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Año 2 nº 1 Abril 2014. Registro de la propiedad intelectual nº 5088097. Propietario: Departamento de Artes M usicales y Sonoras, IUNA. ISSN 2314-2847. http://artesmusicales.org/web/index.php/tapa/149-tapa.html EL CONCIERTO COMO INSTANCIA DE APRENDIZAJE: MÚSICA POPULAR Y MÚSICA ACADÉMICA Guillermo Perna IUNA, Buenos Aires, Argentina Universidad Tecnológica Nacional, Argentina [email protected] Introducción Los músicos en su mayoría, ya sean estudiantes o profesionales, consideran que asistir a conciertos es un acto de gran importancia, que afecta favorablemente al crecimiento artístico y que, por lo general, es una práctica aconsejable. Sin embargo, es una realidad evidente la falta de público. En el presente artículo abordaremos la problemática desde un punto de vista analítico, basado en una tendencia que es observable en la ciudad de Buenos Aires y parece estar en continuo pero silencioso crecimiento. Entre otras cosas, haremos referencia a una investigación realizada en el año 2007 que sienta un antecedente en el tema y conforma una primera aproximación a la problemática. A través de ella podremos darnos una idea de si la creencia de la importancia de asistir a un concierto, se ve correspondida en la acción, tanto entre estudiantes de música académica, de música popular o de ambas orientaciones a la vez, dentro del ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A su vez, nos detendremos en la relación del público con los conciertos, siempre dentro del contexto socio-cultural actual, que detallaremos, y los fenómenos que se observan. En particular, nos centraremos para el análisis, en la franja del público estudiantil, pudiendo observar que los estudiantes de música popular concurren a los conciertos con mayor frecuencia -y con diferente actitud- que los estudiantes de música académica.
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MÚSICA POPULAR Y MÚSICA ACADÉMICA

Jan 27, 2023

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Page 1: MÚSICA POPULAR Y MÚSICA ACADÉMICA

Año 2 nº 1 Abril 2014. Regist ro de la propiedad intelectual nº 5088097. Propiet ario: Departament o de Artes

M usicales y Sonoras, IUNA. ISSN 2314-2847. http:/ / artesmusicales.org/ web/ index.php/ tapa/ 149-t apa.html

EL CONCIERTO COMO INSTANCIA DE APRENDIZAJE:

MÚSICA POPULAR Y MÚSICA ACADÉMICA

Guillermo Perna

IUNA, Buenos Aires, Argentina

Universidad Tecnológica Nacional, Argentina

[email protected]

Introducción

Los músicos en su mayoría, ya sean estudiantes o profesionales, consideran que asistir a

conciertos es un acto de gran importancia, que afecta favorablemente al crecimiento artístico y

que, por lo general, es una práctica aconsejable. Sin embargo, es una realidad evidente la falta

de público. En el presente artículo abordaremos la problemática desde un punto de vista

analítico, basado en una tendencia que es observable en la ciudad de Buenos Aires y parece

estar en continuo pero silencioso crecimiento. Entre otras cosas, haremos referencia a una

investigación realizada en el año 2007 que sienta un antecedente en el tema y conforma una

primera aproximación a la problemática. A través de ella podremos darnos una idea de si la

creencia de la importancia de asistir a un concierto, se ve correspondida en la acción, tanto entre

estudiantes de música académica, de música popular o de ambas orientaciones a la vez, dentro

del ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A su vez, nos detendremos en la relación del público con los conciertos, siempre dentro del

contexto socio-cultural actual, que detallaremos, y los fenómenos que se observan. En

particular, nos centraremos para el análisis, en la franja del público estudiantil, pudiendo

observar que los estudiantes de música popular concurren a los conciertos con mayor frecuencia

-y con diferente actitud- que los estudiantes de música académica.

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Por otra parte, es necesario destacar que existe en Argentina dos realidades dentro de la música

popular. La primera, relacionada con lo popular en el sentido de cultura de masas (Adorno,

1947) y la segunda relacionada con una música de origen popular, pero que no refleja tal

condición en cuanto a la cantidad de personas que convoca (Lobeto, 2009). Aquí debemos

mencionar un fenómeno que ha surgido en las últimas dos décadas, que es la academización de

la música popular en el país, que daremos en llamar academización pedagógica de la música

popular. Este fenómeno, no solo ocurre en el país dentro de la música popular tradicional

argentina, sino también de la de otros estilos, como el jazz o el rock1.

Este otro tipo de academización, sobre el que nosotros llamamos la atención en este trabajo,

nace -y no solo en Argentina- de la demanda de estudiantes de música popular que no

encontraban instituciones donde centrar sus estudios en forma oficial para obtener diplomas y

habilitaciones -docentes, por ejemplo- que les permitieran moverse dentro del mercado laboral

con un respaldo institucional. Es así como surgen entonces, para satisfacer esta demanda,

establecimientos de enseñanza terciarias y carreras universitarias de música popular (Lilian

Saba, 2006). Este tipo de instituciones transmite herramientas de conocimiento teórico y de

interpretación de estilos populares y su fin no es estilizarlos, al menos en primera instancia, sino

transmitir los conocimientos de los diferentes estilos dentro del marco de una institución, pero

manteniendo la esencia de la música popular tal como surgió, y su evolución hasta estos días.

En resumen, hablamos entonces de una academización pedagógica de la música popular, que no

modifica drásticamente su estética, aunque si los modos de transmisión de conocimiento. Estos

ámbitos pedagógicos de música popular academizada no tienen un fin a priori, en el siguiente

sentido: la intención no es generar productos culturales de consumo masivo sino transmitir

conocimientos. Si bien a estas producciones se las considera populares, no suelen ser masivas

1 Esta academización es bien distinta a lo que, tradicionalmente, durante siglos, y a través de la historia de la música,

se conoce como estilización de la música popular. Siempre hubo un tipo de academización de la música popular y,

aunque es imposible generalizar, sirve como ejemplo citar a los compositores nacionalistas clásicos que, tomando

elementos o formas musicales que pertenecían al mundo popular, al estilizarlos, conformaron una personalidad

definida en sus composiciones (podemos mencionar casos tan diversos como Chopin, Albéniz, Dvrořák o Guastavino). Ahora bien, el proceso de academización pedagógica de la música popular (tomaremos solo el ejemplo

de la música popular argentina en su camino a la academización, sabiendo que se pueden trazar paralelismos con

otros estilos internacionales como el jazz, el rock, etc.) tiene un antecedente inverso al previamente mencionado. En

la segunda mitad del siglo XX, cuando algunos músicos populares -por citar unos ejemplos Cuchi Leguizamón,

Waldo de los Ríos, Piazzolla, etc.- comienzan a incorporar elementos de la música académica dentro de sus

composiciones, surgen nuevas denominaciones como por ejemplo Música académica de raíz folklórica o Música

folklórica de raíz académica, Música popular argentina contemporánea, etc. A estos autores se suman también

compositores que, interesados por enriquecer la música popular, incluyen elementos de otros estilos como por

ejemplo el Jazz, o bien integran en una misma obra los distintos “géneros” argentinos. Es importante aclarar estos

conceptos, ya que se podría argumentar que hoy en día existe una música popular académica y que ya no es

exclusividad de la música clásica el adjetivo “académico/a”, aunque esta sería una discusión muy joven.

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en términos de popularidad. La música popular en términos masivos en general, suele coincidir

con la considerada música comercial.

Sobre la música académica, y los distintos períodos históricos que ella abarca, entendemos que

existe un conocimiento tácito sobre el tema y tomamos el término académico como sinónimo de

otras expresiones como música clásica, culta, erudita, etc.

Antecedente: una investigación del año 2007

La asistencia a conciertos entre estudiantes de música académica y muisca popular

Veamos ahora extractos de una pequeña investigación cuantitativa de alcance descriptivo

realizada en el año 20072 dentro de la cátedra Metodología de la investigación (Dal Pino,

Claudia) de la Licenciatura en Artes Musicales del Departamento de Artes Musicales “Carlos

López Buchardo” (DAMus) del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) en Buenos

Aires, Argentina.

La investigación trabajó bajo la siguiente hipótesis:

Los estudiantes en contacto con la música popular asisten con mayor frecuencia a conciertos

que aquellos que sólo estudian música académica, por tener mayor conciencia de la

importancia de este hecho, al tomarlo como algo que afecta favorablemente al desarrollo

personal y artístico.

Objetivos principales e instrumento

Investigar con qué frecuencia asisten a conciertos los estudiantes de música y determinar qué

importancia tiene, según ellos mismos, este hecho para su formación como músico/artista.

Los datos para la investigación fueron obtenidos de estudiantes de música académica, música

popular, o de ambas orientaciones a la vez, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,

consultados bajo la condición de vivir o ejercer sus estudios musicales en dicha ciudad. La

muestra fue considerada, por el modo de obtenerla, accidental no probabilística por lo tanto sus

resultados no son generalizables pero si permiten realizar una primera aproximación

exploratoria a los cuestionamientos que nos ocupan. Fueron encuestados 50 estudiantes. La

muestra n=50 fue dividida entre a n = 25 estudiantes de música académica; b n = 25 estudiantes

2 Autor: Guillermo Perna.

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en contacto con la música popular (13 estudiantes de música popular y 12 de ambas

orientaciones).

Las encuestas anónimas fueron repartidas personalmente, en distintas instituciones de enseñanza

musical o vía mail.

Resultados

A continuación daremos a conocer los resultados de las encuestas entre los estudiantes de

música académica y los estudiantes en contacto con la música popular, en las preguntas

referidas a la frecuencia de asistencia a conciertos y la importancia de este hecho para la

formación del músico.

Tabla 1. Respuestas obtenidas entre los estudiantes encuestados: consideran que asistir a un

concierto es para su formación artística:

Estudiantes de música

académica ( a )

Estudiantes en contacto con la música

popular ( b )

Muy Importante 14 12

Importante 10 13

Indiferente 1 NINGUNO

No es importante NINGUNO NINGUNO

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos obtenidos en la mencionada investigación

Tabla 2. Respuestas obtenidas respecto a la frecuencia con la que los estudiantes encuestados

asisten a conciertos:

Estudiantes de música

académica ( a )

Estudiantes en contacto con la

música popular (b)

Una o más veces por

semana

1 5

Dos o tres veces por mes 3 14

Una vez por mes 8 5

Dos o tres veces por

semestre

6 1

Una vez por semestre 6 NINGUNO

Una vez por año 1 NINGUNO

Nunca NINGUNO NINGUNO

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos obtenidos en la mencionada investigación

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Figura 1. Frecuencia de asistencia a conciertos entre estudiantes de música académica y

estudiantes en contacto con la música popular

ASISTENCIA A CONCIERTOS

0

2

4

6

8

10

12

14

16

1 2 3 4 5 6 7Frecuencia de asistencia a Conciertos

1 - Una vez por semana o más

2 - Dos o tres veces por mes

3 - Una vez por mes

4 - Dos o tres veces por semestre

5 - Una vez por semestre

6 -Una vez por año 7 - Nunca

Cantidad d

e R

espuesta

s

Estud. de música académica Estud . en contacto con música popular

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos obtenidos en la mencionada investigación

Los resultados de la investigación confirmaron parcialmente la hipótesis. Efectivamente los

estudiantes en contacto con la música popular asisten con mayor frecuencia a conciertos que los

estudiantes de música académica. Aun así, no existe una diferencia significativa entre los dos

grupos al momento de evaluar la importancia que los encuestados asignan a este hecho como

factor influyente en la formación artística del músico estudiante. De hecho, resulta notorio que

la mayoría de los encuestados contestaron que es “Muy Importante” o “Importante”3.

Los datos personales de los encuestados revelaron cierta homogeneidad entre las características

de los sujetos a y los sujetos b por lo que no se pudo adjudicar la diferencia entre la frecuencia

de la asistencia a conciertos de a y b a motivos ocupacionales, de carga horaria, familiares, etc.

Los resultados arrojados por las encuestas en cuanto a factores que influyen al decidir asistir a

un concierto, no resultaron relevantes ya que no se pudo determinar un factor predominante

entre género/estilo, artista/conjunto o programa.

En cuanto a las razones probables para dejar de asistir a un concierto la opción “falta de tiempo”

fue la más escogida, aunque esta razón no marcó una diferencia significativa entre las demás del

3 Sólo un estudiante de a contestó “indiferente”.

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cuestionario: falta de dinero, cansancio o desgano, falta de información. Todas fueron aceptadas

como razones que influyen con frecuencia o algunas veces.

Tampoco se pudo establecer ninguna conclusión importante en cuanto a las preferencias de

género o estilo ya que las respuestas fueron muy diversas y no se encontró ningún patrón que

pueda resultar interesante a los fines de la investigación.

En cuanto al contacto con otras expresiones el 100 % de los encuestados afirmó concurrir a

otros eventos artístico/culturales como: cine, teatro, danzas, conferencias, etc.

En la pregunta de opinión casi la totalidad de los encuestados4 piensa que asistir a un concierto

es un hecho que afecta favorablemente en los avances de sus estudios.

Una vez presentados los resultados de esta investigación exploratoria, podemos pasar a analizar

en este artículo algunos fenómenos que se dan en la sociedad actual, junto al avance de las

nuevas tecnologías de la comunicación y los cambios que estas proponen para la temática bajo

estudio. Por otro lado enfocar los distintos modos, prácticas y procesos que se dan en el estudio

de música popular en comparación con los que se dan en la música académica, sin olvidar y

analizar si el origen de una u otra puedan afectar la actitud del estudiante a la hora de asistir a un

concierto.

Contextualización de los conciertos dentro de la actualidad sociocultural y tecnológica

Sobre la oferta de conciertos en general

La Ciudad de Buenos Aires ofrece una gran variedad de conciertos día a día tanto de música

académica como popular. Los más diversos estilos comprenden este fenómeno, dentro de la

música popular podemos nombrar estilos del folklore argentino (zamba, chacarera, tango,

música rioplatense), rock, jazz, música electrónica, etc. En música académica, se desarrollan

numerosos conciertos en ciclos que se mantienen activos tradicionalmente, pertenecientes a

teatros, organismos privados o estatales, así como también una gran cantidad de conciertos

independientes -organizados por el mismo artista que se presenta o por un pequeño grupo de

artistas- en centros culturales, teatros, etc. Este panorama parecería ser favorable, ya que la

oferta es extensa pero, desde hace tiempo, es observable que los conciertos comenzaron a sufrir

4 Sólo uno contestó que asistir a conciertos era un hecho que no creía del todo influyente en el avance de sus

estudios.

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una caída importante de público. El fenómeno toma distintas formas según sea música

académica o popular, sabiendo que los ámbitos en los que se desarrollan los conciertos de una u

otra suelen ser distintos. En el caso de la música popular, los escenarios pueden ir desde bares y

pubs hasta teatros o centros culturales, y en el caso de la música académica, los lugares suelen

ser centros culturales, teatros, universidades, museos, etc.

No es pertinente entrar en detalles de los ámbitos, pero sí saber que existe una multiplicidad de

ellos en los que la capacidad de personas varía, desde unas pocas decenas, a teatros con

capacidad de miles de personas y estadios.

El concierto y los estudiantes de música en la escena contemporánea

El estudiante de música o el docente sabe por experiencia que un músico, dentro de sus

posibilidades y nivel, al dar un concierto intenta transmitir un mensaje estético, aun cuando no

sea consciente de ello en términos teóricos. Para que esto se logre, este mensaje debe ser

recibido por otras personas (Eco, 1985), que conforman un público expectante (Meyer, 1956),

aunque parezca extraño aclararlo, este parecería ser uno de los principios fundamentales que

lleva al artista a realizar un concierto. El concierto suele ser, además, una instancia de síntesis

para el estudiante, de exposición de años de trabajo y estudio de un repertorio determinado, o de

un trabajo en equipo -en el caso de las orquestas o bandas-. En resumen, es un momento en el

que es menester exponer frente a otro una labor realizada.

Actualmente, sobre todo en la última década, es evidente que el avance de la tecnología, y la

accesibilidad a las computadoras e internet, han modificado las costumbres sociales (Piscitelli,

2002) y, a su vez las TICs están comenzando también a formular cambios en la educación

formal musical (San Martin, 2008) por ejemplo a través del dictado de clases virtuales a nivel

universitario. Siendo el concierto un evento social, no es extraño plantear tópicos relacionados

con estos cambios sociales-tecnológicos al abordar la problemática de la falta de público o la de

su cambio de actitud en determinados tipos de concierto. A continuación veremos una forma de

relacionar ambos temas.

Hoy en día, es habitual escuchar a los estudiantes de música que buscan llegar a tocar o

componer y grabar tal o cual obra para subirla a internet. Esta manifestación es cada vez más

frecuente y no sólo en las generaciones más jóvenes. Por su parte, como mencionamos

anteriormente, los videos en internet se volvieron incluso una modalidad formal,

institucionalizada, muy utilizada para inscribirse en concursos, becas, clases de cátedra, etc.

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Podemos decir entonces, en forma tal vez prematura, que el estudiante puede exponer su labor,

y generar un trabajo de síntesis de lo aprendido, en una instancia relativamente similar a la de un

concierto tradicional, que sería aquí subir su video a internet y exponerse de una forma más

indirecta ante un público incierto, todo lo cual ubica en un nuevo espacio el concepto concierto.

Por otro lado, existe una llamativa contracara de esta situación, que se da dentro de los

conciertos entendidos en su sentido habitual. El público se transforma en un concierto en un

“corresponsal mediático” a través de sus teléfonos celulares. Esto resulta una síntesis entre lo

inmediato-mediático y la inédita disponibilidad de artefactos que generan cambios. Esta es una

evidencia notable de los cambios mencionados, que algunos llaman el nuevo paradigma de la

tecnología. Es muy difícil hoy en día asistir a un concierto y no encontrar al menos una persona

que lo esté grabando con su teléfono celular -resignificando su condición de público que

contempla a público-camarógrafo, apreciando, de manera mediada, el mismo concierto que fue

a escuchar y ver, a través de una pantalla, muchas veces, priorizando su atención en la calidad

de la toma y sin prestar atención directa a lo que ocurre en el escenario. Este es un fenómeno

particular, que no puede pasar desapercibido: el público se deja llevar por tendencias masivas, y

se vuelve un sujeto individualista al extremo, al capturar imágenes desde el punto de vista en

que sólo él podría apreciarlas dentro de la masa que conforma el público del concierto. Así, deja

de participar del evento colectivo que el concierto, entre otras cosas, supone, apresando

imágenes con su celular, para luego compartirlas, en otra instancia, con pares, o ser la primera

persona en subir un video del evento a Internet. De este modo, consigue cierta forma de

exclusividad y satisface una necesidad propia, tomando identidad- al menos para él- dentro de la

masa que conforma el público del concierto. Esta situación, en cierta manera, anula el concepto

de experiencia compartida que podría implicar un concierto, y refuerza la idea de un

individualismo impersonal (Sibila, 2008) propio del siglo XXI. No vamos a explayarnos sobre

el tema pero cabe mencionarlo, ya que fortalece aquella idea del mensaje mass-mediático

generador de necesidades (Adorno, 1947) a través de recursos publicitarios: “tenés que estar

ahí”, de alguna forma la persona, al filmar desde su butaca, consigue las pruebas de que

realmente está “ahí” y podrá alegar que estuvo donde “tenía que estar” saliendo absuelta de

cualquier juicio social o personal, real o imaginario. Por lo mencionado, debemos preguntarnos

si esto mismo no modifica las expectativas del público actual y del artista, y si la concepción de

algunos conciertos no comenzará a quedar anquilosada para determinada franja de la sociedad,

en tiempos donde las comunicaciones (internet, telefonía celular, redes sociales) crecieron

exponencialmente y la velocidad parece ser una categoría que prima en el mundo, susceptible a

incrementarse año a año. Las nuevas generaciones tienden a vivir un hiper-presente instantáneo

donde el futuro y el pasado son desestimados en cuanto a temporalidad. Las palabras de García

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Canclini (2004: 173) respecto a las fragmentaciones que padece la sociedad actual son

oportunas para enriquecer lo dicho recientemente:

Las generaciones actuales se ven afectadas por la espectacularización

permanente a distancia […] extraña combinación entre mediatización e

interconectividad. La mediatización aleja, enfría y al mismo tiempo la

interconectividad proporciona sensaciones de cercanía y simultaneidad

Junto a los Mass-media -los ya tradicionales: radio, televisión, periódicos, etc.- hoy debemos

integrar internet y las nuevas tecnologías de comunicación que con la interconectividad que

fabrican mundos de pertenencia (Piscitelli, 2002) para usuarios dispuestos a pertenecer. Las

técnicas publicitarias a través de estos medios parecen más que nunca determinar el gusto de la

gente y sus preferencias estéticas5. Estos medios no solo afectan el poder de elección del público

a la hora de seleccionar un concierto al que asistir, sino que también condicionan -y sería más

preciso usar el término confunden- al artista al momento de elegir un camino estético. Muchas

veces es evidente que artistas de trayectoria que sostenían una coherencia en su carrera, generan

un cambio abrupto en sus elecciones y, casualmente, adhieren a estéticas o categorías

dominantes del momento. Esto ocurre tanto a nivel popular como académico (Saba, 2006) las

convicciones parecieran diluirse en una búsqueda ilusoria de éxito que apunta hacia lo

dominante en un momento determinado. Son influidos por discursos legitimadores que pueden

durar apenas semanas y dejar una estela de confusión, tanto en el público como en los artistas,

en el devenir de sus decisiones. Esta situación encuentra a su vez un lugar entre los estudiantes

que, incluso estando en una etapa de estudios superiores, suelen carecer de convicciones

estéticas o preferencias evidentes.

5 Podemos citar dos fenómenos que sucedieron en Buenos Aires durante los últimos años. El primero refiere a un

artista popular, Roger Waters, integrante de Pink Floyd que convocó cuarenta mil personas en un estadio en el año 2002 y, diez años después, convocó cuatrocientas mil, en ocho estadios de futbol de mayor capacidad. La única diferencia entre una visita y otra (considerando que su obra no creció en ese lapso de tiempo) fue el gran

artilugio de los mass-media para convencer a la gente de que, si no asistía al evento, se estaba perdiendo de un acontecimiento importante e irrepetible. Los recitales fueron publicitados bajo slogans tales como “tenés que

estar ahí”, “el recital que no te podés perder”, entre otros similares. Sin duda, son frases que generan una necesidad, que muchas veces está lejos de ser genuina en las personas afectadas. Es este mecanismo el que

convoca al público masivo; así, la historia individual de las personas en relación al gusto por un repertorio determinado pareciera ser una construcción efímera, generada por los medios: unas preferencias estéticas de asimilación espontánea que serán “absorbida” por las personas en forma proporcional a la difusión que los

medios le den a determinadas tendencias o eventos, y a la exposición de las personas frente a los medios. Pero esto no es exclusivo de la música popular masiva, también podemos mencionar un concierto de música clásica a

fin del año 2006, dirigido por Barenboim, que convocó al aire libre a más de cincuenta mil personas, una cifra

impensable para esa fecha del año: 31 de enero a la tarde, hasta para el más optimista de los empresarios de música clásica. Nuevamente, el apoyo recibido por los medios en esa ocasión fue grande y posiblemente también

gran parte del público haya asistido sin conocer el móvil que los llevaba hasta allí. Ambos ejemplos son claramente la prueba de que vivimos en un mundo donde no abunda un público con convicciones estéticas o, si

bien esas convicciones existen, son fáciles de vulnerar y, posiblemente, cambien según dicte el Mainstream. Esta situación no discrimina entre música popular o académica, pero sí la primera suele ser más tenida en cuenta por los medios, ya que los resultados a nivel masivo pueden ser más asertivos y en consecuencia económicamente

favorable. (Fuente: Cifras de cantidad de espectadores extraídas de Telam, agencia de noticias)

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En este contexto postulamos que posiblemente los cambios en la tecnología y sus usos estén

comenzando a desplazar al concierto como espacio exclusivo para esta síntesis de trabajo

necesaria en la etapa de formación y modifiquen el frente a otro transformando o a su vez el

aquí y ahora (Benjamin,1936) de la experiencia artística ante el público que existe en un

concierto tradicional, resignificando a través de los videos y la exposición en internet, el frente

a otro tradicional por uno plural, masivo y muchas veces anónimo.

Música popular vs Música académica

Métodos de enseñanza. La partitura como soporte. Origen de la música y su posible

influencia en la asistencia a los conciertos

Relacionaremos ahora, de una forma muy general, las diferencias históricas y de gestación entre

la música popular y la música académica para ver luego si esto, junto con los métodos de

estudio a desarrollar, podrían llegar a tener alguna incidencia en las diferentes actitudes que

tienen los estudiantes de una música u otra a la hora de ir a un concierto.

Comúnmente, la música popular en estado puro, en su origen, suele transmitirse en forma oral,

la transmisión de la información se divulga de persona a persona. Se utiliza, por lo general,

como método de aprendizaje, la copia de lo que realiza un tercero que quizás tenga más

experiencia o, en otras palabras, alguien de quien se pueda aprender (Burec, 2001). Los ámbitos

donde estos procesos se desarrollan, naturalmente varían para cada estilo en particular, pero

parece ser un punto en común las reuniones ocasionales o rituales, de personas de determinado

origen o situación socio-cultural. Luego de un proceso de gestación de un estilo determinado la

música popular puede ser música de autor o bien obras que trascendieron como anónimas o

tradicionales. Es común que hoy en día se las encuentre en forma de partitura editadas o en

recopilaciones anónimas tales como el Real Book en el Jazz, por ejemplo o El libro de la

Folcloreishon, un real book de folclore argentino. Las partituras para estudio de música popular,

cualquiera sea el género, son un fenómeno relativamente nuevo. Si bien existían antes, la

accesibilidad y difusión de las partituras en la música popular comienza a darse hace poco más

de veinte años, sobre todo las orientadas al estudio formal. Estas suelen presentar la información

básica de la música a ser ejecutada (en general melodía en pentagrama y armonía cifrada) de

modo que el ejecutante tenga herramientas para realizar una versión propia, ya sea en forma