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7 GIL DE BIEDMA C a rmen Riera organiza en Barcelona una exposición en la que se vuelve a sentir la voz del poeta, cuando se cumplen quince años de su muerte. 3 THE TEARS Brett Anderson y Bernard Butler han resuelto el conflicto de egos que les l l evó a disolver Suede y vuelven a re- vivir aquel espíritu musical. ❯❯ culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005 Sugiriendo fantasías Raúl R. Allén, uno de los ilustradores presentes en el certamen ‘Arte Joven’, habla sobre su trabajo. 4 N° 43 Suplemento de artes y letras ILUSTRACIÓN
8

numero43

Mar 14, 2016

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Antonio Marcos

4 N° 43 Suplemento de 3 THE TEARS Raúl R. A l l é n , uno de los i l u s t r a d o r e s presentes en el cert a m e n ‘A rte Jove n ’ , habla sobre su trabajo. 7 GIL DE BIEDMA C a rmen Riera organiza en Barcelona una exposición en la que se vuelve a sentir la voz del poeta, cuando se cumplen quince años de su muerte. Brett Anderson y Bernard Butler han resuelto el conflicto de egos que les l l evó a disolver Suede y vuelven a re- vivir aquel espíritu musical.
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7 GIL DE BIEDMA

C a rmen Riera organiza en Barcelona

una exposición en la que se vuelve

a sentir la voz del poeta, cuando se

cumplen quince años de su muerte.

3 THE TEARS

Brett Anderson y Bernard Butler han

resuelto el conflicto de egos que les

l l evó a disolver Suede y vuelven a re-

vivir aquel espíritu musical.

❯❯c u l t u r a sTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

Sugiriendo fa n t a s í a s

Raúl R. A l l é n ,

uno de los

i l u s t r a d o r e s

presentes en

el cert a m e n

‘A rte Jove n ’ ,

habla sobre

su trabajo.

4

N° 43Suplemento de

artes y letra s

ILUSTRACIÓN

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la ilustración es una de esas disciplinas artís-ticas que suelen pasar inad vertidas. Reduci-

da prácticamente al ámbito de la literat u ra in-fantil y juvenil, los nombres de sus autores fi-g u ran en letras pequeñas. Sin embargo, mu-chos re co rdamos los cuentos que leíamos deniños más por los dibujos que por los textos. Opor una sabia co m b i n ación de ambos. Hemospodido ver en Salamanca la exposición del ce r-tamen anual que organiza la Junta de Castilla yLeón para fomentar la difusión del tra b ajo de

j ó venes autores. Raúl R. Allén, vallisoletano queestudió Bellas Artes en Salamanca, es uno deellos. Mo s t ramos hoy su tra b ajo y en una en-t revista nos cuenta las dificultades de la pro fe-sión y su actitud a la hora de afrontar una obra .P re s t a remos atención en adelante a esta disci-plina. Charo Alonso re c u e rda a Jaime Gil deBiedma a través de la mirada de Carmen Rie-ra, la escritora que definió el co n cepto de ‘Es-cuela de Barce l o n a’ al que perteneció el poeta.R i e ra ha orga n i z ado una exposición en la que la

voz de Jaime Gil está muy presente y en este ar-tículo sabremos que los caminos que re co r re lal i t e rat u ra son caprichosos. Música con The Te-a rs, que av i van los re s coldos de aquel grupo in-tenso y at e rc i o p e l ado que fue el Suede de susm e j o res tiempos, y Eels otra fo r m ación que re-g resa. Y un buen puñado de libros: David Ro-berts y los fraudes de la ex p l o ración, la Euro p ade George Steiner, el realismo mágico de Fe r-nando Iwasaki y la cosecha negra del taller deMariano Sánchez So l e r.

1 E N C I C L O P E D I S M OSDesde los lejanos tiempos de Vo l t a i r e ycompañía, hemos delegado lare co p i l ación del conocimiento en otro s :sabios que deciden qué debe figurar enuna enciclopedia, esa especie de baúlo rd e n ado que te condena definitiva m e n t ea la posteridad. Poseer una de ellas enfo r m ato mural era algo costoso y sususcripción ga rantizaba el acceso a loss u cesos más recientes. Hablo en pasad o,aunque se siguen publicando, porq u eaquí sí pare ce que el fo r m ato electrónicopuede terminar con el papel. DesdeEncliclonet a la Británica estándisponibles en la Red para su consulta ynos ahorramos co m p rar un mueble y unp l u m e ro. Ya hemos hablado aquí deWi k i p e d i a, una enciclopedia libre que seco n s t r u ye con las aportaciones de sususuarios, debidamente filtradas. Estosdías, se discute allí sobre la pertinenciade aco ger una entrada sobre He r n á nCa s c i a r i, un escritor y periodistaa rgentino que figura como el fundador dela ‘b l o go n ove l a’: algo así como hacer undiario de un pers o n aje de ficción. Su obraWeblog de una mujer gorda ya ha sidoad a p t ada al cine y tiene su ve rsión enpapel. ¿Utilizó Casciari la Wikipedia parap ro m o c i o n a rs e? El debate sirve paraco m p render el respeto que le tenemos alas co m p i l aciones enciclopédicas no yacomo fuente fidedigna de co n o c i m i e n t o,sino como elemento pre s t i g i ad o r. Un apolémica intere s a n t e, como la obra delp ropio Ca s c i a r i .

2 LEGAL Y NO LEGALJavier del Pino es el co r responsal de laSER en Wa s h i n gton. Hasta hace unosaños, los co r responsales de radio en elex t ra n j e ro eran unos tipos quei n t e r venían poco y siempre con unascrónicas que llamaban la atención máspor la forma que por el co n t e n i d o. Fra s e scortas con una entonación que permitíaal editor del info r m at i vo cortar porcualquier parte. Ahora conectan end i recto y participan en otros pro g ra m a s ,en tertulias, opinando o re p o r t ajeando laac t u a l i d ad. Muchas ve ces, su pro p i av i vencia en el país de acogida aporta mási n fo r m ación que la escueta crónicaoficial. Del Pino, además, tiene un re c i é ne s t re n ado blog muy jugo s o. Esta semanas acaba conclusiones pesimistas sobre elf u t u ro de Internet: la policía podrápinchar co nve rs aciones por Vo I P

( p ro t o colo que permite la llamad atelefónica de voz entre dos ord e n ad o re s ) ,el poder legislat i vo se está poniendo deac u e rdo para ce r rar las redes P2P ycertifica la defunción de e D o n key, una delas mayo res vías de interc a m b i o. Comod i ce Jav i e r, el futuro de Internet seráp e o r. Ve remos cuándo se hacen re a l e sestas medidas y cómo. No sé si seac u e rdan de la triunfalmente calificad acomo la «mayor operación co n t ra lap i ratería en Europa», una ac t u ac i ó nco n t ra el Grupo CD Wo rl d, proveedor ded u p l i c ad o ras y discos vírgenes. La juezha arc h i vado la causa pre s e n t ada porA Fy Ve, como era de espera r. Mientra s ,las discográficas se pelean con Ap p l ep o rque co n s i d e ran que estádeterminando los precios (0,90 euros porcanción) a través de su tienda de ve n t ade música ‘o n l i n e’. Y sellosindependientes españoles se suman a latienda m u 4 u s .c o m: 30.000 temas y 3.0 0 0re fe rencias de sellos como Elefa n t ,E ve rl a s t i n g, Subterfuge, Siesta, Ve ga s ,B l a n co y Ne g ro, Liquidat o r, Galileo, ZonaBruta, Limbo Starr y Astro, al precio de1,20 euros por canción, y se puede inclusop agar con un simple SMS. Pa re ce que lasm u l t i n acionales pre f i e ren gastar todo sutiempo y dinero en abogad o s .

3 D OS DOCUMENTA L E SWalter Benjamin es re conocido co m ouno de los intelectuales y filósofos másre l evantes del siglo XX. Murió enex t rañas circunstancias, en Po r t b o u ,h ace ahora sesenta y cinco años.Benjamin se exilió de Alemania aF rancia, pero tuvo que huir de nuevocuando los nazis invad i e ron este país.Cruzó los Pirineos con la intención enalcanzar Lisboa y embarc a rse a Estad o sUnidos, pero fue detenido en Portbou ypaso su última noche, en espera de serd evuelto a Francia, vigilado por tre spolicías españoles. Oficialmente, sesuicidó. El director D avid Mau a sp resenta esta semana Quién mató aWalter Benjamin, un documental en elque se intentan esclare cer las causas dela muerte de aquel judío que ac a b óe n t e r rado según el rito cat ó l i co y bajo unn o m b re equivo c ad o. También se hae s t re n ad o, en los Van Dyck, Dentro degarganta profunda, un documentos o b re la re a l i z ación de la mítica películapornográfica de los setenta.Se g u ra m e n t e, no permanecerá muchotiempo en cartelera. Reco m e n d a b l e.

❯❯c u l t u r a s2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

Antonio [email protected]

La Biblioteca

Británica (bl.uk)

ofrece obras ensu formatooriginal. A laizquierda, elmanuscrito deAlicia en el paísde las maravillas,con ilustracionesdel propio Lewis

Carrol; abajo, uncuaderno denotas deLeonardo da

Vinci que pareceescrito al revés.

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Resolviendo i n c ó g n i t a sf irmando un nuevo capítulo de una

de las más perdurables constantesde la historia del rock, Brett An-

d e rson y Bernard Butler, miembros fun-d ad o res de Suede, mantuvieron a me-d i ados de la década de los noventa unagrio enfrentamiento que llevó al se-g u n d o, guitarrista y compositor princi-pal de la banda, a abandonar el grupodurante la grabación de Dog man star,su segundo disco. Conve n i e n t e m e n t ea i re ada por la prensa musical ingl e s a ,la misma que desmenuzó con saña lasd e s avenencias entre Lennon y McCa r t-ney y entre Morrisey y Johnny Marr, ladisputa, y la consiguiente ruptura queco n l l evó, fomentó el establecimiento dela inevitable incógnita en todos los se-g u i d o res del grupo, que durante añosobservaron el devenir de sus trayecto-rias por separado sin dejar de pensaren qué hubiera pasado si la separaciónno se hubiera co n s u m ad o. Po rque co nA n d e rson y Butler al fre n t e, Suede des-p achó entre 1993 y 1994 dos tra b aj o s(Suede y Dog man star, uno de los me-j o res discos de los noventa) absoluta-mente embriagad o res, deudores de unal a rga tradición que entroncaba con Da-vid Bow i e, Lou Reed y The Smiths, yq u e, apoyándose en una estética y en und i s c u rso deliberadamente ambiguos yprovocadores, supusieron todo un des-afío al pop banal de la época. Despuésde la marcha del guitarrista, que se em-barcó en una mediocre carrera en soli-t a r i o, la banda, en la que Anderson asu-mió el lidera z go absoluto, sustituyó las o rdidez y la oscuridad de sus primero sd i s cos por un co n cepto musical más lu-minoso que con los años y los co q u e t e o se l e c t r ó n i cos llegó a ser incluso bailable.Pe rdiendo el co n cepto global de sus pri-m e ros álbumes, los tra b ajos de Suedese co nv i r t i e ron desde la marcha de Bu-tler en accesibles co l e cciones de can-ciones directas y armónicas (‘Tra s h’ ,

‘ B e atiful ones’, ‘S h e’s in fa s h i o n’, ‘Bea-tiful losers’) que, sin dejar de agradar alos seguidores y de situarse muy por en-cima de los logros del pop británico,continuaron alimentando la hipotéticaduda de qué hubiera pasado si...

Y como la vida a ve ces nos re s e r vai n i m aginables sorpresas, he aquí que,después de lanzarse dardos envenena-dos desde los medios de co m u n i c ación ypasarse diez años sin dirigirse la pala-bra, Brett Anderson y Bernard Butler,v u e l ven, finiquitado Suede, a tra b aj a rjuntos en The Te a rs. No pare ce la suya ,como podría pensars e, una maniobram e ramente mercantilista como la quep rovocó la reunión de Sex Pistols o deNew Order (es lógico pensar que si loh u b i e ra sido hubieran mantenido su an-tiguo nombre), sino que parecen adivi-n a rse razones artísticas en el origen desu nueva ave n t u ra musical. Quizá An-d e rson y Butler, enfra s c ados en unascarreras que distaban mucho de estaren su mejor momento, se dieron cuenta

de que por separado jamás podríanl o g rar lo que habían conseguido juntos;o puede que terminaran por ace p t a rque la tensión podía ser un estímulo ala hora de componer.

En giro lampedusiano, Here comethe tears mantiene las señas de identi-d ad del tándem, aunque tamizadas porla luminosidad y la ex u b e rancia que ca-rac t e r i z a ron sus carre ras en solitariodespués de la ruptura de 1994. De ahíque éste sea un álbum más accesible, yquizás con menos pretensiones, que losque firmaron a principios de los nove n-ta. Pero el memorable recuerdo de susp r i m e ras obras no puede co n d i c i o n a rla recepción del disco, porque lo ciertoes que, aunque no es la co n t i n u ación deDog man star que muchos ansiaban,Here come the tears es un digno traba-j o, superior a los dos últimos álbumesde Suede y a la obra en solitario de Ber-nard Butler. El disco, que crece poco ap o co, ganando mat i ces y destellos en ca-da escucha, contiene tanto cancionesde pegada como ‘Im p e r fections’ o ‘Lo-ve rs’ como baladas épicas como ‘A p o l l o13’ o ‘Beautiful pain’, en las que la vo zde Anderson suena más cristalina y me-nos impostada que antaño, cuando in-t roducía afe c t ados falsetes y tonosgrandilocuentes que llevaron a compa-rarle incluso con Jacques Brel.

Lo g rado lo más difícil, que dos tipostan llenos de talento como de ego pudie-sen limar asperezas y vo l ver a tra b aj a rjuntos, sólo queda esperar a ver cómoevoluciona la carre ra de The Te a rs que, apesar de este notable punto de partida,s i e m p re estará co n d i c i o n ada por la alar-gada sombra de Suede. Su próxima giraespañola en nov i e m b re será, mientra st a n t o, una excelente oportunidad paraver si la fuerza y el carisma de antañocontinúan sobre el esce n a r i o.

Javier Sánchez Zapatero ❮

Eels: El re g re s odel s o n gw r i t e r

❯El re g reso musical de Eels, con su sex-to tra b aj o, trae co n s i go excelentes re fe-rencias para sus más fieles seguidore s .E n t re ellas, que el grupo –después de unatemática bastante negra en su co n t e n i-do y en sus melodías con sus anteriore st ra b ajos S o u l j a c k e r y S h o o t e n a n n y!!– re-g resa con un doble álbum Blinking Lights(2005) donde nos deja constancia que hare c u p e rado el fre s cor y el at rev i m i e n t ode sus inicios musicales. Pa ra quien quie-ra co n o cer la trayectoria de esta bandaamericana debería empezar por escu-char –sin olvidar A man called ( 1 9 92) yBrokey Toy shop ( 1 9 93), álbumes en soli-tario del líder de la banda,– Beautiful Fre -a k (1996), un álbum donde el grupo de-mostró –no os perdáis ‘Novocaine for thesoul’ y ‘S u s a n’s house’– que sabía tra n s-mitir un rock puramente alternat i vo, in-édito hasta el momento. La aparición, dosaños después, de Electro-shock blues–con ‘Going to your Funeral I y II’, entreo t ros temas– confirmó y materializó suestilo más personal. En el año 2000 asis-timos a la mad u rez del grupo con su tra-b ajo Daisies of the galaxy. La banda deM a rk Oliver Eve rett, más conocido porsu nombre artístico, E, demostró –co m ohabía hecho en los anteriores discos– quee ra posible contar historias de pájaros (‘Il i ke birds’), flores (‘A daisy thro u gh co n-c re t e’), y elementos nat u rales co m b i n a-dos con una música pegadiza y fresca. Unaño después, la banda nos sorpre n d i ócon la ya citada aparición de S o u l j a c k e r(2001), que a pesar de haber sido co m-puesto simultáneamente con Daisies ofthe galaxy d e f raudó a la mayoría de suss e g u i d o res, no por la temática trat ad a(un asesino iba robando almas) sino porla pérdida de identidad. S o u l j a c k e r s eco nvirtió en un disco que el mismo Eve-rett calificaba en una entrevista de máspotente y oscuro. Siguiendo la misma lí-nea aparecía S h o o t e n a n n y!! (2003), und i s co que –aunque más vivo y donde seve un intento de re c u p e ración– no alcan-zó la calidad de sus primeros tra b ajos.

Con este historial –al que hay quea ñ adir cuat ro discos en directo y la co n-tribución en bandas sonoras como A m e -rican Beauty ( ‘Ca n cer for the cure’) y lasdos partes de S h r e k (‘My Beloved Mo n s-ter’ y ‘I need some sleep’), entre otra s –el grupo re g resa al mundo musical co nBlinking Lights (2005), un doble álbumcubierto de luz y en el cual no faltan ele-mentos autobiográficos. Las treinta yt res canciones que componen el álbumson una mezcla de angustia y alegríaco m b i n ada con unos aco rdes sublimes.La experiencia personal de Mr. E, quesufrió la pérdida de su familia en trági-cas circunstancias, denotan en el artistaunas fuertes emociones, aco m p a ñ ad a sde esos melancólicos y punzantes soni-dos que ya caracterizan de nuevo un es-tilo pro p i o. Debemos, pues, felicitar elre g reso de Eels, que ha conseguido den u evo conquistarnos con sus melodíass i n g u l a res.

Álex Martín Escribá ❮

EELS

Blinking Lights

Geffen, 2005

THE TEARS

❯❯No es la continuación de

D og man star que muchos

a n s i a b a n , pero Here come

the tears es un digno

t r a b a j o , superior a los dos

últimos álbumes de Suede

y a la obra en solitario

de Bernard Butler

3M Ú S I C A c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

THE TEARSHere come the tears

V2, 2005

A la izquierda, formación de The Tears, que estarán en noviembre de gira porEspaña. A la derecha, Brett Anderson y Bernard Butler fundaron Suede y

vuelven a trabajar juntos ahora

Page 4: numero43

❯❯c u l t u r a s4 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

Estudió Bellas A rt e s

en Salamanca,

completó su

f o rmación en Estados

Unidos y ahora trata

de abrirse camino

como profesional de

la ilustración. Es uno

de los art i s t a s

destacados de la

muestra de ‘A rt e

Jove n ’ que acaba de

verse aquí y nos

cuenta las

interioridades de un

trabajo que se resiste

a ser un mero

acompañante del

t e x t o .

RAÚL R. ALLÉN

e n su paso por Salamanca, es-te vallisoletano errante se li-cenció en Bellas Artes para ,

n ada más concluir la carre ra, par-tir a Boston donde estudió ilustra-ción y diseño. Allí aprendió que, pa-ra vivir del arte, es impre s c i n d i b l eo c u p a rse de aspectos nada etére o scomo la merc adotecnia o la co n t a-b i l i d ad. Tras exponer en NuevaYo rk, Madrid o Barcelona Allén re-g resa a la ciudad del Tormes de lamano de su obra, expuesta en lam u e s t ra ‘Arte Jove n’, de la Ju n t ade Castilla y León. Años despuésha cambiado los apuntes por uncompleto portafolios en el que lost ra b ajos empiezan a abultar. Enb reve, las librerías contarán entresus nove d ades con el Miguel Stro -g o f f que ha ilustrado para Anaya.

Se l e c c i o n ado dos años segu i d o sen ‘Arte Jove n’, ¿este tipo de con-cursos cumple su objetivo depromocionar a nuestros au t o r e sn ove l e s?

S i r ve para tener unas publica-ciones que quedan bien en la es-tantería y que, tal vez, se podríanl l evar a otros sitios y move rlos másp a ra que te impulsen como prime-ra ayuda. Ya que se hace ese es-f u e r z o, deberían dar el siguientepaso de pro m o c i o n a rlo en otros lu-ga res. Te da a co n o cer pero en unámbito tan regional que acaba li-m i t á n d o t e. Ot ras co m u n i d ades sa-can este tipo de libros con másbombo y mejor difusión. No s o t ro stambién tenemos que implicarnos.La Junta ya te ha dado tu primerl i b ro. Ahora, si quieres vivir de es-t o, eres tú quien debe encarga rs ede mostra rl o.

Estudió Bellas Artes en Sala-manca, ¿una ciudad unive r s i t a-ria como ésta es una buena can-t e ra de cread o r e s?

Se hacen cosas intere s a n t e s ,p e ro pare ce que en Castilla y Le ó nno promocionamos lo bueno quese hace. Tan sólo se quedan en Sa-lamanca los que son de aquí, los de-más vo l vemos a nuestra ciudad o

buscamos nuevos destinos. No sege n e ra una pro d u cción local. Haysalas de exposiciones y pro fe s o re sque co m p aginan la docencia con laac t i v i d ad pro fesional, pero no seha cre ado un punto de cre ac i ó n .

Con el título bajo el bra z o, reciénsalido de las aulas, coge las ma-letas de nuevo y parte a Boston,¿por qué?

Me fui con la idea de pre p a ra r-me para entrar en el mundo labo-ral. En EEUU todo es merc ado ytodo está a la venta. Siguen una se-rie de normas muy estrictas cuya spautas cumple la unive rs i d ad pa-ra pro fesionalizar a sus alumnos,a l go que no encontré en Bellas Ar-tes. Aquí te piden cuad ros muy bo-nitos, pero luego no sabes qué ha-cer con ellos. ¿Apilarlos en el estu-dio para re u t i l i z a rl o s? En cambio,los americanos te anticipan lo quevas a enco n t rar cuando acabes tusestudios.

Continuando con su ex p e r i e n c i aamericana, ¿cómo está el mer-

c ado de la ilustración al otro la-do del charco?

El volumen de publicac i o n e s ,l ó g i c a m e n t e, es enorme y, ad e m á s ,utilizan mucho la ilustración. Notienen tanto miedo a ponerla en lap o r t ada de un libro o un disco co-mo en España, donde hay que co-locar la foto del cantante.

¿La fo t o g rafía es la gran enemigadel dibujo?

Con los pro g ramas de diseñog r á f i co se ha tendido a pensar que,con un determinado filtro, se obte-nía un efecto similar al dibujo y quetenía la misma calidad. Ot ro pro-blema proviene de las casas deb a n cos de imágenes. En este caso,la propia ilustración se hace lacompetencia a sí misma. Ve n d e nlos derechos más baratos y ad-q u i e res las imágenes inmediat a-m e n t e, en cuanto las necesitas, pe-ro son pre fa b r i c adas y estandari-z adas. No obstante, creo que el di-bujo se está reva l o r i z a n d o. Enn u e s t ro país puede haber menosm e rc ado que en No r t e a m é r i c a

❯ Ángel A. Domingo

❯❯Tan sólo se quedan en Salamanca los que son

de aquí, los demás volvemos a nuestra ciudad

o buscamos nuevos destinos. No se genera

una producción local, un punto de creación

«Me gusta reflejar lo cotid

Page 5: numero43

p e ro, en cambio, sí hay mejor co n-cepto del ilustrador por parte delp ú b l i co especializad o.

¿Cómo anda el comer del lápizpor estas tierra s?

La oferta es muy va r i ada. Haycampos asociados al diseño, co m ola cartelería, donde la ilustrac i ó nes más directa y co n ceptual que lafo t o g rafía. También existen rev i s-tas y prensa que pare ce que quie-ren arriesga r. Como he dicho, lasp o r t adas de discos o libros tam-bién pueden ser otro sector. Men-cionaría al cómic pero es una co s atan pequeñita y específica…

Sin embargo, hablando con ge n-te del gremio cabe pensar quemuchos se engancharon por lailusión de crear sus propios có-m i c s . . .

El otro día leí una entrevista aJavier Valenzuela en la que decíaque ganaba más dinero cuando sep resentaba a co n c u rsos que ahoraque se ha abierto camino pro fe s i o-n a l m e n t e. Vivir del cómic es muydifícil. Muchos autores tienen quet r i u n far fuera para que les publi-quen después aq u í .

¿La literat u ra infantil y juve n i les la arcadia feliz de la edición?

Muchos editores co n s i d e ra nque acompañar los textos de imá-genes favo re ce le lectura en los ni-ños como re f u e r z o. La cuestión esque se vea reducida únicamente aeste ámbito. Debería ampliars etambién a álbumes para ad u l t o s ,p e ro incluso el cuento pare ce re l e-gado al público infantil cuando set rata de un género narrat i vo másdifícil que la propia nove l a .

I l u s t ración y tex t o, ¿un mat r i-monio bien ave n i d o?

T ratas de complementar y nolimitarte a re p roducir litera l m e n t eel texto porque nunca ace r t a r á scon lo que el escritor había pensa-do y tampoco puedes ce r rar lai m ag i n ación del lector. Se trata deplantear un principio visual en elque apoya rse para que la ge n t ec ree su propio mundo y co n t i n u éel pro ceso cre at i vo. Algo siemprea p o r t a s .

En ocasiones, parece que se lesc o n s i d e ra autores en la sombra .Con frecuencia, al igual que su-cede en el caso de los trad u c t o-res, su nombre aparece muy pe-q u e ñ i t o …

En el caso del álbum ilustrad o,el dibujante tiene más peso perocuando se trata de libros con unaspocas ilustraciones, su aportac i ó nes secundaria. Está para apoyar alt ex t o. No debe ro b a rle pro t ago n i s-mo pero sí es cierto que su figuraqueda re l e gada. Cuando te pasaduele porq u e, aunque seas un me-ro co l a b o rad o r, también has co n-t r i b u i d o. Es problema de ego s .

¿ Puede hablarse de un estilo es-p a ñ o l?

H ay una serie de tendencias,p e ro no podemos hablar de un es-tilo nacional. Es cierto que, pore j e m p l o, mi estilo pare ce bebermás de clásicos pero cada uno sen u t re de fuentes dife rentes. No es-tá tan definido porque los nombre sque marcan el camino son muyp e rs o n a l i z ados, que es lo que sebusca. Tu estilo debe re co n o ce rs ede un simple vistazo.

En su búsqueda, ¿ha encontrad oun estilo propio?

Se aprecia una manera de ve ry hacer las cosas. Hay elementoscomunes. Un dibujo puede seri d e n t i f i c ado como mío por el tra z o,la vibración que transmite o la ma-n e ra de ver el mundo. El estilo loda el tra b ajo y se definirá más co nel tiempo. Pre f i e ro seguir pro b a n-do y englobar nuevos elementos.No quiero limitarme.

Poniéndonos tra s c e n d e n t e s ,¿cuál es su visión del mundo?

T rato de buscar, desde el pun-to de vista interior. Me gusta mu-cho el re t rato psico l ó g i co. Hay unp ro ceso de interiorización en las fi-g u ras y cómo se re l acionan con ele n t o r n o. Utilizo mucho la figura yla psicología humana para co n t a rs e n s aciones y sentimientos. Pre-tendo anclarme en lo co t i d i a n o. Mei n t e resa, más que los gra n d e sacontecimientos, el cómo éstos re-p e rcuten en las personas de ma-n e ra individual.

5I L U S T R ACIÓN / CINE c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

e ste verano ha visto la luzun nuevo número de lap u b l i c ación especializa-

da en el Séptimo Arte ‘Letrasde cine’, una ve rd ad e ra joyaque ilumina a cinéfilos intere-s ados en otros cines y que si-gue dirigiendo su mirada hac i aaquellos que no se conformancon la dictadura a la que gran-des pro d u c t o ras y distribuido-ras someten a este tipo dep rensa, que cada vez pierd emás de su condición de ‘c r í t i-c a’. ‘Le t ras de cine’ mantienesu particular ampliación delcampo de batalla del cine has-ta los límites del ‘c i n e m at ó g ra-fo’, es decir, apunta hacia eseceluloide puro, dominado porla pers p e c t i va del cre ad o r, laco n s t r u cción de unive rsos per-sonales con libertad total y lao r i g i n a l i d ad estética. Los quehan tenido la suerte de acce-der a los anteriores número shan podido disfrutar de la ha-b i l i d ad de sus responsables ala hora de abordar –siemprede una manera minuciosa ycrítica– el tra b ajo de AbbasK i a rostami, Ta keshi Kitano oL a rs von Trier, que los re s p o n-sables de la publicación sabíanco n j u gar hábilmente con unrepaso a lo más destac ado decada año.

Pa ra 2005, la re d acción de‘ Le t ras de cine’ ha decididoace rcar a sus fieles lectores ala obra, de momento ‘virge n’de estreno comercial en nues-t ro país, del director Apit-chanpong We e ra s e t h a kul, uncineasta tailandés que co nv u l-sionó Cannes hace un par deaños con la originalidad y sen-s u a l i d ad que desprende –se-gún afirman los que la han po-dido ver– su película TropicalM a l a d y. Este interesante dos-sier se completa con una revi-sión de sus dos restantes lar-go m e t rajes, una entrevista co nel propio director y una apro-x i m ación a sus tra b ajos ‘co r-tos’ y videocreaciones. El otrog ran apartado de este número9 lo componen una serie de in-t e resantes artículos sobre lacinefilia casera, en los que sedisecciona la particular trave-sía que ha emprendido el cinegracias al auge de los ordena-dores personales e Internet.

En esta ocasión, hay denuevo espacio para un ‘amigo’de la revista como es AbbasKiarostami, que desvela algu-nos secretos sobre F i v e, y parados mujeres, la sorpre n d e n t ed i re c t o ra española Merce d e s

Á l va rez que ha re ga l ado a lose s p e c t ad o res su documentalEl cielo gira – re conocido ya envarios fe s t i vales internac i o n a-les– y para Lucrecia Martel,uno de esos nombres a tenermuy en cuenta.

Como último guiño a susl e c t o res, la revista incluye tre sartículos sobre François Truf-faut, dos re f l exiones sobre suc re ación artística y teórica yun interesante ejercicio sobrela relación del director con sualter ego Antonie Doinel (Je-a n - P i e r re Leáud). Se trata dem i rar hacia atrás, de no per-der la re fe rencia a través delanálisis de algunos aspectosimportantes de la amplia obradel francés, que aportan pun-tos de vista ciertamente inte-resantes. ‘Le t ras de cine’ tieneal director de Besos robados yLos cuatrocientos golpes, co-mo un re fe rente esencial en sumanera de entender el cine.

Fernando Bernal ❮

Letras de cine:¡viva elcinematógrafo!

Algunas de las ilustraciones que componen el trabajo de Raúl R. Allén, unilustrador cuya obra hemos visto recientemente en la exposición del certamen‘Arte Joven’ que convoca anualmente la Junta de Castilla y León

idiano»

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F ra u d e s con encanto

El patriotismo más suave

é ste es un libro para vo l ve rse un inco n d i c i o n a ldel género. En principio, dada la temática, pa-re ce que at raerá a un público lector re d u c i d o,

aquél especializado en lecturas de ex p l o ración, a loseruditos en personas como Richard Burton, MarcoPolo o Edmund Hillary. Sin embargo, es una lecturare comendable para enganchar con el género y no ce-s a r, en una buena temporada, de leer todo lo que estéal alcance de uno en re l ación a esas épocas de descu-b r i m i e n t o, algunas no tan lejanas, cuando gra n d e smanchas del mundo permanecían oscuras para elG P S.

David Roberts, un periodista ave n t u re ro que sabeal dedillo cómo elaborar una crónica con ga n c h o, hae n co n t rado a diez personas que destac a ron en algúnmomento de la historia por una pretendida gesta ex-p l o ratoria. Ha pro c u rado ser ve rsátil, evitando la ri-gidez de una única modalidad de ave n t u ra, y así porlas páginas del libro desfilan nave gantes re n ace n t i s-tas y solitarios en catamarán, alpinistas, ex p l o rad o re sde ríos, gente que se interna con lo puesto en lo másd e s co n o c i d o, buscad o res del polo, supervivientes enuna isla, av i ad o res, etc. Todos ellos son personas dere p e rcusión mediática y con una valía ex t rao rd i n a-ria en las facetas de ave n t u ra que eligieron. Y casi to-dos ac a b a ron siendo co n d e n ados públicamente ald e s c u b r i rse su mentira. Digo casi todos pues al me-nos uno de ellos, James Bruce, que re corrió Abisiniaen el siglo XVIII, re p resenta el caso opuesto, el deaquel tac h ado de fa b u l ador en su momento, y cuyo sméritos se re co n o c i e ron posteriormente. Ta m b i é npodría ser una excepción el caso de Robert Drury,p e rdido durante quince años en Mad agascar y cuya save n t u ras se publicaron en 172 9, aunque se desco n o-ce si el tal Drury existió realmente o el libro se trata deuna ficción escrita, tal vez, por Defo e.

De todos los hombres que pueblan el libro, misti-

f i c ad o res, se destaca esa persistente mitomanía, puesl l e ga ron a cre e rse la historia que inve n t a ron, algunasno resueltas totalmente hoy en día, como el descubri-miento del Polo Norte por Preary o la primera asce n-sión al Cerro To r re por Cesare Maestri. Pe ro lo mejorde todo dentro del libro es que Roberts no se olvidadel hombre; revisa su infancia, sus re l aciones de fa-milia, su vida, sus angustias cuando tuvo que defe n d e rel fra u d e, su obsesión co nvertida en la clave del re s t ode sus días. Así hasta terminar con un epílogo en elque sugiere cierta tendencia psicológica, partiendode pat rones de comportamiento comunes, la que de-fine como para n o i co mega l ó m a n o, es decir, alguienque distorsiona la re a l i d ad porque la ve rgüenza re-emplaza la sensación de culpa en una pers o n a l i d adcon una vo l u n t ad de hierro. Al fin y al cabo, su menti-ra obedece a una re acción improv i s ada frente al fra-caso inminente. La impresión de patetismo queda mi-t i gada por el respeto que el autor les rinde como sere ssin malicia, pues los textos no transmiten la idea deque ellos pre t e n d i e ran hacer ningún daño, sino sen-cillamente re go c i j a rse en la hazaña de la conquista fí-sica de la Tierra. De ahí la amabilidad con que se re-d actan las crónicas.

Queda para nosotros la falta de certeza de que Da-vid Roberts haya ace r t ad o. Él mismo sugiere que encualquier momento puede quedar demostrado queCook alcanzó la cima del McKinley o el Polo No r t e. Y,lo que es más intriga n t e, cabe la posibilidad de queM a rco Polo jamás llega ra a Xanadú ni se entrev i s t a racon el Kublai Dan, y que todo fuera una invención quen o s o t ros siempre nos hemos cre í d o. Éste es un temamuy divertido que puede hacernos disfrutar de lasm e j o res horas de nuestro tiempo. Ya que no nos re-sulta tan sencillo viaj a r, seguiremos leye n d o.

Ricardo Martínez Llorca ❮

e n esta co n fe-rencia pro-n u n c i ada en

el Instituto Nex u sde Holanda, Geor-ge Steiner encuen-t ra la esencia deE u ropa en cincoelementos clave.Me gusta el ord e nen que los ha dis-puesto: co l o c ad o sal revés, darían aeste librito un cariztotalmente dife re n-

t e. El primero de estos elementos es el ca-fé. Si lo que pretendía Steiner era vo l ve r-me europeísta a mí, no podía haber co-m e n z ado con mejor pie. «El café es un lu-gar para la cita y para la co n s p i ración, parael debate intelectual y para el co t i l l e o. (...)Está abierto a todos; sin embargo, es tam-bién un club, una masonería de re co n o c i-miento político o artístico- l i t e rario y dep resencia pro g ramática». Steiner co m p a-ra el café con el pub británico e irlandés ycon el bar americano, que es «un santuariode luz tenue, incluso de oscuridad» que« retumba con la música, muchas ve ces en-s o rd e ce d o ra. Su sociología, su tejido psi-co l ó g i co, están impre g n ados de sex u a l i-d ad». El bar está pensado para beber y co-m e r, el café para estar, charl a r, leer, escri-b i r. En el bar americano «hay que pedir

n u evas bebidas si uno quiere seguir siendob i e nve n i d o. Hay ‘gorilas’ para expulsar alos no desead o s » .

El segundo elemento es el paseo. Euro-pa está hecha a la medida del paseo, sepuede ir andando de una población a otra ,y la nat u raleza no presenta pasos imprac-ticables ni enormes desiertos. «Algunoselementos integrantes del pensamiento yla sensibilidad europeos son, en el sentidooriginario de la palabra, ‘pedestres’». Kant,Rousseau, Kierke ga a rd, pensaron cami-nando y su prosa muestra a menudo lasc adencias del paseo.

El tercer elemento es el hecho de quelas calles y plazas de Europa ostenten losn o m b res de los grandes pers o n ajes del pa-s ad o. El europeo vive inmerso en el re-c u e rd o, un re c u e rdo ag radable o desag ra-d a b l e, pero siempre un poco abrumad o r.

El cuarto elemento está re l ac i o n ad ocon el anterior, y pare ce no sólo el más im-portante de los cinco, sino sobre todo elmás indiscutible. Si Europa vive re co r-dando el pasad o, ese pasado es clara m e n-te dual: provenimos al mismo tiempo dedos ciudades, Atenas y Jerusalén, o lo quees lo mismo, de la cultura clásica y del cris-tianismo (o de las religiones del libro). Elquinto elemento es la conciencia euro p e adel final. El milenarismo, Hegel, Va l é r y,S p e n gl e r, Karl Kraus: todos nos señalanun cre p ú s c u l o. Nuestra reciente historia,con cien millones de muertes violentas

d u rante la primera mitad del siglo XX, queha padecido esas dos guerras civiles euro-peas que se han llamado guerras mundia-les, nos ha ace rc ado como nunca ese fin.

Y ahora, ¿qué?, se pregunta Steiner.«Es una tontería suponer que Europa vayaa rivalizar con el poderío eco n ó m i co, mili-tar y tecnológico de Estados Unidos». Asípues, ¿ahora qué? Rob Riemen, dire c t o rf u n d ador del Instituto Nexus y autor delsegundo de los dos prólogos que antece-den a la co n fe rencia de Steiner, sentencia:«Las grandes ideas humanas. Eso es la cul-t u ra europea». Un poco más ad e l a n t e, Rie-men nos re c u e rda que según Steiner lae d u c ación liberal nos co n d u ce «a la d i g n i -t a s que hay en el ser humano, a su re g re s oa su mejor yo». Si Europa es una entidadc u l t u ral, su futuro será cultural, pero Stei-ner ve oscuras nubes en el horizonte: losodios nacionalistas, el despotismo del mer-c ad o, la unifo r m i z ación cultural a la baj a ,p ro p i c i ada por la gl o b a l i z ación. Es urge n-te reorientar la educación secundaria parad evo l ve rle su sentido. Es urgente tambiéndetener la fuga de ce re b ros. Y, sobre todo,es urgente vo l ver a tener ideales, porq u e«al caer el marxismo en una bárb a ra tira-nía y en la nulidad económica, se perdió ung ran sueño, como proclamó Trotski: el delh o m b re corriente tras los pasos de Aris-tóteles y Go e t h e » .

DAVID ROBERTS

Grandes engañosde la exploración

Traducción de Pedro Chapa

Desnivel, 2005

240 pp. / 15,80 euros

❯❯c u l t u r a s6 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005L I B RO S

Garcimuñoz ❮

El minero y laprincesa

❯ En este libro, co n t i n u ación de L aprincesa y los trasgos (Siruela, 1995 ) ,la princesita huérfana Irene se ha mar-c h ado con su pad re el rey para vivir enla corte de Gwyntystorm. Pero allí lascosas no van nada bien. Por su parte,C u rd i e, que en el otro libro había du-dado de la palabra de la princesa acer-ca de su gra n - m á s -q u e-abuela, ha de-cidido olvidar de una vez por todas elmundo sobrenatural del pasado. Pero,al herir a una de las palomas de la se-ñ o ra que habita en la torre, el re m o r-dimiento le hace re c a p acitar y ac a b avolviendo allí para pedir ayuda.

La enigmática gra n - m á s -q u e- a b u e-la le cuenta que ciertos cortesanos deG w y n tystorm se están co nvirtiendo enbestias, y le co n cede el don de ad i v i n a r,con tan sólo dar la mano, cuándo unapersona es humana o bestia. Así es co-mo, acompañado de una extraña cria-tura mitad perro mitad oso polar, em-p rende el viaje hacia la co r t e, dondedesempeñará una misión muy especial.Después de sus muchas ave n t u ras, ygracias al don concedido así como a supropio ingenio, ¿conseguirá el audaz ysoñador minero salvara la princesa, alrey y a su reino? La princesa y Curdiees aventura, suspense, humor y miste-rio, y no sólo para los más jóvenes.

GEORGE MACDONALD

La princesa y Curdie

Traducción de Cristina

Sánchez-Andrade

Ilustración: Helen Stratton

Siruela, 2005. Las Tres Edades

264 pp. / 16,9 euros

Mujeres delMississippi

❯ A excepción del último de ellos, fe-c h ado en 1944, el mismo mes en que fa-lleció su abuela, los relatos de Tennes-see Williams reunidos en Ocho morta -les poseídas f u e ron escritos a princi-pios de la década de 1970. Son piezasde mad u rez, pues, en las que el autorp a re ce vo l ver la mirada a los temas yp e rs o n ajes que lo co nv i r t i e ron en unc l á s i co desde una nostalgia mordaz yun humor grotesco.«Si no se es capaz de hablar en susu-

rros, lo sabio es gritar», y esta sabidu-ría del grito preside la semblanza deocho mujeres que no se resignan a ve r-se atrapadas ni en la «conspiración dem e d i o c r i d ad» a la que las somete elmundo ni tampoco en la irre d u c t i b l emortalidad que les impone el destino.

TENNESSEE WILLIAMSOcho mortales poseídas

Traducción de Pilar Giralt

Alba Editorial, 2005

144 pp. / 15,50 euros

N O V E D A D E S

GEORGE STEINERLa idea de Europa

Trad. de María Condor

Siruela. Biblioteca de

Ensayo, 2005

80 pp. / 10 euros

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l as matemáticas del tiemposon un cálculo de pérdidas ye femérides. Hace quince años

nos agolpábamos en una clase deA n aya hipnotizados por la pro s o-dia brillante de Don Víctor Gar-cía de la Concha cuando éste in-terrumpió su disertación paraanunciar solemnemente «Hamuerto Jaime Gil», y nosotro s ,que demasiado hacíamos sabien-do a duras penas quiénes eran losdel exilio de afuera y los del ex i l i oi n t e r i o r, nos quedamos suspen-sos porque aquello del Grupo deB a rcelona, esos poetas de amis-t ad, copas y discurso antisocial,todavía estaba perdido en el pro-g rama. Ni siquiera sabíamos que,aunque la poesía pueda ser un ar-ma cargada de futuro, tambiénhay un sitio para la perfección, lai n t e l e c t u a l i d ad y la poesía de laexperiencia del yo en medio deld e s a s t re co l e c t i vo de la posgue-r ra. Jaime Gil de Biedma se nosmurió antes de llegar a la Gene-ración de los Cincuenta.

Hoy, quince años después,cuando tantos co m p a ñ e ros co m oCa rlos Barral, Fe r rat e r, Va l e n t eo el Goytisolo poeta han dejado lafiesta a la mitad, nos habita den u evo el espíritu juguetón deaquel autor exquisito que escri-bió Diario de un poeta seriamen -te enfermo, y que practicó la per-fección mientras afirmaba cosastan ciertas como «¡Oh innobles e r v i d u m b re de amar seres hu-manos,/ y la más innoble/ que esamarse a sí mismo!». Sus libros,sus objetos, sus poemas y sobretodo, su voz inconfundible, le de-v u e l ven de nuevo a la Barce l o n aque amaba de la mano de la quefue el ángel custodio de una Ge-n e ración muy consciente de sup ropia importancia. Cuando unescritor tra b aja a otros escrito-res, el re s u l t ado puede ser un ac-to de amor o de fiera justicia po-ética, cuando lo hace la autoramallorquina Carmen Riera todose dota del don de la belleza.

Carmen Riera no es única-mente la novelista de prosa poé-tica y contundente que ga n a ra elP remio Nacional de Literat u racon su obra sobre los judíos ma-l l o rquines, una revisión histórica

n e cesaria. Su tra b ajo crítico fueindispensable para establecer elconcepto de ‘Escuela o Grupo deB a rce l o n a’ y colocar a estos au-t o res en una merecida situac i ó nde privilegio. Su encuentro con lapoesía de Jaime Gil forma partedel anecdotario de la literat u ra :un amigo con pretensiones amo-rosas la llevó a bailar y a pasear

en un coche en el que, en vez dela consabida música ro m á n t i c a ,puso una casete en la que Gil deBiedma recitaba ‘Pandémica yCeleste’ («Y es necesario en cua-t rocientas noches/ –con cuat ro-cientos cuerpos diferentes–/ ha-ber hecho el amor. Que sus mis-terios/ como dijo el poeta, son delalma/ pero un cuerpo es el libro

en que se leen»), el mismo poemaque nos sobre co ge ahora con lavoz del poeta que llena el espaciom u s e í s t i co de La Pe d re ra en Bar-celona.

El año que murió Jaime Gil letomé como excusa para visitar aCarmen Riera porque sus cuen-tos me fascinaban y su pers o n as e renísima ejercía desde su es-

Jaime Gil de Biedma

c r i t u ra una at racción fo r t í s i m a .H ay escritores que no re s i s t e nd i rectamente su propia image ny hay escritores que son ex ac t a-mente como proyecta su escritu-ra. Carmen Riera nos re c i b i óhermosa, puntillosa, atenta y unp o co cansada de ser la ‘viuda’ deaquellos escritores a los que tan-to había estudiado y de los quetanto sabía, cuyo re c u e rdo ledespertaba una sonrisa vaga «co-mo Jaime Gil no bastaba para es-cribir una tesis –me explicó– medecidí a estudiar los mecanismosde los poetas que le ro d e a b a n ,p e ro la vía de llegada a su poesíafue ésa, un ligue, y además, a Ja i-me eso le co n m ovía mucho, por-que suponía hace rle la co m p e-tencia a Salinas, que tantos no-vios había unido con La voz a tid e b i d a. To d avía mi amigo utilizael mismo truco». Se g u ro que aGil de Biedma, un hombre queamaba la belleza, aquella jove nfascinante que escribía cuentosen mallorquín y que se pre p a ra-ba para estudiar con desco n o c i-do rigor la prosa poética de Ga-briel Miró y la obra de Luis Goy-t i s o l o, debió pare ce rle fa s c i n a n-t e. El grupo de amigos que sehabían co n s i d e rado a sí mismosuna ge n e ración tras la históricaAntología de Castellet, enco n-t raban una voz crítica incuestio-n a b l e. Bien sabían –e s p e c i a l-mente Ca rlos Barral que era unm e n t i roso impenitente y un edi-t o r– que las taxonomías litera-rias son un artefacto artificioso,p e ro no pudieron re s i s t i rse a laidea de co nve r t i rse en libro det ex t o, de ser grupo más allá dela fecto y de la noche co m p a r t i d a .

Cuando un escritor analiza laobra de otros, su empatía puedeser tanto una ve n t aja como unimpedimento insoslaya b l e. Sinhablar de la envidia literaria, esaaparente característica común atodo crítico gace t i l l e ro de co n t ra-portada. En el rigor y en el amor,q u i n ce años dan para muchas re-f l exiones sobre la obra del que eraa m i go y sujeto al que había quediseccionar y volver a armar conlos pro cedimientos siempre fríosy discutibles de la autopsia, per-dón, crítica literaria. Yo me pre-gunto qué ha sentido Riera cuan-do ha escuchado de nuevo la vozde Jaime Gil recitando ‘Pa n d é m i-ca y ce l e s t e’ en medio de sus li-b ros, sus objetos, sus re c u e rd o sdetenidos. El poeta, como dice lae s c r i t o ra, se ha co nvertido en po-ema, y la estudiosa, en amoro s oalbacea.

Charo Alonso ❮

7c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

El poeta que quiso ser poemaJAIME GILDE BIEDMA

❯❯En el rigor y en

el amor, q u i n c e

años dan para

m u c h a s

r e f l e x i o n e s

sobre la obra del

que era amigo

C a rmen Riera llegó a

Gil de Biedma gr a c i a s

a un poema

escuchado en el

casete de un coche.

La escritora orga n i z a

ahora una exposición

en La Pedrera de

B a r c e l o n a , cuando se

cumplen quince años

de su muert e .

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L a b o ratorio n e g ro en Alicante

Realismo mágico entre dientes

e l crimen, la intriga y la ave n t u ra son los prin-cipales pro t agonistas de una co m p i l ación ques u rge del tra b ajo elaborado por el Taller de

Novela Ne g ra, un evento que se viene ce l e b ra n d oen la Un i ve rs i d ad de Alicante desde hace unosaños. Ca p i t a n e ado e ideado por el escritor y pe-riodista Mariano Sánchez Soler y su banda orga-n i z ada, nace una iniciat i va de escribir historias ne-g ras y policíacas además de tra b ajar los principa-les resortes de un género en todas sus vertientes.

El pro g rama del taller, –de unas treinta hora sde duración– apasionadamente elaborado y don-de se tra b ajan los inicios de la novela criminal co nE d gar Allan Poe y su Doble Crimen de la CalleM o r g u e, además del nacimiento de la novela ne-g ra con la aparición de Dashiell Hammett, la ebu-llición de Raymond Chandler y la calidad innega b l ede Jim Thompson, resulta ser un pre t exto apete-cible para empezar a co n o cer y ad e n t ra rse en elestudio del género.

Todo este re corrido histórico se combina co nel estudio de distintos aspectos narrat i vos y lite-rarios, como el punto de vista del escritor en estetipo de literat u ra, las novelas de pro cedimiento po-licial, así como el truncamiento de dichas re gl a sd e n t ro de algunas novelas más novedosas. Esteestudio ex h a u s t i vo de toda la edad de oro del gé-n e ro negro y policiaco, le sirve a Sánchez Soler pa-ra dedicar las últimas sesiones del taller a anali-zar la llegada del género en España y su época det ransición, desde la aportación de Manuel Váz-quez Montalbán hasta Lo renzo Silva, pasando pora u t o res como Jaume Fuster, Fra n c i s co Go n z á l e zLedesma, Eduardo Mendoza y Juan Madrid. To-do ello co m p l e m e n t ado –por si fuera poco–, por laasistencia y co l a b o ración al taller de una serie de

a u t o res, escritores y estudiosos que ofre cen su tes-timonio de cómo debe enfo c a rse la práctica de ung é n e ro tan maltrat ado y denostado por la crítical i t e raria.

Con estos ideales, la intención de Sánchez So l e r– p o co amigo de los co nvencionalismos y de los pro-t o colos– es rechazar lo puramente descriptivo yac ad é m i co para llegar a la participación de estosn ovísimos autores en el taller para contar y escri-bir historias. Pa ra ello, con el fin de intervenir des-de un punto de vista práctico, el escritor y perio-dista decide plantear a sus alumnos un caso poli-cial que deben re s o l ver cada uno por su cuenta–eso sí respetando unas re glas y con la pre t e n s i ó nde crear una historia– para llegar a la re s o l u c i ó nde un enigma.

Fruto de estos re s u l t ados y con este carácterp a r t i c i p at i vo e interdisciplinario surge esta anto-logía, donde además de los ensayos sobre la litera-t u ra del crimen a cargo de los expertos inv i t ad o sal taller, Andreu Martín (‘Escribir (por ejemplo, no-vela negra)’), Justo E. Va s co (‘Novela negra y so-c i e d ad’) y la aportación de David C. May (‘A l g u n a sre f l exiones sobre novela negra y literat u ra nortea-m e r i c a n a’), co l a b o ran los auténticos pro t ago n i s t a scon quince ficciones negras llenas de re l atos emo-cionantes.

Cosecha negra es, en definitiva, un producto delg ran tra b ajo que se viene realizando en el taller den ovela negra de la Un i ve rs i d ad de Alicante, un vo-lumen que ofre ce una excelente oportunidad paraaquellos jóvenes escritores que quieran intere s a r-se y darse a co n o cer en una nueva ge n e ración dela narrat i va negra española.

Àlex Martín Escribà ❮

r esulta sor-p r e n d e n t eque «negui-

jón» pueda servirde título a una no-vela que esco n d ere fe rencias cientí-ficas y humanastan desco n o c i d a s .El término sirvede triple lema a lao b ra del escritorperuano afincad oen España Fe r-nando Iwa s a k i .R e p ro d u ce la defi-nición del Dicc i o-nario de Au t o r i d a-des («En los dien-tes se enge n d ra ungusanillo pequeñoque llaman negui-jón»), una cita deEl Quijote y un

f ragmento de El Sueño de la muerte, deF ra n c i s co de Qu eve d o. Las tres citas alu-den a un mito fisiológico que el hombree u ropeo respetó hasta el siglo XVIII, co-mo se comprueba en la «réplica en mar-fil de una muela humana», de l870, co n-s e r vada en un museo alemán.

La idea de que es posible localizar algusano que co r roe y destruye los dientesle sirve de pre t exto a Fernando Iwa s a k ip a ra plasmar un panorama de lo que erala medicina odontológica en el siglo XVII,

ce n t rada en la ciudad peruana de Lima.El autor ha co n fe s ado cómo (ante la im-p o s i b i l i d ad de presentar su tesis docto-ral en la Un i ve rs i d ad de Sevilla con el tí-tulo de Lo maravilloso y lo imaginario enLima colonial) decidió elaborar una no-vela que re s p o n d i e ra a la vieja co n ce p-ción del realismo mágico: «Me hacía ilu-sión sugerir que la mariposa hispanoa-mericana del realismo mágico alguna ve zfue un gusano barro co español».

Desde esta pers p e c t i va, Fe r n a n d oIwasaki re c rea el mundo de España y dePerú a comienzos del siglo XVII. Tal re-c re ación se lleva a cabo teniendo co m ot ra s fondo sociológico el mundo de las en-fe r m e d ades de los dientes. O, si se quiere,la labor quirúrgica de los re s p o n s a b l e spor intentar eliminarlas. En la Lima del616 apare cen tres pers o n ajes españolesque esperan angustiados la interve n c i ó nodontológica que llevará a cabo Gre go-rio de Utrilla, un sacamuelas sev i l l a n o.Los tres han coincidido en la célebre Cár-cel de Sevilla a finales del siglo XVI. Laobsesión del sacamuelas Gre gorio deUtrilla es descubrir in situ dentis el ne-guijón, el gusano que co r roe muelas ydientes. Este obsesivo co nve n c i m i e n t ose co nvierte en el punto de partida paradescribir las intervenciones médicasmás espeluznantes, aquellas que la me-dicina del siglo XVII llevaba a cabo co ntoda nat u ra l i d ad. Sólo existía un posibleco n s u e l o, que Gre gorio de Utrilla poníaen funcionamiento ante las operac i o n e s

más dolorosas: Cristo sufrió mucho másen la cruz. A esta terapia psico l ó g i co- re-ligiosa se aco ge, por ejemplo, el inquisi-dor To r t aj ada, cuya amputación de supierna se co nvierte en uno de los pasaj e smás desga r rados de la nove l a .

La presencia del inquisidor To r t aj a-da le sirve al autor como símbolo del sen-timiento religioso del momento, co m p l e-m e n t ado con la imagen de la beata Lui-sa Melga re j o, documento peculiar de losa l u m b rados del siglo XVII. El pasado dela Cárcel de Sevilla (alguno de cuyos su-cesos le sirve a Fernando Iwasaki parah acer una curiosa re c re ación del ex p u r-go bibliográfico de El Quijote) y el pre-sente de la ciudad de Lima sirven de hazy envés de un momento decisivo de la his-toria de España. Pe ro no debe olvidars eque el realismo mágico que subyace a lan ovela, basado en la truculencia de losmétodos quirúrg i cos del momento, esfruto de la consulta de una ex h a u s t i vab i b l i o g rafía (enriquecida con la re p ro-d u cción de instrumentos quirúrg i cos delmomento) citada con precisión al finalde la obra. Un bibliografía en la que re-sulta inexplicable la ausencia de la R e l a -ción de la Cárcel de Sevilla de Cristóbalde Chaves. Una obra, en fin que, sin pre-sentar una acción apasionante, causaráun impacto emocional inesperado encualquier lector por la truculencia de lasexperiencias descritas.

VARIOS AUTORESEDITOR: MARIANOSÁNCHEZ SOLER

Cosecha negra

Aguaclara, 2005

190 pp. / 15 euros

❯❯ c u l t u r a s8 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005L I B RO S

Nicolás Miñambres ❮

Cuando nofuimos losmejores

❯ Lo malo de la nostalgia es que, a me-n u d o, desenfoca los re c u e rdos de talforma que nos hace pensar que siem-p re es cierto aquello de que cualquiertiempo pasado fue mejor. Buscandoconstruir una gloria que quizá nuncatuvimos, re componemos nuestras ex-periencias con tal exceso de hero í s m oy mitificación que acabamos por cre-er que nunca hubo ge n e ración como lan u e s t ra. Martín Benave n t e, pro t ago-nista y narrador de El buque fantas -m a, se enfrenta a los peligros de esam i rada sublime y a la vez patética so-b re lo vivido al evocar con una buenadosis de escepticismo y autocrítica sup a s ado como luchador en la clandes-t i n i d ad co n t ra el fra n q u i s m o. Alejad odel tono grandilocuente de aq u e l l o sque co n s i d e ran que su labor en la opo-sición fue esencial para cambiar el des-tino político de España, Martín asume,sin dejar de re co n o cer el valor de to-dos los que se arriesga ron por la de-fensa de unos ideales y de un mundom e j o r, el fracaso de unas acciones queno impidieron que Fra n co muriese plá-cidamente en la cama.

A m b i e n t ada en una ciudad de pro-vincias en el ocaso de la dictad u ra, E lbuque fantasma –segunda obra delh oy re p u t ado y pre m i ado escritor An-drés Tra p i e l l o– no sólo puede ser leídacomo crónica irónica de la inutilidadde una lucha a menudo pre s e n t ad acon ribetes épicos, sino también co m orevisión del género de las novelas defo r m ación. En sus re c u e rdos no hayl u gar para el mito, porque en el fo n d oel re l ato de Martín es un ajuste decuentas co n t ra todas las ideologías ylas formas de vida que se pre s e n t a ro ncomo re d e n t o ras y que terminaro npor ser tan desdichadas como la pro-pia re a l i d ad.

T ra p i e l l o, uno de esos autores paralos que tan importantes son las histo-rias como el modo de co n t a rlas, im-p regna a la novela de la misma calidadformal que caracteriza a toda su pro-d u cción. Buscando siempre la palabrap recisa y huyendo de los excesos re t ó-r i cos que tanto gustan a alguno de susco m p a ñ e ros de ge n e ración, el escritorleonés ha sabido dotarse de una pro s aque es al mismo tiempo re f i n ada sinser pedante y fluida sin ser banal. Gra-cias a ella, y a la amenidad con la quet raza su ácido re t rato de los últimosdías del fra n q u i s m o, El buque fantas -m a se deja leer, más de diez años des-pués de su lanzamiento al merc ad o,con gusto e incluso con risas. Que noes poco, en los tiempos que co r re n .

J avier Sánchez Zapatero ❮

ANDRÉS TRAPIELLO

El buque fantasma

Plaza & Janés, 1992

R E S C A T A D O S

FERNANDOIWASAKIN e g u i j ó n

Alfaguara, 2005

170 pp. / 13,50 euros