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Ministerio de Salud Pública Viceministerio de Salud Colectiva Programa Nacional de Salud Mental Serie A, No.1 En la crianza saludable se estable- ce clara diferencia entre la persona y su comportamiento. La persona es lo esen- cial, lo que hace de tu hijo e hija una cria- tura humana, única e irrepetible en el mundo, condición que nunca se pierde en la vida y que merece respeto y trato dig- no en todo momento y circunstancia. La persona vale y es importante por el solo hecho de ser criatura humana. Será de estatura alta o baja, de piel clara u oscura, de sexo masculino o femenino, nacida aquí o allá, siempre será una per- sona valiosa. La regla de Oro: Continúa en la página 2 Crianza Saludable Abraza Mira con cariño Di: “te quiero, te respeto, te valoro, eres importante para mí…” Besa Sonríe Cultiva amor, cariño, respeto y buen humor En tu hogar… Establece reglas claras y haz que se cumplan
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Ministerio de Salud Pública Programa Nacional de Salud ...

Nov 16, 2021

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Page 1: Ministerio de Salud Pública Programa Nacional de Salud ...

Ministerio de Salud PúblicaViceministerio de Salud Colectiva

Programa Nacional de Salud Mental

Serie A, No.1

En la crianza saludable se estable-ce clara diferencia entre la persona y su comportamiento. La persona es lo esen-cial, lo que hace de tu hijo e hija una cria-tura humana, única e irrepetible en el mundo, condición que nunca se pierde en la vida y que merece respeto y trato dig-no en todo momento y circunstancia.

La persona vale y es importante por el solo hecho de ser criatura humana. Será de estatura alta o baja, de piel clara u oscura, de sexo masculino o femenino, nacida aquí o allá, siempre será una per-sona valiosa.

La regla de Oro:

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Crianza SaludableAbraza

Mira con cariño

Di: “te quiero, te respeto, te valoro, eres importante

para mí…”

Besa

Sonríe

Cultiva amor, cariño, respeto y buen humor…

En tu hogar…

Establece reglas claras y haz que se cumplan

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Issue #323Crianza SaludableSerie A, No.1

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En cambio, el comportamiento es lo que siente, lo que piensa, lo que habla y lo que hace la persona. Así, el compor-tamiento puede ser adecuado o inade-cuado y cambia con el paso del tiempo en presencia de nuevas circunstancias, estímulos favorables, oportunidades y decisiones de la persona. El comporta-miento inadecuado molesta y crea con-trariedades, lo que debemos tener bien claro es que puede ser corregido. Las personas, los niños y niñas, aprenden y crecen al comprender qué es bueno y qué no lo es.

Queda claro: lo que molesta es el comportamiento y no la persona en sí misma; como rechazamos el comporta-miento indeseado y no la persona, dire-mos: “Oye, me molesta la manera como estás comportándote”, “me molesta que tomes lo que no te pertenece”, “me mo-lesta que digas mentiras”.

Hablando de esa manera hacemos

referencia al comportamiento y no a la persona.

Por el contrario, si decimos: “Tú eres un ladrón o ladrona”, “tú eres un mentiro-so o una mentirosa”; hacemos referencia a la persona con esas etiquetas ofensivas

que lastiman la autoestima. Además, le damos sentido de permanencia a algo que es pasajero, que cambia, porque quien roba hoy, mañana con nuevas oportuni-dades puede dejar de robar. El niño o la niña de dos años de edad que patalea, se tira al suelo y grita para conseguir lo que desea, dejará de hacerlo un año más tarde si los padres comprenden que se trata de un comportamiento pasajero propio de esa edad, pero si le dicen con frecuencia “qué malcriado o malcriada eres” favore-cen que ese comportamiento se manten-ga más allá del límite de los años en que se aceptan como normales las pataletas de los niños y niñas.

Hay padres y madres que confunden

de tal manera comportamiento y perso-na, que llegan a rechazar al hijo o hija cuando se porta mal, le niegan el cariño y la atención, dejan de hablarle, como si se tratara de un enemigo o enemiga, o le amenazan con gritos y gestos que aterrorizan y confunden al niño o niña. Le dicen frases como: “Eres un molesto-so o molestosa, ¡no te quiero!, ¡quítate de ahí!”… Como vemos en esos ejemplos, en lugar de señalar el comportamiento in-deseado que se quiere cambiar, se ataca a la persona lastimando la autoestima.

La regla de Oro:Continuación de la página 1

Continúa en la página 8

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Los tres hermanos de 11, 9 y de 8 años se pelean, gritan y force-jean por ver cada quien el programa de televisión de su agrado.

QUÉ HACER

La mamá comprende que sus hijos, aunque her-manos, son diferentes y por tanto, cada uno tie-ne su propio gusto y preferencia. Sabe que van a madurar con el tiempo y que ahora ella tiene que ayudarlos con razonamiento y paciencia para que la escena no se repita.

Procura que sus hijos experimenten las conse-cuencias de su comportamiento: si logran poner-se de acuerdo podrán disfrutar de la televisión y habrán aprendido a negociar.

La mamá, sin tomar partido, con tono normal y muy confiada, les dice:

“Veo que no han logrado ponerse de acuerdo: ¿Qué prefieren, ponerse de acuerdo o apagar el televisor?

QUÉ NO HACER La mamá se irrita y se desespera. No acepta ni entiende que los hermanitos tienen gustos dife-rentes. Piensa que si no actúa drásticamente se pelearán de por vida.

Caso 1

La mamá apaga el televisor y vocea: “¡Se acabó esta vaina. Muerto el perro se acaba la rabia!”.

Caso 2

Se pone de parte de uno de los niños: del mayor, del menor o del que tiene fama de portarse mejor.

En el caso 1 como la mamá hace uso de la violen-cia, los hijos aprenden a usarla como la manera más rápida de solucionar los problemas. El am-biente se torna cada vez más violento.

En ambos casos, las mamás actúan sin darles par-ticipación a los hijos en la solución del problema, por lo que no favorecen en ellos el desarrollo de comportamientos responsables y de actitudes de negociación.

En el caso 2, en que la mamá toma par-tido a favor de uno de ellos,

favorece la aparición de celos, que es un senti-

miento muy dañino y de comportamientos de rivalidad entre los hermanos.

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QUÉ HACER

La mamá de manera amigable y con tono firme pero no alto, le dice:

“La dueña de la muñeca se va a poner triste, va a llorar cuando no vea su muñeca. Ve y lleva la mu-ñeca, ponla donde estaba”.

(Si la niña no acata el mandato, la mamá la con-duce a la casa vecina, tomada de las manos sin ejercer violencia, para devolver la muñeca).

La mamá no se altera porque comprende que el hecho de que su hija de 3 años quiera la muñeca para ella, se debe a que vive una etapa en la que los niños y las niñas quieren todo para sí, aún no tienen claros los límites entre lo mío y lo tuyo. No poseen razonamiento moral por lo cual no saben lo que es robar.

Sin embargo, es preciso enseñarles a no hacer cosas que molestan a los demás.

La madre manifiesta confianza en que puede educar a su hijita en valores morales, para lo cual necesita de mucho tiempo. Sabe esperar a que su hijita madure.

QUÉ NO HACER La mamá muy alterada y en tono alto, le dice:

Caso 1

- “¡Mira C…¡”. ¡Eso no se hace, en mi familia no hay ladronas!”. Le da por las manos y le grita: “¡Eso faltaba que me salga ladrona…!”

Caso 2

La mamá muy alterada y en tono alto, le ame-naza:-“¡Vaya a poner eso en su puesto antes de que te queme las manos!”

Caso 3

La mamá no presta atención al hecho. Permi-te que su hija juegue con la muñeca ajena sin ninguna consecuencia, como si nada hubiese pasado.

En los casos 1 y 2 las mamás se asustan porque creen que se trata de un robo y que sus hijas pue-den repetir el comportamiento de tomar lo ajeno en la edad adulta. Ellas ignoran que a las niñas, más adelante, les tocará vivir una etapa de razo-namiento moral y que tenderán a imitar el com-portamiento moral de la familia. En realidad, no hay que alterarse ni escandalizarse. Lo adecuado es explicarles con claridad lo que está mal hecho, ponerles límites y conducirlas.

El uso de la violencia debe evitarse siempre, pues da a entender que es un recurso con el que se lo-gran propósitos. Además, las amenazas y golpes infunden miedo, que es una emoción paralizado-ra del desarrollo saludable.

El caso 3 es el peor, representa un ejemplo de crianza permisiva donde los niños y las niñas cre-cen sin respetar límites, se da paso a toda clase de comportamiento irresponsable y delictivo.

Mari de 3 años llega a su casa con una muñeca ajena

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Reprimenda Positiva SÍ Pablito le pega a su hermanito porque éste le botó un juguete. La mamá hace uso de la repri-

menda positiva para corregirle:

Pablito, cuando le pegas a tu hermanito, me siento mal… Eso me molesta porque le causas dolor, le haces sufrir y llora. Coloca tus juguetes donde no los alcance… Quiero que cuides a tu her-manito, tú eres su hermano mayor, sé que lo harás.

La reprimenda positiva es una manera eficaz de corregir sin que nuestros hijos e hijas se sientan maltratados/a.

Observa que tiene 5 pasos:

1. En el primer paso se describe el comportamiento que deseamos corregir, se en-foca la atención en el comportamiento tal cual sucedió, sin mencionar actuaciones anteriores y sin agregar nada más. Se hace la descripción en tono natural sin alzar la voz ni tampoco bajarla para que parezca una súplica: “Cuando le pegas a tu her-manito…”

2. En el segundo paso se expresa cómo nos sentimos frente al comportamiento in-deseado: “Me siento mal… Eso me molesta”.

3. En el tercer paso se dice la razón por lo que nos sentimos molestos/as, se describe la consecuencia del mal comportamiento: “Porque le duele, le haces sufrir y llora”.

4. En el cuarto paso se expresa lo que queremos:”Coloca los juguetes donde no los alcance”.

5. En el quinto paso se dice lo que esperamos del hijo o hija: “Quiero que cuides a tu hermanito”. Al final le expresamos confianza: “Sé que lo harás”

Se trata de una manera nueva de corregir, conviene ensayarla una y otra vez hasta hacerla propia, como una sana costumbre.

Boche NO¡Buen abusador, ya me tienes harto/a…!

Te voy a dar más golpes de lo que vales.

Tú no haces más que molestar, siempre la misma queja, ayer hiciste lo mismo, por estar molestan-do no hiciste la tarea... Llegaste tarde, te pusiste de malcriado con tu tío… ¡Cierra esa boca!

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Lo que no debes hacer:

• Golpear• Pellizcar• Empujar• Insultarconpalabrasdurasehirientes• Maldecir• Echarlelaculpa:“porestarmolestando”• Noescuchar

• Burlarseyreírsedelosdefectos• Mostrardesprecio• Vengarse• Amenazar• Avergonzarfrentealosdemás• Prometerynocumplir• Sacarencaralosfavores• Notenerloencuenta

• Norespetarsussentimientos• Cantaletearlasfaltaspasadas• Metermiedo:“quetecomeelcuco”, “selovoyadeciratupapᔕ Descargarelenojoylafrustración• Dejarmenoressolosenlacasa• Perderdevistapormuchotiempoalos/asmenores

Losniñosyniñasdesarrollanbajaautoestimacuandoconfrecuenciaoyendesuspadresymadrespalabrasinsultantesehirientes,sisongolpeados/asycastigados/asrudamente,etiquetados(as)como:eresmalo/a,haragán/a,nosirvesniparatacodees-copeta,mentiroso/a…Ysisusnecesidadesnosontomadasencuenta.Llegandeestemodoatenerunaopiniónnegativadesímismosydesímismas.Creenquenosirvenparanada,salvoparacomportarsesegúnloqueleshandichoqueson.Osea,compor-tanseinadecuadamente.

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1- Establece reglas claras en tu hogar, en común acuerdo con los adultos de la familia y teniendo en cuenta las edades de tus hijos e hijas.

2- Escribe las reglas y exige su cumplimiento. Nuestros hijos e hijas nece-sitan límites. Explica la conveniencia de su cumplimiento y las conse-cuencias de no hacerlo.

3- Mantén la calma a la hora de corregir a tus hijos e hijas.

4- Corrige en tono neutro, ni alto ni de manera suplicante, y siempre ha-ciendo referencia al comportamiento indeseado sin atacar a la persona con palabras hirientes.

5- Hazles saber a tus hijos e hijas lo mucho que les quieres expresándoles con frecuencia, en privado y en público: “Te quiero mi hija. Te quiero mi hijo”.

6- Expresa afecto sin esperar un momento especial: Abraza, besa, mira con ternura, di palabras agradables a tu hijo e hija.

7- Pasa tiempo junto a tu hijo e hija y procura que sea divertido.

8- Reconoce la conducta adecuada de tu hijo e hija aunque se trate de una acción pequeña: felicítale, dale ánimo, ten un gesto de cariño.

9- Enséñales a diferenciar el bien del mal, que aprendan a tratar a los demás como les gusta que les traten.

10- Ofrece el ejemplo con tu buen comportamiento.

Decálogo de los padres y de las madres

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La regla de Oro:Continuación de la página 2

CRIANZA SALUDABLE • SERIE A, No. 1

Elaborado por:DR. JOSE MIESES MICHEL

Director de Salud Mental

Auspiciado por: ORGANIZACIÓN

PANAMERICANA DE LA SALUD

Ilustración:Edmundo Castillo

Diseño:Alexandra Deschamps

Impresión:Editora Búho

El hijo o la hija, con la autoestima las-timada, llega creer que es un malcriado o una malcriada, o que es un estorbo para su padre o su madre. En consecuencia, se-guirá comportándose de esa manera. Ade-más, piensa que no le quieren, que vale tan poco, que ni siquiera merece el cariño de sus padres y, por lo tanto, no le impor-tará portarse mal. Es más, llega a creer que sólo sirve para portase mal, que eso está en su naturaleza.

Si usamos la regla de oro de la crian-za saludable, se le hará saber con claridad que le queremos y respetamos como per-sona a pesar de portarse mal, que se re-chaza su mal comportamiento, que es se-guro que puede cambiar y que confiamos en que lo logrará. Entonces el cambio se produce tarde o temprano porque se sien-te aceptado, digno de afecto y se reconoce como persona valiosa, por lo que se com-portará como tal.

Se establece clara diferencia entre la per-sona y su comportamiento cuando se dice:

“Estás portándote mal”, en lugar de: “Eres molestoso”.

“Estás haciendo algo indebido cuando coges lo ajeno”, en lugar de: “Eres un la-dronazo o ladronaza”.

“Estás descuidando tus tareas”, en lu-gar de: “Eres un haragán.”

El verbo Ser lo usamos para referir-nos a los atributos de la persona que per-duran para toda la vida: Eres maravillo-sa o maravilloso como criatura humana. Eres mi hija o hijo. Eres inteligente.

El verbo Estar lo usamos cuando nos referimos al comportamiento del momen-to, el cual cambiará si se toman las medi-das oportunas: Estás desanimado. Estás portándote muy mal… Estás haciendo una grosería.

En resumen, la regla de oro de la crianza saludable se expresa así:

Corrige el comportamiento inde-

seado de tu hijo e hija sin ofender la dignidad de su persona y sin lastimar su autoestima.

Hazles saber claramente que cuan-do rechazas su mal comportamiento, aunque se trate del más fuerte rechazo, sigues amando y respetando su condi-ción de persona maravillosa e impor-tante, condición que les pone en cami-no hacia mejores comportamientos.