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L A O R T O G R A F I A L A T I N ASU PROBLEMATICA Y SU POSIBLE
RESTAURACIN
La ortografa atina constituye un problema o mejor, una seriede
problemas, de difcil solucin, MEiLLEi Io califica de
insoluble.HAVET dice que hablar del problema ortogrfico del latn es
un con-trasentido, algo anacrnico, y aun llega a decir, en frase
algo enig-mtica, que el latn no tiene ortografa ^CLiQUENNOis,
aunque conalguna mayor mesura, subraya Ia idea de que el problema
de Ia or-tografa !atina no es menos complicado que eI de Ia
pronunciacin 2.Estos juicios de personas tan autorizadas, aun
tomados en un senti-do hiperblico, vienen a confirmar y como a
acentuar Ia idea de Iadificultad que presenta el problema de Ia
ortografa latina, Sin em-bargo no debe exagerarse demasiado ni
presentar el problema comodel todo insoluble. La historia de Ia
ortografa latina :\ tanto antiguacomo reciente, nos ha dado
soluciones aceptables en muchos pun-tos, y esto es garanta de que
tambin podr llegarse en Io sucesivoa lasolucin de los problemas
pendientes. Es cuestin de mtodoy de paciencia.
La importancia que el problema ortogrfico tiene ya en s,
encuanto que es el resultado de una serie de factores culturales y
ex.
1 MEiLLET, Leproblcme deorthographie latine. REL (Revue des
EtudesLatines) U 1924 28.-HAVEr, REL Il 1924 33.
2 CLiQUENNOiS1 Le Grec et Ie Latin, pg. 24, n. 67,a Para Ia
historia de Ia ortografa latina antigua cfr. Vt'. SiRZi:u:cKi, en R
Ede Pauli-Wissowa 1943 XVIII 2.0, 14564484. Para los trabajos
publicados de1880al948 ch.Cou$iN,Bibliographiedela langue latine.
Paris, Les BellesLettres 1951, pgs. 3-4. Faltan enesa b ib l iogra
f avar iaspub l icac ionesyar -tcuIos, que utilizamos en este
estudio*
3.-HELMANTlCA
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210 J0si: JlMt:Xi:/
presin de una cierta elegancia psicolgico esttica ya en
relacincon otras disciplinas, que hallan en Ia ortografa una base
en Iaque fundamentar sus conquistas, es motivo suficiente para
dedicaral mismo, el empo y Ia actividad necesaria, a fin de llegar
a con-clusiones satisfactorias en este terreno.
La mayor dificultad que presenta el problema ortogrfico
latinoessuine,i tabil idad. Lasgrafas cambian a medida que pasan
iosaos. Pero hay tns: dentro de una misma poca varan segn
losautores y, como si esto fuera poco, en un mismo texto epigrfico
oliterario es frecuente encontrar grafas distintas y aun
contrarias.
Para proceder con orden, voy a detenerme a desarrollar estaidea;
luego pasar al estudio del inters que tiene el tema ortogr-fico en
orden a determinadas disciplinas y, por f i n , tratar de expo-ner
unos medios que puedan llevarnos a Ia solucin del
problemaortogrfico latino.
I . - I iNESTABIUf)AD DE LA ORTOGRAFA L A T l N A
Ya hemos dicho que el problema ortogrfico latino es
extraor-dinariamente d i f c i ly que esta dificultadradica en su
inestabilidad,en Ia poca fijeza de sus grafas. No es difcil llegar
a Ia comprobs-cin de estatesis. Basta para ello tomaren las manos
unaantologade inscripciones y alguna de las ediciones crticas de
autores latinos.Para mayor claridad voy a proceder por partes.
1.0) La ortografa latina ha variado mucho segn las epcca$.Una
serie de ejemplos epigrficos ser Ia mejor prueba de este
aserto. Los textos epigrficos son en esto ms convincentes que
lostextos literarios, ya que Ia epigrafa es, en frase fe l i z de
BocKM ' elcodex diplomaticus> de Ia antigedad y consti tuye un
testimoniodecisivo por su autenticidad para Ia historia de Ia
lengua y de Ia es-critura. Un texto literario ha podido llegar
adulterado hasta noso-tros por prejuicios, tendencias de escuela o
por error o incuria de
4 STOL/-Di: :BRUNNi;R, Geschichic /tT ltetnischenSprache. B e r
l i n > W a l t e rdc Gruyter , 1953, 3,* ed.f pa^, 10.
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L A R ' l O U R A r i A L A T i N A 2 l
copistas; mientras que un texto epigrfico, a Ia distancia de
veinte oveinticinco siglos, nos conserva y ofrece, en su nativa
pureza y fres-cura, los rasgos y vibraciones de Ia mano misma que
Io grab.
Tomo los ejemplos del manualito de DiEHi. 5. Al lado de
cadapalabra pongo el nmero que lleva Ia inscripcin en ese manual.En
dicho tomito podr verse al pie de pgina Ia referencia exacta alCIL,
al Priscae latinitatis monumenta epigraphica> de Ritschls,
alCarminaepigraphica de B u C H E L E R y L o M M A i x s c n y a
las In-scriptiones latinae selectae de H. DESSAU. Los ejemplos son
en suinmensa mayora del latn arcaico. Dentro de esa poca ya se
en-cuentran variantes ortogrficas de importancia. La vsriedad de
estasgrafas resalta ms si se las compara con las correspondientes
dellatn clsico o postclsico. Sigo el orden alfabtico al objeto de
quecn cua!quier momento pueda echarse mano de estos ejernpIos.
Abdoucit 539, adiesent 262, atfuise 202, a r u o r s u 257,
262,aduocapit 138, aastutieis 122, dueos (=bonus) 720,
duonoro(=bonorum)541,caputalem262, cosmis 720, conquaeisiuei
430,consol 116, 154, 271, 339, 343, 539, cosol 50, 153, 232, 540,
consl49, coirauere 2, 31, 68, 73, 76, 122, 133, coerauere 26, 38,
69, 72,101, 103, 126, courauerunt 251, 394, coraucron 12,
cuurauerunt690, quom 262, 9, 18, 270 etc., qum 356, 584, 611,
quonque 264,qur 836, qura 583, kalatorem 254, cratia 65, f h e
fhaked (--fecit) 71Q1hec(^nom.masc.s ing.) 541, honce (^hunc) 250,
haace (=hac)268,iouesat(=^iurat)720, ouestod (=iusto) 254,
iouxmenta 254,popolum 268, 13, poplus 263,poplom 271,poubiicum 265,
sakros254, testumonium 268, 3, trebibos (=tribubus) 227, oino
(^unum)541, uootum 175, oitile ( - - u t i l e ) 264.
Indudablemente estas grafas de poca arcaica dstan mucho
deacuellas a que nos tiene acostumbrados el latn clsico.
Mas para que se vea ms al vivo el contraste, tomemos unacorta
inscripcin, por ejemplo, Ia l lamada f bu l a de Preneste '; y
5 Du:iii., E R X S i , Altlateinische Inschriften ( K > e i n
e Ttxte fr Vor le sungenund L'ebungen herausgegeben von Hans L i e
t zman n 38-40) Berlin, Wal t e r deGruyter, 1930.
6 La f ibula de Preneste, en el tomiio de Diehl, lleva el n. 719
y corres-p o n d e a I C l L I 1 24 b. Es e n c a r a c t e r e s g
r i e g o s g r a b a d o s s o b r e u n a h e b i I l a d eoro,
hallada en Preneste en 1871. Es tal vez la ms antigua de las
inscripcionesrecogidas en el CIL, Data por io menos del siglo 6.1'
a, Chr.
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212 JOSK J lMENH/ .
hagamos su transcripcin al latn de Ia poca augstea. La diver-g e
n c i a d e g r a f a s y a u n d e morfemas es extraordinariamente
no-table.
Manios medfhefhaked NumasioiManius me f c c i t N u m e r i o
.
El contraste es manifiesto y se presta a instructivas
observa-ciones, que omitimos para no salirnos del tema.2.0) La
ortografa latina en una misma poca vara notablemente
en los diferentes autores.Para dejar bien sentada esta
proposicin, tropezamos hoy por
hoy con una seria dificultad, y es que no es fcil llegar con
exacti-tud al conocimiento minucioso de Ia ortografa de cada uno de
losautores latinos. Hay un puente roto entre Ia grafa tal como sali
desus manos y Ia que nos hantransmitido los codd. y mss.
Franqueareste puente hasta llegar a restituir de una manera
cientficamente se-gura Ia genuina ortografa de cada autor es una
tarea delicada, peroimportante, que interesa acometer con decisin y
mtodo. Volvere-mos ms tarde a ocuparnos de este tema. Lo que de
momento nosinteresa es constatar que, partiendo de las buenas
ediciones crticas,tales como las de Weidmann, Teubner, Oxford, Bud,
Paravia etc.,no es raro encontrar una diferencia notable entre Ia
ortografa dedos autores de una misma poca, v. gr. Cicern (f 43 a.
C.) y Sa-lustio (f 36 a. C).
Salustio 7, con marcada tendencia arcaizante, presenta grafas
queen Cicern s aparecen ya cn forma ms moderna. As por ej. es
nc-torio encontrar en Salustio:
1) o por u detrs de u (sonante o consonante):iiolt, uolnu$,
UoIgUS1 nouos, aequom ",
? ParaSaIust iocfr . Ia e d i c i n c r t i c a d e l a Coleccin
hispnica de Jost:M A N U K L PABON1 Barcelona 1954.
8 Para Cicern cfr. Caton rancien, edicin Les Relies Le t t r e
s>> , Paris 1955,con un importante estudio p r e l i m i n a
r de P. W u i L U : U M i i : R ,
9 N i K D K K M A N N , PJwnque historique dti latn. 3.a ed, pg.
41 (Paris,Klincksieck, 1953) sienta como norma general que grafas
del tipo eqiws, ser-
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LA O R T O G R A F A L A T l N A 2 i3
2) o por e despus de u:uosteri aduorsus, uoro.
3) u por / en los superlativos:optumu$, maxame.
4) u por o ante / velar, en palabras comoadulescens,
epistiila.
5) / por e en cornpuestos como *benificinm* *maIlvo!u$*,
conestructura similar a Ia del compuesto *omnpotens.
6) -undum por -endiim en Formas de gerundios y gerundivos,como
mxime, beneficium, accipiendum, arbor,omnes homines (acus. pl.).Y
como cosa particular sabernos por Quin-tiliano, que Cicern deseoso
de dar con una frmula que Ie permi-tiera distinguir Ia / consonante
de Ia i sonante, ensay Ia frmula deescribir aquella con dcble /;
sciat etiam Ciceroni placuisse aiioMaiiamqae geminata / scribere
I0.
Por el mismo Quintiliano consta igualmente que Cicern menu-de
las dos eses en palabras que luego aparecen en sus edicionescon s
sencilla: quid quod Ciceronis temporibus paulumque infra,fere
quotiens s littera media vocalium longarum vel subiecta
longisesset, geminabatur, ut caussae, cassu$, divissiones>
quomodo et ip-
os, mortuos por equus, seruus, mortuus, con o precedida de u, se
mantuvierondurante toda Ia poca republicana y en ocasiones hasta
dentro de Ia C-poca impe-rial. Las ediciones de Cic., concretamente
Ia de WuiLLEUMii:R, que acabamos decitar, contradicen esta norma
tan general.
10 QuiNT., 1, 4, 11. Coincidente con el testimonio de
Quintiliano es el delgramtico Velio Longo que dice: In p!erisque
Cicero v ide tu r audi tu emensusscriptionem, qui et Aiiacem et
Maiiam per duo / scribendam exisimavit (KEiL,GLVII54 ,16) .
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214 ! '-,
Estas someras indicaciones son suficientes para ver cmo
enrealidad es diferente en muchos puntos Ia ortografa de dcs
escri-tores coetneos.
Pero no acaba aqu Ia sorpresa. Existe desacuerdo entre grafasde
un mismo texto epigrfico o literario. Vamos a verlo.
3.0) La ortografa latina vara tambin en un mismo texto,Por de
pronto, si damos fe a cdices y manuscritos, es frecuen-
te hallar a pocas lneas de distancia variantesgrficas
muynotable? .WuiLLEUMiER Io hace notar a propsito del texto de Cato
Maior deCicern. Testifica Ia existencia de variantes como
adolescens, odu-escens, adoliscens, aduliscens, immortalitas e
inmortalitas, a vecesen una misma pgina u.
No hace mucho que Ulrico KNOCHE public una edicin crticade
Juvenal u. Llama Ia atencin ya en el epgrafe o ttulo el uso deIa
dob!e grafa i/j y a|v con valor de i;u consonante: D.
/uniusJu-venali$, Saturae. Luego en el texto aparecen grafas
comoformon-sust lagona, set (=sed), haut (=haud), inprime, parvola,
relinqunt,etc., en abierta oposicin con otras grafas de estructura
ms nor-mal, que tambin trae el texto.
No es probable que todas estas variantes ortogrficas sean
ori-ginarias. Podemos razonablemente suponer que nos hallamos
anteun texto adulterado por uno o varios de los factores que
intervie-nen en Ia transmisin manuscrita. La incoherencia existente
en loscodd. o mss. no ha podido menos de llamar Ia atencin de los
crti-cos. R. SABBADiNi estudia esta incoherencia de Ia crtografa de
Vir-
11 Qu iNi . , 1,7,20.1^ QuiNT., 1,7,21.n WiLLKUMiER , Cic., Catn
l'ancien, Paris 955, pg. 118.14 D. I u N i u s J u v E N A L i s :
Saturae. Herausgegeben von Ulr ich KNOCHE; Max.
Hueber Verlag, Mnchen 193,
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. A O R T O G R A I I A Lv i IXA 215
g".iio u. Demuestra Ia oposicin de grafas como kau$sa|causa,
dacei/duci, qtwmcum.
Jean CoLi.ART, en su introduccin al libro 5.0 del De lingua
Latina deVarron,se ocupa tambin de este punto 1(i y no tiene
in-conveniente en admitir el juicio de KeNT, uno de los que mejor
hanestudiado esta obra de Varrn. Segn l sera vano querer hallartras
una tradicin manuscrita nicala verdadera ortografa del gramticolat
ino.Soninsuficientespara e l lo los datos que tenemos.
La misma posicin sost ieneJ .ANDRieuengeneralparatodoslosautores
antiguos 17. Existen muchas variantes en sus cdices, perocul sea
lagrafa original, hoy por hoy es imposible de!:erminar enmuchos
casos. Hacen f a l t a ms estudios de detalle, como el quehemos
citado de SAiiiuDiNi o como el que LiNosAV y RoMANO ha-cen sobre Ia
ortografa de Marcial !s, L r ; N c i i A N T i N i > E
Gi:BERNATissobre Ia de Lucrecio 1:' y Wt:iNBEKuER sobre Ia de Ennio
-".
Mas, aunque del examen de los textos literarios no podamos
re-montarnos en muchos casos de una manera cientficamente seguraa a
grafa original, s que nos es permitido sacar Ia conviccin deque
debieron existir variantes ortogrficas desde un principio.
Los textos epigrficos vienen a confirmarnos de forma inequ-voca
en esta idea. Existen en efecto dos inscripciones, Ia *ex
muni-cipalis -' y Ia *lex genitiva* 22, las dcs derivadas de uri
autgrafode Csar y las dos con variantes ortogrficas, que vienen a
confir-mar que no haba uniformidad en Ia transcripcin
literaria.
1:> R. S A B B A D i N , L'incoerenza nell'ortografia
Vergeliana. Rendiconti delR. Ist i tuto Lombardo (Milano Hoepli)
LVIII 1925, 333-336.
1(i V A K R O N , De lingua latina. Livre V. Texte tabli,
traduit et annot parJ. Collart . Paris *Les Belles Lettres 1954,
pg. XLL
17 J. Axi)R;i . r , Problme d'histoire des textes. REL 24 194o
271-314.18 W. M. L iXDSAY, The orthography ofMartiaVs
epigrams.]vm\w\ of phi-
lology, London Cambridge XXIX 903 /4 y ss.B. RoAUNO, Appunti
sull'orto-grafia di Marziale. Att i dela Academia delle Scienze di
Torino LlV 239-251 y262-270.
lf) M. L t N C i i A N T i N DE G u r t E R N A H S ,
L'ortografia di Liicrezo. BoIL di Filo-logia classica, Torino
C!iiantore XXXI 1924 17 y ss.
- W. Wi:iNBEROER, Der Dichter Ennius als Verfasser eines
orthogr. HiIf-buches. PhiloIogus, Leipzig De e i i eh 1904
633636.
21 CIL I 206 (45 a. C.)-v CIL II supl. 5439.
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210 JOSE J l M U N F /
En el epitafio de Escipin 2; hallamos a Ia vez cosol /
consol,ce$or/censor,optumoyLiiciom] lasdos lt imas paabras
corres-pondientes a un acusativo singular, una de ellas con prdida
de Iam f ina l 2 1 .
Una inscripcin votiva, en tres solas palabras, nos ofrece
varian-tes en Ia forma del dativo singular: lunoneSeispitei Matri
-5.
En una inscripcin del 45 a. C. 2( hallamos asimismo estas
gra-fas dispares/0/ctere /foedare, conscreiptum /conscriptum.-
En el Monumento de Ancira leemos a Ia vez manabiis (HI 8)
ycolonis (IV, 27), con sinresis y sin ella.
En Hn, no acabaramos si quisiramos reunir las variantes grfi-cas
que se observan en los textos epigrficos. Indudablemente
Iaortografa latina se ha movido siempre en un terreno de
arbitrarie-dadydezozobra , en un desconcierto e inestabilidad
manifiesta.Bien claro est el pensamiento de Quinti!iano a este
respecto. En elcap tuIoquededicaaeste temadicecategr icamente:
Verum or-thographia quoque consuetudini servit ideoque saepe mutata
esi 27.
II . lNTERES DE LA ORTOGRAFIA LATINA
La anarqua reinante en punto a ortografa latina representa,
sinduda, una grave dificultad; pero es tal el inters que por otra
parteencierra sobre todo para determinadas disciplinas, como Ia
epigra-fa, Ia fontica y Ia morfologa, Ia gramtica engeneral, y ms
anpara Ia crtica textual, que vale Ia pena desarrollar en torno a
estetema los mayores esfuerzos a trueque de llegar a lasolucin de
susprincipales problemas. Si as no fuera, no hubiera sido tan
notableIa proliferacin de tratados ortogrficos en las diferentes
pocas.Mucho dice sobre el particular Ia historia de Ia ortografa
latina queSTR7ELECKi nos presenta en Ia RE de PAuii-WissowA 2S y Ia
colec-
CIL P 8-9.24 Sobre Ia prdida de Ia m f ina l cfr.
NiEUERMANN,PA0ne / /gueA/s / .dH
latn. Paris K!incksieck, 1953, 3.a ed. pgs. 101-104.25 CIL XIV
2090.l1 CILF593.27 QuiNT., 1,7, 11,38 RE de PauIy-Wissowa XVIII 2.0
1456-1484.
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.A O R T O O R A H A L A T i X A 217
cin de tratados ortogrficos reunidos por KEiL en el vol. VII
delos gramticos latinos -!*. No se explica esta abundante
produccinbibliogrfica, sino partiendo del supuesto del inters del
terna. Eseste un punto que bien merece un poco de explanacin.
Comen-cemos declarando el inters que tiene Ia ortografa latina para
Iaepigrafa.
1) La ortografa interesa a Ia epigrafa.En efecto, en epigrafa
esun problema importante el de f i j a r Ia
fecha, al menos aproximada, de las inscripciones. Ahora bien,
aveces, el texto epigrfico llega a nosotros, tras un ocultamientode
siglos, envueltoen un protundo misterio. As las cosa?, es posi-ble
que sea Ia grafa el nico factor que nos permita situar en supropio
momento histrico un texto, que sin esta fijacin cronolgi-ca perdera
mucho de su inters. Excelente servicio que Ia ortogra-fa, basndose
en datos ciertos de su evolucin histrica, viene pres-tando a Ia
epigrafa y a las ciencias que de ella echan mano. Untexto latino
nos demostrar claramente Ia importancia del dato or-t3grafico para
el objeto de que venimos tratando. Coloqumonosfrente a Ia
inscripcin llamada del vaso de dueos. Esta inscrip-cin, hallada en
Roma entre el Quirinal y el Viminal en 1880, cs delas ms
enigmticas. Su texto ha sido objeto de minuciosos anlisispDr parte
de los ms famosos epigrafistas. En el volumen de do-cumentos para
ilustrar Ia historia de Ia lengua la t ina , que acabande publicar
RuBio-BejARANO :0, se reproducen varias de las leccio-nes o
interpretaciones dadas al texto por BucnEi.ER, Sioix-Di:-H R U N N
E R , FRASER, PAGLiARo, DiRCHS y DEVOTO1 junto con Ia citade los
principales estudios dedicados a este texto epigrfico. Estacopiosa
bibliografa es indicio de Ia dificultad que entraa Ia
solainterpretacin del texto y a Ia vez del inters que despierta.
Repro-ducimos Ia transcripcin que nos da Devoto : t l :
-!l G. L1 Grammatici Latini ex recens ione H. Kci!, L ips iae T
e u b n e r i i , 18H).:' Ru i i i o -Bb : jARANO , Documenta
adHnguae latinae historiam inlustrandam.
C. S.I. C. Madrid, 1955, p^s. 2- 'J .;n DtVOTC), Storia della
lingua di Roma. Bologna, C a p e l l i , l < M 4 , 2 . " t d
.
lam. III, p. 80.
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^ 8 J i )SC J lMf:Nf: /
ioaesatdeios qoimedmitatneited endoco$misuircosied
astednoisiopetoitesiaipokariuois
/dueno$medfecedenmanomeinomdzenoinemedma () ostaiod
:r.Evidentemente estamos ante un texto de latn arcaico, cuyo
sen-
tido se percibe mejor eri Ia trasposicin aI latn clsico, tal
como Iatrae SioLZ-DEBRUNNER en su *Historia de Ia lengua latina
:s:i:
Jarat deos, qui me mittit, ni in te comis virgo sit,ast...
utens, eipacori vis:bonus me fecit in bonum... die nono me malas
statu (?)
La simple comparacin entre Ia ortografa del texto or iginal yIa
del texto transcrito a latn clsico nos permite deducir que se tra-a
de una inscripcin de fecha no inferior al s. v a. C. La
argu-mentacin se basa en los siguientes datos ciertos sobre el
origen yevolucin de determinadas grafas.
a) La falta de geminadas.La inscripcinde *dueos se caracteriza
en primer lugar pcr
Ia falta de geminadas; mi ta t por mi t t i t . Ahora bien,
consta quehasta principios del s. u a. C. no se introdujo en latn
el uso de ge-minadas. El primer ejemp!o epigrfico con geminadas que
se citaes el decreto de Pau!o Emilio, que corresponde al 189 a. C.
Coin-cidente con este dato epigrfico es el testimonio de Festo ;
'1. Hablade Ia palabra sol i taur i l ia, considerada compuesta del
adjetivo sol-lus (^ todo) y taurus , y dice: per unum / enuntiari
non est mi-rum,quianullatuncgeminabaturlittera in scribendo; quam
con-suetudinem Ennius mutavisse ferur, utpote raecus Oraeco
moreusus. La vida de Ennio, del 239 al 169, prueba que en Ia fecha
deldecreto de Paulo Emilio, haba llegado al perodo de plena
madu-rez y de prestigio, y no es extrao que Ia prctica por l
introducidadel uso de las consonantes dobles se generalizara. Segn
esto, en Iafalta de geminadas tenemos un criterio seguro para
deducir que es-ta inscripcin es anterior al s. i i a. C.
32 CIL 12, 4.:i:! SroL7-Di:BRUNNER, Qescli. der lat. Sprache,
Berlin 1953, pg. 66.3 P. FEST., 374, 5.
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L,\ O i M < > < i R A r i A L A ' i l X A 2 9
b) La ausencia de Ia palafa! sonora G*.La grafa *uirco> por
uirgo, atestiguada en Ia inscripcin de
dueos, nos permite retrotraer Ia fecha de Ia misma, por Io
me-nos hasta principios del s. ni a. C. Efectivamente,sabido es,
que fuen tiempo de Espurio Carviiio Ruga, cnsul el 293 a. C1 cuando
semodific Ia C, gracias a una virgu!a que se Ie aadi en Ia parte
irtferior, dando lugara Ia aparicin de una nueva letra en el
alfabetolatino, Ia G1 con valor de palatal sonora. La historia de
esta letra Iaresume FoRCELLiNi ;:' en las siguientes palabras, O
sptima Latino-rum littera, una ex mutis, cognata est littera C, a
qua originem ha-bet. Novaconsonans d i c i t u r aDiomed . 2 p. 417
Putsch., quiamulto tempore Latini ea caruerunt, CIi t teram ejus
loco adhibentes,sed duplici potestate; scilicet in quibusdam
vocibue, ut C nuiic ha-bet, in aliis ut G. Tandem post quingentos
fere annos ab U. C. Spu-rius quidam Carvilius, ut est apud
Plutarch, de Qaaest. Rom. n. 54parvo apice inferius litterae C
adjecto in iis vocibus, quae G sonumhabebant, eam in Latinum
invexit. Remansit tamen in quibusdamvocibus, ut in Cajus, Cnaeus,
licet per G e f fe ran tu r> .
c) La permanencia de Ia s intervoclica.Es este otro dato grfico
importante, que presenta Ia inscripcin
del vaso de dueos. En virtud del mismo podemos situar su
re-daccin en poca anterior al ao 339 a. Ch., fecha en que se
pro-duce en Ia fontica latina el llamado fenmeno del rotacismo.
Estefenmeno consiste sencillamente en que Ia fricaiva dental s ,
en-tre vocales, de sorda se hace sonora y automticamente se
cambiaen *r*:esi/'crit| fu-is-ti/fu-er-ont, quesius/queror,
heri.'hester-nus, es-se, ama-re. De este fenmeno dan fe, entre
otrcs gramti-cosantiguos, Varrn y Quintiliano. V a r r n e n s u
DeLing. Lati-na :ti, dice: in multis verbis, in quo antiqui
dicebant s , posteadicunt r... foedesum jfoedemm, plusima /plurima,
meliosem me-liorem, asenam/arenam>.QuintilianopQrsu parte
escribe :i;; *nam
3r> FORCKLLiNJ, Lex. tois Latinitalts, introd. a Ia letra
G'.3C V A R R N , De Ling. Lat. 7, 26.37 QuiNT., 1,4, 13.
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220 JOSE J lMENFZ
ut Valesti Fusli in Valerios Furiosque venerunt, ita... etiam...
lases,asa fue run t .
Paralacronologadel rotacismo es importante el testimoniode
Cicern ;is, segn el cual fu L. Papirio Craso, dictador el
339,quienpor primera vezrotatiz su nombre: primus Papisiusestvocare
desitus. Ahorabien, si consideramos que las nombres prc-pios son
siempre ms refractarios a Ia evolucin o transformacinfontica, no es
improbable suponer que Ia rotatizacin de los nom-bres comunes debi
iniciarse a principies del siglo iv a. Ch. Poreso una inscripcin,
como Ia de dueos, con grafas como ioue-sat, anteriores a Ia
rotatizacin, Ia hemos de colocar por Io menosen el s. iv a. Ch. y
muy probablemente en el siglo v.
d) Otros indicios grficos.Dentro de lainscripcin de dueos hay
todava nuevos indi-
cios grficos reveladores de su antigedad, como Ia persistencia
delvocalismo e/o por i/u en palabras coma feced, deiuos; Ia
presencia deIa -d final en grafas como meritod, feced; Ia del grupo
da- con va-lor de - (duenos=bonus)y asimismo lapermanencia de -u-
inter-voclica en Ia palabra iouesat equivalente al iurat de poca
c!asica.Mas como Ia cronologa de Ia evolucin de estas grafas no es
tansegura como Ia de los casos anteriores, no podemos apoyamos
enellas para sacar conclusiones del todo concretas y
definitivas.
Otra huella ortogrfica y a Ia vez morfolgica de Ia antigedadde
esta inscripcin es Ia presencia en ella de Ia preposicin endopor in
y precisamente en forma pospuesta, contraria al usocorrien-te en el
latn literario. Esta posposicin de las preposiciones, frecuen-te en
otras lenguas itlicas, como el osco y el umbro ;!1(, da pie
parasuponer esta inscripcin escrita en un momento histrico en que
ellatn, o no se haba distanciado en el empleo de las
preposicionesdel uso cortiente en los dialectos itlicos, o estos
dialectos ejercanan una influencia eficaz sobre el latn. Ambos
fenmenos corres-ponden a poca muy aatigua. De suerte que Ia forma
ted-endo> equi-valente a in te, que hallamos en Ia inscripcin,
es un nuevo tcsti-
3M Cic., *p/s/.Q,21,2.M N A X A K i , 1 Dialetti Italici. Milano
HoepIi, 1900, pgs. 167-171.
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LA R l O G R A H A L . V n X A 221
monio de su antigedad; de ninguna manera posterior al s. iv a.
Ch.Es verdad que el elemento endo|indu Io volvemos a encontrar
en Ia lengua latina de poca posterior con valor de preposicin
ysobre todo de prefijo, pero esto sucede slo como excepcin y
ge-neralmente en poetas, forzados por necesidad mtrica o
llevadosdel deseo de dar tinte arcaico a su expresin potica. Y
sabido esque en poesa siempre perviven ms las formas arcaicas. En
Ennio,por ejemplo, hallamos las formas indnperator (Ann. 82, 326,
347,565), induuolans (Ann. 416), indotuetur (Ann. 70), en
sustitucin depalabras amtricas como mprtor, tnvlns, ntutar, 40 y
ademsendo (Ann. 576 e indu (Ann. 238) con valor preposicional.
Tambinen Lucrecio encontramos por Ia misma razn de necesidad
mtricapalabras como induperatores (4, 967), indupedita (2, 102; 5,
876)indupediri (4, 70).
Resumiendo, pues, vemos en la inscr ipc inde l v a s o d e d u e
-nos> el inters que tiene Ia parte grfica para un punto tan
impor-tante de Ia epigrafa, cual es Ia datacin de sus textos.
Partiendo dedatos ortogrficos seguros llegamos sin dificultad a
conclusionesciertas e importantes, sin necesidad de salirnos del
terreno cientfico.
2) La ortografa interesa a lafontca.En lain, como en otras
lenguas, Ia grafa va ntimamente unida
al fonema. La funcin propia de las grafas es, segn expresin
deQuintiliano 4I, guardar como en depsito las palabras y
transmitir-las luego fielmente a los lectores: hic enim est usus
litterarum, utcustodiant voces et velut depositum reddant
legentibus. Itaque ide x p r i m e r e d e b e n t q u o d d i c t
u r i s u m u s > . Siendo as, es fcil com-prender los buenos
servicios que Ia ortografa puede prestar al fo-netista. N i E i ) E
R M A N N en su Fontica histrica del latn, tiene querecurrir
frecuentemente a las grafas antiguas en confirmacin desus
principios o apreciaciones. Lo mismo hacen E i < N o u i ,
SoMMtR,etc., ya que Io que decimos de Ia fontica tiene aplicacin a
Ia mor-fologa histricay a Ia lexicografa.
40 CoRi>iER, L'Hexamtre latin dansEnnius. Paris, V r i n ,
1947, pg. 7111 QuiNT,, 1,7, 31.
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22 JOSE JlMi:Nf;7,
Quintiiano sienta el principio de que el latn hay que
escribirlocomo se pronuncia: ego, nisi quod consuetudo obtinuerit,
sic scri-bendum quomodo sonat 4-. Esto supuesto, es lgico
argumentarde una grafa cierta a un fonema o un morfema incierto y
ste es elcamino seguido frecuentemente por fonetistas y
morfologistas. Peroes el caso que muchas veces tropezamos en latn
con grafas queobedecen a diversidad de criterio. Qu camino seguir
entonces?Este es uno de los problemas ms difciles de Ia ortografa
latina, yen l est Ia clave de su inestabil idad. Volveremos a
ocuparnos msadelante de l con alguna detencin. De momento, para Io
queahora tratamos, bstenos recordar que esta inestabilidad
muchasveces radica en Ia lucha entre dos criterios, el etimolgico y
el fo-ntico. Quintil iano se declara partidario del criterio
fontico y poreso propone optinuit f rente a obtiniiit 1:1. Lucilio,
en cambie,aconseja no inquietarse por el!o. Es asunto u que no
tiene impor-tancia. TaI es el juicio de un poeta satrico. Mas los
gramticos con-denan indignados esa posicin ligera de Lucilio y se
declaran abier-t amen tepa r t i da r i o sde l apos i c indeQu in
t i l i ano . Es muy importante a este respecto un texto de Velio
Longo. Habla de Ia gemina-cin de algunas letras y, apropsito de Ia
c nacida de Ia asimila-cin de Ia d del prefijo ad , dice i5: sic in
his partibus orationisquae incipiunt a littera c no facile potest
hac praepositione admotasonare d littera. haec simili ter littera
geminatur in eo quod est capioaccipio. itaque Lucilius
atqiie accurrere scribosdne an c, non est qaod qiiaeras atqiie
labores.
i l le quidem non putavi t interesse scripturae, sed s sonus
consuH-tur, interest aur ium ut c potius quam d scribatur.
< ~ QuiNT., 1,7,30.^ QuiNT., 1 ,7 ,7 .44 C. Li;uL.,
Satiirarumfrg. 330 c. L.-Ludlio (167-102) poea satrico, digno
precursor de loracio, mereci que Quint i l iano Ie otorgara el
honor de Ia pri-maca entre los satr icos romanos : St i ra q u i d
e m tota nostra est, in qua pri-miis l audem adeptus es L u c i l i
u s (10, 1, 93). KI mismo Horacio, tan severo enj u z g a r a los
poetas an t iguos , reconoce en Luci!io al poeta elegante y
cortesano,ms delicado que Ennio y sus rudos predecesores, y Io
proclama inven to r de ungnero potico nuevo desconocido para los
griegos (Sat. 1, 10, 64),
K E i L , G L V l I 6 ' > , l - 4 .
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L A ( ) R T O ( j R A I - ' I A L A ' l I N A 22J
Que sta sea Ia tendencia natural de Ia lengua latina consta
poruna serie de datos y testimonios. Y en primer lugar el
testimoniode Quintiliano, el cual al hablar de las cualidades de Ia
frase latinasienta como principio fundamenta l Ia eufona o dicho
con un tec-n i c i smosuyo ,quenohaprospe rado Ia vocal i tas.
Estassonsuspalabras: Sola est quae notari possit velut *vocali
tas>, quae euc
-
24 JOSE J l M E N E /
eius corrumpitur 5. Esto explica Ia presencia en
inscripcionesyertmanuscritosde sintagmas comoestos: im medio, cun
notis, im pa-ce, tan durum i:1.
d) Laelisinylasinalefaobtdtctntembin a Ia misma
ten-dencia.Aeste*especto Quintiliano V1t hablando de la
elocucin,condena Ia mala costumbre de ir como contando las letras;
i taomnes imputare et velut annumerare litteras molestum et
odiosum>.Por el contrario considera agradable y fino acertar a
unir conve-nientemente o suprimir, segn los casos, las diferentes
letras:Nametvoca l e s f r equen t i s s imecoeun t et consonantium
quaedaminsequente vocali d i s s imulan tur> . Pone a
continuacin el ejemplode Virgilio "( mul t (um) i l l (e) et
terris, con elipsis y sinalefa obli-gadas.
e) Optinuit e immunis. Confirma as mismo Ia tendencia eu-fnica,
como caracterstica del latn el siguiente texto de Ias
Ins-tituciones de Quintiliano ";: Quaeri solet in scribendo
praepositio-nes sonum quem iunctae efficiunt, an quem separatae
observareconveniat, ut cum dico optinnit (secundum enim 6 lit teram
ratioposcit, aures magis audiunt p) et immunis: i l lud enim, quod
veri tasexigit, sequentis syllabae sono victum m gemina commutatur.
Eneste texto se plantea abiertamente el problema de Ia doble
ortogra-f a , Ia etimolgica y Ia fontica; sta, basada en Ia
asimilacin oadaptacin de sonidos; aquella tomando como fundamento
Ia solaadherencia o yuxtaposicin de elementos. Problema delicado,
quehasta nuestros das ha ido recibiendo una solucin u otra segn
Iastendencias de las diferentes escuelas. Pero, a pesar
dereconocerenIa evolucin histrica del latn Ia existencia sucesiva o
simultneade ambas soluciones hay ciertos factores que nos fuerzan a
consi-derar como ms genuina Ia tendencia fontica, es decir, Ia
asimila-toria. La prueba est en Io que ocurre en las lenguas
romnicas,que bien podemos considerar herederas de las propiedades
genui-nas del latn. De un scr/fr-o con labial sonora, sale por Ia
sola
** QuxT., 8, 3, 4'-.s:1 CIL IV 1895.s* QlMNT.. 11, 3,33.34.:>
VtR(i . , Aen. 1, 3.56 QuiNT., 1, 7, 7-8.
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LA O R T O O R A F i A 1,ATlXA 225
eufona fontica un *scr/o-tum> con labial sorda, que
armonizaconIa dental sorda que Ie sigue: y este scritum* latino nos
da en ita-liano *scritto>, con asimilacin de labial y dental, y
en espaol ,et iam nunc>. Caper hace notar que el sintagma in
Siciliam> so-naba is Siciliam iT y Ve!io Longo asegura que cum
dico etiornnunc, quamuis per m scribam, nescio quomodo tamen
exprimerenon possum :>s.
No hay que olvidar que los latinos procuraban que Ia ortogra-fa
correspondiera a Ia fontica. Ya hemos citado el texto famosode
Quintiliano: ego... sic scribendum quomodo scnat> (1, I1
30).Papiriano, en el resumen que de l nos ha conservado
Casiodoro,sienta el mismo principio; a l i ter scriber?, aliter
pronuniare vecor-dis est r';i.
En otro lugar vuelve a insistir Casiodoro en que clebe
seguirseen los compuestos Ia ortografa fontica o de asimilacin;
Obser-vanda dice pussillo diligentius est praepositionum cum
verbisaut vocabuhs compositis, ut consonantes novissimas
praepositio-num sciamus non durare, sed mutari plerumque (i0. Y ms
adelan-te aade; Plerumque evenit ut consonantesquaedamverborumaut
vocabulorum coniunctae, huic praepositione (^od) mutentur...accedo,
atttili, assiduus, appareo, annuo, olligo, aspiro, aspicio*
':1.
KEiL1 QL VII 106, 1?.*8 KEiL, GLV!l78, 19.^ K e i L , G L V I M
6 1 , 9 .o K E i L , G L V I l l 5 1 , 7 - l O . KEiL , G L V 1 i6l
O-15.
4. HELMANT1CA
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2"6 JoSt: J l M E N E Z
Concuerda con estos y otros testimonios, que se podran aducira
este respecto, el hecho de Ia supresin de Ia m y s finales, f
re-cuente en textos epigrficos. Efectivamente, en inscripciones de
lossiglos 3 y 2 a Ch.. hallamos por ejemplo un Cornelio
(=Corne-lias) (i-; un Foario (=Furio) tribunos militare ::i
(^tribunus milita-ris) y as otras muchsimas grafas en que Ia 5
final se ha elidido. Lomismo ocurre con Ia m. En el epitafio de L.
Cornelio Escipir,cnsul el 259 a. Ch,, Ia m final falta en casi
todas las palabras. Asoino, duonoro, uiro, Scipione, urbe etc. por
oinom (=unum), duo-norum (^=bonorum), uirum, Scipionem, iirbem 4 i
l . En estos hechoses fcil ver Ia tendencia del latn a armonizar su
ortografa con sufontica, pues es cosa sabida que dichas consonantes
finales, en de-terminadas circunstancias, o no se pronunciaban o
tenanunsonidotan tenue que apenas se perciban. De Ia m
concretamente diceNiEDERMANN que vena a reducirse a una resonancia
nasal de Ia vocal an te r io r G l . Es este el sentido que hay que
dar a un texto famosode Quintilianoreferente a Ia m final: eadem il
la littera quotiesult;-ma estet vocalem verb; sequentis ita
contingit, ut in eam transirpossit, etiam si scribitur, tamen parum
exprimitur, ut mult(um) illee t t ;T. Estetestimonio de Velio Longo
nos sirve de clave para entender un tex-to algo confuso de
Quintiliano, que Ia tradicin manuscrita nos ha
^ C I L I 2 S . CIL I2 48-49.64 CIL I2 9.05 N iEDERMANN, Phon.
hist, dii latin,i pg. 104; cfr . E. DiEHi. , De Mfinali
epigraphica. Lipsiae, B. G. Teubneri 1899, pp. 326. La m f ina l
haba ya desapa-recido de Ia lengua viva en el siglo primero del
imperio; no obstante el signogrf icosemantena a n e n l o s s i g l
o s p o s t e r i o r e s . Cfr . S ro i .7 - I ) i :hRi 'NNER,
Ge-schichte derlateinischen Sprache, Berl in , 1953, p;tg, 95.
);( QuiNT.,9, 4, 10.7 Ke:iL, G L V l l 8 0 , 17.
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LA R T O G R A T I A L A T i N A 227
transmitido equivccsdamente por haber interpretado una
Ainclina-da como una E mayscula. Errorparecido al que cometi M.
Vale-rio MesaIa Corvino al confundir una M en esta posicin con
unasigma mayscula.Escuriosoel texto de Quintiliano que
dice:*Quid?Non Cato Censorius DICAM et FAClAM, DICAE et
FACIAEscripsit, eundem in ceteris, quae simiIi ter cadunt, mod:um
tenuit?Quod et tx veteribus ejus libris manifes tum est et a Mes
tis.
Aunque el latn no presenta las palabras tan estrechamente
liga-das como el griego recurdense frases del tipo ob vos
sacro,dum... taxatOil ni se da en l Ia crasis ni casi Ia elisin,
sin em-bargo Ia tendencia en l predominante es Ia fontica, que
tiende aIa adecuacin entre el sonido y Ia grafa. Cada cambio de
sonidodetermina tarde o temprano un cambio de grafa. As por
ej.:
1) Cuando se simplificaron los diptongos se redujo tambin
Iagrafa, y entoncesoz/, eu, oedieron u; ei di /. El intento de
conser-var Ia grafa ei con va!or de / no prosper.
2) El caso de ai/ae, que persisti, confirma Ia regla anterior,
yaque consta que, al menos en Ia poca clsica, continu esta grafacon
sonido diptongal, con un sonido final algo indefinido entre
i/e.
3) La conservacin del diptongo au prueba que en latn litera-rio
continu pronuncindose en esta forma, corno an hoy se pro-nuncia en
provenzal y portugus.
Detodosestoshechos y testimonios se deduce claramentelaconclusin
de que Ia ortografa latina es fundamentalmente fonticay reproduce,
en Ia medida posib!e, Ia forma y el sonido de las pa-labras en los
diversos momentos de su evolucin histrica; y siendoasi
,bienpodemosasegurarque,laortografia e sun elemento importante
tanto para Ia fontica como para Ia motfologa lat inas7 .
6S QuiNT., 1, ?, 23. CIL 1a 532; cfr . Ff-:sr. 288, 04.Tl Sobre
las mlt iples manifestaciones reveladoras de Ia r t lacin
exsteme
entrc fontica y ortografa cfr. ANDRiEU, Problme d1 lmtoire des
textes, REL 241946 ^87-289 y M A R i N B i U O K R A ,
inscripciones Hispanas en Verso, Barcelona-Madrid 1952;
Representacin grfica de Ia / larga (pp. 3-H)).-Monopiongaciondeae
,0e (pp . lO-18) , -Cambiosvoca l i cos y osc i lac in tn t r e i y
a n t e i a b i a l
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28 J()St J iMiNK/
3) La ortografia interesa a Ia didctica.El libro clsico para Ia
didctica del latn es Ia gramtica y, en Ia
gramtica, se ha venido considerando Ia ortografa como una de
suspartes intgrantes. En efecto, si Ia gramtica es el arte que
ensea ahablary escribir bien 7"*, se comprende que no pueda
prescindir-se en ella de Ia ortografa, que es el arte de escribir
corectamente.
Los antiguos gramticos latinos concedan singular importanciaa
las cuestiones ortogrficas. Son muchsimos los tratados que
nosquedansobreeste t emaymuchos ms los que se han perdido.Quint i l
ianoensus Instituciones, que no son propiamente unaobra gramatical,
dedica sin embargo todo un captulo a Io que lllama con terminologa
latina recte scribeiidi scientia, traduccindel vocablo griego
opftoypacpi '. No contento con esto, a Io largode su obra, alude
frecuentemente a cuestiones ortogrficas y reco-ge
interesantesobservaciones y testimonios a este respecto.
Antes y despus de Quintiliano no faltaron autores que se ocu-pa
ronconmsomenosex tens inde l tema ortogrfico. WiAi>vs -LAW v.
STRZELECKi en Plauly Wissowa 7- traza Ia historia de Ia or-tografa
latina a partir de Apio Claudio el Ciego (censor el 312 aC). El fu
quien impuso Ia ley del rotacismo. Posteriormente se hi-cieron
famosos los tratados ortogrficos de Terencio Escauro, con-temporneo
de Suetonio, los de Velio Longo, de Flavio Caper, decuyas obras se
aprovech Prisciano, conocido gramtico de Bizan-
(pp. 18-35j.-Debilitacion y p r d i d a d e l a -m (pp.
35-42).-Simpiificaciondegrupos consonanticos (pp. 42-46),-Confusion
de b y u semiconsonante y de dy t finales (pp. 46-4Q).-Perdida de
Ia oclusin (pp. 49-50).
70* KEtL, GL VIi 320-362, ha recogido el compendio gramatical
del MaestroAudaz (Audacis de Scauri et Palladii libris excerpta
perinterrogationem etres-ponsionem). En Ia pg. 321 se pregunta por
el concepto de gramtica: Gramma-tica quid est? Y, con un concepto
mucho ms mpHo del que ahora se da aestadiscipIina, se responde:
Scien ia in te rpre tandi poeas a tquehs tor icose /rectescribendi
loquendique ra t io , < i - O T J ; V 7 o a ; u u h u > v , i
d e s t a l i t t e r i s , c u i nc-rnen lat nurn a qu ibusdam t t
e r a t u r a vel l i t t e r a l i t a s d a t u m cs ,
71 QUNT., I1 7,1. IJAi:LY-\Visso\v,\, RE XVlI l 2 , (W3)
14:>(>-H84.
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LA O R T O G R A P l \ L A T N A 229
cio a principios del siglo vi 7:i. A estos hay que aadir los
ortgra-fos Agrocio, Albino, Audaz, Beda y sobre todo Casiodoro 71.
El li-bro *De orthographia de CASioooRO ha ejercido gran influjo
du-rante varios siglos. Su aparicinresponde al deseo, repetidas
vecesmanifestado por sus monjes, de poseer normas y orientaciones
con-cretas a que ajustarse en su incesante tarea de copistas. Su
sabioabad, encanecido en el estudio y en Ia didctica de las ms
variadasdisciplina, se dispone a complacerles, cuando haba
alcarzado ya Ia
7;i Las *Institatione$grammaticorum libriXVHI de Prisciano,
constituyenel ms amplio monumento de Ia gramtica latina que ha
llegado hasta nosotros.Una prueba de Ia importancia que tuvo esta
obra y de su difusin est en el he-clio de que son ms de mil los
mss. que se conservan de Ia obra completa. Cfr-Sroi./.-DERUNNER,
Geschichte derlat. Sprache, Berlin 1953, pg. 17.
71 CASK)DORO, figura relevante del s. 6.0 por su gran influencia
poltica, reli-giosa y c u l t u r a l , f u e confideneysecretario
de cuatroreyesgodos--Teodorico,Alarico, Teodato y Vitiges, senador,
cnsul y patricio. Colocado en el vrticedonde se unan los dos
mundos, el antiguo y el moderno, el romano y el teut-nico, con
mirada vigilante hacia eI porvenir, contribuy a salvar Ia cultura
anti-gua injertndola en el tronco brbaro (Cfr. BASAE, Injerto
clsico en troncobrbaro, en HELMANTiCA 3 1952 337-346). El inspir al
Papa Agapito Ia idea defunda r en Roma Ia escuela superior de Monte
Celio, famosa por Ia riqueza desus cdices. Pero Ia obra cumbre de
Casiodoro fu Ia fundacin del, MonasterioVivariense en las costas
del Abruzzo. Para ello tuvo que abandonar, cumplidosya los60anos ,
los negocios terrenales y dedicarse de lleno a hacer floreceren
este monasterio Ia cultura del espritu en su doble aspecto de
ciencia y vir-tud. Su aspiracin fu lograr el consorcio entre Ia
ciencia sagrada y Ia cienciaprofana (Cfr. BoissiER, Elfin
delpaganismo, trad, por Pedro Gonzlez Blanco,Madrid 1908,1.11 p.
223)y en verdad que el Monasterio Vivariense fu el viverodonde se
desarroll pujante el cultivo de las ciencias humanas y divinas y
des-de donde el afn por Ia cultura se propag a muchos otros
monasterios. Esteera el deseo manifestado por el santoy culto
fundador. A sus monjes les reco-mienda que propaguen
portodasparieslongelatequedissemincntlzisSa-gradas Escrituras. Para
ello estimula Ia actividad de los copistas. Su consignaera: mana
hominibuspraedicare, digitis linguas aperire, salutem mortalibus
ta-cltam dare et contra diaboli sarreptiones illicitas calamo,
attramentoquepugna-re (Cfr. CASSioo., De Institatione divinarwn
litterarum, c. 29-30). Pero el abadde Ia culta comunidad n o s e c
o n t e n t a b a c o n d a r c o n s c j o s . I b a s i e r n p r
e d e I a n t econ eI ejemplo. El catlogo de sus obras despus de su
conversin es alecciona-dor (Cfr. KElL1 GL VII 144 1-18) y esto sin
contar sus incesantes correras porEuropa en busca de nuevos cdices,
que solcito, l mismo se afanaba en co-piar, Es suya esta
ingcnuacQni&ion:
-
230 OSE J : M E N f /
edad avanzada de 93 aos. Es interesante oir al infatigable
maestroexplicar en el prlogo los motivos de su obra 7 l :
Cum inter nos talia gererentur et de complexionibus aposto-lorum
non nulia nasceretur intentio, monachi mei subito clamarecoeperunt
quid prodest cognoscere nos vel quae antiqui feceruntvel ea quae
sagacitas vestra edenda curavit nosse diligenter, si quemad modum
ea scribere debeamus omnimodis ignoremus? nec in ve-ce nostra
possumus reddere quod in scriptura comprehendere nonvalemus.
EI venerable abad no se hace rogar mucho. Toma en sus ma-nos
doce de los mejores tratadistas de ortografa y, abase de
ellos,redacta l su compendio. Nos Io dice claramente en el
prlogo:
*Et ideo duodecim auctorum opuscula deducimus in mdium,quae ab
ilIis breviter et copise dicta sunt, ut et nos compendiosiusdicamus
et a prisas auctoribus sine varietatis studio dicta recolan-tur,
quatenus et vobis plenissime satisfacere videamur et
auctoiitatefirma sit relatio, quam duodecim auctorum textus
insinuat.
transivi. Ubi me maltum laborasse, Domino adiuvante, profiteor
(CASSiou., Dedivin.ltti.praefatio).EntstQiaee]emplodt laboriosidad,
como tantos otrosmonjes, Un monje calgrafo del monasterio burgals
de Berlangas, a sus setentaaos, escriba: El que no sabe escribir,
piensa que esto no cuesta nada; pero s-bete, yo te Io aseguro, que
es un trabajo mprobo. Quita luz a lqs ojos, encorvael dorso, tr i
tura eI vientre y las costillas, da dolor a los rones y engendra
fas-tidio en todo el cuerpo. Por eso, t, lector, vuelve las hojas
con cuidado, tenlos dedos lejos de las letras, porque as como el
granizo arrasa los campos, asel lector negligente destroza Ia
escritura y el libro. Sabes Io dulce que es parael navegante Ia
arribada al puerto? Pues as es para el copista el trazar el
ltimorengln (Cfr. ZAC. G. ViLLADA, //." Eclesistica de Espaa, t.
III, pg. 348. Ma-drid 1936). Los copistas medievales dieron
muestras de una voluntad de hierroal entregarse, con una decisin
que nunca alabaremos bastante, a Ia obra de sal-var de Ia ruina las
fuentes de Ia cultura antigua grecoromana. As y todo y li-mitndonos
a los autores la t inosSAiNDYs (Cfr. History of
Clas$icalScho-larship I, pg. 515, nota 7) da Ios siguientes datos,
muy significativos por cier-to: De 772 autores latinos conocidos,
slo 11 sobreviven en sus obras. De es-tos, 64 han perdido en el
camino Ia mayor parte de su produccin; 43 quedancon Ia mayor parte
de sus escritos, y slo 37 conservan casi su totalidad. En es-tos
dos l t imos grupos estn incluidos los mejores poetas (Cfr. BASABK,
Laconservacin de los clsicos, en HeLMANTiCA, 3,1952, 38t-4l9).
"' KEiL, QL VH pgs, 144-145.
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LA O R T O G R A F A ! ,ATiN A J3
La final idad de Ia obra de Casiodoro viene tambin expresadaal
terminar el prrafo dedicado a Ia presentacin del conjunto desu
obra. Despus de hablarnos de sus comentarios a los salmos, desus
ins t i t uc iones ,desuexp lanac ion la epstolade los romanos,de
sus anotaciones al arte de Donato, de su memorial a Ia
SagradaEscritura, de su coleccin de textos referentes a las
epstolas y ac-tas de los apstoles, aade refirindose a su obra
ortogrfica:
-
232 JoSE JiAU:Xi:Z
Titul i libri orthographiae indicantes ex quibus auctoribus
scr;-bendi peritis domino praestante collecta est.
I Ex Annaeo Cornuto de enuntiatione veI orthographia.I! Ex Velio
Longo.
I I I Ex Curti Va!eriano.HII Ex Papiriano.
V Ex Adamantio Martyrio de b et v.VI Ex Martyrio de mediis
syllabis,
VIl Ex eodeni de ultimis syllabis.VIl I Ex eodem de b trifariam
in nomine posita.
VII I I Eutychis de adspiratione.X Ex Caesellio orthographo
collecta sunt.
Xl Ex Lucio Caecilio Vindice deflorata sunt.XIl Ex Pnsciano
moderno auctore decerpta sunt.
En el eplogo de su obra, Casiodoro no puede menos de
exte-riorizar su satisfaccin al ver que tantos y tan excelentes
maestresse han ocupado del tema ortogrfico, no slo los doce que l
hareunido en su compendio, sino muchos otros, que, ccmo
Aquia,Quintiliano, Avito, han dejado en sus libros preciosas
observacio-nes y atinados consejos sobre Ia materia. Esta idea Ie
lleva a Ia per-suasin de que el tema ortogrfico es un tema de
inters. Por esoaade:
Datur enim intelligi rem atilemfuisse, quae totac tantis
auctc-ribuscognoscitur essetractata, quoniam, s iqu idap i io r
ibusprae-termissum est, a sequentibus constat impletum... Nunc
nimos Ie-gentes erigite et gaudete tantos ad vos priscos pervenisse
auctores,ut eis credere indubitata mente debeatis. Possem quidem
Aquilatn,et Quintilianum, sed et Avitum, quos non nulli in
orthographiaeperitia laudandos esse putaverunL.; sed necessarium
non est mul-tiplici numro dare licentiam, cum non sint omnino
definiti quantide eadem re scribere maluerunt 7:.
Casiodoro se muestra muy interesado en Ia difusin de su librode
ortografa. Est convencido de que es ste un tema importante.El
impulso dado por l a las escuelas de copistas y miniaturistasde
diversos monasterios quedara desvirtuado si a Ia vez no logra-
j i K E i i , U L v i i 209, 7-23.
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L A O R T O O R A H A L A T I N A 233
ra de los monjes un conocimiento perfecto de Ia recta escritura
dellatn. Por eso en otra de sus obras, una de las ms importantes
delsabio Casiodoro, recomienda con calor Ia obra de los
ortgrafoslatinos y su compendio. Es un testimonio que interesa
recogeraqu en confirmacin de Ia importancia dada por l a dicho
tema. Dice a s T N :
-
234 JOSE J l M E N E Z
Quod non ignoras, Theod. Pulmanne, varia variis
temporibusorthographiae fu i t ratio; adeo ut Lucilium, Caesarem,
Varronem,Nigidium, Vindicem, Scaurum, Quinctilianum, Aquilam,
Victori-num,Agraet ium,Caprum, Priscianum, Bedam, a l ios
,nontantumvaria multipliciaque eadem de re, sed etiam diversa et
alia ali is pae-ne contraria praecepta tradidisse comperiamur. Quo
magis iudi-cium illorum mirari soleo, qui infinitis omnium
saeculorum mar-moribus, nummis, inscriptionibus, aIiisque
antiquitatismonumentis,nulla neque aetatis, quae illa primum
prodierunt, neque scriptorum,qui il!a aetate vixerunt, habita
ratione, tnam aliquam, eamque per-petuo constantem in Latina lingua
scribendi rationem constituerevoluerunt. Sarcinatores sane mali,
cum adeo diversis tamque parumsibi invicem respondentibus
centonibus inter se compositis, vesti-mentum sane barbaricum
ccnsuerunt, et nobis, pro vera et germa-ne Latina scriptura,
marmoream nescio quam et parietinam ortho-graphiam substituerunt.
Quod quale sit, ut melius intelligatur,Cas-siodori interpolatam
nunc ad te mitto et sub tuo nomine, ni t idis llisaccuratissimi
Plautini nostri characteribus descriptam, in vulgumexire iubeo...
Vale, Colonia Agrippina VIl KaI. Apr i l .MDLXXIX Ml.
La ortografia sigui manteniendo su puesto de honor en Ias gra-mt
icasrenacent is tas .Aunenlasde tendencia ms revolucionaria,como Ia
del pro[esor salmantino pRANCisco SANTos ne i,AS Buo-/AS, no puede
prescindirse de ella. En Ia edicin ginebrina de susobras de 1766
hay un tratadito en verso de las partes de Ia gram-tica, De
Qratnmaticae partibus libellus. En el,como era corrienteen todas
las gramicas latinas de Ia poca, Ia ortografa figura comouna de su?
cuatro partes, segn es de ver en los siguientes versosque los
muchachos recitaban de memoria:
La Gramtica es un ArteD congruamente hablar.
Quatro passos, o escalonesPara ello has de passar.
Orthographia ensea letras,Diphtongos, i su amistad.
Valor de Slabas traa
80 Edicin antes citada, pg. 3.
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LA O R T O ( J R A F i A L A T I X A 275
La Prosodia, o Quantdad.Ensea Ia Analogia
Declinar y conjugar.La quarta obra es Sintaxis,
Que es Construir i Ordenar.Las dos primeras pondremos
Al cabo por claridad 8I.
Bien es verdad que luego, cuando uno lee los 24 versos que
elBrcense dedica en cste tratado a Ia ortografa, se queda
sorpren-dido al ver que Io que all se trata no es propiamente
cuestin or-togrfica sino fontica s-. Pero al menos aquellos
gramticos rena-centistas tenanconciencia de que Ia gramtica no deba
prescindirdel tema ortogrfico. El mismo Snchez de las Brozas en
variasotras partes de sus obras se ocupa tambia de ortografa latina
s:i.
Antes y con ms empeo que el Brcense se habi;i ocupado detemas de
pronunciacin y ortografa latina el insigne ANTONio m-Nf:BRijA
(1441-1522). Hombre de orientacin moderna, dedica nue-ve captulos
de su gramtica a disquisiciones fonticas y ortogr-ficas M.
Es importante el eptome ortogrfico de MiNUCio por los bue-nos
servicios que prest cuando an Ia imprenta estaba en manti-
81 Francisci / SANCTii / Brocensis / in inclyta Salmanticensi
Academia Eme-r;ti / olim Rhetorices, et Primarii Latinae /
Graecaeque Linguae Doctoris / OPE-RA OMNiA / una cum ejusdem
scriptoris vita / auctore / Grtgorio Maians io /ge-nerosoVaIent
ino/GenevaeapudFra t res de Tournes / MDCCLXVL 4 Tomos(Cfr .
Bibliot Univ. Pontificia de SaIam. 20, 5, 19-2) t, I, pg. 239.
82 Cfr. SANcn i , Opera omnia t. I, pg. 261.83 SANCTi i , Opera
omnia. Genevae l766 , t . l , pags .29 l -226 ;SANcniBRO -
ci:NSis, Minerva sive de Proprietate Sermonts Latini. Amsterdam
(portada dete-r iorada, Bibl . Univ . Salam. 48.846), pgs.
845-851.
M ANTON' !on t :N i :HKi jA(14U-1522) . I !amadoel Varrn espaol,
fu dis-cpulo de los grandes humanistas del renacimiento i taliano y
luego insignemaestro en Salamanca y Alcal. Hombre de orientacin
moderna, dedic nuevecaptulos de su gramtica a disquisiciones
fonticas y ortogrficas y, no conten-to con ello, estudio en varias
de sus repetitiones temas de pronunciacin y orto-g r a f a l a t i
n a y g r i e g a . R u f i n o C u e r v o l e a t r i b u y e Ia
introduccin de Ia J1 pue?,antesque Pedro La Rame (l5o2-1572)Ia
adoptara en su g r a m t i c a f r a n c e s a( 1 5 6 2 ) , y a N e
b r i j a h a b i a i n t r o d u c i d o su uso, aunque con valcr
fontico de y:raja (raya), ajo (ayo),junta (yun ta ) Cfr, FEux
RtSTRhi*o, Obras inditas de Ru-ftnoJ, Cuervo, t. I, Bogot Edit.
Voluntad 194^, pg. 354.
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236 JOSE J lMENFZ
llas. He ravisado Ia edicin de Amberes de 1579 s .
Contieneenformaal fabt ica lasgrafiaslat inas ysu justificacin
(pgs. 1-120).Precede un ndice de las mismas con Ia referencia a Ia
pgina don-de figura Ia explicacin. Sigue un tratadito titulado:
Interpungen-di ratio> (pgs. 121-128). Tambin es de inters el Ep
tomedelaortografa latina de BARTOLOM XiMENEZ PATON1 1916 hC y el
An-tibarbarus> de NoLTEMio(Venecia 1743), con unfndice
ortogrficomuy til.
Entre los gramticos modernos Ia estima por Ia ortografa lati-na
ha cambiado mucho. Unos, siguiendo Ia corriente
tradicional,continan dedicando al tratado de ortografa Ia atencin
que se me-rece; otros han prescindido por completo de l para dar
cabida, aveces en forma incongruente, a los tratados de fonlica,
lexicogra-fa y estilstica latina. Entre los primeros podemos citar
al P. Lrom -RA, S. J. y al P.J. M.a FERNANDE/ , C. M. F.,
herederos, a travs delas Instituciones del P. Alvarez, de Ia
tradicin renacentista enrai-zada en el Arte de Donato s7. El P.
Llobera dedica unas doce pgi-nas a Ia ortografia en un apndice que
coloca al acabarlaMorfolc-ga HC\ El P. Fernndez Ie concede una
extensin parecida, pero ya,no en forma de apndice, sino en forma
destacaia de parte inte-gral de Ia gramtica, contrapuesta a las
otras partes, que son: Ana-loga (pp. 19 189), Sintaxis (190-352),
Prosodia y Mtrica (353-388) *'.
*> Epitome / ORTHOGRAPHIAE / Alai Manutii I Pau1i F. Aldin. /
Rcliquaaltera pagea indicabit... Antuerpiae. . . MDLXXIX (En Ia
Bibl. Univ. Salain.55.484).
81 Esta Ortografa de Barto!ome Ximnez Ia he visto citada en
RouRUH' fc /MARiN, Ms de2J.OO() refranes castellanos, Madrid 1926,
pg. XII .
87 El libro de Donato desempe un papel predominante en Ia poca d
t Irenacimiento. El uso de sus artes maior et minor f u muy general
en lasescuelas de Occidente hasta comienzos de Ia edad moderna.
Cfr. Sroi/ .-Dt>B K U N N K R 1 Geschichte der lateinischen
Sprache, Berlin 1953, pg. 1.8R LLQBER&,$.j.,Grammattca
Classicae Latinitatis, Barcinone Subirana,1919-1920. La distnbucin
de Ia materia es como sigue: MorfoJogia23-I8,*;apndice de
Ortografa, 189-200, Sintaxis, 204-462; nociones de
Etimologia,4o3-495; Prosodia y Mtrica, 494-565.
J. M. T E R N A N D E / OARCiA, C. M. F., Gramtica Latina, 12/
edic. Madrid,Edit. Corazn dc M.a 1927: Ortografa, pgs. 389-400.
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LA R T U R A i - ' l A L A T I N A 23?
En cambio, autores de gran nota militan en el segundo grupo,es
decir, entre los que han prescindido por completo de Ia orto-grafa
en sus tratados de gramtica latina. Ta!es son, por ej. los
gra-mticos SOKZ-SCHMALZ
-
238 JOSE J lMENf^ .
En efecto, existen, desde mediados del siglo pasado,
importantestratados de ortografa latina, Ios cuales, a pesar de sus
deficiencias,han prestado excelentes servicios tanto en el terreno
de Ia entean-za como en el de Ia crtica textual. Uno muy sonado es
el deW. Brambach U, imitado y adaptado por F. Antoine en su
edicinfrancesa !l\ De Ia misma poca es el tratadito de Mller iMi y
el deStampini 9T. El Intituto Bblico de Roma public un opsculo
deorientacin eminentemente prctica !ts. Aparte de estos tratados
ge-nerales de ortografa se van publicando estudios monogrficos so-b
r e d e t e r m i n a d o s p u n t o s d e l a m h m a . Algunos
los hemcsci tadoya. En CousiN !lt puede verse una lista de
lopublicadodesde 1880.Esta lista, aunque incompleta, sirve para dar
una idea de cmo anhoy da sigue despertando inters el problema de Ia
ortografa lati-na, bajo muchos aspectos, y uno de ellos, importante
por cierto, esel aspecto didctico.
4) La ortografa interesa a Ia crtica textual,Pero quiz el
mayorinters que presenta el problema ortogr-
fico sea el relacionado con Ia crtica textual. En efecto, Ia
crtica tex-tual tiene planteado un doble problema conexo con el
problemaortogrfico: restablecer Ia genuina ortografa de cada autory
fijar Ia
91 BRAMBACH, Die Neugestaltung der lateinichen Orthographie, in
ihremVerhltnis zur Schute, Leipzig 18^8. Resumen de esta obra es el
opsculo dclmismo B R A M B A C H,
HnlfsbchleinfrlateinischeRechtschreibung, LeipzigTeiib-ner
1876.
li:> El Manuel d'orthographie latlne* de F. ANTOixe (Paris K
l incks i eck1881) es, segn confesin deI autor, una traduccin del
manual i to de B r a m b a < hcon algunas notas
complementarias.
9ti LuciANUS MuLLtR1 Orthograp/uae et Prosodiae summarium, in
usurn so-daliurn lnst i tut i Philologici Petropoliani. Petropoli
878.
97 STAMPixi , Trattato dell' Ortografia Latina (conforme al
manual deBrambach). Torino Loescher 188?.
SH Regalae Orthographicae in textibus latinis servandae,
Poatificium lnsti-t u u m Bibl icum, Romae 113.
a9 CousiN, Bibliographie de Ia Langue Latine, Paris l*s Bel
lesLet t res1951,pags.33-34.
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L A O R I ' O i R A l I A L A I i N A 2 3 0
fecha dc determinadas grafas, sealando, al menos, Ia escuela de
Iaquc proceden o que las us con preferencia.
La restitucin de Ia ortografa de un autor a base de Ia
crticaconjetural de las variantes de ccdd'. y mss. es tarea ardua y
arriesga-da. Voces autorizadas Io han hecho notar
repetidasveces.
MEiLLET Io seala contradicciones notorias entre grafas que
seregulan por Ia fontica y grafas que se regulan por Ia
etimologa.Hab la t ambinded i fe renc ias grficas, ccmo atque/ac,
neque/nec,resultado dc interferencias entre fontica y sintaxis, y
hace notar lasdivergenciasexistentesenlatranscripcin de palabras
griegas,se-gn se adopte Ia tendencia popular o Ia corriente
cientfica Adasea todo esto, como dice MAROuzEAU lo, Ia mezcla en un
mismo textoepigrfico o manuscrito de teoras ortogrficas de
diferentesescue-las junto con el poco escrpulo o el afn de
correccin que domi-n a escribas y copistas ignorantes o
desaprensivos. Ha faltado allatn una ortografa oficial, ya que no
todos admitan Io que Sueto-nio l02 llam formulam rationemque
scribendi a grammaticis ins-titutam.
Cada escuela de copistas tena sus cnones ortogrficos. Es
in-teresante a este respecto el estudio de los mss. de Plauto y de
otrosau to r e s .Rep re sen t ancadaunodee l l o s tendercias
diferentes. Losmss. A conservan preferentemente Ia grafia fontica:
MiL 746 impe-rarent, Epid. 155 tramittas; mientras que los mss. de
Ia fami l ia pa-latina tienden a Ia etimolgica: inpararent,
transmitas.
Sin embargo es curioso que en las dos fami l i as de mss.
plauti-nos se halla adfer Ps, 349 y adjetivos como inpudens,
inprudens l o t .
DAiN o1 estudia el aspecto psicolgico del problema de Ia
tra-dicin manuscrita y, siguiendo a DcsROUSSEAUX, distingue
cuatromomentos, mejor dicho, operacioms en el trabajo del copista:
lec-tura del texto, retencinde Io ledo, dictado interior,
movimientode Ia mano. Cada una de estas operaciones pueden fallar
por dife-
w R E L 2 1924 28-31.101 R E L 2 192432-33,102 SiJET., Aug.
88.103 MEiLLET, REL 2, 1924, 29-30.104 D A i N , LesManuscrits,
Paris Les Belks Lettres 1949, pgs. 37-51,
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240 JOSE J lMENE/ .
rentes causas. Este fallo trae como consecuencia las faltas o
erroresde copia '0'. llAvei, en su clsico manual de crtica verbal
aplicadaa los textos latinos imi, habla de faltas directas e
indirectas, faltas au-dit ivasy visuales ,fal tasqueprovienen del
modele, del ccntexto,delapersonal idaddelcopis ta ,e tc . La
experiencia ensea que nohay copia sin falta.
DAiN puntualiza esta proposicin y dice: Aprs d' assez
longuesstatistiques, j' ai cru pouvoir avancer qu' un copiste
moyen, repro-duisant un texte moyennement altr, laisse chapper une
faute parpage l07. Ahora bien, cada falta nueva viene a sumarse a
las ante-riores y, a med;da que el texto se va alterando, las
faltas de Ia co-pia crecen en proporcin, a veces geomtrica, por el
deseo morbo-so del copista de corregir los contrasentidos del texto
copiado.
Todo el drama de Ia crtica textual radica en esto, en restituir
asu primitivo estado el texto de un autor. Se sabe qe el texto
nosha llegado alterado. WuiLLEUMiER 1 I S ya Io hemos hecho no-tar
no conciba que Cicern, a pocas lneas de distancia, noshaya querido
dar un muestrario de grafas (adolescens, adules-censt adoliscens,
aduliscens). SABBAOiNi se muestra admirado de Iaincoherencia
ortogrficade loscdices virgilianos 10*. Confrecuen-cia encontramos
en los codd. dos grafas distintas, ura con sinresis y otra sin
ella, por ej. ntiptis /nuptiis '10, Faenis Faeniis M I .
IOA Estos errores de copia se reducen a defecto de los ojos
(lectura), defectode Ia memoria (retencin de Io ledo), defeeto de
atencin (dictado in te r io r ) ydefecto de Ia mano (escritura). En
todo tiempo estos defectos han dado pie aerrores curiosos, que a
veces prevalecen. Uno de ellos es el que cita D. Francis-co
Rodrguez Mirn. a propsito del refrn al buen callar l laman Sancho,
don-de se ha tomado Ia falsa grafa Sancho por Sancto (Cfr , Ms de
21.000 ref ranescastellanos, pg. XXXII, Madrid 1926).
i n r > L. H A V K T , Manuel de critique verbale applique
aux textes latins, Par isHachette 1911.
107 D A f N , o. c., pg, 63.108 W u i L L K i ' M h - R , Cfr .
Cic., Caton l'Ancien, Par is
-
LAjORTOCiRAFA L A T I N A 241
Virgilioen dos versosccnsecutivos11- usae l doble morfolgicotris
| tres. Variantes como stas las estudia LAinKYES, Gramm. compare
desLangues Classiques, Paris Champion 1948, pgs. 31-35. Para Ia
idea de Ia evo-lucin histrica de Ia lengua en re lac in con Ia
orografa , cr . BRi;oMA\\ .Abrg de Grammaire compare des langes
indo-europens, Paris 1905,pgs. 43-44.
115 Carviiio Ruga, hacia el ao 293 a. Chr. Cfr. Pu'T., Quaest.
Rom. 54; peroe s m s p r o b a b l e q u e e s t a i n n o v a c i
n s e a d e b i d a a A p i o C l a u d i o el Cieg^, cen-sor el
312 a. Chr. C f r . Mt tLLET-VENi>KYE$, o. c., pg. 33.
5. HELMANT1CA
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242 J ( > Sh J l M E X E Z
las consonantes geminadas U(;; Accio, el poeta trgico, introduce
iaduplicacin de las vocales largas 117. A Lucilio Ie atr ibuyen un
pro-cedimiento triple para Ia reproducin de Ia / larga. El
testimenioIo debemos al gramtico Velio Longo l l s: A l i i quorum
est Luci-l ius" ' ' var iescr ip t i taverunt : s iqu idem, in iis
quae producerentur,alia per / Iongum, alia per EI nctaverunt, velut
differentiam quan-dam notantes; ut cum diceremus viri, si essent
plures per ei scribe-remus; si vero unius viri, per i
notaremus>. Pero el ms notable detodos los innovadores fu
Claudio, emperadcr del 41 al 45, el cual,segn testimonio de
Suetonio y de Tcito u', introdujo en Ia orto-grafa latina tres
nuevas letras: La digamma invertida con valor deu consonante, v.
gr. AMPLIAJlT; Ia antisigma con valos de Ia 1I*griega, equivalente
a Ia dcble grafa bs yps; y un signo especial,consistente en una E,
sin los palos superior ni inferior, para repre-sen ta r la /g r
iega , pore j . AEOhPTI 1 2 1 , ejemplo tomado deunainscripcin del
47 al 48 de nuestra era.
N i E D E R M A N N , en Ia Miscelnea dedicada a Saussure, se
ccupa dedos de las consecuencias de Ia insuficiencia del alfabeto
latino 122.Podran sealarse vatias otras ms.
Por otra parte, aunque Ia ortografa latina hubiera sido en
unprincipio adecuada a Ia lengua, como Ia lengua es algo vivo y
vaevolucionando constantemente, incluso las ms modernas, ms fijasy
ms estables, resulta que o se va acomodando Ia ortcgrafa a
Iaevolucin lingstica o se queda retrasada y deficiente al cabo de
untiempo. Puede aplicarse a Ia grafa Io que Horacio dice de Ia
pala-bra humana, que como obra de mortales perece y que Io que
hoy
I!f i Ff:ST., p. 375, 4; PAt1LO DiAC. p. 5, 25. 17, 22. 21, 30
en F i 'XAiou , GRF 4,117 li\ testimonio es de gramtico Terencio
Escauro: Accius g e m i n a t i s v c -
calibus scribi natura longas syllabas v o l u i t . KL, GL VIl
18, 12, La epigraf aconf i rma esta prctica.
!f KEiL, GLVII,56,2-5.m C. Lucilio, caballero romano, muer to e
l l 0 3 a . C h r . , c o n o c i d o p o r s u s
stiras. Cfr, Ia nota 44.'-" S i * i : T . , C / a / / d . ' i ]
; T A r . . Ann.Xl, 13.
121 CIL VI QIS,'-- N i i : D t K M A N N , Minutiae lutinc:
cicuxconsqtiences de l'insufftsancc de
l'aphabet latin: Mlanges Saussure, Paris 1V08, 45ss.
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LA ORTOGRAFIA L A T I N A 243
est de moda, el da de maana cae en desuso y se desecha, ya queel
uso o costumbre es Ia razn de muchas modas del leriguaje:
mortalia facta peribunt,nedum sermonum stet honos et gratia
vivax.Multa renascentur, quae iam cecidere, cadentquequae nunc sunt
in honore vocabula, si voIet usus,quem penes arbi t r ium est et
ius et norma loquendi u>:.
Es vano empeo luchar contra Ia costumbre, cuando llega a te-mar
arraigo. Que de un vererre latino tengamos que escribir los
es-paoles barrer, basura con b alta, es efecto de un error inicial
quedegener en costumbre u'4. La costumbre ejerce su dominio a
des-pecho de los sabios. Los ortgrafos antiguos reconocieron
sufuerza. Conocido es el criterio de Quinilianc: Ego, nis-i quid
ccn-suetudo obtinuerit, sic scribendem quidque iudico, quomodo
sonatu>\ De Varrnse sabe que, en su libro De antiquitate
litterarum adL. Accium 13t( reduca a cuatro los llamados xvve
op5oypacpu/^ asaber, natura, analoga, consuetudo, aactoritas.
Ahora bien, como Ia costumbre es tan varia, tan caprichosa y
aveces tan acientfica, Ia posicin del crtico que trata de restaurar
untexto adulterado a t ravs de! prisma de unos principios
demasiadcapriorsticos, est expuesta a error por exceso de ciencia.
Para acer-tar en el fallo tiene que conjugar Ia ciencia con Ia
observacin, losprincipios con los datos que Ie suministra Ia
historia. La historia y
123 HOR., A. P. 69-72.]-4 La confusin entre b y v fu comn aotras
lenguas romnicas. En el es-
paol se regularizaron muchos casos, de conformidad con Ia ley de
Ia etimolo-ga, a intervenir Ia Academia; en otras lenguas han
persistido Ias grafas err-neas. Vanse algunos ejemplos
correlativos. Las palabras castellanas figuran conIa grafa que
tenan antes de Ia reforma ortogrfica de Ia Academia de Ia
lengua:latn castellano portugus italiano francshabere haver haver
avere avoircaballus cavallo cavallo cavallo :hevaldehere dever
dever devere devoirfaba hava fava fava fvemirabilla marav i l l a
maravil la maravigl ia mervei l le .
125 Qi;iNT., 1,7,30.126 F u N A i O L i , GRF !83; Cfr. RiTsau.,
Opusc. III 373. 469,
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244 JoSE JlMEM:/
Ia ciencia son los dos ojos de Ia crtica tex'.ual. Los dos
tienen que ira Ia una para lograr una visin perfecta. Por eso
interesa mucho alcrtico conocer Ia historia de Ia ortografa
latina.
En efecto, Ia historia de Ia ortografa latina encierra datos de
in-ters que nos permiten fijar en poca del todo definida
determina-dos cambios ortogrficos. Algunos los hemos hecho
notaranterior-mente; otros no han sido an citados en el decurso de
este trabajo.Van reunidos aqu los principales, segn el tiempo de su
aparicin;
a) La rotctizacion de Ia s intervoclica remonta al tiempo deApio
Ciaudio el Ciego y de L. Papirio, dictador el 339 a. Chr.
b) El uso de G no es anterior a Espurio Carvilio Ruga, cnsulel
293 a. Chr,
c) La geminacin de las consonantes se atribuye a Ennio,
aos239-169 a. Chr. Fu tambin l quien se preocup de dar normasfijas
queregularan lavac i lan tee inseguraor tograf ade su tiempo.
d) La geminacin de las vocales, segn testimonio de Teren-cio
Escauro, se debe al poeta trgico Accio; Accius gerninatis
vo-calibus scribi, natura longassyllabas voluit> '-7.
Estaafirmacinvie-ne confirmada por Ia epigrafa de Ia poca, en casos
como paasto-res CIL I 638 (a. 32 a. Chr.), iuus CIL I- 587 (a. 81
a. Chr.), con-ventuusClL II 24 16 (gen. sing, de convenius; cfr. N
i E U E R M A N N ,Morphologie historique du latin, Paris 1953, p.
64). Esta prctica ca-y pronto en desuso y Ia representacin de
largas y breves queden latn, como en pocas anteriores, sin expresin
grfica definida.
e) El ensayo hecho con Ia t larga tuvo tambin poco xito.
Untexto, ya citado, de Velio Longo !-s prueba, con el ejemplo
deLuci l io(148-103) , lapocauni formidad quehab a a este
respecto.Ci iR iSTiANSCN haestudiado con detalle este punto l-'\ R.
O. KENTha prestado atencin al mismo en un artculo publicado en
*Ame-ricanJournal of Philology de Baltimore y asimismo LoMMAi / s t
.Hy MARor/EAU 1:o.
-
LA O R T O O R A l - I A L A T l N A 245
f) A fines deI siglo ii a. C. se puso de moda escribir con h
as-pirada las oclusivas p, t, c. Habase extendido mucho en Roma
Iacultura helnica y muchas famil ias creyeron que con este
sencilloprocedimiento su nombre adquira predicamento y
ascendenciagriega. Aparecieron onomsticos como Gracchus, Pulcher
Cethe-gus por los antiguos Gracctts, Putcer, Cetegus. La moda se
exten-di luego a nombres comunes y, en vez de los conocidos
$ulpiir,centurio, corona, lacruma,praeco,puIcer, sepu!crum, se
propagan lascorrespondientes grafas con oclusiva y aspirada,
general ixndoselas formas sulphur, centhurio, chorona, lachruma,
praecho, paicher,sepulchrum, etc., algunas de las cuales llegaren a
adquir i r car(a denaturaleza 1:i!, a pesar de que Cicern 1;- y
Quint i l iano i ; 1 clamaroncontra esta prctica abusiva y a pesar
de que el mismo Catulo Ia ri-diculiz en aquellos versos ccn que
comunza su carmen 84;
Chomoda dicebat, si quando cornmoda velletdicere et insidias
Arrius hinsidias*.
g) El emperador Claudio es autor de una reforma
ortogrficaimportante, pero que tuvo poco xito. Las tres nuevas
letras por iintroducidas en el alfabeto latino, de que antes hemos
hablado, yque no lograron arraigar.
h) Q. Terencio Escauro, en su tratado de or tograf a , parte
delhecho de que las grafas se van corrompiendo y, como rnedio
paraIa depuracin de las grafas viciadas, propone l tres cnones o
nor-mas: Ia historia, Ia etimologa y Ia analoga. Sobre el tema de
Ia
iogie>, Bal t imore XXXI! 1912 272-293; AAiN, Lucilis on E i
a f l d i , e n Am.Journal of. Phi l .>> XXXiV 1913
315-321.
i:tl Cfr. Nn- ; i ) i -RMANN, Phont. hist, da latin, 3.d ed.,
Paris 1953, pgs. 85-c6.l3- Ci/^os ,triumpos, Kartaginem dicereni, a
l iquando idque sero convicio aur ium cum ex-torta mih i veritas
esset, ust im loquendi populi concessi, scientiam mhi reserva-vi.
Orcivio$ tamen et Matones, Otones, Caepones, sepulcra, coronas,
lacrimasdicimus, quia per au r ium j i id i c ium l icct .
irj QUiN'i'., 1, 5, 20: diu deinde reservatum, ne
consonantibus(veteres)adspiraren, ut in Graccis et iri triumpis.
Erupi t brevi tempore n i m i u s usus, utchoronae,
chenturiones,praechones adhuc qu ibusdam in sc r ip i cn ibus
maneani,qua de re Catull i nobile epigramma est.
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46 JoSE J l M I - N h /
anomala y Ia analoga de Ia ortografia latina R. SABBAiNi ha
pu-blic hace tiempo un estudio de inters I;u.
i) Los datos que S. Isidoro suministra en su tratado de
orto-grafa dan pie a L E H M A N N para un estudio bastante
importante so-bre grafias del latn vulgar, en cl que estudia formas
como equuspor aeqtms, que por quae 1::>.
j) La confusin de c, k} qu es fenmeno de poca arcaica. Yah e m o
s c i t a d o a l p r i n c i p l o d e este es tudioel casode
quom, qum,qur, qu'a, kalatorem en inscripciones que denuncian su
origen pre-clsico; mientrasque Ia confusinentre grafa d o / / / o e
s d e o r i -gen medieval 13l.
k) Tambin sobre Ia evolucin de vocales y diptongos, atesti-guada
en textos epigrficos y en declaraciones de gramticos anti-guos, se
pueden dar fechas, si no del todo definida?, s bastanteaproximadas.
NieoERMANN, en su fontica 1;i7 va sealando por si-glos dicha
evolucin. He aqu, en resumen, sus conclusiones:
O, precedida de V1 pasa a e delarie de r y s, hacia Ia mitad del
si-glo 2.0 a. Chr.: vortcrc a verter. La o final pasa a u en Ia
segundamitad del sglo 3.0 a. Chr.: Liiciom a Lacium.
EI pasa a / en Ia primera mitad del siglo 2.0 a. Chr.: ceivis
(en elSen. Cons, de Bacch., ao 186) a civis.
AI pasa a ae a Io largo del tercer siglo a. Chr.OI pasa a oe en
Ia misma poca que ai pasa a ae.EU pasa oa en poca preliteraria.OU1
procedente de eu, evo!uciona a ya desde el siglo 3.0
a. Chr.: loucos a lcus.j4 i7semant ienesin a l teracinen e l la
t n literario; en el latn
vulgar, normalmente evoluciona a o (cauda a coda)\ y ya en
pocaimperial, au en slaba tona se reduce a una sencilla a: Augustus
aAgustus.
13 R. S A i i K A D i N i , L'anomalia e l'analogia
nell'ortografia latina, en Riv. difilologia e d'istruzione classica
Torino Chiantore 1903 19-45.
13r L K H M A N N , Philologus, Leipzig, Dieterich, LXXII 510 y
ss,130 Cu. HuELSEN, Bonifacius / Malifatius, en Rheinisches Museum
fr
Philologie, Bonn-Frankfur t Suarlnder 1932 187-192.137 N i E D E
R M A N N , Phontique historique d latin, Paris 1953, pginas
58-6?-
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LA OKTOORAHX L A T I X A 24 /
Sin embargo hay grafas de poca arcaica que aparecen en
es-critores de poca clsica. Recurdese Io que dijimos del
contrasteentre Ia ortografa de Sa!ustio y Cicern. El -ei del no:m.
plural delos nombres de Ia segunda se supone usado por Propercio,
poetadel siglo de Augusto. A esta persuasin llega L. HAVET en unas
no-as crticas sobre dicho autor, 1:is y esta hiptesis del eminente
cr-t i c o f r a n c s v i e n e a c o n f i r m a r l a e l M o n
u m e n t o deAnc i ra , testimo-nio de las actividades y de los
honores tributados al emperadorAugusto, cuya fecha de grabacin se f
i j a entre el ao 5 al 2 a. Chr.
Todos estos datos pueden ayudar al crtico en su labor de fi ja-c
inydedepurac inde tex tos antiguos. Pero aun contandoconIa ayuda de
estos datos ciertos que Ie presta Ia ortografa lati-na, sern todava
rnuchas las incgnitas que se Ie quedarn por re-solver y a las que
no Ie ser posible dar de memento rns que unasolucin provisional.
Para una solucin defini t iva ser preciso espe-rar a que avance
mucho rns el conocimiento histrico de Ia orto-grafa lat ina, ccn
sus cambios, tendencias y usos de las diferentespocas, constantes
ms acusadas en las varias escuelas de copistas,etc., etc. Orientar
en esta direccin los estudios ortogrficcs es ta-rea importante y
que debe acometerse con perseverante entu-siasmo.
!!!, HACIA I.A SOLUCION DtL PKOhLEMA O R T O K A I C O
Ya hemos dicho antes que el problema ortogrfico es de d i f c i
l ycomplicada solucin. Y no es extrao, ya que en l entran en
juegomltiples factores unos fonticos, otros etimolgicos, otrcs
his-tricos, factores que muchas veces no tienen otra explicacin
queel uso o el abuso de Ia poca que se ha impuesto. La f u e r za
de Iacostumbre es tirnica y no puede prescindirse de ella al querer
daruna solucin al problema ortogrfico. Por eso Quinti!iano,
aunqueformula como principio general de Ia ortografa latina ia
adecua-cin entre el sonido y Ia grafa, reconoce, sin embargo, que
el uso
138 L. HAVF:T, Notes critiques sur Properce, en Bib l . EcoIe H.
t. fasc. 220.Paris Champion 19l6,pag. 5.
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248 J t )SE J l M U N E Z
o costumbre preestablecida puede quebrsr Ia regularidad de
esteprincipio. Son conocidas sus palabras: !;i:i. Poco antes
habaexpuesto Ia m i sma ideaconma ic l a r idada im:*Or thog raph
iacon-suetudini inservt, ideoque saepe mutataest I4.
Estas palabras dc Quintiliano son untoque de atencin parato-dos
aquellos que, en Ia restauracin ortogrfica del latn, tratan
deproceder con un criterio demasiado rgido y apriorstico. Aqu
aveces f a l l a Ia lgica. La razn tiene que ceder el paso a los
usos yaun abusos de anteriores generaciones. Esto obliga a proceder
concautela en toda reforma ortogrfica, respetando a Ia vez los
princi-pios cientficos y lasprcticasconsagradaspor e
lmo.Nospareceprudente y sabia Ia norma que formula CuQUENNOis U1:
L'ortho-graphie traditionnelle, si respectable qu'ellesoit ,
besoinsd'tremodifi en plusieurs points; mais les
changementsdoivcnts t reprudens, rservs et borns au ncessaire*.
De acuerdo con esta tctica, creo que Io primero que interesaen
el problema ortogrfico es distinguir un doble punto de vista:el
terico y el prctico, el tcnico y el didctico. Son dos cauces,dos
caminos de solucin con directrices propias, aunque no diver-gentes.
Grficamente diramos que Ia solucin terica vuela por lasalturas de
Ia especulacin, mientra5 que Ia solucin prctica semueve a ras de
tierra al servicio del quehacer cotidiano. Este puntode part ida no
debe olvidarse. En un tratadito de ortografa quehace unos aos
escrib, hice hincapi en esta idea. Deca entonces:
Magni momenti est dupIex orthograpiaegenus in lingua
latinapraestituere, aliud nempe historicum, aliud practicum.
Orthogra-phiam historicam eam dicimus quae ab auctoribus diversorum
trac-tu temporum usurpata fu i t et in inscriptionibus prostat.
Orthogra-plriapractica ea est quae nostris temporibus a
probatoribus scrip-toribus firmis rationibus et usu constanti
sancitur. Haec ad infor-mationem puerorum adhibeatur atque ad
latinum sermonem scri-bendum non tantum in familiaribus litteris,
sed etiam in scientificis
l:w Qi:iNT., 1, 7, 30."* QuiNT., , 7, 11.141 CLiouENNOis, Le
Grec et Ie Latin, pag. 24, n. 67.
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LA O R T O R A I A L A T l N A 29
operibus et latinis ephemeridibus nec non et n cla>sicorum
editio-nibus ad scholam destinatis. UIa vero orthographia
histricaa1 interpreandos et restituendos auctores in edit ionibus
criticis etscientificis citationibus, in inscriptionibus
recognoscendis et itaporro. Huic ergo vaccnt qui linguae latinae
integram cognitionemin universitatibus lit terarum curare debent,
quique cIassicis aucto-ribus edendis vel disciplinis archaeoIogicis
daturi sint operam. Ex-quirere ab omnibus, et'am a pueris,
scientiani orthographiae histo-r c aen ih i l e s t nisi
confusionem in mentemgererescient iaeque etusui latinae linguae of
f icere> l 1- ,
Esta distincin entre el aspecto terico y prctico de Ia
ortogra-fa latina es, a mi entender, fundamental . hAVET recalca
esta idea.Habla de Ia necesidad de distinguir los dos puntos de
vista: el es-peculativo y el prctico. i f : i
Ya en el siglo 4.0 p. Chr., Mario Victorino dispone su
ortografaa b a s e d e e s t a d i s t i n c i n . A l e x p o n e
r s u p landice : er i t i taque inP ' i nc ip iod icendum,quemad
modum antiqui scrips o , De Orthographia Latina, Tarre^e Camps
CaI-met, -942 3-4.
14:1 R E L 2 192433.l i l K O L , G L Vi 7, 36.H5 Abrg de
Grammaire compare d$ langues indo-fiiropens (Trad.
franc, de Block, Cuny, Ernout) Paris 1905, pg. 43-44.
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2r^0 )OSt-; I l M E N E Z.* *
critores. La segunda laprctica tendera a regular de una manera
prudente Ia escritura usual de Ia lengua latina.
Esta doble fase del problema ortogrfico no es privativa del
la-tn. La tuvieron planteada igualmente Ias otras lenguas y por
lasmismas razones que el latn, por el desajuste entre grafas de
dife-rentes pocas, muchas veces de difci l explicacin.
Es curioso, por ejemplo, Io que sucede en espaol con Ia b yIa v,
usadas con un confusionismo que maravilla en nuestros das,Es
frecuente encontrar del siglo xiv al xviii palabras, como
arvol>carvonero, torvado. En el Cid se nota predileccin por Ia b
etimo*lgica: olbidado,arboles, enbior (asturiano ambiar). La grafa
boze s g e n e r a l s i m a e n l a l i t e ra tu rade estet
iempo. Ene l FueroJuzgoencontramos grafas como vodas (de vota), hoy
bodas. I l ( i
NeBRijA inculca con inters Ia distincin entre las dos
consonan-tes. Dice auer entre ellas tanta diferencia quanta puede
ser entrecualquier dos letras. Busio en su Arte para aprender a
leer y es-crivir> (1532), despus de explicar Ia diferencia
existente entre b yv, aade con aire de dmine; en esto deven mucho
parar mienteslos burgaleses, que generalmente assi en escrivir como
en pronun-ciar confunden estas letras. MATEO AtEMAN en su ortografa
cas-te l lana (Mxico 1609) se queja con amargura de Io mismo:
Muda-ron, dice, los imperitos en V Ia B, como de ordinario se
practica, ims en Castilla Ia Vieja, donde andan confusas estas dos
letras, cc-mo en Andalucia Ia y Ia s > . u:
Ete confusionismo sigue en tiempo de Lope, encuyos esciitosse
halla, como cosa, corriente,/door, balor, embidia, basallos,
bo-lando, embio, grabes> etc.
MtNENDE/ PiDAL sostiene que hacia el s. xvi Ia confusin deambos
sonidos era general. Se haba perdido el sonido oclusivo
in-tervoclico y una y otra grafa acab por pronunciarse con sonidode
b f r icat iva bilabial. Con todo, se nota cierta regularidad aun
enmedio del confusionismo reinante; pues de ordinario Ia b que
pro-
14f i Cfr . F. KESTRi:PO, Obras inditas de RafinoJ. Cuervo,
Bogot 194: Dis-quis ic iones sobre Ia antigua o r tog ra f a y
pronunciacin castellanas, pg. 365.
147 In., o. c, pg. 366.
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L\ U K T O n R A H A i , A T i N A 20!
cede de una p latina se escribe b\ mientras que Ia b oriunda de
unab latina suele escribirse v: aver, cavallo, cevo, dever,
maravilla, es-crivir, amava; en cambio, recibo (recipio) abeja
(apis), cabello (capiI-lus) cabildo (capildus), obispo (episcopus),
ribera (ripa), saber (sa-pere), tibio ( tepidus). 1 S S
Este estado anrquico de Ia ortografa espaola, comn a Iafrancesa,
italiana, alemana y dems, al fin qued resuelto en el sigloxvii! con
un criterio prctico, gracias a Ia intervencin de Ia Acade-mia de Ia
lengua, creacin importante para Ia tutela del idioma. Es-ta
Academia fo rmul unas normas, basadas principa*mente en Iaetimologa
(bien que en algunos casos, como en maravilla de mirabilia, boda de
vota, barrer de venere, respet el uso corriente); ncr-mas, que
divulgadas y admitidas ccmunrnente, han hecho posible Iaexistencia
de una ortografia espaola estable- Y Io que ha ocurridoen Espaa se
ha repetido tambin en los dems dominios lingsti-cos, con
indiscutible venta ja en el orden prctico.
El latn, como toda otra lengua, ha ido evolucionando y
altern-dose, no slo en su lxico, en su morfologa y en su sintaxis,
sinotambin en su ortografa. Para no extenderme demasiado voy a
re-cordar solamente las alteraciones y camb'os sufridos en el uso
de Iab y de Ia v. Desde los primeros siglos del Imperio se nota una
com-pleta confusin en el uso de estas dos letras: curabit por
curavit,ibenttis por iaventutis, y del mismo modo biginti, bixit,
botu, in-bicto, cerbus> corbi, serbat, solbit, etc. Es curioso
el caso de ferveo,ferbui, con disimilacin grfica de v y b entre el
presente y el pre-trito. Llama tambin Ia atencin Ia desigualdad que
se nota mu-chas veces entre una grafa latina y su correspondiente
en las len*guas romnicas; por ejemplo: corvfw>ital. corbo,
corvo, fr. corbeaa;corw/$;/-ant. fr. y prov. corp, esp. corvo [cai.
corbella =especie dehoz]; ncrvus>ital. nerbo, fr. nerf. ! 1 :
)
N i E D E R M A N N se ocupa ensu fontica latina de este
confusionis-
148 M E N K N U E Z PiDAL, Gram. Histrica Espaola, Madr id
EspasaCape1941,6.*ed.,pag. 114.
9 Cfr. GRANDuENT 1 Latin vulgar, Madrid 1928, p^s. 203-204.
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252 OSf: J i M E N E 7
mo entre by v y aduce una arga serie de ejemplos comprobato-rios
tomados de Ia epigraf ay de las lenguas romnicas 1:'.
Este estado de cosas creaba una situacin de continua zozotraen
los antiguos copistas. Y esto explica porqu Casiodoro tuvo em-peo
especial en recoger en su ortografa varios de los
tratadcsexistentes sobre el uso diferencial de b y v. lil
La obra de Casiodoro ataj ciertamente el mal, al menos en
par-te; pero no Io remedi del todo. Los ortgrafos renacentistas vue
l -ven a quejarse de Ia misma triste situacin en que se halla Ia
ortc-grafa latina. Petrarca en uno de U)s diogos de su famosa
obraDe remeds utriusque fortunae libri I I , el XLlII , De copia
libro-r u m ( * D e l q u e t i e n e m u c h o s l i b r o s >
) , r e f i r i e n d o s e a Ia ortografa,dice con verdadera
desilusin: No busco ya, ni me quexo de Iaortografa, que ha das que
pereci. Pluguiesse a Dios que, de cual-quier manera se escriviesse
Io que se manda escrevir, pareciesse elpoco saber del escriptor, y
no se ascondiesse Ia substancia de Ioque se escrive, mas por
confusos originales y trasuntos; prometenescrevir una cosa, y de
tal manera escriven otras, que tu mesmo noconocers Io que
ordenaste! Cmo! Y crees t si agora tornassenCicern e Livio e muchos
otros nobles antiguos, y sobre todosPiinio segundo, y leyessen sus
obras, que las conoceran? Antesdudando a cada passo, las ternan por
agenas o por brbaras lv'.
La anarqua ortogrfica ha continuado ccn ms o menos inten-sidad
en los siglos siguientes. Se ha intentado una solucin pareci-da a
Ia que se busc en las lenguas romnicas; slo que en vez dedictar
normas Ia Academia de Ia Lengua las han dictado los ort-grafos
modernos capitaneados por W. BRAMBAH, al que han hechocoro L.
MuLi-ER, F. ANioiNE, STAMPiN!, Ei)ON y otros I:';i.
1:>) N i K D t R M A N N 1 PhonL hist, du latin, Paris 1953,
3.*ed., pgs. 87-8,i < ' 1 Cfr. KeiL, G L V l I 165-199.1:>-
Traduccin de Francisco de Madrid, cannigo-arcediano de Falencia,
im-
presa en Zaragozaen 1523. Ejemplar va!ioso de Ia Biblioteca
Episcopaldel Se-mi rna r io Conciliar de Barcelona, cuya portada
dict: l 'KANCisco PhTKAKCA, Delos Remedios contra prospera y
adversafortuna; in fol., Rtico, ejemplar visadopor Ia
Inquisicin.
l5: Ml ler , Antoine, Stampini, cr. citas nms. 94-98; G. EuON1
Ecriture etPrononciation du latin et appendice sur Ie Chant des
Frres rvales, Paris Be-Hn 1882, pgs. 316.
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I . A [ O i < T ( j ( i R A i - ' I A L A T f X A 253
Estos autotes, guiados de un criterio prctico han
establecidounas normas o cnones ortogrficos, cuya aceptacin
intereresa aldecoro y a Ia didctica del latn. Los principios
generales puedenreducirse a estas norrnas que en 1942 recog en un
opusculito delque ya hce mencin: i:'4.
o, De Orfhographia Latina, pgs. 4-
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254 Ji)SE JlMi:X!;Z
deat. Quintilianum sequamurdicentem: EgO1 nisi quod
constietudoobtinuerit sccibendiim quidquejudico, qtwmodo sonat
1V|.
A estas normas generales sigue Ia formulacin de unos princi-pios
de aplicacin prctica, particularmente con relacin a las
altera-ciones que se producen al fusionarse los elernentos de
palabras com-puestas. Viene por fin un ndice alfabtico de palabras
dudosas, quedesde BRAMiucH se va repitiendo con ligeras variantes
en !os mo-dernos tratados de ortografa latina.
Desgraciadamente este primer ensayo de regularizacin orto-grfica
no In sido del todo afortunado. Las f luctuacionesccntinantodava en
publicaciones de prestigio como Ia del Thesaarus Lin-guae Latinae,
donde, sin unidad de sistema ortogrfico, se registrangrafas
discordantes, como affero y adniio.
]. A N D R E U , en un interesante artculo sobre el problema de
Iahistoria de los textos H