Top Banner
Claudia Rosas, en su perspectiva histórica de los Andes, (2013: 29-65) muestra cómo la emergencia y el prestigio de la ciencia y la medicina moderna en los siglos xv iii y xix comenzaban «a tachar de embusteros, maleros y charlatanes» a los curanderos andinos, proceso que también ocurrió en Mesoamérica y sigue vigente en ambas regiones en la actualidad. Pero, al mismo tiempo, hay iniciativas positivas que reconocen el valor de la medicina popular en el campo de la salud. Según Ladislao Landa y Carmen Cazorla (2013: 249-300) en su estudio del curanderismo surandino, la expresión «medicina tradicional» es «una reivindicación que ciertos cultores […] exigen para cimentar un reconocimiento similar al de la medicina formal institucionalizada por el Estado». A su vez, en la costa norte del Perú, César Gálvez (2013: 169-210) nos relata que, desde 1994, se han realizado cuatro encuentros de curanderismo donde «se articularon el aspecto académico y el práctico (demostrativo), mediante el trabajo conjunto de los maestros curanderos y los investigadores, en un escenario de mutuo respeto y colaboración» que incluyó la participación de las comuni- dades y autoridades locales además de estudiantes de antropología y medicina. Para elaborar las conclusiones de estos encuentros, se formó una comisión interdisciplinaria que redactó un resumen de Douglas Sharon y Rainer Bussmann Jardín Botánico de Missouri Medicina tradicional y medicina moderna en México y el Perú: valorización y explotación
33

Medicina tradicional y medicina moderna en México y el Perú: valorización y explotación

May 13, 2023

Download

Documents

Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

Claudia Rosas, en su perspectiva histórica de los Andes, (2013: 29-65) muestra cómo la emergencia y el prestigio de la ciencia y la medicina moderna en los siglos xviii y xix comenzaban «a tachar de embusteros, maleros y charlatanes» a los curanderos andinos, proceso que también ocurrió en Mesoamérica y sigue vigente en ambas regiones en la actualidad. Pero, al mismo tiempo, hay iniciativas positivas que reconocen el valor de la medicina popular en el campo de la salud.

Según Ladislao Landa y Carmen Cazorla (2013: 249-300) en su estudio del curanderismo surandino, la expresión «medicina tradicional» es «una reivindicación que ciertos cultores […] exigen para cimentar un reconocimiento similar al de la medicina formal institucionalizada por el Estado».

A su vez, en la costa norte del Perú, César Gálvez (2013: 169-210) nos relata que, desde 1994, se han realizado cuatro encuentros de curanderismo donde «se articularon el aspecto académico y el práctico (demostrativo), mediante el trabajo conjunto de los maestros curanderos y los investigadores, en un escenario de mutuo respeto y colaboración» que incluyó la participación de las comuni-dades y autoridades locales además de estudiantes de antropología y medicina. Para elaborar las conclusiones de estos encuentros, se formó una comisión interdisciplinaria que redactó un resumen de

Douglas Sharon y Rainer BussmannJardín Botánico de Missouri

Medicina tradicional y medicina moderna en México y el Perú: valorización y explotación

Page 2: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[426]

las características y aportes a la sociedad de los practicantes del curanderismo.

Iniciativas de esta índole han sido alentadas por la Organización Mundial de Salud (oms) que en su Declaración de Alma Ata en 1978 proponía «salud para todos en el año 2000». Al reconocer que países en vías de desarrollo no podían proveer fármacos y servicios de medicina moderna a la mayoría de sus poblaciones, la oms proponía una evaluación de todos los «recursos para la salud», en particular esos designados «tradicionales», y hacer todo lo posible para fomentarlos y diseminarlos. Esta propuesta resultó ser una espada de doble filo. Por un lado, apoyaba esfuerzos de valorar la medicina tradicional e incluirla dentro del ámbito de la medicina oficial. Por otro lado, al tratarla como un «recurso» alentaba su explotación.

El caso de MéxicoCori Hayden (2003: 113-116) traza el impacto de la Declaración de Alma Ata en México. En 1975, el Presidente Luis Echevarría estableció el Instituto de Plantas Medicinales (imeplam), inaugu-rando, con ello, una era de reconocimiento oficial de la medicina tradicional como un recurso legítimo para la investigación integrada a la ciencia y a la terapia. Fue un esfuerzo para revigo-rizar el Instituto Nacional Médico (1888-1910) que intentó fomentar una industria farmacéutica en México a base de conoci-mientos indígenas y populares. Abigail Aguilar, ex-directora del herbario nacional, subrayó el impacto positivo de la oms:

Lo que sucede es que nadie estudia lo que tiene. Todos devalúan lo que tienen, especialmente en países como México donde hemos sido conquistados y tenido [sic] otra cultura impuesta, hablando históricamente. Por eso, en el caso de México, hay un complejo histórico en que todo lo que olía de plantas no valía nada. Investigadores médicos modernos no tuvieron mucho interés en ese tipo de recurso […] hasta que oían lo que

Page 3: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[427]

la oms decía en los años 70. Eso pegó en muchos países, defini-tivamente pegó aquí, especialmente porque imeplam ya estaba establecido. (Hayden, 2003: 113-114)

Cuando Echevarría cesó su presidencia, imeplam fue absorbido dentro del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), la agencia gubernamental encargada de salud pública. El imss estableció el herbario de muestras de plantas medicinales, encabezado al principio por Abigail Aguilar, quien coordinó proyectos para instruir a médicos y otros profesionales de salud en cuanto a plantas medicinales. Mientras tanto, el nombre del imeplam fue cambiado varias veces hasta terminar con su nombre actual: Centro de Investigación Biomédico del Sur (cibis), con sede principal en Cuernavaca, donde su enfoque es la producción de medicinas herbolarias o fitomedicinas por medio de la investigación interdisciplinaria. Estos remedios son de «baja tecnología», pues no requieren el aislamiento de componentes «activos», ya que se utiliza, en cambio, la mayor parte de la planta natural.

La metodología aplicada por cibis contrasta con la «alta tecnología» de la bioprospección, propuesta por la industria farmacéutica internacional en su afán de desarrollar fármacos a base de plantas medicinales y conocimientos tradicionales que se encuentran principalmente en países en vías de desarrollo. El 20 de febrero de 1997, Hayden (2003: 115) tuvo una entrevista con Miguel Antinori, una autoridad eminente del cibis, quien denigró los convenios de bioprospección por usar los químicos mexicanos como «labor barata» que enviaba extractos al extranjero para realizar trabajo «más sofísticado». Agregó que: «Es difícil ver una aserción de identidad nacional en estos contextos; en el norte solamente ven a México como una fuente de materiales crudos y decididamente no como colaboradores o socios en la investigación. ¿Por qué no ubican mucho más del proceso de desarrollo aquí? Porque no confían en la ciencia mexicana».

Page 4: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[428]

A fines de los años 90, la antropóloga norteamericana Cori Hayden (2003) llevó a cabo un estudio etnográfíco sobre un convenio de bioprospección que comprendió el periodo de 1993 a 2003 entre la Universidad de Arizona, junto con sus socios farmacéuticos, y un equipo de investigadores interdisci-plinarios en materia de plantas medicinales de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), encabezado por el etnobotánico Robert Bye. Bajo los términos de este convenio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU (nih), dentro del International Cooperative Biodiversity Group (icbg), los investigadores de la unam enviaron extractos de plantas medicinales mexicanas a los Estados Unidos a cambio de fondos para la investigación y promesas de un porcentaje de las ganancias de 10 a 20 años en el futuro; si una droga eficaz saliera de la colaboración. Impulsado por el Convenio de Diversidad Biológica (cdb) de las Naciones Unidas (1992), el proyecto también fue diseñado para juntar conocimientos etnobotánicos y dirigir una parte de las ganancias posibles a las comunidades que proveyeren las plantas medicinales.

Hayden (2003: 108, 116-122) describe situaciones complejas que surgieron durante el proyecto icbg-unam, en particular los efectos paradójicos de las normas para compartir los beneficios propuestos por la metodología de la bioprospección que está fuertemente influenciada por la ideología del neolibe-ralismo, tan arraigada en los Estados Unidos. Para la nih, las normas exigieron que los investigadores científicos tuvieran que firmar contratos con cada individuo que proporcionara plantas. Los proveedores —e implícitamente sus comunidades— fueron vistos como presuntos «autores» y «conservacionistas» del recurso de las plantas y como beneficiarios.

Los etnobotánicos de la unam —fundamentándose en una metodología de investigación científica bien establecida durante 100 años y 500 años de hibridación que produjeron «la herbolaria mexicana» sincrética y mestiza— interpretaron las normas de

Page 5: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[429]

la nih de tal manera que implicaba que la colección inicial de plantas tuviera que realizarse en los mercados urbanos y a los lados de los caminos rurales. Esta interpretación iba en contra de una asunción fundamental de la bioprospección, que presume que las plantas y los conocimientos asociados deben ser recopilados en «comunidades» y «vienen con» autores, conservacionistas y beneficiarios claramente identificados. Contrastando marca-damente con esta visión, el equipo de Bye, en los primeros años del proyecto icbg-unam, usaba una combinación de estudios de mercados, reseñas de la voluminosa literatura etnobotánica mexicana, el Atlas de Plantas Medicinales del Instituto Nacional Indigenista (ini) en 5 tomos, y sus propios estudios históricos y etnobotánicos para buscar plantas potencialmente «activas». Hayden (120-121) indica que, para Bye y sus colegas, el concepto de autores no fue factible:

Dado que las plantas medicinales constituyen un «legado común» […] las Organizaciones No-Gubernamentales (ongs) y organizaciones de productores locales deben ser vistos como interlocutores apropiados en vez de, por ejemplo, curanderos locales […] Por eso, en lugar de lo que pudiéramos llamar el modelo de bioprospección tipo «aprendiz del chamán», Bye no buscó los «autores» o «dueños» de algo llamado conocimiento tradicional como sus «participantes locales» sino el nuevo tipo de empresa de comunidad […] pequeñas empresas artesanales, iniciativas comunitarios de educación, cooperativas dedicadas a cultivar y comercializar plantas medicinales para mercados locales y regionales.

El caso del PerúEn el Perú, la recomendación de incluir la medicina tradicional en la medicina oficial encontró mucha resistencia al principio. El Dr. Fernando Cabieses (2000) describe la lucha para imple-mentar los principios de la oms en Perú, junto con el Dr. Carlos

Page 6: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[430]

Alberto Seguín, un psiquiatra social mundialmente reconocido, quien abogó por la incorporación de la psicoterapia tradicional del curanderismo en la estructura institucional moderna. En 1979, ambos organizaron el Primer Congreso de Medicina Tradicional con base en los principios de la Declaración de Alma Ata. Como resultado de tal noción tan «descabellada» (48), los pioneros casi fueron expulsados del prestigioso Colegio Médico del Perú. Además, el Ministro de Salud declinó la invitación para participar en la inauguración del evento.

A pesar de estos contratiempos, el congreso fue un éxito con participantes de 23 países y sesiones en Lima, Iquitos y Cusco. Sin embargo, pocos médicos asistieron. A partir de los excelentes resultados del primer congreso, en 1988, el Dr. Cabieses presidió en Segundo Congreso Mundial de Medicina Tradicional. Esta vez todo fue diferente. Hubo 4000 participantes de 41 países del mundo. El Ministro de Salud, el Decano del Colegio Médico y el Alcalde de Lima participaron en la ceremonia de inauguración, junto con una gran delegación de autoridades universitarias. En esa oportunidad, surgió la recomendación del Congreso de establecer un instituto de medicina tradicional dentro del Ministerio de Salud, lo que resultó en la fundación del Instituto de Medicina Tradicional (inmetra) en 1991, con el Dr. Cabieses como el primer director por una década.

Durante el tiempo que el Dr. Cabieses dirigió el Instituto Nacional de Medicina Tradicional, desempeñó un papel funda-mental en la coordinación de una red de 16 jardines botánicos en el Perú que incluyó el cultivo de las plantas medicinales utilizadas por los yerbateros y curanderos tradicionales de Perú. También organizó la participación de parteras en un programa de salud materno-infantil y facilitó la investigación científica de la medicina tradicional al armar una base de datos de los usos de las plantas medicinales, coordinado con napralert. Esta colaboración resultó en la publicación de 200 monografías. Lastimosamente el gobierno suspendió estos programas en 2001.

Page 7: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[431]

En los últimos años de su vida, desde su puesto como rector de la Universidad Científica del Sur, Cabieses (2007) publicó su magnum opus sobre la medicina en el Perú antiguo. También fue un crítico fuerte de la apatía de las instituciones guberna-mentales en cuanto a la protección de los biorecursos de la nación. En su libro Hoy y Ayer: las plantas medicinales (2003), esbozó la historia lamentable de la falta de legislación peruana apropiada referente a las plantas medicinales durante los años 90. Señaló que el Perú siguió las recomendaciones de la Administración Federal de Alimentos y Drogas de EE.UU (usfda), sobre las que sustentó que fueron totalmente inaplicables: situación previsible debido a la naturaleza «bicultural» de la sociedad peruana, donde la visión del mundo de la ciencia moderna predomina sobre la «cosmovisión» tradicional. Para él eso ocurrió a pesar del hecho de que, desde los años 80, la Organización Mundial de la Salud (oms) repetidamente había formulado y refinado pautas para la protección apropiada y el desarrollo sostenible de plantas medicinales y los conocimientos indígenas asociados. Sin embargo, la mayoría de estas recomendaciones fueron sistemáticamente ignoradas por el gobierno peruano. Con base en su perspectiva personal sobre este asunto, Cabieses (118) citó a un Ministro de Salud que decía que la medicina tradicional y las plantas medicinales «no valen nada», y que el estudio de ellas fue «una pérdida de dinero y esfuerzo». Terminó su libro (120), contrastando el interés renovado de los europeos en cuanto a las plantas medicinales con la actitud peruana:

Pero aquí en Perú es distinto. La falta de información y una deficiencia de investigación, educación y práctica médica en cuanto al uso de plantas medicinales agravia el hecho de que más que nueve millones de seres humanos, una tercera parte de nuestra población, de hecho tienen como su único recurso médico[…] los recursos vegetales que los rodean. El gran incógnito en nuestro sistema de salud pública es porque tantos

Page 8: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[432]

médicos hacen tanto esfuerzo para excluir de su actividad terapéutica el único recurso que puede controlar el sufrimiento

—para no mencionar los males— de un sector tan importante de nuestra población.

A pesar del pesimismo del Dr. Cabieses, durante la década de 2000, hubo progreso en cuanto a la legislación peruana referente a plantas medicinales. En 2004, un foro organizado por el Congreso Peruano y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (spda, una ong de abogados especializados en leyes sobre el medio ambiente) mostró que había solicitudes, pendientes o aprobadas, de patentes para 19 plantas peruanas realizadas por empresas extranjeras, pero el gobierno no proporcionaba los recursos necesarios para determinar si las patentes solicitadas cumplían con los requisitos de las leyes respectivas (Venero, 2005: 53). Además, una variedad de asuntos importantes fueron discutidos, entre ellos la propiedad intelectual (Bazán, 2005: 21-35), la biopiratería norteamericana de la quinua (cereal de alta proteína) (Caillaux, 2005: 36-47), la ley para la protección de la biodiversidad peruana y los conocimientos colectivos de los pueblos indígenas aprobada en 2002 (Morales, 2005: 48-49) así como los esfuerzos para anular la patente norteamericana sobre la maca que se usa contra la impotencia (Venero, 2005: 50-55). El tema de los alimentos genéticamente modificados fue apenas señalado (Agurto, 2005: 71-72), asunto preocupante que el foro anticipó iba a salir como resultado del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el cual al Perú estaba negociando en ese entonces.

Durante las deliberaciones del foro, las palabras del panelista Jorge Agurto (2005: 71) enfocaron el problema central cuando se trata de comunidades étnicas:

El problema que subyace de la biopiratería es el del reconoci-miento de los derechos de los pueblos indígenas y comunidades.

Page 9: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[433]

Muchas veces éstos han quedado excluidos y marginados de las políticas de los Gobiernos. Incluso el día de hoy podemos encontramos con congresistas que desconocen la existencia de los pueblos indígenas o no los reconocen como titulares de derecho. Es imposible hablar de biopiratería si no defendemos a los titulares de muchos de los recursos genéticos, a aquellos que han logrado la domesticación, el conocimiento, la tecnología para utilizar sosteniblemente la biodiversidad. Ellos son titulares también del consentimiento informado previo, derecho fundamental para conocer cuáles son los objetivos de la exploración y la explotación de sus recursos y conocimientos tradicionales y las consecuencias o beneficios potenciales que puede traer el uso industrial, comercial o científico.

La antropóloga española Luisa Abad (2003: 274) en su libro Etnocidio y resistencia en la Amazonía peruana concluye que el desarrollo nacional e internacional contribuye a la marginalización de pueblos indígenas «subdesarrollados, en vías de desarrollo, Tercer Mundo, Norte-Sur […] quizás el lenguaje ha ido cambiando en estos tiempos y la terminología ha ido adaptándose a hábitos parcialmente nuevos, pero la realidad desigual, jerárquica permanece igual, puesto que quienes ejercen el poder siguen siendo los mismos. La ayuda internacional también sigue fomentando un desarrollo desigual entre los pueblos».

Agravando la situación en cuanto a la biopiratería, el 28 de marzo de 2009, Somos, la revista del prestigioso periódico El Comercio, publicó que, bajo los términos del Tratado de Libre Comercio entre el Perú y los Estados Unidos, se hicieron peticiones de empresas farmacéuticas de EE.UU. con la finalidad de recibir «protección exclusiva» para alegados «nuevos productos» sin tener que probar que calificaron bajo ley o si habían recibido licencias o patentes (Chumpitas, 2009).

Un ejemplo clásico de que una mano no sabe lo que hace la otra fue revelado el 16 de julio de 2009 cuando Zoraida

Page 10: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[434]

Portillo de SciDev.Net reportó que el Perú había negado patentes a Francia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos porque sus nuevos productos fueron desarrollados utilizando conocimientos de la medicina tradicional. Los rechazos emanaron de la Comisión Nacional Contra la Biopiratería que fue propuesta en el Foro del Congreso Peruano de 2004 y aprobada más tarde el mismo año. Sin embargo, el reporte de Portillo terminó citando a Michel Pimbert del Instituto Internacional del Desarrollo y del Ambiente: «Sería ingenuo pensar que gobiernos nacionales automáticamente compartirán con comunidades locales cuando la biopiratería es prevenida o la compensación es obtenida». A pesar de eso, en 2010, solicitudes para 69 plantas estuvieron bajo investigación, 17 casos de biopiratería habían sido identificados y siete peticiones fueron desaprobadas (Smallwood, 2011: 36-37).

Durante los últimos años que Fernando Cabieses fue director de inmetra, emergió otra iniciativa en cuanto a un acercamiento entre aspectos de la medicina tradicional y la medicina oficial. En 1999, el sistema del seguro social peruano, EsSalud, con apoyo de la oms y la Organización Panamericana de Salud (ops) desarrolló el Programa Nacional de Medicina Complementaria (pronamen). Se fundaron tres Centros de Atención de Medicina Complementaria (camecs), ubicados en los centros urbanos más poblados del Perú (Lima, Arequipa y Trujillo). En 2012, hubo 26 centros en el país y 25 unidades médicas menores.

En el año 2000, auspiciado por la ops, el pronamen realizó una investigación que comparaba el uso de la medicina complementaria y la medicina alopática en las clínicas y hospitales del sistema del seguro social peruano. Los investigadores realizaron 337 entrevistas con los pacientes durante un año —de los cuales 170 fueron tratados con la medicina complementaria y 167 con la medicina alopática—. Analizaron tratamientos para la osteoartritis, el dolor de la espalda, la neurosis, las

Page 11: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[435]

úlceras duodenales, la tensión, las migrañas y la obesidad. Los resultados mostraron que en 95% de los casos revisados el costo de la medicina complementaria fue menor que el de la medicina alopática. Además, para cada criterio de evaluación —la eficacia, la satisfacción del cliente y la reducción de los riesgos futuros— la medicina complementaria demostró ser mejor que la terapia convencional. La medicina complementaria tuvo menos efectos secundarios y mejores resultados según los pacientes, además de ser más rentable que la terapia convencional (EsSalud / ops, 2000).

Una modalidad de tratamiento —inspirada por la medicina tradicional china— fue la fitoterapia, la cual es descrita en el Manual de Fitoterapia (2001) compilado por Martha Villar, la directora actual de EsSalud-camec y Oscar Villavicencio, bajo los auspicios de la oms. El manual resume la literatura científica sobre la botánica, la fitoquímica y la farmacología de 76 plantas medicinales. Expone las categorías de enfermedades tratables por especies vegetales además del control de calidad y normas bioagrícolas sostenibles. En 2009, se inició un programa piloto en las clínicas de Lima, Arequipa y Trujillo que usó 20 de las 76 plantas medicinales estudiadas (Fernández, 2009). EsSalud también formó el Instituto de Medicina Tradicional (imet) en Iquitos, donde colabora con curanderos nativos en investigar las propiedades de plantas medicinales. Y, en 2010, Martha Villar colaboró con el Colegio Médico del Perú en la organización del vii Congreso Nacional de Medicina Tradicional / ii Congreso Mundial de Medicina Natural / i Congreso Andino de Medicina Tradicional, Natural y Alternativa, apropiadamente nombrado «Dr. Fernando Cabieses Molina».

Una respuesta innovadora al reto de articular una colaboración equitativa entre la medicina tradicional y la medicina moderna ha sido desarrollada por el Centro de Medicina Andina (cma) en Cusco. Fundado en 1984 por profesionales de salud con experiencia extensiva en comunidades quechuas, la metodología

Page 12: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[436]

pragmática de cma involucra «capacitación mutua» entre profesionales, curanderos y parteras.

Los objetivos del Centro hasta 1992 incluyeron: «1) Avanzar hacia un sistema de salud que favorezca a las mayorías del pueblo donde se complementan la Medicina Natural-Popular y la moderna. 2) A través del estudio y la aplicación de la Medicina Natural-Popular crear una base científica para su desarrollo». Entre sus objetivos, a partir de 1992, están: «1) Revalorar y rescatar la Medicina Andina para contribuir a su mejor utilización y reconocimiento dentro de un sistema de salud alternativo al alcance de la mayoría de la población. 2) Investigar, experimentar, sistematizar y difundir las experiencias y conocimientos de la Medicina Andina. 3) Fomentar el debate, intercambio y coordinación entre personas e instituciones que trabajan en el campo de la Medicina Natural-Popular. 4) Rescatar los alimentos andinos para elaborar una propuesta y así mejorar la alimentación».

Programas del cma incluyen: 1) Educación: Capacitación «campesino a campesino» a promotores de salud de la comunidad y grupos de mujeres en colaboración con universidades locales y el Ministerio de Salud (minsa); 2) Medicina y Antropología Médica: Epidemiología regional y evaluaciones clínicas de trata-mientos naturales además de etnografías y publicaciones sobre aspectos culturales y cosmovisión de la Medicina Andina; 3) Etnobotánica y Fitoterapia: Colección e identificación de 3740 plantas además del desarrollo de un herbario y laboratorio certi-ficado que ha llevado a la producción y comercialización de seis medicinas naturales (Sánchez Garrafa y Sánchez Garrafa, 2009).

Bioprospección, biodiversidad y etnobotánicaMoran, King y Carlson (2001) esbozan la emergencia de la bioprospección. El 5 de junio de 1992, para aliviar la pérdida de la flora y fauna de la tierra, fue inaugurada la Convención de Diversidad Biológica (cdb) durante la Cumbre de la Tierra en Río

Page 13: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[437]

de Janeiro, Brasil. Los objetivos de la cdb son: 1) conservación de la biodiversidad, 2) uso sostenible de los componentes de la biodiversidad y 3) participación equitativa en los beneficios derivados del uso comercial de recursos genéticos.

Para los países en vías de desarrollo que son ricos en cuanto a la biodiversidad, el aspecto más crítico de la cdb es la soberanía de los gobiernos nacionales sobre los biorecursos, ya que el tratado reconoce su derecho a regir y cobrar a acceso a agentes externos por el acceso a su biodiversidad. El componente que se refiere a la soberanía intenta reemplazar el paradigma de la «herencia común» que permite el acceso ilimitado a los biorecursos. El ideal buscado por este cambio de paradigma debiera balancear la manera en que todos los grupos interesados e involucrados puedan beneficiarse del uso de la biodiversidad por medio de un reconocimiento de los valores económicos, socioculturales y ambientales de los biorecursos y el costo de su conservación.

En el transcurso del tiempo desde el inicio de la cdb, pocas de las naciones signatarias han introducido en su legislación el requerimiento de recompensa para acceso comercial foráneo a sus biorecursos nacionales. A pesar de la recepción bastante tibia de la cdb por las naciones del mundo, el cambio de conciencia en cuanto a la deforestación de los trópicos proveyó una oportunidad para los etnobotánicos de afirmar que todo el mundo tiene un interés en conservar las selvas tropicales porque podían contener compuestos para curar el cáncer, el sida y otras enfermedades, una aserción afirmada por varios autores (Schultes y Raffauf, 1990; Elisabetsky y Castilhos, 1990; Plotkin, 1993; Schultes, 1994; Brown, 2003). Además, ingresos derivados de la medicina tradicional fueron percibidos como un instrumento para aliviar la pobreza y financiar la conservación (Reid, 1993; Mooney, 1993; Baker y otros, 1995). Sin embargo para sus críticos, en unos cuantos años, la etnobo-tánica —visto al principio como un instrumento que podía salvaguardar a la biodiversidad y de los conocimientos tradi-

Page 14: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[438]

cionales de su disminución— sencillamente había llegado a ser un facilitador para el robo cometido por la biopiratería.

En su libro Who Owns Native Culture? el antropólogo Michael Brown (2003) tiene un capítulo titulado “The Ethnobotany Blues” que documenta proyectos de alto perfil en África y América Latina en los primeros años de la década de 1990. Fueron organizados bajo la iniciativa norteamericana llamada International Cooperative Biodiversity Group (icbg, Grupo de Cooperación Internacional sobre Biodiversidad) administrada por el Fogarty International Center for Advanced Study in the Health Sciences (Centro Internacional Fogarty para Estudios Avanzados de las Ciencias de Salud) de los National Institutes of Health (nih, Institutos Nacionales de Salud), con financiamiento adicional del National Science Foundation (nsf, Fundación Nacional de las Ciencias) y la U.S. Agency for International Development (usaid, Agencia Internacional para el Desarrollo). Los proyectos involucraron tanto asociaciones de científicos norteamericanos y de los países anfitriones como empresas farmacéuticas mayores inclu-yendo Monsanto, Bristol-Myers Squibb y American Cynamid. En el icbg-Perú, Brown describe la relación problemática entre Washington University (St. Louis) y el grupo étnico Aguaruna, criticando las «intervenciones paternalistas que dejan a la comunidad indígena al margen de los procesos de tomar decisiones y de recibir ganancias» (114). En México, él documenta cómo icbg-Maya fue clausurado por una organi-zación de curanderos indígenas y sus aliados activistas que reclamaron que el proyecto fue un esfuerzo para robar recursos y conocimientos indígenas, es decir, un caso de biopiratería. Asimismo, Brown traza el fracaso de Shaman Pharmaceuticals (una empresa de California que fracasó en 1999) cuando trató de adaptar la bioprospección etnobotánica al paradigma de la «bala mágica» de la industria farmacéutica.

Page 15: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[439]

Ex-empleados de Shaman Pharmaceuticals, Moran, King y Carlson (2001) discuten la ironía de esta situación, indicando que la mayoría de la industria biotecnológica no está involu-crada en la bioprospección, ya que muchas empresas favorecen el uso de tecnologías sintéticas porque son baratas y rápidas, en comparación con el complicado proceso involucrado en la exploración para la obtención de productos naturales. A pesar de esta realidad, la biotecnología genera debates éticos, sociales y jurídicos al margen de la bioprospección farmacéutica; por ejemplo, la colaboración entre los negocios grandes y la ciencia grande, la ética de la ingeniería genética y el proceso de patentar las formas de vida además de ideas acerca de la genética y el racismo, cultura y etnicidad, etc. Sin embargo, es significativo notar que, desde la inauguración de la cdb, ningún producto de la bioprospección desarrollado mediante el uso de los conocimientos tradicionales ha generado una ganancia económica; pero eso no quiere decir que no impidan o co-opten los esfuerzos de hacer llegar productos naturales al mercado. También, solo un número pequeño de expediciones de inves-tigación y bioprospección comienzan con la etnobotánica como una metodología de descubrimiento, pero el trabajo evoluciona rápidamente hacia la botánica económica en la cual el enfoque del laboratorio enfatiza la química, la bioactividad y la farmacología/toxicología de las plantas. Durante el proceso de descubrimiento de drogas, los componentes químicos activos son aislados, frecuentemente modificados y patentados. Entonces, la información patentada llega a ser un producto en sí mismo.

El investigador peruano en el campo farmacéutico Pedro Angulo (2009) discute sobre nuevos planteamientos en la investigación de plantas medicinales contrastando metodologías occidentales y orientales. Por ejemplo, mientras Occidente despreció la información y la sabiduría popular desarrolladas durante siglos por las culturas locales, Oriente utilizó estos conocimientos como base paradigmática de su modelo de

Page 16: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[440]

ciencia. Mientras Occidente recurrió exclusivamente al modelo cartesiano de escepticismo científico, Oriente recurrió a su pragmatismo característico y, apoyándose en la tradición, formalizó el uso de plantas y después lo investigó. Mientras Occidente usó el camino de la investigación básica e ignoró los conocimientos tradicionales en el diseño de estudios artificiales, donde aísla compuestos químicos y evalúa la toxicidad y modo de acción para llevar los productos a la clínica después, Oriente usó una estrategia inversa, pues valoró la tradición popular y aplicó remedios y terapias originales en la clínica médica, para luego investigarlos y refinarlos para el uso general. Mientras Occidente planteó como paradigma básico el análisis de los componentes de las plantas por separado para la extracción, estudio y síntesis de las propiedades, Oriente reconoció la acción de los medicamentos herbolarios «como un todo» y buscó industrializarlos, recurriendo a la tecnología moderna.

Como resultado de los factores arriba mencionados, en el estudio de plantas medicinales, la ciencia occidental ha desarrollado una metodología de quimiotaxonomía y auguran que solo mediante el conocimiento químico de las especies se descubre la distribución de principios activos. Esto ha llevado al énfasis corriente en los procedimientos de la química sintética para el desarrollo de medicinas modernas. Angulo indica que, al seguir el modelo occidental para la investigación farmacéutica promovido por las empresas europeas y norteamericanas, Perú ha accedido a la noción que países como el Perú y México no se cuentan con los recursos técnicos y económicos suficientes para competir con los consorcios farmacéuticos extranjeros en el desarrollo de nuevos medicamentos. En consecuencia, estos países, con pocas excepciones, han menospreciado el conocimiento popular de las sociedades indígenas sobre las propiedades y usos de las plantas medicinales. Al mismo tiempo, han descuidado el desarrollo nacional de la investigación viable de la etnobotánica y

Page 17: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[441]

la etnofarmacología. De acuerdo con la opinión de Elaine Elisabetski (1988), Angulo (p. 363) sugiere que:

Ese conocimiento tradicional debe ser la base para el desarrollo de drogas, ya que esto incluye el conocimiento del valor terapéutico de la f lora. Por lo tanto, el conocimiento de las prácticas médicas tradicionales juega un rol crucial para la selección de especies a ser posteriormente consideradas como fuentes potenciales de drogas universalmente aplicables. Elisabetski concluye que la interacción entre la antropología y la etnofarmacología es la base sobre la cual se debe desarrollar la investigación holística sobre plantas medicinales en particular, y el cuidado de la salud en general.

Manek y Lettington en Cultural Survival Quarterly (2001) recalcan que cuando la cdb se enfocó en los conocimientos tradicionales e indígenas relacionados con el ambiente, eludieron algunos de los aspectos más políticamente cargados de polémica sobre derechos de propiedad intelectual indígena. El impacto mayor sobre las preocupaciones por los derechos de comunidades indígenas y locales se puede trazar al ascenso voluble de la biotecnología en el mercado internacional y la versión de 1995 del Convenio de Aspectos Comerciales de Derechos de Propiedad Intelectual (trips) de la Organización de Comercio Internacional (wto). Paradójicamente, estos dos factores han creado un potencial mercado grande para los conocimientos y recursos locales e indígenas mientras que, al mismo tiempo, causan preocupaciones en cuanto al riesgo de que estos recursos sean sujetos a una malversación. Por eso, los conocimientos tradicionales están recibiendo una mayor atención internacional en términos de su relación con los derechos humanos, además de su relevancia para la ciencia moderna. Esta situación ha creado presiones opuestas que abogan por los derechos de pueblos indígenas y locales, por un lado, y la

Page 18: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[442]

explotación continua por el otro. Moran, King y Carlson (2001), junto con Greaves (1995), Brush y Stabinsky (1996) indican que el problema más grande del sistema de propiedad intelectual es su enfoque en los aspectos materiales de los conocimientos tradicionales, a costa de los aspectos culturales. Abogan por el reconocimiento de visiones del mundo alternativas en la formu-lación de nuevos derechos para los conocimientos indígenas que sean locales, relevantes y eficaces.

En su artículo en Cultural Survival Quarterly, Bannister y Barrett (2001) afirman que la bioprospección es un tipo de botánica económica que puede ir en contra de los objetivos etnobotánicos de proteger la diversidad biológica y cultural. El enfoque de esta actividad subraya la problemática en relación con los derechos indígenas, los conocimientos culturales y recursos tradicionales, asuntos donde las normas de protección de la propiedad intelectual son inadecuadas e inapropiadas. Sin embargo, las comunidades indígenas se encuentran con mayor frecuencia obligadas a emplear los derechos de la propiedad intelectual para proteger estos recursos. Los asuntos de protección deberían ser abordados mucho antes del momento en que el empleo de mecanismos de propiedad intelectual parecen ser la única alternativa. Un control considerable ocurre en el momento de tomar la decisión acerca de la publicación de los conocimientos pertinentes y su diseminación en el sector público, lo que plantea cuestiones importantes acerca de la facilitación de la apropiación de los conocimientos culturales. Los autores abogan por un modo de proceder más «precavido» en cuanto a la investigación etnobotánica con el fin de ayudar a las comunidades indígenas y locales a proteger su herencia cultural y sus derechos de propiedad intelectual.

Probablemente, la mayor preocupación en muchas comunidades tradicionales es que sus legados espirituales sean secularizados y profanados por el mundo externo con su ética de consumismo. Sin embargo, frecuentemente consideraciones económicas muy

Page 19: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[443]

legítimas también desempeñan un papel importante en las reacciones defensivas de estas sociedades al deseo bien intencionado, pero ingenuo, del mundo académico de poner sus conclusiones al alcance del sector público. Brush y Stabinsky (1996) y Greaves (1995) advierten que el peligro inherente de esta forma de proceder es que un «archivo colonializador» puede ser «minado» para obtener pistas en la búsqueda de nuevas drogas sin la molestia de realizar trabajo de campo o incluir a la comunidad local en los beneficios de los productos finales de la investigación. Pero, al mismo tiempo, al poner los hallazgos científicos en el dominio público puede convertirlos en «no-patentables».

Aunque reconocemos las preocupaciones genuinas acerca del neocolonialismo y la biopiratería, sostenemos que cada situación tiene que ser considerada con sus propios parámetros, especialmente en cuanto a su contexto cultural específico. Un primer paso en el proceso de evaluación debe involucrar la distinción importante entre una comunidad «indígena» y una comunidad «local» (Moran, King y Carlson 2001). Una comunidad local incluye agricultores-campesinos que hablan el idioma nacional, practican la religión de la mayoría y se identifican con el gobierno nacional, especialmente en cuanto a sus aspiraciones socioeconómicas; mientras que una comunidad indígena tiende a incluir grupos minoritarios (étnicos y/o tribales) que buscan derechos colectivos y autodeterminación para sus recursos biológicos y culturales. Aunque frecuentemente se da el caso de que en ambas comunidades sus conocimientos y recursos tradicionales no son documentados y corren el riesgo de desaparecer. Este peligro tiende a ser más apremiante en comunidades locales, debido a que sus miembros están adoptando el modelo de desarrollo económico neoliberal, que incluye la privatización y la globalización. Este peligro es más agudo en comunidades locales que ya están integradas a la cultura nacional y, por eso, sienten menos necesidad de afirmar y

Page 20: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[444]

proteger sus conocimientos y recursos tradicionales. En tales casos, sostenemos que la intervención etnobotánica requiere una metodología que combine la «etnografía de rescate» con el «asesoramiento rápido». Esta metodología es la que hemos aplicado en un proyecto etnobotánico en el Perú septentrional. Para esta investigación nos motivó la experiencia profesional de haber trabajado en el Ecuador meridional, donde los conocimientos tradicionales de plantas medicinales son muy similares a los del Perú y donde parece que están en vías de desaparecer (Bussmann y Sharon, 2009; Bussmann, Sharon y otros, 2007).

India proporciona un ejemplo positivo para la aplicación activista de esta metodología. Sacando provecho del criterio de «novedad» en las leyes internacionales de patentes, la documen-tación científica de la medicina popular y ayurvédica, textos milenarios en sánscrito junto con publicaciones modernas se incluyen en una base de datos de conocimientos tradicionales que, posteriormente, se envían a la oficina de patentes. La expectativa es que, al poner los conocimientos y precedentes culturales para usos tradicionales en el dominio público, estas investigaciones probarán que las aplicaciones contemporáneas derivadas de los conocimientos médicos locales no son originales, es decir, no son suficientemente «novedosas» para calificar como «invenciones» que merecen protección bajo las leyes internacionales de patentes y, por eso, no son patentables.

Conservación de biodiversidad ymedicina tradicional Un informe, Biodiversidad, Conocimientos Tradicionales y Salud Comunitaria: Reforzando Lazos, publicado por la Universidad Naciones Unidas-Instituto de Estudios Avanzados en Yokohama, Japón se dirige a muchos de los asuntos actuales arriba mencio-nados (Unnikrishnan y Suneetha, 2012). Con base en la Declaración Alma Ata de la Organización Mundial de Salud (1978) que discute sobre la medicina tradicional y la atención

Page 21: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[445]

primaria de salud, en la Convención sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (1992) y en las Metas Nivel Medio de las Naciones Unidas (2011), dicho informe indica que los lazos entre la medicina tradicional y la biodiversidad son reforzados por tres procesos: 1) un acercamiento médico que implica esfuerzos nacionales para integrar la medicina tradicional al sistema institucional de salud, que incluye retos relacionados a la seguridad, calidad, eficacia, acceso y regulación; 2) un acercamiento al mercado, dedicado al desarrollo de drogas o la promoción turística de productos y servicios biomédicos como mercancía vendible; y 3) un acercamiento a la comunidad local, activado por organizaciones civiles de conservación que utilizan la movilización de las bases con la ayuda de profesionales de la salud, botánicos, conservacionistas y activistas locales.

El acercamiento a la comunidad para promover la salud se alinea con el modelo de atención primaria de salud Alma Ata. Los ejemplos incluyen la estrategia de «doctores descalzos» en China y programas de salud tipo activista-social en la India. Debido a la centralidad de la biodiversidad en la vida humana, todavía hay una necesidad para desarrollar estrategias sostenibles para mantener la salud, combinadas con la conservación de recursos biológicos y vinculadas con conocimientos y prácticas locales.

Al principio del informe United Nations University (unu) en el «Mensaje del Director», Govindan Parayil (20XX: 6) evalúa el progreso hacia la agenda cdb en lo que refiere a definición y seguimiento de un camino de desarrollo sostenible, equitativo, de justicia medioambiental y económicamente viable. Él ve que el pronóstico no es bueno. Se han logrado progresos, pero todavía no se ha llegado al desarrollo necesario para sostener niveles corrientes de bienestar. «Tendencias medioambientales negativas siguen siendo exacerbadas por intervenciones humanas, principalmente conducidas por un modelo de consunción conspicua y no sostenible», habiendo dicho esto, él agrega: «El énfasis extraordinario en fomentar

Page 22: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[446]

capital producido parece haber aplastado todos los otros aspectos del capital natural requerido para nuestro bienestar».

Como aspecto positivo, Parayil nota un incremento en la conciencia de la brecha entre planificación e implementación. Entre los indicios de cambios convenientes están: «[La] resolución aumentada para alinear actividades de producción con consi-deraciones medioambientales de equidad»; además de «[los] esfuerzos con el fin de reformar estructuras institucionales para crear más sinergias e implementación eficaz de políticas relevantes». Él concluye: «Patrones corrientes aceptables de práctica y normas de negocios deben de ser reorientados para incluir un ambiente político más colaborativo con todos los actores representativos. [Esto] requerirá el diseño de regulaciones que reconozcan la necesidad de una balanza entre todos los tipos de capital e incentivos que provean acceso equitativo a los recursos y servicios».

El informe de la unu documenta 30 exitosos proyectos comunitarios de todas las partes del mundo. A pesar de su éxito en encontrar soluciones viables para satisfacer necesi-dades de conservación y atención primaria de salud, la escala de operación de estos programas no ha sido mejorada o ampliada. Este hecho resulta de varios factores relatados en el informe, algunos de los cuales son:

• Hay una clara necesidad de incluir factores ecológicos, de conservación y socioculturales en cuanto a programas de salud y desarrollo.

• Altos niveles de dependencia externa, especialmente de productos farmacéuticos y tecnología médica, desincen-tivan innovaciones locales en medicina tradicional y atención primaria de salud.

• Por medio de una metodología desde arriba hacia abajo, las sociedades se han organizado para ser más enfermedad-céntrico en lugar de ser bienestar-céntrico. Un cambio de

Page 23: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[447]

paradigma al bienestar general (prevención/promoción) es esencial.

• [La] promoción de salud tradicional y los esquemas de conservación que se enfocan principalmente en plantas medicinales son percibidos solamente como caminos hacia el desarrollo económico para ser autosostenible, los costos de colección de recursos hasta la distribución e infraestructura para identificar y apoyar curanderos tienen que ser incluidos.

• En el nivel político, hay una tendencia hacia un proceso de definir objetivos no realistas. [La] implementación de especialistas apropiadamente entrenados a nivel de promotores de salud de la comunidad local pueden apurar los procesos para realizar varios objetivos a bajo costo.

• [Los] intentos de documentar y proteger los conocimientos médicos tradicionales en inventarios digitalizados y otros sistemas de documentación con el fin de proteger tales conocimientos de la malversación son insuficientes. Los intentos de abrir tales inventarios para fines de la inves-tigación apoyan los procesos de desarrollo de drogas en lugar de apoyar la entrega de servicios de salud. Esto obstruye los esfuerzos para usar y aumentar tales inicia-tivas para proveer mejor salud pública a nivel de la comunidad local.

• [La] alta corrosión de conocimientos tradicionales y una percibida falta de apoyo para los practicantes de la medicina tradicional han traído como consecuencia un decremento en la receptividad y la transferencia de todos los aspectos de tales conocimientos entre generaciones.

• Frecuentemente, los sistemas dominantes de educación e investigación tienden a mejorar tecnologías y conoci-mientos, usando normas universales, sin mucha atención a las capacidades y necesidades de regiones y poblaciones específicas, lo que resulta en una falta de comprensivos

Page 24: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[448]

acercamientos teóricos para evaluar los conocimientos tradicionales que se cree son la clave al desaire en cuanto a culturas tradicionales. Eso exige el diseño e implemen-tación de métodos pedagógicos culturalmente apropiados con una inclinación intercultural e interdisciplinaria y su integración en los procesos formales e informales de aprender.

Hay una necesidad de un acercamiento radical e innovador para integrar la medicina tradicional en los sistemas de salud, lo que requiere un total respaldo institucional de agencias gubernamentales y no-gubernamentales que vinculan cadenas de oferta de recursos medicinales con profesionales de salud y consumidores con las normas más altas de calidad, seguridad y eficacia.

En cuanto a un plan de acción, el informe aboga por el uso de protocolos integrados de evaluación rápida, similares a los usados en algunos de los estudios esbozados en el informe; apropiadamente adaptados a circunstancias culturales y ambientales a nivel de las comunidades locales involucradas. Provee un ejemplo de un marco de evaluación y las siguientes estrategias potenciales:

Métodos de evaluación para inventariar recursos y conocimientos de salud pública.

• Valorización, generación y uso de conocimientos tradicionales.• Construcción de capacidad para todas las partes

interesadas.• Complementariedad equitativa entre distintos sistemas

de conocimientos.• Mecanismos para proteger recursos y conocimientos

tradicionales.• Vinculación con objetivos de desarrollo económico.• Expansión de asociaciones civiles con distintos tipos de

socios.• Estrategias de comunicación eficaces.

Page 25: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[449]

• Sinergia de iniciativas de comunidades locales con organizaciones de la sociedad civil.

A manera de conclusiónHemos visto cómo dos iniciativas de las Naciones Unidas, la Declaración de Alma Ata de 1978 y la cdb de 1992, han impactado en programas de salud pública en cuanto a la inclusión de la medicina tradicional en México y el Perú. En ambos casos, el enfoque principal ha sido la herbolaria y su explotación. Por su parte, la terapia tradicional ha sido valorada, pero dejada a un lado, a pesar de estar hondamente arraigada en una cosmovisión muy distinta a la visión del mundo de la medicina moderna.

No es que propongamos que el médico se convierta en un curandero. Pero creemos que cierto grado de sincretismo médico es posible en cuanto a la entrega de servicios al público. Por ejemplo, en clínicas y hospitales de comunidades indígenas o comunidades campesinas debe ser posible incluir especialistas de medicina tradicional como sucede en algunos casos en el Ecuador con el yachac (Caselli, 2012) o con el machi entre los mapuche de Chile (Nuestra Farmacia, 2004). La realidad es que en estas comunidades hay una gran falta de servicios modernos de salud. Pero en tales casos, donde estos servicios son asequibles, muchas veces hay barreras culturales que impiden una terapia efectiva. En zonas urbanas, si el médico ha sido sensibilizado en lo que se refiere a síndromes culturales como el susto y la brujería, puede recomendar los servicios de curanderismo —no de un curandero específico— cuando reconoce enfermedades que no son tratables por la medicina moderna. En un estudio de pacientes de curanderos, Joralemon y Sharon (1993) notaron que en muchos casos el paciente había acudido a todo tipo de servicio médico antes de ir al curandero.

En cuanto a la psicoterapia, lo que dijo el mundialmente reconocido psiquiatra social Carlos Alberto Seguín (1969: 159)

Page 26: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[450]

durante el i Congreso de Psiquiatría Peruana sigue vigente: «Tenemos mucho que aprender de nuestros “colegas” los “curan-deros nativos” […] en cuanto a farmacoterapia: el uso de plantas y drogas psicotrópicas [y] […] nuestra dinámica grupal, nuestra psicoterapia de grupo, nuestra terapéutica familiar, así como el manejo de problemas sociales y comunales». Él fue uno de varios etnopsiquiatras tales como Ari Kiev, Arthur Kleinman, Thomas A. Lambo, E. Fuller Torrey, entre otros, que reconocieron el valor de la psicoterapia del curandero nativo en varias partes del mundo. Lambo, quien incluyó a los practicantes de la medicina tradicional en programas de psiquiatría en Nigeria, llegó a ser el director diputado de la oms, desde donde inició la recomendación de incluir la medicina tradicional en programas de salud pública internacional.

En cuanto al uso de plantas medicinales en salud pública, los curanderos pueden ser colaboradores con agencias públicas como ciba en México y EsSalud-camec en el Perú, siempre y cuando estén incluidos como colegas remunerados de una manera equitativa. Deben tratar de organizar asociaciones nacionales como los yatiris y kallawayas de Bolivia (G. Fernández, 2012: 330-334). Si son miembros de una comunidad indígena o una comunidad campesina, pensamos que sería más apropiado que sean socios de una cooperativa de produc-tores o de una asociación civil y que establezcan una cadena de oferta para cubrir los gastos de producción y para participar de una manera competitiva en el mercado. Al mismo tiempo, debe haber un sistema de reglamentación apropiado para garantizar calidad, seguridad y eficacia.

En cuanto a los conocimientos de medicina tradicional, como nos indica Zoila Quevedo (2012), la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas de 2007 ofrece pautas para valorar y proteger estos legados culturales, especialmente en lo que se refiere a las comunidades étnicas. Por ejemplo, el artículo 12 establece que: «Los pueblos indígenas

Page 27: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[451]

tienen derecho a manifestar, practicar, desarrollar y enseñar sus tradiciones, costumbres y ceremonias espirituales y religiosas». Y en el artículo 24: «Los pueblos indígenas tienen derecho a sus propias medicinas tradicionales y a mantener sus prácticas de salud, incluida la conservación de sus plantas, animales y minerales de interés vital desde el punto de vista médico […] También tienen derecho de acceso, sin discriminación alguna, a todos los servicios sociales de salud».

Como hemos visto, ya en 2002, el Perú aprobó una ley para proteger los conocimientos de los pueblos indígenas y sus recursos biológicos. Y, en 2003, ratificó el Convenio sobre Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de unesco que establece que la medicina tradicional constituye patrimonio cultural inmaterial peruano; o sea de la unión de comunidades «indígenas», «étnicas», «campesinas», «locales», etc., que consti-tuyen la nación. Asimismo, la Ley General de Patrimonio de la Nación reconoce que «valores transmitidos oralmente […] ya sean artísticos, gastronómicos, medicinales, tecnológicos, folcló-ricos o religiosos […] en conjunto conforman nuestra diversidad cultural» e integran el patrimonio inmaterial de la nación.

A fin de cuentas, el Perú y México están encontrando sus propios caminos en cuanto al tinku o encuentro entre sistemas culturales de salud en un contexto de globalización y cambio cultural acelerado. En lo que se refiere a la medicina tradicional, sugiero que hay conocimientos que solamente el curandero iniciado puede «ver». Fuera de su contexto cultural muchas veces no son operativos. Creo que nos incumbe entender que el chamán o curandero legítimo es un místico; es decir, ese personaje ambiguo que tiene acceso a una dimensión liminal al margen de la sociedad humana. Frecuentemente, juega un rol activista que reserva el derecho de criticar el status quo a pesar de la opinión de la mayoría. Sabe que hay componentes del curanderismo que no se pueden poner en una cápsula.

Page 28: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

Abad, L. 2003. Etnocidio y resistencia en la Amazonía peruana. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Agurto, J. 2005. «Comentarios de Panelistas», en ¿Cómo prevenir la biopiratería en el Perú? Ref lexiones y propuestas. Lima: Lerma Gómez.

Angulo, P. 2009. «Nuevos enfoques en la investigación de plantas medicinales», en R. Sánchez Garrafa y R. Sánchez Garrafa (eds.), Medicina tradicional andina: Planteamientos y aproximaciones. Cusco: Centro de Medicina Andina (cma) / Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas (cbc).

Baker, J., R. Borris, B. Carte, G. Cordell, D. Soejarto, G. Cragg, M. Gupta, M. Iwo, D. Madulid y V. Tyler. 1995. «Natural Product Discovery and Development: New Perspectives on International Collaboration», en Journal of Natural Products, 9(58), pp. 1325-1357.

Ban nister, K. y K. Barrett. 2001. «Challenging the status quo in ethnobotany: A new paradigm for publication may protect cultural knowledge and traditional resources», en Cultural Survival Quarterly, 24(4), pp. 10-12.

Bibliografía

Page 29: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[454]

Baz an, S. 2005. «Propiedad Intelectual: Conceptos Básicos», en P. Ferro y M. Ruiz (eds.), ¿Cómo prevenir la biopi-ratería en el Perú? Reflexiones y propuestas. Lima: Lerma Gómez.

Brown, M. 2003. Who owns native culture? Cambridge: Harvard University Press.

Brush, S. y D. Stabinsky. (Eds.). 1996. Valuing Local Knowledge: Indigenous People and Intellectual Property Rights. Washington D. C.: Island Press.

Bussmann, R. W. y D. Sharon. 2009. «Shadows of the colonial past-diverging plant use in Northern Peru and Southern Ecuador», en Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 4(5), pp. 1-17.

Bussmann, R. W. y D. Sharon, I. Vandebroek, A. Jones, y Z. Revene. 2007. «Health for sale: the medicinal plant markets in Trujillo and Chiclayo, Northern Peru», en Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 37(3), pp. 1-9.

Cabieses Molina, F. 1997. La Uña del gato y su entorno. Lima: Universidad de San Martín de Porres.

. 2003. Ayer y Hoy (Las Plantas Medicinales). Lima: Imprenta Luis Ramos Díaz.

. 2007. La Salud y los Dioses: La Medicina en el Antiguo Perú. Lima: Universidad Científica del Sur.

Caillaux, J. 2005. Acceso a los Recursos Genéticos, en P. Ferro y M. Ruiz (eds.), ¿Cómo prevenir la biopiratería en el Perú? Ref lexiones y propuestas. Lima: Lerma Gómez.

Caselli. 2012. «Ecuador hospital mixes folk and modern medicine», en BBC News, pp. 1-5. <www.bbc.co.uk/news/world--latin-america-18483584>

Chumpitas, M. 2009. «De Su Propia Medicina», en Somos, 28 Mar (1164), pp. 28-31.

Elizabetsky, E. 1988. «Ethnopharmacology and drug develo-pment in South America», en Trabajos del II Congreso

Page 30: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[455]

Internacional de Medicinas Tradicionales. Junio 26/29, Lima.

Eliz abetsky, E. y C. Castilhos. 1990. «Plants used as analgesics by Amazonian Caboclos as a basis for selecting plants for investigation», en International Journal of Crude Drug Research, (28), pp. 309-320.

EsSal ud y Organización Panamericana de la Salud. 2000. Estudio Costo-Efectividad: Programa Nacional de Medicina Complementaria. Seguro Social de EsSalud (Study of Cost-Effectiveness: National Program in Complementary Medicine. Social Security of EsSalud). Lima: EsSalud / Organización Panamericana de la Salud (Pan American Health Organization).

Fernandez, G. 2012. Hechiceros y Ministros del Diablo: Rituales, prácticas y patrimonio inmaterial en los Andes (siglos XVI-XXI). Quito: Abya-Yala.

Fernandez, L. 2009. «Medicina Complementaria en la Seguridad Social: Avances, Retos y Perspectivas», en Medicina Tradicional: Conocimiento Milenario, pp. 292-293. Trujillo: Museo de Arqueología, Antropología e Historia / Universidad Nacional de Trujillo.

Fernandez, M. 2009. «La oms y los sistemas médicos tradicio-nales», en R. Sánchez Garrafa y R. Sánchez Garrafa (eds.), Medicina tradicional andina: Planteamientos y aproxi-maciones. Cusco: Centro de Medicina Andina (cma) / Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas (cbc).

Ferro P. y M. Ruiz. (Eds). 2005. ¿Cómo prevenir la biopiratería en el Perú? Ref lexiones y propuestas. Lima: Lerma Gómez.

Gálvez Mora, C. 2013. «Una mesa de curandero y la geografía sagrada del Valle de Chicama», en S. Limón y L. Millones (eds.), Por la mano del hombre Prácticas y creencias sobre chamanismo y curandería en México

Page 31: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[456]

y Perú. Lima: Fondo editorial de la Asamblea Nacional de Rectores.

Greaves, T. 1995. «Cultural Rights and Ethnography», en General Anthropology, 1(1), pp. 3-6.

Hayden, C. 2003. When Nature Goes Public: The Making and Unmaking of Bioprospecting in Mexico. Princeton y Oxford: Princeton University Press.

Iwu, M . 1996. «Implementing the Biodiversity Treaty: how to make international cooperative agreements work», en Trends in Biotechnology, 3-4(146), pp. 67-107.

Joralem on, D. y D. Sharon. 1993. Sorcery and Shamanism: Curanderos and Clients in Northern Peru. Salt Lake City: University of Utah Press.

Landa Vásquez, L. y C. Cazorla Zen. 2013. «El curanderismo surandino: balances necesarios», en S. Limón y L. Millones (eds.), Por la mano del hombre Prácticas y creencias sobre chamanismo y curandería en México y Perú. Lima: Fondo editorial de la Asamblea Nacional de Rectores.

Manek, M . y R. Lettington. 2001. «Indigenous Knowledge Rituals: Recognizing Alternative Worldviews», en Cultural Survival Quarterly, 24(4), pp. 8-9.

Mooney, P. 1993. «Aprovechando la diversidad: una nota sobre la diversidad biológica y el conocimiento indígena», en América Indígena, (3), pp. 41-55.

Morales, P. 2005. Ley 28216: «Ley de Protección al Acceso a la Diversidad Biológica Peruana y los Conocimientos Colectivos de los Pueblos Indígenas», en P. Ferro y M. Ruiz (eds.), Cómo prevenir la biopiratería en el Perú? Reflexiones y propuestas. Lima: Lerma Gómez.

Moran K, S. R. King y T. Carlson. 2001. «Biodiversity prospecting: Lessons and prospects», en Annual Review of Anthropology, (30), pp. 505-526.

Page 32: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[457]

Nuestra Farmacia. 2004. La historia de la ética farmacia Makewelawen. Marzo/Abril, pp. 36-37.

Quintana, J. A. 2004. La historia de la ética farmacia Makewelawen. De su propia medicina 11 Marzo. Consultado en:<http://www.lafuna.nu/_Minorias_etnicas_Chile.html>

Paz, E. (Ed.). 2012. «Curanderismo, Medicinal Tradicional», en Pueblo Continente, 1(23), pp.11-109.

Plotkin, M. 1993. Tales of a Shaman’s Apprentice: An Ethnobotanist Searches for New Medicines in the Amazon Rain Forest. New York: Viking.

Portillo, Z. 2009. «Peru’s patent win strikes blow against biopiracy», en Science and Development Network. Consultado en <http://www.scidev.net/en/news/peru-s-patent-win-strikes-blow-against-biopiracy.html>

Quevedo, Z. 2012. «Criterios para la Salvaguarda de la Medicina Tradicional Peruana», en Pueblo Continente, 1(23), pp. 100-104.

Reid, W. 199 3. «The Economic Realities of Biodiversity», en Issues in Science and Technology, 10(2), pp. 48-55.

Rosas Lauro, C. 2013. «Curanderos, chamanes e idólatras en los Andes. Una perspectiva histórica de larga duración», en S. Limón y L. Millones (eds.), Por la mano del hombre Prácticas y creencias sobre chamanismo y curandería en México y Perú. Lima: Fondo editorial de la Asamblea Nacional de Rectores.

Sánchez Garrafa, R. y R. Sánchez Garrafa. (Eds). 2009. «25 Aniversario del Centro de Medicina Andina», en Medicina tra dicional andina: Planteamientos y aproxi-maciones. Cusco: Centro de Medicina Andina (cma) / Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas (cbc).

Sánchez Garrafa, R. y R. Sánchez Garrafa. (Eds). 2009. Medicina tradicional andina: Planteamientos y aproxi-maciones. Cusco: Centro de Medicina Andina (cma) /

Page 33: Medicina tradicional y medicina moderna  en México y el Perú: valorización y explotación

[458]

Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas (cbc).

Schultes, R. E. 1994. «Amazonian ethnobotany and the search for new drugs», en Ciba Foundation Symposium, (185), pp. 106-115.

Schultes, R. E. y R. Raffauf. 1990. The Healing Forest. Portland, Oregon: Dioscorides Press.

Seguin, C. A . 1970. «Psiquiatría Folklórica», en O. Valdivia y A. Péndola (eds.), Psiquiatría Peruana (Primer Congreso Nacional de Psiquiatría). Lima: Amauta.

Smallwood, A. L. 2011. The Effects of Biopiracy on the Natural Plant Product Market: A Peruvian Case Study. Tesis para obtener los grados de Master of Business Administration y Master of Arts in Latin American Studies en la Universidad Estatal de San Diego, California, Estados Unidos de América.

United Natio ns Conference on Trade and Development. 2000. Systems and National Experiences for Protecting Traditional Knowledge, Innovations and Practices. Background Note by the UNCTAD Secretariat. Génova: United Nations Conference on Trade and Development (document reference TD/B/COM.1/EM.13/2).

Unnikrishnan, P. M. y M. S. Suneetha. 2012. Biodiversity, Traditional Knowledge and Community Health: Strengthening Linkages. Yokohama: United Nations University-Institute of Advanced Studies.

Venero, B. 2005. «Componentes de la diversidad biológica peruana patentados en el extranjero. La experiencia de la Maca. ¿Cómo combatir la biopiratería?, en F. Ferro y M. Ruiz (eds.), ¿Cómo prevenir la biopiratería en el Perú? Reflexiones y propuestas. Lima: Lerma Gómez.

Villar, M. y O. Villavicencio. 2001. Manual de Fitoterapia. Lima: ops / oms-EsSalud, Programa Nacional de Medicina Complementaria.