Obra de Teatro-Santa Teresa de Jes s · Por Dios se pasa esto y más; mi luz esta voz ordena. ¿Por quién se pasa esta pena? SACRISTÁN Por Dios. ... donde ha de tener por nombre

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Teresa de Jesús “Huella de Dios”

Parte I Monasterio de la Encarnación

DON RAMIRO

Doña Teresa con don Juan, su hermano, fue;

seguillos quisiera, a fe.

DON DIEGO De no seguillos me pesa.

DOÑA JUANA

Por daros gusto salí.

(Sale DON JUAN)

DON JUAN Señor, engañado fui.

DON ALONSO

¿Quién o cómo te engañó?

DON JUAN Mi hermana.

DON ALONSO Dime su intento.

DON JUAN

Con extraña presunción me llevó a la Encarnación y se quedó en el convento.

Dice que antes que se venga, por lo que tú ya has sabido,

quiere elegir un marido que a nuestra opinión convenga.

Dice que la veas luego.

DON RAMIRO Todos iremos.

DON DIEGO

Mi vida o muerte he de ver.

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DON ALONSO ¿Qué intento puede tener? Con brevedad lo veremos.

(Se van; salen TERESA y la ABADESA en el Monasterio de la Encarnación; queda a la puerta un SACRISTÁN)

TERESA

Aquí en la iglesia estaré en lo que mi padre viene.

ABADESA

Sea así; buen celo tiene; guarda la puerta.

SACRISTÁN

Así haré.

TERESA Con Cristo una voz me dijo;

habéis de ir.

SACRISTÁN No hay que dudar.

TERESA

Esta voz misterio esconde, pues cuando lo digo yo

que es el cielo quien me habló, no hay que dudar, me responde. Aunque su dueño no he visto, por quien habla, es voz cierta.

¿Por quién guardas esta puerta?

SACRISTÁN

Por Cristo y por el convento.

TERESA Por Cristo y por el convento

dice el que habla: ¡extraño caso! Sudores de muerte paso.

SACRISTÁN

Esto y más, por Dios se pasa.

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TERESA Por Dios se pasa esto y más;

mi luz esta voz ordena. ¿Por quién se pasa esta pena?

SACRISTÁN

Por Dios.

TERESA Al pensamiento,

¿quién dará el medio que aguarda?

SACRISTÁN ¿No os he dicho que el convento?

TERESA

Qué, ¿hallaré en el convento consuelos?

SACRISTÁN

Como Dios está en los cielos.

TERESA ¿Que aquí el medio he de tener,

como en el cielo está Dios?

SACRISTÁN Aquí, para entre los dos, esto que digo ha de ser.

TERESA

Al alma esta voz conforta; mas con todo, hay que dudar.

SACRISTÁN

No se tiene que cansar; que ya he dicho lo que importa.

TERESA

Ved, señor, que estoy dudando:

ABADESA Vuestro padre viene aquí,

y vuestros deudos también.

DON ALONSO Plegue a Dios que pare en bien.

DON JUAN

Cierto que lo pienso así.

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DON ALONSO Señora ….

ABADESA

¿Por vuestra prenda vendréis?

DON ALONSO Vuestra llamarla podréis.

ABADESA

Lo debo a su cortesía.

DON ALONSO Hija, ¿cómo esto ha sido sin mi orden, sin hablar?

TERESA

Con Dios quise aconsejar, y a su casa me he venido.

DON ALONSO

Pues don Ramiro y don Diego, don Juan y yo, que aquí estamos,

todos respuesta esperamos de tu gusto y mi sosiego;

Dios te inspire, hija querida, con que esta elección se acierte.

TERESA

Al fin en esta ocasión mi nombramiento es forzoso.

Pues ya Dios mi esposo es, quiero quedarme en su casa.

DON ALONSO

Escucha…

TERESA No hay qué escuchar.

DON ALONSO

Advierte...

TERESA No hay qué advertir,

que a mi esposo he de seguir, y a mi padre he de dejar.

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DON ALONSO Llorando voy …

No la pude persuadir.

SACRISTÁN Ojos que la vieron ir,

no la verán más volver.

(Sale el SACRISTÁN y entra ANA MARÍA de JESÚS para poner el hábito a TERESA.

Sale ANA MARÍA DE JESÚS y entra un ÁNGEL con una lanza junto a TERESA)

ÁNGEL Si el corazón de Dios habéis herido con vuestras oraciones amorosas, recibid estos golpes que os envía,

rásguese vuestro pecho enternecido, y causen las heridas rigurosas pena, dolor, contento y alegría.

Y si es ferviente fría,

la punta de este dardo fuego tiene, fuego de amor, que enciende y nunca abrasa;

no os quemará su brasa, porque templado con el hierro viene;

sufrid ahora, y luego podréis tocar con el amor a fuego,

que es lo que más le agrada, veros arder y veros ahumada.

TERESA Herid, herid con golpes más continuos; dejadme el pecho, si gustáis, rasgado, y una ventaja os llevaré en el suelo,

pues a vos, dulce Esposo, os dio Longinos la lanzada con que os rompió el costado,

y a mí me abrasa un serafín del cielo: heridme sin recelo,

seré herida cierva, y vos la fuente, a mi sed suficiente,

que otra agua no apetezca; la fuente salutífera merezca,

en cuyas aguas vivas dé a mi fragua el dardo el fuego, y vuestra fuente el agua.

(Se va el ÁNGEL)

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(Entran LEONER de CEPEDA -su sobrina- y ANA MARÍA de JESÚS)

ANA MARÍA DE JESÚS

Sólo Dios sabe lo que le pesa que falte en esta ocasión, porque de una Religión ha de ser madre Teresa.

La cual crecerá de suerte

por todo el mundo, que asombre, donde ha de tener por nombre

mujer varonil y fuerte.

Mil prodigios ha de obrar la que veis tan humillada, y siendo virgen hallada,

con sus hijos se ha de honrar.

Y por soberanos modos crecerán tanto, que entiendo

que andarán los más pidiendo, y andarán descalzos todos.

LEONOR DE CEPEDA Y ¿eso lo tenéis creído?


Eso será cosa cierta, antes que esto sea cumplido.

LEONOR DE CEPEDA

Lleguemos, que vuelve en sí.

ANA MARÍA DE JESÚS En medio de la oración, cuando elevada se ve,

la maestra de su fe abre a Dios el corazón.

LEONOR DE CEPEDA

Sin duda vuelve.

TERESA ¡Ay, mi Cristo!

LEONOR DE CEPEDA

Lleguemos, hermana.

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ANA MARÍA DE JESÚS ¡Teresa!

LEONOR DE CEPEDA

¿Qué sentisteis?

TERESA Vi que el Ángel...


Sosegaos. ¿Qué visteis?

TERESA

Estaba cabe mí, el ángel bello, que en su mano portaba dardo de oro.

Me rasgó el corazón con su tesoro, e incendiada de amor quedé con ello.

Me abrasa las entrañas con su fuego

y llévame tras ellas el aliento, es sólo su servicio mi alimento

y de todo lo humano me despego.

Así quedó mi espíritu rendido, el alma toda entera le he entregado.

Quedó mi pecho en cielo convertido.

Allí el Esposo mora regalado, pues que mi voluntad ha decidido, ser esposa por siempre del Amado.

(Entra GONZALO de ARANDA y salen LEONOR de CEPEDA – su sobrina- y ANA MARÍA de JESÚS)

TERESA

Ya, padre, buena me siento.

GONZALO DE ARANDA Sospecho que os ha sanado la patente que os han dado para fundar el convento.

TERESA

El supremo Superior me hizo gran merced; tomad, mi padre, leed.

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GONZALO DE ARANDA Por cierto extraño fervor,

licencia para Teresa dé Jesús. ¡Gran novedad!

TERESA

Voy fundada en humildad.

GONZALO DE ARANDA Preciosa joya es esa. No doña Teresa ya

de Ahumada.

TERESA Desde hoy,

Teresa de Jesús soy, y este nombre se me da.

GONZALO DE ARANDA

Buen nombre habéis escogido. El de Jesús es perfecto

TERESA

Padre, regala el oído, y en la oración más extrema,

cuando el demonio me asombre, temerá mejor el nombre,

ya que por mí no me tema.

GONZALO DE ARANDA Vuestro parecer alabo.

Y prudente.

TERESA Pues quizás seréis cimiento de algún divino convento

que pienso hacer algún día.

GONZALO DE ARANDA Mujer, y ¿queréis fundar conventos de frailes vos?

TERESA

Mi padre, el poder de Dios no le queráis limitar; este edificio caído,

de los tiempos derribado, pienso ver edificado

y más que nunca esparcido.

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Palabra me dio segura el que no puede mentir,

de que yo tengo que abrir la puerta de esta aventura.

GONZALO DE ARANDA

Aclaraos.

TERESA En confesión,

el caso, padre, sabréis, porque importa que guardéis

secreto en esta ocasión.

GONZALO DE ARANDA Decid, pues.

TERESA

Confieso y digo, padre, para entre los dos,

que me guía el mismo Dios en el intento que sigo:

tres veces su fe me ha dado, de Niño Jesús la una,

la otra puesto en la columna, y la otra crucificado.

(Sale el DEMONIO y se coloca al lado de GONZALO de ARANDA)

DEMONIO Es maraña; no la creas.

Padre, alguna ilusión fue que a esta monja la engaña. Discretamente la informas:

¡Dile que huya de esas visiones!

GONZALO DE ARANDA Pues yo soy del parecer

que huyas de esas tentaciones.

DEMONIO Eso es lo más importante.

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GONZALO DE ARANDA Y cuando más no podáis,

higas y cruces hagáis cuando se os ponga delante: como confesor, os mando

que lo que os he dicho hagáis.

TERESA Riguroso, padre, andáis.

GONZALO DE ARANDA Vuestro bien voy entablando;

esto es, señora, mi oficio: no hay sino tener paciencia. que el acto de la obediencia

es el mayor sacrificio.

TERESA ¿Que esto os parece ilusión?

GONZALO DE ARANDA

Es muy sutil el demonio: El demonio cada día engañaros pretendía, a vos, con ilusiones.

Muchas almas ignorantes, Señora, se han condenado, porque llevar se han dejado

de ilusiones semejantes.

DEMONIO Ya no tengo más que hacer.

(se va por un lateral de escena)

GONZALO DE ARANDA Cuando venga esa ilusión,

huid de su tentación; idos a todo correr.

TERESA

¿Si me sigue?

GONZALO DE ARANDA Si porfía

higas y cruces le dad; y con esto, adiós quedad.

(se va GONZALO de ARANDA)

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TERESA DE JESÚS Cristo vaya en vuestra guía.

(Aparece el NIÑO JESÚS en un altar en frente de TERESA)

NIÑO No temas; Teresa.

TERESA

Dulce voz, el pecho ablanda; pero el confesor me manda

que no espere. ¿Qué he de hacer? Dios me aclare mi sentido.

¿Llegaré? ¿Que estoy dudosa? Mas la obediencia es forzosa,

y el pensamiento atrevido. Pero en estas dudas dos,

huyo. ¿Qué me desvanezco? Que al confesar obedezco, y en el confesor a Dios.

Pues otra puerta sé yo por donde podré salir;

que quiero en todo seguir lo que el confesor mandó.

NIÑO

Vuelve a mí, ¿por qué me huyes?

TERESA Por obedecer, Señor;

perdonadme si os ofendo; y si peco obedeciendo, culpad a mi confesor.

NIÑO

Esposa, de nuevo luces, y nuevo premio mereces,

con lo bien que hoy obedeces.

TERESA Pues tomad higas y cruces.

NIÑO

¿Qué me das?

TERESA Cruces con higas,

como el confesor ordena.

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NIÑO Obedece enhorabuena;

que obedeciendo me obligas.

TERESA Higas y cruces mandó

que mis manos hoy os den, y advirtió en extremo bien, aunque acaso lo advirtió.

Con ánimo de obligaros,

cruces manda que os dé a vos, y las cruces, Niño Dios,

claro está que han de agradaros.

Aunque salga de compás, dos mil cruces os daré,

y por muchas que yo os dé, pienso que vos queréis más.

Cruces son, Niño; miradlas,

aunque a la cruz que ilustrasteis cuando más pecho, mostrasteis volvisteis, Dios, las espaldas.

Que améis la cruz es razón, pues en ella os enclavasteis. y es la nave en que surcasteis

el arrecife de la Pasión.

Mis cruces de gusto han sido; que el vencedor más honrado

se alegra viendo a su lado las armas con que ha vencido.

Gozoso podéis mirarlas;

que vuestras armas son éstas.

NIÑO Armas que yo traje a cuestas,

claro está que he de estimarlas.

TERESA Tomad mil higas, mi Esposo; que en nadie mi dulce amor

las puede emplear mejor que en un Niño tan hermoso.

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Me remiro en vuestras luces, y tan gozosa me veo,

que daros, Niño, deseo tantas higas como cruces.

Mis ojos no os hagan mal;

tomad, aunque es indecencia; que en ser higas de obediencia,

valen más que de cristal.

Bello Infante soberano, higas y cruces os doy,

porque tengáis desde hoy estos dijes de mi mano.

Guardadlos, mi Niño bello;

ved que no pasa de raya que un Niño por dijes traiga

cruces e higas al cuello.

NIÑO En mucho estimo el amor

que tu pecho me ha mostrado, y como amante obligado te quiero dar un favor.

TERESA

Indigna soy….

NIÑO Una cruz te quiero dar

por las muchas que me diste.

TERESA En mucho la tendré;

la colgaré del rosario; será cruz de relicario en el templo de mi fe.

NIÑO

Segundo favor te haré.

TERESA ¿En la fundación, mi Esposo?

NIÑO

Yo soy todopoderoso, y cuanto pudiere haré.

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(Tocan chirimías; desaparece el NIÑO JESÚS y se recita dentro lo siguiente:)

CORO

Aunque más contrarios veas, prosigue en Dios confiada; que presto verás fundada la religión que deseas.

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Parte II Fundaciones de Ávila y Palencia

(En un lateral TERESA. Entran DOÑA JUANA –su hermana-, LEONOR de CEPEDA

– su sobrina- y ANA MARÍA de JESÚS.)

DOÑA JUANA Hermana del alma mía,

¿tan sola?

ANA MARÍA DE JESÚS La causa debe de ser alguna melancolía.

TERESA

No es cierto.

DOÑA JUANA Pues bien podéis

tenerla, y tendréis razón, porque en vuestra fundación

un grande estorbo tenéis.

La casa que concertamos para fundar el convento,

lo que a vuestro y a mí contento, cual sabéis, aderezamos, tiene las paredes tales, que está ya para caerse.

TERESA

¿Qué remedio ha de tenerse?

DOÑA JUANA No hay dinero ni oficiales.

TERESA

Yo sé que no se ha caído. Las paredes malparadas

tratemos de reparar; que Dios nos ha de amparar aunque estén mal reparadas.

DOÑA JUANA

Aunque es bien fiar de Dios, la pobreza es ya sabida,

la casa toda caída y la ciudad contra vos.

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(El Coro canta otra vez)

CORO Aunque más contrarios veas, prosigue en Dios confiada; que presto verás fundada la religión que deseas.

TERESA Saldré con mi fundación

aunque más contrarios tenga.

LEONOR DE CEPEDA A mi tía seguiré.

DOÑA JUANA

Yo, hermana, te he de servir en la fundación que deseas; mi intento quiero que veas, que mi amor puede decir.

TERESA

Dejemos la iglesia llana. Es de Dios la casa, hermana,

y como es casa de Dios, trabajo de buena gana.

Hija, ven, alegres vamos;

que es bien que nos alegremos, pues hoy por Dios trabajamos.

DOÑA JUANA

Ya la casa está acabada, tan firme y tan bien obrada, que pone contento el verla.

TERESA DE JESÚS

Dios pienso que anduvo en ella, pues queda tan bien labrada…

(Sale el ÁNGEL)

ÁNGEL

En el templo de este suelo, donde ha de ser Dios servido,

razón es hayan venido los oficiales del cielo.

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(El Coro canta otra vez)


(Salen todos menos TERESA. Entra el obispo don ÁLVARO)

OBISPO ÁLVARO DE MENDOZA

Con todo, hay que negociar, porque de mi voluntad

Teresa habéis de disponer; que será menester

en cierta necesidad.

Si he de hablar claro, las palabras que disparo

son balas del pensamiento.

TERESA La merced, señor, estimo. Si gustáis de mi contento,

no me habléis de cumplimiento.

OBISPO ÁLVARO DE MENDOZA Os he de servir

hoy, en convenir otra fundación que deseáis mi intento quiero que veáis, que mi lealtad puede decir.

Soy, cual sabéis, vuestro oidor,

y procederé con rigor. A serviros me ofrezco, porque sepáis de mi fe

que en vuestro servicio padezco.

TERESA Vuestro parecer acataré.

Palencia es vuestra ciudad a la que si deseáis me llegaré,

para otorgarla legitimidad.

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OBISPO ÁLVARO DE MENDOZA Puesto que está de Dios este negocio, querría,

madre, que hoy en este día dichoso fin me deis vos.

TERESA

Yo digo que se haga mi oidor, pues gusta de ello mi Señor.

(Se va el Obispo don ÁLVARO y tras una pausa de tiempo entra ANA de San

BARTOLOMÉ)

ANA DE SAN BARTOLOMÉ ¡Madre!

Un breviario me ha mandado el padre Juan de la Cruz;

¿quiere que envíe un recado?

TERESA Dios reciba la intención,

y baste el que yo le he dado.

ANA DE SAN BARTOLOMÉ Que traiga dos me conceda:

no cercene mi ejercicio; que no es seda sobre seda,

ni cántaro sobre botijo.

TERESA De pláticas excusemos;

entrar en Palencia hoy querría: venid luego, en misa entremos que a este paso se acaba el día.

ANA DE SAN BARTOLOMÉ Con unas horas de viaje en el día, en Palencia, madre, entraremos.

No temáis si alguien porfía, que en el Señor nos cobijaremos.

TERESA

Querida hija bien me has de servir, primero serán los oficios, y luego podremos partir.

En una casa alquilada

nos hemos de hospedar, que el buen obispo más tarde llegará, al sonido de la campana al repicar.

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ANA DE SAN BARTOLOMÉ Qué seríamos Madre

sin nuestros benefactores entre tan grandes vicisitudes

nos cobijan sin temores nos acomodan y sustentan

todo lo que pueden …

Pliego al Señor los tenga de su mano y los ayude para que nos ayuden,

que estos sacrificios no queden en vano.

(Salen todas las monjas y emprenden el camino a Palencia)

TERESA Querida hija no pongo en estas fundaciones

los grandes trabajos de los caminos, con fríos, con nieves, con hartos males y calenturas de ordinario gloria a Dios

es tener yo poca salud …

Su Majestad me daba fuerzas y con el fervor que me ponía … tomaba con alegría la labor.

Hemos de pedir a Dios que en esa ciudad, de buenos cristianos los haga aventajados

en el camino del Señor y en la caridad.

Procuremos valgan nuestras oraciones para ayudar a estos santos canónigos, siendo ejemplo de buenas fundaciones

los más reticentes verán la gloria de Dios.

ANA DE SAN BARTOLOMÉ Madre, mucho os cansáis

y es razón que nos regalemos descanso, venid, en el carro entremos,

aposentaros y descansaréis.

INÉS DE JESÚS Prima, descansad, dormid y reponeros.

TERESA

No querría faltar al oficio de orar que el camino es corto y vísperas quiero rezar.

INÉS DE JESÚS

Dadme este contento. Dejadme avisar a mi prima…

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ANA DE SAN BARTOLOMÉ A las puertas de la ciudad, llegadas madre estamos …

Sea el Carrión nuestro testigo,

entrada esta fría noche sin abrigo.

(Encuentro con la Virgen de la Calle en Palencia a la puerta de su ermita)

TERESA

¡Alabemos al Señor, hijas mías!, que somos hijas de esta Señora.

Pues tenemos tan dulce y buena madre que sale a nuestro encuentro en la calle.

Imitadla y considerad que tal debe ser

la grandeza de esta nuestra Señora de tenerla en esta villa por patrona junto a al glorioso padre San José .

ANA DE SAN BARTOLOMÉ

Yo soy bastón y aflicciones de sus últimas fundaciones.

Grandes tierras hemos andado, con aguas, nieve y vientos, con este catorce conventos, hasta hoy, hemos fundado.

Sabe Dios, que es nuestro Padre,

cuántos pasos me costaron las casas que se fundaron

por orden de nuestra madre.

Por verla, vi algunos días media ciudad convocada,

la llaman hija de Elías después que entrara acompañada

pues tiene edificado el edificio asolado,

que es cimiento en el Carmelo.

TERESA Festejemos hoy esta fundación,

la navidad viviremos con ilusión, cantemos coplillas con alegría y tesón, tamboril y castañuelas sean felicitación.

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(Canta el Coro con tamboril y castañuelas al son del Villancico)

CORO

– Mi zagalejo, mira quién llama. – Ángeles son, que ya viene el alba.

Hame dado un gran zumbido,

que parece cantillana. Mira, Bras, que ya es de día,

vamos a ver la Zagala.

– Mi zagalejo, mira quién llama. – Ángeles son, que ya viene el alba.

¿Es pariente del alcalde, o quién es esta doncella?

Ella es hija de Dios Padre, relumbra como una estrella.

– Mi zagalejo, mira quién llama.

– Ángeles son, que ya viene el alba.

(Entra el Obispo don ÁLVARO. TERESA con INÉS de JESÚS salen a su encuentro en el locutorio)

TERESA Me alegra ver a vuestra reverencia

saliendo a su encuentro tan esperado. Mucho ayuda saber lo que su señoría en esta ciudad es respetado y amado.

Esta fundación me colma de alegrías, más toda la gente es de la mejor masa

y nobleza que he visto en las cercanías.

Es la cosa más extraña que yo he visto; ninguna persona hay que no le pareciera

bien nuestra llegada acaecida en lo previsto.

OBISPO ÁLVARO DE MENDOZA Estimada Teresa os traigo

copia del acta de la reunión del cabildo y su resolución.

Permitidme que os lea las buenas nuevas de las que soy vuestro humilde portador:

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“Como en esta ciudad al presente, han venido ciertas señoras carmelitas descalzas a querer fundar una casa de religión y estando en una casa de alquiler, ha parecido ser lugar muy útil y conveniente se emplacen en dos pares de casas que están junto a Nuestra Señora de la Calle, si sus mercedes, como perpetuos y únicos patronos y administradores que son de dicha iglesia …, fuesen servidos de dar para ello su consentimiento para que abriesen una reja a la dicha iglesia para oír los oficios divinos; en lo cual su Señoría recibirá muy particular contento y toda la ciudad mucho aprovechamiento con el ejemplo de su santa vida.”

TERESA Si vuestra reverencia me lo permite,

yo no quisiera dejar de decir los muchos loores de la caridad que hallo en Palencia su ciudad,

de antiguo señorío episcopal en particular y en general…

OBISPO ÁLVARO DE MENDOZA Llegadas son noticias de Roma,

próximo está el Breve de Separación, llega la hora del caminar que aploma

independientes con gloria sin dilación.

En esta fundación ansiada de Palencia, recibiréis la noticia con complacencia, del Consuelo será conocida en esencia impreso el Breve tendréis en vigencia.

Encomendaré a Reinoso y Salinas,

fíen y tramiten la compra de las casas, que leídas y firmadas las escrituras

será hora propicia de fiesta y danzas.

INÉS DE JESÚS Sabed vuestra reverencia que ... Suero de Vega y su esposa Elvira

nos visitan antes que la tarde expira.

Sus dos angelitos de tres y cuatro años, se le meten a la madre bajo el escapulario, diciendo qué olores trae esta señora monja.

Nuestra madre fundadora dijo a doña Elvira, al pequeño Juan dechado de virtudes querría en convento de su ansiada Orden algún día.

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(Entran todas las monjas)

TERESA Firmadas están las escrituras

nuestras al fin son ya las casas, trabajando con esmero adecentadas

llegada es la hora de mudanzas.

Mirad hijas, nos esmeremos; costosas galas regaladas saquemos,

emparejando este glorioso día, con el ejemplar nombre que tenemos.

Grandes fiestas se previenen,

pienso que serán dignas de ver; muchos fieles palentinos vienen,

con danzas el pueblo nos va acoger.

Nuestra Señora de la Calle así la llaman, los que por ella danzan y se engalanan

al Santísimo le honran bailes que ensalzan al Señor Sacramentado en su gloria realzan.

En la plaza de San Lázaro los veréis;

y al Santísimo cuanto imaginar podéis, en su traslado al convento os complaceréis,

con su licencia el buen obispo allí lo tendréis.

OBISPO ÁLVARO DE MENDOZA Conviene a nuestra opinión,

que, para esta insigne ocasión, me vengáis acompañando.

TERESA

Por daros gusto saldré a vuestro lado. Vamos, pues …

(Todos van en procesión saliendo de escena. El Coro canta otra vez)


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(Sale TERESA con un atillo y un cayado despidiéndose de la fundación de Palencia)

TERESA Su luz, Cristo, habéis de ser,

y en esta casa de vuestra Madre os pido consejo, como a mi Padre, en lo que mis hijas han de hacer.

Ahora en Palencia comenzamos, y han de procurar ir comenzando

de bien en mejor mejorando.

25

Parte III Camino de Alba de Tormes

(Salen TERESA y ANA de San BARTOLOMÉ)

TERESA

La clara y blanca luna se oscurece, el sol se eclipsa y pierde su luz pura,

la dura piedra se abre, que, aunque dura, viendo morir a Cristo se enternece, el proceloso mar se altera y crece,

los vientos braman por la niebla oscura, y el mismo cielo muestra ser criatura,

sintiendo el mal que su Creador padece.

Luna, sol, tierra, mar, vientos y cielo, viendo cercado a Dios de inmensas penas,

lloran y sienten lo que yo he pecado: yo me alegro llorando, y me consuelo

viendo que es mar la sangre de sus venas, y mar donde se anega mi pecado.


¡Madre!, quiero también irme a nuestro convento, salgamos ya por su bien

sin demora ni impedimento.

TERESA En Ávila fundé el primer convento,

que es la primera piedra en que me fundo, porque fue mi primer fundamento.

En Medina del Campo fue el segundo,

en Malagón fundé luego el tercero, y el cuarto en la mejor villa del mundo, que es en Valladolid, del cual espero

que al cielo han de ofrecer mis luces bellas, causando envidia a su mayor lucero.

La quinta fundación, y mejor de ellas,

hice en Toledo, cuyas torres altas quieren ganar al cielo las estrellas.

La sexta fue en Pastrana, adonde esmaltas,

¡gran Dios!, de caridad las mis hijuelas, ricas de amor y de riquezas alzas.

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Donde florecen las salmantinas escuelas, la séptima fundé, en la que me recreo,

a pesar del demonio y sus cautelas.

La octava en Alba, junto al Tormes veo, y en la ilustre Segovia la novena,

y fue para mi Dios un gran empleo.

En la villa de Zea la decena, y la oncena fue allá en Sevilla,

que está de santidad y gloria llena.

La duodécima fue en la ilustre villa de Caravaca, y Orden de Santiago,

que pone cruz en Pecho a maravilla.

La trecena, primera que a Dios pago, en Villanueva de la Jara ha sido,

donde pasé de penas más de un trago.

La cuatorcena para no quedar en olvido, Palencia de mi virgen de la Calle al cobijo, la quincena en Soria, ganado sacro elegido.

De la décimosexta para su gran memoria, que en Granada fundé, dando a mi Cristo,

mil nuevas gracias de su nueva gloria.

La postrera fundación con gran sacrificio en Burgos fue, donde llorosas las hijas mías, rasgando el pecho están con amor dolorido.

Diez y siete de monjas, en mis días, y diez de frailes, hemos ya jurado la santa Regla del profeta Elías.

ANA DE SAN BARTOLOMÉ ¡Vamos!, mi madre,

emprendamos el camino, que ya se descarta el tiempo…

(Se va ANA de San BARTOLOMÉ y sale el AMOR DIVINO con una corona de espinas en las manos frente a TERESA.

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TERESA Por imitaros en algo,

aunque sin fuerzas me siento, por el claustro del convento con la cruz a cuestas salgo.

No hay peligro que me aflija con este arrimo a este árbol.

(Arrodillada)

Jesús, cargada me veo;

pero con la cruz, mi Dios, no sé qué fuera de vos, si tardara el Cirineo.

Yo le había menester, que enferma y cansada estoy

AMOR DIVINO Yo tu Cirineo soy;

ánimo, buena mujer.

TERESA ¿Buena yo?

AMOR DIVINO Buena te llamo.

TERESA

¿Lo Sabéis vos?

AMOR DIVINO Sí lo sé,

pues desde el cielo bajé a la voz de tu reclamo.

TERESA

Ya os conozco, sacro halcón, Divino Amor disfrazado, que del cielo os he bajado con el anhelo del corazón.

Ya he visto en mil ocasiones.

mi divino Esposo justo, que sois halcón en el gusto, pues gustáis de corazones.

AMOR DIVINO

Buena ayuda tienes ya.

28

TERESA Qué, ¿os veo?

AMOR DIVINO

Sí que me ves: ¿qué más pudo ver Moisés

en la cumbre de Sinaí? Déjame la cruz a mí,

pues de quien soy te doy luz.

TERESA Toda no me la quitéis;

que si mi amor estimáis, de aquello que más amáis, es bien que parte me deis.

AMOR DIVINO

Esta es mi prenda querida.

TERESA No me dejéis tan quejosa,

que entre el esposo y la esposa no ha de haber cosa partida.

Mas ya dejo esta querella;

hoy mi fe quiero mostraros, y toda la cruz dejaros,

aunque me dejéis por ella.

AMOR DIVINO La cruz llevemos los dos.

TERESA

No pide más el deseo, pues me ayuda un Cirineo

mucho mejor que el de Dios.

Mas ¿dónde voy? Reparad lo que advertí en este instante;

pasad, mi Amor, adelante; vuestro lugar ocupad.

AMOR DIVINO

Bien, vamos.

TERESA No he de sufrir,

aunque vuestra fe me abona, que vos lleváis la corona

y delante habéis de ir.

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AMOR DIVINO Pues ya mi lugar te he dado,

mi corona te he de dar.

TERESA ¡Qué merced tan sin igual! ¡Qué premio tan señalado!

AMOR DIVINO

Espinas tiene.

TERESA Hoy, en mí,

no son sino clavellinas.

AMOR DIVINO Las que en mí fueron espinas,

se vuelven rosas en ti.

TERESA Vuestra voluntad se haga; que yo humilde sierva soy.

AMOR DIVINO

Esposa, no tengas miedo, camina, que atrás me quedo

aguardando a tu llegada.

(Sale ANA de San BARTOLOMÉ llorando con Fray ANTONIO de JESÚS)

FRAY ANTONIO DE JESÚS La traigo en el corazón.

ANA DE SAN BARTOLOMÉ Pues, mi Padre, aún no sabéis la causa de esta aflicción…

María Bautista en la puerta la echó.

FRAY ANTONIO DE JESÚS Mala me escribió que estaba;

que luego a verla viniese. ¿Es de cuidado su mal?


Pienso que es de muerte. ¡Ay, padre!

No permita el cielo tal.

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(Se acerca TERESITA la INDIANA al lado de Fray ANTONIO de JESÚS)

FRAY ANTONIO DE JESÚS Sólo en oírlo decir

se me turba el corazón.

TERESITA LA INDIANA ¡Padre mío,

dicen que se está muriendo!

FRAY ANTONIO DE JESÚS Espera, ve guiándonos

a su celda.

ANA DE SAN BARTOLOMÉ Levantando, el pecho está, con la muerte peleando.

(Entran doña JUANA y la DUQUESA de ALBA por un lateral, junto a Fray ANTONIO

de JESÚS están JUANA del ESPÍRITU SANTO y ANA de San BARTOLOMÉ)

DOÑA JUANA Mensajera soy;

y médicos a llamar voy.

JUANA DEL ESPÍRITU SANTO Mucho desorden ha sido.

DUQUESA DE ALBA

Esto es justo que miréis.

FRAY ANTONIO DE JESÚS Llegad, señoras, y veremos

a nuestra madre.

ANA DE SAN BARTOLOMÉ Que no es entrar en convento

a seglares permitido.

FRAY ANTONIO DE JESÚS Así lo entiendo, y pues puedo,

hoy os permito y concedo que a ver nuestra madre, entréis.

(Se encaminan hacia la celda donde está TERESA junto a sus fieles monjas)

31

DOÑA JUANA ¡Hermana!

JUANA DEL ESPÍRITU SANTO

¡Reformadora!

DUQUESA DE ALBA ¡Fundadora!


¡Madre!

TERESA Ya, padre, llegó mi hora; fin que forzoso ha de ser;

a todos pido perdón; ¿me le dais?

FRAY ANTONIO DE JESÚS

Madre, sí damos, y todos juntos rogamos

que nos deis la bendición.

TERESA La de Dios con todos sea, y en este punto conmigo,

mi Cristo, mirad que os sigo; hoy vuestra piedad se vea.

(Canta el coro dentro MÚSICA)

CORO

Pues se humilla el corazón, suba a los cielos y exáltele Dios.

(ANA de San BARTOLOMÉ recuesta sobre su regazo a TERESA hasta su muerte)

TERESA Sírvame de escudo santo

vuestro pecho diamantino, pues, sois, Señor, uno y trino

con el Espíritu Santo.

FRAY ANTONIO DE JESÚS Confesó la eternidad,

y el alma a su Dios ha dado.

32

JUANA DEL ESPÍRITU SANTO Arrimada se ha quedado

al árbol de la verdad.

DUQUESA DE ALBA Sosegada descansa el alma

de esta hija de la Iglesia ya en calma.

DOÑA JUANA El alma se va sellando

con el gran dueño que ha visto, y con el esposo Cristo a su esfera va volando.


Murió nuestra madre amada, la virgen santa expiró;

una paloma salió con la primer boqueada.

(Canta el coro dentro MÚSICA)

CORO

Romped el aire gozosa, mi blanca paloma hermosa.

FRAY ANTONIO DE JESÚS

Sólo Dios ha permitido que el milagro sucedido lo viésemos vos y yo.

JUANA DEL ESPÍRITU SANTO

¡Jesús, qué olor tan suave! ¿le sentís?

DOÑA JUANA

Y ¡cómo que siento!

DUQUESA DE ALBA Parece que va en aumento.


Este olor al cielo sabe, de su dolorido cuerpo sale.

DOÑA JUANA

No hay ámbar que se le iguale.

33

FRAY ANTONIO DE JESÚS Ya es ángel, si fue mujer.

(Dan golpes dentro)

DOÑA JUANA Del pueblo, ya convocado,

suena confuso ruido.

(Otra vez golpes y gritos)

FRAY ANTONIO DE JESÚS ¿Quién nos viene a inquietar?

(PUEBLO a coro en gritos)

PUEBLO

¡La santa madre buscamos!

DOÑA JUANA Si al pueblo no la enseñamos las puertas han de quebrar.


El cuerpo luego, a la hora, a la de la iglesia saquemos,

y fin a la historia demos de nuestra gran fundadora.

34

Personajes Parte I-III:

- DON RAMIRO - DON DIEGO

- DOÑA JUANA - DON JUAN

- DON ALONSO - TERESA

- ABADESA - SACRISTÁN

- ÁNGEL - ANA MARÍA DE JESÚS - LEONOR DE CEPEDA

- GONZALO DE ARANDA - DEMONIO

- NIÑO JESÚS - OBISPO ÁLVARO DE MENDOZA

- ANA DE SAN BARTOLOMÉ - INÉS DE JESÚS - AMOR DIVINO

- FRAY ANTONIO DE JESÚS - TERESITA LA INDIANA

- JUANA DEL ESPÍRITU SANTO - DUQUESA DE ALBA

La presente obra de teatro es el resultado de una adaptación de los textos y personajes de la obra “Santa Teresa de Jesús” de Lope de Vega por Mª del Rosario Diez Rodríguez, con la puesta en escena de la fundación de Palencia. Lope dedicó a Teresa al menos dos obras de teatro y diversos poemas. Participó activamente en los actos celebrativos de su beatificación y canonización. Los primeros tuvieron lugar solo unos meses después de su ordenación sacerdotal (1614), en el mismo lugar donde Lope celebró su primera misa, y donde tenía a su confesor, fray Martín de san Cirilo: el Convento de los Carmelitas Descalzos de S. Hermenegildo de Madrid. Seguramente con motivo de los Certámenes Poéticos de la Beatificación y el de la Canonización de la Santa, compuso los nueve sonetos que le dedicó. El Ayuntamiento de Madrid le encargó escribir la Relación de las fiestas de S. Isidro, patrón de la ciudad, en la que se narran los actos celebrados en honor a los nuevos santos canonizados por Gregorio XV en 1622 (Isidro, Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Felipe Neri y Teresa). En ese escrito, el propio autor nos pone en antecedes del motivo que originó el soneto «Herida vais del Serafín, Teresa».

Este extraordinario soneto considerado el mejor de los que Lope dedicara a Teresa se ha incluido en esta adaptación de la obra “Santa Teresa de Jesús”. La palabra cierva y la idea de la fuente del claustro le sugiere la asociación del dardo de fuego. Como los ciervos heridos corren a una fuente para refrescarse al morir, la Fuente de Teresa es el fuego del Amor divino.

Obra de Teatro-Santa Teresa de Jes s · Por Dios se pasa esto y más; mi luz esta voz ordena. ¿Por quién se pasa esta pena? SACRISTÁN Por Dios. ... donde ha de tener por nombre

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