129 EUTIFRÓN PLATÓN Estudios de Filosofía, vol. 8 (2010), pp. 129-156 Introducción del traductor “Pero esto, al menos, me parece que está bien dicho: que los dioses son los que nos cuidan y que nosotros los humanos somos una de sus posesiones” PLATÓN, FEDÓN, 62b Hoc pietate motum opusculum in matris memoriam dedicatur El Eutifrón es un diálogo atractivo por diversas razones. La primera responde al carácter dramático de la conversación: sucesos y acciones donde se pone en juego la vida y la muerte. El pasado del adivino Eutifrón es violento y el futuro de Sócrates también lo será. Y esos sucesos y acciones marcan la vida de los personajes en un terreno jurídico y, a la vez, religioso. La segunda razón es de tipo moral. Platón es consciente del drama que teje porque enfoca ese ambiguo terreno de justicia y piedad. Esta curiosa mezcla nos embarca en una tragedia filosófica. Primero se recuerdan muertes del pasado (la de Sócrates también lo es para el autor) y luego se ilustra cómo desde esos hechos particulares arranca la reflexión. Arranca no para analizar las consecuencias de la conducta, sino para intentar decidir cuándo un comporta- miento es justo o religiosamente aceptable. Como el culto y el derecho penal se derivan de acciones simbólicamente correctas o incorrectas, el simbolismo