“La aplicación del realismo político en la política exterior de Pinochet: 1973-1980” ∗ Máximo Quitral Rojas 1 Resumen La militarización de la política exterior de Chile produjo serios retrocesos en la conducción di plomáti ca es ta blecida histór icamente por nu es tro país. La ubicación en las embajadas a personeros provenientes del mundo castrense, debilitó la vinculación bilateral con el resto de mundo, deriv ando esto en un alto costo internacional para la dictadura de Pinochet. Con el estilo pretoriano ideológico adoptado por Chile como fórmula de n egoc iación diplomática, se alteró el escenario político regional a ni ve les cr íticos, sensibilizand o las relaciones internacionales con sus vecinos y desplazando el diálogo cordial porla utilización de las fu er zas milit ar es como es tr at eg ia de pr esión. Esta concepción realista en el ejercicio diplomático abrió los espacios para que los revanchismos geopolíticos afloraran con mayor fuerza en el Cono Sur. Palabras claves: militarización, diplomacia, dictadura, pretoriano ideológico. Abstract The militarization of the foreign politics of Chile produced serious setbacks to the diplomatic conduction established historically by our country. The location in the embassies to personeros from the military world, debilitated the bilateral links with the rest of world, deriving this in a high international cost for the dictatorship of Pinochet. With the pr etorian ideological style adopted by Chile as formula of negotiation, it was altered the political regional scene to critical Parte de estas ide as fueron expuestas en el IX Seminario argentino-chileno, III seminario Cono Sur: “El cono Sur frente al bicentenario”, 15, 16 y 17 de octubre de 2008. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad nacional de Cuyo, Mendoza-Argentina y en el VIII Encuentro boliviano-chileno de cient istas socia les, histori adore s e intele ctual es, Unive rsida d de Valpara íso, 3, 4 y 5 de Noviembr e de 2008, Viña del Mar. 1 Máxi mo Quit ra l es Historiador, Diplomado en Comuni cac ión y Rel ac iones Int ernac ionale s, Universidad Arturo Prat (Unap). Diplomado en Metodología de la Investigación, Universidad Alberto Hurtado (UAH). Magíster en Estudios Interna cional es, Universi dad de Santiago de Chile (USACH). Profesorde la Fa cul ta d de Comun ic aci ón e Imag en de la Un iv ers id ad de Ch il e, IC EI . [email protected]∗ Agradezco los comentarios, sugerencias y aportes del Dr. César Ross para la elaboración del presente texto. No obstante, los resultados de este trabajo no son de su responsabilidad. 1
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The militarization of the foreign politics of Chile produced serious setbacks to
the diplomatic conduction established historically by our country. The location in
the embassies to personeros from the military world, debilitated the bilateral
links with the rest of world, deriving this in a high international cost for the
dictatorship of Pinochet. With the pretorian ideological style adopted by Chile
as formula of negotiation, it was altered the political regional scene to critical
Parte de estas ideas fueron expuestas en el IX Seminario argentino-chileno, III seminario Cono Sur: “Elcono Sur frente al bicentenario”, 15, 16 y 17 de octubre de 2008. Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales, Universidad nacional de Cuyo, Mendoza-Argentina y en el VIII Encuentro boliviano-chileno de
cientistas sociales, historiadores e intelectuales, Universidad de Valparaíso, 3, 4 y 5 de Noviembre de
2008, Viña del Mar.
1 Máximo Quitral es Historiador, Diplomado en Comunicación y Relaciones Internacionales,
Universidad Arturo Prat (Unap). Diplomado en Metodología de la Investigación, Universidad Alberto
Hurtado (UAH). Magíster en Estudios Internacionales, Universidad de Santiago de Chile (USACH).
Profesor de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, ICEI.
enormemente con la situación experimentada por sus predecesores, o la
sanción internacional de que fue objeto la dictadura, hecho que mermó su
imagen y su posición. Estos fenómenos hicieron del régimen de Pinochet un
sistema de gobierno cuestionable periódicamente.
Los sucesos internos redundaron plenamente en su política exterior, pero lo
que más perjudicó su actividad diplomática, se focalizó en su equipo de
embajadores, sin trayectoria alguna y carentes de un dominio de la actividad
protocolar. La consecuencia directa fue que “(…) la negociación y el diálogo
discreto cedieron el paso a la confrontación abierta en el manejo de los
desacuerdos con diversos países. Así ocurrió, por ejemplo, cuando en marzo
de 1974 el gobierno británico – basándose en una cláusula de desahucio de
sus contratos- anunció que se otorgarían nuevas licencias de exportación a
Chile…En vez de buscar una transacción, el entonces Ministro de Relaciones
Exteriores, Vicealmirante Ismael Huerta, declaró violentamente que “no se
podía confiar en Gran Bretaña como nación exportadora” y advirtió: Nosotros
también tenemos que revisar a quién le vendemos cobre, existe tanta demanda
que podemos elegir entre los interesados y lógicamente preferimos a los países
que son amistosos con nosotros” (Muñoz, 1986: 40). Ese “singular” manejo
internacional fue una constante en la actividad diplomática castrense, pues la
recurrente sensación de inseguridad, forzó en muchos casos a los militares a
comportarse de forma pretoriana, con los consabidos riegos por emplear ese
modo confrontacional. “En el mismo estilo, el sucesor de Huerta, el
Vicealmirante Patricio Carvajal advirtió – refiriéndose a la renegociación de la
deuda externa de Chile-, en mayo de 1975, que si Gran Bretaña se negaba a
aceptar los términos acordados por otros acreedores en el Club de París, se
exponía a no recibir pago alguno por parte de Chile. Según la filosofía de
Carvajal, Chile no deseaba tener amigos, pero tampoco podía “tratar de ser
popular “, ni orientar su política exterior con el objetivo de lograr el máximo de
amigos…” (Muñoz, 1986: 40).
Efectivamente la militarización del aparato internacional chileno empeoró las
relaciones internacionales de nuestro país y posibilitó que actores políticos
antes encubiertos sumaran fuerzas con el objetivo de desestabilizar a la
dictadura chilena. Pero el propósito final era obtener dividendos políticospersonales, mejorar su imagen interna o simplemente, desviar la atención de la
opinión pública local. Para la dictadura nacional, la atención primaria fue
puesta en aplicar ajustes político-sociales que enquistaran rápidamente en la
ciudadanía los objetivos perseguidos por el golpe, incluso draconianamente.
Por ello, la política exterior fue vehiculizada a un plano secundario y entregada
deliberadamente a personeros sin formación diplomática “(…) y ello facilitó la
implantación del estilo pretoriano ideológico de diplomacia” (Muñoz, 1986: 40).
La prensa nacional no escatimó en reparos a la conducción diplomática,
además la intelectualidad chilena también aportó lo suyo y de manera particular
los grupos económicos nacionales presionaron para re-orientar la forma de
vincularse y dialogar internacionalmente.
El principal medio de opinión publicada de aquellos años, El Mercurio, señalaba
durante la primera mitad de los años setenta “… que la política exterior del
gobierno militar: a) tenía una excesiva orientación ideológica anticomunista, y
b) carecía de profesionalismo debido a la desmedida injerencia directa de los
militares en su manejo. Respecto al problema ideológico, el periódico afirmaba:
no hay ninguna razón para que nuestra diplomacia trate de asumir el liderazgo
del movimiento antisoviético o anticomunista mundial…” (Muñoz, 1986: 41).
Todo este escenario confuso para la actividad diplomática alcanzó su plenitud
casi al finalizar los años setenta, cuando Perú y Argentina declaran la guerra a
nuestro país, siendo el uso del poderío militar una estrategia coercitiva del
realismo en las relaciones internacionales. “La importancia suprema del
instrumento militar -añade Carr- radica en el hecho de que la razón final del
poder en las relaciones internacionales es la guerra. No es un recurso
deseable, pero es un recurso al que se le echa mano en el último momento.
Siendo la inminencia de la guerra un factor dominante de la política
internacional, la fuerza militar se convierte en una medida reconocida del valor
político” (Carr en Ortiz, 2000: 110).
El deterioro de las relaciones internacionales en las fronteras chilenas
Los problemas geopolíticos que incomodaron a la dictadura chilena en los
setenta, dejaron en evidencia las enredadas relaciones bilaterales
desarrolladas por la diplomacia militar. Las disputas territoriales con Argentina y
las confusas relaciones bilaterales con Perú, presentaron un marco político dedistanciamiento creciente y un progresivo revanchismo. Con Perú tal escenario
resultado de la manera en que se condujo la política exterior chilena, más
confrontacional que dialogante. Para finalizar, “La política exterior del régimen
militar tuvo implicaciones respecto de ciertos estilos tradicionales de la
Cancillería. Durante años, lo central de la estrategia exterior del régimen estuvo
imbuido de una compleja combinación de “nacionalismo” y “realismo”,
plasmando una postura que intentaba realzar el estilo bilateral, en detrimento
del tradicional multilateralismo de la diplomacia chilena” (Wilhelmy y Durán,
2003: 276).
La condición de “Estado realista” bajo la dictadura de Pinochet generó en el
régimen militar una especia de derrotismo diplomático, ya que sus vecinos
tuvieron la capacidad de instalar y presionar a nuestro país en temas históricos
y de fondo para las aspiraciones políticas regionales. Esto no sólo por dichas
situaciones, sino porque las experiencias resolutivas en ese orden de cosas no
lograron ser revertidas por Chile. “De la misma manera que durante la
negociación de 1950-1952, en la negociación de 1975-1978 llegaba un
momento en que los esfuerzos y los entusiasmos iniciales se revelaban
incapaces de vencer las dificultades de todo orden acumuladas durante un
siglo de recelos y malos entendidos” (Pinochet de la Barra, 2004: 87).
Nuevamente el desconocimiento diplomático influyó directamente en la ruptura
de relaciones diplomáticas chileno-bolivianas, desdibujando la imagen
diplomática de Chile una vez más.
Para ofrecer una mejor comprensión de lo antes descrito, a continuación se
presenta una tabla con un enfoque construido desde Chile, que muestra la
realidad bilateral de Chile y Bolivia en diferentes dimensiones y la relación
instaurada en sus respectivos gobiernos. Si bien los temas de política
internacional evidencian una alta recurrencia dentro de la historia chileno-
boliviana, no deja de ser interesante la participación de las actividades
económicas en este cuadro político. Obviamente esto no forma parte de la
reflexión inicial de este paper, sin embargo, los datos de política internacional
destacados, indican claramente cómo se desenvolvió la relación internacional
de Chile y Bolivia.
La política internacional y la cooperación de los Estados en cuestión en esta
cimentación internacionalista, presenta la compleja realidad desenvuelta por Chile y Bolivia desde los años setenta y fines de los años ochenta. En ella hay
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la información contenida en Oficios y Notas (ordinarios y reservados), Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, período indicado en
la tabla.
Política Local: Referida a lo que ocurre en Chile y su área de
influencia regional, como su incidencia en las relaciones bilaterales.
Política Internacional: centrada en las relaciones oficiales entre
actores estatales.
Economía: ocupada del vínculo entre empresas.
Cooperación: asociada a la calidad de las relaciones bilaterales, en