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Mujer: Poder y Conocimiento
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MUJER: PODER Y CONOCIMIENTO
Sara Beatriz Guardia
Resumo
Hacia 5000 a.C., aproximadamente, se produjo uno de los ms
importantes y definitivos descubrimientos para el desarrollo de la
humanidad: la agricultura. Lo que permiti que los clanes familiares
que se encontraban en constante movimiento en bsqueda de sustento
se asentaran en el valle conformado por los ros Tigris y Eufrates,
en Mesopotamia, y se iniciara la construccin de las primeras
ciudades. Es en esta etapa que la primera divisin del trabajo, segn
la cual los hombres se dedicaron a la caza y las mujeres a la
recoleccin de frutos y plantas, se produce fundamentalmente por
razones biolgicas; incluso la historiadora Gerda Lerner formula la
posibilidad de que la menstruacin haya significado un obstculo para
que las mujeres accedan a la caza por el efecto que tiene sobre los
animales el olor a sangre1. Mientras los hombres realizaban tareas
de carcter colectivo que requeran de la mutua cooperacin y
organizacin para enfrentarse a los grandes rebaos de animales, e
inventaban herramientas y armas, lo que les permiti adquirir un
mayor conocimiento y, por lo tanto ms poder, el trabajo de las
mujeres fue por lo general individual, solitario y sin que apremie
el esfuerzo de la comunidad2. Abstract
In 5,000 b.C., approximately, one of the most important and
ultimate discoveries was produced for the development of mankind:
the agriculture. It allowed the family clans, who were in constant
moving in search of sustenance, to settle the valley formed by the
rivers Tigris and Eufrates in Mesopotamia, and the construction of
the first cities began. It was at this time that the first division
of work, according to which men dedicated to hunting and women to
the harvesting of fruit and plants, a product from fundamentally
biological reasons; the historian Gerda Lerner formulates the
possibility that menstruation may have
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Sara Beatriz Guardia
an obstacle meaning so that women could not hunt for the scent
of their blood would have some effect over the animals. Afterwards
the economical practice of the agriculture reinforced the masculine
control. Not only by the utilization of the surplus, factor of
development of the private property, as well as the uneven division
of free time. While the women had, beyond their work in the land,
to take care of their children and prepare the food in a permanent
and uninterrupted way, the men had a time of their own.
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Mujer: Poder y Conocimiento
ara el filsofo francs, Michel Foucault, la historia y el
conocimiento adquirido y organizado a lo largo de los
siglos,
expresan inequvocamente las relaciones de poder entre los
hombres y la
lucha contraria entre estos poderes. El poder y el conocimiento
estn,
pues, estrechamente vinculados al desarrollo de la humanidad. En
esa
perspectiva, la formacin del sistema patriarcal es el resultado
de un
proceso histrico vinculado a la cultura, el conocimiento y las
relaciones de
poder que predominaron. Por ello, la interpretacin del pasado
basado en
determinismos biolgicos referencias simblicas es equivocado.
P
Actualmente, la tercera revolucin industrial plantea
respuestas a situaciones nuevas e impredecibles. A diferencia
del
complejo harware que caracteriz las dos primeras
revoluciones
industriales desde el siglo XVIII hasta la segunda mitad del
siglo XX, la
tercera revolucin industrial es suave, de software. Lo que
necesariamente
exige nuevas formaciones polticas y sociales. Entre otras
razones porque
los hombres registran una fatiga de poder que no viene a ser
sino la
internalisacin subjetiva de su fracaso objetivo al crear un
mundo de
masculinidad excluyente en lo econmico, tecnolgico, social y
poltico3.
Precisamente, este mundo de masculinidad excluyente tiene
su origen en determinadas relaciones de poder y su vinculacin
con el
conocimiento. Desde el perodo neoltico cuando la mujer y lo
femenino
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Sara Beatriz Guardia
estuvieron asociados a la vida, al principio de creacin y lo
divino, hasta la
posterior predominancia del hombre y lo masculino, transcurren
varios
miles de aos plenos de grandes y complejos cambios.
Las sociedades del paleoltico superior nos han dejado
importantes vestigios de pintura rupestre y pequeas figuras de
mujeres
con pechos, caderas y nalgas prominentes, que hablan de un
perodo
donde el culto a la fertilidad estuvo asociado a la Gran Madre
venerada
como el origen de la vida. Esta profunda devocin hacia poderosas
diosas
celebrada por hombres y mujeres se explica porque la madre
era
considerada como la nica progenitora y, adems, porque las
difciles
condiciones de supervivencia le otorgaron un extraordinario
poder sobre el
nio. De sus cuidados y sustento dependa su vida, y cualquier
negligencia
poda significar la muerte.
En ciudades neolticas antiguas como Catal Hyk y
Hacilar en Anatolia, que datan del sexto y octavo milenio a.C.,
se han
encontrado numerosos templos con esculturas y pinturas
rupestres
sagradas. La mayora representa el principio femenino o la Madre
Diosa.
Es probable que entonces el concepto del Creador de toda la
vida
humana, se haya formulado de acuerdo a la imagen que tena el
clan de
la mujer que haba sido su antecesora ms antigua y primitiva, y
que esa
imagen fuera deificada como la Ancestra Divina4.
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Mujer: Poder y Conocimiento
El destacado rol que cumplieron las mujeres en el culto
religioso y su activa presencia en las sociedades prehistricas
no quiere
decir que los hombres hayan ocupado un lugar subordinado o
de
opresin, puesto que tanto los hombres como las mujeres eran
hijos de la
Diosa, al igual que eran hijos de las mujeres que encabezaban
las familias
y los clanes. El poder que ejercieron las mujeres parece haber
sido un
poder ms parecido a la responsabilidad y al amor que a la
opresin, al
privilegio y al temor5.
No slo no existi ninguna exclusin sino que el principio o
divinidad femenina estuvo generalmente acompaado del
principio
masculino. Hecho que se observa en un ritual muy practicado en
la
antigedad: la hierogama o unin sagrada cuando el rey asuma el
papel
de dios y la suprema sacerdotisa representaba a la diosa. Unin
que
aseguraba la fertilidad de la tierra y otorgaba larga vida al
rey como
esposo de la diosa y protegido por ella. La importancia que tena
el
matrimonio sagrado o hierogama se refleja en la profusin de
poemas y
canciones que inspir a lo largo de varios siglos. Algunos de
ellos
encontrados en Sumeria, permiten una aproximacin a su
significado
ritual y al profundo contenido sensual de la unin. En uno de los
himnos,
la sacerdotisa representando a la diosa Inanna dice:
Mi vulva, el cuerno,
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Sara Beatriz Guardia
El bote al paraso
Est lleno de ansias como la joven luna.
Mi tierra sin labrar yace en un pramo.
En cuanto a m Inanna,
Quin labrar mi vulva?
Quin labrar mi campo alto?
Quin labrar mi tierra hmeda?6
A pesar del erotismo que expresa, era su virginidad lo que
aseguraba la fertilidad de la tierra. Innana era virgen, lo cual
no le
impeda enamorarse y cantar himnos de amor y deseo. Pero es en
la
epopeya de Gilgamesh, el ms famoso rey de Erech que por sus
hazaas
se convirti en un principio de la mitologa sumeria, donde se
revela el
aspecto mtico de la fuerza ertica y materna a la vez. Dice la
leyenda que
con su extraordinaria fuerza, Gilgamesh lleg a entablar combate
con
seres sobrehumanos y bestias feroces en su bsqueda del secreto
de la
inmortalidad. Pero cuando empez a oprimir al pueblo, los
dioses
enviaron a Enkidu al templo. Seducido por la sacerdotisa, Enkidu
hizo el
amor con ella durante seis das y siete noches hasta saciarse.
Solo entonces
la sacerdotisa se convierte en una madre para adoctrinarlo y
prepararlo
pacientemente al encuentro con el hroe Gilgamesh que es
derrotado.
Hacia 5000 a.C., aproximadamente, se produjo uno de los
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Mujer: Poder y Conocimiento
ms importantes y definitivos descubrimientos para el desarrollo
de la
humanidad: la agricultura. Lo que permiti que los clanes
familiares que
se encontraban en constante movimiento en bsqueda de sustento
se
asentaran en el valle conformado por los ros Tigris y Eufrates,
en
Mesopotamia, y se iniciara la construccin de las primeras
ciudades. Es
en esta etapa que la primera divisin del trabajo, segn la cual
los
hombres se dedicaron a la caza y las mujeres a la recoleccin de
frutos y
plantas, se produce fundamentalmente por razones biolgicas;
incluso la
historiadora Gerda Lerner formula la posibilidad de que la
menstruacin
haya significado un obstculo para que las mujeres accedan a la
caza por
el efecto que tiene sobre los animales el olor a sangre7.
Mientras los hombres realizaban tareas de carcter
colectivo que requeran de la mutua cooperacin y organizacin
para
enfrentarse a los grandes rebaos de animales, e inventaban
herramientas
y armas, lo que les permiti adquirir un mayor conocimiento y,
por lo
tanto ms poder, el trabajo de las mujeres fue por lo general
individual,
solitario y sin que apremie el esfuerzo de la comunidad8.
Posteriormente la prctica econmica de la agricultura,
reforz el control masculino. No solo por la utilizacin de los
excedentes,
factor de desarrollo de la propiedad privada, sino tambin por el
reparto
desigual del tiempo libre. En tanto que las mujeres tenan, adems
del
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Sara Beatriz Guardia
cumplimiento del trabajo en la tierra, que cuidar a los hijos y
preparar la
comida en forma permanente e ininterrumpida, los hombres
disponan de
un tiempo que slo les perteneca a ellos.
Otro factor importante es que si bien Engels sostiene que la
propiedad privada ocasion la derrota histrica del sexo
femenino9, Lvi-
Strauss identifica el intercambio de mujeres como la principal
causa de
esta subordinacin10. Incluso, Claude Meillassoux, seala que
origin la
aparicin de la propiedad privada. Con semejante expropiacin
del
poder de las mujeres, las relaciones individuales entre los
hombres y las
mujeres tuvieron que sufrir. Este desequilibrio caus una
profunda
desconfianza entre los sexos y llev al control y la regulacin de
la vida
sexual de las mujeres por parte de los hombres y, a veces, a la
represin de
sus necesidades sexuales Las mujeres pasaron a ser consideradas
como
propiedad por su capacidad reproductiva y fueron tratadas como
objetos
que podan intercambiarse o robarse. No obstante, continuaron
ejerciendo un papel activo y respetado en su calidad de reinas
y
sacerdotisas, inclusive mucho despus del registro de importantes
hechos
como la formacin de clases, jerarquas y la aparicin de la
propiedad
privada.
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Mujer: Poder y Conocimiento
Diosas y Reinas
El retrato ms antiguo de una mujer, probablemente
sacerdotisa, se encontr en Uruk, ciudad sumeria que al igual que
Eridu,
Nippur, Lagash, Kish y Ur se construyeron alrededor de
templos
hacia 3500 a.C. Se trata de una cabeza esculpida finamente de
gran
belleza y majestad. Pero, la ms importante de ese perodo fue la
reina
Ku-Baba, que fund la dinasta de Kish, una de las primeras
asentadas
en las ciudades de Kish, Warka y Ur. No solo es la nica reina
que
aparece en la relacin de los monarcas que gobernaron con
derecho
propio, sino que se trata de una personalidad histrica y divina
a la vez,
puesto que posteriormente se la identific con la diosa Ku-Baba,
venerada
en el norte de Mesopotamia.
Entre las 1.850 tumbas pertenecientes al perodo dinstico
antiguo en UR, que datan aproximadamente de 2500 a.C., diecisis
son
reales. La tumba de la reina Ninbanda, esposa de Mesanepada, y
de la
reina Pu-abi, que llevaba escrito su nombre en un sello de
lapislzuli,
fueron descubiertas en las excavaciones arqueolgicas realizadas
por
Leonard Woolley del Museo Britnico entre 1922 y 1934. Ambas
estaban rodeadas de otros cuerpos probablemente de sirvientes.
Mientras
que en la tumba denominada El gran foso de la muerte se encontr
un
squito conformado por seis hombres y 68 mujeres ricamente
adornadas.
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Sara Beatriz Guardia
Las tumbas reales de UR significan una clara evidencia de
la presencia de reinas que compartieron poder y riqueza, adems
del
status de supremas sacerdotisas. Otro importante testimonio data
del
2350 a.C., cuando el rey Lugalanda de la ciudad de Lagash, se
apoder
de importantes templos dedicados a los dioses Ningirsu, Shulshag
y la
diosa Bau, y coloc a su esposa Baranamtarra al frente de la
administracin. Segn los registros encontrados que abarcan el
reinado de
Lugalanda y su sucesor Urukagina, en el templo de la diosa Bau
las
mujeres desempearon varios papeles y funciones. Precisamente
bajo el
reinado de Urukagina, su esposa, la reina Shagshag ejerci la
administracin del templo con total autoridad legal y econmica
como
suprema sacerdotisa.
Sin embargo, el mismo rey Urukagina, promotor de las
primeras reformas dirigidas a otorgar derechos legales bsicos a
los
ciudadanos, es autor de varios edictos que muestran ya las
difciles
condiciones de vida de las mujeres que no pertenecan a la
elite
gobernante. En uno de stos Urukagina dice: En otros tiempos
las
mujeres se casaban con dos hombres, pero las de hoy han tenido
que
abandonar este crimen. Aquellas que no cumplan sern lapidadas.
Y,
aade: si una mujer se dirige irrespetuosamente a un hombre se
le
aplastara la boca con un ladrillo al rojo vivo11.
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Mujer: Poder y Conocimiento
En el largo proceso de transvase del poder, las reinas que
gobernaron como esposas de los reyes y supremas sacerdotisas,
fueron
reemplazadas por sus hijas nombradas sacerdotisas del dios de la
Luna y
de la diosa Ishtar, pero sin ningn tipo ya de injerencia en el
poder. As
el rey Sargn de Acad, nombr a su hija Enkheduanna, suprema
sacerdotisa del templo a luna de la ciudad de UR y del templo
del cielo
en Uruk. Naram-Shan el Grande, convirti a su hija Enmenanna
en
sacerdotisa de UR. Los cdigos de Ur-Nammu, de la tercera dinasta
de
UT y de Lipit-Isthar, mencionan la presencia de la
sacerdotisa
Enannatumma. Y cuando el rey Shin- Kashid de Isin conquist Uruk
y
fund una dinasta en 1965 a.C., nombro a su hija Nin-shatapad
suprema sacerdotisa.
Esta prctica se prolong durante 500 aos y segn
registros escritos existieron trece sacerdotisas con titulo real
que ostentaron
el cargo entre 2280-1800 a.C.12. De todas ellas, la ms
importante es la
hija de Sargn de Acad, Enkheduanna. Se trata de la primera
poetisa
conocida en la historia por sus himnos a la diosa Inanna.
Aunque todava en una coleccin de documentos reales que
datan de 1790 al 1745 a.C., pertenecientes a la ciudad de Mari,
situada
al norte de Sumeria, se describe una sociedad que conceda a las
mujeres
participacin en actividades econmicas y polticas, el poder de
stas ya
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Sara Beatriz Guardia
haba disminuido considerablemente. La presencia de la reina
Shibtu,
esposa del rey Zimri-Lim de Mari, que tuvo una gran influencia
y
desempe funciones de gobierno durante las ausencias de su
marido, as
como los matrimonios polticos que concert este rey para sus
hijas eran
casos aislados. Lo mismo, Kirum, hija del rey Zimri-Lim nombrada
por
su padre gobernadora de la ciudad de Khaya-Sumu.
Poder y Conocimiento
Cuando hacia 3100 a.C, los sumerios inventaron la
primera forma de escritura originaron un trascendental
acontecimiento en
la historia de la humanidad. La invencin de la escritura se
inici con las
actividades comerciales realizadas por los hombres y la
necesidad de llevar
un registro de cuentas. A partir de un sistema de smbolos de
contabilidad
posteriormente se cre la escritura. Dan cuenta de ello las
primeras
tablillas de arcilla de Sumeria, conformadas por anotaciones
de
provisiones y donaciones. Slo despus del 3000 a.C., se produjo
el
desarrollo de una escritura con elementos gramaticales.
La escritura consolid el papel de la clase dirigente. Pronto
el escriba se convirti en un profesional capacitado para
trabajar en
templos y palacios. Mientras unos se dedicaban a componer himnos
y
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Mujer: Poder y Conocimiento
poemas, otros se empleaban en la administracin de posesiones
privadas.
Surgi la Edubba, la escuela de Mesopotamia, donde solo los
hombres
podan ser admitidos. Varios registros de la Edubba encontrados
en
excavaciones arqueolgicas, entre los que figuran libros de
texto, ejercicios
de los estudiantes y ensayos de la vida escolar, indican que all
se
enseaba lenguaje, matemticas, geografa, lgebra,
trigonometra,
estudios jurdicos, medicina, as como el arte de la adivinacin
con el fin
de conocer la voluntad de los dioses.
Los hombres, principalmente de la elite, pasaban un
prolongado perodo de educacin dedicando varios aos de su vida
al
estudio en la Edubba. Asistan a la escuela desde la primera
adolescencia
hasta que comenzaban a ser hombres. Durante el ao tenan seis
das
libres por mes, tres das santos y otros tres festivos; los
restantes das de
escuela, eran como observ un graduado largos das en verdad.
La
enseanza era montona y la disciplina rigurosa13.
Con el monopolio de la educacin los hombres se
apropiaron del conocimiento, de las definiciones y fueron
transformando
los principales smbolos del poder de la diosa-madre y de la
fertilidad en
una cuestin subalterna y sin importancia. Excluida de la
educacin y del
conocimiento, restringida a la monotona de las tareas domsticas,
y
teniendo como nico destino la crianza de los hijos, las mujeres
no
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Sara Beatriz Guardia
pudieron originar un sistema de pensamiento abstracto, ni crear
nuevas
ideas y menos convertir el conocimiento en modelos
conceptuales
orientados a la formacin de teoras. No se las prepar para el
intercambio de ideas; el pensamiento cientfico no tena cabida en
la
cocina.
Posteriormente, bajo el reinado de Hummurabi, sexto de la
lnea de monarcas de Sumuabun, el dominio patriarcal de
practica
privada se convirti en ley publica con el Cdigo de Hammurabi que
data
de 1800 a.C. Se trata de la ms completa compilacin de leyes y
el
primer cdigo de leyes del mundo que, al igual que las Leyes
Mesoasirias
y las Leyes Hititas, le dedica una especial atencin a la
regulacin de la
conducta social donde las mayores restricciones pesaban sobre
las mujeres.
De 282 leyes que tiene el Cdigo de Hammurabi, 73 se ocupan de
temas
relacionados con el matrimonio y cuestiones sexuales, y de las
112 Leyes
Mesoasirias, 59 tratan de lo mismo.
Estas leyes constituyen ideales de conducta social y al
establecer los lmites de lo permitido y prohibido describen los
valores de
esa sociedad. A travs del Cdigo de Hammurabi sabemos que se
reconoca a tres clases de personas: los patricios (sacerdotes y
funcionarios
del gobierno), los plebeyos y los esclavos. Los matrimonios
eran
concertados por los padres , y una vez acordados los trminos de
la
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Mujer: Poder y Conocimiento
negociacin, el padre de la novia entregaba una dote (seriktum)
que era
administrada por el marido. Por lo tanto las familias
babilnicas
concedan mayor valor al nacimiento de hijos varones porque
continuaban
el nombre familiar e incrementaban el patrimonio a travs de la
dote de
sus futuras novias. Al interior de las familias la autoridad
paterna era
absoluta. Segn el Cdigo de Hammurabi la rebelda de un hijo
era
castigada con la imputacin de la mano, y la simple acusacin de
adulterio
poda ser fatal para las mujeres.
La devaluacin simblica en relacin con la vida y lo
sagrado constituy una derrota para las mujeres, pero lo que
defini la
subordinacin convirtindola en un ser incompleto algo natural en
el
sistema simblico patriarcal - fue la exclusin de la educacin y
del
conocimiento. Como en la alegora de la caverna de Platn, las
mujeres
tuvieron que permanecer atadas y sin poder moverse; mientras que
a sus
espaldas brillaba una luz que no las alcanzaba ni podan ver
hasta despus
de haber superado el sufrimiento producido por la oscuridad, la
terrible
sombra de la ignorancia.
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Sara Beatriz Guardia
Notas 1 Gerda Lerner. La creacin del patriarcado. Editorial
Crtica. Barcelona,
1990, p. 73 2 Sally Slocum. Woman the Gatherer. En: Rayna R.
Reiter. Torward an
Anthropology of Women. Montly Review Press, London, 1975, p. 20
3 Pablo Macera. Prlogo, en: Sara Beatriz Guardia. Mujeres Peruanas.
El
otro lado de la Historia Librera Editorial Minerva. 3ra. Edicin.
Lima, 1995, p. 12
4 M.Stone. When God was a Woman. Harcourt Brace Jovanovich,
Nueva York, 1976, p. 13
5 R. Eisler. The Chalice and the Blade: Our History, Our Future.
Harper & Row, San Francisco, 1987, p. 28
6 D. Wolkstei Kramer. Innana: Queen of Heaven and Earth. Harper
& Row, Nueva York, 1983, p. 37
7 Gerda Lerner. La creacin del patriarcado. Editorial Crtica.
Barcelona, 1990, p. 73
8 Sally Slocum. Woman the Gatherer. En: Rayna R. Reiter. Torward
an Anthropology of Women. Montly Review Press, London, 1975, p.
20
9 Federico Engels. El origen de la familia, la propiedad privada
y el Estado. Editorial Claridad, Buenos Aires, 1957
10 Claude Lvi-Strauss. The Elementary Structures of Kinship.
Boston, 1969, p. 115
11 Gerda Lerner. O. Cit., p. 104 12 William Hallo. The Women of
Sumer. En Schmandt-Besserat, Legacy of
Sumer, p. 30 13 Samuel Noak Kramer. La cuna de la civilizacin.
Times Inc., Nueva
York, 1968, p. 123
158
ReitorPr-Reitor de Ps-GraduaoCoordenador de MestradoConselho
EditorialConselho ConsultivoEditor ResponsvelProjeto Grfico
Editorao EletrnicaCapa / DiagramaoFundao Educacional Severino
SombraCentro Grfico da FUSVEUniversidade Severino SombraPraa
Martino Nbrega, 40 Centro VassourasPr-Reitoria de
Ps-GraduaoCoordenao de MestradoA Experincia Humana como Experincia
NaturalSonia Regina de MendonaCampo e cidade na vida da
mulherrio-platense da primeira metade do Sculo XIXEscravos,
Senhores E Policiais: O Tringulo DaDesordem No Rio De Janeiro De
Dom Joo VI*O Ensino Sob Napoleo Bonaparte
A Experincia Humana como Experincia NaturalRenata Rodrigues
VerezaResumoNotas
Campo e cidade na vida da mulher rio-platense
AbstractCristina Maria Teixeira Martinho
AbstractVictorian mentality encouraged dreams of progress with
values, conventions and ideas of European bourgeosie in two basic
works: The Crystal Palace and Bleak House. The Crystal Palace
Exhibition is a construct that testifies the material progress of
mankind led by the British Empire. It became an enormous work of
popular culture that expressed both the product of conscious wishes
and the disturbing sexual and sadistic imagery of the unconscious.
Bleak House, a novel written by Charles Dickens, unites an ironic
counterpart of the great Exhibition with the atmosphere and
tradition of the tale of terror. These works became metaphors that
contain the fears that lurked behind the facade of Victorian
optimism, building materials for another kind of visionary
architecture more in tune with the monster of the modern world: the
aggressive city.A Cidade e seus AvataresA Literatura e a
CidadeReferncias BibliogrficasCarlos Eugnio Lbano
SoaresConclusoNotas Diosas y ReinasPoder y ConocimientoNotasO
Ensino Sob Napoleo BonaparteJos Augusto dos
SantosResumoAbstractOrganizao do Ensino no Perodo NapolenicoEnsino
Tcnico e Instruo Popular Gratuita no Perodo Napolenico
Notas
As frases feitas, como lies de comportamento, mencionam casos
especficos para extrair concluses genricas; se so, esses casos
especficos, reais ou fictcios no importa muito na obteno dos
resultados pretendidos que passar uma frmula de domesticao. Um dos
recursos para conferir s frases feitas um valor-verdade citar
exemplo de outras pessoas que esto ou estiveram em situao
semelhante, nomeando essas pessoas, de forma a obter, na locuo, um
efeito de sonoridade agradvel. Pesquisou-se, em coletneas de
provrbios, a freqncia no uso de antropnimos, observando a
preferncia por determinados campos, como nomes bblicos, nomes de
santos populares, nomes mitolgicos e hipocorsticos. Constatou-se
ser aprecivel o nmero de citaes envolvendo antropnimos,
relacionados, na maioria dos casos, ao campo religioso, de forma
consciente ou no. Fazendo trabalho comparativo, ainda em coletneas,
verificou-se ocorrer o mesmo fato em locues correntes em algumas
outras comunidades lingsticas. Deduz-se no poder ser justificado o
uso de antropnimos nas frases feitas, ao menos sincronicamente. Se
houve, ou no, um fato verdadeiro na sua origem, quase nunca se pode
comprovar, a no ser que se inventem teorias fantasiosas. Comanda a
escolha de um ou outro antropnimo a sonoridade, que se obtm por
efeitos de aliterao, mtrica, ritmo e rima.Notas