Nota Adrián Barilari

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Adrián Barilari El cantante presenta su tercer disco como solista mientras continúa haciendo giras por Latinoamérica con Rata Blanca. En diálogo con andar, el artista repasa su historia y cuenta por qué nunca dejó de cantar. Ni siquiera cuando le tocó hacer el servicio militar obligatorio…

ENTREVISTA A LA INCONFUNDIBLE VOZ DE RATA BLANCA

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Adrián Barilari empezó a relacionarse con la música alrededor de los 5 o 6 años de edad. Por entonces, quien es hoy el dueño de una de las voces más emblemá-ticas del heavy metal en español, cantaba tangos. Su ma-dre lo llevaba a los canales de televisión y a los carnavales de barrio para que la gente lo escuchara…

“¡Mi vieja insistió muchísimo! ¡Me subía a cual escenario existiera!”, recuerda el protagonista con un poco de ver-güenza.

Pero con el tiempo el pequeño Barilari empezó a tomarle el gusto a la música. Sobre todo cuando descubrió que su participación en los actos del colegio tenía su debida co-rrelación en las notas del boletín y la guitarra despejaba el camino a la hora conquistar señoritas.

El servicio militar

A los 18 años de edad el destino trasladó a Adrián Barilari a Bahía Blanca para hacer el servicio militar obligatorio. No obstante, lo que parecía ser un golpe duro a su carrera resultó no serlo demasiado. Una vez allá apareció un te-niente que tenía que formar una banda y Adrián se anotó para cantar. “Hice la prueba, quedé… y me pasé toda la colimba tocando”, cuenta entre risas.

Adrián repite asombrado una y otra vez que todo lo que hacía lo llevaba a la música, pero cuenta también que le costaba mucho dar el salto para poder dedicarse a ello.

“Pasaba el tiempo y no se daba. Había una desesperación en mí de grabar discos y firmar contratos que nunca lle-gaban. Fueron 20 años de buscar, buscar, buscar y pelear-la”, dice.

Hasta que un día se relajó, se casó, tuvo dos hijos… y apa-reció Walter Giardino que le dijo que necesitaba un can-tante para el segundo disco de Rata Blanca. Adrián lo con-sultó con su mujer, sus amigos y todos lo apoyaron para que se subiera al tren. Era su última oportunidad.

El furor de Rata Blanca “Ese disco explotó. Hizo que la banda se metiera en to-dos los ámbitos sociales y se abriera al mundo”, explica Adrián. Rata Blanca tocó en el Teatro Ópera, en el Gran Rex, en el Luna Park, en la cancha de Vélez… e incluso también en el programa de Marcelo Tinelli. “Fue demasiada expo-sición, es real. Pero ese era el momento que estábamos viviendo”, se justifica.

“Fueron tres años de una carrera increíble de tocar y no parar de tocar. De viajar por toda Latinoamérica y no po-ner nunca un freno. Una locura”, sintetiza.

Por eso, una tarde en España, Adrián se cansó y dijo basta. “Hacía mucho que estábamos viajando y empecé a sentirme mal en lo familiar. Me quería bajar ya de esa película, se me partía la cabeza”, recuerda. Era el año 1994.

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Todo un Viajante

Adrián nunca fue vendedor, pero por su profesión sabe muy bien lo que significa viajar por trabajo. “Yo ya no llevo ni cámara a las giras. Después de un tiempo me di cuenta que sacaba fotos de cualquier cosa menos de lo que tendría que haber sacado. Co-nocés el hotel, el lugar donde tocás y las cuadras que caminás para ir a comer algo. Ni me molesto ya”.

Sitiados

“Una vez fuimos a tocar con Rata Blanca a Guajaca (Méjico) y la ciudad estaba sitiada… pero a nosotros nadie nos lo había avisado. Fue nuestro recital más corto. Nunca llegué a cantar. Estaba por decir la primera estrofa y tuvimos que bajar del escenario porque empezaron a bolar bombas molotov por todos lados. Parece que había un problema con el gobernador y el pueblo se había levantado contra la policía. Muy anárquico todo. Cuando volví de una gira después de un viaje de estos fue que me decidí en sacar un seguro de vida”.

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La carrera solista

Adrián puso un impasse en su relación con la banda de Walter Giardino y luego de un merecido descanso formó el grupo Alianza, con el que sacaría tres discos.

En el año 2000 se produjo el aclamado reencuentro con Rata Blanca y, en forma paralela, Adrián Barilari comenzó a forjar su carrera como solista. En 2003 grabó su primer disco con una gran producción que incluyó artistas de re-nombre internacional y en 2007 dio la gran sorpresa con un disco de covers compuesto en su gran mayoría por ba-ladas.

Si bien a muchos de sus fans la iniciativa no le gustó de-masiado, Adrián confiesa que terminó disfrutando mucho ese trabajo. “Lo canté en argentino. Hicimos covers tra-ducidos de Frank Sinatra, Queen, Brian Adams y hasta un tema de Aerosmith que fue mezclado por Tony Bon Jovi, el primo de Jon. Quedó muy bueno”, afirma orgulloso.

Abuso de poder

Luego llegaría el turno de su tercer trabajo como solista (), que muchos pudieron conocer recientemente en el Fes-tival del Pepsi Music. “Este es un disco oscuro aggiornado a los tiempos que corren. Es un poco más crudo, más vis-ceral”, explica Barilari. “Abuso de poder es lo que vivimos en la Argentina todos los días”, aclara respecto al nombre.

Un aspecto llamativo de este disco fue su distribución, ya que cualquiera podía bajarse directamente de internet la música, las tapas, el libro, las fotos… y armarse el disco en su casa. “Hubo mucha repercusión y buena. El disco llegó a las 50 mil descargas rápidamente y hace dos meses se hizo también una edición física porque la gente lo empezó a pedir”, cuenta el autor. Su balance con la música

“Las cosas llegaron cuando tenían que llegar”, reflexiona hoy Adrián Barilari con un hijo de 16 y otro de 22 años.

“Negué mucho esta profesión. Después la adopté y cuan-do quise ser… no lo logré”, hace un repaso. “Todo se dio después en un momento determinado. Y ahora que lo veo a la distancia te puedo decir que estuvo bien. A lo mejor si me hubiera tocado a los 20 años… no sé como hubiera terminado”

Sobre Paul Mcartney

“Toda la vida quise estrecharle la mano y decirle gra-cias. Simplemente por haber existido y haber hecho lo que hizo”.

“Las mejores bandas de metal de los años noventa explotaron con una balada”

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