Naufragios histdricos en ultramar Un libro rescata la historia secreta delos hundimientos en la Carrera de Indias EVA DJhZ PI~REZ SEVILLA Yacen desde hacesiglos en la oscu- ridad ultramarina y apenasson un recuerdo en los archivos. ~,Qu6 sin- tieron aqueliosmarinos y pasajeros al ver c6mo el temporal azotaba las frfigiles naves? LA qu6 santosse en- comendaban? LQui~n recuerda el hombre de aquellos ahogados? Naufragios en laCarrera deIn- dias durante los siglos XVI yXVII. El hombre frente al mar (Editorial Uni- versidad de Sevilla) es un ensayo que bien podria ser una novela de aventuras. E1profesorPahlo Emilio P~rez-Mallaina ha rastreado en la historia de barcos hundidos en las rutas de las Indias y las razones pot las que naufragaban los galeones cargados de oro y plata. P~rez-Ma- llakna tiene la sabiduria ultramarina de cualquier almirante de la mar oc~ana.Son muchos afios sumergi- do en los mares de legajos yen los miedos de los hombres antiguosan- te los naufragios y las tempestades. De ahi unode sus libros chisicos y desgraciadamente descatalogados: Los Hombres del Oc~ano. ~da Coti- diana de los Tripulantes de las Flo- rasde Indias. La obra ahora reeditada por la Universidad de Sevilla es untratado que se sumerge en las cr6nicas y re- lacionespero que indaga en la vida En dos siglos se perdieron hasta setecientas embarcaciones cotidiana, en la historia de las men- talidades para desvelarlos miedos, las actitudes, los juicios y los senti- mientos que tenian los tripulantes de aquellos buques. Nada que ver pues con un libro que da claveso huellas sobre barcos hundidos, esa joya preciadade los nuevos corsarios, como las empre- sas de buscadores de tesorosal esti- lo de Odissey que batall6 con el Go- bierno de Espafia por el tesoro ex- poliadode la fragata espafiola de Nuestra Sefiora de las Mercedes. E1 historiador P6rez-Mallaina sa- be que las modernas t6cnicas de bfisquedacon radares de barrido, escafandras y sistemas aut6nomos de buceo permitirian encontrarlos centenares de pedos que afin escon- den las riquezas del gran imperio es- paflol.Pero el inter6s de este librose basa en una pesquisa hist6rica yen lo que signific6paraEspafia la p4r- dida de aquellas naves. ~,En doscien- tos afios se perdieron alrededor de setecientas embarcaciones y dece- nas de miles de hombres perecieron en naufragios>>, apunta Pablo Emilio P6rez-Mallaina. Ese rastro de barretones de plata, tejuelos de oro y miles de monedas de reales, pesosy escudos es el que se descubre despu6s de leer a los grandes tratadistas navales del siglo XVI como Alonso de Chaves o Juan Escalanta de Mendoza. Ambos aportaban soludones t6cnicas cuan- do los barcos se encontraban con una tempestad. Alonsode Chaves advertiaque habia que desalojarto- da la cubierta de badles y fardos, 1as bombas de achiqueno debiandejar de funcionar y si la amenaza de hundimiento era adn mayor, propo- nia remedios como cortar los masti- les. ~Sise hubieran perdido las an- clas y la tempestad empuja el barco contra la costa, sugiere emplear los cafionesata- dos a los cables comoanclas de fortunm>, afiade el historiador. Naturalmente estaba el trabajo de carpinteros y calafatesespecia- listas en reme- dios del mar,ade- m/ts de queen los galeones reales viajaban tambi6n buzos profesiona- les ~que realiza- ban proezas tales comoclavetear planchasde plo- mo bajo la linea de flotaci6n en pleno oc6ano>>. E1 filtimo recurso era encomendar- sea Dios. Son curiosos los rastros de plegarias en estas tra- gedias de ultramar: las medallas de- votas halladas en los naufragioso los amuletos del museo de las Casas Reales de Santo Domingo que con- serva’higas’contra el mal de ojoy, por supuesto, la colecci6n de exvo- tos del ColegioSeminariode San Telmo -donde se ensefiaban las cienciasde la mar- o los que colga- ban en las iglesias de la costa. Apartir del siglo XVI se produce un cambio en los hombres de la mar. Vadesapareciendo el terror Buceo con escafranda para rescatar barcos hundidos. MUSEO NAVAL DE MADRID Un exvoto muestra una aparici6n divina durante un temporal. MUSEO DE LA MARINA DE PARIS medieval que llegaria hasta el siglo XV de los monstruosmarinos que aguardahan en los maresdescono- cidos. Poco a poco se van imponien- dolas explicaciones dentificas. hombres de la Carrerade Indias ya sahian que desde finales de verano comenzahan a soplar en el Golfode M6xico los terribles vientos nortes y queen el Canalde Bahamas acecha- ban las amenazas de los huraca- nes>>. Esos eran los ’monstruos ma- rinos’. De hecho, el descubrimiento de las corrientes marinas del Pacifi- co por Urdaneta ser~nla clave del control de este oc6ano y del comer- cio de1 Gale6n de la China que con- vertiria a Espafia en el imperio de la primera globalizaci6n comercial. Sin embargo, en estas travesiasla vida humana era quizfis lo menos importante. Eranmucho m/~s rele- vantes las mercancias. Por poner un ejemplo, e131 de agosto de 1614 sie- te embarcaciones de la Flota de Nueva Espafia mandada por el ge- neral don Antoniode la Cueva y Mendoza naufragaron en las proxi- DESASTRES EN EL MAR Tornaviaje. En 1588 la Flota de Tierra Firme comandada porel general Diego de la Rivera se hundi5 con sus veinte naves en el viaje de vuelta. Terror. En 1586 el navio portugu6s ’El Santiago’ se hundi5 en los bajos de Juida a setenta leguas de Sofala (Mozambique). En bore los supervivientes intentaban Ilegar a la costa y nombraron a un ’dictador’ que decidia qui~nes eran los m~s d~biles para set arrojados al agua. P6rdidas. En 1502 la flora de treinta naves que regresaba a EspaSa desde Santo Domingo sufri6un temporal en el Canal de la Mona (entre LaEspaSola Puerto Rico) que arrastr~ al fondo del Caribe 25naves y 200.000 pesos de oro. midades del caboe isla de Catoche en la peninsula de Yucatgm. Las ins- trucciones del gobernador sobre las prioridades del rescateeran claras: lo primero era sacar los azogues y bulasde Su Majestad; luegola ropa, el vinoy demfis hacienda, yen ter- cer lugar socorrer a <¢odos los espa- fioles y demos personas>). Losbienes m/~s valiosos eran en el viaje de ida el azogue y las bulas -que se vendian a altos precios en la Espafiay Am6rica de la Contrarre- forma-, la ropa fina y cam. En el via- je de vuelta era el oroy la plata. Los marinerosy pasajeros sabian que los primeros lugares en las barcas eran para las riquezas de la Corona. De ahi el nombre de botes salvapla- tas m~is que salvavidas. Uno de los aspectos subrayados pot el libro de P6rez-Mallaina es la influencia de estosnaufragios en los destinoshistSricos del imperio por los perjuicios que supusieron para la Real Hacienda en momentos de gra- ves apuros financieros.De hecho, se ha estudiado en profundidad el hun- dimiento de la Armada Invencible para conquistar Inglaterrapor Feli- pe II pero no los hundimientos que coincidieron con aquellatragedia y en la que probablemente tambi6n influyeron. E1 hundimiento en 1631 de la ca- pitana y la almiranta de la Flota de Nueva Espafiaocurridoen el Golfo de M6xico supusouna p6rdida que super6 los cuatro millones y medio de pesos,<<que se fueron al rondo en un momento crucial de la Guerm de los Treinta Afios>~. Los naufragios de la Carrera de Indias pudieron influir de manera decisiva entre los afios 1589 y 1591. <<Este periodo constitu- y6un verdadero ’trienio negro’ pare las rutas espafiolas del Aflkntico en un momento clave de la lucha con- tra Inglaterra por el dominio de este oc6ano~>, advierte el historiador. SECCIÓN: E.G.M.: O.J.D.: FRECUENCIA: ÁREA: TARIFA: PÁGINAS: PAÍS: SEVILLA 43000 14821 Diario 765 CM² - 90% 6138 € 8 España 24 Mayo, 2015