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RESEA HISTRICA / HISTORICAL REVIEW
RESUMEN En el otoo de 1964 los residentes e internos de los
hospitales de Mxicoiniciaron un paro pidiendo aumento de salarios,
mejores condiciones de trabajo y laoportunidad de seguir
estudiando. El movimiento durara casi un ao y al paso del tiem-po
las demandas dejaron de ser estrictamente por cuestiones laborales
y se tornaron msuniversales. Los internos y residentes comenzaron a
hablar sobre justicia social, el dere-cho a la salud de todos los
mexicanos, y aun sobre el problema agrario en la nacin. Elgobierno,
preocupado por la influencia que tenan estos profesionales, envi al
serviciode inteligencia a patrullar a diario todos los hospitales
de la capital y a seguir clandesti-namente a ciertos mdicos.
Utilizando solo unos cuantos de estos reportes diarios, semuestra
cmo el gobierno de Gustavo Daz Ordaz utiliz al movimiento mdico
paraentender al movimiento estudiantil de 1968.PALABRAS CLAVE
Mdicos; Sector Pblico; Cuerpo Mdico de Hospitales; Condicionesde
Trabajo; Huelga de Empleados; Mxico.
ABSTRACT In the autumn of 1964, residents and interns of
Mexico's hospitals begana strike to demand salary increases, better
working conditions, and more educationalopportunities. As time
passed, however, these workplace demands shifted to encom-pass more
global issues of social justice, the right of all Mexicans to
healthcare, andeven peasant rights and agrarian reform. The Mexican
government, concerned by thegrowing influence of these young
doctors, made it a top priority of the intelligence ser-vice to
monitor on a daily basis all Mexico City hospitals and to
clandestinely followcertain physicians. Using only a sampling of
these intelligence reports, the articlereveals how the government
of Gustavo Daz Ordaz used the medical movement tobetter understand
the student protests of 1968.KEY WORDS Physicians; Public Sector;
Medical Staff, Hospital; Working Conditions;Strikes, Employee;
Mexico.
Mdicos, hospitales y servicios de inteligencia: el movimiento
mdico mexicano de 1964-1965 a travs de reportes de inteligencia
Doctors, hospitals and intelligence agencies: the Mexican
medical movement (1964-1965) as seenfrom intelligence reports
Soto Laveaga, Gabriela1
1Doctora en Historia. Profesora-investigadora del Departamentode
Historia y directora delPrograma de EstudiosLatinoamericanos e
Ibricos,University of California, SantaBrbara, EE.UU.
[email protected]
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INTRODUCCIN
El final de la dcada del '60, comn-mente asociado con agitacin
social, desconten-to de la clase media y represin gubernamental,se
encuentra nuevamente bajo escrutinio histri-co (a). A pesar de que
se pueden encontrar ejem-plos mundiales que encajan en la
descripcinprecedente, a menudo Mxico, especficamentela Ciudad de
Mxico, posee la dudosa distincinde haber representado todas estas
cualidadesdurante los Juegos Olmpicos de 1968. Durantemucho tiempo,
los historiadores de Mxico hansostenido que la masacre estudiantil
de la plazaTlatelolco, solo das antes de la ceremonia deinauguracin
de las XIX Olimpadas, rompi lasapariencias de estabilidad social y
progreso yexpuso a la luz pblica la verdadera naturalezadel
autoritario y altamente represivo partidogobernante. Aun ms, los
historiadores han afir-mado que el gobierno se vio sorprendido por
elnivel de descontento y el grado de organizacindel movimiento
estudiantil (b). Pero es solo a par-tir del ao 2003, con la
apertura de los archivosdel Centro de Investigacin y Seguridad
Nacional(CISEN) mexicano el equivalente al FBI de losEE.UU. que los
acadmicos poseen pruebasdocumentadas de cmo agentes del Estado
insti-garon, orquestaron y fomentaron el descontentoen los
acontecimientos de aquellos aos enMxico y, ms importante an, cunta
informa-cin haba en manos del Estado mexicano.
Estos documentos prueban que fue en1965 cuando algunos miembros
de la elite privi-legiada y educada de Mxico los residentes
einternos de medicina fueron firmemente repri-midos por el rgimen
de Daz Ordaz como "res-puesta" a las necesidades de los mexicanos,
losmismos trminos que el presidente usara, aosms tarde, para
justificar las acciones contra losestudiantes. Fue tambin en 1965
cuando losestudiantes se unieron a la huelga de los mdicospara
apoyar sus demandas y ms tarde adoptaronsu forma de organizacin y
gran parte de su estra-tegia, hacindola propia en 1968. Por lo
tanto, enMxico no seran los estudiantes desempleadossino
profesionales estatales jvenes, subemplea-dos y con alto nivel de
educacin quienes cues-tionaran al gobierno corrupto y
antidemocrtico
del partido gobernante y quienes, en principio,sufriran el
rgimen represor de Daz Ordaz.Estos documentos muestran que, a
diferencia delo que se crey durante mucho tiempo, muchasde las
protestas cruciales contra el Estado mexi-cano ocurrieron
inicialmente en hospitales y noen universidades. Pero el movimiento
de losmdicos, brutal y contundentemente arrasadopor la
administracin, ha quedado casi en elolvido. Al examinar la huelga
de mdicos desdeesta nueva perspectiva, como el
movimientofundamental que volvi a una administracincontra sus
ciudadanos jvenes, y al utilizar estenuevo material desclasificados
podemos com-prender que la huelga de mdicos de 1964-1965fue el
campo de entrenamiento donde el rgi-men de Daz Ordaz aprendi a
oprimir el des-contento de la clase media.
EL MOVIMIENTO MDICO
El movimiento de residentes e internoscomenz el 26 de noviembre
de 1964, pocos dasantes de que Gustavo Daz Ordaz asumiera comonuevo
presidente de Mxico. Como en el caso deotros movimientos sociales,
sus races se remon-tan a un reclamo especfico. Unas semanas
anteshaba circulado el rumor de que los residentes einternos del
hospital "20 de Noviembre" de laCiudad de Mxico no recibiran ese ao
su agui-naldo como era costumbre. El escenario del con-flicto, el
hospital "20 de Noviembre", era sorpren-dente ya que dicho hospital
haba sido inauguradounos pocos aos antes y, supuestamente, era
unejemplo reluciente del xito del sistema de saludpblica mexicano.
Este hospital formaba parte delcomplejo de salud pblica Instituto
Mexicano delSeguro Social (IMSS) e Instituto de Seguridad
yServicios Sociales de los Trabajadores del Estado(ISSSTE) que,
desde 1943 y 1959 respectivamen-te, prestaban atencin sanitaria a
gran parte delpueblo mexicano. Las clnicas y hospitales delIMSS
eran reconocidas como prueba tangible yuno de los logros
principales del partido gobernan-te posrevolucionario mexicano: la
seguridadsocial. Como rezaban sus publicaciones, la seguri-dad
social mexicana era "resultado de una denuestras ms altas
tradiciones revolucionarias", y
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el mismo presidente Adolfo Lpez Mateos (1958-1964), bajo cuyo
mandato se inaugur el hospi-tal "20 de Noviembre", asegur que "el
rgimende la seguridad social constituye uno de los pro-psitos
esenciales de nuestras institucionesdemocrticas", ya que en l los
trabajadorespodan encontrar "uno de los mejores instrumen-tos para
la realizacin de los postulados de justi-cia social que instaur la
Revolucin Mexicana"(4). Como tal, la inauguracin de un nuevo
cen-tro del IMSS recibi gran cobertura de losmedios. Es ms, el IMSS
jugaba un papel vital enla capacitacin de los mdicos mexicanos.
Paragraduarse, todos los estudiantes de medicina deMxico deban
pasar un ao como internos enuno de los hospitales escuelas, que en
su mayo-ra eran administrados por el Estado. Por lo tanto,todos los
estudiantes de medicina mexicanoscompetan por las pocas vacantes
disponibles enlos hospitales del IMSS y el ISSSTE. Esto colocabaa
cada uno de los administradores hospitalariosen una singular
posicin de poder: sus decisionesdeterminaban cules estudiantes de
medicina segraduaran cada ao. Tomando en cuenta estedesequilibrio
laboral, los alumnos con plaza raravez se quejaban de sus psimos
sueldos.
Pero ese da de 1964 el director delhospital confirm el rumor
sobre la cancelacindel aguinaldo; explic que, a pesar de la
costum-bre, no corresponda pagar aguinaldo a los resi-dentes e
internos ya que perciban becas y nosalarios. Dicho de otra forma,
si no perciban unsalario no eran trabajadores del Estado, como
seles haba hecho creer, y no tenan derecho alaguinaldo. Como
sealaron los internos y resi-dentes tiempo despus, esta diferencia
era crucialya que trabajaban para un hospital estatal; al noser
considerados como empleados estatales, suderecho a huelga quedaba
fuera de los canalesoficiales establecidos. La respuesta
gubernamen-tal fue la esperable: el inmediato despido de
dos-cientos internos y residentes del hospital "20 deNoviembre". Lo
que no se esperaba era la falta deapoyo inicial de sus pacientes,
los ciudadanos deMxico. Sorpresivamente la mayora de los mexi-canos
no haca diferencia entre los doctoresmayores y con aos de
experiencia y los internosy residentes en apuros: todos usaban
batas blan-cas. Pero los jvenes residentes e internos tenanmucho ms
en comn con los estudiantes que
con los profesionales de la salud "establecidos"de Mxico. Muchos
residentes se haban gradua-do solo meses antes y estaban luchando
paraalcanzar la "promesa de la revolucin mexicana":encontrar
vivienda y trabajo dignos, mayor edu-cacin y, en algunos casos,
suficiente dinero paracomprar los uniformes y libros necesarios
(c).Esta tensin profesional tambin se percibi en lahuelga de mdicos
en Saskatchewan, provinciade Canad, en 1962 (d). Pero la tensin
entre lospracticantes de la salud fue, desde sus inicios,una
caracterstica de la profesin. Al describir lospleitos decimonnicos
entre los practicantes dela medicina en EE.UU., el historiador Paul
Starrresalta:
Nada debilit tanto la profesin como las encar-
nizadas y constantes rias y divisiones entre los
mdicos del siglo XIX. Algunas divisiones eran
de ndole de grupo y otras eran personales. Eran
pblicas y corrosivas y tan comunes en las ms
altas esferas de la profesin como en los pelda-
os ms bajos. (6 p.93) (e)
Estas tensiones histricas de la profe-sin tomaran, en el caso de
Mxico, un matizgeneracional (f).
Al igual que otros trabajadores en con-flicto, los internos y
residentes intentaron otorgarlegitimidad a sus reclamos formando
una asocia-cin oficial, la Asociacin Mexicana de MdicosResidentes e
Internos (AMMRI), la primera orga-nizacin nacional de su tipo en
Mxico. Tambinpublicaron sus cinco demandas en una cartaabierta al
presidente, donde pedan lo siguiente:1) la recontratacin de todos
los mdicos despe-didos; 2) un aumento de las becas y su conver-sin
en un contrato renovable; 3) la contratacinpreferencial de antiguos
residentes; 4) una solu-cin a los problemas de cada uno de los
hospita-les; y 5) mayor acceso a educacin de posgrado.A pesar de
que estas demandas se enfocabanexclusivamente en beneficios para
los mdicosms jvenes, posiblemente el sector con menospoder poltico
y econmico, a menos de unasemana despus de iniciado el movimiento,
losinternos y residentes creyeron necesario publicarotra solicitada
de una pgina en distintos peridi-cos para explicar que su huelga no
era un actopoltico contra el presidente entrante (8). Pero lo
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que estaba pasando en la repblica mexicana, snecesitaba
explicacin. En pocos das, en casitodos los estados mexicanos, los
internos y resi-dentes abandonaban los hospitales para apoyar asus
colegas de la Ciudad de Mxico. Por lomenos durante un mes no hubo
reaccin visiblede parte de la nueva administracin. Pareca quela
inesperada intensidad del movimiento habatomado por sorpresa al
nuevo presidente. Estadescripcin de la huelga es lo que las
fuentessecundarias han cubierto para explicar el movi-miento mdico
(9-11). Con la nueva informacinproveniente de los documentos
desclasificados,las primeras semanas del movimiento mdico sevuelven
ms complejas.
A comienzos de diciembre, los infor-mes del servicio secreto
revelan la estrategia pre-sidencial inicial: poner distancia entre
la adminis-tracin y el problema e ignorar pblicamente alos mdicos.
No obstante, esto no significaba quela administracin no conociera
ni dejara de inte-resarle el problema. Un informe del 7 de
diciem-bre de 1964, por ejemplo, revela que el secreta-rio
presidencial Cisneros amonest a los mdicospor tratar de involucrar
al recientemente designa-do presidente, diciendo que "su problema
notena el alcance presidencial y nacional que sepretenda darle, ya
que su solucin era sencilla yse encontraba en manos de los
directores de cadauna de las dependencias a las que pertenecacada
nosocomio" (12 f.168). Esta explicacin,referente a que los mdicos
estaban intentandocrear un movimiento nacional cuando no habarazn
para hacerlo, se mantendra en el discursooficial durante los
siguientes diez meses. Si elgobierno admita pblicamente que el
problemade los mdicos no se circunscriba a los hospita-les sino que
tena alcance nacional, revelara queel preciado sistema de salud
pblica mexicanoestaba en crisis.
Aunque la cantidad de material descla-sificado sobre el
movimiento mdico es asom-brosa, su calidad y finalidad varan
significativa-mente (g). Uno de los informes tpicos consistaen el
registro diario y detallado de cada hospitalde la Ciudad de Mxico
(Figura 1). En forma deresumen, el agente informaba al lector
supues-tamente el gobierno y las fuerzas de seguridadel nivel de
organizacin, los nombres de las per-sonas involucradas, los
reclamos hospitalarios
especficos, cualquier actividad inusual y lasacciones que los
internos y residentes planeabanrealizar. Esta ltima informacin es
importante yaque le permita al gobierno mantenerse un pasoadelante
del movimiento mdico. Por ejemplo,cuando la AMMRI decidi enviar
telegramascada 30 minutos al presidente o publicar anun-cios en los
peridicos locales, en pocos das lesfueron bloqueadas tanto las
emisiones por radiocomo los peridicos.
Aun ms escalofriante, cuando los resi-dentes e internos
decidieron contratar a un aboga-do que les ayudara con los temas
legales, losinformes revelan que el CISEN sugiri que uno de"sus
hombres" se postulara como asesor legal, loque les permitira
conocer cada una de las tcticaslegales antes de que se hicieran
pblicas (14).
Estos documentos ofrecen una visinpoco usual sobre los
procedimientos diarios queconvirtieron un reclamo en un
movimientosocial importante. Los agentes registraron
conminuciosidad burocrtica detalles que muchosde los involucrados
en los hechos no pueden ono desearan recordar. Por ejemplo, se
reunieronpruebas de que (no es de sorprenderse) "no exis-ten
relaciones de armona" entre los directoresde los distintos
hospitales. La novedad, sinembargo, es el dato suministrado por uno
de losagentes que coment que esta falta de armonase deba a la
absoluta falta de relacin entre losmdicos de los hospitales de la
Ciudad deMxico, incluyendo los de un mismo hospital,que solo se
reunan espordicamente (15). Dehecho, los informes revelan que
muchos hospi-tales eran islas urbanas con distintas
jerarquas,escalas salariales, beneficios laborales y recla-mos
especficos. Tambin existan prejuiciosmarcados entre los mdicos de
los hospitalesms modernos y "solventes" y aquellos que tra-bajaban
en instalaciones ms pobres. Los infor-mes diarios recopilaban y
registraban meticulo-samente los hechos, como el total de camas
hos-pitalarias en uso, y tambin qued plasmada unaficcin:
especulaciones acerca de las tendenciascomunistas de los mdicos
(h). El gobierno even-tualmente usara esta informacin para
insertaruna cua entre los mdicos de distintas institu-ciones y
fomentar una brecha generacional entrelos mdicos establecidos y
aquellos que termina-ban sus estudios universitarios.
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Figura 1. Documento desclasificado de la Direccin Federal de
Seguridad. Mxico DF, 8 dediciembre de 1964.
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Figura 1. Continuacin
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Figura 1. Continuacin
Fuente: Archivo General de la Nacin, Archivo de Seguridad
Nacional (13).
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Adems, los comentarios de los agentesrevelan que los mdicos se
topaban con proble-mas para crear una organizacin que abarcara
atoda la ciudad y aclaraban que, antes de la forma-cin del
movimiento mdico, no existan gruposorganizados dentro del mismo
hospital. Y losinformes revelan que los mdicos intentaron bus-car
apoyo aun fuera de los hospitales. Comoexplica este informe del 3
de diciembre:
Los internos y residentes estn tratando de lograr
el apoyo de los estudiantes de medicina de la
Universidad Autnoma de Mxico y para ello
varios de ellos tratan de convencer a los estu-
diantes de que den su apoyo; mientras que se
sabe que la razn principal para no darlo se debe
al hecho de que se encuentren en exmenes y
sera desatender los estudios por ahora (17).
Los informes de los agentes adviertenque si se dejara prosperar
dicha organizacin, dehecho, podra paralizar la Ciudad de Mxico
ytoda la nacin. Estas notas muestran que, a pesarde su torpeza, el
servicio de inteligencia mexicanoposea una buena comprensin inicial
del podersimblico de los mdicos en huelga. Un hechoque solo ms
tarde sera utilizado por los mismosmdicos, meses despus, al marchar
en protestapblica vestidos con sus batas blancas. Igualimportancia
poseen las transcripciones encontra-das entre algunos informes,
prueba clara de quese grababan algunas reuniones, se
intervenantelfonos y se colocaban micrfonos en los hoga-res. Es muy
inusual que como historiadores poda-mos poseer las palabras reales
de conversacionestelefnicas o reuniones privadas en las cuales
seplaneaban estrategias y se discutan accionesfuturas. Un
historiador puede utilizar estos infor-mes para analizar cmo una
queja personal seconvierte en una demanda global y cmo esta, asu
vez, se transforma en un movimiento. Uninvestigador del pasado
tambin puede trazarcmo una simple idea o sugerencia puede adqui-rir
un valor muy distinto cuando se lleva despusa una reunin o, en el
caso de los mdicos, a lascalles de la Ciudad de Mxico.
Tambin es interesante observar cmocomienzan a surgir claramente
lderes de la masainicial de mdicos y cmo el servicio secretoescoge
"encargarse" de cada uno de ellos (i). Los
agentes secretos comienzan a notar qu mdicoshablan
elocuentemente, cules logran callar a laaudiencia con su presencia,
y cules parecenejercer el control de los dems. Esto ltimo eramuy
importante y varios agentes lo comentan. Enlo poco que se ha
escrito acerca de la huelga demdicos, dos o tres de ellos a menudo
son sea-lados por haberse distinguido como lderes (j).No obstante,
lo que se ve en estos informes esque los mdicos jvenes estn
completamentealejados de aquellos a quienes los acadmicosanteriores
consideraban sus lderes naturales.Dicho de otra forma, los informes
del serviciosecreto son pruebas que desafan nuestra
anteriorcomprensin de las alianzas entre los mdicos. Apesar de que
otras fuentes de archivo, como pan-fletos, revelan el
distanciamiento entre ellos, sonestos informes estriles de
reuniones los queregistran un desaire personal, un aplauso
raquti-co cuando se presenta un mdico, o discusionesentre los
miembros de la mesa directiva que nohan transcendido en las
historias oficiales.
Rastrear los movimientos diarios y tenerlas "palabras" de los
individuos tienen obviamen-te un gran atractivo para los
historiadores. Perocuando se utilizan estas fuentes se debe
actuarcon suma cautela. Basarse demasiado abierta-mente en los
informes de inteligencia presentaproblemas obvios. En primer lugar,
es imperativotomar la parcialidad del escritor. Se pagaba a
losagentes para identificar el descontento potencialy a menudo se
exageraban ejemplos de proble-mas para que las aseveraciones fueran
ms cre-bles. Adems, y no es para sorprenderse, el nivelindividual
de experiencia y educacin de cadaagente determinaba el tipo de
informe que escri-bira. Mientras algunos agentes posean una
natu-raleza inquisitiva, buen ojo para los detalles yescriban
acerca de sus hallazgos en tono claro ypersuasivo, otros redactaban
en prosa casi incom-prensible con doble sentido y un ntido desdnpor
sus cargos privilegiados. Otros transcribanvolantes que han quedado
perdidos o destruidos,pero las palabras aun gramaticalmente
torpessobreviven en los reportes de los agentes secre-tos, como en
el fragmento siguiente:
ahora los mdicos que se enfrentan a la
explotacin capitalista de la burguesa mexica-
na encabezada por Daz Ordaz al no querer
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resolver el conflicto medico de una vez en
forma justa. Al aplastar el movimiento de los
camioneros, al darle a los campesinos metralla
en lugar de tierra y libertad y en una palabra al
defender sus intereses, al prolongar el hambre y
la insalubridad y la muerte lenta de nuestro
pueblo se revela como el enemigo principal de
este el gobierno invierte millones de pesos en
edificios pblicos y se niega a conceder un
justo aumento de salario a los mdicos. La uni-
dad de la lucha inquebrantable de todos los
explotado pondr punto final a la explotacin
del hombre por el hombre (18).
Aunque las ideas no sean claras lo ques llama la atencin es que,
en la lucha, a la parde campesinos, trabajadores y camioneros,
apa-recen los mdicos.
Otro de los problemas es que los infor-mes pasaban por una serie
de etapas de reescritu-ra antes de ser enviados al Presidente. Se
encuen-tra evidencia de borradores previos, con palabrastachadas y
sustituidas antes de que la versinfinal editada se enviara al
gobierno. No est clarosi el autor del primer informe tambin es el
edi-tor de las versiones siguientes, pero lo que squeda claro es
que, en algunos casos, cambia eltono o se eliminan detalles. Este
trabajo de edi-cin se vuelve especialmente problemtico eninformes
utilizados para demostrar que fuerzasde orientacin comunista haban
infiltrado elmovimiento y que intentaban desestabilizar aMxico
desde dentro.
Por ltimo, y tal vez lo ms importante,a pesar de lo errneo de
los informes del serviciosecreto, estos ofrecen una perspectiva
nicasobre las vidas de los mdicos. Esta no es unaproeza menor. Gran
parte de la historia registra-da de los mdicos, su trabajo y sus
actos enAmrica Latina y en el resto del mundo provienede sus
autobiografas o de informes detallados dehospitales y
pacientes.
Irnicamente, estos informes desclasifi-cados revelan que muchas
de las estrategiasgubernamentales contra los mdicos y el uso
deimgenes poderosas provenan de los mismosmdicos. Por ejemplo, el 7
de diciembre de 1964,un mdico annimo coment acerca de sus reser-vas
sobre unirse al movimiento porque, al noatender a los pacientes, no
quera formar parte deun "asesinato colectivo" del pueblo
mexicano(12). Meses ms tarde, el 1 de septiembre de1965, durante su
primer Informe de Gobierno a lanacin, el presidente Gustavo Daz
Ordaz amo-nest severamente a los mdicos en huelga, cali-fic al
movimiento mdico como criminal y llega catalogar a la huelga como
un "acto de homici-dio" (19), porque los mdicos le haban fallado
alpueblo mexicano al no cumplir su juramentosagrado de proteger la
vida. La ovacin con quefue recibido el pedido de Daz Ordaz de poner
final movimiento obvi el hecho de que las condi-ciones que haban
forzado a los mdicos jvenesa la huelga seguan sin cambio en la
mayora delos hospitales mexicanos.
NOTAS FINALES
a. A tono con los documentales y libros sobre ladcada, en 2007,
Routledge anunci la publica-cin de una nueva revista arbitrada: The
Sixties:A Journal of History, Politics, and Culture.
b. La cantidad de material sobre 1968 en Mxicoes extensa, aqu
solo cito los trabajos de SergioZermeo (1), Rubn Archiga Robles
(2), ElaineCarrey y Lyman L. Johnson (3).
c. Comentarios de Miguel Cruz. Entrevista perso-nal realizada
por la autora de este trabajo, enCiudad de Mxico, el 29 de junio de
2009.
d. La protesta de los mdicos canadienses se vin-cula a la
implementacin de una cobertura mdi-ca universal dentro de la cual
los beneficios eco-nmicos que haban gozado hasta esos
tiemposquedaran bajo control del Estado. Ver el trabajode Robin
Wolfe y Samuel Badgley (5).
e. Traduccin propia de la autora.
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f. Sobre la "guerra civil" entre la profesin mdi-ca
norteamericana ver Paul Starr (6). Para unaperspectiva ms completa
de la jerarqua entre laprofesin y sus tensiones ver el captulo 3:
"Themedical division of labor", de Elliot Friedson (7).
g. Es difcil calcular el tamao exacto del materialde archivo ya
que los archivos sobre individuosno son pblicos.
h. Se prepar, por ejemplo, un listado con elnombre y domicilio
de "mdicos comunistas que
han participado en movimiento mdico" aunqueno queda claro cul
era la medida que se tomabapara determinar su predileccin poltica
(16).
i. Era prctica comn ofrecer a los oradores elo-cuentes una beca
inesperada para alguna presti-giosa universidad estadounidense o
europea.
j. Ver sobre todo Democracia en blanco (11), enel cual se seala
como lderes del movimiento ados mdicos jefes de hospital.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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[Documento desclasi-ficado]. Localizado en: Archivo General de
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DF; Galera 1, Exp.50-1, L3, f. 242- 244.
15. Direccin Federal de Seguridad. AsociacinMexicana de Mdicos
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Recibido el 6 de septiembre de 2010
Versin final presentada el 19 de noviembre de 2010
Aprobado el 22 de diciembre de 2010
FORMA DE CITAR
Soto Laveaga G. Mdicos, hospitales y servicios de inteligencia:
el movimiento mdico mexicano de 1964-1965 a
travs de reportes de inteligencia. Salud Colectiva.
2011;7(1):87-97.