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Anlisis de la cultura de la pobreza enuna comunidad de
pescadoresEstudio de caso, Pueblo Viejo (Magdalena)"
Orlando Pallares**
Resumen
En la cultura del hombre de Pueblo Viejo se mezclan muchas
cosas: la sal, el mar, la cinaga, el mangle, la pesca,el arte y la
religin. En el marco de este panOfQmn, este trabRjo de invesfigarin
se traz6 romo objetivofundamenlDI indagar en esla comunidad 1
rasgos de la cultura de la pobreza, con elfin de deoeJarsu
identidado sus manifestaciones, poro perfilar una propuesta de
desarrollo social que consider la variable cultural comoelemento
clave del desarrollo.En tal sentido, este trabajo se situ en la
perspectiva cualitativa del quehacer invesfigatvo; es decir que se
t0m6distancia de IDobsesi6n cuantitativa con que se ha venido
estudiando hl pobreza, olroiamente, sin negarla, y aunvalindose de
ella. Este estudio introduce, entre otros, el factor religioso, la
desespertmZll aprendida. elinmediatismo, el tiempo, el cementerio,
la esquina, las mujeres el corral de pesca, como ncleos
estructurales dela cultura de la pobreza.
Abstract
Many lhings are combined in the culture ojo man from Pueblo
Viejo: lhe salt, the Setl, tiremarsh, the mangle,theftshing, 's
culture, the religicmand thearts. Within this scene, themain
objectiveofthis Tesetlrchis toexplortin Pueblo Viejos 's community
the most important characteristics of ils pooerty culture, with lhe
main goal oJuncavering their identity or draw a proposal 01social
development, which places a cultural variRble as a hasicelemenl
oJdevelapment.
Taking into account, lhe TesetlrchmIS based on lhe
qJUllitativeoccupation perspective, wich means that thequantity
obsession in which poverty has been studied witlwut denyin it, and
still taking it into consideration.The study introduces the
reJigiousfactor, the leamed hopelessness, the immediatism, the
time, the c.emetary, thecomer, the women and the fishing yard, as
the structural nucleus of poverty cuIture.
1. Introduccin
Esta investigacin tuvo como objetivo co-nocer los valores,
cdigos y comporta-
Este articulo est basado en la investigadntitulad: Anlisis de la
cultura de la pobreza en unacomunidad de pescadores: estudio de
caso, PuebloViejo (Magdalena)>>, de los estudiantes Tony De
laCruz, Oiga Avendao y Roberto Lastra.
Coordinador de Investigadones, Maestra endesarrollo Social.
Universidad del Norte.
mientos con los cuales la comunidad dePuebloViejoseha
adaptadoculturalmentea su condicin de comunidad pobre. Seintrodujo
la variable religiosa como ele-mento clave para la comprensin de
lacultura de la pobreza.
Resulta evidente que el factor religio-so ocupa un lugar
preponderante en lamodelacin de las dinmicas sociocul-turales de un
pueblo. No en vano se afir-
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ma que a travs del fenmeno religioso seconfigura un contexto
sociocultural de-terminado que en gran parte recibe elsello de la
correspondiente cultura en laque se gesta. Es por ello que se
planteaque es la religin la que se inserta en ella.
Con base en estos planteamientos sehizo necesario y pertinente
analizar cmose expresa la cultura de la pobreza, con elpropsito de
identificar elementos quepermitan construir una propuesta de
de-sarrollo social que tenga en cuenta la cul-tura como parte vital
del desarrollo.
Este estudio no slo abre espacios paradeveIar las
manifestaciones cualitativasde la pobreza, sino que tiene en
cuentaque el contexto cultural es lo que primero,ya menudo
impresionantemente, se abrea la vista, de suerte que puede llegar
acreerse que los ncleos estructurales de lapobreza no son ms que un
fenmenocultural.
La relacin entre los investigadores yla comunidad se conserv en
un marco dehorizonta1idad y de respeto entre las par-tes, con
sentimientos y opiniones vlidosy atentos a un dilogo de saberes.
Laprimera fase de la investigacin consistien un proceso de
insercin-inmersin,donde se trataba solamente de convivirde algn
modo con la comunidad y departicipar en sus vidas. Ms que
conocermediante el estudio, lo que se intentabaera saber con la
vida, comprendervitalmente, comprenderconnuestra vida.
As, nuestro primer contacto con lagente de Pueblo Viejono fue
como profe-sionales, sino como uno de ellos, para ver,escuchar,
aprender, descubrir, compar-tiendo con ellos y aprendiendo en la
inti-mdad,dealgnmodo,desucotidiandad,
desde dentro y no desde fuera.
Simultneamente a este proceso, seconsultaron los documentos
sobre la his-toria de Pueblo Viejo, los informes esta-dsticos
concernientes a la demografa, ala migracin, a la economa, a la
educa-cin, a los servicios y otros resultados deestudios
cuantitativos sobre su rea.
Se hicieron entrevistas a profundidady se levant el rbol
genealgico de seisfamilias, para analizar mgraciones y mo-vilidad
social, entre otros aspectos fami-liares. Se observaron los
espacios de inte-raccin social, los espacios pblicos, mercados,
tiendas, esquinas, corral de pesca,la iglesia, el cementerio y las
viviendas. Serealizaron entrevistas focalizadas, espe-cialmente
amujeres y a personas de avan-zada edad. Se busc, en la medida de
loposible, estar en todos los das de fiestadel pueblo, de
celebraciones especiales,as como en das cotidianos.
2. Escenarios de la pobreza
La mediacin que se establece entre elhombre y su entorno, como
componenteglobalizador de los procesos histricos,no slo da cuenta
de las necesidades y delas contradiciones de la vida social,
sinoque permite precisar el contenido de ste.
A travs del espacio social se hacenexplcitos los actos
cotidianos de las per-sonas, sus concepciones y sus actitudes.En
los lugares de encuentro y desencuen-tro que los pueblos han
configurado en eldevenir histrico se hace explcita la iden-tidad
cultural, porque en ellos convergetodo lo real, lo social y la
trama de lgicasde una sociedad.
A propsito de este planteamiento,
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Goffman (1)explica la presencia delindivi-duo en la vida
cotidiana desde la perspec-tiva de la actuacin o la
representacinteatral, y concibe la actuacin como todaactividad de
un individuo que tiene lugardentro de un perodo sealado por su
presen-cia continua ante un conjunto de observado-res y posee
cierta influencia sobre ellos.
El comportamiento de los hombres enlos espacios sociales obedece
a patrones olibretos que stos asimilan en el procesode
socializacin.
De alli que el anlisis de los principa-les espacios de
interaccin nos permiteidentificar rasgos de la cultura de la
po-breza en Pueblo Viejo.
El libreto que cada individuo tiene desu vida cotidiana explica
en gran medidacomportamientos comunes, como situar-se a la misma
hora en la puerta de su casa,regatear en el mercado, perratear en
laesquina, y ser recatado en otros espaciosque no consderan como
propios.
En esta perspectiva, Pueblo Viejo, comocomunidad de pescadores,
ha configura-do espacios sociales con base en los cualeslos hombres
de esta comunidad han ela-borado sus libretos de la vida
cotidiana.
2.1. La vivienda
El escenario de la vivienda es parte de unsistema social total
que explica el modode vida de una comunidad. La vivienda,adems de
ser la consecuencia de unaserie de factores socio-culturales, es
elmbito de la vida diaria y el centro de ladinmica de la estructura
familiar.
Las viviendas en el municipio de Pue-blo Viejo son en su
generalidad muy sen-
cillas y estn representadas por dos tiposespeciales de
construccin: la casa de tie-rra firme (Pueblo Viejo, Palmira, La
Isla, yTasajera) y las trojas (Bocas de Aracataca).Las primeras son
casas en su gran mayo-ra de materiales, las cuales
demuestrandesgaste en su estructura fsica y regular-mente estn
conformadas por una salaamplia, dos o tres habitaciones y una
co-cina construida a manera de enramadafuera de la casa. Las
segundas estn cons-truidas en madera, levantadas sobre elagua por
pilotes de mangle, y estn cons-tituidas(2) por sala, dormitorios,
fogn yuna empalizada para secar pescado.
Las necesidades fisiolgicas se hacenen orificios abiertos en el
piso del dor-mitorio. Los excrementos caen directa-mente al agua y
all son recogidos por loschivos cabezones, peces que ejecutanuna
eficiente labor de limpieza.
En trminos generales, la sala de lasviviendas de tierra firme es
un espacioamplio, de puertas abiertas y con unadecoracin de extrema
sencillez. Llama laatencin que enalgunascasas dondecuen-tan con
muebles de sala stos no estndispuestos para ser utilizados sino
colo-cados en un extremo, y frente a ellos, unao dos mecedoras,
stas s de uso intensi-vo. El polvo que a veces cubre estos mue-bles
hace pensar que estn alli porque hayque tener/os, porque son smbolo
de sta-tus econmico para el propietario, frentea eventuales
visitantes importantes, perono porque se usen cotidianamente.
Laausencia de cuadros en las paredes esnotoria, y cuando los hay,
generalmenteson retratos de familiares, abuelos o pa-dres ya
fallecidos, o un cuadro del Sagra-do Corazn de Jess.
La habitacin es uno de los pocos es-
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pacios de la vivienda donde cada uno delos habitantes tiene su
propio sector. Losnios generalmente estn en una cuna yalgunos de
los mayorcitos comparten unamisma cama; los adultos poseen cada
unola suya, mientras que los padres la com-parten con los nios que
estn criando.
Para Octavio Paz(3), la habitacin es elsitio secreto, .el sitio
ms privado, el sitioquelos amantes escogen para verse,amarse,
acari-ciarse, destromrse, divinizarse y toda serie demetamorfosis,
crueles y deliciosas que son elmisterio amoroso. Pero en Pueblo
Viejo lahabitacin no es un espacio privado; es unespacio donde la
familia logra con mayoridentidad y evidencia su funcionamien-to. En
este espacio se hacen palpables lasrelaciones propias de la
jerarqua fami-liar, tales como marido-mujer,
padre-hijo,hermano-hermana, hijos-padres.
Un rasgo que complementa al dormi-torio como trasfondo escnico
de la vi-vienda es la noche, la cual, a pesar de serajena a la
jerarqua familiar, induce a lapersona al comportamiento antes
seala-do.
La cocina casi siempre ocupa un lugarfuera de la vivienda,
porque en su granmayora las familias cocinan con lea yocupan no slo
el sitio destinado para ellosino tambin los alrededores.
Los objetos de la cocina estn puestossin orden aparente, sin
ninguna simetra(orden lgico), como un orden particular.Debidoa
esto, la cocina presenta uncarc-ter promiscuo (por el sinnmero de
gne-ros). En Pueblo Viejo es comn encontrar,no slo en la cocina,
objetos que no corres-ponden a los espacios en que se los
coloca.
En la cocina(4) las actividades se ini-
cian desde muy temprano con Japrepara-cin del caf, y la narracin
e interpreta-cin de sueos, y luego se desarrollan lasconversaciones
diarias que permiten elcomportamiento abierto de los miembrosde la
familia. Es el espacio predilecto paraentablar relaciones
interpersonales, lo cualno quere decir que ste sea el nico lugarde
interaccin de los individuos. La .Ma-ra Palito (mecedora de
madera), perma-nece en la cocina no slo para ofrecerle alvisitante
comodidad, para rendirle honora la palabra, sino para la realizacin
deuno de los ritos de ternura con los nios:sacarles los piojos,
labor que realizan lasmadres y las abuelas.
En la cocina, .la mujer es la persona queen la jerarqua fami/ar
tiene el papel msimportante: es la directora. Ella asigna
lasfunciones correspondientes a cada miembrodel grupo familiar.
Desde la cocina lasmujeres preguntan a los dems miem-bros por las
cosas que haba que hacer:Pello, trajiste la lea? Adems, impar-ten
las rdenes necesarias: .Vayan a ba-arse .
El patio de la vivienda es un espacioque generalmente no tiene
lmites visi-bles (paredillas o cercas), por lo que esposible el
libre trnsito de los animales decada casa (cerdos, gallinas, patos
y algu-nas aves silvestres de la Cinaga, domes-ticados, como el
pelcano oel pato cuervo,etc.), los cuales son comunes en todas
lasviviendas.
As mismo, es normal que las personascaminen por los patios
vecinos para acor-tar distancias, para ir a la otra calle, lo
quehace suponer que el concepto de propie-dad no es fuerte, y adems
existen lazosde solidaridad: Quin es tu hermano?El vecino ms
cercano.
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En este anlisis de los espacios de lavivienda es importante
destacar el salnde San Alejo o museo de la pobreza (ubi-cado
generalmente, en algunas casas, enun cuarto, yen otras en el
patio), que es ellugar donde reposan los objetos que ya nosirven,
porque estn destruidos o porquehan disminuido su capacidad de uso.
Porejemplo, muebles y utensilios de cocina,entre otros objetos, que
por su deteriorono prestan ningn servicio. Sin embargo,la familia
no se deshace de ellos por elapego que tienen a lo viejo, o por
vinculosde carcter afectivo, por su relacin conlos parientes ya
fallecidos. Esta relacincon lo viejo es bastante generalizada.
Ge-neralmente suelen guardar el ombligodel recin nacido, el primer
diente, lasprimeras uas, as como los sacos con laspapeletas de
caf.
A propsito de la vejez de las cosas, espreciso sealar que en la
historia de lafamilia de esta comunidad los objetosalcanzan un
rango ancestral, porque noson elaborados para ser usados
pocasveces, sino continuamente. Por eso llegana esa categora despus
de mucho tiempode servicio, con mltiples remiendos oingeniosas
prtesis. Esta condicin de losobjetos es la que suscita
sentimientos: Letengo apego a la cuchara grande.
El uso de un objeto por varias genera-ciones, en parte se puede
explicar porqueen esta comunidad el consUllSmo an noha alcanzado un
nivel significativo, debi-do a la poca capacidad adquisitiva de
sushabitantes.
2.2. El mercado
El mercado de Pueblo Viejo es una tipicainstitucin indgena; sus
caractersticascorresponden al mercado de la plaza, que
en la colonia se denominaba el mercadodominica!.
El mercado de Pueblo Viejo, ubicadoen el corregimiento de
Tasajera, corres-ponde al mercado narrado por los cronis-tas y al
descrito por el sacerdote PedroMara Revollo(5) en el siglo XIX, en
elsiguiente pasaje: Algo muy tpico tenaPueblo Viejo y eran sus
mercados nocturnos.Desde las primeras horas de la noche comen-zaba
a establecerse los puestos de venta en laplaza, con vendedores ya
procedentes de Ci-naga, ya de los muchos botes que arrimaban
alpuerto procedentes del ro Magdalena y hastade Mompox. Despus de
las doce terminabaneste mercado emprendiendo viaje de regreso,los
cienagueros en carro y las cienagueras apie, portando el pescado y
los mariscos; estasmarchaban por la orilla del mar,
descalzas.Despus del mercado comenzaban los agiierosque traan el
rico elemento de Ro Fro, Sevi-llano, Calaca,a llevar los barriles
de agua a lascasas interesadas (que eran todas) en pr(JlJeer-se de
aquellas linfas cristalinas y saludables.
La ubicacin del mercado en PuebloViejo, como a travs de la
historia, ha sidomvil, como lo era el mercado de la colo-nia. A
comienzo de siglo se encontrabaubicado en el puerto de Las Mercedes
oCachimbero, lugar donde se origin laleyenda del caimn.
El mercado de Pueblo Viejo, comombito situado entre la romeria y
unaimprovisacin de mercado pblico, es unlugar en el que, desde el
punto de vistaeconmico, se distinguen dos grupos so-ciales
fuertemente identificados: El depescadores y el de comerciantes.
Aqu-llos son los mas pobres, y stos los mspudientes.
El mercado es una aglomeracin de
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canoas, de puestos de venta, de muche-dumbre y de ruidos; de
chapoteo de ca-noas en las lagunas, de voces y de risas,
dedesperdicios amontonados o dispersos;todo se siente y se huele
mucho antes deser visto. En su conjunto, el mercado esdesorden,
abigarramiento y heterogenei-dad, trabajo y a la vez un poco de
fiesta.
La actividad del mercado comienza apartir de las cinco o seis de
la maana,horas en la que empiezan a desembarcarlos pescadores que
utilizan redes fijas ode trasmallos, los palangres,
algunosatarrayeros y redes de camaroneras. Enese momento del
desembarque llegan loscomerciantes, los vendedores de fritos,
dehielo, de comida y todo el comercio queen l se desarrollIa, la
ruleta y otros juegosde azar, los evisceradores~)(personas quese
dedican a extraer las visceras), y perso-nas a arreglar tratos y
compromisos.
Segn Martn Barbero(6), el mercadoes un espacio acotado pero
abierto, des-centrado y disperso: anti-funcional. Losproductos se
amontonan y se mezclantanto en la relacin de un puesto a otrocomo
al interior de cada puesto. No hayarticulacin sino amontonamiento y
re-dundancia. Ni la disposicin de los pro-ductos, ni la decoracin
remite de uno aotro, y as todos. Aqu el comprador es elque debe ir
a buscar los productos, loscuales son exibidos sin ningn tipo
decubierta, a la vista y al alcance de lamano,y sin ms publicidad
que la del grito delvendedor.
El espacio sonoro aqui correspondeplenamente al visual: ninguna
unidad,ninguna uniformidad, sino una gran can-tidad de ruidos,
voces y msica.
Entre las doce del da y las cinco de la
tarde se da la mayor afluencia de perso-nas, debido a que en
este lapso se produceel desembarque de los atarrayeros
ybolicheros.
Elpescador que desembarca elmerca-do es un pescador que ha
adquirido ciertahabilidad comercial y tiene la posibilidadde vender
a uno u otro comprador, esdecir, no tiene compromiso de hacer
tran-saccin con un determinado comerciante.Caso contrario ocurre
con los pescadoresde los pueblos palafticos: Bocas de Ara-cataca,
Buena Vista, Nueva Venecia (ElMorro), donde estos dependen
delcomercializador, que es quien les imponeel precio, dado que es
el propietario de latienda y de casi el sesenta porciento de
lascanoas que utilizan las familias para lafaena de pesca. Con el
compromiso ade-ms de que el producto de sta le seavendido a l.
En estos lugares el comerciante es aveces despiadado y no admite
discusinen materia de transaccin. Cuando el pes-cadordiscute sobre
el precio,el comercian-te no tiene inconveniente en condenado aque
se quede con su pescado o en quitarlela pesca y tirarle luego el
pago en la canoa:para que te lamames en ron. Razn porla cual el
pescador tiene una sola alterna-tiva: vender el pescado, a precio y
condi-ciones que el comerciante ponga.
Por citar algunos ejemplos(7), el ma-pal, que es una especie que
en el mer-cado de Tasajera se vende entero, en lospueblos
palafticos el pescador tiene quevenderlo abierto, sin espinas, lo
mismoque la lisa, que tiene un preco de $40 lamano (4 lisas). La
mojarra tambin sepaga a un precio muy barato. En el mo-mento en que
el pescador logra capturarun ejemplar grande, como la mojarra,
el
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comerciante le ofrece el mismo precio,sabiendo que esa mojarra
vale ms. En-tonces, el intermediario dice que no, quesino le vende
aese mismo precio se puedequedar con el pescado; que si le da la
ganade votado, lo vote, que a l no le interesa.En vista de esto, el
pescador se ve obliga-do a venderle. Tal es el caso de la
especiemojarra. Una que puede valer en el mer-cado de Tasajera mil
quinientos pesos($1.500), al intermediario de Boca deAracataca le
pagan cien pesos ($100) porella. Y ni modo, tiene que
vendrsela,porque si no lo es, se queda con todos lospeces
pequeos.
El espacio del mercado es un espacioexpresivo. Cada vendedor
tiene all suvida, trabaja,come, reza, ama...Granpar-te de su vida
la expresa en la disposicindel puesto, en su decoracin, en la
formade comunicacin que establece. Es supuesto, y esa relacin no
asalariada con sutrabajo le permite adecuar el espacio a sugusto,
tener ah sus cosas, sus chcheres,disponerlos a su acomodo. Los
puestosdel mercado hablan con voz propia, tie-nen rostros, estn
hechos de un entremadosimblico, de imgenes y ritos. Junto a
laimagen de la mujer desnuda, una Virgendel Carmen, y al lado del
campen deboxeo, una cruz de madera pintada depurpurina. Y esto, con
la vieja que pasatemprano rezando los puestos para mejo-rar la
venta, y el hierbatero que a mediamaana reparte la hierba para la
compe-tencia(8).
Algo destacable es el hecho de que elmercado de Pueblo Viejo es
un mercadode gente pobre. Como la pesca es la prin-cipal actividad
econmica de esta comu-nidad, el da que no se logra pescar
nadadebido a las condiciones ambientales, in-mediatamente se
produce infarto en el
mercado, se disminuye la venta en lastiendas, no hay plata para
transportarse,los vendedores de hielo no logran hacernegocio. Algo
ms: la vida cotidiana pre-senta variaciones.
La gente aprovecha la oportunidadpara conversar, para expresar
preocupa-ciones y lamentos, y slo entonces se ha-cen pblicos los
grandes dilemas de lapobreza y el deterioro de la Cinaga y
susconsecuencias econmicas.
Enmomentos como stos se escuchanreflexiones sobre el crculo
vicioso de lapobreza. Es el momento de culpar a lospescadores del
boliche y del sangrado dela presin que realizan sobre el
recursopesquero de la Cinaga. Adems, se escu-chan razones
contundentes de stos comoel comer hoy resulta ms urgente que
eltener que vivir maana. As, debido aesta forma de razonar, se
generar mspobreza en el futuro.
2.3 La esquina
Sin lugar a dudas, la esquina es otro espa-cio donde se condensa
la cotidianidad deesta comunidad de pescadores. Es un lu-gar de
agrupacin, escenario de relacio-nes y producto de stas. Pero algo
ms, laesquina es un espacio donde se le hacetrampa al drama
familiar. Actividadescomo mamar gallo, la crnica colectiva,el
chisme y el perrateo hacen olvidar losmomentos difciles que genera
la pobre-za.
Ms que un espacio de interaccin, laesquina es una institucin que
cumple unobjetivosocializador por fuera de la fami-lia. En la
esquina los nios reciben laeducacin sobre sexualidad que en la
fa-milia no se ofrece por considerarlo un
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tema tab. Los jvenes adquieren el est-mulo y el respaldo para
ideas y activida-des que la familia no aprueba; los adultosjuegan
domin, toman ron y compartenanhelos sobre la pesca, la familia,
lasmujeres, el amor y la muerte.
En estos espacios sociales de confluen-cia, el itinerario de las
cuatro calles, loshabitantes se cruzan, se encuentran y serenen.
Estos lugares por lo general sontiendas, billares, colegios o
viviendas depersonas que influyen en la comunidad.Los grupos que
interactan en los espa-cios sociales de las esquinas de Puebloviejo
suelen ser los mismos.
En la esquina de Mario Aguirre acu-den por lo general adultos,
que suelenconversar sobre actividades de la pesca,de la poltica,
del ftbol y del chisme delda.
La esquina de los billares y la gallera lasuelen frecuentar los
vagos y viciosos ymamadores de gallo. En la esquina deMargarita
Ariza y Cipriano Carbon escomn encontrar grupos de nios
queimprovisan juegos y travesuras.
La esquina proporciona oportunida-des de contacto social.
Enellas sedearrollaun proceso especfico de relaciones
inter-personales bsicamente de hombres, yaque estn vedadas a las
mujeres.
La esquina, como Wl espacio social,tiene vida propia y
actividades especfi-cas: cultivar el chisme, organizar
eventos,jugar domin y macana, tomar tragos.Estos espacios tienen
sus propios lderesy dinamizan la vida del grupo.
2.4 La tienda de la esquina
La tradicional tienda de la esquina, o elcaga mosca, no slo es
un lugar dondese compra, sino un escenario de solidari-dad y en el
que se implementan mecanis-mos de sobreviviencia para el tendero
ylos compradores.
Las comunidades marginales encuen-tran en la tienda de la
esquina un espaciosocial propicio para desarrollar una bue-na
cantidad de servicios a sus miembros.
Para Martn Barbero(9), la tienda delpueblo es un lugar de
verdadera comuni-cacin, de encuentro, donde se dejan razones,
recados, cartas, dinero y donde lagente se da cita para hablar,
para contarsela vida; donde las relaciones estn plena-mente
personalizadas; donde el prestigiono lo pone las marcas de los
productos,sino la fiabilidad del tendero; donde anexiste el
trueque, y donde el crdito notienems garanta que lapalabra del
clien-te; donde mientras el tendero vende, lasmujeres que compran
amamantan a suhijo, y donde el tendero se lo permite, ellale cuenta
lo complicado que fue el parto.
Garca Mrquez se preguntaba en unaocasin que a qu se debi la
supervi-vencia de las mujeres y de las hijas de loshombres que
participaron en la guerra delos mil das, y Ruiz y Restrepo(lO)
seaventuraron a responder que a la infinitajeypaciencia de los
tenderos, recursos logsticosde las tropas liberales y
conseruadoras, quie-nes apoyaban su esperanza de recuperar
loscrditos en el reparto del botn quimricocontenido entre los
combatientes civiles.
El tendero de Pueblo Viejo, como to-dos los tenderos del Caribe,
a pesar de notener formacin acadmica adquiere un
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conocimiento que le permite desarrollaractividades de socilogo:
A partir delvolumen de operaciones que realiza cadahogar, conocen
la situacin econmica deuna familia, si tiene visita, o si la
faenaestuvo mal. Incluso llegan a saber cul delas mujeres, de las
casadas, estmestruando. Pero tambin hacen de psi-clogos y
siquiatras, ofrecen servicios deorientacin y consejera individual y
degrupo. Uno de los tenderos(ll) de Bocasde Aracataca afirma que a
la gente porlas noches regularmente le da un dolor oun ahogo. Por
ello, lo que ms se vende denoche son pastillas como Aspirinas,
Me-joral o Postn, para aliviarse. Ese dolorde noche no es otro que
el de la desespe-ranza, de estar atrapado, de no tener sali-da, de
saber que va a amanecer y no haynada para la comida. De ah que sea
justa-mente en las noches cuando se somatizansupuestos dolores de
cabeza, de muela,de odo, de estmago, o incluso un ahogo.
La tienda como espacio de encuentro ydesencuentro, como espacio
de conviven-cia, se constituye en el espacio social porexcelencia
donde se propician muchosmecanismos de supervivencia.
Los tenderos fueron los creadores delsistema de tarjeta de
crdito: la Credi-Marlboro (una tira del paquete de estamarca de
cigarrillo, en la que se consignalo fiado; en la que de cuando en
vez seinserta la famosa clavija como costo delservicio).
En Pueblo Viejo, tenderos y clienteshan ideado sui gneris
sistemas de medi-cin para facilitar ventas de artculos almenudeo,
el cual garantiza la supervi-vencia de ambos. La leche en polvo,
decualquier marca, debido a los bajos nive-les de ingreso, no se
vende por las unida-
des convencionales, sino por cucharadas.As mismo, muchas cosas
tienen valoresde a centavo. A la panela, por ejemplo, sela divide
de manera ingeniosa con el pro-psito de poder vender hasta veinte
cen-tavos ($0.20) de ella.
El gran conocimiento que tiene el ten-dero de los niveles de
pobreza de algunafamilia, le hace desarrollar sentimientosde
solidaridad. Acumula desechos de pro-ductos que luego ofrece a los
nios quehacen los mandados, con el fin de quesolventen la situacin
ese dia.
2.5. El corral de pesca
La pesca con atarraya es, sin lugar a du-das, el sistema ms comn
y antiguo de laCinaga Grande de Santa Marta, el cual selleva a cabo
de dos maneras: solo a solo yen corral.
Se conoce con el nombre solo a solola pesca conformada por un
atarrayero yun piloto o boga. Este mtodo de pescarequiere mucha
habilidad y resistenciafsica, ya que el pescador debe enrrollarsela
atarraya prcticamente en el brazo ygirar el cuerpo hacia atrs para
coger im-pulsoy luegotirarla,mientrasel boga diri-ge el bote a
donde lo considere necesario.
En la pesca en corral se desarrolla unaactividad productiva
colectiva a travs dela unin de esfuerzos, mediante la cual sebusca
la compaa, para el mejor rendi-miento.
La permanencia de los miembros deun corral es bastante
acentuada, pero estambin de cierta movilidad. Anterior-mente la
movilizacin de estos corralesera por parentesco o por lazos de
compa-drazgos, pero con el incremento del siste-
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ma del boliche se ha ido debilitando.
Una faena de pesca en corral se carac-teriza por la sustitucin
de dos filas decanoas que avanzan por los punteros ojefes. Una vez
que los punteros visuallzanlos peces dan orden de cerrar el
corral.
Con disciplina y precisin los punte-ros dan un giro al centro de
la formacin.De inmediato, los colores, llamados en elargot de la
pesca el culo y el con-traculo, avanzan presurosos, cerrandola
formacin. Los laterales giran y avan-zan hacia el centro.
Toda la coreografa del corral se iniciacon el aviso de ihop! del
puntero. La tiradel atarrayas de un corral es un verdade-ro
espectculo, debido a que abren almismo tiempo.
La orden de jhop! o ivmonos! secumple y culmina con el
lanzamiento dela atarraya en forma simultnea. Luegohay un reposo y
quietud mientras cadauno de los atarrayeros va sacando conlentitud
y armona su atarraya. Es el mo-mento en que el corral pierde su
sentidosolidario y colectivo y cada pescador pien-sa slo en su
producto.
Los corrales tienen W1 nmero varia-ble de pescadores, el cual
oscila entre seisy treinta miembros. Pero, siempre haydos punteros,
dos culos y dos contra-culos. Los dos punteros cierran la forma-cin
adelante, y los culos la cierranatrs; los dems son laterales.Los
cuatropuntos sealados son los de ms respon-sabilidad. El jefe es
uno de los punteros, yes el que decide, por su experiencia
yconocimiento.
En tiempos pasados, el puesto de
puntero o jefe era fijo y cada uno de lospescadores conservaba
su puesto. El jefedeterminaba la hora de salida y el final dela
faena.
En los actuales momentos, la pesca sehace en academia, esto es,
cada personatira dos corraladas en el mismo puesto ya partir de la
tercera se rota. El punteropasa al culo y el contra sigue en
lapunta, y la transcontra sigue al con-guamo. De inmediato se
cambia la fila; elque iba en la parte derecha se pone en laparte
izquierda.
Las filas de las canoas se acercan. Cual-quier pescador,
encuntrese en el puestoque sea, est en la obligacin de decir:iAbran
la puerta! (separarse).
3. El tiempo, ese pariente pobre
El verso del poeta espaol Jaime Gil deBietma que da nombre a
este captulocondensa la visin y el sentir que lospobladores de esta
comunidad de pesca-dores dan al tiempo. Expresiones como:el tiempo
lo dir todo, es un ejemplo dela personificacin que se tiene de l.
Ysentencia como: ms vale tarde quenun-ea, en la que subyace la
resignacin,muestran con claridad que el tiempo esun pariente
pobre.
El sndrome de la quietud eterna queimpera en esta comunidad es
el productodel poco valor que se le concede al tiem-po. Por eso se
le derrocha y se hace pocaracionallzacin de l, rasgos que, sin
lu-gar a dudas, soportan las condiciones deltiempo, ese pariente
pobre.
El tiempo, como categora del ser his-trico, ha sido objeto de un
sinfn de re-flexiones por parte de todas las culturas.
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En el Eclesiasts 3.1 (12), uno de los textosbsicos de la cultura
hebrea, se planteacomo interrogante: qu es lo que msvale en la vida
para que a ella dedique elhombre la suma de sus anhelos?
Por la importancia de esta categora,es fundamental analizar la
visin y el sen-tido del tiempo que tienen los habitantesde Pueblo
Viejo, en sus dos dimensiones:el tiempo histrico y el tiempo
subjetivo.
3.1. El tiempo detenido
Con este ttulo aludimos al ritmo particu-lar del tiempo histrico
o de reloj en quese desarrolla el devenir de esta comuni-dad.
El tiempo que da la sensacin de ce-rrarse sobre s mismo porque
ha pasado.El presente y el futuro son conven-cionalismos
desprovistos de significados.
Esta visin circular del tiempo que secapta en Pueblo Viejo, en
la que el presen-te y el futuro reflejan las realidades delpasado,
corresponde justamente a la con-cepcin circular del tiempo que
destacCossio(13): la concepcin circular del tiem-po puede ser
entendida mejor, si tomamoscomo referencia el ciclo anual, en el
que elcomienzo del ao corresponde a su termina-cin, aunque en un
nivel superior, como si setratara de un espiral que crece
progresiva-mente.
Esta sensacin casi esttica del tiem-po, en Pueblo Viejo se
percibe en la vejezintacta de la base de las cosas; en la posi-cin
de los muebles y de los dems objetosde la casa, que parecen estar
destinados aocupar un mismo espacio; en la soledadde los mediodas
de las calles de la plaza,de las cuales huye la gente para
escapar
no slo de la inclemencia del sol, sino dela resolana, mil veces
ms sofocante, pro-ducida por los rayos solares sobre la are-na y el
salitre de las calles. Tambin seperciben esas condiciones del
tiempo enel imaginario colectivo de la gente, en lapetrificacin de
la monotona; por la au-sencia de mutaciones o falta de
cambiosfisicos. Elhecho de que el tiempo no trans-curra sino que
flote determina el tiemposubjetivo y el tiempo squico de las
perso-nas que no conciben el tiempo fsico.
Este aspecto lo destaca el narradorcienaguero Clinton Ramrez(14)
cuandoafirma: El reloj de la iglesia, que muy pocotena que ver con
el tiempo de los hombres, dolas cuatro de la tarde.
3.2. Tiempo ontolgico
Es el tiempo subjetivo que transcurre enla mente de las
personas. Es el tiempo enque los individuos recrean la realidadcomo
historia interior. En este tiempo hayun momento presente, un tiempo
objeti-vo y fsico que motiva a que el individuorecree su pasado
para deleitarse. A pro-psito de esta motivacin, Borges(15) se-ala
que: Hay una hora de la tarde en que lallanura est por decir algo,
nunca lo dice o talvez lo dice infinitamente y no lo entendemos,o
lo entendemos pero es in traducible como unamsica ... Ese momento
de angustia est-tica es el que casi siempre escogen lospescadores
de Pueblo Viejo para contem-plar y conectarse con el universo.
Estetiempo ontolgico cumple una funcinde placebo para los dolores
de la pobrezay la fatiga de la faena.
Este tiempo ontolgico es un tiempodel ser. Por eso se les ve en
estos momen-tos, fumando placenteramente, sobre lastrojas, en los
pueblos palafticos, y frente
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a la casa de los pueblos en la carretera, a laorilla del mar o
de la cinaga. Este tiempoes un tiempo, por excelencia, de
contem-placin, un momento onrico que se dedi-ca a la
interioridad.
Las horas dedicadas al atardecer, en lamecedora o en el
taburete, frente a lapuerta de la casa o en el patio, son mo-mentos
en los que se hace la mirada inte-rior; momentos dedicados al
silencio, paraque fluya la voz interior, y para ello pro-cura estar
lo ms cmodamente posible.Al respecto, GosseIman(16) destaca
estacostumbre de los costeos, en su viaje porColombia, en el siglo
XIX, cuando sealaque: Se ve a las familias reunidas en lasafueras
de las casas (...), sera poco decir quepermanecen sentados en la
silla, ms correctoseria decir que estn acostados en ellas, (.. .)
laperspectiva seria mejor si la silla pudiera serafirmada en la
pared, pues as poda hecharsehacia atrs a todo gusto.
3.3. Tiempo diacrnico
Otra dimensin del tiempo en PuebloViejo es el diacrnico o
polifnico. Porello se establece una armona entre larealidad y la
ficcin. Una forma de ver esapolifona del tiempo la encontramos
enlos procesos productivos, en los que coin-ciden el trabajo y el
ocio al mismo tiempo.En este tiempo es normal que varias ac-ciones
diferentes se presenten en sucesi~vos paralelismos, entrecruzndose
el tra-bajo con la ldica.
Esto explica por qu el puebloviejeroen sus ritos(l7) es
fervoroso con el simbo-lo, pero inconsecuente con el acto.
Elespacio lo sublima y el tiempo lo atrae. No esflojo sino ldico;
es displicente con lo continuoy contemplativo con el
movimiento.
Al puebloviejero, la contemplacin lepermite distinguir unos
estados de apre-ciaciones mucho ms complejos que el delas personas
que asumen el entorno comofuente de produccin. La
contemplacinposibilita percibir distintos momentos. Esapolifona
permite filosofar y extraer poe-sa del entorno, dos operaciones de
lamente a la vez. Para el nativo de estacomunidad, el ocio no es
una actividadprefijada, sino una actividad diluida entodas las
actividades. Ydado ese carcter,el ocio ha adquirido un status que a
mu-chos ha confundido, hasta tal punto deque algunos autores, sobre
todo forneos,le dan al costeo el calificativo de flojo.
Dentro de los procesos de produccin,el puebloviejero ha
incorporado el ocio, yno se ha hecho la separacin marcadaentre el
trabajo y aqul. Esta polifonaquizs sea un elemento clave para el
de-rroche de palabras, de alabanzas y devituperios, as como para
las improvisa-ciones, porque aqu el tiempo no es unso-no sino
poIfono.
4. Algunos ncleos estructuralesde la cultura de la pobreza
Es bien sabido que todas las personas ygrupos humanos tienen
conocimiento dealgn tipo y se hacen una idea de lascosas, de
acuerdo con el medio en el quese desenvuelven. El contacto del
hombrecon su hbitat, y la internalizacin de laescala de valores que
cada grupo socialelabora en su devenir histrico, le propor-ciona al
individuo diversos tipos de infor-macin, lo cual da lugar a la
formacin deideas o representaciones, utilizadas cons~ciente o
inconscientemente en la vida co-tidiana.
Las ideas o representaciones elabora-
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1996 101
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das de ese modo, y entendidas como unamanera de ver, entender,
interpretar oconcebir la realidad, no son un productocasual ni se
encuentran aisladas, sino queresponden a un sistema basado en la
rea-lidad del mundo, tal como es concebido einterpretado por cada
persona o gruposociocultural.
Lo anterior significa que, aparte de lasrealidades estrictamente
personales enlasque se ubica cada individuo, existen otrasque
corresponden a formas de interpreta-cin del mundo, compartidas por
todoslos miembros de un grupo en un contextodado.
Con base en este planteamiento iden-tifiquemos y analicemos
algunos ncleoso ejes estructurales de la cultura de lapobreza en
Pueblo Viejo, para descubriren ellos actitudes y percepciones que
fun-damentan esta subcultura.
4.1. El inmediatismo
A diferencia del campesino, que es unagricultor, el pescador(18)
es un cazador,un capturador. Por lo tanto, no est acos-tumbrado a
sembrar, a abonar, a cuidarlos recursos para posteriormente
cose-char. Esta condicin de cazador que dis-tingue al pescador
determina que mu-chas veces no est dispuesto a invertirmucho tiempo
para poder obtener frutode su esfuerzo.
Su condicin de recolector puede serun factor que contribuye a
que el pesca-dor se desanime fcilmente cuando setrata de emprender
acciones de produc-cin que tardan tiempo en producir resul-tados
positivos, y quizs el conocimientode esa situacin influye, por una
parte, ensu cosmovisin para explotar los recursos
con criterio minero, es decir, como si stosfueran recursos
naturales no renovables.Por otra parte, incide en esa visin
inme-diata, en vivir slo en funcin del presen-te, de no previsor ni
planificador. Expre-siones como: el da de maana est porversey ms
vale pjaro en mano quecien volando, condensan el gran nfasisque
esta poblacin pone en el presente.
ArthurSimon(19),en un estudio sobrela ecorregin de la Cinaga
Grande, hasealado que el hombre de esta zona lu-cha por sobrevivir
en el presente y an no hatenido mayormente la oportunidad de
empe-zar aformular deseosactivos hacia elfuturo.Esto se refleja
enlas actividades de nfasisen el presente inmediato y
despreocupa-cin por el futuro, y constituye un ele-mento clave en
el llamado crculo viciosode la cultura de la pobreza.
4.2. La desesperanza aprendida
Las continuas frustraciones a que hansido expuestos los
pobladores de PuebloViejo, producto del no cumplimiento delas
expectativas generadas por agentesexternos que han intervenido en
esta co-munidad,ha dado origen a que entre ellosse desarrolle el
sentimiento denominadodesesperanza aprendida.
En tal sentido, las expectativas genera-das por los programas,
proyectos y accio-nes institucionales desarrolladas en Pue-blo
Viejo, para satisfacer las necesidadesfsicas de los pescadores, han
terminadoen continuas frustraciones, las cuales ter-minan
desarrollando una desesperanzaque se expresa en una baja
autoestima; laresignacin y el fatallsmo; excesiva de-pendencia
externa; desconfianza yexcepticismo frente al cambio. Signos
queafectan negativamente las posibilidades
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4:~113,1996
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de que los pescadores lleguen a ser agen-tes de su propio
desarrollo.
4.3. La cosmovisin de la mujer
La visin del mundo de la mujer en Pue-blo Viejo constituye otro
ncleo sobre elcual se estructura la cultura de lapobreza.El rol de
la mujer en esta comunidad es elmismo que se ha destacado de ella
en laobra de Gabriel Garca Mrquez, que es elmismo de la mujer del
Caribe colom-biano.
La visin del mundo de la mujer dePueblo Viejo est muy bien
representadapor Ursula Igualrn, la gran metfora dela mujer caribe.
Al respecto, AngelRama(20) refiere que ella organiza unafamilia y
sobrevive cien aos porque, efec-tivamente, sin ella no existe
familia, comono existe en la zona costea familia que noest
vinculada en torno a lamadre. SegnRama, toda la organizacin de
losBuendagira en torno a la disposicin a la casa queestablece
Ursula Iguarn, y que podriallamarse el retrato de la familia.
Esa proteccin tambin es evidentecuando llega la tercera edad.
Mientras losviejos son estorbos, ellas son matronasque hacen y
deshacen y concentran elafecto a todos los miembros de la casa.
4.4. El culto a la muerte
En Pueblo Viejo, la fusin de elementosculturales del espaol y
del indgena so-bre la muerte es evidente, y se expresa enla
actividad de la gente, enla relacin par-ticular de los seres vivos
con los muertos,de la cual se deriva el culto a la muerte.
El sincretismo religioso popular enPueblo Viejo se basa
fundamentalmente
en las relaciones particulares entre losvivos y los muertos, que
es una relacinque se deriva del culto a los muertos.
La supersticin de los niveles espacia-les y temporales de los
vivos y los muer-tos es permanente en la cotidianidad y lavisin de
la gente ante esa realidad inelu-dible: la muerte.
En Pueblo Viejo existen numerosascreencias, supersticiones y
agiieros sobrelamuerte y el rito funerario, relacionadascon la
visin espaola e indgena, quelegitiman el culto a la muerte. La
ideaaborigen segn la cual la vida se prolongaen la muerte y
viceversa, y por la otra, laidea catlica segn la cual con la
muertetermina la vida y slo el alma del hombrecontina una
posible,peroabstractavida msalldelamuerte(2V". Es importante
desta-car cmo estos dos factores se integran yfusionan en uno solo
en la cotidianidadde esta comunidad de pescadores.
La repeticin de los nombres de losparientes fallecidos a los que
van nacien-do (caso recurrente en Cien Aos de Sole-dad; el nombre
de Aureliano se repite 17veces en la familia Buendia) es una
formade prolongar la presencia de las personasen el tiempo.
En cambio, en Pueblo Viejo la reaccina la muerte es la veneracin
o el culto a lamxima expresin de ella, se desarrollaen el velorio y
el sepelio.Aqu la velacinse hace por nueve das seguidos en lacasa,
y slo al final del mes se levanta lamesa, a las cinco de la maana.
Adems,el fin del ao y el festejo de los santosdifuntos (2de
noviembre) son fechas cla-ves para el recuerdo de los
parientes.
El culto a la muerte tambin se aprecia
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en los lutos prolongados; en la colocacinde la foto amplia del
difunto en la sala dela casa; en el cierre de las puertas y
venta-nas durante el perodo de duelo; en elhecho de que las
muejeres se abstienen deescuchar msica y de asistir a fiestas.
La primera fase, o de impacto, queconsiste en la negacin o no
aceptacin dela persona fallecida, para luego caer en unllanto
copioso acompaado de muchasfrases de dolor, reservadas para estos
su-cesos: Dios mo, por qu no me llevastea mi?; me engaaste, te
fuiste caminan-do por tus propios pies y te trajeron muer-to. Yoque
hago sin ti?.Gritos yexpre-sones de dolor que repiten ante la
sucesi-va llegada de amgos y familiares; llantoque dura horas, y en
algunos casos hastadas.
La segunda fase est caracterizada pordepresin, fijacin a la
imagen del muer-to, tristeza, sueos constantes con el falle-cido,
prdida del apetito y sentimientosde culpa, lo cual se explica por
la pocademostracin de afecto y ternura que exis-te entre los
miembros de la familia, por-que suponen que todos ellos saben
quelos quieren.
La tercera fase es resolutiva o de acep-tacin, la cual es
prolongada, hasta talpunto de que algunos miembros de lafamilia son
trasladados a otros pueblos,buscando atenuar la pena que produce
laprdda de la persona amada: A mamnos la llevamos para
Barranquilla, por-que se estaba encaprichando con la muer-te de
pap. Aun cuando las personasresponden despus de un largo perodo
alas actividades laborales, emotivas y re-creativas, el muerto
siempre est presentecomo una prueba de autoflagelacin.
5. Religiosidad popular enPueblo Viejo
En la cultura del hombre de Pueblo Viejose mezclan muchas cosas:
la sal, el mar, lacinaga, el mangle, la pesca, el arte y lareligin.
Esta ltima congrega la mezclade la tradicin catlica impuesta por
elconquistador espaol, los mitos y leyen-das de los indgenas
pextaguas y salaman-cas, sus ascendientes, y adicionalmente
elritual y la msica del negro africano, mez-cla que se manifiesta
en sus fiestas, dan-zas, creencias y cultos, que conforman ens el
muy particular sincretismo religiosodel puebloviejero.
5.1. Las creencias
Estas constituyen uno de los elementosms representativos de las
manifestacio-nes de la religiosidad popular, a travs delas cuales
se evidencian comportamien-tos de resignacin del hombre pobre.
Seclasifican en dos: las creencias bsicas,primarias o
independientes, que se susten-tan en el ser religioso, y las
secundarias odependientes, que se derivan de las creen-cias bsicas.
En esta segunda categora sepueden clasificar las creencias en los
san-tos, agiieros, objetos, en forma indepen-diente, sin atacar o
ir en forma directa ainvolucrarseconla creencia fundamental.
Las creencias secundarias se dividenen diferentes grupos:
Creencias en objetos: A este respecto, enPueblo Viejo se pueden
observar todauna gama de creencias en objetos divini-zados, es
decir, aquellos a los que se lesatribuyen ciertos poderes y honores
divi-nos(22). Estos objetos pueden ser de dosclases: para
usaroportar,cornoestampas,rosarios etc., o para colocar o
decorar,
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90-113,1996
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como cuadros litrgicos, pencas de sbila,o fotos de los
difuntos.
En el primer caso se observ en granmedida que por lo general los
hombrescargan en sus billeteras la foto del santopatrono, San Jos,
al que le atribuyenpoderes en relacin con el culto a la muer-te.
Igualmente sucede en el caso de lasmujeres, quienes cargan la
estampa en lacartera. De esta forma estn preparadasconstantemente
para una eventualidadmortal. En la poblacin infantil, en cam-bio,
se observan las aseguranzas, que con-sisten en cuentas de coral
rojo o negroatravesados por hilo de color negro oblanco, anudados
en la mueca. Estostienen una connotacin ms profana quereligiosa,
por cuanto son preparados poruna persona que apesar de no tener
laespecialidad ni vivir de la actividad en s,goza de gran prestigio
dentro de la comu-nidad.
En el segundo caso, en las viviendas semantienen varias
creencias en objetos. Lams importante es la de los altares, que
seubican en algn rincn de ellas, sobre unbloque de cemento o un
ladrillo, con unaveladora permanentemente encendida ylas imgenes de
los santos alrededor; elprincipal es San Jos, patrono del pueblo,y
adicionalmente hay otros, que por logeneral son variantes de
Jesucristo.
Iguahnente, semantiene la creencia enla mata de sbila, que se
coloca principal-mente en la parte superior de los marcosde las
puertas de la vivienda, y estamarrada con una cinta roja. Si por
algu-na razn se cae o se seca, es porque algnmaleficio o mal de ojo
ha entrado en lacasa; pero tambin es simbolo de que hacumplido su
finalidad. En estos casos esnecesario reemplazarla por algo ms
po-
deroso. En otros casos se observ un fras-quito forrado en tela
verde que contenaun rezo, o un saquito rojo en cuero ocuerina y
cosido en los bordes con hilonegro, el cual contena yerbas sobre
lasque, inclusive, los dueos manifiestantener conocimiento.
Por otra parte, se observ las palmasdel Domingo de Ramos, vspera
de laSemana Santa, tejidas en forma de cruz ybenditas, con las
cuales se pueden aman-sar las tormentas, y adicionalmente seprotege
a los pescadores.
Creencia en santos: Cada santo tieneganado un prestigio
particular. De estamanera, San Cayetano es bueno para con-seguir
alimentos; Santa Rita, para los im-posibles, etc., y en el caso
particular dePueblo Viejo, San Jos, para la buena suer-te.
Para el habitante de Pueblo Viejo, lacreencia en San Jos
presenta un granarraigo, ya que es una tradicin que datade 1554,
fecha en que se sita la iniciacinde las fiestas patronales del
pueblo(23).
A l se le atribuyen poderes milagro-sos, y es ejemplo de
silencio fecundo, depobreza evanglica, humildad y obedien-cia,
virtudes por las cuales le rinden tribu-tos. As mismo, en sus
oraciones incluyenpeticiones dirigidas a que el pueblo satis-faga
sus necesidades. Pero en ellas se notach,ramente la tendencia a la
resignacin ya la gracia de la pobreza.
Creencias en vivos: Personas que viveny tienen ganado un
prestigio en la creen-cia popular.
Personas que actan mgicamente: per-sonas que tienen capacidad
para vislum-
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brar, ver o leer el futuro; embrujan, desem-brujan, hechizan,
transforman objetos ypersonas, magnetizan objetos, como en elcaso
de los especialistas que rezan losnegocios, las casas y elaboran
amuletostales como la mata de sbila, las aseguran-zas, entre
otros.
CreencUls en movimientos y acciones fsi-cas: Dentro de stas se
pueden sealaralgunas, como las que se hacen en loscuerpos para
arrodillarse, santiguarse, un-tarse agua bendita, tocar imgenes
desantos, disfrazarse, danzar.
Este aspecto, la religiosidad popularen Pueblo Viejo, alcanza su
mxima ex-presin durante la celebracin de las fies-tas patronales,
cuyo programa est cons-tituido por celebraciones de tipo
religiosocomo novenarios y triduos, y por fiestas,ingestin de
grandes cantidades de alco-hol, procesiones matutinas, celebracinde
competencias y juegos en los que sepremia con dinero al ganador,
conforma-cin de grupos de danza, de los cualesexisten una variada
gama. Algunas dan-zas muestran un marcado sentido religio-so y
profano al mismo tiempo.
Adems de las que se efectan con elcuerpo, existen creencias con
el espacio(escenificar): alumbrar, posesionar, en-trar, salir
adornar con flores, elaborar al-tares, etc. Durante las fiestas de
la SemanaSanta se escenifican pasajes alusivos a lafecha por parte
de actores que se escogendentro de los miembros ms prestantesde la
comunidad. El ser escogido para larepresentacin demuestra la
considera-cin que nos tienen; no a todo el mundoescogen. Estas
representaciones datande la colonia. Sin embargo, slo hasta1985 se
revivi esta costumbre entre losalumnos de la escuela del pueblo, a
inicia-
tiva del historiador Carlos Dominguez.
Creencias en oraciones: La oracin pue-de ser potica,
instructiva, imprecatoria,a manera de letania, etc. Sin
embargo,existe una divisin bsica:
- Oraciones efectivas (mgicas), con lascuales se busca obtener
el beneficiopor el hecho de la eficiencia del rezo.
Oraciones devocionales, mediante lascuales se busca interceder
ante Dios atravs de los santos.
Creencias en agiieros: Los agiieros pue-den ser de cuatro
tipos:
- Los que buscan explicar sacramen-talmente ciertos fenmenos
naturales,tanto peridicos como naturales. Porejemplo, la ocurrencia
de tormentasen el mes de mayo por causa de lasfiestas de la Santa
Cruz. O tambinconsideran a mayo como el mes flori-do por las
fiestas de la Virgen Mara.
Los agiieros que dan cabida a ciertosfenmenos supranormales:
imgenesque lloran, crecen o se hacen pesadas,entierros o guacas que
alumbran y semanifiestan, omuertos que aparecen ...
Agiieros que atribuyen una carga deenerga mgica, a objetos, a
situacio-nes y momentos. Por ejemplo, se creeque si una persona
entra a un templonuevo o que no ha visitado antes pue-de pedir tres
gracias, que efectivamen-te se le concedern. As mismo, creenque en
el momento de la muerte dealguien es efectivo para una
personasuplicar un favor especial.
Agiieros en el momento de poder pre-
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decir o adivinar hechos y aconteci-mientos futuros, ya sean stos
benefi-ciosos, para as aprovechados, o biende peligros, para
evitados o conjurar-los. En este sentido, los pueblos de laCinaga
Grande de Santa Marta hancimentado toda una cultura de mitos
yleyendas al rededor de estos indicios:Cuando allan losperros en
lanoche,sabemos que es mala hora; Cuandohay huracn tapamos los
espejos pa'proteg a peyo, que est pescando enla cinaga; La sal
derramada en al-gn lugar de la casa llama ruina.
Creencia en promesas: Se cree que pro-metiendo a un santo
determinado o aDios se va a obtener lo que se pide. Laspromesas se
dividen en cuatro grupos:
Prometer oracin: novenas, misa, rosa-rios, forman parte
importante de lacelebracin patronales el tributo a SanJos, el cual
consiste en una serie deoraciones que se practican durante lostres
das previos al 19 de marzo. Enesta oracin se puede apreciar
clara-mente las alusiones al sentido de pro-mesa.
Prometer acciones de penitente: Entrarde rodillas hasta el altar
o santuario;llevarun trajeespecialduranteun tiem-po; abandonar los
vicios, entre otros.Yo, cuando quiero algn favor delSagrado Corazn,
me visto de blancotodo el mes de junio.
Festejar u homenajear un santo: Llevarleflores al altar,
mandarle una velaciny colocarle placas de agradecimiento.Es el
objeto donado por los fieles a sussantos de devocin por un favor
reci-bido.
Entre las gentes de Pueblo Viejo semantiene vivamente la
tradicin del ex-voto, que consiste en un objeto dado porlos fieles
a su santo de devocin por unfavor recibido o un milagro
realizado.Muy comn en las comunidades margi-nadas, que ven en los
milagros una va deescape a su realidad cotidiana.
Los exvotos por lo general consistenen figurillas de metal, de
madera o dehueso, que representan imgenes, omiem-bros del cuerpo
como manos o brazos uotras ofrendas religiosas regaladas porlos
fieles, como la donacin de mantaspara los santos, bancas para las
iglesias,cirios/los cuales significan una erogacin,en algunos casos
cuantiosa, ya que setiene la creencia de que existe
proporcio-nalidad entre lo recibidoy lo ofrendado.
Prometer cambios de actitud y comporta-miento moral: dejar de
fumar, ser mejorhijo, tratar mejor a la esposa, no ser
infiel,etc.
Creencia en la celebracin de fechas: Fes-tejar peridicamente una
fecha asignadaa la creencia particular. Esta se divide deacuerdo
con la rutina, as:
Rutina semanal: Lunes de Cristo; mar-tes de Mara Auxiliadora;
mircolesde San Judas, etc.
Rutina mensual: Primeros viernes decada mes, los 13 de cada
mes.
Rutina anual: Navidad, Pascua, Pen-tecosts, fiestas patronales,
SemanaSanta.
Creencia en la presin a los santos paraconseguir los pedidos:
Volteando sus im-genes; quitndoles un objeto que les es
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propio; escondiendo estampas debajo dela cama; injuriando a los
santos.
52. Fiestassagradas
De tal manera que es difcil para el habi-tante de la cinaga, y
en especial para el dePueblo Viejo, diferenciar entre lo sagradoy
lo profano, ya que ambas dimensionesde la realidad las vive con la
misma devo-cin y fe.
Las fiestas populares de carcter reli-gioso se constituyen en
eventos de cultu-ra popular, por medio de las cuales seexteriorizan
los sentires y las necesidadesdel pueblo a travs de la peticiones
colec-tivas. Estas presentan connotaciones detipo religioso en
trminos generales, perocon una gran carga de ritos y
creenciasprofanas que vienen de la creencia de lacultura espaola,
eminentemente catli-ca, y de la aborigen, mezclas que ya hansido
asimiladas por la fe popular. De he-cho, la religiosidad popular se
ha proyec-tado a numerosas devociones emotivas y,en muchos casos,
con numerosas supers-ticiones y agiieros(24).
Al hablar de las fiestas tradicionalesno podemos dejar de lado
el Carnaval, lasferias y las otras fiestas con que la comu-nidad ha
dado un gran aporte al folkloredel Caribe colombiano. En el
Carnaval seanaliza uno de los hechos del comporta-miento folklrico
popular de mayortranscendencia de la vida cotidiana, endonde las
expresiones de alegra colecti-va y las diversiones generales son
lasparticipaciones masivas del pueblo enestas fiestas religiosas y
cvicas. Adicional-mente a estas fiestas socio-religiosas sesuman
las romeras, las fiestas de los san-tos, las costumbres de Semana
Santa, laNavidad y el Corpus Christi. Tambin
tiene una gran importancia en esta comu-nidad la celebracin de
Ja:sfiestas familia-res, tales como el matrimonio y los
cum-pleaos.
5.2.1. La Fiestade San Jos
Entre las fiestas populares, sin lugar adudas, la ms importante
dentro de lareligiosidad popular del puebloviejero esla de San Jos.
Esta es la fiesta religiosa dems antigua raigambre en el colectivo
dePueblo Viejo; data de 1554, cuando FrayJuan Viana realiz la
primera misa devisita al pueblo(25). Su celebracin se lle-va a cabo
el da 19de marzo. Sin embargo,realmente las preparaciones previas a
ellase inician a partir del 10 del mismo mes yterminan con la
procesin a San Jos.
En los das de la novena se prepara unextenso programa, en el que
se incluyencelebraciones de tipo eminentemente re-ligioso,
competencias o juegos, quema dejuegos pirotcnicos o castillos,
danzas ybailes populares. Estos programas sonencargado por algn
devoto en agradeci-miento a un favor recibido o un
milagrorealizado, y por lo general en una de laspginas del mismo se
cuenta la historiarespectiva.
Entre los juegos y competencia se en-cuentran incluidas regatas
de cayucos,carreras de sacos, varas de premio y otrosnmeros. En las
noches, los jvenes sevan a la playa a corretear y a ver losbuques
de guerra a la orilla del mar (26).
Los juegos pirotcnicos cumplen unafuncin importante en tanto
constituyenuna tradicin netamente espaola queviene de tiempo atrs.
Estos son aporta-dos bien sea por devotos ocomo productode una
colecta entre los habitantes del
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pueblo. Los buques de guerra constan detres botes grandes con
vela de coloresdesplegadas, pero anclados, cargados conjuegos
pirotcnicos que se encienden unda previo a la vspera del 19de
marzo. Elda 18 se realiza la quema oficial del cas-tillo, en horas
de la noche, y se da inicio ala cumbiamba de las dos ruedas. A
unlado se instalan las mesas de juego comoruleta, se improvisan
peleas de gallos,guara peros y otros.
El da 19 de marzo, despus de lacelebracin de los actos
litrgicos, se llevaa cabo la procesin, que desfila por
lasprincipales calles del pueblo, y en que sehacen presentes todos
sus habitantes.Durante sta se puede observar peniten-tes cumpliendo
mandas, congregacionesy gente comn unidos por un
sentimientoreligioso colectivo. Una vez concluida laprocesin, la
gente acude a las casetas ycantinas, con lo cual se da
cumplimientoa un refrn popular: El que reza y peca,empata. Es aqu
donde se confunde losagrado con lo profano.
Durante estas fiestas lo econmico re-sulta secundario, se fa y
se acepta elfiado, y en nombre del santo se cometenligerezas. Slo
despus se pensar en losarrepentimientos y se buscar la forma
deponerse al da. Despus de nueve dasms, se saca al santo y se le da
la vueltaalrededor de la iglesia, para luego colo-carlo en su nicho
y esperar con devocinlas prximas fiestas.
5.2.2. Semana Santa
A pesar de que la dinmica es ms resis-tente al cambio, por la
fuerza ritualista,aparentemente dominante, es posible per-cibir
mutaciones substanciales en cadauna de las dimensiones religiosas
adopta-
das por los pueblos en el transcurso deltiempo, a travs del
estudio y anlisis delos rituales, al confrontar los datos de hoycon
los consignados ayer. Elorigen de losfactores propicadores del
cambio y elmovimiento, y la forma como stos sesuceden, participan
como elementos cla-ves en el estudio de la religiosidad en
lacultura de la pobreza, ya que cada culturaconstituye su historia
basada en su propiaidentidad.
Tradicionalmente, la Semana Santa oSemana Mayor ha significado
para loshabitantes de Pueblo Viejo un espaciopara el recogimiento
espiritual, que, sinembargo, est aunado a cierta creencia detipo
profano. Es por eso que vale la penadescribir lo que para el
habitante de estacomunidad significan estas fiestas, y laforma en
que han evolucionado hastanuestros das.
Despus del mircoles de ceniza no sehaca ninguna fiesta o acto
que manifesta-ra alegra durante los siete viernes de lacuaresma,
denominados as por los feli-greses de estos pueblos: Viernes de
Tenta-cin, Viernes del Espritu Santo, ViernesSamaritano, Viernes de
los Siete Panes,Viernes de Lzaro, Viernes de Dolores yViernes
Santo. Durante el Viernes deLzaro los feligreses no se baaban
portemor a convertirse en lazarinos. La misaslo se efectuaba por la
maana; la iglesiaabra sus puertas desde las 5:00a.m. Elvacrucis se
llevaba a cabo los mircoles yViernes Santo(27).
Al iniciarse la Semana Mayor se respi-raba un ambiente de
recogimiento y fer-vor, acompaado de ciertos temores. Ellunes,
despus de la misa, se sacaba laprocesin del Seor de la Columna;
elmartes, a Jess Nazareno; el viernes se
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hacia el va crucis; el viernes se sacaba laprocesin del Santo
Sepulcro y del SantoEntierro. Esta haca un recorrido por todoel
pueblo, y terminaba a las doce de lanoche.
El Jueves Santo se llevaba a cabo ellavatorio de los pies, acto
en el que losapstoles eran representados por nios,ceremonia que se
iniciaba desde las 3p.m.En el transcurso de la misa se hacia unacto
solemne, la adoracin de la SantaCruz (formando hileras de hombres
ymujeres por separado). Las mujeres labesaban a partir de las
10p.m. y despusse realizaba una misa denominada lahorasanta}).
El Viernes Santo era un da de pesar.La gente se comportaba como
si en reali-dad se estuviese presenciando la pasin yla muerte de
Jesucristo. No se cocinaba;los alimentos se preparaban el da
ante-rior; no se coma carne. Algunos, inclusi-ve, hacan
abstinencia. En la calle todo eraquietud y silencio; en la casa los
nios nocorran. Todo ruido o movimiento eraconsiderado pecado. Se
lea la Biblia enfamilia. Algunas personas no se baaban;se tena la
creencia y el temor de que si lapersona se baaba poda convertirse
enpescado.
La procesin de Viernes Santo era lams importante. Sala a las
siete de lanoche desde la iglesia. El atad era custo-diado a lado y
lado por hileras de milita-res vestidos de gala, que portaban
susrespectivas armas, y era acompaado poruna banda que tocaba una
marcha fne-bre. Dicha procesin segua un orden es-tablecido, as:
Adelante iba el sacerdote,los monaguillos quemando incienso a
supaso, llevando adems candelabros; se-gua la imagen de un gallo
tallado en
madera, la Santa Cruz (fabricada en ma-dera pesada),
posteriormente era condu-cido el atad y sendas imgenes de laVirgen
Maria, de Mara Magdalena, deSan Juan Bautista y de San Jos.
Unapersona portaba el pao con la imagen deJess, ypor ltimo
laVernica. Estaproce-sin se prolongaba hasta la medianoche.
Elsbado en lamaana se produca unrepique de campanas, cantaban el
Gloriay ms tarde se asista a misa. En sta elsacerdote quitaba el
manto que cubra elaltar mayor y los santos, se bendeca elagua y la
luz. A las 10p.m. se celebraba lamisa del gallo.
El da domingo se realizaba el encuen-tro entre Mara y Jesucristo
desde las 4a.m. alrededor de la plaza. Buscaban unania vestida de
ngel y la colocaban den-tro del atad de Jesucristo. El resucitadose
lleva en la noche del sbado. El domin-go en la madrugada una banda
acompa-aba este encuentro con msica alegre;luego se efectuaba una
misa en honor a laResurreccin.
En la actualidad este ritual complejono se practica en la misma
forma; los actoscentrales se mantienen con algunas va-riantes ms
simplificadas. De esta mane-ra, el va crucis se efecta el viernes
decuaresma; el martes se saca la procesindel Seor de la Columna y
Jess Nazare-no; el Jueves Santo, el lavatorio de lospies, en el que
los doce apstoles sonrepresentados por personas considera-das
(respetables) del pueblo; el sbadose saca en procesin las imgenes
de laDolorosa y de San Juan Evangelista; statiene un recorrido ms
corto y se guardalas nueve noches del santo entierro. En
laactualidad no se incluye el madero pesa-do de antao, sino una
cruz ms liviana.
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Adicionalmente, se perdi la tradicin delos monaguillos y
soldados.
5.2.3. Corpus Christi
Esta fiesta se iniciaba el12 de junio y tenauna duracin de tres
das. En pocas pa-sadas constitua ms que una celebracinreligiosa,
una fiesta de carcter popular,tanto en Cinaga como en Pueblo
Viejo.Atravs de ella la gente daba muestra dealegra desbordante en
forma espont-nea, ya que la mayoria de los participan-tes eran
indios y negros, comnmentedenominados ateos. Este era un
juegodesenfrenado que, conforme dijo elpadreRevollo aos ms tarde en
sus memorias,aunque tena un fondo de fe, habia sidointroducido por
los espaoles para hala-gar a la poblacin indgena (28). Es porello
que la Iglesia aceptaba todas estasmanifestaciones de jolgorio para
as con-seguir un acercamiento entre ella y elpueblo. Valga decir,
serva como estrate-gia de evangelizacin.
Una muestra palpable de este sincre-tismo es la participacin del
sacerdote enlaorganizacin de ladanza de lacucamba,diablitos y
negritos.
La danza la bailaban por las calles delpueblo, participaban en
la adoracin decada altar, terminaban en la iglesia, yentraban a sta
por grupos, ya que eranmuchos; hacan su baile y luego salan porla
puerta de la iglesia hacia distintos rum-bos, para posteriormente
continuar enforma independiente el baile en las casas.
El dia 12,al filo del medioda el diablomayor de la comparsa de
los diablitos llegabafrentea la iglesia a romper la vejiga,
ceremoniaque consista en bailar al son de las campanascon el toque
de los dlblos, al rededor de una
vejiga de res inflada, que se deslizaba fcil-mente hasta
romperla con lS espuelas quecalzaban los diablos humanos(29).
Exista una organizacin llamada Jun-ta de Nuestro Amo que se
encargaba decolocar altares, los cuales distribua entodo el pueblo.
En ellos se adoraba unacopa que representaba el cuerpo de Cris-to.
El sacerdote, bajo el palio, llegaba has-ta esos altares acompaado
por la juntaorganizadora y las mencionadas danzas.Primero una banda
interpretaba el himnonacional, ceremonia durante la cual todosse
tenan que arrodillar para hacer hono-res; posteriormente, el
sacerdote pronun-ciaba la adoracin del cuerpo de Cristo(cliz) y al
levantarse, los de la danzaemitan un grito particular, accin
querepetan sistemticamente hasta haberlohecho ante todos los
altares.
Esta rica tradicin desapareci de lospueblos cienagueros a raz de
la prohibi-cin de su celebracin por parte del obis-po de Santa
Marta Monseor RafaelCeledn, en el ao de 1890,hecho regis-trado,
segn el historiador GuillermoHenriquez Torres (30), en el
peridicocienaguero El Agricultor. Con ello sedio fin a una de las
manifestaciones msrepresentativas del sincretismo religiosode estos
pueblos. De ello slo subsistenlas danzas, pero ya no integradas a
lascelebraciones litrgicas.
Conclusiones
La cultura de la pobreza se configura ydinamiza en lugares de
encuentros ydesencuentros donde elimaginario colec-tivo tiene su
mxima expresin; es el casode los espacios pblicos y privados
demayor interaccin. Escenarios en los cua-les los individuos, casi
de forma incons-
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ciente, cumplen un rol que han asimiladode manera enculturizada
en su medio,como si hubiesen asimilado un libreto
o~nparndesempffiMsucondkillndepobre. Por ello, en estos espacios
losindividuos, de manera tcita, compartensignificados y
significantes.
Otro elemento que llama ta atencinpMa identifkar esta subcultura
en PuebloViejo lo constituye la concepcin que setiene del tiempo,
el cual, a diferencia delmundo moderno, parece no haber adqui-rido
valor especfko que incentive proce-sos productivos relacionados con
un ma-yor aprovechamiento de l.
En esta comunidad, el tiempo no sloda la sensacin de flotM, sino
que se cierrasobre s mismo. Esa visin circular incideen hbitos,
usos y costumbres, y en todoslos ritos del hombre: el trabajo, el
ocio, loreligioso y lo farniliM. Quizs el hecho decomprar vestido
slo en las Navidades,cuando se va de visita donde los parienteso en
el da del bautizo de los nios, estdeterminado por ese ciclo circulM
deltiempo.
Estas dos categorias, espacio y tiempo,son dos caras de la misma
moneda de lacultura de la pobreza. Redescubrirlas ymontM otro
libreto quizs sea un primerpaso pMa debilitar esa visin
premodernaque en algunos casos da la sensacin deque esta comunidad
se hubiese quedadoanclada en el siglo XVIII o XIX.
Es preciso destacar que la cultura de lapobreza tiene una red de
aristas que amanera de urdimbre signan toda la vidacotidiana. Es el
caso de los ncleos estruc-turales de la cultura de la pobreza que
sedestacaron en el desarrollo del trabajo,como fue el caso de la
desesperanza apren-
dida, el inmediatismo, la visin del mun-do de la mujer y el
culto a la muerte, queaunque no son los nicos, muestran a laclara
cmo estos ejes determinan una fuer-za de gravedad, a tal punto que
se consti-tuyen en barreras o grandes obstculosque impiden a los
individuos salir de lascondiciones de pobreza, dado que estosncleos
inciden en la baja estima, en elexceso de dependencia externa, en
el es-cepticismo y en la falta de confianza en smismos para cambiar
el gran papel deespectadores por el de actores de su pro-pio
desarrollo.
En este sentido, el aspecto religiosojuega un papel
preponderante en la cultu-ra de Pueblo Viejo, ya que satisface
diver-sos objetivos que van desde la solidari-dad social hasta
estar presente en los prin-cipales acontecimientos de la vida de
lagente. La religin les ayuda a sobrellevarsu condicin de pobres, a
aceptar su suer-te y les ofrece una base para dignificar
suexistencia, mantenindoles resignados aesa condicin de
pobreza.
Esta fuerza, manifestada a travs delas diversas expresiones
adoptadas por lareligiosidad popular, tambin pueden sercanalizada
como mecanismo generadorde cambios, ya que puede inducir a
laspersonas a renunciar a sus formas co-rrientes de vida y a
adoptar una vidacompletamente nueva.
Con base en los aspectos anteriormen-te destacados se confirma
la tesis de que elproblema de la pobreza no solamente esun problema
econmico, sino que ade-ms es cultural, en la medida en que
segeneran valores, normas y comportamien-tos proclives a la
pobreza.
112 Investigacin y Desarrollo. Universidad del Norte. 4: 90-113,
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26. Ibid.
27. Ibid.
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