Diario de a bordo “Lo que no hacemos consciente, se manifiesta en vuestra vida como destino” (Carl Jung) De nuestra resistencia a no ver la vida como un aprendizaje seguimos sufriendo por no aceptar las circunstancias que hemos cocreado con nues- tros pensamientos, decisiones y acciones. Esa se- ría desde nuestro punto de vista, la circunstancia que les ha llevado al centro a los chavales, pero tienen algo muy precioso: todo el tiempo y las ganas para el aprendizaje. Cuando uno dedica su tiempo, energía y pasión al otro, le está dado valor, y esa es la esencia de nuestro paso por el centro, pero también la de fijar la atención en ellos, los grandes olvidados.
Diario de a bordo de nuestro proyecto solidario con el Centro de Educación e Internamiento por Medida Judicial de Zaragoza de Juslibol.
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Diario de a bordo “Lo que no hacemos consciente, se
manifiesta en vuestra vida como destino”
(Carl Jung)
De nuestra resistencia a no ver la vida como un aprendizaje seguimos sufriendo por no aceptar las circunstancias que hemos cocreado con nues-tros pensamientos, decisiones y acciones. Esa se-ría desde nuestro punto de vista, la circunstancia que les ha llevado al centro a los chavales, pero tienen algo muy precioso: todo el tiempo y las ganas para el aprendizaje.
Cuando uno dedica su tiempo, energía y pasión al otro, le está dado valor, y esa es la esencia de nuestro paso por el centro, pero también la de fijar la atención en ellos, los grandes olvidados.
26 de septiembre de 2015 Estamos un poco nerviosos, llevamos muchos meses metidos en este proyecto, buscando patro-cinadores para conseguir el material, voluntarios, y hoy es el día de ponerlo en práctica. Nuestro primer contacto con los chicos. Esta es la foto del primer día, antes de entrar:
Somos cons-cientes de que tendremos que ir adaptando cada sesión conforme va-yamos viendo la respuesta de los chavales, así que hoy podemos decir que todo es improvisación. Llegamos al
centro y una vez pasado el control acceso lleva-mos todos los patines y protecciones a un pabe-llón polideportivo que ya nos gustaría a muchos patinadores tener para los días de cierzo y lluvia. A los cinco minutos entran los chicos, a los que llamaremos con nombres ficticios para conservar su privacidad. Son ocho adolescentes alegres y con ganas de diversión.
Emilio es el primero que se presenta estrechán-donos la mano uno a uno y dándonos la bienveni-da. Una vez han entrado todos en el pabellón, nos presentamos, les explicamos un poco por encima el por qué estamos allí con ellos y les ayudamos a colocarse los patines y las protecciones. Algunos ya salen disparados al centro de la pista sin apenas hacer caso a las instrucciones… y sin saber apenas patinar. Tras un intento en vano de explicar un poco teoría sobre el patinaje, optamos por pasar al juego de inmediato, algo que agradecen. Entre caídas, carreras y risas, la hora y cuarto programada pasa muy rápida. Son inagotables. Los tropezones y caídas no son un obstáculo para volver a ponerse en pie. Es hora de despedirse hasta la próxima visita. En sus sonrisas se ve que han disfrutado. Nosotros también, y, ¿por qué no decirlo? Estamos un po-co agotados, pero esperando que llegue el próxi-mo día.
10 de octubre de 2015 Son las fiestas del Pilar, e Hilario se queja de no poder disfrutarlas, le decimos que va a apren-der a patinar y que estamos allí con ellos y para ellos, a su preguntas ¿podré vivir del patinaje? nos hace darnos cuenta que están preocupados por su futuro y que reflexionan mucho. Pasa-mos al juego e intentamos di-sipar las nu-bes. A veces son temerarios, la velocidad y que no con-trolan sus energías enci-ma de los pa-tines, nos hace estar muy pendientes de que no se lesionen. Se apasionan con los juegos, ocho en una portería por donde tiene que pasar un no-veno, no impide que consiga su objetivo, se tira en plancha y lo consigue. No salimos de nuestro asombro, el objetivo es ganar.
Emilio nos cuenta que quiere se cocinero, hoy nos pide permiso para marcharse un poco antes, a las 20 horas empieza su clase de cocina. He-mos quedado que cuando termine su estancia en el centro nos preparara una paella.
Nos marchamos como cada día con la sensa-ción de haber llenado las al-forjas y de ha-ber disfrutado del momento con la misma intensidad con la que ellos lo viven.
24 de octubre de 2015 Hoy hemos preparado juegos nuevos. Es tal la energía que acumulan y las ganas de di-versión que en algunos juegos cuesta seguirles. Con cuerdas jugamos a pasar por debajo, redu-ciendo cada vez más la altura y obligado a que se agachen patinando. Prueba superada. El juego de los pañuelos es más caótico: se ex-plican las normas del juego, todos deben llevar un pañuelo en el bolsillo de atrás del pantalón y de-ben intentar coger los que llevan los demás com-pañeros, sin dejarse coger el suyo propio.
Poco duran estas normas porque el juego ad-quiere veinte variantes distintas entre carreras, persecuciones y caídas. Las protecciones están haciendo correctamente su función y aunque Antonio es reacio a colo-cárselas, finalmente lo asume, entendiendo que son necesarias. Antes de irnos les preguntamos qué juegos les han gustado más. Carlos nos responde riéndose: “Los Gavilanes”. Así que el próximo día lo repe-tiremos.
7 de noviembre de 2015 Juan, siente interés por nuestras vidas, ¿tú tienes hijos? ¿Cuántos? ¿Estás casada? ¿Cuánto tiempo hace?. Hoy se ha incorporado Fernando , es muy simpá-tico y un gran adulador, tiene una sonrisa pícara, dice que patina desde los ocho años, la educado-ra le pide que no engañe a los profesores.
Cada vez los lazos con los chavales son mayores, la relación es más fluida, priman las bromas, sienten interés por nuestras vidas y disfru-tamos como enanos de los juegos. Utilizamos un frisbee, tanto voluntarios como chavales se entregan a fondo en cada juego y no se
gana fácil, lo pelean hasta el final. Les hemos preguntado si se lo han pasado bien, son muy agradecidos y dicen que para ellos nues-tra visita al centro es un acontecimiento. Hemos salido todos con un gran sonrisa y suda-dos.
21 de noviembre de 2015 “Aquí hay de todo, hasta delincuentes…” De esta forma divertida nos reciben hoy los chavales. Les hemos pedido que formaran parte de este diario y que colaboren si les apetece con algún texto o algún dibujo sobre la actividad. Y sorpre-sa, los chavales hacen rap, sí, rap… nos han pedi-do nuestros nombres para que formaran parte de la canción, incluso tienen colgada en alguna en el portal YouTube. Cuanto más les conocemos más nos asombran. Hoy hemos jugado al pañuelo, y hay un claro ga-nador siempre estos juegos Umberto. Patina bien, es veloz y es un gran ganador. Le hemos pedido que ante la duda de la última parte del juego, se repitiera el mismo, y así se ha hecho, ganando de nuevo. Eso sí, el pañuelo lo ha pedido como premio, y se lo hemos regalado, hace bien las co-sas y hay que incentivarlos.
La foto de grupo de esta sesión es den-tro del polide-portivo, en homenaje a ellos, con el escude de su equipo. Son grandes jugado-res: hoy han marcado diez goles, y hoy en especial Hugo, que es muy bueno, es el pichichi de la liga.
Aquí no hay delincuentes, solo hay personas que han cometido un error, o varios, pero que son muy jóvenes y pueden decidir cambiarlo.
5 de diciembre de 2015 La visita de hoy tiene doble premio, sobre todo para nosotros: nos han dedicado una poesía y por fin tenemos una fotografía con ellos.
19 de diciembre de 2015 Hoy nos hemos disfrazado de Mamá Noel y de Duendes, llevamos gominolas para los que gana-ron el circuito en la jornada anterior, y regalos para celebrar con ellos la Navidad. Llegamos al Pabellón y una parte de los chava-les no están, tenían partido fuera del centro, pero tenemos un nuevo patinador: Alex, y tam-bién hemos recuperado a Joan, se escapo del centro, estaba sancionado y entre otras cosas no podía acudir a las clases de patinaje.
Celebramos las nuevas incorporaciones y co-menzamos los juegos. Alex ha patinado muy poco y uno de los voluntarios se dedica a en-señarle a frenar antes de participar. Álvaro ha tenido un mal día y no quiere poner-se los patines. Llegamos a un acuerdo con él y será juez: medirá los tiempos y se preocupará de que no hagamos trampas. Los juegos trans-
curren como siempre: entre risas, caídas y bromas.
Acabamos la clase con el reparto de regalos, les hemos llevado camisetas de ZR que hemos comprado entre todos, se emocionan con el re-galo y recibimos muchos abrazos. Cuando lle-gamos por vez primera al centro nos pregun-taron si éramos todos familia porque utilizá-bamos la misma camiseta, ahora ellos también forman parte de esa gran "familia ZR".
22 de diciembre de 2015 Hemos recibido un correo del coordinador téc-nico del centro de menores:
“Esta es la tarjeta de Navidad que ganó el concurso de postales navideñas organizado en el centro con los chi-cos. Con ella me gustaría trasmitiros mis mejores deseos para estas fiestas y para el próximo año. Que nuestros anhelos personales y profesionales puedan ir avanzando poquito a poco con el fin de alcanzar más momentos de felicidad en nuestro día a día. Agradeciendo vuestra colaboración con el centro y el compromiso con los chicos, transmite por favor a los compañeros, profes y voluntarios nuestra felicitación. Un afectuoso saludo. Jose Luis”