la
manera de contarlas.
Protarco
¿Qué quieres decir con eso", querido mío.
Sócrates
Me parece que ten!o necesidad de un cuarto !énero.
Protarco
¿#uál es"
Sócrates
#o!e con el pensamiento la causa de la me&cla de las dos primeras especies, ponla con las tres, y
tendrás la cuarta.
Protarco
¿)o sería posible un quinto !énero, con el que se pudiese acer la separación"
Sócrates
Qui&á4 pero en este momento no lo creo con(eniente. *n todo caso si yo ad(irtiese la necesidad, no
lle(arías a mal que me fuese en busca de una quinta manera de ser.
Protarco
)o.
Sócrates
8e estas cuatro especies pon!amos por el pronto aparte tres4 procuremos en se!uida e0aminar lasdos primeras, que tienen mucas ramas y di(isiones4 después comprendamos cada una ba'o una sola
idea, y tratemos de descubrir cómo en una y en otra se dan lo uno y lo muco.
Protarco
Si te e0plicas con más claridad en este punto, qui&á podré se!uirte. +
Sócrates
8i!o, que las dos especies, que e sentado por el pronto, son la una infinita y la otra finita. 5oy a
esfor&arme en probarte, que la infinita es en cierta manera mucos. *n cuanto a lo finito, que nos
Fí'ate, pues, porque lo que quiero que consideres es difícil y no e0ento de dudas, y así míralo bien.
*n primer lu!ar, e0amina, si descubrirás al!1n límite en lo que es más caliente o más frío, o si el
más o el menos que reside en esta especie de seres, en tanto que en ellos permanece, no les impide
tener un límite4 porque desde el momento en que un fin sobre(iene, ellos de'an de e0istir.
Protarco*so es muy cierto.
Sócrates
Eo más y lo menos, decimos, se encuentran siempre en lo más caliente y en lo más frío.
Protarco
Sí, ciertamente.
Sócrates
Por consi!uiente, la ra&ón nos ace siempre entender, que estas dos cosas no tienen fin, y no
teniendo fin, necesariamente son infinitas.
Protarco
Muy (i!oroso estás, Sócrates.
Sócrates
;as comprendido perfectamente mi pensamiento, mi querido Protarco, y me recuerdas, que el
término (i!oroso de que acabas de (alerte, y el de sua(e, tienen la misma propiedad que el más y el
menos, porque en cualquier punto en que se encuentren, no consienten que la cosa ten!a una
cantidad determinada, sino +: que pasando siempre de lo más fuerte relati(amente a lo más sua(e,
y recíprocamente, acen que na&ca el más y el menos, y obli!an a que desapare&ca el cuánto. *n
efecto, como ya se a dico, si no iciesen desaparecer el cuánto, y lo de'asen ocupar el lu!ar de lomás y de lo menos, de lo fuerte y de lo sua(e, desde aquel acto no subsistirían en el punto que ellos
ocupaban. ;abiendo admitido el cuánto ya no serían más calientes, ni más fríos, porque lo más
caliente crece siempre sin nunca detenerse, y lo mismo lo más frío, en lu!ar de que el punto fi'o es
fi'o, y cesa de serlo desde que marca adelante. 8e donde se si!ue, que lo más caliente es infinito,
lo mismo que su contrario.
Protarco
Por lo menos la cosa parece así, Sócrates. Pero como decía antes, esto no es fácil de comprender.
Qui&á a fuer&a de insistir en ello, nos pondremos perfectamente de acuerdo, t1 interro!ando y yo
respondiendo.
Sócrates
3ienes ra&ón, y es lo que procuraremos acer. Por aora, mira si admitimos ese carácter distinti(o
de la naturale&a del infinito, para no e0tendernos demasiado, recorriéndolos todos.
Protarco
¿8e qué carácter ablas"
Sócrates
3odo lo que nos pare&ca acerse más o menos, consentir lo fuerte y lo sua(e y aun lo demasiado y
demás cualidades seme'antes, es preciso que lo reunamos en cierta manera en uno, colocándolo en
la especie del infinito, se!1n lo que emos dico antes, de que, en cuanto fuese posible, debíamosreunir las cosas separadas y di(ididas en mucas ramas y marcarlas con el sello de la unidad4 ¿te
atención en el libertina'e y en la intemperancia de todos !éneros, y (iendo que los ombres no
ponen nin!1n límite a los placeres y a la reali&ación de sus deseos, a eco que penetraran en ellos
la ley y el orden, que son del !énero finito. 31 pretendes que limitar el placer es destruirlo, y yo
sosten!o, por el contrario, que es conser(arlo. Protarco, ¿qué te parece" +D
Protarco
Soy completamente de tu dictamen, Sócrates.Sócrates
3e e e0plicado las tres primeras especies, y me comprendes bien.
Protarco
#reo comprenderte. 8istin!ues, a mi entender, en la naturale&a de las cosas una especie, que es el
infinito4 una se!unda, que es el finito4 pero con respecto a la tercera, no concibo bien lo que
entiendes por ella.
Sócrates
*so nace, mi querido ami!o, de que la multitud de las producciones de esta tercera especie te aasustado. Sin embar!o, el infinito nos a mostrado también un !ran n1mero4 pero como todas
lle(aban el sello del más y del menos, se nos an presentado ba'o una sola idea.
Protarco
*so es cierto.
Sócrates
*n lo finito no se daban mucas producciones, y no emos ne!ado que fuese uno por su naturale&a.
Protarco
¿#ómo ubiéramos podido ne!arlo"
Sócrates
8e nin!una manera. 8i, pues, que comprendo en una tercera especie todo lo que es producido por la
me&cla de las otras dos, y que la medida que acompa9a a lo finito produce el paso a la !eneración
de la esenciaAB.
Protarco
Eo entiendo.
Sócrates
/demás de esos tres !éneros, es preciso (er cuál es +:- aquel que emos dico que es el cuarto.
5amos a acer esta inda!ación 'untos. Mira si te parece necesario, que todo lo que se produce sea producido en (irtud de al!una causa.
Protarco
Me parece que sí, porque, ¿cómo podría suceder sin esto"
Sócrates
¿)o es cierto que la naturale&a de aquello que produce no difiere de la causa más que en el nombre,
de suerte que puede decirse con ra&ón, que la causa y aquello que produce son una misma cosa"
Que en se!uida, cuando la armonía se restablece y entra en su estado natural, es preciso decir que el
placer nace entonces, para e0presarme en pocas palabras y lo más bre(emente que es posible sobre
ob'etos tan importantes.
Protarco
#reo que ablas bien, Sócrates4 intentemos, sin embar!o4 dar a este punto mayor claridad.
Sócrates
¿)o es fácil concebir estas afecciones ordinarias conocidas de todo el mundo"
Protarco
¿Qué afecciones"
Sócrates
*l ambre, por e'emplo, es una disolución y un dolor.
Protarco
Sí.
Sócrates
#omer, por el contrario, es una repleción y un placer.
Protarco
Sí.
Sócrates
Ea sed es i!ualmente un dolor y una disolución4 por el contrario, la cualidad de lo 1medo, que
llena lo que seca, ori!ina un placer. Eo mismo la sensación de un calor e0cesi(o y contra naturale&a
causa una separación, +< una disolución, un dolor4 en lu!ar de que el restablecimiento al estado
natural y el refresco son un placer.
Protarco
Sin duda.
Sócrates
*l frío, que con!ela contra naturale&a lo 1medo del animal, es un dolor4 en se!uida los umores,tomando su curso ordinario y separándose, ocasionan un cambio conforme a la naturale&a, que es
un placer. *n una palabra, mira, si te parece ra&onable decir, con relación al !énero animal formado
naturalmente de la me&cla de lo infinito y de lo finito, como se di'o antes, que cuando el animal se
corrompe, la corrupción es un dolor4 que, por el contrario, el retroceso de cada cosa a su
constitución primiti(a es un placer.
Protarco
Sea así. Me parece, en efecto, que esta e0plicación contiene una noción !eneral.
Sócrates
8e esta manera contamos lo que pasa en estas dos suertes de afecciones por una especie de dolor yde placer.
;emos dico, en efecto, en la comparación de los !éneros de (ida, que el que a esco!ido (i(ir
se!1n la inteli!encia y la sabiduría, no debe !ustar nunca nin!1n placer, ni !rande, ni peque9o.
Protarco
*s cierto4 lo emos dico.
Sócrates
*ste estado, pues, es el suyo, y qui&á no sería e0tra9o que de todos los !éneros de (ida fuese el más
di(ino.
Protarco
Siendo así, ay tra&as de que los dioses no estén su'etos a la ale!ría, ni a la afección contraria.
Sócrates
)o sólo ay tra&as, sino que es cierto, por lo menos, que ay un no sé qué de reba'ado en una y otra
afección. Pero e0aminaremos por e0tenso más adelante este punto, si con(iene para nuestra
discusión, y tendremos cuenta de esta (enta'a para el se!undo puesto en fa(or de la inteli!encia, sino podemos arribar al primero.
Protarco
Muy bien dico.
Sócrates
Pero la se!unda especie de placeres, que sólo el alma percibe, como lo emos dico, debe
enteramente su ori!en a la memoria. +<:
Protarco
¿#ómo"Sócrates
Me parece que es preciso e0plicar antes lo que es la memoria, y antes de la memoria, lo que es la
sensación, si queremos formarnos una idea clara de la cosa de que se trata.
Protarco
¿Qué dices"
Sócrates
Sienta como cierto, que entre las afecciones que nuestro cuerpo e0perimenta ordinariamente, unas
se e0tin!uen en el cuerpo mismo antes de pasar al alma, y la de'an sin nin!1n sentimiento4 otras pasan del cuerpo al alma, y producen una especie de conmoción, que tiene al!una cosa de particular
para el uno y para la otra, y de com1n a las dos.
Protarco
Eo supon!o.
Sócrates
¿)o tendremos ra&ón para decir que las afecciones que no se comunican a los dos escapan al alma,
tiempo con el cuerpo, llamamos a esto reminiscencia. ¿)o es así"
Protarco
Sin duda.
Sócrates
% cuando abiendo perdido el recuerdo, sea de una sensación, sea de un conocimiento, lo reproduceen sí misma, llamamos a todo esto reminiscencia y memoria.
Protarco
3ienes ra&ón.
Sócrates
Eo que nos a comprometido en todo este pormenor es lo si!uiente.
Protarco
¿Qué"
Sócrates
*s concebir de la manera más perfecta y más clara lo que es el placer, que el alma e0perimenta sin
el cuerpo, y al mismo tiempo lo que es el deseo4 porque lo que se acaba de decir nos da a conocer lo
uno y lo otro.
Protarco
5eamos, Sócrates, lo que (iene detrás.
Sócrates
Se!1n las apariencias, nos (eremos obli!ados a entrar en la inda!ación de mucas cosas para lle!ar
al ori!en del placer y a todas las formas que él toma. *n efecto, nos es preciso e0plicar antes lo que
es el deseo, y cómo se forma.
Protarco
*0aminémoslo, que en ello nada perderemos.
Sócrates
Por el contrario, Protarco, cuando ayamos encontrado lo que buscamos, desaparecerán nuestras
dudas sobre estos ob'etos. +<@
Protarco
3u réplica es 'usta, pero si!amos adelante.
Sócrates
;emos dico que el ambre, la sed y otras mucas afecciones seme'antes son especies de deseos.
Protarco
Se!uramente.
Sócrates
¿Qué (emos de com1n en estas afecciones tan diferentes entre sí, que nos obli!a a darlas el mismo
nombre"
Protarco
GPor C1piterH, qui&á no es fácil e0plicarlo, Sócrates4 es preciso, sin embar!o, decirlo.
¿)o es cierto, que el que forma una opinión, sea fundada o infundada, no por eso de'a de formarla"
Protarco¿#ómo no"
Sócrates
*n i!ual forma, ¿no es e(idente, que el que !o&a de una ale!ría, aya o no moti(o para re!oci'arse,
no por eso de'a de re!oci'arse realmente"
Protarco
Sin duda, y así sucede.
Sócrates
¿#ómo es posible, que estemos su'etos a tener opiniones, tan pronto (erdaderas como falsas, y quenuestros placeres sean siempre (erdaderos, mientras que el acto de formarse una opinión y la de
re!oci'arse e0isten real e i!ualmente en uno y en otro caso"
Protarco
*so es lo que es preciso a(eri!uar.
Sócrates
*s decir, que la mentira y la (erdad acompa9an a la opinión, de suerte que no es simplemente una
opinión sino tal o cual opinión, sea (erdadera o falsa. ¿*s esto lo que t1 quieres a(eri!uar"
Protarco
Sí.
Sócrates
/demás, ¿no es preciso e0aminar i!ualmente, si mientras que otras cosas están dotadas de ciertas
cualidades, el placer y el dolor son 1nicamente lo que son, sin tener nin!una cualidad que los
distin!a"
Protarco
*(identemente4 es preciso e0aminarlo. +><
Sócrates
Pero no me parece difícil percibir que el placer y el dolor se (en i!ualmente afectados de ciertas
cualidades. Porque ya (a rato que di'imos, que son el uno y el otro !randes y peque9os, fuertes y
débiles.
Protarco
#on(en!o en ello.
Sócrates
Si lo malo, Protarco, se une a al!una de estas cosas, ¿no diremos entonces que la opinión se ace
Si!amos, pues, el rastro del mal umor de estos ombres, de que emos ablado, como sicombatieran con nosotros. ;e aquí, a mi parecer, lo que dicen, comen&ando por un punto bastante
ele(ado. Si quisiéramos conocer la naturale&a de cualquiera cosa, sea la que sea, por e'emplo, de la
dure&a, ¿no la conoceríamos me'or, fi'ándonos en lo que ay de más duro, que entreteniéndonos en
lo que sólo tiene un cierto !rado de dure&a" Protarco, es preciso que respondas a estos ombres
cabilosos y también a mí.
Protarco
/sí lo quiero yo4 y di!o, que para esto es preciso fi'arse en las cosas más duras.
Sócrates
Por consi!uiente, si quisiéramos conocer el placer y su naturale&a, no deberíamos fi'arnos en placeres de un !rado inferior, sino en los que pasan por más !randes y más (i(os. +D
Protarco
)o ay nadie que te nie!ue esto.
Sócrates
Eos placeres, cuyo !oce nos es fácil, y que son al mismo tiempo los mayores, como se dice mucas
(eces, ¿no son los que se refieren al cuerpo"
Protarco
Sin duda al!una.
Sócrates
¿Son y se acen más !randes respecto de los enfermos en sus enfermedades, que respecto de las
personas sanas" Procuremos no dar un paso en falso, respondiendo sin refle0ión.
Protarco
¿#ómo"
Sócrates
8iremos qui&á que son mayores en los que están sanos.
Protarco/sí parece.
Sócrates
¿Pero qué", ¿no son los placeres más (i(os aquellos cuyos deseos son más (iolentos"
Protarco
*s cierto.
Sócrates
Eos que están atormentados por la fiebre y otras enfermedades seme'antes, ¿no tienen más sed, más
frío, e i!ualmente otras afecciones, que e0perimentan por el intermedio del cuerpo", ¿no ad(iertenmás necesidades, y cuando las satisfacen, no e0perimentan un !ran placer", ¿de'aremos de confesar
Pero más a1n4 ¿no será ablar discretamente, si +D: decimos, que si se quiere conocer cuáles son
los placeres más (i(os, no es el estado de salud, en el que debemos fi'ar nuestras miradas, sino en el
estado de enfermedad" Kuárdate por lo demás de pensar que yo te pre!unte, si los enfermos tienenmás placeres que los sanos, puesto que debes fi!urarte que busco la ma!nitud del placer, y que te
pre!unto dónde se encuentra de ordinario con más (eemencia4 porque nuestro ob'eto, decimos, es
el descubrir la naturale&a del placer, y saber lo que piensan los que sostienen que él no e0iste por sí
mismo.
Protarco
#omprendo poco más o menos lo que quieres decir.
Sócrates
)os lo demostrarás me'or lue!o, cuando respondas, Protarco. ¿/d(iertes en la (ida estra!ada, no
di!o un mayor n1mero, pero sí más !randes y considerables placeres, en cuanto a la (eemencia y(i(acidad, que en una (ida moderada" Fí'ate bien en lo que me as de responder.
Protarco
#oncibo tu pensamiento y noto una !ran diferencia entre estas dos (idas. Eos ombres templados,
en efecto, se contienen por aquella má0ima, que se les repite de continuo= nada en demasía, má0ima
a la que ellos se conforman4 mientras que los libertinos se entre!an a los e0cesos del placer asta
perder la ra&ón, y prorrumpir en !ritos e0tra(a!antes.
Sócrates
Muy bien. Si esto es así, es e(idente, que los mayores placeres, como los mayores dolores, están
li!ados, no a una (ida buena, sino a una mala disposición del alma y del cuerpo.
Protarco
Eo confieso. +D<
Sócrates
)ecesitarnos esco!er al!unos y e0aminar en ellos lo que nos obli!a a llamarlos muy !randes.
Protarco
)ecesariamente.
Sócrates
#onsideremos cuál es la naturale&a de los placeres que causan ciertas enfermedades.
Protarco
¿Qué enfermedades"
Sócrates
Eos placeres de ciertas enfermedades (er!on&osas, a las que tienen estos ombres austeros una
e0trema a(ersión.
Protarco
¿Qué placeres"Sócrates
Por e'emplo, los que nacen de la curación de la lepra, por la fricción, y de males seme'antes, que no
tienen necesidad de otro remedio. *n nombre de los dioses, ¿qué es lo que se e0perimenta en aquel
acto, placer o dolor"
Protarco
Me parece, Sócrates, que es una especie de dolor me&clado de placer.
Sócrates
)unca ubiera propuesto este e'emplo por miramiento a Filebo4 pero, Protarco, si no e0amináramos
a fondo estos placeres y todos los de la misma naturale&a, 'amás lle!aríamos a descubrir lo que
buscamos.
Protarco
*s preciso entrar en el e0amen de los placeres que tienen afinidad con estos.
Sócrates
¿;ablas de los placeres que están me&clados"
Protarco
Sin duda. +D>
Sócrates
8e estos, los unos, que pertenecen al cuerpo, se (erifican en el cuerpo mismo4 los otros, que tocan
al alma, se (erifican i!ualmente en el alma. también encontraremos ciertas me&clas de placeres y
dolores, que pertenecen al mismo tiempo al cuerpo y al alma, a las que unas (eces se da el nombre
de placer y otras el de dolor.
Protarco
¿#ómo"
Sócrates#uando en el restablecimiento o alteración del or!anismo se e0perimentan al mismo tiempo dos
sensaciones contrarias4 si teniendo frío, por e'emplo, se calienta, o teniendo calor, se refresca, y se
procura una de estas sensaciones para libertarse de la otra4 entonces, me&clados lo dulce y lo
amar!o, como se dice, y no pudiendo separarse sino con muca dificultad, causan en el alma un
desorden y después un (iolento combate.
Protarco
*s enteramente cierto.
Sócrates
*sta especie de me&clas, ¿no se forman de una dosis, ya i!ual, ya desi!ual, de dolor y de placer"
Protarco
Sin duda.
Sócrates
*ntre las me&clas, en que el dolor supera al placer, coloca las sensaciones mi0tas de la sarna y de
otras come&ones, cuando el umor que se inflama es interno, sin que la fricción y el mo(imiento,
que no lle!an asta él, a!an otra cosa que sua(i&ar el cutis, ya se (al!a del calor, ya de a!ua fría,
e0perimentando al!unas (eces placeres muy !randes en medio de un natural desasosie!o4 o bien,
por el contrario, cuando el mal es e0terno y se le +D@ obli!a a producir en el interior, de una u otra
manera, un placer me&clado de dolor, sea esparramando por fuer&a los umores amontonados, seareuniendo los umores esparcidos, produciéndose así a la (e& placer y dolor.
¿)o lo es i!ualmente, que en tales ocasiones, cuando el placer entra teniendo la mayor parte en la
me&cla, el poco dolor que en ella se encuentra causa come&ón y una irritación dulce, mientras que el
placer derramándose en !rande abundancia, contrae los miembros asta obli!arlos al!unas (eces asaltar, y que, aciendo tomar al semblante toda clase de colores, al cuerpo toda especie de actitudes
y a la respiración toda suerte de mo(imientos, reduce al ombre a un estado de estupor y de locura,
acompa9ado de !randes !ritos"
Protarco
Se!uramente.
Sócrates
*l e0ceso de placer, mi querido ami!o, lle!a asta acerle decir de sí mismo, y obli!ar a que los
demás di!an, que se muere en cierta manera en medio de estos placeres. Eos busca siempre, tanto
más, cuanto es más intemperante e insensato. )o conoce otros mayores y considera como el másdicoso de los ombres al que pasa la mayor parte de su (ida en estos !oces.
Protarco
;as e0puesto las cosas, Sócrates, tales como suceden a la mayor parte de los ombres.
Sócrates
Sí, Protarco4 así sucede en lo que toca a los placeres, que tienen lu!ar en las afecciones comunes del
cuerpo, cuando la sensación e0terior se me&cla con la interior. Pero en cuanto a las afecciones del
alma y del cuerpo, +DD cuando en ellas se suscitan sentimientos contrarios a lo que e0perimenta el
cuerpo, colocado el dolor frente a frente del placer, y el placer frente a frente del dolor, de suerte
que estos dos sentimientos se me&clan y se confunden, ya emos manifestado más arriba que elalma, sintiéndose (acía, desea (erse llena, y que siente al mismo tiempo ale!ría por la esperan&a de
que será satisfeca, mientras que sufre por no aber lle!ado a1n esta satisfacción4 pero nin!una
prueba emos dado para 'ustificar este eco. Por aora nos limitamos a decir, que no con(iniendo
el alma con el cuerpo en todas sus afecciones, cuyo n1mero es infinito, resulta de todo esto una
me&cla de dolor y de placer.
Protarco
Me parece que tienes ra&ón.
Sócrates
/1n nos queda por e0aminar otra de estas me&clas de dolor y de placer.
Protarco
¿#uál es"
Sócrates
/quella que el alma produce en sí misma, como emos dico más de una (e&.
Protarco
¿#ómo entiendes eso"
Sócrates
¿)o con(ienes en que la cólera, el temor, el deseo, la triste&a, el amor, los celos, la en(idia y otras
pasiones seme'antes, son especies de dolores del alma"
Pero el mayor n1mero, a mi parecer, es el de los que se en!a9an respecto a las cualidades del alma,
ima!inándose ser me'ores que lo que son. *sta es la tercera especie de i!norancia.
Protarco
*s cierto.
Sócrates
;ablando de las (irtudes, con respecto a la sabiduría, por e'emplo, ¿no es cierto, que la mayor parte,
con pretensiones e0a!eradas, no saben más que disputar, y que tienen de ella una falsa y mentirosa
opinión"
Protarco
Sin duda.
Sócrates
Puede ase!urarse con moti(o que seme'ante disposición de espíritu es un mal. +2-7
Protarco
#iertamente.
Sócrates
Protarco, necesitamos di(idir a1n esto en dos, si queremos conocer la en(idia pueril y la me&cla
sin!ular que en ella tiene lu!ar de placer y de dolor.
Protarco
¿#ómo lo di(idiremos en dos" 8ímelo.
Sócrates
Sí. ¿)o es una necesidad, que todos los que conciben locamente esta falsa opinión de sí mismos,
sean partícipes, como el resto de los ombres, los unos de la fuer&a y del poder, y los otros de lascualidades contrarias"
Protarco
*s una necesidad.
Sócrates
8istín!uelos, pues, así, y si llamas ridículos a los que, teniendo tal opinión de sí mismos, son
débiles e incapaces de (en!arse, cuando se burlan de ellos, no dirás más que la (erdad4 así como
tampoco te en!a9arás, diciendo, que los que tienen a mano la fuer&a para (en!arse, son temibles,
(iolentos y odiosos. Ea i!norancia, en efecto, en las personas poderosas es (er!on&osa y
aborrecible, porque es per'udicial al pró'imo, ella y cuanto a ella se parece4 mientras que lai!norancia acompa9ada de la debilidad es el lote de los persona'es ridículos.
Protarco
Muy bien dico. Pero no descubro en esto la me&cla del placer y del dolor.
Sócrates
*mpie&a antes por penetrar la naturale&a de la en(idia.
que la en(idia es un dolor del alma, el reír un placer, y que estas dos cosas se encuentran 'untas en
tal caso.
Protarco
*s cierto.
Sócrates
*sto nos ace conocer que en las lamentaciones y tra!edias, no sólo del teatro, sino en la tra!edia y
comedia de la (ida umana, el placer (a me&clado con el dolor, así como en otras mucas cosas.
Protarco
*s imposible de'ar de con(enir en ello, Sócrates, por más que se quiera sostener lo contrario.
Sócrates
;emos propuesto la cólera, el pesar, el temor, el amor, los celos, la en(idia y demás pasiones
seme'antes, como otras tantas afecciones, donde encontraríamos me&cladas dos cosas que emos
repetido tantas (eces4 ¿no es así"
Protarco
Sí. +2-<
Sócrates
*sto a sido ya e0plicado con relación a las que'as dolorosas, a la en(idia y a la cólera.
Protarco
/sí es.
Sócrates
¿)o faltan a1n mucas pasiones que considerar"
Protarco
Sí, (erdaderamente.
Sócrates
¿Por qué ra&ón principal crees t1 que me e propuesto acer patente esta me&cla en la comedia" ¿no
es para persuadirte de que es fácil probar lo mismo en los temores, en los amores y en las demás
pasiones, y para que, teniendo esto por e(idente, me de'es en libertad y no me obli!ues a prolon!ar
el discurso, probando que esto tiene lu!ar en todo lo demás, y que t1 concibes !eneralmente que el
cuerpo sin el alma, el alma sin el cuerpo, y ambos en com1n, e0perimentan mil afecciones, en las
que el placer (a me&clado con el dolor" 8ime aora si me darás libertad, o si me obli!arás a
continuar esta con(ersación asta media noce. 8os palabras a1n4 espero obtener de ti que me de'eslibre, comprometiéndome a darte ma9ana ra&ón de todo esto. Por aora mi desi!nio es desen(ol(er
lo que me resta por decir, para lle!ar al 'uicio que Filebo e0i!e de mí.
Protarco
;as ablado bien, Sócrates. /caba como te a!rade lo que te falta por decir.
Sócrates
Se!1n el orden natural de las cosas, después de los placeres me&clados, es necesario, asta cierto
punto, que consideremos a su (e& los que no tienen me&cla.
GPero quéH, encida el alma de ciencia, si lle!a a perderla por el ol(ido, ¿resulta de esto al!1n
dolor" +2-D
Protarco
)in!uno por la naturale&a misma de la cosa4 sólo por refle0ión, al (erse pri(ado de una ciencia, es
como cabe afli!irse, a causa de la necesidad que de ella se tiene.
Sócrates
Pero, querido mío, nosotros consideramos aquí las afecciones naturales en sí mismas,
independientemente de toda refle0ión.
Protarco
Siendo así, dices con (erdad, que el ol(ido de las ciencias, a que estamos sometidos, no lle(a
consi!o nin!1n dolor.
Sócrates
*s preciso decir, por consi!uiente, que los placeres li!ados a las ciencias están e0entos de dolor, y
que no están ecos para todo el mundo, sino para un corto n1mero de personas.
Protarco
¿#ómo no lo emos de decir"
Sócrates
/ora que emos separado ya suficientemente los placeres puros y los que con ra&ón pueden
llamarse impuros, a9adamos a esta refle0ión, que los placeres (iolentos son desmedidos, y que losotros, por el contrario, son comedidos. 8i!amos también que los primeros, que son !randes y
fuertes, y se acen sentir, ya mucas, ya raras (eces, pertenecen a la especie del infinito, que obra
con más o menos (i(acidad sobre el cuerpo y sobre el alma4 y que los se!undos son de la especie
finita.
Protarco
8ices muy bien, Sócrates.
Sócrates
/demás de esto, ay toda(ía otra cosa que decidir con relación a ellos. +22-
Protarco
¿Qué cosa"
Sócrates
¿;ay más afinidad entre la (erdad y lo que es puro y sin me&cla, que entre la (erdad y lo que es
(i(o, !rande, considerable, numeroso"
Protarco
¿#on qué intención aces esta pre!unta", Sócrates.
Sócrates
*n lo que de mí dependa, Protarco, no quiero omitir nada en el e0amen del placer y de la pena, de lo
que el uno y la otra pueden tener de puro y de impuro, a fin de que presentándose ambos a ti, a mí y
a todos los presentes, desprendidos de todo lo que les es e0tra9o, nos sea más fácil formar nuestro
Formémonos la idea si!uiente de todas las cosas, que llamamos puras, y, antes de pasar adelante,comencemos fi'ándonos en una.
Protarco
¿*n cuál nos fi'aremos"
Sócrates
#onsideremos, si quieres, la blancura.
Protarco
*norabuena.
Sócrates
¿#ómo y en qué consiste la pure&a de la blancura", en la ma!nitud y en la cantidad", ¿o consiste en
aparecer sin me&cla, sin (esti!io al!uno de otro color"
Protarco
*s e(idente que consiste en estar perfectamente desprendido de toda me&cla. +222
Sócrates
Muy bien. ¿)o diremos, Protarco, que esta blancura es la más (erdadera y al mismo tiempo la más
bella de todas las blancuras, y no la que es mayor en cantidad y más !rande"
Protarco#on muca ra&ón, sin duda.
Sócrates
Si sostenemos que un poco de blanco sin me&cla es de eco más blanco, más bello y más
(erdadero que muco blanco me&clado, no diremos más que la pura (erdad.
Protarco
Se!uramente.
Sócrates
GPero quéH /l parecer no tendremos necesidad de mucos e'emplos seme'antes para acer laaplicación al placer, y basta este, para comprender que todo placer desprendido del dolor, aunque
peque9o y en corta cantidad, es más a!radable, más (erdadero y más bello que otro, aunque sea más
(i(o y mayor en cantidad.
Protarco
#on(en!o en ello, y este solo e'emplo es suficiente.
Sócrates
¿Qué piensas de esto" ¿)o emos oído decir que el placer está, siempre en camino de !eneración, y
nunca en el estado de e0istencia" *s, en efecto, lo que ciertas personas ábiles intentan
G6 SócratesH, Gqué diferencias tan sorprendentes emos lle!ado a encontrar entre las ciencias a
fuer&a de precisarlasH
Sócrates
8e esa manera responderemos con más facilidad.
Protarco
Sin duda4 y diremos, que las artes, que tienen por ob'eto la medida y el n1mero, difieren
infinitamente de las otras4 y aun estas mismas, en tanto que aplicadas por los (erdaderos filósofos,
las superan por la e0actitud y la (erdad más de lo que puede ima!inarse. +22
Sócrates
Sea como t1 dices, y ba'o tu palabra responderemos con confian&a a los ombres temibles por su
abilidad en el arte de prolon!ar la discusión, que...
Protarco
¿Qué"
Sócrates
Que ay dos aritméticas y dos !eometrías, y que, dependiendo de estas otra multitud de artes,
aunque comprendidas ba'o un solo nombre, son, sin embar!o, dobles de la misma manera.
Protarco
*n buena ora, demos esta respuesta, Sócrates, a esos ombres, que, se!1n dices, son tan temibles.
Sócrates
8iremos, pues, que estas ciencias son de la más completa e0actitud.
Protarco
Se!uramente.
Sócrates
Pero, Protarco, la dialéctica nos ecaría en cara, que dábamos a otra ciencia la preferencia sobre
ella.
Protarco
¿Qué debe entenderse por dialéctica"
Sócrates
*s claro que es la ciencia, que conoce todas las ciencias de que ablamos. #reo, en efecto, que
todos los que tienen un poco de inteli!encia con(endrán en que el conocimiento más (erdadero, sincomparación, es el que tiene por ob'eto el ser, lo que e0iste realmente, y cuya naturale&a es siempre
la misma. % t1, Protarco, ¿qué 'uicio formas"
Protarco
Sócrates, e oído mucas (eces decir a Kor!ias, que el arte de persuadir tiene (enta'as sobre los
demás, +2 porque todo se somete a él, no por la fuer&a, sino por la (oluntad4 en una palabra, que
es el más e0celente de todos. Pero yo no querría aora combatir su opinión, ni la tuya.
Sócrates
Me parece, que en el momento de tomar las armas contra mí, te a dado (er!Jen&a y las as
Pues bien. Sea lo que quieres con respecto a estas ciencias.
Sócrates
¿*s culpa mía si no as comprendido bien mi pensamiento"
Protarco
¿#ómo"Sócrates
)o te e pre!untado, mi querido Protarco, cuál es el arte o la ciencia que está por cima de las otras
en ra&ón de su importancia, de su e0celencia y de las (enta'as que de ellas se sacan, sino cuál es la
ciencia, cuyo ob'eto es el más claro, e0acto y (erdadero, sea o no de una !ran utilidad. ;e aquí lo
que aora buscamos. /sí, míralo bien4 no te e0pondrás a la indi!nación de Kor!ias, concediendo al
arte que profesa la (enta'a sobre todos, respecto a la utilidad que resulta a los ombres. Pero en
cuanto a la ciencia de que yo ablo, así como decía antes, con moti(o de lo blanco, que un poco de
blanco, con tal que sea puro, supera a una !ran cantidad que no lo sea, por ser lo blanco lo
(erdadero4 en i!ual forma, después de una seria atención y refle0iones suficientes, sin tener en
cuenta la utilidad de las ciencias, ni la celebridad que nos dan, sino considerando 1nicamente queay en nuestra alma una facultad destinada a amar lo (erdadero, y dispuesta a arrostrarlo todo para
lle!ar a conocerlo, abiendo buscado por otra parte lo que ay de puro en la +27 inteli!encia y la
sabiduría, (eamos si no es ra&onable decir que estos ob'etos puros son lo propio de esta facultad, o
si es preciso buscar otra más e0celente.
Protarco
%a lo e0amino, y me parece difícil conceder, que nin!una otra ciencia, ni nin!1n otro arte, ten!an
más (erdad que la dialéctica.
Sócrates
Eo que te a obli!ado a pensar así, ¿no a sido la obser(ación que as eco, de que la mayor partede las artes y de las ciencias, que tienen por ob'eto este mundo, dan muco a las opiniones y
e0aminan con !rande aplicación lo que a ellas pertenece" Por e'emplo, cuando al!uno se propone
estudiar la naturale&a, ya sabes que ocupa toda su (ida en a(eri!uar cómo a sido producido este
uni(erso, y cuáles son los efectos y causas de lo que en él pasa. ¿)o es esto lo que decimos"
Protarco
Sí.
Sócrates
¿)o es cierto que el ob'eto que este ombre se propone en sus in(esti!aciones no es lo que e0iste
siempre, sino lo que se ace, lo que se ará y lo que se a eco"Protarco
*s muy cierto.
Sócrates
¿Podemos decir que ay al!o de e(idente, conforme a la más e0acta (erdad, en lo que nunca a
e0istido, ni e0istirá, ni e0iste en lo presente de una manera estable"
Protarco
¿% el medio"
Sócrates
¿#ómo tendremos conocimientos sólidos sobre ob'etos que no tienen nin!una consistencia" +2
*n que el ser animado que está en posesión plena, entera, no interrumpida durante toda la (ida, del
bien, no tiene necesidad de nin!una otra cosa, porque aquel le basta por completo. ¿)o es así"
Protarco
Sí.
Sócrates
¿)o emos procurado considerar con el pensamiento dos especies de (idas, absolutamente distintas
la una de la otra, en las que emos allado, de una parte, el placer +2> sin nin!una me&cla de
sabiduría, y de otra, la sabiduría e0enta i!ualmente de todo placer"
Protarco
Eo confieso.
Sócrates
¿;a parecido a nin!uno de nosotros que cada una de estas condiciones se baste a sí misma"
Protarco
¿#ómo podía parecernos"
Sócrates
Si entonces nos emos separado en al!o de la (erdad, (uél(anos al camino el que pueda, y
e0plíquese me'or. / este fin, debe comprender ba'o una sola idea la memoria, la ciencia, la
sabiduría, la opinión (erdadera, y e0aminar si ay al!uno que, pri(ado de todo esto, consienta en
!o&ar de cosa al!una, ni aun de los placeres, por !randes que se les supon!a, sea por el n1mero, sea
por la (i(acidad, si carece de la opinión (erdadera tocante a la ale!ría que siente, si no conoce en
manera al!una cuál es el sentimiento que e0perimenta, y si no conser(a el menor recuerdo por más
o menos tiempo. Eo mismo puedes decir de la sabiduría, y mira, si podría esco!erse la sabiduría sinnin!1n placer, por peque9o que fuera, más bien que con al!1n placer4 o todos los placeres del
mundo sin sabiduría más bien que con al!una sabiduría.
Protarco
*so no puede ser, Sócrates, y no es cosa de (ol(er tantas (eces a la car!a, repitiendo lo que emos
dico.
Sócrates
/sí pues, ni el placer, ni la sabiduría, son el bien perfecto, el bien apetecible para todos, el soberano
bien.
Protarco
)o, sin duda.
Sócrates
Por consi!uiente, es preciso descubrir el bien o en sí +2@ mismo o en al!una ima!en, para (er,
como ya di'imos, a quién debemos ad'udicar el se!undo puesto.
Protarco
8ices muy bien.
Sócrates
¿)o emos encontrado al!1n camino que nos condu&ca al bien"
/simismo unas ciencias diferentes de otras ciencias= las unas tienen por ob'eto las cosas su'etas a la
!eneración y corrupción4 las otras lo que no es en!endrado, ni está e0puesto a perecer, sino que
e0iste siempre lo mismo y de la misma manera. $a'o el punto de (ista de la (erdad, emos 'u&!adoque estas son más (erdaderas que aquellas.
Protarco
% con ra&ón. +27-
Sócrates
G% bienH #omen&ando por me&clar las porciones más (erdaderas de una y otra parte, e0aminaremos,
si esta me&cla es suficiente para procurarnos la (ida más apetecible, o si tenemos a1n necesidad de
acer entrar aquí otras porciones, que no sean tan puras.
ProtarcoMe parece bien tomar ese partido.
Sócrates
Supón!ase un ombre, que tiene una idea e0acta de la 'usticia, con la facultad de e0plicarla por el
discurso, y pro(isto de las mismas (enta'as en todas las demás cosas.
Protarco
$ien.
Sócrates
¿3endría este ombre toda la ciencia necesaria, si, conociendo la naturale&a del círculo di(ino y dela esfera di(inaA@B, i!norase por otra parte lo que son la esfera umana y los círculos reales, e
i!norase también que, para la construcción de un edificio o de cualquiera otro artefacto, se necesitan
estas re!las y estos círculos reales"
Protarco
)uestra situación, Sócrates, sería ridícula con estos conocimientos di(inos, si no tu(iésemos otros.
Sócrates
¿Qué es lo que dices" entonces será preciso (alerse del arte de emplear la re!la y el círculo
imperfectos, arte que no es sólido, ni puro.
Protarco
/sí tiene que ser4 y sin esto no allaríamos ni aun el camino para ir a nuestra casa.
Sócrates
¿Será preciso también incorporar la m1sica, de la que +272 di'imos más arriba que está llena de
con'eturas y de imitación, y falta por lo mismo de pure&a"
Protarco
*so me parece necesario, si a de ser la (ida un tanto soportable.
Sócrates
¿Quieres que a manera de un portero estrecado y for&ado por un tropel de !ente ceda yo y abra las
puertas de par en par, y de'e entrar todas las ciencias y me&clarse las puras con las que no lo son"
)o (eo, Sócrates, qué mal podrá resultar de que un ombre posea todas las ciencias, con tal que
ten!a las primeras.
Sócrates
5oy, pues, a de'arlas correr todas 'untas en el recinto del poético (alle de ;omero ADB.
Protarco
Sin duda.
Sócrates
/quí están sueltas4 pueden me&clarse. *s preciso ir asta el ori!en de los placeres4 porque no emos
podido acer nuestra me&cla como al principio lo abíamos proyectado, comen&ando por lo que ay
de (erdadero de una y otra parte, sino que la estimación que acemos de las ciencias, nos a
obli!ado a admitirlas todas sin distinción, y antes que los placeres.
Protarco
8ices (erdad.
Sócrates
Por consi!uiente, es tiempo de deliberar con moti(o de los placeres, sobre si los de'aremos entrar
todos a la (e&, o si deberemos soltar por el pronto a los (erdaderos. +27
Protarco
*s más se!uro dar desde lue!o entrada a estos.
Sócrates
Que pasen. 8espués, ¿qué deberemos acer" Si ay al!unos placeres necesarios, ¿no es preciso que
los me&clemos con los otros, como emos eco con las ciencias"Protarco
¿Por qué no" Eos necesarios, se entiende.
Sócrates
Pero si, así como di'imos respecto de las artes, que no abía nin!1n peli!ro y antes bien que era 1til
para la (ida el conocerlos todos, di'éramos aora lo mismo con relación a los placeres, ¿no es
preciso me&clarlos, en caso que sea (enta'oso y que no aya nin!1n ries!o en !ustarlos todos
durante la (ida"
Protarco
¿Qué diremos en este punto, y qué partido tomaremos"
Sócrates
)o es a nosotros a quienes debes consultar, Protarco, sino al placer y a la sabiduría, interro!ándoles
de cierta manera sobre lo que el uno y la otra piensan.
Protarco
¿8e qué manera"
Sócrates
Mis queridos ami!os, ya os llaméis placeres o con otro nombre parecido, ¿qué querríais más,abitar con toda clase de sabiduría, o estar enteramente separados de ella" #reo, que no podríais
)o es, dirán los placeres, posible, ni (enta'oso, como antes se obser(ó, que un !énero subsista solo
y aislado y sin nin!una me&cla. ;eca comparación entre todos los +277 !éneros, creemos que el
más di!no de abitar con nosotros es el que es capa& de conocer todo lo demás, y de tener unconocimiento tan perfecto, como es posible, de cada uno de nosotros.
Protarco
;abéis respondido bien, les diremos.
Sócrates
Muy bien. 8espués, es preciso acer la misma pre!unta a la sabiduría y a la inteli!encia. ¿3enéis
necesidad de estar me&cladas con los placeres" ¿#on qué placeres", responderán.
Protarco
Sí, así parece.
Sócrates
*n se!uida continuaremos ablándoles en esta forma. /demás de los placeres (erdaderos, diremos
nosotros, tenéis necesidad de que os acompa9en los placeres más !randes y más (i(os" L¿#ómo,
replicarán, podemos tener nada con ellos, Sócrates, puesto que nos oponen mil obstáculos, turbando
con placeres e0cesi(os las almas en que abitamos, impidiéndonos establecernos en ellas, y
aciendo perecer enteramente nuestros i'os por el ol(ido que ellos en!endran, como resultado de la
ne!li!encia" % así, ten por ami!os nuestros los placeres (erdaderos y puros, de que as eco
mención4 une a ellos los que acompa9an a la salud, la templan&a y la (irtud, que, formando como el
corte'o de una diosa, (an en su se!uimiento por todas partes, y a& que entren estos en la me&cla.
*n cuanto a los que son compa9eros inseparables de la locura y de los demás (icios, será unabsurdo que les asocie a la inteli!encia el que se propon!a acer la me&cla más pura, sin temores de
trastorno, con animo de descubrir cuál es el (erdadero bien del ombre y de todo el uni(erso y qué
con'eturas se pueden formar de su esencia. ¿)o diremos, que la inteli!encia a respondido +27
con muco 'uicio por lo que toca a sí misma, a la memoria y a la 'usta opinión"
Protarco
Se!uramente.
Sócrates
Pero falta un punto necesario que tratar, y sin el cual nada puede e0istir.
Protarco
¿#uál es"
Sócrates
3oda cosa, en la que no a!amos entrar la (erdad, no e0istirá 'amás, ni nunca a e0istido de una
manera real.
Protarco
¿#ómo podría e0istir"
Sócrates
8e nin!1n modo. /ora, si falta a1n al!o a esta me&cla, decidlo (osotros, t1 y Filebo. Me parece,
que este es ya un punto concluido, y que se le puede mirar como una especie de mundo incorpóreo,
A la sexta generación, dice 6rfeo, poned fin a vuestros cantos. Me parece, que también ponemos
fin a este discurso con el se0to 'uicio. %a no nos queda más, después de esto, que redondear o
coronar lo que se a dico.
Protarco
)o ay más remedio que acerlo.
Sócrates
5ol(amos, pues, por tercera (e& al mismo discurso, y demos !racias a C1piter conser(ador.
Protarco
¿#ómo"
Sócrates
Filebo llamaba bien al placer perfecto y pleno.
Protarco
%a (eo, Sócrates, por qué dices que es necesario repetir asta tres (eces el principio de esta
discusión.
Sócrates
Sí4 pero escucemos lo que si!ue. #omo tenía presente en mi espíritu lo que acabo de e0poner, y no
estaba conforme con esa opinión, que no es solo de Filebo, sino de otros mucos, sostu(e que la
inteli!encia supera en muco en bondad al placer, y que es más (enta'osa para la (ida umana.
Protarco
*s cierto. +2-
Sócrates
% como sospecaba que abía a1n otros mucos bienes, a9adí que, si lle!ábamos a descubrir uno,que fuese preferible a estos dos, discutiría para conse!uir el se!undo puesto en fa(or de la
inteli!encia contra el placer, y que este no le obtendría.
Protarco
/sí lo as dico en efecto.
Sócrates
;emos (isto en se!uida muy claramente, que ni el uno, ni el otro de estos bienes es suficiente por sí
mismo.
Protarco )ada más cierto.
Sócrates
Ea inteli!encia y el placer, ¿no an sido declarados en esta discusión incapaces de constituir el
soberano bien, estando pri(ados de la propiedad de bastarse a sí mismos en ra&ón de la plenitud y
de la perfección"
Protarco
Muy bien.
Sócrates;abiéndose presentado a nosotros una tercera especie de bien, superior a los otros dos, a parecido
que la inteli!encia tenía con la esencia de este tercer bien (ictorioso una afinidad mil (eces mayor y