miceli_dossier_2012 Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y decisión política. Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y decisión política. Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y decisión política. Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y decisión política.
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miceli_dossier_2012Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y decisión política.Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y decisión política.Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y decisión política.Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y decisión política.
1 – Soy Mi Obra
Vivo el arte como un modo de lo que es-estando y como transformación del
contexto. La mayor parte del tiempo lo concibo directamente como una
forma de vida y estoy convencido de que es el último refugio de la magia.
Podría decir que “me interesa interrogar e invertir el mundo”, pero lo real
es que no puedo evitar hacerlo. No hay modo en el que me pueda sustraer a
lo que para mí es motor de la práctica: la exploración de fronteras y
umbrales. Me interesa más la ampliación del círculo de preguntas que el
encontrar “las respuestas” y en mi concepción bifronte del mundo, ambos
términos se implican tanto mutuamente que su división es pura
construcción dispuesta para la domesticación.
Desde siempre practico natación en mar abierto y desde muy chico ese
deporte me hizo creer que había otros mundos en los que valía la pena
adentrarse. Los imaginé siempre como mundos anteriores, no en tanto
ligados al agua de amnios maternal sino a lo primitivo, a lo abismal de
nuestra pre-historia (el salto tremendo de la pura existencia muda a lo
que somos), a las divinidades primordiales que nunca existieron (pero que
existen siempre), a lo anfibio que habita esferas diferentes sin vivirlas
como tales. Claro que al internarme en ellos, algo cambió: Hoy no creo
que sea tan fácil saber qué es anterior o posterior. Por eso tal vez ya
no lo planteo en términos de per visibilia ad invisibilia sino más bien
como la noción de una unidad que late al mismo ritmo y que nosotros nos
empeñamos en escindir. Y llevándolo a mi terreno (que es, al mismo
tiempo, visible e invisible), más allá de la materialidad concreta de “la
obra”, ¿no soy de alguna manera yo, mi obra? ¿Hay un modo de separar la
obra de la carne? ¿No es el trabajo en el taller, acción y ritual de
invocación que desborda su fuente?
Yo no concibo ni mi ser artista ni mi obra como algo separado de mí,
porque entiendo que la construcción es doble: el cuerpo modela la obra y
viceversa, transformando a ambos y al unísono en materia y sustancia y lo
que ese sonido único aúlla es: jugo y espuma. Creo que mi trabajo en el
taller o en la sala consiste básicamente en abrirles la puerta a esos
seres, mundos o verdades que me habitan, que son, fueron o serán yo y que
es una suerte de acción corporal que rompe su fuente y soltando amarras
se transforma naturalmente en acción en mis instalaciones, en
intervenciones urbanas, en instalaciones sonoras hechas a partir de mi
voz mezclada con la música del Kaos.
En el caso de mi suspensión creo que también hay un señalamiento: es mi
modo de transmitir justamente a lo público mi visión particular y es
sostener que somos puro cuerpo. O, llevándolo más hondo, creo que la
división cuerpo/mente o cuerpo/alma (de la misma manera que la división
artista/obra y arte/vida) es justamente pura construcción o una manera de
forzar algo del orden del misterio en categorías más tranquilizadoras.
Entiendo que esto surge como intención de comprender el fenómeno humano,
pero a la larga no hace sino deformar, ya que deja de lado aspectos menos
tangibles de nosotros pero que sin duda pasan por el cuerpo (y lo fundan)
como lo mítico y lo religioso, obviamente independizado de lo dogmático.
Este poner mi cuerpo entre el cielo y la tierra que es La suspensión es
mi manera particular de experimentar el arte como forma de vida donde ambos se
modifican porque, en mi experiencia personal, son lo mismo.
2 La suspensión como concepto (o como perder la forma buscándola)
Estoy convencido de que ofrendar el cuerpo es al mismo tiempo acto de amor y
decisión política. Y así como no puedo evitar cuestionar la división cuerpo /
espíritu, también creo que mi reptar de disciplina en disciplina (de la
escultura al spokenword pasando por la acción, el video y la instalación) es mi
manera de abolir la supuesta división que se trata de imponer entre ellas y de
pelear contra la intención de poner en cajas la práctica artística,
inexplicable modo de adiestramiento. Creo que el mismo movimiento se da entre
los materiales que elijo para trabajar: del plástico al hueso, en el inter-
medio, la carne y el fuego y luego, tejer las excrecencias.
¿Es mi obsesión por el plástico una manera de penetrar en la tierra en busca de
su antepasado directo y orgánico -el petróleo- como siguiendo erráticamente un
árbol genealógico que conduce indefectiblemente al fósil, es decir a nosotros?
Tal vez lo que me mueve sea simplemente la idea de forzar el límite de la vida,
es decir, el resto, el despojo, el hueso para llamar a lo divino que aún habita
en él. Así también me empuja la voluntad de surfear a través de las
disciplinas como mi manera de abolir justamente su división.
Más allá de la muestra específica del mismo nombre, el concepto de suspensión
aparece hoy como algo más general en mi ser artista (y en mi vida, claro)
porque alude justamente a lo que es/está simultáneamente vivo y muerto, arriba
y abajo, pulcro y hediento, humano y divino y que replantea la oposición de
estas categorías.
Y no pude evitar notar que, más allá de su implicancia concreta, la suspensión
se filtra (y vibra como una cuerda) en todas direcciones y, de modo anfibio,
hoy lo atraviesa todo. Así, se manifiesta en aspectos que todo tienen que ver
entre sí y se retroalimentan: este suspender e invertir el cuerpo produce la
pérdida de coherencia de la piel y simultáneamente hace aparecer lo amorfo como
un modo de Eros (y también como camino: perder la forma, buscándola); la
decisión de haber suspendido mi vida “anterior” (trabajar como director de arte
y vestuarista en cine) y dedicarme al arte de una manera profesional; mi
proceso de suspender en legías y aguas de hervor huesos y dientes para
expurgarlos de carne y cartílagos; la suspensión del tiempo entendido como una
línea y comenzar a percibirlo como algo que nos atraviesa, la sorpresa de
encontrar en esa postura algo relacionado a lo extático, es decir a lo que
estando quieto está más en movimiento que nunca porque convoca algún tipo de
tráfico de experiencias con potencias que no podría ni intento por ahora
definir.
Y finalmente, no puedo evitar relacionar el estar-siendo artista como camino
del héroe (y de lo viral) desde lo mítico como movimiento circular y búsqueda
que implica hacer un recorrido genealógico y filológico que va desde lo que se
gesta a partir de hacer pasar el hueso por el (misterio del) fuego y el
plástico para llegar al momento exacto en el que el hueso se fosiliza para
transformarse en “jugo de piedras” y hacer, de este modo, que el tiempo siga
girando de modo reptil.
Obra_2011: La Suspensión - ThisIsNotAGallery
Mientras tramaba está instalación,
me pregunté por enésima vez si
existía un modo de separar la obra
del cuerpo. Entonces tuve una
voluntad: hacer atravesar mi carne
por la experiencia de mis
esculturas, es decir suspenderme,
habitar la zona que no es ni arriba
ni abajo, que es simultáneamente
sumergirse y emerger. Descubrí en
ese momento algo brillante: en esa
postura yo podía prescindir de hacer
obra material para ser obra. Y en la
verticalidad extrema, en la
inversión y en lo suspendido,
destilé del puro estar-siendo-
cuerpo, un sinfín de posibilidades.
Ahora, cada vez que lo deseo, puedo
lanzarme como un dardo a la tierra y
suspenderme entre mis dos esferas de
existencia: soy el que mata al
jabalí.
Y soy el jabalí.
La Suspensión / instalación 10 x 10 x 7 metros / vista general diurna / ThisIsNotAGallery / 2011
La Suspensión – vista diurna, nocturna y detalles / instalación 10 x 10 x 7 metros / ThisIsNotAGallery / 2011