UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS CÁTEDRA DIEGO LEVIS PROFESORA SOL DIEGUEZ SEGUNDO CUATRIMESTRE 2013 NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? ACERCA DE LOS LÍMITES Y POTENCIALIDADES DE LOS DISCURSOS DE LA EDUCACIÓN 2.0 Por Magalí Bucasich
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS
CÁTEDRA DIEGO LEVIS
PROFESORA SOL DIEGUEZ
SEGUNDO CUATRIMESTRE 2013
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA?
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA?:
Acerca de los límites y potencialidades de los discursos de la Educación 2.0
ACERCA DE LOS LÍMITES Y POTENCIALIDADES DE LOS DISCURSOS DE LA EDUCACIÓN 2.0
Por Magalí Bucasich
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 1
INTRODUCCIÓN
1. Sobre nuestro tema y su interés
En el marco de la sociedad actual denominada “Sociedad de la Información”, donde las
TIC se presentan no sólo como herramientas sino como “dispositivos de poder-saber que
pueden ser apropiados por los sujetos y los grupos según sus necesidades e intereses
propios” (Da Porta, 2011:49), el imperativo de la época se sustenta en la necesidad de
reformar las instituciones educativas con la finalidad de que contemplen las
transformaciones del presente momento histórico. El objeto de interés de presente trabajo
son los discursos sobre la Educación 2.0, que proponen una reconfiguración de la
educación escolar a partir del aprovechamiento de las potencialidades de las nuevas TIC
bajo el paradigma de la Web 2.0: entornos amigables, dinamismo, prácticas colaborativas,
gestión de tiempos, simplicidad y flexibilidad.
La problemática a abordar contempla un debate instalado en torno a la pertinencia de
efectuar transformaciones en el ámbito educativo, acordes a los cambios sociales
vinculados con el creciente desarrollo de las TIC y las modificaciones en las prácticas que
traen aparejadas. Así es como Gutiérrez-Martín y Tyner (2012) sostienen la educación no
ha logrado seguir el ritmo de las transformaciones a nivel social, por lo que sentencian que
la escuela está capacitando a estudiantes para que se desarrollen como ciudadanos de una
sociedad que hoy ya no existe. Por su parte, Buckingham (2008) señala la necesidad de que
la escuela asuma un rol más activo en un entorno cada vez más dominado por las TIC y las
demandas de la cultura del consumo. Diego Levis (2009), advierte que aparecen voces que
alertan acerca de la presencia en las aulas de los medios tecnológicos al mismo tiempo que
reivindican las tradicionales formas de educación, mientras otras propugnan como solución
el equipamiento masivo de computadoras conectadas a Internet, dejando fuera el desarrollo
de propuestas pedagógicas innovadoras que contemplen estos cambios.
2. Propuesta
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 2
Mediante este trabajo se buscará dar cuenta de las transformaciones en las instancias de
educación formal que proponen quienes propugnan los postulados de la Educación 2.0, con
la finalidad de determinar los posibles límites y potencialidades del modelo. Los
interrogantes que guiarán el análisis se centran en cómo son construidos los sujetos
pedagógicos y los educadores, y cuál es la función de la educación que está puesta en juego
en dichos discursos.
Nuestra propuesta tiene como objetivos específicos:
- Delinear las concepciones de educación, rol de las instituciones educativas y de la
relación educador/educando que plantean los propugnadores de la Educación 2.0
- Contraponer posturas teóricas en torno a la relación entre las TIC y la educación
escolar.
- Aportar en el debate en torno a la posibilidad de vehiculizar transformaciones en el
ámbito educativo que contemplen el desarrollo de las TIC.
La metodología empleada para alcanzar los fines explicitados consiste en el análisis de
contenido de los artículos publicados en el volumen número 78 de la revista científica
TELOS titulado “La escuela digital. Desafíos de la innovación educativa”, en los cuales
distintos defensores de las transformaciones propuestas por el modelo de la Educación 2.0,
exponen sus miradas. El análisis estará dividido en tres grandes ejes desde los cuales se
mirará al objeto de estudio, a saber: sujetos pedagógicos, educadores y educación. En cada
uno de estos ejes se pondrá en juego una comparación con otras concepciones acerca del
papel de las TIC en la educación.
De esta manera nuestro corpus queda comprendido por los discursos de la Educación 2.0
expuestos por algunos sus propugnadores en TELOS, la revista de comunicación más
reconocida en lengua castellana. Los artículos que se analizarán son:
“Desafíos pedagógicos de la escuela virtual. Las TIC y los nuevos paradigmas
educativos” de Manuel Benito.
“Educación 2.0. Horizontes de la innovación en la Escuela” de Obdulio Bernal.
“Los bárbaron de Google. Educando con sentido a la Generación Einstein” de
Alejandro Piscitelli.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 3
“Panorama internacional de las TIC en la educación. Barreras actuales y
propuestas de futuro” de Mariano Segura.
“El futuro ya no es lo que era. Nuevas plataformas, redes y tecnologías para a
educación 2.0” de Laura Blanco y Eduardo Ramos.
3. Algunas consideraciones preliminares.
Previo a adentrarnos en los discursos de la Educación 2.0, creemos necesario hacer un
pequeño recorrido dos conceptos claves para acercarnos al nudo de nuestra temática, ya
que, de forma más o menos explícita, son transversales a todo nuestro análisis: “Sociedad
de la Información” y “Web 2.0”.
3a. Sociedad de la Información: sobre los postulados de la sociedad en red.
Hay acuerdo acerca de que los nuevos dispositivos multimedia forman parte de la vida
económica, social y cultural. Pareciera que ninguna actividad está ajena a la informática,
generando así la imposibilidad de escapar de su influencia. Como sostiene Levis (2009) la
naturalización de la presencia de las tecnologías informáticas en los diferentes ámbitos de
la vida, no puede explicarse a partir de las propias tecnologías, sino que debe entenderse
como producto de una transformación en la relación con la naturaleza y nuestro cuerpo, y
bajo la influencia de ciertos factores sociales y económicos. El creciente progreso de la
informática y las telecomunicaciones es simultáneo a la profunda crisis internacional que
tuvo lugar en la década del ’70 y que devino en el cuestionamiento del modelo de
desarrollo industrial surgido tras la Segunda Guerra Mundial. En este marco, algunos
gobiernos de los países más desarrollados, centraron su atención en las potencialidades de
la informática para el desarrollo económico.
Siguiendo el trabajo de Levis (2009), ya a mediados del siglo XX, Norbert Weiner,
creador de la cibernética, preveía el surgimiento de una “sociedad de la información”,
donde esta última sería la nueva materia prima. En esta sociedad ideal, la capacidad de
circulación y la garantía de acceso a la información serían los valores definitorios, en
oposición a las desigualdades en el acceso a la misma y su conversión en una mercancía.
Siguiendo la misma línea, Yonedi Masuda afirmaba que las redes de información, servirían
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 4
de sustento para el advenimiento de una sociedad sin clases donde se desplegaría una
nueva democracia directa basada en la participación de los ciudadanos. A pesar del carácter
optimista de estos discursos, ambos sostienen que el “mal uso” de los dispositivos
tecnológicos podría devenir en la destrucción de las sociedades. Según el citado autor, estas
perspectivas atribuyen a la informática la capacidad universal de solucionar las
problemáticas que aquejan a la humanidad, dando lugar a un enfoque tecnodeterminista que
coloca en las TIC las garantías del pleno ejercicio de la democracia y el remedio a las crisis
económicas.
Algo más cerca de nuestros días, Manuel Castells (1995) analiza la relación entre las
nuevas tecnologías de la información y los procesos urbanos, advirtiendo que forman parte
de un contexto de transformación histórica: la incipiente sociedad de la información. Señala
al respecto:
“Mi hipótesis sostiene que este contexto se caracteriza simultáneamente
por el surgimiento de un nuevo modelo de organización sociotécnica
(que llamaré modo de desarrollo informacional) así como la
reestructuración del capitalismo como matriz fundamental de la
organización económica e institucional en nuestras sociedades”. (p.2)
Este autor advierte que el “nuevo paradigma tecnológico” tiene dos rasgos
fundamentales. En primer lugar, las nuevas tecnologías se basan en el procesamiento de la
información, donde esta última es tanto la materia prima como el producto. La segunda
característica, según Castells compartida por todas las revoluciones tecnológicas, se vincula
al impacto en los procesos; a pesar que son incuestionables las constantes oleadas de
nuevos productos como incentivos económicos, la innovación reside en las
transformaciones que se generan en los procesos. De esta situación deriva que las nuevas
tecnologías de la información, transformen el modo en que producimos, consumimos, y
vivimos. Castells considera que una nueva morfología social se organiza en torno a la red, a
la que define como “un conjunto de nodos interconectados”. La situación de cada individuo
particular depende de su inclusión en la red - que enlaza instituciones, mercados,
organismos, empresas y medios de comunicación - así como del lugar que ocupa en su
estructura. Estas afirmaciones llevan a Katz (1998) a acusar Castells de caer en el
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 5
determinismo tecnológico, puesto que “formula su interpretación de la sociedad en base al
funcionamiento de las redes” (1998). Al mismo tiempo, efectúa una crítica al concepto de
“sociedad de información”, ya que la supuesta interconexión equilibrada entre sus nodos
esconde a la sociedad de clases dominada por la burguesía. En esta línea, Régis Debray
(2009) señala que la supuesta anarquía de la red entusiasma, en el sentido que contribuye al
afán del individuo de liberarse de aquello que está instituido, sin embargo, instaura una
nueva sujeción a la lógica comercial.
Como podemos ver, existe una variada gama de miradas sobre el papel que desempeñan
las nuevas tecnologías en la sociedad. Algo es fundamental a la hora de explicar los
actuales mecanismos sociales de producción, circulación y consumo: el carácter no neutral
de las tecnologías. Siguiendo a Buckingham (2008), concebir a estos procesos solo en
términos de la aplicación de la tecnología es sostener una visión reduccionista que pasa por
alto su condición de formas de representación, cultura y comunicación. Héctor Schmucler
advierte que a partir del mito científico – tecnológico “se acepta la ciencia como valores en
sí, neutros, y se declara la validez universal de su aplicación” (1984:33) Como ya
mencionamos con anterioridad citando a Eva Da Porta (2011), las TIC son dispositivos de
poder-saber que pueden ser apropiados en términos de “usos”, por los individuos acorde a
sus intereses y objetivos.
3a. Web 2.0: Entre lo colaborativo y lo superficial.
La Web 2.0 representa una nueva etapa de la World Wide Web. Siguiendo a Xavier
Ribes (2007), la nomenclatura 2.0 no es casual sino que sigue el camino de los programas
informáticos en los que las versiones de un mismo producto se identifican con dos o más
números separados por puntos. Según esta lógica, cuanto más a la derecha está el número
que se ha incrementado menor es la magnitud del cambio; pero si el que crece es el primer
dígito estamos frente a transformaciones sustanciales. Es en este sentido que se produce el
paso de la Web 1.0, comprendida por las primeras páginas estáticas en HTML, al nivel
Web 1.5 donde ya se contaba con algunos documentos dinámicos. Posteriormente, se da el
salto hacia la Web.2.0. Area Moreira sostiene que:
“En el artículo primigenio sobre la Web 2.0, Tim O’Reilly (2005) ya
anunció algunas de sus características más destacables: la Web 2.0 es
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 6
más una plataforma de servicios que un software, es una arquitectura de
participación, estabilidad del coste-beneficio, transformaciones y
remezclas de datos y de sus fuentes, software no atado a un único
dispositivo y aprovechamiento de la inteligencia colectiva” (2012:21)
Siguiendo el análisis de Cabero Almenara (2009), podemos efectuar una mirada sobre
tres dimensiones de la Web 2.0. Por un lado, desde una perspectiva tecnológica-
instrumental, implica una evolución de carácter tecnológico desde la web 1.0 que va desde:
lo estático a lo dinámico – de la lectura a la escritura – de lo textual a lo audiovisual. A esto
hay que sumarle la aparición de herramientas de comunicación que abren nuevas formas de
participación y colaboración. Ribes (20017) sostiene que la paradoja reside en que muchas
de sus aplicaciones no son necesariamente “web”, sino que requieren de otros dispositivos
o programas, como es el caso de las redes peer to peer. Desde una visión filosófica, la
Web 2.0 implica evitar contemplar la digitalización como una mera herramienta dando
mayor importancia a los usuarios que asumen un rol activo. Por último, desde el plano
social, la Web 2.0 significa romper con la idea de un usuario receptor, ya que éste participa
del desarrollo de contenidos de forma colectiva. El autor enumera una serie de
características que definen las modalidades de trabajo en el marco de la Web 2.0:
dinamismo, desarrollo de prácticas colaborativas, simpleza, entorno amigable e interactivo,
capacidad de autogestión por parte del usuario. No obstante, reconoce que estos elementos
ya se hallaban en la Web 1.0, por lo tanto si bien han alcanzado cierto desarrollo, no se trata
de una absoluta novedad. En este sentido, Ribes admite que muchas de las herramientas
representativas de esta corriente se remontan a los inicios de la década del ’90, como los
web blogs o el wiki.
Por otra parte, Cabero Almerana (2009) advierte que los propulsores de la Web 2.0
ponen de relieve una visión cuantitativa, en detrimento de una cualitativa, en términos de
participación: el poder participar no garantiza que efectivamente se haga ni que sea una
intervención de calidad. En relación a esto, el autor teme que las prácticas en el marco de
esta nueva versión de la Web se dirijan hacia un pensamiento débil y superficial que
devenga en mera repetición, por esta razón es necesario una formación fuerte a partir de la
cual se adquieran las habilidades para desenvolverse en este medio sin infoxicarse.
Siguiendo la misma línea, Pascual Serrano sentencia que “la brevedad y la simplicidad se
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han instalado en el intelecto moderno y se diría que no dejan lugar al razonamiento
complejo y elaborado” (2013:15).
Cabe destacar que estas consideraciones preliminares fueron desarrolladas a modo de
introducción y serán retomadas a lo largo de todo el trabajo. Habiendo aclarado esto,
procederemos a brindar algunas aproximaciones a la definición de Educación 2.0 según
exponen algunos trabajos previos al nuestro.
4. La Educación 2.0: Otras miradas sobre nuestro tema.
Cabera Almenaro (2009) señala que siguiendo un paralelismo con la nominación de la
Web 2.0, comenzaron a aparecer una gama de términos entre los que se encuentra la
Educación 2.0. Si bien advierte que es un término problemático puesto que puede tratarse
de una moda o novedad, afirma que con este concepto quiere referirse a “los cambios que
se deben dar en nuestro sistema educativo como consecuencia de los nuevos tiempos”
(p.11). Por esta razón define al modelo como aquel que “teniendo en cuenta las nuevas
características de los alumnos, y las posibilidades de las nuevas herramientas de
comunicación que se han originado en la redy de la filosofía de la Web 2.0, se plantea una
nueva forma de actuar y de replantear el hecho educativo” (p. 12). Una de las
características de esta corriente, según su punto de vista, es el pasaje de la transmisión de la
información a la construcción del conocimiento. Lo que está puesto en juego son
herramientas más amplias ya que los objetos de aprendizaje se presentarán en diferentes
soportes y sistemas simbólicos, en línea con los nuevos problemas a resolver y plantear, y
las características de los alumnos del presente que distan de aquellas de generaciones
anteriores. Por su parte, Sara Marlen Torres Sánchez (2013), afirma que la búsqueda se
centra en delinear una educación integral para que los estudiantes puedan enfrentarse a una
sociedad cada vez más informatizada, al mismo tiempo que favorecer el desarrollo de las
competencias digitales de los jóvenes; se trata de educar en el momento correcto y no en
uno retrasado con herramientas obsoletas. Roberto Aparici (2011), considera que la
educación atraviesa momentos convulsos por lo que advierte la necesidad de la revisión y
reconstrucción de principios, metodologías, tecnologías y formación docente. Frente a esta
situación, la Educación 2.0 se presenta como una filosofía y una práctica educativa basada
en el diálogo y en la participación, donde no se requiere solo del uso de tecnologías sino
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 8
que implica un cambio actitudinal y conceptual. El autor considera que muchos de los
principios de este modelo responden a la comunicación dialógica en tanto construcción
colectiva del conocimiento, planteada por Paulo Freire.
A grandes rasgos se observan algunos puntos coincidentes entre las perspectivas citadas,
sobre todo aquellos vinculados con la necesidad de transformar la escuela como
consecuencia de los grandes cambios en las prácticas sociales a partir del desarrollo de las
nuevas TIC que volvieron obsoletas las herramientas educativas tradicionales. La
Educación 2.0, en estas visiones, se plantea como una posible reforma de la escuela, en
tanto contempla las transformaciones mencionadas.
Luego de haber brindado un panorama general acerca de distintas concepciones sobre la
Educación 2.0, ha llegado el momento de entrar en el análisis de nuestro corpus a partir de
los tres grandes ejes planteados al comienzo: educando – educador – educación. El orden
propuesto no es aleatorio, sino que responde a intereses concretos, ya que se parte de la idea
de que las concepciones en torno a los educadores responden a ciertos supuestos sobre los
sujetos pedagógicos. La educación se ha dejado para el final a razón de considerar
pertinente enfocarnos previamente en los estudiantes y educadores y en la relación que
éstos mantienen.
ANÁLISIS
1. Los sujetos pedagógicos.
A partir de la lectura de los artículos seleccionados del volumen número 78 de la revista
TELOS, hemos encontrado notorias coincidencias en relación a cómo los diferentes
exponentes conciben a los estudiantes del actual presente histórico. Abundan las referencias
a conceptos como “nativos digitales”, “e-generación” y “Generación Einstein”. La clave
reside en explicitar una ruptura generacional, como consecuencia de su nacimiento en los
tiempos de las nuevas TIC, a partir de la cual se entienden las prácticas y modos de
relacionamiento de los niños y jóvenes de hoy. Acorde a esta perspectiva, están dotados de
capacidades cognoscitivas que distan de las anteriores generaciones y que producen nuevas
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 9
necesidades que las metodologías educativas tradicionales no son capaces de satisfacer.
Area Moreira dice al respecto que:
“Para la infancia y la juventud del tiempo actual, las Tecnologías de la
Información y la Comunicación no solo se han convertido en objetos
normales de su paisaje vital y su experiencia cotidiana, sino también en
señas de identidad generacional que los distingue del mundo de los
adultos” (2012:18).
En este sentido, Benito afirma que “hay diferencias notables en el conocimiento y el uso
de la tecnología entre los jóvenes estudiantes (nativos digitales) y el profesorado
(emigrantes digitales)”1. Bernal, sostiene que “estos primeros habitantes de la “Generación
Red”, que acaban de llegar o llegarán muy pronto a la vida social y escolar, son los que van
a vivir e impulsar la transformación real del modelo tecnológico y educativo en los
próximos o veinte años”2. Piscitelli, va algo más lejos al retomar el concepto de “bárbaros”
de Baricco, para afirmar que los actuales “bárbaros de Google” “no valoran, no leen, no les
interesan los libros (nuestro sagrado canon) que remiten por completo a la gramática, a la
historia y al gusto de la civilización del libro, porque para ellos esta gramática intertextual
es de una pobreza de sentido sin igual”3. De esta manera, los “bárbaros” son construidos
por oposición a generaciones anteriores identificadas como la “civilización del libro”.
Siguiendo esta línea de abordaje de los estudiantes de hoy, Marc Prensky (2010), quien
ha instalado el uso del concepto “nativo digital”, señala en “Digital Natives – Digital
Inmigrants” publicado en el año 2001, que los jóvenes del siglo XXI han experimentado un
rotundo cambio respecto de las generaciones predecesoras a raíz de la veloz difusión de la
tecnología digital. Según su punto de vista, piensan y procesan la información de una
manera diametralmente distinta. Se pregunta:
“¿Cómo denominar a estos “nuevos estudiantes” del momento? Algunos
los han llamado N-GEN, por Generación en Red, (net en inglés), y
1 Benito, Manuel (2009), “Desafíos pedagógicos de la escuela virtual. Las TIC y los nuevos paradigmas educativos” en Telos n°78, Madrid. Disponible en: http://sociedadinformacion.fundacion.telefonica.com/telos/articulocuaderno.asp@idarticulo=2&rev=78.htm 2 Bernal, Martín (2009), “Educación 2.0. Horizontes de la innovación en la Escuela” en Telos n°78, Madrid. Disponible en: http://sociedadinformacion.fundacion.telefonica.com/telos/articulocuaderno.asp@idarticulo=1&rev=78.htm 3 Piscitelli, Alejandro (2009), “Los bárbaron de Google. Educando con sentido a la Generación Einstein” en Telos n°78, Madrid.Disponible en: http://sociedadinformacion.fundacion.telefonica.com/telos/articulocuaderno.asp@idarticulo=9&rev=78.htm
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también D-GEN, por Generación Digital. Por mi parte, la designación
que me ha parecido más fiel es la “Nativos Digitales”, puesto que todos
han nacido y se han formado utilizando la particular “lengua” digital de
juegos por ordenador, video e Internet” (2010:5)
De esta definición se derivan las principales características que Prensky atribuye a estos
“nativos digitales”: atracción por la multitarea y los procesos, preferencia por los gráficos
antes que por los textos, conciencia de progreso, aptitudes para el trabajo en red, sed
constante de información, preferencia por la instrucción lúdica. Por su parte, Boschma
señala en relación a lo que él llama “Generación Einstein” que “haber crecido en esta
sociedad informatizada les ha dotado de una manera de procesar la información más
cercana a Einstein (creativo y multidisciplinar), que a Newton (racional, lógico y lineal)”
(2007;47). Según este autor, al igual que Einstein cambió nuestra concepción del Universo,
esta nueva generación puede cambiar nuestra sociedad.
Ahora bien, ante esa situación nos surge el interrogante de si es posible atribuirles a
estos jóvenes las supuestas capacidades de manejo “fluido” de las nuevas TIC. Sostenemos
que la naturalización de conceptos como “nativos digitales” o “generación Einstein”
empleados por parte de los autores de los artículos analizados, no solo esconde la existencia
de desigualdades reales en términos de acceso a las tecnologías por parte de los jóvenes,
sino que tampoco contempla que su uso cotidiano no implica poseer el capital cultural para
poder manejarlas, sin mencionar las competencias en términos de alfabetización en
lenguaje informático (cuestión que abordaremos más adelante). En este sentido Burnett
sugiere como desafío que nos hagamos la siguiente pregunta: “¿Puede el alumno tomar un
puñado de páginas web específicamente diseñadas para comunicar de una cierta forma y
rediseñarlas, incluida su estructura arquitectónica y de navegación?” (2004:224)
Buckingham (2008), afirma que cierto determinismo tecnológico persiste en el debate
acerca del uso de la tecnología digital: pareciera que la tecnología por sí sola puede generar
tipos particulares de aprendizaje. Señala que estos enfoques traen consigo una
representación particular de la infancia: “se cree que la tecnología ha dado lugar a una
“generación digital” que es totalmente distinta de las que la precedieron, sobre todo en lo
que respecta a cómo se supone que se aprende” (2008:223). Cabero Almenara sostiene que:
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 11
“Muchos de los nuevos desarrollos tecnológicos han sido realizados más
por los emigrantes que por los nativos digitales; o que muchas veces los
jóvenes son tecno idiotas para trabajar en la red ya que tienen fuerte
conocimiento tecnológicos, pero pocos elementos para el manejo
formativo en el uso de los conocimientos” (2009; 6)
Esta fantasía de la “generación digital” constituye un estereotipo que no hace más que
ocultar las frustraciones que los niños con frecuencia experimentan en su interacción con
los nuevos medios. Por otra parte, limitar la educación formal a los intereses de los
estudiantes puede traer aparejados graves riegos en tanto se pierde la función de la escuela
como espacio de descubrimiento (Levis. 2012).
2. Los educadores.
Como ya se ha anticipado en el anterior apartado, así como en los artículos analizados
los estudiantes son abordados en términos de “nativos digitales”, los educadores
representan a los “inmigrantes digitales” quienes, según Prensky (2010) aprenden a
adaptarse al entorno digital pero siempre conservando cierta conexión (llamada “acento)
con el pasado. Este autor sostiene que: “los Inmigrantes Digitales se comunican de modo
diferente con sus propios hijos, ya que se ven obligados a aprender una nueva lengua que
sus vástagos no sólo no temen, sino que conocen y dominan como Nativos” (2010:6). Area
Moreira dice al respecto que estamos frente a un hecho único en la historia “en el sentido
de que los jóvenes saben más en un determinado dominio o ámbito relevante de la sociedad
actual, como es la tecnología, que sus predecesores o educadores” (2012:8).
Psicitelli, emparenta a los educadores con lo que llama “la civilización del libro” o “los
letrados”. Ya se ha mencionado en el anterior apartado cómo funciona esta construcción, en
la que “los letrados” son descalificados y de alguna manera acusados de todos los males:
“llama la atención que, frente a las mutaciones que están ocurriendo hoy, las reacciones
sean defensivas, adormecidas, intentando instaurar viejas ontologías; y cuando las
describen bien, las deploran y las escarnecen”4. “Siguiendo esta línea, Benito5 afirma que
no parecen haber cambiado las formas en las que el profesorado entiende los procesos de
4 Piscitelli, op. cit.5 Benito, op. cit.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 12
aprendizaje quien asume posturas convencionales y tradicionales. Segura, por su parte,
asegura que “la falta de formación y confianza del profesorado en el uso de las TIC es
determinante para su compromiso con ellas”6 . Bernal, siguiendo la misma línea declara:
“la necesidad de articular un modelo de integración de las TIC en la
Escuela actual, como condición imprescindible para el éxito del cambio,
se convierte en el reto descomunal de casarlo con unos patrones de
innovación orientados ya hacia esos nuevos usuarios, de los que bien
poco o nada saben los “inmigrantes digitales” que están hoy al frente del
proceso” 7
Creemos que nuestras consideraciones en relación a los nativos digitales, se pueden
transpolar a los inmigrantes digitales, entiendo este concepto como parte de un estereotipo
que oculta las capacidades de las generaciones anteriores en el manejo de las TIC y resta
valor a las responsabilidades de los educadores en el proceso educativo de sus alumnos.
Ciertas tendencias sostienen que los conocimientos adquiridos por los jóvenes al utilizar
dispositivos conectados a la red son más valiosos que los que ofrece el sistema educativo
formal. Como señala Levis (2012), estas concepciones pueden traer serias consecuencias
para la educación, la construcción de pensamiento significativo e incluso para la vida social
misma, en tanto jóvenes y niños no reconocerían en otras personas la capacidad de enseñar
sino que consideran que son “autosuficientes”. Consecuentemente sostenemos, son los
educadores los encargados de formar a sus alumnos en términos de usuarios críticos de las
nuevas tecnologías. No se trata solo de que adquieran las capacidades para su manejo, sino
de una formación que permita construir significado con ellas; en términos de Levis “la
tecnología por sí misma no innova socialmente, son los modos de apropiación social, en
este caso educativa, los que producen las transformaciones” (2011:8).
Otra de las líneas que siguen los artículos se sustenta en declarar la necesidad de que el
educador deje de ser un orador o instructor que domina el conocimiento para convertirse en
un orientador y facilitador del proceso. Por sobre todo predomina la idea de que el docente
debe tener en cuenta las competencias y capacidades de sus alumnos. De esta manera,
6 Segura, Mariano (2009), “Panorama internacional de las TIC en la educación. Barreras actuales y propuestas de futuro” en Telos n°78, Madrid. Disponible en: http://sociedadinformacion.fundacion.telefonica.com/telos/articulocuaderno.asp@idarticulo=3&rev=78.htm 7 Benito, op. cit.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 13
Blanco y Ramos afirman que “el papel de los maestros no debe ser hoy el de meros
portadores o comunicadores de información y conocimiento, sino el de dinamizadores y
guias”8. Segura, por su parte, señala que:
“el perfil profesional del docente incluye hoy competencia para conocer
las capacidades de sus alumnos, diseñar intervenciones centradas en la
actividad y participación de éstos, evaluar recursos y materiales y, a ser
posible, crear sus propios medios didácticos o, al menos, adaptar los
existentes desde la perspectiva de la diversidad real de su alumnado”9.
En este sentido, Bergoña Gros (2004) sostiene que el profesor debería gestar ambientes
de aprendizaje complejos donde los alumnos puedan construir su propia comprensión del
material de estudio. No obstante, nos gustaría destacar que para que la relación entre
educador y alumno no sea en términos de transmisión lineal del conocimiento sino que se
asuma como construcción conjunta, no se necesita la mediación tecnológica. Al mismo
tiempo, no se trata de una novedad propulsada a partir del desarrollo de las nuevas TIC. De
esta manera, Paulo Freire, sin pensar en este contexto, señala que enseñar no es transferir
contenidos sino “posibilitar que los alumnos, desarrollando su curiosidad y tornándola cada
vez más crítica, produzcan el conocimiento en colaboración con los profesores” (2006:46).
7. La educación formal.
Todos los autores que integran nuestro corpus coinciden en la necesidad de desarrollar
un nuevo paradigma educativo que contemple las TIC, dado que la escuela tradicional no
puede atender a las actuales demandas de los estudiantes. Según sostiene Area Moreira,
“estas tecnologías configuran lo que se llama “cultura digital”, que implica nuevas formas
de organización y de procesamiento del conocimiento más flexibles, interactivas que
reclama, a su vez, nuevos modelos de enseñanza y de materiales didácticos” (2012:11).
Siguiendo esta lógica, Bernal10 admite que se trata de una “fase exploratoria”, pero es en la
corriente red-centrista donde se van a desarrollar los principales escenarios de cambio en
los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por su parte, Benito afirma:
8 Blanco, L. y Ramos, E. (2009), “El futuro ya no es lo que era. Nuevas plataformas, redes y tecnologías para a educación 2.0” en Telos n°78, Madrid. Disponible en: http://sociedadinformacion.fundacion.telefonica.com/telos/articulocuaderno.asp@idarticulo=5&rev=78.htm 9 Segura, op. cit.10 Bernal, op. cit.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 14
“Éstas (las TIC) aparecen como un potente motor de cambio e
innovación de la escuela y del sistema educativo; aunque para que dicho
cambio tenga lugar necesita que las TIC penetren realmente en el sistema
educativo, en las escuelas, y que pasen de ser consideradas como objetos
de reducido ámbito curricular a ser utilizadas de manera transversal e
integral a todas las facetas del proceso educativo”11
A nuestro entender, este tipo de afirmaciones caen en el determinismo tecnológico, al
atribuir a las tecnologías la capacidad de generar transformaciones sociales. Por este
motivo, consideramos pertinente recordar algo que ya hemos mencionado anteriormente:
son los sujetos los que producen los cambios al adoptar distintos modos de apropiación de
estas herramientas. Es interesante que Benito12 cite las siguientes palabras de Rod Paige,
secretario de Educación de Estados Unidos: “La educación es el único negocio que debate
todavía el uso de la tecnología”. Resulta alarmante como incurre en la reducción de la
educación escolar a un “negocio”, razón por la cual no podemos perder de vista las
empresas que subyacen detrás de las TIC, siendo sus objetivos en la educación una
respuesta a intereses específicos de mercado. Todo esto a pesar de que Piscitelli sostenga
que:
“llama la atención la virulencia con la que se percibe esta mutación (la
social) calificada ipso facto de regresión, atribuyendo todos los males al
fantasma más fácil de exorcizar por parte de la antigua clase ilustrada, a
saber el poder del marketing, la comercialización y el dinero”.13
Segura señala como cambio dentro del panorama educativo en la Sociedad de la
Información que:
“El concepto de alfabetización ha cambiado y se amplía a nuevos
campos, como el de la comunicación mediada, el multimedia en red o las
nuevas pantallas. La alfabetización se reconoce ahora como un concepto
complejo y cambiante en el tiempo, como un proceso de aprendizaje que
11 Benito, op. cit.12Benito, Ibid.13 Piscitelli, op. cit.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 15
dura toda la vida y cuyos dominios y aplicaciones están en constante
revisión”14
Estas afirmaciones en torno al concepto de alfabetización parecen ir de la mano con el
siguiente planteo de Area Moreira:
“La alfabetización en la cultura digital supone aprender a manejar los
aparatos, el software vinculado con los mismos y el desarrollo de las
competencias o habilidades cognitivas relacionadas con la obtención,
comprensión y elaboración de información” (2012:26).
Hay un elemento clave que se ha pasado por alto: la alfabetización en lenguaje
informático. Las tecnologías limitan aquello que podemos hacer y el modo en que
podemos hacerlo: “las computadoras obedecen las instrucciones de los autores de los
programas, quienes de este modo regulan y condicionan las actividades y hábitos de los
usuarios (Levis, 2009:233). Por este motivo, estos dispositivos imponen determinadas
maneras de pensar y formas de razonamiento. Benito asegura que “el incremento de
contenidos y aplicaciones de libre acceso y abiertas a su posible modificación por
cualquier usuario, facilitan y popularizan cada vez más el uso social de la tecnología”15 No
obstante de poco sirve la posibilidad de modificar una plataforma, si no se sabe cómo
hacerlo. Es por eso que solo a través del conocimiento y manejo de los procesos técnicos
de las computadoras y las aplicaciones de software es que podemos dejar de ser objetos de
acciones pre-determinadas por los programadores; aunque algunos autores de los artículos
analizados consideran una ventaja no tener que conocer el lenguaje HTML para poder
publicar16 .Levis (2009) sostiene que para poder trascender el uso instrumental de la
tecnología, no solo se necesita la enseñanza masiva del lenguaje de programación, sino que
también éste debe simplificarse hacia formas más simples cercanas al lenguaje natural.
Una de las propuestas centrales del artículo de Blanco y Ramos17, se basa en enumerar
una serie de herramientas de la Web 2.0 que consideran útiles en términos educativos. Por
un lado, nos encontramos con los blogs que en tanto herramientas de publicación on-line
14 Segura, op. cit.15 Benito, op. cit.16 Blanco y Ramos, op. cit17 Blanco y Ramos, Ibíd.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 16
funcionan como una extensión virtual de las clases presenciales y permiten la creación de
espacios de intercambio entre alumnos y docentes. También hacen mención a las wikis que
al ser entornos de generación de conocimiento colectivo, permiten desarrollan las
capacidades de trabajo en equipo. Otra de las herramientas mencionadas son las redes P2P
con las cuales los alumnos pueden intercambian material de producción propia con el resto
de sus compañeros. En definitiva, toda la lista hace alusión a la importancia del trabajo
colaborativo y la generación de espacios de intercambio de los alumnos entre sí, y de los
alumnos con el docente. En relación esta cuestión, Benito agrega que las nuevas formas de
publicación “representan una forma de abrir el escenario en el cual tiene lugar la relación
didáctica – que generalmente se ha reducido al ámbito del aula y del grupo que la habita –
a otros miembros de la comunidad educativa, enriqueciendo de esta forma los procesos
formativos”18. Asegura que la Web 2.0 permite crear comunidades y realizar trabajos
colaborativos entre estudiantes, y entre éstos y los profesores y la familia. Por su parte,
Segura afirma que “del aprendizaje individual se está evolucionando rápidamente hacia el
aprendizaje en grupo y luego hacia el aprendizaje en comunidad donde el conocimiento se
construye socialmente”19. Para Bernal, el aspecto más innovador de la Web 2.0 reside en su
incorporación de la inteligencia colectiva que ofrece grandes oportunidades a la enseñanza
y al aprendizaje:
“La posibilidad de corrección y perfeccionamiento mutuo en el trabajo
en común de los alumnos bajo la supervisión del profesor constituye, sin
embargo, gracias a su dimensión creativa y los resortes de emulación que
contiene, uno de los activos no explorados y de mayor interés de la Web
2.0 educativa”20
El aprendizaje colaborativo hace referencia a un conjunto de métodos didácticos de
enseñanza y aprendizaje que dan prioridad a la interacción y la participación activa en el
proceso de lograr un objetivo común entre todos los estudiantes. Como señala Bergoña
Gros (2007) se centra en el individuo que aprende relacionándose con los otros,
compartiendo metas y distribuyendo responsabilidades, con el apoyo de docentes y de toda
la comunidad. Las herramientas de la web 2.0 pueden facilitar la implementación de 18 Benito, op. cit.19 Segura, op. cit.20 Martín Bernal, op. cit.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 17
mecanismos de enseñanza y aprendizaje colaborativos, aunque no son condición sine qua
non para que éstos se desarrollen, al ser un espacio donde se efectúan la mayor parte de las
tecnoprácticas cotidianas de estudiantes y docentes. En términos de Levis “la versatilidad
de las aplicaciones informáticas utilizadas facilita el desarrollo de actividades pedagógicas
innovadoras, fundamentalmente prácticas colaborativas y cooperativas basadas en la
horizontalidad en convivencia con didácticas tradicionales o próximas a las tradicionales”
(2011:15). Segura afirma que “en algunos países son el sistema educativo en sí mismo y
sus rígidas estructuras de evaluación los que impiden la integración de las TIC en las
actividades diarias de aprendizaje”21, no es una conclusión muy lejana a la que llega Levis
al decir que “la utilización de medios sociales y metodologías basadas en la colaboración
en la educación formal plantea una importante paradoja; el sistema educativo favorece
desde la escuela primaria hasta la universidad, la competencia y el logro individual”
(2011:21). Esta situación en la que lleva a Cabero Almenara (2003) que el docente no debe
limitarse a calificar el producto final, sino que debe contemplar el proceso de negociación,
la cohesión y la responsabilidad no solo individual, sino que a nivel grupal mostrada a lo
largo de todo el trabajo.
Otra de las benevolencias de las herramientas de la Web 2.0 que señalan los artículos
analizados, es la creciente virtualización de las relaciones que se suceden en el medio
escolar para facilitar el proceso de aprendizaje a los estudiantes, aunque no por eso se va a
tratar de un proceso completo. 22 Como señala Levis (2009), para la realización de
cualquier tarea se requiere tiempo, y este último no es un bien inagotable. Por lo tanto, es
interesante preguntarse hasta qué punto estamos dispuestos a virtualizar las relaciones que
desplegamos en la escuela, teniendo en cuenta que cada oportunidad que consumimos
tiempo en una comunicación a través de una pantalla, no lo estamos haciendo de manera
presencial.
En línea con Levis (2011), el desarrollo de usos significativos de las TIC en el aula debe
comenzar por interrogarnos para qué incorporar las tecnologías en los procesos educativos
escolares, seguido de cómo hacerlo. En este punto es donde, a nuestro entender, los
discursos de la Educación 2.0 muestran mayores falencias. Blanco y Ramos afirman que
21 Segura, op. cit.22 Benito, op. cit.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 18
“el objetivo final debe ser siempre el de formar a nuestros alumnos, no solo a nivel
curricular sino también integralmente, como personas que han de desenvolverse en un
complejo panorama social”. Agregan: “Educación 2.0 para formar ciudadanos 2.0 que
adopten una actitud proactiva y participativa en la solución de todos los grandes (y
pequeños) problemas de nuestra sociedad.23 Benito asegura que ya se ha hecho la parte
fácil, equipar las escuelas con tecnologías, “ahora hay que preguntarse cómo promover las
condiciones para que su uso responda a las expectativas sociales de formar a la ciudadanía
del siglo XXI”24. Martín Bernal sostiene la necesidad de incorporar centros de
investigación de nuevas herramientas y recursos pedagógicos, acciones coordinadas de
formación especializada y planes de experimentación pedagógica, puesto que “la
innovación educativa precisa de manera perentoria un modelo – o modelos – de
integración de las TIC, al menos de pautas generalizables a toda la estructura escolar”25.
Desde nuestro punto de vista, la escuela debe cambiar porque la sociedad ha cambiado
desde su creación, pero, tal como sostiene Levis (2007), si bien las TIC nos permiten
imaginar nuevos rumbos no debemos pensar que pueden solucionar por sí misma todos los
problemas; sino que es necesario fijar los mecanismos adecuados para encontrar usos
significativos de estas tecnologías en el aula. El problema reside en que pese a asegurar la
necesidad de innovar de momento que aumenta la brecha entre los hábitos y competencias
que los estudiantes dicen tener en relación con las TIC y la escasa presencia de estas
actividades en los centros educativos, nunca se explicita una propuesta clara y concisa
sobre cómo generar y vehiculizar esas trasformaciones en la escuela.
CONSIDERACIONES FINALES
A partir del análisis de los discursos de la Educación 2.0 expuestos en el volumen número
78 de la revista TELOS, arribamos a ciertas conclusiones en relación a los tres ejes que
planteados al inicio de este trabajo.
23 Blanco y Ramos, op. cit24 Benito, op. cit.25 Bernal, op. cit.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 19
En primer lugar, respecto de la configuración de los sujetos pedagógicos y los
educadores, hay una clara alusión al par “nativos digitales”/”inmigrantes digitales” que, tal
como se intentó delinear anteriormente, son construcciones que enmascaran los problemas
que padecen los estudiantes a la hora de utilizar las nuevas TIC, así como oculta las
competencias de los docentes en la materia y los hacen sentir que no se valora su
responsabilidad en la formación de sus estudiantes. De esta manera, al concentrar la
problemática en la necesidad de que los educadores contemplen los cambios
generacionales de sus alumnos, no se atiende la posibilidad de vehiculizar la alfabetización
en leguaje informático que otorgaría mayores marcos de acción a ambas partes.
Por otra parte, es interesante resaltar el rol que asumen los mecanismos de aprendizaje y
enseñanza colaborativo en este contexto, siendo las nuevas TIC dispositivos que facilitan y
dinamizan el proceso, actuando a modo de soporte mediador. Este es uno de los aspectos
que requerirá mayores desarrollos en el futuro (próximo), en términos de que es necesario
un cambio en las estructuras que rigen el sistema escolar si es que se quiere ponerlo en
funcionamiento. No obstante, para lograr tal propósito es condición sin en qua non
descartar el instrumentalismo y fijar mecanismos concisos para determinar usos
significativos de las TIC en el aula; siempre haciendo hincapié en no perder de vista el
carácter no neutral de las tecnologías y el poder de las empresas que se ocultan detrás de
ellas cuyo argumento de venta probablemente sea mostrar las grandes virtudes de los
nuevos dispositivos.
Como sostiene Burnett (2004), ha habido fuertes expectativas depositadas en la capacidad
de las tecnologías de mejorar los niveles de aprendizaje, no obstante, debemos admitir que
no se han registrado grandes resultados al momento. El eje reside en delinear mecanismos
de apropiación en clave educativa de esas tecnologías por parte de los sujetos. La escuela
debería lograr incrementar el interés personal y el compromiso por parte del estudiantado
con sus propios mecanismos de aprendizaje, como sucede en las instancias de educación
informal, pero sin perder la sistematización de los contenidos y la presencia de docentes
(Levis 2012). Las tecnologías por sí mismas no harán nada; establecer marcos para su uso
en términos socioeducativos, está en nuestras manos.
NUEVAS TIC, ¿NUEVA ESCUELA? 20
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