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Número 108 de diciembre de 2012
Notas del mes
Meridiano de género: 1
Por Pilar Aguilar
La red global de control corporativo
Por José A. Estévez Araújo
Cuaderno de depresión: 15
Por Albert Recio Andreu
Observatorio de Salud: 8
Por Carme Borrell, Èlia Díez, Joana Morrisson y Lluís Camprubí
Federalismo republicano
Por Juan-Ramón Capella
Comentarios prepolíticos: 12
Por Joan Busca
Apostillas postelectorales
Por El Lobo Feroz
La inmersión lingüística en Cataluña y los derechos de los
ciudadanos
Por Anna Camps
CiU defensa un Estat impropi
Por Antoni Montserrat
El futuro del ‘file sharing’ a corto plazo
Por Joan Ramos Toledano
Ensayo
El estancamiento global y China
John Bellamy Foster y Robert W. McChesney
La minería y la lógica de producción destructiva en la
Amazonia brasileña
Raimundo Gomes da Cruz y María Orlanda Pinassi
El extremista discreto
El botón
Guillem Martínez
...Y la lírica
Las muletas (1938)
Bertolt Brecht
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La Biblioteca de Babel
El precio de la desigualdad
Joseph E. Stiglitz
Cambiar de economía / Qué hacemos frente a la crisis
ecológica
Los Economistas aterrados / J. Riechmann, L. González Reyes, Y.
Herrero y C. Madorrán
Inventario de la casa de campo
Piero Calamandrei
Alehop
José Antonio Fortuny
En la pantalla
Manos arriba, esto es un contrato
Vivir entre piedras
Alfredo y Alfonso Infantes Delgado
De otras fuentes
Monólogo de un hombre sentado
Jesús Gómez Gutiérrez
El ocaso del petróleo
Antonio Turiel
Qué ocurre en Cataluña
Enric González
Spinoza y la necesidad de lo colectivo
Manuel Fernández-Cuesta
El ataque alemán desahucia a España
Manuel Ballbé y Yaiza Cabedo
Documentos
Discurso en defensa de la federación republicana (1869)
Francisco Pi y Margall
Foro de webs
Huelga de hambre en Telefónica
Colectivo Prometeo de Córdoba
Contro la crisi
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Meridiano de género: 1
La ficción audiovisual y la violencia contra las mujeres
Pilar Aguilar
La redacción de mientras tanto tiene el placer de inaugurar “Meridiano de
género”, un espacio de reflexión coordinado por Alicia H. Puleo, profesora de
Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valladolid y teórica ecofeminista
que forma parte del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad
Complutense de Madrid. Desde este “meridiano”, miraremos el mundo a partir
de la hermenéutica de la sospecha feminista que se pregunta por los
condicionamientos de género que nos troquelan a todos y todas y, por ello,
justamente, es tan importante descubrir.
***
Ni en las escuelas, ni en las leyes, ni en las familias se afirma ya de manera
palmaria que los hombres sean más que las mujeres (más importantes, más
esenciales y más valiosos). Ahora bien, en vista del gran número de mujeres
que son violentadas y maltratadas de diversos modos hasta llegar al asesinato
y en vista de que, como demuestran numerosos estudios [1], el machismo
está en la base del maltrato y de la violencia contra las mujeres, forzoso es
reconocer que la ideología patriarcal es un constructo que permanece anidado
en el imaginario social, en los mapas afectivos y sentimentales de mucha
gente. Cabe, entonces, preguntarse cómo se trasmite y se interioriza. Los
caminos son variados pero he de reconocer —y tal constatación apena a una
amante del cine como yo— que la ficción audiovisual constituye una poderosa
vía de educación emocional en el machismo.
La anulación simbólica de las mujeres
Pese a los avances que hemos conseguido, el relato de ficción audiovisual
sigue centrando, de forma obstinada, el protagonismo en los varones. Tal
opción no es inocua. En efecto: el protagonista es el que encarna el
significado que el relato propone. Es el eje en torno al cual giran los demás
personajes y los acontecimientos. Es el ser que articula el sentido de la
historia.
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El acaparamiento del protagonismo por parte de los varones nos predica que
ellos son la parte importante de la humanidad, los seres dignos de encarnar
las propuestas significativas, los valores, las normas, la coherencia, las
expectativas, las aventuras físicas y simbólicas que socialmente todos y todas
compartimos. ¿Qué papel construye el relato audiovisual para los personajes
femeninos? Ser las compañeras, o las ayudantes, o el descanso
erótico-sexual, o la perdición, o un obstáculo que se interpone entre los
personajes masculinos y su destino.
Ese mundo ficcional tan tendenciosamente viril conforma, sin embargo,
nuestro ocio, nuestros modelos vitales, nuestro imaginario, nuestra
interpretación de la realidad. Es una educación emocional altamente peligrosa
pues nos dice que el significado y la trascendencia de los personajes
femeninos dependen de la relación que tengan con los varones. Construye a
las mujeres como seres-para-otro, seres subalternos, de segunda clase,
fundados en exigencias narrativas ajenas. Seres que, por lo tanto, carecen de
sentido por sí mismos y solo significan y existen en relación con otro. Tal
mensaje está en la base de una primera y brutal violencia simbólica que es
sustento de todas las demás pues, como bien señala Françoise Collin,
“Cuando el relato de una vida sólo puede narrarse desde la perspectiva de las
otras, el yo es una víctima sufriente que ha perdido el control sobre su propia
existencia” [2].
Entre el silencio y la contemplación morbosa
Otros muchos aspectos coadyuvan al maltrato hacia las mujeres que la ficción
audiovisual ejerce y promueve. Analizarlos, siquiera someramente, es del todo
imposible en estas pocas páginas. Traté el tema con mayor detenimiento en
trabajos anteriores [3]. A ellos remito para quienes deseen profundizar algo
más. Me limitaré aquí a apuntar algunas observaciones.
En primer lugar, cabe destacar que, a pesar del grave y extendido problema
social que constituye la violencia contra las mujeres, muy pocas películas
tratan este asunto. Un film como Te doy mis ojos (Icíar Bollaín, 2003) sigue
siendo una rara avis. Ahora bien, no representar un tema es ya, de por sí, una
forma de invisibilizarlo y menospreciarlo.
En segundo lugar (y lo que es casi peor): cuando se muestran acciones,
palabras, hechos que objetivamente pueden calificarse como violencia
machista, rara vez la instancia narradora construye una mirada de
reprobación o de rechazo. La representación, por el contrario, muestra e
ilustra los hechos como divertidos, justificados, intrascendentes, inexistentes,
patrañas que las mujeres cuentan para vengarse de los pobres varones o para
apoderarse cual parásitos de los bienes que ellos han ganado con esfuerzo.
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Así, en el último análisis de contenido que realicé sobre cine español,
comprobé que, en un 75% de las películas dirigidas por varones, ese era el
modo en el que se filmaba y se mostraba la violencia contra las mujeres:
como asunto ameno, o trivial, o provocado por la mujer y/o, en el fondo,
querido por ésta. Es un dato que debería llamar nuestra atención.
Aclaremos que analicé las 42 películas españolas que tuvieron más público de
las producidas entre los años 2000 y 2006. Concretamente, las 27 más vistas
de las dirigidas por varones y las 13 más vistas de las dirigidas por mujeres.
Cabe destacar que, por el contrario, las realizadoras, siempre que mostraban
violencia contra las mujeres, la representan con rechazo.
Esta modalidad de minimizar y/o “amenizar” el asunto se encuentra, ante
todo, en comedias y melodramas. Los géneros de acción, policíaco, de terror
(grosso modo y por resumir gráficamente: cine estadunidense de “buenos y
malos”) lo representan de otro modo: no quitándole hierro, sino recreándose
en él. El que maltrata, viola, tortura, etc. a una mujer es un “malo”, eso queda
claro. Pero, una vez que se han cubierto las espaldas (las espaldas morales, se
entiende) con una aparente condena, muestran las agresiones a las mujeres
con gran vistosidad y regodeo. Instalan al espectador y a la espectadora en el
voyeurismo contemplativo de la violencia, del sufrimiento y la impotencia de
la víctima. Y digo víctima porque rara vez un personaje femenino alcanza el
estatus de oponente activo. Su salvación, si ha lugar, no dependerá de su
propia iniciativa, valentía, heroicidad, etc., sino de las de otro personaje. Un
caso emblemático que ilustra lo que digo es Copycat, (Jon Amiel en 1995)
aunque otras muchas películas de psicópatas o episodios de series televisivas
como, por ejemplo CSI: El acosador siguen ese esquema representativo.
Aclaremos que los personajes masculinos también pueden sufrir y ser
torturados, pero no se construyen como simples mártires, sino como seres ser
activos y heroicos. Sabemos que, antes o después, lograrán triunfar gracias a
la astucia, la fuerza, la habilidad, el valor. Su sufrimiento es trascendente y
merece nuestra gratitud pues es el precio que pagan por “salvarnos de los
malos”.
Otras modalidades de maltrato
1. El relato como maquinaria de castigo
Frecuentemente, y apelando a los más diversos pretextos y subterfugios, el
relato castiga a las mujeres. Así, en Los pájaros (Hitchcock 1963), se destroza
con gran saña a la protagonista. Ésta, en la primera escena de la película,
aparece alegre, segura de sí misma, independiente, autónoma, moviéndose
con libertad y sabiendo a dónde va, dueña de sus actos, luciendo un perfecto
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moño del que no escapa ni un solo pelo, con un traje-coraza de alta costura,
controlando tanto más sus movimientos cuanto que camina firme sobre
tacones de aguja. Pero, como comenté en otro lugar [4], “Si pasamos a la
última escena, el contraste impresiona: ella surge de la oscuridad, llevada casi
en volandas porque sola ni se sostiene, hecha un guiñapo, sin coraza, sin
corona, sin capacidad de decisión ni tan siquiera de movimientos, idiotizada,
infantilizada, destruida. Luego, es encajonada en un espacio agobiante que,
no por ser reducido, controla. Esa mujer ha sido totalmente sometida e
integrada en la ley patriarcal. Ya ha llegado donde iba. Ya está debidamente
enmarcada en la estructura androcéntrica del esposo, madre del esposo —en
quien él puede delegar las llaves simbólicas [5]— y niña, como elemento de
doble uso: que sirve, por una parte, para activar y actualizar la función
maternal —que tanto juego da y tanto ata— y, por otra, la niña es la posible
trasmisora del mal, la que lo transporta en germen consigo, la que pregunta
con aparente ingenuidad: ‘¿Puedo llevarme los periquitos?’. No en vano todas
somos hijas de Eva y herederas de Pandora”.
2. Subterfugios
A menudo, los films muestran mujeres vejadas, maltratadas, humilladas e
incluso asesinadas que, lejos de defenderse o quejarse, parecen encantadas
con lo que les ocurre. El masoquismo femenino es, por supuesto, “un clásico”.
Pero pensemos estas frases de Jutta Brückner: “En el seno del imaginario se
realizan experiencias que no quieren o no pueden hacerse realidad porque
conducen a zonas que son el límite mismo de toda experiencia. La
imaginación calma los deseos fantásticos, no los deseos reales. Cuando las
mujeres soñaban (y sueñan) con sujeción sexual no es por deseo, por ejemplo,
de ser violada en el sucio pasillo de una casa sino por deseo de verse
totalmente sumergida y perdida en sus propios deseos” (Brückner 1982b:
122) [6].
Y veamos lo que ocurre en Belle de jour (Buñuel, 1967). La protagonista tiene
fantasías masoquistas. Podría representarlas y escenificarlas pidiendo a su
marido la incorporación de rituales sádicos en su relación sexual, o buscando
a un joven atractivo y complaciente para que “la maltrate” en un guión
controlado por ella misma. Pero no, lo que hace es poner su cuerpo a
disposición de los “clientes” de un prostíbulo para que ellos la humillen, la
desprecien, la usen como les apetezca.
En este film, sin embargo, como señalé en otro lugar [7], el “cliente”
masoquista —eminente profesor de universidad— que también gusta de ser
humillado y castigado “sí distingue perfectamente entre deseos imaginarios y
plasmación de esos deseos. No deja, pues, su cátedra y se pone a servir a una
marquesa tiránica que lo humille y maltrate realmente. En la realización de su
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fantasía sadomasoquista, él no dimite de su poder. Al contrario: elige pareja,
vestuario, guión, tiempo y modos. Es decir, el cliente no quiere la realidad,
quiere la fantasía, quiere una puesta en escena masoquista en la que él lleve
las riendas. Quiere una representación de la que él sea el director”.
El placer masoquista que se les atribuye a las mujeres también se muestra, a
menudo, cuando se representan violaciones y, sobre todo, la prostitución. La
mayoría de las películas dirigidas por varones [8] que muestran mujeres
prostituidas, no construyen una representación de rechazo. Ocultan, por
supuesto, la miseria y la trata (que es lo que sustenta el 99% de los casos de
mujeres prostituidas en Occidente), o el pasado traumático (que es lo que hay
detrás de un 0,99% restante). Muy al contrario, las prostitutas suelen ser
vocacionales y sentirse felices [9].
3. El amor como pretexto de sumisión
Un excelente y muy utilizado subterfugio para que las mujeres sufran y se
muestren dispuestas —cuando no encantadas— con ello es el amor. Bajo
todas sus formas pero preferentemente amor romántico y amor de madre.
Tomemos, por ejemplo, el caso de Rompiendo las olas (Lars von Trier, 1995).
So pretexto de que la protagonista ama a su esposo, la película hace una
apología del maltrato y la violencia de género. Así, al sufrir el accidente, él le
pide a ella que haga el amor con otros hombres, pues sostiene que tal cosa le
ayudará a sanar (¿?). “Hacer el amor” no significa que ella tenga que sentir
amor, ni deseo, ni, por supuesto, placer. Significa que ha de poner su cuerpo
al servicio de cualquier varón y soportar que éste le haga lo que le plazca,
incluso que la torture. De hecho, cuanto más sufrimiento, más amor. Suprema
lección de “generosidad” que terminará con la muerte de ella y, a cambio, con
la sanación del ser amado. ¡Oh, maravillosa recompensa!
Otro ejemplo memorable es Crepúsculo (C. Hardwiche, 2008). Analizado
fríamente, el planteamiento de la película eriza la piel. Cuando él le confiesa
que es un asesino depredador que ya ha matado, ella dice: “No me importa”.
Cuando él insiste en que también la quiere matar a ella y que nunca ha
deseado tanto la sangre de un humano, ella responde: “Confío en ti”. Por
amor, la protagonista está dispuesta a hacer cualquier cosa. No en vano la
primera frase del film es: “Nunca me había planteado la forma de morir, pero
morir por amor me parece una buena manera de hacerlo”. Pasma la
naturalidad con la que se liga amor y muerte. El colofón es la escena final, en
el baile. La chica, tiene una pierna rota (¿nueva versión “mujer con la pata
quebrada y en casa”?). Así, cuando él le propone que bailen, lo que hace es
subirla encima de sus propios zapatos. Es, pues, él quien baila por los dos. Ella
es llevada, pues ya no tiene movilidad propia. La escena representa
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simbólicamente la aceptación de las mujeres para que un hombre las “haga
suyas” y las lleve por donde han de ir.
En el apartado “madres” también muchas y diversas películas proponen el
sufrimiento de las mujeres e incluso a la muerte como muestra de amor. Así lo
hace Bailar en la oscuridad (Lars Von Triers, 2000). Lo hace también —aunque
en tono menos dramático— Cándida (Guillermo Fesser, 2006). Ambos films
son una loa a las mujeres que aceptan sacrificarse por amor (materno en este
caso).
Para darse cuenta de ello, basta con pensar en una película que retratara la
vida de un protagonista masculino tan salvajemente explotado como lo es
Cándida. Casi con toda certeza nos presentaría la rebelión (o, al menos, el
intento de rebelión) del sujeto sometido. Sería extremadamente inusual que la
víctima no se liberara o tratara de liberarse. Cándida, por el contrario, no sólo
no se rebela sino que, pudiendo escapar, elige volver a su martirio. Vuelve
para cuidar a “sus polluelos” —palabra que, aplicada a personas totalmente
adultas y explotadoras, resulta una incongruencia total—.
4. Un ejemplo indignante
Quiero terminar comentando siquiera brevemente Carmen (V. Aranda, 2003)
que es un canto apoteósico al asesinato de mujeres. Invito a l@s lectores y
lectoras a que la vean y observen la puesta en escena, el decorado, la
actuación de los actores, el vestuario, etc., de la secuencia en la que Don Jose
mata a Carmen. Fíjense en los planos que contraponen “la Virgen y la puta”.
Vean los contraplanos de él, víctima suplicante ante esa mala mujer, a la que,
sin embargo, le ofrece todo lo que tiene y, por supuesto, su perdón. Frente a
un sufrimiento tan sobrecogedor, ella, con gestualidad convulsiva,
incongruente e histérica, se pasea —y se ofrece ante los espectadores—
desnuda (el mantón solo es el toque “racial español”).
Tampoco se asusta cuando él saca la navaja. Al contrario. Se le acerca, se
coloca la faca en su propio pecho, le pide que la mate y se lanza a besarlo con
pasión. Es más, al hincarle él la hoja (con sonido incorporado para añadir un
punto de regusto sádico), Carmen muestra una expresión de placer
orgásmico. La escena acaba con un movimiento envolvente de cámara
mientras ella cae “estéticamente” a los pies de don José. La orquesta
sinfónica acompaña sin retención alguna tan bello suceso en un apoteósico
plano cenital…
Nótese que, en comparación con la novela de Merimée (escrita hace 160
años), esta versión es mucho más reaccionaria. Con ello no quiero decir que la
novela sea feminista, ni mucho menos. Describe una sociedad patriarcal
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donde las mujeres, a lo sumo, llegan a reconocer su deseo, aunque aún no se
atreven a considerarlo legítimo.
La ópera Carmen (1876) hace una propuesta mucho más avanzada. En ella,
Carmen no sólo reconoce su deseo sino que lo reivindica. Afirma
explícitamente: “Carmen, libre nació y libre morirá”. Tanto el personaje de la
novela como el de la ópera saben, sin embargo, que los varones siguen
teniendo todo el poder, incluido el de matarlas. Saben, pues, que serán
asesinadas, pero no disfrutan con ello. No piden morir, ni se lanzan a besar
apasionadamente a su asesino.
Ser individuo no es un asunto individual
Hemos luchado mucho para hacer que lo personal se considere político.
Gracias a esas luchas, al revés de lo que ocurría hace siglo y medio, la
violencia contra las mujeres está explícitamente condenada por las leyes en el
mundo occidental. Las propuestas narrativas que se nos hacen continúan, sin
embargo, y de forma masiva, justificando por los más diversos caminos estos
maltratos, atropellos y asesinatos: nos niegan el papel de sujetos, insisten en
que a las mujeres “les va la marcha” y predican que el amor todo lo bendice,
incluido el asesinato.
Como acertadamente señala Amelia Valcárcel, “Ser individuo no es asunto
individual”. Necesitamos, por lo tanto, representaciones audiovisuales que
concedan protagonismo a las mujeres, que valoren sus experiencias, que no
resuman sus vidas en la historia de amor, que no consideren que su destino
es ser-para-otro. Desde luego ya hay films —aunque sean minoría— que lo
hacen. Así ocurre casi siempre en los dirigidos por mujeres y, por ello, es
necesario promover y apoyar desde todos los ángulos el trabajo de las
directoras. Necesitamos miradas nuevas que nos ayuden a construir un
mundo más equilibrado, más justo, más sano para todos los seres humanos y,
por supuesto, para las mujeres.
Notas
[1] Ferrer, V. y Bosch, E. (2002), La voz de las invisibles, Madrid, Cátedra.
—, “La violencia de género: de cuestión privada a problema social”, en Revista de
Intervención Psicosocial, vol. 9, 2000, n.º 1.
[2] Collin, F. "Por una ética de los limites" en Isegoría. Revista de Filosofía Moral y Política, n.º
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6, monográfico, noviembre, CSIC, 1992.
[3] Aguilar, Pilar: “El cine, una mirada cómplice en la violencia contra las mujeres” en Ángeles
de la Concha (coord.), El sustrato cultural de la violencia de género, Madrid, Síntesis, 2010,
pp. 241-276; “La violencia contra las mujeres en el relato mediático”, en Claves de la Razón
Práctica, n.º 126, 2002, pp. 75-78; “La violencia sexual contra las mujeres en el relato
audiovisual”, en Pedro Sangro y Juan F. Plaza (eds.), La representación de las mujeres en el
cine y la televisión contemporáneos, Barcelona, Laertes, 2010, pp. 141-158
[4] “El cine, una mirada cómplice en la violencia contra las mujeres”, op. cit.
[5] Numerosas películas muestran (con mayor o menor distanciamiento crítico y con diversas
focalizaciones) este temible tipo de mujeres depositarias reales y/o simbólicas de las llaves
patriarcales: Rebeca (Hitchcock, 1940), Encadenados (Hitchcock, 1946), Al rojo vivo (Raoul
Walsk, 1949), Inch'allah dimanche (Yasmina Benguigui, 2002), etc.
[6] La traducción es mía.
[7] “El cine, una mirada cómplice en la violencia contra las mujeres”, op. cit.
[8] Algo muy distinto ocurre con los films dirigidos por mujeres. Así, los cortos Miente (Isabel
de Ocampo, 2009) y Escúchame (Mabel Lozano, 2011) o el largo Evelyn (I. de Ocampo, 2012).
[9] Traté el tema con mayor detenimiento en Prostitución. Ataque directo a los derechos
humanos, Comisión de Violencia del CELEM, Madrid, pp. 9-30.
[Pilar Aguilar es ensayista y crítica de cine. Licenciada en Ciencias
Cinematográficas y Audiovisuales por la Universidad Denis Diderot de
París, entre sus últimos trabajos cabe destacar “La representación de
las mujeres en las películas españolas: un análisis de contenido”, en
Fátima Arranz (coord.), Cine y género en España, Cátedra, 2010, y
“La prostitución en el cine: una historia de agitación y propaganda”,
en VV.AA., Prostitución: ataque directo a los derechos humanos,
Comisión de Violencia de CELEM, 2010]
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La red global de control corporativo
José A. Estévez Araújo
En el mundo actual, las empresas transnacionales detentan un enorme poder.
No es fácil calibrar las dimensiones del mismo. Pero, al menos, han de tenerse
en cuenta los siguientes componentes:
Por un lado, con la globalización se ha producido un aumento del tamaño de
las empresas. En la lista de las 200 mayores economías del mundo
encontramos alternándose, tanto empresas como estados. Por tanto, hay
empresas que tienen un volumen de negocios superior al PIB de muchos
estados. No estamos hablando de estados pequeños o de países del Sur.
Wal-Mart tiene un volumen de negocios superior al producto interior bruto de
Austria o Suecia y Exxon Mobil es más poderosa económicamente que
Turquía.
Las empresas transnacionales han tenido que aumentar de tamaño para
competir en un mercado global. El incremento de sus dimensiones se ha
llevado a cabo mediante la adquisición de otras empresas o mediante las
fusiones entre dos o más firmas. La compra de empresas privatizadas ha sido
otro de los mecanismos por medio de los cuales las empresas han
incrementado su tamaño.
Con la mundialización de la producción se han generalizado, además, las
llamadas "cadenas globales de valor". Se trata de redes transnacionales de
factorías y empresas dirigidas a la fabricación de un único producto o gama
de productos. Las cadenas globales de valor suelen estar integradas por
multiplicidad de empresas, muchas de ellas subcontratistas de una gran
transnacional. Para calibrar el poder económico actual de las grandes
transnacionales no es suficiente con analizar su volumen particular de
negocios, sino que es necesario tener en cuenta también la dimensión de las
cadenas globales de valor que controlan.
Aparte de su poder económico, las empresas transnacionales tienen un
ingente poder político en el mundo de la globalización. Este poder lo ejercen
mediante los acuerdos estratégicos que adoptan en el seno de sus
asociaciones y también por medio de los mecanismos de presión e influencia
sobre los poderes políticos. Los lobbies empresariales juegan un papel
determinante tanto en la política estadounidense como en las decisiones de la
Unión Europea. El fenómeno de las llamadas "puertas giratorias" permite el
trasvase de directivos entre las empresas privadas y las administraciones
estatales. Este fenómeno es especialmente intenso en el sector financiero. Las
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empresas también ejercen una poderosa influencia por medio de la
financiación de las campañas de los partidos políticos.
Todo ese inmenso poder está relativamente poco estudiado y nada
controlado. El Centro de Empresas Transnacionales de Naciones Unidas, que
hubiera podido hacer un seguimiento sistemático de la actividad de las
corporaciones fue cerrado a mediados de los años noventa por presión de
éstas. Sin embargo, tres miembros del Instituto Federal Suizo de Investigacion
Tecnológica han publicado un estudio sobre la “Red del control corporativo
global” que analiza un aspecto esencial del poder de las transnacionales que
no había sido estudiado rigurosamente hasta ahora. Dicho trabajo puede
verse en:
http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.00259
95
El estudio pretende determinar cómo está distribuido el poder de control
sobre las corporaciones a partir del análisis de las participaciones
accionariales que unas corporaciones tienen sobre otras. Se trata del primer
estudio que se publica sobre las redes empresariales a nivel global. En total,
se analizan 43.060 transnacionales y 1.006.987 participaciones accionariales
de unas corporaciones en otras. Mediante la metodología de la arquitectura de
redes y un impresionante aparato matemático, el estudio hace un análisis
topológico que nos muestra la estructura de la red corporativa mundial.
El artículo está basado en la investigación realizada para la elaboración de
una tesis doctoral titulada “Ownership Networks and Corporate Control:
Mapping Economic Power in a Globalized World”, presentada por James B.
Glattfelder. De acuerdo con las conclusiones de dicha tesis, el núcleo central
de la red de control corporativo mundial tiene una estructura de "corbata de
pajarita". En la tesis se incluye un gráfico que constituye una representación
de esta estructura.
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En el gráfico puede verse que el conjunto de empresas situadas en la corbata
de pajarita acumulan casi el 80% del control del poder corporativo mundial.
Estamos hablando de 737 compañías. Más aún, en el nudo de la corbata
podemos encontrar una "súper entidad" de 147 empresas que controlan el
38,4% del poder corporativo. El 75% de la propiedad de estas corporaciones
está en manos de otras corporaciones de la súper entidad, por lo que sus
intereses se encuentran fuertemente entrelazados. Y tres cuartas partes de
las empresas de la súper entidad son intermediarios financieros. Las
corporaciones europeas y las estadounidenses están vinculadas precisamente
a través de estos intermediarios financieros. Unas pocas entidades financieras
ejercen, pues, un poder decisivo sobre el conjunto de la red corporativa
mundial.
En el trabajo se incluye también una lista de las 50 empresas con un grado
mayor de control corporativo. De ellas, 48 están en la pajarita y 35 en el nudo
de la pajarita. 45 de las 50 son empresas financieras. Estas 50 empresas
concentran en sus manos el 39,78% del control de la red corporativa global.
La lista la encabeza Barclays, un banco que fue sancionado este año por
manipular el Euribor. También encontramos en ella a Goldman Sachs, una
empresa implicada en la estafa de las hipotecas basura.
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Tras esta superentidad encontramos a un auténtico club internacional de
superricos con intereses comunes y que probablemente se conocen
personalmente todos entre sí. Muchos de los problemas que afectan hoy al
mundo pueden ser el resultado de decisiones adoptadas por ellos durante sus
partidas de golf. La cuantificación que calibra con precisión el poder
concentrado en manos de esta clase capitalista transnacional permite
entender por qué siguen existiendo los paraísos fiscales, por qué no se ha
logrado regular los mercados financieros, por qué las agencias de rating
siguen campando a sus anchas o por qué no se ha logrado establecer la tasa
Tobin. El poder de esta súper entidad es tan grande y está tan concentrado
que ningún poder político parece capaz de hacerle frente.
26/11/2012
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Cuaderno de depresión: 15
Albert Recio Andreu
¿El fin de las clases medias?
I
Uno de los temas que más preocupa en muchos medios y sectores sociales es
el que la crisis está provocando la desaparición de las clases medias. Analizar
cómo afecta el desarrollo económico a la configuración de las clases sociales
ha sido siempre una preocupación del pensamiento transformador. Un
elemento esencial para elaborar un proyecto político realista. Lo que sigue son
unos apuntes apresurados sobre los cambios en curso.
El concepto de clase media es bastante confuso y cada cual lo interpreta
como quiere. En los viejos análisis de clase, la media se asociaba a los
sectores de pequeños propietarios, pequeños capitalistas, autónomos
—básicamente una clase media no asalariada, como mucho inlcuyendo un
pequeño segmento de asalariados con un particular estatus social:
funcionarios públicos, cuadros medios de las empresas etc.—.
El capitalismo keynesiano y el posterior neoliberal han provocado una
sustancial transformación de la estructura social que ha dejado bastante
descolocados los viejos esquemas del marxismo clásico. Las capas medias no
asalariadas han tendido a desaparecer a medida que la concentración de
capital, la industrialización de la agricultura y la transformación del comercio
han reducido el peso de los no asalariados en la estructura social. La inmensa
mayoría de la población es hoy asalariada, pero dentro de ésta se ha
desarrollado una enorme segmentación y diferenciación social, asociada a los
cambios en la organización empresarial, al sector público y al desarrollo
tecnológico. Un desarrollo que ha generado un amplio segmento de empleos
en los que se requiere un nivel elevado de educación formal y que suelen
estar asociados a niveles salariales relativamente altos, cierto prestigio social,
una idea de carrera profesional y mayor estabilidad en el empleo, en relación
a los empleos comunes, “manuales” (todos los empleos suelen requerir
implicación mental y física), de la industria y los servicios. El primer grupo es
el que forma lo que podríamos llamar el bloque de las capas medias
asalariadas, diferenciado en muchos aspectos de la clase obrera tradicional.
Aunque en muchos casos se confunde clase media no sólo con este segmento
de asalariados sino con el conjunto de los que han podido alcanzar ciertas
cotas de consumismo gracias a un cierto nivel de ingresos y de estabilidad. En
los años buenos, esto también estaba al alcance de una parte de la clase
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obrera tradicional, especialmente la de las grandes industrias o la élite de la
construcción.
Como los niveles de gasto dependen más de la estructura familiar que de los
ingresos individuales, esta extensión del consumismo y la seguridad
económica se extendía incluso a asalariados, especialmente mujeres, con
bajos salarios y empleos cortos, a condición de que formaran parte de familias
con algún miembro en el sector estable. Al final, más que una sociedad con
sectores muy definidos, lo que ha caracterizado nuestra estructura social es
una enorme diversificación de condiciones laborales y de ingresos, una
estratificación cuyo elemento dominante es la posición laboral de cada cual
mitigada o reforzada por su posición familiar, lo que de forma simplista
podríamos resumir en una clase media asalariada básicamente formada por
personas con altos niveles educativos y/o formando parte de los niveles
superiores de las estructuras empresariales, y una clase obrera
(mayoritariamente masculina) con un segmento de empleo estable y otro
segmento ligado a empleos precarios.
El aspecto del nivel educativo siempre me ha parecido crucial no sólo porque
presenta una evidente correlación con la posición laboral, sino sobre todo
porque tiene una influencia importante en la configuración de actitudes,
valores, percepciones sociales. Al fin y al cabo, la educación es un proceso
que ocurre en las etapas iniciales de la vida. Los que superan las distintas
barreras educativas tienden a autoconvencerse de su mérito y capacidad. Su
formación les orienta hacia una visión de la vida en la que predominan ideas
como la vocación —a menudo se confunde trabajo asalariado con realización
personal—, la carrera competitiva, o el predominio de la acción individual. Los
demás llegan a la vida laboral con un fracaso inicial y, excepto en aquellos
países y contextos en los que se ha desarrollado un sistema de formación y
reconocimiento profesional, se ven de por vida condenados a un trabajo poco
reconocido que sólo quieren hacer quienes no tienen otra opción. Por ello el
comportamiento de las clases medias asalariadas ha tendido a ser bastante
diferente en términos de acción social. Basta con ver su comportamiento en
los conflictos laborales o la distribución del voto por barrios o pueblos para
captar la existencia de un comportamiento claramente diferenciado (y no
estoy sugiriendo que la clase media sea esencialmente reaccionaria y la clase
obrera esencialmente de izquierdas, sino que pueden verse diferencias en su
forma de ser de izquierdas o de derechas: por ejemplo en Francia los reductos
de clase obrera tradicional votan más al PCF y al Frente Nacional que allí
donde predominan las clases medias asalariadas).
II
Las dos crisis anteriores del período neoliberal (las de 1980-1985 y la de
18
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1991-1994) habían golpeado especialmente al segmento superior de la clase
obrera por la vía del cierre de fábricas y las deslocalizaciones. Las clases
medias asalariadas vivieron estas crisis como una cuestión ajena. En nuestro
país una cuestión esencial para ello fue el desarrollo de un amplio volumen de
empleo público y semipúblico (educación, sanidad, administración pública...)
que ha sido el principal generador de oportunidades para estos sectores,
especialmente para la consolidación de un amplio espacio de empleo
femenino educado. También la expansión de las estructuras burocráticas de
las empresas, el crecimiento de actividades intermediarias —finanzas,
seguros, asesorías diversas...— e incluso el hecho de que, allí donde se
producían ajustes, éstos solían tomar la forma de prejubilaciones
relativamente generosas que retiraban de la vida laboral asalariada a gente
que en otras condiciones hubiera pasado a integrar las filas de la pobreza. La
emigración del empleo industrial y la precarización de las condiciones
laborales en los servicios podía incluso mejorar la situación vital de los
asalariados del nivel superior al permitirles acceder a bienes y servicios
abaratados por el inicio del hundimiento de los derechos de los segmentos
tradicionales de clase obrera. Al fin y al cabo, el neoliberalismo se ha
mantenido con un consenso social suficientemente amplio, manteniendo
formas políticas democráticas que exigen un cierto consenso social.
Lo que cambia en la crisis actual es que por primera vez en la historia también
llega a los segmentos de clase media asalariada. En ello tienen mucho que ver
las politicas de ajuste del sector público. O los últimos coletazos de la
reestructuración del sector financiero (y de otros sectores empresariales) en
condiciones completamente diferentes de las anteriores. Especialmente la
gente jóven percibe que el cambio en las reglas del juego está rompiendo sus
posibilidades de carrera, su proyecto individual. En cierto modo están
experimentando que su condición de asalariados se parece mucho más de lo
que pensaban a la del resto de asalariados. Y que en conjunto padecen un tipo
de problemas parecidos. Por primera vez en la historia los distintos segmentos
de asalariados están confrontados a un mismo tipo de ofensiva global y se
enfrentan a una misma versión descarnada de la estructura profunda de la
lógica capitalista.
III
El que los problemas de inseguridad económica extrema, depreciación laboral,
empobrecimiento, etc., afecten a todos por igual abre la oportunidad de
desarrollar una nueva perspectiva social igualitaria. Pero ésta no está
garantizada de antemano. No es seguro que la reacción dominante de los
devaluados asalariados “cultos” vaya a consistir en implicarse en un proyecto
social colectivo. En su formación personal muchos y muchas arrastran
demasiado individualismo, autoestima, sentido de superioridad moral e ilusión
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en sus propias posibilidades como para pensar que está garantizada una
respuesta progresista. En bastantes jóvenes la respuesta más fácil parece la
de “salida” (emigrar a países donde confian que su valía tendrá posibilidades)
que la de “voz”. Y no es descartable que en otros se produzca un cierre
nihilista que les incapacite para la acción colectiva y les convierta en
resentidos de por vida. La historia, por desgracia, muchas veces se desarrolla
por el lado oscuro.
Pero existe al menos una posibilidad de transformar la “igualación a la baja”
que están generando las políticas de ajuste neoliberal en la ampliación de una
base social amplia que reclame un verdadero modelo social igualitario. Un
modelo que genere una vida y un trabajo dignos a todo el mundo. Que
clarifique qué actividades sociales son verdaderamente relevantes para el
bienestar social y cuáles son accesorias. Que promueva un modelo social que
garantice a todo el mundo seguridad económica básica y posibilidad de
desarrollo personal. Muchas de las propuestas de ecologistas, feministas y
reformadores sociales dan pistas para construir estas propuestas. Pero exigen
una intensa labor cultural y social para construir un bloque capaz de generar
una alternativa real a la dictadura neoliberal.
Dependencia endémica (Notas sobre los problemas estructurales de
la economía española, 1)
De las grandes crisis se sale con cambios estructurales en el funcionamiento
de la economía, en su regulación, en sus instituciones. El impacto desigual de
las crisis en distintos territorios es en parte resultado de su distinta estructura,
de su posición en la economía global. Un buen diagnóstico de la situación es
básico para promover respuestas adecuadas. Lo que no siempre supone que
éstas sean fáciles de aplicar ni que tengan resultados inmediatos, de igual
modo que una enfermedad puede estar bien diagnosticada y en cambio
desconocerse la forma de combatirla.
La economía española padece unos problemas que explican su diferencial de
destrucción de empleo, la mayor gravedad de la situación. Al principio de la
crisis se hicieron algunos diagnósticos acertados, quizas porque eran tan
fáciles de reconocer que no se requería un gran nivel de experiencia
profesional para llevarlos a cabo. Uno era el papel del sistema financiero a
escala global. El otro, más local, era culpar de los males del problema al
hiperdesarrollo constructivo. Los poderes financieros han conseguido aguar la
insistencia en reformas profundas de su actividad, en gran medida porque han
logrado endosar el problema del endeudamiento a los estados y transformar
así una crisis de endeudamiento privado en políticas de ajuste público. En los
últimos meses en España los problemas de la deuda exterior, la prima de
riesgo y los recortes públicos han vuelto a dejar fuera de foco la cuestión
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primordial de la deficiente estructura productiva del país.
Peor aún, viendo las cosas que promueven las élites políticas más bien parece
que confían en un nuevo boom inmobiliario para reflotar la economía. Y de
ello tenemos buenos indicios. Primero fue la vergonzosa competición entre
Madrid y Barcelona por atraer Eurovegas, ahora ha sido la oferta de permisos
de residencia a los compradores de viviendas, y de forma contínua están las
referencias de De Guindos a que el banco “malo” servirá para revigorizar el
mercado inmobiliario (quizás esperando con ello que olvidemos lo que es
evidente: que se trata de una nueva transferencia de fondos al sector
bancario). Y es que lo inmobiliario tiene un largo recorrido en la economía
española y su impulso parece mucho más fácil que el promover otras salidas.
Se olvida con ello una de las cuestiones que a mi entender es básica para
explicar nuestra situación diferencial: la economía española genera
sistemáticamente un deficit comercial resultado de nuestra particular
estructura productiva y nuestro particular modelo de consumo. En el gráfico
podemos observar que las exportaciones siempre han sido sustancialmente
inferiores a las importaciones, y el diferencial sólo se ha reducido cuando el
consumo interno se ha hundido (más o menos como si una persona sólo
perdiera exceso de peso cuando padeciera una enfermedad grave):
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Fuente: INE, Estadísticas de Comercio Exterior
Puede objetarse que en este desequilibrio no se tienen en cuenta los ingresos
por servicios, especialmente los turísticos, pero aún considerando estos
ingresos el resultado neto sigue siendo negativo (en 2010, un año de crisis, la
contribución neta negativa del sector exterior continuaba siendo de 2,1
puntos del PIB). Ello supone que en su funcionamiento normal la economía
española requiere un continuo endeudamiento frente al exterior, lo que sin
duda explica una parte importante de los problemas macroeconómicos del
país. Sin moderar o equilibrar esta situación la única forma de mantener el
actual modelo es consiguiendo atraer un flujo de entrada de capitales
permanente, algo que parece ser a medio y largo plazo poco realista, pues no
contamos con un sector financiero hegemónico como el que permite hacer
esto a Estados Unidos y Reino Unido.
Las razones de este desequilibrio son diversas. Una es la enorme dependencia
energética y de materiales. Otra es la especialización productiva: fabricamos
bienes distintos a los que consumimos (por ejemplo producimos coches
pequeños y compramos coches grandes, consumimos electrónica de
importación...). A esta especialización negativa se ha llegado por una serie de
factores diversos: decisiones de las élites locales (priorizar la construcción y
despreciar la inversión en bienes sofisticados, que comportan más esfuerzo en
investigación y formación profesional), control de muchos sectores
productivos por grandes multinacionales y promoción de un modelo de
consumo impulsor de las importaciones. Y una tercera, y no menos
importante: un euro sobrevalorado ha reducido las posibilidades de desarrollo
de parte de la industria local, situación agravada por la política alemana de
austeridad (básicamente caída del salario real, sobre todo en el sector
servicios), que ha provocado una caída de las exportaciones del sur de
Europa.
Alterar está situación exige tomar muchas medidas y hacer frente a las
resistencias de los beneficiarios de la situación actual. Pero precisamente por
tratarse de una cuestión de largo recorrido exige tener claras algunas de las
líneas de actuación. Una, obvia es una política energética que no sólo
promueva el desarrollo de energias renovables sino que reorganice la vida
social (transporte, urbanismo etc.) en términos de reducción del consumo.
Otra, la reorganización de actividades que promuevan circuitos más cortos de
producción-consumo, por ejemplo en el sector alimentario, Otra obvia, de
desarrollo tecnológico y profesional También una política de austeridad de
otro tipo, orientada a reducir las importanciones de bienes de lujo y los
consumos suntuarios que tienen efectos dañinos en términos sociales,
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ecológicos y macroeconómicos, algo que debe ir necesariamente acompañado
de políticas “culturales” que lo hagan entendible y aceptable. Y cómo no, una
política exterior orientada a cambiar el modelo actual de integración europea.
Estos deberían ser los elementos prioritarios de las políticas anticrisis. Su no
consideración, la dependencia endémica respecto a un modelo de desarrollo
palpablemente insostenible, muestra que nuestros lideres políticos están en la
inopia, o simplemente que nos engañan para mantener el statu quo.
* * *
¿Vuelve la estanflación? Contradicciones de la economía neoliberal
La crisis de la década de los setenta condujo a la liquidación de las políticas
keynesianas y del capitalismo de pacto social. A ello dedicaron muchos
esfuerzos los grandes grupos de poder económico. Uno de los frentes de
batalla fue el de la economía académica y su influencia sobre el diseño de lla
política económica. Un trabajo de largo alcance en el que tuvo un papel
fundamental la elaboración de una nueva teoría de la inflación y el desempleo
(en realidad, una reformulación de la muy vieja teoría neoclásica
prekeynesiana). Los economistas keynesianos basaban parte de las recetas
de intervención en un esquema de "curva de Philips" según el cual existía un
cierto trade-off entre paro e inflación, Cuando el desempleo era grande, se
podía reducir mediante medidas expansivas que podían generar algo de
inflación. Cuando ésta se consideraba excesiva, se podía moderar mediante
medidas que frenaran el empleo. Economistas neoliberales como Friedman o
Phelps argumentaron que este intercambio era en realidad ficticio, puesto que
existía un nivel desempleo imposible de reducir por medidas de expansión del
gasto público. En ese contexto, las medidas expansivas sólo generarían
inflación sin crear empleo, o sea, “estanflación”. A este nivel de paro
irreductible por medidas expansivas le llamaron “tasa natural de desempleo”,
posteriormente reformulada como “tasa de desempleo no aceleradora de la
inflación” (habitualmente citada por su acrónimo inglés NAIRU). El nivel de
esta tasa dependería, fundamentalmente, de las instituciones que impedían
que el mercado laboral fuera flexible y que los salarios bajasen cuando había
desempleo, desincentivando así a las empresas a contratar a más gente.
Lógicamente, para estos economistas el nivel de la NAIRU depende de
factores como los mecanismos de protección al empleo, el modelo de
subsidios de desempleo, el poder sindical, la existencia y cuantía del salario
mínimo etc. De ahí que su receta ante el crecimiento del paro sea siempre la
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de promover reformas estructurales del mercado laboral, del tipo que vienen
aplicándose desde hace casi treinta años en nuestro país. Lo que acabó por
convencer a muchos escépticos en la bondad de esta teroría es que a mitad
de los años setenta, tras el alza del precio del petróleo, se produjo una fase de
estanflación. Aunque posiblemente la flauta sonó por casualidad, eso fue
suficiente para ganar la voluntad de muchos economistas adiestrados en
considerar que los mercados son la mejor forma de organizar la actividad
económica.
Han pasado cuatro décadas. El debate teórico sobre la NAIRU ha pasado
diversas vicisitudes en las que no es el momento de entrar. Pero, salvando las
distancias, en el caso español estamos afrontando una cierta situación de
estanflación en un contexto totalmente diferente del sugerido por los teóricos
neoliberales. Es cierto que el nivel de inflación actual (del 3,5%) es realmente
moderado respecto a épocas pretéritas (llegó a alcanzar el 27% en 1977) y
nada comparable con el que han experimentado muchos países en desarrollo.
Pero es realmente insoportable según los parámetros oficiales de la Unión
Europea. De hecho, ya en plena crisis, en 2008, el Banco Central Europeo
aumentó el tipo de interés (acelerando el derrumbe) alegando el peligro de
inflación cuando ésta estaba por debajo de aquella cota. O sea, que de
mantener esta lógica la situación actual podría provocar una nueva
contracción monetaria por parte del BCE. Y lo realmente relevante es que esta
“aceleración” de la inflación se produce en medio de una situación de
desempleo masivo, caída de los salarios reales y aplicación de unas reformas
estructurales del mercado laboral de gran calibre. No parece pues que, en
este caso, el “rebrote” inflacionario pueda explicarse en absoluto por una
rigidez del mercado laboral, sólo concebible en la imaginación de algún
dogmático economista neoliberal.
Al analizar los factores que promueven la inflación actual se percibe alguna de
sus causas básicas. Una se encuentra en las propias políticas de ajuste, en la
aplicación de fuertes aumentos en el IVA y otros impuestos indirectos (así
como en las tasas públicas, en la introducción del copago sanitario etc.).
Quizás podemos esperar que este impulso inflacionario se moderará una vez
pasado el proceso de implantación de las nuevas tasas, pero en tanto se
mantengan las políticas de mercantilización de los servicios públicos cabe
esperar nuevos shocks futuros de indudable contenido inflacionario. El otro
gran componente es el aumento de los precios de la energía y de alguna otra
materia prima industrial. Puede que en este caso se combinen dos efectos
diferentes. Uno de índole local: el carácter oligopolístico de las empresas
energéticas locales, reforzado por las políticas privatizadoras y liberalizadoras
de los últimos años. El otro más estructural: el impacto a escala planetaria de
unos recursos limitados (o en declive según algunos estudiosos del pico del
petróleo) frente a una demanda que sigue en crecimiento o que es muy
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inflexible a la baja. Se trata en este caso de un problema de largo recorrido y
para el que la economía dominante no tiene otras respuestas que la confianza
ciega en que el mercado promoverá la aparición de soluciones tecnológicas, o
la esperanza de que los precios acabarán por reducir la demanda excesiva (lo
que supone despreciar el coste social que genera el desempleo masivo y la
asignación de un recurso escaso por el simple criterio de la ley del poder
económico de cada cual).
No es casual que el precio del petróleo, que ya provocara la estanflación de
los setenta, provoque ahora parte de estas menores pero renacidas tensiones
de precios. Alguno de los críticos de la NAIRU ya explicó en su día que fue una
justificación oportunista por parte de los economistas neoclásicos lo que les
permitió utilizar aquel alza de los precios como demostración de la bondad de
sus tesis. Lo que ahora resulta evidente es que la modesta inflación que
padecemos (y que ayuda a deteriorar aún más los salarios reales devaluados
por los recortes y los ajustes empresariales) muestra claramente la
incapacidad del esquema neoliberal para explicar un fenómeno que puede ser
paradójico.
Hay dos corolarios de todo esto, El primero es que estamos ante una
oportunidad de cuestionar con evidencias sólidas la calidad de los esquemas
analíticos que se aplican para desarrollar políticas económicas. Es una
modesta tarea académico-política, pero pese a ello totalmente necesaria para
erosionar el prestigio de los mismos. El segundo y más importante, que es
plausible que la tensión inflacionista que refleje en buena parte la tensión
entre nuestra base tecnológico-productiva y las limitaciones palpables de
algunos recursos naturales. La única forma de evitar que estas tensiones se
traduzcan en más locura de ajustes neoliberales es promover cambios en las
políticas energéticas y de recursos naturales orientadas a promover la
reproducibilidad y la sostenibilidad mediante cambios en la organización de la
producción, el consumo y la distibución.
30/11/2012
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Observatorio de Salud: 8
Las desigualdades en salud en las ciudades europeas
Carme Borrell, Èlia Díez, Joana Morrisson y Lluís Camprubí
En esta nueva entrega del “Observatorio de Salud” que coordina el Grupo de
Investigación sobre Desigualdades en Salud de la Universidad Pompeu Fabra
(www.upf.edu/greds-emconet/), mientrastanto.e presenta un trabajo de Carme
Borrell, Èlia Díez, Joana Morrisson y Lluís Camprubí, investigadoras del
proyecto INEQ-CITIES. El artículo trata de las desigualdades en salud en las
ciudades europeas y de las posibles iniciativas que pueden llevar a cabo las
administraciones públicas para poder reducirlas.
***
1. Introducción
Las desigualdades sociales en salud son las diferencias en salud entre grupos
de población definidos social, económica, demográfica o geográficamente que
se consideran injustas y evitables. Son el resultado de las distintas
oportunidades y recursos a los que las personas pueden acceder en función
de su clase social, género, país de nacimiento o etnia [1]. La Comisión sobre
Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud ha
declarado que la injusticia social está acabando con la vida de muchísimas
personas [2]. El informe final de la Comisión señalaba que las desigualdades
en salud son el resultado de la situación en que la población crece, vive,
trabaja y envejece, y del tipo de sistemas que se utilizan para combatir la
enfermedad. A su vez, indicaba que las condiciones en que la gente vive y
muere están determinadas por fuerzas políticas, sociales y económicas. Por lo
tanto, el gobierno de un país y los actores económicos existentes, que son los
responsables de la puesta en marcha de políticas económicas, de estado de
bienestar y de mercado de trabajo, tienen un gran impacto en las estructura
social y las condiciones de vida de las personas, y todo ello acaba
repercutiendo en la existencia de desigualdades en salud. Existe un consenso
acerca de que las desigualdades en salud han aumentado desde el inicio de la
hegemonía neoliberal [3], a pesar de los intentos de legitimar las mismas por
parte de los poderes dominantes.
La mayor parte de la población mundial vive en ciudades, proporción que en
Europa alcanza un 75% de los habitantes [4]. Aunque el ámbito urbano ofrece
más servicios que el rural, en las ciudades hay más desigualdad en salud,
26
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debido a que en ellas existen zonas en las que se concentran poblaciones
desfavorecidas. Numerosos estudios muestran que las desigualdades en salud
causan un exceso de muerte y enfermedad afectando a toda la población en
forma de gradiente, lo que significa que la salud de la población empeora a
medida que disminuye su clase social. En las ciudades, las desigualdades en
salud también son evidentes y también afectan a toda la población, aunque se
ponen de manifiesto de una forma más acusada en los barrios con mayor
privación socioeconómica [5]. Veamos dos ejemplos. Primero, a principios del
siglo XXI las diferencias entre los barrios de Londres que tenían mayor y
menor esperanza de vida al nacer eran de 17,7 años en los hombres y de 14,1
años en las mujeres [6]. Segundo, la salud percibida por parte de la población
cambia por clase social y género: en Madrid en 2005, un 41% de los hombres
y un 40% de las mujeres de la clase más favorecida percibían su salud como
excelente o muy buena, porcentajes que eran del 23% y el 17% en las
personas de la clase más desfavorecida [7].
Los gobiernos municipales pueden influir considerablemente en las
desigualdades en salud, en la medida en que deciden políticas de planificación
urbana, transporte, vivienda, servicios dirigidos a la infancia y a las personas
mayores, servicios sociales, servicios medioambientales, servicios
relacionados con la cultura, el deporte, el trabajo, el desempleo y la economía
local. Los ayuntamientos, además de gestionar servicios y desarrollar
normativas, actúan como empleadores y pueden promover el
empoderamiento y la participación de la ciudadanía.
En los siguientes apartados vamos a describir los factores relacionados con las
desigualdades en salud en las ciudades y un ejemplo de buena práctica, esto
es, la estrategia de Londres para reducir las desigualdades en salud.
2. Factores relacionados con las desigualdades en salud en las
ciudades
En el ámbito de las competencias municipales los principales factores
relacionados con las desigualdades en la salud son los que se mencionan en
este apartado [8]. Es importante señalar que estos factores también van
ligados a las conductas relacionadas con la salud (consumo de tabaco,
ejercicio físico, etc.), lo que hace que éstas no sean actos individuales, sino
determinados por los factores sociales.
Gobernanza
La gobernanza urbana incluye la acción política del gobierno local y también
de actores como el sector privado y la sociedad civil a través de las
organizaciones y agentes sociales. El concepto de gobernanza destaca que el
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poder existe dentro y fuera de las instituciones gubernamentales. Para incidir
sobre las desigualdades, el gobierno de la ciudad debe promover la acción
intersectorial y facilitar la participación social.
Contexto físico
El contexto físico incluye el entorno natural, como por ejemplo el clima y la
geografía, y el entorno construido, que comprende el urbanismo y la vivienda.
Estos dos últimos aspectos dependen en gran medida de la administración
local. La planificación urbana establece la reglamentación general de uso del
espacio público, las infraestructuras públicas (comunicaciones, sistema de
alcantarillado) y los equipamientos locales (instalaciones deportivas, de salud
y educación, mercados, bibliotecas, etc.). Asimismo, las políticas de vivienda
(impuestos, vivienda social en alquiler o en venta, etc.) también juegan un
papel central. Por ejemplo, la política de vivienda puede hacer que la vivienda
sea asequible para las personas de distintos niveles de ingresos, o bien
convertirla en un bien de especulación regido por las leyes del libre mercado y
de difícil acceso para las familias con pocos recursos. Así por ejemplo, en la
actual crisis económica estamos viendo como el boom inmobiliario ha
convertido el coste de la vivienda en una carga importante para buena parte
de la población (hasta el punto de que muchos ciudadanos han perdido su
hogar). Debemos señalar que los ayuntamientos también pueden regular la
calidad de la vivienda, el hacinamiento o los asentamientos informales que
ocasionan graves problemas de salud.
Otro elemento clave del contexto físico es la movilidad, que se refiere a la
posibilidad de desplazarse por una ciudad, ya sea como peatón o en un medio
de transporte público o privado. Una red eficaz de transporte y un entorno
seguro en los desplazamientos facilita el acceso al trabajo, al hogar, a los
servicios y a los equipamientos. Por otro lado, aspectos ambientales como la
calidad del agua y del aire o la contaminación acústica determinan
considerablemente la salud de la ciudadanía. La accesibilidad a alimentos
saludables en cuanto a disponibilidad, proximidad y precio es también un
factor a considerar en las políticas locales.
Contexto socioeconómico
El contexto socioeconómico incluye factores como el empleo y las condiciones
de trabajo, el entorno doméstico y familiar, los servicios públicos de educación
y de salud o las ayudas a las familias. También comprende las transferencias
sociales de fondos públicos como, por ejemplo, las pensiones o las
prestaciones por desempleo. Aunque la mayoría de estos factores son
responsabilidad estatal, los gobiernos municipales tienen posibilidades de
modificarlos; por ejemplo, pueden mejorar las condiciones de vida de la
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población con menos recursos mediante la redistribución de los ingresos
recaudados por medio de impuestos municipales o a través de ayudas a las
personas en condiciones de pobreza. Un ejemplo son los programas
interdepartamentales de rentas mínimas de inserción (denominados PIRMI en
Cataluña). Otros aspectos que forman parte del contexto socioeconómico son
la seguridad ciudadana, las redes sociales y la participación de la comunidad.
Entornos
Los entornos son lugares en los que las personas interactúan y modifican el
medio. Algunos ejemplos de entornos son los barrios, las escuelas o los
lugares de trabajo. Los contextos físico y socioeconómico se materializan en
los entornos, y determinadas acciones pueden hacer de los entornos lugares
más o menos saludables. Por ejemplo, la mejora de la accesibilidad a espacios
públicos como áreas verdes, zonas habilitadas o instalaciones deportivas
promueve la actividad física. Por otra parte, la seguridad ciudadana puede
fomentar la interacción social.
El entorno construido y el contexto socioeconómico pueden dar lugar a la
segregación residencial, de manera que las personas de clases sociales
desfavorecidas y las procedentes de países de renta baja suelen concentrarse
en los barrios con viviendas de peor calidad y menor valor. Muchas ciudades
presentan barreras históricas, socioculturales, logísticas y de transporte entre
barrios que impiden de hecho la relación entre los diversos grupos sociales. La
segregación residencial facilita las desigualdades sociales en salud.
Ejes de desigualdad
Los factores comentados varían en función de la clase social, el género, la
edad, el origen étnico o la migración, variables que se han denominado ejes
de la estructura social. Existen otros ejes de poder que cada sociedad
determina, como, por ejemplo, la discapacidad, el aspecto físico o la
orientación sexual. Estos ejes de desigualdad tienen en común: a) son
contextuales y dinámicos, ya que cambian a lo largo de la historia y en
distintos contextos; b) son construcciones sociales y no biológicas, lo que
implica que no tienen nada que ver con nuestra biología (sexo, condiciones
hereditarias, etc.), sino que son debidos a como la sociedad se estructura; c)
son sistemas que implican relaciones de poder y dominación: un grupo ejerce
el poder sobre otro, lo que hace que los distintos grupos tengan intereses no
solo opuestos sino antagónicos, ya que los privilegios de las personas que
tienen el poder están directamente relacionados con la falta de privilegios por
parte de los grupos que no lo ostentan; d) tienen sentido tanto a nivel
estructural o macro (de la sociedad) como a nivel psicosocial o micro (referido
a las personas en su vida diaria) [9].
29
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Es importante tener claro que si los factores mencionados anteriormente son
los relacionados con las desigualdades en salud, habrá que tenerlos en cuenta
a la hora de poner en marcha intervenciones o políticas para disminuir estas
desigualdades, tal como se muestra en el apartado siguiente.
3. Un ejemplo de buena práctica: la estrategia para disminuir las
desigualdades en salud de Londres
En 2007 la Greater London Authority (GLA) puso en marcha el desarrollo de
una estrategia para disminuir las desigualdades en salud en Londres. Sus
objetivos eran identificar las desigualdades en salud en la ciudad, establecer
prioridades para reducirlas y definir el papel de un conjunto de actores clave
para su aplicación. Los profesionales de la GLA, junto con un amplio grupo de
actores, elaboraron un borrador que incluyó [10]: a) la compilación de datos
publicados sobre salud y desigualdades sociales en salud; b) una convocatoria
dirigida a 600 organizaciones comunitarias y del sector del voluntariado para
conocer los factores relacionados con la salud y el bienestar de las
comunidades más excluidas de Londres; y c) el análisis de las políticas
nacionales, regionales y locales relacionadas con las desigualdades en salud.
El proceso se gestó durante el gobierno de Ken Livingstone, exalcalde de
Londres del partido Laborista. En 2007 se publicó el documento de discusión
inicial “Reducing health inequalities - issues for London and priorities for
action” (Reduciendo las desigualdades en salud, aspectos de Londres y
prioridades de acción), al que siguió en 2008 un borrador de la estrategia
titulado “Living Well in London” ("Vivir bien en Londres") [11]. El documento
final, llevado a consulta pública en 2009, fue responsabilidad del nuevo
alcalde del partido Conservador, elegido en 2008. En 2010 se publicó la
“London Health Inequalities Strategy” ("Estrategia de desigualdades en salud
de Londres") [12]. La estrategia establece que las desigualdades en salud son
debidas a: a) la vivienda, el transporte y la seguridad pública; b) las
perspectivas de empleo, la capacidad de ingresos y los asuntos que afecten a
los niveles de prosperidad; c) el grado de facilidad con que las personas
tienen acceso a los servicios públicos; d) el consumo de tabaco, alcohol u
otras sustancias, y cualquier otro asunto de comportamiento personal que
pueda ser nocivo para la salud; y e) otros factores determinantes de la
esperanza de vida o del estado de salud de las personas distintos a los
factores genéticos o biológicos.
Los objetivos desarrollados en la estrategia se centran en: 1) el
empoderamiento de las personas y de las comunidades; 2) el acceso
equitativo a la atención sanitaria de alta calidad y a la atención social; 3) la
desigualdad de ingresos; 4) la salud, el trabajo y el bienestar ; y 5) los
entornos saludables. Cada objetivo se asocia a un conjunto de compromisos,
30
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que alcanzan un total de 25. Además, la estrategia contempla los siguientes
compromisos transversales: a) proporcionar una visión regional, liderazgo y
apoyo a alianzas estratégicas para reducir las desigualdades en salud; b)
apoyar el desarrollo de competencias de liderazgo local, de capacidad de
influir y de intervención eficaz; c) asegurar que las desigualdades en salud
estén sistemáticamente integradas en las estrategias, los programas y las
decisiones de inversión; d) especificar los resultados previstos sobre las
desigualdades en salud y desarrollar objetivos en las estrategias y programas
que impacten sobre los determinantes sociales y económicos de la salud; y e)
obtener evidencias sólidas sobre las intervenciones efectivas para reducir las
desigualdades en salud.
4. A modo de reflexión
Los niveles de desigualdad económica están aumentando y empiezan a ser
muy difíciles de invisibilizar, y sigue existiendo la batalla política e ideológica
para hegemonizar la narrativa y el relato de las desigualdades, es decir, por
situar el marco referencial y conceptual explicativo de sus causas, sus
impactos y por lo tanto sus abordajes. Es tarea de la izquierda social y política
disputar el marco conceptual de las desigualdades socioeconómicas. Es
importante situar entre las causas de éstas al poder de la oligarquía y a las
actuales políticas macroeconómicas y de redistribución inequitativa de los
recursos y la riqueza. Y apuntar entre los impactos a la polarización del
conjunto de la sociedad, a la alteración de la democracia por la asimetría en el
acceso al poder, a la inestabilidad e ineficiencia económica y al impacto sobre
la salud.
Dentro de esta narrativa la magnitud de las desigualdades en salud debe
convertirse en visible. La enfermedad y la muerte causadas por las
desigualdades sociales son posiblemente las mayores de las injustícias. Y
sabemos que no tienen que ver con la genética o la adopción libre de estilos
de vida. En todo caso, la mayoría de hábitos y conductas están socialmente
mediadas, tal como se ha comentado anteriormente.
La manera de abordar las desigualdades en salud también es motivo de
conflicto político e ideológico. En las ciudades, tal como se ha mencionado
anteriormente, la forma más efectiva de intervenir para reducirlas (aunque
evidentemente genere más reticencias y resistencias) es sobre los contextos
físico y socioeconómico, sobre los entornos y sobre la gobernanza urbana. Y la
estrategia debe ser universal y a la vez proporcional según las necesidades.
Este abordaje se ha denominado “universalismo proporcional” [13].
El plan de desigualdades en salud de Londres, iniciado por un partido de
izquierdas, es un plan dirigido a los determinantes sociales, a los contextos
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social y físico, que no culpabiliza a las personas, que va más allá de las
conductas y los estilos de vida, que movilizó a la sociedad civil y que fue
iniciado por un alcalde y concluido por su oponente político. En su desarrollo
se contempló la acción intersectorial, la participación ciudadana y se
visibilizaron las desigualdades como un problema de origen social que puede
paliarse. Este plan es un ejemplo de buena práctica que se aleja de los planes
de salud de nuestro país que suelen centrarse en los problemas de salud o en
los servicios sanitarios y, como mucho, abordan las desigualdades a través de
políticas selectivas dirigidas a poblaciones o barrios vulnerables.
5. Agradecimientos
Este trabajo forma parte del proyecto INEQ-CITIES, “Socioeconomic
inequalities in mortality: evidence and policies of cities of Europe”, financiado
por la Executive Agency for Health and Consumers, Comisión de la Unión
Europea (proyecto número 2008 12 13). Página web del proyecto INEQ-CITIES:
http://www.ucl.ac.uk/ineqcities.
Notas bibliográficas
[1] Solar O., Irwin A. A conceptual framework for action on the social determinants of health.
Discussion paper for the Commission on Social Determinants of Health, April 2007.
[2] CSDH. Closing the gap in a generation: health equity through action on the social
determinants of health. Final Report of the Commission on Social Determinants of Health.
Geneva, World Health Organization; 2008.
[3] Mooney G. Neoliberalism is bad for our health. Int J Health Serv 2012;42(3):383-401.
[4] State of the world’s cities 2010/2011-cities for all: bridging the urban divide. United
Nations Human Settlements Programme /UN-HABITAT), 2010.
[5] WHO/UN-HABITAT. Hidden cities: unmasking and overcoming health inequities in urban
settings. Geneva, World Health Organization, 2010; Diez Roux A. V., Mair C. Neighborhoods
and health. Ann N Y Acad Sci 2010 Feb; 1186:125-45.
[6] Greater London Authority. Review of evidence for the Mayor’s Health Inequalities Strategy,
August 2009.
32
Page 33
[7] Instituto de Salud Pública de Madrid. Encuesta de salud de la ciudad de Madrid 2004-2005
(escm’05).
http://www.madridsalud.es/publicaciones/OtrasPublicaciones/encuesta-salud2005.pdf
[consultado el 24 de noviembre de 2012].
[8] Borrell C., Díez E., Morrisson J., Camprubí LL. Las desigualdades en salud a nivel urbano y
las medidas efectivas para reducirlas. Barcelona: Proyecto INEQ-CITIES, 2012; Borrell C.,
Pons-Vigues M., Morrisson J., Díez E. Factors and processes influencing health inequalities in
urban areas.
[9] Weber L., “Reconstructing landscape of health disparities research. Promoting dialogue
and collaboration between feminist intersectional and biomedical paradigms”, en Schulz A. J.,
Mullings L. (eds.), Gender, Race, Class, and Health. Intersectional approaches. San Francisco:
Jossey-Bass, 2006, pp. 21-59.
[10] London. Health Inequalitites Strategy.
http://legacy.london.gov.uk/mayor/priorities/health/health-strategy.jsp [consultado el 24 de
noviembre de 2012].
[11] Greater London Authority. Living Well in London. The Mayor’s Draft Health Inequalities
Strategy for London. Draft for consultation with the London Assembly and functional bodies
January 2008
http://legacy.london.gov.uk/mayor/health/strategy/docs/health-inequalities-text.pdf
[consultado el 24 de noviembre de 2012].
[12] Greater London Health Authority. The London Health Inequalities Strategy
http://www.london.gov.uk/sites/default/files/LondonHealthInequalitiesStrategy.pdf [consultado
el 24 de noviembre de 2012]; Greater London Health Authority. The London Health
Inequalities Strategy. First Steps to Delivery to 2012, 2010.
http://www.london.gov.uk/sites/default/files/HISdeliveryplan.pdf) [consultado el 24 de
noviembre de 2012].
[13] Fair Society, Healthy Lives – The Marmot Review. London: The Marmot Review; 2010;
National strategy to reduce social inequalities in health. Oslo: Norwegian Ministry of Health
and Care Services; 2007.
[Carme Borrell, Èlia Díez, Joana Morrisson y Lluís Camprubí son
33
Page 34
investigadores del proyecto INEQ-CITIES]
30/11/2012
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Federalismo republicano
Política de principios y principios de perspectiva
Juan-Ramón Capella
Política de principios
Se suele decir que la política es una técnica pragmática. Que en política no
hay principios que valgan. Pero viendo cómo nos ha ido con la política sin
principios, vale la pena señalar algunos elementos para una política con
principios.
Viene esto a cuento de la cuestión catalana. Creo que fue Claus Offe quien
formuló claramente un principio democrático básico: una comunidad humana,
en cuestiones que la afectan a ella misma y solamente a ella misma, tiene
pleno derecho a decidir por sí misma. Inobjetable. Parece que este principio es
aplicable a la cuestión catalana, pero no. Una decisión de los votantes de
Cataluña favorable a la independencia, por ejemplo, no les afectaría
solamente a ellos mismos: afectaría también al conjunto de los ciudadanos de
España. Por eso, en buena política de principios democrática, la cuestión
catalana resulta más compleja.
Pretendo argumentar en pro de las condiciones de principio democráticas
cuya satisfacción puede hacer posible el ejercicio del derecho de
autodeterminación a la ciudadanía de Cataluña. El derecho de
autodeterminación es autodecisión, autonormación. Y adelantaré que el autor
de estas líneas es favorable al derecho de autodeterminación para Cataluña,
para Galicia y para lo que hoy llamamos Euskadi.
Pero como queda dicho el ejercicio de este derecho puede tener
consecuencias para los ciudadanos del conjunto de España. Consecuencias
innegables. Algunas positivas, como señalaré más adelante, y otras
eventualmente negativas, obvias por tratarse en dos de los casos de algunas
de las escasas zonas opulentas de la Península Ibérica. Por consiguiente, para
que pueda quedar establecido el derecho de autodeterminación es necesario
que así lo decida el conjunto de la ciudadanía española. Es a esta ciudadanía a
la que corresponde el establecimiento de este derecho, lo que conlleva el
deber de respetarlo.
La primera consecuencia del planteamiento del problema debe ser, pues —y
ésta es una consecuencia positiva— la necesidad de que la ciudadanía
española se politice a propósito del derecho de autodeterminación. Que pueda
reflexionar sobre el tema tanto en línea de principio como contemplando las
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Page 36
consecuencias materiales previsibles, y que emprenda prácticas políticas que
materialicen el resultado de su reflexión. Eso conduce, obviamente, a lo que
se viene llamando una segunda transición, que como cuestión de principio
debe ser producto de una auténtica voluntad popular —y no como la primera,
la transición pasteleada en unas cortes no elegidas formalmente como
constituyentes, aunque lo fueron de hecho, por un grupo de políticos que
configuraron un sistema político hermético, partitocrático, desmemoriado y
excluyente, y además condicionado a aceptar la herencia envenenada del
régimen anterior—. Pues la condición primera del ejercicio del derecho de
autodeterminación es que la ciudadanía española lo reconozca y asuma los
deberes que le den contenido.
Volver hegemónica la consciencia colectiva de la necesidad de una segunda
transición está muy lejos de las precipitadas tomas de posición de las
partitocracias española y la específicamente catalana. Lejos de la retórica
política vacía y cortoplacista a que nos tienen acostumbrados. Esa hegemonía
sólo se logrará desde las plazas, y no es cosa de palacio. La inteligencia
política necesaria para construir esa hegemonía sólo puede resultar de las
coincidencias entre los movimientos sociales españoles —y en el caso
catalanes— para que esa segunda transición sea verdaderamente
democrática. Entre sus ideas-fuerza están los principios republicano y federal.
Desde estos principios el derecho de autodeterminación cobra plenamente
sentido.
Corresponde ahora abordar, también en línea de principios, las condiciones de
ejercicio de un derecho de autodeterminación por hipótesis ya reconocido. Y
en esta hipótesis lo que se plantea es la existencia de una auténtica voluntad
popular mayoritaria para un cambio del estatuto institucional básico, esto, es,
para un cambio en la determinación de lo que es una nación de ciudadanos.
(Hablo de nación de ciudadanos, pues no se pueden tomar en consideración
democrática "naciones" románticas basadas en elementos del pasado
histórico y cultural tomados de aquí y de allá, como es lamentablemente
frecuente. Aquí una nación es un conjunto determinado de ciudadanos y no
otra cosa, por vociferante que esto último sea.)
Pues el ejercicio del derecho de autodeterminación debe garantizar en
cualquier caso que dará de sí una comunidad de ciudadanos iguales. Dicho
con otras palabras: se trata de evitar que una parte de la población se
sobreponga a otra y la convierta en minoría; o, aún de otro modo: se trata de
que una decisión que afecta a la condición misma de la ciudadanía sea
materialmente mayoritaria entre la población (y no sólo lo sea formalmente).
Esta condición garantista es el único paraguas jurídico contra el
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enfrentamiento social, contra el cisma poblacional que en otras fronteras ha
conducido a catástrofes sociales que es preciso evitar a toda costa.
Hay condiciones jurídicas para garantizar que eso no ocurra, esto es, para
evitar que una decisión de cambio de estatuto ciudadano sea sostenida sólo
por una minoría social que se construya formal o retóricamente como
mayoría. Estas condiciones son principalmente el quórum censal de
participación exigible para que una toma de decisiones pueda ser tenida como
válida, y la exigencia de mayoría absoluta dentro de ese quórum. El quórum
censal exige una participación elevada en la toma de decisiones para que
éstas, sean cuales sean, puedan considerarse válidas; la exigencia de mayoría
absoluta para la toma de decisiones que alteren el statu quo ante es una
condición que garantiza la madurez de la decisión misma [1].
En política son bastantes las cuestiones que no se pueden resolver mediante
la formación de mayorías exiguas sobre minorías consistentes. Esas
situaciones revelan comúnmente la falta de maduración de la propuesta
sometida a decisión, que sensatamente debe ser aplazada. La posibilidad de
aplazamiento de una decisión por maduración insuficiente exige que el
ejercicio del derecho de autodeterminación pueda volver a ser planteado y no
decidido de una vez para siempre. Ello forma parte del contenido jurídico del
derecho tanto como las condiciones de su ejercicio.
Es una cuestión de análisis concreto y previsión política sobre la base del
censo establecer qué quórums pueden garantizar que la decisión que se
adopte sea poblacional y efectivamente mayoritaria. En cualquier caso, está
claro que una decisión como la que se examina aquí no puede ser adoptada
con una baja participación en la consulta ciudadana: eso sólo revelaría mala
práctica política, justamente como la que se pretende dejar atrás mediante un
proceso que sea materialmente democrático y no lo sea sólo en las formas.
Ahora ya sabemos que las aparentemente buenas formas pueden llevar a la
iniquidad.
Principios de perspectiva
En el caso español, la resolución de la unificación política de la ciudadanía de
un país plural remite a la institucionalización de un estado federal. A la
federación relativamente asimétrica de estados y comunidades autónomas.
El principio federal es coherente con los principios y los valores republicanos.
Permite la articulación de lo que es público pero específico con lo que es
común a todos. Las entidades federadas pueden hacerse cargo de la
normación y la gestión de lo que tienen de específico o especial sus
sociedades, mientras que el estado federal toma a su cargo la igualdad
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política de los ciudadanos y la gestión de lo que es común. Se trata pues de
una articulación institucional que, como solía repetir Pi i Margall, permite
avanzar en la construcción de una sociedad más consciente de sus derechos y
deberes.
El principio federal no es ninguna novedad. Lo han adoptado algunas de las
sociedades que han llegado más tardíamente a su constitución como nación
de ciudadanos: los Estados Unidos, o Alemania. En otros países, como Italia,
de unificación reciente, el propio impulso unificador redundó en un solo
estado unificado que sólo muy posteriormente llevó a cabo una redistribución
regional de competencias. En Francia, el país de la revolución ciudadana, fue
el concepto mismo de nación de ciudadanos el que legitimó un estado
centralizado y centralista, partiendo de la gran unificación moderna que
culminó Luis XIV.
El caso español es mucho más complejo. El estado español moderno no llegó
a existir como tal sino en la fórmula de la "unión de reinos" en la época en que
éstos eran considerados por definición patrimonio personal del monarca. Eso
tuvo consecuencias acentuadas: de una parte permitió la pervivencia intocada
de las instituciones feudales en los antiguos reinos o regiones, siempre que
acataran la superioridad de la monarquía (no fue así en la Castilla de los
comuneros); de otra, sin embargo, permitió que los monarcas utilizaran las
rentas fiscales españolas en guerras para la defensa de los intereses
patrimoniales de la dinastía Habsburgo que, desde una concepción más
moderna a la de la "unión de reinos", habrían resultado indefendibles. Las
guerras exteriores de los Austrias, que casi nunca fueron objetivamente de
interés para los españoles, pesaban sobre las espaldas del indio americano,
del campesino castellano y, más levemente —pues su contribución fiscal era
inferior—, sobre el campesinado catalano-aragonés. Si la fórmula imperial de
la unión de reinos era aceptable para las instituciones locales, preciso es
recordar que esa unión perpetró algunas crueldades genocidas con las
poblaciones gobernadas: nació con la expulsión del país de los judíos
españoles, prosiguió con la expulsión de los españoles moriscos —siempre de
ambos reinos— y además estableció la unidad nacional interior sobre la base
de la unificación religiosa y el siniestro tribunal de la Inquisición española.
La "unión de reinos" dejó de existir con Felipe V, nieto de Luis XIV, con una
concepción más moderna del estado —que abolió las diferencias entre los
súbditos de los antiguos reinos—, al crear para el estado español una
arquitectura institucional modernizada y unificada (aunque con privilegios
fiscales, que generaron los de hoy, para las regiones que no tuvieron el
desacierto político de oponerse plenamente al rey en la Guerra de Sucesión;
tampoco no se puede ignorar que Cataluña, que lo hizo, ya había iniciado la
modernización de sus instituciones, con una Hacienda propia).
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Hay pues dos grietas históricas ya viejas en el Estado español: la grieta
comunero-inquisitorial, de falta de libertades básicas para las personas, y la
grieta regional. Pero no han sido éstas las peores de la España moderna. Hay
una gran grieta que se abre con la invasión napoleónica. Ésta divide
internamente, para empezar, a los ilustrados españoles, a quienes desean la
modernización que representa la revolución francesa y que sin embargo no
pueden aceptar la represión napoleónica del levantamiento popular. Francisco
de Goya da el mejor testimonio (El tres de mayo de 1812) de esta escisión
interior. Pronto se convertirá en una escisión social que no ha hecho más que
agrandarse hasta dar lugar a las dos Españas, y en particular a la España
negra, prolongación de las tinieblas inquisitoriales. Pues la constitución
realmente moderna de la nación, de la nación de ciudadanos —y ya no de
súbditos—, fue sofocada una y otra vez, sobre todo durante el reinado de
Fernando VII y luego por las guerras carlistas, con episodios durísimos de
represión poblacional parecidos a los del franquismo. No sólo no pudo
imponerse en España la revolución burguesa, o algo semejante a las
evoluciones de todo el entorno europeo occidental, sino que la predominante
España Negra trató siempre de cerrar el paso a la novedad del mundo
contemporáneo representado por las clases trabajadoras.
Esta fractura insalvada de la sociedad española es la que hace posible el
ensanchamiento de la grieta regional, en el siglo XIX, al no existir verdaderas
instituciones democráticas que permitieran solventar conflictos de intereses
siquiera entre las distintas fracciones de la burguesía (p.ej., intereses textiles
catalanes e intereses cerealícolas castellanos). La debilidad del Estado
reacciona con ferocidad frente a los movimientos obrero y popular, sobre todo
ya en el siglo XX. Algunos gobiernos de la II República intentaron dar pasos
decisivos para afianzar una verdadera nación de ciudadanos. El levantamiento
y el régimen franquistas fueron el penúltimo intento de la España Negra, con
costes inmensos para las gentes corrientes, por impedir el florecimiento de
instituciones democráticas.
El último intento es de nuestros días: consiste en el vaciamiento del ya escaso
contenido de las instituciones postfranquistas, su utilización para la corrupción
y el lucro privados, su despilfarro, su indiferencia para con los intereses
públicos, sus privatizaciones, su entreguismo educativo al poder de la Iglesia,
su deliberada aceptación y promoción de un país neoliberal de ganadores y
perdedores en vez de una ciudadanía responsable. Llega al paroxismo con la
crisis económica del presente
Por todo eso el federalismo con autodeterminación es un elemento
indispensable para una segunda transición, para construir unas instituciones
políticas en que la población determine realmente, no ficticiamente, la
voluntad de las instituciones. El principio republicano y federal —y sus
39
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valores— puede unificar el impulso disperso —y a veces desorientado en
forma de secesionismo— de la población de este país por salir de la situación
actual. Un soberano federal es probablemente el único capaz de recuperar la
soberanía alegremente cedida en algunos tratados de la Unión Europea, como
el de Maastricht, y emprender políticas económicas y sociales que nos saquen
del pozo —sin olvidar ni minimizar al difuso soberano imperial que está más
allá de la Unión Europea, al que hay que despojarle de las las instituciones
locales que le son propicias—.
Nota
[1] Por ejemplo, en Cataluña, sobre un hipotético censo de 5.260.000 personas, un quórum
del 50% del censo lo satisfarían 2.630.000 votos, y la diferencia entre una mayoría absoluta
del 51% y una minoría del 49% sería sólo de 52.600 personas, indicio claro de que tal
resultado oficializaría una fractura social. Para evitarla sería necesario bien elevar el quórum
del censo al 70 o al 75%, o bien situar un listón decisorio de alteración del statu quo ante por
encima del 50% de los votos. Eso es cuestión de decisión política: se tiene que establecer
dónde puede situarse razonablemente la paz social (en cualquier caso ha de excluirse que
una decisión de gran calado pueda ser aprobada por una exigua minoría de personas, como
ocurrió con el actual Estatuto catalán).
18/11/2012
40
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Comentarios prepolíticos: 12
Catalunya: resaca electoral
Joan Busca
Uno no puede resistirse a completar sus reflexiones sobre la crisis con un
comentario marginal sobre el resultado electoral. Empezando por lo obvio el
batacazo de CiU, y de Artur Mas en especial. Puede convertirse en un caso de
estudio de cómo un mal análisis de la realidad conduce a resultados
desastrosos. Cuenta gente enterada que Mas no hace nada que no le
propongan sus asesores (y posiblemente sin el permiso de la familia Pujol, a
quien debe su ascenso político). Ello indicaría fallos de evaluación
importantes, empezando por el Centre d’Estudis d’Opinió (el equivalente
catalán del CIS), cuyas encuestas eran las únicas que vaticinaban mayoría
absoluta para Mas.
El batacazo no puede sin embargo entenderse, como en cambio lo hace el
gobierno Rajoy, en el sentido de que el fracaso de Mas sea el fin del
“problema catalán”, pues gran parte de dicho fracaso se debe
fundamentalmente a que el electorado nacionalista se ha movido hacia
Esquerra Republicana de Catalunya (un partido que crece como la espuma
cuando en España gobierna el PP). El número de votos perdidos por CiU es
bastante menor que los ganados por ERC. Algo que no explica simplemente la
desaparición de Solidaritat (con todo merecimiento, visto el discurso de su
lider máximo), ya que en el haber independentista debe sumarse la llegada de
la CUP, una formación asambleario-independista que ya había obtenido
buenos resultados en las elecciones municipales. En términos de escaños a
favor o no de una consulta, los partidarios siguen siendo claramente
mayoritarios y reflejan un sentimiento bastante extendido en la sociedad
catalana. En el plano político, la dependencia de CiU del apoyo que pueda
darle ERC más bien podría forzar a un cierto radicalismo nacional, o bien
colocar a CiU en un doloroso, y peligroso, proceso de vuelta atrás en sus
planteamientos. La cuestión nacional seguirá ahí, complicando sin duda el
escenario político (siempre es más fácil hacer política cuando hay una sola
dimensión de debate que cuando hay más), y el panorama difícilmente
cambiará a menos que en el resto de España se produzca un giro radical en el
tratamiento de la cuestión.
Es cierto que el ascenso de Ciutadans, el modesto avance del Partido Popular
y hasta el descalabro menor del PSC-PSOE (perder sólo 50.000 votos estuvo a
punto de provocar que fluyera el cava) indican que parte de la población se
movilizó por temor a la independencia. Pero a la vista de los resultados ni es
mayoritaria ni dio el voto a las posiciones más radicales del PP. El ascenso de
41
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Ciutadans muestra que esta población le teme aún más al PP y a las políticas
neoliberales, en la medida que el discurso de Ciutadans (su actuación está por
ver, pues hasta ahora ha sido una fuerza marginal) aparece más centrado en
cuestiones sociales. Hay también pistas de que algunos de sus votantes,
especialmente entre las clases medias urbanas, respondían más al temor de
una aventura independentista que a una adscripción españolista como la que
realmente representa Ciutadans.
Es posible que donde haya habido un cambio mayor de posiciones sea en la
izquierda. El PSC ha seguido con su descalabro (el affaire del Ayuntamiento de
Sabadell añade otra vuelta de tuerca), también responsable del crecimiento
de ERC y especialmente de Iniciativa Verds-Esquerra Unida y Alternativa. Por
primera vez en muchos años esta última formación ha experimentado un
crecimiento importante en los barrios y poblaciones de clase obrera. Las que
hace años había perdido el viejo PSUC. En Barcelona ciudad, ICV-EUiA ha
aventajado en la mitad de distritos al PSC, algo impensable hace dos o tres
años. Su actitud en los conflictos sociales y su mayor capacidad de renovación
de cuadros explica este crecimiento. Tiene que ver que en todo el largo
recorrido de movilizaciones de los últimos meses siempre se haya visto a los
dirigentes de la movilización. E incluso su defensa del derecho de
autodeterminación, que les ha permitido penetrar en sectores nacionalistas.
En la crisis, el PSC muestra todas sus carencias (de discurso, de política, de
cuadros). Es una oportunidad para desarrollar una izquierda diferente. No sólo
desde ICV-EUiA sino también en diálogo con la CUP. Una formación en la que
coexisten diferentes almas, algunas muy fundamentalista en lo nacional, otras
practicantes de un cierto asamblearismo simplista, pero también otras de
personas que han trabajado para democratizar la vida local y cambiar las
formas adulteradas de la política. Es incluoso paradójico que la CUP haya
obtenido el voto de bastante gente joven procedente del 15-M, a pesar de que
la propia organización vió con desagrado un movimiento que no ponía la
cuestión nacional en primer plano. Es una muestra más de la complejidad y
contradicciones que caracterizan esta difusa izquierda social.
Lo que sí es indudable es que la lucha contra los recortes, la Huelga General y
un cierto ascenso del activismo político-social han creado un nuevo clima en
la izquierda y han tenido un cierto peso electoral. Se abre un espacio nuevo,
una oportunidad que requiere un trabajo complejo de enlazar propuestas,
prácticas, de generar díalogo. El peor peligro es que los buenos resultados de
ICV-EUiA y de la CUP les lleven a la tradicional política de tenderos, de
propiciar el negocio propio en detrimento de la competencia. El voto contra
Mas y el modesto, pero sustancial, avance del voto a la izquierda muestran
que al menos una parte respetable de la ciudadanía demanda una acción
alternativa a la altura de los tiempos.
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El día 15 de Noviembre vivimos una jornada de huelga de mayor alcance del
esperado, vista la reducida campaña de preparación. El dia 25 tuvimos un
resultado electoral que significó un batacazo para la derecha neoliberal
catalana y un reforzamiento de la izquierda. Pero queda mucho camino por
recorrer para que esto cuaje en propuestas políticas y sociales fuertes, en un
salto en la organización social, en un encaje de las diferentes cuestiones que
condicionan la actividad política en Catalunya. De ahí que ahora toque
arremangarse, trabajar, abrir canales entre los distintos sectores, desarrollar
en suma un proceso que tiene, en suma, una oportunidad.
30/11/2012
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Apostillas postelectorales
El Lobo Feroz
* El batacazo electoral de Artur Mas no debe hacer olvidar que ha forzado la
politización ciudadana; el resultado es un electorado dividido: los
secesionistas, de un lado, y los no secesionistas, de otro.
* Otra división se da entre quienes aceptan o se entusiasman con los recortes
sociales y los que se contraponen a esta política.
* Una ciudadanía cuarteada, esa es la verdad.
* La mayoría relativa de CiU, con su gobierno antisocial y represor, muestra
que sigue en pie una derecha catalana conservadora y neoliberal, que ha
jugado al populismo con sus propuestas "soberanistas" —por llamarlas de
algún modo, porque son muy confusas—.
* Es cierto que Esquerra Republicana es la gran ganadora de estas elecciones.
Como si no hubiera estado en el Tripartito. O, mejor, como si hubiera estado
en el Tripartito para dar alas al lobby cultural nacionalista, sin
responsabilizarse de la economía ni de esa policía catalana que ahora casi
hace buena a la Guardia Civil.
* Convergència lo tiene crudo con Esquerra Republicana
* La debilidad de Iniciativa per Catalunya, a la que impulsa demasiado poco el
descontento social, evidencia lo mal que se relaciona con ese descontento y
con las clases trabajadoras reales. Su inanidad cultural, incluso de cultura
política, hace pensar que, tal como va, ha tocado techo. Ha de cambiar mucho
para que aguante en circunstancias menos crispadas. Tiene pendiente
definirse sobre la separación de Cataluña del resto de España. De momento,
las únicas señales esperanzadoras vienen de su coalición con EUiA; esta
última ha sabido jubilar a dirigentes inútiles y oportunistas y en ella están
trabajando activistas valiosos y muy presentes en los movimientos sociales.
Señalan el camino para una izquierda política verdadera.
* Las CUP muestran lo bueno que es hacer política por abajo: estar en los
deshaucios, en los centros de salud que se cierran, en los barrios, en las
plazas. Se sitúan en la emergencia de una nueva cultura política.
* Los resultados de las CUP son infinitamente mejores que los que trató de
conseguir la en su día recién fundada EUiA, cargada de política tradicional
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aunque fuera de los de abajo. Recordar la lección: las escisiones no suelen
llevar a ninguna parte.
* La CUP sí es de verdad de los de abajo. Su lado malo, heredado de la cultura
política extendida en Cataluña, es su imperialismo —hablan de "els Països
Catalans"— y su secesionismo. El éxito obtenido les dificultará reorientarse
menos incorrectamente en cuestiones básicas.
* A Ciutadans se le podría agradecer su existencia para frenar al PP. Les votan
quienes no quieren votar a los populares, lo cual ya es algo. La insuficiencia
de contenido social del proyecto de esta formación política y su práctica
política por arriba la acercan a su techo y confirman su papel secundario de
partido bisagra de momento inútil
* El PSC es un buque seriamente tocado pero no hundido. Podrá lograr
alianzas puntuales anticonvergentes. Sin embargo, dividido internamente, no
se podrá renovar si no abandona su neoliberalismo y no regresa al ideario
reformista, más o menos keynesiano, que Felipe González arrojó por la borda
para todo el PSOE. De momento queda en el congelador. Pero su apuesta
federal acabará devolviéndole centralidad política.
* Aparentemente el conjunto de los resultados dan una mayoria "soberanista".
Eso no es aún "independentista", pero debería obligar a reflexionar fuera de
Cataluña acerca de la conveniencia de una arquitectura institucional federal.
* Con todo, mucho hablar de soberanismo, pero ahí está la Unión Europea
neoliberal. Sólo se podrá recuperar soberanía para las gentes de este pais
mediante grandes acuerdos peninsulares para una nueva transición.
29/11/2012
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La inmersión lingüística en Cataluña y los derechos de los
ciudadanos
Anna Camps
Es común, al hablar de los derechos ciudadanos, afirmar que todos los
individuos tienen derecho a usar su lengua. Tras esta afirmación subyace la
idea de que la lengua es algo individual, propio de un ciudadano, sin tener en
cuenta las lenguas de su entorno. Sin embargo, ¿existirían las lenguas sin
comunidades que las hablen? Las preguntas naïf que se podrían formular a
partir de la afirmación del derecho individual a usar una lengua son múltiples:
¿puedo hablar suajili para pedir un billete de metro en Barcelona?; ¿pueden
unos padres en Madrid pedir que se imparta a sus hijos la enseñanza en
afrikáner si esta es su lengua materna?… No continuaremos por este camino
del absurdo.
El punto de partida de nuestra reflexión es que las lenguas sirven para
comunicarse con otras personas que también las conocen y las hablan, de
modo que no tienen sentido fuera de una comunidad de habla; así pues, son
ante todo resultado de la interacción social y son instrumento para construirla.
Aprendemos las lenguas inmersos en entornos en que se hablan, y en esta
interacción se constituyen también en instrumento del pensamiento. Las
reflexiones que siguen toman estas dos afirmaciones como punto de partida
para hablar de la situación lingüística en Cataluña y de los “problemas” que
de ella se derivan.
Las lenguas, hemos dicho, se construyen en la comunidad y la construyen.
Son por lo tanto factores de cohesión entre sus miembros. A través de ellas se
expresan tanto las confluencias como las discordancias y discrepancias entre
los participantes. Por poner un ejemplo más allá de la territorialidad: las
comunidades científicas en el momento actual se construyen a través del
habla y la escritura en inglés. Los estudiosos que no conocen en alguna
medida esta lengua quedan en la práctica excluidos de la relación científica
global. Las lenguas pueden ser también factores de separación. Algunas
comunidades amerindias procuran que los foráneos no aprendan su lengua
para mantener la identidad del grupo y excluirlos de él.
La situación de Cataluña es peculiar. En este territorio se hablan dos lenguas,
catalán y castellano, ambas oficiales y presentes —en proporciones
variables— en la enseñanza, la administración pública y en otros muchos
ámbitos, aunque el castellano sigue dominando en muchos otros como el cine,
la radio, la televisión [1], la prensa, la edición, la justicia, etc. El catalán,
aunque lógicamente recuperado tras la acción de muchos gobiernos a lo largo
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de la historia reciente, sigue siendo, sin embargo, una lengua minorizada. Así
pues, una parte de la población catalana tiene como lengua familiar el catalán
y otra parte, el castellano, si bien hay hoy bastantes familias en cuyo seno
coexisten ambas.
La situación en el momento en que se redactó la primera ley de normalización
lingüística, en los primeros años después de la dictadura, era —y es todavía—
que, así como todas las personas de habla familiar catalana aprendían el
castellano por inmersión en un entorno en que esta lengua era —y es en
nuestros días— omnipresente, las de lengua familiar castellana no llegaban
—y no llegan— de forma espontánea al conocimiento activo del catalán.
La Ley de Normalización Lingüística [2] puso las bases para superar estas
diferencias. Los modelos de enseñanza posibles, derivados de ella, eran
diversos. Uno de ellos, la enseñanza en lengua materna en los primeros años
de escuela y la introducción progresiva de la segunda lengua hasta finalizar la
escolaridad. Otro, el que finalmente se adoptó, el de la inmersión en catalán
para todos los niños y la enseñanza del castellano también para todos.
Analicemos ambas opciones.
El primer modelo separaba en la escuela a los niños de habla catalana de los
de habla castellana. Esta separación, que parece neutra, no lo era. Los niños
de habla castellana eran hijos y nietos de la emigración de ciudadanos de
otras regiones de España, que se instalaron en las ciudades dormitorio que
durante el franquismo se construyeron en los alrededores de Barcelona. Los
hablantes del catalán vivían preferentemente en los barrios más céntricos de
pueblos y ciudades. En algunos de los barrios convivían hablantes de ambas
lenguas, pero en ocasiones la diferencia era de clase social. En los
primerísimos tiempos del posfranquismo, basándose en algunas experiencias
muy minoritarias durante la dictadura, se llevaron a cabo algunos intentos de
aplicar el modelo de separación por lenguas e introducción progresiva de la
segunda lengua. Los resultados no fueron los deseados. Los niños de habla
catalana aprendían a leer y a escribir en catalán y, sin que nadie les enseñara,
ya sabían hablar y escribir en castellano. Por el contrario, la línea de
enseñanza en castellano no conseguía que los alumnos aprendieran a hablar
en catalán, aunque lo entendieran. Algunos resultados colaterales eran
todavía más graves: el enfrentamiento entre “los catalanes” y “los
castellanos” incluso en el patio de alguna escuela.
Las experiencias tanto españolas (enseñanza del euskera) como
internacionales (el francés en el Québec) de enseñanza progresiva de la
segunda lengua en entornos en que esta se habla poco, es decir, en que no es
la lengua dominante, han demostrado que el objetivo que la ley prevé de
conocimiento oral y escrito de ambas lenguas al final de la escolarización
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obligatoria solo se cumple con los niños que hablan la lengua minorizada. En
Cataluña, pues, llegarían a dominar ambas lenguas los escolares de habla
catalana, pero no los de habla castellana.
En el momento de formulación de la Ley de Normalización Lingüística el PSUC
tuvo un papel crucial frente a las propuestas de otros partidos que abogaban
por el otro modelo. ¿Cuál era la finalidad que la ley, finalmente, se propuso?
En primer lugar, la misma que se expone explícitamente en el texto: que
todos los ciudadanos conozcan ambas lenguas y que sean capaces de usarlas
en todos los ámbitos de la comunicación: familiar, laboral, académica, etc.
Derivada de ella, pero tan importante o más: evitar que en Cataluña se
constituyeran dos comunidades lingüísticas, una privilegiada porque conocería
las dos lenguas y otra que solo podría hablar una de ellas, aunque
pasivamente comprendiera la otra. La existencia de dos comunidades
separadas por la lengua era, además, un foco potencial de enfrentamientos y
de fractura social.
Y esta es la realidad actual: los escolares que han asistido a la escuela pública
en Cataluña acaban con un conocimiento aceptable de ambas lenguas y, en
general, es imposible por su forma de hablar en catalán identificar cuál es su
lengua familiar.
Podríamos preguntarnos qué otros efectos habría tenido el modelo de
separación por lenguas e introducción progresiva de la segunda aparte del
efecto ya mencionado de no asegurar el dominio del catalán por una parte de
la población castellanohablante. ¿Sería aventurado pensar que las clases
medias catalanohablantes se hubieran sentido más confortables, y la lengua
que hablaban sus hijos menos interferida, por construcciones de la lengua
castellana? ¿No parece plausible considerar que este modelo habría
propiciado un sentimiento elitista en esos sectores? ¿En qué grupos se
hubieran integrado los alumnos provenientes de la inmigración más reciente,
especialmente los originarios de países hispanohablantes?
Una política lingüística de izquierdas debe proponerse que todos los
ciudadanos tengan posibilidad y derecho de expresarse en ambas lenguas y,
por lo tanto, impedir que cristalicen las separaciones por cuestiones de
lengua, y ello exige adoptar medidas que demuestren su eficacia para
alcanzar esta finalidad. Si se acepta —y esta premisa es básica— que la
diversidad de lenguas es una riqueza y no un problema, tendremos que
acordar que no sería justo condenar a una parte de la población en Cataluña a
la marginación en el uso de una lengua que la ciudadanía catalana ha
decidido preservar. Por este motivo las políticas lingüísticas deben garantizar
y facilitar el acceso de todos al dominio y disfrute de las lenguas del país.
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Notas
[1] Basta con hacer zapping en la televisión para constatar la cantidad de canales en lengua
castellana frente a los canales que emiten en catalán en Cataluña: TV3 y los que de ella
dependen, una privada (8Tv) y algunas municipales. En la radio la situación no es mucho
mejor: en un recuento hecho por la mañana de cualquier día laborable, se puede establecer
una relación de una emisora (o programa) en catalán frente a tres en castellano.
[2] Llei 7/1983, de 18 de abril (DOGC 322, de 22 de abril, y BOE 112, de 11 de maig), de
Normalització Lingüística.
[Anna Camps es catedrática emérita de la Universidad Autónoma de
Barcelona en el área de Didáctica de la Lengua]
20/11/2012
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CiU defensa un Estat impropi
Antoni Montserrat
L’Estat propi de CiU
Entre les moltes ambigüitats utilitzades per CiU, o només per CDC, o només
per Artur Mas, hi ha les que envolten el terme Estat Propi. El primer que se
m’acut és que el seu significat subliminal és el d’Estat en propietat de CiU. La
idea forta de propietat en el sentit patrimonial del terme sembla traspuar-hi.
També es pot interpretar com Estat dels propietaris (dels mitjans de
producció) o d’alguns dels propietaris dels mitjans de producció excloent-hi
els de fora de la finca, de la propietat.
Per bé que sigui lícit anar a l’arrel del terme, crec que és millor partir d’una
interpretació més plana. Doncs bé. Crec poder sostenir que CiU no defensa
pròpiament un Estat propi ni simplement un Estat sinó un Estat impropi.
CiU defensa un Estat impropi
En realitat CiU no defensa l’Estat propi perquè té una concepció de l’Estat que
en nega la major part, en resta un Estat impropi. En efecte, de les tres
funcions de l’Estat definides en el seu moment per James O’Connor (The Fiscal
Crisis of the State, 1973), govern de les persones, administració de les coses i
producció i reproducció de la força de treball només en defensa la primera.
Baixar el cost de reproducció ho fa ara amb els atacs a la sanitat, l’escola, els
sous dels funcionaris, l’assistència social (PIRMI i dependència), i en general
anant contra l’Estat de benestar, mostrant-lo com una concessió temporal,
que ara no està assegurada car el poder polític no està en mans populars. I
això que ni a Catalunya ni a Espanya les despeses de benestar no han estat
mai a l’altura de la mitjana europea., ni en termes abosluts ni en proporció a
la renda.
L’administració de les coses, la funció assignativa de correcció de falles de
mercat a través de l’existència d’un sector públic ( Musgrave), la volen
liquidar i ara s’estan per ex. venent ATLL, no només perquè els calgui recursos
sinó per convicció.
El govern de les persones, en canvi, el volen reforçar, amb controls reals i
simbòlics: paper musculós dels mossos, atacs al dret de vaga i de
manifestació, control dels mitjans, posant a la TV3 en mans d’una persona de
La Vanguardia. Això va en realitat en paral·lel a la reforma dura del codi penal,
pretensió d’uniformització cultural via l’escola (65% dels programes, i sobretot
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examens controlats des de Madrid) i als atacs a l’avortament, en vies
d’aplicació pel govern del PP. Unes i altres, mesures que en aparença no
tenen res a veure amb la reducció del deficit, però que prefiguren un Estat
autoritari, ben allunyat del principi democràtic radical de participació en la
cosa pública, que inclou el dret d’autodeterminació, però que sobretot
demana participació i decisió permanents dels ciutadans. Stiglitz explica que
en aquest context de desigulatats creixents és difícil torbar el consens
democràtic.
La paradoxa de l’Estat neoliberal
En general, els neoliberals volen limitar el pes del govern, però en part l’han
acabat reforçant en relació amb els ciutadans. La desregulació del sistema
financer ha portat a una expansió de les xarxes bancàries i sobretot a una
especulació desenfrenada, amb la consegüent creació de productes
anomenats tòxics. Els governs es veuen forçats a absorbir-los, no solament
per les pressions internacionals sinó perquè els instruments reguladors han
estat capturats pels propis regulats (George Stigler) precisament com menys
regulats estaven, en esdevenir sistèmics pel seu propi tamany. Joseph Stiglitz
s’hi ha referit respecte del Banc Central Europeu.
Ara s’estan imposant algunes restriccions als bancs privilegiats pel seu
tamany, però són restriccions marginals. En el cas espanyol el principal efecte
ha estat l’expansió del deute públic, tranformant deute privat en obligacions
per al conjunt de la societat, amb la clàusula agreujant que ens ho han venut
via Europa, però que només pagarem nosaltres, menys preant la
responsabilitat dels creditors internacionals principalment alemanys
munyidors de l’especulació immobiliària espanyola. En les relacions fiscals
entre l’Estat i Catalunya això suposa un desequilibri addicional, car per a un
bon càlcul del deficit s’ha de neutralitzar el pes del deficit públic central. En
lloc de denunciar l’absurditat de la situació, el govern de Mas i Mas-Colell s’ha
presentat com el més fidel i apressat servidor dels seus propis botxins,
causants directes de la crisi.
Estat de mercat
De fet els neoliberals pretenen crear un Estat de mercat, un Estat modelat
pels criteris i normes imperants en el mercat ( Raymond Plant.) En tenim la
prova en les privatitzacions, però sobretot en l’impuls de models privats per a
la direcció del que és públic per la seva funció, com ho mostra la política de
portes giratòries dels grans directius( de Guindos, del Ministeri a Lehman
Brothers i de Lehman Brothers a Ministre).
Posem per cas les Universitats -terme que significa universitat dels alumnes i
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professors des de la fundació de la Sorbona. El concepte d’autonomia hi és
per tant essencial, radical. Doncs ara se’ns ven el control pel sector privat
com a panacea dels mals de la Universitat, lligats de fet en gran part a la
insuficient financiació pública que es desprén del propi model neoliberal.
El sector privat espanyol i català, acostumat a un model econòmic de salaris
baixos i poca inversió de capital per treballador no considera important la
recerca, la qual per sort es desenrotllava fins ara en gran part amb els nivells
standard internacionals., com a resultat els investigadors marxen, molts per
no tornar.
El mateix podem dir de la sanitat, cas encara més escandalós ( dirigida per
l’antic president de la patronal d’hospitals, retalls d’horaris, tancament total o
parcial de centres i serveis, privatització del Clínic..), com ho és el control de
la TV, el menyspreu per la creació cultural, etc.
Podem concloure amb Plant que aquest Estat neoliberal és força inestable
perquè socialment no és gens satisfactori, car accepta en darrera instància
només una cobertura mínima de la pobresa. Estem veient aquí com, mentre
creix l’atur s’ho han arreglat per reduir el volum total de prestacions, i els
exemples grec i portugués són encara més brutals. Estem veient com han
deixat créixer els desnonaments sense moure ni un dit fins que s’ha
transformat en un crit unànime. Després de més de cent suicidis a Espanya.
A més aquesta desregulació i aquest modelatge de les institucions segons els
criteris de mercat ha conduit a una concentració brutal (estudid CapGemini
per a MerrillLynch). A una desigualtat creixent (corbes de Lorenz, índex de
Gini) tan ben descrita per Stiglitz pels Estats Units ( informe anual FUHEM per
a Espanya).
El perill és que ens deixin un Estat sense benestar, invasiu respecte de les
llibertats, modelat segons un mercat que precisament no funciona.
Per una Catalunya nova, per una Catalunya de tots els
treballadors
Ens plantegen una tasca no purament de reconstrucció del minso Estat de
benestar que havíem aconseguit, sinó de construcció d’un nou model
d’economia i d’Estat.
Aquesta Catalunya nova ha de sorgir de la participació, no purament d’un acte
referendari puntual. Caldrà preparar-la, caldrà consolidar-la dia a dia.
19/11/2012
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El futuro del ‘file sharing’ a corto plazo
Joan Ramos Toledano
Megaupload era, antes de su cierre por parte del FBI, uno de los sistemas de
compartición de archivos (música, películas, videojuegos, documentos,
imágenes, libros, programas) más populares de la Red. Se había hecho con
una parte importante del mercado de los sistemas de alojamiento masivo de
contenido, y contaba con servidores de enorme capacidad. Hoy Megaupload
no existe, y en su dirección web sigue apareciendo un intimidatorio aviso del
FBI que informa del cierre y de los cargos de los que se acusa a su fundador y
principal responsable, Kim Schmitz, más conocido como Kim Dotcom.
Sin embargo, el propio Kim Dotcom anunció que el próximo 19 de enero de
2013 iba a entrar en funcionamiento su nuevo servicio, denominado Mega. Se
trata de una propuesta que, a juzgar por el funcionamiento de Megaupload,
tendrá como objetivo compartir una cantidad ingente de archivos y material
diverso.
La mayoría de los sistemas que antes del cierre de Megaupload competían
con éste, perdieron gran parte de su actividad o cerraron definitivamente sus
puertas a raíz de la intervención del FBI, parece ser que por miedo a ser los
siguientes. Tanto la detención de Kim Dotcom como el cierre de la web
supusieron un fuerte golpe sobre la mesa que frenó en seco lo que parecía un
avance imparable de un sistema que en pocos años había alcanzado una
popularidad impresionante.
El anuncio de la apertura del nuevo sistema, Mega, ofrece la posibilidad de
reflexionar sobre las posibles diferencias o similitudes que podrá tener con el
otro gran sistema de compartir archivos, los torrent. La principal similitud que
tenían entre sí los sistemas de almacenamiento en servidores como
Megaupload o Rapidshare y los denominados torrent es que ambos
proporcionaban acceso a multitud de archivos y documentos, estuvieran o no
protegidos por Copyright. Pero hay una diferencia fundamental. Mientras que
los torrent eran y son totalmente gratuitos para el usuario final, los sistemas
de almacenamiento en servidores acostumbraban a ser de pago si se quería
tener un acceso digno al contenido, con ventajas que permitían disfrutar del
servicio de forma rápida y sin limitaciones (las llamadas cuentas Premium,
con precios de entre 8 y 15 euros mensuales). Sin duda, el coste era bajo en
comparación con la cantidad de material a la que se podía acceder, pero el
hecho es que Kim Dotcom amasó una generosa fortuna (más de 120 millones
de euros) en parte gracias a este servicio.
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Este punto diferencial entre ambos sistemas no es baladí. Si bien las
plataformas como Megaupload eran utilizadas para numerosas actividades
(guardar fotos de un viaje, documentos del trabajo o escritos propios),
también es cierto que se utilizaban con asiduidad para compartir archivos
sujetos a Copyright. Y la diferencia es importante porque la gratuidad de los
torrent implica que nos encontramos ante un sistema popular y efectivo sin
ningún ánimo de lucro.
No obstante, el propio Kim Dotcom afirmó el lunes 29 de octubre que el nuevo
servicio —Mega— sería gratuito y legal. De ser cierto, esto marcaría una
diferencia importante, ya que estaríamos ante un sistema de compartición de
archivos más sencillo y al alcance de más gente que los torrent, legal y con
acceso, en principio, a archivos similares.
Conviene aclarar que ni los sistemas de almacenamiento y compartición de
archivos como Megaupload ni el sistema de torrents son, per se, ilegales. Se
trata sencillamente de formas de transmitir información o almacenarla. La
“ilegalidad” depende por tanto de lo que se almacene o transmita. Y tanto
gobiernos como órganos de justicia de diferentes países se encuentran ante el
problema de no tener claro a quién atribuir la responsabilidad (usuario final,
proveedor de conexión a Internet, dueños de los servidores).
Pero si, como afirma Kim Dotcom, el nuevo Mega es gratuito, es posible abrir
una reflexión más profunda entre este tipo de sistemas de compartición y los
ya conocidos torrent. ¿Cuál sería la diferencia entre ambas formas de
compartir información? En primer lugar, el sistema torrent se construye en
gran parte gracias a la comunidad que existe alrededor del mismo. Al no
haber ánimo de lucro, el afán es compartir por el mero hecho de compartir,
poner al alcance del público el contenido al que uno mismo, por la razón que
sea, ha tenido acceso. La transferencia de los archivos se produce desde los
PC de los particulares, de forma que ni el FBI ni los gobiernos pueden
“secuestrar” los discos duros con el contenido que infringe las normas en
materia de propiedad intelectual, porque implicaría requisar millones de
ordenadores de países distintos con diferente legislación. Los torrent suponen
un sistema que necesita la colaboración e implicación de los usuarios, y cierto
grado de buena fe. Cuando un usuario ha descargado completamente un
archivo, es siempre recomendable que esté un tiempo compartiéndolo (es
decir, no descargando pero dejando que otros descarguen) para que otro/s a
su vez puedan acceder a él. Así, a los usuarios que comparten la totalidad del
contenido (porque ya lo tienen descargado), se les llama seeds (‘semillas’) y a
los que han descargado una parte solamente y siguen intentando conseguir el
archivo completo, leechers (‘sanguijuelas’). A mayor número de seeds, mayor
velocidad de descarga, y garantía de que se podrá acceder al archivo
completo. Más leechers también suponen una mayor velocidad, pero sin la
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garantía de poder acceder al archivo completo, ya que normalmente sólo
podremos conseguir partes del mismo que los otros usuarios tienen. El
espíritu de compartir con el resto de usuarios es vital para la continuidad del
torrent, que depende de ello para ser un servicio de calidad.
En segundo lugar, si el nuevo Mega resulta ser similar al anterior Megaupload,
seguramente se extenderá lo suficiente para alcanzar una cuota de usuarios
importante, como ocurría antes de su cierre en febrero de 2012. Incluso puede
extenderse más que los torrent, que si bien son extremadamente útiles,
resultan algo más complejos para un público con conocimientos bajos-medios
de informática. Megaupload era una forma sencilla e incluso gratuita (según si
se utilizaba puntualmente o con asiduidad) de acceder a cierto contenido,
permitiendo ver series o películas sin necesidad de descargarlas (mediante el
sistema Megavideo, parecido a Youtube).
Nos encontramos en una época de cambios en lo que a modos de compartir
archivos se refiere. De Napster a Kazaa, pasando por Emule o Ares (por citar
algunos de los más populares), cada nuevo sistema que ha permitido a los
usuarios transmitir canciones, películas o libros ha tenido dificultades técnicas
y legales para asentarse. Uno de los sistemas que mejor ha aguantado ha sido
el torrent, aunque se vio algo relegado cuando los servicios de descarga
directa (Megaupload, Rapidshare, Hotfile, Uploaded) se volvieron más y más
populares. La exagerada detención de Kim Dotcom y el secuestro de todos los
servidores de Megaupload cogieron a la comunidad de internautas a medio
camino en la transición de los torrent a estos nuevos sistemas. Ahora, ante la
situación de incertidumbre legal y la aprobación de una restrictiva normativa
legal en distintos países como EE.UU., Francia, Alemania o España, los
usuarios se han refugiado en el valor seguro que suponen los torrent. Aunque
al parecer el informático alemán parece decidido a dar el salto y revolucionar
los sistemas de compartición de archivos o arriesgar su libertad en ello (a
parte del proceso judicial abierto, EE.UU. está intentando extraditarle, y
durante meses el juez de Nueva Zelanda le prohibió acceso a Internet por
cualquier medio).
Pero si una característica de Mega parece clara es que será, al menos a priori,
legal. Su gratuidad dependerá de cómo funcione, porque Megaupload no tenía
coste obligatorio, pero para disfrutar de un servicio decente era más que
recomendable pagar la cuota mensual. La legalidad del nuevo servicio se
intuye no sólo porque lo haya dicho Kim Dotcom, sino porque justo antes de
su detención, el informático estaba a punto de lanzar su servicio estrella,
Megabox, cuya intención era ser algo parecido a Megaupload pero con
remuneración hacia los artistas. Es decir, la propuesta era, una vez
Megaupload tenía millones de usuarios, conseguir que artistas, escritores o
productores alojaran en los servidores de Megabox sus contenidos. Kim
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Dotcom cobraría entonces una cantidad mensual a los usuarios y éstos
podrían acceder al contenido alojado en los servidores. A cambio, Megabox
pagaría una cantidad a los propietarios de ese material en función de las
descargas que obtuvieran.
Esta idea, de haberse llevado a cabo, hubiera supuesto un cambio importante
en los sistemas de compartición de archivos y podría haber supuesto una
solución satisfactoria tanto para los usuarios como para los autores
intelectuales del material, que cobrarían en función de la popularidad de sus
productos. En el caso de la música, este sistema podría suponer una nueva
forma de los artistas de acceder al público sin depender de la promoción de
grandes empresas discográficas que en ocasiones imponen contratos con
condiciones económicas muy poco ventajosas para los propios músicos, pero
que destinan grandes cantidades de dinero a la publicidad de grupos o
cantantes que pueden llegar a ser rentables. De hecho, a partir de la
detención de Kim Dotcom, en la Red se rumoreaba sin cesar que el sector
audiovisual estadounidense había presionado fuertemente para que el
gobierno de EE.UU. tomara cartas en el asunto. Sin duda, sorprende que se
empleara una dureza hasta el momento sin igual en localizar y detener a los
propietarios de una empresa concreta existiendo tantas otras que
funcionaban de igual manera (y alojaban una cantidad de archivos
prácticamente similar). Verdad o no, lo cierto es que la propuesta del
informático alemán suponía un cambio que podía llegar a restructurar la
difusión de contenidos culturales como se conocía hasta el momento. Gracias
a Internet, la distancia entre el artista o intelectual y el usuario o consumidor
hubiera sido más corta y más económica para ambas partes, aunque
gravemente perjudicial para las grandes empresas del sector.
Pero ¿qué hace de los sistemas de descarga directa como Megaupload una
herramienta tan potente para los internautas y un peligro para los lobbys del
sector como para forzar un cierre tan virulento como sospechoso de irregular?
Su alcance. Dejando de lado la idea de Megabox, muchas empresas similares
a Megaupload —incluso páginas web de torrent— llevaban años recibiendo
amenazas y pleitos por parte de distintos organismos del sector audiovisual.
La facilidad de acceso y uso de sistemas de compartición de archivos
mediante descarga directa permitían a usuarios de todo el mundo acceder a
contenidos a los que, de otra forma, no hubieran podido acceder. Megaupload
era utilizado por ciudadanos y gobiernos de todo el mundo (incluido el de
EE.UU.) para almacenar sus propios archivos de forma completamente legal,
lo que demuestra su popularidad y la utilidad técnica que aportaba. En lugar
de regular la situación que se daba con la compartición de contenidos sujetos
a derechos de autor intentando a la vez garantizar un mayor acceso por parte
de la población a bienes culturales, los gobiernos europeos y estadounidense
se posicionaron del lado de las grandes empresas del sector, propietarias
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legales de la producción intelectual de cantantes, escritores, directores o
músicos.
El problema con el que se han encontrado es que la comunidad internauta es
combativa y propensa a la desobediencia civil. El porqué de ello merece sin
duda un estudio aparte, pero sin duda uno de los motivos es la facilidad para
convocar acciones conjuntas y globales. Los boicots o medidas de presión a
través de Internet son en gran parte efectivos porque desde la comodidad de
un hogar puede perjudicarse la imagen y/o economía de grandes empresas
transnacionales, que en algunos casos se han vuelto enormemente
dependientes de su presencia en la Red. En este sentido, Internet se ha
convertido en un arma de doble filo, toda vez que ha abierto un mercado
inmenso para muchas empresas, pero ha dejado en manos de los usuarios un
poder del que antes no disponían.
Queda por ver si efectivamente el 19 de enero de 2013 el servicio Mega
entrará en funcionamiento, y sobre todo queda ver cómo será. En cualquier
caso, parece que va a ser difícil terminar con los torrent, que han demostrado
ser un buen refugio técnico y legal ante las acometidas de distintos sectores
contrarios a estos mecanismos de compartición de archivos. En cualquier
caso, la nueva plataforma de Kim Dotcom puede suponer un momento
importante para la reflexión sobre el modo en que actualmente se organiza la
industria audiovisual y sobre el concepto mismo de propiedad intelectual. Una
reflexión que sin duda debe involucrar a la industria, aunque sobre todo a los
propios artistas e intelectuales, por un lado, y a la comunidad internauta por
otro. En este campo, deben maximizarse los rasgos de Internet que suponen
una solución, y no los que suponen un problema. Porque las medidas
adoptadas hasta el momento van en una sola dirección, la de restringir un
“derecho” difícil de catalogar (que aúna rasgos de los clásicos derechos de
libertad o libre expresión), que bien podría definirse como un derecho a
compartir.
30/11/2012
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Ensayo
John Bellamy Foster y Robert W. McChesney
El estancamiento global y China
Mientrastanto.e recomienda encarecidamente la lectura de este ensayo de
John Bellamy Foster, editor general de la Monthly Review, y de su colaborador
Robert W. McChesney, acerca de la crisis económica a la que se enfrenta
China en un contexto internacional caracterizado por un fuerte estancamiento
del capitalismo a nivel mundial. Retomando el análisis presentado en su
reciente e importante libro The Endless Crisis: How Monopoly-Finance Capital
Produces Stagnation and Upheaval from the USA to China (Monthly Review
Press, 2012), los dos autores nos muestran las crecientes dificultades de
China para cumplir el papel de motor de recuperación económica del mundo y
la necesidad de activar un cambio político con vistas a ir más allá de un
capitalismo en fase de declive.
El estancamiento global y China
30/11/2012
Raimundo Gomes da Cruz y María Orlanda Pinassi
La minería y la lógica de producción destructiva en la Amazonia
brasileña
La tercera fase, y potencialmente la más letal, del imperialismo hegemónico global, que está
hoy en pleno funcionamiento, y corresponde a la profunda crisis estructural del sistema
capitalista, como un todo en el plano político y en el militar, no nos deja espacio para la
tranquilidad o la certeza. Por eso, el siglo que iniciamos será necesariamente el de
"socialismo o barbarie".
István Mészáros
Desde la fase de acumulación primitiva y, principalmente, a partir la
revolución industrial, la minería ha constituido un factor esencial en la
producción de riqueza capitalista. En este contexto, la primera colonización
(portuguesa, española, francesa y holandesa) tuvo la función de abastecer el
creciente mercado europeo con los bienes naturales saqueados en la región,
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entre los cuales los minerales ya figuraban como una prioridad. El desarrollo
desigual y combinado del sistema socio-metabólico del capital definía así la
condición de subalternidad de los países coloniales, países condenados a
suministrar bienes primarios para la industrialización inglesa, principalmente.
Durante los siglos XIX y XX, la rapiña se intensificó bajo el control de los
países neocolonizadores e imperialistas de Estados Unidos, Europa y Asía.
Hoy, más que en cualquier otra época, esto viene confirmándose con el nivel
estratosférico e interrelacionado que los capitales involucrados en la minería
desempeñan en todo el mundo. El frenesí que distingue la dinámica de esas
operaciones constituye la base sobre la que se asienta la lógica esencialmente
destructiva del capital en la actualidad. Esto quiere decir que cada una de las
fases de la actividad minera refuerza el carácter autofágico del capital,
exponiendo de modo inédito sus más agudas contradicciones
socio-ambientales, sus límites más absolutos. En Brasil, como en otros países
del mundo, el proceso tiene nombre propio: Vale. Esta es la compañía más
lucrativa en actividad en el país, la segunda empresa minera más grande del
mundo y la que más agresivamente aplica el recetario neoliberal de
acumulación, sinónimo de éxito empresarial total.
Sin embargo, ni los millones de reales gastados por la multinacional en
propaganda para vender la imagen de empresa sustentable y responsable,
consiguieron evitar que en enero de este año fuese escogida como la peor
empresa del mundo por la Public Eye Awards. También conocido como el
“Nobel” de la vergüenza corporativa mundial, el “premio”, creado en el 2000
por Greenpeace de Suiza y por la declaración de Berna, es concedido por voto
popular a la compañía más destructiva en términos sociales, labores y
ambientales. Compitiendo con Syngenta, Samsung, Freeport y Tepco —la
responsable por el gravísimo accidente nuclear de Fukushima, Japón, en
2011—, Vale fue la gran vencedora de 2012 por los daños irreparables que ha
causado directa e indirectamente a varias regiones de Brasil y del mundo.
Estamos hablando de la expropiación violenta de tierras de indígenas,
campesinos y comunidades tradicionales, que estaban dedicadas a la
agricultura, a la extracción y a la pesca; pero también de una devastación
socioambiental irreversible, de la utilización recurrente del trabajo esclavo e
infantil, y de la explotación sexual de menores.
Toda la cadena productiva de la minería ejecutada por Vale tiene impactos
extremadamente nocivos. Estos se presentan desde la exploración hasta la
extracción, desde la tala del bosque nativo hasta la formación de “bosques”
de eucalipto destinados a la producción de carbón vegetal, desde la utilización
de hornos artesanales hasta la fundición realizada por las siderúrgicas (que
tienen en el carbón vegetal una fuente esencial de energía), desde la
construcción de hidroeléctricas hasta la contaminación de aguas por químicos,
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desde el transporte del producto en ferrocarriles hasta la construcción de los
puertos destinados a los navíos que llevarán el mineral al exterior.
Durante todo el proceso, que reúne a los intereses de los capitales
involucrados en la minería, la energía hidroeléctrica, la agroindustria, la
construcción, el transporte férreo, terrestre y marítimo, y el sector financiero,
estamos asistiendo a un interminable camino de destrucción y miseria, a una
tragedia que tiene su culmen en el tratamiento industrial de productos que
históricamente han estado sirviendo al cada vez más poderoso complejo
industrial-militar. Para hacerse una idea, basta mencionar que la minería del
Complejo de Carajás proporciona la materia prima del arrabio, producto
destinado a gran escala a la producción de armamento principalmente en la
industria estadounidense, que en 2007 consumió alrededor 5,95 millones de
toneladas, equivalente al 60% de las exportaciones brasileñas.
Entre los días 12 y 15 de abril de 2010, cerca de 40 organizaciones sociales y
sindicales de Brasil convocaron e invitaron a organizaciones sociales y
sindicales de Canadá, Chile, Argentina, Guatemala, Perú y Mozambique al I
Encuentro Internacional de Poblaciones, Comunidades, Trabajadoras y
Trabajadores afectados por la política agresiva y predadora de Vale, empresa
minera originariamente brasileña, realizado en Río de Janeiro. Desde
entonces, el proceso se acrecentó, y originó la Articulación Internacional de
los Afectados por Vale (http://atingidospelavale.wordpress.com/).
La intención de este artículo es, además de divulgar el problema, hacer una
contribución al debate y al avance de las luchas en torno a la cuestión, que,
entre otras movilizaciones, promovió, en la región que abordamos, el 2°
Encuentro de la Juventud Afectada por la Minería, que tuvo lugar en Açailândia
(MA) en los días 27, 28 y 29 de julho de 2012. El encuentro, que contó con la
participación de más de 100 jóvenes de diversas organizaciones, como el
MST, el Movimiento Debate y Acción, Levante Popular de la Juventud,
Federación de Estudiantes de Agronomía de Brasil, Juventud por la Paz
(JUPAZ), Comisión Pastoral de la Tierra, Red Justicia en los Trillos... Fueron tres
días de debates sobre los problemas generados por Vale S.A., a lo largo de la
Estrade de Ferro Carajás (EFC), que corta 27 municipios y más de 120
comunidades campesinas, quilombolas, indígenas. En esa ocasión fue lanzada
la Campaña Nacional Contra la Violencia y el Exterminio de Jóvenes en el
contexto de la minería.
Sobre Vale
La historia de la minería en Brasil en el siglo XX está intrínsecamente ligada a
la propia historia de Vale que, desde sus orígenes, ya revelaba su vocación
belicista. La empresa fue creada en 1942 durante el gobierno de Getulio
60
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Vargas, con el nombre de Companhia Vale do Rio Doce (CVRD), bajo el
estímulo de la ideología nacional-desarrollista. Apadrinada por los Estados
Unidos e Inglaterra en torno a los acuerdos de Washington, la empresa surgió
en el Estado de Minas Gerais con el objetivo de extraer mineral de hierro para
abastecer, principalmente, a la Companhia Siderurgica Nacional (CSN), otra
creación de Getulio Vargas, localizada en Volta Redonda, Estado de Rio de
Janeiro. El sector se definió a partir de las políticas formuladas por la Comisión
Nacional de Siderurgia, creada en 1931 y ligada al Ministerio de Guerra,
agrupando a empresarios, militares y técnicos.
Durante la Segunda Guerra Mundial Europa dependía del suministro de hierro,
materia prima esencial para la industria bélica. Para asegurar dicho
suministro, el Export Import Bank-Eximbank financió la implantación del
complejo minero-siderúrgico de producción de hierro y acero en Brasil. Por su
parte, la United States Steel asumió la responsabilidad de construir una planta
procesadora en Vale do Rio Doce y la construcción del ferrocarril Vitoria-Minas
con apoyo total del gobierno brasileño.
La compañía, que en la década de 1950 producía entre 3 y 4 millones de
toneladas de hierro al año. En 1962 La empresa ya producía cerca de 8
millones de toneladas. Con la creación en ese mismo año de Docenave
—Companhia de Navegação Vale do Rio Doce— y la inauguración en 1966 del
puerto de Tubarao (Estado de Espíritu Santo), la producción de hierro alcanzó
los 56 millones de toneladas al año en 1974, cuando la empresa asumió el
liderazgo mundial del sector minero. Al mismo tiempo, la Docenave llegó a ser
la tercera mayor empresa de navegación granelera del mundo.
La Compañía funcionó como una empresa de capital mixto, con un 51% de las
acciones en manos del gobierno brasileño, hasta 1997, cuando fue privatizada
por el gobierno neoliberal de Fernando Henrique Cardoso, quien transfirió a
grupos extranjeros el 43,71% de las acciones pertenecientes al Estado en uno
de los procesos de privatización más fraudulentos de la historia del país, pues
su patrimonio fue subvalorado en un 74%. Contra esa privatización se
abrieron 69 procesos judiciales.
En ese periodo Vale producía 114 millones de toneladas al año y en el 2000,
después de la privatización, alcanzó 250 millones de toneladas, de los cuales
50 millones estaban destinados a las siderúrgicas brasileñas y 197 a la
exportación. En 2008, la compañía abandonó la sigla CVRD y adoptó el
nombre de Vale, ubicándose en el puesto 33 entre las mayores empresas del
mundo, de acuerdo con el Financial Times de aquel año. Así, se convirtió en la
mayor empresa del Brasil, superando a Petrobras y a Embraer. En esa
condición Vale registró en 2010 un ingreso operacional de 46.5 billones y una
ganancia liquida de 21.7 billones. En 2011, fueron US$ 62,21 millones de en
61
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ingresos y US$ 22,23 millones de beneficio neto.
Vale, que en el ranking de la minería mundial hoy es apenas superada por la
Aglo- australiana BHP Billiton, tiene una concesión para explorar y explotar
mineral en un área de 23 millones de hectáreas en diversos estados de Brasil.
En el exterior esa área es de 19,8 millones de hectáreas, distribuidas en 38
países de los 5 continentes. Y desde que asumió en el 2007 el control
accionario de la canadiense INCO, la mayor empresa de níquel del mundo,
emplea a 52 mil trabajadores en Brasil y en el extranjero.
El grupo Vale S.A. está conformada por 64 empresas, que comprenden las
áreas de exploración, producción de carbón y acero, prospección de
minerales, ferrocarriles, servicios portuarios, navegación, geotecnología,
generación de energía y agroindustria. El control accionario de la empresa
parece ser un secreto imposible de descifrar y por lo tanto no se tiene
información precisa al respecto. A pesar de esta limitación se pudo establecer
lo siguiente: 53,3% pertenecen al consorcio Valepar, comprador y controlador
actual de Vale; 29,2% a capital extranjero, 10,7% a capital brasileño, 6,8% a
los accionistas del Fondo de Garantía, una inversión que en teoría estimula al
trabajador a invertir en la empresa. El control accionario pertenece a la Previ
(mayor fondo de previsión social del mundo, perteneciente a los funcionarios
del Banco de Brasil, una condición que no necesariamente les garantiza el
control), a Bradesco (banco privado) y al Banco Nacional de Desenvolvimiento
BNDES (banco estatal destinado a proyectos sociales), que abrió una línea de
inversiones —el BNDESPar— exclusivamente para comprar el consorcio [1].
En Brasil, Vale tiene numerosas facilidades que le permiten intensificar la
acumulación de capital: paga salarios irrisorios, está exenta del impuesto
ICMS, las regalías son muy bajas y la mayoría de las veces no las paga,
consume energía muy por debajo del costo de producción y cuenta con
amplios incentivos tributarios para la explotación de los minerales. Las
regalías de la prospección de minerales, que se obtienen de la Compensación
financiera de los Recursos Minerales (CFEM), se distribuyen de la siguiente
manera: 12% para el Estado central, 23% para los estados de la Federación y
65% para la ciudad productora. Sin embargo, este porcentaje no garantiza la
prosperidad de las regiones. Por ejemplo, Pará es el cuarto estado más pobre
del país con el 18,9% de la población —1,5 millones de personas— viviendo en
condiciones de extrema pobreza. El caso de Maranhão es aún más grave,
porque de las 21 estaciones del ferrocarril de Carajás, 18 se encuentran en el
Estado y sufren los impactos negativos causados por la vía férrea, pero no
recibe regalías porque no es una región productora. Allí, 1,7 millones de
personas viven por debajo de la línea de pobreza, es decir 25,7 % de los
habitantes del Estado, una cifra que triplica la media nacional de 8,5%.
62
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Al mismo tiempo, la participación de los trabajadores en los beneficios (PLR)
ha disminuido drásticamente en los últimos años: en 1998 representaban el
14,21% de los dividendos, mientras que en 2005 apenas fue de 8,74%.
Vale y el complejo minero de Serra dos Carajás
En el período anterior a 1964, año del golpe militar en Brasil, los países
capitalistas centrales, en particular Estados Unidos, ya habían recogido gran
cantidad de información sobre las riquezas naturales de la región amazónica.
Para un saqueo más efectivo de esa riquezas era necesario asegurar un
mayor dominio sobre el poder político, lo que consiguió efectivamente en
Brasil y en varios países de América Latina durante las décadas de 1960, 70 y
80.
La ofensiva militar en territorio brasileño fue impuesta y realizada mediante la
deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el
Banco Interamericano de Desarrollo. El golpe de Estado de 1964 se constituyó
en el hito de esta intervención y el Estado autoritario que de allí surgió creó
las estructuras necesarias para un control efectivo de la Amazonía. Nos
referimos a la Superintendencia de Desarrollo de la Amazonía (SUDAM) y al
Banco del Amazonas (BASA), órganos catalizadores de los grandes proyectos
que han contribuido a enriquecer a las elites locales y de otras regiones del
país, que han traslado con rapidez sus capitales a la región.
La Amazonía es codiciada por una infinidad de factores: tiene un enorme
potencial en biodiversidad, riquezas minerales, recursos hídricos y la cultura y
saberes ancestrales de los pueblos originarios sobrevivientes. Por eso la
región moviliza y potencializa intereses económicos y políticos
crecientemente agresivos, a escala local, nacional e internacional.
Cada día los habitantes o titulares de tierras ya demarcadas como reservas
para los más variados grupos —descendientes de cimarrones, indígenas y
trabajadores rurales, algunos de ellos del MST— se ven más presionados o
amenazados por el gran capital, conformado por intereses extranjeros junto
con representantes del capital local y nacional. Gracias al apoyo estatal,
empresas como Alcoa, Cargill, Suez Tractebel, MPX, Camargo Correa,
Odebrecht, Andrade Gutierrez y Vale, controlan porciones significativas del
suelo amazónico, espacio estratégico y vital para la reproducción social,
económica y cultural de las poblaciones tradicionales.
En este escenario de expoliación y saqueo de las riquezas locales, el sur y el
sudeste del Pará aparecen como pioneros históricos de este proceso, siempre
justificado por el discurso del desarrollo, el progreso y la generación de
empleo. La apertura de carreteras, particularmente la Carretera
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Transamazónica, a partir de la década de 1960, fue el principal vehículo de
una triste historia marcada por la violencia contra los trabajadores rurales,
indígenas y luchadores sociales. Todo ello agravado por destrucción irracional
de la naturaleza.
En este contexto, en 1979, en plena dictadura militar, el presidente de la
República, general João Batista Figueiredo, nombró como presidente de la
compañía a Eliezer Batista [2], la persona responsable de hacer a Vale do Rio
Doce el principal accionista de complejo Carajás, una inmensa mina de hierro
controlada desde 1960 por US Steel. Para asegurar el éxito del proyecto fue
necesario crear una gran infraestructura que incluía la construcción de la
Central Hidroeléctrica de Tucuruí, una de los más grandes del mundo, el
ferrocarril Carajás-Itaqui, el puerto de Ponta da Madeira —ubicado en itaqui,
Sao Luis (MA)— y numerosas siderúrgicas. El complejo está situado en el
corazón del Parque Nacional de Carajás (Estado de Pará) y entró en
funcionamiento en 1985. Cuenta con la mayor reserva de hierro de alto
contenido del mundo y grandes reservas de manganeso, cobre, oro y otros
minerales raros.
El complejo de Carajás, también conocido como Provincia Mineral de Carajás,
se extiende sobre un área de 900 mil km², lo que equivale a la décima parte
del territorio nacional. Está atravesado por los ríos Xingu, Tocantins y
Araguaia, y abarca las tierras de los estados de Pará, Tocantins y Maranhão.
Tiene reservas estimadas en 2.000 millones de toneladas de mineral de hierro
ubicadas en el sur del estado de Pará. Vale tiene el usufructo de las reservas
de la zona que, según el Departamento Nacional de Producción Mineral
(DNPM), alcanza los 17 mil millones de toneladas. El mineral extraído de
cuatro minas que componen el complejo de Carajás contiene un 67% más de
hierro y hematita en comparación con el que se encuentra en el sur del país y
en las minas en otros países. Además, allí se explota manganeso, cobre y
níquel. Las minas se encuentran en medio de la selva, donde una inmenso
claro sirve de palco para una incesante actividad que se extiende las 24 horas
del día.
Las obras comenzaron en 1978, 11 años después de los primeros estudios
geológicos en la región. En 1981 ya se había abierto una inmensa mina y en
1985 entró en funcionamiento el primer tren de carga de Vale. Al año
siguiente se iniciaron las ventas del Sistema Norte con un primer embarque
de mineral por el puerto de Itaqui en Maranhão, totalizando 13,5 millones de
toneladas de hierro.
El tren de Vale, considerado el mayor tren de carga del mundo, ópera con 336
vagones que transportan más de 230 mil toneladas de hierro por día, lo que
equivale a 30 millones de dólares diarios. Esto significa 24 viajes cada día (12
64
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en cada dirección) por la Estación de Ferro Carajás (EFC) hasta el terminal
marítimo de Ponta da Madeira en Sao Luis (MA).
En el año 2008 la empresa registró un record histórico desde la entrada en
operación del complejo de Carajás en 1984: 1 billón de toneladas de hierro.
Esto es equivalente a extraer 300 mil toneladas de mineral todos los días de
las cuatro minas a cielo abierto. A partir de allí, según información
suministrada por la propia empresa, la inversión en el complejo creció de
manera vertiginosa. Por lo menos US.1165 billones directamente en las minas
ya existentes en Carajás; US 581 millones en la minas de niquel de Onca
Puma; US. 387 millones en proyecto de extracción de cobre con oro asociado
Salobo I; y más de US. 145 millones para explotación de hierro, manganeso,
níquel, aluminio y oro en Serra Sul de Carajás.
Perspectivas de crecimiento
Desde el año 2005 la extracción industrializada de minerales ha ido en
aumento, además de hierro, se explota también manganeso, cobre, oro y
níquel. Ese proceso, impulsado por la demanda y por el alto precio en el
mercado mundial, tiende a intensificarse. Esto es tan cierto que desde el
momento en que el mineral se convierte en mercancía de vital interés para el
país, el gobierno ha definido su situación como de máxima prioridad.
En función del crecimiento acelerado del sector, Vale obtuvo licencia para la
construcción de un cuarto muelle en el terminal marítimo de Ponta da Madeira
y se tiene previsto que entre en operación en 2012. Esta obra hace parte del
actual plan de expansión de Vale en infraestructura en la región norte, que
requerirá una inversión total de US. 2 billones.
Después de recibir la autorización de IBAMA en diciembre de 2010, Vale viene
trabajando en la ampliación del ferrocarril de Carajás en los trechos que
atraviesan las ciudades de Santa Rita, Itapecurú Mirim, Bom Jesus das Selvas,
Açailândia y Cidelândia —en el estado de Maranhão— y de Marabá —en
Pará—, y realizando estudios complementarios para los demás trechos. La
minera no informa sobre los plazos de las obras que están siendo ejecutadas
por Odebrecht. La vía férrea tiene 842 kms. y la expansión implica 625 kms.
adicionales en los estados de Maranhao y Pará. La nueva línea está siendo
construida en la misma faja de la línea principal.
Los proyectos
Las tragedias de la minería en el sur y sureste de Pará
El gigantismo operacional y lucrativo de Vale tiene su equivalente
65
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potencializado en los impactos negativos que genera en cada uno de los
municipios y comunidades donde realiza actividades mineras. En el sur y el
sureste de Pará, las ciudades de Marabá, Curionópolis, Parauapebas, Canaã de
Carajás, Rio Maria, Floresta do Araguaia, Santa Maria das Barreiras, Conceição
do Araguaia, Agua Azul, Ourilândia, Tucumã y São Felix do Xingu, son las más
afectadas por la extracción de minerales, la construcción de plantas
procesadoras, carreteras, diques de contención y líneas de transmisión
eléctrica. Además, para satisfacer las necesidades de una inmensa siderúrgica
ubicada en Marabá se construyó un oleoducto que afecta la reserva de los
indigenas Gavião, ubicada en Bom Jesús.
Estos impactos comenzaron desde la década de 1970, cuando el sudeste del
Pará recibió un gran flujo migratorio provocado por la construcción de la
Carretera Transamazónica y los proyectos de colonización impulsados por
esta obra. Pero, en la década de 1980 ocurrió una explosión demográfica en la
región a causa del descubrimiento de oro, en tierras que rápidamente se
transformaría en un inmenso yacimiento informal conocido como Serra
Pelada. Una multitud de hombres, casi todos oriundos del noreste del país,
llegaron en busca de trabajo y muchos de ellos terminaron quedándose en la
ciudad de Marabá y fundando otras, como El Dorado dos Carajás, donde
ocurrió la masacre de 19 trabajadores rurales Sin Tierra en abril de 1997 por
las fuerzas represivas del Estado de Pará.
En este mismo período, la CVRD realizó estudios de la viabilidad económica de
yacimientos de cobre, oro, manganeso y níquel en la región. Con la ayuda del
Estado y de los terratenientes locales, la empresa cerró la mina y aceleró el
proceso de expulsión de los trabajadores de sus tierras, proceso iniciado por
los ganaderos en la década de 1970, potencializando los conflictos de tierra,
los asesinatos y la violencia en el campo.
Después de cuatro décadas de explotación minera en la región de Carajás, el
resultado del “progreso” no podría ser peor: más de un millón de hectáreas de
bosques nativos destruidos, toda la madera comercializable talada, quema de
bosques para la siembra de pastos, ríos y arroyos contaminados. Además,
cientos de campesinos, indígenas, activistas de movimientos sociales y de la
iglesia han sido amenazados y asesinados. La población se elevó de 75.000 a
más de un millón de habitantes, la mayoría de ello son inmigrantes
desempleados y en situación de miseria que se hacinan en los suburbios.
También han aumentado los índices de violencia urbana, que comprenden
criminalidad, hurto, tráfico de drogas y prostitución. Como es imposible
analizar todos esos problemas en este artículo, solamente examinamos
algunos de ellos.
Impactos ambientales
66
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Deforestación. Considerando la lógica esencialmente destructiva del capital, la
deforestación es inevitable y se está arrasando el bosque lluvioso primario en
la zona de la mina. También han sido deforestadas áreas para la producción
de carbón y para construir alojamientos, carreteras, redes eléctricas,
depósitos de minerales, ferrocarriles y hornos artesanales.
Contaminación: La contaminación es de todo orden: del aire, del agua, del
suelo y acústica. Esta última, por ejemplo, se produce por las constantes
detonaciones de dinamita y por el ruido provocado por vehículos, máquinas y
equipos; sin mencionar la contaminación sonora que los trenes de Vale
producen en las poblaciones aledañas a la vía férrea. La contaminación del
aire es resultado del uso excesivo de productos tóxicos a lo largo de toda
cadena minera, incluyendo el monocultivo de eucalipto en lugares donde
antes había selva, para alimentar hornos de carbón que devuelven al
ambiente una humareda densa y sofocante. La contaminación del agua y del
suelo se produce por las sustancias altamente tóxicas utilizadas en el proceso
de extracción y transformación del mineral. Por ejemplo, para la
transformación del mineral de cobre se utiliza una gran cantidad de soda
caústica y durante el proceso de separación del oro el daño ambiental es
mucho mayor porque se utiliza el cianuro, una sustancia más perjudicial que
el mercurio utilizado en la minería no industrial.
Las minas están situadas en las montañas, cuyas aguas alimentan los arroyos
que desembocan en las quebradas y estos, a su vez, en los principales ríos de
la región: Itacaiúnas, Xingu, Araguaia y Tocantins, y La población toma el
agua de estos cursos de agua. Esto significa que los desechos de Vale, en el
sur y sudeste del Pará, están incidiendo directamente en los principales
afluentes del río Itacaiúnas, amenazando esta importante micro-cuenta y
poniendo en riesgo toda el agua superficial y subterránea de la región.
Proyecto Cristalino
Apertura de cráteres y la destrucción de las montañas. Para la extracción del
mineral, que siempre se encuentra en el subsuelo, se requiere la remoción del
suelo de las sierras, como sucede en el Complejo de Carajás (Parauapebas)
que tiene minas a cielo abierto. Además de la apertura de enormes cráteres,
que provocan daños ambientales irreparables, este proceso ha venido
causando la destrucción de cavernas y la extinción de especies animales que
nunca serán conocidas por la ciencia. Para tener una dimensión de los daños
se puede mencionar que el proyecto Salobo, por ejemplo, dejará un cráter de
2.000 metros de largo por 850 metros de ancho y 520 metros de profundidad.
Podemos imaginar la cantidad de cráteres que existirán en un lapso de veinte
años en la región, pero no tenemos la más mínima idea de para qué servirán.
67
Page 68
Proyecto Ferro
Impactos Sociales
Ante la expectativa de empleo y mejores ingresos se presentó un fuerte flujo
migratorio a la región, provocando el vaciamiento del campo y un gran
crecimiento de las ciudades. Como el número de empleos es bastante
reducido, mucho de los migrantes se han sumado a los que ya estaban
desempleados, formando un gran ejército de trabajadores precarizados y
baratos que sobreviven casi como esclavos. Debido a la miseria se someten a
todas las formas de explotación de las empresas, la mayoría de ellas
dependientes de Vale, y eso cuando logran ser contratados. Los casos más
graves ocurren en los hornos artesanales donde es común el trabajo infantil y
esclavo, y las actividades se realizan sin las más mínimas condiciones de
dignidad y seguridad. El Estado de Pará registró en 2008 cerca de 150 mil
niños trabajadores, muchos de los cuales laboraban en actividades de alto
riesgo, como en los hornos de carbón: “Los trabajadores, como ejemplo de lo
que sucede en las demás carboneras visitadas, cuando procesan el carbón
vierten agua en las brasas incandescentes y van retirándolo gradualmente;
sus trajes están formados por bermudas, camisetas, sandalias de goma y
como herramienta usan apenas una especie de pala. La temperatura en la
boca del horno o caldera es de aproximadamente 70° y, como los
trabajadores entran y salen, cambian constantemente de temperatura.
Algunos se mojan para soportar el calor. Varios llevan cicatrices de
quemaduras” [3].
Es importante señalar que muchos de los trabajadores que tienen la “suerte”
de obtener trabajo en Vale con contrato, vivienda, escuela y educación,
acaban por contraer graves enfermedades como cáncer, depresión y lesiones
serias e irreparables, sobre todo en la columna— causadas por el esfuerzo y el
contacto con sustancias químicas, tóxicas y radioactivas. Dada la cantidad de
trabajadores que se enferman —son más de cien los lesionados y
abandonados a su propia suerte en Carajás— se presenta una gran rotación
de personal. Según información del grupo Lesionados de la Valey de la
Asociación de Trabajadores Enfermos del Sudeste del Pará, la compañía viene
expulsando sumariamente a los trabajadores lesionados y suprimiendo todos
los beneficios ofrecidos al momento de la contratación. No se trata solamente
de trabajadores manuales, sino que el proceso también afecta a técnicos de
laboratorio.
Otro asunto muy importante en relación al crecimiento del capital involucrado
en los proyectos mineros, está referido al avance de la expropiación de
comunidades campesinas e indígenas. Los pobladores tradicionales son
expulsados de manera brutal de tierras que habían conquistado a través de la
68
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luchas y de la pérdida de muchos(as) luchadores (as). Como estrategia de
cercamiento de las áreas de interés para sus proyectos, Vale se ha apropiado
de una gran cantidad de tierras baldías.
Una situación social alarmante se ha producido por la implantación de
infraestructura en el yacimiento de cobre de Salobo, Parque Nacional
Tapirape-Aquri, municipio de Marabá. Las empresas contratadas por Vale para
la construcción del proyecto —Norberto Odebrecht, OAS, CAENCO, TRATERRA
y ALUSA— levantaron un campamento para 7 mil hombres, a 7 km de Villa
Sanção. Este municipio tiene una población estimada de 1.200 habitantes,
principalmente agricultores de la región e inmigrantes llegados en los últimos
tres años en busca de trabajo. La consecuencia más evidente del proyecto
Salobo para estas personas fue, en primer lugar, el aumento de la prostitución
infantil y del número de casos de violación de menores.
Los proyectos mineros benefician a un pequeño grupo de población local,
generalmente a aquellos que prestan servicios a las empresas y a quienes
facilitan la instalación de proyectos, cómo los empleados públicos. En
contraposición, esos mismos proyectos producen una abrumadora mayoría de
pobres y miserables.
Palabras finales
Durante más de 300 mil años la humanidad ha retirado de la naturaleza los
minerales que ha necesitado para satisfacer necesidades crecientes. La
minería, por lo tanto, es una actividad históricamente vital para el desarrollo
humano y social. Sin embargo, desde el siglo XVI, el imperativo de producir
excedente, bajo el control del capital y sus necesidades mercantiles, ha
alterado sustancialmente la relación del hombre con la naturaleza y, en
consecuencia, la actividad minera se ha visto particularmente afectada en
todo el mundo.
Aun así, podemos decir que durante la fase ascendente —período
comprendido entre las revoluciones burguesas del siglo XIX hasta la década
de 1960— el carácter destructivo inmanente al sistema sociometabólico del
capital no se había revelado plenamente. Es decir, en esta fase la lógica del
mercado no deprimía en forma absoluta la satisfacción de algunas
necesidades humanas.
Marx, por ejemplo vio aspectos positivos en el desarrollo del sistema, que,
además de ampliar “la órbita de los consumidores”, derriba “todos los límites
que obstruyen el desarrollo de las fuerzas productivas y se oponen a la
expansión de las necesidades, a la diversificación de la producción y a la
explotación y el intercambio [libre] de las fuerzas naturales y espirituales”
69
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(Marx, 1985: 277s.). Esta era la base sobre la cual se sustentaba la tesis de
que el completo desarrollo del sistema capitalista sería el presupuesto de un
nuevo modo de producción.
No obstante, esta tesis es totalmente impensable para el socialismo al
termino de la fase ascendente histórico-civilizatoria del capital, cuando no se
puede seguir asociando “aumento del consumo” con la satisfacción del
“individuo social pleno”. El momento actual surge de una crisis estructural
incorregible del sistema, cuya reproducción ampliada sólo se logra mediante
múltiples formas de destrucción que no cesan de multiplicarse. Para Mészáros
“desde el perverso punto de vista del ‘proceso de realización’ del capital,
consumo y destrucción son equivalentes funcionales […] y nada ilustra mejor
este hecho que el ‘complejo militar industrial’ y su continua expansión”
(Mészáros, 2003: 17s.). A lo que agregamos que pocas situaciones ilustran
mejor esta afirmación que las prácticas actuales de la minería, punto de
partida de un proceso consistente, de principio a fin, en la lógica de la
producción destructiva.
Toda la producción industrial utiliza componentes extraídos de la minería y,
por eso mismo, es tan grave el desperdicio y la obsolescencia que
caracterizan al sector, con el propósito de generar una circulación cada vez
más acelerada de capitales. Piénsese en las nefastas consecuencias previas y
subsiguientes de los millones de automóviles que entran en circulación todos
los días en las ciudades del planeta y en las montañas de desechos
irrecuperables creadas por la industria electrónica. Tanto o más grave es el
avance inescrupuloso de la lógica prevaleciente en la minería destinada a la
producción de armas. Allí, consumo y destrucción coinciden en cada etapa de
la larga cadena productiva de un “bien” cuyo valor de uso se realiza, desde el
principio, en la muerte.
En conclusión, producir mercancías —y derivados de minerales, caña, soja,
eucalipto, naranja— es una vocación histórica insuperable de Brasil y demás
países de extracción colonial en el desarrollo desigual y combinado del
capital. En ninguna época anterior a la nuestra los capitales estuvieron tan
entrelazados, hasta el punto de ser difícil identificar su origen en una empresa
trasnacional como la Vale.
Por esta razón, son muchas y son justas las acciones judiciales que impugnan
su proceso de privatización. Sin embargo, es muy cuestionable la defensa de
la nacionalización hecha por no pocos sectores de la izquierda brasileña, como
forma de fortalecer el desarrollo de la industria nacional con los mismos
patrones vigentes de expansión y acumulación. Consideramos que en la
actual fase histórica esa estrategia significa prolongar la irracionalidad del
capitalismo contra la clase trabajadora y contra la humanidad.
70
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Ante las consecuencias de una tragedia ya instalada, la única salida
verdaderamente honrosa para ser propuesta por los socialistas es la
expropiación nacional y popular del expropiador, en este caso de Vale, que
bajo el control efectivo de los productores libremente asociados deberá
negarse de manera definitiva a seguir alimentado los costos sociales y
ambientales de un circulo de destrucción y de miseria que, bajo los intereses
del capital, sólo puede ser profundizado.
Notas
[1] Véase “A Vale, empresa sem rosto e sem país”, en
http://www.brasildefato.com.br/node/678.
[2] No es simple coincidencia el hecho de que este caballero sea el padre de Eike Batista, el
más exitoso empresario brasileño, que gracias a la expansión del sector minero en Brasil y en
otros países, especialmente en América Latina, fue reconocido como la séptima mayor fortuna
del mundo según la revista Forbes.
[3] Véase http://www.dhnet.org.br/4legis/br/cdhcf/carvoarias.html.
Bibliografía
Karl Marx, Grundrisse, en: Karl Marx y Friedrich Engels, Obras fundamentales, FCE, México,
1985, vol. 6/1.
István Mészáros, El siglo XXI: ¿Socialismo o barbarie?, Ediciones Herramienta, Buenos Aires,
2003.
[Raimundo Gomes da Cruz Neto es ingeniero agrónomo y educador
popular. Orlanda Pinassi es socióloga e integrante del consejo de
redacción de Margem Esquerda. Este artículo ha sido publicado en la
revista argentina Herramientas]
29/11/2012
71
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El extremista discreto
Guillem Martínez
El botón
La única vez que en mi vida he visto un cambio político imprevisto, no fue en
la política. Fue en el Barça, algo que se parece tanto a la política que, por
ejemplo, el último Barça-Madrid me abstuve.
La cosa fue en una Asamblea de compromisarios. Era President Joan Gaspart.
Un genio. Cuando tomaba la palabra, aquel hombre le hacía a la palabra lo
que la primavera a los almendros. De hecho, en aquella Asamblea celebrada
en un momento en el que el Barça no se comía un rosco y su directiva estaba
bajo la sospecha de esa cosa que en otra cultura sería corrupción y, por aquí
abajo, economía creativa y singular gracejo, los compromisarios formulaban
preguntas crispadas y desordenadas, y Gaspart les respondía con grandes y
bellas construcciones lingüísticas. El local chachi en el que se celebraba el
acto, se iba poblando ante nuestros ojos de almendros, que florecían. En las
flores entraban abejas simpáticas, que las polinizaban. Leñadores japoneses
cortaban los almendros y realizaban preciosas marqueterías ante nuestros
ojos. La cosa duró varias horas, hasta que un socio levantó la manita y
formuló una pregunta ordenada. Explicó que el mundo es una red de
información, y que hoy en día se podía acceder a los mejores jugadores del
mundo apretando un botón. Posteriormente, preguntó si la directiva conocía el
botón en cuestión.
Sorpresívamente, se provocó un silencio monumental. Segundos después,
Gaspart bajó la cabeza y dijo lo que un Presidente de lo que sea no debe decir
nunca jamás. Dijo que no lo sabía. No sabía dónde estaba ese XXXXX botón.
Se desautorizó. La Asamblea transcurrió, a partir de entonces, sin almendros y
con un Presidente desautorizado pisando flores. A las pocas horas, Gaspart,
un hombre que sabía construir jardines colgantes con almendros, dimitía y si
iniciaba la Edad de Oro del Barça. Y todo por un botón. Es decir, por una
buena pregunta. Que un sistema se vaya al garete ante una pregunta, ante un
niño que se ríe y señala que el rey está desnudo tiene su grandeza.
Curiosamente, el mundo está repleto de reyes desnudos. Pero las cosas
grandes —no sé, un melón de 76 kilos—, no son frecuentes.
El sistema creado en los últimos 35 años está haciendo aguas. Es un sistema
que ha creado almendros lingüísticos tan bellos que te los tirarías. No
obstante, últimamente va por el mundo a pelo, sin jardinería. La monarquía,
sin almendros que la embellezca, últimamente está abandonada a su propia
velocidad. El caso Undargarín, que hace cinco años se hubiera solucionado
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creando un Yerno Malo, y que ahora se solucionará, al parecer, aduciendo
prescripción de los cargos, se está alargando en el tiempo, al no haber
almendros a los que agarrarse. El último viaje internacional del rey a la India,
protagonizado por un rey que no podía caminar y que se dormía en todos los
actos, provocó el nacimiento de la disciplina del chiste hindi, que se veía venir
desde el Mahabharata, pero que nunca había cuajado. La ulterior operación
del rey, un abuelito al que no le va a visitar ningún familiar próximo, está
dibujando la ausencia de almendros con una crueldad de familia media
española que tira de espaldas.
En el Congreso, desde hace más de una legislatura, los grupos parlamentarios
no existen. Así, con todas las letras. El grupo del PSOE, en ese sentido, es
incapaz de gestionar nada —afortunadamente, no hay nada que gestionar—.
El grupo PP, profundamente dividido, funciona porque ya no es necesario un
grupo parlamentario que funcione, sino que vote. Por ahora lo está haciendo.
Sucedía lo mismo en el Parlament catalán saliente. De los grandes grupos,
sólo iba tirando como tal CiU, un grupo disciplinado que ahora, después del
ERE del 25N, no lo será tanto. Tal vez desaparezca también como grupo
funcional y reaparezca como almendro, algo posible en un Parlamento que
carece de funciones llamativas.
En cinco años, todo ha cambiado. Todo: han desaparecido los almendros. Los
gobiernos gestionan el pago de deuda. Realizan una función tan especializada
que, en fin, es irrelevante escogerlos. La democracia —el bienestar era la
forma europea de democracia— ha desaparecido. Después de las elecciones
catalanas, CiU se ha descolgado con que le han dicho que se debe de realizar,
pero rapidito, un recorte de 4.000 millones. Un chico de la Brunete Catalana
—los chicos de la Brunete Catalana no sólo nos cuestan un huevo, sino que
construyen almendros canijos o, incluso, los talan—, sostiene que el recorte
será de 7.000. Una cifra u otra superan, en todo caso, el mayor recorte griego
producido cuando a Grecia le dio por recortarse a sí misma, empezando por
las piernas. No obstante, nadie parece comportarse como si ese recorte
catalán no fuera la piedra angular sobre la que se edificará el futuro. El futuro:
una España sin autonomías que no pueden pagarse ni el tabaco —ni el
enfisema—, o una España sin Catalunya, y una Catalunya con una deuda y un
conflicto social de rancia tradición española.
Pertenezco a una tradición que cree en la espontaneidad de los marrones. En
que un niño se levanta y dice que el rey está desnudo, en que un socio se
levanta y pregunta por un botón y el mundo, zas, cambia. Parece una
tradición cercana a la de los hermanos Grimm. Pero es la tradición que más ha
talado bosques de almendros. Sí, hay otras que han talado bosques mayores,
pero en contrapartida han construido plantaciones aún más gigantescas. Para
que esa tradición se vuelva operativa, sólo es necesario accionar un botón.
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Desde hace unos años, todo el mundo pregunta por botones. Son preguntas
buenas. A su vez, el mundo ya ha perdido el interés por esconder esos
botones entre almendros. Es, además, frecuente que cada vez más personas
salgan a la calle y hablen de botones y de almendros. No obstante, no hemos
conseguido nada. Es posible que no hayamos formulado la pregunta. Es
posible que no sepamos donde está el botón que acciona el botón de la
pregunta.
[Guillem Martínez es periodista y escritor. Publica actualmente en el
diario El País y es coordinador y coautor del libro CT o la Cultura de la
Transición (Debolsillo, 2012)]
30/11/2012
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...Y la lírica
Bertolt Brecht
Las muletas (1938)
Durante siete años no pude dar un paso.
Cuando fui al gran médico,
me preguntó: «¿Por qué llevas muletas?».
Y yo le dije: «Porque estoy tullido».
«No es extráño», me dijo.
«Prueba a caminar. Son esos trastos
los que te impiden andar.
¡Anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas!».
Riendo como un monstruo,
me quitó mis hermosas muletas,
las rompió en mis espaldas y, sin dejar de reír,
las arrojó al fuego.
Ahora estoy curado. Ando.
Me curó una carcajada.
Tan sólo a veces, cuando veo palos,
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camino algo peor por unas horas.
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La Biblioteca de Babel
Joseph E. Stiglitz
El precio de la desigualdad
Taurus, Madrid, 2012, 498 pags.
Desigualdad, definición de libre mercado
El precio de la desigualdad es una buena fotografía de los
efectos del neoliberalismo imperante en las últimas tres décadas, acentuados
por la crisis y su fase previa. Escrito por Josep E. Stiglitz, premio Nobel de
Economía, el libro traza la evolución de la economía estadounidense y el
aumento de las diferencias sociales, concluyendo que una minoría con
grandes recursos económicos controla la actuación del Estado y de los
agentes económicos, generando un aumento de la desigualdad.
Para entender el enfoque del libro es preciso conocer al autor. Antiguo asesor
económico de la Administración de Clinton y ex miembro de la dirección del
Banco Mundial, Joseph E. Stiglitz es un economista neokeynesiano crítico con
el libre mercado y que pretende “domesticar y moderar a los mercados” a
través de la actuación del Estado. El poder público debe controlar la economía
para que sea estable y eficiente, para que no genere desigualdades excesivas.
El autor centra su libro en el concepto de desigualdad, pero no en la
desigualdad de clase tradicional —concepto muy poco arraigada en la cultura
política de Estados Unidos—, sino que utiliza el concepto indignado del 1%
contra el 99% de la población. La que es la contradicción primera de la fase
actual del sistema capitalista, la inmensa mayoría frente a esa parte tan
pequeña de la población que controla la economía y, por consiguiente, la
política. Este 1% que ha aumentado exponencialmente su riqueza en los
últimos decenios al tiempo que el 99% ha visto como sus sueldos se
78
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estancaban.
Según Stiglitz, la desigualdad generada como recompensa por los diferentes
esfuerzos y aportaciones para el interés de la sociedad se encuentra dentro
de lo normal porque se mantienen alineados con los intereses social y
privado. Pero cuando los dos intereses no están alineados, sino que prevalece
el interés privado, la desigualdad aumenta fuera de lo permisible y, además
de perjudicar a la vida de la mayoría, es ineficiente económicamente. Esto es
lo que está pasando en Estados Unidos y Europa a causa de la influencia de
una élite económica que busca aumentar sus rentas y por la dejadez del
sistema político, que acaba siguiendo los dictados del 1%. Por todo ello,
tenemos unas economías que funcionan mal.
En contra de la lógica neoliberal, para Stiglitz la desigualdad es ineficiente
porque la economía funciona a partir del consumo y de las inversiones
productivas. La mayoría de los de en medio y los de abajo gastan todos sus
ingresos en la vida cotidiana o en sus negocios, mientras que las élites
acumulan riqueza y tienen gran parte de su capital en forma de ahorros o
inversiones en el extranjero, por lo que no generan riqueza en el país y no
aumenta el nivel de vida de los de abajo. Trasladar la renta de abajo a arriba
reduce considerablemente el consumo, porque los de arriba destinan mucho
menos a gastos y ahorran entre un 15 y un 25%. Al trasladar la renta hacia
arriba y al disminuir el consumo baja la demanda de bienes y servicios y
aumenta el paro, lo que a su vez hace que aumente la desigualdad y se
reduzca aun más el consumo.
Según el autor, hay tres fuentes de desigualdad: la desigualdad en ingresos
(el salario), la riqueza y el incremento de rentas e ingresos de capital. Las dos
últimas nos indican con mayor fiabilidad cómo evoluciona la desigualdad en
una sociedad, ya que la riqueza es la acumulación de distintos años y el
grueso de los ingresos de capital no se encuentra entre el 99%. En lo que se
refiere a los ingresos en EE.UU., Stiglitz resalta que en treinta años el 90% ha
aumentado sólo un 15% su salario y que en 2007 el 0,1% superior ingresaba
220 veces más que el 90% de abajo. En cuanto a la riqueza, cabe destacar
que antes de la crisis todo el mundo se enriquecía (aunque los ricos lo hacían
mucho más rápido), mientras que, a partir de 2007, los de abajo han perdido
patrimonio porque su único bien era la vivienda. Resultado: el 1% superior
posee un tercio de la riqueza de Estados Unidos.
La desigualdad se multiplica por la permisividad del gobierno, por un sistema
tributario cada vez menos redistributivo y por lo que Stiglitz llama la
“búsqueda de rentas”. Ésta es, para el autor, la gran explicación del aumento
desproporcionado de la desigualdad y que se podría resumir en aquellas
acciones del uno por ciento para conseguir aumentar sus beneficios más allá
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de lo que aporta a la sociedad: comportamientos monopolísticos (poniendo
barreras de entrada en sectores económicos), lógica cortoplacista y egoísta de
los directivos de las grandes empresas, búsqueda de subvenciones,
subvenciones ocultas, vacíos en el código tributario para no pagar impuestos
y otros regalos del gobierno (dejar explotar recursos naturales por precios
muy bajos o, por ejemplo, comprar medicinas sin negociar el precio). La
búsqueda de rentas tiene unas pésimas consecuencias para el conjunto de la
sociedad y ha generado un juego de suma negativa. Ya no es que todo lo que
han dejado de ganar los de abajo lo haya ganado el uno por ciento, con lo que
el resultado para el conjunto de la sociedad sería un juego de suma cero, sino
que las ganancias ilegítimas del 1% han generado muchas más pérdidas al
99% en el terreno económico, pero también en lo social y en lo político.
La búsqueda del aumento de la riqueza de manera ilegítima ha llevado a que
el 1% presione al poder político para que actúe a su favor, de ahí la gran
cantidad de recursos económicos que los lobbies han invertido en la
financiación de los partidos y de las campañas electorales americanas. Esto es
algo ineficiente para el buen funcionamiento de la economía, y ha conllevado
el fracaso del Estado en su función de control de los fallos del mercado y el
descrédito del sistema político. Stiglitz muestra su preocupación por el fracaso
de este último. El poder público ha sucumbido a los intereses de una minoría
fruto de la desigual capacidad de influir en el gobierno por parte de la mayoría
y de la minoría poderosa. El 1% dispone de lobbies, puede financiar a los
partidos y beneficiarse del fenómeno conocido como “puertas giratorias”: los
directivos de las grandes empresas y bancos pasan a ser altos cargos de la
administración pública y, una vez terminado su mandato, vuelven a la
dirección de las grandes empresas.
El autor dedica varias páginas a analizar cómo la mayoría se ve
desincentivada a defender sus intereses. Las tácticas para conseguirlo son
varias, como, por ejemplo, las trabas para participar en las elecciones o la
falta de pluralidad de ideas en los medios de comunicación. Estas tácticas se
proponen como objetivo que los de abajo asuman como propios los intereses,
valores e ideas de la minoría de arriba, a saber: la desigualdad como algo
positivo y normal, bajos salarios y flexibilidad laboral como factor de
competitividad, escasa inversión pública y bajos impuestos para incentivar a
la actividad económica y, por supuesto, la mínima intervención pública.
Para Stiglitz, el Estado tiene un jugar un papel importante a la hora de definir
el modelo económico, los niveles de desigualdad y la relación de fuerzas entre
los distintos agentes sociales y económicos. El Estado fija las reglas en todos
los sentidos: puede regular o desregularizar los distintos sectores económicos
(y ya sabemos las consecuencias de la desregularización del sector
financiero), puede poner coto a la acción de las grandes empresas y de sus
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directivos (Stiglitz otorga una gran importancia a la gobernanza de las
grandes empresas), puede garantizar la competencia o hacer la vista gorda
con las prácticas monopolísticas, puede incentivar o desincentivar la
sindicación de los trabajadores, etc. A día de hoy, el resultado que tenemos es
que la acción o la inacción del gobierno ha fijado unas reglas a beneficio del
1%.
Todo ello ha cimentado la desigualdad en la desregularización y falta de
control de la economía. Pero hay que sumarle dos factores más: un sistema
tributario cada vez menos redistributivo y la reducción de la inversión pública.
Merece la pena fijarse en cómo los distintos gobiernos han ido bajando la
carga impositiva sobre la minoría poderosa, según Stiglitz ilógicamente pese
que es lo que defiende el 1% al pensar solo en sus intereses y no en el avance
económico del conjunto de la sociedad. Además, la libre circulación de
capitales y la globalización comercial han facilitado la competencia fiscal a la
baja.
Según Stiglitz, prescindir de los recursos procedentes de las grandes fortunas
y las grandes empresas reduce la inversión pública, lo que no es eficiente
económicamente porque reduce la demanda agregada, aumenta la
desigualdad y disminuye la productividad (infraestructuras, educación, etc.).
Trasladar esa carga impositiva a los de en medio y los de abajo supone
reducir mucho la demanda afectando directamente a la economía. La mayoría
dedica todos sus ingresos al consumo, por lo que si pagan más impuestos
consumirán menos. Por el contrario, si aplicamos aumentos impositivos a las
grandes fortunas, cuya mayor parte de capital no está dedicado al consumo ni
a la inversión productiva en el país, aumentará la recaudación y no disminuirá
el consumo.
Joseph E. Stiglitz hace un buen análisis de cómo ha avanzado la desigualdad
principalmente en los cuatro primeros capítulos del libro. Además de
contarnos los efectos negativos de la desigualdad en la sociedad y en la
economía, este libro nos permitirá comprender el papel del gobierno en la
economía, las consecuencias de las políticas de austeridad y la importancia de
la distribución de los impuestos. Habla de todo ello centrándose en Estados
Unidos, pero sin duda su análisis nos recordará la realidad económica y
política del otro lado del Atlántico.
Cabe comentar que la ideología y pensamiento económico del autor no nos
permite ir más allá de lo que es un sistema político y económico capitalista
gestionado con rostro humano. Pese a ello, la lectura de su obra nos ayuda a
tomar conciencia de la primera contradicción del sistema en su fase actual, a
la que —aunque no sea la contradicción fundamental o básica del modelo
capitalista— debemos enfrentarnos.
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Ricard Ribera Llorens es politólogo; Twitter: @RicardRibera
Ricard Ribera Llorens
29/11/2012
Los Economistas aterrados / J. Riechmann, L. González Reyes, Y.
Herrero y C. Madorrán
Cambiar de economía / Qué hacemos frente a la crisis ecológica
FUHEM Ecosocial-La Catarata / Akal, Madrid, 2012
Para pensar alternativas
Dos buenos libros de divulgación para comprender y hacer frente a la
situación actual. El primero recoge una serie de intervenciones de los
aterrados economistas franceses como aportación al debate de la campaña
electoral de las presidenciales francesas. No parece que Hollande les haya
hecho mucho caso, pero las ideas quedan ahí. El segundo es un trabajo de
conocidos activistas ecolologistas donde se analiza la crisis ecológica y se
proponen medidas para combatirla a diferentes niveles. Ambos libros
comparten la claridad explicativa, el conocimiento profundo de los problemas
y la búsqueda de propuestas. Buena lectura para pensar y discutir en serio
qué hacer ante las dos crisis entrelazadas que padecemos.
Albert Recio Andreu
30/11/2012
Piero Calamandrei
Inventario de la casa de campo
Prólogo y trad. de Perfecto Andrés Ibáñez; xilografías de Pietro Parigi
Trotta, Madrid, 2012, 180 pags.
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Doy noticia de esta sencilla y atractiva obra del gran jurista Piero
Calamandrei (1889-1956), que despliega narrativamente recuerdos de la
infancia y la adolescencia del autor y de sus estancias en una casa de campo
en la Toscana. Se trata de un libro que merece ser leído lentamente, al
compás de unas páginas diarias, para disfrutar de su lírica siempre en tono
menor, de su ironía. Como señala Perfecto Andrés en su excelente Prólogo
—que da cumplida cuenta de la interesantísima personalidad del autor— la
redacción de estas páginas en 1939 seguramente le sirvió de consuelo a
Calamandrei en momentos muy trágicos para su patria y para el mundo. No
está nada mal como lectura para este tiempo nuestro.
J.-R. Capella
19/11/2012
José Antonio Fortuny
Alehop
Funambulista, Las Rozas, 2012, 352 pags.
Un matrimonio de ancianos llevan una vida tranquila en
un pueblo remoto. La mujer, debido a los achaques de la edad, depende del
marido, que la ayuda a levantarse de la cama. Un buen día, el marido sufre un
dolor de espalda que le impide hacer esfuerzos, por lo que acude al
ayuntamiento a pedir ayuda, convencido de que su pequeño problema tiene
que tener una rápida solución. Mientras tanto, un misterioso circo llega al
pueblo, desatando una gran euforia y fascinación en sus habitantes. El alcalde
del pueblo se encuentra en la tesitura de mantener ese circo, y para ello irá
recortando cada vez más la escasa ayuda que había concedido a los
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ancianos... A partir de aquí, la pareja de ancianos se verá involucrada en una
aventura surrealista, hilarante, para tratar de sobrevivir.
Alehop es una magnífica sátira social llena de humor negro, una denuncia
sobre el desamparo de los más vulnerables. En ella vemos desfilar a políticos
corruptos, programas de televisión basura, charlatanes, timadores sin
escrúpulos... Una novela original, fresca y divertida que ha recibido muy
buenas críticas. Te hace reír y reflexionar al mismo tiempo.
Para más información: http://www.alehopnovela.com
Alicia Villamir
28/11/2012
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En la pantalla
Manos arriba, esto es un contrato
Los abusos de la banca en Espana y la connivenca política
2012
Versión reducida del largometraje documental Manos arriba. Documental que
recoge los abusos que ha cometido la banca española en esta última década.
Desahucios, swaps, preferentes, todo ellos con el consentimiento de los
organismos reguladores y la connivencia o incompetencia política.
Recoge entrevistas de economistas, Arcadi Oliveres, Juan Torres López y
Miguel Córdoba. Miembros de asociaciones y plaraformas sociales, Rafael
Mayoral (Plataforma Afectados por la Hipoteca, PAH), Aida Quintanoa
(Conadee), Lauda de los Santos (Estafa Banca) Patricia Suárez
(ASUAPEDEFIN), Fernando Herrero (ADICAE), José Cosin (Attac Málaga) y
porfesionales como Juan Manuel Moreno-Luque y Javier Sotos (ACTIVA
PREFERENES), Juan Manuel Sánchez Gordillo (Diputado IU Andalucía), Gregorio
Gordo (IU Madrid), Tatyana Roeva (psicologa PAH), Marifé Bravo (psicologa y
psiquiatra del Hospital La Paz), Aurora Labio Bernal (vicedecana de la Facultad
de Periodismo de la Universidad de Sevilla) y Pascual Serrano (escritor y
periodista).
30/11/2012
Alfredo y Alfonso Infantes Delgado
Vivir entre piedras
Recordando a Antonio Gramsci
El pasado día 27 de abril de 2012, y coincidiendo con el aniversario de la
muerte del pensador y dirigente comunista italiano, en el salón de la Sede
Local de IULV-CA de Jaén (avenida de Granada, 24, bajos) iniciamos una nueva
serie de encuentros, dinamizados por Ana Alcántar y Javier Aguilera, que
denominamos "Citas secretas". Diálogos de carácter político-cultural, hilos
sueltos con los que trenzar una historia de historias de la vida de las clases y
grupos de abajo, de los explotados, los desposeídos y humillados. En el acto
fue proyectado un audiovisual realizado por Alfredo y Alfonso Infantes
Delgado, sobre el texto de la carta dirigida por John Berger al Subcomandante
Marcos "Vivir entre piedras", y con imágenes de la vida de Gramsci y paisajes
de Cerdeña.
20/11/2012
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De otras fuentes
Jesús Gómez Gutiérrez
Monólogo de un hombre sentado
(Habla sin moverse. Tiene los ojos cerrados y las manos apoyadas en los
muslos.)
—Soy del 8% por hipotermia. Lo sé porque estaba en uno de los periódicos
que me tapaban. «Una muerte cada cinco días», 473 personas desde el año
2006, todas sin hogar. No recuerdo las cifras exactas; sé que había más de un
25% por agresiones y como un 14% por el fuego, increíble, por intentar
calentarse. Y luego el 8%. De eso me acuerdo. Me quité los periódicos y me
apoyé en el respaldo del banco.
Sucede así.
Primera fase: la temperatura desciende de uno a dos grados, las manos se
entumecen, la respiración se acelera, el vello corporal se eriza.
Segunda fase: la temperatura desciende de dos a cuatro grados, falta de
coordinación, escalofríos, bradicardia, palidez, movimientos lentos.
Tercera fase: la temperatura desciende por debajo de los 32 grados. Dificultad
para hablar, para pensar. Piel azul. Fallo de los órganos principales.
(Abre los ojos.)
Madrid está preciosa de noche.
(Cierra los ojos.)
Cuando era niño, mi padre acumulaba los periódicos viejos en una caseta del
patio. Leía mucho, así que formaban pilas altas antes de que se acordara y los
tirara a la basura. Una vez, empezó a desmontar una pila y salió un ratón. Mi
padre se empezó a reír y me dijo que era normal; comían y comían papel,
haciendo un túnel y después, al final del túnel, comían más papel que antes y
hacían una madriguera.
Así estaban calientes en invierno.
Y su propia casa era su comida.
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La tercera fase termina con la muerte clínica, pero la hipotermia disminuye
tanto la actividad celular que el cerebro sigue activo más de lo corriente.
Quizás estoy en ese punto, pensando en ratones.
(Oscuro.)
[Fuente: http://jesusgomez.lainsignia.org/]
28/11/2012
Antonio Turiel
El ocaso del petróleo
Queridos lectores,
Empiezo este post como acababa el anterior: con la gráfica de la previsión que
hace la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su último informe anual
para la producción de petróleo de acuerdo con su escenario central, el de
Nuevas Políticas. Ese gráfico, como ya se comentó, muestra que a escala
global la producción de petróleo crudo comenzará ya su declive. Las
previsiones de la AIE tienen ciertos elementos un tanto optimistas, por no
calificarlos de fantasiosos, en lo que se refiere a la producción futura de los
yacimientos de petróleo aún por descubrir y aún por poner en explotación,
amén de que infla considerablemente las perspectivas de los petróleos no
convencionales, con los que consigue que en 2035 se llegue a la marca de
100 millones de barriles diarios (Mb/d) desde los casi 87 Mb/d de 2011. Todo
lo cual comentamos en el último post.
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Y en ese mismo post Carlos de Castro hizo un interesante comentario sobre la
interpretación correcta de las cifras de ese escenario. Eso me hizo pensar en
hacer un sencillo ejercicio, con números simples, para mostrar que incluso con
el maravilloso escenario de la AIE para el futuro las cifras en realidad no
cuadran. Que incluso con la mejor de las hipótesis para el futuro estamos ya
entrando en la fase de declinación del petróleo. Veámoslo.
He tomado el gráfico de arriba, lo he renderizado en alta resolución (600 dpi)
y he medido la altura relativa de las barras. Después, mediante una sencilla
regla de tres, he convertido las barras en un valor equivalente de producción
para cada año representado, expresado en Mb/d. He aquí mis resultados:
2000 65.9 65.9 65.9 73.8 74.9 74.9 76.7
2005 70.0 70.0 70.0 79.7 82.0 82.0 83.9
2011 68.2 68.2 68.2 80.2 83.2 84.4 86.2
2015 64.1 68.2 68.2 82.6 86.8 89.3 91.7
2020 56.3 65.3 66.5 82.1 88.0 91.1 94.0
2025 48.0 61.1 65.9 82.1 89.2 93.3 95.8
2030 36.7 56.4 65.3 82.1 90.9 94.6 97.6
2035 25.9 52.2 65.3 83.2 93.3 97.0 100.0
Lógicamente, y dado el método, estos valores tienen un cierto margen de
error, pero seguramente es bastante pequeño (por ejemplo, para 2035 la
producción total de petróleo me resulta de 100 Mb/d pero el informe dice que
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es de 99,7 Mb/d, así que probablemente el error de las cifras que doy respecto
a las reales de la AIE debe ser inferior al 0,5%).
A partir de aquí he elaborado un gráfico continuo (simple extrapolación lineal
para los años de los que no tenemos datos); los colores se corresponden
aproximadamente a los del gráfico de la AIE:
Recordemos las diferentes categorías. La franja negra de más abajo
representa la producción de los campos de petróleo crudo actualmente (2011)
en producción. La franja de color azul celeste representa la producción de los
campos de petróleo crudo que ya se conocen pero que no se están explotando
por falta de demanda o exceso de coste productivo. La franja de color azul
oscuro representa la producción de petróleo crudo que tendrá que venir de los
campos aún por descubrir. Todas las otras franjas representan petróleos no
convencionales, sucedáneos imperfectos del petróleo. La franja de color
morado representa la producción de los líquidos del gas natural; la de color
amarillo viene de la producción de todos los demás petróleos no
convencionales excepto el ligero de roca compacta; la franja roja es la del
ligero de roca compacta y la verde (en contraste con el color usado en el
informe de la AIE) representa las ganancias de refinado.
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Representada en forma contínua, aunque sea con una extrapolación lineal
entre puntos consecutivos, se hace uno una idea más cabal de cuál es el
escenario que la AIE considera como más cercano al curso futuro de los
acontecimientos. En particular, el suave declive de la producción de petróleo
crudo se hace más palpable.
Pero, volviendo al comentario de Carlos de Castro, esta gráfica oculta un
hecho fundamental. Estamos sumando volúmenes diversas categorías de
hidrocarburos asumiendo que son equivalentes... pero no lo son. Los petróleos
no convencionales, todos ellos, tienen densidades energéticas por volumen de
alrededor del 70% de la del petróleo crudo. Por otro lado, las ganancias de
refinado se refieren al aumento de volumen de los productos procedentes del
refino de petróleo, aumento de volumen que obviamente no supone un
aumento de la energía que se extrae del petróleo. Eso no quiere decir que los
productos refinados a partir de un barril de petróleo tengan exactamente la
misma energía que un barril de petróleo, o incluso menos debido a las
pérdidas en el proceso de transformación (el Segundo Principio de la
Termodinámica siempre está al acecho). En realidad estos productos tienen
más energía que la del barril originario, porque en su elaboración se utiliza
gas natural, para la hidrogenación de los hidrocarburos más insaturados. Lo
que obviamente sí pasa es que la energía de los refinados de un barril de
petróleo tienen menos energía que el barril original más la del gas natural
empleado. En todo caso, toda ganancia de energía no viene del petróleo sino
del gas, así que si lo que nos interesa saber es cuánta energía proviene de la
producción de petróleo en sí misma hemos de suprimir simplemente la franja
correspondiente a las ganancias de refinado. Haciendo esos ajustes (los
petróleos no convencionales tienen un 70% de la energía en volumen del
petróleo crudo, las ganancias de refinado no aumentan la energía del
petróleo) obtenemos la siguiente gráfica, que vendría expresada ya como
unidades de energía aunque éstas sean poco convencionales: millones de
barriles equivalentes a petróleo crudo por día:
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Ésta es la gráfica que la AIE debería presentar si hiciese la contabilidad como
es debido, es decir, dando flujos de energía y no de volumen. Como se ve, las
perspectivas de crecimiento de producción, cuando se expresan en términos
de la energía asociada, son mucho más magras y menos alentadoras:
pasaríamos de 79,5 Mb/d (entendidos ahora como equivalentes energéticos)
en 2011 a 87,5 Mb/d en 2035.
Con todo, esa gráfica aún no cuenta toda la historia, puesto que es una
gráfica de energía bruta o total, pero no nos dice cuánta energía le queda
disponible a la sociedad, una vez se ha descontado la energía requerida para
la mera producción energética, para el mismo mantenimiento de estos flujos.
Para hacer una estimación de la energía neta necesitamos conocer la Tasa de
Retorno Energético (TRE) de las diferentes fuentes de hidrocarburos
asimilados a petróleo. Recordemos que la TRE viene dada por la siguiente
fórmula:
TRE = Et/Ep
donde Et es la energía total producida por una fuente y Ep es la energía
necesaria para su producción, ambas tomadas durante toda la vida útil de la
91
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fuente en cuestión. Asumiré que dado el gran número de yacimientos y
sistemas de producción el sistema está en equilibrio dinámico, es decir, que
tanto Et como Ep se pueden tomar como valores instantáneos (simplificación
que en realidad suaviza el declive). Con esta formulación, la energía neta En
que nos devuelve una fuente durante su vida útil (y, si tenemos muchas
fuentes en momentos diversos de su vida útil, también vale de manera
instantánea para todo el conjunto) es:
En = Et-Ep = Et·(1-1/TRE)
Sólo nos falta conocer los valores de TRE para todas las diversas categorías
del gráfico de la AIE. Conocer esos valores es harto difícil y no exento de
controversia, según la metodología empleada. Yo no voy a hacer una
discusión pormenorizada de todos estos valores; simplemente, voy a proponer
unos que me parecen razonables. Como los números están sobre la mesa,
cualquiera puede jugar con ellos y proponer los cambios que le parezcan más
oportunos y obtener así su propia versión. También cabe decir que este
ejercicio debería hacerlo la propia AIE, de cara a dar una idea más clara de
cuál es el futuro de disponibilidad de energía para la sociedad (porque dar el
dato bruto, que incluye el gasto para el despliegue y mantenimiento de los
sistemas de producción de petróleo, es bastante engañoso). He aquí mis
valores; todos son constantes en el tiempo, lo cual en realidad suaviza el
declive:
Para el petróleo crudo actualmente en producción asumo un valor de
TRE de 20, en sintonía con las estimaciones más habituales. Un valor
tan alto tiene poco impacto, ya que sólo resta un 5% a la energía neta.
Para el petróleo crudo sin explotar, más caro, asumo una TRE de 5.
Algunos autores lo cifran en 3 o incluso en 2; otros, en 10. El valor 5
me parece un compromiso razonable: suficientemente pequeño como
para explicar que algunos de estos yacimientos no se hayan podido
explotar económicamente hasta ahora, pero suficientemente grande
como para permitir que ahora, con precios altos, se puedan explotar.
Eso implica un retorno de energía neta del 80% de la energía bruta.
Para el petróleo aún por descubrir, asumo una TRE de 3. Los
yacimientos por descubrir son mayoritariamente de aguas profundas,
donde típicamente se tienen que perforar 4 o más pozos secos antes
de dar con uno que produce petróleo; además, tiene ritmos de declive
más rápidos que el petróleo en la plataforma o en tierra firme, lo que
implica tener que perforar más o hacer perforación horizontal; tienen
más problemas de mantenimiento y muchos están en zonas tropicales,
donde el paso de huracanes obliga a cerrarlos periódicamente y
causan daños, incrementando el coste productivo en términos de Ep.
También forman parte de esta categoría los petróleos árticos, con
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similares dificultades. El retorno de energía neta aquí sería del 66% de
la energía bruta.
Para los líquidos del gas natural, asumo una TRE de 5. Si el gas natural
del que provienen fuera sólo convencional, una TRE de 20 sería lo más
razonable, pero una parte muy grande de estos líquidos tendrá que
venir del gas no convencional, que tiene una TRE muy baja. De nuevo,
un 80% de energía neta sobre la bruta.
Para los petróleos no convencionales, incluyendo el petróleo ligero de
roca compacta, asumo una TRE de 2. Esta categoría incluye
mayoritariamente los biocombustibles, con TRE de 1 o inferior, y los
petróleos de esquisto, que tienen TRE de 3 o inferior. Eso implica que
sólo el 50% de la energía bruta llega a aprovecharse en energía neta.
Tomando todos esos valores en cuenta se obtiene el siguiente gráfico:
Este gráfico también lo tendría que haber producido la AIE si se tomase en
serio su trabajo, y, como ven, explica una historia bien diferente a la oficial.
De acuerdo con él, la energía neta de todos los líquidos del petróleo, incluso
con la infladísima previsión de futuro de la AIE, llegaría a su cenit hacia 2015,
con un valor máximo de 79,7 Mb/d de energía equivalente al petróleo, y
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decayendo suavemente hasta los 77,1 Mb/d en 2035. En suma, que
estaríamos muy próximos al cenit de la energía neta del petróleo, mensaje en
extremo alarmante.
¿Y qué pasaría si en vez de proponer unas estimaciones tan infladas como las
de la AIE les damos un pequeño baño de realismo? Es difícil hacer una
estimación precisa de cómo irá en realidad la producción de las diversas
categorías de líquidos asimilados a petróleo (por lo menos a mi que no soy
geólogo; los miembros de ASPO, sin embargo, sí que tienen buenas
estimaciones de todas ellas). Sin embargo, resulta fácil hacer una
aproximación un poco más realista acerca del futuro real de la producción de
petróleo. Aproximación discutible, si quieren; aquí dejo las hipótesis y los
números, para que quien quiera repita los cálculos a su gusto:
De acuerdo con la edición de 2010 el informe anual de la propia AIE, y
con el consejero delegado de Shell Peter Voser, la declinación de los
pozos de petróleo crudo actualmente en explotación es del 5% anual,
y no del 3,3% anual que se deduce del presente informe. Corrijo esta
tendencia.
De los pozos que actualmente no se explotan, seguramente no todos
podrán ponerse en explotación, en parte porque el precio del barril pa
ra que salieran a cuenta es excesivo como para que la sociedad lo
pueda pagar (ya hemos discutido que, contrariamente a lo que dice la
ortodoxia económica, la energía no es una mercancía más y no todo
precio es pagable en nuestro actual sistema), y en parte porque no
hay métodos eficaces para procesar esa producción potencial (el caso
más obvio es el que ya tantas veces hemos comentado del campo de
Manifa, en Arabia Saudita, cuyo petróleo tiene un contenido tan alto
en vanadio que no hay refinería en el mundo que lo pueda tratar).
También creo que la AIE peca de optimismo en cuanto al potencial de
estas fuentes. Teniendo todo eso en cuenta, reduzco esta cantidad a la
mitad.
En cuanto a los pozos aún por descubrir, es sabido que las
estimaciones de la AIE presuponen un ritmo de hallazgos que es 4
veces superior al de los últimos 20 años. Añádase a eso que en un
contexto de inestabilidad económica la tendencia de las grandes
compañías no es a invertir más en exploración y desarrollo, sino
menos (de 2008 a 2009 la inversión cayó en un 19%, recuperándose
sólo mediocremente en los años posteriores cuando tendría que haber
crecido enormemente para compensar las dificultades crecientes de la
explotación). De hecho, muchas compañías petrolíferas han arrojado la
toalla y han renunciado a continuar buscando más petróleo. Por tanto,
reduzco esta cantidad a la cuarta parte de lo estimado por la AIE.
Respecto a los líquidos del gas natural, sólo un tercio de su contenido
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en masa contiene cadenas de hidrocarburos suficientemente largas
para poder ser aprovechables como combustible para las máquinas
actuales, refinado a gasolina (pero no a diésel, combustible que
plantea muchos retos específicos). Se tendría que hacer una gran
reforma de los actuales motores de gasolina para que pudieran
aprovechar directamente los gases más ligeros (el nombre de "líquidos
del gas natural" es bastante engañoso), esto es, el propano y el
metano (también se puede sintetizar etanol a partir del etano y
aprovecharlo directamente). Los costes de adaptación no son muy
elevados, pero requieren igualmente de cierta inversión a la cual la
sociedad es poco proclive en tiempos de crisis, y además sólo vale
para motores de gasolina (cuando en Europa la mayoría de la
automoción privada es de diésel, y toda la maquinaria pesada va con
diésel en todo el mundo). Siendo muy generosos acepto que un tercio
de esos líquidos del gas natural fueran aprovechables como sustitutos
del petróleo.
Respecto al petróleo ligero de roca compacta, ya comentamos que las
estimaciones están muy hinchadas. Lo reduzco a la mitad.
El resto de petróleos convencionales los dejo tal cual.
Con estas premisas, la gráfica para la energía neta que obtenemos es la
siguiente:
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El resultado está a la vista: el año de inicio de la declinación terminal de la
energía neta es ya. En realidad, podría ser en cualquier momento de aquí a
2015 ya que los datos de los que he partido están discretizados cada 5 años y
por tanto la datación no puede ser más precisa que esa rúbrica. Por otro lado,
cabe decir que el cenit de la energía neta del petróleo no significa el cenit de
toda la energía, puesto que las demás fuentes tienen todavía un poco de
margen hasta su declinación y en parte compensarán esta caída; sin
embargo, a medida que la declinación del petróleo sea más fuerte la caída
será más difícil de compensar, y en algún momento no lejano, combinada con
el agotamiento del crecimiento de las demás fuentes, la caída será ya
inexorable. Por último, destacar que la caída de la energía neta del petróleo
no será reconocida hasta que no sea evidente la del volumen (como se
mostraba en la primera gráfica), puesto que el concepto de energía neta es
más elusivo. Ya sabemos que la educación económica clásica no puede
reconocer ni entiende el concepto de TRE, con lo que todas las explicaciones
que se darán cuando la producción de petróleo decline es que no se está
invirtiendo lo suficiente en exploración y desarrollo (como pasa ahora mismo
en Argentina) sin entender que las cuentas económicas no pueden salir si no
salen las energéticas. Esto dará lugar a enconados debates que llevarán a
políticas erráticas que harán más mal que bien, a posiciones más
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radicalizadas y a la adopción final, en muchos casos, de medidas draconianas
de corte populista que nada solucionarán y todo agravarán.
El hecho final es que la era del petróleo toca a su fin. Continuará habiendo
petróleo disponible durante muchas décadas, pero cada vez en menor
cantidad y finalmente como un artículo de lujo. Nuestra era de acelerado
desarrollo económico, basado en el petróleo barato, se ha acabado ya. Es el
ocaso del petróleo. Y si no sabemos reconocerlo, también puede ser el nuestro
.
[Fuente: The Oil Crash]
25/11/2012
Enric González
Qué ocurre en Cataluña
Conversación entre Josep Fontana y Enric González
Josep Fontana (Barcelona, 1931) es uno de los más prestigiosos
historiadores españoles. Fue discípulo de Jaume Vicens Vives y se
especializó en historia económica contemporánea. Militó en el PSUC de la
clandestinidad, pero se distanció de él durante la Transición. Ahora se declara
favorable a la independencia de Cataluña bajo ciertas condiciones. Esta
conversación se desarrolla en su domicilio, un piso muy cercano al Paralelo
barcelonés.
* * *
Usted fue discípulo de Jaume Vicens Vives.
Sí, entre otros.
En las próximas elecciones catalanas, ¿qué cree usted que votaría
Vicens Vives?
Es difícil saberlo. Por extracción social y por manera de pensar, la lógica dice
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que habría votado por CiU. Pero si hubiera vivido todos estos años habría
pasado por tal cantidad de desengaños y cabreos que dudo mucho que lo
tuviera claro.
Hablando de desengaños, ¿tiene alguna cosa que ver el colapso de
las alternativas revolucionarias con lo que está ocurriendo en
Cataluña?
El colapso de las alternativas tiene que ver con todo. Es un factor
determinante. El sistema establecido se siente seguro y tranquilo porque por
primera vez desde 1789 puede dormir bien, no hay ninguna amenaza global
que parezca que pueda desmontar el sistema. Sin este fracaso de quienes
pensaban que era posible una alternativa es evidente que todo habría ido de
manera muy diferente, especialmente la forma en que se hace el reparto de
los beneficios entre unos y otros. Entre 1945 y 1975 se vive una etapa feliz en
los países desarrollados, porque el reparto equitativo de los beneficios de la
productividad permite mejorar los salarios, el nivel de vida y el consumo. Pero
llega un momento, en 1968, que demuestra que ni en Occidente (el Mayo de
París) ni en Oriente (la Primavera de Praga) existe la posibilidad de cambiar
las cosas desde abajo. El mundo empresarial y financiero decide que no hace
falta hacer más concesiones. Y con Ronald Reagan y Margaret Thatcher
comienza la lucha contra los sindicatos; lo que Paul Krugman llama “la gran
divergencia”, que sigue vigente actualmente, entre los ingresos de los de
abajo y las clases medias y los ingresos del 1%, los más ricos. Esto lo
determina todo.
En el caso de Cataluña se plantea un proceso…
Lo que quiero decir es que esto determina en buena medida el proceso de lo
que llamamos crisis. La crisis es un momento en un proceso más largo, que es
este que llamaba de la divergencia, que comporta la destrucción de los
servicios sociales y el Estado del Bienestar. Es evidente que nadie es inmune
a este proceso, que, por otro lado, explica el retroceso de las izquierdas. La
socialdemocracia ya se había adaptado previamente. Puede decirse que la
actuación del grupo formado por Bill Clinton, Tony Blair y Felipe
González tiende a favorecer el proceso. Las medidas que más propician la
especulación que desemboca en la crisis de 2008 se dan durante la etapa de
Clinton, cuando se anulan las leyes que impedían usar los depósitos bancarios
para especular. Y a la izquierda de la socialdemocracia… quizá lo más serio
que queda con cierta capacidad de movilización son los sindicatos, que en
Europa aún tienen alguna importancia —aunque mucha menos que antes—,
pero en Estados Unidos están casi destruidos: solo quedan los sindicatos de
los trabajadores públicos, como los de profesores, que son los más
perseguidos y abominados, como toda la educación pública.
98
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Volviendo a Cataluña: solía decirse que el nacionalismo es de
derechas.
Estamos confundiendo cosas. En primer lugar, es difícil definir qué es eso de
“nacionalismo”. Por ejemplo, en este momento hay tres planos diferentes. Por
un lado, los que se manifestaron el 11 de septiembre como una respuesta
popular bastante espontánea, estimulada por el malestar general ante la crisis
pero que retomaban, evidentemente, un sentimiento identitario. Este
sentimiento existe, no lo han creado ni la escuela ni los partidos, y está ahí
desde el siglo XVIII. Una de las cosas que señala el historiador Pierre Vilar es
la repetición en la historia de Cataluña de momentos en que, ante diversas
circunstancias, los catalanes tienden a afirmar su identidad. Un caso concreto:
cuando en 1840 se produce el primer derrumbe de las murallas de la
Ciudadela [la fortaleza creada por Felipe V para dominar Barcelona tras la
Guerra de Sucesión] y Espartero reacciona bombardeando la ciudad, surge
un grupo de miembros de las Milicias que protestan y explican que han
demolido la Ciudadela porque era una acción de la tiranía que usurpó unos
terrenos que pertenecían a la gente y acaban diciendo: “Lo hemos hecho
porque somos libres, porque somos catalanes.” Por lo tanto, hay un plano que
es este: la existencia de un sentimiento de identidad, al cual la incomprensión
por parte de la mayor parte de los estamentos dirigentes de la política
española no hace más que ofender continuamente.
Después está el plano del uso de todo esto de cara a unas elecciones. Este es
otro plano, sin otra finalidad que conseguir la mayoría absoluta partiendo de
unas afirmaciones que no se creen quienes las efectúan. Lo digo porque estos
días he tenido ocasión de hablar con un dirigente importante de uno de los
dos partidos [de la coalición Convergència i Unió] y acabó reconociendo que lo
máximo que se podía esperar, se hiciera lo que se hiciera, era ganar algunos
derechos. Pero evidentemente a las elecciones se va con un mensaje
equívoco, para que los próximos cuatro años transcurran entre negociaciones
sobre alguna forma de consulta con la absoluta certeza de que no se podrá ir
más allá.
Y un tercer plano consiste en un planteamiento serio de la opción de ir hacia
la formación de un Estado [catalán], si es que eso tiene sentido en estos
momentos en que, hablando de independencia, uno tiene dudas muy serias
de que España sea un país independiente. Si el presidente del Gobierno
español anuncia una semana y otra determinados propósitos y a la semana
siguiente ha de rectificar porque así se lo mandan… ¿qué medida de
independencia es esta? Dejando esto de lado, se puede partir del hecho de
que existe una doctrina del derecho de autodeterminación que se supone que
está escrita en las listas de derechos reconocidos por las Naciones Unidas,
pero que nadie ha dejado nunca que funcionara excepto cuando les convenía.
99
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Lo ofensivo es que durante la Transición tanto el PCE como el PSOE se
llenaban la boca…
Con el “derecho a la autodeterminación de los pueblos de España”.
Es una de las cosas más sangrantes. Habría que hablar de eso. Hace poco se
publicó un libro de memorias de un exdirigente de los servicios de inteligencia
donde se explicaba que, en la época en que el PSOE negociaba su
legalización, Felipe González dejó claras dos cosas: que de ninguna manera
permitiría un concierto económico para Cataluña, porque era algo que según
él solo interesaba a la alta burguesía catalana, y que nunca toleraría un
partido socialista catalán que fuera independiente del PSOE. Eso lo decía en
privado mientras en público defendía el derecho de autodeterminación.
En gran medida la Transición fue eso: un juego de doble lenguaje.
En realidad lo es habitualmente toda la política, de manera que uno se
pregunta: “¿Qué debemos creernos?” Yo tengo tendencia a creer muy poco.
Si las fuerzas políticas dominantes en Cataluña creen que esto no
tiene un más allá y determinadas circunstancias indican que,
efectivamente, es difícil que vaya más allá, ¿no se corre el peligro de
generar más frustración, tanto en la sociedad catalana como en gran
parte de la sociedad española?
Quienes más hablan saben que no hay nada que hacer, pero existe un
pequeño grupo de la izquierda, con menos intereses oscuros, que sí cree.
Aquellos para quien esto puede ser importante, muy especialmente CiU, son
perfectamente conscientes de que tendrán que inventar una forma de
negociar sobre la consulta que les dure unos cuantos años para, por un lado,
resultar incómodos y presionar al Estado; y, por otro lado, conseguir alguna
cosa sin dejar de aparecer como víctimas porque no se quiere atender una
propuesta tan simple como la consulta. Y vivirán de esto durante una buena
temporada esperando que el tiempo cambie y las cosas se presenten mejor.
El ejercicio de engaño que se ha practicado con el tema de Escocia es
alucinante. Esto de explicar a la gente que el Gobierno británico ha aceptado
que en Escocia se haga un referéndum vinculante… es una absoluta mentira.
Seguramente, si nos fijamos bien, nadie lo ha acabado de decir de manera
clara y concreta, pero se ha dejado entender que era así dentro de una
especie de fábula que venía a decir que tenemos que hacer lo mismo y
conseguir un referéndum cuyos resultados nos permitirán negociar cómo
separarnos.
El caso de Escocia es diferente porque sigue siendo un reino distinto
100
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al de Inglaterra, aunque compartan reina.
Sí, pero en estos temas los orígenes históricos son difíciles de utilizar como
instrumento legitimador. La historia sirve para recordarla y se usa como
conviene. No creo que este sea el problema. El problema auténtico y real es
que no hay nada más que la propuesta de un referéndum, que supongo que
los ingleses confían en que levante tantos miedos que quede en nada. Cuando
en los últimos tiempos de la Unión Soviética, ya con Gorbachov, se
planteaban cómo organizar consultas de este tipo de cara a la independencia
de los países bálticos, las reglas que se querían usar exigían no solo un
referéndum con una alta aprobación, sino también una aprobación por parte
del resto de los ciudadanos de la Unión Soviética. Se supone que un acuerdo
de este tipo tendría que ser consentido por ambos bandos. Todo ello implica
un grado tal de complejidad que resulta difícil tomárselo en serio. Aparte de
que si estás metido en unos sistemas como son la Unión Europea y la OTAN,
los grados de independencia son más bien de escasa entidad.
¿Por qué España ha fracasado en su intento de homogeneizar
nacionalmente su territorio, a diferencia de Francia, que supo hacerlo
muy bien?
Cuando se produce la anexión (cosa que ocurre después de 1714, porque
hasta aquel momento el Principado era un Estado que tenía leyes propias y un
sistema político diferente al de la Corona de Castilla, que funcionaba con unas
Cortes que aprobaban las leyes con algo muy moderno como era una
Hacienda que controlaban las instituciones y no el monarca), se hace entre
sociedades que tienen grados de desarrollo diferentes.
Cataluña en aquel momento no era soberana.
Hasta 1714 es un Estado que forma parte de una monarquía dentro de la cual
la única cosa en común es el soberano.
Pero el Estado de aquella época no es el Estado como lo entendemos
ahora.
No, pero el país funciona como un Estado. No es una provincia, es un Estado
que vota y tiene sus leyes. En las Cortes las leyes se votan en principio de
acuerdo con el rey y con los estamentos, pero así como Castilla funciona con
Reales Órdenes Pragmáticas, en Cataluña no existe eso, sino que la
legislación se negocia. Además es un proceso que se ha ido democratizando y
transformando en las últimas décadas del siglo XVII. En los últimos momentos
de la Guerra de Sucesión los planteamientos ya son netamente republicanos.
Se llega a decir que lo importante es el voto en las Cortes y que eso del rey no
101
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cuenta para nada. Otro asunto es que lo que se pretende en la guerra es
extender este sistema [catalán] al conjunto del territorio español. En los
momentos más duros del final de la guerra aquí se dice que se combate por
España y por la libertad de todos los españoles. La evolución de Castilla hacia
una forma de sociedad más avanzada fue estrangulada por la monarquía. En
los siglos XVI y XVII, cuando la monarquía necesitaba dinero, Cataluña era
muy poca cosa y Castilla era el lugar de donde se podía sacar dinero, de
manera que mientras que allí se les apretaba y el sistema de representación
por Cortes queda fosilizado, a los catalanes se les dejaba bastante tranquilos.
Es decir, que cuando se produce la anexión estas sociedades ya son
relativamente diferentes. Eso explica que durante todo el siglo XVIII, una
sociedad catalana que está implicada en formas de comercio internacional
con la exportación de aguardiente y que tiene un mercado interior complejo y
articulado, desarrolla un crecimiento agrario considerable y puede iniciar la
industrialización, porque funciona en un marco social diferente. Aunque ya
hubiera unas leyes comunes, lo que define el funcionamiento de una sociedad
no es el poder real. Por ejemplo, aquí la enfiteusis permite que las tierras sean
cultivadas y da trabajo a muchos brazos, pero desde la Corona de Castilla esto
se entiende tan poco que se inventa el mito de la laboriosidad de los
catalanes. Comienzan a decir que los catalanes trabajan mucho. Incluso surge
aquel dicho que reza: “El labriego catalán de las peñas saca pan”, cosa que
demuestra que no entendían nada. Lo que sacaba no era pan, era vino. No
entienden nada de lo que pasa. Hay un momento en que las condiciones que
podrían haber generado un proceso de desarrollo global fallan y la
industrialización solo afecta a Cataluña. Es más, hasta bien entrado el siglo
XIX los políticos españoles son contrarios a la industrialización. Lo consideran
un mal que genera vicios y ansias revolucionarias. Piensan que
afortunadamente España es un país agrícola donde la gente es moderada,
consume poco y no pide cosas extrañas, y se resignan a que la
industrialización sea una cosa para Barcelona y poco más. Existe toda una
literatura anticatalana durante los siglos XIX y XX, y que continúa el XXI, en la
base de la cual está la absoluta imposibilidad de entender que hay una gente
que realmente es distinta.
Anecdóticamente, el nacionalismo sabiniano vasco también rechaza
la industria.
Eso es retórica. La idea anti industrializadora solo es propia de sociedades
agrarias que no quieren admitir cambios sociales. Un nacionalismo puede ser
perfectamente industrialista. El primer nacionalismo claro que existe en
Europa seguramente es el británico. Son los primeros que en el siglo XVIII
tienen un auténtico himno nacional, el Rule Britannia. Por lo tanto, la
industrialización y la nación funcionan perfectamente bien juntas.
102
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No funciona cuando existen sociedades diferentes con culturas diferentes y
las partes tienen dificultad para entender esas diferencias. En el siglo XIX, el
historiador Joan Cortada escribe el folleto Cataluña y los catalanes en el que
se esfuerza en explicar que los catalanes son diferentes, cosa que no quiere
decir ni superiores ni inferiores, y que lo que quieren es convivir
tranquilamente. Pero esta posibilidad es mal vista y negada, y llegamos a
momentos como el actual, con un analfabetismo que permite que ABC y
medios así publiquen afirmaciones como esa de Esperanza Aguirre, según
la cual la nación española deriva de la Prehistoria, o que ya son 500 años de
historia en común, confundiendo una unión de soberanía sobre territorios
dictada por un matrimonio con la existencia de una nación. Entre la boda
de Fernando e Isabel [1469] y 1714, Cataluña dispone de unas leyes, una
lengua, una moneda y un sistema político propios. Incluso en la legislación
castellana hay unas leyes que perduran hasta la Novísima Recopilación, un
código de leyes del siglo XIX, que prohíben, por ejemplo, llevar vino cuando se
cruza la frontera entre los reinos de Aragón y de Castilla con unas penas que
establecen la confiscación del vino, la confiscación del carro y los caballos si
hay reincidencia, y en caso de acumulación de delitos, la pena de muerte.
Esto de la nación española se inventa en el siglo XIX. Y es lógico, porque
“nación” es un concepto que no tiene sentido más que con un tipo de
gobierno liberal parlamentario, ya que lo anterior es un poder que emana de
Dios y es transmitido al soberano. La idea de nación nace cuando no hay
súbditos, sino ciudadanos que se supone que son iguales. No son realmente
iguales porque durante todo el siglo XIX, excepto durante la revolución de
1868, el sufragio es censatario, es decir, solo votan los que tienen dinero para
votar y son muy pocos. En 1835, en las Cortes de Madrid, se afirma que lo que
debe hacer España es convertirse en nación, porque hasta ese momento no lo
ha sido nunca.
¿Y por qué se fracasa? Vuelvo al caso de Francia.
Francia ha tenido algo, la revolución, que establece unas condiciones
diferentes. Una de ellas, fundamental, es que en Francia, a diferencia de lo
que pasará en Inglaterra o España, los campesinos salvan una parte más
grande de su propiedad. Durante todo el siglo XIX, Francia es un país de
pequeños propietarios, cosa que determina cambios considerables.
Por ejemplo, cuando la agricultura latifundista fracasa a finales del siglo XIX,
millones de alemanes, italianos, españoles o ingleses tienen que emigrar a
América. En Francia no se da esta ola migratoria, es un país diferente. Y
Francia, que debía de ser una de las monarquías más heterogéneas porque en
la época de Luis XIV solo una tercera parte de la población hablaba francés,
hace un esfuerzo deliberado para homogeneizar con un instrumento tan
importante como la escuela. Francia utiliza la escuela como un sistema de
103
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asimilación. Aquí, en el siglo XIX, la escuela pública dependía aún de los
ayuntamientos y no había nada que se pareciera a un esfuerzo de
escolarización. Los niveles de analfabetismo eran considerables y todo el
sistema educativo sufría una pobreza miserable. Los franceses, que quizá son
más conscientes que nadie del problema de las diferencias, hacen un esfuerzo
muy serio para nacionalizar mientras que en España no se preocupa nadie.
Aquí el problema de la diferencia de los catalanes se ve como una molestia,
como una rareza, y se dice que lo que se debe hacer es pasarlos por la piedra.
Esto se agudiza después de 1898, cuando se pierde Cuba. Hay textos de la
época que dicen que entre las aspiraciones nacionalistas españolas no solo
está la asimilación total de Cataluña, sino también la anexión de Portugal,
algo que los falangistas siguieron reivindicando en la época de Franco. Estos
textos decían que había que prohibir el portugués, porque no era más que un
dialecto del gallego y no merecía ningún respeto. Lo único que parecen
entender algunos pensadores castellanos, y no sé si es porque el suyo es un
país de conquista, es la imposición.
También París impuso el francés en la parte norte de la Marca
Hispánica, la Cataluña que quedó en su territorio.
En Francia ha sido más importante la escuela que las prohibiciones.
Si nos ponemos en el lugar de una persona de Zamora, por ejemplo,
podemos interpretar que las autoridades catalanas piden un pacto
fiscal, es decir, hablan de dinero. Y que cuando eso se les niega
pasan inmediatamente a reclamar una consulta sobre la
independencia.
Esa persona de Zamora, si no se trata de alguien con una poderosa
inteligencia crítica, lleva más de dos siglos sufriendo un lavado de cerebro y
escuchando: “Allí hay personas que solo quieren apoderarse del dinero de
todos porque es gente avara”. Hace un tiempo leía unas memorias no
publicadas de un militar castellano que, en los años de la República, se
mostraba totalmente indignado porque estaba convencido de que el dinero de
que disponía el Estado español se dedicaba totalmente a satisfacer las
necesidades de Cataluña y el País Vasco. Y una buena parte de los ciudadanos
españoles actuales creen más o menos lo mismo. Creen que existe una
situación privilegiada que en realidad es una situación que deriva de pedir
más que nadie y recibir más que nadie. De manera que aquí hay muchas
cosas que son complicadas. Supongo que al pacto fiscal se llega por un
conjunto de incidentes determinados. Pero quiero subrayar eso que se plantea
el 1976, cuando se desarrollan las conversaciones entre Felipe González y el
teniente coronel Casinello: González afirma que de ninguna manera admitirá
un concierto económico para Cataluña. Es decir, que el sistema aceptado y
104
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lícito en el País Vasco es inaceptable en el caso catalán.
Esa excepción vasca, ¿se debe a la tradición foral, a la presión de la
violencia…?
Se debe a diversas cosas. La primera, que el peso de la posible contribución
vasca a la fiscalidad española es muy inferior al peso de la fiscalidad catalana.
Es decir, que de aquello se puede prescindir, pero de esto no. Existe el
argumento de que durante la guerra civil Navarra es “leal” y por lo tanto no se
le quitan los privilegios, pero el País Vasco no había sido nada “leal”.
Seguramente aquí también se equivocaron cuando negociaban en la
Transición, pero da igual, no habrían conseguido nada porque, insisto, desde
el momento fundacional no estaban dispuestos a ceder en este tema. Por lo
tanto, efectivamente se puede generar la idea de que Cataluña solo va a por
la “pela” y que una vez no se consigue el pacto fiscal se amenaza con la
secesión.
Es que Artur Mas pasó de una cosa a otra en cuestión de días.
Sí, pero no hace falta preocuparse demasiado porque hay más de 200 años de
literatura catalanofóbica basada en malentendidos perfectamente asentados.
Por ejemplo, cuando estábamos negociando con el Gobierno el tema de los
papeles de Salamanca y yo formaba parte de la Comisión de Archivos
(después Esperanza Aguirre me echó), había gente, como Santos Juliá, que
encontraba lógico y correcto el traslado de documentos a Cataluña, y había
otros, como un par de individuos, catedráticos de universidad, que
boicoteaban el acuerdo. Uno de ellos me dijo: “Me opongo porque cuando a
los catalanes les dan algo se lo quieren llevar todo”. Y este era un catedrático,
un humanista. Da igual lo que diga Artur Mas porque harían falta siglos de
pedagogía para disipar los malentendidos. Y hay muy poca predisposición por
la otra parte a aceptar la diferencia. Me refiero a que en ambas partes hay
imbéciles, podríamos intercambiarlos.
No me estará hablando de deportaciones mutuas.
Hombre, si pudiéramos exportar a nuestros imbéciles para que hicieran daño
en cualquier otro sitio tampoco estaría mal, pero no estoy pensando en cosas
de este tipo ni en nada que se le parezca. Estoy diciendo que la comprensión
mutua no es fácil. Y muy posiblemente muchas veces nosotros, los catalanes,
no la hacemos fácil. En una ocasión un grupo de amigos míos propuso que me
invistieran doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Barcelona y
fui vetado por razones políticas. Unos meses más tarde me hicieron doctor
honoris causa en la Universidad de Valladolid. Y no es que yo haya dado
muestras de afinidad con el PP o con Ciutadans.
105
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Ahora dejemos al señor de Zamora y pongámonos en la piel de un
señor de Sant Celoni que ha sido toda la vida de izquierdas y que
habla catalán, pero no tiene ganas de votar con la bandera catalana
como único valor político. ¿A quién puede votar?
En principio, en lo que queda de la izquierda no todo el mundo está
planteando las cosas en esos términos. Como es lógico, yo ya he tenido
suficientes decepciones. La primera de ellas fue la decepción de la Transición.
A mediados de los años 50 me apunté a un partido clandestino de izquierdas,
y lo hice porque los partidos tenían programas que decían cosas. Cuando llegó
el momento de la Transición los partidos se olvidaron por completo de lo que
habían estado prometiendo, de los principios por los que mucha gente había
asumido riesgos muy graves, y pactaron por mucho menos. Yo entendía
perfectamente que las circunstancias que se daban en 1976, 1977 y 1978 no
permitían realizar los objetivos que planteaban aquellos programas, pero me
parecía lógico y decente que mi partido siguiese defendiendo los mismos
principios y luchando para que algún día, si no todos, al menos una parte de
esos principios pudieran conseguirse. En cambio, se arrinconó lo esencial.
¿De qué partido hablamos?
No había más que uno, el PSUC [el Partido Comunista en Cataluña], los otros
eran grupitos de amigos. Uno se sintió traicionado, y eso no solo nos afectó a
los del sector intelectual y catalanista, sino a una infinidad de militantes
obreros. Es necesario recordar que quienes participaban en las
manifestaciones del 11 de Septiembre en los últimos años del franquismo, en
Sabadell y Terrassa, eran básicamente trabajadores inmigrantes, y que esa
gente gritó lo de “Llibertat, amnistia i estatut d’autonomia”. Ellos también
fueron traicionados. Una vez, cuando el pobre Gregorio López
Raimundo [histórico dirigente del PSUC] iba ya en silla de ruedas, dije que
había que distinguir muy claramente entre lo que había sido la conducta de
los dirigentes y lo que había sido la conducta de los militantes. Y que la
conducta de los militantes comunistas durante el franquismo merecía todo el
respeto. Gregorio tuvo la habilidad de decirme que no se había molestado
porque le había criticado como dirigente pero le había elogiado como
militante. Dicho eso, Gregorio era de los más decentes que conocía de entre
ese personal. Se puede ser perfectamente de izquierdas y ser partidario de
una libertad en convivencia: libertad para ti y libertad para los otros. Por eso
mismo yo ahora me niego a participar en cualquier tipo de apuesta que tenga
como objetivo plantear cuestiones que en estos momentos no tienen más que
una dimensión preelectoral que no me interesa. Por lo tanto, si hay que votar,
se puede votar, mal que mal, a ICV [Iniciativa per Catalunya-Verds], que son
relativamente moderados. No es que me provoquen entusiasmo. De la gente
de la CUP [Candidatures d´Unitat Popular, independentistas], pese a ser
106
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jóvenes y seguramente honestos, me preocupa mucho que se planteen ya
temas como el de los Países Catalanes. Vamos por partes, es una cuestión
que a mí me causó disgustos cuando se me ocurrió decir que primero lo que
se ha de hacer es preguntar a los otros. Parecía que eso era una traición. Una
cosa es la identidad cultural, que efectivamente existe, y otra es lo que piensa
la gente. Debemos tener en cuenta, además, que desde un punto de vista
histórico, cuando hablo del desarrollo de un Estado, este proceso avanzado
que ha ido creando una especie de cultura y sociedad diferentes solo estaba
presente en el Principado. Un aspecto muy importante de esta cultura cuando
pierde sus instituciones es el auge de las formas de asociación horizontal, un
asociacionismo que genera grupos de interés. La vida política de este país
hasta 1936 en buena medida se desarrolla en entidades que son clubes,
centros y ateneos. Estas características se dan también en cierta medida en el
País Valenciano pero son, sobre todo, importantes en Cataluña. Insisto, hay
que preguntar a los otros qué quieren.
Hablando de consultar y preguntar, hay quien considera que la parte
soberanista de Cataluña en estos momentos habla mucho y, en
cambio, la parte no soberanista habla muy poco.
La parte soberanista tiene un mensaje. La otra tiene recelos, miedos y dudas,
y eso no es un mensaje, por lo tanto no invita a hablar de la misma manera
que lo hace el tenerlo. Decir “Independencia” es un mensaje. Decir
“Queremos ser un Estado” es un mensaje.
Decir “Amo España” es un mensaje.
Sí, pero es un mensaje muy difícil en un contexto en el que las reticencias al
nacionalismo español son considerables y justificadas. La primera vez que vi
la bandera española fue el 25 de enero de 1939, cuando en la casita de
Valldoreix donde estaba con mi madre entró un moro con un fusil en la mano
haciéndonos abrir los armarios. A partir de entonces, para mí aquella bandera
está identificada con los 40 años del franquismo. De manera que pedirme que
lleve la bandera española o cosas así es obsceno.
Acotémoslo más. Ahora se plantean unas elecciones catalanas
plebiscitarias en las que básicamente se formula una pregunta sobre
la hipótesis soberanista. Pero hay un sector de la población catalana
que tradicionalmente no vota en las elecciones autonómicas y que
ahora, posiblemente, seguirá en silencio.
Ahora estarán más desconcertados. Yo no diría que en 1975 o 1976 una
actitud de desinterés fuese demasiado general ni en el “cinturón rojo” de
Barcelona ni en ningún otro sitio.
107
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Hablo de estos últimos años.
Sí, ahora es distinto. Supongo que lo que hará una gran parte de esta gente es
abstenerse, pero lo que afortunadamente no hará será votar al PP o
Ciutadans. Yo siempre he creído que a votar se tiene que ir siempre, pero no
para votar a favor sino para votar en contra. Se tiene que ir a votar para que
el PP y esa gente no tengan más votos. Ya les votarán las monjas.
Ignorando el tema de las banderas, ¿no cree que hay muchas
similitudes ideológicas entre el PP y CiU?
De entrada, con todos sus defectos, Jordi Pujol fue a la cárcel
mientras Manuel Fraga encarcelaba. Es una diferencia. Digamos que en el
origen hay diferencias.
Pero si hablamos de cuadros intermedios encontraremos mucha
gente que medraba en el franquismo, en un lado y en el otro.
Seguro. Pero yo no recuerdo haber votado jamás a CiU, de manera que no
tengo problemas. Entiendo perfectamente que un partido de derechas es un
partido de derechas, que se parecen mucho el uno al otro y que ambos
utilizan las banderas. No niego que puedan tener conciencia, pero
normalmente utilizan las banderas para lo que les conviene. En realidad estas
elecciones me parecen de una importancia minúscula. Son importantes solo
por una cuestión que se ha visto ya en Galicia y en el País Vasco y que se verá
aquí: la destrucción del PSOE. Es el fin del sistema político de la Transición.
Aquel sistema se establece sobre la base de que el PSOE acepta ejercer como
alternativa de izquierda a las fuerzas de derechas, que son las que heredan el
franquismo. Este sistema ha funcionado bien bastantes años, pero ahora se
ha derrumbado. La cuestión es qué pasará. Y es un problema porque se
parece a lo que ocurrió durante los años 20 del siglo pasado, cuando se agotó
el sistema de turnos de la Restauración entre conservadores y liberales.
Entonces se aguantó unos años con una dictadura militar pero llegó un
sistema nuevo con la República.
¿Hasta qué punto las fuerzas políticas hegemónicas (en Cataluña lo
ha sido CiU desde la Transición) tienen responsabilidad en este
aparente desengaño?
Hay muchos culpables. El primero es que el sistema del Estado autonómico
español es una trampa que se establece sobre la base de prometer derechos
que después no se conceden y se recortan o recuperan a cambio de permitir
un uso descentralizado del dinero, lo que crea entusiasmo en todas partes. Es
lo que ha permitido que las ciudades se rehagan, que haya teatros o
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equipamientos deportivos que no existirían si no hubiera habido esta
descentralización del dinero. El entusiasmo dura hasta que se acaba el dinero.
Entonces se ve que hay sitios, como Castilla-La Mancha, donde dicen que se
cargarán la autonomía porque no sirve para nada. Desde el punto de vista de
los que se lo han tomado en serio y han creído que podía ser un camino para
ir consolidando derechos, es evidente que el sistema ha resultado un engaño.
¿Qué hicieron mal quienes aceptaron esto? Pujol a veces ha dicho que se
equivocaron al no basarse en la reclamación de los derechos históricos, como
vascos y navarros. Es una revisión que se tendrá que hacer para saber si
podrían haber conseguido más cosas y en cuántas cosas se equivocaron.
Evidentemente, la situación política del país depende en gran medida del
cambio que provocó la crisis de 2008. La crisis de 2008 no fue, como todavía
se dice, el resultado de un exceso de gasto público, porque la deuda del
Estado era insignificante. Fue culpa de un enorme gasto privado especulativo
hecho sin ningún control. Aquí sí se tendrán que depurar responsabilidades.
Por lo que sea, esto no ha sido un problema en el País Vasco. Seguramente
porque aquello tampoco se prestaba a burbujas inmobiliarias.
Pocos alemanes pasan allí sus veranos.
Ni tan siquiera los vascos, que se van a veranear a Santander. En cualquier
caso, resulta que estamos pagando esta deuda privada por las tonterías que
se hicieron. Es verdad que como en Caja Madrid no se hicieron en ningún sitio,
pero…
¡Hombre, en Caixa Catalunya tampoco eran mancos!
También, sí, pero no creo que hicieran cosas como dar 1.000 millones de
crédito a Martinsa-Fadesa, que después se esfumaron. No sé, es un proceso
que debe estudiarse con mucha atención y yo no lo he hecho. Desde el punto
de vista de querer saber qué pasó yo me he quedado en la Transición. El resto
no lo he estudiado, y si no lo estudias ni entras a fondo…
Entonces lo dejamos para los historiadores del futuro.
Sí, que intenten ellos explicar qué ha pasado.
[Publicado en Jot Down]
19/11/2012
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Manuel Fernández-Cuesta
Spinoza y la necesidad de lo colectivo
"Escupid sobre esta tumba. Aquí yace Spinoza".
Epitafio sobre su fosa común
Golpeado con saña por el neoliberalismo, el Estado de bienestar se tambalea.
Las leyes, antiguas garantes de las libertades, son maniatadas por decretos
de urgencia. La pérdida gradual de derechos laborales y prestaciones sociales
rompe la cohesión social. Un argumento justifica la lógica política de esta
guerra no declarada: la crisis económica obliga a tomar medidas
excepcionales. Los gastos (nunca se habla de inversión) del Estado de
bienestar, la parte social, no se pueden asumir, repiten cual tétrica letanía.
Las partidas presupuestarias destinadas a las clases populares —aquellas
para las que Robespierre reclamaba ayuda y asistencia— se reducen. Parece
claro que su finalidad es desmontar el estado de bienestar. Sin embargo, van
más lejos. El capitalismo pretende destruir el estado: la última frontera, al
menos a priori, del principio de igualdad. Instaurado el librecambio financiero
sin control estatal, dominando los intereses privados la esfera de lo público,
entregados los recursos colectivos a los designios del mercado y fragmentada
la vida social, el objetivo final del neoliberalismo aparece: el control ideológico
de las emociones y, por extensión, sobre la incertidumbre proyectada en los
ciudadanos. Instrumental para pulir vidrios, unos cuantos libros pequeños, un
abrigo verde turco y un pantalón; otro abrigo de color, cuatro sábanas, siete
camisas, una cama y una almohada, diecinueve cuellos, cinco pañuelos, dos
cortinas rojas, una colcha, un pequeño cobertor de cama y dos hebillas de
plata. Spinoza, el temido pensador de la subversión, falleció el 21 de febrero
de 1677 y fue enterrado el día 25. Tenía 44 años. Dejó deudas, muy pocas, y
una obra política y filosófica singular que cobra actualidad. Al barbero,
Abraham Kervel, le debía un trimestre de afeitado: 1,90 florines.
Antes de la aceleración expansiva del modelo capitalista, la tensión social —la
lucha política organizada de la clases sociales y la multitud— había
conseguido que el Estado de bienestar estuviera respaldado, al menos en
parte, por la ciudadanía, haciendo de lo común, de los elementos colectivos
(sanidad, transporte, justicia, educación, igualdad de oportunidades), parte
integrante, con matices, de la vida cotidiana. Ese apoyo, basado en el
sentimiento de convivencia y pertenencia a una comunidad, era el mecanismo
de contención frente a la ambición de los grupos de interés. Este juego de
contrapoderes funcionó, al menos en Europa, desde el final de la Segunda
Guerra Mundial hasta los primeros años ochenta (por fijar fechas). La
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extremada aceleración del modelo, proceso conocido como globalización o
mundialización, ha producido, impulsado por la capacidad tecnológica, la
ruptura del tejido social y la ausencia de la idea de pertenencia. En la
actualidad, individuos aislados, atemorizados por la pérdida de la felicidad y la
inestabilidad (como explica Richard Sennett), vivimos (casi) en un estado
natural, “prepolítico”, donde apenas influimos en las decisiones que afectan a
la vida diaria de la comunidad.
Baruch Spinoza (1632-1677), asistió, en la República de las Provincias Unidas,
cuyo motor era Holanda, a una situación parecida a la actual. A mediados del
siglo XVII, ese pequeño territorio, gobernado por Johan de Witt, era lo más
parecido a una sociedad civil de libertades, refugio de pensadores y artistas,
sostenida por un floreciente comercio. Eran libres, conscientes, y negaban,
unidos, pese a sus diferencias, cualquier autoridad, monárquica o civil, que no
fuera electa y consensuada. La experiencia duró poco. Volvió la Casa de
Orange, manu militari, con su represión de espadas y valores, igual que ahora
vuelve el neoliberalismo (la versión 3.0 del individualismo), bajo el pretexto de
la recesión mundial, para terminar con el estado (social), heredero del pacto
capital-trabajo. Demasiados derechos y un “mercado laboral rígido” impiden
el desarrollo económico, sostienen. Flexibilizar, desmontar el tejido social, es
la consigna: romper el estado y, por extensión, partir por la mitad la columna
vertebral, incluso, de esta imperfecta e insuficiente "democracia de
superficie".
"El hombre que se guía por la razón es más libre en el Estado, donde vive
según leyes que obligan a todos, que en la soledad, donde solo se obedece a
sí mismo". Así argumentaba Spinoza (Ética, IV, LXXIII) su defensa del Estado
como engranaje político de convivencia asociado al progreso humano frente a
un "estado de naturaleza", anterior al pacto social. Coetáneo de Hobbes, del
que se diferencia, y antesala de lo que luego será la teoría del contrato social
de Rousseau (hasta llegar a Rawls y Habermas), esta senda de progreso civil
es la que hoy está recorriendo, en sentido inverso, el neoliberalismo. Defensor
de lo público, entendido como lo común, lo colectivo, es decir, lo que une por
la base a los individuos entre sí en una sociedad, la reivindicación del
pensamiento político de Spinoza, su idea de la necesidad de una colectividad
crítica (aquí su engarce con Maquiavelo) se hace más necesaria que nunca en
sociedades de hiperconsumo donde el único vector social es la satisfacción
instantánea. Spinoza piensa en un Estado firme y seguro, soberano, apoyado
en las decisiones populares, defensor de los individuos (y sus libertades) que
vele, a su vez, por el destino de la multitud (y sus derechos). Esta doble
misión, protección de las libertades individuales y colectivas, y pervivencia del
Estado como garantía de estos derechos, es lo que hace imprescindible la
revisión detenida de sus obras.
111
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La pérdida paulatina de la soberanía nacional, traspasada a entes
supranacionales, no todos electos, ha causado estragos tanto en la capacidad
gubernamental para dirigir el futuro de la nación (toma de decisiones), como
en la posible respuesta colectiva (presión popular). Maniatados los Gobiernos,
la impotencia de la contestación se hace palpable. Nuestra experiencia (y
nuestra capacidad, por tanto, para combatir la injusticia) mutará en mercancía
intercambiable ya que —sostiene J. Rifkin— en el capitalismo sin producción la
mano de obra —tal cual la conocemos— será residual en unas décadas (La era
el acceso, Paidós, 2000).
Las naciones soberanas (aunque formen, en el mundo global, entidades
supranacionales) son aquellas cuya soberanía popular está viva y reconstruye,
con el control sobre las instituciones, su identidad política. Solo una multitud
creativa y espontánea, libre, puede formular, dotándose de instituciones
fuertes pero flexibles, una verdadera teoría democrática del poder que
incluya, necesariamente, una teoría de la subversión. Spinoza marcó los
límites con dramática precisión en su Tratado político, cap. 4, p. 6: "No cabe
duda que los contratos o leyes, por los que la multitud transfiere su derecho a
un Consejo o a un hombre, deben ser violados, cuando el bien común así lo
exige".
Cuando el Gobierno da la espalada a la ciudadanía, a las clases más
desfavorecidas, es lícito romper los acuerdos de cesión del poder. Las
elecciones (generales o autonómicas, en nuestro caso) son el instante de
expresión de la soberanía, argumentarán los partidarios del sistema de
partidos y de la democracia de mercado. Sabido es que el hastío que siente el
cuerpo social hacia las formas políticas tradicionales hace de este "momento
democrático" una rutina más dentro del sistema político. Baste citar, en el
caso español, la injusticia de ley electoral en vigor para demostrar cómo la
soberanía se expresa en un marco de "libertad vigilada", o la importante
abstención en las elecciones de EE.UU. (42,63% en las últimas presidenciales,
2008, pese al efecto Obama).
Resulta paradójico contemplar, en la actualidad, la frustración emocional que
conlleva en la ciudadanía, esencialmente en los países de Europa del Sur,
después de veinte años de frenético consumo, la imposibilidad material de
acceso a los bienes y cómo el descrédito de la política (como actividad
pública) y de los partidos políticos y sindicatos (vehículos de esa actividad)
puede estar asociada con esa frustración. La pérdida de derechos adquiridos,
la precariedad laboral y la reducción drástica de elementos claros de
armonización pública parecen, en sociedades anestesiadas por los medios de
comunicación, elementos menos graves que la imposibilidad material de
consumir. Nadie fija la mirada en los dirigentes en tiempos de (falsa y
aparente) bonanza. Crisis e inestabilidad política han sido, a lo largo de la
112
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historia, basta repasar el siglo XX, claros antecedentes de soluciones
caudillistas o dictatoriales. "Por lo demás, aquella sociedad, cuya paz depende
de la inercia de unos súbditos que se comportan como ganado, porque sólo
saben actuar como esclavos, merece más bien el nombre de soledad que de
sociedad", recuerda Spinoza, mediados del siglo XVII, enfurecido ante las
diferentes formas de apatía social y política, en su Tratado Político, cap. V, 4.
Una vuelta a una especie de "estado de naturaleza", al que el neoliberalismo
quiere arrastrar a las sociedades modernas, es el nuevo campo de batalla, el
sorprendente espacio de acción donde los cantos de sirena de la plural
subjetividad desaparecen y la identidad, la pertenencia a un sujeto histórico
determinado (hoy múltiple), debe adquirir, renovada, la dimensión de discurso
político. Sólo en la Historia, entendida como narración de la experiencia y
acción, puede la ciudadanía recuperar su ser, su potencia soberana. Y es en
esta reconstrucción de las relaciones afectivas entre mujeres y hombres libres
e iguales, entendidas como relaciones políticas, al decir de Spinoza, donde se
encuentra el tejido social-emocional —armazón de la soberanía popular—
desaparecido bajo la jerarquía de valores (y trampas) del capitalismo. "De una
sociedad cuyos súbditos no empuñan las armas, porque son presa del terror,
no cabe decir que goce de paz, sino más bien que no está en guerra" (Tratado
Político, cap. V, 4). Spinoza, pese a sus sucesivas derrotas (sufrió un intento
de asesinato, fue expulsado de la Sinagoga por ateo, sus libros fueron
prohibidos), insistía en la cohesión como único antídoto contra la molicie. "No
son las armas las que vencen los ánimos, sino el amor y la generosidad".
Este holandés de lejano origen ibérico, cuyas ideas parecen escritas para esta
crisis, destaca por materialista frente a propuestas religiosas o místicas; por
radical, frente a la tibieza del cálculo del consenso y por revolucionario,
puesto que plantea una formulación de la multitud, la comunidad consciente,
como soberanía vigilante. De ahí su importancia, teórica y práctica, para
devolver, en tiempos de secuestro, la democracia a la ciudadanía.
[Fuente: www.eldiario.es]
21/11/2012
Manuel Ballbé y Yaiza Cabedo
El ataque alemán desahucia a España
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Los economistas reiteran hasta la saciedad que la imposición merkeliana de
austeridad es un error, pero siguen sin entender que se trata de una
truculenta estrategia del Gobierno y la banca alemana para desvalijar al sur
de Europa con el fin de tapar el enorme agujero financiero alemán. Este
expolio es posible debido a una desregulación jurídica que desde 2000 ha
desplazado el capitalismo productivo por un “mercado casino” sin supervisión
administrativa, en el que ha quedado suprimido el delito de información
privilegiada y que funciona mediante apuestas en las que no hay que
identificarse. Esta bolsa privada y sin transparencia, localizada en Nueva York
y Londres, está en manos de un cartel compuesto por seis megabancos
norteamericanos y seis europeos, todos quebrados y rescatados por sus
Gobiernos, es decir, por los contribuyentes.
Este es el verdadero origen de la crisis: un nuevo capitalismo de casino y de
apuestas en productos financieros tóxicos —como las hipotecas subprime—,
que ahora especula con la deuda soberana de los países del sur. La causa de
la crisis, pues, no es ni la burbuja inmobiliaria española, ni el endeudamiento
—las deudas inglesa y alemana eran superiores—, ni la indisciplina fiscal. La
burbuja ha sido hipotecaria: de titulizar y revender hipotecas tóxicas en el
mercado. Precisamente, el Deutsche Bank fue uno de los mayores implicados,
según reveló el Senado americano. Este banco ha colocado productos a sus
clientes a sabiendas de que perderían dinero, tanto en Norteamérica (paquete
“Gemstone VII”) como en Alemania, donde el Tribunal Supremo le condenó en
2011. Los ciudadanos alemanes fueron las primeras víctimas de la voracidad
114
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de sus bancos.
Alemania, además, es quien promovió las apuestas contra la deuda del sur. El
Deutsche Bank fue uno de los artífices de este nuevo Merk-ado de deuda
soberana —y de su índice de precios Markit— que disparó los ataques
especulativos. Goldman Sachs asesoró a Grecia para ocultar su deuda y así
logró entrar en el euro, después, con esta información privilegiada, apostó
junto con Deutsche Bank que Grecia se hundiría. Atacar a países del sur fue la
fórmula del Gobierno y bancos alemanes para recuperar las pérdidas de sus
bancos ludópatas.
Semejante giro depredador contra la propia zona euro lo motivó la filtración
del informe confidencial del supervisor financiero alemán, el BaFIN
(confirmado por otro de Merrill Lynch), que valoraba en 800.000 millones los
activos tóxicos del país en 2009. Dichos datos delatarían que una Alemania
especulativa había reemplazado a su reputado capitalismo industrial. En vez
de procesar a los responsables, cerraron filas e iniciaron el descrédito del sur
para desviar la atención y sojuzgarlos.
Las Bankias alemanas han sido muchas: Hypo Real Estate fue rescatado con
más de 100.000 millones de euros y en 2009 fue nacionalizado en un 90%; el
Industriebank (IKB), con 10.000 millones de euros; los Landesbank (cajas
autonómicas), como el Baden-Württemberg, el West o el Sachsen, recibieron
unos 150.000 millones de euros; el Dresdner Bank, segunda entidad del país,
quebró y fue absorbido por el Commerzbank, que a su vez recibió un rescate
de 100.000 millones y cuyo 25% todavía está en manos del Gobierno de
Merkel. El caso del Commerzbank es ilustrativo, pues el año pasado devolvió
parte del rescate al Gobierno, 14.000 millones de euros. ¿De dónde sacó tan
cuantiosos beneficios, si no es apostando en el casino con información
privilegiada proporcionada por el propio Gobierno?
Este es el cambio clave del nuevo capitalismo de casino: los rescates y
nacionalizaciones han transformado a los Gobiernos alemán, británico, suizo y
norteamericano en cobanqueros que ahora disculpan la prolongación de
ataques especulativos porque necesitan que estos bancos tengan beneficios
rápidos y puedan devolver el dinero inyectado.
Además de estos rescates, Alemania —que se opone a que el BCE ayude a
España— oculta que el Deutsche Bank recibió, solo en 2008, 20.000 millones
de la Reserva Federal norteamericana junto con 60.000 millones para Credit
Suisse y UBS (Unión de Bancos Suizos) a un tipo de interés regalado del
0,01%.
Se entiende cómo funciona un ataque especulativo tomando el paradigmático
115
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caso del imperio mediático alemán, Kirch. En 2001 los directivos de Deutsche
Bank (Ackermann y Baumann) difundieron rumores falsos de que el grupo no
podría pagar su deuda y que no conseguiría financiación. (¿Les suena de
algo?) Provocaron la mayor quiebra contemporánea para apoderarse de él. En
2011 la justicia alemana esclareció el asunto y el presidente Ackermann,
íntimo amigo de Merkel, dimitió y propuso una indemnización de 1.000
millones de euros para silenciar el escándalo. Como se ve, antes de Grecia, ya
estaban curtidos en especulación contra empresas alemanas.
Idéntico sistema se está utilizando para desacreditar al sur. ¿Cómo se
beneficia Alemania de este ataque a España?
1. Genera rumores para disparar el interés que pagará España cuando pida
prestado dinero. 2. Impone privatizaciones de empresas rentables
(aeropuertos, AVE, lotería…) que, de no resistir el Gobierno, pasarán a manos
del norte a precio de ganga. 3. Provoca asfixia crediticia para devaluar las
acciones de las multinacionales (Telefónica, Iberdrola, Repsol, Gas Natural…),
con lo cual pueden apoderárselas grupos alemanes. 4. Pero lo más rentable al
propagar pánico financiero —que es delito— es la huida de dinero por miedo a
un corralito. De España en ocho meses de 2012 han salido 330.000 millones
de euros (a los que hay que sumar su equivalente en Grecia e Italia), que van
a parar a bancos de Suiza, Luxemburgo, Holanda y Alemania, cifras “sin
precedentes”, según Bloomberg. El austericidio reporta grandes beneficios…
Bajo el disfraz de la “(in)dependencia”, Jens Weidmann, presidente del Banco
Central alemán, ha contribuido a este pánico cuestionando cada test favorable
a España. Sigue la línea de su predecesor, Axel Weber, quien el mismo año en
que dejó el Bundesbank (2011) fue “premiado” por hostigar al sur con la
presidencia de UBS, uno de los bancos privados del eje alemán que se
beneficia de la deportación de miles de millones provenientes del sur.
El escándalo del líbor-euríbor y Barclays es la última prueba de las prácticas
fraudulentas y especulativas de este cartel, el cual alteraba el precio al que se
presta el dinero e incrementó el coste de las hipotecas de los europeos. Entre
los implicados están el Deutsche Bank, Credit Suisse y UBS junto con Lloyds y
Royal Bank of Scotland (RBS) —son las Bankias del Gobierno inglés,
nacionalizados en un 40% y 80%—.
En cambio, nuestros principales bancos, Santander, BBVA y La Caixa, no están
implicados en semejantes prácticas. Tampoco han necesitado rescate y el
Santander es el mejor banco del mundo según Euromoney. Son un apetecible
botín de guerra.
La Comisión Europea no ha detectado el cartel del líbor, ni el entramado
116
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especulativo sobre la deuda griega oculta, ni destapa el club bancario que
controla el mercado casino de Londres (denunciado todo por la prensa
norteamericana). Tampoco indaga quiénes son los beneficiarios del ataque
especulativo que está desahuciando a los Estados del sur. ¿Seguirán la UE y el
comisario Almunia haciendo la vista gorda a esta manifiesta vulneración del
derecho de la competencia? Lo que sí sabemos es que su antecesor, lord
Brittan (diseñador del mercado casino con Thatcher), se colocó como
vicepresidente de UBS. Otro vicepresidente de la UE, Solbes, es hoy asesor de
Barclays.
El Gobierno alemán, el gran desahuciador, pretende apropiarse del capital del
sur hasta las elecciones de 2013. España tiene que resistirse al rescate
draconiano y reaccionar para desenmascarar esta política perversa de
austeridad con movilizaciones y demandas judiciales. El Tribunal de la UE
(caso Sint Servatius, 2009) declaró justificada la restricción a la libre
circulación de capitales si “socava el equilibrio financiero de las políticas
sociales”. Más aún, si tal especulación socava la soberanía económica y la
estabilidad de un país miembro. Presenciamos pasivamente la destrucción del
mercado único europeo y la imposición de un mercado único euro-alemán.
Thomas Mann ya nos alertó: en vez de una europeización de Alemania, se
está implantando una alemanización económica de Europa.
[Manuel Ballbé es catedrático de Derecho de la UAB y Yaiza Cabedo,
abogada. Fuente: El País]
29/11/2012
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Documentos
Francisco Pi y Margall
Discurso en defensa de la federación republicana (1869)
En un momento en que palabras como “nación” y “nacionalismo” están
marcando —desde luego, abusivamente dado el contexto de crisis
económica— nuestra agenda política, es bueno volver a leer a un clásico de
nuestra tradición progresista como Francisco Pi y Margall (1824-1901). Su idea
de federalismo republicano todavía nos puede enseñar mucho acerca de una
idea de España en las que todas sus componentes nacionales decidan
adherirse libremente a un proyecto común, republicano, plurinacional y
solidario que avance por la senda del progreso social. Tal vez sea por eso por
lo que su nombre no es citado por la clase política de hoy en día y que su
notable legado intelectual es tan difícil de encajar en el debate territorial
actual, caracterizado por esencialismos ramplones y tópicos
costumbristas. Mientras tanto presenta aquí su “Discurso en defensa de la
federación republicana”, pronunciado en 1869 ante las Cortes Constituyentes
de la I República, como homenaje al gran político barcelonés.
Discurso en defensa de la federación republicana
24/11/2012
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Foro de webs
Huelga de hambre en Telefónica
huelgadehambreentelefonica.blogspot.com.es
Blog dedicado a la lucha de los cinco trabajadores de Telefónica que, durante
más de veinte días, estuvieron en huelga de hambre para protestar contra el
despido improcedente e injusto de uno de ellos (Marcos). En él el lector podrá
encontrar todos los materiales necesarios para informarse acerca de los
motivos de la protesta y apoyar la justa lucha de nuestros compañeros de
Telefónica.
30/11/2012
Colectivo Prometeo de Córdoba
http://colectivoprometeo.blogspot.com.es
Constituido en 2002, este colectivo del que forman parte Julio Anguita y
personas implicadas en los distintos movimientos sociales en Córdoba, lleva a
cabo actividades de debate y reflexión públicas sobre temas sociales y
culturales mediante conferencias, jornadas, talleres... En la actualidad
respaldan y acogen en su web la propuesta del Frente Cívico Somos Mayoría.
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30/11/2012
Contro la crisi
www.controlacrisi.org
Portal digital italiano que alberga noticias, artículos e informaciones de
conflictos sociales y de luchas populares en tiempo real. Con enlaces a
numerosas páginas de resistencia italianas y posibilidad de suscribirse
gratuitamente para recibir en el correo su newsletter diaria.
30/11/2012
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