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6 VÍCTOR JARA Mario Martín (en la foto) y Carlos Ba- rroso pusieron en marcha hace trein- ta años una librería constituida en lugar de encuentro y creación. 3 DETECTIVES Àlex Martín y Javier Sánchez escri- ben sobre la segunda edición del Congreso de Novela y Cine Negro, que se celebra esta semana. culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006 Repasamos la trayectoria del huidizo autor de V de Vendetta, quien ha renegado de la adaptación cinematográfica de su obra. 4 N° 73 Suplemento de artes y letras ALAN MOO ALAN MOORE
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numero73

Mar 12, 2016

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Antonio Marcos

Repasamos la trayectoria del huidizo autor de V de Vendetta, quien ha renegado de la adaptación cinematográfica de su obra. 4 N° 73 Suplemento de 3 DETECTIVES 6 VÍCTOR JARA Àlex Martín y Javier Sánchez escri- ben sobre la segunda edición del Congreso de Novela y Cine Negro, que se celebra esta semana. Mario Martín (en la foto) y Carlos Ba- rroso pusieron en marcha hace trein- ta años una librería constituida en lugar de encuentro y creación.
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6 VÍCTOR JARA

Mario Martín (en la foto) y Carlos Ba-rroso pusieron en marcha hace trein-ta años una librería constituida enlugar de encuentro y creación.

3 DETECTIVES

Àlex Martín y Javier Sánchez escri-ben sobre la segunda edición delCongreso de Novela y Cine Negro,que se celebra esta semana.

culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006

Repasamos latrayectoria delhuidizo autor de V deVendetta, quien harenegado de laadaptacióncinematográfica desu obra.

4

N° 73Suplemento de

artes y letras

ALAN MOOALAN MOORE

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l os autores literarios rara vez suelen mos-trar su conformidad con las adaptaciones

que hace el cine de su obra. El paso de la pá-gina a la imagen puede ser doloroso y muchasveces ni siquiera la implicación del propio es-critor en la elaboración del guión le deja sa-tisfecho. Hollywood ha versioneado V de Ven-detta, el cómic creado por Alan Moore a prin-cipios de los ochenta. Y éste ha dicho, senci-llamente, que la película es «basura». Claroque esto también vino a decir Juan Marsé del

último Premio Planeta y luego se ha vendidocomo rosquillas. Moore es un personaje hui-dizo, que vive alejado del mundanal ruido y alque no le ha convencido la explotación deaquella historia sobre un activista-terroristacon máscara de payaso en un contexto antiu-tópico. Les haya gustado o no, hoy repasamosla obra de Moore, un autor que contribuyó de-cisivamente a la revitalización del género desuperhéroes. Nuestros amigos Àlex MartínEscribà y Javier Sánchez Zapatero nos intro-

ducen en la segunda edición del Congreso deNovela y Cine Negro, que ellos mismos orga-nizan en la Universidad con empeño y rigor.Pasamos también por la librería Víctor Jara,que acaba de cumplir treinta años de fideli-dad a un modelo de negocio que propicia elencuentro, la charla y el intercambio de co-nocimiento en torno a los libros. Revisamostambién la obra de algunas artistas o directo-ras de cine que luchan contra la homogenei-zación audiovisual.N

°73

1 LIBROS Y TEATROCuando nos acabamos de reponer delDía del Libro, llega la Feria del Libro.Puede parecer una perogrullada, pero laFeria en Salamanca es básicamente unDía del Libro que dura siete días: lamayor parte de las casetas pertenecen alas librerías de la ciudad, queaprovechan la ocasión para obtenervisibilidad y aumentar las ventas. Unaocasión, por cierto, que les cuestacarísima en concepto de alquiler y que,seguramente, les permite apenas cubrirgastos. Y eso si no llueve. El programatiene normalmente más grupos deteatro que escritores. En el oficialestarán Gustavo Martín Garzo,Lorenzo Silva, Belén Gopegui, DanielCassany y Vicente Verdú, presentando,firmando y conferenciando. Además, yésta es una de las novedades de esteaño, se celebra una mesa redonda sobrela edición independiente –editorialespequeñas ajenas a los grandes grupos–coordinada por Javier Rioyo con lapresencia de los sellos ElFunambulista, Asteroide, AlphaDecay y Cuatro. El programa teatral senutre de Titirimundi –ya les detallamosbastante la semana pasada y podránseguirlo a diario en el periódico– ycuenta con el estreno del últimoespectáculo de Zanguango Teatro,Desahucio, una de las más asentadas yexitosas compañías salmantinas.¿A qué responde la escasez deescritores en la Feria? Como no haypresencia de editoriales, no hayescritores. Las librerías bastante tienencon cubrir como pueden los gastos dealquiler y montaje. Sólo en el Congresode Novela y Cine Negro, que empieza elmartes, habrá tantos autores enSalamanca como los programadosoficialmente por la Feria. Pero bueno,tampoco se hacen ferias de calzado entodas partes y no pasa nada. Aquí laferia buena es la de la construcción.

2 VLADIMIR SPIVAKOVNos sopla algún amigo que controla demúsica clásica que va a estar bien elconcierto de la Orquesta NacionalFilarmónica Rusa, dirigida porVladimir Spivakov, con AlexanderGuindin como piano solista. Se trata deuna orquesta de reciente creación,nacida para recuperar el poderío que

siempre demostraron los soviéticos enesto de la interpretación. Tocaránpiezas de Tchaikovsky, Rachmaninov yvarias obras de Shostakovich, del quese celebra el centenario de sunacimiento. Lo organiza la Obra Socialde Caja Duero y será el martes en elCAEM.

3 UN ARCHIVO RECUPERADOImpactante la intervención deFlorencio Maíllo en el SDLM(Seminario Discurso Legitimación yMemoria) del pasado jueves. A travésdel hallazgo fortuito de un archivofotográfico destinado a la basura, Maílloha reconstruido documentalmente lahistoria de un momento decisivo para eldesarrollo de la comarca de la Sierra deFrancia, el del comienzo de laemigración a principios de los añossesenta. Los pueblos se vaciaron, seabandonaros los cultivos y sushabitantes volvieron con coches conmatrículas de Suiza para montarpequeños negocios o comprar pisos enla capital. Un trabajo que demuestra, apartir de objetos humildes como lo sonlas fotografías familiares, que se puederealizar una investigación profunda si sesabe cómo y dónde mirar. Será su tesisdoctoral y la leerá a finales de junio.Esperamos verla convertida pronto enun libro imprescindible para elconocimiento de nuestra provincia.

4 LAS WIKINOVELASA las blogonovelas –narraciones de ficciónen forma de diario– se añade una nuevatendencia literaria, las novelas colectivas.En ‘Periodistas 21’: «Las wikinovelas sonel formato más transparente y abierto deliteratura participativa, la creacióncolectiva para desarrollar un sólo textocon todas las tramas, personajes y rutasque elijan sus autores.La diferencia conlas blogonovelas es radical: el yo frente alnosotros. En unas manda el autor, enotras la narración se construye con laparticipación. La obra deja de serradicalmente propia para ser nuestra,como las viejas narraciones orales, seiban contando y las palabras, los mitos,las imágenes de los otros se pegaban yabrigaban las viejas historias odesnudaban algunas de suscaracterísticas».

culturas2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006

Antonio [email protected]

Arriba, logotipos de

Zanguango, que estrena

en la Feria del Libro su

último espectáculo. De

izquierda a derecha,

Gustavo Martín Garzo,

Belén Gopegui y

Lorenzo Silva, tres de

los autores que figuran

en el programa oficial

de la Feria

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Queridos detectives

la astucia de Sherlock Holmes fue talque consiguió evitar la muerte in-cluso a manos de su propio creador.

Frustrado por la imposibilidad de orien-tar su carrera artística hacia su verda-dera vocación, el género histórico, y to-talmente eclipsado por su propio per-sonaje, Arthur Conan Doyle llegó a sen-tirse tan molesto con el éxito de sucriatura literaria que decidió eliminar-lo en el relato El problema final a travésde una caída mortal, junto a su acérri-mo enemigo Moriarty, por las cataratasde Reichenbach. La muerte de Holmes,ya instalado en la categoría de mito po-pular, impactó de tal forma a sus milesde seguidores que las calles de Londrescomenzaron a llenarse de jóvenes concrespones negros en los sombreros. Lafamilia real británica expresó pública-mente su consternación y ‘The StrandMagazine’, el periódico donde se publi-caban sus relatos, perdió con su muertemás de 20.000 suscriptores, quedandoal borde de la ruina. Encabezada por laanciana madre de Conan Doyle, lecto-ra empedernida de las aventuras delpersonaje de Baker Street, la presiónpara que el investigador resucitara fuetal que al escritor no le quedó más re-medio que ceder ante el clamor popu-lar –y ante las compensaciones econó-micas que Holmes y su compañero Wat-son le daban, bastante más suculentasque las que su ansiada carrera como no-velista histórico le podía ofrecer– y vol-ver a dar vida al detective en La casavacía. Nadie ha vuelto a intentar desdeentonces matar a Sherlock Holmes,porque nadie es tan osado como parapensar que podrá acabar con quien hadejado de vivir en las páginas de los li-bros para instalarse en el imaginario co-lectivo popular, ese lugar en el que lo ar-tístico comienza a fundirse con lo míti-co y en el que los personajes, como bienaprendió Conan Doyle, dejan de ser desus creadores para ser patrimonio detodos. Allí habitan también Hercule Poi-rot, un sibarita de maneras amanera-das cuyas «pequeñas células grises» noparan de trabajar; Philip Marlowe, unsabueso de cigarro perpetuo que es-conde sensibilidad y romanticismo bajouna coraza cínica y solitaria; Nero Wol-fe, un tipo orondo permanentementeencerrado en su jardín de rarísimas or-quídeas; o Pepe Carvalho, un exquisitogourmet que prepara con mimo sus pla-tos mientras quema libros clásicos y es-pera que llegue la revolución definitiva.Allí habitan cientos de detectives, desde

el primigenio August Dupin hasta el no-vísimo Jack Taylor pasando por el cáus-tico Sam Spade, el elegante Dick Tracyo el imberbe Flanagan.

Gestados en los párrafos de una no-vela, en las viñetas de un cómic o en losfotogramas de una película (casi siem-pre en blanco y negro y bajo una in-mensa capa de humo), los detectivesnunca morirán porque pertenecen parasiempre a sus lectores y espectadores,que han aprendido con ellos que nuncase han de pisar las motas de polvo de laescena del asesinato, que el único cri-men perfecto es el que aún no se ha co-metido, que a veces bastan dos frasesingeniosas para desarmar a una mujerde bandera, que la podredumbre moralapenas entiende de clases sociales, quelos límites entre el bien y el mal no estántan claros como algunos quieren hacercreer y que, a pesar de sus averiguacio-nes y de sus intentos por hacer que la

justicia sea algo más que lo que dictanunas leyes sin corazón, el mundo no de-jará nunca de ser un lugar cruel.

Precisamente porque aún están vi-vos, el II Congreso de Novela y Cine Ne-gro de la Universidad de Salamancaquiere recordar, homenajear, ensalzary estudiar a estos tipos solitarios y des-creídos que caminarán siempre por ca-lles solitarias, aparentando intentardesentrañar cuál de todas las coarta-das era falsa, pero pensado realmenteen cuál de todas las sospechosas teníalas piernas más largas. Por eso veremossus películas, leeremos sus libros, co-mentaremos sus aventuras con exper-tos y creadores y brindaremos conwhisky para que su futuro, que ya es elnuestro, dure muchos años más.

Àlex Martín Escribày Javier Sánchez Zapatero.

Coordinadores del congreso

Unamunocon pistola

La Uni-versidadha perdi-do pesoespecífi-co en lavida deeste país.Esa esuna reali-dad bas-tante do-l o r o s aque de untiempo aesta parte se intenta paliar. Un diag-nóstico de urgencia nos alerta de queuna de las razones por las que se haproducido semejante proceso es laconstatación de que la Universidad havuelto la espalda a la realidad social,se ha anquilosado, ha abdicado de serpunta de lanza de las novedades. Y lasnovedades se producen, cada vez amayor velocidad, en un mundo quetiene prisa por cambiar, por innovar,por avanzar. Es posible que no transi-temos en la correcta dirección, perono nos estamos quietos ni un momen-to; ése es el signo de los tiempos queno tiene visos de variar.

Por eso me parece de perlas queuna universidad de la solera de Sala-manca se atreva a programar un Con-greso de Novela y Cine Negro dedica-do a la figura del detective en particu-lar y al género criminal en general.Los puristas se escandalizarán. ¿Quépintan las pistolas y los detectives en-tre estos muros que amparan la tradi-ción y el saber? Pues bueno, quien esopregunte demostrará no tan sólo serpurista sino un poco ignorante tam-bién. El género negro cuenta ya conuna nómina de autores y obras quehan prestigiado las letras de casi to-dos los países modernos. Tildarlo demero entretenimiento es dejar fuerasu valor literario formal, su trasfondocrítico y social, su capacidad para lacreación de personajes memorables ysu innegable fuerza como testimoniodel presente.

Suelo poner un ejemplo que ayudaa comprender. El género criminal se-ría a la literatura general lo que el jazzes a la música clásica. Las novelas ne-gras tienen quizá menos ambición,menos solemnidad y no pretendenabarcar todos los matices de lo huma-no. Sin embargo, ¿habría alguien ca-paz de negar que el jazz es algo vivo,armónico, intelectual e incluso pre-ciosista; la real música clásica de la ac-tualidad? Pues no seamos cicateroscon la literatura de crímenes y dé-mosle el lugar que se ha ganado.

Yo creo que si Unamuno fuera hoyen día rector apoyaría estos encuen-tros como un enriquecimiento. Creoincluso que aceptaría hacerse una fo-to para un cartel anunciador dondeaparecería sobrio, elegante con sucuidada barba blanca y quizá una pis-tola colocada estratégicamente bajola levita.

Alicia Giménez Barlett. Escritora, autora de la serie de novelas de Petra Delicado

Después de la granacogida de su primeraedición, regresa a laUniversidad el Congresode Novela y Cine Negro,un encuentro que contarácon destacadaspresencias del género yque se centra este año enla figura del detective.Desde el martes, en laFilmoteca.

Cartel de la segunda edición del congreso

El detective ha dejado de vivir en las páginas de loslibros para instalarse en el imaginario colectivopopular, ese lugar en el que lo artístico comienza afundirse con lo mítico y en el que los personajes,como bien aprendió Conan Doyle, dejan de ser de suscreadores para ser patrimonio de todos

3culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006

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culturas4 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006

hace algo menos de un añonos dedicábamos en estaspáginas a sobrevolar por

encima de la obra de Frank Miller,con motivo de la adaptación al ci-ne de su cómic Sin City. A tenorde nuestros antecedentes, algúnlector se temerá un acercamien-to similar a la figura de Alan Mo-ore (en un arrebato de suspicaciamaledicente perfectamente com-prensible), con la excusa de laadaptación a la gran pantalla desu obra V de Vendetta. Sería és-te un ejercicio de oportunismo re-prochable, un quite en el que, noobstante, estamos dispuestos acaer con una superheroica ver-güenza torera.

Lo reconocemos, es oportu-nismo y, además, alevoso: primeroporque en ‘Culturas’ nunca he-mos necesitado excusas cinéfilaspara hablar de un buen cómic deactualidad (y V de Vendetta lo es,si nos atenemos a la fantástica re-edición que Planeta publicó en2005), y, en segundo lugar, porquela presencia de Alan Moore, cons-tante, prolífica, alargada, debierahaber atraído nuestra atenciónmucho antes. En fin, excusillas ala mar, despleguemos ahora nues-tras letras y condensemos las ide-as, porque es mucho lo que sepuede decir del ‘genio’ de Nor-thampton.

Alan Moore, guionista, inglésde pura espiga de cebada (su pa-dre trabajaba en una cervecera),ha estado rodeado siempre decierto halo de misteriosa extra-vagancia bañada en fuentes góti-cas. Vive en paradero desconoci-do aislado del mundanal ruido is-leño, en un estado de alergiaconstante a todo lo que suene aintromisión crítico-periodística;cultiva una imagen personal máspropia de un druida celta que deun artista serio y reconocido, ynunca ha negado cierta filiaciónhacia la truculencia, el ocultismoy las experiencias paranormales.Las expectativas casi nunca seresuelven a la vista de evidenciassuperficiales y, aunque gran par-te de la obra de Moore refleja tan-gencialmente estas peculiarida-des vitales que hemos menciona-do, lo cierto es que su papel en laevolución del cómic tiene máspuntos en contacto con el citadoFrank Miller de lo que podría de-ducirse por sus veleidades góti-cas.

Se celebra a Moore por haberrenovado, junto a otros, el génerode los superhéroes; por haberloactualizado hacia un estadio adul-to. Su obra clave en este sentidofue Watchmen (1986), cuya laborgráfica recayó en los lápices so-brios, casi pétreos, del tambiénbritánico Dave Gibbons. AunqueMoore insista en dejar claras susrenuencias ante la que considerauna obra imperfecta (¿la eternainsatisfación del creador?), su re-visitación del universo de los su-perhéroes en clave desmitificado-ra, se sumó a la onda expansiva deEl señor de la noche, de Miller, pa-ra dinamitar las bases tradiciona-les de un género en declive.

En Watchmen, unos hombresy mujeres ‘normales’, muy supe-rado el ecuador de sus vidas y des-engañados con la sociedad que lesrodea, se ven forzados por las cir-cunstancias a retomar sus anti-guas ocupaciones, se ven obliga-dos a vestir nuevamente sus anti-

guos trajes de superhéroes; causay consecuencia de su escepticis-mo vital. Lógicamente, no es lomismo sentirse superhombre des-de el jovial optimismo de un jovenlleno de proyectos filantrópicos,que desde el nihilismo decadentede un madurito cascarrabias. Nodesvelamos más, si ansían emo-ciones fuertes, les remitimos a lasfuentes originales, sin falta.

La reflexión, ¿por qué em-plear superhéroes para hablar detemas trascendentales cuandopuedo hacerlo sin ellos?, ha pasa-do por la cabeza de más de un di-bujante y guionista al servicio deMarvel o DC, sin embargo, pocosse han atrevido a poner en prác-tica un exorcismo laboral para lu-char contra sus demonios edito-riales. Alan Moore lo hizo en 1988cuando creo su propio sello edito-rial, Mad Love, en un órdago de-cidido contra el ‘mainstream’. Apartir de ese instante, Moore darienda suelta a su creatividad ar-

Mucho antes dereinventar el génerode superhéroes conWatchmen, el huidizoAlan Moore habíacreado una tragediasocio-política sobreel mundo de losprimeros ochenta.Llevada al cine porlos Wachowski, laobra sigue muy viva.

Un gótico en la corteALAN MOORE

Se celebra a Moorepor haber renovadoel género de lossuperhéroes, porhaberlo actualizadohacia un estadioadulto

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tística: ese mismo año comienzaa guionizar la serie From Hell. Surevisión de las andanzas charcu-teras de Jack the Ripper (conoci-do por estos lares como Jack ‘ElDestripador’), llevó a Moore a fir-mar uno de esos cómics califica-dos por la crítica y los lectores conel membrete de ‘imprescindible’.La suma del talento gráfico de Ed-die Campbell (con un dibujo a me-dio camino entre la litografía de-cimonónica y la fantasmagoríamanierista) y el guión perfeccio-nista hasta la obsesión de Moore(apoyado por una labor de inves-tigación ingente y un interés indi-simulado por el dato documental),hicieron de From Hell una obra dereferencia no sólo para los aman-tes de la ficción comicográfica, si-no para todos aquellos que creye-ron ver en ella las respuestas de-finitivas al número uno entre loscrímenes en serie sin resolver.

Lamentablemente, en 2001, lasluminarias del cinematógrafo de-

cidieron comenzar con su acoso yderribo a la obra del guionista in-glés, y eligieron a los hermanosHughes para dar el primer marti-llazo gracias a la cuestionableadaptación de From Hell al cine.

No existe adaptación a la vis-ta, gracias a Dios, para Un peque-ño asesinato, la obra que Mooreescribió en 1990 para el gran di-bujante argentino Oscar Zárate;probablemente su obra más críp-tica, simbólica y onírica. Una his-toria que apoyada en los pincelesexpresionistas de Zárate, discu-rre entre la irrealidad onírica deuna pesadilla introspectiva y elcuento biográfico de terror con-temporáneo (la Inglaterra posin-dustrial de la segunda mitad delsiglo veinte) con trasfondo moral.

Ajena a estas sutilezas, una vezmás, la meca del cine vio un filónen The League of ExtraordinaryGentlemen, el cómic que Moorehabía empezado a publicar en1999. La adaptación cinematográ-

5CÓMIC culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006

e de las viñetasfica fue perpetrada por StephenNorrington (La liga de los hom-bres extraordinarios, en España)en 2003. El cómic de Moore, aúnsiendo muy superior a su equiva-lente ‘hollywoodiense’, y pese a losmuchos halagos que ha concitado,resulta en nuestra opinión unaobra inferior a las hasta aquí cita-das. El estólido dibujo de KevinO’Neill y sus aires victorianos, nosalvan una obra cuyo mayor mé-rito reside, de nuevo, en las altasdosis de mala leche y en la loableincorrección política con que Mo-ore perfila a sus personajes; unpastiche de protagonistas litera-rios, mitológicos e históricos, entodo grado superiores a la mismahistoria y su elaboración técnica.

Sin embargo, mucho antes dedar lustre a La cosa del Pantano,reinventar a Batman (La bromaasesina) y escribir Watchmen,From Hell, Un pequeño asesinatoo The League of ExtraordinaryGentlemen, Moore ya se había he-

Arriba, portada y páginas de V de Vendetta, escrita en 1982 por Alan Moore y

dibujada por David Lloyd, un trabajo gráfico soberbio. Abajo, el autor inglés y portada

de La liga de los hombres extraordinarios

cho un hueco a empujones entrelos ‘autores a seguir’ del novenoarte, gracias a la obra que ha im-pulsado estas páginas perezosas:V de Vendetta. Se trata de un tra-bajo mayor creado al alimón porAlan Moore y el dibujante DavidLloyd en 1982. Entre ambos, con-ciben una ‘fábula política’ queplanteaba una hipótesis históricade profundo calado: estamos en laInglaterra de 1881; después de unaderrota electoral no aceptada porlos conservadores, estalla un con-flicto nuclear que lleva a Inglate-rra hacia un periodo de fascismo.En este contexto, surge la figurade V, un luchador-justiciero paraunos, un terrorista para otros, quesiguiendo una inspiración políticaclaramente anclada en las teoríasanarquistas, pretende cambiar elorden político a base de accionesarmadas. La obra está salpicadade referencia literarias (desdeShakespeare a Ray Bradbury), in-tenciones ideológicas (el despre-cio del tándem artístico por la po-lítica conservadora de MargaretThatcher) y condicionantes socio-políticos del momento en que segestó la obra (afianzamento de lacarrera de armamento nuclear, bi-polarización mundial, etc.), peroen el fondo, V de Vendetta debe

ser analizada como una gran tra-gedia socio-política de ficción, queelevó al cómic hacia esferas de re-flexión artística y temática prác-ticamente desconocidas.

El soberbio trabajo gráfico deDavid Lloyd (esas imágenes casien negativo, el empleo de contor-nos difusos invadidos por masasde colores apagados, aguados),ilustran una pesadilla repleta dereferencias intertextuales, textoselaborados (autocomplacientesen ocasiones –uno de los pecadi-llos de Moore–) y personajescomplejos y ambigüos, ricos enmatices.

¿Habrán sido los Wachowskicapaces de hacer justicia al tra-bajo de Moore y Lloyd? ¿Encon-traremos a los creadores del bri-llante Matrix o los firmantes desus vergonzantes secuelas? ¿Ten-drá razón el señor Moore cuandoafirma que la adaptación de V deVendetta es «basura»? Vayan yvean por ustedes mismos, escu-chen al único que conoce las res-puestas: «…ni los jefes ni los acto-res saben si el espectáculo ha aca-bado o no, y mirando de soslayoguardan cola, pero la máscara he-lada sólo sonríe».

Rubén Varillas

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culturas6 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006

Todo comenzó connoventa mil pesetas yel alquiler de unaantigua tienda depapel pintado. Dosjóvenes –Mario Martíny Carlos Barroso–trasladaron aSalamanca el modelode librería europea:un lugar deencuentro, deintercambio, donde ellibro se mima y elambiente propicia lacharla y elconocimientososegado. La libreríacumple treinta añosentregando una nuevaedición de su premiode poesía.

treinta años no son nada. Niveinte que dice el tango, por-que son casi veinte los que lle-

vo frecuentando la dulce compa-ñía de Mario Martín y Carlos Ba-rroso, Víctor Jara y Portonaris, yque no me desampare ni de nocheni de día. A mí el peso de la efe-méride no me cayó en las celebra-ciones de la Feria del Libro, ni enlos actos públicos... a mí estosaños compartidos fueron como lapátina del polvo que atesora un li-bro cerrado, algo tenue y entra-ñable que invita a la apertura. Erael veintinueve de marzo y estába-mos Ángeles Pérez López y yocontemplando la grabación delprograma literario ‘El cuarto deatrás’ en el que Charo Ruano en-trevistaba sagaz y certera a unaElena Poniatowska mecida porlas oleadas de volúmenes. El cuar-to de atrás existe, es el rincónoculto y secreto de la librería Víc-tor Jara en el que Ruano grabasus entregadas entrevistas, un es-pacio preñado de recuerdos, li-bros sin abrir, objetos de papele-ría prestos a escribir que me re-cordaron que llevo veinte años detreinta deslizándome golosa, fas-cinada y detenida por los escalo-nes, los anaqueles, los recovecosde esta librería clara que Mario

Martín y Carlos Barroso han con-vertido en su casa y en la nuestra.Sin embargo, nosotras las otrasseguimos siendo las mismas.Ángeles continúa escribiendomagnífica poesía, Ruano sigueejerciendo su voz crítica y lírica ylos otros, Mario y Carlos se la vi-ven alimentando de libros y pro-yectos a los que no hemos podi-do jamás prescindir de su afecto.Y veinte años no es nada. La vi-da es eterna en cinco minutos, enlos pocos que compartimos conElena, Catalina Lina Luna, lasSalamancas de Amarú, Carloscon su humor rápido, inteligentey cáustico, el poeta cantor chile-no y hasta el decimonónico pé-treo de Meléndez Valdés dondeha estado siempre situada estalibrería.

Víctor Jara cumple años y locelebra regalando un premio, elquinto ya, que nos habla de poe-sía nueva y sugerente. Pocos ima-ginaban que la publicación en1984 de un libro titulado magis-tralmente Hicimos de la noche unlargo poema de Charo Ruano lle-garía en la ciudad letrada y sinembargo inconstante, a consoli-dar un premio iberoamericano depoesía que se inició en el 2001 conLa próxima semana con ropa ya

de invierno de Patrocinio Gil Sán-chez y que le entrega el regalo decumpleaños esta vez a MacarenaTrigo con Todos los poemas per-didos de Eleonora que Marianaencontró no sabe donde. A estacolección bella llamada ‘MarAdentro’ le gustan los títulos queasemejan poemas. Títulos quenos mecen.

En los inicios vehementes, enlos prodigiosos comienzos, dosestudiantes a punto de acabar lacarrera, dedicados a vender li-bros y a trabajar en verano en Es-tocolmo, comprueban en el ex-tranjero el auge de las libreríascafé y su apoyo a los refugiadospolíticos latinoamericanos conlos que tan solidarios se sentíanambos españoles. Librerías comolugar de encuentro, europeos re-mansos de aguas librescas dondeel tiempo se detenía y se acogía alautor. Eran los años airados del75 y propuestas novedosas comoFuentelaja en Madrid o AntonioMachado en Sevilla no existían enuna Salamanca en la que VíctorJara apareció con vocación lati-noamericana, solidaria y un pun-to subversiva. Un espacio alter-nativo que seguía el modelo euro-peo donde vender libros, trazarencuentros literarios y humanos,

La fachada de la librería se ha convertido en una seña de indentidad de la calle Meléndez. Abajo, Mario Martín Prieto

LIBRERÍA VÍCTOR JARA

La epopeya del librero

Per

elét

egui

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Sólo cabe celebrarlos treinta años de unproyecto que nosenseñó otra forma devivir el libro, deapostar por lacreación y demantener lahermandad adespecho de lostiempos

presentar pintura y alimentar le-tras bajo la advocación del cantorchileno cuya foto con los niños yla guitarra sería un logotipo incó-modo en tiempos aún inciertos.Te recuerdo Amanda. El proyec-to utópico de Mario y Carlosarrancó con 90.000 pesetas, unailusión de locos y el apoyo del due-ño del local en el que instalaronsu empeño, un viejo militante deizquierdas, Timoteo Coca, quienles facilitó el alquiler de una anti-gua tienda de papel pintado. Así,con la aquiescencia generosa desu casero y la paciencia de dos fa-milias que contemplaron duran-te cinco años los inicios de un ne-gocio del que no se rendían bene-ficios aparentes y que precisabade su ayuda y de sus avales, Víc-tor Jara se convirtió en el espacioque ahora conocemos. Más tar-de, el primer piso de una pensiónsituada enfrente del local inicialque ha ocupado la casa enterareptando por las paredes, ser-piente multicolor.

Y fue precisamente una ser-piente de la mitología africanaque representa el infinito, la quedio nombre a la editorial surgidaen 1984 del espacio libresco:Amarú, iniciada con un libro depoemas de Charo Ruano, colabo-radora entregada de la libreríaque ahora usa como plató. ParaMario Martín, «Amarú surgiócon la intención de crear una mí-nima infraestructura editorialque se ocupara de las obras decreación literaria y de las obrasde investigación surgidas en tor-no al mundo cultural y universi-tario salmantino», un sello que harecorrido rutas, paseos, fotogra-fías... que se ha ocupado de todotipo de ciencias del comporta-miento y que, tempranamente,apostó por la ecología, un sello ca-paz de arriesgarse con títulos in-fantiles de caras ilustraciones, decrear un premio de poesía conso-lidado y fiel al espíritu iberoame-ricano de sus comienzos, apostarpor atreverse. Si hay algo que ad-miro de estos dos hombres sonsus tenaces fidelidades y la capa-cidad que describió perfecta-mente Mario Martín hablándomede pasión y negocio: «Se trata deser oportunos sin buscar la opor-tunidad ni el oportunismo». Sihay algo que admiro de alguien esque viva de y por sus ideales, conactitud íntegra.

Quien vende libros ha de sa-ber de ellos, amarlos y dedicarlesel tiempo que precisen. El libre-ro era un conocedor dispuesto ala búsqueda, al conocimiento y ala tertulia con el cliente. Dotadode paciencia y de curiosidad, Car-los Barroso conoce los recovecosy durante veinte años ha rastre-ado todo aquello que le he pedi-do. Es por antonomasia el libre-ro. En 1984 no sólo aparece Ama-rú Ediciones, el éxito de VíctorJara configura otro espacio, Por-tonaris. El nombre de la libreríaalude a la primera familia impre-sora de Salamanca, los impreso-res reales de la Universidad, ori-ginarios de Italia y venidos de

Francia que tenían su otra gransede en la Medina del Campo dela lana y los Reyes Católicos. Denuevo la librería se entiende co-mo un espacio no sólo mercantil,dedicado a la venta del libro co-mo objeto, se trata de un lugar pa-ra la observación, el conocimien-to, el encuentro y el intercambio.Un lugar privilegiado donde el li-bro se ofrece al lector y el espa-cio del comercio resulta breve, di-simulado. Desde que frecuentoestas dos librerías, me enterneceel poco, el mísero espacio que sededican Carlos y Mario, a ellos ya sus ordenadores, su numéricatrastienda... en ambas el sitio espara el comprador lector que va-gabundea por los anaqueles, re-corre las baldas, tiene los libros asu alcance, ofrecidos a la vista, laportada expuesta y no sólo el lo-mo apretado que acariciar y ex-traer. La primera vez que entréen Víctor Jara lo hice con músicade escaleras antiguas que rechi-naban de contento, dinero en elbolsillo, luz, estanterías de made-ra clara, parquet que cruje, com-prador que lee detenidamente enmedio de la música clásica o lacharla sosegada. Con ellos todoha sido siempre afable y demora-do, luminoso y generoso.

Ahora que hacemos de la cele-bración un largo encuentro, aho-ra que los nuevos títulos de Ama-rú se vuelven infinito y vivimostambién tiempos airados en losque reivindicamos la figura deVíctor Jara y añoramos los pro-yectos alternativos en un mundoen el que la especulación y la pri-sa nos crispan los pocos deseos ylas mínimas lealtades, sólo cabecelebrar los treinta años de unproyecto que nos enseñó otra for-ma de vivir el libro, de apostarpor la creación y de mantener lahermandad a despecho de lostiempos. Y lo hago con una grati-tud inmensa, una admiración ili-mitada y una imagen nueva, la demi hija de dos años sentada en elsuelo de Portonaris, con un librode la mano, desafiando al tiempo,mecida por las rimas infantiles deCharo Ruano. Para ella, natural-mente, la vida es eterna en cincominutos.

Charo Alonso

7LIBROS culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006

este libro se subtitula Unanueva historia del mundomoderno. Pero tiene poco

que ver con lo que solemos en-tender por un libro de historia.Para empezar, no sigue un ordencronológico. Más bien dentro delo que consideramos ensayo his-tórico, este libro nos dejará, des-pués de leído, una idea diferentesobre el conjunto de la historiahumana. Poco importa que losejemplos con los que David Dayilustra su tesis pertenezcan enexclusiva al mundo de los últimoscinco siglos: estamos seguros deque podrían hallarse igual entrelos cinco anteriores, o en cual-quier otro periodo de la Historia.

Resumida, la tesis puede pa-recer casi banal: la historia delmundo es la historia de la con-quista de unos pueblos por otros,hasta tal punto que ningún pue-blo permanece en ningún lugarpara siempre. David Day se en-trega a la tarea de explicar cómolos pueblos llevan a cabo la con-quista de otros territorios y có-mo la justifican.

Day agrupa las diferentesjustificaciones de esa apropia-ción en capítulos. Cada uno delos capítulos se refiere a un tipode justificación: reclamacioneslegales (desde el mero hecho declavar una bandera, de llevarseunas muestras de fauna, flora,etc. a la coronación de un nuevorey), el trazado de mapas de losnuevos territorios, el hecho dedar un nombre a los nuevos lu-gares (como los nombres espa-ñoles y católicos que repartieronlos conquistadores por Améri-ca, aunque Day se detiene en unejemplo aún más llamativo porlos motivos que sabrá el que leael libro: el de Virginia), la su-plantación de los salvajes (Dayda cuenta de cómo lo que hastaese momento habían sido noblessalvajes que vivían en una espe-cie de paraíso, por ejemplo enAustralia, pasan a ser una espe-

cie de bestias cuando una po-tencia prepara la invasión), elderecho de conquista (Hitler, talvez menos hipócrita que otros,dijo llanamente que «el éxito jus-tificaba la conquista»), la defen-sa del territorio conquistado(mediante la erección de fuertesy fortalezas, o de cualquier cosaque sirva para repeler al enemi-go), las historias fundacionales,que otorgan un incuestionablederecho (así, por ejemplo, si losjudíos ocupan Palestina es por

deseo de Dios, pero hay muchasotras historias que ligan a lospueblos a un lugar determinado:Constantinopla se fundó por laseñal de dos águilas, como unáguila también marcó el lugar enque los mexicas debían fundarTenochtitlán), el cultivo del sue-lo (tanto en Estados Unidos co-mo en Australia, cultivar un te-rreno era la manera que los co-lonos tenían de asegurarse suposesión), el genocidio (prácticamuy común que, sin embargo,nunca ha conseguido ser total), yla repoblación.

Si bien está escrito en un len-guaje neutro, que no reconocebuenos y malos, Conquistamuestra su simpatía por las po-blaciones suplantadas, expolia-das, asesinadas y expulsadas dellugar en que vivían. A modo devenganza, vemos ahora cómo,acuzados por el hambre, algunossupervivientes llegan a los luga-res de los que fueron expulsados,como los hispanos a EEUU, o alas metrópolis que les despose-yeron de su propia tierra, comoesos inmigrantes africanos querepueblan Europa, en parte de-bido al descenso poblacional dela propia Europa.

Mientras que los nacionalis-tas creen que el mundo estáconstituido por naciones queocupan una patria histórica, laverdad es que ninguna sociedadha ocupado siempre la tierra queconsidera suya.

Tal vez la nación no sea másque un espejismo social que nosha costado ya demasiados millo-nes de muertes. Ésta es una delas cosas que uno puede pensaral terminar de leer un libro queno dudo en recomendar.

David Day es además autorde una historia de Australia, Clai-ming a Continent, y de un librosobre la Segunda Gerra Mundial,Menzies and Churchill at War.

Garcimuñoz

DAVID DAY

Conquista

Trad. de Ferrán Esteve yEncarna Belmonte

Crítica, 2006

341 pp. / 23,90 euros

De pueblos y naciones

Después de leereste libro, uno puedepensar que tal vez lanación no sea másque un espejismosocial que nos hacostado yademasiadosmillones de muertes

EFE

David Day explica en un recomendable libro las conquistas y sus justificaciones

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en la actualidad resulta com-plicado escapar a la dinámicadel productivo ‘star system’

hollywoodiano y acceder a obrascinematográficas de calidad des-de nuestro país. Raros son los ca-sos en los que se programan ciclosde proyecciones cuyos contenidosno estén guiados por el interés dela entidad patrocinadora de turnoo por la habitual necesidad deabarcar un amplio público home-geneizado por el consumo de reali-zaciones de baja calidad, alto pre-supuesto y una larga lista de cono-cidos protagonistas (empezandopor los actores y actrices sin olvi-dar a productores y directores, to-dos ellos elevados al Olimpo de lasdeidades contemporáneas).

A pesar del monopolio en la dis-tribución, la precaria situación quenos encontramos como especta-dores no refleja la realidad de unaproducción riquísima en determi-nadas geografías, variada en susmatices creativos y dispuesta a en-frentarse a convenciones y lugares

comunes tristemente compartidossin cuestionamiento. La ingenteproducción cinematográfica de lospaíses que escapan a las barrerasque conforma Occidente (muchose ha hablado últimamente de Bo-ollywood, del cine iraní o de las ex-periencias de los países de la ex Yu-goslavia) son una muestra clara delas posibilidades abiertas al sépti-mo arte, necesitado de huir de en-corsetamientos que viene arras-trando en las últimas décadas y delos que pocos han podido escapar.Sin embargo, hay algo más allá deeste valioso y prometedor cine dela ‘periferia’ fuera de los circuitosestablecidos, como se demuestracon lo que desde el Primer Mundoestá realizando otro grupo des-centralizado como es el de las mu-jeres (a pesar de todos los planesde integración, igualdad y apoyo sumera existencia confirma la enor-me desigualdad todavía existenteentre los sexos) con la firme inten-ción de hacer oír su voz y obtenervisibilidad a través de imágenes lle-nas de fuerza, sensibilidad y mu-cha más crudeza de la que, este-reotipos de género, se creía capa-citado al sexo débil.

Si nos proponemos encontraralgo de Arte (llamado) Contempo-ráneo que tenga interés y sea crí-tico hecho desde Occidente cae-mos en la cuenta de que buena par-te de éste ha sido realizado por mu-jeres guiadas por un cierto espíritucombativo. En el videoarte, en losespacios más tradicionales del artemoderno como son las salas de ex-

movido la realización de obras deno ficción en las que lo artístico haseguido teniendo cabida cuando elfagocitador mundo del mercanti-lismo cinematográfico a nivel uni-versal ha ido impidiendo muestrasficcionales similares. El problemade la escasa difusión, lo complicadoque resulta acerarse a sus pro-puestas, la elitista etiqueta de ‘pie-zas de museo o dirigidas a estudio-sos especializados’ de éstas levan-tan un muro ante figuras tan in-quietantes y provocadoras como laitaliana Alina Marazzi o la danesaRineke Dijkstra, entre muchasotras, que apenas gozan de difu-sión fuera de sus fronteras. La pa-radoja es la siguiente: son artistasque intentan luchar contra la igno-rancia, la desmemoria, el desinte-rés por lo que se encuentra en losmárgenes y en lo desconocido, porlo que se escapa de una cultura to-talizadora y narcotizante. Y, sinembargo, permanecen desconoci-das u ocultas por obras menorespero sencillas. Un denominadorcomún de todas ellas es el servirsedel relato (auto)biográfico puestoque lo consideran un espacio espe-cialmente adecuado para expre-sarse como mujeres. Quizás sólose trate de un primer paso que, sinembargo, es más imprescindibleque necesario visto la escasísimapresencia de mujeres como reali-zadoras en las salas de cine co-mercial (en nuestro país quizá Isa-bel Coixet sea el único caso, aisla-do, de este cine hecho por mujerescon una sensibilidad que se oponea la tendencia hispánica habitual).Acercarse a sus obras, que no sonsino sus vidas y sus recuerdos, esun inestimable ejercicio de memo-ria en estos tiempos inhumana-mente uniformizadores.

Beatriz Leal Riesco

posiciones y los museos,en la ‘artesanía’ que estásiendo nuevamente valo-rada, en otras expresionescomo la música, el teatroo la literatura… cada vezson más las mujeres quese toman como referencia,a las que se les otorga unavoz y que demuestran sugran potencial.

En lo cinematográficotenemos una muestra dela enorme calidad y fuer-za de un trabajo compro-metido en lo social, en loartístico y, ante todo, en lovital con el conjunto de do-cumentales sobre vidas demujeres de las que son sus

indudables protagonistas como re-alizadoras, narradoras o vehicula-doras de la diégesis tradicional. Laincesante discusión de estos añossobre el término documental, sureplanteamiento y el hecho de laapertura del mismo, englobandolas más diversas acepciones, de-muestra lo fructífero del campo detrabajo que ha sido magnífica-mente aprovechado por las artis-tas femeninas. La pregunta es la si-guiente; ¿a qué se deben tantasobras sobre, de y ‘para’ mujeres?Urge construir una historia que noha sido escrita y el medio docu-mental permite las primeras in-cursiones gracias a la labor de pro-ductoras como ARTE mantenidaspor políticas de países como el ale-mán, el inglés o el francés que, portradición y sensibilidad, han pro-

Escapando a launiformización de laspantallas, surge confuerza un discursocinematográfico yartístico protagonizadopor mujeres como AlinaMarazzi y RinekeDijkstra.

Son artistas queintentan luchar contrala ignorancia, ladesmemoria, eldesinterés por lo quese encuentra en losmárgenes y en lodesconocido, por loque se escapa de unacultura totalizadora ynarcotizante

Documentales de autor(a)

A la izquierda, obra de la italiana Alina Marazzi. Sobre estas

líneas y abajo, fotografías de Rineke Dijkstra

culturas8 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 7 de mayo de 2006CINE / ARTE