HISTORIA ANTIGUA DE ESPAA
HISTORIA ANTIGUA DE ESPAA. UNED 4.
TEMA III.INVASORES Y COLONIZADORES ( 2 ): GRIEGOS
Y CARTAGINESES.
LOS GRIEGOS .
Accin de los griegos en la Pennsula posterior a los fenicios, no
antes del siglo VI. Los fenicios parece que dominaban en el
Mediterrneo sur y los griegos en el norte, en la zona de catalua,
donde existen los nicos poblamientos griegos comprobados, y
comercialmente en toda la costa este y sureste.
La accin inicial del contacto fue fundamentalmete focense, por
los mismos grupos procedentes de Focea que haban fundado Massalia (
Marsella) como su principal base en el arco norte del Mediterrneo
occidental.
En las fuentes clsicas se hallan referencias poco concretas de
implantaciones en la costa del Pas Valenciano y en la costa
andaluza, en las proximidades de Mlaga ( Malaka). Pero no ms. La
inexistencia de monedas propias- tpicas de toda verdadera ciudad
griega- y el vaco de restos maeriales permite sospechar que se
tratara de factoras muy pequeas.
Incluso en la costa mediterrnea , hallazgos recientes nos
indicaran que se trata de existencia de comercio fenicio y no
griego en las primeras etapas, siglos VII-V. Se trata de los
yacimientos de los Saladares de Orihuela, y de Vinarragell en
Burriana. En ambos casos se comprueba la presencia, en las fechas
indicadas, de elementos cermicos fencios, o fenicio-tartsicos
mezclados con materiales indgenas de un Bronce muy tardo.
La colonizacin griega a nivel urbano se limita, dentro de las
costas peninsulares, al litoral norte de Catalua, en el Ampurdn. Se
trata de la continuacin de las implantacions griegas en Provenza y
el Languedoc actuales. Tenemos noticias de dos ciudades, una Rhode,
de la que no sabemos mucho, pues tan slo hace unos 20 aos que se
hallaron restos arqueolgicos de ella - actual Roses-. Sabemos que
la ciudad griega esta situada dentro de recinto fortificado de la
Ciudadela, inmediata al pueblo de Roses.
Muy distinto es el caso de Emporion ( Ampurias ). aqu no se lleg
a perder el recuerdo de la existencia de las ruinas, cuyos primeros
estudios se realizaron durante los siglos XVIII-XIX. Desde
principios de este siglo se han realizado amplias investigaciones,
pudindose por ello trazar un esquema de lo que fue una ciudad
colonial griega en nuestro pas. No se sabe si los pobladores
vinieron directamente de Focea o de Massalia ( Marsella ); la
ciudad naci como una factora islote. Estrabn, recogiendo noticias
antiguas dice concretamente que " primero los focenses se
establecieron en un islote que ahora llaman Palaia polis (ciudad
vieja)". Este pueblecito que actualmente es Sant Mart d'Empuries,
ha quedado modernamente unido a la costa. Rpidamente se cre un
establecimiento en tierra firme ( Nepolis, o sea ciudad nueva), en
contraposicin a la antigua del islote. Los materiales de la ciudad
nueva se datan del 580, en a poca de amplia expansin focense en el
mediterrneo occidental.
Si el primer emplazamiento fue un islote, tambin la ciudad nueva
tiene una topografa muy tpica de los lugares coloniales: una zona
costera entre dos ros, el Fluvi y el Ter. Una especie de isla en
cierto modo. Hoy en da la ciudad griega se puede ver casi
completamente, pues se ha excavado de manera casi total. Pero lo
que vemos ahora en la fase final de la ciudad, de la fase
helenstico-romana y no inicial de su fundacin. Se trata de una
superficie rectangular, con el eje mayor paralelo a la lnea de la
playa, de unos 26.000 m2., con calles paralela en ambas direcciones
que se cruzan en ngulo recto, sin llegar a alcanzar una regularidad
absoluta. Las construcciones monumentales se reparten en dos reas.
En la parte central, donde se cruzan las dos calles principales,
existe el gora, roeada de edificios pblicos, entre los que destaca
el "stoa", un mercado porticado que sera uno de los centros de
ventas. La otra zona monumental se halla emplazada en el extremo
sur, junto a la muralla, y es el barrio de los templos. Ninguno de
ellos alcanza proporciones destacadas ni parece haber sido
especialmente notable. Las calles son estrechas y las casas, de
dimensiones modestas.
La ciudad estaba rodeada por una potente muralla construida con
grandes bloques, visible hoy da en algunas zonas del sector
meridional.
En la evolucin de Emporion observamos en primer lugar la
densidad de los contactos martimos con la madre Patria: los
productos cermicos griegos de los tipos ms diversos y corrientes no
faltan y aparecen sin interrupcin demostrando la continuidad y la
fuerza del comercio y de las navegaciones martimas. Como era normal
en todo centro griego de cierta categora, Emporion acu moneda, tuvo
ceca propia, igual que Rhode ( Roses), ambas fabricaron monedas de
plata, con el sistema de dracma.
El impacto que produjeron ambas cecas de cara la mundo indgena
en el proceso inicial de su introduccin en la eonoma monetaria fue
lo verdaderamente importante de la cuestin.
CARTAGINESES. EL IMPERIALISMO COMO CULMINACIN DE LAS
COLONIZACIONES.
Por el tratado romano-cartagins del ao 348 a.C., se determinaron
las reas de predominio de los cartagineses y de los griegos en la
pennsula. En este tratado dlo se cita un punto de la costa SE.,
"Mastia" ( Cartagena ), que serva de lmite a los territorios sobre
los que opodan ejercer su influencia Cartago y Marsella. Tanto los
griegos como los cartagineses no pretendan tener plazas en el
interior, slo en la costa para poder comerciar a travs de ellas con
los pueblos indgenas.
Tras la primera Guerra Pnica, los cartagineses haban perdido
posesiones en Sicilia, Crcega y Cerdea. Esto a los comerciantes de
Cartago les afectaba enormemente, y por ello el inters por la
pennsula Ibrica pas a ser mayor. La faccin que logr dominar en
Cartago, la familia Barca, de intereses militares y comerciales ya
no vean la Pennsula como unas cuantas plazas comerciales, sino como
territorio que les proporcionara metales para pagar a sus
mercenarios, necesitaban hombres para el ejrcito y para que
trbajaran las minas. Todo esto poda proporcionarlo la expansin de
sus dominios en Espaa.
As, Amlcar Barca vino a la Pennsula con un ejrcito en el 237
a.C. y desembarc en Cdiz. Se encontr una situacin bastante
precaria, pues desde la primera Guerra Pnica los cartagineses haban
perdido influencia. As, se vio obligado no slo a volver, a dominar
las antiguas zonas de influencia, sino tambin a ampliar los
dominios cartagineses en la Pennsula, si quera que la explotacin de
los recursos de sta sirviera para fortalecer la posicin de Cartago
frente a Roma.
Se lanz a una poltica de conquista en el S. y SE de la Pennsula,
controlando los distritos mineros de Sierra Morena y de la regin
actual de Cartagena. En la zona levantina, Amlcar extendi la
influencia cartaginesa ms all de lo marcado en el tratado del ao
348 a.C., convirtiendo en asentamiento cartagins a Akra Leuke (
Alicante ). emple tropas indgenas en sus guerras. En el ao 231 a.C.
los romanos enviaron una embajada a Amlcar para que explicar cules
eran las intenciones de su poltica expansiva, a peticin de
Marsella, aliados de los romanos; en su respuesta, de sobra
conocida, Amlcar dijo que Cartago deba obtener dinero para pagar
las reparaciones de guerra impuestas por los romanos en el tratado
de paz con que termin la priemra Guerra Pnica. Los romanos al
parecer se conformaron con esta explicacin. Esta embajada romana
fue la primera intervencin oficial hecho por Roma en los asuntos de
la Pennsula Ibrica. Hasta la guerrra abierta en el ao 218.
Amlcar obligaba a los indgenas, los explotaba, los someta, lo
que le obligaba a contnuas guerras contra ellos. Dos aos despus de
la embajada romana, Amlcar mora cerca de la actual Elche en un
encuentro armado con los indgenas.
Le sucede su yerno Asdrbal, quien al contrario que amlcar, quiso
atraerse a los indgenas al bando cartagins por medio de maniobras
diplomticas, tratados de amistad e incluso por medio de su
matrimonio con la hija de un jefe local. Esta poltica de paz
consolid los dominios cartagineses que Amlcar habi conseguido con
la guerra. Asbrbal pretendi crear en la Pennsula un centro de poder
que le permitiera una guerra ulterior contra Roma y que tuviera una
cierta independencia poltica con respecto a Cartago. Por ello la
fundacin de " Carthago Nova " ( Cartagena), hecha por Asdrbal. El
otro hecho fue la extensin hacia el norte de la influencia
cartaginesa, ms all del tratado del a 348. Los griegos de Marsella
fueron los ms perjudicados, pues se firm un nuevo tratado en el 226
a.C. que reconoca la influencia de los cartagineses hasta la
desmbocadura del ro Ebro.
La muerte de Asbrbal, en el ao 221 a.C. el mando del ejrcito pas
a Anbal, hijo de Amlcar Barca, quien vuelve a la poltica miliarista
de su padre. Vea inminente la guerra contra Roma y quera mantener
bajo dominio cartagins a los indgenas del S. y SE. y conseguir,
mediante la guerra, que los de la meseta y de zonas no sometidas
quedaran en situacin de no poder atacar a los cartagineses. Adems,
las expediciones le proporcionaban mercenarios para su ejrcito y
recursos econmicos.
Anbal hizo expediciones, cada ao, al interior de la Pennsula
Ibrica, atraves el Tajo y lleg hasta el Duero donde se enfrent a
los vacceos. Los planes de Anbal para atacar a Roam necesitaban un
pretexto, y ste fue el ataque a Sagunto, aliada de Roma. En este
contexto, unos indgenas apoyaron a Roma , otros a Cartago. los
romanos atrajeron a los pueblos de la costa, mientras que los
cartagineses lograron hacer alizanzas con los del interior. Tras la
toma de Sagunto, esto sera tomado como " casus belli " por los
romanos y esto desencadenara la Segunda Guerra Pnica que tuvo como
consecuencia fundamental para la Pennsula Ibrica el caer bajo el
dominio romano.
CONSECUENCIAS DE LAS COLONIZACIONES.
Imitacin de formas artsticas griegas y orientales, en el S. y
zona Este de la Pennsula.
Aparicin de sistemas de escritura basados en los alfabetos
fenicio y griego.
Cultivo de algunas plantas, ampliacin del trabajo esclavo,
nuevas tcnicas de agricultura, artesana ( torno alfarero se conoce
en la Pennsula hacia el V a.C.), perfeccionamiento en la tcnica de
extraccin de minerales, estmulo en el establecimiento de ciudades
con todas sus consecuencias.
Uso de la moneda acuada, que pode a los indgenas en una economa
monetaria.
Todo ello en zonas costeras del Sur y del Este y en el Valle del
Guadalquivir, lo que hace que se consoliden o se desarrollen las
organizaciones sociales. Por ejemplo Tartessos. Los contactos
aceleraron el proceso.
La colonizacin cartaginesa fue muy diferente, pues explot
directamente los territorios, siendo en esto precursores de los
romanos.
Por ltimo decir que, aunque las colonizaciones significaron una
explotacin a los indgenas, posiblemente por su menos desarrollo,
fueron tambin un elemento que contribuy a afianzar en ciertas zonas
de la Pennsula formas de vida ms avanzadas que las que existan en
otras regiones. El efecto de las colonizaciones se hara sentir, por
lo tanto, en las diferencias existentes en el desarrollo de las
diversas regiones peninsulares a partir de entonces.
Aldaia 10 de Octubre 1998.
HISTORIA ANTIGUA DE ESPAA. TEMA V.
ORGANIZACIN SOCIOPOLTICA DE LOS PUEBLOS DE LA CELTIBERIA.
Disponemos de las fuentes literarias referentes a la poca de la
conquista y comienzos de la romanizacin y de los textos
epigrficos.
Un texto de Estrabn es de gran importancia para conocer el
estado de la romanizacin en Celtiberia en la poca en la que l
escriba o un poco antes (siglo I a. C.) y las costumbres de vida de
los indgenas. Celtiberia, dice, se halla situada tras la Idoubeda
(Cordillera Ibrica) y es en general una regin spera cruzada por
ros. Los celtberos son un pueblo perteneciente a la migracin cltica
que se halla dividido en cuatro partes, aunque otros autores sealan
cinco, sin que sea posible llegar a un acuerdo en esto. Numantia es
la ms famosa, de los arvacos, por la fiereza de sus habitantes en
las luchas con los romanos. Estrabn aade que tienen una divinidad
innominada, cuyo nombre sin duda era tab, a la que festejaban las
noches de luna llena danzando hasta el amanecer. La vida gentilicia
se manifestaba en las comidas en comn y por el hecho de que todos
los parientes dorman en comn; la disposicin de las casas en
Numancia, Tiermes y el Castro de Santa Mara de la Huerta, muestran
que se coma en comunidad, sentados en bancos corridos adosados a
las paredes, en torno a un hogar central, alrededor del cual tambin
dorman el grupo de parientes.
La organizacin social estaba fundada sobre lazos de parentesco;
stos constituan grupos de consanguneos descendientes de un
antepasado comn que reciban en latn el nombre de gentes, los grupos
mayores, y gentilitates, los menores. No existe concordancia entre
las fuentes literarias- que no mencionan las gentes y gentilitates
que se documentan epigrficamente- y las fuentes epigrficas.
Aquellas utilizan para referirse de una manera vaga y poco exacta a
las organizaciones ms amplias de la sociedad indgena los trminos de
gentes, populi, gene y ethne. Ya hemos visto que Apiano dice de los
belos que son un genos de los celtberos, en equivalencia a una de
las partes, y que todos los celtberos forman un ethnos. Los autores
latinos usan la palabra populus para referirse a esta realidad
global, aunque en ocasiones los populi de que nos habla Plinio
parecen corresponderse con entidades ms reducidas y ser el
equivalente de las gentes que aparecen en la epigrafa.
El conocimiento ms exacto de las organizaciones de parentesco
indgena procede fundamentalmente de las inscripciones latinas de
poca romana, en un momento en que el sistema gentilicio haba sido
sustancialmente transformado por la influencia romana. Estas gentes
y gentilitates son en general genitivos en plural cltico terminados
en cum que forman parte del sistema onomstico de los individuos
indgenas. De los estudios realizados sobre el sistema gentilicio se
deduce que los lazos de sangre, en el mbito de grupo de parentesco,
fuese la gens o la gentilitas , eran ms fuertes que los que impona
la familia restringida; Es decir, que lo importante para los
individuos era pertenecer a un grupo amplio de parentesco, que poda
comprender otros grupos, dentro de los cuales la familia era el
menor, y por lo tanto la filiacin particular algo secundario.
Se ha supuesto que la influencia de la organizacin familiar
romana, en la cual era normal la expresin de filiacin paterna, pudo
contribuir a que entre los indgenas se extendiera el uso de la
expresin de la misma, aunque parece que ya antes de los romanos
hallamos mencin de la filiacin y de la ciudad a la que perteneca el
individuo, lo cual quiere decir que para ellos estos factores
comenzaban a tener importancia adems del hecho de pertenecer a una
determinada gentilitas.
Se ha especulado mucho sobre si todos los pueblos celtberos
tenan la misma forma de organizacin social; la aparicin de
gentilidades en el bronce de Luzaga, de fecha indeterminada entre
finales del siglo II y el siglo I a. C., en las dos tabulae
contrebienses, de comienzos del siglo I a. C., y posiblemente en
algunos grafitos cermicos numantinos y estelas clunienses, todos
ellos de poca republicana, permite afirmar que la organizacin
gentilicia era el sistema social propio de los celtberos antes de
la conquista romana.
Vida urbana de los pueblos de la Celtiberia.Vivan en distintos
tipos de asentamientos que las fuentes denominan urbes, civitates,
vici y castella. Las urbes eran organizaciones poladas del tipo de
ciudad-estado antigua, con un ncleo urbano mas o menos desarrollado
y un entorno agrario dependiente de l; las civitates eran
organizaciones polticas indgenas autnomas que podan tener o no una
configuracin urbana; los vici y castella eran asentamientos menores
y corresponden a los poblados y castros caractersticos de estos
pueblos que documenta la arqueologa. Por los hallazgos y por el
texto de Estrabn, que coinciden, podemos ver que los asentamientos
de carcter urbano se ubican preferentemente en Carpetania, los
valles del Jaln y del Ebro, en las comarcas ms ricas, ms
civilizadas y donde la vida urbana de tipo romano tuvo despus una
mayor difusin. En los territorios de arvacos y pelendones haba
algunas poleis, como Numantia, Termes, Uxama, pero la poblacin viva
generalmente dispersa en aldeas o poblados en torno a una torre de
defensa que aparecen mencionadas como vici y castella. El proceso
de constitucin de ciudades parece que estaba desarrollndose cuando
llegaron los romanos, en la primera mitad del siglo II a. C. Con
posterioridad a la conquista romana la tendencia a la constitucin
de nuevas ciudades continu, reasentndolas en lugares llanos, donde
era ms fcil dominarlas, o reorganizaron su estatuto administrativo,
por ello el desarrollo de la vida urbana bajo el Imperio no era una
mera prolongacin de la poca anterior, sino que en algunos casos
presenta rupturas o discontinuidades significativas. Un caso muy
claro de esto se ve en Numancia.
La Organizacin poltica de las ciudades contaba con una asamblea
popular, un consejo de ancianos o senado aristocrtico y unos
magistrados, presumiblemente electivos. Los textos de los autores
clsicos relativos al comienzo de las guerras celtibricas en 154-153
a.C. nos permiten comprender el funcionamiento de estas
instituciones y sus relaciones. En el ao 154 a.C., cuando los
romanos ordenaron a los segedenses destruir la muralla que haban
levantado y acatar los tratados de Graco, dice Diodoro (31,39), que
uno de los ancianos, llamado Cacyro, respondi a los legados y que
el pueblo ratific unnimemente sus palabras. Tambin entre los
arvacos el pueblo, reunido en asamblea, decidi la guerra contra los
romanos al conocer los xitos de los lusitanos sobre ellos. As, la
organizacin poltica de las ciudades arvacas se basaba, pues,
directamente en su organizacin social, en la que la aristocracia
gentilicia constitua el grupo dominante en las mismas. Esta estaba
formada por los propietarios de grandes rebaos de ganado e
importantes clientelas que constituan la base de su prestigio
social; la riqueza econmica, por otra parte, era la condicin
necesaria para la adquisicin de una armadura esplndida, que en los
textos aparece como algo distintivo de la aristocracia indgena y lo
que les daba el papel principal. El rgano poltico de esta clase era
el consejo de ancianos, pero que no corresponda ya a un organismo
de edad. Era el organismo que tena un papel principal en las
ciudades y la asamblea nicamente decida sobre las propuestas que
ste le presentaba, aunque la asamblea s que elega los jefes
militares, durante un ao.
Adems de los jefes militares elegidos durante las guerras contra
los romanos conocemos, fundamentalmente por fuentes epigrficas de
poca tardorrepublicana y altoimperial, otras magistraturas de
carcter civil que reciben en latn los nombres de magistratus,
praetor. Por lo que podemos deducir de las fuentes, estos
magistrados ejercan la administracin de justicia en las ciudades o
actuaban como representantes de las mismas, actuando como garantes
de los actos acordados con otras ciudades, con individuos
particulares o con grupos gentilicios ajenos a la ciudad, como
pudieran ser los pactos de hospitalidad o clientela.
Hospitium, clientela y devotio.
Hemos de referirnos tambin a un conjunto de instituciones que
establecan vnculos de interdependencia entre grupos humanos (grupos
gentilicios o ciudades), entre individuos y grupos o entre
individuos aislados, que frecuentemente tenan un carcter jerrquico.
La proliferacin de estas prcticas institucionales, junto con el
desarrollo de una clase aristocrtica y de las estructuras urbanas,
fueron los elementos principales que contribuyeron a la evolucin
del sistema gentilicio, a su transformacin y, ya bajo el dominio
romano, a su progresiva desaparicin.
El hospitium o pacto de hospitalidad permita adquirir los
derechos de un grupo gentilicio a otros grupos gentilicios o a
individuos aislados. La institucin del hospititum permita
establecer lazos ms estrechos entre ellos sin que esta personalidad
propia se perdiera; los contrayentes del hospitium se convertan en
huspedes (hospites) mutuos y el pacto de hospitalidad generalmente
se haca constar en un documento denominado tsera de hospitalidad.
Se conocen unas pocas decenas de este tipo de documentos,
procedentes de la Meseta Central, escritos en latn o en lengua
indgena; son unas lminas de metal recortado en siluetas de animales
que quizs tenan un significado religioso. Se ha supuesto que
inicialmente el hospitium se concert en un plano de igualdad entre
ambas partes, poco a poco al surgir diferencias econmicas entre
unos grupos y otros y entre los individuos, el hospitium habra ido
asumiendo un carcter de dependencia que lo habra llevado a
asimilarse, en su contenido, con la clientela. La clientela
consiste en formar comitivas en torno a los individuos ms
importantes de una comunidad tribal. La relacin entre estos
individuos, normalmente aristcratas, y sus seguidores era una
relacin contractual basada en la desigualdad de riqueza e
influencia de ambas partes. Estas clientelas tenan frecuentemente
un carcter militar, al que se le una un vnculo religioso, por el
cual los clientes tenan la obligacin de seguir al jefe a la batalla
y no sobrevivirle en caso de que ste muriera en combate. Tales
clientes reciban el nombre de devotos o soldurios y esta forma
especial de clientela militar es el de devotio. Aqu los lazos de
consanguinidad no juegan ya ningn papel. Los individuos ms pobres
se ponan en la clientela de un aristcrata y estos a su vez se unan
a s mismos.
El hospitium, clientela y devotio se concertaban sobre la base
de la fidelidad (fides) a la palabra dada por ambas partes;
probablemente una alusin a este concepto de fides es la forma de
algunas tseras de hospitalidad que representan dos manos
entrelazadas.
Ya durante las guerras de conquista distintos polticos romanos
utilizaron la institucin de la clientela indgena y, en general, los
tratados o acuerdos basados en la fides para vincular a s mismos y
al estado romano a los pueblos celtberos de la Meseta. Personajes
como Sertorio, Pompeyo y Csar tuvieron clientelas muy importantes
en Hispania y, especialmente, en la Meseta. La obra de Badian ha
sealado justamente la importancia de las clientelas en la expansin
y articulacin del Estado romano fuera de Italia. Los polticos y
generales establecan tratados con los indgenas, actuando en Roma
como defensores de tales pactos y, eventualmente, de los intereses
de los indgenas, funcionando de esta manera como un patrono romano;
de forma que se fue dando progresivamente una identificacin entre
clientela indgena y la clientela romana. Al vincularse a la
clientela de un determinado patrono, los individuos que lo hacan
normalmente adoptaban el nomen romano del mismo, pasaban a formar
parte de su gens y, eventualmente, adquiran la condicin de
ciudadano romano.
El Bronce de Luzaga es la ms importante inscripcin en lengua
celtibrica, que presumiblemente registra un hospitium entre las
ciudades de Arecoratas y Lutia. Comprende 8 lneas y unas 24
palabras, y como an no se ha logrado traducir la lengua celtibrica
ms que de un modo muy imperfecto, no se puede conocer demasiado
bien este documento.
LOS LUSITANOS.
ORGENES Y SITUACIN SEGN LAS FUENTES ANTIGUAS.
Muchas dificultades a la hora de determinar el origen. De los
pueblos de la fachada atlntica, los lusitanos eran los ms numerosos
y los ms aguerridos. Parece que se establecieron hacia el siglo VI
a.C. entre el Duero y el Tajo, provenientes de las montaas
helvticas, pero lo cierto es que hoy da se desconoce el origen de
este pueblo. Su ncleo central lo constitua la Sierra de la Estrella
y las estribaciones de la Sierra de Gata. Limitaban por el Sur de
los clticos, por el Norte con los galaicos y por el nordeste con
los vetones, es decir, ocupaban entre ambos ros la zona del declive
de la Meseta con una gran penetracin en Extremadura. Para Estrabn
llegaban desde el ro Tajo hasta el mar Cantbrico. Para Mela,
ocupaban la parte occidental del Guadiana. Por su parte Plinio los
sita en el cabo de San Vicente y en el Duero y seala algunos de sus
pueblos y ciudades ms significativos.
ORGANIZACIN SOCIAL Y POLTICA.
La forma de estar socialmente organizados era el rgimen
gentilicio, que los epgrafes recogen con el nombre de gentes y
gentilitates. Pero parece que por los hallazgos nos hacen suponer
la existencia de un rgimen tribal para toda la regin lusitana.
Albertos seala que las regiones portuguesas de la Beira y las
gallegas carecen de testimonios de gentilitates, mientras que
abundan los tenimos. Por el contrario, en las regiones del
interior, Cceres, Salamanca, y Zamora, donde se han documentado
muchas gentilitates, apenas si existen tenimos de origen
gentilicio. Esto se explica, segn Albertos, por un proceso de
migraciones y movimientos de los pueblos.
La caracterstica fundamental del rgimen gentilicio consiste en
que los individuos se hallan unidos entre s en funcin de los lazos
que establece la consanguinidad, es decir, por el parentesco,
independientemente de los vnculos que la condicin de
coterritoriedad pueda imponer.
En el seno de la comunidad, las relaciones de parentesco eran
muy complejas. Lo normal era una descendencia por lnea masculina;
la onomstica indgena se mostr reacia a desaparecer.
El rgimen de gobierno de los lusitanos era la jefatura militar.
Los caudillos, o jefes militares, se elegan en asambleas populares.
El trmino usado para designar a estos jefes militares es de
Hegoumenos, es decir, conductor de grupos. No parece que exista una
regla sucesoria entre ellos, sino que su nombramiento se debe a una
eleccin en la que los factores de valor, habilidad de guerra, etc.,
eran los que se tenan en cuenta. Todo indica la existencia efectiva
de una magistratura militar electiva entre los lusitanos, cuyos
jefes eran elegidos en funcin de sus cualidades personales.
ORGANIZACIN ECONMICA.
Fuentes de riqueza: agricultura, ganadera, caza, pesca y
relaciones de propiedad.
Es preciso recurrir a los textos de los autores antiguos
(Polibio, Diodoro, Estrabn, Plinio, etc.) que nos ilustran sobre
las fuentes de riqueza, pues las excavaciones son escasas.
Rica en frutos y en ganado, en oro, plata y muchos metales
(Estrabn). Ganadera, porcino y ovino, aunque tambin bovino y
caballar, agricultura de manera complementaria, de base cerealstica
principalmente, aunque tambin haba vid y olivos, as como lino.
Recoleccin de bellotas y castaas. El predominio de la actividad
ganadera vena determinado por el desarrollo econmico y por la
naturaleza del terreno: zonas montaosas, poco aptas para la
agricultura.
El caballo elemento especial en la economa lusitana. Buenos
jinetes.
La caza era muy abundante, y serva de complemento, cabra salvaje
y ciervo lo ms frecuente en los hallazgos seos. La pesca era muy
abundante tambin.
No se puede afirmar categricamente que la propiedad de la tierra
fuera comunal, aunque pudiera ser. Es probable que en las zonas
llanas existiera un mayor reparto de la propiedad, mientras que en
las zonas del interior, ms montaosas, la propiedad de la tierra era
individual. Las tierras podran ser comunales, pero los ganados no.
Los dueos seran unos pocos propietarios que tenan bajo su mandato a
un gran nmero de pastores. El excedente de poblacin, sin tierras y
sin ganado, constituira la base de las razzias y del bandolerismo
lusitanos, expresamente sealado en las fuentes literarias.
FUENTES DE RIQUEZA: MINERALES E INDUSTRIA, ORFEBRERA Y
CERMICA.
Se habla del Tajo como portador de oro. Plomo en la comarca de
Meda. Igualmente el bajo Alemtejo era rico en minerales. No se
puede pensar en explotaciones a gran escala, sino en pequeos
talleres para abastecer las necesidades de reas restringidas, pero
pudieron existir algunos centros de produccin mas especializada
relacionables con la fabricacin de armas; a la industria
metalrgica, de carcter guerrero, habra que sumar tambin la
fabricacin de instrumentos agrcolas o artesanos destinados a
diferentes usos, as como otras industrias de tejidos de lujo, segn
se desprende de Diodoro al referirse a las bodas de Viriato.
Orfebrera de formas y estilos orientalizantes. Recipientes de
plata del tesoro de Pedro(castelo Branco), los torques de la regin
del Tajo y las arracadas de Monsanto da Beira y Goleg, muy
vinculados a la orfebrera de los castros portugueses del norte del
Duero. Destaca el brazalete de Estremoz y el tesoro de Segura de
Len, en la Sierra Martela (Badajoz).
En cermica no hay mucha documentacin. Los hallazgos del castro
Da Carcoda responden a tipos netamente castreos del Noroeste. Los
tipos de cermica ms representativos son: cermicas a mano, bien sean
lisas o decoradas, que indican la perduracin de tipos ligados al
horizonte Cogotas I; cermicas estampilladas, casi todas a
torno.
HISTORIA ANTIGUA DE ESPAA.
TEMA VI: Pueblos prerromanos (3): El norte peninsular.
LOS GALAICOS.
Tienen una forma distinta de organizacin social que los astures
o los cntabros; no hay indicios de organizacin gentilicia. Por esto
mismo hay que tratarlos individualizadamente con respecto a los
otros pueblos del norte peninsular.
Su hbitat es el castro, que veremos ms adelante, y por ello se
habla de cultura catrea.
ORGENES, SITUACIN Y LMITES SEGN LAS FUENTES ANTIGUAS.
Posiblemente llegaron a la pennsula hacia el siglo VI a.C.(al
igual que los lusitanos), pero por no haber pruebas de ello no se
puede afirmar que sean del mismo origen helvtico.
A la llegada de los romanos, el complejo tnico galaico estaba
constituido por gentes de tradicin megaltica y del bronce indgena
(que se les llama Oestrimnios). A stos hay que sumar gentes
mediterrneas, ms las oleadas indoeuropeas y algunos de la Meseta.
Todo esto ser el pueblo galaico.
Las fuentes para su conocimiento sern tardas, pues la
infiltracin romana no se dio hasta el siglo II a. C. Con Bruto, en
el ao 138 a. C. (aunque la romanizacin, lgicamente, es posterior a
esta fecha).
Las fuentes romanas nos presentan el territorio dividido en dos
conventus jurdicos : el Lucense con centro en Lucus Augusti y el
Bracarense, con centro capitalino en Bracara Augusta.
Ocupaban los ncleos montaosos de las provincias de Orense y
Lugo. El rea estaba entre el Duero y el Mio por una parte y las
montaas de Gres y de Queixa, por otra.
La poblacin se concentraba en castella y no en centuria como se
crea hasta hace muy poco; esto queda demostrado por el arquelogo
Albertos.
Albertos demuestra tambin en sus estudios que, estos castella no
son verdaderas comunidades, ya que no tienen entidad desde la
perspectiva del derecho pblico. Los castella tenan su territorio
propio dentro de la civitates. As, entre varios castella
castros-formaran una civitates; pero hay que sealar que las
civitates indgenas no eran tampoco verdaderas comunidades similares
a las de tipo romano.
TRIBUS, PUEBLOS Y CIUDADES SEGN LAS FUENTES ANTIGUAS. (Plinio y
Tolomeo)
1. Existe un gran fraccionamiento poblacional entre las
diferentes tribus, que adems suelen ser poco numerosas.
En el conventus Bracarense" se cuentan hasta 29 diferentes:
Aebisocios
Anfiloquios
Ambrigenses
Aquiflavienses
Bibalos
Celerinos
Helenos
Equaesios...
En el conventus Lucense hasta 16, segn Plinio:
Albiones
Psicos
Artabros
Brigantes
Lapotianos
Yugones
Egobarros etc.
No todos estos pueblos constituyen grupos tnicos diferentes,
pues algunos tomaban el nombre de un accidente geogrfico, un ro
etc. Parece ser que eran gentes que habitaban en castros
determinados, pero de distinto origen tnico entre s y sin mayor
relacin entre ellos.
LA CULTURA CASTREA.
Galicia es el ncleo principal de este tipo de cultura, aunque no
el nico (Asturias, Len, parte norte de la Meseta...)
Segn Avieno, desde el siglo VI a. C.
HBITAT Y URBANISMO:
1. Tienen dos tipos de emplazamiento:
2. Costeros.
3. Interiores (normalmente situados en zonas altas, en
promontorios).
Normalmente no adecuaban las zonas donde se instalaban; adems de
las defensas naturales, construyen otras como murallas, fosos,
terraplenes, torreones y las llamadas piedras hincadas, para evitar
que la caballera enemiga pudiera avanzar. Las murallas rodean todo
el castro.
Los castros son muy variables de unos a otros, pues los hay muy
simples y otros muy complejos. En cuanto a los materiales que
emplean suele ser la pizarra o la piedra de granito, segn la zona
en la que se emplacen y dependiendo de la facilidad para
conseguirlos. No hay ms que ir a Galicia y observar prcticamente lo
mismo en la actualidad. Las viviendas de un primer momento tienen
la planta de tipo circular u oval, y posteriormente, con la
influencia romana parece que tienden a ser de tipo rectangular o
incluso cuadrangular.
Hay una construccin que actualmente no se sabe cual era su
funcin, son los llamados monumentos con horno; hay creencias de que
eran de tipo funerario, para incinerar a los muertos, pero tambin
hay teoras que los encuadran en funciones de tipo ritual con el
agua, o incluso como hornos de cermica, o de pan sencillamente.
En cuanto al n de habitantes de un castro, aunque es imposible
determinarlo con exactitud, se habla de 250 por castro, aunque
volvemos a repetir la cuestin de la dispersin y el aislamiento
geogrfico.
PROCESO DE TRANSFORMACIN URBANSTICA DE LOS CASTROS.
1. Tiene dos fases:
2. Siglo II a. C. Tras las primeras acciones de Bruto en
Gallaecia.
3. Tras la conquista del territorio por Augusto.
En la 1 fase se produce una ereccin de murallas de tipo
reticulado, trabajados los materiales con instrumentos de
hierro.
En la 2 se observa una mejora de las defensas, y cambia la
ubicacin de las viviendas, formando barrios.
Tras la dominacin romana se establecieron los llamados castros
agrcolas y mineros. (Explicar si es necesario; Es muy fcil de
hacer).
ORGANIZACIN POLTICO- SOCIAL. Un castellum est dentro de una
civitas. El castellum tena una cierta independencia
administrativa.
En general, en un populus o civitas hay varios castellum; en
cada uno de esos asentamientos vive una comunidad autnoma de las
otras comunidades, pero que nicamente junto a ellas compone una
civitas. Esto es muy importante porque slo pasa en esta zona.
Blzquez afirma que los castella tambin se hallan en el pueblo de
los ilergetes y en todo el norte de la Pennsula.
ORGANIZACIN ECONMICA.
Agricultura desarrollada ms de lo que se pensaba en un
principio. De tipo intensivo. Cereales como trigo, mijo, maz.
No parece que exista la propiedad individual. Propiedades
pequeas y medianas.
La mujer es la que trabaja la tierra, pues el hombre pesca y
lucha.
Los tiles de agricultura son muy rudimentarios, y por tanto los
rendimientos son escasos.
Ganadera: vacas, ovejas, cabras, caballos y cerdos. Pero no es
una actividad fundamental; es menos importante que la agricultura.
Hay lmites entre los castros para que los pastos de los ganados
estuvieran bien delimitados.
Poca caza.
Importante la pesca y la marisquera.
Minera: aunque hay pocos hallazgos arqueolgicos, las fuentes
antiguas hablas de su importancia para la economa de la zona:
estao, plomo, magnetita, mbar, hierro...
HISTORIA ANTIGUA DE ESPAA. 4 U.N.E.D. VALENCIA.
TEMA VIII. Las guerras contra celtberos y lusitanos y la guerra
sertoriana.
Causas y comienzo de las guerras contra celtberos y
lusitanos.
La intervencin romana en la meseta septentrional. (153- 143 a.
C.)
Viriato y el fin de la guerra lusitana.
Numancia.
La figura de Sertorio y la consolidacin de su poder en
Hispania.
Las victorias de Metelo y Pompeyo y el fin de Sertorio.
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INTRODUCCIN.
Mediados del siglo II A.C. Celtberos y lusitanos plantean graves
problemas militares a Roma. No hubo nunca una planificacin
concertada de ataques al ejrcito romano, y esto favoreci a los
romanos.
Para el conocimiento de este periodo disponemos de la obra de
Polibio, testigo presencial de los hechos. Polibio seala la
importancia de las guerras celtibricas, pues segn l, pusieron de
relieve la quiebra de la sociedad romana, la ineptitud de la
oligarqua dominante, la desintegracin moral de la clase dirigente,
y la situacin de degradacin del ejrcito.
Las fuentes clsicas polarizaron estas guerras en torno a dos
ejes: Numancia y Viriato; pero en realidad, el conflicto alcanz
prcticamente a toda la Pennsula.
Concurren los problemas socioeconmicos de los pobladores celtas
de la Meseta, en especial los celtberos y lusitanos, sus hbitos
guerreros, su pobreza, su amor a la libertad. Y con ellos el
desinters de Roma por unas tierras pobres, sumado a sus luchas en
Grecia, Prximo Oriente, en el norte de frica contra Cartago, lo que
significa la precariedad en Roma en hombres y en dinero. Todo esto
determina unas guerras lentas, crueles, trgicas, pero que van a
cambiar el signo de la sociedad romana con el logro definitivo de
sus afanes imperialistas.
CAUSAS Y CARACTERES DE LAS GUERRAS.
1. Podemos hablar de 4 causas:
2. Problemas sociales y econmicos de los celtas de la
Meseta.
3. Las provocaciones de Roma con sus tributos y exacciones.
4. La pertinaz violacin de los pactos y absoluto desprecio por
la vida y la libertad de los pueblos hispanos.
5. La convulsin poltica, social y econmica que acarre a la
sociedad romana el abierto imperialismo, mal preparada para
gestionar adecuadamente este Imperio sobreabundante en tierras,
poder y dinero.
1. La estructura social indgena.Hay que tener en cuenta que se
enfrentan dos estructuras polticas y sociales diferentes: Roma,
polticamente basada en la ciudad-estado y en la familia con
desarrollo de la propiedad privada y el libre mercado como modo de
produccin; por otro lado, el mundo celta, gentilicio, en el que
prevalece la comunidad de bienes y donde la propiedad de la tierra
est en trance de pasar a manos privadas o se ha acumulado en pocas
familias. Adems era frecuente la formacin de bandas y guerrillas
que buscan en el saqueo y la guerra tierras en que asentarse y
bienes con que atender la subsistencia de sus familias. En la
Meseta, la tierra escasa y ms bien pobre no puede atender al
crecimiento de la poblacin, de ah que los ms jvenes sean los
alentadores de estas luchas. Y Roma arrebata tierras e impide el
pillaje a unas gentes que tenan en las armas y en su libre actuacin
guerrera la posibilidad de resolver sus problemas.
2. Las provocaciones de Roma.
La poltica tributaria de Roma es de verdadero saqueo, y con una
sistemtica violacin de los pactos que el Senado impone. Pero es que
en Roma tambin cunde el descontento, pues las gentes jvenes eran
sacrificadas para las guerras, dejando desatendidos los campos y
ofreciendo sus vidas por unas conquistas que daban gloria y dinero
a la aristocracia, pero que a ellos les empobreca cada vez ms.
Resultado de esta precariedad de ejrcitos y mando preparados, pues
los mejores iban a Oriente, a Hispania llegaron ejrcitos bisoos
mandados por generales ms ambiciosos y avaros que preparados y
conocedores de las peculiaridades geogrficas y humanas de las
tierras en que iban a combatir. Cumplan unas consignas del Senado,
que exigi mtodos expeditivos y resultados en conquistas y botn, que
eran demasiado para la Meseta, despreciando un mnimo trato
humanitario. No hubo por parte de Roma una conquista planificada,
sino una guerra de asedio y exterminio, calificada por Polibio como
"guerra de fuego".
Por la parte hispana hay que tener en cuenta que la mayora de
los contingentes del ejrcito no estaban integrados por los
lusitanos y celtibricos de todas las clases sociales; abundaba una
juventud necesitada y rebelde ante la situacin, hostiles tambin
contra sus mayores mejor situados en tierra y ganado. Muchas veces
fueron rsticos pastores y casi nunca tuvieron jefes preparados,
sino hroes ocasionales.
Roma tena que someter y reducir por la fuerza al enemigo;
difcil, pues el tipo de lucha empleado por los celt. era la
emboscada. Los romanos utilizaron como novedad el cerco a las
ciudades, del que Numancia es el ejemplo ms expresivo y
conocido.
LA INTERVENCIN ROMANA EN LA MESETA SEPTENTRIONAL. (153- 143 a.
C.)
Las campaas de F. Nobilior y C. Marcelo en la Citerior.La tribu
de los bellos, propusieron a otros pueblos vecinos la rebelin a
Roma. Fue desde la ciudad de Segeda. Proyectaron ampliar las
murallas hasta unos 7 kms. Informado el Senado del proyecto de
rebelin, ordenaron a sus delegados que prohibieran esta
fortificacin, en virtud de las clusulas firmadas con Graco. No
llegaron a un acuerdo. Los embajadores llegaron a Roma y pusieron
al corriente al Senado de lo ocurrido, lo cual les indign y declar
la guerra a los de Segeda.Roma en lugar de enviar a la provincia
Citerior un pretor, como era costumbre, mand a uno de sus cnsules;
con un ejrcito de acuerdo con sur rango militar, que doblaba el
nmero de efectivos. Adems tambin fue novedad en ese ao 153 que los
cnsules comenzaran en su mando el 1 de Enero, en lugar del 15 de
Marzo como hasta entonces, lo que les dio ms tiempo para disponer
de sus operaciones militares.
Esto sorprendi a los de Segeda. Abandonaron la muralla, la
ciudad y buscaron refugio en la serrana soriana, zona de
asentamiento de los pelendones, que tenan como centro ms importante
Numantia. Esta ciudad era de difcil acceso al estar enclavada entre
los ros Duero y Merdancho, y rodeada de selvas y valles.
Nobilior fue derrotado por la coalicin celtibrica, pero stos
cometieron un gravsimo error, el de perseguir a los legionarios
fugitivos, lo que les situ ante la caballera romana, que custodiaba
los bagajes; hicieron muchas bajas, entre otras las del caudillo
segedense Caros. El consul persigui a los arvacos hasta Numantia a
travs de la va que une Medinaceli con Almazn y Garray. Nobilior
asent sus reales a 34 estadios de la ciudad, pues desde all poda
ejercer el control total de las comunicaciones que confluan en
Numantia.
Los aliados celtibricos refugiados en Numantia proclamaron jefes
a Ambn y Leucn. Nobilior atac incluso con elefantes, pero no evit
el fracaso romano. No repuesto de la derrota atac diferentes
ciudades aliadas en donde los celt. tenan sus almacenes de
provisiones. El fro, la nieve y la escasez de vveres causaron
muchas bajas en las filas de las legiones. Los resultados no fueron
positivos para los romanos en estas primeras campaas.
En el ao 152 a.C. M. Claudio Marcelo sustituy a Nobilior en el
cargo consular. Su proyecto era crear las condiciones precisas para
la pacificacin de las regiones inmediatas a la frontera provincial
en el curso del alto Jaln. Bellos y tittos fueron acogidos dentro
de la ciudad de una manera digna, so as los arvacos - enemigos y no
aliados de Roma-. Tras deliberaciones de todas las partes, se lleg
a la decisin de conseguir la rendicin incondicional de los
indgenas, y tachaban al pacifista Marcelo de cobarde. Marcelo
siempre quiso conseguir un acuerdo, pero el Senado no. As que llev
su ejrcito hacia Numantia y oblig a los indgenas a refugiarse en
ella. Litennn, caudillo de los Numantinos, y sus aliados
solicitaron la paz para los bellos, los tittos y los arvacos. El
cnsul exigi a los celt. la entrega de 600 talentos, una cantidad
exagerada para estos pueblos de economa exclusivamente agrcola.
Se eligi como sustituto de Marcelo a L. LICINIO LCULO, en el 151
a.C. Estaba ansioso de aumentar su gloria y fortuna personal. Si
finalizaba su empresa con xito, facilitara en el futuro el
aprovisionamiento de las tropas legionarias. Pero no era fcil, pues
si iba avanzando en territorio enemigo, su retaguardia poda ser
atacada. As, franque el Tajo y lleg a la ciudad de Cauca (Coca) en
donde acamp, diciendo como excusa que los caucanos haban molestado
a los carpetanos, sbditos de Roma. El senado de Cauca recomend
entregarse a Lculo, y ste les exigi tres cosas: que entregasen
rehenes, que diesen 100 talentos y que sumasen su caballera a la
del ejrcito romano. Cuando lo hicieron, el romano ocasion una gran
matanza, sin cumplir su palabra de no agredirles dada
anteriormente. A continuacin alcanzara Intercatia, destruyendo la
campia y poniendo cerco en la ciudad. Segn Apiano, una vez que
Lculo firm el pacto con los de Intercatia se dirigi a Pallantia.
Como no tena vveres hubo de retirar el cerco a esta ciudad, hacia
el ro Duero. Finalizada la campaa contra los vacceos, y porque se
avecinaba el invierno, Lculo se retir a Corduba en el territorio de
los turdetanos, ciudad en donde tambin haba invernado Claudio
Marcelo, su predecesor.
VIRIATO Y EL FIN DE LA GUERRA LUSITANA.
Dux e imperator para unos, para otros un bandolero sin ideologa,
que slo buscaba el xito. Sus campaas contra Roma tuvieron un
objetivo poltico y militar claro: la independencia de su pueblo de
Roma y la expansin para conseguir nuevas tierras. Pero aunque lo
hubiera conseguido, no habra podido mantenerlas, pues careca de
capacidad organizadora.
Viriato contra los romanos (147- 139 a.C.)
En el 147 hay unas razzias lusitanas que causan la derrota a los
romanos y la muerte del pretor Vetilio, en una zona entre la actual
Jrez de la Frontera y Utrera (Tribola).
En el 146 Viriato derrota al pretor C. Plautio en la Carpetania.
stos xitos aumentaron el prestigio de Viriato sobre las tribus de
la Meseta, llegando a firmar alianzas con alguna de ellas. El mismo
ao conquist Segbriga. Viriato derrot tambin a Claudio Unimanio. Se
convirti en la pesadilla de los romanos.
Q. Fabio Mximo se enfrent a Viriato hacindole abandonar el valle
del Betis. Despus de este xito, los romanos llegaron a creer que un
pretor era suficiente para gobernar esta provincia. Pero no fue as,
pues las victorias lusitanas alentaron la rebelda en
Celtiberia.
En el 143, el cnsul encargado de la guerra contra Viriato fue Q.
Cecilio Metelo y como pretor Quincio; no saban ni el tipo de guerra
ms efectivo en la Pennsula, con lo que las campaas fueron
favorables para Viriato y los lusitanos ganaron posiciones en el
Sur. Quincio encomend la guerra a su cuestor, C. Marcio, un hispano
de Italica. Viriato se hizo fuerte en Itucci (Martos ), demostrando
que era dueo de la situacin en la Btica, sin que los romanos
pudieran oponerse decididamente.
En el 141 a. C. Roma quiso acabar con la pesadilla: envi al
cnsul Q. Fabio Mximo Serviliano, de la familia de los Escipiones,
con 19.600 hombres, 10 elefantes y jinetes africanos. Viriato, tras
xitos parciales, se ve obligado a retirarse a Lusitania. Serviliano
castig con dureza a cinco ciudades de la Btica, aliadas de Viriato.
Pero tuvo que hacer frente a los bandoleros Curio y Apuleyo que le
obligaron a retirarse a lugares seguros.
En el 140 Viriato reanuda las hostilidades. Serviliano puso
sitio a la ciudad de Erisane y el lusitano acudi en socorro y oblig
al cnsul a negociar la paz. Las condiciones eran que los romanos
deban respetar los lmites que en ese momento separaban ambos
dominios. El pueblo romano dio el visto bueno y concedi a Viriato
el ttulo de amicus populi romani. Esto parece que situaba al
lusitano en la cumbre de su prestigio.
Pero como Roma no aceptaba pactos de igualdad con otros pueblos,
esto fue efmero. En el 139, con el Cnsul Q. Servilio Cepin
reanudaron las hostilidades. Viriato, sorprendido por esta actitud,
se retir a la Carpetania y ms tarde a Lusitania. Cepin atraves el
territorio de los vettones y lleg hasta el de los galaicos, que
ocupaban las tierras portuguesas que van del Duero al Mio. Viriato
atravesaba una situacin difcil, agravada por los lusitanos afectos
a Roma, traidores a l. No sirvi de nada ejecutar a algunos de estos
traidores, como a su suegro Astolpas, que no defendan sus razzias.
Pompilio Lenas exigi que le entregara los rebeldes ms destacados y
la deposicin de las armas. Viriato rompi las negociaciones, pero
obligado por su propio pueblo hubo de volver a iniciarlas, mediante
tres amigos: Audax, Ditalkon y Minuros, naturales de Urso (Osuna)
ciudad sbdita de Roma. Cepin los soborn con ricos presentes y
promesas personales de futuro, y les pide que asesinen a Viriato.
As fue. El Senado romano no reconoci el pacto convenido entre Cepin
y los asesinos, ya que se consider esta accin criminal como indigna
y a Cepin le neg los honores del triunfo.
La desaparicin de Viriato no supuso el fin inmediato de la
guerra, pero s merm considerablemente la resistencia lusitana,
permitiendo a Roma centrar su atencin en la represin de la rebelin
celtibrica.
P. CORNELIO ESCIPIN EL AFRICANO Y LA RENDICIN DE NUMANCIA.
Las derrotas continuas de los romanos contra los numantinos
pusieron de relieve la ineptitud de los primeros. Entonces, el
Senado nombr a una persona competente, para poner fin a estos actos
bochornosos. P. Cornelio Escipin, el reciente destructor de
Cartago, vuelto a ser elegido cnsul para el ao 133 a. C.
Escipin recurri a la clientela de reyes de frica y Asia, a los
veteranos de la ltima guerra pnica y a 500 clientes romanos, pues
no le dieron nuevas tropas argumentando que se necesitaban para
hacer frente a la sublevacin de los esclavos en Sicilia. A stos les
llam " escuadrn de los amigos".
El ejrcito que iba a recibir Escipin de sus antecesores en
Hispania estaba muy bajo de moral. La tarea de Escipin consisti en
imponer una dura disciplina antes de entrar en liza. March despus
hacia Numantia, pero dando un rodeo penetrando en territorio de los
vacceos, buscando el trigo necesario para su avituallamiento;
continu su marcha hacia Cauca, a la que envi legados para advertir
que no tena intencin de atacarla; a continuacin avanz hasta las
cercanas de Numantia llegando hacia el mes de octubre. Con una
muralla de nueve kms. rode Numantia y construy siete campamentos.
Esto fue muy rpido y sorprendi a los numantinos. Con seales pticas
se comunicaban alrededor de la muralla y los correspondientes
campamentos. No poda salir nadie. Los numantinos trataron de
negociar la paz y enviaron embajadores a Escipin, presididos por
varos. Escipin les exiga la rendicin incondicional. Pocos
sobrevivieron a la lucha. Exhaustos de fuerzas y vveres, tras una
lucha heroica, Numantia se rindi a finales de Julio o principios de
agosto de 133 y sus tierras fueron distribuidas entre las
comunidades vecinas. Celebr en Roma su triunfo en el 132.
A la cada de Numantia sigue un periodo de 20 aos de paz, durante
el cual el proceso de anexin territorial se detuvo: el Pisuerga fue
el lmite del dominio romano en la Meseta Septentrional.
LA FIGURA DE SERTORIO Y LA CONSOLIDACIN DE SU PODER EN
HISPANIA.
La paz que sigui a la cada de Numantia y a la muerte de Viriato,
inaugura una transformacin definitiva de las estructuras polticas,
sociales y econmicas de la Meseta cltica. Fue un proceso lento,
pero inexorable. La esencia del cambio iba a afectar radicalmente a
la estructura social gentilicia de propiedad colectiva, de
solidaridad de sangre en las vinculaciones polticas y en el
ejercicio de la justicia, de responsabilidad individual familiar
frente al poder romano en la tributacin, la justicia, la relacin
con los restantes pueblos. Este cambio supuso la incorporacin de la
poblacin cltica de la Meseta al rgimen de vida imperante en el
Levante y Sur hispano que ya se homologaba totalmente a la vida de
Italia y Grecia, an cuando esta incorporacin social se haca desde
bases ms pobres y humildes.
Adems, en medio de la sociedad hispana se van a incrustar grupos
itlicos actuando con fuertes elementos transformadores: moneda,
comercio, establecimiento de guarniciones, levas indgenas al
servicio de Roma, creacin de colonias y municipios de organizacin
romana, nuevos cultivos y tiles agrcolas. Adems, a la pacificacin
de la Meseta sigui la masiva afluencia itlica sobre regiones del
Levante y Medioda hispano, atrados por la riqueza minera.
La ciudad y el municipio como organizacin romana autogestionada,
aunque normalmente sin rgimen jurdico oficial, fueron la clula
esencial de la administracin que Roma reconocer a partir de ahora.
A los contingentes de colonos civiles hay que aadir el de los
veteranos licenciados de las guerras de Hispania, a los que los
magistrados iban dando tierras y asentndoles en las ciudades. En
consecuencia, no cabe duda que las provincias hispanas fueron de
las ms romanizadas de todo el Mediterrneo occidental.
Tambin hay un cambio en la mentalidad del Senado con respecto a
Hispania: hasta entonces se haba considerado como un mbito de
explotacin militar; a partir de ahora se entiende la unidad
territorial como una clula administrativa. Habr que dar prioridad a
las tareas administrativas sobre las militares. El periodo de
inexperiencia administrativa de la primera mitad del siglo II a.C.,
que tanto haba perjudicado a Hispania, llega a su fin. La
tributacin uniforme y regular sustituir a la exaccin constante y
arbitraria depredacin. Y, si no desaparece totalmente la avaricia y
falta de escrpulos en algn gobernante romano, estos abusos ya
dejarn de ser habituales.
SERTORIO.SU PERSONALIDAD.
Natural de Nursia, localidad de Sabinia; aprendizaje militar: el
ejrcito modernizado por C. Mario. Empez a destacar en las campaas
contra los cimbrios y teutones. Su carrera se inicia en el ao 90 a.
C. en calidad de cuestor a las rdenes de T. Didio en Hispania. Las
fuentes recalcan las cualidades militares, diciendo Apiano que fue
el mejor general de su poca. Venci a muchos enemigos con ejrcitos
superiores en nmero, y burl durante ocho aos a generales de la
talla de Pompeyo y Metelo. Su gran conocimiento de la geografa
hispana y su tctica de guerra de guerrillas fueron grandes ventajas
para l.
Arm a los indgenas a la manera romana, les impuso una frrea
disciplina, pero les permiti combatir de acuerdo con sus
maneras.
Q. Sertorio, uno de los 2.000 ciudadanos proscritos por Sila, en
calidad de tal trat de alcanzar en su lucha la va que le facilitara
su regreso a Roma. La poltica de Sertorio tena como finalidad poner
en tela de juicio y derribar lo ms rpidamente posible al gobierno
de los optimates, en este momento personalizado en Sila.
El crear en Osca (Huesca) un senado y unos magistrados se
entiende hoy da como un gobierno en el exilio, legtimo de Roma y
que por consiguiente el Senado y los magistrados nombrados por l
eran los verdaderos representantes de los romanos.
Plutarco nos presenta a Sertorio como una persona magnnima,
deseosa de atraerse a los notables y ganarse la masa popular
mediante el alivio de los tributos. Evacuando las ciudades de
soldados las alivi de la pesada carga de su mantenimiento, y adems
evitaba traiciones de guarniciones. Trat de ganarse la confianza de
los hispanos mostrndoles su confianza y amistad.
Pero los comienzos no fueron muy buenos: el ejrcito sertoriano
que guarneca el Pirineo fue derrotado y su jefe, Salintor, muerto.
Sertorio y su tropa miraron hacia otros derroteros, hasta que al
final llegaron a Mauritania, que pensaba sera su plataforma de
apoyo, al igual que Hispania, para derrotar a la oligarqua
senatorial imperante.
En frica decidi apoyar a los rebeldes de Tnger, rebelados contra
su jefe, el rey Ascalis, amigo de Sila adems. Ascalis fue derrotado
por Sertorio. Con las fuerzas aumentadas en nmero gracias a la unin
de parte del ejrcito rebelde mencionado, y el llamamiento de los
lusitanos, Sertorio se decide a regresar a Hispania.
En el 80 a. C. una embajada de lusitanos ofreci a Sertorio el
mando de sus gentes. A los siete das se decide a aceptar la gran
aventura de la guerra hispana, entre los aos 80 al 72 a. C.
Esta postura de Sertorio de luchar a favor de los lusitanos ha
sido interpretada de diferentes maneras, pero la ms lgica sera el
utilizar a los lusitanos como medio para materializar sus
propsitos. Por otro lado, los lusitanos reconocieron en la persona
de Sertorio cierto carisma especial capaz de deslumbrar y subyugar
a los crdulos indgenas; le tenan como un enviado de Dios y as lo
reverenciaban.
Informado Sila de esto, dio rdenes a Q. Cecilio METELO para que
acudiera a la Ulterior con dos legiones. La ruta de sus
expediciones fue: Metellinum (Medelln), Castra Caelia (prxima a
Cceres) y Vicus Caecilius (en el Puerto de Bjar). Su objetivo
inmediato era someter inmediatamente, todo el territorio lusitano.
Hasta Olissipo (Lisboa) no tuvo dificultades, a la que tom. Tambin
pretenda Metelo reducir por hambre y sed a los lacobrigenses
(Lagos, al sureste de Lisboa). Peor Sertorio sigui abastecindoles,
y Metelo tuvo que dejar el cerco.
SERTORIO DE NUEVO EN LA CITERIOR.
En la Citerior, en el 77 a. C., haba focos hostiles a Sertorio
que era preciso rendir cuanto antes. Uno de ellos debi ser el de
los caracitanos cuyo centro ms importante era Caraca (Tarancn). A
continuacin rindi a Contrebia (Daroca?). Segn Livio trat con
benevolencia a los vencidos. Acto seguido llev sus tropas hasta el
Ebro para invernar en Castra Aelia (Alagn?).
En este ao, Sertorio recibira importantes refuerzos, mandados
por Perpenna, de la faccin de los populares; procedente de Cerdea,
trajo consigo un ejrcito superior al que tena Sertorio en Hispania.
Al incorporar las fuerzas de Perpenna, 53 cohortes, el ejrcito
sertoriano se increment en 20.000 infantes y 1.500 jinetes.
Durante el invierno del 77 a. C. Sertorio se dedic a preparar la
campaa del ao siguiente. Adapt a los indgenas a la disciplina
legionaria. Con estas fuerzas y las tierras ocupadas, Sertorio
adquira una slida posicin. Se puede afirmar que Sertorio, menos
algunas ciudades de la costa, controlaba toda la Hispania Citerior,
zona en la que abundaban los ciudadanos itlicos. Adems, ste se gan
la adhesin de los celtberos, an resentidos con Roma, librndolos de
una gran cantidad de tributos; se le vinculaban con su tradicional
juramento, la devotio iberica, mediante el cual le adoptaban como
nico jefe por el que daran su vida, poniendo a los dioses como
garantes de su sacrosanto juramento.
SERTORIO EN LA CUMBRE DE SU PODER Y LAS VICTORIAS DE METELO Y
POMPEYO SOBRE LOS SERTORIANOS.
Parece que Sertorio entre el 77 y el 76 a. C. llev a cabo la
fundacin de la escuela de Osca (Huesca), para la educacin de los
hijos de la nobleza ibrica. Se piensa que la verdadera finalidad
por la que la crea, es que despus de un periodo de preparacin,
seran recompensados con la ciudadana romana. Estos nativos
romanizados seran, los ms fieles servidores de Roma y contribuiran
a la formacin de su Imperio. Adems Osca tena un gran valor
estratgico, a medio camino entre Galia e Italia.
Por otro lado, ante la difcil situacin en Hispania, el Senado
romano se vio obligado a poner al frente de los asuntos de la
Pennsula a un jefe excepcional. El problema era encontrarle. L.
Marcio Filipo, presidente del senado recomend a Cn. Pompeyo, que an
no haba cumplido los treinta los, pero fue nombrado procnsul con un
imperium extraordinario.
POMPEYO RECLUT UN EJRCITO DE 50.000 INFANTES Y 1.000 JINETES con
el que se dirigi a Hispania a donde lleg a finales del 77 a.C.
Pacific la Narbonense de paso hacia la Pennsula, en rebelda
entonces, entregando el mando de la Narbonense a M. Fonteyo y al
llegar a Hispania gan a su causa a indigetes y lacetanos, en cuyo
territorio invern. Sertorio, enterado de la llegada de Pompeyo, y
consciente de que no poda competir con l, estim que lo mejor era
alargar la campaa; adems, Sertorio deba impedir que el ejrcito de
Pompeyo se uniera con el de Metelo, pues esto sera el final de su
causa. Tuvo que fraccionar sus fuerzas para atender a varios
frentes. Se vio obligado a enviar a Perpenna a la Ilercaonia, zona
del Maestrazgo, para frenar el avance de Pompeyo en el caso de que
atravesara el Ebro. A su vez, L. Hirtuleyo, en la Lusitania debera
impedir que fuera Metelo el que se uniera a Pompeyo.
En el 76 a.C. Q. Sertorio, desde Castra Aelia, se dirigi Ebro
arriba, consolidando su alianza con las tribus amigas y someti a
las enemigas. Ncleos importantes sometidos fueron: Bursao,
Cascantum, Graccurris, Calagurris Nassica.
Pompeyo, por otro lado, saba que lo primero que tena que hacer
era controlar la costa oriental en donde tena Sertorio su apoyo ms
importante. Dio rdenes a su cuestor C. Memmio para que se dirigiera
a Cartago Nova con otro ejrcito para operar desde el sur y atenazar
a los sertorianos. Perpenna no pudo evitar que Pompeyo franqueara
el Ebro y llegara a Sagunto, y slo le qued hacerse fuertes en
Valencia. Enterado Sertorio de la difcil situacin, acudi en su
auxilio. Los sertorianos saquearon e incendiaron Lauro (Liria), e
inmovilizaron a C. Memmio. Pompeyo retrocedi a la parte norte del
Ebro para atacar a los aliados de la Meseta.
En Lusitania, Metelo haba obtenido algunos triunfos sobre los
sertorianos. Hirtuleyo no hizo caso de los consejos de Sertorio de
que no luchara en campo abierto y fue derrotado en Italica, vindose
obligado a retroceder a la Lusitania y dejando sin proteccin la
zona oriental.
Hirtuleyo volvi de nuevo a cometer el error de antao, en el 75
a. C., de luchar en batalla campal con Metelo. Pag el error con su
propia vida y la de su hermano. Entonces Metelo tratara de unirse
con Pompeyo en el Levante y para ello debi seguir la va que desde
Crdoba y por Castulo iba hacia Laminia (laguna de Ruidera) y el
curso alto del Guadiana- Cigela. Tambin Perpenna y Herennio fueron
vencidos por Pompeyo y obligados a abandonar Valentia par unirse a
Sertorio en una posicin sobre el Sucro (Jcar). En Alcira Sertorio
venci al lugarteniente de Pompeyo; mientras, Pompeyo venca
Perpenna. Sertorio y Pompeyo se enfrentaron, con xito para el
primero, pero la presencia de las tropas de Metelo impidi a
Sertorio enfrentarse de nuevo con Pompeyo, replegndose hacia el
norte. De nuevo sertorianos y pompeyanos se enfrentaron en el Turia
cerca de Sagunto con resultado indeciso. Sertorio se refugi en
Sagunto en donde esper la llegada de refuerzos indgenas. Pompeyo se
dirigi a la Celtiberia para evitar que los pueblos aliados de
Sertorio le enviasen refuerzos y vituallas. Pompeyo se situara en
Pompaelo (Pamplona), que lleva su nombre. Desde all, impedira
cualquier intento de Sertorio de pasar a Italia, y adems reciba las
provisiones de la Galia que Metelo haba ido a buscar.
EL FIN DE SERTORIO.
Sobre el 76 0 75 a. C. Sertorio obtuvo nuevas ayudas como
consecuencia de las alianzas con Mitrades, rey del Ponto,
reconociendo la hegemona de ste sobre todo el Asia Menor; Mitrades
le daba a Sertorio 3.000 talentos y 40 navos de guerra, que
llegaran al puerto de Dianium (Denia). Pero lo cierto es que tal
acuerdo slo tendra realidad en el caso de que Sertorio obtuviera el
triunfo final, porque Asia no estaba bajo control de Mitrades. Ante
la posible ayuda, Pompeyo reacciona pidiendo al Senado dinero,
provisiones y soldados, quejndose de que no le enviaban nada a
pesar de sus triunfos militares.
Sabiendo Pompeyo que la nica manera de vencer a Sertorio era
atacando en Celtiberia, decide atacar personalmente contra los
vacceos y Metelo que atacase Celtiberia, destruyendo las cosechas e
intentando que los aliados de Sertorio abandonasen su causa.
Primero puso sitio a la ciudad de Pallantia, sin resultado; despus
Cauca a la que s tom. Metelo, por su parte conquist ciudades como
Bilbilis (Calatayud), Segbriga (Salices) y otros ncleos de menor
importancia. Ambos generales colaboraron en el asedio de Calagurris
( Calahorra), uno de los ncleos ms importantes de apoyo a los
sertorianos, pero no consiguieron su rendicin.
Tras diferentes movimientos y batallas, Sertorio se refugi en
Osca. En el transcurso de un banquete una conspiracin de la que
formaban parte sus ms ntimos colaboradores puso fin a su vida. La
tradicin acusa como mximo responsable a M. Perpenna, pero no se
sabe realmente.
Perpenna se puso al frente de las fuerzas sertorianas, pero fue
derrotado por Pompeyo; intent salvarse entregndole documentos que
comprometan a muchos personajes de Roma que pedan a Sertorio que
acudiera a la ciudad y se hiciera cargo del gobierno; pero Pompeyo
orden quemarlos sin enterarse de su contenido y que se ejecutase al
traidor.
La guerra civil de Sertorio comport importantes consecuencias:
La Meseta del Duero y Lusitania dieron un gigantesco paso en el
camino de la romanizacin; aument la poblacin emigrante itlica en
Hispania con refugiados polticos que vinieron a unirse a Sertorio,
pero que, acabada la guerra, no pudieron volver a Italia; naci una
poderossima clientela de Pompeyo y Metelo con cargo a las
concesiones generosas de tierras y de la condicin de cives romanus
otorgada a hispanos y veteranos de los ejrcitos empleados contra
Sertorio; hubo una toma de partido de los hispanorromanos que, al
igual que los itlicos, se alinearon decididamente entre ricos y
pobres.
En definitiva, se consagr y consolid el profundo cambio social y
econmico, sobre todo de la Meseta y Lusitania. Los ideales y las
formas de vida de los romanos se abrieron camino, y comenzaron a
eliminar los restos de la vida indgenas, cada vez ms circunscritos
a las regiones ms pobres, montuosas o mal comunicadas del cuadrante
noroeste hispano.
Fin, 24-11-1998.
HISTORIA ANTIGUA DE ESPAA. 4 U.N.E.D. VALENCIA.
TEMA IX. CSAR Y AUGUSTO EN HISPANIA.
1. Pompeyo y el establecimiento de su poder en Hispania.
2. Csar en la provincia Ulterior.
3. El inicio de las hostilidades entre Csar y Pompeyo y la
campaa de Ilerda.4. Munda y el fin de la guerra civil.
5. Poderes y programa poltico de Augusto.
6. La guerra contra los cntabros y astures.
7. La obra econmica y administrativa de Augusto en Hispania.
_____________________________________________________________________________
1. Al desaparecer Sila, el Senado necesitaba los servicios de
Pompeyo, pues haba demostrado su vala contra Lpido, Sertorio, los
seguidores de Mario en frica y en la pacificacin de la Galia. Ser
reconocido por Roma como un hroe y salvador, y a pesar del Senado
hubieron de darle nuevos cometidos: luchar contra los piratas en el
Mediterrneo. El Senado no supo reconocer las victorias de Pompeyo y
la oposicin trabaj para atraer a su lado a un desairado
Pompeyo.
Supo Pompeyo, por otra parte, sofocar los ltimos ncleos rebeldes
seguidores todava de la causa Sertoriana, en Huesca, Calahorra, en
el Burgo de Osma, en Pealba de Castro o en Valencia. Presuma
Pompeyo de haber sometido 876 ciudades de la Galia y la Hispania
Citerior. Con estos xitos de Pompeyo el dominio romano se extenda
hasta la margen derecha del ro Duero y del ro Pisuerga.
Pero adems de eliminar resistencias tambin haba tratado de
atraer a los indgenas hispanos, otorgndoles a sus fieles de la
celtiberia lotes de tierra y la fijacin de las lindes de sus
dominios territoriales, suscribieron pactos de hospitalidad e
iniciaron un proceso de urbanizacin con patrones romanos; Pompeyo
concedi la ciudadana romana a muchos habitantes del Ebro y Levante
que haban prestado servicios militares junto a l; y a los notables
indgenas.
La abundancia de antropnimos Pompeius recogidos en el corpus
epigrfico de Hispania avala la importancia y el poder de este
personaje y su popularidad. Los hispanos ms favorecidos de estas
medidas fueron los de la Citerior, pues sta haba sido encomendada a
Pompeyo, pero tambin lo hizo extensivo a la Ulterior. La facilidad
con que Pompeyo y sus hijos, ms tarde, reclutaron varias legiones
de cives romani confirma esta amplia poltica de crear clientes
hispanos, otorgndoles tierras y ciudadana.
2. CSAR...
C. Julio Csar descenda de una familia aristocrtica. Estaba
vinculado al partido popular de Mario por lazos familiares.
Estuvo encargado de la magistratura de la cuestura, bajo las
rdenes de C. Antistio Veto, gobernador de la Ulterior. Estuvo
encargado, entre otras cosas, de la administracin de la justicia en
lagunas ciudades, como Gades. Esto fue en el 69 a.C. y parece que
ya empez a estrechar vnculos con los notables indgenas, para a su
vez, poner a su disposicin sus clientelas. Se le relev en el cargo
al ao siguiente, el 68 a.C.
Regres a Hispania en el 60 a.C., esta vez como propretor de la
Ulterior; sigui trabajando para estrechar vnculos y compromisos de
la poca anterior, pues lleg a la conclusin de que en Hispania poda
adquirir prestigio y dinero para saldar la elevada deuda de 25
millones de denarios de la que he haba hecho fiador Craso para que
pudiera salir de Roma. Craso lo hizo porque se aseguraba la
vinculacin de Csar a su partido.
Efectivamente, Csar consigue dinero y triunfos militares en
Hispania. Oblig a los lusitanos a que abandonasen las alturas de
Sierra Estrella y que se estableciesen en el llano. Someti a los
vettones, vecinos de lusitanos, franque el ro Duero y lleg al
territorio de los gallaeci bracarenses. Se le rebelaron de nuevo
lusitanos y le atacaron, pero Csar les vence. Ordena que se les
persiga, hasta donde se haban refugiado, en el norte de Lisboa, en
la isla Berlengo. La campaa fue un xito y quera que se reconociera;
por eso su ejrcito, previamente gratificado econmicamente le nombra
Imperator. El Senado tambin le reconoci el triunfo, para sorpresa
general.
Deseoso de gloria y envidiando a Pompeyo, pensaba realizar
pronto una gran empresa y ser elegido rpidamente cnsul. Provoc la
guerra contra los habitantes del Mons Herminius. Cay sobre ellos y
les hizo retirarse hasta el Ocano.
A su regreso de la campaa contra lusitanos y galaicos, trabaj en
la provincia para consolidar de manera definitiva las relaciones
que deban apoyar su futuro poltico. Sus dotes de gobernador se ven
en el intento de solucionar los conflictos de las ciudades,
ratificar algunas leyes, tomar medidas fiscales a favor de los
indgenas, poltica edilicia de construccin de edificios pblicos.
Gades fue una de las ciudades ms beneficiadas por estas medidas.
Tambin sabemos que presion al Senado para que bajase los impuestos
extraordinarios. En suma supo atraerse a los indgenas.
La campaa hispana, bien aireada por sus seguidores en Roma fue
un buen apoyo para sus aspiraciones. La designacin de cnsules en el
59 a.C. hizo que marchara hacia Roma, pues si quera participar deba
estar all, aunque tuvo que renunciar a los honores de vencedor en
las guerras de Hispania antes mencionadas. Supo ganar para su causa
a Pompeyo y a Craso, y con la ayuda de su amigo Cornelio Balbo
constituy el TRIUNVIRATO.
De este acuerdo de Csar con Craso y Pompeyo saldra la decisin de
gobernar conjuntamente el Imperio de Roma; de momento Csar lograra
el apetecido consulado y para el ao siguiente la misin de someter
la Galia, con la asignacin del proconsulado y un importante
ejrcito. Con ello, daba el paso ms firme en sus aspiraciones al
poder personal en Roma.
3. INICIO DE HOSTILIDADES ENTRE CSAR Y POMPEYO. LA CAMPAA DE
ILERDA.
No hay duda de que el xito de Csar en las campaas de la Galia
relegaba a Pompeyo a un plano secundario, y quiso volver a ser
protagonista y conseguir un cargo que le diera popularidad. Hizo lo
posible para que se le concediera el aprovisionamiento de vveres de
Roma con un poder proconsular de 5 aos. Csar, en la Galia, viendo
que su futuro poltico podra peligrar si se rompa el pacto, hizo que
en el 56 a. C. se reunieran en Lucca, al norte de Toscana. Csar se
vio obligado a conceder a sus colegas sus mismas prebendas: Pompeyo
y Craso ejerceran la magistratura consular el ao 55 a. C. y despus
un mando proconsular de 5 aos. Pompeyo eligi las provincias de
Hispania y la de frica y Craso Siria. Csar sigui triunfando contra
los galos y aumentando su poder.
Para contrarrestar el poder militar de Csar en la Galia, Pompeyo
jug sus bazas en Hispania, fiel a l. Pensaba que si consegua
controlar Italia, al igual que Hispania, Csar estara atenazado por
ambos lados. Pero el grave error de Pompeyo fue dejar a su ejrcito
hispano, fuerte en nmero, sin unos generales capacitados.
Haba equilibrio, y con la boda de Julia, hija de Csar con
Pompeyo, algo ms. Pero Julia muere de repente, y el equilibrio
empieza a romperse. Csar le ofreci a su sobrina-nieta, pero Pompeyo
prefiri emparentar con una familia de abolengo, al de Metelo
Escipin. Adems muere Craso en Mesopotamia en el 53 a. C. Slo
quedaban ellos. Pompeyo apoyado por la aristocracia, Csar por los
populares. Se lleg al enfrentamiento. Csar logr con su genialidad
de estratega eliminar a Pompeyo y sus ejrcitos partidarios, para
ostentar, al fin y en solitario, la dictadura en Roma: dueo de Roma
e Italia; victoria en Hispania sobre los generales pompeyanos,
Afranio, Petreyo y Varrn; batalla de Farsalia en Grecia y muerte de
Pompeyo; victoria en Utica sobre los pompeyanos; victoria en Munda
(Hispania).
Los comienzos de la guerra civil tendrn, inicialmente, dos
escenarios, Roma e Hispania. Primero, durante el 49 a. C. Csar se
proclama Dictador en Roma. Luego consigue expulsar a Pompeyo y
aduearse de Italia. Entonces decide venir a Hispania donde
>Pompeyo haba reunido siete legiones y desde la cual podra
desencadenar un rpido contraataque sobre Roma. Csar trat de evitar
el grave riesgo de verse atenazado por los ejrcitos de Pompeyo que,
si eran fuertes en Hispania, no lo podan ser menos en Oriente donde
haba obtenido resonantes victorias.
La campaa de Ilerda:
Pompeyo dio rdenes para que se concentraran sus fuerzas en la
Citerior e impedir el paso de las legiones de Csar. Petreyo y
Afranio (de Pompeyo) determinaron reunirse en Ilerda (Lrida), pues
all Pompeyo contaba con clientela adicta, ya comprobado esto en su
reciente lucha contra Sertorio.
Csar envi por delante a su ejrcito de Italia, para que se uniera
a C. Fabio, que se haba asentado al norte de Ilerda. Fabio construy
dos puentes sobre el Segre para aprovisionarse de alimentos.
Tuvieron lugar algunos enfrentamientos pero de poca importancia. Ms
adelante se enfrenta Csar contra Afranio sin resultados decisivos.
Una tormenta torrencial arras los dos puentes, creando grandes
dificultades al ejrcito de Csar, pues comenzaba a faltar el trigo y
el forraje. Por el contrario, Afranio tena de todo. Csar orden
construir una flotilla a base de mimbres, madera y cuero para
transportar a los legionarios a la otra orilla del ro Segre y
levant un puente al norte de Ilerda, as solucion el problema de las
provisiones. Las gentes de Osca y sus tributarios los
calagurritanos enviaron legados a Csar y se comprometieron a
cumplir sus rdenes, pues conviene recordar que haban sido
partidarios de Sertorio contra Pompeyo, y ahora lo seran de Csar
contra Pompeyo. Ante esta situacin, los jefes pompeyanos quisieron
cambiar de escenario yendo hacia la Celtiberia, buscando apoyos.
Csar persigui a los pompeyanos, vadeando el Segre con mucho riesgo.
Afranio, falto de agua, trigo, forraje y madera y con un ejrcito
desmoralizado tuvo que rendirse.
Parece que Csar fue clemente con los vencidos, pues los licenci,
y as lo escribe l mismo (Csar, BC I, 86).
4. Munda y el final de la guerra civil. Me la salto porque es un
rollo y no creo que salga esto tan corto y concreto, pues no ha
salido nunca.
5. Poderes y programa poltico de Augusto.
Desbordado el sistema constitucional republicano para gobernar
el vasto conjunto de tierras del Imperio Romano, se hizo
necesario:
. La reestructuracin de los rganos de gobierno.
. Modificar la tradicional plataforma cvica de sustentacin, que
ya no poda apoyarse en el reducido nmero de ciudadanos de Roma.
Se impona la necesidad de un ejrcito numeroso y profesional que
vigilara de manera permanente las fronteras del Imperio. Fue
Hispania, humana y econmicamente, parte primordial en la
reorganizacin del Imperio y en la ampliacin de esos cuadros de
ciudadanos romanos.
Octavio Augusto consumara la obra de desmantelamiento
institucional iniciada por Csar para configurar la nueva etapa
imperial. El ideal de Augusto propugnaba la comunidad de pueblos
integrantes del Imperio con la nica condicin de que aceptaran la
paz y el derecho romanos y se integrasen en las normas y costumbres
de su civilizacin, que era, a su vez, sntesis de la civilizacin
oriental.
Augusto inaugura una nueva poca, resultado de la evolucin del
ltimo siglo republicano; es la poca del principado.
Este ttulo, al ser una delegacin del pueblo, tena carcter
personal y vitalicio; no se poda heredar. Pero para paliar este
inconveniente jurdico, se vali del procedimiento vocatio ad
imperium que le permita designar un sucesor natural o adoptivo.
Esta forma de gobierno personal no es una novedad, ni coga de
sorpresa a los romanos y provincianos, pues anteriormente Sila y
Pompeyo, y ms recientemente Csar, lo haban intentado.
La nueva ideologa imperial destaca las virtudes de un princeps
que se entrega a sus obligaciones, que soporta con enorme
sacrificio el peso de su cargo y que est dispuesto, en teora, a
entregar el poder a los ms dignos.
Pretendi inculcar a los ciudadanos que l era el restaurador de
la Repblica, aunque stos no ignoraban que el rgimen personal que
haba creado era una autntica monarqua. Su autoritas le sustent en
poderes reales: potestas tribunicia, imperium, pontifex mximus, que
se resuman en la denominacin de Imperator Caesar Augustus.
Augusto busc apoyos y sustentos no institucionales. En primer
lugar se gan la voluntad popular por su labor de liberador y
restaurador de la paz, de la seguridad y de la prosperidad, al
concluir largas y calamitosas guerras civiles.
En segundo lugar explot los viejos fondos romanos de la realeza
con influencias helensticas, y se present como el benefactor de
todos los habitantes del Imperio, el Pater Patriae.
En tercer lugar sabe que su principal poder lo constituye el
ejrcito de 60 legiones con unos 450.000 hombres; la fidelidad de
sus mandos, a los que l personalmente nombra y que slo ante l son
responsables, garantiza la realidad de sus poderes tericos.
Comparti con el Senado la plenitud de los poderes, entregando
adems, a ste, las provincias que estaban pacificadas y que no
necesitaban dotaciones regulares de ejrcitos; seran las provincias
senatoriales.
Gracias a sus brillantes generales aument las fronteras del
Imperio, y por fin se decidi a conquistar las tierras de cntabros y
astures que se haban resistido hasta entonces, as como los bordes
alpinos de Italia, Egipto y Galatia. De esta manera consegua que se
olvidasen las atrocidades de las guerras civiles, aumentara los
ingresos y tierras y el prestigio para Csar.
Con la muerte de Marco Antonio en el ao 31 a. C., Augusto quedar
como nico dueo del Imperio. Afianza su autoritas. Y se le llega a
reconoce un carcter divino: divi filius.
6. La guerra contra cntabros y astures.
En el ao 31 an quedaban por reducir algunos grupos tribales
asentados en la Cordillera Cantbrica.
La expresin Bellum Cantabricum et Austuricum, que se recoge en
Floro, precisa con claridad los dos frentes de lucha que sostuvo
Roma con estos grupos tnicos. En el 29 a.C. Octaviano fue elegido
junto con Agripa, cnsul. En poltica exterior su primera meta fue
asegurar la integracin de la Pennsula Ibrica; para ello era
necesario conseguir la paz en las provincias de la Galia. En el 28
a. C. Mesala sofocara una revuelta de aquitanos; en el 25, mientras
Augusto diriga personalmente la guerra en el frente cntabro, envi a
Terencio Varrn Murena contra los salassi del Valle de Aosta a los
que caus una gran derrota, fundando en su solar la ciudad de
Augusta Pretoria (Aosta) en homenaje a Octaviano Augusto. Con esta
pacificacin de la Galia podra rematar tambin la pacificacin total
de Hispania.
CAUSAS DE LA GUERRA:
. Necesidad de restablecer la paz en las provincias de Galia e
Hispania, para asegurar la integridad de Italia.
. Acrecentar el prestigio personal con victorias sobre
enemigos.
. Conquistar nuevos territorios.
. Necesidad de metales preciosos que se hallaban en las minas de
esa zona. Hierro, oro.
. Interrumpir los sistemticos saqueos que los astures y cntabros
llevaban a cabo en tierras de sus vecinos y aliados de Roma, los
autrigones, turmogos y vacceos.
LOS ACONTECIMIENTOS ENTRE LOS AOS 29 Y 25 a. C.
Las noticias ms antiguas que se tienen hablan del 29 a.C. cuando
Stalitus Taurus venci a los cntabros, vacceos y astures, aunque
parece que fueron prospecciones para la guerra del 26 a. C. Ya en
el 27 a. C: Augusto decide llevar la guerra personalmente y vino a
la Pennsula desde las Galias, establecindose en Tarraco (a finales
del 27 a. C.) Desde Tarraco Augusto traslad su ejrcito a Segisamo.
Segn Floro y Orosio, dividi su ejrcito en tres bloques, para hacer
frente a una distancia de 400 km. En el frente cntabro habra que
encajar los acontecimientos de este ao 26 a. C. en el espacio
correspondiente a la parte suroccidental de la provincia de
Santander y la nordoriental de la de Palencia. Los tres campamentos
para atender este frente estaran establecidos en la margen
izquierda del Pisuerga: Segisamo, en las proximidades de Monte
Benorio y en las proximidades de Retortillo.
En el frente astur el ro Astura (Esla) marcaba el lmite entre
astures y romanos. La penetracin al corazn de los cntabros segua la
margen izquierda del Pisuerga, en donde se han encontrado restos de
va y miliarios.
La va de penetracin hacia los astures se hara por la margen
izquierda del ro Esla. El dominio territorial de cada uno de los
campamentos sera de unos 30 km. El del Retortillo tena la finalidad
de mantener libre la va del Besaya hacia el Cantbrico, para poder
suministrar tropas y provisiones desde Aquitania con la flota. El
de Monte Bernorio controlara este castro, el de Amaya y Ordejn; y
el de Segisamo sera la retaguardia.
Al mismo tiempo se llevara a cabo una operacin de tenaza por las
tropas de las naves de Aquitania, que desembarcaran en Portus
Blendium (Suances?).
En el 25 a.C. el frente de lucha se activ en el Noroeste, por
tierra y por mar. El jefe de la expedicin contra los astures era P.
Carisio. Los astures descendieron por la margen izquierda del ro
Esla con la intencin de atacar los tres campamentos romanos
existentes en ese frente: Rosino de Vidriales, Asturica, y Bret.
Los astures fueron traicionados por los brigaecini, con lo dual
fueron derrotados fcilmente. Se refugiaron en Lancia (
Villasabariego), en donde tras dura batalla fueron vencidos y la
ciudad conquistada.
Augusto abandon Tarragona a finales de diciembre del 25 a. C.
para celebrar su X consulado durante el viaje. Una vez lleg a Roma
mand cerrar las puertas del templo de Jano, como si la guerra
hubiera terminado, aunque la resistencia cntabra resurgira pronto.
Tan pronto como en el 24 a. C. con el asesinato de legionarios
romanos que iban a recoger el trigo. La represin llevada a cabo dio
lugar al incendio y destruccin de algunos castros. Del ao 23 a. C.
no hay datos. En el 22 a. C. se tienen de nuevo noticias de
combates entre cntabros, astures y romanos. El gobernador de la
Tarraconense, Caius Furnius derrot a los nativos.
El resurgir de la lucha era un desprestigio para Augusto, que se
haba apresurado a celebrar el triunfo. Por ello envi a Agripa, su
general, que vendra desde las Galias. Se unira al gobernador de la
Tarraconense P. Silio Nerva, cnsul en el 20 a.C. Los ejrcitos
estaban desmoralizados, pues no acababan con las resistencias
cntabras, y les causaban numerosas bajas. As es que Agripa har una
labro semejante a la realizada por P. Escipin Emiliano en el cerco
de Numancia: castigar a los indisciplinados y restaurar el espritu
militar; Debi tener efecto, porque los norteos fueron derrotados y
exterminados, en particular a los jvenes aptos para el desempeo de
las armas, obligando a los dems a bajar a los llanos. Lo mismo
ocurrira en el frente astur. Agripa dio cuenta de la victoria al
Senado y no acept el triunfo que Augusto haba solicitado para
l.
Finalizada la guerra contra los cntabros, el Pisuerga dejara de
ser una lnea fronteriza entre stos y los romanos. Se abandonara el
campamento de Segisamo y los otros dos cederan su sitio a otro de
nueva fundacin en el margen derecho del Pisuerga, en Herrera de
Pisuerga.
Din Casio nos dice que, una vez terminada esta guerra, Augusto
licenci a los ms veteranos de sus soldados y les concedi que
fundasen una ciudad nueva en Lusitania, Emrita Augusta ( Mrida). A
estos licenciamientos y abandonos de muchos campamentos romanos
sigui, como hemos dicho, su adjudicacin a los nativos, as como las
tierras circundantes.
7. LA OBRA ECONMICA Y ADMINISTRATIVA DE AUGUSTO EN HISPANIA.
Reformas administrativas:
Divisin de la Pennsula en tres provincias:
La provincia senatorial de la Hispania Ulterior Btica, con
capital en Corduba. Administrada por el Senado que delegaba en un
gobernador (praetor), asistido en sus funciones por un cuestor y un
legado.
La provincia imperial de la Hispania Ulterior Lusitana, con
capital en Emerita Augusta, en la que el Emperador delegaba sus
funciones en un gobernador pretoriano, asistido por un legatus
legionis.La provincia imperial Hispania Citerior Tarraconense, con
capital en Tarraco, el gobierno lo ejerca un consular que dispona
de tres legati legionis. Economa con Augusto.
Diversos factores son testimonio del despertar econmico hispano
a impulsos de Augusto, como son:El fomento de la red viaria.
Las emisiones de numerario.
El desarrollo de la minera y el comercio.Una de las obras
llamada a tener mayor repercusin en el futuro econmico y
administrativo fue la red viaria. Bajo su reinado se constituy su
esqueleto, que sera completado por emperadores posteriores. En la
parte norte una va conduca del valle del Ebro al Duero, uniendo los
puntos de Tarraco, Brigantum ( Betanzos), Tuy y Bracara.Asturica
sera uno de los puntos de confluencia de las vas de la Meseta
Septentrional. De esta arteria saldrn otras que unan la Meseta con
puertos del Cantbrico.
Otra va una Ampurias con Gades, a lo largo de la costa
mediterrnea.
Otra que una Gades con Emerita Augusta y Asturica, la va La
Plata.
Finalmente otra diagonal enlazaba los puntos de Emerita y
Caesaraugusta.
Tambin hubo una poltica monetaria. Al ao 38 a. C. pertenecen
unas emisiones que reproducen la cabeza de Augusto joven, caso de
las de Domicio Calvino, procnsul de Hispania que consigui triunfar
sobre los ceretanos. Desde el 34, bajo Augusto, acuaron 18 cecas:
Acci, Bilbilis, Calagurris, Cartago, Celsa, Caesaraugusta, Cartela,
Ebora, Emerita, Gades, Italica, Corduba, Hispalis, Osca, Turiaso,
Secovia, Tarraco y Traducta. Las emisiones del sur, efectuadas por
orden del Senado, incluyen la leyenda permissu Caesaris Augusti.En
cuanto a los informes de los escritores clsicos y de la arqueologa
confirman que las explotaciones mineras de la Btica se hallaban en
su momento lgido, hasta el punto de producir el agotamiento de
muchos centros mineros; plata y cobre se extraa de Riotinto, Mina
Mariana de Crdoba, Mina Antoniana, Mina Samariense.
El comercio, con la paz de Augusto y la reorganizacin
administrativa de Hispania, de las reas ms romanizadas- Catalua,
Valle del Ebro, Levante, Btica y la zona meridional de Lusitania-
conocer su momento glorioso. La tradicin y la arqueologa nos
proporcionan datos sobre esto. Junto a los comerciantes itlicos
aparecen hombres hispanos, por ejemplo los Baldos de Gades y otra
plyade de hombres ricos de la Btica. Estrabn dice que numerosas y
grandes naves llevaban productos de toda clase desde la Btica a
Ostia y Puteoli y a la inversa, y que su volumen igualaba al de
toda frica. Trigo, vino, aceite..
HISTORIA ANTIGUA DE ESPAA.4 U.N.E.D VALENCIA.
1. TEMA X. EL RGIMEN ADMINISTRATIVO ROMANO.2. La transformacin
poltica de Hispania y los factores de romanizacin.
3. Provincia y magistrados provinciales.
4. La vida urbana en Hispania y la condicin jurdica del suelo
provincial.
5. Las colonias y los municipios. El rgimen administrativo de
las ciudades indgenas.6. La condicin jurdica de las personas y la
administracin de justicia.
7. Los ejrcitos romanos y las tropas indgenas.
8. La devotio ibrica y los pactos de hospitalidad.
_____________________________________________________________________________
1. Transformacin poltica de Hispania.
Son las inmensas riquezas de Hispania meridional, su
agricultura, sus industrias, sus yacimientos mineros lo que decide
al Senado proceder a la ocupacin. Si en un principio slo vinieron
por cortar las bases de suministros y expulsar a los cartagineses
de las colonias griegas, despus vieron el verdadero potencial de
Hispania.
Los informes y las ayudas que va mandando Escipin el Africano a
Roma desde el 209, hacen que el Senado tome la decisin. En efecto,
desde el 206 Escipin desarrollar una abierta