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8 ARTE Lete presenta en la galería Benito Esteban una versión irónica de la época de la transición, tomada de las fotografías de la prensa rosa. 5 ERNESTO FRANCO Escritor, traductor y editor, el autor italiano reflexiona sobre su trabajo y la necesidad que el hombre tiene de escuchar historias. ❯❯ culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004 Los Enemigos fue su grupo durante quince años. El sábado en el Potemkim presenta su primer disco en solitario, tan intenso como siempre 3 N° 02 Suplemento de artes y letras Tirando del burro SANTIAGO JOSELE
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numero02

Mar 27, 2016

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Antonio Marcos

3 artes y letra s Los Enemigo s fue su gru p o d u r a n t e quince años. El sábado en el Po t e m k i m presenta su primer disco en solitario, tan intenso como siempre N° 02 Suplemento de 5 ERNESTO FRANCO 8 ARTE E s c r i t o r, traductor y editor, el autor italiano reflexiona sobre su trabajo y la necesidad que el hombre tiene de escuchar historias. TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004
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8 ARTE

Lete presenta en la galería BenitoEsteban una versión irónica de laépoca de la transición, tomada delas fotografías de la prensa rosa.

5 ERNESTO FRANCO

E s c r i t o r, traductor y editor, el autoritaliano reflexiona sobre su trabajoy la necesidad que el hombre tienede escuchar historias.

❯❯c u l t u r a sTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004

Los Enemigo sfue su gru p od u r a n t equince años.El sábado enel Po t e m k i mpresenta suprimer discoen solitario,tan intensocomo siempre

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N° 02Suplemento de

artes y letra s

Tirando del burro

SANTIAGOJOSELE

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l a próxima semana llega a Salamanca Jo s e-le Santiago. Hace aprox i m adamente dos

años, en el hoy ce r rado Te at ro Bretón, gra-baban su último disco Los Enemigos, un gru-po que después de quince años y cuando me-jor le iba, decidió disolve rse para disgusto desus fieles fans. Josele era el alma de aq u e lgrupo, el autor de unas canciones que llega-ban bien dentro y que sus cuatro componen-tes defendían con rabia sobre cualquier es-cenario. El nuevo Josele lo intenta en solita-

r i o, buscando un mayor pro t agonismo parasu voz y para sus canciones, con un estilo másce rcano a los temas del antiguo repertorio ‘e s-co n d i d o’ que al ‘e s co c i d o’. Las golondrinas et -c é t e r a co n s e r va toda su intensidad co m ocompositor y cantante. El sábado lo puedencomprobar en el Potemkim, donde Los Ene-m i gos ya sudaron la gota go rda en numero-sas ocasiones. Entrevistamos esta semana aErnesto Fra n co, que tiene mucho que decirs o b re literat u ra: dirige la editorial italiana Ei-

naudi, ha traducido a los grandes de la narra-t i va latinoamericana y Tropismos acaba depublicar su novela Vidas sin fin, un canto a lascosas pequeñas y a las grandes historias quee s conden. Presentamos también la rev i s t a‘ K a f ka’, un jugosísimo tra b ajo de los alumnosde la Fac u l t ad de Filología que ya va por sut e rcer número y la obra de un salmantino, Mi-guel Gil, Lete, que expone en Benito Estebansu visión difuminada de la transición políticaa partir de las fotos de las revistas rosas.

1 EL MENUDEO COMO UNA DELAS BELLAS ARTESEl próximo martes, dentro del Ciclo deCine y Arte, los cines Van Dyck,proyectan la película Los espigadores yla espigadora, de Agnès Varda, unejemplo de que el cine hecho desde lamodestia puede contar lo universal. Elplanteamiento es sencillo: la cineastarecorre Francia con una pequeñacámara digital buscando a las personasque se dedican a ‘espigar’, a recoger yaprovechar lo que otros no quieren. Hayquien acude a por las patatas que por sudeformidad no valen para la venta y sequedan pudriéndose en el campo, quiense agacha a por la fruta que cae de losárboles, quien rebusca en los puestos delos mercados callejeros, quien trazarutas para encontrar hallazgos en lasbasuras urbanas que sirven paracomponer obras de arte. Cada persona,una historia. Con un procedimiento tansimple que la acerca a los más puroscineastas franceses como Bresson,Varda cuenta, entre otras muchas cosas,algo sumamente importante: si en algoresulta palpable este sistema económicoy social basado en el consumodesaforado es en la alimentación, unanecesidad básica no cubierta para unagran parte de la población y que sinembargo resulta un gran negocio paraquienes lo controlan, tanto que nisiquiera dejan recoger los desperdicios alos espigadores.

2 LA CIUDAD COMO ESPACIODE PROPIEDAD PRIVADAVarda cuestiona los límites de lapropiedad privada en el caso de losalimentos que permanecen en el suelopasada la temporada de recogida, algocontemplado en las leyes francesas,según se encarga de explicar unabogado en su película. En una recientevisita a Barcelona, Peter Marcuse, hijodel filósofo Herbert Marcuse y profesorde Urbanismo en la Universidad de

Columbia, en una entrevista con NuriaNavarro en ‘El Periódico’ alerta sobre laextensión del concepto de propiedadprivada a la ciudad. «Hoy el enfoquedominante es la ciudad como motoreconómico, porque tiene que competircon otras ciudades, como si fueranempresas privadas. Y las ciudades noson empresas privadas, son el resultadode decisiones públicas tomadas deforma democrática. En las grandesurbes debe existir aquello que losciudadanos desean y no lo que puedenpagar. No sé aquí, pero en EEUU losconstructores tienen mucho dinero yuna gran influencia sobre el gobiernomunicipal, de forma que los urbanistasque trabajan para ellos no son libres».Aquí también, señor Marcuse. TomandoBarcelona como modelo de ‘CiudadParque Temático’, dice: «Las ciudadestemáticas son las que no estánconcebidas para las personas que vivenen ellas. Son lugares para atraerturismo, para ganar dinero, parainteresar al sector inmobiliario. Y esotiene un impacto negativo en losresidentes». ¿Por qué sera que no meparece que esté hablando de Barcelona?¿Podríamos enfocar la polémica delArchivo Histórico Nacional, secciónGuerra Civil, con sede en Salamanca,con estas claves?

3 DOCUMENTALES PARARECUPERAR LA MEMORIAYa que hablamos de documentos sobrela memoria de la represión, se estrenaen cines la película Rejas en la memoria,de Manuel Palacios, presentada en elFestival de San Sebastián, que segúnkinoki.org, la mejor página encastellano sobre documental social,«cuenta, por primera vez, la historia delos cientos de miles de presos y presasespañolas y extranjeras de las cárceles ycampos de concentración franquistasque, por su ideología, vivieron unauténtico exilio interior desde 1936hasta la muerte del dictador fascista».

Recortes Antonio Marcos

❯❯ c u l t u r a s2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004

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UNA PUBLICACIÓN DE ❯❯ c u l t u r a s

❯❯Millet y Agnés Varda retratan a los espigadores.Manuel Palacios recupera una memoria más reciente

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«Seguimos siendoun grupo de rock»

Después de quinceaños al frente de LosE n e m i go s , e m p r e n d i óuna carrera ensolitario justo cuandoun público másamplio empezaba avalorar la intensidady la coherencia de sum ú s i c a . Josele es elmismo de siempre,aunque ahoraescucha a Mingus yMonk y sus paseosya no se dirigen a los‘ p o b l a d o s ’ . H aencontrado unespacio para que suvo z , tan necesaria, s eescuche más claraque nunca.

JOSELE SANTIAGO

En su nuevo disco, Las golon -drinas etcétera, se aprecia, in-cluso en la letra, una vo l u n t adde cambio respecto al pasad o. . .

Sí, habla de cambiar, de tomarlas riendas y dar un giro. Aprove-cho las canciones para contar es-tas cosas, aunque no habla de uncambio en mi carre ra, sino decualquier tipo. Es la ce l e b rac i ó nde algo nuevo.

Sin embargo, sigue presente lai n t e n s i d ad que fue uno de lossellos de Los Enemigos.

Es que no sé hace rlo de otram a n e ra, empiezo cantando y ac a-bo berre a n d o. Lo que sí es pre-m e d i t ado es que he buscado unespacio para la voz, los silencios,p o rque las canciones se llamanasí por algo, porque hay que can-tar en ellas. Ahora no tengo quepelearme por hacerme entender.H ay gente que me dice que en es-te disco vo c a l i z o... y lo que pasaes que a veces no se me entendíabien pero yo vocalizaba. Bueno,hay noches y noches...

Siempre ha dicho que no habíaningún concepto que articula-

❯ Antonio Marcos ra todo un disco, pero parececlaro que hay un nuevo Josele,más tranquilo y equilibrad o,detrás de estas canciones.

Las compones en una mismaépoca y con un mismo estado deá n i m o. Yo pro c u ro darles a lascanciones lo que van pidiendo, noal revés. Luego las vas cuad ra n-do en esa línea, pasando de esti-los y todas esas chorradas. Y enlo personal, es evidente que sevan cumpliendo años y no es quete re formes, es que no te ag u a n-tan las fuerzas. Cinco o diez añosen la carre t e ra y haciendo vidade ‘ro c k & roll’ está bien. Pe ro co nquince años detrás ya no es sóloque te agotes, es que te aburre sde esa rutina.

Pa ra los seguidores de Los Ene-migos fue una sorpresa su aso-c i ación con Nacho Mastrett a ,un músico con un estilo muypersonal bastante alejado delrock.

C o n o z co a Nacho desde hacemucho tiempo porque éramos ve-cinos hasta que yo me he cambia-do de barrio. No ha sido difícil en-contrarse con él. Yo buscaba unamanera de proceder más que unsonido determinado porque apar-

te de una pequeña aparición delclarinete todo el disco es voz yguitarra, igual que antes. Traba-jar con él lo ha hecho todo más di-vertido porque nos metimos en elestudio sin red, grabando cad acanción en dire c t o. La idea eradejar expresarse a cada canción,que pasaran cosas, dive r t i r n o s .También es importante la figurade Pablo Novoa, con el que había-mos colaborado en la última eta-pa. Somos amigos y de la mismage n e ración y él ha sido un poco elc at a l i z ador de todo esto porq u eal fin y al cabo el disco son miscanciones, pero se ha gra b ad ocon su banda. Ahora es difícil jun-t a rlos a todos porque hacen va-rias cosas a la vez y eso me dabaun poco de miedo, pero la ge n t eque ha ido entrando se ha aco p l a-do tanto que ya no te das cuenta.Los últimos conciertos están sa-liendo bastante ‘c a ñ e retes’ por-que ya tenemos los co n ce p t o smuy asentados, hay confianza ynos soltamos mucho.

Siempre ha intervenido en lasp o r t adas de sus discos. ¿Ta m-bién en ésta?

Tenía claro que quería salir yotirando de un burro y a partir deahí surgieron esas imágenes tanpotentes y los grafismos. Qu i e nmás y quien menos anda por la vi-da tirando de un burro. Además,un amigo tiene cuat ro y eso habíaque aprovecharlo como fuera...

En Salamanca tuvimos la fo r-tuna de ver los dos conciertosde gra b ación del ‘Obras Escoci-d a s’, el último disco de Los Ene-

m i gos, que de alguna forma yaanticipaba la nueva línea queha emprendido.

H ay una co n exión con esa épo-ca. Me ac u e rdo mucho de aq u e-llos dos conciertos porque la gra-bación siempre lo complica todoy además fue una experiencia to-car sentados en un teat ro. Había-mos tenido afo ros sentados, perohabía sido en algunas cárceles yahí era por obligación... Ahora se-guimos siendo un grupo de rock ytocamos igual en un teat ro que enuna caseta de feria. No nos hemosvuelto finos ni nada por el estilo,s i e m p re hemos sido gente sin de-masiadas manías.

S u p o n go que el recuerdo de Lo sE n e m i gos seguirá vivo en susconciertos...

Claro, se ven muchas camise-tas y muchos amigos. To c a m o salgunas canciones antiguas, pe-ro dándoles una vuelta de tuerc a ,divirtiéndonos con ellas. Recuer-do la época con cariño y orgullo,fuimos tres cabezotas empeña-dos en abrir un hueco y lo conse-guimos, y luego se sumó un cuar-to cabezón. Al final no dábamoscrédito: salieron fans de debaj ode las piedras, llenamos recintosenormes, estábamos alucinados.A Manolo le daba pena dejarlo enese punto tan alto, pero yo siem-p re creí que era el mejor momen-to para hacerlo.

¿Trabaja ya en un nuevo disco?Tengo que sentarme y supon-

go que en mayo tendré nueva scanciones. Aún es pronto para sa-ber si se mantendrá el equipo.

❯❯Recuerdo la época deLos Enemigos concariño y orgullo,alucinamos ante larepercusión denuestra despedida,pero siempre creí queera el mejor momentopara dejarlo

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Josele Santiago, en pleno estilo de banda gitana

M Ú S I C A c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004

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❯❯ c u l t u r a s4 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004

‘Kafka’ propone un laberinto

c ómo entrar dentro de lao b ra de Kafka? Es un rizo-ma, una mad r i g u e ra, el Ca s-

tillo de ‘las entradas múltiples’del cual no conocemos muy bienlas leyes del uso y de distribu-ción». Con esta pregunta y con laconsiguiente respuesta abren De-leuze y Guattari el formidable li-b ro que lleva por título Kafka: poruna literatura menor, donde pro-ponen una máquina de lectura yde interpre t ación cuyas re p e rc u-siones teóricas están siendo asu-midas todavía. Con idéntica pre-gunta, bajo figura de pre t e n c i o s o‘Editorial’, se abre el tercer nú-m e ro de la revista homónima quese edita en la Facultad de Filolo-gía de Salamanca, desde la Agru-p ación Franz Kafka, y con el apo-yo eco n ó m i co del Decanat o, de laD e l e gación de Alumnos y del De-partamento de Literat u ra Espa-ñola e Hispanoamericana.

La trayectoria de esta revistano deja de ser al mismo tiempoun tanto rizomática. Su primern ú m e ro se presenta en pleno2002 y, desde entonces, sus edi-t o res han ido ofreciendo un ‘re-m a ke’ anual. La revista ‘Kafka’parece generarse en un lugar ex-traño, en una tierra de nadie en-t re lo estudiantil donde a priorise ubica un espacio de tipo ac a-d é m i co al que aspira por mediode una fac t u ra muy co r recta yuna excelente nómina de colabo-rad o res, y, finalmente, un territo-rio que vagamente podríamos re-co n o cer como el de las publica-ciones alternativas, donde en úl-tima instancia apunta. Resultadifícil enmarcar una revista co-mo ésta, teniendo además encuenta las dife rentes mutac i o n e sde tamaños y cro m atismos que seproducen entre los sucesivos nú-m e ros. Ahí se encuentra quizáuno de sus aciertos: su carácterde producto ex t ra ñ o, revista entránsito en un lento pro ceso dem ad u ración que la co n forma jus-tamente como esa mad r i g u e ra dela que desco n o cemos las leyes depasaje.

Agujeros« E n t ra remos por tanto por

cualquier ag u j e ro, ninguno es me-jor que otro, no hay entrada privi-l e g i ada» continúa el texto del ‘Edi-torial’ citad o. Así es, ‘Kafka’ estáco n fo r m ada en secciones, de apa-rente estructura genérica, pro l o-gadas por títulos enigmáticos quealuden a paralelos episodios ka f-kianos (K. de Kafka, Kafka contrael Castillo...). Se atiende así al en-s ayo (entre el ‘papper’ y lo divul-gat i vo), a la cre ación poética, a lan a r ración corta, a lo escultórico,se juega al monográfico, se prac-tica la entrevista... Incluso unas e cción tan insulsa como puedenser las ‘Notas bio- b i b l i o g r á f i c a s ’son ahora materia de dive r t i m e n-to literario e invención ge n é r i c a .‘ K a f ka’ invita a ser leído de un mo-do un tanto anárq u i co, vaga n d ode unas secciones a otras e intro-duciéndose por las líneas de co-n exión que nos pro p o n e n .

Así, en este número, una de last ramas argumentales que pare-cen unificar lo que de otro modosería un batiburrillo o cajón de-s a s t re es el ‘leit-motif ’ del labe-r i n t o. Arranquemos, por ejemplo,del re l ato Fabio, el usurpador at ravés de las vidas que su pro t a-gonista roba en una búsqueda «detodos los hombres que nunca se-ré» que nos llama al juego de lam á s c a ra, de las vo ces, de la im-p o s t ación y la impostura. Y es queese tema tan borgiano se teorizaen el artículo La ilustre incerti -dumbre y la entonación de la filo -s o f í a, desde una prosodia de la es-c r i t u ra que piensa la intertex t u a-l i d ad como un fenómeno de logo-pedia, que nos habla de lametafísica como teat ro o co nve r-s ación. Ahí podemos esco ger siq u e remos entender desde esepunto de vista la poesía de Chris-tophe Fi at –en su primera trad u c-ción al castellano– o de BasilioSánchez, o podemos tan sólo si-tuarnos frente a los perturb ad o-res A t r i l e s del artista Gabriel Ra-mos que pare cen esperar la ento-n ación, el grito, como instrumen-tos afinados (y de allí a la músicade Ángel Campos Pámpano) o co-mo máquinas de tra b ajo todav í ai n ac t i vas (y entonces a los tra b a-jos de Aguiar o a las inquietantesco n t ra - l a n gostas de David Ve g u e ) .

O como observatorio de tie-r ras desconocidas. Apare ce en-

t o n ces la cartografía utópica dePablo Ja rauta, el imaginario po-é t i co- b u rgués de ‘o s t ras helad a s ’que analiza Pe d ro Se r ra, los enig-m á t i cos viajes de Angosto Gil, oel plano conceptual de los poetasvisuales, a los que se dedica unm o n o g r á f i co: Antonio Gómez, Jo-sé Blanco, Álex Chico... Sus mar-cas de fa b r i c ación se entre c r u z a nen una danza de salón de los pa-sos perdidos. Y de ahí, al artículos o b re los laberintos poéticos deDaniel Mesa, ce r rando de estemodo uno de los posibles itinera-rios de lectura.

DescubrimientosNo agotaremos aquí el elenco

de ‘ilustres’ (César Aira, AndrésNeuman, Benito de Lucas...) que‘ K a f ka’ incluye, a ve ces con sor-p rendentes aportaciones, otra scasi como cebo mediático que ha-ga picar al lector despreve n i d o.En medio del carnaval de perso-nalidades están también los des-conocidos: con la figura co n s a-g rada apare ce la joven pro m e s a(Alberto Santamaría en este ca-so) o la presencia de escritores ei nve s t i gad o res noveles que bienpueden disputar un mismo espa-cio textual.

Al margen de lo dicho, y sinq u e rer agotar el elenco, mere ce nparticular reseña los fantásticospoemas de un desconocido Jo s éÁ n gel Reinaldo Fontes, boticario

en paro para más señas, que seo f re cen como una insólita y lla-m at i va cala en un depósito poéti-co todavía virgen, del que Kafkapodrá apuntarse el tanto de ha-ber descubierto. En segundo lu-gar, hay que celebrar lo que es lap r i m e ra trad u cción del gran po-eta danés Per Ho jholt y lo que,desgraciadamente, ha sido su úl-tima entrevista co n cedida. A tra-vés del excelente tra b ajo de Cruzy Kristensen podemos apre c i a rla objetividad glacial y la experi-m e n t ación co n ge l ada de los ve r-sos nórd i cos de Per Ho jholt, flo-tando suspendidos como ag u j a sen el aire.

Una de las aportaciones de es-te poeta a la poesía occidental sonlos ‘blindgyder’, los callejones sinsalida, poemas ce r rados en símismos que van aprisionando asu lector en una telaraña o, den u evo, laberinto de ve rbos y pa-l a b ras imposibles. Del callejón sinsalida a la mad r i g u e ra ka f k i a n a ,del pasaje sellado al Castillo delas Entradas Múltiples, del labe-rinto al treinta, en un pro ce s opendular donde la revista ‘Kafka’p a re ce, con este tercer número,ir definiendo un espac i o, enco n-t rando un merecido equilibrio. Larevista se presenta mañana, lu-nes, en la Fac u l t ad de Filología dela Universidad de Salamanca.

G.L.M. ❮

VARIOS AUTORES

R evista KafkaNúmero 3, 2004

Delegación de Estudiantes yAsociación Franz Kafka. Facultadde Filología

R E V I S TA S

Obra de Manuel Almeida e Sousa, artista que participa en el tercer número de la revista ‘Kafka’

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E rnesto Franco( I t a l i a , 1956) acabade visitar Salamanca,donde la editorialTropismos hapublicado Vidas sinf i n, su segundan ove l a . Traductor alitaliano de autorescomo Cort á z a r, M u t i sy Octavio Pa z , e sademás director deE i n a u d i , una históricay pujante editoriali t a l i a n a .

ERNESTO FRANCO

El protagonista de su nove l a ,Gio Magnasco, es un hombreespecialista en clavos y torni-llos, en pequeños objetos...

Es una idea ce n t ral en la nove-la, prestar atención no sólo a losgrandes discursos, sino a las pe-queñas cosas que son necesariasp a ra unir las cosas grandes. Enun plano metafórico, los clavos ylos nudos me hacen ser co n s c i e n-te de la dimensión humana, deque las cosas tienen un término,p e ro hay que hace rlas de todasm a n e ras. El cemento que man-tiene en pie los palacios es tanesencial como sus bonitas facha-das, aunque no se vea a primeravista. Busco la re l at i v i z ación dela importancia de lo que el hom-b re hace, una ironía sobre la ideade que hay que trabajar para de-jar un recuerdo, pero es una iro-nía ce rcana: uno quiere a losh o m b res y a las mujeres como losseres pequeños que son.

Esa pequeñez contrasta con lai n m e n s i d ad de las empresasque a las que se enfrenta: cons-truye transatlánticos y vías fé-rreas a finales del siglo XIX.

Cuando apareció el libro enItalia, le dieron una lectura deelogio al tra b ajo que no era pre-m e d i t ada pero con la que estoyde acuerdo. Los grandes retos se

❯ Antonio Marcos realizan con clavos pequeños ycon las pequeñas vidas de losh o m b res humildes, son obre ro squienes lo construyen todo. Y enc ada cosa que hacen, queda unt rocito de la historia de cada per-sona. El hombre, como el objeto,es materia, carne y sangre, perotambién es historia. La única fo r-ma de eternidad que consigue elhombre es la que transmite a losobjetos. No pasar sobre esas his-torias es una manera de escu-char, de encontrar riqueza en to-d o. Mag n a s co imagina, inve n t a ,p e ro lo hace de una manera ins-t i n t i va, no intelectual. Es el ‘ho-mo fa rber’, pero con el don de es-c u c h a r, lo que le da una capac i-d ad para co m p render mejor a losseres humanos y a la realidad.

¿Magnasco tiene una fe total enlo racional, en la técnica, pro-pia de la época?

Siempre hay algo que no fun-ciona, la nave que co n s t r u ye ac a-bará hundiéndose irremediable-m e n t e. Igual que en el ero t i s m o,que no es sexo sino un hecho cul-tural construido, el hombre enri-q u e ce la nat u raleza, pero el fac-tor humano hace las cosas fa l i-bles. Dentro de dos o tres milaños, nuestros coches serán ob-jetos decorativos, recuerdos, co-mo ocurre ahora con las pirámi-des egipcias o como cuando Mag-nasco lleva sus inventos a África

y en vez de darles su uso la gentelos emplea ornamentalmente. Esuna ironía del destino, todas lasambiciones de poder de los hom-b res quedan reducidas, la lluviase lo lleva todo.

H ay también en el libro una pa-sión por contar, por narrar.

El hombre necesita historiasp a ra ser, está hecho de eso. No só-lo como entre t e n i m i e n t o, sino co-mo algo que co n s t r u ye las co n-ciencias. Tú eres tú y tu historia,aunque no lo sepas. Una cara, unaexperiencia o un libro, siemprecuentan una historia. La narra-ción es una manera de aprenderel mundo. Quien lee no se vuelvemás feliz, sino todo lo co n t ra r i op o rque aprende a sentir más yeso te lleva al sufrimiento, aun-que también se puede amar me-j o r. Una película o un libro malos i e m p re es una oportunidad per-dida de hacer feliz a la gente.

¿Han influido en su manera deescribir los autores que ha tra-ducido?

To t a l m e n t e. So b re todo Cor-t á z a r, y también la poesía italia-na... Mo n t a l e. En Italia tenemosuna gran tradición poética, nues-t ro gran clásico, Orlando furioso,está escrito en ve rs o, no tenemosun Don Quijote. Aprendí a escri-bir a partir de la trad u cción. Ja-vier Marías decía a la hora de tra-

d u c i r, el autor ya lo había hechot o d o, y es cierto, pero para en-tender la obra hay que colocarseen los mismos puntos que ha uti-l i z ado el escritor para cre a rla. Lat rad u cción me pare ce una gra nescuela para la escritura.

También compagina la crea-ción con la labor editorial en Ei-naudi...

Pavese y Calvino fueron edito-res de Einaudi, por lo que hay unatradición que me precede. Escri-bir me permite escuchar mejorlos libros de los otros. Lo que es-cribo no se mezcla con lo que edi-to, pero se entrecruza y eso pro-d u ce riqueza. Somos la segundaeditorial de Italia después deMo n d adori, que es un gran gru-p o, y lo que nos define es la bús-queda de la dife rencia, lo que dis-tingue a cada autor de las vo ce sde los otros. Una editorial es uno rganismo viviente que no puedeq u e d a rse con su imagen históri-ca, sino interpretar la evo l u c i ó nde la co n t e m p o ra n e i d ad desde sut ra b ajo y de esa manera, influiren la opinión pública tra n s m i-tiendo historias e ideas. En estaépoca de co n ce n t ración de me-dios de co m u n i c ación y gruposeditoriales, siempre hay que in-tentar buscar la dife rencia por-que la homoge n e i z ación de la cul-t u ra es su muerte, es una fo r m ade ser sordo.

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Ernesto Franco, en su reciente visita a Salamanca ❯ Alberto Prieto

L I B RO S c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004

ERNESTO FRANCOVidas sin finTropismos, 2004

10 euros / 112 pp.

«El hombre está hecho de historias»

❯❯La narración es unamanera de aprenderel mundo. Quien leeno se vuelve másfeliz, porque aprendea sentir más y eso telleva al sufrimiento,aunque tambiénpuede amar mejor

❯❯La narración es unamanera de aprenderel mundo. Quien leeno se vuelve másfeliz, porque aprendea sentir más y eso telleva al sufrimiento,aunque tambiénpuede amar mejor

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Novela para un l e c t o r ac t i vo

El buen comisario Bordelli

u na buena parte de los lectores que se ace r-quen a esta novela, de llamat i va breve d ad ,quedarán sorprendidos por sus re s u l t a-

dos literarios. So r p rendidos y, en muchos casos,p ro b a b l e m e n t e, desco n ce r t ados. Flores pre-senta un curioso toque de originalidad, tanto enel argumento como en la forma de su desarro-l l o. De ahí la nece s i d ad de tener en cuenta lasdos secuencias que sirven de pórtico a la obra .La primera de ellas es una descarnada caricat u-ra de un diag n ó s t i co hecho por un pre s t i g i o s om é d i co homeópata: el doctor toma el pulso a unniño atenazando su muñeca ortopédica. La se-gunda alude a la forma estética que puede pre-sentar una obra literaria: «Existe una antiguatécnica sumeria, que para muchos es el antece-dente de las nat u ralezas muertas, que permitela construcción de complicadas estructuras na-rrativas basándose sólo en la suma de determi-nados objetos que juntos conforman un todo» .De esta vieja teoría surge el enfoque de la nove-la: «La intención inicial es que cada capítulo pue-da leerse por separad o, como si de la co n t e m-plación de una flor se tratara».

Superposición de historiasNingún lector debe acercarse por tanto a la

o b ra sin tener en cuenta esta peculiar co n ce p-ción cre at i va, basada en la superposición y mez-cla de historias que, en algún momento, puedenparecer inconexas. No lo son; responden a unavisión caleidoscópica, de elementos entre l a z a-dos e interdependientes, aun cuando en muchoscasos sus elementos de relación sean extrema-damente sutiles. Es innecesario ac l a rar que elh i ato estilístico y la elipsis argumental son loselementos estilístico esenciales de Flores.

El trasfondo argumental de la obra es la dra-mática convulsión humana que supuso el desdi-chado efecto de malformaciones infantiles pro-vocadas por la Talidomida en los años sesenta.La mayoría de los pers o n ajes que desfilan porlas páginas de la obra sufren, directa o indirec-tamente, los efectos trágicos de aquel error far-m aco l ó g i co. Los gemelos Huhn, Alba la Poeta, elAmante Otoñal, la pareja fo r m ada por Marjoriey Brian... entre otros, co n forman esta trágicasanta compaña. La dispersión humana de sustristes andanzas queda cohesionada por la pre-sencia del escritor, personaje principal de la no-vela. Su pierna ortopédica, de ex t raños simbo-lismos, lo co nvierte en un ser desarra i gad o, peroque pone en relación a la mayoría de los perso-najes que pululan por la obra. Su condición decreador parece atenuar su sufrimiento, pero enel fondo lo hace psicológicamente más co m p l e j o.

En contraste con estas existencias atribula-das, las flores que sirven de título a cada uno delos capítulos, acentúan el sufrimiento, descritocon re c u rsos ex p resionistas de llamat i va cru-deza. De esta forma, la alusión a los personajescientíficos (representados por Olaf Zumfelde ysu co l a b o rad o ra Henriette Wo l f), el desfile de se-res humanos disminuidos física y psico l ó g i c a-mente y la alusión a la belleza floral se co nv i e r t e nen tres elementos que co n forman una ex t ra ñ aa l e goría, no siempre traducible al lenguaje co-mún. De ahí lo oportuno de ese aviso para nave-gantes con el que finaliza esta original y co m p l e-ja novela: «Es posible que frente a esto el len-g u aje de las flores sea más ex p re s i vo de lo queparece. Confiemos en ello...».

Nicolás Miñambres ❮

d esde sus inicios, la novela negra se ha ser-vido de la figura del inve s t i gador como mo-tor de la trama, colocando al lector en una

posición que le obliga a ponerse en su papel yaco m p a ñ a rle en sus pesquisas para llegar a laresolución final. El autor propone este juego ytambién determina el nivel de información quep ro p o rciona: Sherlock Holmes era demasiad oi n t e l i gente y sagaz para inve s t i gar junto a él ysus salidas siempre son imprevistas. Cre ado elmotor de la historia, se le dota de una pers o n a l i-d ad que le aporte carácter y co h e rencia para quepueda tener una larga vida y al consumidor delibros le apetezca saber qué hará ante un nuevore t o. La intriga es indispensable, pero aún más loes la definición de esos ra s gos carac t e r í s t i co sque le hagan un personaje querido. La variedadde detectives privados, policías e incluso gruposde inve s t i gación, como la comisaría de EdMcBain, es inmensa y compone uno de los as-pectos más reconocibles del género.

El comisario Bordelli pertenece a esa raza depolicías con principios, con un pasado que les ha-ce enfrentarse a su trabajo con honestidad y uncierto humanismo, con una certeza de estar alservicio del ciudadano sólo quebrada por el malfuncionamiento de las esferas superiores, gene-ralmente identificadas con la política. La edito-rial Tropismos acaba de publicar en castellanoEl comisario Bordelli, la primera de la sagacreada por Marco Vichi (Italia, 1957), que tienesu continuación con Una brutta facenda, proxi-mamente en esta editorial, y Il nuovo venuto.

Vichi ha cre ado un pers o n aje de perfil baj o,

un funcionario de la ley que cuando ejerce su tra-bajo no olvida ni su pasado ni la situación socialdel entorno en el que se mueve, la Florencia de1 9 6 3, una Italia todavía ingenua que marcha apasos ag i ga n t ados hacia el desarrollo capitalista.B o rdelli es un tipo cincuentón y solitario quenunca ha encontrado a la mujer de su vida, aun-que le gustaría y también le gustaría dejar de fu-mar; sus familiares más cercanos son una tía yun primo que vive enclaustrado dedicado a lasm atemáticas, con el que no sintoniza pre c i s a-mente; su mejor virtud como policía consiste ensaber escuchar a la gente más que en su capaci-d ad de acción y en ser flexible con quienes co-meten pequeños delitos para subsistir, lo que lep ro p o rciona jugosos co n t actos entre los lad ro n-zuelos de la ciudad; por último, su pasado estáligado a los recuerdos y al código de honor de lag u e r ra co n t ra los nazis, re c u e rdos que le asal-tan co n s t a n t e m e n t e, sobre todo a la hora de dor-mir en pleno verano.

Con esta actitud, Bordelli y su equipo buscanen el sofocante calor de Florencia al asesino deuna anciana que vivía sola en una gran villa a lasa f u e ras de la ciudad. El planteamiento de la in-t r i ga resulta original: el comisario sospecha, poruna intuición que no pare ce fa l l a rl e, quién ha co-metido el crimen y sus inve s t i gaciones se enca-minarán exc l u s i vamente a desmontar una co a r-t ada, re c u rso con el que Vichi coloca en un se-gundo plano el asunto policial para re t ratar tan-to al pers o n aje como la Italia de los años sesenta.

MARCO VICHI

El comisario BordelliTropismos, 2004

15 euros

MARIO BELLATIN

F l o r e sAnagrama, 2004

120 pp.

❯❯ c u l t u r a s6 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004L I B RO S

A. Marcos ❮

El secreto delpadre Brown

❯De las historias de G.K. Chesterton pro-t ago n i z adas por el pad re Brown, Jo rgeLuis Borges dijo una vez que aún se re co r-darían cuando el género policíaco hubiesec ad u c ad o. Pe ro en las historias detecti-vescas del padre Brown hay un rasgo quellama la atención: el pro t agonista no es und e t e c t i ve privad o, ni un policía, ni siquieraun aficionado a re s o l ver crímenes; es unsacerdote católico, toda una provocación,dado que Chesterton situó además a estesacerdote papista en plena Inglaterra an-glicana, y ni siquiera se preocupó de ha-ce rlo simpático a los lectores. Todo lo co n-trario: lo retrató como un personaje resa-biado, de aspecto y trato corrientes, muylejos del porte aristocrático de un Sher-lock Holmes o del cosmopolitismo de unH e rcule Po i rot. Al final, sin embargo, dal e cciones con una humildad insoportablea todos los que le rodean, ya sea la Policíai n glesa o las autoridades locales, y, paraco l m o, en nombre de la razón y de la lógica,a pesar de que casi siempre la explicacióninicial del misterio sea de tipo demoníaco om á g i co. El presente volumen, El secretodel padre Brown, cuarto título de los cincol i b ros que integran la serie completa delp ad re Brown, reúne nueve casos de estepersonaje.

Icehenge, deKim Stanley

❯ Icehenge es una aventura interplaneta-ria que abarca medio milenio del futurode la humanidad al conectar tres historiasubicadas en tiempos distintos y narradasdesde tres puntos de vista dife rentes. Un at rama que sirve de telón de fondo para re-flexionar sobre la identidad, los mecanis-mos del conocimiento y la co n s t r u cción dela historia, demostrando que la nece s i d adde co m p render los propios orígenes nosl l eva a conclusiones ve rosímiles que sine m b a rgo se basan más en la sugestión queen los hechos. Kim Stanley Ro b i n s o n(1952) es uno de los más prolíficos y cele-brados autores de ciencia ficción nortea-mericanos. Especialmente conocido por laTrilogía de Marte , ga l a rd o n ada con losp remios Nebula y Hugo, ha escrito obra scomo A n t á r t i d a , The Wilde Shore , P a c i f i cE d g e o The Gold Coast y Tiempos dearroz y sal, que le han valido varias distin-ciones, entre ellas, el premio Asimov.

G.K. CHESTERTONEl secreto del padreB r o w nValdemar, 2004

14,90 euros

KIM STANLEYROBINSON

Icehenge. La memoriap e r d i d aMinotauro, 2004

N O V E D A D E S

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l a sorpresa inicial que el título deesta novela supone aumentacuando el lector se ace rca a las

líneas de la contraportada. Tal sor-p resa se tra n s forma en ad m i rac i ó nf i n a l i z ada la lectura de Paradoja deli n t e r v e n t o r, la última novela de Go n-zalo Hidalgo Bayal. Autor de libro sm e m o rables como el ya lejano M í s e -ra fue, señora, la osadía (l988) y deo t ros más recientes como Amad a lad a m a (2002), Gonzalo Hidalgo Baya lp e r t e n e ce a ese reducido grupo deescritores actuales que no concibenla obra literaria sin que ésta se pre-sente aj u s t ada al rígido y preciso ar-mazón de la forma literaria. Escri-tor re f l ex i vo, minucioso, dueño de losre c u rsos de la retórica clásica, la fo r-ma narrat i va desborda felizmente enmuchos casos, el contenido que es-co n d e. Sin olvidar que este fondo es-tá siempre empapado de un ex t ra ñ os i m b o l i s m o, palpable en abundantesformas aforísticas. A todo ello hayque unir la trayectoria de una crea-ción alejada de los circuitos habi-tuales del co m e rcio editorial. Re-cluido en su tierra cace reña, Go n z a-lo Hidalgo Bayal se presenta así co-mo un luchador solitario. Con todo,esta última novela ha recibido algu-na crítica entusiasta por parte deuno de nuestros santones de la crí-tica nacional. No es poco.

Lo apuntado se confirma de ma-n e ra ad m i rable en Paradoja del in -t e r v e n t o r, una novela de solitarios yp e rd e d o res, pero en la que es casi im-p o s i b l e, aparte de innecesaria, su lo-c a l i z ación espac i o- t e m p o ral. El per-s o n aje que llega a una estación unanoche de nov i e m b re y que pierde elt ren mientras se ace rca a la destar-t a l ada cantina, queda misteriosa-mente pre s e n t ad o, pero no descrito:« E ra un hombre mayo r, casi en lae d ad de los desguaces, sin más señasp a r t i c u l a res que su medianía ge n e-ral en el ro s t ro y la estat u ra y sus in-g redientes átonos en los ademanes y

El tren se había llevadosu equipaje y su destino

o c u r re. Convertido en una especiede Max Estrella moderno, de poco leservirá al protagonista no ser ciegof í s i c a m e n t e, como lo era el pers o n a-je va l l e i n c l a n e s co. Nada de lo que vepuede interpre t a rlo con claridad .Tanto los personajes como los esce-narios no serán sino elementos deuna alegoría dramática que va enri-queciéndose a medida que avanzanlas páginas, sin que falten en ellasecos de condición kafkiana, pero desorprendente plasticidad.

Virtuosismo estilísticoDe esta forma, la novela se co n-

vierte en una muestra de virtuosis-mo estilístico. Pe rs o n ajes como elc h i co de la cantina, el vendedor debarquillos, el guarda, el interventor,la joven prostituta que bajó de lospueblos de la sierra... co n s t i t u ye nuna santa compaña espeluznante. Y,sobresaliendo de entre ellos, Cristo,el santón at rabiliario y deslenguad oque parodia con impía nat u ra l i d adf rases evangélicas y co nvierte al per-sonaje en interventor.

El fuego desencad e n ado al finalde la obra sirve de elemento purifi-c ador y simbólico. La desaparicióndel interventor lo es sólo para los po-b res diablos con los que se ha re l a-c i o n ad o. Se res miserables que nohan sido capaces de descubrir sumisterioso trasfondo. El fuego puri-fica todo y todo lo destruye. Salvo al-gunos elementos materiales, co m ola botella ve rde con el sobre azul en-ro l l ad o, que han sido el símbolo delos secretos del espíritu y de la vidadel interve n t o r. De ahí su triste y ma-ravillosa paradoja. Ésa que se des-p rende de estas páginas, urdidas co nun ad m i rable oficio litera r i o. Con unprimor estilístico que no debería pa-sar desapercibido a los lectores. Y,sobre todo, a los medios excelsos dela crítica de Madrid.

en la voz» (p.8). La marcha inespera-da del tren deja a este hombre sumi-do en la más absoluta indefensión ys o l e d ad: «El tren se había llevado sue q u i p aje y su destino». No es ex t ra-ño que el lector re c u e rde el ambien-te de las páginas de El anochecer, deLuis Mateo Díez. La sensación de so-l e d ad de la estación desolada se hacep resente en ambas obra s .

Lo desconocido de la pers o n a l i-dad del protagonista, de su origen yde su destino, la pobreza que apunta(así como los escenarios por los quetendrá que pulular y los tipos con losque deberá re l ac i o n a rse) hacen deél símbolo dra m á t i co de la soledaddel hombre contemporáneo; la ale-goría del desco n c i e r t o. A pesar deque (obsesionado con la co n d i c i ó ndel interventor del tren que se ha lle-vado su equipaje y su destino) él mis-mo acabe siendo el interventor paracon los personajes con los que se re-l aciona. La novela será la crónicai r real, sorpre n d e n t e, de las andan-zas de un anónimo personaje que serefugiará en espacios alucinantes yt ratará con tipos de un desco n ce r-tante y misterioso marg i n a l i s m o.Nada hay que al lector le sirva de hi-to objetivo para enmarcar lo que

GONZALOHIDALGO BAYALParadoja deli n t e rv e n t o rLos libros del oeste, 2004

7L I B RO S c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004

Nicolás Miñambres ❮

Sobre lanecesidad deser honrado

«t odo periodista que no sea tan estú-pido o engreído como para no ver lare a l i d ad sabe que lo que hace es mo-

ralmente indefe n d i b l e. El periodista esuna especie de hombre de confianza queexplota la va n i d ad, la ignorancia o la so-l e d ad de las personas, que se gana la co n-fianza de éstas para luego tra i c i o n a rl a ssin re m o rdimiento alguno... Los perio-distas justifican su traición de varias ma-n e ras según sus temperamentos. Los máspomposos hablan de libertad de ex p re-sión y dicen que ‘el público tiene dere c h oa saber’; los menos talentosos hablan so-b re arte y los más decentes murmuran al-go sobre ga n a rse la vida».

De esta forma tan rotunda y polémicacomienza Janet Malcolm su libro, un li-b ro lo decimos ya desde el principio ex-t rao rdinario y que debería ser texto obli-gatorio en todas las fac u l t ades y escuelasde periodismo, ética o dere c h o.

Este libro, a pesar de llevar más deveinte años circulando por las libre r í a s ,no ha perdido un ápice de su interés, desu ac t u a l i d ad y quizá hoy en estos tiem-pos de tanto falso y agudo periodista,tiempos en los que el periodismo de in-ve s t i gación si no ha muerto está en co m a ,el debate que provoca sea más nece s a r i oque nunca.

Ho n e s t i d ad y tra n s p a r e n c i aUtilizando como telón de fondo el liti-

gio entre el periodista Joe McGinniss, au-tor de un best-seller sobre la historia deJe f f rey MacDonald, un médico ac u s ad odel asesinato de su mujer y de sus dos hi-jas, Malcolm pone en tela de juicio a todala pro fesión periodística. La capac i d ad deanálisis e implacable autocrítica, el ta-lento para el re p o r t aje y la co n s t r u cc i ó nde la intriga hacen de la lectura de este li-b ro una experiencia singular. Janet Mal-colm disecciona, analiza, estudia, cad ahistoria, cada co a r t ada, desmiga las tra-mas, los re l atos, los testigos, hasta dejar-nos frente a la ‘ve rd ad’ o lo más pare c i d oa ella porque la ve rd ad, nos viene a decir,es a menudo inalcanzable.

¿Cómo es posible que un jurado co n-d e n a ra al brillante periodista, frente alh o m b re, ac u s ado de matar a su mujer ya sus hijas? Malcolm lo explica con clari-d ad, la fiel línea que debería obligar a losperiodistas a marc a rse los más altos ni-veles de rigo r, honestidad y tra n s p a re n-cia y que cada día es más borrosa es laque se reivindica aquí, no todo va l e, no to-do se puede hace bajo ‘el sag rado deberde informar’. Maestría, rigor y ejemplode un periodismo excepcional que no sue-len enco n t ra rse en nuestros medios de lamano de una autora imprescindible Ja-net Malco l m .

JANET MALCOLM

El periodista y el asesinoGedisa, 2004

15,90 euros

Charo Ruano ❮

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Lete dibuja la transición española

Distintos dibujosde Lete de laserie ‘Con muchasimpatía’ quepodrán verse apartir delpróximo viernesen la galeríaBenito Esteban

c on mucha simpat í a’ es unaserie de unos 30 dibujos deg ran, medio y pequeño fo r-

m ato que mediante un re co r r i d oh i s t ó r i co lineal presentan la figu-ra de Fra n co y el enlace de su nie-ta María del Carmen MartínezB o rdiú con Alfonso de Borb ó nDa m p i e r re, el primo de Juan Ca r-los, el actual Rey de España. Lasi m á genes ha sido re a l i z adas a par-tir de las revistas del co razón dela época, en ellas quedaba ilustra-da la ve rsión oficial del régimen,desde la boda hasta la muerte deF ra n co y la co ro n ación del Rey,episodios ce n t rales en este tra b a-j o. El material utilizado como so-porte ha sido en la mayor parte delos dibujos de gran fo r m at o( 1 0 0 x 70 cms.) papel ve getal co nun gra m aje de 250 y 300 grs . /m 2 .( C o ro n ación, enhorabuenas a losrecién casados…)

La disciplina de los EstudiosVisuales está interesándose cad avez más por el análisis de la ima-gen no estrictamente artística ydesde dive rsos ámbitos como sonla literat u ra, la antropología, lapolítica, la filosofía... la historia,c l a ro. Si bien la visión se ha co n-vertido en la práctica social porexcelencia ‘Con mucha simpat í a’retoma la memoria histórica des-de la propia confluencia entre altay baja cultura, desde el co n s u m ocotidiano de signos, que bajo suapariencia inocua presentan cá-nones absolutamente politizad o s .

Desde luego el que la actual re-l ación entre la Casa Real y lap rensa rosa esté absolutamentec u i d ada y limitada no es sino unap ro l o n gación de lo que significa-ba por aquel entonces. 1972: El se-guimiento del enlace de los quep u d i e ron haber sido los ac t u a l e sreyes de España quedaba plas-m ado con un tono informal, co napariencia política inofe n s i va quecasi parecía un cuento de had a s :«la joven pareja contesta tímida-mente las preguntas de los perio-distas». De alguna forma el dis-c u rso gl o b a l i z ador necesita re t o-mar el asunto de la memoria delque había prescindido con la lo-c u ra posmoderna de los 80. De es-ta manera podría emprender unan u eva labor de identificación na-

La galería BenitoEsteban presenta unaserie de dibujos deMiguel Gil, L e t e , e nlos que, a partir deun álbum de fotoscon recortes de laprensa rosa, p l a s m auna visión con ironíay sin ira de latransición española.

❯❯ c u l t u r a s8 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de noviembre de 2004A R T E

cional o regional. Es en esta revisión cuan-do nos enco n t ramos sorprendidos ante lafalta de visión crítica que se le han co n ce-dido a los acontecimientos y at ro c i d ad e sde la guerra civil, a la posguerra y la épocaf ranquista: según determinado discurs ode la transición pare cería que entonces noestábamos demasiado pre p a rados parage n e rar buenas genealogías históricas.Deberíamos por tanto estar atentos a lasco n s t r u cciones de estas nuevas historiasespañolas pues son el primer párra fo dela escritura de nuestro pre s e n t e.

María Íñigo ❮