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Representación política Primera publicación lunes 2 enero 2006; revisión de contenidos lunes 17 octubre, 2011. El concepto de representación política es engañosamente simple: todos parecen saber qué es lo que es, aun así pocos pueden coincidir en una definición particular. De hecho, existe una extensa literatura que ofrece muchas definiciones diferentes de este elusivo concepto. (Conceptos clásicos de representación política dentro de esta lectura incluyen Pennock y Chapman, 1968; Pitkin, 1967 y Schwartz, 1988.) Hanna Pitkin (1967) provee, quizá, una de las definiciones más sencillas: representar es simplemente “volver a hacer presente.” En esta definición, representación política es la actividad de hacer “presente” las voces, opiniones y perceptivas de los ciudadanos en el proceso de hacer políticas públicas. Representación política ocurre cuando los actores políticos hablan, abogan, simbolizan, y actúan a favor de otros en la arena política. En breve, representación política es un tipo de asistencia política. Sin embargo, este aparente simple concepto, no es adecuado tal cual como aparece. Pues deja indefinido el concepto de representación política. De hecho, como veremos, el concepto de representación política tiene dimensiones múltiples y competitivas: nuestro entender común de representación política es uno de los que contiene concepciones diferentes y conflictivas de cómo los representantes políticos deben representar por lo que mantiene a los representantes a estándares mutuamente incompatibles. Dejando estas dimensiones sin especificar, esta definición falla al capturar el carácter paradoxal del concepto. Este artículo de enciclopedia tiene tres metas. La primera es proveer un panorama general del significado de representación política, identificando componentes claves de este concepto. La secunda es subrayar los varios avances importantes que ha hecho la literatura contemporánea en representación política. Estos avances apuntan a nuevas formas de representación política, unos que no están limitados a la relación entre representantes formales y sus electores. La tercera meta es revelar algunos problemas persistentes con teorías de representación política y así proponer futuras áreas de investigación. 1. Componentes clave de Representación Política 1.1 Delegado vs. Agente 1.2 Cuatro visiones de Representación de Pitkin 2. Cambiando realidades políticas y cambiando conceptos de Representación Política 3. Avances contemporáneos 4. Futuras áreas de estudio Bibliografía
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Pitkin, H. El concepto de representación.

Oct 20, 2015

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Oscar Cruz
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Page 1: Pitkin, H. El concepto de representación.

Representación política

Primera publicación lunes 2 enero 2006; revisión de contenidos lunes 17 octubre, 2011.

El concepto de representación política es engañosamente simple: todos parecen

saber qué es lo que es, aun así pocos pueden coincidir en una definición

particular. De hecho, existe una extensa literatura que ofrece muchas definiciones

diferentes de este elusivo concepto. (Conceptos clásicos de representación

política dentro de esta lectura incluyen Pennock y Chapman, 1968; Pitkin, 1967 y

Schwartz, 1988.) Hanna Pitkin (1967) provee, quizá, una de las definiciones más

sencillas: representar es simplemente “volver a hacer presente.” En esta

definición, representación política es la actividad de hacer “presente” las voces,

opiniones y perceptivas de los ciudadanos en el proceso de hacer políticas

públicas. Representación política ocurre cuando los actores políticos hablan,

abogan, simbolizan, y actúan a favor de otros en la arena política. En breve,

representación política es un tipo de asistencia política. Sin embargo, este

aparente simple concepto, no es adecuado tal cual como aparece. Pues deja

indefinido el concepto de representación política. De hecho, como veremos, el

concepto de representación política tiene dimensiones múltiples y competitivas:

nuestro entender común de representación política es uno de los que contiene

concepciones diferentes y conflictivas de cómo los representantes políticos deben

representar por lo que mantiene a los representantes a estándares mutuamente

incompatibles. Dejando estas dimensiones sin especificar, esta definición falla al

capturar el carácter paradoxal del concepto.

Este artículo de enciclopedia tiene tres metas. La primera es proveer un panorama

general del significado de representación política, identificando componentes

claves de este concepto. La secunda es subrayar los varios avances importantes

que ha hecho la literatura contemporánea en representación política. Estos

avances apuntan a nuevas formas de representación política, unos que no están

limitados a la relación entre representantes formales y sus electores. La tercera

meta es revelar algunos problemas persistentes con teorías de representación

política y así proponer futuras áreas de investigación.

1. Componentes clave de Representación Política

1.1 Delegado vs. Agente

1.2 Cuatro visiones de Representación de Pitkin

2. Cambiando realidades políticas y cambiando conceptos de Representación

Política

3. Avances contemporáneos

4. Futuras áreas de estudio

Bibliografía

Page 2: Pitkin, H. El concepto de representación.

A. Discusiones generales de Representación

B. Argumentos en contra de Representación

C. Formas no electorales de Representación

D. Representación y Diseño Electoral

E. Representación y Rendición de cuentas

F. Representación descriptiva

Herramientas académicas

Otros recursos de internet

Entradas relacionadas

1. Componentes clave de Representación política

Representación política, en casi cualquier concepto, exhibirá los siguientes cuatro

componentes:

algún partido que está representando (el representativo, una organización,

movimiento, agencia estatal, etc.);

algún partido que está siendo representado (electores, clientes, etc.);

algo que está siendo representado (opiniones, perspectivas, intereses,

discursos, etc.); y

un entorno dentro del cual se está llevando a cabo la actividad de

representación (el contexto político).

Teorías de representación política a menudo comienzan especificando términos

para estos cuatro componentes. Por ejemplo, teóricos democráticos a menudo

limitan los tipos de representantes siendo discutidos a representantes formales –

esto es, a representantes que ocupan cargos de elección popular. Una razón por

la que el concepto de representación sigue siendo elusivo es que las teorías de

representación a menudo aplican sólo a algunos tipos de actores políticos dentro

de un contexto en particular. Cómo representan los individuos un distrito electoral

es tratado distinto desde cómo los movimientos sociales u organizaciones

informales representan. Consecuentemente, no es claro cómo las diferentes

formas de representación se relacionan entre una y otra. Andrew Rehfeld (2006)

ha ofrecido una teoría general de representación la cual simplemente identifica

representación por referencia a una audiencia relevante aceptando a cada

persona como su representante. Una consecuencia del enfoque general de

Page 3: Pitkin, H. El concepto de representación.

Rehfeld para representación, es que permite casos no democráticos de

representación.

Sin embargo, la teoría de Rehfeld sobre representación no especifica qué es lo

que hace o debería hacer un representante para ser reconocido como tal. Y

exactamente lo que hacen los representantes ha sido un tema bastante

controvertido. En particular, la controversia se ha desatado sobre si los de

representantes deben actuar como delegados o agentes.

1.1 Delegado vs. Agente

Históricamente, la literatura teórica en representación política se ha enfocado en si

los representantes deben actuar como delegados o agentes. Representantes que

son delegados simplemente sigue las preferencias expresadas por sus electores.

James Madison (1787-8) es uno de las figuras históricas líderes que articularon

una concepción delegada de representación. Agentes son representantes quienes

siguen su propio entender de la mejor acción a seguir. Edmun Burke (1790) es

famoso argumentando que

El Parlamento no es un congreso de embajadores de intereses diferentes y

hostiles, que deben mantener sus propios intereses, como agente y

defensor, contra otros agentes y defensores; sino una asamblea

deliberativa de una nación, con un interés, el de todos… Eliges a un

miembro, en efecto, pero cuando lo has elegido no es un miembro de

Bristol, sino un miembro del Parlamento (115).

Ambas concepciones de representación política de delegado o agente presentan

demandas competitivas y contradictorias en el comportamiento de los

representantes. La concepción de representación de delegado requiere

representantes que sigan las preferencias de sus electores, mientras que la

concepción de agente requiere representantes que sigan su propio juicio acerca el

curso en acción. Cualquier teoría adecuada de representación debe tratar con

estas dos exigencias contradictorias.

Célebremente, Hanna Pitkin argumenta que los teóricos no deben tratar de

reconciliar la naturaleza paradójica del concepto de representación. Más bien,

deben buscar preservar esta paradoja recomenzando a los ciudadanos

salvaguardar la autonomía de ambos representante y representados. Los

representantes deben actuar de maneras que salvaguarden la capacidad del

representado a autorizar y mantener a sus representantes vigilados y mantener la

capacidad del representante a actuar independientemente de los deseos del

representado. Intereses objetivos son la clave para determinar si la autonomía del

representante y la autonomía del representado han sido vulneradas. Sin embargo,

Page 4: Pitkin, H. El concepto de representación.

Pitkin nunca especifica adecuadamente cómo hacer para identificar intereses

objetivos de los electores. En puntos, ella implica que los electores deben tener

voz en cuáles son sus intereses objetivos, pero al final ella simplemente desplaza

lejos su enfoque sobre esta paradoja a recomendar que los representantes deben

ser evaluados en la base de las razones que ellos dan para desobedecer las

preferencias de sus electores. Para Pitkin, la valoración sobre los representantes

dependerá del problema que nos ocupa y del entorno político en que el

representante se desenvuelve. Para comprender los múltiples y conflictivos

estándares dentro de la concepción de representación se revela la futilidad de

mantener a todos los representantes en un conjunto fijo de guías. En este sentido,

Pitkin concluye que los estándares para evaluar a los representantes desafían

generalizaciones. Además, los individuos, especialmente los ciudadanos

democráticos, tienden a discrepar profundamente acerca de lo que los

representantes deberían estar haciendo.

1.2 Cuatro visiones de representación de Pitkin

Pitkin ofrece uno de las discusiones más comprensibles del concepto de

representación política, atendiendo a su carácter contradictorio en su The Concept

of Representation. Esta clásica discusión del concepto de representación es una

de las más influyentes y más citados trabajos en la literatura sobre representación

política. Adoptando un enfoque Wittgensteiniano del lenguaje, Pitkin mantiene que

para comprender el concepto de representación política, uno debe considerar las

maneras diferentes en que este término es utilizado. Cada uno de estos usos del

término provee una mirada diferente del concepto. Pitkin compara el concepto de

representación a “una compleja estructura tridimensional en medio de un entorno

oscuro.” Teóricos políticos proveen de “fotografías con un foco de bulbos de la

estructura tomada desde ángulos diferentes” [1967, 10]. Más específicamente,

teóricos políticos han proveído de cuatro enfoques principales del concepto de

representación. Desafortunadamente, Pitkin nunca explica cómo estos puntos de

vista deferentes de representación política encajan juntos. Algunas veces, ella

implica que el concepto de representación está unificado. Otras, ella enfatiza en

los conflictos entre estos diferentes enfoques, ej. Cómo representación descriptiva

es opuesta a rendición de cuentas. Con su metáfora de las fotografías con foco de

bulbos, Pitkin argumentan que se debe conocer el contexto en el que el concepto

de representación se encuentra para así determinar su significado.

Aparentemente, los puntos de vista de representación pueden expandir o limitar

nuestro entendimiento de representación dependiendo en cuál término sea

utilizado en política contemporánea.

Para Pitkin, desacuerdos acerca de representación pueden ser parcialmente

reconciliados aclarando cuál enfoque de representación está siendo invocado.

Page 5: Pitkin, H. El concepto de representación.

Pitkin identifica al menos cuatros enfoques diferentes de representación:

representación formalista, representación descriptiva, representación simbólica y

representación substantiva. (Para una breve descripción de cada uno de estos

puntos de vista, ver el esquema de abajo). Cada punto de vista provee una

aproximación diferente para examinar representación. Los diferentes puntos de

vista pueden también proveer de estándares diferentes para evaluar

representantes. Entonces, los desacuerdos sobre lo que los representantes deben

estar haciendo son agravados con el hecho de que la gente adopta el enfoque

incorrecto de representación o aplican incorrectamente los estándares de

representación. Pitkin ha establecido en muchos sentidos los términos de las

discusiones contemporáneas sobre representación proporcionando esta visión

esquemática del concepto de representación política.

1. Representación formalista:

Breve descripción. Los acuerdos institucionales que preceden e inician la

representación. Representación formal tiene dos dimensiones: autorización

y rendición de cuentas.

Pregunta principal de estudio. ¿Cuál es la posición institucional de un

representante?

Estándares implícitos para evaluar representantes. Ninguno.

(Autorización):

Breve descripción. El medio por el cual un representante obtiene su

prestigio, estatus, posición o cargo.

Pregunta principal de estudio. ¿Cuál es el proceso por el cual cada

representante ganas poder (p. ej. Elecciones)? y ¿Cuáles son las maneras

en las que un representante puede imponer sus decisiones?

Estándares implícitos para evaluar representantes. Ningún estándar para

evaluar qué tan bien se comporta un representante. Uno apenas puede

evaluar si el representante mantiene legítimamente su posición.

(Rendición de cuentas):

Breve descripción. La habilidad de los electores para castigar a su

representante por fallar en el acto de acordar con sus deseos (p. ej. votar

para quitarlo del puesto) o la responsabilidad del representante con sus

electores.

Pregunta principal de estudio. ¿Cuáles son los mecanismos para sancionar

disponibles para los votantes? ¿Es el representante receptivo hacia las

preferencias de sus electores?

Page 6: Pitkin, H. El concepto de representación.

Estándares implícitos para evaluar representantes. Ningún estándar para

evaluar qué tan bien se comporta un representante. Uno apenas puede

determinar si un representante puede ser sancionado o si ha sido receptivo.

2. Representación simbólica:

Breve descripción. Las maneras en que un representante representa a sus

representados- esto es, el sentido que un representante tiene para aquellos

siendo representados.

Pregunta principal de estudio. ¿Qué tipo de respuesta es invocada por el

representante para aquellos siendo representados?

Estándares implícitos para evaluar representantes. Los representantes son

evaluados por el grado de aceptación que el representante tiene entre los

representados.

3. Representación descriptiva:

Breve descripción. La medida en la que un representante se asemeja a

aquellos que son representados.

Pregunta principal de estudio. ¿El representante se parece, tiene intereses

comunes o comparte ciertas experiencias con el representado?

Estándares implícitos para evaluar representantes. Evaluar al representante

por la precisión de parecido entre éste y los representados.

4. Representación substantiva:

Breve descripción. La actividad de representantes- que es, las acciones

realizadas en nombre, con el interés, como agente, como substituto del

representado.

Pregunta principal de estudio. ¿El representante promueve las preferencias

políticas que sirven a favor de su representado?

Estándares implícitos para evaluar representantes. Evaluar un

representante por el grado en que una política promovida por éste ha

servido por “el mejor interés” de sus votantes.

No se puede sobrestimar el grado en el que Pitkin ha dado forma al entendimiento

contemporáneo de representación política, especialmente entre científicos

políticos. Por ejemplo, ella clama que representación política se opone a rendición

de cuentas es a menudo el punto de partida de las discusiones contemporáneas

de si los grupos marginados necesitan representantes de sus propios grupos.

Similarmente, las conclusiones de Pitkin sobre la naturaleza paradójica de

representación apoya la tendencia entre los teóricos contemporáneos y políticos

Page 7: Pitkin, H. El concepto de representación.

científicos a centrarse en procedimientos formales de autorización y rendición de

cuentas (representación formalista). En particular, ha habido mucha atención

teórica para el diseño adecuado de instituciones representativas (p. ej. Amy 196;

Barber, 2011; Christiano 1996; Guinier 1994). Este enfoque es ciertamente

comprensible, dado que una manera de resolver disputas sobre lo que los

representantes deberían estar haciendo es “dejar que el pueblo decida.” En otras

palabras, establecer procedimientos justos para reconciliar conflictos provee a

ciudadanos democráticos una manera de resolver conflictos sobre el correcto

comportamiento de los representantes. En este sentido, las discusiones teóricas

sobre representación política tiendan a mostrar la representación política

primeramente como una relación principal-agente. Este énfasis en elecciones

también explica por qué las discusiones sobre el concepto de representación

política frecuentemente colapsan en discusiones sobre democracia.

Representación política es entendida como una manera de 1) establecer

legitimidad en instituciones democráticas y 2) creas incentivos institucionales para

que gobiernos sean responsivos a ciudadanos.

David Plotke (1997) ha dicho que este énfasis en mecanismos de autorización y

rendición de cuentas fue especialmente útil en el contexto de la Guerra Fría. Para

este entendimiento de representación política (específicamente, su demarcación

desde democracia participativa) fue útil para distinguir democracias Occidentales

de países Comunistas. Aquellos sistemas políticos que llevaron a cabo elecciones

fueron considerados como democráticos. Plotke cuestiona si dicha distinción

continúa siendo útil. Plotke recomienda que ampliemos el alcance de nuestro

entendimiento de representación política para englobar representación de

intereses y así regresar a debatir cuál es la actividad propia de los representantes.

La visión de Plotke sobre por qué el entendimiento tradicional de representación

política resonó antes del final de la Guerra Fría sugiere que el entendimiento

moderno de representación política de alguna manera dependen de la realidad

política. Por esta razón, aquellos que tratan de definir representación política

deben reconocer cómo cambiar realidades políticas puede afectar al

entendimiento contemporáneo de representación política. Otra vez, siguiente a

Pitkin, parecería que nuestras ideas sobre representación política están sometidas

a prácticas políticas existentes de representación. Nuestro entendimiento de

representación está formado confusamente por la manera en que la gente está

siendo representada. Para una discusión informativa sobre la historia de

representación, ver Representación de Monica Brito Vieira y David Runican.

Page 8: Pitkin, H. El concepto de representación.

2. Cambiando realidades políticas y cambiando conceptos de

Representación Política

Como se mencionó anteriormente, discusiones teóricas de representación política

se han centrado principalmente en los procedimientos formales de autorización y

rendición de cuentas dentro de los Estados nación, esto es, a lo que Pitkin llamó

representación formalista. Sin embargo, este enfoque no es satisfactorio ya no es

satisfactorio debido a las transformaciones políticas internacionales y nacionales.

[Para una discusión más extensa sobre transformaciones internacionales y

nacionales, ver Mark Warren y Dario Castioglione (2004).] Cada vez más actores

internacionales, transnacionales y no gubernamentales juegan un rol importante

en impulsar políticas públicas a favor de ciudadanos democráticos- esto es, actuar

como representantes para los ciudadanos. Estos actores “hablan por”, “actúan

por” y pueden hasta “representar” individuos dentro de un Estado-nación. Ya no es

deseable limitar nuestro entendimiento de representación política para

funcionarios electos dentro de un Estado-nación. Después de todo, estos

funcionarios no poseen necesariamente “la capacidad de actuar”, la capacidad

que es más utilizada para identificar quién está actuando como representante. En

otras palabras, como los poderes del Estado-nación han sido difundidas por

actores internacionales y transnacionales, representantes electos ya no son

responsables de decidir o implementar políticas públicas que impacten

directamente a los ciudadanos quienes los autorizaron. Dado el rol que las

Organización No Gubernamentales juegan en la arena internacional, los

representantes de grupos desposeídos ya no se localizan en la arena política

formal del Estado-nación. Dados estos cambios, el enfoque tradicional de

representación política, que es, en elecciones dentro de Estados-naciones, es

insuficiente para entender cómo las políticas públicas se hacen e implementan. La

complejidad de los problemas modernos y las múltiples locaciones del poder

político sugiere que la las nociones contemporáneas de rendición de cuentas son

inadecuadas. Gran y Keohane (2005) han actualizado recientemente las nociones

de rendición de cuentas, sugiriendo que el ámbito de representación política se

necesita expandir para reflejar las realidad contemporáneas en el arena

internacional. Michael Saward (2009) ha propuesto un tipo de criterio alternativo

que debe usarse para evaluar las demandas de los representantes no electos.

John Dryzek y Simon Niemayer (2008) ha propuesto una concepción alternativa

de representación, lo que él llama representación discursiva, para reflejar el hecho

de que actores transnacionales presentan discursos, no gente real. Con discursos,

ellos se refieren a “una serie de categorías y conceptos incorporando supuestos

específicos, juicios, contiendas, disposición y capacidades.” El concepto de

representación discursiva potencialmente puede redimir la promesa de la

Page 9: Pitkin, H. El concepto de representación.

democracia deliberativa, cuando la participación deliberativa de todos los

afectados por una decisión colectiva es factible.

Transformaciones nacionales también revelan la necesidad de actualizar el

entendimiento contemporáneo de representación política. La vida en asociación –

movimientos sociales, grupos de interés y asociaciones civiles- es cada vez más

reconocida su importancia para la supervivencia de democracias representativas.

El grado en el que los grupos de interés escriben políticas públicas o juegan un rol

central en la implementación y regulación de políticas es el grado en el que se ha

borrado la división entre representación formal e informal. La fluida relación entre

la trayectoria profesional de representantes formales e informales también sugiere

que las realidades contemporáneas no justifican concentrarse sólo en

representantes formales. El concepto de representantes ciudadanos de Mark

Warren (2008) abre un marco teórico para explorar cómo los ciudadanos se

representan a ellos mismos y sirve en capacidades representativas.

Dados estos cambios, es necesario revisar nuestro entendimiento conceptual de

representación política, específicamente en representación democrática. Como

recientemente lo ha dicho Jane Mansbridge, el entendimiento normativo de

representación no se ha mandenito con los estudios empíricos recientes y las

prácticas democráticas contemporáneas. En su importante artículo “Repensando

Representación” Mansbridge identifica cuatro formas de representación en

democracias modernas: promisoria, anticipativa, giroscópica y subrogación.

Representación promisoria es una forma de representación en la cual los

representantes son evaluados por medio de las promesas que hacen a sus

votantes durante la campaña electoral. La representación promisoria se parece

fuertemente a la discusión de Pitkin sobre representación formalista. Para ambas

primeramente se preocupa por la manera en que los electores le dan su

consentimiento de autoridad a un representante. Utilizando un trabajo empírico

reciente, Mandsbridge argumenta la existencia de tres formas adicionales de

representación. En representación anticipatoria, los representantes se centran en

lo que sus electores premiarán las próximas elecciones y lo que no en lo que

prometieron durante la campaña electoral previa. Así, representación anticipatoria

desafía a aquellos que entienden rendición de cuentas primeramente como una

actividad retrospectiva. En representación giroscópica, los representantes “miran

dentro” para inferir de su propia experiencia concepciones de interés y principios

para servir como base de su acción. Finalmente, representación subrogada ocurre

cuando un legislador representa a electores fuera de su distrito. Para Mansbridge,

cada una de estas formas de representación genera un criterio normativo diferente

por medio del cual los representantes deben ser evaluados. Las cuatro formas de

representación, entonces, son formas en que los ciudadanos democráticos

Page 10: Pitkin, H. El concepto de representación.

pueden ser legítimamente representando dentro de un régimen democrático. Sin

embargo ninguno las tres últimas formas de presentación operan dentro de los

mecanismos de autorización y rendición de cuentas. Recientemente, Mansbridge

(2009) ha ido más lejos sugiriendo que la ciencia política se ha centrado

demasiado en modelos de sanción de rendición de cuentas y que otro model, lo

que ella llama modelo de selección, puede ser más efectivo al solicitar el

comportamiento deseado de los representantes. Según Mansbrige, un modelo de

sanción de rendición de cuentas presume que el representante tiene diferentes

intereses de su representado y que el representado no sólo debe monitorear sino

premiar al buen representante y castigar al malo. En contraste, el modelo de

selección de rendición de cuentas presume que los representantes tienen razones

propias y exógenas para llevar a cabo los deseos de su representado. En este

sentido, Mansbrige amplía nuestro entendimiento de rendición de cuentas para

permitir que una buena representación ocurra fuera de los mecanismos formales

de sanción.

El replanteamiento de Mansbridge sobre el significado de representación sostiene

una importante mirada a las discusiones contemporáneas de representación

democrática. Especificando las diferentes formas de representación dentro de un

Estado democrático, Mansbridge nos enseña que debemos referirnos a múltiples

formas de representación democrática. Representación democrática no debe ser

concebida como un concepto monolítico. Además, lo que es abundantemente

claro es que la representación democrática ya no debe ser tratada simplemente

como una relación entre funcionarios electos y electores dentro de su distrito

electoral. Representación política ya no debe ser entendida como una simple

relación principal-agente. Andrew Rehfeld ha ido más lejos, sosteniendo que

representación política ya no debe ser basada en el territorio. En otras palabras,

Rehfeld (2005) argumenta que las circunscripciones, ejemplo distritos electorales,

ya no deben ser construidos con base en donde viven los ciudadanos. Lisa Disch

(2011) también complica nuestro entendimiento de representación democrática

como una relación principal-agente develando el dilema que se plantea entre

explicaciones de responsabilidad democrática para los electores y los recientes

descubrimientos empíricos con respecto al contexto de dependencia de las

preferencias de un individuo votante.

Page 11: Pitkin, H. El concepto de representación.

3. Avances contemporáneos

Ha habido un importante número de avances en el concepto de representación

política. En particular, estos avances llaman a cuestionar la manera tradicional de

pensar a la representación política como una relación principal-agente. Más

notablemente, el trabajo reciente de Melissa Williams ha recomendado

“reimaginar” la actividad de representación utilizando la experiencia de grupos

históricamente desfavorecidos. En particular, ella recomienda entender

representación como “mediación”. En particular, Williams (1998, 8) identifica tres

dimensiones diferentes de vida política que los representantes deben “mediar:” la

dinámica de hacer decisiones legislativas, la naturaleza de la relación del

legislador-constituyente, y las bases de agregar ciudadanos a circunscripciones

representables. Ella explica cada aspecto utilizando un tema correspondiente (voz,

confianza y memoria) y utilizándola experiencia de grupos marginados en Estados

Unidos. Por ejemplo, utilizando la experiencia de mujeres estadounidenses

tratando de obtener igual de ciudadanía, Williams argumenta que grupos

históricamente desfavorecidos necesitan una “voz” en el proceso de decisión

legislativa. La “fuerte deliberativa” calidad de las instituciones legislativas requiere

la presencia de individuos que tengan acceso directo perspectivas históricas

excluidas.

Además, Williams explica cómo los representantes necesitan mediar la relación

representante-elector para poder construir “confianza”. Para Williams, confianza es

la piedra angular para la rendición de cuentas democrática. Basándose en

experiencias de afroamericanos, Williams muestra patrones consistentes de

traición de afroamericanos por grupos privilegiados de ciudadanos blancos que les

da una buena razón para desconfiar en representantes blancos y sus instituciones.

Para Williams, relaciones de desconfianza pueden ser “por lo menos parcialmente

reparada si el grupo en desventaja es representado por sus propios miembros”

(1998, 14). Finalmente, representación envuelve mediar cómo los grupos son

definidos. Los límites de grupos según Williams son parcialmente establecidos por

experiencias pasadas –lo que Williams llama “memoria”. Teniendo ciertos

patrones compartidos de marginación justifica ciertos mecanismos institucionales

para garantizar su presencia.

Williams ofrece su entendimiento de representación como mediación como un

suplemento de lo que ella considera la concepción tradicional de representación

liberal. Williams identifica dos hilos en representación liberal. El primero es lo que

ella describe como el “ideal de representación justa como un resultado de

elecciones libres y abiertas en las que cada ciudadano tiene un peso de voto

igualitario” (1988, 57). El segundo hilo es el pluralismo grupo-interés, el cual

Williams describe como la “teoría de la organización de intereses sociales

Page 12: Pitkin, H. El concepto de representación.

compartidos con el propósito de asegurar una representación igualitaria… de

dichos grupos en políticas públicas” (ibíd.) Juntos, los dos hilos proveen una

aproximación coherente para lograr una representación justa, pero la concepción

tradicional de representación liberal simplemente como un compuesto de estos

dos hilos es inadecuado. En particular, Williams critica la concepción tradicional de

representación liberal por fallar al considerar las injusticias experimentadas por

grupos marginados en los Estados Unidos. Así, Williams expande la cuenta de

representación política más allá de la cuestión de diseño institucional y así, en

efecto, desafía a aquellos que entienden por representación como una simple

cuestión de procedimientos formales de autorización y rendición de cuentas.

Otro estudio reciente que renueva la visión sobre representación fue ofrecida por

Nadie Urbinati (2000, 2002). Urbinati argumenta entender representación como

abogacía/defensa. Para Urbinatiel punto de representación no debe ser

agregación de intereses, sino la preservación de desacuerdos necesarios para

preservar la libertad. Urbinati identifica dos componentes principales de abogar: 1)

El nexo pasional delos representantes hacia sus electores porque y 2) la relativa

autonomía de juicio de los representantes. Urbinati enfatiza la importancia de lo

anterior para motivar a los representantes a deliberar entre ellos y sus electores.

Para Urbinati el beneficio de conceptualizar representación como

abogacía/defensa es que mejora nuestro entendimiento de democracia

contemporánea. En particular, esto evita un error común hecho por muchos

demócratas deliberativos contemporáneos: centrarse en procedimientos formales

de deliberación a la expensa de examinar el origen de la desigualdad dentro de la

sociedad civil, p. ej. en la familia. El beneficio en el entendimiento de Urbinati

sobre representación es que enfatiza en la importancia del área de opinión

formación consiente. En particular, este agregado contemporáneo a la literatura

teórica posee un concepto antagónico de representación, uno que enfatiza la

importancia de los desacuerdos y retórica a los procedimientos, prácticas, y

esencia de democracia. Su estudio expande el grado de discusiones teóricas de

representación lejos de procedimientos formales de autorización a dimensiones

deliberativas y expresivas de instituciones representativas. En este sentido,

aquellos que recomendaron adoptar un entendimiento de representación como

abogacía/defensa proveen una herramienta teórica a aquellos que desean explicar

cómo los agentes no estatales “representan”.

Por otra parte, algunos avances conceptuales han ayudado a aclarar el significado

de aspectos particulares de representaciones. Por ejemplo, Andrew Rehfeld

(2009) ha argumentado que necesitamos desagregar la distinción entre

delegado/agente. Rehfeld subraya cómo los representantes pueden ser delegados

y agentes en al menos tres formas diferentes. Por esta razón, debemos remplazar

Page 13: Pitkin, H. El concepto de representación.

la distinción tradicional entre delegado/agente con tres distinciones (objetivos,

fuente del juicio y receptividad). Colapsando estas tres maneras diferentes de ser

delegado y agente, la teoría política y científicos políticos pueden dejar de lado las

formas en los que los representantes son a menudo delegados parciales y

agentes parciales.

Otros teóricos políticos nos han demandado repensar los aspectos centrales de

nuestro entendimiento de representación democrática. En Inclusión y Democracia

Iris Marion Young nos llama a repensar la importancia de representación

descriptiva. Young advierte que los intentos para incluir más voces en la arena

política pueden suprimir otras voces. Ella ilustra este punto utilizando el ejemplo

de un representante latino quien podría inadvertidamente representar latinos

heterosexuales a expensas de latinos gay y lesbianas (1986, 350). Para Young, la

supresión de diferencias es un problema para toda representación (1986, 351).

Representantes de grandes distritos o comunidades pequeñas deben negociar la

dificultad de una persona representando a muchas. Porque tal dificultad es

constitutiva de representación, esto es irrazonable para asumir que representación

debe ser caracterizada por una “relación de identidad.” La legitimidad de un

representante no es primeramente una función de sus similitudes de su

representado. Para Young, el representante no debe ser tratado como un

substituto del representado. Consecuentemente, Young recomienda

conceptualizar representación como una relación diferenciada (2000, 125-127;

1986, 357). Hay dos beneficios principales diferentes del entendimiento de Young

sobre representación. Primero, su entendimiento de representación nos alienta a

reconocer la diversidad de aquellos que están siendo representados. Segundo, su

análisis de representación enfatiza la importancia de reconocer cómo las

instituciones representativas incluyen también como excluyen. Los ciudadanos

democráticos necesitan mantenerse vigilantes sobre la manera en que viene la

representación para algunos grupos a expensa de la exclusión de otros.

Construyendo el enfoque de Young, Suzanne Dovi (2009) ha argumentado que no

debemos conceptualizar representación simplemente en términos de cómo

traemos a los grupos marginados a los sistemas políticos democráticos; en lugar

de que, representación pueda requerir limitar la influencia de grupos privilegiados

sobrerrepresentados.

Además, basado en este entendimiento de representación política, Young provee

un concepto alternativo de representación democrática. Específicamente, ella ve la

representación democrática como un proceso dinámico, uno que se mueve entre

momentos de autorización y momentos de rendición de cuentas (2000, 129). Es

este movimiento entre estos momentos lo que hace este proceso “democrático.”

Esta fluidez permite a los ciudadanos autorizar a sus representantes y por rastros

Page 14: Pitkin, H. El concepto de representación.

de esa autorización ser evidente qué hacen los representantes y cómo estos

rinden cuentas. La pertinencia de cualquier representante es por lo tanto

parcialmente dependiente en el comportamiento futuro así como en sus relaciones

pasadas. Por esta razón, Young mantiene que esta evaluación de este proceso

debe ser continuamente diferida. Debemos evaluar dinámicamente

representación, esto es, evaluar el proceso completo en curso de autorización y

rendición de cuenta de los representantes. La discusión de Young sobre la

dinámica de la representación enfatiza en las maneras en que la evaluación de los

representantes es incompleta, necesitan incorporar el grado en el que los

ciudadanos democráticos necesitan suspender la evaluación de sus

representantes y el grado en el que los representantes pueden afrontar problemas

inesperados.

Otra percepción acerca de representación democrática que viene de la literatura

de representación democrática es la importancia de las contingencias. Aquí el

trabajo de Jane Mansbridge sobre representación descriptiva ha sido

particularmente influyente. Mansbridge recomienda que evaluemos representantes

descriptivos por contextos y ciertas funciones. Más específicamente, Mansbridge

(1999, 628) se concentra en cuatro funciones y sus contextos relaciones en los

que grupos en desventaja podrían querer ser representados por alguien que

pertenezca su grupo. Estas cuatro funciones son “(1) comunicación adecuada en

contexto y desconfianza, (2) pensamiento innovador en contexto de intereses no

cristalizados, no completamente articulados, ... (3) creando un significado social de

“habilidad de gobernar” para miembros de un grupo en contexto histórico donde la

habilidad ha sido seriamente cuestionada y (4) incrementando la legitimidad de

facto de política en un contexto de discriminación pasada.” Para Mansbridge, los

representantes descriptivos son necesitados cuando grupos marginados

desconfían de miembros de ciudadanos relativamente más privilegiados y cuando

los grupos marginados poseen preferencias políticas que no han sido

completamente formadas. Esta necesidad por representación descriptiva es

contigente en ciertas funciones.

La percepción de Mansbridge sobre contingencia de representación descriptiva

sugiere que en algún punto los representantes descriptivos podrían no ser

necesarios. De cualquier, ella no específica cómo haremos para saber si los

intereses se han vuelto cristalizados o si la confianza ha formado hasta el punto

que la necesidad de representación descriptiva sea obsoleta. Así, la discusión de

Mansbridge sobre representación descriptiva sugiere que los estándares para

evaluar representantes son fluidos y flexibles. Para una interesante discusión

sobre problemas con estándares unificados o fijos para evaluar representantes

latinos, ver The Trouble with Unity de Christina Beltran.

Page 15: Pitkin, H. El concepto de representación.

La discusión de Mansbridge sobre representación descriptiva apunta a otra

tendencia dentro de la literatura de representación política – esto es, la tendencia

de derivar conceptos normativos de representación desde su función. Russell

Hardin (2004) capturó esta tendencia más claro en su posición que “si deseamos

evaluar la moralidad de los funcionarios electos, debemos entender su función

como nuestros representantes y después inferir cómo pueden completar esta

función.” Para Hardin, sólo una explicación empírica del rol de un representante es

necesaria para determinar qué debería estar haciendo el representante. En

“Ruling Passions”, Andrew Sabl (2002) relaciona el comportamiento adecuado de

los representantes con su puesto en particular. En particular, Sabls se centra en

tres puestos: senador, organizador y activista. Él argumenta que los mismos

estándares no deberían ser utilizados para evaluar estos tres puestos diferentes.

Más bien, cada puesto es responsable de promover constancia democrática, lo

que Sabl entiende como “la búsqueda efectiva de interés.” Sabl (2002) y Hardin

(2004) ejemplifican la tendencia de ligar los estándares para evaluar

representantes políticos por a la actividad y el puesto de estos representantes. En

“The Good Representative”, Suzanne Dovi (2007) identifica tres estándares para

evaluar el desempeño de los representantes democráticos: aquellos con

imparcialidad, construcción de confianza crítica, y buena comunicación

(gatekeeping).

4. Futuras áreas de estudio

Hay tres problemas persistentes asociados con representación política. Cada uno

de estos problemas identifica un área futura de investigación. El primero de los

problemas es el diseño adecuado institucional de instituciones representativas

dentro de políticas públicas. La literatura teórica en representación política a

puesto mucha atención al diseño institucional de las democracias. Más

específicamente, teóricos políticos han recomendado todo desde representación

proporcional (ejemplo, Guinier, 1994 y Christiano, 1996) a ciudadanos jurados

(Fishkin, 1995). Sin embargo, con el creciente número de Estados democráticos,

es más probable ser testigos de más variaciones entre las diferentes formas de

representación política. Es probable que exista mayor debate sobre las ventajas y

desventajas de estas formas diferentes de representar ciudadanos democráticos.

Estos nos lleva la segunda línea futura de investigación – formas en las que los

ciudadanos democráticos pueden ser marginados por instituciones

representativas. Este problema está articulado más claramente por la discusión de

Young sobre las dificultades que surgen de una persona representando a muchas.

Young sugiere que las instituciones representativas pueden incluir opiniones,

perspectivas e intereses de algunos ciudadanos a expensas de marginar las

opiniones, perspectivas e intereses de otros. Por lo tanto, la creación de distritos

Page 16: Pitkin, H. El concepto de representación.

negros han creado zonas seguras para funcionarios negros electos y así estos

sean menos responsables con sus electores. Cualquier deceso en rendición de

cuentas es especialmente preocupante dadas las formas en las que los

ciudadanos son vulnerables a sus representantes. Así, una futura línea de

investigación es examinar la manera en que las instituciones representantes

marginalizan los intereses, opiniones y perspectivas de ciudadanos democráticos.

En particular, es necesario reconocer los sesgos de las instituciones

representativas. Mientras E. E. Schattschneider (1960) ha notado las clases de

sesgo de las instituciones representativas, hay una pequeña discusión en cómo

mejorar la representación política de los desafectados – esto es, la representación

política de aquellos ciudadanos que no tienen la voluntad, el tiempo o los medios

políticos para participar en política. La ausencia de dicha discusión es

particularmente aparente en literatura de representación descriptiva, el área está

más preocupada por ciudadanos en desventaja. Anne Phillips (1995) plantea el

problema con la representación de los pobres, ejemplo, la inhabilidad de definir la

clase, sin embargo, argumenta por problemas de clase para ser integrado en

políticas de presencia. Pocos teóricos han tomado la postura de Philip y articulado

cómo esta integración de clases y políticas de presencia debe ser hecha. Por

supuesto, algunos han reconocido la manera en la que grupos de interés,

asociaciones, y representantes individuales pueden traicionar a los menos

favorecidos (ej. Strolovitch, 2004). Y algunos (Dovi, 2003) han argumentado que

representantes descriptivos necesitan ser seleccionados basado en su relación

con los ciudadanos que han sido injustamente excluidos y marginados por

sistemas democráticos. Sin embargo, no es claro cómo contrarrestar los sesgos

que se encuentra dentro de las instituciones representativas internacionales y

nacionales. Es necesario especificar las condiciones bajo las que ciertos grupos

dentro de un sistema político requieren mejorar la representación. Literatura

empírica reciente ha sugerido que los beneficios de tener representantes

descriptivos no son de ninguna manera sencillos.

Una tercera y última área de estudio envuelve la relación entre representación y

democracia. Históricamente, representación se ha considerado estar en oposición

con democracia [ver Dahl (1989) para una mirada histórica del concepto de

representación]. Cuando comparado con las formas directas de democracia

encontradas en antiguas Ciudades-Estado, notablemente Atenas, instituciones

representativas parecen ser pobres substitutas de la manera en que los

ciudadanos se gobernaban activamente por ellos mismos. Barber (1984) ha

famosamente argumentado que las instituciones representativas eran opuestas a

democracias fuertes. En contraste, ahora casi cualquier concuerda que las

instituciones políticas democráticas son las representativas.

Page 17: Pitkin, H. El concepto de representación.

Bernard Manin (1997) nos recuerda que la Asamblea Ateniense, la cual seguido

ejemplifica diferentes formas de democracia, ha sólo limitado poderes. De acuerdo

con Manin, la práctica de seleccionar magistrados por lotería es lo que separa las

democracias representativas de las así llamadas democracias directas.

Consecuentemente, Manin argumenta que los métodos de selección de puestos

públicos son cruciales para entender lo que hace democrático a los gobiernos

representativos. Él identifica cuatro distinciones principales de gobierno

representativo: 1) Aquellos quien gobiernan son elegidos por elecciones con

intervalos regulares; 2) El proceso de decisión de aquellos quienes gobiernas

mantiene un grado de independencia de los deseos del electorado; 3) Aquellos

quienes son gobernados podrían expresar su opinión y deseos políticos sin estar

atados al control de los que gobiernan; y 4) Las decisiones públicas se someten a

debate (6). Para Manin, prácticas históricas democráticas mantienen importantes

lecciones para determinar si las instituciones representativas son democráticas.

Mientras esté claro que las instituciones representativas son vitales para los

componentes institucionales de las instituciones democráticas, se necesita decir

más sobre el significado de representación democrática. En particular, es

importante no asumir que todos los actos de representación son igualmente

democráticos. Después de todo, no todos los actos de representación dentro de

una democracia representativa son necesariamente instancias de representación

democrática. Henry Richardson (2002) ha explorado las vías antidemocráticas en

las que los miembros de la burocracia pueden representar a los ciudadanos. [Para

una discusión más detallada sobre formas de representación no democráticas, ver

Apter (1968). Michael Saward, (2008) también discute cómo sistemas actuales de

representación política no necesariamente funcionan democráticamente.]

Similarmente, no está claro si un representante quien activamente busca

desmantelar instituciones democráticas está representando democráticamente.

¿La representación democrática necesita representantes para promover las

preferencias de ciudadanos democráticos o requiere un compromiso con las

instituciones democráticas? En este punto, las respuestas a tal preguntas no son

claras. Lo que es claro es que los ciudadanos democráticos son propensos a

desacordar sobre lo que constituye representación democrática.

Una aproximación popular para llegar a estándares diferentes y conflictivos

utilizados para evaluar representantes dentro de sistemas democráticos, es

simplemente equiparar múltiples estándares con los democráticos. Más

específicamente, se argumenta que los estándares democráticos son pluralistas,

complaciendo los diferentes estándares que poseen y utilizan los ciudadanos

democráticos. Teóricos quienes adoptaron esta aproximación fallan al especificar

la relación propia entre estos estándares. Por instancia, no está claro cómo los

Page 18: Pitkin, H. El concepto de representación.

estándares que Mansbridge identifica en sus cuatros formas de representación se

deberían relacionar entre ellos. ¿Importa si formas promisorias de representación

son remplazadas por formas subrogadas de representación? Una omisión similar

puede ser encontrada en Pitkin: aunque Pitkin especifica que hay una relación

unificada entre los diferentes puntos de vista de representación, ella nunca

describe cómo estos puntos de vista diferentes interactúan. Esta omisión refleja la

laguna en literatura sobre cómo representación formalista se relaciona con

representación descriptiva y substantiva. Sin esta especificación, no es aparente

cómo los ciudadanos pueden determinar si tienen poder adecuados de

autorización y rendición de cuentas.

Actualmente, no está claro exactamente lo que hace a cualquier forma de

representación consistente, y mucho menos en consonancia con la representación

democrática. ¿Es la sinergia entre las diferentes formas o deberíamos examinar

representación descriptiva por separado para determinar la manera en que esta

puede socavar o mejorar la representación democrática? Una tendencia es igualar

representación democrática simplemente con la existencia de múltiples y fluidos

estándares. Mientras es cierto el hecho de que el pluralismo provee justificación a

instituciones democráticas como Christiano (1996) ha argumentado, ya no se

puede suponer que todas las formas de representación son democráticas desde

que las acciones de los representantes pueden ser usadas para disolver o debilitar

las instituciones democráticas. El área final de investigación es articular la relación

entre las diferentes maneras de representación y las formas en que estas pueden

minar la representación democrática.

Page 19: Pitkin, H. El concepto de representación.

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Proportional Representation Library, provides readings proportional representation elections created by Prof.

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Representation, an essay by Ann Marie Baldonado on the Postcolonial Studies website at Emory University.

Representation: John Locke, Second Treatise, §§ 157–58, in The Founders' Constitution at the University of

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Popular Basis of Political Authority: David Hume, Of the Original Contract, in The Founders' Constitution at

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