De cómo quedamos un día con el párroco de
la Iglesia de San Pedro Apóstol de Barajas
para subir al campanario de la misma por
el mero placer de hacerlo.
EL TECHO DEL DISTRITO
Gracias a la cercanía del aeropuerto, la
torre de campanario de la Iglesia de San
Pedro Apóstol es el edificio más alto del
distrito de Barajas, aunque quizá sea
superado en altura por la nueva torre de
control de aquél. En un rápido cálculo,
podemos estimar que se alza sobre el
suelo algo más de 50 metros.
LA “ORGULLOSA”
Según se cuenta, la torre original, que
data del siglo XVII, fue sometida a una
posterior reforma por la que fue
construido en su parte superior un
módulo con el fin de hacerla la más alta
de los municipios colindantes, pudiendo
así ser divisada desde una larga
distancia.
ANGOSTURA
La entrada a la base de la torre se realiza
desde una portezuela, sita en un lateral
de la nave de la iglesia, desde donde tiene
su inicio un tiro de escalera que poco o
nada habrá sido reformado desde el siglo
XVII. Alguien con cierta corpulencia
podría quedar encajado de por vida.
EL TIRO DE ESCALERA
Desde la base de la torre, lugar hasta
donde llegan las cuerdas con la que
manejar los badajos de las campanas,
sube una tan espeluznante como oxidada
escalera metálica rebosante de
excrementos de paloma. La foto da
canguelo, verdad?
EL CAMPANARIO
Después de casi treinta metros de
escarpada escalera, la primera imagen
que se puede ver es la de esta
espectacular campana. Una sospechosa
tarima cumple la función de un
inquietante suelo a la altura de los
cuatros carrillones barajeños.
EL MECANISMO
Las cuerdas que llegan hasta la base de la
torre enganchan con las poleas que se
corresponden con las cuatro campanas.
Al fondo, a la izquierda, se puede ver la
escalera que sube al módulo superior al
que antes hemos hecho alusión… sí, el
cementerio está lleno de valientes.
NUEVAS TECNOLOGÍAS
Pero, claro, todo evoluciona. Los
campanarios están provistos hoy en día
de estos revolucionarios dispositivos que
evitan que el párroco (en su día, los
monaguillos) tenga utilizar el antiguo
mecanismo para hacer sonar las
campanas. Esto ya no es lo que era…
EL MONAGUILLO
Y hablando de monaguillos, hete aquí
uno de ellos. Se llama José Luis
Coronado. Bueno, tenéis razón, ya se ha
retirado; ejerció tal labor durante tres
temporadas, en concreto las que
transcurrieron entre 1961 y 1964.
EL PÁRROCO
Y, ahora, el turno del párroco. Su
nombre es Jorge Javier Flores (se le
conoce familiarmente por “jota”); un
buen tío. Obró perfectamente de cicerone
y nos invitó a una cerveza tras la visita.
CRÍAS DE PALOMA
El campanario tiene sus propios
habitantes, más ahora que se sube de
Pascuas a Ramos (nunca mejor dicho).
He aquí unas crías de paloma creciendo
vigorosamente entre excrementos de sus
congéneres.
BUENAS VISTAS
De arriba abajo:
a- Hacia el sur, la antigua torre de
control del aeropuerto.
b- Hacia el este, Paracuellos del
Jarama.
c- Hacia el oeste, las torres del Paseo
de la Castellana.
d- Al coincidir la cara norte con el
abismal hueco de la escalera,
tendréis que imaginaros la T-4 del
aeropuerto de Barajas.
MISIÓN CUMPLIDA!!
Esto, que parece fácil, no lo es tanto para
quien, como el que os escribe, padece de
fobia a las alturas. Pero, como decimos
por aquí…
¡¡SI TE RAJAS,
NO ERES DE
BARAJAS!!