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Mercado Laboral Con Equidad

Mar 02, 2018

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    Equidad y mercado de tra-bajo. Consideraciones para

    un crecimiento sostenible

    La coordinacin general del trabajo fue realizada porel Lic. Jorge Emilio Sarghini.

    El Lic. Agustn Ldola estuvo a cargo de la direc-cin de la tarea realizada por el Lic. Fernando Cue-nin, el Lic. Pablo Mielniezuk y Federico Cerimedo.*

    La Plata, Diciembre de 1999.

    *Integrantes del Grupo de Investigacin Econmica,

    Ministerio de Economa, Provincia de Buenos Aires.Jorge Garay Mongan colabor en la recopilacin de da-tos.

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    Autor idades

    Dr. Carlos RuckaufGobernador

    Ing. Felipe SolVicegobernador

    Lic. Jorge SarghiniMinistro de Economa

    Lic. Gerardo OteroSubsecretario de Finanzas

    Lic. Sergio BugalloSubsecretario de Ingresos Pblicos

    Lic. Carlos Fernndez

    Subsecretario de Poltica y Coordinacin Fiscal

    Director:Lic. Jorge Emilio Sarghini

    Coordinador: Lic. Matas Sebastin Gomis

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    Prlogo

    Los problemas distributivos, la pobreza, eldesempleo y la informalidad en la relacin laboral sonalgunas de las manifestaciones de exclusin social.

    Actualmente, no existe sociedad que se encuentreajena a este flagelo. No obstante, existen distintosarreglos institucionales que surgen a partir de lainteraccin de voluntades polticas, sociales yeconmicas que determinan la magnitud y lascaractersticas particulares que la exclusin socialadquiere en cada pas o regin. La poltica social yasistencial, las regulaciones del mercado laboral y lasformas de propiedad, son algunos ejemplos de estosacuerdos institucionales.

    Como indica la evidencia, pases que privilegian laautosuficiencia de sus habitantes, tal es el caso deEEUU, han exaltado las reglas del mercado conescasas redes de contencin social generadas desde elEstado. La reduccin del desempleo se ha logrado alcosto de una mayor desigualdad e incremento de la

    pobreza.En contraste, los pases de Europa Occidental

    reconocen la pobreza y los problemas distributivos, yhan manifestado su preocupacina a travs del diseode una amplia red de polticas pblicas de tipoasis tencial y de normas laborales rgidas. Pero en ellosla reduccin del desempleo, sigue siendo unaasignatura pendiente.

    Latinoamrica, inmersa en un contexto dereformas polt icas y econmicas, no ha podido

    abandonar la condicin de ser una de las regiones conmayores problemas de desempleo, pobreza ydesigualdad en la distribucin del ingreso; el caso deArgentina no constituye una excepcin.

    Japn es el pas que ha obtenido mejoresresultados. Bajas tasas de desempleo y buenosindicadores sociales, sealan los efectos de laexistencia de un denso tejido institucional que ha

    permitido alcanzar un equilibrio entre las demandasde flexibilidad/competitividad y la asistencia a losms vulnerables.

    Argentina est en condiciones de encarar unaetapa de crecimiento con equidad e inclusin. Noexisten recetas universales para alcanzar este objetivo;cada pas constituye un hito histrico nico eirrepetible. No obstante, la experiencia en otroslugares puede servir de gua para el diseo de una

    poltica integral que contemple al desempleo, lainformalidad, la equidad y la pobreza, como factoresestrechamente relacionados y no intercambiables.

    En esta edicin de Cuadernos de Economapresentamos un breve anl is is ter ico de lascuestiones distributivas, el desempleo y lain formalidad, como as tambin el comportamiento deestas variables en Argentina y en el mundo, en eltranscurso de las ltimas dcadas. Tambin se

    pr esentan los principales lineamientos que deberanconsiderarse en el diseo de una estrategia decrecimiento con equidad.

    Jorge Emilio Sarghini

    Ministro de EconomaProvincia de Buenos Aires

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    Indice

    Equidad y mercado de trabajo. Consideraciones para

    un crecimiento sosteniblePg.

    INTRODUCCION 11

    CAPITULO 1: ASPECTOS CONCEPTUALES, TEORICOS Y PRACTICOS 13

    1. INTRODUCCION 13

    2. EQUIDAD 14

    2.1. LA EQUIDAD COMO OBJETIVO 142.2. EQUIDAD, JUSTICIA E IGUALDAD 15

    2.3. DISTRIBUCION DEL INGRESO Y POBREZA: DOS REFLEJOS DE LA EQUIDAD 19

    3. EL DESEMPLEO: OTRA FUENTE POTENCIAL DE INEQUIDAD? 20

    3.1. TRABAJO ASALARIADO: UNA PERSPECTIVA HISTORICA 20

    3.2. EMPLEO, DESEMPLEO Y POBREZA 23

    4. LA INFORMALIDAD 24

    4.1. INFORMALIDAD Y EQUIDAD 24

    4.2. EVASION Y EQUIDAD 25

    5. EQUIDAD, DISTRIBUCION DEL INGRESO Y DESEMPLEO 26

    6. ANEXO I 28

    6.1. DISTRIBUCION DEL INGRESO: CONCEPTOS Y MEDICION 28

    6.2. POBREZA: IDENTIFICACION Y AGREGACION 33

    6.3. DESEMPLEO: CONCEPTOS Y MEDICION 35

    CAPITULO 2: EVIDENCIA INTERNACIONAL: CUATRO CASOS 39

    1. INTRODUCCION 39

    2. CASO ESTADOS UNIDOS 41

    2.1. ESTADOS UNIDOS Y LOS PROBLEMAS DE DISTRIBUCION 41

    2.2. EVOLUCION DEL MERCADO DE TRABAJO 41

    2.3. DISTRIBUCION DEL INGRESO Y POBREZA 45

    3. CASO EUROPEO 46

    3.1. EUROPA Y LA PERSISTENCIA DEL DESEMPLEO 46

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    3.2. EVOLUCION DEL MERCADO DE TRABAJO 47

    3.3. DISTRIBUCION DEL INGRESO Y POBREZA 48

    4. CASO JAPON 50

    4.1. JAPON, UN CASO SIN DILEMA 50

    4.2. EVOLUCION DEL MERCADO DE TRABAJO 51

    4.3. DISTRIBUCION DEL INGRESO Y POBREZA 53

    5. CASO AMERICA LATINA 53

    5.1. AMERICA LATINA Y EL EMPLEO INFORMAL 53

    5.2. EVOLUCION DEL MERCADO DE TRABAJO 54

    5.3. DISTRIBUCION DEL INGRESO Y POBREZA 57

    6. IDIOSINCRASIA, INSTITUCIONES Y RESULTADOS: CUATRO CASOS 59

    7. ANEXO I: INDICE DE THEIL VERSUS GINI. ALGUNOS EJERCICIOS 61

    7.1. EJERCICIO N 1 61

    7.2. EJERCICIO N 2 62

    7.3. EJERCICIO N 3 63

    8. ANEXO II: ESTADISTICAS 64

    CAPITULO 3: ARGENTINA EN LOS 90 79

    1. INTRODUCCION 79

    2. CAMBIOS EN EL ESQUEMA INSTITUCIONAL 79

    2.1. NIVEL DE NEGOCIACION Y ULTRAACTIVIDAD 80

    2.2. MODALIDADES DE CONTRATO 81

    2.3. REGIMEN DE EXTINCION DEL CONTRATO 85

    2.4. APORTES PATRONALES 85

    2.5. SERVICIOS VINCULADOS 86

    3. POLITICAS IMPLEMENTADAS EN EL MERCADO DE TRABAJO 87

    3.1. EVALUACION GENERAL 87

    3.2. EVALUACION DE PROGRAMAS ESPECIFICOS 89

    4. LOS RESULTADOS 92

    4.1. UN ANALISIS EN CONJUNTO 92

    4.2. CAMBIOS EN LA DEMANDA 97

    4.3. CAMBIOS EN LA OFERTA 100

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    5. REFLEXIONES PRELIMINARES: INFORMALIDAD, DESIGUALDAD YDESEMPLEO

    102

    CAPITULO 4: EQUIDAD Y POLITICAS 104

    1. INTRODUCCION 104

    2. ELEMENTOS A TENER EN CUENTA 104

    2.1. LA EQUIDAD, DESIGUALDAD Y EL DESEMPLEO 104

    2.2. ARGENTINA Y LA EVIDENCIA INTERNACIONAL 105

    2.3. ARGENTINA EN LOS 90 106

    2.4. LA INFORMALIDAD: UN DILEMA DE POLITICA 107

    3. HACIA UNA POLITICA EQUITATIVA 108

    3.1. UNA ESTRATEGIA DE CRECIMIENTO 108

    3.2. LEGISLACION Y EMPLEO: EN LA BUSQUEDA DE UNA MAYOR INCLUSION 109

    3.3. UNA NUEVA POLITICA SOCIAL 114

    3.4. EL MERCADO FINANCIERO 117

    3.5. LA VIABILIDAD DE LA PROPUESTA 117

    4. REFLEXION FINAL: UN ENFOQUE EN CONJUNTO 118

    BIBLIOGRAFIA119

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    Equidad y mercado de trabajo. Consideraciones para un crecimiento sostenible

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    Introducc in

    Argentina ha experimentado un importante creci-miento durante esta dcada. A pesar de los efectosadversos de la crisis del tequila y la crisis asitica, latasa promedio anual de crecimiento rond los 4,5%.En la explicacin de este desempeo se mezclan unconjunto de factores, entre los cuales el proceso dereforma tiene un gran peso. El logro de la estabilidadmacroeconmica (que se uni a la estabilidad polti-ca), la apertura, la integracin regional, el retiro delEstado de la esfera productiva, en conjunto con cam-

    bios importantes en el contexto externo, fueron pila -res bsicos de este crecimiento.

    Sin embargo, como se argument en un trabajo

    anterior (Sarghini y otros, 1998) dedicado al anlisisde la industria, este crecimiento fue acompaado porun deterioro en variables claves del mercado laboral,del sector externo y de las economas regionales.Cada uno de estos problemas representa una determi-nada desigualdad y pueden1 traducirse en un empeo-ramiento de la equidad a travs de sus diferentes di-mensiones: la equidad interpersonal, la equidad inter-generacional y la equidad interregional respectiva-mente.

    En primer lugar, sobre la relacin entre mercadolaboral y desigualdad, deben tenerse en cuenta tresaspectos principales. El primero se relaciona con que

    el crecimiento del desempleo no afecta uniforme-mente a los diferentes niveles de ingreso y de estaforma se traduce en un problema distributivo adicio-nal. Esta situacin empeora desde un punto de vistadinmico cuando la principal dificultad no est en quela gente pierde su trabajo, sino que para algunas per-sonas es muy difcil conseguir uno nuevo. El segundoaspecto a considerar tiene que ver con la informalidady la consecuente existencia de mercados segmentados.Si la absorcin de trabajo por el sector informal (don-de se pagan salarios ms bajos) es mayor que la delsector formal, se ampla la diferencia salarial entregrupos de trabajadores y, por lo tanto, afecta la distri-

    bucin del ingreso. El tercer aspecto se refiere a losefectos que tiene el desempleo sobre quienes estnempleados. El alto nivel de desempleo y subempleo

    puede impedir que, en un contexto donde la producti-vidad crece, los salarios reales acompaen esa varia-cin. Pero seguramente como el desempleo no se

    1La condicionalidad del tiempo verbal tiene que ver con ladiscusin que se realiza en el captulo 1 sobre la relacinentre equidad y desigualdad.

    distribuye igualmente entre los diferentes grupos detrabajadores (por ejemplo entre calificados y no cali-ficados) esta presin sobre los salarios no es igual ycon ello se genera otra fuente de desigualdad en losingresos.

    En segundo lugar, si el crecimiento se concentraen un pequeo grupo de sectores, que a su vez estnestablecidos en una parte reducida del territorio, elcrecimiento incrementar la desigualdad regional delingreso. Esto tambin puede agravarse en un sentidodinmico si esos mismos sectores son los que msinvierten.

    Por ltimo, el desequilibrio externo puede generar

    inequidades intergeneracionales. La incorrecta asigna-cin de los recursos ingresados al pas, puede traducirseen un costo diferente de repago para las distintas gene-raciones. Adems, la persistencia de los dficits exter-nos y la dependencia del ahorro externo que estos im-

    plican, hacen a la economa ms vulnerable a losshocks externos y profundizan el efecto de los mismos,los cuales no son homogneos para los diferentes gru-

    pos de individuos que forman la sociedad.Los tres casos evidencian problemas en la manera

    en la que se est creciendo, dificultando la sostenibi-

    lidad (econmica y poltica) de ese crecimiento, as

    como de las reformas implementadas.

    Desde el punto de vista econmico, el desempleoo el trabajo de poca calidad y mal remunerado no esslo un problema social, sino tambin una seal degran ineficiencia econmica, pues supone desaprove-char el potencial productivo de gran parte de los re-cursos humanos de un pas. A su vez, avanzar en el

    proceso de crecimiento de una forma inequitativatampoco es compatible con el fortalecimiento delsistema democrtico.

    Resulta imprescindible crecer, pero con equidad.Este objetivo es difcil de lograr, como tambin lo esesclarecer y concretar el trmino equidad.

    En la literatura econmica, al menos desde Kuz-

    nets, se suele considerar que crecimiento y equidadson objetivos que se contraponen, por lo cual algunos

    postulan un enfoque secuencial: primero se crece yposteriormente viene la eventual redistribucin. Comoeste proceso tarda demasiado, otros optan por sacrifi-car algo de crecimiento en pos de una mejor distribu-cin de sus frutos, y asignan a la poltica social el

    papel de compensar o corregir los efectos regresivosde algunas polticas econmicas. El problema que

    plantea este segundo enfoque es que esos efectos

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    regresivos son de tal magnitud que ninguna polticasocial realista podra compensarlos. (Ramos, 1995).

    De todas maneras, las cuestiones sobre la equidadhan recibido menor atencin en el anlisis econmico

    que las cuestiones de eficiencia asignativa y producti-va. Esto tiene que ver con las dificultades para definir,relacionado con la necesidad de introducir juicios devalor, y cuantificar la equidad.

    Teniendo como base las conclusiones del trabajoanterior sobre el comportamiento del sector industrialen la dcada del 90, en este informe se profundiza elanlisis de una de las dimensiones de los problemasde equidad: la equidad interpersonal.

    Para ello, la investigacin avanza en dos sentidos.Por un lado se realizan consideraciones para toda laeconoma, no slo para el sector industrial. Esto esabsolutamente necesario dado los profundos cambios

    que se han producido en la estructura ocupacional.Hasta hace un par de dcadas el trabajador tpico eraun obrero industrial, jefe de familia y con empleoestable, hoy tiene una mayor importancia la participa-cin de la mujer, el empleo temporario y el sectorservicios.

    En segundo lugar, para no mirar solamente laequidad personal a travs del desempleo, se agreganlas cuestiones de distribucin del ingreso y pobreza.En este ltimo caso el objetivo no es avanzar en nue-vas mediciones, sino ofrecer una perspectiva msamplia de los problemas de equidad en Argentina.

    Esto se justifica por la dificultad de realizar reflexio-nes concluyentes respecto a la equidad, a travs de laobservacin de un nico indicador.

    El trabajo parte del supuesto que el crecimiento

    con equidad es posible pero no ocurre por s solo,como se ha visto en estos ltimos aos. De aqu surgeun campo de accin que es necesario precisar, dondela experiencia internacional y la historia recienteaportan algunas lecciones.

    Para ello, en los diferentes captulos de este trabajo,se buscan respuestas al siguiente grupo de preguntas:

    1. Puede la equidad ser un objetivo de poltica?Qu relacin existe entre equidad, desempleo, in-formalidad, distribucin del ingreso y pobreza? Qusignifica el trabajo para el ser humano? Qu conse-cuencias tiene el d esempleo?.

    2. Cmo es la interaccin entre desempleo, dis-

    tribucin del ingreso y pobreza en diferentes regionesdel mundo? Cules son las caractersticas de cadauno de esos casos?

    3. Como han evolucionado los indicadores deequidad en nuestro pas durante la ltima dcada?Qu direccin ha tomado Argentina en las cuestionesrelacionadas con las reformas en el mercado laboral?Se ha seguido alguno de los casos analizados ante-riormente?

    4. Qu polticas pueden llevarse a cabo paradisminuir la inequidad en nuestro pas? Debe seguir-se alguno de los casos observados en el mundo?

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    Equidad y mercado de trabajo. Consideraciones para un crecimiento sostenible

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    Captulo 1

    Aspectos conceptuales, tericos y prcticos

    1. INTRODUCCION

    Las cuestiones de eficiencia asignativa y pro-ductiva han recibido, en general, en la literaturaeconmica una mayor atencin que las cuestionesdistributivas. Seguramente esto no es producto deque dichos problemas se consideren menos rele-vantes, sino a que mientras los aspectos de eficien-cia se reducen a un conjunto de principios enuncia-dos sobre bases objetivas, las cuestiones distributi-vas imponen la necesidad de establecer juicios de

    valor, donde ya no es posible, al menos es discuti-ble, la enunciacin de un principio general a partirdel cual se pueda establecer unvocamente que unasituacin es mejor que otra.

    Si bien el debate de la cuestin distributiva estu-vo siempre presente en la teora econmica, su tra-tamiento se ha ido intensificando en los ltimosaos, principalmente a partir de la dcada del 90debido a que en la mayora de las economas, cual-quiera sea su grado de desarrollo, se han agudizadolos problemas distributivos (FMI, 1998).

    En una sociedad donde adems de los criteriosde eficiencia, son tambin relevantes los de equidad,

    es necesario consensuar el criterio en base al cual sebusca maximizar el bienestar social. As, el bienes -tar de los diferentes grupos depender de los su-

    puestos ( juicios de valor) que se realicen respecto ala funcin de bienestar social

    Hay que tener en cuenta que una sociedad inte-resada por alcanzar una distribucin justa y equita-tiva, no necesariamente busca que la misma seaigualitaria. En torno a esto, se ha planteado un im-

    portante debate, donde desde diversas posturas seintenta justificar qu variables (riqueza, ingreso,utilidad, oportunidades, etc.) deben considerarse enla cuestin de la equidad. Resumiendo este debate,

    Amartya Sen2

    considera que todos estos enfoquesbuscan la igualdad, cualquiera sea la variable queconsideren. No obstante, no siempre la bsqueda dela igualdad es compatible con los principios deequidad y justicia.

    A pesar del debate existente sobre la definicindel concepto de equidad, en la prctica, esta cues-

    2Premio Nobel en 1998 por sus contribuciones a la econo-ma del bienestar.

    tin se centra en el anlisis de la distribucin delingreso, debido a que esta variable puede medirsecon relativa facilidad y adems se supone (en esosestudios) que es una buena representacin de todaslas cuestiones que deben tenerse en cuenta en elanlisis de equidad.3

    Pero, para el estudio de la equidad, tambin sonrelevantes: el problema de la pobreza, el cual puedeinterpretarse como un caso particular del tema dis-tributivo donde slo interesa la situacin de los mscarenciados4 y los problemas asociados al trabajo

    (desempleo e informalidad).La pobreza se encuentra estrechamente relacio-nada con el desempleo: si se define a la misma co-mo aquella situacin en la cual una persona no pue-de alcanzar una canasta de consumo bsica, segu-ramente esta situacin ser ms probable cuando la

    persona est desempleada y el trabajo sea la fuenteprincipal de la cual obtiene sus recursos. Por otrolado, la pobreza tambin se asocia a una situacinen la cual el individuo enfrenta severas privacionescomo, por ejemplo, la incapacidad de acceder aservicios bsicos de salud. En este contexto, su

    posibilidad de elegir se ve fuertemente restringida,

    de este modo, una sociedad con elevados ndices depobreza tambin enfrentara importantes problemasde equidad. Por ello la equidad se encuentra estre-chamente asociada a la igualdad de posibilidadesde eleccin.

    La distribucin de la torta est, en gran medi-da, determinada por la forma en que se remuneran ydistribuyen los factores productivos entre los dis-tintos grupos sociales y ms all de los efectos queel flagelo del desempleo 5 pueda acarrear en la dis-

    3En la seccin Anexo I se detallarn las tcnicas que se

    utilizan para determinar cmo se reparte el ingreso entredistintos grupos de la poblacin, como as tambin, losndices que se construyen a partir de este mapa de ingre-sos y que intentan reflejar el grado de desigualdad/igualdadde la distribucin.4 Los elementos a tener en cuenta en la medicin de lapobreza se detallan en el Anexo I.5El problema de la brecha existente entre empleo y PEA,lleva a plantear una resea mnima de cmo surge el fen-meno del desempleo y cmo con l nace su concepto. Aqutambin parece importante, antes de seguir adelante con elresto de los captulos, que se vean cules son las principales

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    tribucin del ingreso, este constituye un factor deexclusin social, situacin en la cual resulta dif-cil hablar de equidad.

    La historia tiene algo que decir respecto a cmo

    el trabajo ha desempeado un rol neurlgico en lasrelaciones sociales, y que es algo ms que la posi-bilidad de generar ingresos. El concepto de trabajofue cambiando a lo largo del tiempo y es de esperarque lo siga haciendo hacia nuevas concepciones.Desde esta perspectiva, el trabajo asalariado, talcomo hoy se conoce, es un figura histrica y por lotanto muta hacia nuevas formas.

    No slo el desempleo puede convertirse en un fa c-tor de inequidad o exclusin, sino tambin puede serlola forma en que se trabaja, entendiendo por formatodo lo que concierne a la actividad laboral como la

    percepcin de un pago (salario), la fijacin de una

    jornada, la duracin del contrato, el establecimiento delas condiciones en que se realizan las tareas, rgimende extincin, etc. De esta manera, a pesar que una de-terminada comunidad muestre bajas tasas de desem-

    pleo, puede ocurrir que esta situacin est explicadapor una proporcin elevada de empleo precario o subu-tilizado y, por ende, mal remunerado; est sociedadtambin enfrentara problemas de equidad.

    En condiciones de elevado desempleo y empleoprecario, resulta difcil hablar de una situacinequitativa. Una persona que se encuentra involunta-riamente desempleada o empleada informalmente vesumamente restringida su libertad de eleccin y est

    parcialmente excluida de las relaciones socio-polticas y econmicas de la sociedad a la que pe r-tenece, situacin que en muchos casos lleva a laalienacin fsica y psquica de la persona afectada

    por este flagelo.

    2. EQUIDAD

    2.1. LA EQUIDAD COMO OBJETIVO

    Bajo los supuestos establecidos por la escuela

    clsica (ausencia de externalidades, mercados com-pletos y perfectamente competitivos) es posible queuna economa de mercado, con individuos guiados

    por sus propios intereses, alcance una asignacin desus recursos pareto ptima. Es decir, el libre accio-

    variables utilizadas para evaluar el comportamiento delmercado de trabajo y cules son los problemas de medicinque presentan las mismas, aspectos que se detallan en elAnexo I.

    nar del mercado lleva a una situacin en la cual noes posible aumentar el bienestar de un agente sinque se reduzca o al menos no vare el bienestar deotro, dados los recursos y la tecnologa. A su vez, el

    bienestar que alcance cada individuo depender dela distribucin inicial de los recursos productivos yde su habilidad para utilizar los mismos.

    Hasta aqu, slo est presente la idea de eficiencia,sin embargo, nada garantiza que la asignacin resul-tante (ptima en sentido de Pareto) sea equitativa. Enun contexto clsico, existe un gran nmero de asigna-ciones que son eficientes (desplazamientos a lo largode la gran frontera de posibilidades de utilidad), perosi se consideran que ellas no son equitativas, se debenincorporar cuestiones distributivas, para lo cual pre-viamente debe establecerse dnde querr situarse lasociedad? Aqu es donde pasa a primer plano la intro-

    duccin de juicios de valor que se resumen en lafuncin de bienestar social; sta acta como regla dedecisin que incorpora las cuestiones distributivas enel anlisis de equilibrio general y que posibilita esco-ger una asignacin eficiente (dentro de todas las posi-

    bles), de modo que se pueda alcanzar el mximo bie-nestar social dados los recursos, la tecnologa y unsistema adecuado de transferencias.

    Aquellas sociedades totalmente despreocupadaspor las cuestiones distributivas, es decir aquellasque presentan un criterio utilitarista de decisin,6

    slo estarn interesadas en la asignacin que per-mita maximizar la suma de las utilidades indiv i-

    duales, independientemente de la forma en que sedistribuyan las mismas.

    En el otro extremo encontramos el criteriorawlsiano,7 donde slo importa la utilidad del ms

    pobre. Bajo determinados supuestos,8 este criteriode decisin conduce a una situacin en la cual todoslos individuos alcanzan el mismo bienestar. Sen(Sen 1997) sostiene que esto lleva a una situacindictatorial; en un caso extremo, las preferencias deun individuo podran dominar frente a las de unmilln de individuos.

    6Estas preferencias se resumen en una funcin de bienestardenominada utilitarista o a la Bentham.7Estas preferencias se resumen en una funcin de bienestardenominada ralwsiana o maximin, cuyas curvas deindiferencia son de tipo Leontieff.8Simetra de la gran frontera de posibilidades de utilidad. Sieste supuesto no se cumple, entonces el punto de mximobienestar social, aquel para el cual la curva de indiferenciasocial es tangente a la gran frontera de posibilidades deutilidad, se caracterizar por una distribucin desigual de lasutildades entre los distintos individuos.

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    Equidad y mercado de trabajo. Consideraciones para un crecimiento sostenible

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    De todas formas las crticas de Sen son mscontundentes hacia el primer criterio. El censura lasubordinacin que realizan los utilitaristas de losvalores distributivos a los valores agregativos a la

    hora de configurar juicios sociales. Su crtica esen-cial al utilitarismo es que, por haber subsumido laidea de justicia en la idea de maximizacin, ha con-figurado un sentido de justicia demasiado limitado.En particular, este enfoque no tiene en cuenta lasideas de libertad e igualdad que son esenciales almomento de juzgar los asuntos sociales. Es por elloque, para que la posicin iguali tarista se haga mo-ralmente aceptable, se requiere otra formulacin delos juicios sociales. De este modo, Sen comenz asostener que lo que hace imposible una considera-cin adecuada del problema distributivo, reside en la

    propia conceptualizacin del bienestar como util i-

    dad.Entre ambas posturas extremas, el utilitarismo y

    el enfoque rawlsiano, se encuentra una gran cantidadde casos intermedios que suponen distintos criteriosde decisin captados por funciones de bienestar

    social generales .De esta manera, slo por casualidad, el libre ac-

    cionar del mercado llevara a una asignacin derecursos compatible con las preferencias distributi-vas de la sociedad.9 Por lo tanto, en la mayora delos casos, para lograr una asignacin de recursoscompatible con los deseos de la sociedad, debe ins-trumentarse alguna medida de poltica. 10 Por eje m-

    plo, segn la Teora del Bienestar, a t ravs de t rans -ferencias de suma fija en forma redistributiva, pue-den alcanzarse los objetivos de equidad sin prdidasde eficiencia (Segundo Teorema Fundamental delBienestar). En caso contrario, se requiere establecerimpuestos distorsivos y por ende se produce un tra-de off entre eficiencia y equidad.

    No obstante, al levantarse ciertos supuestos enlos cuales se basan el Primer y Segundo Teorema delBienestar,11surgen situaciones en las cuales el trade

    9 Amartya Sen critica los teoremas bsicos del bienestar

    sealando su insensibilidad en cuanto a los aspectos distri-butivos; en Sen A. (1997).10Amartya Sen considera que es posible conseguir un pt i-mo de Pareto justo con un equilibrio competitivo, dado unesquema adecuado de impuestos y transferencias de renta;es decir, dada una situacin inicial justa; en Sen (1997) op.cit. El FMI (1998) destaca que las sociedades tienen distin-tas percepciones de lo que es equitativo o justo las cuales seven plasmadas en normas culturales y sociales que danforma a las polticas orientadas a alcanzar una mayor equ i-dad.11Mercados completos y perfectamente competitivos.

    off antes mencionado puede no producirse: porejemplo, Putterman, Roemer y Silvestre (1998) con-sideran que en un contexto en el cual existen pro-

    blemas informativos, podra ser posible incrementar

    la eficiencia y la equidad en forma simultnea.12

    Sin duda, el uso eficiente de los recursos produc-tivos y el desplazamiento continuo de la frontera de

    posibilidades de produccin, son objetivos deseados,pero alcanzarlos no es condicin suficiente para lamaximizacin del bienestar social. Dicho de otramanera el tamao de la torta importa, pero tam-

    bin es esencial analizar la forma en que se distribu-ye la misma (Equitativamente?, Igualitariamen-te?), como as tambin el modo en que se genera(Es aceptable crecer con elevadas tasas de desem-

    pleo o creciente desigualdad regional?, por ejemplo).Lamentablemente, en la prctica, no existen instru-

    mentos que permitan satisfacer todos estos objetivosen forma simultnea, siempre se produce un tradeoff entre ellos. No obstante, esto no debe impedir eltratamiento de estas cuestiones. Seguramente, elmayor desafo radica en la definicin de los proble-mas distributivos: Se debe perseguir la igualdad?,La igualdad de qu?, Es lo mismo igualdad yequidad?

    2.2. EQUIDAD, JUSTICIA E IGUALDAD

    En muchas ocasiones el concepto de equidad se

    confunde, o es utilizado como sinnimo de otrostrminos, tales como justicia e igualdad. Si se defineuna situacin equitativa como aquella libre de envi-dia, es decir que, dada una determinada distribucinningn individuo prefiere la canasta de cualquierotro individuo a la suya propia,13entonces equidad y

    justicia son conceptos diferentes. Bajo esta forma dedefinir equidad, para ver si una determinada distri-

    bucin es equitativa, basta con que ningn individuoenvidie o prefiera la situacin en la que se en-cuentran otros miembros de la sociedad. Mientras

    12

    En presencia de problemas informativos, nada nos garan-tiza que el libre accionar del mercado nos lleve a un puntosobre la gran frontera de posibilidades de utilidad, es deciruna asignacin Pareto ptima. Entonces, la economa puedesituarse en un punto interior, lo cual eleva la posibilidad deincrementar la eficiencia y la igualdad en forma simultnea,a travs de una poltica informativa y redistributiva adecua-da (en el espacio de puntos factibles determinados por lagran frontera nos estaramos moviendo en direccinnoreste).13De esta manera define Foley (1967) a una situacin librede envidia.

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    que para que esta misma asignacin sea considerarajusta, no alcanza con que sea equitativa (ausencia deenvidia), tambin tiene que ser Pareto eficiente (Va-rian 1974, 1975). Ahora bien, si se define a la equi-

    dad de alguna otra manera que no est relacionada ala ausencia de envidia, entonces, equidad y justiciapueden utilizarse como sinnimos: una situacinjusta es equitativa y viceversa.

    Siguiendo a Le Grand (1991), quien afirma queesta disgrecin puede aportar ms confusin queclaridad, se utilizarn indistintamente los conceptosde equidad y justicia, de manera de concentrarnos enla relacin que existe entre igualdad y equidad.

    Igualdad, es un trmino estrictamente positivo,mientras que equidad es puramente normativo (in-tervienen los juicios de valor). Adems, una situa-cin equitativa no necesariamente es igualitaria, y

    viceversa. Como una ilustracin de este punto podraconsiderarse el siguiente ejemplo: supngase unasituacin en la cual hay dos trabajadores (trabajador1 y trabajador 2) cuya remuneracin horaria es de$100 y $150, respectivamente. Esta situacin esclaramente desigual y, si no se incorpora mayorinformacin, podra decirse que tambin es inequi-tativa. No obstante, qu sucedera si se conoce que eltrabajador 2 realiz una gran cantidad de cursos decapacitacin, no siendo ste el caso del otro trabaja-dor, a pesar de que ambos al momento de elegir sirealizar o no dicho curso enfrentaban las mismasrestricciones, por ejemplo, capacidad intelectual,

    tiempo, recursos, salud, es decir igualdad en todosaquellos factores que podran afectar el sentido de ladecisin. Puede afirmarse ahora que la diferenciasalarial es inequitativa? Como se observa, establecersi una determinada situacin es o no equitativa re-sulta sumamente compleja, ya que no slo requiereincorporar juicios de valor, sino que tambin senecesita una gran cantidad de informacin.

    Estas consideraciones debern ser tenidas encuenta al momento de analizar las distintas medidasde desigualdad (en la distribucin del ingreso), encaso contrario, existe la posibilidad de que ciertas

    polticas redistributivas (a priori, bien intencionadas)

    conlleven a situaciones inequitativas.A pesar de estas cuestiones, la mayora de los en-

    foques que tratan el problema distributivo desde unpunto de vista normativo, como lo destaca AmartyaSen (1992), tienden a buscar la igualdad de algo,es decir, de cierta variable que es particularmenteimportante para cada enfoque. Este mismo autorconsidera que la determinacin de la variable que sedebera igualar resulta sumamente conflictivo; mu-chas veces, la bsqueda de la igualdad en un deter-

    minado espacio (vgr. salud) puede llevar a la des i-gualdad en otro (vgr. educacin). No obstante, estosinconvenientes, existen dos grandes grupos de crite-rios de igualdad, mejor dicho, dos formas de respon-

    der a la pregunta Igualdad de qu? Igualdad de resultados: consumo, ingreso, rique-

    za y utilidad. Igualdad de eleccin: conjunto de eleccin,

    oportunidades y recursos.Cada criterio establecer un espacio de igualacin

    que tendr fuertes implicancias en las consideracionesde equidad.

    2.2.1. Igualdad de resultados

    Algunos sostienen que una distribucin igualitaria

    del ingreso, el consumo o la riqueza podra conside-rarse como equitativa. No obstante, existe una grancantidad de casos a travs de los cuales esta afirma-cin puede cuestionarse. As, a menudo, se sostieneque lo que realmente importa es la igualacin del

    bienestar o utilidad de los individuos para poder afi r-mar que cierta distribucin es equitativa. Como sever, ninguna postura est libre de inconvenientes.

    El ejemplo previo de los trabajadores, indica cla-ramente por qu la igualdad/desigualdad de ingresosno necesariamente implica que se est en presencia deuna situacin equitativa/inequitativa. El mismo razo-namiento podra utilizarse para el caso en que se bus-

    ca la igualdad del consumo, ya que esta variable estestrechamente relacionada con el ingreso. John Rawls(1971) sostiene que lo que se debera igualar entre losindividuos, son sus canastas de bienes sociales pri-marios.

    Por otro lado, cuando se considera la igualdad dela riqueza, se est intentando tener una visin inter-temporal del problema distributivo que no es captadacon el enfoque del ingreso o el consumo; supongamosuna situacin en la cual tenemos un estudiante univer-sitario cuyos ingresos son prcticamente nulos y untrabajador cuyo ingreso corriente est dado por elsalario mnimo de la economa. El criterio de igual-

    dad de ingresos (en un enfoque esttico) indicara queesta situacin es inequitativa, sin embargo no deberadesconocerse que en el futuro la persona que hoy seencuentra estudiando seguramente tendr ingresosmuy superiores a los del trabajador y, por lo tanto,una mayor riqueza. As, quienes sostienen que laigualdad de la riqueza es sinnimo de equidad, justifi-caran redistribuir ingresos desde el estudiante altrabajador, mientras que aquellos que defienden laigualdad de ingreso diran todo lo contrario. Por lti-

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    mo, nada nos garantiza que, en ausencia de mayorinformacin, se pueda aseverar que una distribucinigualitaria de la riqueza es sinnimo de equidad.

    Por lo tanto, muchos sostienen que para evitar los

    inconvenientes antes mencionados debera buscarse laigualdad de utilidades o satisfacciones. De estamanera, y siguiendo con el ejemplo anterior, podraargumentarse que en igualdad de condiciones ambostrabajadores estaran obteniendo la misma satisfac-cin, ya que si bien uno tiene un mayor ingre-so/consumo/riqueza, el otro trabajador disfruta de unmayor tiempo de ocio; esta sera una situacin equita-tiva.

    Este criterio presenta algunos inconvenientes. Losrequisitos de informacin son considerables; en parti-cular, las utilidades no son observables, medibles ycomparables interpersonalmente. Ante estas crticas,

    economistas, filsofos y psiclogos han intentado darun espectro de respuestas al problema de la compara-cin. As, por ejemplo, tiende a existir un cierto gradode consenso al momento de afirmar que una personaque puede consumir una gama variada de bienes degran calidad, estara mejor o tendra una mayor utili-dad que otra cuyas caractersticas de consumo sontotalmente opuestas a las del primer individuo. Sinembargo, todava no se ha podido establecer sin arbi-trariedad que lo dicho anteriormente sea cierto, dadoque no existe una unidad de medida comparable in-terpersonalmente que permita cuantificar sin arbitra-riedad la utilidad de cada consumidor, lo cual hace

    que se relativice cualquier tipo de comparacin inter-personal. Hay quienes sostienen que no ha sido pos i-ble avanzar en la resolucin de los problemas de me-dicin y comparacin interpersonal, debido a que laTeora del Equilibrio General slo requiere informa-cin sobre el orden de las preferencias individuales,sin importar la comparacin interpersonal de las mis-mas. Es as que muchos economistas consideran queeste tipo de comparaciones carece de significado o esimposible. (Putterman y otros (1998), Le Grand(1991)).

    An si los problemas de medicin y comparacinpudiesen resolverse, todava se presentan dos situa-

    ciones conflictivas asociadas al enfoque de igualdadde utilidades. En primer lugar podra darse una situa-cin donde una determinada persona A, puede al-canzar el mismo nivel de utilidad que otra B, ni-camente a travs del consumo de bienes suntuarios.Esta persona se dice que tiene preferencias ms caras.En esta situacin, para igualar utilidades, habra quedarle ms recursos a A que a B, pero difcilmente

    pueda decirse que esto es equitativo. Es importantedestacar que el hecho que A tenga preferencias

    caras, no implica que B tenga preferencias bara-tas.

    Este ltimo caso representa la situacin de unapersona que obtiene utilidad a partir de las actividades

    que realiza (vgr. cuidar a sus hijos) y que no se en-cuentran remuneradas por el mercado. En la literaturaesto lo ilustra el caso del esclavo feliz o el ama decasa sumisa (Sen 1987). Considrese el siguienteejemplo: existen dos mujeres C (con preferencias

    baratas) y D; la primera decide casarse y dedicargran parte de su tiempo a las tareas domsticas (lim-

    pieza del hogar, cuidado de los nios, etc.), actividadque le genera una gran satisfaccin. Por otro lado D,que trabaja en una empresa, slo obtiene satisfaccina travs del consumo de bienes y servicios, sin em-

    bargo, el ingreso que obtiene por su actividad no lepermite alcanzar el mismo bienestar que el del ama de

    casa. Por lo tanto, en esta situacin, el criterio deigualacin de utilidades requerira que C (el ama decasa) le transfiera recursos a D; al igual que en el casoanterior, esta redistribucin no parece ser muy equita-tiva.

    Como corolario, es posible afirmar que, en gene-ral, no alcanza con observar la desigualdad ya sea eningreso, riqueza, consumo o utilidades y luego reali-zar un juicio respecto a si la distribucin es o noequitativa. Se necesita ms informacin respecto a lascircunstanciasque dieron lugar a dicha distribucin.

    2.2.2. Igualdad de eleccinExiste una segunda forma de evaluar si una deter-

    minada distribucin es o no equitativa y se relacionacon las posibilidades de eleccin de los individuos.As, de acuerdo con este criterio, una cierta distribu-cin es considerada equitativa si es el resultado deelecciones de individuos informados, que al momentode elegir enfrentaban los mismos conjuntos de elec-cin.14Dichos conjuntos se definen a partir de restric-

    14Lo que Le Grand denomina como igualdad de conjuntos

    de eleccin, Sen (1997) lo llama igualdad de capacid a-des. Las capacidades de una persona reflejan las posiblescombinaciones de realizaciones sobre las que tena oport u-nidad de elegir esa persona. De esta forma, el conjunto decapacidades de una persona refleja la libertadque sta tienepara poder llevar el tipo de vida que valora. El valor quetiene un modo de vida depende de la libertad que ha tenidoesa persona para elegirlo. Entonces, no sera suficienteconocer las realizaciones alcanzadas por una persona paraevaluar su bienestar, sino tambin el conjunto de capacida-des de eleccin, o lo que Sen llama su libertad de bienes-tar. De esta forma, este autor opina que la justicia de las

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    ciones que marcan qu elecciones estn dentro o fueradel control de la persona. Entre estas restricciones seencuentran las oportunidades y las dotaciones inicia-les. Tambin hay quienes suelen considerar a las pre-

    ferencias y la suerte, como factores que determinan elconjunto de eleccin de cada individuo. Sin embargo,por los argumentos que se brindarn ms adelante, noparece conveniente disear polticas orientadas alograr una mayor equidad a partir de diferencias enestos ltimos factores.

    La igualdad de oportunidades est asociada a laeliminacin de barreras econmicas y sociales queimpiden el desarrollo del potencial humano. Porejemplo, existira desigualdad de oportunidades si una

    persona no puede acceder a un determinado puesto detrabajo por ser nativo de otra sociedad. Claramenteeste factor est fuera del alcance del trabajador, por lo

    tanto, es posible que los resultados puedan ser consi-derados inequitativos. Sin embargo, de esto no seinfiere que la eliminacin de estas barreras asegure laigualdad de conjuntos de eleccin y por ende la equi-dad. Para que se de la igualdad de conjuntos de elec-cin, adems de eliminar esas barreras, es necesarioque todos los individuos tengan las mismas dotacio-nes iniciales que incluyen las habilidades naturales, laeducacin, las herencias, los regalos, etc.

    Otros autores, que incorporan las preferencias alanlisis de equidad, sostienen que la igualdad de dota-ciones iniciales y oportunidades no necesariamenteimplica igualdad de conjuntos de eleccin. Esto lti-

    mo parte del supuesto de que diferencias en gustos,valores, actitudes, pueden ser el resultado de factoresque no estn sujetos al dominio del individuo, talescomo el contexto cultural o sus caractersticas biol-gicas y, por lo tanto, constituyen factores adicionalesque restringen las posibilidades de eleccin de la

    persona. Para este enfoque, en una situacin de com-pleta igualdad de las dotaciones y oportunidades, seproducen resultados que escapan al control del indiv i-duo y entonces, seran inequitativos. Supngase elcaso de dos trabajadores (A y B) que deben decidircunto destinar de su tiempo a un determinado trabajoremunerado; ambos tienen las mismas oportunidades

    y dotaciones iniciales. La persona A decide destinaruna mayor proporcin de su tiempo a disfrutar deactividades recreativas, que el que destina la personaB, lo cual explica que este ltimo reciba un mayoringreso. A priori, esta situacin es equitativa, sinembargo, qu sucedera con esta afirmacin si se

    instituciones sociales debera ser evaluada en trminos de lalibertad real que las personas tienen para elegir su modo devida.

    conoce que las preferencias del individuo A, que lollevan a consumir una mayor cantidad de ocio, sedeben a cuestiones biolgicas sobre las cuales notiene control. Entonces el enfoque que sostiene que

    las preferencias estn fuera del control del individuo,indicara que los resultados observados son inequita-tivos (A y B no enfrentaron las mismas restricciones).Este argumento debe considerarse con sumo cuidadoya que posee una visin extremadamente determins-tica; en realidad, ciertas preferencias no estn prede-terminadas, por lo tanto es importante definir unalnea entre ambas situaciones, lo cual resulta com-

    plejo y puede ser extremadamente arbitrario. Adems,Barry (1990) considera que existen casos en los cua-les la gente no elige sus preferencias y no por ello seencuentran en desventaja.

    Algunos sostienen que la suerte es otro ele-

    mento que debe considerarse al momento de analizarlas condiciones en las cules una persona toma susdecisiones. As puede considerarse que la suerte, esun factor que escapa al control del individuo y por lotanto es una fuente potencial de inequidades. Sinembargo, este argumento parece no resultar demasia-do slido y hasta podra decirse que puede llevar aconclusiones errneas al momento de evaluar cuestio-nes de equidad; Barry (1990) considera que los juiciosde equidad no se deberan aplicar a la situacin ex

    post (luego que juega la suerte), sino que la evalu a-cin debe ser ex ante. Debera plantearse la siguiente

    pregunta: En la situacin inicial, todos tenan las

    mismas posibilidades? Supngase un grupo de traba-jadores que enfrentan la misma probabilidad de perdersu trabajo y que a su vez se les ofrece un seguro encaso de quedar desempleados. Si el desempleo se

    produce, existirn trabajadores que estarn asegurados(mantienen el ingreso) y otros que no; Es esta situa-cin inequitativa, o es que los trabajadores que eligie-ron no asegurarse prefirieron tomar ms ries go?

    El principal problema del enfoque igualdad en losconjuntos de eleccin, radica en que es muy complejoobtener la informacin necesaria que permita cons-truir indicadores que reflejen las posibilidades deeleccin de los individuos. Como se ha visto ante-

    riormente, resulta difcil establecer qu factores cons-tituyen restricciones a las decisiones de los individuosy cules no.

    2.2.3. Una reflexin

    Cualquiera sea el criterio que se utilice (igualdadde resultados o igualdad de eleccin) resulta suma-mente difcil establecer si una determinada situacin

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    es o no equitativa. Aquellos enfoques que asocian laequidad a la igualdad de resultados se olvidan de lascircunstancias en que los mismos se generaron, por lotanto se pueden hacer juicios incorrectos. Por otro

    lado, los enfoques que se basan en la igualdad decircunstancias o elecciones resultan muy difciles deimplementar.

    A pesar de los inconvenientes que presenta elcriterio de igualacin de ingresos, en la prctica, los

    juicios sobre equidad se hacen a par tir de la distri-bucin de esta variable, debido a que se simplificanlos problemas de medicin y comparacin. Putter-man y otros (1998) consideran que esta variable esuna buena proxy de la utilidad, la riqueza, el con-sumo, las oportunidades, etc. En el Anexo I se ana-lizan las tcnicas de medicin y los ndices de des i-gualdad.

    2.3. DISTRIBUCION DEL INGRESO YPOBREZA: DOS REFLEJOS DE LAEQUIDAD

    Habitualmente se tiende a asociar los problemasde pobreza y distribucin del ingreso, sin embargo,ambos conceptos son diferentes. En este ltimo casose est haciendo referencia a cmo se distribuye latorta entre distintos grupos (todos los estratos) deuna comunidad particular; en tanto que, en el pro-

    blema de la pobreza, slo se mira el ingreso de los

    grupos ms carenciados. Deaton (1997) sostieneque el problema de la pobreza puede interpretarsecomo un caso particular de la distribucin del ingre-so, donde slo se tiene en cuenta el extremo ms

    pobre de la dist ribucin. Para algunos autores (porejemplo Feldstein 1998), la pobreza debe ser elobjetivo prioritario y no la desigualdad en la distri-

    bucin de los ingresos.El nexo entre pobreza y distribucin del ingreso,

    no es unvoco e incontrovertido. Muchos tienden apensar que la pobreza aumenta con la desigualdaden la distribucin. No obstante, las sociedades afri-canas ms igualitarias que las latinoamericanas,

    tienen niveles de pobreza sustancialmente mayoresen relacin a estas ltimas. Ms all de esto, esimportante considerar que las conclusiones que seobtengan respecto a las posibles relaciones queexisten entre ambos fenmenos, depende de la for-ma en que se mida la pobreza.

    En Inglaterra y Alemania, donde se consideranpobres aquellos individuos que poseen un nivel deingreso inferior al 50% del ingreso medio de la

    poblacin (pobreza relativa), claramente un au -

    mento del ingreso de un individuo que supere lamedia, implica simultneamente una mayor desi-gualdad y un incremento de la pobreza.

    Sin embargo, este criterio no se repite en todos

    los pases. No existe una visin cientfica e ine-quvoca de quin es pobre y quin no lo es (BancoMundial 1996). Incluso, cuando se ha llegado a unacuerdo sobre la definicin, las diversas dimensio-nes de la pobreza hacen problemtica su cuantifica-cin.

    Luego de la identificacin, para evaluar la inci-dencia de la poltica pblica sobre la pobreza, esnecesario agregar a estas personas de modo de obte-ner un ndice que indique la severidad del problema(problema de agregacin). Es decir, es importanteobtener un valor que no slo indique cuantos po-

    bres, sino tambin cun pobres son estas personas.15

    Por ltimo, hay que considerar que la pobrezaest estrechamente relacionada a la igualdad deeleccin. Si se elimina el argumento de Feldstein(1998), en el cual podra ser vista la pobreza comouna decisin racional y voluntaria, entonces unasociedad que enfrenta problemas de pobreza tam-

    bin se ve afectada por problemas de inequidad. Unindividuo pobre encuentra fuertemente reducidassus posibilidades de nutricin, educacin, serviciosde salud entre otras necesidades bsicas. No hayduda que la posibilidad de elegir de esta persona seencuentra sumamente restringida.

    En este caso, la forma en que se determina si una

    persona debe ser considerada pobre no es trivial ypuede agravar los problemas de equidad ya exis -tentes. En la prctica es el ingreso la variable a

    par tir de la cual se determina si una persona es o nopobre y esto puede resultar insuficiente. Por eje m-plo, supngase que existen dos individuos (A y B) yde acuerdo a su nivel de ingresos, la persona A esconsiderada pobre mientras que B no lo es. Ademsse sabe que B, debido a problemas de salud, deberealizar un gasto muy importante en un tratamientode dilisis con lo cual su ingreso, neto del gastomdico, es muy inferior al de A. Es posible afirmarque el individuo pobre tiene ms restringidas sus

    posibilidades de eleccin? Sera equitat ivo excluira la persona B de un programa pblico de ayudasocial? Con esto no se pretende desechar la utiliza-cin de las estadsticas disponibles, slo se intentarealizar un llamado de atencin respecto a las inter-

    pretaciones y las medidas de polticas que se deri-ven a partir de las mismas.

    15 Estas cuestiones metodolgicas se analizan ms detalla-damente en el Anexo I.

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    3. EL DESEMPLEO: OTRA FUENTEPOTENCIAL DE INEQUIDAD?

    La distribucin observada en el ingreso personal,responde, entre otros factores, a la forma en que sedistribuyen y se remuneran los factores productivos:trabajo, capital y recursos naturales.

    El trabajo asalariado es una fuente importante deingresos para muchas familias, en ciertos casos lanica fuente. En la actualidad, y quizs en formacreciente, la remuneracin de este factor vara entredistintos grupos de trabajadores y/o actividades; enmuchos casos la brecha es muy significativa. As,tericos y economis tas se han concentrado en expli-car las causas (gustos, capacitacin, incentivos, etc.)que justificaran estas diferencias desarrollandovarios modelos tericos: teoras estocsticas,modelos de seleccin, modelos de sorting, teo-ras del capital humano y modelos de agencia. 16

    Todos permiten explicar la desigualdad existente,pero poco pueden decir de las cuestiones de equ i-dad. Es comnmente aceptado que aquellas tareasque requieren de una mayor calificacin (vgr. ttulouniversitario) recibirn una mejor remuneracin queuna actividad que slo requiere estudios secunda-rios. Sin embargo, Es posible afirmar que estasdiferencias son equitativas?; difcilmente se puederesponder este interrogante si no se conoce bajo qucondiciones o restricciones cada uno de los trabaja-dores opt por una u otra actividad.

    Todas estas teoras explicaran las diferenciasque se producen entre trabajadores que se encuen-tran efectivamente empleados. Resta preguntarse siel desempleo del recurso humano, ms all de cons-tituir una fuente de ineficiencia, puede transformar-se en un factor de inequidad. Esta ltima cuestinconstituye el foco de anlisis de esta parte del tra-

    bajo. As se presentar una breve resea histrica decmo fue evolucionando el concepto de empleo,hasta derivar en la concepcin actual que se tienedel trabajo asalariado. Este enfoque histrico delanlisis, permitir entender que el trabajo asalariadono slo constituye la forma a travs de la cual elindividuo obtiene recursos para la satisfaccin desus necesidades materiales; sino tambin es un ins-trumento que permite la realizacin personal, lainsercin en la sociedad, entre otros factores que

    poco tienen que ver con una remuneracin estricta-mente pecuniaria. Todas estas circunstancias res

    16Un tratamiento detallado de estas teoras se presenta enNeal D. y Rosen S. (1998).

    tringen el conjunto de eleccin del individuo, deeste modo, existe espacio para que surja nueva-mente la cuestin de la equidad. El hecho que eldesempleo sea un problema que va ms all de la

    imposibilidad de generar ingresos por parte de quiensufre este flagelo, hace que aquellas polticas asis-tencialistas, de ingresos compensatorios (vgr. segu-ro de desempleo) si bien puedan reducir desigualda-des, fracasen desde un punto de vista de la equidad.En esta seccin se intentar dar una respuesta alinterrogante planteado.

    3.1. TRABAJO ASALARIADO: UNAPERSPECTIVA HISTORICA17

    3.1.1. Sociedades primitivas: el trabajo comouna actividad ms

    Segn los etnlogos y los antroplogos, en lassociedades primitivas el trabajo no se distinguafcilmente de las dems actividades humanas. Esetrabajo ha sido definido como un conjunto cohe-rente de operaciones tcnicas que se orientaban a

    producir los medios materiales necesarios a la

    existencia humana . Segn la etimologa, el trabajoes una nocin que indica la existencia de una activ i-dad fsica penosa, que moviliza un saber productivo,utiliza herramientas apropiadas y se sirve de una

    tecnologa.La duracin del trabajo se limitaba al tiempo de-

    dicado a hacer las provisiones, o llevar a cabo lasactividades destinadas a la reproduccin de la fuerzafsica de trabajo, pero eso insuma un tiempo muylimitado dentro de la jornada, dado que las necesi-dades naturales no son ilimitadas.

    Se trat siempre de una actividad personal, perollevada a cabo en un contexto social (familiar, de

    parentesco , grupal, tribal o de la comunidad local),y sin excluir una dimensin ldica. La motivacinde los individuos cuando hacan esas actividades noera puramente econmica, o para satisfacer su inte-

    rs personal. Se llevaban a cabo como formandoparte de las obligaciones sociales y no como contra-partida de una remuneracin monetaria. La dimen-sin colectiva primaba sobre la individual, pues losindividuos en tanto tales no haban irrumpido toda-va como actores de la historia (Meda, D., 1995).

    17Esta parte se basa en Convenio Ministerio de EconomaBs. As.-Conicet (1998).

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    3.1.2. Culturas griegas: el trabajo como im-pedimento para la reflexin

    En la ciudad griega (Polis), un hombre eraciudadano recin cuando posea los bienes necesa-rios para no requerir del trabajo para satisfacer susnecesidades materiales. Antes de llegar a ese esta-dio, debido a la asignacin del tiempo y a las preo-cupaciones que el trabajo implicaba, se considerabaque no poda ocuparse plenamente de la ciudad,es decir de la poltica.

    Para los grandes filsofos griegos, especfica-mente Platn y Aristteles, el trabajo era una activ i-dad exclusivamente fsica que se reduca al esfuerzoque deban hacer las personas para asegurarse elsustento, satisfacer sus necesidades vitales y repro-ducir su fuerza de trabajo (dimensin meramentefsica). Era una actividad considerada no slo peno-sa sino adems degradante, que no era valorizadasocialmente y que se justificaba en ltima instancia,

    por la dependencia que los seres humanos tienencon respecto a sus necesidades (Meda, D. 1995,Boissonnat, P., 1995).

    Su jerarqua de las actividades consideraba enprimer lugar el ocio dedicado a la teorizacin, lareflexin matemtica y filosfica, o sea la contem-

    placin de la realidad, de la verdad y la belleza, quepermite asemejarse a lo que es contemplado. Setrataba de una actividad ejercida por la forma, elespritu o ms especficamente la razn, pero nodirectamente por el cuerpo o la materia. En segundolugar se situaba la actividad tica (o praxis, que porsu naturaleza no est subordinada a otros fines yque tiene su propio fin en s misma) y en tercerlugar estaba la poltica, es decir la participacin enla gestin de la ciudad. Esto ltimo era lo propiode los ciudadanos, una actividad que englobaba laexpresin de la palabra y el uso de la razn y slo

    poda ser confiada a los seres libres.Desde esta perspectiva, ese tipo de ocio -que no

    era sinnimo de inactividad- era considerado comola verdadera vida. La educacin de los ciudadanosse orientaba a crear las condiciones para que las

    personas fueran aptas para gozar de ese ocio, activ i-dad que era mucho ms noble que el trabajo con-creto, pues este se orientaba a producir slo valoresde uso. En ese contexto no se conceba el trabajoabstracto, sujeto de una relacin mercantil. Lasrelaciones sociales slo se concretaban en la vida

    poltica, donde los ciudadanos tenan comport a-mientos similares, cosa que no suceda en la activ i-dad de trabajo, porque los oficios diferenciaban alas personas. Por lo tanto, el trabajo no era sinnimo

    de identidad, ni de desarrollo personal, aunque re-conocan que al trabajar, el artesano dejaba algo desi en su obra.

    3.1.3. El nacimiento del trabajo como justifi-cativo de la existencia humana

    En cuanto a su etimologa, hasta la Edad Media,el trabajo signific una restriccin, al igual que enlas culturas griegas.18

    Los cambios culturales y la escala de valores so-ciales que significaron las religiones judeocristianasen los ltimos dos milenios, se manifestaron sobreel trabajo humano, primeramente por la va de loshechos, luego a travs de la reflexin filosfica yteolgica y, finalmente, por el reconocimiento (y

    declaracin) de ciertos derechos humanos debido ala afirmacin de la libertad, igualdad y fraternidadde todos los seres humanos, independientemente desu raza u origen social. 19

    Segn Max Weber, a partir de la reforma pro-testante y del pensamiento de Jean Calvino y deMartn Lutero, comienza a hablarse de la tica deltrabajo, valorizando la vida de los seres humanos eneste mundo, justificando el beneficio econmicoresultante del trabajo, distinguiendo la austeridad enel consumo y la propensin al ahorro.

    Por el lado de la teora econmica, los fisicra-tas pensaban que solamente la agricultura estaba en

    el origen de las riquezas y que la nica clase real-mente productora estaba constituida por los agri-cultores. Aos ms tarde , Adam Smith y luego Da-vid Ricardo, dieron mucha importancia al trabajohumano principalmente en el sector manufacturero,considerndolo como la nica fuente de todas lasriquezas (Meda, D., 1995, y Boissonnat, P., 1995).Para A. Smith, son slo los seres humanos los quecrean la riqueza, explotando los recursos naturalesmediante la industria.

    Hegel es uno de los filsofos del siglo XIX quems va a analizar el problema del trabajo en el marcode las relaciones del hombre con la naturaleza y de su

    accin como mediador. El aporte ms importante deeste pensador fue el haber insistido en que el trabajoes una dimensin propia del hombre, que permite laconstruccin de la conciencia de s mismo.

    18El trmino trabajo proviene del latn tripalium, yugo quese colocaba a los animales de labor, denominacin que seextendi luego a un instrumento de tortura19Principios que inspiraron las revoluciones polticas, cien-tficas y culturales.

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    Karl Marx, por su parte, va a profundizar y desa-rrollar esas nociones, articulando el idealismo dialc-tico de Hegel con el materialismo de Feuerbach, rea-firmando que son los seres humanos y no la naturale-

    za, los verdaderos productores; es sirvindose deltrabajo que los seres humanos actan sobre la natura-leza para dominarla y transformarla, venciendo susresistencias.

    Se puede afirmar que el pensamiento de Marx esla expresin de un cierto humanismo, por ejemplocuando describe que El trabajo es, en primer trmi-no, un acto que se pasa entre el hombre y la naturale-za. El hombre juega, con respecto a la naturaleza, el

    papel de una potencia natural. Las fuerzas con las quesu cuerpo est dotado, brazos y pies, cabeza y manos,las pone en movimiento a fin de asimilarse a la mate-ria para darle una forma que sea til a su vida. En el

    mismo tiempo en que acta por ese movimiento sobrela naturaleza exterior y la modifica, l modifica su

    propia naturaleza y desarrolla las facultades que esta-ban adormecidas. Para Marx, el trabajo es constituti-vo de la esencia del hombre, pues por intermedio del, se afirma, y desenvuelve una libre actividad fsicae intelectual.

    La divisin del trabajo dentro de la sociedad, diraos ms tarde Durkheim a partir de un enfoque so-ciolgico, da como resultado hacer ms dependienteslos seres humanos unos de otros y por eso mismocontribuye a relacionarlos entre s. Sin embargo, lasatisfaccin con respecto al trabajo realizado y su

    contribucin al desarrollo de la personalidad de quienlo ejecuta, no es un tema tratado de manera prioritariaen ese perodo (Durkheim, 1970).

    3.1.4. La reflexin actual sobre el trabajoasalariado

    Para Dominique Meda, el trabajo no siempre fueen s mismo portador de identidad personal y de inte-gracin social. Para este autor el trabajo asalariadoque predomina en la actualidad, no es realmente unconstante de la naturaleza humana, es slo una cate-

    gora histrica cuyo desarrollo futuro est fuertementecondicionado.

    El trabajo es uno de esos modos de actividad quese caracteriza por ser un esfuerzo realizado por la

    persona, para producir algo que es exterior a s mis-mo, hecho en direccin de otros y con una finalidadutilitaria. Desde ese punto de vista, afirma A. Corz, eltrabajo como labor o esfuerzo, no va a desaparecernunca. Es una actividad multidimensional, que sedespliega en diversas esferas: econmica, tecnolgica,

    social, tica, etc., pero tambin tiene dimensionescognitivas y psquicas, es decir subjetivas, intersubje-tivas, efectivas y relacionales.

    En los 90, los investigadores del Conservatoire

    National des Arts et Metiers (CNAM) han desarrolla-do una corriente de pensamiento en la cual el trabajohumano no slo es una actividad que despliega elesfuerzo humano, sino tambin la expresin de unsaber hacer acumulado, de la habilidad personal, delaprendizaje realizado en el seno del colectivo de tra-

    bajo, que pone de manifiesto la autonoma, la respon-sabilidad, la creatividad y las capacidades de adapta-cin de que disponen los trabajadores para hacerfrente a los desafos cotidianos que les plantea laactividad. La ejecucin de un trabajo programado porotros -los conceptores, tecnlogos y especialistas enmtodos de produccin- no puede nunca ser ejecutado

    totalmente de la manera en que fue prescripto, porqueen su desarrollo concreto surgen incidentes e intervie-nen factores aleatorios que siempre exigen haceradaptaciones, ajustes y rediseos, si se desea cumplircon los objetivos fijados en materia de productividad,costos, calidad y cumplimiento de los plazos de entre-ga.20

    El trabajo implica una actividad biolgica, que nopodr nunca ser totalmente eliminable, a pesar delavance de la automatizacin, que no est exenta defallas y fracasos propios de la condicin humana.Esto significa que el trabajo requiere tambin necesa-riamente una movilizacin subjetiva, es decir mental

    y psquica del trabajador, para compensar las fallas dela concepcin y del trabajo prescripto y hacer frente alos problemas aleatorios encontrados en la realidad.Esta movilizacin subjetiva slo se opera plenamentecuando el trabajador espera obtener, en contrapartidade su actividad, su realizacin personal y un recono-cimiento social de su identidad.

    Un trabajo bien hecho es imposible sin contar conun cierto margen de autonoma y de libertad de losindividuos, condiciones que hacen posible la comuni-cacin, coordinacin y cooperacin entre los mie m-

    bros del colectivo de trabajo, violando cada vez quese considera necesario las consignas en cuanto a la

    individualizacin de cada puesto buscada mediante ladivisin social y tcnica del trabajo. Cada vez ms el

    20Incluso el taylorismo y el fordismo, procesos de trabajoque se caracterizan por ser esencialmente rgidos, para sereficaces requieren la activa intervencin humana, e inclusouna inteligencia astuta, que puede conducir a hacer trampas,violar los reglamentos y las consignas del trabajo prescriptocomo condicin necesaria para que el objetivo de la produc-cin sea alcanzado.

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    trabajo es, de manera directa o indirecta, una activi-dad esencialmente social, donde intervienen los valo-res culturales, la tica y las creencias que hacen posi-

    ble la coordinacin.

    Cuando las condiciones y el medio ambiente detrabajo por una parte, y/o el contenido y la organiza-cin del trabajo por otra, son deficientes, provocanaccidentes y estn en el origen de problemas de salud

    biolgica, pero tambin de problemas psquicos ymentales que dan lugar al sufrimiento. Las capacida-des de adaptacin y de resistencia de los trabajadoresante el sufrimiento, se movilizan y para hacer frente ala situacin se construyen las ideologas defensivas,de naturaleza colectiva, cuya perennizacin tienerepercusiones negativas no slo sobre la salud fsica,

    psquica y mental de los trabajadores, sino tambinsobre la eficiencia de la empresa, en trminos de au-

    sentismo, productividad, costos, calidad y cumpli-miento de los plazos establecidos, elementos clavesde la nueva competitividad.

    Dada la centralidad del trabajo, que postula estacorriente de pensamiento, y el papel de mediador queste ejerce entre lo singular y lo colectivo, entre laesfera social y la esfera privada, esa actividad es, o

    puede ser, un operador de salud, o por el contrario,constituir una restriccin con efectos patolgicos ydesestabilizantes para la salud. Por esa causa, la inte-rrupcin de la actividad laboral por razones indepen-dientes de la voluntad del trabajador, es tambinfuente de sufrimiento. Desde ese punto de vista, la

    desocupacin bajo cualquiera de sus modalidades,puede estar en el origen de la alienacin y de numero-sas patologas, razn por la cual debera ser combatida

    por todos los medios (Dejours, D. y Molini, P.,1995).

    Es as que hace apenas unas dcadas el trabajovolvi a ser concebido por los investigadores cientfi-cos, filsofos, antroplogos y socilogos como laactividad gracias a la cual los seres humanos se des-cubren, toman conciencia y se construyen a s mis-mos, establecen relaciones con los dems, porquedevienen dominadores de la naturaleza y constructo-res del mundo. En las sociedades industrializadas

    modernas, el trabajo fue considerado progresivamentecomo un espacio privilegiado para la integracinsocial, la construccin de la identidad y la realizacin

    personal.

    3.2. EMPLEO, DESEMPLEO Y POBREZA

    Se ha visto que el trabajo (asalariado) tal comose lo conoce hoy, es el resultado de un proceso de

    cambio histrico y dada su caracterstica dinmica, esde esperar que contine mutando hacia nuevas for-mas. El problema que se presenta al hacedor de polti-ca no es slo modificar o direccionar, en la medida de

    sus posibilidades, la forma21

    del trabajo, sino tam-bin dada esta forma, lograr que todos los indiv i-duos de su sociedad que busquen un trabajo, puedanacceder al mismo. Esto es, en otras palabras, perseguirel pleno empleo de la poblacin econmicamenteactiva (PEA).

    Como afirma Jerme Gautie, el desempleo es elnuevo nombre de la cuestin social: anteriormente sedenominaba as a la pobreza en el siglo XVIII y a la

    pauperizacin en el siglo XIX. Estos fenmenos sonobjeto de reflexin como tal porque se considera queson causados por el funcionamiento de la sociedad y

    porque su extensin y perdurabilidad, pueden poner

    en cuestin el sistema social en su conjunto.La pobreza, resultante de las transformaciones de

    las sociedades agrarias en el comienzo de la revolu-cin industrial, se presentaba bajo la forma de losvagabundos que no tenan un oficio susceptible de

    procurarles un empleo, ante lo cual la sociedad a nivellocal, intervena de tres maneras: a) la caridad, me-diante la asistencia ejercida por las personas, las ins-tituciones religiosas o humanitarias; b) la represin,cuando los pobres pasaban a ser considerados comoun peligro para el resto de la sociedad (a causa de losrobos, la violencia fsica o las epidemias que hacan

    presa de ellos) y c) la reclusin y el trabajo forzado.

    Las leyes de pobres dictadas por el Reino Unidoen 1601, y ms tarde la institucin de los work-houses, van a establecer el deber de asistencia a losmenesterosos, a cargo de las parroquias, pero al mis-mo tiempo prevean el trabajo forzado para quienesestaban en condiciones de trabajar.

    En Francia, la Asamblea Constituyente luego de laRevolucin de 1789, adopt una resolucin orientadaa la extincin de la mendicidad, pues la falta de me-dios de subsistencia constitua una violacin de losderechos humanos y una ruptura del equilibrio so-cial. Los pobres comienzan as a tener el derecho a lasubsistencia y es la sociedad, pero no el Estado, quien

    debe proveer los medios para ello al asegurarle elejercicio de la libertad de trabajo y el derecho a tra-

    bajar, incluidos en la Ley Le Chapelier.

    21Como fuera mencionado, se entiende por forma todo loque concierne a la actividad laboral como la percepcin deun pago (salario), la fijacin de una jornada, la duracin delcontrato, el establecimiento de las condiciones en que serealizan las tareas, rgimen de extincin, etc

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    Con el auge de la manufactura y en un contexto deliberalismo econmico, emerge como fenmeno ma-sivo la pobreza de quienes, a pesar de trabajar, no

    pueden vivir dignamente a causa de la escasez de sus

    ingresos, dando origen a huelgas y revueltas, queamenazan el orden social.La cuestin social comenz a ser un tema de preo-

    cupacin de los dirigentes polticos de diversasorientaciones. La Iglesia Catlica en 1891, dict laEncclica Rerum Novarum.

    Es en el perodo que va desde fines del siglo XIXhasta la crisis de los aos 1929-30 que el desempleofue inventado por los economistas, e involucra alEstado. Alfred Marshall contribuye a hacer la distin-cin, dentro de los desempleados, entre quienes eranempleables y quienes no. Los inempleables seranaquellos cuya productividad marginal era baja y de-

    ban ser objeto de la asistencia o de la represin;mientras que los empleables conseguiran segura-mente trabajo cuando mejorara la coyuntura.

    W. Beveridge, una persona vinculada a los prime-ros especialistas en relaciones industriales (S. y B.Web) fue quien hizo la transicin desde las categorasindividuales de pobres, indigentes, desocupados, a lamacroeconmnica y macro-social de desempleo. J.M.Keynes us esta categora para justificar la interven-cin del poder pblico.

    Estos son los antecedentes de la configuracin dela nueva relacin salarial que luego se denominfordista (contrato de trabajo de duracin indetermi-

    nada, trabajo a tiempo completo, con garanta deestabilidad, beneficiario de la proteccin social), y

    pas a ser regulada, no ya por el Cdigo Civil o deComercio sino por los que fueron luego los Cdigosde Trabajo.

    La desocupacin es entonces una categora esta-dstica relativamente reciente que se ha construidosocialmente en los pases desarrollados, pues no exis -ta en los primeros censos nacionales de poblacin, nien los censos nacionales econmicos, hasta fnales delsiglo pasado. Slo se vinculaba la nocin de desocu-

    pacin a las categoras de la fuerza de trabajo, queantes de ese registro eran asalariados. No era el caso

    de quienes trabajaban en las empresas familiares, ni adomicilio, pues cuando se interrumpan esas activida-des y por consiguiente dejaban de percibir ingresos,no se consideraba que estaban desempleados. Mien-tras se esperaba una nueva fase expansiva del ciclo, se

    proceda internamente al reparto de los recursos acu-mulados disponibles sin que se requiriera efectuar untrabajo equivalente en contrapartida. En el Anexo I sedetalla la forma en la cual se define y cuantifica eldesempleo.

    4. LA INFORMALIDAD

    4.1. INFORMALIDAD Y EQUIDAD

    No slo la desocupacin afecta la desigualdad,tambin el trabajo informal22es un factor que empeo-ra la distribucin de los ingresos. Por un lado, la pr-dida de beneficios sociales que trae aparejado el em-

    pleo en negro deteriora la distribucin. Pero tam-bin la existencia de un amplio grupo de trabajadoresen esa situacin permite que el empresario tenga laalternativa de contratar empleados a un costo inferioral que debera incurrir en el sector formal. Esta posi-

    bilidad hace que el salario de bolsillo en el sectorformal se mantenga bajo. Las demandas se ven conte-nidas debido a que el empresario puede recurrir al

    sector informal. En otras palabras, el empleo informalactuara como una especie de ejrcito de reservaque mantiene bajo los salarios.

    Esto se traduce en un problema distributivo a tra-vs de tres vas principales. En primer lugar, el ingre-so laboral es la principal fuente (seguramente la ni-ca) de recursos de los deciles de menores ingresos,motivo por el cual al caer el salario la situacin deestos grupos empeora. Este hecho se agrava si ademsse considera que en la dcada del 90 la productividaddel trabajo se ha incrementado, lo cual lleva a pensarque los beneficios han sido absorbidos por los restan-tes factores productivos, cuya propiedad est en ma-

    nos de los deciles superiores de la distribucin.Por otro lado, si se considera que la oferta laboral

    es heterognea, conviviendo trabajadores de muy bajacalificacin con otros altamente especializados, se

    puede ver otro hecho que explica el problema distri-butivo. Existen al menos dos factores por los cualeslos trabajadores altamente calificados se veran menosafectados por la informalidad: a) brindan un servicioescaso que les permite aumentar su poder de negocia-cin; b) habitualmente se encuentran empleados engrandes empresas que reciben un mayor control por

    parte del Estado. Todo lo contrario ocurre con el tra-bajador no calificado. As, al no afectar la informali-

    dad a todos los trabajadores por igual, la distribucindel ingreso empeora.

    Por ltimo, la informalidad puede tener efectosdistributivos regresivos a travs de la restriccin alacceso al crdito. El hecho de que el trabajador no

    22Se considera informal toda actividad econmica que selleva a cabo sin el cumplimiento de las obligaciones queimpone la regulacin vigente. De este modo, toda actividadeconmica no registrada resulta informal.

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    pueda declarar una fuente genuina de ingresos haceque el mismo deba satisfacer sus necesidades de fi-nanciamiento por vas ms costosas, con lo cual sus

    posibilidades de consumo, acceso a la vivienda y a

    servicios de salud, entre otros consumos, se ven seve-ramente restringidas. Esta va, a travs de la cual sedeteriora la distribucin del ingreso, se torna operati-va no slo cuando se comparan trabajadores formalese informales, sino tambin cuando se reconoce quedentro del sector informal existe una gran heteroge-neidad, coexistiendo trabajadores con baja remunera-cin y otros cuyos ingresos son de tal magnitud queno necesitan el financiamiento de terceros. Si bien escierto que la informalidad de por s, puede deteriorarla distribucin del ingreso va la restriccin del cr-dito, el hecho que las posibilidades de eleccin sevean restringidas, constituye un factor de inequidad.

    4.2. EVASION Y EQUIDAD

    La informalidad es la otra cara de la evasin im-positiva. Esta, a travs de sus diversas formas,23 sall de representar un delito, genera grandes costos entrminos de equidad. Esto es cierto an en el caso mssimple, en el cual la evasin estuviera uniformementedistribuida entre todos los contribuyentes. En un en-foque esttico, podra afirmarse que en ese contextoslo se producira una prdida de recaudacin globalrespecto a la recaudacin potencial (se genera una

    discrepancia entre la alcuota media legal y la efecti-va), sin lesionarse las cuestiones de equidad. No obs-tante, en un horizonte intertemporal los problemas deequidad pueden ser sustanciales. Para ilustrar estecaso, supngase una situacin en la cual el presu-

    puesto pblico se encuentra equilibrado. Entonces,mantenindose el gasto constante, todo incremento enla evasin implica una merma en la recaudacin quese traduce en un desequilibrio fiscal (dficit).

    Ante esta situacin, los hacedores de poltica de-ben tomar alguno de los siguientes caminos: aumentarla recaudacin combatiendo la evasin o va au-mento de alcuotas legales; reduccin del gasto; en-

    deudamiento; cobro del impuesto inflacionario (emi-sin de dinero).

    23a) Ocultamiento de la base imponible total o parcial; b)Exageracin de las deducciones, exenciones y crditos porimpuestos pagados respecto a los importes verdaderos, c)Traslacin de las base imponible, de Fiscos con alcuotasms altas a Fiscos con alcuotas ms bajas; d) Morosidad enel pago, sea por motivos reales (vgr. recesin) o especulati-vos (vgr. en perodos de alta inflacin).

    Indiscutiblemente, la reduccin de la evasinconstituira la mejor opcin ya que no slo se evitaralesionar los principios de equidad, sino que tambinsera sostenible en el tiempo.

    Cuando el gobierno no puede evitar la prdida derecaudacin que genera la evasin a travs de medi-das directas, termina recurriendo a otras que llevan aun sistema fiscal ms ineficiente: se incrementan lasalcuotas legales y se tiende a utilizar tributos fcilesde recaudar pero altamente distorsivos. Si la econo-ma se encuentra en el tramo decreciente de la curvade Laffer, el aumento de las alcuotas no se traduciren una mayor recaudacin. A su vez, la utilizacincreciente de tributos distorsivos puede derivar en

    prdida de producto y problemas en el sector externo,debido a que las empresas nacionales no tienen posi-

    bilidades de competir con firmas asentadas en econo-

    mas donde la presin y las distorsiones generadas porel sistema tributario, son menores. As, se puede gene-rar un achicamiento de la base imponible que terminereduciendo la recaudacin.

    Mientras que, cuando la reduccin del gasto pbli-co es inevitable, esto tambin genera problemas dis-tributivos y de equidad. Gran parte del gasto pblicoest compuesto por los gastos sociales24 los cuales

    presentan un alto componente redistributivo.25 Por lotanto, a pesar que los beneficios privados de la eva-sin se distribuyan en forma uniforme, los costos delajuste recaern con ms fuerza sobre los grupos msvulnerables. Claramente, la distribucin del ingreso se

    deteriora.Finalmente, posponer el ajuste a travs de la colo-

    cacin de deuda o recurriendo al cobro del impuestoinflacionario, no slo constituyen medidas insosteni-

    bles, sino que tambin lesionan los principios deequidad. En el primer caso, lo que se hara es trasladarel ajuste a las generaciones futuras, si el gasto co-rriente no genera beneficios a largo plazo (vgr. gastode consumo). En el segundo caso, el financiamientoinflacionario no slo tiene un lmite determinado porla curva de Laffer, sino que tambin es bien sabidoque recae con ms fuerza sobre los grupos de menores

    24Educacin, salud, agua y servicios sanitarios, nutricin,vivienda, promocin social, trabajo, cultura, ciencia y tcn i-ca (se excluyen los seguros sociales -seguridad social, obrassociales y asignaciones familiares-).25Para el Gasto Pblico Social en la Provincia de BuenosAires se recomienda ver Grupo de Investigacin Social(1998). Tambin puede consultarse Cuaderno de EconomaN 8 (1995.). Para el Gasto Pblico Social consolidado serecomienda consultar Flood, Harriague, Gasparini y Vlez(1994).

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    ingresos, quienes carecen de instrumentos para cubrir-se de la inflacin. Esto ltimo podra interpretarsecomo un caso donde los grupos de mayores ingresosson los que ms posibilidades tienen para evadir el

    impuesto inflacionario.Cuando la evasin no se distribuye en forma uni-forme, los costos en trminos de equidad, se incre-mentan. No slo hay problemas intertemporales, sinoen cada perodo tambin se lesiona la equidad hori-zontal y vertical.

    5. EQUIDAD, DISTRIBUCION DEL

    INGRESO Y DESEMPLEO

    Cul es el nexo existente entre los problemasdistributivos y de desempleo en un contexto donde la

    bsqueda de la equidad es un objetivo prioritario?Ambos aspectos constituyen factores de desigual-

    dad, econmica y social, que algunas sociedades con-sideran intolerables per se. As, si nos apartramos del

    problema de equidad, la relacin entre empleo y dis-tribucin podra reducirse al siguiente enunciado:dado que la distribucin del ingreso es el resultado dela forma en que se reparten y remuneran los factores

    productivos, por lo tanto, si el desempleo afecta enforma desigual a los distintos grupos sociales (a prioria los ms pobres para quienes el trabajo asalariado esla principal fuente de ingresos), entonces constituyeun factor que empeora la distribucin del ingreso.26

    En este caso, una sociedad comprometida con unamayor igualdad (econmica y social) intentara redu-cir el desempleo o alternativamente disminuir la des i-gualdad de los ingresos mediante polticas compen-satorias (vgr. seguro de desempleo); sin embargo, laevidencia emprica parecera indicar que existe untrade off entre estos objetivos: sociedades con pol-ticas pblicas orientadas a reducir el desempleo vaflexibilizacin del mercado laboral tienden a observarmalos indicadores de desigualdad (EE.UU. es uncaso), mientras que aquellas que buscan reducir losndices de desigualdad a travs de polticas asisten-cialistas, muestran elevadas tasas de desempleo (el

    caso de Europa Occidental). As, desde un enfoqueexclusivo de la desigualdad del ingreso, existira latentacin de afirmar que los problemas de equidadson mayores en el primer grupo de pases.

    No obstante, retomando lo expuesto anteriorme n-te, la igualdad o desigualdad poco puede llegar a tener

    26Vanhoudt P. (1997) considera que el desempleo es una delas principales fuentes de desigualdad en las sociedadesmodernas.

    que ver con cuestiones de equidad. Pueden conside-rarse equitativos los resultados que surgen en un con-texto de elevado desempleo abierto o subempleo?Como se ha visto, la igualdad de circunstancias o

    elecciones es fundamental para evaluar si la distribu-cin resultante de la renta es equitativa o no; de estamanera difcilmente pueda afirmarse que un individuodesempleado est en igualdad de circunstancias conuno que se encuentra efectivamente empleado, porende, a pesar de que por la accin del mercado27o delEstado los ingresos de estas personas (empleados ydesempleados) se igualasen, el problema de equidad

    persistira. Ante esta visin, ya no es relevante enmateria de equidad si el desempleo se distribuye enforma uniforme o no; si el desempleo se produce,entonces existe algn grupo que no est en igualdadde circunstancias, por lo tanto, cualquiera sea la

    distribucin resultante, la misma no sera equitativa.Adems, el anlisis histrico presentado permite

    entender que el estar empleado no puede reducirse ala capacidad de generar ingresos que posee una per-sona. El individuo encuentra en el trabajado no slouna herramienta para poder satisfacer sus necesidadesmateriales, sino que tambin le posibilita realizarsecomo persona, sentirse aceptado por la sociedad,sentirse til, entre otros aspectos.

    La economa de mercado seala costos y benefi-cios de diferentes clases, pero no refleja adecuada-mente todos los perjuicios del desempleo. En estesentido, Sen (1997) destaca un conjunto de problemas

    asociados a la falta de trabajo que permiten compren-der por qu una persona desempleada no tiene lasmismas posibilidades de eleccin que una que no loest, lo cual no puede subsanarse mediante ingresoscompensatorios.28Ellos son:

    Prdida de libertad y exclusin social: una perso-na que no logra salir del desempleo, aunque reciba elapoyo de la seguridad social, no tiene mucha libertadde decisin. El desempleo puede ser un importantefactor de exclusin social; repercute tanto sobre lasoportunidades econmicas, como en la propia vida delafectado cuando lo margina de muchas actividadescolectivas. Atkinson (1998) sostiene que una persona

    desempleada se ve excluida cuando, en un contextodinmico, no tiene oportunidades para cambiar susituacin actual.

    27Por ejemplo, seguro privado de desempleo.28Sen (1997) afirma que, ...si la penuria de ingresos fuerael nico origen del sufrimiento que acompaa al desempleo,podra afirmarse (como hacen algunos comentaristas euro-peos) que ste ha dejado de ser un grave mal gracias alamparo generoso del Estado.

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    Deterioro y prdida a largo plazo de las aptitudes

    profesionales: el desempleo deteriora las habilidadesdesarrolladas en el perodo de actividad. Adems, pue-de generarse una merma en la capacidad cognitiva si la

    persona desempleada pierde confianza y seguridad.Daos psicolgicos: el desempleo puede dislocar

    la vida de los desempleados y provocar intensos su-frimientos psquicos. La penuria ocasionada, no slose debe a la escasez de ingresos sino tambin a otras

    privaciones, entre ellas la prdida de la propia estimay el abatimiento que produce verse dependiente ysentirse intil e improductivo.29

    Mala salud y mortalidad: el desempleo puedeconducir a enfermedades clnicamente identificables ya tasas ms elevadas de mortalidad, no slo a causa dela falta de ingresos sino tambin como consecuenciade los problemas psicolgicos antes mencionados.

    Prdida de la motivacin y apartamiento indefini-do del trabajo : el desempleo prolongado puede debi-litar la motivacin e inducir al desempleado a la re-signacin y la pasividad. Eli Ginzberg basndose enun estudio sobre el desempleo en la minas de carbnen la dcada del 30, seal que la capacidad y elempuje de los desempleados haban mermado tantoluego de los aos de ociosidad forzosa, que las pers-

    pectivas de volver a trabajar les resultaba aterradora.Ruptura de las relaciones humanas y quebranto

    de la vida familiar:el desempleo puede causar estra-gos en las relaciones sociales y debilitar la armona yla cohesin en el seno de la familia. La prdida de una

    vida de trabajo organizada, puede constituir en smisma una grave privacin.

    Desigualdad racial y entre hombres y mujeres:

    cuando los puestos de trabajos escasean, las colectivi-dades ms afectadas suelen ser las minoras y espe-cialmente algunos sectores de las comunidades inmi-grantes. Esta situacin puede tener importantes efec-tos causales en el aumento de las tensiones tnicas yde las divisiones entre los hombres y mujeres.

    Prdida de valores sociales y de responsabilidad:el desempleo en gran escala tiende a debilitar algunosvalores sociales. Los afectados por la falta de empleo

    persistente pueden caer en una actitud de escepticismo

    respecto a la justicia de las instituciones sociales yacostumbrarse a depender de los dems, con efectos

    perniciosos para el sentido de la responsabilidad y laconfianza en uno mismo.

    29Existen diversos estudios que han demostrado que esteproblema puede conducir al suicidio (Jahoda, Lazarsfeld yZeisel 1933; Eisenberg y Lazarsfeld 1938; Bakke 1940 yHill 1977), citados por Sen A