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Paul Ekman - Como Detectar Mentiras

Oct 10, 2015

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Cmo detectar mentirasPaid s Psicolog a Ho y

ltimos ttulos publicados

59. J. L. Linares, Las formas del abuso60. J. [ames. El lenguaje corporal61. P. Angel y P. Amar, Gua prctica del coarhing62. J. Fogler y L. Stern, Dnde he puesta las llaves ? Cmo recordar lo que se te olvida y 7to olvidar lo importante63. D. C. Thomas y K. Inkson, Inteligencia cultural. Habilidades interpersonales para triunfar en la empresa global64. A. Kcontr a la propicdarl intelectual (Arl . 270 y siguientes del Cdigo Penal) .

2001 by Pau! Ekma n 2005 de la traduccin. Leandr o Wolfson Espasa Libros, S.L.U. , 2005Paseo de Recoletos, 4. 28001 Madrid

Ediciones Paids Il>tica es un sello editorial de Espasa Libros, S.I ..L". Av. Diagonal, 662-664. 08034 BarcelonaVfWW.paidos.com

ISBN : 78-84-493-1800-9Depsito legal: B-46.470/2009

Impreso en Book PrintBotnica, 176-178 - 08908 L'Hospilalet de Llobregat (Barcelona) Impreso en Espaa - Printed in Spain

A la memoria de Erving Goffman, extraordinarioamigo y colegay a mi esposa, Mary Ann Masn, crtica y confidenteSumario

Reconocimientos7

Prlogo a la nuev a edicine9

1. Introduccin 132. Mentiras , autodelaciones e indicio s de l engao 243. Por qu falla n las mentira s 434. La deteccin del engao a parti r de las palabras ,la voz y el cuerpo 825. Los indicio s faciales de l engao 1286. Peligros y precauciones 1677. El polgrafo como cazador de mentira s 1968. Verificacin de la mentir a 2499. Detecta r mentira s en la dcada de 1990 28910. L a mentir a e n l a vid a pblica 30911 . Nuevos descubrimiento s y nuevas ideas sobre lamentir a y su deteccin 335

Epilogo357

Apndice363

Notas bibliogrficas373

ndice analtico y de nombre s387

Reconocimiento s

Esto y agradecid o a l a Clinical-Researc h Branc h o f th e Nationa l Institut e o f Menta l Healt h (Divisin d e Investigacio nes clnicas de l Institut o Naciona l d e l a Salu d Mental ) por e l apoyo que brind a mi investigacin sobre la comunicacin no verba l entr e 1963 y 1981 (M H 11976). E l Research Scientis t Awar d Progra m (Program a d e Premio s a l a Investigacin Cien tfica) de dich a institucin ha financiad o tant o el desarroll o de m i proyecto d e investigacione s durant e l a mayo r part e d e los ltimos veint e aos, como la redaccin de este libr o (M H 06092). Deseo asimism o agradecer a la Fundacin Harr y F. Guggen hei m y a l a Fundacin Joh n D . y Catherin e T . MacArthu r po r e l respaldo que ofrecieron a algunos de los estudios mencionados en los captulos 4 y 5. Wallac e V. Friesen , con quie n trabaj du rant e ms de dos dcadas, merece en igua l medid a que yo, que se le acredite n los hallazgos de los que doy cuent a en esos cap tulos ; mucha s d e las ideas expuestas e n est a obr a surgiero n e n prime r luga r en esas dos dcadas de dilogo entr e nosotros.A Silva n S. Tomkins , amigo , colega y maestro , quier o agra decerle que me hay a alentad o a escribi r este libro , as como los comentarios y sugerencias que me hiz o llega r sobre el manus crito . Un ciert o nmero de otros amigos lo leyero n y pud e bene ficiarme con sus crticas, formulada s desde distinto s punto s de vista : Rober t Blau , mdico ; Stanle y Caspar , abogado ; J o Carson , novelista ; Ross Mullaney , e x agente de l FBI ; Rober t Pickus, poltico; Rober t Ornstein , psiclogo; y Bil l Williams , asesor e n administracin d e empresas. M i esposa Mar y An n

7Masn fue m i primer a lector a y m i crtica pacient e y construc tiva .Debat mucha s d e la s idea s presentada s e n e l libr o con Ervin g Goffman , quie n estab a interesad o e n e l engao desde u n ngulo sumament e diferente , y pude disfruta r de l contraste , aunque no la contradiccin, entr e nuestra s diversas perspecti vas. Recibi r sus comentarios acerca de l manuscrit o habra sido u n honor par a m, pero Goffma n muri d e maner a imprevist a poco antes de que se lo enviase. El lector y yo nos hemos vist o perjudicados por este hecho luctuoso, a raz del cua l el dilogo entr e Goffma n y yo sobre este libr o slo pudo tene r luga r en mi propi a mente .

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8Prlogo a la nuev a edicin

A l relee r los primero s ocho captulos que formaba n l a prime ra edicin publicad a en 1985, as como los captulos 9 y 10, que se aadieron a la segunda edicin publicad a en 1992, sent un gra n alivi o a l n o descubri r nad a que considerar a incorrecto . E l undcimo captulo, aadido a esta tercer a edicin, contiene nue vas distincione s tericas, un breve resume n de nuevos descu brimiento s y un conjunt o de explicaciones de por qu la mayora de las personas, incluido s los profesionales, no saben detecta r mentiras .Con el paso de l tiemp o y con ms resultado s procedentes del a investigacin m e sient o u n poco menos cauto sobre l a posibi lida d d e detectar mentira s a parti r d e l a actitud . Nuestr a con fianza tambin ha crecido como resultad o de las actividade s de enseanza que hemos realizado. Durant e los ltimos quince aos, m e h e dedicado a ensear, junt o con mi s colegas Mar k Fran k (Universida d Rutgers ) y Mauree n O'Sulliva n (Universida d de San Francisco) el materia l contenido en Cmo detectar mentiras a personal de segurida d de Estados Unidos , Reino Unido , Is rael , Hon g Kong , Canad y Amsterdam . La s personas a las quehemos enseado n o estaba n interesada s e n este tem a desde u n punt o d e vist a acadmico; s u intencin er a aplicarl o d e inme diat o y nos ha n aportad o muchos ejemplos que confirma n dis tinta s ideas contenidas en Cmo detectar mentiras.Basndonos en nuestra s propia s investigaciones y en las ex periencias que nos ha n explicado distinto s profesionales de los cuerpos de seguridad , tengo plen a confianza en lo siguiente . La sprobabilidade s de distingui r con xito si un a persona mient e o dice la verda d son mximas cuando:

La mentir a se cuent a por primer a vez. La persona no ha contado antes mentira s de esta clase. Ha y much o en juego , sobre todo si existe amenaza de un castigo severo. El entrevistado r carece de prejuicio s y no se apresur a a sacar conclusiones. E l entrevistado r sabe cmo alenta r a l entrevistad o par a que cuente su relat o (cuanto ms palabras se digan , mejor s e podr distingui r l a mentir a d e l a verdad) . El entrevistado r y el entrevistad o proceden de l mism o contexto cultura l y habla n e l mism o idioma . E l investigado r considera que los indicio s descritos e n Cmo detectar mentiras sealan la importanci a de obtener ms informacin en luga r de verlos como pruebas de que se miente . El entrevistado r es consciente de las dificultade s (que se describe n en Cmo detectar mentiras) de identifica r a quienes se encuentra n bajo sospecha de habe r cometido u n delit o pero son inocentes y dice n l a verdad .

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"Cuando la situacin semeja ser exactament e ta l como se nos aparece, la alternativ a ms probable es que sea un a fars a total ; cuando l a farsa e s excesivamente evidente , l a posibilida d m s probabl e e s qu e n o hay a nad a d e farsa. " Ervin g Goffman , Strategic Interaction.

"E l marc o de referenci a que aqu import a no es el de la mora l sino e l d e l a supervivencia . L a capacidad lingstica par a oculta r informacin, informa r errneamente , provoca r ambi gedad , formula r hiptesis e inventa r e s indispensable , e n todos los niveles desde el camuflaj e grosero hast a la visin potica, par a el equilibri o de la conciencia human a y el desa rroll o del hombr e en la sociedad... " George Steiner , After Babel.

"S i l a falsedad, como l a verdad , tuvies e u n solo rostro , esta ramos mejor, ya que podramos considera r ciert o lo opuesto de l o que dijo e l mentiroso . Pero l o contrari o a l a verda d tien e mi l forma s y un campo ilimitado. " Montaigne , Ensayos.

111Introduccin

Es el 15 de septiembre de 1938 y va a iniciars e un o de los engaos ms infame s y mortferos de la historia . Adol f Hitler , cancille r d e Alemania , y Nevill e Chamberlain , prime r ministr o d e Gra n Bretaa, s e encuentra n por vez primera . E l mund o aguard a expectante , sabiendo que sta puede ser l a ltima esperanza d e evita r otr a guerr a mundial . (Hace apenas seis meses las tropas de Hitle r invadiero n Austri a y la anexionaro n a Alemania . Inglaterr a y Franci a protestaron , pero nad a ms.) El 12 de septiembre, tre s das antes de est a reunin con Cham berlain , Hitle r exige qu e un a part e d e Checoslovaqui a sea anexionada tambin a Alemania , e incit a a la revuelt a en ese pas. Secretamente, Hitle r y a h a movilizad o a l ejrcito alemn par a atacar Checoslovaquia, pero sabe que no estar list o par a ell o hast a finales de septiembre .Si Hitle r logr a evita r durant e una s semanas ms que los checoslovacos movilice n sus tropas , tendr l a ventaj a d e u n ataqu e por sorpresa. Par a gana r tiempo , le ocult a a Chamber lai n sus planes de invasin y le da su palabr a de que si los checos satisfacen sus demanda s se preservar la paz. Cham berlai n es engaado; trat a de persuadi r a los checos de que no movilice n s u ejrcito mientra s exist a an un a posibilida d d e negociar con Hitler . Despus de su encuentr o con ste, Cham berlai n le escribe a su hermana : "...pese a la dureza y cruelda d que me pareci ve r en su rostro , tuv e la impresin de que poda confiarse en ese hombr e si daba su palabr a de honor". 1 Cinco das ms tarde , defendiendo su poltica en el Parlament o frent e

13a quiene s dudaba n d e l a buen a f e d e Hitler , Chamberlai n explica e n u n discurso qu e s u contacto personal con Hitle r l e permita deci r que ste "deca lo que realment e pensaba". 2Cuand o comenc a estudia r la mentira , hace quince aos, n o tena ide a e n absolut o d e que m i trabaj o pudier a tene r algun a relacin con esta clase de mentiras . Pensaba que slo poda ser til par a los que trabajaba n con enfermos mentales. Dich o estudi o s e hab a iniciad o cuand o unos terapeuta s a quienes les haba comunicad o mi s hallazgos anteriores que la s expresione s faciale s son universales , e n tant o qu e los ademanes son especficos de cada cultura: me preguntaro n si esos comportamiento s no verbales podan revela r que el pacien t e estaba mintiendo. 3 Po r l o genera l esto n o origin a dificulta des, pero s e conviert e e n u n problem a cuando u n individu o que h a sido internad o e n u n hospita l a raz d e u n intent o d e suici dio simul a que se siente much o mejor. A los mdicos los aterro riz a ser engaados po r un sujeto que se suicida cuando queda libr e de las restriccione s que le ha impuest o el hospital . Est a inquietu d prctic a d e los terapeuta s plante un a cuestin fundamenta l acerca de la comunicacin humana : pueden las personas controla r todos los mensajes que transmiten , incluso cuando estn mu y perturbadas , o es que su conducta no verba l delatar lo que esconden la s palabras?Busqu entr e mi s filmaciones de entrevista s con pacientes psiquitricos un caso de mentira . Haba preparad o esas pelcu las con un a finalida d distinta : identifica r las expresiones del rostr o y los ademanes qu e podan ayuda r a diagnostica r un tip o de trastorn o menta l y su gravedad . Ahor a que mi inters se centrab a en el engao, me pareca ve r seales de mentira s en muchos de esos filmes. La cuestin era cmo estar seguro de que l o eran . Slo e n u n caso n o tuv e ningun a duda , por l o que sucedi despus d e l a entrevista .Mar y er a un a am a d e casa d e 4 2 aos. E l ltimo d e sus tre s intento s de suicidi o haba sido mu y grave: slo por casualida d alguie n la encontr antes de que la sobredosis de pildora s que haba tomad o acabase con ella . S u histori a n o er a mu y diferen te de la de tanta s otra s mujere s deprimida s de median a edad.

14Los chicos haban crecido y ya no la necesitaban, su marid o pareca enfrascado totalment e en su trabajo.. . Mar y se senta intil. Par a l a poca e n que fue internad a e n e l hospita l y a n o er a capaz de lleva r adelante el hogar , no dorma bie n y pasaba la mayor part e de l tiemp o llorand o a solas.E n las tre s primera s semanas que estuvo e n e l hospita l fue medicad a e hiz o terapi a d e grupo . Pareci reacciona r bien : recobr la vivacida d y dej de habla r de suicidarse . En un a de las entrevista s que filmamos , Mar y l e cont a l mdico l o mejo rad a que se encontraba , y le pidi que la autorizar a a sali r el fin de semana. Pero antes de recibi r el permiso.. . confes que haba mentid o par a conseguirlo: todava quera, desesperada mente , matarse . Debi pasa r otros tre s meses e n e l hospita l hast a recobrarse d e veras , aunque u n ao ms tard e tuv o un a recada. Luego dej el hospita l y, po r lo que s, aparentement e anduv o bie n muchos aos.L a entrevist a filmad a con Mar y hizo caer e n e l erro r a l a mayora de los jvenes psiquiatra s y psiclogos a quienes se la mostr, y au n a muchos de los expertos. 4 La estudiamo s cente nares de horas, volviend o atrs repetida s veces, inspeccionando cada gesto y cada expresin con cmara lent a par a trata r de descubrir cualquie r indici o d e engao. E n un a brevsima pausa que hizo Mar y antes de explicarl e al mdico cules era n sus planes par a e l futuro , vimo s e n cmara lent a un a fugaz expre sin facia l d e desesperacin , ta n efmera qu e l a habamo s pasado por alt o las primera s veces que examinamo s e l film. Un a vez que advertimo s que los sentimiento s ocultos podan evidenciarse en estas brevsimas microexpresiones, buscamos y encontramos mucha s ms, que habitualment e era n encubierta s a l instant e por un a sonrisa . Tambin encontramos u n microa- demn: al contarl e al mdico lo bie n que estaba superand o sus dificultades , Mar y mostrab a a veces un fragment o de gesto de indiferencia.. . n i siquier a er a u n ademn completo, sin o slo un a parte : a veces, se tratab a de un a leve rotacin de un a de sus manos , otra s veces la s mano s quedaba n quieta s per o encoga u n hombr o e n form a casi imperceptible .Cremos habe r observad o otro s indicio s n o verbale s de l

15engao, pero no estbamos seguros de haberlos descubierto o imaginado . Cualquie r comportamient o inocente parece sospe choso cuand o un o sabe qu e e l sujet o h a mentido . Slo un a medicin objetiva , no influenciad a por nuestr o conocimiento de que la persona menta o deca la verdad , poda servirno s como prueb a que corroborase lo que habamos observado. Adems, par a esta r seguros de que los indicio s de engao descubiertos no era n idiosincrsicos, tenamos que estudia r a much a gente. Lgicamente, par a e l encargado d e detectar la s mentira s e l cazador de mentiras todo sera much o ms sencillo si las conductas que traiciona n el engao de un sujeto fuesen eviden tes tambin en las mentira s de otros sujetos; pero ocurre que los signos de l engao pueden ser propios de cada individuo . Diseamos u n experimento , tomand o como modelo l a mentir a d e Mary , e n e l cua l los sujetos estudiados tenan un a intens a motivacin par a oculta r las fuertes emociones negativa s experi mentada s e n e l moment o d e mentir . Les hicimo s observar a estos sujetos un a pelcula mu y perturbadora , e n l a que apare can escenas quirrgicas sangrientas ; deban oculta r sus senti miento s reales de repugnancia , disgusto o angusti a y convencer a un entrevistado r que no haba vist o el film de que haban disfrutad o un a pelcula documenta l en la que se presentaban bellos jardine s floridos . (E n los captulos 4 y 5 damos cuent a de nuestro s hallazgos.)N o pas m s d e u n a o a n estbamos e n las etapas iniciale s d e nuestro s experimento s sobre mentiras cuando me enter de que me estaban buscando cierta s personas intere sadas e n u n tip o d e mentira s mu y diferente . Podan servi r mi s mtodos o mi s hallazgos par a atrapa r a ciertos norteamerica nos sospechosos de trabaja r como espas par a otros pases? A medid a que fuero n pasando los aos y nuestro s descubrimien tos sobre los indicio s conductuales de los engaos de pacientesa sus mdicos se publicaro n en revista s cientficas, las solicitu des aumentaron . Qu opinab a yo sobre la posibilida d de adies tra r a los guardaespaldas de los integrante s de l gabinete par a que pudiesen individualizar , a travs de sus ademanes o de su modo de caminar , a un terrorist a dispuesto a asesinar a uno de

16estos altos funcionarios? Podamos ensearle al FB I a entre na r a sus policas par a que fuesen capaces de averigua r cundo ment a u n sospechoso? Y a n o m e sorprendi cuand o m e preguntaro n si sera capaz de ayuda r a los funcionario s que llevaba n a cabo negociaciones internacionale s de l ms alt o nive l par a que detectasen las mentira s del otr o bando , o si a parti r de unas fotografas tomadas a Patrici a Hears t mientra s particip en el asalto a un banco podra decir si ell a haba tenid o o no el propsito de robar. En los cinco ltimos aos el inters por este tem a se internacionaliz: tomaro n contacto conmig o representante s de dos pases con los que Estado s Unido s mantena relaciones amistosas, y en un a ocasin en que yo estaba dando una s conferencias en la Unin Sovitica, se me aproximaro n algunos funcionario s que dijero n pertenecer a un "organismo elctrico" responsable de los interrogatorios .No me causaba mucho agrado este inters; tema que mi s hallazgos fuesen aceptados acrticamente o aplicados en form a apresurad a como producto de la ansiedad, o que se utilizase n con fines inconfesables. Pensaba que a menud o las claves no verbales del engao no seran evidentes en la mayo r part e de los falseamientos de tip o criminal , poltico o diplomtico; slo se tratab a de "corazonadas" o conjeturas. Cuand o era interro gado al respecto no saba explica r el porqu. Par a lograrlo , tena que averigua r el motiv o de que las personas cometiesen errores al mentir , como de hecho lo hacen. No todas las menti ras fracasan en sus propsitos: algunas son ejecutadas impeca blemente. No es forzoso que haya indicio s conductuales un a expresin facia l mantenid a durant e u n tiemp o excesivo, u n ademn habitua l que no aparece, un quiebr o momentneo de la voz. Deba haber signos delatores. Si n embargo , yo estaba seguro de que tenan que existi r ciertos indicio s generales del engao, de que au n a los mentiroso s ms impenetrable s los tena que traiciona r s u comportamiento . Ahor a bien : saber cundo un a mentir a lograb a su objetivo y cundo fracasaba, cundo tena sentido indaga r en busca de indicio s y cundo no, significaba saber cmo diferan entr e s las mentiras , los menti rosos y los descubridores de mentiras .

17La mentir a que Hitle r le dij o a Chamberlai n y la que Mar y le dij o a su mdico implicaban , ambas, engaos sumament e graves , donde l o qu e estab a e n jueg o era n vida s humanas . Ambo s escondieron sus planes par a el futur o y, como aspecto centra l d e s u mentira , simularo n emociones que n o tenan. Pero l a diferenci a entr e l a primer a d e estas mentira s y l a segunda es enorme. Hitle r es un ejemplo de lo que ms tard e denominar "ejecutante profesional" ; adems de su habilida d natural , tena mucho ms prctica e n e l engao que Mary .Po r otr a parte , Hitle r contab a con un a ventaja : estab a engaando a alguie n que deseaba ser engaado. Chamberlai n er a un a vctima bie n dispuesta , ya que l quera creer en la mentir a d e Hitler , e n que ste n o planeaba inicia r l a guerr a e n caso de qu e se modificase n la s frontera s de Checoslovaquia de ta l mod o que satisficiese a sus demandas . D e l o contrario , Chamberlai n ib a a tene r que reconocer que su poltica de apaci guamient o del enemigo haba fallado , debilitand o a su pas. Refirindose a un a cuestin vinculad a con sta, la especialista en ciencia poltica Roberta Wohlstette r sostuvo lo mism o en su anlisis de los engaos que se lleva n a cabo en un a carrer a armamentista . Aludiend o a la s violaciones del acuerdo nava l anglo-german o de 1936 en que incurri Alemania , dijo : "Tant o el transgreso r como el transgredid o (...) tenan inters en deja r qu e persistier a e l error . Amba s necesitaba n preserva r l a ilusin de que el acuerdo no haba sido violado . El temo r brit nico a un a carrer a armamentista , ta n hbilmente manipulad o por Hitler , llev a ese acuerdo nava l en el cua l los ingleses (si n consulta r n i con los franceses n i con los italianos ) tcitamente modificaro n el Tratad o de Versalles ; y fue ese mism o temo r de Londre s el que le impidi reconocer o admiti r las violaciones de l nuev o convenio". 5En muchos casos, la vctima del engao pasa por alt o los errore s que comete e l embustero , dand o l a mejor interpretacin posible a su comportamient o ambigu o y entrand o en conniven ci a con aqul par a mantene r el engao y eludi r as las terrible s consecuencias que tendra par a ell a mism a sacarlo a l a luz . U n marid o engaado po r su muje r que hace caso omiso de los

18signos que delata n el adulteri o puede as, al menos, posponer la humillacin de quedar al descubierto como cornud o y expo nerse a la posibilida d de un divorcio. Au n cuando reconozca par a s la infidelida d de su esposa, quiz coopere en oculta r su engao par a no tene r que reconocerlo ant e ell a o ant e los dems. En la medid a en que no se hable de l asunto , ta l vez le quede algun a esperanza, por remot a que sea, de haberl a juz gado equivocadamente, de que ell a no est envuelt a en ningn amoro.Pero no todas las vctimas se muestra n ta n bie n dispuestas a ser engaadas. A veces, ignora r un a mentir a o contribui r a su permanenci a no tra e aparejado ningn beneficio. Ha y descubri dores de mentira s que slo se beneficia n cuand o stas son expuestas, y e n ta l caso nad a pierden . E l expert o e n interroga torio s policiale s o el funcionari o de un banco encargad o de otorga r los prstamos slo pierde n si los embaucan , y par a ellos cumpli r bie n con s u cometido signific a descubri r a l embaucadory averigua r la verdad . A menudo la vctima pierde y gana a la vez cuando es descaminada o cuando la mentir a queda encu bierta ; pero suele ocurri r que n o hay a u n equilibri o entr e l o perdid o y lo ganado. Al mdico de Mar y le afectaba mu y poco creer en su mentira . Si realment e ell a se haba recuperado de su depresin, ta l vez a l se le adjudicase algn mrito por ello ; pero si no er a as, tampoco er a much o lo que habra perdido. Su carrer a no estaba en juego , como suceda en el caso de Cham berlain . No se haba comprometido pblicamente y a pesar de las opiniones en contr a de otros con un curso de accin que, en caso d e descubrirse l a mentir a d e Mary , pudier a resulta r equi vocado. Er a much o ms lo que el mdico poda perde r si Mar y lo embaucaba, que lo que poda gana r si ell a deca la verdad . Par a Chamberlain , en cambio, ya era demasiado tard e en 1938:s i Hitle r menta, s i n o haba otr a maner a d e detener s u agre sin que mediant e l a guerra , l a carrer a d e Chamberlai n estaba finiquitada y la guerr a que l haba credo poder impedi r ib a a comenzar.Con independenci a de las motivacione s qu e Chamberlai n tuviese par a creer e n Hitler , l a mentir a d e ste tena probabili -

19dades de logra r su propsito a raz de que no le er a necesario encubri r emociones profundas . Co n frecuencia , un a mentir a fall a porque se trasluc e algn signo de un a emocin oculta . Y cuant o ms intensa s y numerosa s sean la s emociones involu cradas , ms probabl e es que el embuste sea traicionad o po r algun a autodelacin manifestad a en la conducta. Por ciert o que Hitle r no se habra sentid o culpabl e sentimient o ste que es doblement e problemtic o par a e l mentiroso , y a que n o slo pueden traslucirs e seales de l, sin o que adems el torment o que lo acompaaba ta l vez lo llev e a cometer errores fat ales. Hitle r no se ib a a senti r culpable de mentirl e al representant e d e u n pa s qu e l e hab a infligid o un a humillant e derrot a milita r a Alemani a cuando l er a joven . A diferenci a de Mary , Hitle r no tena en comn con su vctima valores sociales impor tantes ; n o l o respetaba n i l o admiraba . Mary , por e l contrario , deba oculta r intensa s emociones si pretenda que su mentir a triunfase ; deba sofocar su desesperacin y la angusti a que la llevaba n a quere r suicidarse , y adems tena buenos motivos par a sentirs e culpabl e po r mentirl e a los mdico s que ell a quera y admiraba , y que, lo saba mu y bien , slo deseaban ayudarla .Por todas estas razones y alguna s ms, habitualment e ser much o m s sencill o detecta r indicio s conductuale s d e u n engao en un paciente suicid a o en un a esposa adltera qu e en un diplomtico o en un agente secreto. Pero no todo diplomti co, crimina l o agente de informacin es un mentiros o perfecto. A veces cometen errores . Los anlisis que he realizado permi te n estima r l a probabilida d d e descubri r los indicio s d e u n engao o de ser descaminad o po r ste. Mi recomendacin a quienes estn interesado s en atrapa r criminale s o enemigos polticos no es que prescinda n de estos indicio s conductuales sin o que sean ms cautelosos, que tenga n m s conciencia de la s oportunidade s que existe n pero tambin de la s limitaciones .Y a hemos reunid o alguna s prueba s sobre estos indicio s conductuales de l engao, pero todava no son definitivas . Si bie n mi s anlisis de cm o y po r qu mient e la gente , y de cundo falla n las mentiras , se ajusta n a los datos de los experi -

20mentos realizados sobre el mentir , as como a los episodios que nos cuenta n l a histori a y l a literatura , todava n o h a habid o tiemp o de someter estas teoras a otros experimento s y argu mentaciones crticas. No obstante , he resuelt o no espera r a tene r todas estas respuestas par a escribi r e l present e libro , porque los que estn tratand o de atrapa r a los mentiroso s no pueden esperar. Cuand o es much o lo que un erro r puede poner en peligro , de hecho se intent a discerni r esos indicio s no verba les. E n l a seleccin d e miembro s d e u n jurad o o e n la s entrevis tas par a decidir a quin se dar un puesto importante , "exper tos " no familiarizado s con todas las prueba s y argumento s existentes ofrecen sus servicios como descubridores de menti ras . A ciertos funcionario s policiales y detectives profesionales que utiliza n el "detector de mentiras " se les ensean cules son esas claves conductuales de l engao. Ms o menos la mita d de la informacin utilizad a en los materiale s de estos cursos de capacitacin, por lo que he podido ver , es errnea. Alto s em pleados de l a aduan a sigue n u n curso especial par a averigua r indicio s no verbales que les permita n captura r a los contraban distas ; me dijero n que en estos cursos empleaba n mi s trabajos , pero m i reiterad a insistenci a e n ve r tales materiale s n o tuv o otr o resultad o que la no menos reiterad a promesa "nos volvere mos a poner en contacto con uste d de inmediato" . Conocer lo que estn haciendo los organismos de informacin de l Estad o es imposible , pues su labo r es secreta. S que estn interesados en mi s trabajos , porque hace seis aos el Departament o de Defensa me invit par a que explicase cules eran , a mi juicio , las oportunidades y los riesgos que se corran en esta clase de averiguacin. Ms tard e o rumore s de que la tare a de esa gente segua su curso, y pude obtener los nombre s de algunos de los participantes . La s carta s que les envi no recibiero n respuesta, o bie n sta fue que no podan decirm e nada . Me preocupan estos "expertos" que no someten sus conocimientos al escrutini o pblico ni a las capciosas crticas de la comunida d cientfica. En este libr o pondr en claro , ante ellos y ant e las personas par a quienes trabajan , qu pienso de esas oportunida des y de esos riesgos.

2 1M i finalida d a l escribirl o n o h a sido dirigirm e slo a quieness e ve n envuelto s e n mentira s mortales . H e llegado a l convenci mient o de que el exame n de las motivacione s y circunstancia s que lleva n a la gente a menti r o a deci r la verda d puede contri bui r a la comprensin de mucha s relaciones humanas . Pocas de stas no entraan algn engao, o al menos la posibilida d de un engao. Los padres les miente n a sus hijos con respecto a la vid a sexua l par a evitarle s saber cosas que, en opinin de aqu llos , los chicos no estn preparado s par a saber; y sus hijos , cuand o llega n a l a adolescencia, les oculta n sus aventura s sexuale s porqu e sus padre s n o la s comprenderan . Va n y viene n mentira s entr e amigos (n i siquier a s u mejo r amigo l e contar a a uste d cierta s cosas), entr e profesores y alumnos , entr e mdicos y pacientes, entr e marid o y mujer , entr e testigosy jueces, entr e abogados y clientes, entr e vendedores y compra dores.Menti r es un a caracterstica ta n centra l de la vid a que un a mejo r comprensin de ell a result a pertinent e par a casi todos los asuntos humanos . A algunos este aserto los har estreme cerse d e indignacin , porqu e entiende n qu e l a mentir a e s siempr e algo censurable. No compart o esa opinin. Proclama r que nadi e debe menti r nunc a en un a relacin sera caer en un simplism o exagerado; tampoco recomiend o que se desenmasca re n todas la s mentiras . L a periodist a An n Lander s est e n l o ciert o cuand o dice, en su column a de consejos par a los lectores, qu e la verda d puede utilizars e como un a cachiporr a y causar con ell a u n dolo r cruel . Tambi n la s mentira s puede n ser crueles, pero no todas lo son. Alguna s mucha s menos de lo qu e sostienen los mentirosos son altruistas . Ha y relaciones sociales qu e se sigue n disfrutand o gracia s a que preserva n determinado s mitos . Si n embargo , ning n mentiros o debera da r por sentado que su vctima quier e ser engaada, y ningn descubrido r de mentira s debera arrogars e el derecho a ponera l descubiert o toda mentira . Existe n mentira s inocuas y hast a humanitarias . Desenmascarar cierta s mentira s puede provocar humillacin a la vctima o a un tercero.Pero todo esto merece ser considerado con ms detalle y

22despus d e habe r pasado revist a a otra s cuestiones . Par a empezar, corresponde defini r qu es mentir , describi r la s dos formas bsicas de mentir a y establecer las dos clases de indi cios sobre el engao.

232Mentiras , autodelacione s e indicio s de l engao

Och o ao s despu s d e renuncia r com o president e d e Estado s Unidos , Richar d Nixo n neg qu e jam s hubier a mentido en el ejercici o de sus funciones pero reconoci que tant o l como otros polticos haban simulado. Y afirm que esto er a necesario par a conquista r o retene r un cargo pblico. "Un o no puede deci r lo qu e piensa sobre ta l o cua l individu o porque ta l vez ms adelant e tenga que recurri r a l (...) no puede indica r cul es su opinin sobre los dirigente s mundiale s porque quizs en el futur o deba negociar con ellos". 1 Y Nixo n no es el nico en emplea r un trmino distint o de "mentir " par a los casos en que puede esta r justificad o no decir la verdad. * Como seala Oxford English Dictianary, "en el uso moderno, la palabr a 'mentira ' [lie] constituy e habitualment e un a expresin intens a de reprobaci n moral , que tiend e a evitars e e n l a

* Sin embargo, la s actitudes al respecto pueden esta r cambiando. Jody Powell, ex secretario de prens a del presidente Crter, justific a cierta s menti ras ; argument a en este sentido lo siguiente: "Desd e la primera vez que el prime r cronista formul la primer a pregunta comprometida a un funcionario oficial, se ha discutido si un gobernante tiene derecho a mentir. En ciertas circunstancias , no slo tiene el derecho sino la obligacin efectiva de hacerlo. Durant e los cuatro aos que estuve en la Cas a Blanca , me enfrent dos veces ante tales circunstancias'' . A continuacin describe un incidente en el que minti a fin de "ahorrarl e grandes molestias y sufrimientos a varia s personas totalmente inocentes*. La otr a oportunidad en que admite haber mentido fue al encubrir los planes de los militares norteamericanos par a rescatar a los rehene s en Irn. (Jody Powell , He Other Side of the Story, Nuev a York : Willia m Morrow an d Co., Inc. , 1984.)

24conversacin corts, reemplazndola por sinnimos relativa ment e eufemsticos como 'falsedad ' [falsehood] o 'falt a a la verdad ' [untruth].2 Si un a persona que a un o le result a molesta falt a a la verdad , es fcil que la llamemos mentirosa , pero en cambio es mu y difcil que empleemos ese trmino por grave que haya sido su falt a a la verdad , si simpatizamo s con ell a o la admiramos . Mucho s aos antes de lo del caso Watergate , Nixo n er a par a sus opositores de l Partid o Demcrat a e l eptom e mismo de un mentiros o "Se atrevera uste d a comprarl e a este hombr e su automvil usado?", decan po r entonces sus contrincantes mientra s que sus admiradore s republicano s elogiaban la capacidad que tena par a el ocultamient o y el disi mulo , como muestr a de su astuci a poltica.Si n embargo , par a mi definicin de lo que es menti r o engaar (utiliz o estos trmino s e n form a indistinta) , esta s cuestiones carecen d e signific a t i v i dad. Mucha s personas po r ejemplo , la s qu e suministra n informaci n fals a contr a s u voluntad falta n a l a verda d si n por ell o mentir . Un a muje r que tiene la idea delirant e de que es Mara Magdalen a no es un a mentirosa , aunqu e l o qu e sostien e e s falso . Da r a u n client e un ma l consejo en materi a de inversione s financiera s no es mentir , a menos que en el moment o de hacerlo el consejero financier o supier a que estab a faltand o a l a verdad . S i l a apariencia de alguie n transmit e un a falsa impresin no est mintiend o necesariamente, como no mient e la Mantis religiosa que apela al camuflaj e par a asemejarse a un a hoja , como no mient e e l individu o cuya ancha frent e sugiere u n mayo r nive l de inteligenci a del que realment e est dotado.*

* Sera interesante averigua r en qu se fundan tales estereotipos. Es presumible que si un individuo tiene la frente anch a se infiera , incorrecta mente, que tiene un gran cerebro. El otro estereotipo segn el cua l un indivi duo de labios muy finos es cruel se bas a en el indicio, correcto, de que en los momentos de ir a se afinan los labios; el error consiste en utiliza r el signo de un estado emocional pasajero par a colegir un rasgo de personalidad. Un juicio de esta naturalez a implica que la s personas de labios finos los tienen as porque estn permanentemente airadas ; ocurre, si n embargo, que los labios afinados pueden constituir un rasgo facial hereditario . Anlogamente,

25Un mentiros o puede decidir que no va a mentir . Desconcer ta r a l a vctima e s u n hecho deliberado; e l mentiros o tiene e l propsito d e tenerl a ma l informada . L a mentir a puede o n o esta r justificad a en opinin del que la dice o de la comunida d al a que pertenece. E l mentiros o puede ser un a buena o un a mal a persona, puede conta r con la simpata de todos o resulta r anti ptico y desagradable a todos. Pero lo important e es que la persona que mient e est en condiciones de elegi r entr e menti r y decir la verdad , y conoce la diferencia. 4 Los mentiroso s pato lgicos, que sabe n qu e estn faltand o a la verda d pero no pueden controla r su conducta , no cumple n con mi s requisitos .Tampoco aquellos individuo s que ni siquier a saben que estn mintiendo , de los que a menud o se dice que son vctimas del autoengao.* U n mentiros o puede llega r a creer e n s u propia mentir a con e l corre r del tiempo ; e n ta l caso, dejara d e ser u n mentiroso , y sera much o ms difcil detectar sus falta s a la verdad , po r razones que explicar en el prximo captulo. Un episodio de la vid a de Benit o Mussolin i muestr a que la creencia en la propi a mentir a no siempr e es beneficiosa par a su autor : "...e n 1938, la composicin de las divisiones del ejrcito [italia no ! se haba modificad o de modo ta l que cada un a de ellas abarcaba dos regimiento s en luga r de tres . Esto le resultab a interesant e a Mussolini , porque le permita decir que el fascis mo contaba con sesenta divisiones , en luga r de algo m s de la mitad ; per o e l cambi o provoc un a enorm e desorganizacin just o cuando la guerr a estaba por iniciarse ; y a raz de haberse

el estereotipo de que la s personas de labios gruesos son sensuale s se basa en otro indicador correcto: en los momentos de gran excitacin sexual afluye mucha sangre a los labios y stos se congestionan; de ah se extrae la falsa conclusin de que constituye un a caracterstica fija de la personalidad; ahora bien, tambin los labios gTuesos pueden ser un rasgo facial permanente. 3* No discuto la existencia de mentirosos patolgicos ni de individuos que son vctimas de un autoengao, pero lo cierto es que result a difcil probar esto. Si n duda, no puede tomarse como prueba la palabra del mentiroso; un a vez descubierto, cualquier mentiroso podra aducir que se autoengao para aminorare ! castigo.

26olvidad o d e l, vario s ao s despu s Mussolin i cometi u n trgico erro r al calcula r el podero de sus fuerzas. Parece que mu y pocos, excepto l mismo , fuero n engaados". 5Par a defini r un a mentir a n o slo hay que tene r e n cuent a a l mentiros o sino tambin a s u destinatario . Ha y mentir a cuando el destinatari o de ell a no ha pedido ser engaado, y cuando el que la dice no le ha dado ningun a notificacin previa de su intencin de mentir . Sera extravagant e llama r mentiroso s a los actores teatrales ; sus espectadores ha n aceptado ser enga ados por un tiempo ; por eso estn ah. Los actores no adopta ncomo l o hace u n estafador un a personalida d fals a si n alerta r a los dems de que se trat a de un a pose asumid a slo por un tiempo . Ningn client e de un asesor financier o seguira a sabiendas sus consejos si ste le dijese que la informacin que v a a proporcionarl e e s mu y convincente.. . per o falsa . Mar y n o le habra mentid o a su mdico psiquiatr a en caso de haberl e anticipad o qu e ib a a confesa r falso s sentimientos , com o tampoco Hitle r podra haberl e dich o a Chamberlai n qu e n o confiara en sus promesas.E n m i definicin d e un a mentir a o engao, entonces, ha y un a persona que tien e el propsito deliberad o de engaar a otra , si n notificarl a previament e d e dicho propsito n i haber sido requerid a explcitament e a ponerl o e n prctic a po r e l destinatario. * Existe n dos forma s fundamentale s d e mentir : ocultar y falsear. 6 El mentiros o que oculta , retien e ciert a infor macin si n decir e n realida d nada que falt e a l a verdad . E l que falsea da un paso adicional : no slo retien e informacin verda dera , sin o que present a informacin fals a como s i fuer a cierta .

* Mi inters principal recae en lo que Goffman llam a "mentira s descara das " o sea , aquellas "sobre la s cuales existen pruebas irrefutables de que el mentiroso saba que menta y lo hizo adrede". Goffman no centr a su estudio de estas falsificaciones sino en otras en la s que la diferencia entre lo verdade ro y lo falso no es tan demostrable: "...difcilmente habra un a relacin o profesin cotidiana legtima cuyos actores no participen en'prcticas ocultas incompatibles con la impresin que desean fomentar". (Ambas cita s pertene cen a The Presentation of Self in Everyday Life, Nuev a York : Ancho r Books,1959, pgs. 59, 64.)

27A menudo , par a concreta r el engao es preciso combina r el ocultamient o con el falseamiento , pero a veces el mentiros o se la s arregl a con e l ocultamient o simplemente .N o todo e l mund o considera que u n ocultamient o e s un a mentira ; ha y quienes reserva n este nombr e slo par a e l acto ms notori o de l falseamiento. 7 Si un mdico no le dice a su pacient e qu e l a enfermeda d qu e padece e s terminal , s i e l marid o n o l e cuent a a l a esposa que l a hor a de l almuerz o l a pas e n u n mote l con l a amig a ms ntima d e ella , s i e l detecti ve no le confiesa al sospechoso que un micrfono oculto est registrand o l a conversacin qu e ste mantien e con s u abogado, en todos estos casos no se transmit e informacin falsa , pese a lo cua l cada un o de estos ejemplos se ajust a a mi definicin de mentira . Los destinatario s no ha n pedido ser engaados y los ocultadores ha n obrado d e form a deliberada , si n da r ningun a notificacin previ a de su intent o de engaar. Ha n retenid o la informacin a sabiendas e intencionadamente , no por casuali dad . Ha y excepciones: casos e n qu e e l ocultamient o n o e s mentira , porqu e hub o un a notificacin previ a o se logr el consentimient o de l destinatari o par a que l o engaasen . S i marid o y muje r concuerda n e n practica r u n "matrimoni o abierto " e n qu e cada un o l e ocultar sus amoros a l otr o a menos que sea interrogad o directamente , no sera un a mentir a que el primer o callase su encuentr o con la amig a de su esposa en el motel . Si el paciente le pide al mdico que no le diga nada en caso de qu e las noticia s sean malas , no ser un a mentir a de l mdico qu e se guard e esa informacin. Distint o es el caso de la conversaci n entr e u n abogado y s u cliente , y a que l a le y dispone que , po r sospechoso que ste sea par a l a justicia , tien e derecho a esa conversacin privada ; por lo tanto , oculta r la transgresin de ese derecho siempre ser mentir .Cuand o u n mentiros o est e n condiciones d e escoger e l modo de mentir, por lo genera l preferir oculta r y no falsear. Est o tien e mucha s ventajas. E n prime r lugar , suele ser ms fcil: n o ha y nad a que fragua r n i posibilidades d e ser atrapad o antes de haber terminad o con el asunto . Se dice que Abraha m Lincol n declar e n un a oportunida d que n o tem a suficient e

28memori a como par a ser mentiroso . S un mdico le da a su enfermo un a explicacin fals a sobre la enfermeda d que padece par a ocultarl e que lo llevar a la tumba , tendr que acordarse de esa explicacin par a no ser incongruent e cuando se le vuelv a a pregunta r algo, unos das despus.Tambin es posible que se prefier a el ocultamient o al fal seamient o porqu e parece menos censurable . E s pasivo , n o activo. Los mentiroso s suele n sentirs e menos culpables cuand o oculta n que cuando falsean , aunque en ambos casos sus vcti mas resulte n igualment e perjudicadas. * E l mentiros o puede tranquilizars e a s mism o con la idea de que la vctima conocel a verdad , pero n o quier e afrontarla . Un a mentiros a podra decirse: "M i esposo debe esta r enterad o de que yo ando con alguien , porque nunc a me pregunt a dnde he pasado la tarde . Mi discrecin es un rasgo de bondad hacia l; por ciert o qu e no le estoy mintiend o sobre lo que hago, slo he preferid o no humi llarlo , no obligarl o a reconocer mi s amoros".Por otr a parte , las mentira s por ocultamient o son much o ms fciles de disimula r un a vez descubiertas. El mentiros o no se expone tant o y tien e mucha s excusas a su alcance: su igno ranci a del asunto , o su intencin de revelarl o ms adelante , ol a memori a que l e est fallando , etc., etc. E l testig o qu e declar a bajo jurament o que lo que dice fue ta l como lo dice "hast a donde puede recordarlo" , deja abiert a la puert a par a escapar po r s i m s tard e tien e qu e enfrentars e con alg o qu e h a ocultado. El mentiros o que alega no recordar lo que de hecho recuerda pero retien e deliberadamente , est a mita d de camin o entr e el ocultamient o y el falseamiento . Est o suele suceder cuando ya no le basta no deci r nada : alguie n hace un a pregun ta , se lo ret a a hablar . Su falseamient o consiste en no recordar , con lo cual evit a tene r que recorda r un a histori a falsa ; lo nico que precisa recordar es su afirmacin falsa de que la memori a

* Ev e Sweetser formula la interesante opinin de que el destinatario quiz se sienta ms agraviado por un ocultamiento que por un falseamiento, pues en el primer caso "...n o puede quejarse de que se le minti, y entonces siente como si su contraro hubiese aprovechado una excusa leg(.imn".H

29le falla . Y si ms tard e sale a lu z la verdad , siempre podr decir que l no minti, que slo fue un problema de memoria .U n episodi o de l escndal o d e Watergat e que llev a l a renunci a de l president e Nixo n ilustr a esta estrategi a d e fall o de la memoria . AJ aumenta r las pruebas sobre la implicacin de los asistentes presidenciales H.R. Haldema n y Joh n Ehrlich - ma n en la intromisin ilega l y encubrimiento , stos se viero n obligado s a dimitir . Mientra s aumentab a l a presi n sobre Nixon , Alexande r Hai g ocup e l puesto d e Haldeman . "Haca menos de un mes que Hai g estaba de vuelt a en la Casa Blanc a-leemos en un a crnica periodstica cuando, el 4 de juni o de1973, l y Nixo n discutiero n de qu maner a hacer frent e a las serias acusaciones de Joh n W. Dean , ex consejero de la Casa Blanca . Segn un a cint a magnetofnica de esa conversacin, que se di o a conocer a la opinin pblica durant e la investiga cin, Hai g le recomend a Nixo n esquivar toda pregunt a sobre esos alegatos diciendo 'que uste d simplement e no puede recor darlo'." U n fall o d e l a memori a slo result a creble e n limitada s circunstancias . Si al mdico se le pregunt a si los anlisis dieron resultad o negativo , no puede contestar que no lo recuerda, ni tampoco el detective puede deci r qu e no recuerda si se coloca ro n los micrfonos en la habitacin del sospechoso. Un olvido as slo puede aducirse par a cuestiones si n importanci a o par a algo que sucedi tiemp o atrs. Ni siquier a el paso del tiempo es excusa suficiente par a no recorda r hechos extraordinario s que supuestament e tod o e l mund o recordar siempre , sea cua l fuere el tiemp o que transcurri desde que sucedieron.Pero cuando la vctima lo pone en situacin de responder, el mentiros o pierde esa posibilida d de elegir entr e el ocultamient o y el falseamiento . Si la esposa le pregunt a al marid o por qu nc estaba en la oficina durant e el almuerzo , l tendr que falsear los hechos si pretend e mantene r su amoro en secreto. Podra decirs e que au n un a pregunt a ta n comn como l a qu e s e formul a durant e la cena, "Cmo te fue hoy, querido?", es un requerimient o de informacin, aunqu e es posible sortearlo : el marid o aludir a otros asunto s que oculta n el uso que dio de

30ese tiempo , a menos que un a indagatori a direct a lo fuerce a elegir entr e inventa r o decir la verdad .Ha y mentira s que d e entrad a obliga n a l falseamiento , y para las cuales el ocultamient o a secas no bastar. La paciente Mar y no slo deba oculta r su angusti a y sus planes de suicidar se, sino tambin simula r sentirse mejo r y quere r pasar el fin de semana con s u familia . S i alguie n pretende obtener u n empleo mintiend o sobre su experiencia previa , con el ocultamient o solo no le alcanzar: deber oculta r su falt a de experiencia, s, pero adem s tendr que fabricars e un a histori a laboral . Par a escapar de un a fiesta aburrid a si n ofender al anfitrin no slo es preciso oculta r l a preferencia propi a por ve r l a televisin e n casa, sino inventa r un a excusa aceptable un a entrevist a de negocios a primer a hor a de la maana, problemas con la chica que se queda a cuida r a los nios, o algo semejante.Tambin s e apela a l falseamiento , po r ms que l a mentir a n o l o requier a e n form a directa , cuando e l mentiros o quier e encubri r las pruebas de lo que oculta. Est e uso de l falseamient o par a enmascara r l o ocultad o e s particularment e necesari o cuando lo que se deben oculta r son emociones. Es fcil oculta r un a emocin que ya no se siente , mucho ms difcil oculta r un a emocin actual , en especial si es intensa . El terro r es menos ocultable que la preocupacin, la furi a menos que el disgusto . Cuant o ms fuert e sea un a emocin, ms probable es que se filtre algun a seal pese a los denodados esfuerzos del mentiro so por ocultarla . Simula r un a emocin distinta , un a que no se siente e n realidad , puede ayuda r a disimula r l a real . L a inven cin de un a emocin fals a puede encubri r la autodelacin de otr a que se ha ocultado.Estos y otro s aspectos a que he hecho referenci a se ejempli fican en un episodio de la novel a de Joh n Updike , Marry Me. Jerry , marid o d e Ruth , escucha que sta mantien e un a conver sacin telefnica con su amante . Hast a ese moment o de la historia , Rut h haba podido mantene r e n secreto s u amoro si n tener que falsear, pero ahora , interrogad a directament e por su esposo, debe hacerlo. Si bie n el objetivo de su mentir a es que su marid o ignor e l a relacin que ell a mantien e con s u amante , e l

3 1incident e muestr a tambin con qu facilida d se mezclan las emociones en un a mentir a y cmo, un a vez que se ha n mezcla do, aumenta n la carga de lo que debe ocultarse ."Jerr y la asust al or de lejos el final de su conversacin telefnica con Dic k [el amant e de Ruth] . Ell a pensaba que l estara barriend o el patio trasero , pero l sali de la cocina y la increp:'Qu era eso? "Ell a sinti pnico.'Oh , nadi e l e respondi. Un a muje r d e l a escuela dominica l preguntand o s i bamo s a inscribi r a Joann a y Charlie. ' " 1 0Aunqu e en s mism o el sentimient o de pnico no es prueba de que se est mintiendo , lo har sospechar a Jerr y si lo advier te , ya que pensar que Rut h no se asustara si no tuviese algo que esconder. Los encargados de realiza r interrogatorio s suelen pasa r po r alt o que persona s totalment e inocente s puede n aterrorizars e a l ser interrogadas . Rut h s e encuentr a e n un a situacin delicada. Como no previ o que ib a a tener necesidad de inventa r nada , no se prepar par a ello, Al ser descubierta, siente pnico, y como el pnico es difcil de ocultar , aument a la s posibilidade s d e qu e Jerr y l a descubra . Un a tret a que podra intenta r sera la de decir la verda d en cuanto a lo que sient e y a qu e e s improbabl e qu e pued a oculta r eso, mintiend o en cambio sobre el motiv o de ese sentimiento . Podra admiti r que est asustada y decir que lo est porque teme que Jerr y no le crea, pero no porque ell a teng a nad a que esconder. Ahor a bien , esto no funcionar a menos que en el pasado Jerr y mucha s veces hubier a desconfiado de Rut h y los hechos poste riore s hubiera n demostrado que ell a er a inocente , d e ta l modo qu e l a menci n actua l d e su s irracionale s acusaciones del pasado pudier a hacer que l dejase de hostigarla .Probablement e Rut h no logre manteners e serena, con cara de jugado r de pquer, impasible . Cuand o las manos empiezan a temblar , es much o mejo r hacer algo con ellas (cerra r el puo c esconderlas) y no simplement e dejarla s quietas . Si el temor hace que se contraiga n y apriete n los labios o se alcen los

32prpados y cejas, no ser fcil presenta r un rostr o inclume. Esas expresiones faciales podrn ocultars e mejo r si se les aade otros movimiento s musculares : entrecerra r los dientes , abri r l a boca, baja r e l entrecejo, mira r fijo .Ponerse un a mscara es la mejo r maner a de oculta r un a fuerte emocin. Si uno se cubr e el rostr o o part e de l con la mano o l o apart a d e l a person a qu e habl a dndos e medi a vuelta , habitualment e eso dejar trasluci r que est mintiendo . La mejor mscara es un a emocin falsa , que desconcierta y acta como camuflaje . E s terriblement e ardu o manteners e impvido o deja r la s mano s quieta s cuand o se sient e un a emocin intensa : n o ha y ningun a aparienci a ms difcil d e logra r que l a frialdad , neutralida d o falt a d e emotivida d cuando por dentr o ocurr e lo contrario . Much o m s fcil es adoptar un a pose, detener o contrarresta r con un conjunt o de acciones contraria s a aquella s qu e expresa n los verdadero s sentimientos .En e l relat o de Updike , u n moment o despus Jerr y l e dice a Rut h que no le cree. Es presumibl e que en estas circunstancia s aument e el pnico de Rut h y se vuelv a ms inocultable . Podra recurri r a la furia , la sorpresa o la perplejida d par a enmasca rarlo . Podra contestarl e agriament e a Jerry , hacindose l a enojada porqu e l no le cree o por estar espiando!a . Hast a podra mostrars e asombrad a de que l no le crea o de qu e escuche sus conversaciones telefnicas.Pero n o todas las situacione s l e permite n a l mentiros o enmascara r s u autntic o sentir : ha y mentira s que exige n oculta r las emociones si n inventa r otras en su lugar , que es algo mucho ms ardu o todava. Eze r Weizman , ex ministr o de Defensa de Isreal , relat un a de estas situaciones. Delegacio nes militare s israeles y egipcias llevand o a cabo conversacio nes destinada s a inicia r la s negociaciones posteriore s a la inopinad a visit a de Anwa r Al-Sada t a Jerusaln. En uno de esos encuentros, el jefe de la delegacin egipcia, Mohamme d el - Gamasy, le dice a Weizma n que acaba de enterars e de que los israeles estaba n levantand o un a nuev a fortificacin e n e l desierto del Sina. Weizma n sabe perfectamente que esto puede

33da r al trast e con las negociaciones, ya que todava se estaba debatiendo si Israe l tena o no derecho incluso a mantene r sus fortificaciones previas."Sent u n arrebat o d e furi a confiesa Weizman , pero n o poda ventila r m i furo r e n pblico. Ah estbamos tratand o d e conversa r sobre los convenios en materi a de segurida d y de da r un empujoncit o al vagn de la paz... y he aqu que mi s colegas de Jerusaln, en vez de habe r aprendid o la leccin de las falsas fortificaciones , estaba n erigiend o un a nuev a just o e n e l moment o en que se desarrollaba n las negociaciones." "Weizma n no poda permiti r que se trasluciese la ir a que senta por sus colegas de Jerusaln; esconder su ir a tena par a l otr o beneficio, y es que de ese modo poda oculta r que no hab a sid o consultad o po r ellos . Deba , pues , oculta r un a emocin intens a si n poder enmascararl a con otra . De nad a le hubier a valid o mostrars e content o por la noticia , o triste , o sorprendido , o temeroso, o disgustado. Tena que manifestars e atent o pero impasible , si n da r indici o alguno d e que l a informa cin que le transmita Gamas y pudiese tene r consecuencias. (E n su libro , nada dice acerca de si lo logr.)El jueg o de pquer es otr a de las situaciones en las que no pued e recurrirs e a l enmascaramient o par a oculta r un a emocin. S i u n jugado r s e entusiasm a con l a perspectiv a d e llevars e un pozo enorme porque ha recibido unas cartas sober bias , deber disimula r s u entusiasm o s i n o quier e qu e los dems se retire n del jueg o en esa vuelta . Ponerse un a mscara con seales de otr a clase de sentimient o sera peligroso: si pretend e parecer decepcionado o irritad o por las cartas que le vinieron , los dems pensarn que no tiene un bue n jueg o y que se ir al mazo, en vez de continua r la partida . Por lo tanto , tendr qu e luci r s u rostr o m s neutral , e l propi o d e u n jugado r de pquer. En caso de qu e le haya n venid o carta s mala s y quier a disimula r su desengao o fastidi o con un "bluff", o sea, un a fuert e apuesta engaosa tendent e a asusta r a los otros, podr a usa r un a mscara : fraguand o entusiasm o o alegra quiz logre esconder su desilusin y da r la impresin de que tien e buenas cartas , pero es probable que los dems jugadore s

34no caigan en la tramp a y lo consideren un novato : se supone que u n jugado r expert o h a dominad o e l art e d e n o revela r ningun a emocin sobre lo que tiene en la mano. * Dich o sea de paso, las falsedades que sobrevienen en un a partid a de pquerlos ocultamiento s o los bluffs no se ajusta n a mi definicin de lo que es un a mentira : nadie espera que un jugado r de pquer vay a a revela r las cartas que ha recibid o y el jueg o en s constituye un a notificacin previ a de que los jugadore s trata rn de despistarse unos a otros.Par a oculta r un a emocin cualquiera , pued e inventars e cualquie r otr a emocin falsa. L a ms habitualment e utilizad a es la sonrisa. Acta como lo contrari o de todas las emociones negativas: temor , ira , desazn, disgusto , etc. Suele elegrsela porque par a concreta r muchos engaos el mensaje que se nece sita es algun a variant e de que uno est contento . El empleado desilusionado porque su jef e ha promocionado a otr o en luga r de l le sonreir al jefe , no sea que ste piense que se siente herido o enojado. La amig a crue l adoptar la pose de bieninten cionada descargando sus acerbas crticas con un a sonris a de sincera preocupacin.Otr a razn po r la cua l se recurr e ta n a menud o a la sonris a como mscara es que ell a form a part e de los saludos convencio nales y suelen requerirl a la mayora de los intercambio s socia les corteses. Aunqu e un a persona se sient a mu y mal , por lo comn n o debe demostrarl o par a nada n i admitirl o e n u n inter cambio de saludos ; m s bie n se supone que disimular su malesta r y lucir la ms amable sonrisa al contesta r "Estoy mu y bien , gracias , y usted?". Sus autntico s sentimiento s probablemente pasarn inadvertidos , no porqu e la sonris a sea

* En su estudio sobre los jugadores de pquer, Davi d Hayan o describe otra de la s estratagemas utilizada s por los jugadores profesionales: "charla n animadamente a lo largo de toda la partid a par a poner nerviosos y ansiosos a sus contrincantes. (...) Dice n verdades como si fuera n mentiras , y mentira s como si fueran verdades. Junt o con esta verborrea, usa n gestos y ademanes vivaces y exagerados. De uno de estos jugadores se deca que 'se mova ms que un a bailarin a de cabaret en la danza del vientre ' ". ("Poker Lie s an d Tells" , Human Behavior, marz o 1979, pg. 20.)

35un a mscara ta n excelente, sin o porque en esa clase de inter cambios corteses a la gent e rar a vez le import a lo que sient e el otro . Todo lo que pretend e es que finja ser amable y sentirs e a gusto. Es rarsimo que alguie n se ponga a escruta r minuciosa ment e lo que ha y detrs de esas sonrisas: en el context o de los saludos amables, todo el mund o est habituad o a pasar por alt o la s mentiras . Podr a aducirs e que n o correspond e llama r mentira s a estos actos, ya que entr e las norma s implcitas de tale s intercambio s sociales est la notificacin previ a de que nadi e transmitir sus verdaderos sentimientos .Otr o de los motivo s por los cuales la sonrisa goza de tant a popularida d como mscara es que constituy e la expresin facia l de las emociones que con mayo r facilida d puede producirs e a voluntad . Much o ante s d e cumpli r u n ao, e l nio y a sabe sonrer en form a deliberada ; es un a de sus ms temprana s manifestaciones tendente s a complacer a los dems. A lo larg o d e toda l a vid a social, las sonrisas presenta n falsament e senti miento s que no se siente n pero que es til o necesario mostrar . Puede n cometerse errore s e n l a form a d e evidencia r estas sonrisa s falsas, prodigndolas demasiado o demasiado poco. Tambi n puede habe r notorio s errore s de oportunidad , dejn dolas caer much o antes de la palabr a o frase a la que deben acompaar, o much o despus. Pero en s mismos los movimien tos que lleva n a produci r un a sonris a son sencillos, lo que no sucede con la expresin de todas la s dems emociones.A la mayora de la gente, las emociones que ms Ies cuesta fragua r son las negativas . M i investigacin, descrit a e n e l cap tul o 5, revel a que la mayo r part e de los sujetos no son capaces de move r de form a voluntari a los msculos especficos necesa rio s par a simula r con realism o un a falsa congoja o u n falso temor . El enojo y la repulsin no vivenciados pueden desplegar se con algo ms de facilidad , aunqu e se cometen frecuentes equivocaciones. S i l a mentir a exige falsear un a emocin negati v a e n luga r d e un a sonrisa , e l mentiros o puede verse e n aprie tos . Ha y excepciones: Hitle r era , evidentemente , u n acto r superlativo , dotad o d e un a gra n capacida d par a inventa r convincentement e emociones falsas. E n un a entrevist a con e l

36embajador ingls se mostr terriblement e enfurecido , grit que as no se poda seguir habland o y se fue dand o un portazo ; un oficial alemn presente en ese moment o cont ms adelant e la escena de este modo: "Apenas haba cerrado estrepitosament e l a puert a que l o separaba del embajador, lanz un a carcajada, se dio un a fuert e palmad a en el muslo y exclam: 'Chamber- lai n no sobrevivir a esta conversacin! Su gabinet e caer esta mism a noche'". 1 2Adems de l ocultamient o y el falseamiento , existe n mucha s otras manera s de mentir . Ya suger un a al referirm e a lo que podra hacer Ruth , e l personaje d e Updike , par a mantene r engaado a su marid o a pesar del pnico. En vez de oculta r este ltimo, cosa difcil, podra reconocerlo pero menti r en lo tocante al motiv o que lo haba provocado. Rut h podra argir que es totalment e inocente y que si se asust slo fue por el temor de que su marid o no le creyera; as, establecera como causa de su emocin un a que no es la verdadera . Anlogamen te , interrogad a po r e l psiquiatr a sobr e e l motiv o d e s u nerviosismo aparente , l a paciente Mar y podra reconocer dicho nerviosism o pero atribuirl o a otr o sentimiento ; por ejemplo , "estoy nerviosa por las ganas que tengo de volve r a ve r a mi familia" . Est a mentir a despista sobre e l orige n d e l a emocin, pero reconoce verazment e que la emocin existe .Otr a tcnica parecida consiste e n deci r l a verda d d e un a maner a retorcida , de ta l modo que la vctima no la crea. O sea, decir l a verdad.. . falsamente . Cuando Jerr y l e pregunt a Rut h con quin hablab a por telfono, ella podra habe r respondido: "Oh , y a t e l o puedes imaginar , estaba habland o con m i amante ; me llam a a todas horas. Y como me acuesto con l tres veces al da, tenemos que esta r en contacto permanent e par a concerta r las citas!". Est a exageracin de la verda d pondra en ridculo a Jerr y y le hara difcil prosegui r con sus sospechas. Tambin servira par a el mism o propsito un tono de voz o un a expre sin de burla .E n l a pelcula d e Rober t Daley , basad a e n e l libr o de l mismo nombre , Prince of the City: The True Story of a Cop Who Knew Too Much [Prncipe de la ciudad : la verdader a histo -

37ri a d e u n polica qu e saba demasiado] , encontramo s otr o ejempl o de un a verda d dicha falsamente . Como proclam a el subttulo, se trat a presuntament e de hechos reales, no ficticios. Rober t Leuc i es el agente de polica convertido en informant e clandestin o de los fiscales de l gobiern o federa l que queran obtene r prueba s d e corrupci n delictiv a entr e los policas, abogados, inspectores con narcotrficantes y miembro s de la Mafia . Recogi la mayo r part e de las pruebas gracias a un a grabador a escondid a entr e su s ropas . E n determinad o moment o se sospecha que podra ser un informant e de las auto ridades; si lo descubren con el aparat o su vida correr peligro . Leuc i est habland o con De Stefano, un o de los criminale s de los qu e quier e obtener pruebas;"N o nos sentemos hoy junt o al tocadiscos, si no no podr grabart e nada l e dice."N o veo la graci a contest a De Stefano."Leuc i comenz a jactars e de que de veras trabajab a par a el gobierno , lo mism o que la camarer a que se vea al otr o lado del saln, y que llevab a el transmiso r escondido en la.. .'Todo s se riero n del chiste , pero De Stefano lo hizo con un a sonrisit a forzada". 1: 1Leuc i pone en ridculo a De Stefano con su verda d desfacha tada : lo ciert o es que no puede graba r bie n cerca del tocadiscos, y que trabaj a par a e l gobierno. A l admitirl o ta n descaradamen te y bromea r sobre la camarer a que tambin llev a un micrfonoescondido en los sostenes o entr e las piernas , Leuc i hace que a De Stefano le sea difcil seguir sospechando de l si n parecer u n necio.Un ardi d semejante al de decir falsament e un a verda d es ocultarl a a medias . Se dice la verdad , pero slo de maner a parcial . Un a exposicin insuficiente , o un a que deja fuer a el element o decisivo, permit e a l mentiros o preserva r e l engao si n deci r de hecho nad a que falt e a la verdad . Poco despus del incident e de la llamad a telefnica, Jerr y est en la cama con su esposa y arrimndosele le pid e que le dig a a quin quiere :"T e quier o a ti contest a ella , y a todas las palomas que hay en ese rbol, y a todos los perrito s del pueblo salvo los

38que se abalanza n sobre nuestr o cubo de la basura , y a todos los gatos salvo a) que me la dej preada a Lul. Y quier o a todos los baistas de la playa y a todos los policas del centro , con excepcin de aqul que me peg un grit o por haber dado vuelt a en la avenida . Y quier o a todos tu s espantosos amigos, en espe cia l cuando estoy un poco borracha.. ."Y qu te parece Dic k Mathias ? [e l amant e de Ruthl . "N o m e interes a dijo". 1 4Otr a tcnica que permit e al mentiros o evita r decir algo que falt e a l a verda d e s l a evasiv a por inferenci a incorrecta . E l columnist a de un peridico describi humorsticamente cmo es posible apela r a ell a par a resolve r el conocido intrngulis de tener que emiti r un a opinin ant e la obr a de un amigo cuando esa obra a un o no le gusta. Supongamos que es el da de la inau guracin de su exposicin de cuadros . Un o piens a que los cuadros de su amigo son un espanto, pero hete aqu que antes de poder deslizarse hacia la puert a de salida nuestr o amigo viene a estrecharnos la mano y si n demora nos pregunt a qu opinamos:'Oh , Jerry ' l e contestaremo s (suponiend o que nuestr o artist a se llam e Jerry) , y mirndol o fijo a los ojos como si estu viramos embargados po r l a emocin , aadiremos: 'Jerry , Jerry , Jerry!' . N o hay que soltarl e l a man o e n todo este tiemp o n i deja r d e mirarl o fijo . Ha y u n 9 9 por ciento d e probabilidade s de que Jerr y finalmente se liber e de nuestr o apretn de mano , farfull e un a frase modesta y siga adelante.. . Clar o que ha y variantes . Por ejemplo, adopta r el tono altaner o de un crtico de art e y la tercera persona gramatica l invisible , y dividiend o en dos etapas la declaracin, decir: 'Jerry . Je-rry , Qu podra uno decir?'. 0 bajand o el ton o de voz, m s equvocamente :'Jerry.. . N o encuentr o palabras' . O con u n poquit o ms d e irona: 'Jerry ; todo el mundo , todo el mundo, habl a de ti ' ". isL a virtu d d e est a estratagema , como l a d e l a verda d a medias o la de decir la verda d falsamente , consiste en que el mentiros o no se ve forzado a falta r en modo algun o a la verdad . Si n embargo , consider o qu e sta s son mentira s d e toda s maneras , porque hay un propsito deliberad o de despistar al destinatari o sin darl e ningun a notificacin previa .

39Alg n aspecto de l comportamient o de l mentiros o pued e traiciona r esta s mentiras . Existe n dos clases de indicio s de l engao : u n erro r puede revela r l a verdad , o bie n puede sugeri r que lo dich o o lo hecho no es ciert o sin po r ell o revela r qu es lo cierto . Cuand o por erro r u n mentiros o revel a l a verdad , y o l o llam o autodelacin*; y llam o pista sobre el embuste a las carac tersticas de su conducta qu e nos sugiere n que est mintiend o pero n o nos dice n cul e s l a verdad . S i e l mdico d e Mar y not a que ell a se retuerc e las mano s al mism o tiemp o que le dice que se siente mu y bien , tendr un a pist a sobre su embuste , un a razn par a sospechar qu e ell a le miente ; pero no sabr cmo se siente realment e podra esta r rabiosa por l a mal a atencin que se le brind a en el hospital , o disgustad a consigo misma , o temeros a po r s u futuro , salvo que ell a cometa un a autodela cin. Un a expresin de su rostro , su tono de voz, un desliz verba l o cierto s ademanes podran trasluci r sus autnticos sentimientos .Un a pist a sobre e l embuste responde a l interrogant e d e s i el sujet o est o no mintiendo , pero no revel a lo que l oculta : slo un a autodelacin puede hacerlo. Co n frecuencia , eso no importa . L a pist a sobre e l embust e e s suficient e cuand o l a cuestin es saber si la persona miente , ms que saber qu es lo que oculta . E n ta l caso n o s e precisa ningun a autodelacin. L a informacin sustrada puede imaginarse , o no viene al caso. Si un gerent e percibe, gracia s a un a pist a de este tipo , que el candidat o que se present par a el cargo le est mintiendo , con eso le basta , y no necesita ningun a autodelacin de l candidat o par a toma r l a decisin d e n o emplea r e n s u empresa a u n mentiroso .Pero no siempr e basta. A veces es important e conocer con exactitu d l o que s e oculta . Descubri r qu e u n emplead o d e confianza ha incurrid o en un a malversacin de fondos puede ser insuficiente . Quizs un a pist a dej entreve r su embuste , y dio luga r a un a confrontacin y un a confesin de su parte . Pero

* "Leakage", trmino que literalmente significa "filtracin" como la que produce un a gotera en un a caera. [T. l

40por ms que el asunt o haya quedado zanjado, se hay a despedi do a ese sujeto , hay a terminad o la causa judicia l que se le inici, el patrn seguir tratand o de obtener un a autodelacin para averigua r cmo lo hizo , y qu destino le dio a ese dinero . S i Chamberlai n hubier a detectad o algun a pist a sobre e l embuste de Hitle r quizs habra sabido que ste le estaba mintiendo , pero en tales circunstancia s le habra sido ms til an conseguir que le delatase sus planes de conquist a o hast a dnde pensaba llevarlo s adelante.Ha y ocasiones en que la autodelacin slo proporcion a un a part e de la informacin que la vctima necesita conocer: trans mit e ms que la pist a sobre el embuste , pero no todo lo que se ha ocultado. Recordemos el episodio ya mencionado de Marry Me, de Updike . Rut h se vi o presa del pnico porqu e no saba cunto haba escuchado su esposo de la conversacin telefnica que ell a hab a mantenid o con s u amante . Cuand o Jerr y s e dirigi a ella , ta l vez Rut h hicier a algo que dejase trasluci r su pnico (u n temblo r en los labios, un fugaz enarcamient o de las cejas). E n ese contexto , u n indici o ta l sera suficient e par a saber qu e estab a mintiendo , pues.. . po r qu otr o motiv o podra preocuparl e que su esposo le hicier a esa pregunta ? Ahor a bien , dich a pist a nada le dira a Jerr y en cuant o a la mentir a en s, ni con quin estaba habland o ella . Jerr y obtuv o part e de esa informacin porque la voz de Rut h la autodelat. Al explicarle por qu motiv o no crea en lo que ell a le haba dicho sobre su interlocuto r telefnico, Jerr y le dice:"Fu e por tu tono de voz."En serio? Y cmo era? ell a quiso lanza r una risita nerviosa."E l mir al aire , como s i s e tratas e de u n problem a esttico. Se vea cansado, y con el cabello cortado al ras pareca ms jove n y ms delgado."Er a un tono distint o al de costumbre dijo . Er a la voz de un a mujer ."Eso es lo que soy: un a mujer ."Pero conmigo usas un a voz de chiquill a continu l". I ( La voz que haba usado Rut h no era la que usara con una

4 1emplead a d e l a escuel a dominical , sin o m s bie n con u n amante . Ell a trasunt a que e l engao d e Rut h probablemente est referid o a un asunt o amoroso, aunqu e todava no le dice a su marid o cm o es toda la historia . Jerr y no sabe an si el idili o acaba de comenzar o est avanzado; tampoco sabe quin es el amant e de su mujer . No obstante , sabe ms de lo que habra podido averigua r con un a pist a sobre su embuste, que a lo sum o le habra informad o que ell a menta.

Defin antes la mentir a como un a decisin deliberada de despista r a un destinatari o si n darl e un a notificacin previ a de dicho propsito. Ha y dos formas principale s de mentira : el ocul - tamiento , o sea, el hecho de no transmiti r tod a la informacin, y el falseamient o o presentacin de informacin falsa como si fuer a verdadera . Otro s modos de menti r son despistar al otr o reconociendo la emocin propi a pero atribuyndola a un a causa falsa , decir falsament e l a verdad , o admiti r l a verda d pero d e un a maner a ta n exagerada o irnica que el destinatari o se vea desorientado o no reciba informacin alguna ; el ocultamient o a medias , o admisin de un a part e nicamente de la verdad , a fin de desvia r el inters del destinatari o respecto de lo que todava permanece oculto ; y la evasiva por inferenci a incorrecta , o decir la verda d pero de un modo que impliqu e lo contrari o de lo que se dice.Ha y dos clases de indicios del engao: indicio s revelatorios que, inadvertidamente , ponen l a verda d a l desnudo, y simples indicio s de mentira , cuando el comportamient o mentiros o slo revela que lo que l dice no es cierto .Tant o los indicio s revelatorio s (autodelacin ) como los simple s indicio s de mentir a son errore s que comete un mentiro so. Pero no siempr e los comete. No todas las mentira s falla n en sus propsitos. En el prximo captulo explicaremos por qu alguna s s.

42

Po r qu falla n la s mentira s

La s mentira s falla n por muchos motivos . Quiz l a vctima del engao descubra accidentalmente l a verda d a l encontra r u n documento escondido o un a manch a de barr a de labios en un pauelo. Tambi n puede ocurri r que otr a persona delat e a l mentiroso : u n colega envidioso, un a esposa abandonada , u n informant e que ha sido pagado par a ello , son alguna s de las fuentes bsicas de deteccin de los engaos. Si n embargo, lo que aqu nos import a son los errores cometidos durant e el acto mismo d e menti r contr a l a volunta d del que miente , conductas que lleva n sus mentira s al fracaso. La pist a sobre el embuste o la autodelacin puede presentarse en un cambio de la expre sin facial , un movimient o de l cuerpo, un a inflexin de la voz, e l hecho d e traga r saliva , u n ritm o respiratori o excesivamente profund o o superficial , larga s pausas entr e las palabras , u n desliz verbal , un a microexpresin facial , u n ademn que n ocorresponde. La cuestin es: por qu no puede n evita r los mentirosos estas conductas que los traicionan ? A veces lo consi guen. Ha y mentira s ejecutadas hermosamente , si n que nad a de lo que se dice o hace las trasluzca. Pero por qu no sucede esto en todos los casos? Las razones son dos, un a de ellas vinculad a con los pensamientos y la otr a con los sentimientos .

43MALO S PLANE S

N o siempr e los mentiroso s prevn e n qu moment o necesi tarn mentir ; n o siempr e tiene n tiemp o d e prepara r e l pla n que ha n d e seguir, ensayarl o y memorizarlo . E n e l episodio citad o de la novel a Marry Me, de Updike , Rut h no previ o ques u marido , Jerry , l a oira habla r por telfono con s u amante . L a histori a que invent a sobre l a march a qu e haban llamad o de la escuela dominica l par a saber si inscribira a sus hijos l a traiciona , porqu e n o concuerd a con l o qu e s u marid oescuch.Au n cuand o e l mentiros o teng a l a oportunida d d e preparar se por adelantad o y de monta r cuidadosamente sus planes , ta l vez no sea lo bastant e sagaz como par a anticipa r todas las pregunta s que pudiera n hacrsele o par a medita r sus respues tas. Y hast a puede suceder que su sagacidad no alcance, ya que cambios inslitos en las circunstancia s quiz den po r tierr a con u n pla n que, d e l o contrario , habra resultad o eficaz. Durant el a investigacin judicia l po r e l caso Watergate , e l jue z federal Joh n J . Siric a describi u n problem a d e esta ndole a l explica r sus reacciones ant e el testimoni o de Fre d Buzhardt , asesor especial de l president e Nixon : "E l prime r problem a que enfren t Fre d Buzhard t a l trata r d e justifica r e l hecho d e que falta ra n cinta s grabadas fue conseguir que su histori a fuese cohe rente . E l prime r da d e l a audiencia , Buzhard t manifest que n o haba ningun a cint a d e l a reunin mantenid a por e l presi dente con Dea n el 15 de abri l a raz de que (...) haba fallad o un cronmetro. (...) Pero poco despus modific esta explicacin primitiva . [Buzhard t se haba enterad o de que podran llega r a conocerse otra s pruebas que demostrase n que los cronmetros haba n funcionad o perfectamente. ] Dij o entonce s qu e l a reunin de l 15 de abri l con Dea n (...) no haba sido grabad a porque las dos cintas disponibles estaba n llenas con lo registra do el da anterior , durant e el cua l se haban llevado a cabo mucha s reuniones". 1 Aunqu e las circunstancia s n o obligue n a l mentiros o a cambia r sus planes , alguno s tiene n dificulta d par a recorda r e l pla n que haban resuelt o segui r primitivamente ,

44con el fin de poder responder prest a y congruentement e a las nuevas pregunta s que se les formulan .Cualquier a de estos fallos n o anticipa r en qu moment o ser preciso mentir , no saber inventa r un pla n adecuado a las circunstancia s cambiantes , no recorda r el pla n que uno ha deci dido seguir genera indicio s del engao fcilmente detecta- bles. Lo que el sujeto dice es en s mism o incoherent e o bie n discrepa con otros hechos incontrovertible s qu e ya se conocen en ese momento , o que se revela n m s tarde . Estos indicio s obvios de l engao no son siempr e ta n confiables y directo s como aparentan . Un pla n demasiado perfecto y sin tropiezos puede delata r a un estafador qu e se la s piens a todas. Par a peor, algunos estafadores, sabient o esto, cometen deslices deli berados a fin de no parecer perfectos. El cronist a e investigado r Jame s Phela n describi u n caso fascinant e e n s u relat o sobre l a fals a biografa de Howar d Hughes .Haca aos que nadie haba vist o a Hughes , lo cua l no haca sino aumenta r l a fascinacin del pblico ant e este multimillo nari o que rodaba pelculas de cine , er a dueo de un a compaa area y de la mayor casa de juegos de azar en Las Vegas. Haca tant o tiemp o que nadie lo vea, que hast a se lleg a duda r de que estuvier a vivo . Fu e sorprendent e que un a person a ta n recluid a autorizas e a alguie n a escribi r su biografa, y si n embargo eso es lo que sostuvo haber hecho CiiTord Irvin . La editoria l McGraw-Hil l le pag 750.000 dlares por publicarla , y la revist a Life 250.000 dlares po r reproduci r slo tres frag mentos.. . y todo result u n fraude ! Cliffor d Irvin g er a "...u n gra n estafador , un o d e los mejores . H e aqu u n ejemplo . Cuando lo indagamos por separado vario s de nosotros, tratand o de que nos dier a pormenores de su histori a fraguada , jam s cometi el erro r de contarl a dos vetes de la mism a manera . Inclua pequeas discrepancias, y cuando se las mencionba mos, las admita enseguida. Un estafador comn y corrient e habra inventad o un a histori a perfecta e n sus ms mnimos detalles, par a poder narrarl a un a y otr a vez sin apartars e un a coma. U n hombr e honest o comet e po r l o com n pequeo s errores , particularment e si debe relata r un a histori a larg a y

45complicad a como la de Clibrd, Pero ste er a lo bastant e sagaz f como par a saberlo, y ofreci un a soberbia personificacin de un < hombr e honesto. Si lo sorprendamos en algo que pareca estar < en contr a de l, espontneamente nos deca: "Ay , ay, eso no me ( favorece, n o es as? Si n embargo , las cosas sucedieron como les s digo". Transmita la image n de un hombr e sincero, aunqu e le t perjudicase.. . y po r otr o lad o nos soltab a un a mentir a tra s t otra" . 2 Contr a est a clas e d e sagacida d n o ha y protecci n ] posible: los estafadores ms habilidosos logran, de hecho, sus propsitos. Pero no todos los que miente n son ta n tortuoso s en < su engao. La falt a de preparacin o la imposibilida d de recorda r el t pla n adoptado puede ofrecer indicio s en cuanto a la form a de formular el plan , aunque no hay a ningun a incongruencia en su contenido. La necesidad de pensa r de anteman o cada palabr a i antes de decirl a de sopesar todas las posibilidades, de buscar i el trmino de idea exactos se evidenciar en las pausas, o bien , ms sutilmente , en un a contraccin de los prpados o de las cejas y en ciertos cambios en los gestos y ademanes (como explicamos con ms detall e en los captulos 4 y 5). No es que la s consideracin cuidadosa de cada palabr a antes de pronunciarl a < sea siempr e seal de engao, pero en ciertas circunstancia s lo < es. Cuand o Jerr y le inquier e a Rut h con quin estaba habland o i por telfono, cualquie r signo de que ell a estaba seleccionando ( minuciosament e las palabra s a l responder indicara s u mentira . c

MENTIRA S RELACIONADA S CO N LO S SENTIMIENTO S PROPIO S ,

El hecho de no habe r pensado de antemano , programad o < minuciosament e y ensayado el pla n falso es slo uno de los ; motivo s po r los cuales se cometen deslices que ofrecen pista s < sobre el engao; los errore s se deben asimism o a la dificulta d { de oculta r las emociones o de inventa r emociones falsas. No ( tod a mentir a llev a consigo un a emocin, pero las que s l a implican , causan al mentiros o problemas particulares . Ciert o i es que el intent o de oculta r un a emocin en el instant e mism o 1

46en que se la siente podra traslucirs e en las palabra s emplea das, pero salvo que se incurr a en algn desliz verbal , por lo comn eso no sucede. A menos que el mentiros o tenga el deseo de confesar lo que siente , no necesita poner en palabra s sus sentimiento s ocultos ; e n cambio , l e queda n menos opciones cuando se trat a de oculta r un a expresin facial , un a acelera cin de los movimiento s respiratorio s o un endurecimient o de la voz.Cuando se despierta n emociones, los cambios sobrevienen automticamente, sin da r cabida a la opcin o a la deliberacin. Se producen en un a fraccin de segundo. En Marry Me, cuand o Jerr y acusa a Rut h de mentir , sta no tien e dificulta d en calla r su "S, es cierto , he mentido!" ; pero el pnico que le da el ser sorprendida en su engao se aduea de ella y produce seales visibles y audibles. Ese pnico no es algo que ell a pueda elegi r ni detener: est ms all de su control . Y esto, a mi juicio , es algo fundamental , propi o de la naturalez a de la experienci a emocional.Las personas no escogen deliberadamente el moment o en que sentirn una emocin; por el contrario , lo comn es que viven - cien las emociones como algo que les sucede pasivamente, y en el caso de las emociones negativa s (el temor , la ira) , contr a su voluntad . No slo hay pocas opciones en lo tocante al moment o de experimenta r un a emocin, sino que adem s nos damos cuenta de que no tenemos demasiado par a elegir en cuanto a manifestar o no ante los dems sus signos expresivos. Rut h no poda, simplemente, elegir no mostra r ningn signo de pnico; no haba ningun a perill a que pudiese apreta r par a relajarse y detener sus reacciones emocionales. Y si la emocin es demasia do intensa , puede ser imposibl e inclus o controla r la s propia s acciones. Un a fuerte emocin explica, aunque no siempre justifi ca, comportamientos inapropiado s "N o tuv e la intencin de gritart e fo de golpear la mesa, o de insultarte , o de dart e un golpe), pero perd la paciencia, no me pude controlar" .Cuando un a emocin va surgiend o en form a paulatin a y no repentina , y si comienza en un bajo nive l (molesti a en vez de furia) , los cambios en la conducta son pequeos y relativamen -

47t e sencillo s d e oculta r s i un o s e d a cuent a d e l o qu e est sintiendo . Pero la mayora de las personas no se da n cuenta. Cuand o un a emocin empieza gradualment e y se mantien e con poca intensidad , ta l vez sea m s notabl e par a los dems que par a uno ; y no se la har consciente hast a que se hay a vuelt o fuerte . Pero cuand o se ha vuelt o fuerte , es much o ms difcil controlarla ; oculta r los cambios que entonces se producen en el rostro , e l rest o de l cuerp o y l a voz genera un a luch a interior . Aunqu e el ocultamient o teng a xito y la emocin no trascienda , a veces se advertir la luch a mism a y ser un a pist a sobre el embuste.Oculta r un a emocin no es fcil, pero tampoco lo es inven ta r un a n o sentida , aunqu e n o hay a otr a emocin que disimula r con sta. No bast a con decirse "Estoy enojado" o "Tengo miedo": el embuster o debe mostrars e y sona r enojado o temeroso si quier e que le crean . Y no es sencillo convocar los movimiento s adecuados, los cambios particulare s de la voz, requerido s par a simula r l a emocin . Ha y cierto s movimiento s faciales , po r ejemplo , que poqusima s persona s estn en condiciones de ejecuta r de modo voluntari o (los describimos en el captulo 5). Estos movimiento s de difcil ejecucin son vitale s par a que el falseamient o d e l a tristeza , e l temo r o l a ir a tenga xito.E l falseamient o s e vuelv e tant o ms ardu o cuant o mayo r e s l a necesida d qu e ha y d e l: par a contribui r a oculta r otr a emocin . Trata r d e parece r enojad o n o e s sencillo , per o s i encim a e l sujeto que quier e parecerlo tien e miedo e n realidad , se sentir desgarrad o por dentro : un a serie de impulsos , prove niente s d e s u temor , l o empujarn e n un a direccin, e n tant o que su intent o deliberad o de parecer enojado lo empujar en la direccin opuesta. La s cejas, po r ejemplo, se arquea n involun tariament e cuand o se siente miedo , pero si en cambio lo que se desea es simula r enojo, hay que frunci r el ceo. Con frecuencia, son los signos de esta luch a intern a entr e lo que se siente de veras y la emocin fals a los que traiciona n al mentiroso .Qu decir de la s mentira s que no involucra n emociones, la s mentira s acerca d e planes , ideas, acciones, intenciones , hechos o fantasas? Se trasluce n en la conducta de l mentiroso?

48SENTIMIENTO S PROPIO S RELACIONADO S CO N L A MENTIRA S

N o todo engao implic a oculta r o falsea r un a emocin. L a empleada de banco que cometi un desfalco lo nico que ocult a es que rob dinero . El que plagi a ocult a que ha tomad o un a obra ajena presentndola como propia . El galn vanidoso de mediana edad ocult a su edad ante su amante , se tie las canas y afirm a tene r siete aos menos. Pero aunque la mentir a puede no esta r referid a a un a emocin, igualment e la s emociones suelen participa r e n ella . A l galn ta l vez l e moleste e n e l fondo su vanidad , y par a triunfa r en su engao tendr que ocultar , no slo su edad, sino esa molestia . El que plagi a puede senti r desdn por los lectores a quienes ha desorientado; no