1 ORÍGENES DE LA PRENSA LEONESA PERIODISMO EN TIEMPOS DE REVOLUCIÓN (1808 – 1823) 1. Introducción. La aparición de la prensa escrita posibilitó la difusión de información a sectores amplísimos de la sociedad. Cada vez mayor número de personas estuvo al tanto del desarrollo de los acontecimientos históricos y políticos de sus países, y pronto, también del exterior. Pero, ¿cuándo fue el momento en el que nace el periodismo? Nadie podría contestar con exactitud a esta pregunta, por más que la búsqueda de una respuesta ha dado origen a innumerables obras relacionadas con la historia de la prensa. Mientras algunos autores piensan que sólo se podría hablar de periodismo a raíz de la invención de la imprenta, otros creen que existen formas del mismo desde la Antigüedad Clásica 1 . Pero este es un debate que no interesa en este estudio, en el que dedicaremos nuestra atención al desarrollo periodístico en León en el primer cuarto del siglo XIX. La prensa se ha convertido en una fuente indispensable para los que se dedican al estudio de la historia contemporánea, como ya preveía Clemente Bravo en su obra: “…nadie duda que en adelante, el periódico ha de ser el documento consultado por el historiador con más asiduidad y fortuna, por aparecer en él todos los aspectos que la historia moderna necesita abarcar, ya que es producto y reflejo del medio social en que vive” 2 . El periodismo leonés de esta época ha sido estudiado después por otros autores en artículos y estudios generales sobre historia contemporánea de la provincia 3 . Desde comienzos del XVI hasta 1808 se da en España un rígido control sobre los medios de comunicación que, como dice Celso Almuiña, era ejercido mediante dos vías: la obligatoriedad de obtener licencia para imprimir cualquier tipo de obra y la aplicación de una 1 SÁIZ, M. D.: Historia del periodismo en España. 1. Los orígenes. El siglo XVIII, Madrid, Alianza, 1983. p. 26. 2 BRAVO, C.: La imprenta en León. Apuntes para una monografía, León, Imprenta de Máximo A. Miñón. 1902. Prólogo, pp. XIV y XV. Constituye una fuente insustituible para el conocimiento de la actividad impresora en la provincia. Reproduce numerosos documentos que de otra forma se habrían perdido y que aportan importantes datos sobre la historia del XIX leonés, pero lo más valioso es un índice descriptivo de todas las publicaciones periódicas leonesas desde 1808 a 1902, que constituye el primer estudio de la prensa de la ciudad. 3 CARRO, J. A.: Historia de la prensa leonesa, León, Diputación Provincial, 1984. Pequeño ensayo que aborda la historia del periodismo en toda la provincia desde 1808 a 1975. Más datos sobre prensa en CARANTOÑA, F. (coord.): La Historia de León, Vol. IV, Universidad de León, 1999, ÁLVAREZ, W. Y SERRANO S. (coord.): Crónica contemporánea de León, León, La Crónica 16 de León, 1991. También ha repasado las publicaciones leonesas LORENZANA, A.: “Absolutismo y represión política en la ciudad de León: la causa contra Luis de Sosa (1815–1818), Estudios Humanísticos, 14 (1992), pp. 113–136, y “Entre el fracaso y la esperanza: la difusión del liberalismo en León durante la crisis del Antiguo Régimen, (1808–1833), Estudios Humanísticos Historia, 1 (2002), pp. 261–305. Alude a la prensa en la época de la independencia GARCÍA, P.: La ciudad de León durante la Guerra de la Independencia, Junta de Castilla y León, Valladolid, 1991, p. 291.
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Orígenes de la prensa leonesa. Periodismo en tiempos de revolución (1808-1823)
Autor: Óscar González García. “Orígenes de la prensa leonesa. Periodismo en tiempos de revolución (1808-1823)”, en Ideas reformistas y reformadores en la España del siglo XIX, Biblioteca Nueva, Madrid, 2008, pp. 123-133. ISBN – 978-84-9742-822-4.
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ORÍGENES DE LA PRENSA LEONESA
PERIODISMO EN TIEMPOS DE REVOLUCIÓN (1808 – 1823)
1. Introducción.
La aparición de la prensa escrita posibilitó la difusión de información a sectores
amplísimos de la sociedad. Cada vez mayor número de personas estuvo al tanto del desarrollo
de los acontecimientos históricos y políticos de sus países, y pronto, también del exterior.
Pero, ¿cuándo fue el momento en el que nace el periodismo? Nadie podría contestar con
exactitud a esta pregunta, por más que la búsqueda de una respuesta ha dado origen a
innumerables obras relacionadas con la historia de la prensa. Mientras algunos autores
piensan que sólo se podría hablar de periodismo a raíz de la invención de la imprenta, otros
creen que existen formas del mismo desde la Antigüedad Clásica1. Pero este es un debate que
no interesa en este estudio, en el que dedicaremos nuestra atención al desarrollo periodístico
en León en el primer cuarto del siglo XIX.
La prensa se ha convertido en una fuente indispensable para los que se dedican al
estudio de la historia contemporánea, como ya preveía Clemente Bravo en su obra:
“…nadie duda que en adelante, el periódico ha de ser el documento consultado por el
historiador con más asiduidad y fortuna, por aparecer en él todos los aspectos que la historia
moderna necesita abarcar, ya que es producto y reflejo del medio social en que vive”2.
El periodismo leonés de esta época ha sido estudiado después por otros autores en
artículos y estudios generales sobre historia contemporánea de la provincia3.
Desde comienzos del XVI hasta 1808 se da en España un rígido control sobre los
medios de comunicación que, como dice Celso Almuiña, era ejercido mediante dos vías: la
obligatoriedad de obtener licencia para imprimir cualquier tipo de obra y la aplicación de una
1 SÁIZ, M. D.: Historia del periodismo en España. 1. Los orígenes. El siglo XVIII, Madrid, Alianza, 1983. p. 26.
2 BRAVO, C.: La imprenta en León. Apuntes para una monografía, León, Imprenta de Máximo A. Miñón. 1902.
Prólogo, pp. XIV y XV. Constituye una fuente insustituible para el conocimiento de la actividad impresora en la
provincia. Reproduce numerosos documentos que de otra forma se habrían perdido y que aportan importantes
datos sobre la historia del XIX leonés, pero lo más valioso es un índice descriptivo de todas las publicaciones
periódicas leonesas desde 1808 a 1902, que constituye el primer estudio de la prensa de la ciudad. 3 CARRO, J. A.: Historia de la prensa leonesa, León, Diputación Provincial, 1984. Pequeño ensayo que aborda la
historia del periodismo en toda la provincia desde 1808 a 1975. Más datos sobre prensa en CARANTOÑA, F.
(coord.): La Historia de León, Vol. IV, Universidad de León, 1999, ÁLVAREZ, W. Y SERRANO S. (coord.):
Crónica contemporánea de León, León, La Crónica 16 de León, 1991. También ha repasado las publicaciones
leonesas LORENZANA, A.: “Absolutismo y represión política en la ciudad de León: la causa contra Luis de Sosa
(1815–1818), Estudios Humanísticos, 14 (1992), pp. 113–136, y “Entre el fracaso y la esperanza: la difusión del
liberalismo en León durante la crisis del Antiguo Régimen, (1808–1833), Estudios Humanísticos Historia, 1
(2002), pp. 261–305. Alude a la prensa en la época de la independencia GARCÍA, P.: La ciudad de León durante
la Guerra de la Independencia, Junta de Castilla y León, Valladolid, 1991, p. 291.
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estricta censura previa con duras penas económicas y personales para los transgresores4. La
reacción ante los acontecimientos de la Revolución Francesa llevó a la promulgación del
decreto de 24 de febrero de 1791 que suspendía todos los periódicos de España excepto la
Gaceta Oficial y el Diario de Madrid. Otra orden de 1805 establecía un juzgado especial de
imprenta, con facultades para actuar en el terreno de su competencia con total independencia
de cualquier otro tribunal. Un grupo de censores estudiaba las obras; se nombró juez de
imprenta al abate Melón que, con Moratín y Estala, integró “el Triunvirato”, protegido por
Fernando VII. Las publicaciones que vieron la luz dedicaron sus esfuerzos a la difusión de las
artes y ciencias y a discusiones literarias.
2. La prensa durante la Guerra de la Independencia.
El levantamiento de 1808 ante la invasión napoleónica inicia una guerra de liberación
al mismo tiempo que una revolución política imbuida de las ideas reformistas que, como los
atacantes, provenían de Francia. Una de ellas defendía el principio de libertad de imprenta,
trayendo consigo la proliferación de periódicos y folletos que apoyaban el principio de
soberanía nacional y alentaban al pueblo a la resistencia. Hace su aparición en ese momento la
“opinión pública”, y la prensa se dedica a formarla y dirigirla. La cantidad de publicaciones
fue desorbitada, ya que en el caos de la guerra el juzgado de imprenta no tenía medios para
imponer su censura. El periódico pasaba a ser una forma de instrucción de los españoles5.
Hubo publicaciones de carácter oficial, dependientes de las Juntas Provinciales o de la
General, y otras promovidas por iniciativa privada. Abordaban noticias de la guerra y
desarrollaban el pensamiento político, absolutista o liberal, mostrándose tan solo de acuerdo
en la idea de la independencia del país.
El periódico más representativo sería el Semanario Patriótico, que empezó a
publicarse el 1 de septiembre de 1808. Contrario a todo lo que tuviera que ver con la
dominación extranjera, se publicaba los jueves y tenía dos partes: una política y otra literaria.
A su vez, la primera se dividía en histórica – formada por noticias de la guerra – y didáctica –
destinada a difundir ideales relacionados con la soberanía nacional. La sección literaria trataba
4 ALMUIÑA, C.: La prensa vallisoletana durante el siglo XIX (1808–1894), T. I. Valladolid, Institución Cultural
Simancas, 1977, p. 172. 5 SEOANE, M. C.: Historia del periodismo en España, 2. El Siglo XIX, Madrid, Alianza, 1983, pp. 28–29. Debe
tenerse en cuenta que aunque la prensa difundiera sus ideas, estas sólo llegarían a una minoría de población culta
por vía directa, debiendo este grupo difundirlas por otros métodos al pueblo, analfabeto en su mayoría. Sobre
esto, ARNABAT, R.: “La divulgación popular de la cultura liberal durante el Trienio (Cataluña 1820–1823)”,
Trienio, 41, mayo 2003, pp. 55–83.
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sobre obras que podían ser de interés para el público. En Madrid se publicaron 13 números
hasta la nueva invasión francesa de principios de diciembre, momento en que el periódico se
mudó a Sevilla, donde desapareció finalmente al negarse sus redactores a elaborarlo según el
dictado de la Junta Central.
Hubo otros periódicos importantes anteriores a las Cortes. Los personajes
políticamente influyentes huían ante el avance francés y fueron refugiándose en Cádiz,
creando un ambiente propicio para la aparición en aquella ciudad de multitud de
publicaciones. Una vez reunidas las Cortes, una de sus principales tareas fue dar forma a la
ley de libertad de prensa, lo que generó un debate entre liberales y conservadores del que se
hicieron eco los principales periódicos6. La conclusión llegó con la publicación, el 10 de
noviembre de 1810, del decreto que establecía que los impresos se podían publicar sin
sujeción a limitación previa, pero estableciendo en cada provincia una junta de censura, y otra
central para el reino. Las primeras estudiarían las causas que debían ser falladas por la
segunda, pasando ésta las causas a los tribunales. Estaba constituida por nueve miembros, tres
de ellos eclesiásticos, y las provinciales por cinco, de los que serían clérigos dos. Además, se
ordenaba que todas las obras debieran ser firmadas para que hubiera un responsable de ellas7.
La ley de libertad de prensa animó la publicación de nuevos periódicos más atrevidos
y combativos, que en unos casos defendían el liberalismo, desde la moderación a la
exaltación, y en otros el absolutismo fernandino.
Son escasos los ejemplos de prensa periódica leonesa conservados de esta época. Así,
en ocasiones, el testimonio y las descripciones de Clemente Bravo en su obra son lo único que
tenemos para conocer su existencia y su carácter.
Las diferentes juntas animaron a publicar textos que elevaran el ánimo de los
españoles. De esta forma, la historia del periodismo en León comenzaba en la capital, en el
año 1808, por iniciativa de la junta de gobierno que impulsó la publicación de El Manifiesto
de León. Vio la luz el día 22 de diciembre. Cómo se puede leer en su primera página, surgía
para tener a los ciudadanos al corriente de la guerra, ya que las noticias y correos eran
interceptadas frecuentemente por el enemigo francés. Incluía una petición de donativos para el
ejército y noticias de la heroica resistencia madrileña y de otros acontecimientos de la guerra,
además de una nota final que anunciaba que el producto de su venta sería destinado a la
6 Sobre la discusión parlamentaria, CABRERA, I.: “Libertad de la imprenta: sus antecedentes en el Consejo
(1808–1810)”, en FERNÁNDEZ, P. Y ORTEGA, M.: (eds.) Antiguo Régimen y Liberalismo. Homenaje a Miguel
Artola. 3. Política y Cultura, Madrid, Alianza, 1995, pp. 445–450. 7 MARCUELLO, J. I.: “La libertad de imprenta y su marco legal en la España liberal”, en FLAQUER, R. (ed.):
Derechos y Constitución, AYER, 34 (1999), pp. 65–91. Ofrece un estudio sobre las vicisitudes de la libertad de
imprenta desde la época de la Constitución gaditana hasta la II República.
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compra de utensilios para el ejército. Se trataba de un folleto de ocho páginas de 19 por 15
centímetros, que tenía las características de las publicaciones que salían de la imprenta de
Santos Rivero8.
Aunque solamente vio la calle un número, podemos considerarlo como el primer
periódico de León, pues en su segunda página queda constancia de la intención de la junta de
seguir publicándolo:
Manifiesto de León. ASI - LS
“Sus respectivos numeros, que no se multiplicarán sin evidente necesidad se
emplearán unicamente en manifestar al Pueblo con sencilled y precision las noticias ciertas
de aquellos hechos que influyan en el bueno o mal estado de nuestra actual situación.”
El documento no está firmado, pero diferentes autores atribuyen su autoría al coronel
Luis de Sosa, quien, en efecto, dice haberse dedicado a su publicación en una relación de
méritos que él mismo redactó en 18169.
8 BRAVO, C.: op. cit. p. 559. El único ejemplar conservado está en el Archivo de la Real Colegiata de San
Isidoro. Sección IV. Extracapitulares. Archivos Particulares Incorporados. Fondo Luis de Sosa (ASI-LS), caja
315, leg. 38.
5
La segunda publicación que cita Bravo es Conversaciones del día, aparecida en la
imprenta de Pablo Miñón en 1813. Da una descripción del número 2, el único que pudo
encontrar, y deduce que era obra de algún eclesiástico a juzgar por su tono y contexto10
.
Recurre a la forma de fábula, que usarán otras publicaciones, para afrontar los problemas de la
época. Se reproduce una conversación, denominada Conversación Segunda, entre tres
personajes: Theodulo, Agrantes y Comines. Actuando el segundo como nexo entre los otros,
el primero defiende los derechos y la utilidad de la Iglesia en una discusión con el tercero,
representante de la línea ideológica que atacaba la influencia clerical en la vida política y
social. La suscripción a este periódico se podía hacer en el comercio de don Francisco Salinas
y su precio era de 18 reales por veinte pliegos11
. El número concluye con una Conversación
Militar en forma de poema.
Conversaciones del día. AHPL
9 Relación de los meritos y premios del Coronel de los Reales Exercitos D. Luis de Sosa, natural del reyno y
provincia de León. León, Imprenta de la viuda de Rivero, 1816, p. 4. Este documento fue redactado por Sosa
para usarlo en su defensa en los problemas legales a los que se enfrentó. Cfr. LORENZANA, A. 1992 y 2002, op.
cit. 10
BRAVO, C.: op. cit. p. 479. Conservado en Archivo Histórico Provincial de León (AHPL), caja 11.595, Sigt.
53. 11
El nº 2 se extiende por las páginas 13 a 20, de lo que se deduce que existía una Conversación Primera, que
ocuparía las doce primeras formando el número 1. Desconocemos cuanto tiempo sobrevivió este periódico.
6
El Mercurio Sublantino es el primer periódico leonés que se ha podido conservar en su
totalidad, impreso con la tinta de la Viuda de Rivero12
. Aunque nunca da su nombre y siempre
habla de “los redactores” a la hora de dirigir algún anuncio editorial al público, es seguro que
el editor, redactor y único responsable de esta publicación fue nuevamente Luis de Sosa,
como podemos comprobar en las cartas que escribe a sus amigos entre junio y noviembre de
1813. Estos amigos se encargarían de difundir el texto en diferentes puntos de la provincia y
de España, así como de enviarle las noticias de guerra en el caso de militares como Federico
Castañón13
.
El 20 de junio de 1813 veía la luz el “Prospecto del Periódico que se publicará en
León todos los miércoles con el título de MERCURIO SUBLANTINO”14
. El autor subrayaba
su intención de arrojar luz sobre la realidad e instruir al pueblo aprovechando la recientemente
conseguida libertad de imprenta. Destacó la vergüenza que supondría para la ciudad el no
disponer de una publicación periódica local en un momento en que estas proliferaban por
todos los rincones del país. Trataba así de incitar a los lectores a suscribirse por un periodo de
seis meses desde el primer número, con un precio de 68 reales dentro de la provincia y
pueblos limítrofes, y de 48 en la capital, donde no habría costes de correo. Quedaba
establecido que no se vendería ningún ejemplar de forma aislada, ya que sólo pensaban
publicar un número de periódicos igual al número de suscriptores.
Su intención inicial, manifestada en el “Plan y método del periódico”, era la de
publicar el escrito todos los miércoles en “pliego y medio de buen papel”. Estaría formado
por dos partes: la primera, con un tamaño de medio pliego, ofrecería extractos de la prensa
nacional, e incluiría una lista de los soberanos decretos publicados por las Cortes; la segunda,
formada por un pliego, pretendía ser la parte instructiva de la publicación, tratando sobre
política, economía y moral, para promover la prosperidad de la Nación en general y en
particular de la provincia.
Ante la escasa respuesta recibida publicó el 4 de agosto el “Cabo suelto”, donde
pretendía hacer entender al público la necesidad que tenía la ciudad de tener un periódico que
dejara constancia de los sucesos que en ella acontecían para su conocimiento por el país y la
posteridad. Aunque ningún documento lo certifica, Sosa se queja de que los sectores
conservadores intentaban que el Mercurio no viera la luz, desacreditando la publicación antes
de su nacimiento. Es probable que esto sucediera, pero más probable es aún que el motivo del