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MENCÍA DE MENDOZA, CONDESA DE HARO (Guadalajara, c. 1421-Burgos, 31 de diciembre de 1499) 1 Óscar Perea Rodríguez (Lancaster University) E spigando el diverso y abigarrado contenido del primer artículo dedicado a la bio- grafía de Mencía de Mendoza, es bastante curioso el hecho de que su humilde y opaco autor, que no se atrevió a firmar la pieza 2 , otorgase veracidad a una supuesta con- versación entre la dama y su marido. Según este relato, en una de las ocasiones en que el noble guerrero hubo regresado al calor del hogar señorial, su esposa resumió los queha- ceres acometidos durante la ausencia marital respondiendo a su cónyuge: “Señor, ya tenéis palacio en que morar, quinta en que cazar y capilla en que os enterrar” 3 . A esta ingeniosa respuesta, a su “vivísima inteligencia” 4 , debe sin duda la Condesa de Haro casi toda la fama de que goza en nuestros días. Como prueba, basta con en- trecomillar la frase “tenéis palacio en que morar” y hacer una búsqueda en la fuente 95 1 Este trabajo se inscribe en el proyecto de investigación “The Cancionero del Conde de Haro (ca. 1469): A Unique Philosophical Treatise in Medieval Spanish Verses”, financiado por el Ministerio de Cultura, Educación y Deporte a través del Programa Hispanex (convocatoria 2013). Quiero agradecer a Efrén de la Peña Barroso su inestimable ayuda para la consulta de la documentación en el Archivo Histórico Nacional (Toledo), Sección Nobleza (en adelante, AHN). 2 Se piensa que es Manuel de Assas y Oreño, editor de la publicación costumbrista fundada por el legendario Ramón de Mesonero Romanos [M. ASSAS Y OREÑO (1856): “Los ahorros de una Condestablesa de Castilla”, en Semanario pintoresco español, año XXI, pp. 300-301]. 3 Refiere esta anécdota F. PEREDA ESPESO (2005): “Mencía de Mendoza, mujer del I Condestable de Castilla. El significado del patronazgo femenino en la Castilla del siglo XV”, en B. ALONSO, M. C. DE CARLOS VARONA y F. PEREDA ESPESO (eds.): Patronos y coleccionistas: los condestables de Castilla y el arte (siglos XV-XVII), Valladolid: Universidad de Valladolid, pp. 9-119, especialmente pp. 11-12. 4 Cf. J. PÉREZ DE GUZMÁN Y GALLO (1925): Bajo los Austrias. La mujer española en la Minerva literaria castellana, Madrid: Escuela Tipográfica Salesiana, p. 47. 5 Mencía_Maquetación 1 25/10/14 17:36 Página 95
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Mito y realidad en la vida de Mencía de Mendoza, Condesa de Haro (ca. 1421-1499).

Mar 13, 2023

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MENCÍA DE MENDOZA, CONDESA DE HARO

(Guadalajara, c. 1421-Burgos, 31 de diciembre de 1499) 1

Óscar Perea Rodríguez(Lancaster University)

Espigando el diverso y abigarrado contenido del primer artículo dedicado a la bio-grafía de Mencía de Mendoza, es bastante curioso el hecho de que su humilde y

opaco autor, que no se atrevió a firmar la pieza 2, otorgase veracidad a una supuesta con-versación entre la dama y su marido. Según este relato, en una de las ocasiones en que elnoble guerrero hubo regresado al calor del hogar señorial, su esposa resumió los queha-ceres acometidos durante la ausencia marital respondiendo a su cónyuge: “Señor, ya tenéispalacio en que morar, quinta en que cazar y capilla en que os enterrar” 3.

A esta ingeniosa respuesta, a su “vivísima inteligencia” 4, debe sin duda la Condesade Haro casi toda la fama de que goza en nuestros días. Como prueba, basta con en-trecomillar la frase “tenéis palacio en que morar” y hacer una búsqueda en la fuente

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1 Este trabajo se inscribe en el proyecto de investigación “The Cancionero del Conde de Haro(ca. 1469): A Unique Philosophical Treatise in Medieval Spanish Verses”, financiado por elMinisterio de Cultura, Educación y Deporte a través del Programa Hispanex (convocatoria2013). Quiero agradecer a Efrén de la Peña Barroso su inestimable ayuda para la consulta de ladocumentación en el Archivo Histórico Nacional (Toledo), Sección Nobleza (en adelante, AHN).

2 Se piensa que es Manuel de Assas y Oreño, editor de la publicación costumbrista fundadapor el legendario Ramón de Mesonero Romanos [M. ASSAS Y OREÑO (1856): “Los ahorros de unaCondestablesa de Castilla”, en Semanario pintoresco español, año XXI, pp. 300-301].

3 Refiere esta anécdota F. PEREDA ESPESO (2005): “Mencía de Mendoza, mujer del I

Condestable de Castilla. El significado del patronazgo femenino en la Castilla del siglo XV”, en B.ALONSO, M. C. DE CARLOS VARONA y F. PEREDA ESPESO (eds.): Patronos y coleccionistas: loscondestables de Castilla y el arte (siglos XV-XVII), Valladolid: Universidad de Valladolid, pp. 9-119,especialmente pp. 11-12.

4 Cf. J. PÉREZ DE GUZMÁN Y GALLO (1925): Bajo los Austrias. La mujer española en laMinerva literaria castellana, Madrid: Escuela Tipográfica Salesiana, p. 47.

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de información por antonomasia de nuestro siglo XXI, Google, donde encontraremosalrededor de un centenar de resultados con este criterio: artículos académicos 5, mo-nografías, enciclopedias y diccionarios biográficos 6, blogs e, incluso, la página de pre-sentación de las escrituras para la creación de la famosa capilla de los Condestablesen la catedral burgalesa a la que Mencía de Mendoza dedicó gran parte de su vida 7,todos ellos engalanan la fama de la Condesa de Haro por medio de la sutil agudezaindicada 8.

Sin embargo, como cualquier lector convendrá, el que Mencía de Mendoza hubierapodido decir algo parecido a la famosa frase que se le atribuye por doquier es una su-gerente hipótesis, muy atractiva, pero indemostrable. Tanto que más bien habría queblasonar a esta “manoseada anécdota, tan literaria como inservible” 9 con el cincel delconocido adagio italiano que reza si non è vero, è ben trovato 10. Pero lo realmente curiosoes que otra anécdota de nuestra dama, que se verá a continuación, haya pasado casi to-talmente desapercibida en el conocimiento de su vida 11. La fuente de información esuna obra de un autor probablemente sevillano, pero todavía sin identificar 12, que ha

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5 Como el de B. ALONSO RUIZ (2001): “Palacios donde morar y Quintas donde holgar de laCasa de Velasco durante el siglo XVI”, Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, nº 83, pp. 5-34.

6 La frase figura también en la entrada que, de la Condesa de Haro, escribió J. Luis Garcíade Paz [J. L. GARCÍA DE PAZ (2009): “Mendoza, Mencía de”, en Diccionario biográfico español,Madrid: Real Academia de la Historia, t. XXXIV, pp. 563-564].

7 El documento se conserva en la Fundación Arquitectura COAM y es presentado con lafamosa frase: <http://www.coam.org/pls/portal/docs/PAGE/COAM/COAM_PUBLICACIONES/HTML/mmanusc2.html> [03/09/2013].

8 “Figura interesante y simpática por su talento cultivado, amor a las Artes y especialmentea la Arquitectura, y fina sensibilidad, características todas que recuerdan al padre” [F. LAYNA

SERRANO (1942): Historia de Guadalajara y sus Mendoza, Guadalajara: Aache, 1994, t. I, p. 90a].

9 F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., p. 12.

10 O, como prefiere Layna Serrano, “si en este caso no es verídica, harto merecería serlo” [F.LAYNA SERRANO (1942), op. cit., t. II, p. 91a].

11 Tan solo recoge ambas noticias Juan Agapito y Revilla [J. AGAPITO Y REVILLA (1918-1929):Anotaciones a los «Extractos de los diarios de los Verdesotos de Valladolid», Valladolid: Imprenta de E.Zapatero, pp. 56-57]. Para este trabajo he utilizado la versión digitalizada de libre acceso en la red,efectuada en Valladolid, Junta de Castilla y León, 2009-2010: <http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=775> [23/09/2013]

12 Se suele atribuir su redacción a Diego Fernández de Córdoba, deán de la catedral deSevilla en los años finales del siglo XVI. Cf. C. SANZ ARIZMENDI (1917): “Memorial de algunoscasos”, en Revue Hispanique, nº 40, pp. 228-255.

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llegado a nuestros días a través de tres diferentes manuscritos. En ella se nos da una vi-sión de Mencía de Mendoza radicalmente opuesta a la dama chispeante y ocurrentede la contestación anterior:

La Condesa de Haro, madre de este Condestable 13, fue extraordinariamente altiva,vana y presumida. Tuvo otra hermana tal y tan presumida como ella, Condesa de losMolares, viuda en Sevilla de D. Pedro de Ribera (de quien vienen los Marqueses deTarifa). Avía más de veinte años que no se veían y trataron de verse, señalando un lugarpara donde partió una de Burgos y otra de Sevilla. Llegadas cerca del lugar señalado,pararon ambas con un mismo reparo. Dixo la de Haro: “Si piensa mi hermana que, porser mayor, le he yo de hazer más cortesía que ella a mí, se engaña, que ha de mirar quánmayor señora soy yo”. Dixo la de los Molares: “¿Pensará mi hermana que, porque sumarido aya sido tan gran señor, no me ha de hazer a mí más cortesía como a hermanamayor? ¡Pues se engaña!, que esto es ser mayor por naturaleza y lo otro por fortuna”.Andubieron sobre este ajuste mensages de parte a parte, con demandas y réplicas; yfuese encrespando el negocio y no se pudieron ajustar, y bolviéronse sin verse 14.

Algunos años más tarde, uno de los nietos de Mencía de Mendoza, el V Condes-table de Castilla, llamado también Pedro Fernández de Velasco como su abuelo, re-dactó una genealogía manuscrita (BETA, Manid 4639) 15, destinada en concreto a“fijar la memoria de su linaje” 16. En ella se describía a la Condesa de Haro mediantelos recuerdos que habían llegado a sus descendientes:

Fue muy pequeña de cuerpo, mas muy hermosa de rostro: teníale aguileño; y eramuy blanca y tenía muy buena tez de rostro 17. Tenía buena boca, aunque el labio deabajo hera caído un poco. Tenía la nariz aguileña y los ojos grandes, negros y buenos.

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13 Con “este Condestable” el texto se refiere a Bernardino Fernández de Velasco, de quien eltexto de la obra acaba de contar otra anécdota en el párrafo inmediatamente anterior.

14 C. SANZ ARIZMENDI (1917), op. cit., pp. 249-250.

15 Biblioteca Nacional de España (en adelante, BNE), Mss. 3238. Sigo el sistema deidentificación de fuentes (Manid) de PhiloBiblon - BETA: Bibliografía Española de Textos Antiguos,base de datos dirigida por Charles B. FAUHABER y de libre acceso a través de esta ruta:<http://bancroft.berkeley.edu/philobiblon/beta_en.html> [21/09/2013]

16 Cf. C. JULAR PÉREZ-ALFARO (2010): “Porque tengo obligación: genealogía, escritura eidentidad nobiliarias. Los Velasco”, en M. CASTILLO LLUCH y M. LÓPEZ IZQUIERDO (eds.):Modelos latinos en la Castilla medieval, Madrid-Frankfurt: Iberoamericana-Vervuert, pp. 307-329.Texto citado, en p. 307. Para otra fuente de la misma obra (BNE, Mss. 2018), véase pp. 310-312.

17 Recuérdese que Diego de la Cruz, en su Misa de San Gregorio, conservada actualmenteen el Museo Nacional de Arte de Cataluña, representó una dama que Pereda Espeso sospecha quees la propia Condesa de Haro [F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 19-21 y pp. 76-80].

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Tenía mucha grabedad y onestidad en el rostro,y así ella era muy honesta y muy bien hablada, ymuy graçiosa y de muy gran autoridad, y demucha presunçión. Hera apasionada en lasopiniones que tomaba y çelosa y desabrida conlas personas que no quería mucho. Hera de tanbuen coraçón que le acaeçió muchas beçes enBurgos, quando abía algún ruido entre los unosy los otros de la çiudad, salir hella a despartirlos.Bestíase de muchos colores el tiempo que fuecasada y, después de biuda, muy onestamente 18.

Aunque el relato de su descripción física porparte de su nieto ha sido definido como “cargadode verosimilitud, si no de un sincero afecto” 19, y con independencia de que sí parezcaresponder esta representación al retrato de la Condesa de Haro, caracterizada como damaorante en un lienzo dedicado a Santo Domingo de Guzmán 20, resulta bastante complejodeslindar lo real de lo legendario en estas tres noticias dispersas que nos han llegado deMencía de Mendoza. Como es obvio, su labor en el mecenazgo artístico, imbuido dentrode las coordenadas generales del patrocinio femenino de la época 21, es lo que ha merecidomás atenciones con respecto a su vida y ha sido bien analizado tanto por la erudición pa-sada como por la historiografía científica más reciente. Todos estos estudios han destacadoel caso de la Condesa de Haro como un privilegiado escenario en el que observar cómola promoción artística fue uno de los accesos preferentes de las mujeres al reconocimiento

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18 BNE, Mss. 3238, ff. 45v-46r. Corrijo dos pequeñas erratas: presunçión por ‘persunçion’ ybestíase por ‘bestiasse’. Edita este documento Cristina JULAR PÉREZ-ALFARO dentro del proyectoCRELOC, de libre acceso en Internet a través de esta ruta: <http://www.creloc.net/admin/archivo/docdow.php?id=29> [21/09/2013]

19 Cf. F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., p. 20.

20 La identificación de la Condesa de Haro como la dama que aparece en el retrato (Ibídem,pp. 73 y 109), conservado en el Museo Cívico de Reggio Emilia, ha sido recientemente rebatidapor P. LADRERO GARCÍA (2009): “Un supuesto retrato de Mencía de Mendoza y Figueroa.Propuesta de nueva identificación”, en Berceo, nº 156, pp. 149-189.

21 Para el marco europeo, aunque sin ninguna mención a la península ibérica, véase lacolección de estudios editada por C. LAWRENCE (1997): Women and Art in Early Modern Europe.Patrons, Collectors and Connoisseurs, University Park: Penn State University Press.

Mencía de Mendoza, esposa del Condestable

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social 22. Se adivina, no obstante, la existencia de alguna pequeña laguna en cuanto a sudevenir puramente biográfico, razón por la cual las siguientes páginas estarán dedicadasa un intento de aproximarse a su vida, sin entrar en su perfil de mecenas de artistas másque de pasada; el propósito es más bien el de intentar descubrir a la mujer que subyacedetrás de las anécdotas relatadas y de los clichés más conocidos con respecto a su inter-vención en la arquitectura y en el arte de su época.

PRIMERAS NOTICIAS DE LA DAMA

El hecho de haber nacido en el seno de uno de los linajes castellanos de mayor al-curnia, como el de los Mendoza, delimitaría muy pronto su devenir. Su padre, ÍñigoLópez de Mendoza, no solo fue un reputado miembro de la aristocracia castellanadurante el reinado de Juan II de Castilla en la primera mitad del siglo XV, sino un ex-traordinario hombre de letras, tratadista y poeta destacadísimo, una de las más altascumbres de la cultura hispánica cuatrocentista. Pese a que disponemos de un grancaudal de información acerca de su vida y 23, en especial, de su obra literaria 24, sonescasos los datos que nos han llegado sobre sus descendientes femeninas: no hay no-ticias en crónicas y biografías coetáneas y los grandes genealogistas del Siglo de Orotampoco aportan gran cosa. De Mencía en concreto, López de Haro tan solo consignóque fue “muger de don Pedro Fernández de Velasco, segundo Conde de Haro, primeroCondestable de Castilla de los de la casa de Velasco” 25; mientras que Salazar y Castroapenas añadió que “son sus descendientes Duques de Frías” 26.

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22 Expresado en los términos de N. GARCÍA PÉREZ (2013): “El acceso de la mujer a la «altacultura» en la Europa del Renacimiento”, en Arbor, nº 189, pp. 1-9.

23 Especialmente el estudio de R. PÉREZ BUSTAMANTE (1983): El marqués de Santillana(biografía y documentación), Santillana del Mar: Fundación Santillana.

24 Véase la bibliografía reunida por Ángel Gómez Moreno y Maximillian P. A. M. Kerkhof,MARQUÉS DE SANTILLANA: Poesías completas, ed., introd. y notas de A. Gómez Moreno y M. P. A.M. Kerkhof, Madrid: Castalia, 2003, pp. 67-77. Las novedades surgidas en los últimos añospueden encontrarse en la base de datos de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, de libreacceso en Internet a través de esta ruta: <http://www.ahlm.es/ > [31/08/2013].

25 A. LÓPEZ DE HARO (1622): Nobiliario genealógico de los Reyes y Títulos de España, Madrid:Imprenta de Luis Sánchez, t. I, p. 243a [edición facsímil, Ollabarren: Wilsen Editorial, 1996]. Cuasiidéntica información se halla en el capítulo dedicado a los Condes de Haro (Ibidem, t. I, p. 184b).

26 L. DE SALAZAR Y CASTRO (1697): Historia genealógica de la Casa de Lara, justificada coninstrumentos y escritores de inviolable fe, Madrid: Mateo de Llanos y Guzmán, t. III, p. 504.

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Sí se conoce que el matrimonio de sus padres, pactado en 1403 27, se celebró porpoderes en 1408, cuando los contrayentes tenían aproximadamente unos diez años.El enlace propiamente dicho tuvo lugar en Salamanca el 7 de junio de 1416 28, unavez que, fallecido Fernando I de Aragón, a quien servía como copero mayor 29, Íñigoregresó a Castilla. El primogénito del matrimonio, Diego Hurtado de Mendoza, fu-turo Duque del Infantado, nació en la villa vallisoletana de Tordehumos un año mástarde, en 1417 30. Y alrededor de unos cuatro años después fue Mencía la que vino almundo, tal como se puede deducir de la inscripción que figura en su sepulcro, situadoen la ya mencionada capilla de los Condestables de Burgos:

Aquí iaze la muy illustre señora Doña Mencía de Mendoça, Condesa de Haro,muger del Condestable don Pedro Hernández de Velasco e hija de don Íñigo Lópezde Mendoça i de donna Catalina de Figueroa, Marqueses de Santillana. Murió desetenta i nueve annos, anno de mill i quinientos 31.

La fecha de muerte se puede precisar un poco más debido a que su nieto, el IV

Condestable de la Casa de Velasco, dejó escrito en su relación que su abuela “murióde setenta y ocho años” 32. Sin embargo, la apertura del codicilo testamentario de ladama se hizo “en la villa de Cuevas Ruvias, en postrimero día de diciembre de noventay nueve años” 33. Sin duda esta casualidad de haber fallecido el 31 de diciembre de1499 fue lo que llevó a los encargados de la lápida a poner el año de 1500.

Es muy probable que la dama naciera en Guadalajara 34, en las casas que sus padresposeían en la parroquia de Santa María. Se sabe con seguridad que allí, el 3 de mayo

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27 He consultado la copia de estas capitulaciones, fechadas el 17 de agosto de 1403, que seconserva en la Real Academia de la Historia (en adelante, RAH), colección Salazar y Castro, M-9, ff. 140v-144r.

28 R. PÉREZ BUSTAMANTE (1983), op. cit., p. 40; F. LAYNA SERRANO (1942), op. cit., t. I, p. 253a.

29 Con tal oficio aparece desde junio de 1413. Cf. A. FOLCH (1978): El Marqués deSantillana y Cataluña, Barcelona: Gustavo Gili, pp. 18-21.

30 Cf. A. DE ARTEAGA Y DEL ALCÁZAR (2001): “Herencias y legados adquiridos por don Íñigode Mendoza”, en El Marqués de Santillana, 1398-1458. Los albores de la España moderna,Hondarribia: Nerea, t. I, pp. 89-108, especialmente p. 106.

31 Tomo el texto del epitafio de la Tabla genealógica de la familia Velasco, RAH, col. Salazary Castro, d-47, f. 26v.

32 BNE, Mss. 3238, f. 46r.

33 AHN, FRÍAS, c. 599, d. 12.

34 Así lo considera F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., p. 16.

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de 1428, vino al mundo su hermano menor, Pedro González de Mendoza, el que,andando el tiempo, se convertiría en arzobispo de Toledo y Gran Cardenal de España 35.Ambos hermanos siempre tuvieron una cordial relación 36, y desde luego no hay razónpara pensar que la Marquesa de Santillana, Catalina de Figueroa, residiese en otro lugardistinto siete años antes del nacimiento del que sería llamado “Tercer Rey de España”cuando nació su hija Mencía.

Se podría sospechar que el Marqués de Santillana guardó cierto afecto por esta hijaen tanto que eligió para ella el nombre de su propia abuela, Mencía de Cisneros, a la quesiempre tuvo en alta estima y cariño por haberse criado en su casa 37, rodeado de todosaquellos libros que ilustraron la exquisita educación recibida por el ilustre representante

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35 Cf. R. DE LACADENA Y BRUALLA (2005): El Cardenal de España. Retrato del más poderosoasesor de los Reyes Católicos, Barcelona: Belacqva, p. 19.

36 Sobre la relación entre estos dos hermanos, véase F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., p. 41.

37 “Fue sin duda la promotora de su gusto por la literatura”, en palabras de A. DE ARTEAGA Y

DEL ALCÁZAR (2001), op. cit., p. 94. Con más rigor, otros investigadores extienden esta influenciacultural a “padres, tíos y abuelos” por igual. Cf. A. GÓMEZ MORENO (2001): “Don Íñigo López deMendoza, sus libros y su empresa cultural”, en El Marqués de Santillana, 1398-1458..., op. cit., t. III,pp. 59-81.

Inscripción en el sepulcro de Mencía de Mendoza, en la Capilla del Condestable (Burgos)

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del Humanismo castellano cuatrocentista 38. Además, Íñigo López de Mendoza, en sutestamento 39, dejó a Mencía la nada desdeñable cantidad de treinta y dos mil florinescomo dote 40, superior a la de su hermana María, condesa de los Molares 41. Estoy casiseguro de que estos dos motivos, el llevar el nombre de su bisabuela y el hecho de que lacuantía económica del testamento paterno fuera mayor para ella que para sus otras her-manas, han hecho pensar a quienes se han acercado a su figura, desde genealogistas au-riseculares hasta modernos investigadores, que la Condesa de Haro fue la hija mayor delMarqués de Santillana. Sin embargo, la anécdota antes reproducida indicaba con claridadque María, Condesa de los Molares, era mayor que ella. Si esto fuera cierto, aunque esdifícil certificarlo, quizá se pueda intuir que el Marqués de Santillana privilegió a Mencíacon una mayor dotación testamentaria porque consideraba al enlace con los Velasco im-prescindible para acrecentar la posición de los Mendoza ante el resto de los linajes rivalesde Castilla. De ser cierta esta sospecha, también estoy casi seguro de que este diferentetrato en lo económico debió de ser el origen de la tirante relación entre las hermanas quesubyace en la curiosa hablilla que leímos más atrás.

También es factible sospechar que estos asuntos relacionados con alianzas matri-moniales estén detrás del primer testimonio escrito que se ha conservado sobre Mencíade Mendoza: las dos serranas del Marqués de Santillana “loando su fermosura” (ID3061) 42, para “tres fijas suyas” (ID 2475) 43. El género literario de las serranas, uno

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38 Así lo recordaba el Marqués en su Proemio e carta al Condestable de Portugal: “Acuérdome...siendo yo en hedad no provecta, mas asaz pequeño moço, en poder de mi avuela doña Mençía deÇisneros, entre otros libros, aver visto un gran volumen de cantigas, serranas e dezires” [MARQUÉS

DE SANTILLANA: Poesías completas, op. cit., p. 654].

39 El testamento en AHN, OSUNA, c. 1, d. 762. Sigo la transcripción de F. LAYNA SERRANO

(1942), op. cit., t. I, pp. 320-326, que corrige algunas pequeñas erratas de la primera edición deldocumento, a cargo de R. FOULCHÉ-DELBOSC (1911): “Testament du Marquis de Santillana”, enRevue Hispanique, nº 25, pp. 114-133.

40 Cf. F. LAYNA SERRANO (1942), op. cit., t. I, p. 321a.

41 Madre de otra gran mecenas femenina del siglo XV hispánico: Catalina de Ribera,fundadora del Hospital de las Cinco Llagas e impulsora de la rehabilitación de las Casa de Pilatos.Véase A. ARANDA BERNAL (2005): “Una Mendoza en la Sevilla del siglo XV. El patrocinio artísticode Catalina de Ribera”, en Atrio, nº 10-11, pp. 5-16.

42 Sigo, como es preceptivo, el sistema de siglas y de números de identidad (ID) diseñadopor B. DUTTON (1990-1991): El Cancionero castellano del siglo XV (c. 1360-1520), Salamanca:Universidad de Salamanca-Biblioteca Española del Siglo XV, 7 vols.

43 Pueden leerse en MARQUÉS DE SANTILLANA: Poesías completas, op. cit., pp. 101-105. Lasegunda composición, en el Cancionero de Palacio (SA7), aparece atribuida a otro poeta, Suero deRibera [cf. B. DUTTON (1990-1991), op. cit., vol. VII, p. 119].

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de los más cultivados por su padre 44, no solopresenta a las futuras Condesas de Haro, delos Molares y Medinaceli con la consabida ca-racterización idealizada de la belleza feme-nina medieval 45, sino que, en uno de ellos,Santillana utiliza el conocido recurso lírico dela intertextualidad 46, en este caso poniendoen boca de cada una de las hijas una canciónque aquellas interpretaban cuando el yo poé-tico del Marqués las estaba observando. Noparece un hecho casual que Santillana hagaentonar a una de sus hijas, en concreto la quecanta en primer lugar, la canción “Aguár-danme a mí, / nunca tales guarda vi” (ID2476), sino que muy posiblemente contenga

una alusión implícita al ya mencionado anhelo por parte del cabeza del linaje Mendozade un compromiso entre su hija y el Conde de Haro para cimentar aún más su posiciónpolítica.

Es correcto suponer que Mencía se educó en la corte alcarreña de los Mendoza,pero, como en otros tantos casos, no se tienen noticias ni certeza de cómo se llevó acabo 47. Lo más probable es que permaneciera en la casa paterna hasta que contrajo

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44 Cf. M. A. PÉREZ PRIEGO (2001): “La obra literaria del Marqués de Santillana”, en ElMarqués de Santillana, 1398-1458..., op. cit., t. III, pp. 83-99.

45 Remito al estudio de M. E. LACARRA (1995): “Representaciones femeninas en la poesíacortesana y en la narrativa sentimental del siglo XV”, en I. M. ZAVALA (ed.): Breve historia feministade la literatura española (en lengua castellana), II: Las mujeres en la literatura española, Barcelona:Antrhopos, pp. 159-175.

46 Explicado este fenómeno en los términos descritos por C. SEGRE (1985): Principios deanálisis de texto literario, Barcelona: Crítica, pp. 91-96.

47 Véase el estudio de I. BECEIRO PITA (1999): “Modelos de conducta y programaseducativos para la aristocracia femenina (siglos XII-XV)”, en M. T. LÓPEZ BELTRÁN (coord.): De laEdad Media a la Moderna: mujeres, educación y familia en el ámbito rural y urbano, Málaga:Universidad de Málaga, pp. 37-72.

Detalle de una dama, tal vez Mencía de Mendoza,

en la capilla de los Condestables (Burgos)

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matrimonio, en una fecha que no se sabe con exactitud pero que se puede deducirpor analogías y conexiones familiares. Por ejemplo, se ha conservado una escritura delos Condes de Medinaceli, fechada el 25 de noviembre de 1433 48, sobre la boda entreel primogénito del linaje de Medinaceli, Gastón de la Cerda (1414-1440), y Leonorde la Vega y Mendoza, hermana de Mencía, cuyo enlace por poderes parece habersecelebrado ese mismo año. Pese a ser mayor que Leonor, a Mencía de Mendoza no lellegó una propuesta similar hasta dos años más tarde, en 1435, cuando la Duquesade Arjona, Aldonza de Mendoza, quiso firmar un pacto con su hermanastro, el Mar-qués de Santillana, para dejarle la mitad de bienes “con condiçión que Doña Menzía,fija del dicho Íñigo López, casase con Alfón, fijo de la dicha Duquesa” 49.

A este pretendiente, probable hijo natural de la Duquesa, se le conoce como Alfónel Doncel 50, aunque en ocasiones también se le denomina Rodrigo de Mendoza 51.No sabemos demasiado sobre esta petición matrimonial a la que en ocasiones se hacalificado de chantaje 52, pues el documento no especifica nada más 53; pero precisa-mente tenemos constancia de que el pacto quedó en nada por el subsecuente pleitoabierto por la posesión de los bienes muebles e inmuebles de la Duquesa de Arjona a

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48 AHN, OSUNA, c. 1776, d. 4. Copia en RAH, col. Salazar y Castro, M-9, ff. 148-151.Regesta el documento R. PÉREZ BUSTAMANTE (1983), op. cit., p. 210, d. 88.

49 AHN, OSUNA, c. 1767, d. 1-1, f. 5r. El documento es una concordia entre el propioMarqués de Santillana y Juan de Contreras, albacea testamentario de la finada Duquesa de Arjona,fechada en Segovia el 26 de septiembre de 1435. Hay otra copia del documento en la misma caja,(Ibidem, d. 3-2).

50 La noticia, en C. DE ARTEAGA Y FALGUERA (1940): La Casa de Infantado: cabeza de losMendoza, Madrid: Duque del Infantado, t. I, pp. 106-107.

51 R. PÉREZ BUSTAMANTE (1983), op. cit., p. 58. Aldonza lo llama “primo” en su testamentoy es, con mucho, el mayor beneficiado de su última voluntad. Este testamento ha causado inclusoteorías estrafalarias sobre un supuesto origen alcarreño de Cristóbal Colón: véase José Luis GARCÍA

DE PAZ: “Los inicios de la familia Mendoza”, en su página web personal <http://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/depaz/mendoza/aldonza.htm> [25/09/2013]. El documento, fechado enEspinosa de Henares el 16 de junio de 1435, se conserva en AHN, OSUNA, leg. 1767, d.2-1 y 2-2;lo transcribe L. SALAZAR Y CASTRO (1694): Pruebas de la Casa de Lara, Madrid: Mateo de Llanos, pp.252-255.

52 F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., p. 17.

53 Literalmente se refiere a él Arteaga como un “testimonio original, escrito en papel de cuartilla,sobre una cláusula del testamento de la Duquesa de Arjona, 26 de septiembre de 1434”. Esedocumento original que vio Arteaga se encuentra actualmente en pésimo estado de conservación, confolios deteriorados y con la tinta gastada, pero se puede consultar una copia en papel del s. XVI con elmismo contenido, el ya citado en n. 51.

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su muerte 54, evento tan importante que hasta las crónicas de la época lo reflejan 55.En lo que más nos interesa, podemos confirmar que Mencía seguía soltera aún en elaño 1444, puesto que el Marqués de Santillana escribió que su hija se encontraba,junto a su madre y a sus dos hermanos, Juan Hurtado de Mendoza y Pedro Hurtadode Mendoza, en el alcázar de Guadalajara, a donde habían sido llevadas “por vuestraseguridat, en tanto que yo me parto d’esta villa en serviçio del dicho señor Rey” 56, esdecir, al tiempo que el Marqués se aprestaba a pelear en las campañas previas a la fa-mosa batalla de Olmedo ocurrida el año siguiente.

MATRIMONIO Y PERIPECIAS VITALES COMO CONDESA DE HARO

La incierta fecha de las nupcias se suele situar en los primeros años de la décadade los 50 del siglo XV 57, como se colige de la existencia de unas capitulaciones matri-moniales fechadas el 26 de enero de 1449 en Coruña del Conde 58. Sin embargo, elmismo día se expidió una carta en la que el esposo, Pedro Fernández de Velasco, re-conocía haber recibido ya la cuantía económica de la dote por parte de su suegro, elMarqués de Santillana 59. En este último documento, el futuro Condestable Velasco,aunque insiste en que “eran tratadas palabras de casamiento e matrimonio”, se refierea Mencía de Mendoza como “mi esposa”, por lo cual quizá sea lógico pensar que el

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54 Hay abundante documentación al respecto en AHN, OSUNA, c. 1767, d. 1-1 y 2-1. Deigual forma, los originales están muy deteriorados y apenas legibles, pero hay copias notariales enmejor estado de conservación.

55 Cf. P. CARRILLO DE HUETE: Crónica del Halconero de Juan II, ed. de J. de Mata Carriaz,.Madrid: Espasa-Calpe, 1946 [ed. facsímil, ed. de R. Beltrán, Granada: Universidad de Granada,2006], cap. 258, pp. 209-211.

56 AHN, OSUNA, c. 1876, d. 17. Editado por R. PÉREZ BUSTAMANTE (1983), op. cit., d. 157,pp. 284-286.

57 Cf. A. FRANCO SILVA (2006): Entre los reinados de Enrique IV y Carlos V. Los Condestablesdel linaje Velasco (1461-1559), Jaén: Universidad de Jaén, p. 74.

58 AHN, FRÍAS, 597, d. 46 (olim FRÍAS, leg. 179, nº 27a). Por la existencia de estascapitulaciones de 1449, se hace extraño que García de Paz indique que la boda se celebró en 1436[J. L. GARCÍA DE PAZ (2009), op. cit., t. XXXV, p. 563b], salvo que se trate de un pacto previo almatrimonio cuya existencia desconozco.

59 AHN, FRÍAS, 597, d. 45: “200 florines de oro de la ley y cuño de Aragón, estimados arazón de 80 maravedíes cada un florín, que montó en ellos 1 qüento y 600 maravedíes de lamoneda corriente”. Hay copia del documento en RAH, col. Salazar y Castro, M-92, ff. 61r-65v.

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matrimonio se celebró casi al mismo tiempo que estos documentos se expedían, esdecir, en los primeros meses de 1449.

El elegido para acrecentar la ya existente alianza entre los linajes de Velasco y Men-doza, objetivo máximo de este enlace 60, fue Pedro Fernández de Velasco 61, hijo ho-mónimo del Buen Conde de Haro y 62, por tanto, heredero no solo de diversos oficiosen la curia regia castellana 63, sino también de un amplio patrimonio territorial centrado

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60 “La unión de los padres hiciéronla aún más firme los hijos, si cabe, hasta el punto de parecerel esposo de doña Mencía más hermano que cuñado de los hijos del primer marqués de Santillana,formando gustoso en el bloque indestructible de los Mendozas alcarreños” [F. LAYNA SERRANO

(1942), op. cit., t. II, p. 90a]. En la misma línea se manifiesta F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp.13-14.

61 El más actual de sus perfiles biográficos es el trazado por A. FRANCO SILVA (2006), op. cit.,pp. 13-79.

62 Véase la semblanza que le dedicó Hernando del Pulgar [H. DEL PULGAR: Claros varones deCastilla, ed. de J. Domínguez, Madrid: Espasa-Calpe, 1954, pp. 29-34].

63 En especial, el de Camarero mayor. Cf. J. DE SALAZAR Y ACHA (2000): La Casa del Rey deCastilla y León en la Edad Media, Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, pp.250-253. Hay abundante documentación con la concesión de todos estos títulos y prebendas enAHN, FRÍAS, c. 597 (olim FRÍAS, leg. 179).

Documento de Mencía de Mendoza, en la Real Academia de la Historia, Madrid

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en los señoríos de Villadiego, Briviesca, Haro y Medina de Pomar 64. Es probable queen ese mismo año la futura Condesa pasara a residir en aquella última villa, centro delentorno cortesano de los Velasco, donde tal vez hubiera podido entrar en contacto conlos trovadores y poetas de la corte literaria del antiguo Buen Conde 65, aunque no seposean pruebas documentales efectivas para afirmarlo con rotundidad. Tan solo cono-cemos que Lope García de Salazar, el famoso cronista y bibliófilo vasco 66, se crió enaquella corte de los Condes de Haro, y fue su propio padre, Lope García de Salazar,quien lo llevó ante “la Condesa de Haro estando ella en Ferreras, que es en Campos,en la casa de Ferrera e ante la Condesa en su cámara” 67.

A pesar de que lo más frecuente en la Edad Media era que las mujeres pasaran de laautoridad paterna a la marital tras las nupcias, lo cierto es que nuestra Condesa de Harodispuso de bastante independencia, sobre todo en el plano económico. Por ejemplo, conocasión de la muerte de su madre, en 1456, aparece en la documentación como una delas beneficiarias de parte de la herencia 68; dos años más tarde su hermano, Diego Hurtadode Mendoza, firmó como sucesor en los títulos paternos un documento comprometién-dose a abonar las citadas dotes que el fallecido Marqués había dejado a sus hermanas,Mencía, María y Leonor 69. Más adelante, el primer documento en que encontramosuna donación a favor de la futura Condesa de Haro es del 3 de marzo de 1471, cuandoel monarca castellano, Enrique IV, otorgó un privilegio de confirmación de un juro deheredad, por valor de 200.000 maravedíes, “para vos, vuestros herederos e subçesores”,situado en las alcabalas y tercias de varias villas castellanas, en especial la de Villadiego 70.

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64 Cf. F. J. GOICOLEA JULIÁN (1999): Haro: una villa riojana del linaje Velasco a fines delmedievo, Logroño: Gobierno de La Rioja-Instituto de Estudios Riojanos; y R. SÁNCHEZ DOMINGO

(1999): El régimen señorial en Castilla Vieja. La Casa de los Velasco, Burgos: Universidad.

65 De Mencía de Mendoza se ha escrito, pero sin documentar la fuente, que “recibió loshomenajes de la mayor parte de los poetas cortesanos de su siglo, que en ella admiraban lasaptitudes de una inteligencia vivísima, iluminada por los esplendores de la más sólida literariailustración” [J. PÉREZ DE GUZMÁN Y GALLO (1925), op. cit., p. 47].

66 Véase G. AVENOZA (2006): “Lope García de Salazar: la formación de un bibliófilo y de subiblioteca, una visión general”, en eHumanista. Journal of Iberian Studies, nº 6, pp. 34-67.

67 El texto citado por S. AGUIRRE GANDARIAS (1994): Lope García de Salazar. El primerhistoriador de Bizkaia (1399-1476), Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, p. 210. Parecida informaciónse repite en p. 219.

68 RAH, col. Salazar y Castro, M-10, ff. 31r-35r.

69 Ibidem, M-23, ff. 98r-98v.

70 AHN, FRÍAS, c. 499, d. 1. El documento se encuentra inserto en un traslado autorizadopor el escribano Juan de la Torre el día 6 de febrero de 1478.

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Tal vez esta independencia económica se deba al riquísimo patrimonio de su esposo,heredero, entre finales de 1469 y principios de 1470 71, de toda la suculenta remesa derentas de los Velasco en tierras de la meseta norte. Además, tan solo tres años despuésfue honrado por Enrique IV con la condestablía castellana 72, sustituyendo al reciente-mente fallecido Miguel Lucas de Iranzo 73. Como quiera que el oficio de Condestableconsistía en ostentar la comandancia del ejército regio en el campo de batalla, a partirde esta década de los 70 del siglo XV debieron de comenzar las ausencias del Conde deHaro y, por lo tanto, la delegación en su esposa de muchos de los asuntos de gobiernocondal. El más temprano ejemplo que he encontrado al respecto es de principios deenero de 1471, cuando los regidores de la villa de Haro se dirigieron a la Condesa paraque resolviese una disputa entre dos aspirantes a la alcaldía, Pedro López de Ayo y Fer-nando Sánchez de Hita. Sorprende un tanto, por su equidad y por salirse de lo habitual,la salomónica decisión tomada por Mencía de Mendoza: que, para evitar problemas,durante un año ocupasen ambos la alcaidía 74. Sin embargo, la solución propuesta porla dama no satisfizo a los miembros del concejo de Haro, quienes finalmente presionaronpara que el primero de los candidatos arriba mencionados fuera el elegido. No obstante,hay que apuntar en el haber de la Condesa que su decisión fuera “un precedente de lareforma [del procedimiento de elección] que se llevará a cabo algunos años más ade-lante” 75, efectuada en el año 1483 76. Pero este fracaso, tal vez, espoleó el hecho de que,durante toda la época de gobierno del II Conde de Haro, los asuntos de la villa los di-lucidó su primogénito, Bernardino Fernández de Velasco, que fue quien regularmente

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71 El Buen Conde de Haro murió a finales de 1469. Cf. A. DE PALENCIA: Crónica de EnriqueIV, trad. de A. Paz y Meliá, Madrid: Atlas, 1975, t. I, p. 302b; y A. LÓPEZ DE HARO (1622), op.cit., t. I, p. 183.

72 Para todo lo relacionado con su labor al frente de este oficio, véase J. TORRES FONTES

(1971): “Los condestables de Castilla en la Edad Media”, en Anuario de Historia del DerechoEspañol, nº 41, pp. 57-112, especialmente pp. 98-100.

73 Cf. P. SALAZAR DE MENDOZA (1794): Origen de las dignidades seglares de Castilla y León,Madrid: Oficina de Benito Cano, p. 324 [ed. facsímil, con prólogo de E. Soria Mesa, Granada:Universidad de Granada, 1998]. A. LÓPEZ DE HARO (1622), op. cit., t. I, p. 184b consigna el año1472 como el de la concesión de la dignidad, error que desde él se ha perpetuado incluso enestudios recientes como el de H. NADER (1986): Los Mendoza y el Renacimiento español, trad. deJ. Valiente Malla, Guadalajara: Institución Provincial de Cultura «Marqués de Santillana», p. 148.

74 Cf. F. J. GOICOLEA JULIÁN (1999), op. cit., pp. 167-168.

75 Ibidem, p. 167.

76 El documento donde puede leerse esta reforma en AHN, FRÍAS, c. 414, d. 11 (olim FRÍAS,leg. 96, d. 9).

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visitaba al concejo para velar por los intereses de su linaje 77, lo cual, a su vez, pudo ser elorigen de las tensas relaciones que el primogénito de los Velasco mantendría con su madre.

En el reinado de los Reyes Católicos, los Condes de Haro fueron de los nobles quecon mayor rapidez aceptaron a Isabel I como legítima heredera de la corona castellana,lo que les valió ser favorecidos por los nuevos monarcas. Tal vez no haya una mejorprueba de esta solidez y cercanía del matrimonio Velasco-Mendoza a los monarcas deCastilla y Aragón como el hecho de que fuese el Conde de Haro uno de los cinco pa-drinos del príncipe Juan, bautizado en Sevilla el 9 de agosto de 1478 78. Estas buenasrelaciones también se vislumbran en los reajustes económicos que los Reyes Católicosobligaron a hacer a todas las familias de la nobleza castellana: las famosas reduccionesde juro del año 1480. En ellas, a pesar de que la pareja condal figura con unos altísimosingresos de casi millón y medio de maravedíes 79, el recorte que la monarquía los obligóa aceptar fue de apenas 300.000 80, una cantidad sin duda importante pero que no su-puso una significativa merma de sus rentas, como sí lo fue en otros casos.

En esta misma época, la década de los 80 del siglo XV, ya era evidente que, ante lasausencias de su marido, partícipe pleno en los conflictos militares del reinado de losReyes Católicos, la Condesa de Haro ejercía un notable papel en la administración se-ñorial de los Velasco, incluyendo los asuntos relacionados con el patrocinio artístico 81.Son varias las pruebas documentales que certifican que, en efecto, así fue. Para empezar,en las actas capitulares de Burgos del 1 de julio de 1482 se señala específicamente que,en relación con la construcción de la capilla 82, el cabildo burgalés había enviado:

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77 Cf. F. J. GOICOLEA JULIÁN (1999), op. cit., p. 171.

78 Así lo indica A. BERNÁLDEZ: Memorias del reinado de los Reyes Católicos, ed. de J. de MataCarriazo y M. Gómez-Moreno, Madrid: Real Academia de la Historia, 1962, pp. 73-75.

79 Cf. A. MATILLA TASCÓN (1952): Declaratorias de los Reyes Católicos sobre reducción de jurosy otras mercedes, Madrid: Imprenta Sánchez Ocaña, pp. 118-119.

80 Recoge el dato D. CLEMENCÍN (1821): Elogio a la Reina Católica doña Isabel, al que siguenvarias ilustraciones sobre su reinado, Madrid: Imprenta de Sancha, p. 148. Para este trabajo he utilizadola versión digitalizada de libre acceso en la red, efectuada en Valladolid, Junta de Castilla y León,2009-2010: <http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=1330> [22/09/2013].

81 E. ALEGRE CARVAJAL (2009): “Prestigio, ciudad y territorio. El papel de Berlanga de Duerodentro de la estructura de poder de los Velasco, Duques de Frías”, en Tiempos Modernos, vol. 6, nº 18,de libre acceso en la red: <http://www.tiemposmodernos.org/tm3/index.php/tm/article/view/147/199> [07/09/2013]; E. ALEGRE CARVAJAL (2012): “Utopía y realidad. Mujeres Mendozaconstructoras de la ciudad renacentista”, en A. SERRANO DE HARO SORIANO y E. ALEGRE CARVAJAL

(eds.): Retrato de la mujer Renacentista, Madrid: UNED, pp. 45-65.

82 Para las reformas incluidas, véase F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 51-53.

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Capilla de los Condestables, Catedral de Burgos

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Capilla de los Condestables,Catedral de Burgos

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deputados que fablasen con la muy magnífica señora Condesa de Haro del logar en estasanta iglesia donde pudiese edificar una capilla, con su sacristanía, para la sepulturadel muy magnífico señor Condestable de Castilla, su marido, e de ella e los otros susdescendientes 83.

Fuese por ausencia de su marido o por delegación de aquel, lo cierto es que otrosdocumentos también demuestran que Mencía de Mendoza poseyó plenos poderes parahacer y deshacer en la administración de la casa de Velasco. Así, el 20 de agosto de 1482,meses más tarde del documento antes reproducido, el Condestable de Castilla, que con-fesaba estar tanto a punto de “entrar en tierra de moros, enemigos de nuestra fe católica”como preocupado por su testamento “porque al presente yo no lo puedo así hazer comoconbiene a última disposiçión de mi fazienda”, otorgaba un poder a su mujer, en docu-mento con firma autógrafa, para que ella pudiese alterar o modificar la última voluntaddel guerrero en caso de fallecer en el campo de batalla. Las razones del Conde son es-clarecedoras de la confianza que depositaba en su esposa:

Porque lo tal [i.e., el testamento del Conde de Haro] muchas veces he platicado ecomunicado con la Condesa de Haro, mi muger, e ella sabe mi entinçión y voluntadúltima en esta parte; e confiado de su virtud, seso e linage..., dó e otorgo mi podercomplido en la mejor forma y manera que puedo, e de derecho, a la dicha Condesa, mimujer 84.

Al margen de las fuentes escritas, también hay otro tipo de testimonios, como losepigráficos, que demuestran con claridad suficiente el componente personal de Mencíade Mendoza en sus labores de mecenazgo. Es el caso de la inscripción gótica grabadaen el sepulcro de San Pedro Regalado, situado en el convento de la Aguilera (Burgos),mausoleo en el cual participó activamente la Condesa de Haro pese a que la fama desu construcción y responsabilidad haya pasado, en fechas algo posteriores, al haber pa-trimonial e impulsor de Isabel I de Castilla y León 85. Sin embargo, el caso es que nohay rastro material de que la intervención de la Reina Católica se hubiese producido,mientras que la parte final de la inscripción del citado monumento reza: “Comitissa de

83 Archivo de la Catedral de Burgos, reg. 22, f. 38v. El texto es manejado por P. SILVA

MAROTO (1988): “Patronazgos en la catedral de Burgos en el siglo XV”, en Patronos, Promotores,Mecenas y Clientes. Actas del VII Congreso CEHA, Murcia: Universidad de Murcia, pp. 93-100,especialmente p. 99.

84 AHN, FRÍAS, c. 599, d. 3. Como curiosidad añadida a esta confianza mostrada por el Condede Haro hacia mujeres de su entorno familiar, el mismo documento establece que si la CondesaMencía de Mendoza “no quisiera o no pudiere hacer lo suso dicho, dejo este mi poder (…) a miermana, la abadesa de Santa Clara de Medina de Pomar”.

85 Como bien indica F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 29-33.

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Haro adornavit sepulcrum qui, in praemium, orat pro ea assidue” 86, es decir, “la Condesade Haro adornó el sepulcro de quien, como premio, reza por ella de forma continua”.De lo que no hay duda es de que las buenas relaciones entre ambas mujeres, Mencíade Mendoza y la reina Isabel I, continuaban durante estos años. Así cabe interpretar laconfirmación, el 20 de abril de 1483, de los famosos y ya mencionados atrás juros deheredad que la Condesa de Haro tenía situados en la merindad de Villadiego; además,la Reina Católica ordenó a sus contadores que emitieran cartas de privilegio tan rápidocomo les fuese posible para certificar esta confirmación 87.

Todas las pruebas documentales mencionadas hasta aquí ponen de relieve no solosu independencia económica, sino también el soporte financiero con que contó la Con-desa de Haro para ser mecenas del arte y de la arquitectura de su siglo 88, configurándosecomo pionera en la adopción de las corrientes artísticas procedentes de Europa occi-dental 89. Es curioso el hecho de que, en diversas ocasiones, se suela referir la fecha delos dos primeros documentos mencionados, 1482, como la del inicio de su papel pre-ponderante en diversas construcciones artísticas 90. En especial, se ha destacado su de-terminación en construir la popularmente llamada Casa del Cordón, que debe sunombre a la presencia de “un bizarro cordón esculpido que enmarcaba y coronaba laportada” 91, posible reflejo de la devoción franciscana de la Casa de Velasco 92, ligada enespecial a la reforma de Pedro de Villacreces 93. El famoso palacio urbano burgalés ha

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86 Tomo la inscripción de M. SANGRADOR VÍTORES (1859): Vida de San Pedro Regalado,patrón de Valladolid, Oviedo [ed. facsímil, Valladolid: Maxtor, 2002], p. 134.

87 AHN, FRÍAS, c. 504, d. 3.

88 Cf. B. ALONSO RUIZ (2003): Arquitectura tardogótica en Castilla. Los Rasines, Santander:Universidad de Cantabria, pp. 73-106.

89 Véase el reciente trabajo de D. MARTENS (2013): “Los primitivos flamencos y la recepciónde sus propuestas en el reino de Castilla”, en Boletín de la Institución Fernán González, nº 246, pp.119-150.

90 Así lo hace I. CADIÑANOS BARDECÍ (1983): “Felipe Bigarny, Alonso Berruguete y lossepulcros de los Condestables en Burgos”, en Archivo Español de Arte, t. 56, nº 224, pp. 341-354,especialmente p. 343.

91 J. YARZA LUACES (1993): Los Reyes Católicos. Paisaje artístico de una monarquía, Madrid:Nerea, p. 235.

92 R. SÁNCHEZ DOMINGO (1999), op. cit., p. 127; amplía la información respecto F. PEREDA

ESPESO (2005), op. cit., pp. 21-25.

93 Cf. E. PAULINO MONTERO (2013): “Patrocinio religioso, patrocinio artístico e identidadfamiliar a finales de la Edad Media. El caso de los Fernández de Velasco”, en eHumanista. Journalof Iberian Studies, nº 24, en prensa.

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Casa del Cordón, Burgos

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sido convenientemente analizado en diversos estudios 94, así que solo destacaré, una vezmás, la intensa participación de la Condesa en su edificación 95.

Es preciso también subrayar que el nombre de Mencía de Mendoza va unido deforma indisoluble al de la capilla de los Condestables de la catedral de Burgos, cuyaconstrucción emerge como su peripecia vital más importante 96, y también aquella a

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94 Cf. B. ALONSO RUIZ (2003), op. cit., pp. 79-80, y la bibliografía remitida por ella.

95 E. ALEGRE CARVAJAL (2012), op. cit.

96 Tal como refieren H. NADER (1986), op. cit., p. 218; y B. ALONSO RUIZ (2003), op. cit.,p. 77.

Escudos en la Casa del Cordón, Burgos

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la que más estudios se han dedicado, en especial desde la perspectiva de la Historiadel Arte, aunque no tanto en lo relativo a la participación efectiva de la Condesa deHaro en la evolución de este gran hito artístico del siglo XV hispánico 97. En principio,cabe decir que el factor esencial de la capilla de los Condestables es el hecho de quelos Velasco dejasen de ser sepultados en Medina de Pomar, donde se hacía “el ente-rramiento principal de nuestro linaje”, en palabras del Buen Conde de Haro 98, parapasar a Burgos. Cierto es que la urbe burgalesa era cabeza del reino y lugar habitualde residencia de Mencía y de su esposo 99, pero el hecho de modificar la preferenciafuneraria de la familia Velasco por un lugar más recóndito y apartado, tal como solíaser frecuente en la época 100, es, desde luego, un cierto efecto de “distanciarse de susascendientes Velasco” 101 deseado por Mencía de Mendoza. Sin embargo, no es elúnico factor que se ha de tener en cuenta, pues esta acción se inscribe de pleno en laconocida querencia de la aristocracia cuatrocentista castellana por abandonar sus do-minios señoriales y abrazar la vida urbana 102, además de la cada vez mayor necesidadnobiliaria de crear un efecto positivo tanto en el prestigio del linaje como en su poderefectivo mediante la participación en las políticas locales y del reino 103.

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97 Sobre este aspecto, sigo fundamentalmente el estudio de A. FRANCO SILVA (2010): “Notassobre la capilla del Condestable de la catedral de Burgos”, en El Condado de Oropesa y otros estudiosde Historia medieval, Jaén: Universidad de Jaén, pp. 545-563.

98 Citado por B. ALONSO RUIZ (2003), op. cit., p. 75.

99 Se sospecha que hacia 1480 los Condes de Haro ya habían trasladado su residencia a laciudad de Burgos. Cf. A. FRANCO SILVA (2010), op. cit., pp. 547-550.

100 Cf. P. SILVA MAROTO (1988), op. cit., p. 95.

101 En palabras de B. ALONSO RUIZ (2005): “Arquitectura y arte al servicio del poder. Unavisión sobre la Casa de Velasco durante el siglo XVI”, en B. ALONSO, M. C. DE CARLOS VARONA

y F. PEREDA ESPESO (eds.): Patronos y coleccionistas..., op. cit., pp. 121-206, especialmente p.131.

102 Para el mecenazgo del Condestable y de su esposa, Mencía de Mendoza, se ha señalado una“intención política de propaganda y prestigio del linaje en las fundaciones de la familia Velasco”, encontraste con las “fundaciones benéfico-religiosas” del anterior ocupante de la dirección del linaje.Cf. B. ALONSO RUIZ (2003), op. cit., pp. 76-77. Véase también E. PAULINO MONTERO (2013), op.cit., passim.

103 A este respecto y para el período inmediatamente anterior a la Condesa de Haro Mencíade Mendoza, véase el estudio A. MORALES MÁLGA (2012): El linaje de los Velasco y la ciudad deBurgos (1379-1474). Identidad y poder político, Madrid: La Ergástula Ediciones. Para el periodoposterior véase E. ALEGRE CARVAJAL (2009), op. cit.

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Aunque el encargo de construcción de la capilla se ha fechado bastante años antes 104,el documento de fundación, que data del 20 de septiembre de 1487 105, contiene unacuriosa advocación trinitaria, que parece haber sido muy del gusto femenino en el sigloXV castellano 106. Al margen de las inherentes preocupaciones en documentos de similar

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104 Chueca Goitia cita textualmente un documento fechado en 1468 en que los Condes deHaro habrían ordenado la edificación de la capilla “para nuestro enterramiento y sepulcros cuandoa Nuestro Señor plugiere [sic] de nos llevar de esta vida presente”. No obstante, no especifica de quédocumento se trata y yo no he podido hallar nada parecido. Cf. F. CHUECA GOITIA (1965): Historiade la arquitectura española: Edad Antigua y Edad Media, Madrid: Dossat, p. 557.

105 AHN, FRÍAS, c. 387, d. 1-2 (olim FRÍAS, leg. 84, nº 1-2). Los documentos digitalizados sepueden consultar en PARES: Portal de Archivos Españoles <http://pares.mcu.es/> [22/09/2013]

106 Una panorámica general de estas advocaciones puede leerse en el estudio de I. BECEIRO

PITA (2010): “La aristocracia de Castilla y sus abogados celestiales”, en Estudios de Historia deEspaña, nº 12, pp. 27-48. Para el caso concreto de la devoción trinitaria de la famosa LeonorLópez de Córdoba, privada de la reina Catalina de Lancaster, véase mi propio trabajo, O. PEREA

RODRÍGUEZ: “Por mi Señora, la Reina Catalina. Las donaciones de Leonor López de Córdoba almonasterio cordobés de San Pablo (1409)”, en prensa.

Detalle de la Capilla de los Condestables, Catedral de Burgos

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calado 107, lo que importa en este caso es destacar que se le atribuye a Mencía de Mendozauna especial dedicación para que la capilla burgalesa se terminase de construir 108:

Nos, el Condestable de Castilla, don Pedro Fernández de Velasco, Conde deHaro, e yo, la Condesa doña Mençía de Mendoça, su mujer, fecimos e mandamosfacer e edificar, e edificamos, una capilla en la iglesia de Burgos 109.

Algunos investigadores, basándose en la ya mencionada fuente de las actas capitu-lares burgalesas 110, atribuyen a la Condesa de Haro la decisión directa de contratar aSimón de Colonia, maestro de la catedral de Burgos, para construir la capilla 111,siendo esta decisión una de las principales pruebas de su patronazgo activo 112. Conel gran artista al mando, las obras avanzaron a buen ritmo, de forma que en 1486 elSumo Pontífice, Inocencio VIII 113, garantizó la concesión del permiso para edificarla,seguramente impresionado por los más de 4.000 ducados de oro que los Condes deHaro llevaban ya invertidos en su construcción 114. En cuanto a lo puramente artístico,resulta digno de mención el hecho de que, al contrario de los aires italianizantes pre-feridos por otros miembros de la familia Mendoza, la Condesa Mencía “optó por losartistas más reputados en Burgos entonces” 115, como el ya referido Simón de Coloniao Gil de Siloé 116.

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107 A. FRANCO SILVA (2010), op. cit., pp. 550-554, sintetiza de forma concisa todas susdisposiciones.

108 Más información al respecto en J. YARZA LUACES (1993), op. cit., pp. 252-273; y A.FRANCO SILVA (2010), op. cit., pp. 554-555.

109 AHN, FRÍAS, c. 387, d. 1 (olim FRÍAS, leg. 84, nº 1), ff. 5r-v.

110 P. SILVA MAROTO (1988), op. cit., pp. 99-100.

111 B. ALONSO RUIZ (2003), op. cit., pp. 77-78.

112 Cf. N. GARCÍA PÉREZ (2013), op. cit., p. 6.

113 Para la participación de su hermano, el Conde de Tendilla, en la empresa, véase F. PEREDA

ESPESO (2005), op. cit., pp. 51-52.

114 Recoge la noticia F. CHUECA GOITIA (1965), op. cit., p. 557.

115 P. SILVA MAROTO (1988), op. cit., p. 100.

116 Diferentes lecturas de la capilla en F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 52-59; y F.CROSAS (1997): “Las lecturas de doña Mencía: la iconografía del retablo de Santa Ana de la capilladel Condestable de la Catedral de Burgos”, en Scriptura, nº 13, pp. 207-216.

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LOS PROBLEMAS DE LOS ÚLTIMOS AÑOS

Este empeño de la Condesa por construir tal capilla es mucho más importante sise tiene en cuenta que su esposo, el Conde de Haro y primer Condestable del linajeVelasco, no pudo verla finalizada, puesto que falleció en los primeros días de 1492,apenas unos días más tarde de recibida la noticia de la definitiva toma de Granadapor parte del ejército de los Reyes Católicos 117. El último documento en que se men-ciona al matrimonio Velasco-Mendoza unidos está fechado el 25 de agosto de 1488,y se trata de una venta otorgada a su favor por parte del monasterio de Santa Clarade Medina de Pomar del lugar de Hoz de Arreba, con sus torres y fortalezas 118. Lahabitual concordia entre Conde y Condesa continuó por buena senda hasta la muertedel Condestable, momento en el cual, como han señalado diversos investigadores, co-menzaron los graves problemas entre ella y su hijo primogénito 119. Para Franco Silva,es evidente el “desinterés que mantuvo siempre su hijo... por la obra iniciada por supadre, mucho más preocupado por engrandecer su patrimonio que por la erecciónde monumentos funerarios” 120. Pereda Espeso, por su parte, señala que esta “luchacontra los derechos legales de su primogénito” es un asunto “especialmente interesantepara el estudio del patronato femenino” 121.

La relación entre madre e hijo fue especial desde el principio, y es de suponer que co-menzase en parámetros afectivos radicalmente opuestos a cómo iba a finalizar. Esto esdebido a que el primer varón del matrimonio se hizo esperar bastantes años, pues no fuesino nacidas todas las hijas cuando vino al mundo. En su nombre, Bernardino, se puedeobservar la devoción que los Condes de Haro tuvieron por este santo italiano 122, visible

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117 “Fallesció este condestable en Burgos a seis de enero, día de los Reyes, año de millcuatrocientos noventa y dos”, cf. L. GALÍNDEZ DE CARVAJAL (1851): Adiciones genealógicas a los“Claros varones de Castilla” de Fernán Pérez de Guzmán, Madrid: Viuda de Calero, pp. 423-536. Eltexto citado, en p. 454. La misma información recoge el cronista ALONSO DE SANTA CRUZ: Crónicade los Reyes Católicos, ed. de J. de Mata Carriazo, Sevilla: Escuela de Estudios Hispanoamericanos,1951, t. I, p. 76. Para los gastos de sus exequias pagados por la villa de Haro, véase F. J. GOICOLEA

JULIÁN (1999), op. cit., p. 226.

118 AHN, FRÍAS, c. 399, d. 5.

119 Sobre la descendencia de los Condes de Haro, véase A. LÓPEZ DE HARO (1622), op. cit.,t. I, pp. 184b-185a; y F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., p. 18.

120 A. FRANCO SILVA (2010), op. cit., p. 554.

121 F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., p. 13.

122 Cf. F. COLOTTA (2013): “Bernardino da Siena: la forza delle parole”, en Medioevo, vol. 16,nº 9, pp. 44-55.

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de igual manera en algunos de sus patrocinios artísticos 123. Desde esta hipotética perológica alegría materna por el nacimiento del heredero primogénito que aseguraba la su-cesión natural del linaje, no disponemos de muchas pruebas para conocer si la relaciónfue recíproca en términos de amor filial, salvo cierta sospecha, ya indicada páginas atrás,de que no debió de sentar muy bien a Mencía de Mendoza el dejar de intervenir en losasuntos concejiles de la villa de Haro para dejar paso a su hijo mayor. En este sentido, síes un tanto extraña la presencia de los tres personajes, Pedro, Mencía y Bernardino, enun documento de 1490 mediante el que se comprometen con los Condes de Aguilar ano firmar una alianza matrimonial en su contra y a favor del Duque de Nájera 124. Aun-que de forma sinuosa y opaca, quien consulta la documentación de la Casa de Velascopuede percibir un más que probable mutuo recelo y desconfianza entre madre e hijo enalgunas de las decisiones políticas del linaje durante los últimos años de vida del primerCondestable de este linaje.

Con todo, el 27 de noviembre de 1493 los dos hijos varones del matrimonio, Ber-nardino e Íñigo, se comprometieron por escrito con su madre para cumplir las cláu-sulas testamentarias de su fallecido progenitor 125, lo que, en principio, es indicativode que ambos se obligaban de buena gana y con filial respeto a guardar las postrerasdisposiciones paternas. Pero los problemas comenzarían muy pronto, influidos segu-ramente por ciertas irregularidades que, según todos los indicios, cometió el herederode la Casa de Velasco con el testamento de su padre 126. Bernardino debió de estar entotal desacuerdo con la forma en que fue redactado 127, y muy probablemente culpasea su madre, Mencía de Mendoza, de aquella redacción, en tanto era lesiva para susintereses como primogénito al enajenar bienes que correspondían al mayorazgo.

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123 Cf. F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., p. 18 y pp. 25-28; y E. PAULINO MONTERO (2013),op. cit., passim.

124 RAH, col. Salazar y Castro, K-37, ff. 180r-180v. Extracta el documento L. DE SALAZAR Y

CASTRO (1697): Historia genealógica de la Casa de Lara..., op. cit., t. II, p. 120.

125 AHN, FRÍAS, c. 599, d. 21.

126 Cf. A. FRANCO SILVA (2006), op. cit., pp. 77-79. Como señala F. PEREDA ESPESO (2005),op. cit., p. 60, el testamento del II Conde de Haro no está localizado, seguramente por estamanipulación efectuada por su primogénito. Se conoce algo más de él por una reclamación de suhija, Mencía de Velasco y Mendoza, sobre posesiones paternas efectuada el15 de marzo del mismoaño (AHN, FRÍAS, c. 599, d. 8), y sobre todo, por una declaración de esta misma dama aceptandolas cláusulas testamentarias, efectuada el 2 de octubre de 1493 (Ibidem, d. 9).

127 Hay una gran actividad de reclamaciones por su parte entre 1492 y 1495. La documentaciónse puede seguir en AHN (Ibidem, d. 1-21).

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Buena prueba de este enfrentamiento es un documento de 1493, en el que el nuevoCondestable y Conde de Haro sugiere con claridad el efecto negativo emanado deaquella confianza conyugal de su padre. Bernardino acusa sin ambages a su madre deponer en peligro las cuentas del linaje por culpa de su afán de patrocinio y de ir encontra de los deseos de su abuelo, el Buen Conde, en cuanto a la elección de sepulcro.En palabras del despechado hijo, su padre habría accedido a construir la capilla por:

el entrañable amor que, con mucha raçón, tenía e tobo siempre a su señora, cuyacompañía quiso perpetuar por la dicha sepultura, no pudiéndolo ni deviéndolo hazersegund la disposiçión del fundador del mayoradgo, e poniéndose en aventura deperder el dicho mayoradgo 128.

Resulta difícil discernir si tal acusación es cierta y, en efecto, el Condestable habríadejado hacer a Mencía a su antojo lo relacionado con la capilla hasta el punto deponer en peligro la viabilidad económica de los Velasco. En cualquier caso, la Condesaviuda centró su objetivo en asegurar las rentas que se usaban para financiar la cons-trucción, sobre todo conseguir que parte de los jugosos diezmos de la mar deberían

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128 AHN, FRÍAS, c. 599, d. 23 (olim FRÍAS, leg. 180, nº 21). En esta misma caja 599 hay otrascopias notariales de este documento, Ibidem, d. 24-26 (olim 22-24), fechadas en épocas posteriores.

Sepulcro de Mencía de Mendoza y su esposo en la Capilla de los Condestables, Catedral de Burgos

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dedicarse a este menester 129. Fue, sin duda, el empeño personal de Mencía de Mendozalo que hizo posible que la construcción continuase 130, si bien con retrasos y de formamucho menos fluida que antes de 1492 131, e incluso forzó la situación hasta el puntode que, tras años de litigio 132, al final fuera posible firmar una concordia, fechada el 5de noviembre de 1495 133, en la que se clarificaban por completo las responsabilidadesfinancieras de Bernardino con respecto a las mandas testamentarias de su padre, en es-pecial las relativas a su enterramiento. Como prueba de esta mejora de las relaciones, elcadáver del finado Condestable se trasladó a la que sería su sepultura eterna, aún no fi-nalizada, por lo que tuvo que reposar de forma provisional en el coro de la catedral bur-galesa 134. Hay que destacar, en cualquier caso, que la voluntad de la Condesa de Harofue invariable: no cejar en el empeño de continuar con la obra de la capilla, para lo cualcontó siempre con el apoyo moral de los Reyes Católicos. Esto se ve con claridad enuna carta, fechada en marzo de 1494, en la que los monarcas conminan a los miembrosdel Consejo de la Orden de Calatrava a que, desde su cuartel general de Almagro, estu-viesen pendientes de que un comerciante, de nombre Alonso Martínez de Begíjar, su-ministrase a Mencía de Mendoza piedra de las canteras situadas en la entonces enclavadaen el reino de Granada y hoy almeriense sierra de Filabres, material que estaría destinado,como cualquier lector puede suponer, a la construcción de la capilla 135.

Al mismo tiempo, la Condesa de Haro hizo un gran esfuerzo al dedicar gran partede sus propias rentas para el mismo fin, tal como ha llegado en un documento de con-firmación de donaciones posterior, del año 1500 136, pero que se refiere a una disposiciónde la condesa viuda efectuado en 1496. En este documento se observan trazas de una

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129 Cf. A. FRANCO SILVA (1989): “Los condestables de Castilla y la renta de los diezmos de lamar”, en En la España Medieval, nº 12, pp. 255-284; recogido en el libro del mismo autor A.FRANCO SILVA (1996): La fortuna y el poder, Cádiz: Universidad de Cádiz, pp. 465-497.

130 J. YARZA LUACES (1993), op. cit., p. 252.

131 F. CHUECA GOITIA (1965), op. cit., p. 557.

132 Explica en detalle estos conflictos F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 49-50 y 59-63.

133 El documento y sus copias, citados en la n. 124, lo sintetiza A. FRANCO SILVA (2010), op.cit., pp. 555-556. Hay un extracto de este documento, autógrafo de Luis de Salazar, en la RAH,col. Salazar y Castro, M-56, ff. 207r-209r.

134 Cf. I. CADIÑANOS BARDECÍ (1983), op. cit., p. 343.

135 Archivo General de Simancas (en adelante, AGS), Registro General del Sello, leg.1494.03, d. 237.

136 AHN, FRÍAS, c. 387, d. 2 (olim FRÍAS, leg. 84, nº 2). De nuevo sintetiza los datos de estedocumento A. FRANCO SILVA (2010), op. cit., pp. 557-560.

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mujer decidida y valiente, aunque un tanto díscola y obstinada, en llevar a cabo la erec-ción de la capilla fuese como fuese, incluso a costa de continuar creando problemas fa-miliares 137. No solo invirtió en ella algunas mercedes reales, como un juro en las terciasde Villahizán (actual villa burgalesa de Villahizán de Treviño) obtenido por merced dela Reina Católica 138, sino que tampoco dudó en arriesgarse a adquirir algunas rentaspara poder sufragar el enorme gasto de la capilla de los Condestables, como, por ejemplo,la renta de las alcabalas de la carne de la ciudad de Burgos, compradas por ella a Martínde Tovar, señor de Cevico de la Torre 139. En algunos casos, la documentación llega aprecisar la cantidad de bienes y los destinatarios, como es el caso, entre otros, del juro afavor de los capellanes burgaleses, 50 cargas de trigo y 125 fanegas de pan, que el ma-trimonio dejó ordenado pagar anualmente 140. En definitiva, la Condesa de Haro jamásdejó de ocuparse de engrandecer sus colecciones artísticas 141, y tampoco abandonó lalabor de supervisión testamentaria que, confiado en su “virtud, seso y linaje”, su maridole había encomendado años atrás, tal como se denota en el documento del 4 de juniode 1498 mediante el que daba su visto bueno al testamento de una de sus hijas 142, Ca-talina de Mendoza 143.

Por todos estos enfrentamientos y problemas familiares relatados hasta aquí, setuvo que vivir una situación algo tensa durante la primavera de 1497, cuando losReyes Católicos y la familia regia se hospedaron en el Palacio Real de Burgos 144, esdecir, en la Casa del Cordón, con motivo de la celebración de la boda del heredero dela monarquía hispánica, el príncipe Juan, con la archiduquesa Margarita de Austria 145,

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123

137 No sólo los ya citados con Bernardino, sino también con su hija homónima, como indicaF. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 64-66.

138 AHN, FRÍAS, c. 387, d. 2 (olim FRÍAS, leg. 84, nº 2). Cf. A. FRANCO SILVA (2010), op. cit.,p. 559.

139 Ibidem, p. 558.

140 El documento, sin fecha, en AGS, Contaduría Mayor de Hacienda, leg. 20, d. 36.

141 Sobre este tenor, F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 66-70 y pp. 81-119 completa elestudio de M. A. ZALAMA y P. ANDRÉS (2002): La colección artística de los Condestables de Castillaen su palacio burgalés de la Casa del Cordón, Burgos: Caja de Burgos.

142 AHN, FRÍAS, c. 599, d. 10.

143 Condesa de Miranda del Castañar merced a su matrimonio con Pedro de Estúñiga yAvellaneda [A. LÓPEZ DE HARO (1622), op. cit., t. I, 184b].

144 Cf. B. ALONSO RUIZ (2005), op. cit., pp. 128-129.

145 Cf. A. ALCALÁ y J. SANZ (1999): Vida y muerte del príncipe don Juan. Historia y literatura,Valladolid: Junta de Castilla y León, pp. 168-169.

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certificando con notoria evidencia las impecables relaciones de los Velasco con la casareal Trastámara 146. Estas fastuosas celebraciones fueron narradas por una diversa va-riedad de fuentes, desde crónicas a epístolas 147; y precisamente uno de estos testimo-nios, fiable aunque algo tardío a los eventos, señala un aspecto fundamental de estasfiestas nupciales: que fue Mencía de Mendoza quien ejerció en la ceremonia comomadrina del príncipe Juan 148, tal vez porque, como ya se ha mencionado, su esposohabía sido su padrino de bautizo y los Reyes Católicos quisieron honrar con idénticodetalle a la viuda de uno de sus más preciados colaboradores. Y esta confianza no fuesolo gestual, pues poco antes de la boda, el 20 de febrero de 1497, la monarquía volvióa confirmar a Mencía de Mendoza sus juros situados en los diezmos de la mar 149: eltriunfo completo de sus pretensiones sobre las de su primogénito.

En esta última fase de su vida, en la cual se dedicó a engrandecer su labor de me-cenazgo mediante el apoyo a diversas ermitas 150, la Condesa viuda contó con la ayudade algunos agentes y colaboradores de los que apenas se conocen datos biográficos,como por ejemplo Gutierre Pérez de Mier, señor de Cervera del Río Pisuerga, quefue camarero de la dama y uno de sus ejecutores testamentarios 151. También destacael cuñado de éste, llamado Antonio de Orenes, criado y representante de la Condesaen asuntos relacionados con sus dominios del norte 152, y otro agente, probablementehermano de Antonio, llamado de Pedro de Orenes, que todavía en 1507 continuabacobrando deudas de la dama situados en diversas rentas de Burgos 153. Conocemos

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146 Véase F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 73-74.

147 Maneja estas fuentes M. C. PORRAS GIL (2010): “El arte de recibir: fiestas y faustos poruna princesa. El condestable don Bernardino Fernández de Velasco y la ciudad de Burgos”, en M.A. ZALAMA (dir.): Juana I en Tordesillas: su mundo, su entorno, Valladolid: Ayuntamiento deTordesillas, pp. 239-258.

148 Cf. J. AGAPITO Y REVILLA (1918-1929), op. cit., p. 18: “Velose el príncipe, nuestro señor,lunes 3 de abril de 97. Fue su padrino el Almirante D. Fadrique y madrina la Condesa de Haro,Dª Mencía de Mendoza, muger del Condestable Dn. Pedro Fernández de Velasco”.

149 AHN, FRÍAS, c. 551, d. 33.

150 F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 70-73.

151 Más conocido por haber financiado la construcción de la iglesia de la localidad palentina,donde figura una discutida obra de Juan de Flandes. Además de Ibídem, pp. 73-76, véase eltrabajo clásico de I. VANDEVIVERE (1967): Les primitifs flamands. La cathedrale de Palencia etl’église paroissiale de Cervera de Pisuerga, Bruxelles: Centre National de Recherches.

152 Cf. VV. AA. (1890): De Cantabria. Letras, artes, historia. Su vida actual, Santander:Imprenta el Atlántico, pp. 200-202.

153 AHN, FRÍAS, c. 600, d. 8.

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también que Juan de Mier y Cosío (a veces solo llamado Juan de Cosío), cuyo linajese asentó principalmente en el valle de Cabuérniga 154, fue su secretario personal; yen un documento del año 1512 aparece un bachiller Diego López de Villalpando,que se declara como testamentario de la Condesa, defendiendo sus intereses en ciertopleito con la villa de Cuenca de Campos 155. Obviamente, indagar más datos de estosagentes y también estudiar sus relaciones personales serían, desde luego, puntos to-davía por hacer para esclarecer por completo la vida de la Condesa de Haro.

El documento más importante que hemos conservado de ella es su testamento, otor-gado en Covarrubias el 5 de septiembre de 1499 156. Esta extensa última voluntad me-recería ser estudiada con mayor profundidad, puesto que, con la excepción de lo relativo

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154 Cf. V. CALVENTE IGLESIAS (2011): “Las Casas de Terán y Calderón, dos mayorazgos en elvalle de Cabuérniga, y una rama de segundones, los Mier y Terán de Ruente”, en ASCAGEN.Revista de la Asociación Cántabra de Genealogía, nº 5, pp. 11-23.

155 AHN, FRÍAS, c. 527, d. 28

156 Ibidem, c. 599, d. 2 (olim FRÍAS, leg. 180, nº 2).

Mencía de Mendoza y su esposo en el sepulcro de la Capilla de los Condestables, Catedral de Burgos

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a su patrocinio artístico, objeto frecuente de la atención de historiadores del Arte 157, enel resto de las disposiciones se revelan bastantes detalles importantes de la Condesa deHaro que, hasta ahora, han pasado desapercibidos. Vayan dos pruebas mínimas a favorde esta afirmación: primero, habría que atender a la especial relación que unió a Men-cía de Mendoza con las abadesas del monasterio burgalés de Las Huelgas de la casa deVelasco, su cuñada y su nieta, así como con su hermanastra Leonor de Mendoza, hijailegítima del Marqués de Santillana 158, también abadesa de ese cenobio. En segundolugar, sería preciso averiguar más detalles de sus acciones contra su hijo Bernardino, aquien parece que no perdonó los problemas habidos jamás: en el testamento no solo ledescontó de la legítima (que correspondía al primogénito) todo el dinero que ella habíagastado en la construcción de la capilla de los Condestables, y que él no quiso pagar comoheredero de su padre 159, sino que además, y lo que es más interesante, le ocultó al sucesordel Condado de Haro bastantes bienes materiales mediante un curioso mecanismo, comofue el donarlos para su custodia al ya citado monasterio de Las Huelgas 160. Esto últimose sabe porque, un año y unos meses más tarde del deceso de Mencía de Mendoza, enconcreto el 21 de mayo de 1500, el escribano burgalés Diego de Briviesca, ante la peticiónde sus herederos, llevó a cabo un exhaustivo inventario de los bienes de la fallecida 161.Como es obvio, un análisis pormenorizado de este otro extensísimo documento, de casimedio centenar de folios, podría arrojar mucha más luz sobre sus vivencias personales.

Para finalizar este trabajo he escogido otro testimonio importante sobre Mencía deMendoza, pues es la que considero más fiable descripción de la Condesa de Haro queha llegado a nuestros días. Su autor fue el genealogista madrileño Gonzalo Fernándezde Oviedo y la escribió en sus Batallas y Quinquagenas, una colección de recuerdos desus vivencias personales compuesta en el siglo XVI, aunque solo hasta tiempos muy re-cientes ha sido editada al completo y con rigurosos criterios científicos 162. Al describir

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157 Cf. F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 42-45.

158 Ibidem, p. 17 y pp. 45-47.

159 Ya señaló este aspecto A. FRANCO SILVA (2010), op. cit., p. 557.

160 F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 46-47.

161 AHN, FRÍAS, c. 599, d. 35 (olim FRÍAS, leg. 180, nº 26). Otros dos documentos relacionadoscon sus bienes, posteriores a su muerte, son una tasación económica de los mismos efectuada en 1516(Ibidem, c. 602, d. 1-4) y la reclamación por parte de los herederos de Mencía de Mendoza a Juana I,Reina de Castilla, por unos juros que no se habían pagado aún en 1512 (Ibidem, c. 600, d. 35).

162 J. B. DE AVALLE-ARCE (1974): “La semblanza de la dama”, en Las memorias de GonzaloFernández de Oviedo, Chapel Hill: North Carolina: Studies in the Romance Languages andLiteratures, vol. II, pp. 666-667.

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a varias damas que alcanzó a conocer en la corte de los Reyes Católicos, Fernández deOviedo realiza una ajustada semblanza vital de la esposa del segundo Conde de Haro:

Doña Mençía de Mendoça, Condesa de Haro, muger del primero Condestable,Conde de Haro y Duque de Frías [sic] 163, don Pero Fernández de Velasco, padres quefueron de los muy illustres y memorables Condestables don Bernaldino y don Íñigo deVelasco. La qual señora fue contemporal con las susodichas y, d’este jaez, de las másexçelentes mugeres de quantas señoras tuvo España en nuestros tiempos, y no de menosméritos que las muy famosas, antiguas y presentes.

Fue hija del muy illustre y famoso Marqués de Santillana, el de los Proverbios, donÍñigo López de Mendoza; muger fue que onrró mucho nuestra naçión con sus grandesvirtudes y hizo aquella insigne capilla y capellanías d’ella en la Iglesia mayor de Burgos,donde con su marido está sepultada, y se entierran y son enterrados los Condestables deCastilla, sus subçesores. La qual morada y enterramiento es el más notable de quantosay de Señores en España, atentas las calidades de su sumptuoso edefiçio y renta, y delserviçio del culto divino, y muchas misas y limosnas que de la dicha capilla resultanordinariamente.

Fue muy querida y onrrada y estimada de la señora Reina doña Isabel, la qual dezíaque avié muchas reinas y mugeres de más estado y rentas en el mundo que la Condesa deHaro, pero que, en virtudes, la que fuesse tan bastante como ella se podía tener por muybien eredada y amiga de Dios. Junto con ser acatada en gran manera de quantos Señoresy Grandes avía en España, fue tan soçiable y umilde con los pobres, y tan gran limosnera,que ninguno se partía d’ella sin ser socorrido y ayudado; y eran sus limosnas secretasmuchas más y mayores que las públicas. Y así, se cree que goza de la gloria eterna y, portanto, es muy dina d’estar en el número d’este muy illustre y famoso calendario 164.

Si por un lado la historia del Arte ha puesto de relieve que el mecenazgo artístico,cuando son mujeres sus responsables 165, tiene mucho de autoría, no cabe duda deque Mencía de Mendoza ocupa un lugar estelar en cuanto a las mujeres hispánicas acaballo entre el Medievo y el Renacimiento, puesto que su labor fue de primera mag-nitud. El matiz por valorar en este caso no es en el hecho –frecuente en la época, porotra parte– de que no llegase a ver la capilla terminada en vida, pues hasta 1522 nofinalizaron las obras 166, sino en algo más importante en mi opinión: el que ningún

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163 Como bien anota J. B. DE AVALLE-ARCE (Ibidem, vol. II, p. 666, n. 718), se trata de unerror en la proverbial buena memoria del genealogista madrileño, ya que la Condesa de Haro nofue mujer del Duque de Frías, sino su madre.

164 G. FERNÁNDEZ DE OVIEDO: Batallas y Quinquagenas, BNE, Mss. 2219, ff. 84v-85r. Editoel texto de acuerdo con mis criterios de edición, que son ligeramente distintos a los de J. B. DE

AVALLE-ARCE (1974), op. cit., II, pp. 666-667.

165 Cf. F. PEREDA ESPESO (2005), op. cit., pp. 15-16.

166 Cf. B. ALONSO RUIZ (2005), op. cit., p. 131.

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otro condestable Velasco se enterrase allí, siguiendo su estela y la de su marido. Todoslos sucesores del linaje Velasco volvieron a la anterior costumbre funeraria de ser sepul-tados en el convento de Santa Clara; incluso Íñigo, hijo de Mencía, que sí quiso hacerloen la capilla burgalesa, hubo de claudicar y ser enterrado en Medina de Pomar, junto asu hermano Bernardino y al resto de miembros del linaje 167. Este hecho incontestablerefuerza la idea que hemos visto a lo largo de estas páginas: la férrea voluntad de la Con-desa de Haro por marcar su sello propio en el linaje Velasco, cristalizado sobre todo enel patrocinio de varias obras artísticas de entre las cuales la capilla de los Condestableses la culminación de toda una vida y de toda una personalidad 168.

En este esfuerzo hay incluso varias victorias póstumas de la Condesa, relacionadascon la obtención de fondos para su labor de patrocinio. Es el caso, entre otros, del en-tablado con la vallisoletana villa de Medina de Rioseco sobre la exención de portazgo,montazgo y otros tributos 169, resuelto a su favor el 4 de junio de 1502, o la disputa conAlcalá de Guadaira por diversas alcabalas 170, resuelta el 1 de enero de 1500, casi almismo tiempo en que la Condesa fallecía. Con su muerte desaparecía una figura casiúnica en su siglo, de quien se conoce muy bien su devenir como mecenas y patrona delas artes, pero no tanto lo relativo a las vertientes personal y política, que quizá merece-rían la pena ser indagadas más fondo. Ojalá este trabajo haya servido para mostrar unpoco de ambos aspectos y, sobre todo, para estimular una ulterior y más profunda in-vestigación que acabe por situar a la Condesa de Haro en el lugar que con justicia merecedentro de la galería hispánica de ilustres personajes.

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167 Cf. I. CADIÑANOS BARDECÍ (1983), op. cit., p. 344.

168 Comparto la opinión de E. PAULINO MONTERO (2013), op. cit., passim.

169 Conservado en el Archivo de la Chancillería de Valladolid, Registro de Ejecutorias, c. 170,d. 19.

170 AHN, FRÍAS, c. 1434, d. 5.

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