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Paloma, palomita Alejandra Palazzo
18

Palomafinal

Jul 29, 2016

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Page 1: Palomafinal

Paloma, palomita

Alejandra Palazzo

Page 2: Palomafinal
Page 3: Palomafinal

La petisa, rubia con pinta de cuchillera. Mi analista. Sabía

muchas cosas esa mujer, ademaás de psicología.

Matemática, física, química, filosofía, medicina tibetana,

floricultura y jardinería.

Así dieciocho sesiones, hasta que un día

me preguntó: qué es para vos el amor?

- Ehhh, bué... otra vez con la filosofía -

rezongué. Silencio. - Qué sé yo lo que

es el amor! El amor es milanesa con

papas fritas. - Ah!- me dijo- algo que se

prepara - agregó con ese tonito carac-

terístico. - Un plato elaborado, conti-

nuó.-Sí- ledije-Tengo todos los ingre-

dientes, sé cocinar como los dioses,

pero me falta un comensal. Qué hago?

pongo un aviso en la Para Ti?

A veces sonreía pensativa y ese dia,

después de encender un cigarrillo se

acomodó en su sillón y me largó

lafórmula. -Mirá- expresó con voz

maternal y consejera - (sonamos,

pensé,

agarrate ínconciente que ahf viene el

taladro).

Largos debates acerca de la soledad, los fracasos del amor -

verás que todo es mentira.- sola despiadadamete sola y

edíptica -parecemos ya ves, dos extraños.

Dos veces por semana contame tu condena. La pregunta era

simpre la misma: a mí nunca más me va a tocar la varia del

amor? Y a demaás, tratar de explicarle a la licenciada que una

no es que no esté abierta para que suceda el esperado

encuentro, es que los demás están más cerrados que el

Italpark , o el Hogar Obrero. Que ponerse en pareja no es ir a

comprar mueble de caña al Tigre, o encargar una de muzzare-

lla por teléfono. Y que no sé si...

Conocía a los Fabulosos Cadillacs, la influencia de Bob Dylan

en la armónica de León Gieco y todas las cremas para la

alergia. Sabía de todo. Hasta del amor. El caso es que, por quel

tiempo, mis sesiones giraban en torno a uno de los temas más

preocupantes para los pacientes con síndrome de "por qué

justo a mi, no?".

Page 4: Palomafinal

La petisa, rubia con pinta de cuchillera. Mi analista. Sabía

muchas cosas esa mujer, ademaás de psicología.

Matemática, física, química, filosofía, medicina tibetana,

floricultura y jardinería.

Así dieciocho sesiones, hasta que un día

me preguntó: qué es para vos el amor?

- Ehhh, bué... otra vez con la filosofía -

rezongué. Silencio. - Qué sé yo lo que

es el amor! El amor es milanesa con

papas fritas. - Ah!- me dijo- algo que se

prepara - agregó con ese tonito carac-

terístico. - Un plato elaborado, conti-

nuó.-Sí- ledije-Tengo todos los ingre-

dientes, sé cocinar como los dioses,

pero me falta un comensal. Qué hago?

pongo un aviso en la Para Ti?

A veces sonreía pensativa y ese dia,

después de encender un cigarrillo se

acomodó en su sillón y me largó

lafórmula. -Mirá- expresó con voz

maternal y consejera - (sonamos,

pensé,

agarrate ínconciente que ahf viene el

taladro).

Largos debates acerca de la soledad, los fracasos del amor -

verás que todo es mentira.- sola despiadadamete sola y

edíptica -parecemos ya ves, dos extraños.

Dos veces por semana contame tu condena. La pregunta era

simpre la misma: a mí nunca más me va a tocar la varia del

amor? Y a demaás, tratar de explicarle a la licenciada que una

no es que no esté abierta para que suceda el esperado

encuentro, es que los demás están más cerrados que el

Italpark , o el Hogar Obrero. Que ponerse en pareja no es ir a

comprar mueble de caña al Tigre, o encargar una de muzzare-

lla por teléfono. Y que no sé si...

Conocía a los Fabulosos Cadillacs, la influencia de Bob Dylan

en la armónica de León Gieco y todas las cremas para la

alergia. Sabía de todo. Hasta del amor. El caso es que, por quel

tiempo, mis sesiones giraban en torno a uno de los temas más

preocupantes para los pacientes con síndrome de "por qué

justo a mi, no?".

Page 5: Palomafinal

La petisa, rubia con pinta de cuchillera. Mi analista. Sabía

muchas cosas esa mujer, ademaás de psicología.

Matemática, física, química, filosofía, medicina tibetana,

floricultura y jardinería.

Así dieciocho sesiones, hasta que un día

me preguntó: qué es para vos el amor?

- Ehhh, bué... otra vez con la filosofía -

rezongué. Silencio. - Qué sé yo lo que

es el amor! El amor es milanesa con

papas fritas. - Ah!- me dijo- algo que se

prepara - agregó con ese tonito carac-

terístico. - Un plato elaborado, conti-

nuó.-Sí- ledije-Tengo todos los ingre-

dientes, sé cocinar como los dioses,

pero me falta un comensal. Qué hago?

pongo un aviso en la Para Ti?

A veces sonreía pensativa y ese dia,

después de encender un cigarrillo se

acomodó en su sillón y me largó

lafórmula. -Mirá- expresó con voz

maternal y consejera - (sonamos,

pensé,

agarrate ínconciente que ahf viene el

taladro).

Largos debates acerca de la soledad, los fracasos del amor -

verás que todo es mentira.- sola despiadadamete sola y

edíptica -parecemos ya ves, dos extraños.

Dos veces por semana contame tu condena. La pregunta era

simpre la misma: a mí nunca más me va a tocar la varia del

amor? Y a demaás, tratar de explicarle a la licenciada que una

no es que no esté abierta para que suceda el esperado

encuentro, es que los demás están más cerrados que el

Italpark , o el Hogar Obrero. Que ponerse en pareja no es ir a

comprar mueble de caña al Tigre, o encargar una de muzzare-

lla por teléfono. Y que no sé si...

Conocía a los Fabulosos Cadillacs, la influencia de Bob Dylan

en la armónica de León Gieco y todas las cremas para la

alergia. Sabía de todo. Hasta del amor. El caso es que, por quel

tiempo, mis sesiones giraban en torno a uno de los temas más

preocupantes para los pacientes con síndrome de "por qué

justo a mi, no?".

Page 6: Palomafinal

La petisa, rubia con pinta de cuchillera. Mi analista. Sabía

muchas cosas esa mujer, ademaás de psicología.

Matemática, física, química, filosofía, medicina tibetana,

floricultura y jardinería.

Así dieciocho sesiones, hasta que un día

me preguntó: qué es para vos el amor?

- Ehhh, bué... otra vez con la filosofía -

rezongué. Silencio. - Qué sé yo lo que

es el amor! El amor es milanesa con

papas fritas. - Ah!- me dijo- algo que se

prepara - agregó con ese tonito carac-

terístico. - Un plato elaborado, conti-

nuó.-Sí- ledije-Tengo todos los ingre-

dientes, sé cocinar como los dioses,

pero me falta un comensal. Qué hago?

pongo un aviso en la Para Ti?

A veces sonreía pensativa y ese dia,

después de encender un cigarrillo se

acomodó en su sillón y me largó

lafórmula. -Mirá- expresó con voz

maternal y consejera - (sonamos,

pensé,

agarrate ínconciente que ahf viene el

taladro).

Largos debates acerca de la soledad, los fracasos del amor -

verás que todo es mentira.- sola despiadadamete sola y

edíptica -parecemos ya ves, dos extraños.

Dos veces por semana contame tu condena. La pregunta era

simpre la misma: a mí nunca más me va a tocar la varia del

amor? Y a demaás, tratar de explicarle a la licenciada que una

no es que no esté abierta para que suceda el esperado

encuentro, es que los demás están más cerrados que el

Italpark , o el Hogar Obrero. Que ponerse en pareja no es ir a

comprar mueble de caña al Tigre, o encargar una de muzzare-

lla por teléfono. Y que no sé si...

Conocía a los Fabulosos Cadillacs, la influencia de Bob Dylan

en la armónica de León Gieco y todas las cremas para la

alergia. Sabía de todo. Hasta del amor. El caso es que, por quel

tiempo, mis sesiones giraban en torno a uno de los temas más

preocupantes para los pacientes con síndrome de "por qué

justo a mi, no?".

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La petisa, rubia con pinta de cuchillera. Mi analista. Sabía

muchas cosas esa mujer, ademaás de psicología.

Matemática, física, química, filosofía, medicina tibetana,

floricultura y jardinería.

Así dieciocho sesiones, hasta que un día

me preguntó: qué es para vos el amor?

- Ehhh, bué... otra vez con la filosofía -

rezongué. Silencio. - Qué sé yo lo que

es el amor! El amor es milanesa con

papas fritas. - Ah!- me dijo- algo que se

prepara - agregó con ese tonito carac-

terístico. - Un plato elaborado, conti-

nuó.-Sí- ledije-Tengo todos los ingre-

dientes, sé cocinar como los dioses,

pero me falta un comensal. Qué hago?

pongo un aviso en la Para Ti?

A veces sonreía pensativa y ese dia,

después de encender un cigarrillo se

acomodó en su sillón y me largó

lafórmula. -Mirá- expresó con voz

maternal y consejera - (sonamos,

pensé,

agarrate ínconciente que ahf viene el

taladro).

Largos debates acerca de la soledad, los fracasos del amor -

verás que todo es mentira.- sola despiadadamete sola y

edíptica -parecemos ya ves, dos extraños.

Dos veces por semana contame tu condena. La pregunta era

simpre la misma: a mí nunca más me va a tocar la varia del

amor? Y a demaás, tratar de explicarle a la licenciada que una

no es que no esté abierta para que suceda el esperado

encuentro, es que los demás están más cerrados que el

Italpark , o el Hogar Obrero. Que ponerse en pareja no es ir a

comprar mueble de caña al Tigre, o encargar una de muzzare-

lla por teléfono. Y que no sé si...

Conocía a los Fabulosos Cadillacs, la influencia de Bob Dylan

en la armónica de León Gieco y todas las cremas para la

alergia. Sabía de todo. Hasta del amor. El caso es que, por quel

tiempo, mis sesiones giraban en torno a uno de los temas más

preocupantes para los pacientes con síndrome de "por qué

justo a mi, no?".

Page 8: Palomafinal

La petisa, rubia con pinta de cuchillera. Mi analista. Sabía

muchas cosas esa mujer, ademaás de psicología.

Matemática, física, química, filosofía, medicina tibetana,

floricultura y jardinería.

Así dieciocho sesiones, hasta que un día

me preguntó: qué es para vos el amor?

- Ehhh, bué... otra vez con la filosofía -

rezongué. Silencio. - Qué sé yo lo que

es el amor! El amor es milanesa con

papas fritas. - Ah!- me dijo- algo que se

prepara - agregó con ese tonito carac-

terístico. - Un plato elaborado, conti-

nuó.-Sí- ledije-Tengo todos los ingre-

dientes, sé cocinar como los dioses,

pero me falta un comensal. Qué hago?

pongo un aviso en la Para Ti?

A veces sonreía pensativa y ese dia,

Ay!~érománticolotuyo!,repliqué.Vol-

vióasonreíry prosiguió. - Para que te

cague una paloma se tiene que

combinar tu trayecto, el trayecto de la

paloma, el tiempo que tarda la

paloma en digerir su alimento, que se

encuentre en

pleno vuelo mientras mueve el intes-

tino, la velocidad del viento en que

planea y la fuerza de gravedad para

que dé justo en el blanco de tu mus-

culosa.Y además esto sucede en el

momento más inesperado. Com-

prendés?

después de encender un cigarrillo se

acomodó en su sillón y me largó

lafórmula. -Mirá- expresó con voz

maternal y consejera - (sonamos,

pensé,

agarrate ínconciente que ahf viene el

taladro).

Largos debates acerca de la soledad, los fracasos del amor -

verás que todo es mentira.- sola despiadadamete sola y

edíptica -parecemos ya ves, dos extraños.

Dos veces por semana contame tu condena. La pregunta era

simpre la misma: a mí nunca más me va a tocar la varia del

amor? Y a demaás, tratar de explicarle a la licenciada que una

no es que no esté abierta para que suceda el esperado

encuentro, es que los demás están más cerrados que el

Italpark , o el Hogar Obrero. Que ponerse en pareja no es ir a

comprar mueble de caña al Tigre, o encargar una de muzzare-

lla por teléfono. Y que no sé si...

Conocía a los Fabulosos Cadillacs, la influencia de Bob Dylan

en la armónica de León Gieco y todas las cremas para la

alergia. Sabía de todo. Hasta del amor. El caso es que, por quel

tiempo, mis sesiones giraban en torno a uno de los temas más

preocupantes para los pacientes con síndrome de "por qué

justo a mi, no?".

Page 9: Palomafinal

Caminé por Charcas en estado

vegetativo más o menos media

hora, tiempo prudencial para

procesar la información con cara

de no me hablen que recién salgo

de terapia. Tomé el colectivo en

Córdoba y cuando estaba llegan-

do a Gascón, el efecto de lo

conversado deslizó mi mirada

hacia los balcones, los techos, los

postes. Empecé a ver palomas,

dulces palomitas, fantaseando

con la escena tan esperada. Por

supuesto, que como uno de lo

que escucha recorta lo que

quiere, me quedé con esa imagen

y descarté inconcientemente eso

de que sucede en el momento

menos esperado. Y como era

sumamente obediente con los

consejos de esta bruja empecé la

cacería.

Lo primero que hice fue conse-

guirme una guía de Capital y

alrededores. Busqué en el plano

El Palomar. Asociando, gracias a

las palabras que me han dado

tanto. Paloma, palomita, Palo

mar. Este era mi destino. Dónde

mejor que en ese barrio. Primer

fin de semana recorriendo la

plaza, parada

en las puertas de la Iglesia, horas

debajo de los palos de la luz.

Nada. Ni una sola. Y bueno, me

dije. A probar suerte a plaza de

Mayo. Congreso. Obelisco.

Corrientes. Abasto. Almagro. San

Telmo. Constitución. Bajo Flores.

Otra esperanza. Belgrano. Tiré

migas para arriba. Nada.

Page 10: Palomafinal

nada

nada

nada

nada

nada

nada

e s l a u l t i m a v e z

Ay!~érománticolotuyo!,repliqué.Vol-

vióasonreíry prosiguió. - Para que te

cague una paloma se tiene que

combinar tu trayecto, el trayecto de la

paloma, el tiempo que tarda la

paloma en digerir su alimento, que se

encuentre en

pleno vuelo mientras mueve el intes-

tino, la velocidad del viento en que

planea y la fuerza de gravedad para

que dé justo en el blanco de tu mus-

culosa.Y además esto sucede en el

momento más inesperado. Com-

prendés?

La velocidad del viernto en que planea.

El tiempo que tarda la paloma en digerir su alimento.

El amor es una combinación. No estás tan errada. Te lo voy a gra�car con otro ejemplo:

Que se encuentreen pleno vuelo mientras mueve el intestino.

Page 11: Palomafinal

En un momento una voló rasan-te sobre mi cabeza y creí sentir algo, un ruidito... ¡justo a mi me tenía que tocar una paloma conflatulencias !, desgraciada! Nada. Ni una meadita. Algo. (Me parece que voy-a cambiar de terapeuta).

Me tomé el subte. De reojo leí en el diario: desastre ecológico. Aves de distintas especies emigran hacia otras latitudes porcontaminación ambiental. Dios mío!, las palomas no ! ... Sentada en la cocina de casa, terminando de hacer la lista del súper, me asaltó un pensamiento de ilumi-nación. Y por qué tiene que ser necesariamente una paloma la que me cague? Si en definitiva hay tanto pájaro suelto por ahí.... Me fui a la feria de Pompeya. Me compré cuatro cotorras, ocho canarios, cuatro blancos y cuatro amarillos, cinco jilgueros, dos torcacitas, un venteveo y un pájaro carpintero, por las dudas.Los solté a todos en el cuartito de arriba y me pasé el fin de semana sentada en el galponcito, en un silloncito de lona playera, con el mate y la radio, que cada tanto pasaba a Serrat y su "se equivocó la paloma, se equivoca-

ba". Nada. Me la pasé limpiando las cagadas en el piso, las chapas del jaulón, hasta en la perilla de la radio me cagaron pero a mí, lo que se dice a mí, nada! Y hay que embocarla en la punta de la ante-nita, carajo!

A mí me invitaron unos amigos a Córdoba. En el viaje me hablaron de la sierra de los comen-chingones, de las águi-las y los halcones que decían que eran impresionantes.

En un momento una voló rasan-te sobre mi cabeza y creí sentir algo, un ruidito... ¡justo a mi me tenía que tocar una paloma conflatulencias !, desgraciada! Nada. Ni una meadita. Algo. (Me parece que voy-a cambiar de terapeuta).

Me tomé el subte. De reojo leí en el diario: desastre ecológico. Aves de distintas especies emigran hacia otras latitudes porcontaminación ambiental. Dios mío!, las palomas no ! ... Sentada en la cocina de casa, terminando de hacer la lista del súper, me asaltó un pensamiento de ilumi-nación. Y por qué tiene que ser necesariamente una paloma la que me cague? Si en definitiva hay tanto pájaro suelto por ahí.... Me fui a la feria de Pompeya. Me compré cuatro cotorras, ocho canarios, cuatro blancos y cuatro amarillos, cinco jilgueros, dos torcacitas, un venteveo y un pájaro carpintero, por las dudas.Los solté a todos en el cuartito de arriba y me pasé el fin de semana sentada en el galponcito, en un silloncito de lona playera, con el mate y la radio, que cada tanto pasaba a Serrat y su "se equivocó la paloma, se equivoca-

ba". Nada. Me la pasé limpiando las cagadas en el piso, las chapas del jaulón, hasta en la perilla de la radio me cagaron pero a mí, lo que se dice a mí, nada! Y hay que embocarla en la punta de la ante-nita, carajo!

A mí me invitaron unos amigos a Córdoba. En el viaje me hablaron de la sierra de los comen-chingones, de las águi-las y los halcones que decían que eran impresionantes.

Page 12: Palomafinal

Bueno, me dije, última opor-tunidad.Si en una de esas me llega a cagar un águila, un aguilucho, aunque sea un búho en la montaña, sería como sacarse el loto. Y por qué no?. Me calcé la gorra, me agarré de la mochila y empecé a subir. A la mierda con el apunamiento. Estaba llegando a la cumbre y un lugareño nos dijo: bajen porque seviene tormenta. Aguila el chocolate, con el que me tuve que conformar en el hotel.

Volví a Buenos Aires. Retomé las sesiones. Por supuesto ni una palabra de las excursio-nes, (a ver si todavra se cree que me pudo convencer con ese ejemplo de la palomita).

Bueno, me dije, última opor-tunidad.Si en una de esas me llega a cagar un águila, un aguilucho, aunque sea un búho en la montaña, sería como sacarse el loto. Y por qué no?. Me calcé la gorra, me agarré de la mochila y empecé a subir. A la mierda con el apunamiento. Estaba llegando a la cumbre y un lugareño nos dijo: bajen porque seviene tormenta. Aguila el chocolate, con el que me tuve que conformar en el hotel.

Volví a Buenos Aires. Retomé las sesiones. Por supuesto ni una palabra de las excursio-nes, (a ver si todavra se cree que me pudo convencer con ese ejemplo de la palomita).

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Qué glande la paloma!

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J U L I A N A R I P A N I