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memoria_epidemia.pdf

Apr 03, 2018

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Paco García
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    MEMORIA

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    M E M O R I A QUE COMPRENDE LA

    OBSERVACIN DE LA EPIDEMIA DE VIRUELA

    DE

    PEARANDA DE BRACAMONTE

    DE 1894 1895

    PRECEDIDA DE ALGUNOS DATOSDE

    TOPOGRAFA MDICA DE INDICADA VILLA

    POR EL

    LDO. MIGUEL COLL GARCA

    Mdico titular de Pearanda de Bracamonte.Mdico auxiliar de la Adininistracin de justicia y de la penitenciara

    del Juzgado de primera Instancia de la misma villa,condecorado con la cruz de Beneficencia de primera clase,

    Acadmico correspondiente de la Real Academiade Medicina y Ciruga de Barcelona

    Obra premiada con medalla de oroy ttulo de socio correspondiente por la Real Academia de Medicinay Ciruga de Barcelona en el concurso de 1897

    SALAMANCA

    IMPRENTA DE CALATRAVA

    cargo de L. Rodrguez

    1899

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    Habindose solicitado por el autor de esta Memoria

    la oportuna autorizacin de la Real Academia de

    Medicina y Ciruga de Barcelona, al efecto de poderpublicarla, le fu concedida, segn se le hizo saber por

    comunicacin de fecha de 17 de Junio de 1898.

    "Reglamento de la Real Academia de Medicina y Ciruga de

    Barcelona. Art. 37. La publicacin de las Memorias y dems escritos

    hecha por acuerdo de la Academia, no supondr que sta acepte

    ni prohje las opiniones que contuvieren, las cuales seguirn

    perteneciendo exclusivamente los autores de aqullos, aun

    cuando las doctrinas de su contexto se conformaren con las de la

    Corporacin.

    Este artculo se transcribir en la anteportada de toda

    Memoria que por acuerdo de la Academia se publicare,,.

    QUEDA HECHO EL DEPSITO QUE MARCA LA LEY

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    Al Excmo. Seor

    D. Fernando Soriano y Gaviria

    Marqus de Ivanrey, Senador del Reino,Exdiputado Cortes por el distrito de Pearanda

    Y

    D. Jos Ruiz Garca

    Licenciado en Filosofa y Letras, Alcalde Constitucional

    de Pearanda de Bracamonte

    Dedica este breve trabajo, en testimonio de gratitud

    y en prueba de sincera amistad,

    El Autor.

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    J U I C I OQUE

    M E R E C I E S T A M E M O R I A

    AL

    DR. D. RAMN CODINA LNGLIN

    Vicesecretario de la R. A. de Medicina y Ciruga

    de Barcelona

    N el libro publicado en el ao de 1898, con el

    ttulo Acta de la sesin pblica inaugural que laR.A. de Medicina y Ciruga de Barcelonacelebr en 29 de Enero de 1898, y cuyapublicacin se hizo por acuerdo de la

    Academia, se lee, en las pginas 37 y 38, el siguiente juiciorespecto esta Memoria:

    La descripcin de la epidemia de viruela de Pearanda de

    Bracamonte es una verdadera joya. La Topografa que laprecede y la multitud de datos que el autor acumula,constituyen una serie de documentos de gran

    valor.constituyen una serie de documentos de gran valor.

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    La descripcin de la epidemia es un modelo: el autor, quedemuestra en ella, y en las dems materias, una gran sumade conocimientos y unas iniciativas de gran poder, ha hecho

    una acabada fotografa de la infeccin desde todos lospuntos de vista; pero se ha guardado mucho de escribir unamonografa de las viruelas, como suele hacerse veces: l hadescrito la epidemia de Pearanda de Bracamonte, y la hadescrito con tanta perseverancia y conocimiento del asunto,como celo inteligencia tuvo para combatirla y dominarla.Es sobre todo notable la manera de dar cuenta del orden de

    propagacin y evolucin de la epidemia, trazados por modomatemtico y sintetizados en un cuadro grfico ingeniosoque da idea cabal de la filiacin y enlace de los casos,,.

    A continuacin se hace constar que por todas estasrazones la Academia ha credo obrar en justicia adjudicando su autor el Premio, consistente en medalla de oro y elttulo de acadmico corresponsal, dolindose de que elestado de su erario no permita conceder dicho trabajo loshonores de la publicacin, cual hubiera sido el deseo de la

    Academia y el de la Comisin dictaminadora.

    Tenemos especial satisfaccin al mostrar nuestroagradecimiento por tan laudatorias frases al Acadmico

    Vicesecretario, Dr. Codina Lngln, cuyo es el juicioanteriormente copiado de la Relacin de los trabajos en quese ocup la R. A. de Medicina y Ciruga durante el ao de

    1897.

    8 JUICIO QUE MERECI ESTA MEMORIA

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    INTRODUCCIN

    El remedio del desorden

    causar dolor.

    I el mismo orden nos proporciona de continuosacrificios y dolores, cules no han de sr losque nos cause el desorden?En todos los pueblos hay desrdenes que laHigiene pblica afectan, y como ellos sean

    factores etiolgicos de su patologa, al mdico compete, en

    cumplimiento de su misin social, denunciarles para quesean corregidos por quien corresponda.Procediendo de ese modo, es posible que no obtenga

    recompensa alguna, pero seguramente gozar del placer quesiempre proporciona la prctica del bien y del deber.

    *

    * *

    Penetrado de temor por el conocimiento de mispocas fuerzas, por las dificultades y la magnitud del asunto,y por el mismo anhelo de conquistar lauro preciadsimo,

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    comparezco con este estudio de una epidemia ocurrida enPearanda de Bracamonte, ante la Real Academia deMedicina de Barcelona, en el concurso abierto para este

    ao (1) , optando al premio del doctor Salv.Y sea cualquiera el xito que mi empeo obtenga, por el

    solo hecho de consagrar esta empresa al esclarecimiento deun tema del mayor inters para este pueblo, quedarrecompensado. Pagar con mi esfuerzo y voluntad, deudade gratitud.

    El tema de este concurso consiste en "escribir laobservacin de una epidemia ocurrida en algn punto de

    Espaa,,.Pearanda padeci una epidemia de viruela en los aos

    1894 al 1895.Y aunque mi falta de aptitudes sea notoria para dar

    novedad tema tan de continuo suscitado y en cuyo estudioadquirieron fama y renombre esclarecidos mdicos y fuobjeto de las investigaciones de muchos sabios; y suconocimiento prctico ha llegado un punto que no tieneparecido en la Medicina Poltica, toda vez que se ha logradosuprimir uno de los factores indispensables para que todainfeccin colectiva tenga efecto, se sabe el modo deesterilizar el terreno, donde no podr actuar ya el agente germen, y pesar, digo, de que los adelantos de la Higienepblica sean tantos, que apenas puede tener lugar el mdicoprctico de mejor voluntad y talento para conocerles, pesar de todo, la epidemia de viruela, padecida por esta

    poblacin, ofrece tales singularidades, arroja tales datos ypruebas, del valor profilctico de la vacunacin yrevacunacin, del valor de los procedimientos empleados enla aplicacin de esos remedios, que por torpe observador

    (1) Se refiere al ao 1897.

    10 INTRODUCCIN

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    que sea, alguna enseanza prctica, til y concreta habr deobtenerse, si no para la humanidad, que tales vuelos no tienemi intento, por ser eso la obra de los genios, para este

    pueblo, para cuantos renan condiciones que le seananlogas; si no aporta enseanzas nuevas en el ordenabstracto, ni en el clnico, ser siempre un claro testimonioen favor de las conquistas de la ciencia, en pro de losprocedimientos por ella aconsejados.

    Confirmar la idea, mejor dira el convencimiento, deque aquellas epidemias de viruela que, en siglos anteriores yen el nuestro, causaban la desolacin y la ruina de los

    pueblos, diezmaban la humanidad, estn sojuzgadas porcompleto, no tienen razn de ser, siendo hoy un grandolor, un inmenso remordimiento la prdida de un soloindividuo, debida la viruela. Esto, no obstante, vive yperdura, visita uno y otro pueblo y est con permanenciaen algunos.

    Algo nuevo y singular creo haber practicado en estaepidemia, sin ejemplo que yo sepa en pueblo alguno de estas

    condiciones, y que debe ser imitado; que el modo de hacerlos remedios, no es lo menos importante en el tratamientode las epidemias.

    Todava se registraron en la de Pearanda buen nmerode casos, que exigieron gastos y sacrificios y ocasionaronsensibles desgracias, lo que, en verdad, no est encontradiccin con lo anteriormente indicado, toda vez quela epidemia termin cuando ms estragos eran de temer.

    Siguiendo la conducta de otros autores laureados por lasabia corporacin que ha de juzgar este trabajo, expondrcuanto sea indispensable para tener una idea del estado enque la poblacin se hallaba cuando fu invadida, pues que,al fin, la villa, formada por casas y calles, por personas y porcosas de stas,,, fu el campo que recibi la semilla,

    INTRODUCCIN 11

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    entretuvo su desarrollo y pudo ser concausa poderosa de losefectos que se experimentaron.

    Los elementos integrantes en la constitucin de todo

    pueblo, son dos: urbe y poblacin, que se distinguen en cadauno por caracteres y rasgos especiales que les da laindividualidad; les caracteriza; del mismo modo que no haydos individuos iguales, no se encontrarn dos pueblosiguales, y de aqu que en epidemiologa, como en clnica, nose pueda tratar de especies morbosas, sino de casos individuos enfermos.

    La urbe, la poblacin, dan carcter y sello especial las

    enfermedades y epidemias, modifican, su manera, lamorbilidad, y son en gran parte responsables de lamortandad anual y de que el nivel del promedio de vida seams menos elevado. En ellas se encuentran factoresetiolgicos de las enfermedades locales: y como el notorioadelanto de las ciencias mdicas, radica en el mayorconocimiento de las causas morbosas, de esos infinitosfactores que conspiran contra la salud de los hombres y la

    de los pueblos, y en tal conocimiento se funda el poder dela Medicina Poltica, estableciendo la profilaxia de lasenfermedades endmicas y epidmicas, aislando destruyendo los agentes patgenos y previniendo losefectos del medio ambiente, as material como moral, es delmayor inters el conocer una y otra.

    En la urbe hay que considerar su formacin, situacingeogrfica, asiento hidrogrfico y geolgico, ambiente, agua,

    suelo, viviendas y medios de subsistencia; en la poblacin, elnmero y clase de habitantes, sus condiciones etnolgicas ysus costumbres, el pauperismo como modificadorpatolgico general y el movimiento de poblacin, sea lademografa sanitaria, siendo esto el asunto de la primeraparte.

    12 INTRODUCCIN

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    En la segunda, dar conocer la epidemia de Pearandacomo lecho realizado y que demuestra que an no haterminado et triste y luctuoso reinado de la viruela. La

    viruela hace estragos hoy mismo, epidmica y anendmicamente en algunas poblaciones, "cual sucede, porejemplo, en Salamanca, donde existe desde hace aos

    verdadero semillero que se difunde por la provincia, as quecircunstancias de ocasin y lugar lo permiten,,, por lo que,su estudio y el de su profilaxia, vuelve hoy, con justo motivo, llamar la atencin, adquirir importancia, que ir enaumento, seguramente, si contina la negligencia, el

    abandono de la indispensable prctica de la revacunacin.En esta parte, seguir el consejo de una de las ms

    preclaras inteligencias de Espaa y sabio higienista (1),exponiendo el origen, caracteres y tratamiento de laepidemia de viruela de Pearanda, como enfermedadcolectivamente considerada, abandonando, desde luego, elmtodo seguido generalmente en esta clase de trabajos, enlos que se habla de la histologa, parasitologa, patogenia,

    sntomas, curso, pronstico, biografa, desde un punto devista, esencialmente clnico.Fcil fuera reunir, clasificar y dar forma suficientes

    materiales para hacer una Memoria y hasta un libro,acudiendo ese inmenso edificio que tiene por cimientossillares tan slidos como gloriosos, que se llaman Aaron de

    Alejandra, Rhasis, el sabio, con su Liber ad Almansorem,Sydenham, con su Constitutions epidemiques, Morton, con

    su Opera omnia, Mead, Eusebio Salle, Tissot, Borsieri,Salv, Frank, Bretonneau, Velpeau, Andral, Piorry,Monneret y Fleuri, Santero, Snchez Merino y tantos ytantos otros, y se halla coronado por el gran Trousseau,Rilliet y Bartet, Martn de Pedro, Rodrguez Mndez,

    (1) Aludo al Dr. D. Rafael Rodrguez Mndez.

    INTRODUCCIN 13

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    Pfeiffer, Weigert, Guarnieri de Pisa, etc., etc., ostentndoseen la cpula las dos grandes figuras de Jenner y de Pasteur,inventor el primero del descubrimiento ms prodigioso y

    humanitario, la vacuna, y el segundo, de descubrimientosque llenan el siglo XIX, y que son focos de luz que iluminanla etiologa de las enfermedades infecciosas, entre ellos, laatenuacin de los virus. De cuyo vasto y grandioso edificiofuera fcil cosa espigar doctrinas y hechos con que haceruna bonita Memoria matizada con observaciones de laepidemia que se describe.

    Expondr los hechos con la mayor exactitud posible,

    cuyo fin no he omitido medio alguno...Mi ideal es, pues, siguiendo el consejo que aluda, dar conocer la viruela padecida en Pearanda en los aos 1894 95, con las conclusiones que de su estudio se desprenden.

    Si acierto en mi propsito y tuviera la dicha de serfavorecido con la aprobacin y aplauso de la sabiaCorporacin que me ha de juzgar; si al lograr tanto favorcomprendiese que mi labor pudo ser til este vecindario,

    obtendra una de las ms gratas y dulces recompensas, seraen mi vida como oasis la fatigada y sedienta carabana, quereanimara mis quebrantadas ilusiones por tantas y tantasdecepciones sufridas en el difcil y dilatado campo de laclnica, en el que una y mil veces fu, es el mdico derrotado.

    Srvase, pues, la sabia Corporacin, la que tanta honratengo en dirigirme, aceptar mis reflexiones, buenas malasque sean, porque al sujetarlas su dictamen y censura, estoy

    persuadido de que las recibir benignamente, pudiendodecir:

    "Haec ego quae facio judex mirabitur aequus

    Scriptaque curn venia qualiacumque leget,,

    14 INTRODUCCIN

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    repitiendo la splica que se lee en la introduccin de laMemoria premiada por la Real Academia de Meclicina dePars, en la Junta pblica de la Cuaresma del ao 1790, del

    Dr. D. Francisco Salva, Secretario de la Real AcademiaMdico-prctica de Barcelona, que por completo searmoniza con el estado de mi espritu.

    1. Septiembre de. 1897

    INTRODUCCIN 15

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    PARTE PRIMERA

    S U J E T O D E O B S E R VA C I N

    PEARANDA

    CAPTULO PRIMERO

    DATOS HISTRICOS DE PEARANDA

    E ignora quines fueran los primerospobladores de Pearanda. 'Ni en el archivoparroquial, ni en el extinguido convento de SanFrancisco, ni en el de las MM. Carmelitas, existedocumento alguno por el que pueda venirse enconocimiento de su fundacin; slo se

    encuentran algunos libros parroquiales y de rezo, de nomucha antigedad. En el archivo municipal no hay ningunoque d noticias anteriores al siglo XVI.

    La falta de antecedentes en los archivos municipales,me ponen en la precisin (le recurrir autores y libros quedirecta indirectamente se ocupan de este pueblo.

    2

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    Por algn tiempo-dice el erudito y malogradopearandino D. Francisco Garca Igea, en su Reseahistrica de Pearanda-participamos del comn error,

    creyendo quePearanda haba sido hasta los comienzos del siglo XVI,una alquera pequea aldea de labor, sin importancia nisignificacin alguna, y que haba empezado tenerla por losaos 1520 y siguientes, adquiriendo en esta poca,poblacin incremento, merced los numerososmenestrales que, fugitivos de Medina del Campo, seguarecieron en ella por consecuencia del terrible saqueo con

    que Antonio Fonseca, al frente de los imperialistas, castig la primera poblacin, entonces de Castilla.

    Tal opinin jzgase errnea, y de ello participa el autorde referencia en su trabajo mencionado. No tiene nada deextrao, dada la corta distancia que separa una de otra dedichas poblaciones, que algunos vecinos de Medina,poblacin que, como es sabido, tom parte activa en lasluchas de los Comuneros por las libertades patrias, al verse

    perseguidos por Antonio de Fonseca, que era uno de losjefes de las tropas de Carlos V, se refugiaran en Pearanda:mas la hospitalidad que aqullos se les dispensara, no esdato suficiente para suponer que entonces tuviera lugar lafundacin de esta villa.

    D. Pascual Madoz, en su Diccionariogeogrficoestadstico-histrico de Espaa, dice que"Pearanda es villa muy antigua y que la primera noticia que

    de ella se conserva, es que la repobl Ramiro II, rey deLen, despus de reconquistarla de los moros, por cuyasguerras la encontr despoblada hacia el ao 940, sea mediados del siglo X, si bien en aqul entonces se la conocacon el nombre de Penna, procedente del latn barbarizado,que la sazn se usaba, llamndose despus Pearanda del

    18 PARTE PRIMERA

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    mercado de Cantaracillo. Perteneci, segn el mismoMadoz, varios seores, entre ellos, Nuo Nez y AlonsoGonzlez de Contreras, quien la compr lvaro Dvila,

    camarero mayor del infante D. Fernando, primer rey deAragn,,.

    D. Julin Snchez Ruano, en su Discurso preliminar alFuero de Salamanca, participando del sentir de Madoz, dice,que "antes que estos seores lo fu de Pearanda el infanteD. Pedro, hijo del rey de Castilla Sancho IV el Bravo, queste se la cedi su hijo D. Pedro como aumento de supatrimonio y en muestra de afecto; cesiones y

    desmembraciones del reino que, por ms que fueran muyperjudiciales y contrarias la unin y engrandecimiento dela monarqua, eran muy frecuentes en monarcascastellanos,,.

    Mas tal cesin no se perpetu en los descendientes delinfante D. Pedro, pues luego, transcurridos cien aos, la

    vemos de nuevo entrar en el dominio de otros seores, entreellos, Nuo Nez y Alonso Gonzlez de Contreras, de

    quien la adquiri lvaro Dvila, principios del siglo XV.Por casamiento de D. lvaro con D. Juana de Bracamonte,pas este pueblo al seoro de tan ilustre familia, de la cualno volvi salir hasta que los seoros fueron abolidos porlas reformas legislativas de las pocas constitucionales, y deella tom el sobrenombre de Bracamonte que hoy tiene.

    Como no hay documentos relativos esta villa, segn yahemos dicho, anteriores al siglo XV, desconcense las

    vicisitudes por que pasara desde el siglo VIII al XI pero esindudable que Pearanda, como todas las poblacionescomarcanas, debi sufrir las consecuencias de la guerraentre los moros y cristianos, siendo ms de una vez perdida,saqueada y destruida, y probable que no fuera Ramiro II elque slo la repoblara. Sirve de testificacin este aserto, lo

    PARTE PRIMERA 19

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    que dice el P. Mariana en su Historia de Espaa, autor que, sino menciona expresamente Pearanda, dice: "que lasciudades de vila, Toro, Zamora y Salamanca, con las villas

    y lugares comarcanos, fueron repetidas veces destruidas yreedificadas en aquella guerra de exterminio que se hacanlas razas enemigas por origen, tradicin y creenciasreligiosas"

    Desde el siglo XIII al XV la villa de Pearanda debi serms sosegada y tranquila, y en este interregno,indudablemente, fu cuando Pearanda se convirti enindustrial y mercantil, pues en las ordenanzas municipales

    que se conservan en el archivo municipal, "escritoperteneciente al siglo XVI,,, de continuo se hace en ellasreferencia su mercado, comercio industrias.

    Desde el siglo XV la suerte de este pueblo march unida la de la familia de los Bracamonte, siendo el primer Condede Pearanda, D. Alonso de Bracamonte, delegado del reyD. Felipe III, en el Concilio de Trento, por lo cual y por lobien que cumpli en ste y en otros servicios que se le

    encomendaron, fu agraciado por S. M. con tal ttulonobiliario.Pearanda, merced la proteccin que le dispensaron

    sus Condes en los siglos XV y XVI, y la ayuda que, debido tales seores; tuvo de los monarcas Felipe III, Felipe IV yCarlos II, vi acrecentarse su mercado y sus industrias,precisamente en una poca en que iba despoblndose estepas. Por entonces florecieron muchsimo sus industrias de

    jergas, lienzos comunes, sombrereras, cordeleras,corambreras, zapateras y abarqueras, que hasta hace muypocos aos han sido el sostn de gran nmero de familias, yhoy, por circunstancias especiales, y no es la menor la faltade maquinaria, conforme los moderno,: adelantos, han idodesapareciendo unas, y otras estn muy prximas

    20 PARTE PRIMERA

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    terminar.Su mercado siempre ha sido importante y concurrido: ya

    en el siglo XV era de los primeros de esta comarca y

    seguramente de los de toda Espaa, compitiendo con lasrenombradas ferias de Medina y Segovia: l concurrantrajineros de Piedrahita, Bjar, Barco de vila y otrospuntos, los unos con los productos de su suelo y los otroscon los de sus industrias; era por aquella poca importanteya el comercio de sus productos agrcolas y de horticulturaque hoy todava conserva. En sus plazas denominadas, cualhoy, de la Constitucin y de la Corralada, plazuela de la

    Fuente y en sus calles de Barberos, Luz, Medina y otras stas afluentes, que por aqul entonces eran las vas mspobladas importantes, se colocaban trigos, centeno,cebada, guisantes, algarrobas y garbanzos en sacos de dosfanegas de contenido; las castaas, nueces, naranjas, limonesy otras frutas que llegaban en grandes galeras deExtremadura, de Barco de vila, de Villa-franca de la Sierra,

    Toro y otros puntos productores, se depositaban sobre el

    suelo en la plaza de la Constitucin, formando grandespilas; las calles de la Luz y Barberos eran importantes porsus muchos comercios de tejidos, acrecentados porhospedarse en las posadas que en las mismas haba, "tal vezporque se libraban mejor de la vigilancia de los carabineros"muchos contrabandistas de gneros de algodn, hilo y lana,procedentes de Portugal; en la plaza Corralada y de laConstitucin se colocaban los vendedores al pormenor de

    sombreros, mantas, cinchas y alforjas. Y como por aquellapoca no eran conocidos los caminos de hierro y eltransporte de productos se haca sirvindose de carros,galeras y lomo de las caballeras, la fabricacin de talesatavos lleg tener grande importancia en la localidad, queconserv hasta poca no remota.

    PARTE PRIMERA 21

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    H aqu un bonito epigrama que he odo una personaamante de este pueblo, al erudito pearandino donBernardino Snchez, que tiene con esto relacin:

    A Pearandalleg un extremeo ladino

    y, con stira, un vecino

    la palabra dirigi:

    - Cunta cincha, cunta albarda

    se fabrica en esta villa!

    Es laboriosa Castilla.

    Las gastan los naturales?,,

    Y el vecino con premura

    respondi al otro:- Pues d,no sabes t, que de aqu

    se surte la Extremadura?

    El comercio de ganado lanar, mular, caballar y de cerda,era tambin muy importante, pues siendo, por su situacintopogrfica, esta villa, paso obligado para la conduccin,por sus anchurosos caminos, llamados caadas, de toda

    clase de ganados, en este pueblo hacan de continuo largaparada y se efectuaban numerosas transacciones conganaderos portugueses y extremeos, viviendo de estecomercio y del producto que los traficantes dejaban por suestancia en las posadas y mesones, numerosas familias de la

    villa.La explotacin de los caminos de hierro y el

    transformismo que, lenta, pero gradualmente, se ha ido

    operando de medio siglo la fecha en el comercio yfabricacin de productos en todos los pueblos y en todoslos pases, ha sido la causa primordial de que sus industriashayan desaparecido en gran parte y otras estn prximas fenecer.

    Sin embargo de todo y de no ser ni sombra de lo que

    22 PARTE PRIMERA

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    fueron en pasados tiempos, an se sostienen, si bienlnguidamente, algunas fbricas de jergas, de mantas y dealforjas, efectundose su fabricacin del mismo modo que

    medio siglo hace.Por los aos 1520 1530 se edific, bajo la direccin de

    hbiles arquitectos, la iglesia parroquial, dedicada SanMiguel Arcngel. No es este templo por su arquitectura unaobra maestra. Pertenece al estilo del renacimiento.En el ao 1559 se construy la capilla de San Antonio,adosada al muro Norte de la iglesia., que fu mandadaedificar por C. Gutirrez, natural de esta villa: la dot con

    cincuenta y tres mil pesos, y leg cuarenta y cinco mil realespara su edificacin, estableciendo dos misas, una de alba yotra de once. El decorado y ornamentacin del templo, sonde gusto severo y contienen bellezas de gran estima, entrelas que sobresale el soberbio retablo del altar mayor, obradel afamado escultor Alonso de Berruguete, de alguno desus discpulos.

    El convento de Madres Carmelitas fu fundado en el

    siglo XVII, siendo de ello prueba el documento quetranscribimos, dirigido "A la mi Villa de Pearanda", por elConde, y que copiado la letra, es as:

    Algunos aos h que he desseado fundar en essa mivilla un Convento de Religiosas Carmelitas descalzas, assipor la devocion que professo esta Santa Religion, comopor considerar el beneficio que de esto puede resultar allugar. Y haviendose ajustado ultimamente la materia, envio

    orden para que se execute la fundacion de que he queridodotaros, estando cierto que de vuestra parte contribuireis enlo que se ofreciere, pues de la mia procurar que, no seagravosa, dando toda la renta que fuere menester para que sesustenten las religiosas con comodidades. En casaquedamos bien gracias Dios y con el consuelo de haver

    PARTE PRIMERA 23

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    deftetado mi hijo con felizidad el da de San Jose. Ntro. S.r.os g.de m.s a.s A 30 de Abril de 1669.-E1 Conde,,.

    En el ao 1675 se edific la crcel que existe y que sufri

    la ltima reforma en el ao 1850, aunque sin alterar laesencia de su edificacin, y por cierto que si no es unmodelo de establecimientos penitenciarios, es una de lasmejores crceles de partido que hay en la provincia, por lasolidez y sencillez que la distinguen y por sus buenascondiciones higinicas.

    Por aquel mismo ao fu construida la Casa Consistorial,y acaso por el mismo arquitecto.

    Del mismo siglo XVII es el hospital de la Magdalena,reformado hace cuatro aos por el Ayuntamiento quepresida D. Fernando Snchez de la Pea.

    La empresa ms notable que Pearanda acometi en elsiglo XVII fu, sin duda, la construccin de la FuenteMayor. A este propsito dice D. Francisco Garca Igea, yacitado: "Surtase la villa de agua por medio de variasfuentecillas que an existen, todas ellas de pobre manantial,

    y tena como principal, la que con el nombre de la Fuentevieja existe an la salida d la calle de los Caos.No se crean muy bien abastecidos de aguas potables lospearandinos por aqul entonces (se refiere al siglo XVII),cuando en una sesin de Ayuntamiento del ao 1644 setom el acuerdo de comisionar dos de sus individuos paraque fueran Madrid y trajeran un fontanero que estudiara lacuestin de aguas y manera de surtir la poblacin de modo

    conveniente. Como consecuencia de aquel acuerdo, seconstruy la fuente que hoy tenemos, con el manantial delos pozos que la alimenta, que debi concluirse el ao 1675.

    Durante el siglo XVII ya se sinti de nuevo escasez deaguas, y se trat de remediarla por obras parciales. En el ao1777 fu reconocida por un fraile del convento de la Nava

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    del Rey, afamado fontanero, el cual emiti un luminosoinforme, que, unido al diseo plano de la fuente, seconserva en el Ayuntamiento, y en el cual predice que se ir

    empobreciendo el caudal hasta desaparecer por completo,porque se irn dificultando las filtraciones, por no estarabiertas las galeras de abastecimiento en terreno arenosopuro, sino en terreno arcilloso que, adhirindose poco poco las paredes de las galeras, concluir por hacerlasimpermeables.

    Propuso para remediar el mal por aquel entonces, lalimpia y raspamiento de las galeras y atarjeas y la reparacin

    de algunos hundimientos; obra que costo 30.000 reales ycon la que parece qued remediado el mal por algn tiempo.En el ao 1825, el maestro de obras que hizo la capilla de laSoledad, fu encargado de la reparacin de la fuente, y bajosu direccin se hicieron obras de cuanta.

    La guerra de sucesin, ocasionada por la muerte deCarlos II, que afligi Espaa en los dos primeros aos delsiglo XVII, coloc Pearanda en la precisin de acudir

    recursos extraordinarios, tomando censo doce milducados, atendiendo as los muchos descubiertos quetena, creados por los sacrificios que este pueblo hizo enfavor de la causa de Felipe V.

    Terminada la guerra de sucesin, se dedic este pueblo la administracin de lo que hoy llamaramos su haciendamunicipal, con tan buen acierto, que no slo se repuso delos atrasos y empeos que se le haban ocasionado, sino que

    tambin desempe todos los bienes de propios,redimiendo todos los censos que contra s tena, excepcindel que favor del Sr. Conde de Catres, contrajo para laconstruccin de las obras de la fuente, y esto porque el Sr.Conde se neg la redencin.

    En 1792 1.793 otorg su testamento el esclarecido hijo

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    de esta poblacin D. Francisco Garca de la Cruz, del RealConsejo de Castilla, el cual fund la Obra Pa delas Escuelas, que empezaron funcionar despus de 1808.

    El grito de guerra, dado en Madrid el memorable 2 de Mayode 1808, repercuti en Espaa entera: no fu ciertamentePearanda el pueblo que menos contingente de hombresdi los ejrcitos de la patria, pues ms de los soldadosque fueron reclutados para el ejrcito regular, tuvoentusiastas hijos que voluntariamente marcharon lasguerrillas volantes, que, al mando de esforzados capitanes,hostigaban y combatan sin tregua ni descanso al invasor

    odiado, causndole ms frecuentes y sensibles bajas que lasque sufriera en el campo de batalla.

    Consecuencia de la guerra fu la total paralizacin delcomercio y de la industria, trayendo la miseria y el terriblehambre del ao 1812, en que cada pan de dos libras lleg

    valer cinco pesetas y la fanega de trigo cuatrocientos reales.Los campos quedaron incultos; la ganadera

    destruida, desapareciendo acreditadas toradas, que dejaron

    en la miseria sus propietarios los Rodrguez y los Pillartes;el comercio arruinado y la industria totalmente paralizada.La guarnicin, que no falt de esta villa en los cuatro aossiguientes, lo trataba como pas conquistado, y llev suespritu de destruccin hasta derruir los edificios que laservan de alojamiento en las calles de los Caos y Hebrero,que eran de las principales del pueblo. Respetaron losfranceses el palacio y la alameda del Duque de Fras, porque

    fu aquel seor uno de los pocos espaoles que,amamantados en los enciclopedistas franceses, habatomado parte en las ideas revolucionarias, en cuyo nombrelos ejrcitos de Napolen pretendan conquistar el mundo;mas en cambio, cuando el pueblo se vi libre de losinvasores, arras y quem el palacio y la alameda (hoy de D.

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    Juan Manuel de Rodrguez) en castigodel afrancesamiento de su dueo, el mayor crimen enaquellos tiempos que los ojos de los espaoles poda

    cometerse.Normalizadas las cosas, comenz funcionar la ctedra

    de Latinidad y escuela gratuita de primeras letras, dotada porla Obra Pa de D. Francisco Garca de la Cruz.

    La casa en que las escuelas estn establecidas,corresponde dicha Obra Pa, que tena la casi totalidad desu caudal en valores pblicos, que, en junto, ascendan unos seiscientos mil reales; las dotaciones se fijan en tres mil

    quinientos reales para la ctedra de Latinidad, tres mil realespara la escuela de nios y mil quinientos la de nias; para sudesempeo y provisin se daba preferencia los naturalesde Pearanda, el Villar Cantaracillo. Los fondos de aquellaprocedencia, convertidos hoy en inscripcionesintransferibles, corresponden al municipio y por algntiempo contribuyeron sostener el Instituto de segundaenseanza que hubo en la villa y que hoy, por las mudanzas

    de los tiempos, ha quedado reducido al colegio privado deSan Miguel, emplendose la renta en atenciones diversas (1).

    He llegado la poca contempornea, y como no es minimo ocuparme de sucesos, cosas y personas de estos das,ni es posible juzgarlos con la imparcialidad debida,necesario es hacer aqu punto.

    PARTE PRIMERA 27

    (1) La mayora de los datos y opiniones que se exponen en este cap-

    tulo, son tomados de la Resea Histrica de Pearanda, escrita por D.

    Francisco Garca Igea, qeu fu publicada en la colecci de La voz de

    Pearanda, y que fueron facilitados por mi particualr amigo D. Bibiano

    Snchdz Hernndez.

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    D E L A U R B E

    CAPTULO II

    DATOS GEOGRFICOS

    Pearanda de Bracamonte es villa de la provincia deSalamanca, con 4.225 habitantes, situada en el confn E. dela provincia, los 40 55' de latitud N. y 1 32' de longitudoccidental del meridiano de Madrid, 903,3502 metros

    sobre el nivel del mar; dista de la capital de la provincia 38,9kilmetros y se halla separada de la de Avila por el trminomunicipal de Cantaracillo, estando la divisoria de las dosprovincias marcada por el ro Ragamn, que corre hacia elN., unos 7 kilmetros E. de la villa.

    Es cabeza del partido judicial de su nombre, de distrito yde arciprestazgo; pertenece al Obispado de Salamanca,

    Audiencia territorial de Valladolid y Capitana general de

    Castilla la Vieja; tiene ferrocarril Salamanca y est enproyecto la continuacin Avila; una carretera de primerorden, la de Villacastn Vigo, otra de tercera, la de Medina,y buenos caminos vecinales. Su trmino municipal linda conel de seis pueblos, y consta de 1.979 hectreas de terreno depan llevar, de superior calidad, sea de las llamadas tierrasde primera, en su mayora, dedicadas al cultivo de trigo,cebada, centeno, garbanzos, avena, algarrobas, guisantes y

    muy pocas lentejas, cuyos frutos, por lo general, muyseguros, son la produccin principal de la villa: de suslabores, esquilmo y toda clase de aprovechamientos no slo

    viven con relativo bienestar los dueos agrcolas y colonos,sino que tambin gran nmero de personas, criados de ao,jornaleros y vecinos pobres, que tienen con la agricultura

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    grande ayuda para el sostenimiento de las necesidades de lavida.

    En todo el trmino municipal, hecha excepcin de

    algunas alamedas que hay en puntos prximos la villa, nose v ni un rbol, ni un arbusto que embellezca el paisaje yque pueda influir favorablemente en la constitucinclimatrica propia de las altas mesetas.

    Slo hacia el occidente, y casi limitando el trmino, seencuentra un encinar rico y frondoso, el de la preciosa fincade Arauzo perteneciente la ilustre familia del Excmo. Sr.Marqus de Ivanrey; otras pequeas alamedas embellecen,

    ms que higienizan, algunos puntos cercanos la villa,formadas por especies apropiadas al rigor del clima, laescasez del agua y la naturaleza del terreno, entre las quepredominan el chopo, el lamo blanco, el negrillo y la acacia:entre estas alamedas merece indicacin especial, por suhermosura y las maderas y por su importancia higinica, allama da de D. Juan Manuel, por pertenecer D. JuanManuel Rodrguez, vecino de la villa, situada hacia el E. del

    casco y separada de l por la ronda: cuya alameda, si espequea, pues apenas mide cinco obradas, tiene un intersde primer orden en la salubridad local, por estar atravesadade E. NO. por pequea cuenca que conduce el agua delReguero (arroyo). Era, en tiempo no muy lejano, aquel sitioun grande foco de infeccin paldica, el nico foco de esta

    ndole existente en la localidad, del que eran vctimasmultitud de indivduos, habiendo hoy desaparecido

    radicalmente por consecuencia de la plantacin de negrillosy lamos que lo forman, siendo, por tanto, de grandeconveniencia sanitaria su conservacin.

    Pearanda est atendida en el orden eclesistico yreligioso por una parroquia y varias ermitas, con un prrocoy tres coadjutores; en el orden administrativo, por el

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    Ayuntamiento, con casa especial, propiedad del municipio,situada en el centro O. de la plaza de la Constitucin, seisagentes municipales y cinco serenos, oficinas bien montadas

    y otros servicios de ley; en el judicial, por juzgado deinstruccin de entrada y municipal, audiencia y crcel departido; en el orden militar, por una comandancia de laGuardia civil de caballera, perteneciente al 9. tercio.

    Tiene registro de la propiedad de primera clase, colegiode segunda enseanza, subvencionado por el municipio yagregado al Instituto provincial; Escuela de Artes y Oficios;cinco escuelas pblicas, cuatro elementales y una de

    prvulos, con locales hermosos y propios, las que asistenms de 600 nios; un colegio elemental especial, con clasede adornos, dirigido por Hijas de Jess; convento de MM.Carmelitas descalzas, hospital y cementerio deirreprochables condiciones higinicas, construidorecientemente; casa para correos y telgrafos, propia delmunicipio; Arquitecto municipal; dos mdicos titulares y unpracticante municipal; veedor inspector de carnes y

    pescados; buen matadero municipal; profesor de msica queforma y dirige la banda municipal; magnfica estacin deferrocarril, muy prxima la villa; teatro y casino de nuevaconstruccin; otras tres sociedades de recreo y juego depelota.

    En otro orden de consideraciones hay tres sociedades desocorros mtuos, bien organizadas, para atender al obreroen casos de enfermedad, llamadas La Encarnacin del Hijo

    de Dios, La Unin, La Concepcin, sociedad de carcterfilantrpico, formada por seoras y titulada La Caridad,cuyo objeto es socorrer las necesidades del pobre. Haytambin Conferencias de San Vicente de Paul de seoras yde caballeros. Se celebra un importante mercado general losjueves, al que concurren granos de la zona y mucho ganado

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    de cerda, vacuno y caballar. Tiene acreditadas fbricas dejerga, una de curtidos y otra de harinas, alguna de sombrerosy buenos y bien surtidos comercios.

    No paso estudiar detenidamente los particularesrelacionados, porque realmente no influyen en perjuicio dela salubridad local. Les cito por no omitir nada que sea dealgn inters para el mejor conocimiento del sujeto de estosestudios, de Pearanda, lugar en donde la epidemia

    variolosa sent trabajosamente sus reales, y cuya descripcines el objeto fundamental de esta Memoria.

    Aspecto de Pearanda en conjunto.- Como est

    situada en el punto ms elevado, de extensa planicie, sinarbolado en su trmino, tiene un horizonte dilatado, sin mslimitacin hacia el N., NO. y NE., que la intercepcinsensible del cielo y de la tierra, y ofreciendo en las lejanasde los otros puntos cardinales las crestas de los montes deGuadarrama , Gredos , Sierra de Bjar y Sierra de Francia,que describen una lnea curvilnea de NE. SO., magnficomarco que ostenta los matices de sus perptuas nieves y en

    los que se indican con signos especiales conocidos por losnaturales, las revoluciones atmosfricas que preceden alcambio de temporal y la proximidad de los perodostormentosos.

    Forma la urbe, propiamente dicha, la agrupacin de1.062 edificios, entre casas, edificios pblicos y otrospredios urbanos, separados por la va pblica. Acontinuacin va el resumen general de la urbe, con casas

    destinadas viviendas, edificios pblicos, otros departiculares, no habitados aislados del casco, y nmero defamilias que las ocupan en 1 de Agosto del presente ao;tomado del trabajo llevado efecto por el Ayuntamientopara cumplir con lo dispuesto por el Instituto Geogrfico yEstadstico.

    PARTE PRIMERA 31

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    La mayora de las casas del centro, las situadas en la zona

    S. y bastantes de la N., son buenas, algunas de ellasmagnficas, y de entre todo el conjunto urbano, se destaca elsevero y grandioso edificio de la iglesia parroquial, colocadoen el centro.

    La va pblica comprende dos plazas, la de laConstitucin y Corralada, que estn en el Centro; cincoplazuelas, treinta y dos calles, dos callejones, la ronda y elpaseo de las tapias. La plaza Corralada y plazuela de laFuente estn embellecidas con plantaciones de acacias, sonespaciosas, tienen el piso firme de balastro y aqulla sirvepara el mercado semanal de los jueves, de paseo en lasnoches de verano; en la de la Constitucin, se hace tambinmercado los das indicados y est bien empedrada; en laplazuela de la Fuente se halla situada la Fuente Mayor,rodeada de un seto de evnibus, varias acacias y asientos depiedra grantica; las calles, en general, son anchas, de unosocho metros por trmino medio, rectas, muy ventiladas,

    empedradas en su totalidad con cantos rodados y guijagruesa; tienen todas las del centro y algunas ms, buenasaceras de granito, procedente de las canteras de Pajarilla, ycomo son casi planas, pues slo tienen una suavsimapendiente hacia el N., el trnsito por ellas es de los mscmodos; hacia el S. y colindando con las ltimas

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    agrupaciones urbanas y con el campo, hay un espacio deterreno cuadrado sin pavimentar, destinado al ferial deganado en los jueves de todo el ao. No hay alcantarillado,

    ni puede haberle, dada la escasez de agua y la falta de declive.El alumbrado pblico es magnfico: consta de 48 lmparas focos elctricos de 16 bujas y 134 de 10, que estndistribudas por la villa, y en actividad, desde el anochecerhasta las doce de la noche, y en ocho noches determinadasdel ao, como los Carnavales, fiestas de Agosto, noche deSan Miguel y verbena de San Juan, lo estn hasta la venidadel nuevo da.

    Esta sucinta explicacin demuestra que Pearanda ha deser y en mi opinin es, uno de los mejores pueblos de suclase en Espaa. Ya se ver al hablar de las condicioneshiginicas de la urbe y de la poblacin, que deja bastante quedesear, pero debido en gran parte causas remediables.

    CAPTULO III

    ASIENTO HIDROGRFICO Y GEOLGICO

    Est la poblacin asentada en la parte ms alta de unaextensa planicie, en un ligero plano inclinado de orientacinN., en la regin occidental de la cuenca del Duero, endivisin de segundo orden de los ros Duero y Tormes,segn el Anuario de la Comisin de Estadstica de Espaa y

    cuarta regin central del N., segn la clasificacin de D.Mariano Carretero, aceptada por el Dr. Taboada en suAnuario de Hidrologa Mdica.

    PARTE PRIMERA 33

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    Las aguas torrenciales del trmino municipal, del mismomodo que las subterrneas, corren en su mayora hacia elNO., sea con direccin al Duero, aumentando el caudal

    del ro Guarea, que tiene su nacimiento en un ligerorepliegue que hace el terreno medio kilmetro de la villa,en un pequeo manantial titulado el Reguero, y las restantes,se corren hacia el Sur por barrancos, caadas y arroyuelos, rendir tributo al ro Almar, que poco ms de treskilmetros de la villa atraviesa de E. O. el trmino deBveda, dirigindose al Tormes. De estas indicaciones sedesprende que la poblacin viene estar colocada en la

    divisoria de dos aguas y en el punto ms elevado de cuantosle rodean por el N., por el S. y por el O.; en cambio, hacia elE., pasado el pequeo valle mencionado, el terreno asciende

    visiblemente y se desenvuelve por tramos, plataformas,hondos valles y colinas, hasta ir formar las estribaciones dela cordillera Carpeto Vetnica.

    Pertenece el terreno en que est asentada esta villa, latercer poca de la creacin y al llamado terciario medio

    mioceno; terreno formado por una serie de capas extratosde arcilla, margas, calizas, areniscas, silex y conglomerados,alternando entre s repetidas veces. En cualquier sitio delterreno se observa de arriba abajo: 1., el suelo constituidopor tierra vegetal; mezcla de arcilla, arena y humus, quecontiene diversos sulfatos, carbonatos y fosfatos, es de colorobscuro y tanto ms cuanto de mejor calidad sea esta capapara la vegetacin y ms prximo se halle de la villa; 2., el

    subsuelo formado por una capa de arcilla y arena, en quepredomina la primera, de 6 8 metros de profundidad; 3.,un extrato capa de marga compacta y apretada, en la quela proporcin de cal abunda ms en unos puntos que enotros y cuyo espesor alcanza de 10 12 metros, bajo de lacual se encuentra otra capa de arenisca y silex por donde se

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    deslizan las aguas subterrneas en bastante abundancia yque hay que buscar en los alumbramientos artificiales,cuando se precisa algn caudal de dicho lquido para

    alimentar motores de vapor regar los predios de regado:segn los distintos puntos de la poblacin, esta capa seencuentra entre 9 metros 20 21 de la superficie.

    No se tienen practicadas perforaciones ms profundas,ignorndose cul siga siendo la naturaleza y disposicin delterreno, aunque es de suponer, contine la alteracin dereferidos extratos.

    C A P I T U L O I V

    AMBIENTE URBANO

    Considero tal la atmsfera de la urbe, ms menosmodificada, ms menos impura, con el viciado de las

    viviendas, con las emanaciones del suelo, con el barrido dela va pblica, trnsito, respiracin de personas y animales,efluvios de cuadras, establos y estercoleros; con losmiasmticos de las pocas epidmicas, con los queproducen siempre los enfermos, con el polvo de lasindustrias: cuyas impurificaciones y otras que omitir deseguro, ejercen influencia sobre la salud pblica, en ms menos grado, segn sea la naturaleza de las substancias que

    vician el ambiente; de aqu la explicacin de las diferenciasconsiderables de salud entre los habitantes del campo y losde la ciudad, entre los de los pueblos higienizados y los delos que tienen abandonados los consejos de esta ciencia,aunque por otro lado disfruten de clima anlogo.

    Uno de los accidentes fenmeno meteorolgico que

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    ms directamente influye en la constitucin del ambienteurbano, y hasta de la climatologa de las localidades, es el

    viento; por eso interesa el conocimiento de este particular

    en todo estudio de esta clase. No expondr datospuntualizados sobre ste ni sobre otros meteoros, por noser ello posible en estos centros, y adems porque opino quesu estudio analtico tiene menos importancia bajo el puntode vista de la Higiene pblica que de la privada, toda vezque, al menos en localidades como sta, no existe defensacontra los que son nocivos, que no sea de orden individual;la nica reforma aconsejada es inaplicable aqu, por ser

    superior al humano esfuerzo y estar reida con los interesesagrcolas, con nuestra economa poltica, cual fuera laplantacin de vastas arboledas, la sustitucin de nuestrosfrtiles campos de cereales por cuajado monte, queinfluyera; si ello es posible, dada nuestra altitud ydilatadsimo horizonte, en la constitucin del clima dePearanda.

    Raros, rarsimos son los das que disfrutamos de

    atmsfera en calma; los vientos reinantes corresponden los cuadrantes 3. y 4., que menudo son violentos,particularmente en los meses de Marzo y Abril; fro y secoel NO., Gallego: templado y hmedo el SO., llamado

    brego; dominan, por tanto, las sequas cuando reina elprimero, el N., Cierzo, y el NE; y las lluvias, cuando el

    viento es del tercer cuadrante; cuando reinan los vientos N.,aire seco, sequas; si el SO., aire hmedo, lluvias; y como el

    viento no obedece ningn rgimen determinado, niconocido, de su predominio se derivan los aos secos yhmedos, la desigual distribucin de las lluvias y lamodificacin de los temporales. Los aires del E. y SE. sonpoco frecuentes, y cuando dominan causan, en invierno,fros intensos, y en verano calores insoportables, muy

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    nocivos la salud de los sres organizados. Con frecuenciareinan unos otros con la condicin de fuertes, alguna vezimpetuosos y no es raro el huracanado.

    La temperatura corresponde su situacin geogrfica.No experimenta grandes oscilaciones diarias; en cambio latemperatura mxima y mnima anual alcanza una diferenciaconsiderable. En observacin que practiqu en todo el aode 1895, observ que la diferencia de temperatura, mximay mnima diaria, no pas, sino excepcionalmente, de 10, yla anual alcanz su mxima en los das 5 y 6 de Agosto, 36 la sombra al N. y al aire libre, y la mnima 11 bajo cero

    (12 y 13 de Enero), es decir, 47 de diferencia.Por estos datos se v que, por razn de temperatura, es

    nuestro clima extremado. Los otoos suelen ser apacibles,de temperatura media, siendo la mejor estacin; suelenempezar con temporales lluviosos, que los labradoresaprovechan para la siembra de los cereales; la primavera,

    verdadera continuacin del invierno, es generalmentespera, fra, hmeda; en el invierno, que siempre es

    anticipado, se observan nevadas, hacia principios deNoviembre (la llamada de los Santos), que se repiten ms menos, segn los aos; es frecuente la niebla en el mes deDiciembre, fuertes heladas en fines de este mes y primeraquincena de Enero; la lluvia en esta estacin y en laprimavera no suele faltar; en sta se notan escarchas yrocos, y algunos perodos tormentosos en fines de Junio yprincipios de Julio, que causan la mayor alarma al agrcola

    por el peligro que corren sus cosechas. La humedad de laatmsfera guarda relacin con la ndole de los vientos y losperodos de lluvias: suele llover, segn estadstica llevada porun vecino de la localidad, de setenta ochenta das en cadaao.

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    De las condiciones indicadas se deriva que laconstitucin climatolgica de Pearanda corresponde lazona templada de grandes alternativas, siendo su

    caracterstica el ser desigual y varia.De cuanto llevo dicho se desprende que las alteraciones

    que experimenta el aire en nuestro recinto urbano han dedesaparecer, por lo general, muy en breve, dado que es,como ya he dicho, la extructura de este pueblo la msacertada para la buena ventilacin y renovacin del aire. Sedisfruta de mucha luz y, con cortas interrupciones, de lainfluencia benfica de los rayos solares.

    As que, dado el hecho de que el aire es mal medio decultivo de las bacterias patgenas, y que las partculasorgnicas de carcter patolgico responsables de lapropagacin de las fiebres exantemticas y de otrasinfecciones, desaparecen rpidamente del ambiente, nodebe ser mucho, en verdad, lo que podemos temer de la

    viciacin del aire en nuestra urbe, toda vez que aunque seaimpurificado por diversas substancias de los tres reinos,

    como su renovacin es incesante, raras veces podr, por sucondicin de impureza, perjudicar la salud pblica.Sin embargo, esta suposicin no se halla en armona con

    lo que la observacin clnica nos dice, y desde luego no essano, no es posible que lo sea, el respirar mefitismos y gasesdeletreos, como son olores sulfurosos, amoniacales, y otrosolores repugnantes que con frecuencia se revelan al olfatoen el trnsito de las calles, en la poca de verano

    especialmente.Estos inconvenientes tienen en parte fcil remedio; sonjusticiables una esmerada higiene municipal y alplanteamiento de reformas indispensables, de las que en sulugar me ocupar.

    Nuestras enfermedades propias, aqullas que son

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    peculiares de la localidad, no son debidas la influencia quela variacin de la atmsfera local ejerce sobre nuestrosrganos, y s los agentes atmosfricos, los meteoros que

    stos determinan y otros elementos urbanos y sociales quecon stos especializan este clima y cuya enumeracin yestudio no son de este lugar.

    Los cambios bruscos de temperatura, sentidos ms quepor la oscilacin termomtrica, por la influencia del viento;la constancia y brusquedad de ste, la sequedad y humedadatmosfricas, las oscilaciones de su presin, su influenciaelctrica, los excesivos fros del invierno y los rigorosos

    calores del verano; en una palabra, los agentes atmosfricos,sus meteoros, juntos con el descuido, la imprevisin y laspasiones humanas, son responsables, causandoenfriamientos rpidos insolaciones intensas, dedesequilibros orgnicos, que dan origen debilitacionesacentuadas incitaciones superiores al resorte orgnico yproducen inminencia morbosa, fluxiones inflamaciones delas mucosas y tejidos blancos, dando lugar los catarros y

    fiebres catarrales de todas formas ; los reumatismos msvariados, flegmasas viscerales, entre las que es la msfrecuente y grave la pulmona; clicos agudos, neuralgias,congestiones, apoplegas; los procesos crnicos porrepeticiones de actos patolgicos agudos, que cuajan nuestraestadstica demogrfica, que son el gran azote de la salud denuestro pueblo, cuyos afectos agudos y crnicos, las lesionescardiacas, hepticas y psicopatas, forman el contingente

    principal de la patologa de Pearanda.Directamente ya se comprende que no hay medio decorregir algunas de esas causas por estar fuera de nuestrolimitado poder, porque son propias del clima quecorresponde estas localidades. Habremos hecho cuanto esdable higienizando la villa, evitando la viciacin del aire, por

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    lo que pueda tener de nocivo; mas con esto slo, quitaremosun factor etiolgico de monta de otra clase de enfermedadesque nos afligen y causan vctimas y no son irremediables,

    como alguna de las indicadas, esto es, las de carcterinfeccioso.

    CAPTULO V

    HIDROGRAFA HIDROLOGA

    El abastecimiento de aguas potables de un pueblo es elcapital problema de su municipio, porque cuanto se hable dehigiene y de medidas higinicas, es ilusorio si se carece deagua si no teniendo la bastante se sufren susconsecuencias, sea la miseria higinica. El agua, como elaire, como la luz, es elemento indispensable para vivir, porlo que ninguna cuestin de higiene pblica aventaja eninters las diversas que su estudio, con relacin las urbes,

    da motivo.Cuando el estado sanitario de una poblacin no esbueno, y no es bueno el de Pearanda, segn quedardemostrado en el decurso de esta Memoria, una de lasatenciones preferentes debe ser el redoblar las medidas depolica de aguas y de fontanera, haciendo sin dilacinaquellas reformas que la observacin y la experienciademuestran ser precisas; porque cuando el agua es escasa,

    tiene malas condiciones est en cauces pestilentes, puedeser causa y lo es generalmente, de enfermedades endmicasy excelente vehculo para la difusin y propagacin de lasenfermedades infecto-contagiosas.

    Asegurar buen surtido de aguas una poblacin, esasegurar su salubridad, y por consecuencia, el bienestar de

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    sus habitantes, y para lograrlo, no debe perdonarse medio nisacrificio de ningn gnero.

    El agua potable es la nica bebida higinica; con sta y

    con la que no es potable, se atiende diferentes finesindustriales y la limpieza pblica y privada, tan precisaspara la salud.

    Es de verdadera trascendencia el estudio del problemade aguas en Pearanda, sintiendo que por la naturaleza deest trabajo, no pueda tratarle con la extensin que merece.

    Datos hidrogrficos.- En el trmino municipal dePearanda hay varias fuentes, charcos y lagunajos; cerca dela villa, tocndola casi, se hallan la Fuente Vieja y la de laPaloma, el Cao de los Adobes y la Poza. Dentro del cascotenemos la fuente municipal que se surte de aguas defiltracin, recogidas en galeras especiales y del Barreno,algunas norias y muchos pozos, uno casi para cada casa.

    De las fuentes del trmino municipal, son las principaleslas del Valle, la del Cuco, de los Cachonales, Grullevo,Pradohorno, Reguero y de la Verdina; de las charcas y

    aguazales debemos citar la de las Brujas, del Monte, de laPortilla, la laguna de los Pozos, Pradohorno y Reguero.Estos diferentes manantiales y depsitos de agua, en sumayora potable, prestan la poblacin rural y los ganadosmucha utilidad; pero como son escasos de caudal y cantidady estn en sitios retirados, no tienen aplicacin directa laagricultura ni la industria, ni ejercen influencia en el estadosanitario de la poblacin; basta este objeto el haberlas

    citado.Adems de los manantiales y charcos expresados, existen

    en el trmino municipal tres fuentes de verdaderaimportancia higinica, que son la de San Jos, 1.530metros de la villa; la del Inestal, 1.045 metros, y la de lasPocillas, que dista prximamente lo mismo; fuentes que

    PARTE PRIMERA 41

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    tienen aguas de condiciones y cualidades fsico-qumicas higinicas parecidas.

    Son las aguas de estas fuentes frescas, difanas, ligeras,

    sin olor, de sabor agradable, dejan escaso resduo por laevaporacin, hierven sin enturbiarse, cuecen las legumbres,disuelven bien el jabn, apagan la sed y no perturban lasdigestiones, y la experiencia demuestra que son excelentespara el consumo y dems usos que se destina el aguapotable. El caudal de estas fuentes consiste en 6.163,20litros al da la de San Jos; en 16.164,89 las dos del Inestal,y 8.640 la de las Pocillas, prximamente, que dan un total de

    30.968 litros al da, correspondiendo cada habitante 6,88.El agua de estas fuentes se aprovecha para la bebida y parasurtir los lavaderos de sus respectivos nombres.

    Poza y Cao de los Adobes.- Son sencillamente dos charcaspantanosas y estn situadas al lado de la ronda de la villa,hacia el O.

    En las estaciones de invierno y primavera, las pequeas

    cuencas que las forman se llenan de agua hasta el enfile deldesaguadero; y en tales condiciones no dan lugar emanaciones pestilentes; pero en los meses de calor, en queel agua se evapora y se consume, el nivel baja, no tienendesage, gran superficie del fondo queda al descubierto, ypor un lado el cieno, en contacto con el aire, de la luz y delcalor, fermenta, se pudre, exhala emanaciones ms menosnocivas; y por el otro, el agua remanente se corrompe,

    despide ftido olor, en particular cuando se remueve, yresulta que cieno y agua corrompidos hacen de la Poza yCao de los Adobes focos insalubres de primer grado, quepueden dar origen las enfermedades propias de lugarespantanosos. Cierto que no se han comprobado hasta ahorainfluencias malficas determinadas, estados endmicos, ni

    42 PARTE PRIMERA

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    epidemias que reconozcan este origen, pero en el hecho deser causa abonada para diversas dolencias, es nuestro deberdenunciarles como nocivos la salud, y aconsejo que se

    conviertan, dado que son depsitos necesarios para elabrevadero de los ganados, en dos estanques cuadrados conentrada para los ganados, suelo igual y pavimentado, y en loscuales se impida el ingreso de tierras, basuras y toda clase desuciedades que arrastran las aguas torrenciales, colocandoen el sitio oportuno alambrados filtros raros; que seplanten su alrededor rboles de especies indicadas, seimpida el lavado de ropas en ellas y el que sirvan de baos

    para los animales.

    Fuente Mayor.- Est situada en la plazuela de la Iglesia yformada por una columna hueca que sostiene la taza dedistribucin, que lleva cuatro caos su vez, cubierta por unremate piramidal, todo de granito: dicha columna emerje delcentro de un piln de seis metros de dimetro; el pavimentode ste y el del alrededor son igualmente de piedra. Se surte

    de los manantiales llamados de Los Pozos y del Barreno,mediante tubera de barro, obstruida por incrustacionescalcreas y averiada en algunos puntos por las races delarbolado de la carretera de Villacastn, que atraviesa, cuyatubera llega hasta el Barreno, siendo desde este sitio, hastala fuente, de hierro fundido, de diez centmetros de luz (1).

    Procede el dar conocer el sistema deformacin, del manantial de Los Pozos y el del Barreno,

    antes de estudiar la clase y condiciones del agua de la Fuentemayor.Los Pozos, es un manantial artificial situado al E. de la

    PARTE PRIMERA 43

    (1) La colocacin del a tubera de hierro desde el Barreno hasta el registro

    que hay entre las dos plazas, tuvo lugar en el primer semestre del ao de

    1897, por el empresario D. Luis de la Pea Hernndez.

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    villa, menos de un kilmetro, la izquierda de la carreterade Villacastn Vigo, en un plano inclinado ligeramentehacia el O., de una altitud de varios metros sobre el nivel de

    la poblacin.Origen y formacin.- Considerando los habitantes de la villa

    del siglo XVII, ao de 1675, insuficiente la cantidad de aguade que disponan, llevaron efecto la empresa de procurarseeste indispensable elemento en cantidad bastante paraatender las necesidades pblicas y privadas: este finconstruyeron en el sitio ms elevado del trmino municipaly que ofreca circunstancias adecuadas, una mina central de

    unos 400 metros de longitud y unos ocho metros deprofundidad, situada en la lnea de unin de dos planosinclinados muy ligeramente, sea en la direccin de lapequea caada que forma el terreno en los prados de LosPozos, y tres laterales, de las que la ms distante y de mayorlongitud empieza en el ltimo registro de la principal y sedirige por el Labajo mohino en direccin Rgama, es de333 metros de longitud la porcin conocida; la del medio,

    tiene principio en el primer registro que hay, pasado el arcamadre, y se dirige hacia el alto de la carretera, tiene unos 250metros; y la ms prxima comienza en el primer registro,dirigindose hacia Paradinas, siendo su longitud de 271metros; las tres se hallan una profundidad anloga lacentral. Todo hace suponer que estas minas fueron hechaspracticando pozos y perforando el terreno en el sentido yprofundidad descritos. El centro de estas minas

    acueductos colectores es el arca madre, pozo mayor que losdems y que se halla situado en el centro del prado.Las galeras de Los Pozos forman un sencillo sistema de

    avenacin que tiene por fundamento cientfico la maneracmo se conduce el agua pluvial en los terrenos terciarios.

    El agua que corre por estas galeras ingresa por las

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    paredes y por el suelo, ya procedente de la que cae sobre lasuperficie y que lentamente se filtra hasta llegar ellas, ya dela que se desliza por capas permeables que las minas

    atraviesan en que estn abiertas, y que generalmentesurgir del suelo.

    De modo que se trata de un filtro natural que dejacontnua y lentamente en las galeras el agua que poco poco le atraviesa.

    Nuestros antepasados nos legaron la obra, el beneficio yla idea, razn por la que ofrezco sus manes en estemomento la expresin del testimonio de mi gratitud; siendo

    de sentir que no haya podido adquirir ms datos para seguirel proceso de la construccin de este pequeo cuanto til

    viaje de agua, y decir el nombre de las personas que ms sedistinguieron en esta obra y el capital que se invirti.

    Este procedimiento para procurar agua potable es elmejor entre todos los conocidos, all donde no existenmanantiales naturales abundantes ros de condiciones, y elnico, por tanto, aplicable en esta localidad.

    Prueba de ello es el informe dado por el comit superiorde Higiene de Londres, llamado General board of health,declarndose resueltamente en favor de las aguas demanantiales naturales y artificiales de avenacin. EnBlgica, no hace muchos aos, se aprovech este sistemapara abastecer Bruselas. Posteriormente nada se hapropuesto mejor en esta materia. Tal es, pues, en laactualidad el consejo de la ciencia. Siempre que haya

    necesidad de aguas potables, las poblaciones utilizarn lasaguas de lluvia recogidas por el sistema de nuestrosmanantiales, escogiendo terrenos que por su elevacin ycualidades sirvan para filtrar el agua y resulte fcil yeconmica su conduccin al lugar de consumo. El surtidode este manantial es muy variable,porque depende de un

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    elemento tambin variable, cual es la distribucin de laslluvias, por lo que unas veces ser relativamente abundantey otras tan escaso que no baste para atender al alimento de

    una fuente mezquina y menos al abastecimiento de la villa.De tres aforos que he practicado en diferentes pocas, heobtenido el resultado siguiente: en tiempo de sequa, 10.368litros por da: y en pocas de lluvia, 48.960 litros y 69.120respectivamente.

    Estado actual de los acueductos, colectores Minas.-La minaprincipal est revestida de fbrica, tiene una longitud de 351

    metros; es su altura de 1,75, su anchura la precisa parapermitir el paso de un hombre: conduce por un canal de tejaque hay en el centro de su suelo el agua que, por rendijas,mechinales y solar, ingresa en la misma, mas la que baja porotras dos que la son laterales: hacia el centro de esta galeray sobre el suelo natural, se ve un torreoncito con su puertade entrada que, abierta, franquea el paso una escalera queconduce la mina. Sobre el terreno se ven tres sillares

    piramidales que cierran la boca de otros tantos registros.He bajado esta galera y podido comprobar que est

    slidamente construida y en buen estado de conservacin,si se excepta un trozo de unos 30 metros que est hundido.

    Por el pequeo cuce desciende un arroyuelo, conregular velocidad, de agua clara, de reflejos cristalinos laluz artificial que utilic.

    El ramal del medioda se une al central los 98 metros

    E. del registro mayor, es el ms abundante de agua, tiene 250metros de longitud y varios registros cubiertos con sillaresrectangulares; tiene trozos revestidos de fbrica de ladrillo yotros no, que por desgracia se hallan en lamentable estado; trechos estn sostenidas las paredes con maderas; su solarle forma el mismo terreno natural, y est cubierto por

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    gruesa capa de fango y lgamo.En el punto E. del ramal central, sealado por un

    registro, termina otro ramal que viene en direccin NE.; fu

    revestido de fbrica el ao 1859 en una extensin de 159metros; otros 200 metros tiene de recorrido, pero hoy estncegados. Por ste baja corta cantidad de agua.

    Otro ramal hay que termina en el extremo O. del central,de 271 metros, de los que 171 han sido reconstruidos en el

    verano de 1894; est abierto por desgracia, "sin dudaobligados por guardar el nivel", en terreno impermeable deuna marga compacta que no permite filtracin ninguna: al

    terminarse la porcin construida y en el mismo nivel, elterreno vara, se encuentra una capa de arenisca muymanantialosa, que ser la que proporcione, cuando seaperforada, mayor cantidad de agua esta galera.

    Del trmino O. de la galera central, donde existe un granregistro, tambin con su escalera, arranca una atargea de 20centmetros de luz y 150 metros de longitud, que termina enotro registro, en el que empieza la tubera de barro que

    conduce el agua hasta el Barreno en un recorrido de unos650 metros, pasa de aqu, ya sola mezclada con la de estedepsito, encauzarse por la caera de hierro colocada enel ao actual.

    El caudal de agua de Los Pozos no es grande, si bien sepodr aumentar y aun mejorar: aumentar, haciendo nuevasobras; mejorar, siendo objeto de una polica constante ysevera. Se aumentar con la reconstruccin de las galeras

    destruidas y por el procedimiento de los embalses parcialesde Montenegro; por la apertura de nuevas galeras y por laprolongacin de las existentes.

    Barreno.- A consecuencia del estado de las galeras delmanantial de Los Pozos, de no favorecerse la filtracin delas aguas de lluvia y de la escasez de stas en aos anteriores

    PARTE PRIMERA 47

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    al 1870, y en ese mismo ao, el caudal de Los Pozos lleg estar tan empobrecido, ser tan escaso y miserable, que nobastaba, ni con mucho, para abastecer de agua potable la

    villa, experimentndose por tal causa privaciones, molestiasque podan trascender y sentirse en la salud pblica. Por estosurgi el pensamiento de buscar agua artesiana fin deremediar situacin tan angustiosa. Se eligi el sitio delReguero como el ms propsito para el fin que sepersegua; y la tentativa qued reducida la construccin deun pozo ordinario de diez metros de profundidad y muycerca de dos metros de dimetro. Se lleg, pues, abandonada

    la idea del pozo artesiano por ser de todo punto irrealizable, lo que slo es prctico en este pas, sea utilizar el aguasubterrnea de la primera capa permeable.

    La utilidad de este manantial es incuestionable, viene ser el suplemento de Los Pozos, sobre todo en pocas desequa: es su surtido diario de unos 18.000 litros, y pudieraaumentarse haciendo su fondo impermeable y practicandodos minas en puntos opuestos para aumentar su capacidad,

    abriendo la distancia de diez doce metros, otro deprofundidad anloga, que se pondra en comunicacin conaqul por el intermedio de una atargea mina.

    Cualidades del agua de Los Pozos.- Tomada en el mismomanantial, es de color azulado, ligeramente crdena entiempo seco; turbia, sucia cuando llueve; filtrada, da un litro,despus de la evaporacin; un residuo de 40 centigramos;sin filtrar, y en tiempo seco el residuo es mucho mayor; en

    poca de lluvias es extraordinario; adems del residuo salino,tiene alguna materia trrea y limosa que necesariamentetoma en las galeras de avenacin. No se descompone los

    veinte das de tenerla en reposo en una vasija, por lo que seconserva sin olor. Decantada en estas condiciones, es clara,pero crdena, y en el fondo de la vasija se observa buena

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    cantidad de residuo trreo. Sin filtrar se enturbia laebullicin, filtrada no.

    Puede considerarse potable un agua de tales

    condiciones? Indudablemente que no; teniendo ensuspensin substancias trreas y limosas en abundancia;estando poluda por materias orgnicas y por organismosmicroscpicos, de los que algunos pueden ser patgenos.En tiempo de lluvia su enturbiamiento, su suciedad llega tal grado, que ms que agua parece una disolucin de goma agua de limn, que indica la gran cantidad de substanciasextraas que tiene en suspensin y disolucin, y nos

    advierte que puede adquirir, si es que no tiene, condicionestelricas perniciosas, que adems de quitarle su cualidad depotable, se constituye en causa de perturbaciones digestivas,como de dispepsias, obstrucciones intestinales, diarreas,infecciones determinadas, y contribuir al sostenimiento dela grippe, que hace seis aos existe en Pearanda, oraofreciendo carcter espordico, ora epidmico,favoreciendo, en fin, el estado sanitario deficiente que

    alcanza la villa.El anlisis hidrotimtrico practicado por la Escuelaespecial de Ingenieros de minas, el 19 de Agosto de 1895,segn certificacin expedida por el ingeniero D. LuisCubillo, con el V. B. del ingeniero D. Luis de la Escosura,dice as: "Ensayada por el procedimiento hidrotimtrico deBoutron y Boudet las aguas de los pozos y del barreno, sehan obtenido los resultados siguientes: agua de los pozos,

    100; d. del barreno, 19. Para las dos clases de agua lagraduacin obtenida indica que la proporcin de sales demagnesia y cal que contienen est dentro de los lmites quecorresponden las potables. Se recibieron cuatro y cincobotellas respectivamente,,.

    PARTE PRIMERA 49

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    Abastecimiento de aguas.- La higiene recomienda lospueblos que tengan mucha agua, si pretenden tener labastante; les dice que en un abastecimiento abundante

    estriba la primera condicin higinica en que deben fijarselos encargados de velar por la salud pblica.

    Aunque en este respecto hay diferencias entre eminenteshigienistas, todos estn conformes en aconsejar lospueblos que por lo menos aprovechen el surtido de quedispongan y le aumenten tanto como puedan. As Raukinequiere 91 litros por habitante y por da para atender todaslas necesidades; Thom 58; Granalt 40; la Comisin general

    de salubridad de Londres 62, y el Dr. Guzmn, catedrticode Higiene de San Carlos, 80.

    Reconozco que nuestra poblacin no reune las mejorescondiciones climatolgicas hidrolgicas para lograr uncaudal de agua suficiente satisfacer todas las necesidadesdomsticas, urbanas industriales. Pero con la quedisponemos, bien aprovechada, nos basta para atender lasprimeras, que son las principales.

    Considerando al agua del manantial de los pozos comola mejor para bebida, l nos proporciona cuantanecesitemos para esta atencin. En efecto, casi todos loshigienistas recomiendan para este servicio 10 litros diarios.M. Ormsby, que ha clasificado las aguas de cada poblacinen tres grupos, segn su diverso valor intrnseco, manifiestaque del agua del primer grupo, sea la destinada laalimentacin, es suficiente para cada habitante 6,67 litros

    diarios, cifras que me parecen, y para solo este fin, elevadas;sin embargo de lo que, con el agua de los pozos tenemosllenada esta necesidad en la medida de citado higienista.

    Para ello me fundo en los siguientes datos, mi juiciobien calculados. Considerando que el mximum de surtidodel manantial de los pozos consiste en 69.120 litros diarios

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    y el mnimum en 10.368, y suponiendo que durante cincoaos tengamos el mximum y en otros cinco el mnimum,tendremos un trmino medio de litros 39.744 por da, que

    divididos entre 4.225 habitantes, dan para cada uno 9'40litros por da, cantidad desde luego sobrada, si no tuvieseotro destino que la potacin, sobre todo si se asegura la cifradeducida con el surtido del barreno en los aos de sequa yla sumamos con la que proporcionan por habitante y por dalas fuentes de San Jos, Inestal y Pocillas, que, como yasabemos, consiste en 6,88 litros.

    Sin embargo, no estamos tan favorecidos de agua para

    otros destinos, si no tan importantes, importantes tambinpara la salubridad local, como son el lavado de ropas, losbaos, usos industriales, servicio de alcantarillado, deincendios, limpieza de la va pblica, riego de calles, etc.,etc., pesar de tenerlas en relativa abundancia en norias ypozos.Intil es advertir que la dotacin de agua de la Fuente Mayores la correspondiente la suma del surtido de los dos

    manantiales que la alimentan.

    Cuidados de fontanera. - Comprenden desde losmanantiales hasta la tubera de desage que conduce el aguasobrante de la fuente fuentes que se instalen.

    Estos cuidados se refieren la inspeccin; conservaciny limpieza de todas las obras de fontanera, como son:galeras de a venacin, registros con sus puertas y llaves,

    pocillos, depsito, caera y fuente fuentes.Sabido es que hay trozos de galera hundidos,

    hundimientos que obstruyen y desvan la marcha del agua ydisminuyen el caudal; sabido es que la galera que se dirigehacia el E., alto de la carretera, tiene adems su solarcubierto con una espesa capa de lgamo y fango, travs de

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    la que se desliza el agua y en la que no ser extrao vivanejemplares de anfibios del orden de los amuros (ranas ysapos) como, se han visto, y no pocos, arcnidos de una y

    otra especie; en esta misma galera se ven, sosteniendoparedes y techo, buena cantidad de maderas y tablas encompleta putrefaccin; motivos bastantes para que, endeterminadas ocasiones, se enturbie el agua de las minas yse contamine hasta el punto de hacerla sospechosa.

    Tal estado de las galeras ni se aviene con la limpieza querecomienda la higiene, ni con el cuidado que toda obraprecisa para su conservacin.

    Los hundimientos deben levantarse; las galeras limpiarsey rasparse donde precisen; cuando las galeras se hallencomo requiere el objeto que se destinan, deben serinspeccionadas con frecuencia para tenerlas muy limpias ypoder reparar los efectos del tiempo y del uso conoportunidad, para evitar. mayores perjuicios y gastos que sereflejaran en la salud pblica y en las arcas municipales.

    El depsito, que debera estar colocado cerca del

    alumbramiento y subterrneo, con, su filtro, su puerta, llavesy fondos, deber ser objeto del correspondiente cuidado ypolica. Este depsito de sedimentacin es indispensable,debe construirse la mayor brevedad.

    Tengamos una fuente ms, la higiene recomiendaencarecidamente que sean objeto de una polica especial.Los caos deben permanecer siempre limpios, debe evitarseque se obstruyan y se rompan. El agua del piln no ser

    ensuciada con ninguna clase de inmundicas, ni en l searrojarn objetos de ninguna naturaleza; tampoco seconsentir que sirva de abrevadero de ganado, ya porque noes ese su natural destino, ya porque puede suceder que elagua que contenga sea poluida y se convierta en elemento decontagio, en medio de trasmisin de enfermedades al

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    hombre, si, como suele, se hace uso de esta agua por prisa malicia de los criados.En fin, todas las partes de que se compone la instalacin

    fontanera, deben ser cuidadas con celo y constancia:cuidados que deben correr cargo de un dependiente delmunicipio para garanta de la salud pblica y de laadministracin local.

    Reformas indispensables.- Procede desde luego, la mayorbrevedad, sustituir el resto de caera de barro que queda,por tubera de hierro, construir un depsito de

    sedimentacin al pi de los manantiales con arreglo alproyecto del malogrado ingeniero D. Angel Garca. En misentir, fuera an mejor, por llenar el doble objeto de lasedimentacin y de elevar el nivel de toma de agua por lacaera, la construccin de un pozo de buena capacidad alpi de los manantiales, con terrapln tan alto como fueramenester para la mejor distribucin del agua en la villa,practicando la elevacin del agua por medio de bomba

    aspirante impelente, movida por malacate y fuerza animal.Las ventajas de este pensamiento seran grandes en elsentido higinico, pero no es de esta ocasin darlas conocer.

    Fuente Vieja y de la Paloma.- Estn situadas en la mismaronda de la villa: la primera hacia el O., la segunda hacia elN.; una y otra tienen escaso inters higinico por ser escasos

    los manantiales que las surten. La de la Paloma tiene sus doscaos cegados, y del fondo del pilastro que existe surge elmanantial: las aguas, rebosando de ste, encharcan elterreno, y como la plazuela en que radica est generalmenteconvertida en pudridero y letrina, el Ayuntamiento debahacer las reformas precisas para que el vecindario utilice esta

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    fuente, y sus alrededores se coloquen en las condiciones desalubridad debidas.

    Pozos y norias.- E1 agua de pozo es por lo generalselenitosa, poco aireada y suele estar contaminada porsubstancias orgnicas, razones por las que no es aceptablepara bebida ni para usos domsticos. De este modo seexpresan casi todos los higienistas, sin que dejen dereconocer que hay grandes diferencias entre el agua de unosy otros pozos, segn sea su profundidad, su situacinaproximada alejada de focos de infeccin , la ndole del

    terreno en que se hallan y, en una palabra, las condicioneshidrolgicas de la comarca.

    En Pearanda hay casi tantos pozos como casas, siendoelemento indispensable en la economa domstica, que seutiliza para la limpieza, lavado de vasijas, baos, incendios,riegos y otros particulares, viniendo ser un suplementoimportante del agua potable, merced al que se satisfacengran nmero de necesidades que fuera imposible, y de todos

    modos costoso, el atenderlas con la de otra naturaleza.Hay adems nueve diez norias destinadas la

    horticultura, que no son otra cosa que pozos ms hondos yprovistos de su correspondiente aparato elevador, queprestan excelente servicio.

    El agua de los pozos citados, la de la mayora de lossituados hacia el E. y S. de la villa y la de las norias, esanloga la del barreno; agua fresca, trasparente, que

    disuelve la disolucin hidroalcohlica de jabn, que cuecelas legumbres, etc. Las Madres Carmelitas utilizanel agua desu excelente noria para todos los usos, y con el mejorresultado.

    El agua de pozo generalmente est inficcionada y, portanto, d lugar origina enfermedades: ser prudente

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    abstenerse de usarla n absoluto, menos que por susituacin y circunstancias no nos sea dable dudar de supureza. Precisamente en esa posibilidad que las hace

    sospechosas, y mejor dira en esa realidad, estriba una de lasventajas de los pozos, puesto que en definitiva constituyenun medio de saneamiento de la localidad. En el mero hechode que las aguas de lluvia conducen en disolucin hacia ellosparte de las materias orgnicas del suelo, ste se limpia, sedesinfecta, se purifica, en proporcin directa del nmero depozos que la localidad tenga. Y no solamente producen estebeneficio por accin directa, sino que tambin por favorecer

    la circulacin del aire travs de la capa de terreno, el cualdestruye y quema toda substancia de naturaleza orgnica.Los pozos proporcionan otra ventaja no menos capital

    para la salubridad de toda urbe; absorben, desecan por superiferia el suelo circundante (Fonsagrives), viniendo representar verdaderos tubos de drenaje vertical, que sontanto ms ventajosos cuanto ms superficial es la capaarcillosa, como acontece en nuestra villa, circunstancia que

    la aproxima las comarcas paldicas, que si no nosproporciona en abundancia paludismo, nos d en cambiomateriales en triste y funesto exceso, para la patologacatarral y reumtica, castigo principal de nuestra poblacin,enemigos constantes invisibles de nuestra salud y vida.

    De lo dicho se infiere que el agua de pozo no debe usarseen bebida ni para condimentos; pero que presta servicios deconsideracin en la villa, por lo que recomiendo

    eficazmente se tengan tantos como sea posible.Cuantos mshaya, ms saneado estar el suelo,Los pozos deben estar limpios y revestidos de fbrica:

    deben tener su brocal de 70 centmetros por lo menos,provisto de cubierta de madera metal para evitarcontratiempos.

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    Agua meterica.- No sera completa la relacin de losrecursos hidrolgicos de Pearanda si no hiciese mencindel agua de lluvia que, con regularidad mayor menor, con

    sta aqulla abundancia, cae anualmente en la poblacin.Es el agua de lluvia excelente para con ella satisfacer

    todas las atenciones de la higiene pblica y privada.Venecia, Constantinopla, Gibraltar y multitud de

    poblaciones no consumen otra agua. Tienen cisternas algibes admirablemente-construidos en los que recogentoda la que precisan para subvenir la potacin y economadomstica.

    No es de presumir que, dadas las condicioneshidrolgicas y geolgicas de nuestra comarca, Pearanda seencuentre nunca en la precisin de almacenar el agua delluvia, toda vez que el caudal de sus manantiales,subordinado por completo la cantidad de agua meterica,faltara solamente cuando la sequa fuese larga y absoluta, yen.tales circunstancias mal podra procurarse aqulla, sifaltaba de todo punto. No podemos tampoco pensar en

    utilizar en grande escala agua de este origen, aunquereconozco su bondad, por las dificultades y gastos que talempresa representara, superiores las ventajas quehabramos de obtener.

    Las ciudades que se surten de ella, es por causa de lascircunstancias de su asiento hidrogrfico, tienen un sueloque no filtra el agua sino condicin de prestarla materiasque la hacen perjudicial la salud. No estamos en ese caso.

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    Aplicaciones del agua.- Entre las principales, estntimamente relacionada con la salubridad de todo pueblo,la del lavado de ropa. Al lavadero pblico, sea grande

    pequeo, est bien mal surtido de agua, va parar la ropade casi toda la poblacin; la que est casi limpia y la que estllena de hediondez y an de miseria; la impregnada degrmenes patgenos por haber servido individuo enfermoy la que nada ofrece de contumaz, que ha usado el individuo la familia sana: all se reunen la del rico y la del pobre; ladel hombre pulcro y aseado y la del sucio descuidado: enla misma balsa se lavan, en el mismo prado se tienden y en

    el mismo lugar se secan. Eso es lo que sucede en todasaquellas localidades que no tienen ro para este servicio. Esoocurre en sta, donde, tenemos la precisin de utilizar elagua de los manantiales de que disponemos, remansndolaen condiciones adecuadas para formar los lavaderospblicos.

    De esto se deduce la necesidad de un nmero delavaderos, proporcionados al servicio que han de prestar

    para que se efecte fcil, cmoda higinicamente.Los lavaderos existentes son tantos como manantialeshay y llevan su nombre; en todos se nota desproporcinentre la capacidad y el surtido, de lo que resultaninconvenientes de consideracin. El agua no se renueva conla frecuencia necesaria, y como por otro lado, las prcticasdel lavado sean rutinarias incompletas, puesto que seprescinde de operacin tan indispensable como es la colada;

    como no tienen la mayora de ellos cobertizos para defenderde la intemperie las lavanderas, y faltan secaderos decondiciones adecuadas, sin cuyos requisitos y prcticas loslavaderos y el lavado adolecern de grandes defectos, sesigue con frecuencia grave perjuicio para la salud pblica.Las ropas quedarn lavadas al parecer, se nos ofrecern

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    blancas y hermosas, mas no tendremos la seguridad de queestn puras y limpias, de que no sean portadoras de agentespatgenos.

    Es de sumo inters para la salubridad de Pearanda elque las autoridades presten este servicio la atencin querequiere, fin de que el lavado se haga como recomienda lahigiene.

    Debe dedicarse uno, el de las pocillas por ejemplo, allavado de las ropas procedentes de los enfermos quepadezcan hayan padecido enfermedades infecciosas, y porltimo, construir uno nuevo en la esplanada que hay al N.

    del barreno, alimentado con agua de este manantial.

    Casa de baos.- El agua es indispensable para la limpiezacorporal: no hay necesidad de insistir en este punto.

    Consideramos los baos generales como un remedio,como un recurso teraputico aplicable slo en casos deenfermedad, y siempre por prescripcin mdica, y sinembargo su uso ms menos frecuente, segn es el clima,segn sean las circunstancias del individuo, debe ser deprctica frecuente, si queremos atender una necesidad delorganismo. La falta de limpieza corporal altera la salud,porque sin ella la piel no realiza bien sus importantesfunciones, "los baos y gimnasios pblicos son las anttesisde las tabernas y otros lugares de prostitucin; en losprimeros el jornalero adquiere salud y robustez, en lossegundos su ruina fsica y moral", (Harlingen). En

    Pearanda no hay casa de baos y es necesario que laadministracin local los particulares emprendan estareforma de gran necesidad higinica. Establecimientosencillo, sin pretensin ninguna, con algunas habitacionespara otras tantas pilas, una piscina general, caldera paracalentar el agua, algn servicio de ropas y un encargado de

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    administrar la modesta instalacin, bastar .Otras muchas importantes aplicaciones tiene el agua,

    pero como no afectan directamente la salud local, no me

    ocupo de ellas.

    CAPTULO VI

    SUELO URBANO

    El suelo est empedrado; no hay calle ni plazuela, ni pasourbano que no lo est, y bien sabido es que