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Beneficencia y Asistencia Social: la poltica
manicomial en Buenos Aires. (1880-1940)
Marisa Requiere
Alcmeon, Revista Argentina de Clnica Neuropsiquitrica, vol. 9, N
2, septiembre de 2000,
pgs. 169 a 194.
Summary
The present work has as objective to point out the
characteristics and the evolution of the
assistance psychiatric institutions in Buenos Aires.
The manicomial sanitary politics presents several problems, this
has been expressed by the
most outstanding psychiatrists doctors of the time, as Ramos
Meja, Ventura Bosch,
Melndez, Cabred and others. Referring concretely to the
assistance tragic character that sick
mental persons suffer, Its not just by the agglomeration but
also by specialized staffs lack, doctors, nurses, administrative
staff and by the lack of resources and organization of these
institutions. The hospices that will be kept in mind along the
work will be the Hospicio de las
Mercedes, today Hospital Borda , and the Colonia Nacional de
Alienados, today Hospital
Interzonal Psiquitrico "Colonia Dr. Domingo Cabred". To carry
out the work, it was
consulted the Documental Fund of the Society of Charity from the
Nation General File, the
University of Medicine Library, the National Library and the
Congress Library.
Key Words
Social politics, mental hygiene, psychiatric institutions.
Introduccin
En el perodo que va desde 1880 a 1940 se plasmaron en nuestro
pas una lnea de ideas
polticas, econmicas y culturales que modificaron las estrategias
mdico asistenciales. En los
comienzos de este reordenamiento espacial, se present el
Proyecto de Ejecutivo Nacional
para la creacin de asilos y hospitales regionales.
El aparato sanitario y de higiene pblica secular, fue modelado
segn los cnones europeos,
que se remontaban al intento de Rivadavia. Con el paso de los
aos cambi la
fundamentacin filosfica asociada con la asistencia de los
carenciados y/o enfermos. La
ecuacin beneficencia-caridad-filantropa apareci explcitamente en
la obra poltico
asistencial, encargndose el Estado de marcar las pautas de la
"beneficencia pblica" que deja
de lado el marco privado que antes distingua a la salud.
La accin mdica estaba ligada a los ideales civilizatorios del
Estado, y a lo largo de este
proceso de transformaciones fue acercndose al aparato estatal y
a los sectores populares, as
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se construy la figura del "poltico mdico". As se desplegaron una
serie de disposiciones
prcticas, jurdicas, penales y pedaggicas como una exigencia para
armonizar la vasta
problemtica de desorden, bsicamente urbano, en la que la
marginalidad, locura y delito
llamaban a la intervencin mdico social. El corolario de esto,
fue la constitucin de un
complejo tecnolgico en donde se hicieron visibles el surgimiento
de instituciones
especficas, servicios hospitalarios, manicomiales,
penitenciarios y asociaciones
profesionales. Los positivistas dedicados a la psiquiatra, tenan
ambiciones polticas que
plasmaron como administradores de Asilos y hospicios, es decir,
como agentes del orden y el
control social.
La asistencia pblica fue uno de los medios ms ntidos a travs de
los cuales se podan
solucionar los males de la sociedad: enfermedades pestilentes,
como la fiebre amarilla,
tuberculosis y por supuesto la locura.
La necesidad de darle un espacio propio a la enfermedad mental
llev a la creacin de
hospicios, y a la observacin metdica del mdico alienista unida a
la idea de la filantropa,
donde la medicina social y el saneamiento urbano se cobijaban
bajo las banderas del progreso
que proclamaba la elite gobernante. La locura fue revelada hacia
1880 en "La Neurosis de los
hombres clebres"1 con el objetivo de someterla a control y
producir una conciencia pblica
que evidenci toda una forma discursiva e institucional. Esos
elementos sirvieron a la
constitucin de ideales y valores morales plasmados en el
contexto de la sociedad.
Acerca de los orgenes de la asistencia mental en Buenos
Aires
Los hospicios no existan y el cruel destino de los alienados era
no slo el encierro sino
tambin el tratamiento que consista en "ayunos, palos y duchas"
hasta amansarlos. La
asistencia que se les prodigaba a los blancos era en una celda
en algn convento y a los
negros e indios se los encerraba en las crceles de los Cabildos.
Este procedimiento se
prolong hasta que se logr establecer un verdadero hospital de
alienados. Interesante es el
antecedente de la labor realizada por los Betlemitas2, en el
primer manicomio que tuvo
Buenos Aires conocido como Hospital de San Martn o Santa
Catalina, tambin como Nuestra
Sra. De Beln o de los Borbones.
A partir de 1822, la labor de Bernardino Rivadavia en lo
concerniente a la vida pblica tom
un carcter trascendente con respecto a los hospitales, que
tuvieron una administracin civil,
dirigida por los profesores de la Escuela de Medicina, creada al
fundarse la Universidad y
donde la labor de la recin fundada Sociedad de Beneficencia jug
su rol ms importante. Se
cre el 12 de abril de 18233, y se encarga especficamente de la
asistencia de nios y mujeres.
Como parte del mismo plan comienza a funcionar la Sociedad
Filantrpica de caballeros con
el objetivo de encargarse de los hospitales y crceles.
Estas organizaciones pblicas asistenciales cayeron en el olvido
al terminar el gobierno
Rivadavia, volviendo todo a la antigua poca clerical y
conservadora, donde el gobierno de
Rosas era el principal protagonista.
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Los Primeros Hospitales Psiquitricos
En 1852, despus de la cada de Rosas, volvieron a funcionar
muchas de las instituciones que
l haba cerrado. Tambin se fundaron otras nuevas. Esta situacin
vlida para la poltica
sanitaria en general no es asimilable a la especficamente
psiquitrica. Podemos observar la
falta de recursos tanto econmicos como humanos, adems de un
tratamiento psiquitrico
nulo; los testimonios que conocemos dicen lo siguiente: "...en
condicin de completa
aglomeracin, en calabozos hmedos, oscuros y pestferos, sin otra
cama que el desnudo y
fro suelo, aquello no era un asilo de caridad4, era ms bien un
depsito de seres humanos,
sumidos en la ms espantosa miseria..."5
Ingenieros dice "....A travs de las rejas se les daba comida y a
veces se extraan los
excrementos, tal como se hace ahora con las fieras en los
jardines zoolgicos, aunque con
menos higiene y confort..."6.
Estos comentarios son semejantes a los que realiza Foucault7
sobre la situacin de los
enfermos mentales en los manicomios franceses, Bcetre,
Salptrire, Hpital General,
etctera, "...Las locas atacadas por excesos de furor son
encadenadas a la puerta de su cuarto,
y separadas de los guardianes y de los visitantes por un largo
corredor defendido por una
verja de hierro; se les pasan entre los barrotes la comida y la
paja, sobre la cual se acuestan;
por medio de rastrillos se retira una parte de las suciedades
que las rodean..."
Dentro del conjunto de las instituciones dirigidas por la
Sociedad de Beneficencia8 y asistidas
por hermanas de caridad, hay secciones destinadas a la atencin
de enfermos mentales. En el
caso del Hospital General de Hombres que dependa de la
Municipalidad de Buenos Aires,
tambin haba un cuadro dedicado a los dementes.
La Sociedad de Beneficencia9 se ocup de la situacin de las
mujeres dementes alojadas en la
crcel10, entonces el gobierno dio intervencin a la Comisin
Filantrpica11 y su presidente
aconsej que se estableciera un Hospicio de Mujeres en las
afueras de la ciudad, en el lugar
de la antigua Convalecencia, pero la Sociedad pidi que fuesen
llevadas al Hospital de
Mujeres, donde habilit un "patio para dementes", pues decan
"...es inhumano dejar a esas
infelices libradas a su propia suerte, sin procurar devolverles
la razn perdida..."12. Sin
embargo la escasa capacidad del patio llev a la determinacin de
pedir al gobierno un lugar
apropiado para su custodia y tratamiento. El gobierno dio
conformidad y orden a la
Comisin Filantrpica, procediese a habilitar una parte del local
de la antigua
Convalecencia13, ponindola en condiciones para prestar los
servicios necesarios a los
dementes. En marzo de 1854 fueron trasladadas las dementes del
Hospital de Mujeres.
Comenz con una poblacin de 68 enfermas y con el paso del tiempo
se realizaron nuevas
ampliaciones hasta el ao 1860, para dar mayor capacidad al
establecimiento, el que desde
entonces qued a cargo exclusivo de la Sociedad de Beneficencia
de la Capital. Paralelamente
con el aumento demogrfico, fueron creciendo las necesidades del
Hospital y son etapas
dignas de sealarse las de 1894 y 1898 en que se habilitaron los
primeros pabellones14.
Ingenieros nos comenta lo siguiente acerca de la situacin en la
cual vivan: "...El edificio est
perfectamente situado. El aire lo ventila por todos lados y la
vista se extiende en todos lados y
la vista se extiende en todas direcciones sin tropiezo;
circunstancia importante pues es sabido
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que los medios higinicos son muy eficaces para calmar la
exaltacin de las personas
dementes y contribuyen tambin poderosamente a su radical curacin
(...) Los dormitorios
nos han parecido espaciosos, claros, ventilados y secos. Las
camas de hierro muy cmodas,
como todas las piezas que la componen. Entre los dormitorios los
hay grandes para las
enfermas que pueden estar reunidas sin inconvenientes, como
otros pequeos y separados
para las que es preciso tener aisladas (...) El comedor es una
sala hermosa y sirve a la vez de
punto de reunin. Las piezas de la ropera, de los baos, del
trabajo, la enfermera, la cocina,
la despensa, son igualmente espaciosas y a propsito para el
objeto a que estn destinadas (...)
En el comedor suelen reunirse hasta 45 dementes de las 76 que
existen en el establecimiento;
pero donde se las ve juntarse en mayor nmero y con mejor
voluntad es en la sala de costuras,
en la que a la oracin se encienden luces y se reza el rosario
enfrente de una imagen de la
Virgen..." Por referencias de los que conocieron la
Convalecencia en sus primeros aos,
podemos afirmar que se pareca a un Beaterio o casa de
recogimiento, ms que a un Hospital.
Podemos considerar que en este primer tiempo de la historia
hospitalaria psiquitrica, la
asistencia y direccin del asilo eran ejercidas por "seoras"15
que le delegaban a las religiosas
ese trabajo, y cuya buena voluntad y celo eran superiores a su
competencia; los mdicos
concurran a la maana y el resto del da quedaban las religiosas a
cargo de la casa, teniendo
que soportar, en ms de una ocasin desmanes producidos por locas
furiosas16. En este
establecimiento no haba un mdico-director, y se consideraba
indispensable la presencia de
ste, pues no slo se necesita en el tiempo de la visita diaria.
Las Hermanas de la Caridad
prescriben los medios coercitivos en los casos de acceso de
furor y de desesperacin que a
menudo se producen, cuando el Mdico-Director, o los
mdicos-auxiliares no estn all de da
y de noche para consultrseles17.
El edificio de la Convalecencia18 era insuficiente en 1881, la
capacidad estaba calculada en
200 camas y se alojaban 337 enfermas. Por tal motivo se prohibi
la entrada de nuevas
alienadas y stas volvieron a ocupar los antiguos
establecimientos: Crcel de Mujeres, Asilo
del Buen Pastor y Hospital de Mujeres. Anteriormente en 1879,
Melndez y Coni19 ya haban
mencionado este asunto de la siguiente manera:
"... la estadstica del Asilo de Mujeres nos hace ver que en el
perodo de veinte aos han
entrado muchsimas mujeres atacadas de mana religiosa..." y que
"la poblacin extranjera
pas a engrosar las estadsticas clnicas...". La cuestin del
hacinamiento del Asilo va a
producir varios problemas y quejas por parte de los mdicos y
responsables del lugar. Con el
cambio de gobierno la Sociedad de Beneficencia, provincial, pas
a depender del Gobierno
Nacional, nacionalizndose el Hospital de Alienadas. Pero las
cuestiones de hacinamiento
seguan: desde 188120 el nmero de dementes era de 377, y a fines
de 1888 la casa asilaba a
543 enfermas. Con este aumento de poblacin fue adquirindose la
conviccin de que era
intil seguir anexando cuartos o salas al viejo edificio. Muchas
quejas del Dr. Egua21,
director a partir de 186022, prepararon las reformas del Dr.
Piero23, que le sucedi en la
direccin. Se comenz a construir en 1864, a cargo del ingeniero
Nystromer, el Hospital de
tratamiento compuesto de 28 edificios y con capacidad para 200
camas, inaugurndose las
primeras secciones en 1908. El Dr. Piero consigui un subsidio de
$ 150.000 anuales para
las obras, que tendrn nuevas secciones: la cocina central, la
casa de mquinas, un pabelln
dormitorio para agitadas, otro para tranquilas, con talleres,
comedor y sala de recreo. Sin
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embargo, el nmero de enfermas seguir aumentando y las obras se
interrumpieron por falta
de recursos. La cifra de internadas para 1900 fue de 1400 y
Piero insisti sobre la
adquisicin de una chacra para las enfermas crnicas. Los fondos
para todas sus obras los
conseguir a travs del Congreso Nacional, slo en los Diarios de
Sesiones de la Cmara de
Diputados (tomos de 1906 a 1910) se encuentran sus discursos. En
una oportunidad elev a la
Sociedad una exposicin, cuya parte primordial se refera al
estudio y crtica de la situacin
legal en que se halla el demente, y a la imperiosa necesidad de
dictar una ley que, a semejanza
de las que existen en los pases ms adelantados, los ampare y
garantice debidamente, lo
mismo que a fomentar la creacin de instituciones para su
patronato. Otra inauguracin
importante la constituy en 1901 el Laboratorio de carcter
anatomopatolgico24 donde
podan realizarse investigaciones, y a la vez estudios
experimentales. Adems sirvi como
centro de labor para los alumnos de la Facultad de Ciencias
Mdicas de Buenos Aires25.
Se necesit construir un asilo suburbano o rural para las
enfermas crnicas que obstaculizaban
la asistencia de las agudas, ya que en el Hospital Nacional de
Alienadas el espacio era poco
para el crecimiento de la poblacin de enfermas que fue
aumentando paulatinamente, la
solucin a este problema fue la creacin del "Asilo de Alienadas
de Lomas"26, en 1908 con
capacidad para 500 enfermas, amplindose poco despus con la
construccin del pabelln
Devoto, mediante la donacin de la seora Juana Gonzlez Devoto.
Las obras de
modificacin del Hospital Nacional de Alienadas siguieron en
1913; se intent una etapa de
modernizacin demolindose parte de la antigua casa y levantndose
en su lugar los
pabellones, para la asistencia y la atencin quirrgica de
alienadas. A pesar de los esfuerzos
de la Sociedad de Beneficencia y los directores que pasaron por
el Hospital Nacional de
Alienadas, la situacin desbordante del hacinamiento se sigui
repitiendo. El traslado de
enfermas se hizo al Asilo de Alienadas de Lomas y algunas fueron
llevadas al Asilo de Oliva
Provincia de Crdoba, esto permiti sortear unos aos la situacin
pero, en el ao 1928,
adquiri caracteres de gravedad y se buscaron soluciones
definitivas. Segn el libro de actas
de la Sociedad de Beneficencia, sobre el Hospital Nacional de
Alienadas, se resolvi ampliar
el Hospital anexndole el Instituto Mercedes Lasala y Riglos27,
contiguo, y ampliar tambin el
Asilo de Alienadas de Lomas. El presupuesto general de la Nacin
de 1929, otorg a la
Sociedad los recursos necesarios para stas obras; pero no hubo
regularidad en el pago de las
cuotas, lo que impidi realizar rpidamente las obras resueltas.
En 1932 la poblacin de
alienadas alcanz proporciones alarmantes haciendo insostenible
la situacin. El Hospital,
que tena capacidad para 1600 insanas, albergaba a 3160, casi el
doble de enfermas. Segn las
estadsticas para el ao 1920, Ingenieros calcula que "...en el
Hospital Nacional de Alienadas
haba 1650 enfermas internadas y en el Asilo-Quinta de Lomas 550
insanas..."28. Es decir que
la Sociedad ante este estado de cosas pidi en 1933 al Gobierno
la clausura del Hospital a
nuevas admisiones29, porque no haba otro camino para remediar la
situacin, ya que durante
mucho tiempo el gran grado de hacinamiento en el que vivan las
enfermas poda provocar
epidemias muy difciles de controlar. Las mejoras edilicias
seguirn durante varios aos,
tambin el problema del hacinamiento y de la superpoblacin de
enfermas a pesar de la
clausura que se estipul en diversas oportunidades30 .
Desde 1934 la Sociedad de Beneficencia sigui gestionando y
obtuvo de los Poderes Pblicos
la suma de $630.000 para obras de ampliacin del Hospital y
$380.000 para la construccin
en el Asilo de Alienadas de Lomas de 4 pabellones dormitorios.
As modific y construy
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nuevos pabellones que alojaron a las enfermas, sobre todo a
tuberculosas e infecto-
contagiosas, que en un momento tenan que convivir con las otras
enfermas. Sin embargo en
1942 el hacinamiento vuelve a presentarse como un problema,
debido a la clausura del
Hospital Romero de La Plata (provincia de Buenos Aires) y del
Asilo Colonia Regional de
Alienadas de Oliva (provincia de Crdoba), recayendo, en
consecuencia, todos los pedidos de
admisin de enfermas en el Hospital General de Alienadas, donde a
pesar de las restricciones
tomadas por la Direccin y de las disposiciones que se adoptaron
para los ingresos, hubo
necesariamente y por razones de humanidad que recibir a diario
insanas cuyo estado era
peligroso31.
Los datos encontrados en las Actas de la Sociedad de
Beneficencia sobre el Hospital Nacional
de Alienadas, nos muestran que ste tena capacidad para 1800
enfermas, distribuidas en
pabellones de diferentes categoras con secciones de tranquilas y
agitadas. La realidad que
podemos ver es que las diferencias entre las enfermas no se
deban slo a la patologa sino
tambin a su clase social. Ya en 1892, cuando las damas de la
Sociedad comentaron al Dr.
Piero la creacin de un Pabelln para pensionistas, el Director no
coincidi con el Proyecto,
deca: "...Considero que la enfermedad no admite distingos de
clase, todas las internadas,
vengan de donde vengan, tienen los mismos derechos..."32, de
todas formas con el correr de
los aos las Damas de Beneficencia lograron concretar sus
pretensiones y las obras con los
pabellones que albergaban enfermas de 1 y 2 clase
existieron.
La documentacin de la que disponemos sobre el Hospital Nacional
de Alienadas, llega al ao
1941, sin embargo, lo que preocup a todos sus directores fue la
problemtica del
hacinamiento y la falta de atencin por expertos profesionales de
las alienadas; con el correr
de los aos la obra edilicia se efectu, pero el traslado de las
enfermas fue una constante que
termin perjudicando a las insanas en su tratamiento.
Otro caso interesante para mencionar es el Hospicio de San
Buenaventura y su transformacin
en Hospicio de las Mercedes. A partir de 1852, tambin se
reinstal la Comisin Filantrpica,
asesora en los asuntos relacionados a salud pblica. Fue la
primer comisin encargada de
inspeccionar el Hospital General de Hombres y proponer las
reformas necesarias para resolver
el problema de los crnicos y dementes. A partir de 1857 la
Municipalidad sancion leyes para
crear una Casa de Dementes, y un ao despus se promulg la ley
dictada por la Legislatura de
la Provincia, la que autoriz a la Municipalidad para invertir la
suma de dos millones de pesos
en la construccin de una Casa de Dementes y un Cementerio Pblico
al Sud de la ciudad33. En
esta etapa ocurri lo mismo que en el Hospital Nacional de
Alienadas, el incremento en la
poblacin de locos desencaden problemas ya que todava algunos
enfermos mentales
seguiran vagando por la ciudad. Dice Ingenieros, "...la Comisin
del Hospital se lament en
1860, del hacinamiento de los alienados, aunque eran bastantes
los que seguan vagando por
las calles de la ciudad..."34. En el Hospital de San
Buenaventura35, el nmero de dementes iba
aumentando cada ao en 44, 16 y 27 enfermos, respectivamente. Con
respecto al
funcionamiento administrativo y de asistencia, la cuestin de la
eleccin del Director del
Hospital llev a un conflicto entre la Municipalidad, el Consejo
de Higiene Pblica y la
Facultad de Medicina, que determin el nombramiento de Jos
Teodoro Baca apoyado por la
municipalidad de que formaba parte. En 1873 se hicieron nuevas
gestiones y no slo cambi el
director sino tambin el nombre del Hospital al que denominaron
Hospicio de las Mercedes. El
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doctor Uriarte asumi y realiz algunas modificaciones pero sin
lograr que pudiesen
trasladarse los alienados al Hospicio. Una reflexin de la poca
seala lo siguiente: "...la
provincia de Buenos Aires, la Capital de la Repblica Argentina,
donde anualmente se vota un
presupuesto general de veinte millones de patacones para gastos
nacionales, y de ochenta
millones de pesos moneda corriente para la primera, no puede
introducir mejoras en las casas
de locos porque no tiene cmo hacer frente a las pequeas
erogaciones pedidas en nombre de
la humanidad!..."36. La lucha contra el hacinamiento era una
constante, en 1865 el hospicio
tena 160 alienados, en 1870 haba 178 y 300 en 1880. El director
se quejaba de que "...la falta
de espacio nos obligaba diariamente a alojar tres y cuatro
personas en una habitacin de 30
metros cbicos de aire, a poner camas en las galeras y a hacer
comedores generales en las
mismas..."37. El Dr. Melndez38, con la ayuda del gobierno, inici
el progreso y el bienestar
dentro del asilo, en su plan exigi que se separen a los
alienados agudos de los crnicos, a los
convalecientes de los agitados, a los dementes, a los
paralticos, epilpticos, semiagitados,
crnicos, crnicos tranquilos y desaseados. Tambin present un
proyecto a la Municipalidad
de fundar una Colonia de Alienados, que aconsejaba instalar en
Santa Catalina, este
pensamiento coincida con el aumento del nmero de asilados ya que
en 1881 dorman de a
dos en cama39. Segn las propias palabras de Melndez "el
Manicomio haba nacido
insuficiente", esta frase esclarece sumamente el panorama y
podemos agregar que adems de
los insanos asilados en el Hospicio edificado para ellos, haba
otros que ocupaban
departamentos de los hospitales San Roque y General de Hombres.
Durante varios aos, y con
el auspicio de la Municipalidad, se llevaron a cabo en el
Hospicio varias obras para
ensancharlo40.
Alrededor del ao 1900, el Hospicio de las Mercedes present un
aspecto variado, debido a la
coexistencia de edificios correspondientes a tres distintas
pocas y administraciones41. En 1905
fue nacionalizado, lo que hizo que sus recursos aumentaran, as
como las mejoras, sin embargo
esto no fren el gran problema del hacinamiento, el nmero de los
asilados creci cada vez
ms, en este momento la cantidad de enfermos ascenda a 1300 y la
solucin se busc
estableciendo un nuevo asilo fuera de la ciudad. Anteriormente
mencionamos la inquietud de
Melndez por construir una casa de dementes fuera de la ciudad y
sobre una va del ferrocarril,
el proyecto lo present a la municipalidad aunque no lleg a
concretarse. El diputado Cantn,
en 1897, present un proyecto al congreso, que fue sancionado,
creando una colonia de
alienados fuera de la ciudad42. El Discurso inaugural de la
Colonia Nacional de Alienados,
estableci, por Ley Nacional de 2 de octubre de 1897, la creacin
de una asilo de alienados,
segn el sistema escocs llamado de "puertas abiertas"(Open
Door)43, destinado a modificar
fundamentalmente la asistencia de estos enfermos. La benfica ley
se debe a la iniciativa
parlamentaria del doctor Cantn quien, convencido de la necesidad
de proceder a la reforma de
esa asistencia, pidi en la cmara de diputados que se implantara
en nuestro pas este nuevo
sistema de tratamientos. El discurso, llev el convencimiento a
todos cuantos le escucharon y
un mes ms tarde de presentado su proyecto, fue convertido en
ley. El resultado fue que el
manicomio de mujeres busc su remedio en la Quinta de Lomas y el
de hombres lo encontr
en la Colonia de Lujn (Open-Door). Los otros asilos que tambin
fueron utilizados para
aliviar el hacinamiento de los de Capital fueron el Asilo
Melchor Romero de la Plata44, que se
fund poblado con treinta alienados procedentes del Hospicio de
las Mercedes y tambin se
enmarc dentro del sistema de "puertas abiertas". En tanto el
Asilo-Colonia mixto de Oliva45,
segn el comentario de Ingenieros, constaba de 33 pabellones
aislados, rodeados por una
superficie de 600 hectreas, sus instalaciones eran inmejorables,
y para el ao 1917 contaba
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con una poblacin de 1522 alienados de ambos sexos.
La ley 4953, que se promulg el 28 de julio de 1906, tuvo
trascendental importancia por crear
asilos y hospitales regionales para la asistencia y tratamiento
de toda clase de enfermedades.
Segn Cabred, dio la solucin completa, al importante problema de
asistencia pblica
nacional46.
El panorama sigui siendo desolador, especialmente por el
hacinamiento y la falta de atencin
psiquitrica.
Si analizamos el cuadro N1 podemos ver el incremento de los
enfermos mentales en
comparacin a los retardados, tambin realizamos una descripcin
por provincias, segn los
datos aportados por Melndez y Coni en 1869.
Cuadro N 1
Fuente: Melndez y Coni, Consideraciones sobre la estadstica de
la enajenacin mental en la provincia de Buenos Aires. Imprenta
Coni, 1880.
Comparando el nmero de locos con el total de habitantes, las
provincias de Buenos Aires,
Crdoba, Mendoza y La Rioja son las que tienen la mayor cantidad
de alienados y en cuanto a
la proporcin de idiotas e imbciles se destacan Salta, Buenos
Aires, Tucumn y Crdoba.
Caben algunas dudas sobre el censo de poblacin y la falta de
seriedad no sabemos si hubo
inclusin de negros e indios. Ingenieros seala que- "...la
poblacin de alienados por
nacionalidades ha sido y es proporcional a la poblacin adulta;
por computar en el clculo de
poblacin total a los menores, aparecen desproporcionadas las
cifras de extranjeros. La
poblacin de retardados blancos es tambin proporcional a la
poblacin menor de edad, segn
nacionalidades...".
A partir de 1870 el clculo por provincias resultar ms difcil, ya
que el envo de alienados a
Buenos Aires ser frecuente, la nacionalizacin de los hospicios y
colonias regulariza esta
situacin. En cambio los retardados, especialmente los de color
(opas), se quedarn en su
provincia de origen. Una pregunta bsica es cul es el factor de
aumento de los alienados?
Podemos decir que desde 1870 a 1910 la inmigracin explica este
fenmeno. Hacia el ao
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1920 de los 15.000 alienados probablemente existentes en la
Repblica, estn hospitalizados
8.800, distribuidos de la siguiente forma:
Fuente: Melndez y Coni, Consideraciones sobre la estadstica de
la enajenacin mental en la provincia de Buenos Aires. Imprenta
Coni, 1880.
Vemos que a medida que pasan los aos los enfermos mentales van
aumentando, as tambin
las dificultades del asilo para darles la contencin, ayuda y
tratamiento necesarios47.
Alienismo, Higienismo y Espacio Manicomial
A medida que la ciudad de Buenos Aires crece demogrficamente, la
percepcin mdica de los
problemas sanitarios, ya sea de la locura u otras enfermedades
estarn por encima de la caridad
misma en forma de limosna. La higiene fue impulsada como un
resorte de tecnificacin por
parte del Estado, los mdicos de la poca como Cantn, Bosch y
otros no slo se ocupaban de
difundir el discurso higienista en el gobierno, tambin lo hacan
en los hospitales y/o asilos.
Pero en realidad todo esto formaba parte del ideario positivista
del progreso. Como lo expresa
Bethell "...la poltica cientfica se haba entremezclado con los
dictados del constitucionalismo
histrico...". Esta generacin prefiri el tema sociolgico aplicado
a los fenmenos de la vida
nacional en su aspecto histrico y poltico. Desde que nace, el
positivismo ve en los problemas
sociales el ltimo y esencial objeto de su concepcin
filosfica48.
Con el higienismo, como sostiene Vezzetti49, la burguesa
encuentra las condiciones para erigir
una nueva figura de reformador social, ungido por la ciencia y
los ideales filantrpicos. Un
ejemplo interesante nos lo da una carta dirigida a Emilio Coni,
en 1898, donde se hace
referencia a su trabajo sobre Higiene aplicada a la provincia de
Corrientes, diciendo que
"...Usted entrega ahora a la ejecucin del Gobierno un verdadero
tratado de higiene pblica
para la provincia, librando por entero a su accin la aplicacin
prctica de las ideas enunciadas,
a fin de colocar a aquel Estado en condiciones de civilizacin y
de progreso, bajo el punto de
vista mdico..."50. La figura del mdico se modifica, era un
poltico mdico con una marcada
identidad de "lo social". Encarnando de esta manera al
funcionario higienista, el que siempre
estar compenetrado en el movimiento mdico social, en lucha
constante contra los grandes
males de poca: inmigracin, locura, anarquismo, vagancia, miseria
y dems degeneraciones
existentes en el marco del pas.
El mdico era la figura encargada de asistir a los enfermos, de
promover la salud de los
individuos y el lder natural de los "programas sanitarios", pero
no puede cumplir su misin al
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UsuarioResaltadoCOMIENZA EL HIGIENISMO DECRIPCION DEL ROL
MEDICO
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margen de la poltica de consolidacin del aparato del Estado.
Todas estas cuestiones se
podan observar en un clima continuo de renovacin cientfica,
desde las diversas revistas
mdicas de divulgacin, hasta los centros de estudio. La higiene
pblica se nos presentar
como el signo manifiesto del avance de la civilizacin. Avance
que puede efectuarse a partir
de la organizacin y planificacin de la salud mental de la
poblacin, que precisar de los
hospitales y asilos para prevenir los posibles inconvenientes
que la locura y los locos traen al
pueblo, o sencillamente al ciudadano que ve en esta enfermedad
la presencia indudable de una
epidemia que necesita urgente la prevencin del higienista.
La figura del loco ocup un protagonismo indiscutible en la
sociedad, y aparece
conjuntamente el miedo a la locura. Por eso se trat de separar a
los alienados del resto de los
enfermos en los hospitales generales. La creacin de los
manicomios de la Capital responden a
esta poltica de divisin de los enfermos, que se mantendr por
varias dcadas. Este problema
ser resuelto parcialmente aumentando el nmero de camas de los
manicomios o fundando
nuevos institutos de psiquiatra, pero lo que import sobre todo
en materia psiquitrica, era, no
slo albergar a los locos y tratar su terrible enfermedad, sino
evitar que se siga enloqueciendo a
la poblacin de la Repblica.
La asistencia social en funcin de la higiene mental fue todo un
problema nacional que precis
una resolucin urgente por parte de las autoridades competentes,
en la lucha que la medicina
social entabl en defensa de la salud integral de la raza y la
poblacin, "...Con la organizacin
de dispensarios, preventorios y sanatorios para enfermos
mentales, se puede decir que se inicia
la higiene mental contemporneamente con las nuevas orientaciones
en la clnica y teraputica
de las neurosis..."51. Tanto la Sociedad de Beneficencia y dems
entes paraestatales, estatales y
privados, que realizaron una labor eficaz e indiscutible con sus
propsitos, no encontraron una
unidad de accin unificada en donde pudieron establecerse las
bases econmicas
indispensables a toda lucha contra las enfermedades mentales, el
Dr. Bosch dijo "...No es
aconsejable salvo necesidades perentorias exigidas por causa
mayor propiciar, recurriendo a
las autoridades competentes, el aumento de capacidad de los
hospitales existentes. No lo es
hasta por una razn de economa..." y segua "...Otra deficiencia
de nuestros manicomios,
reside pues, en la centralizacin de la asistencia
psiquitrica..."52.
Todos los establecimientos psiquitricos gravitaron sobre el
presupuesto nacional, excepcin
hecha del Hospital Melchor Romero53, que sostena el Gobierno de
la Provincia de Buenos
Aires, por lo que el Estado pag los gastos que necesitaba la
asistencia psiquitrica. Pero el
Estado no alcanz con sus recursos a organizar en las provincias
una poltica hospitalaria que
permitiese el normal funcionamiento asistencial. As como las
provincias y las
municipalidades, se ocuparon de proporcionar a sus habitantes
pobres, que tenan la desventura
de enfermarse, una cama en un hospital o un especialista en un
consultorio externo, por las
mismas razones tenan el deber de suministrar una cama y
organizar consultorios externos, con
especialistas apropiados, para los enfermos mentales. No hubo
causa apreciable que motivar
la separacin entre los enfermos mentales y el resto, pero
igualmente los locos iban a perder el
derecho a la asistencia, en su propia provincia54. Creemos que
si las provincias y
municipalidades hubieran podido crear sus propios hospitales
psiquitricos o contribuido a
pagar los gastos que requiere la asistencia de los alienados,
como se hizo con los enfermos
pobres, quizs en poco tiempo desaparecan todas o las principales
deficiencias que expusimos
anteriormente. Los nicos antecedentes que hay son las propuestas
que el Dr. Juan Obarrio
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UsuarioResaltadoCOMO LO SABE??
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UsuarioResaltadomm.. no le creo..
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envi al Congreso ordenando las fuentes de recursos para la
creacin de establecimientos.
Obligando a las provincias al cuidado de sus alienados;
establecindose las normas directrices
de su organizacin; as crearon una Comisin55 de vigilancia de
parte del Estado, sobre las
instituciones nacionales, provinciales y privadas. Se puede
decir, sin exageracin, que la
asistencia social del alienado deja mucho que desear en nuestro
pas. Las plazas disponibles,
que para aproximadamente 1914, eran ya notoriamente escasas,
apenas aumentaron luego; y en
cambio la poblacin del pas creci casi el 40 % sin que hayan sido
habilitados nuevos
establecimientos y sin que los existentes hayan aumentado en
forma sensible sus instalaciones.
Esta situacin se agrav por el aumento de los alienados
recluidos; hasta 1915 la proporcin se
haba mantenido entre 0.82 y 0.97 para cada mil habitantes del
pas; pero esas cifras subieron
en 1922 a 1.21 por mil. Fcil es advertir a travs de estas
circunstancias y de aquellos nmeros,
que la falta de hospitales o de plazas no slo redunda en
menoscabo directo de los enfermos,
sino que dan la nota de gravedad que para el pas reviste el
aumento de las internaciones.
La capacidad de los hospitales de la capital result, por razones
obvias, cada vez ms
insuficiente, y de ello provino el amontonamiento de enfermos
con prejuicio de la ms
elemental higiene hospitalaria, o el rechazo, perjudicial a la
profilaxis social; o la abstencin
de internarlos, por parte de las familias, es definitiva
perjudicial para ellos mismos56.
Ms all de los discursos y los proyectos promisorios por arreglar
esa situacin, sta se
mantuvo varios aos, sin cambios por lo menos en la ciudad
capital. Los directores de
hospitales enviaban cartas a las autoridades gubernamentales, y
el Estado se mostr diligente
para realizar obras de ensanchamiento de hospitales comunes,
pero a nadie preocup en
definitiva que no obstante haber sido construidos para mil
alienados, los hospitales contenan
dos mil y seguan recibiendo nuevos.
Esa indiferencia se debi, en cierto modo, al sistema de
descentralizacin implantado por la
Comisin Asesora, que se inscribe en el nombre, porque los
hospitales y asilos regionales
forman otros tantos centros a veces muy distantes, si bien menos
que de la capital, del asiento
del enfermo; y tienen el defecto de evitar que las provincias o
las municipalidades cuiden de
sus alienados y aprendan con ello el modo de disminuir su nmero.
La indiferencia tiene, sin
duda, por base principal, la falta de cultura psiquitrica as
como la escasa difusin de las
transformaciones de las tcnicas psiquitricas modernas. Una vez
habilitado el Asilo mixto de
Oliva, ataj a casi todos los enfermos del interior, que antes
iban a parar al Hospicio de las
Mercedes.
Insisto en discurrir sobre las condiciones de la asistencia al
alienado en el pas, y no quiero
dejar de sealar que a primer golpe de vista, en 1913, la
proporcin del movimiento de
alienados varones, parcialmente excluida la provincia de Buenos
Aires, fue de 0.48 %. No era
de esperar que esa proporcin se repartiese por igual en todo el
pas, pues es sabido que los
grandes centros de poblacin comportan mayor cantidad de
alienados. Pero la desproporcin
resulta enorme, no a favor de los centros, sino exclusivamente
en el de la Capital Federal.
Llama la atencin el hecho de que, durante el quinquenio, haya
correspondido en el
movimiento de alienados la cantidad de 4121 enfermos a la
Capital Federal, y slo la de 1680
a todo el resto de la Repblica, excluida de ste la provincia de
Buenos Aires, que si bien
figura en las estadsticas del Hospicio de las Mercedes con 1152
enfermos, cuenta con su
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hospital propio.
En realidad no haba un criterio regional en la construccin
hospitalaria, y no se justificaba que
la regin ms apremiada en 1913 siguiera postergada en lo que se
refiere a la construccin de
establecimientos psiquitricos; y esto considerando lo notable y
continuo de los proyectos
llevados a cabo por el poder poltico y el higienismo para
proveer de asilos el pas. Los
hospitales de esta regin de la Capital a la cual convergen,
adems de los propios, algunos
enfermos del interior, muchos de la provincia de Buenos Aires y
todos los de los territorios
nacionales, fueron aumentados desde muchsimos aos a esta parte.
Es cierto que algunos de
ellos redoblaron el nmero de sus enfermos; pero su capacidad
real aument poco y siempre
en condiciones precarias, mediante la utilizacin de materiales
viejos o el relleno de todo
recoveco aprovechable, mientras la actividad de las autoridades
pareci estar slo dedicada a
preparar un porvenir brillante a la asistencia de los futuros
alienados del interior de la
Repblica. Los higienistas, en algunas oportunidades, analizaban
y expresaban diversos puntos
de vista acerca de los proyectos que entraban en vigencia. Antes
de la creacin del hospicio de
las Mercedes, mdicos como Melndez, Coni o Maglioni,
reflexionaban acerca de la cruel
historia por la que pasaban los locos en el "cuadro de dementes"
del Hospital General de
Hombres: "...en condiciones de completa aglomeracin, en
calabozos hmedos, oscuros y
pestferos", "...sin otra cama que el desnudo y fro suelo,
aquello no era un asilo de caridad, era
ms bien un depsito de seres humanos, sumidos en la ms espantosa
miseria..."57.
Cmo esperar que un hospicio tenga el lugar suficiente si el
problema del hacinamiento58 nace
con l; evidentemente la funcin del mismo como casa de curacin
y/o tratamiento de la locura
ser ineficiente. Los pacientes se encontraban amontonados y
dorman de a dos en una cama,
adems tenan que ponerlas en galeras o usarlas de comedores
generales, este panorama nos
demuestra las imposibilidades que presenta todo tratamiento de
la enfermedad. Esta
problemtica se relacion con la inmigracin59. La poblacin de los
hospicios va a crecer
demogrficamente segn la curva inmigratoria, es decir, que se
llenaron de inmigrantes sobre
todo italianos, que ingresarn al pas en la primera corriente
inmigratoria. Segn los datos
aportados por Gache, "...Los italianos son los que ms fcilmente
pierden el uso de la razn, en
esta ciudad, y esto se justifica si se considera el crecido
nmero de inmigrantes de esa
nacionalidad que anualmente llega a nuestras playas, y tambin el
apego inmoderado a la
fortuna cuya prdida produce con frecuencia innumerables
vctimas...".
Cmo se entiende la ecuacin alienismo-espacio manicomial? Se
llega en algn momento
definitivamente a organizar este espacio, se define una doctrina
a seguir, un fundamento?
Podemos decir que s, quizs no como lo hubieran soado algunos
mdicos idealistas de la
poca, pero s de alguna forma, los cambios fueron explcitos y
duraderos. Cuando Melndez
se hizo cargo de la direccin del Hospital de Hombres, propona la
doctrina y la tecnologa del
alienismo, inspirado en Pinel60 y Esquirol61, de all en ms ese
espacio manicomial se organiz
segn esos principios62.
El "grito libertador" de Pinel63 lleg a todo el mundo,
contemporneamente una campaa
parecida se realizaba en Inglaterra y Alemania, por obra de
Tuke, Reil y Langermann, y la
Repblica Argentina sigui las vicisitudes que experimentaron la
mayora de los pases. Desde
la inauguracin del Hospicio de las Mercedes, fundado por Bosch
en 1863, los
establecimientos manicomiales se multiplicaron y fueron ocho las
dependencias nacionales. En
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UsuarioNota adhesivapero no era director del de
mujeres'???!!!!
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la sesin del 26 de julio de 1905 fue presentada una ley, por el
ex diputado, Dr. Gernimo
Barco, secretario de la Comisin, para la construccin de dichos
asilos, y se aprob en la
Cmara de Diputados. Si el proyecto no lleg a sancionarse fue
porque, con motivo de las
repetidas conferencias que el suscrito celebraba con el
Ministro, Dr. Manuel Montes de Oca,
este tom inters en solucionar el asunto, y decidi elevar al H.
Congreso un proyecto de ley,
dando ms amplitud al pensamiento, pues abarcaba lo relativo a la
asistencia hospitalaria de
toda clase de enfermos del pas. Preocup al gobierno las
deplorables condiciones en que se
encontraba el pas respecto de la atencin asistencial, no slo en
salvaguarda de los intereses
sociales, sino cumpliendo deberes de humanidad, a los enfermos
indigentes y a los alienados e
idiotas; as como el tratamiento de males que, como la
tuberculosis y la lepra, requieren
cuidados especiales para contener su avance. Como medio de
financiacin para resolver estos
problemas se propona la disminucin de un 5 % del producto de la
Lotera Nacional,64 que se
reparta en premios, y su aplicacin a la construccin de
hospitales y asilos regionales en la
Repblica. El problema era alarmante, ya que los nosocomios se
construan sin tener en cuenta
la cuestin del hacinamiento y la falta de personal65.
Los Hospicios
Numerosos sern los testimonios de los mdicos a cargo del
Hospicio de las Mercedes sobre
las situaciones que se sucedan cotidianamente. La mayora coment
que existan 2300
enfermos mientras la capacidad era para 1000, (hacinamiento de
enfermos)66, que tena ocho
mdicos internos (insuficiencia de la asistencia mdica), la
relacin entre enfermeros y
ayudantes era de 1 a 33, sin preparacin de los mismos (en todo
el Hospicio slo 14 tienen
diploma). Adems careca de higiene general, lo que permiti la
difusin de enfermedades
contagiosas y parasitarias, por la inadaptabilidad de los
locales destinados a dormitorios, la
falta de camas y colchones; de ropa interior y exterior. Muchos
alienados dorman en el suelo
o sobre los duros elsticos de hierro de las camas y catres, haba
falta de alimentacin, ninguna
seleccin de enfermos, ni distribucin de los mismos en diversos
servicios, como no fuera la
que se haca con los pensionistas o "considerados", por la
carencia del diagnstico de la
neocropsia (no se practicaban autopsias). Por todos estos
motivos, dirn los mdicos que el
Hospicio de las Mercedes no es una establecimiento modelo, que
merezca el nombre de
hospital67. Nuestro pas evidentemente necesitaba ms
instituciones destinadas al tratamiento
de los enfermos mentales y al mismo tiempo requiri una
organizacin y asistencia de los
mismos ms en armona con los criterios modernos, sustentados por
la ciencia psiquitrica, tal
como se realiz en otras partes del mundo. Acerca de este
Hospicio, el Dr. Melndez, quien
fuera su director durante un tiempo, ha manifestado "...que me
es notorio el estado pecuniario
de la Corporacin y por siguiente es intil que entre en
peticiones que no podrn realizarse.
Esto vendr ms tarde cuando nuestra Municipalidad est en
aptitudes de hacerlo..."68. En
realidad, la provincia de Buenos Aires y la Capital del pas,
donde anualmente se votaba un
presupuesto de veinte millones de patacones para gastos
nacionales, y de ochenta millones de
pesos de moneda corriente para la primera, no pudo introducir
mejoras en las casas de locos
porque no tena cmo hacer frente a las pequeas erogaciones
pedidas por los directores de los
hospicios.
En cuanto al Hospital Nacional de Alienadas, tena un consultorio
externo de la especialidad,
pero las necesidades de una ciudad de 2.000.000 de habitantes,
no podan ser satisfechas por
un solo consultorio y tendran que surgir otros, como sostenan
los mdicos en cada capital de
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provincia. Cul fue la solucin a esta crisis hospitalaria? Se
crearon instituciones para-
hospitalarias, por ejemplo la "Liga de Higiene Mental" que tuvo
despus ramificaciones en
todas las provincias.
En los Anales de Biotipologa, Eugenesia y Medicina Social, el
Dr. Rossi explica que: "El
problema de las psicosis ha recrudecido en estos ltimos aos en
nuestro pas, como lo ha
puesto de manifiesto, entre otras instituciones, la Liga
Argentina de Higiene Mental69 y el
propio Instituto de Biotipologa, por intermedio de su organismo
de asistencia social, obligan a
enfocar los postulados del mismo, para que los estudiosos en
general y el cuerpo mdico en
particular, colabore con el mximo de su eficacia toda vez que se
trate de remediar por el
camino de la profilaxis la enorme difusin de las neurosis y las
psicopatas entre nosotros..."70.
La asistencia social en funcin de la Higiene Mental fue todo un
problema nacional, que no era
tratado lo suficiente por las autoridades, ya que la nica
solucin de los asilos era resolver los
problemas agregando ms camas, y fundando nuevos institutos, que
el Estado nunca pudo
subvencionar; de esta manera el tratamiento de las distintas
patologas era nulo. Las primeras
medidas de higiene y profilaxis mental en la provincia de Buenos
Aires, fueron promovidas
por el Hospital Melchor Romero, donde parte del presupuesto se
destin a difundir, por medio
de publicaciones diarias, las nociones generales de higiene
mental, tratando de poner en alerta
a la poblacin sobre la degeneracin de la raza71, o la conducta,
conjuntamente con
reproducciones del material de propaganda antialcohlica de la
Liga Nacional de la
Templanza. Todas estas iniciativas fueron aplicadas de forma
dispersa y analizando el fondo
de estos problemas, veremos que en ltima instancia la cuestin de
la asistencia social era una
inconveniente financiero; en consecuencia, para resolverlo, se
necesit arbitrar los fondos
necesarios para su realizacin. Esto tardar mucho en concretarse,
un ejemplo para poder
resolver la cuestin financiera fueron las organizaciones
mutuales, dirigidas por el Estado,
asegurando a la poblacin los beneficios de la salud72.
Cul era la utilidad de estas instituciones para-hospitalarias?
Los psiquiatras pensaban que
estos nuevos organismos estaban destinados a evitar o aminorar
un sinnmero de
internaciones, pero organizando estos nuevos servicios de
asistencia no se resolvieron los
problemas que planteaba la alienacin mental.
Para solucionar el tema de los desbordes hospitalarios, en
determinado momento los
psiquiatras diferenciaron, en los establecimientos respectivos,
a los enfermos, de acuerdo a su
curabilidad y adaptabilidad al trabajo, mientras que en un
principio la divisin fue motivada
por estados de agitacin, tranquilidad, etctera. Siguiendo estos
fundamentos se propici la
organizacin de dos tipos de establecimientos, uno de los cuales
fue destinado a los enfermos
afectados de psicosis agudas, llamado por algunos Clnica Mental,
en donde ms del 50 % se
supone se curara. El otro era para los enfermos crnicos y los de
larga evolucin o
convalecencia. A esta divisin se le atribuy una extraordinaria
importancia, por estar
relacionada a la cuestin teraputica (laborterapia para los
crnicos; clinoterapia73 en los
agudos), no obstante, la distincin por mltiples razones, es un
criterio rgido en virtud de que
muchos enfermos, aunque crnicos, no podan enviarse a las
colonias y, otros, eran
inutilizables para el trabajo. Adems de la derivacin a las
colonias agrcolas, alejadas del
Hospital, se organizaron oficinas y talleres para
ergoterapia.
A la colonia Open-Door, que dependa (del Hospicio de las
Mercedes), se enviaron los
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enfermos crnicos, que estaban en condiciones de aplicarse al
trabajo y aqullos otros que
convalecientes de una enfermedad mental, tuvieran necesidad de
permanecer bajo vigilancia
mdica, antes de reintegrarse a la sociedad. Los convalecientes y
los incurables se enviaban al
taller de la Colonia, hasta la curacin completa, de acuerdo a la
determinacin de los
facultativos que los asistan. El criterio de la derivacin de
pacientes de un Hospital a la
colonia domin la organizacin psiquitrica y la deficiencia tambin
estuvo intrnsecamente
ligada durante mucho tiempo a la centralizacin de la asistencia
psiquitrica. Hasta el ao 1930
la asistencia en el pas se hizo en siete establecimientos, de
los cuales dos son hospitales o
asilos urbanos, con colonia agrcola dependiente, el Hospicio de
las Mercedes y el Hospital
Nacional de Alienadas. Otro era Hospital comn con rama
psiquitrica predominante en donde
se us el sistema Open-Door74, nos referimos al Hospital Melchor
Romero, vivan enfermos
generales y locos. Dos eran pequeos hospitales psiquitricos
dedicados a la enseanza, los del
Litoral y Crdoba, con no ms de cien camas cada uno; otro era el
Asilo de Retardados en
Torres. Finalmente se encontraba el Asilo de Oliva, con su
sistema open-door, que reuna
caractersticas del hospital, asilo y colonia, con sus servicios
de "admisin" (que sera el
hospital psiquitrico); sus talleres teraputicos, en los que
trabajaban, lo mismo que en la
colonia agrcola, un porcentaje de enfermos elevados en relacin
con la escasa dotacin de
empleados con que contaba el establecimiento; sus servicios de
ciruga, de intercurrencias, de
vigilancia continua para agitados, agresivos, fugadores,
etctera; y finalmente el asilo, formado
por pabellones de impedidos, gatosos, tuberculosos, etctera.
Habilitado el Asilo en Oliva (provincia de Crdoba), el 1 de
junio de 1824, fue ocupado de
inmediato por sucesivas remesas de enfermos de Buenos Aires. Los
ingresos sucesivos
sumaron hasta el 30 de junio de ese ao 11.361, diferenciados en
8.810 ingresos directos,
contra 2.551 trasladados del Hospicio y del Hospital Nacional de
Alienadas. Las
construcciones fueron veinte en un principio, distribuidas en
diez pabellones para hombres y
diez para mujeres; en 1923 se habilitaron siete villas ms en la
seccin de mujeres, de
inmediato ocupadas por 600 enfermas remitidas por el Hospital
Nacional de Alienadas, que
necesit nueva sangra. En los aos 1929-30 se habilitaron 300
camas en seis desvanes de las
villas inauguradas en el ao 1923, ocupadas como en aquella fecha
por 300 enfermas que
remiti el Hospital Nacional de Alienadas. Tanto para el Hospicio
como para el Hospital
Nacional de Alienadas y la Colonia de Open-Door, (hoy Hospital
Interzonal Domingo
Cabred), el Asilo Colonia Regional de Oliva, sirvi de receptculo
complaciente que en varias
oportunidades les ofreci el expediente transitorio de la
sangra75. Vemos que en los catorce
aos de existencia del Asilo Colonia de Oliva, contra 2550
enfermos ingresados por traslado,
"cumpliendo el papel inicial de receptculo" se puede anotar
8.810 ingresos directos. La
poblacin de Oliva para estas fechas es de 3.600 enfermos de
ambos sexos, es fcil deducir
que los ingresos directos en tan alto nmero hicieron imposible
el futuro ingreso por traslado
desde los establecimientos de Buenos Aires. De los 2.018
enfermos ingresados al Hospicio de
las Mercedes durante el ao 1927 (memoria de dicho ao), 1895, (el
93.9 %) proceda de la
Capital Federal, provincia de Buenos Aires, y territorios
nacionales del sud; 101, (el 5 %), del
litoral (Santa Fe, Entre Ros y Corrientes), y 22, (el 1,1 %) del
centro y oeste (Crdoba, San
Luis, San Juan y Mendoza).
Igual ocurri con los ingresos del Hospital Nacional de Alienadas
(memoria del ao 1926), en
que, de las 1420 enfermas ingresadas ese ao, 1320, (el 92,3 %),
procedan de la primera zona
nombrada; 78, (el 5,5 %), de la segunda, y 32, (el 2,2 %) del
resto. El Hospicio de las
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Mercedes y el Hospital Nacional de Alienadas recibieron sus
enfermos en la proporcin del
93,1 % de la Capital Federal, provincia de Buenos Aires y
territorios nacionales del Sud, y el
6,9 % del resto del pas; inversamente Oliva recibi el 0,5 % de
la Capital Federal y el 99,5 %
del resto del pas. Se contaron los ingresos directos, no los
trasladados de Buenos Aires, que
en nmero de 2551 daran porcentajes sensiblemente diferentes.
Podemos dividir al pas en las
dos zonas precitadas. La mayor densidad de la poblacin y la
mayor difusin de la red
caminera o ferrocarrilera, que fue su corolario, explican la
circunstancia del mayor nmero de
internaciones en ese radio, en contraposicin a las dificultades
de traslado y mayor recorrido
que se necesit en el resto del pas. Se explicara as la
discrepante situacin entre los
hospitales bonaerenses y el Asilo de Oliva, sin embargo el Dr.
Ferrer, mdico-interno del
Asilo de Alienados de Oliva, explica que: "...Hasta el presente
los establecimientos de la
Capital Federal, la Colonia Cabred y el Asilo de Oliva, han
llegado al hacinamiento con
enfermos aportados de todas las zonas del pas, segn las
facilidades que las provincias han
encontrado para el alojamiento de sus alienados. Nuestro Asilo,
pobre en apariencia de
ingresos de procedencia de la Capital Federal y de la provincia
de Buenos Aires, ha tenido que
recibir en algunos aos, fuertes remesas de enfermos de aquella
regin, cuyo nmero ha
ascendido a la cifra de 2551 entre los aos 1914 y 1928,
representando, sobre la totalidad de
los ingresos habidos en esos aos, que ascenda a 11.361 el 22 %.
Estas remesas fueron
dispuestas por el Gobierno, a los efectos de librar del
hacinamiento a los manicomios de la
Capital Federal..."76. Los ingresos anuales acusaron en Oliva un
aumento incesante y an
manteniendo estacionario el quantum de los ingresos, al cabo de
un par de aos tambin hubo
hacinamiento en l. En este Asilo result problemtica la
posibilidad de rechazar enfermos por
seleccin, ya que en su mayor parte eran conducidos por empleados
de polica, que contaban
con el importe justo de los pasajes; no pudindoselos rechazar
fundadamente con menos de
cuarenta y ocho horas de observacin en los casos ms favorables,
a fin de dejar slo a los
forzosamente internables, en el caso de adoptar el criterio de
la seleccin. Fcil es advertir que
en Oliva se estaba tambin cerca del problema del hacinamiento a
corto plazo, si no se
adoptaban medidas urgentes que reglamenten las condiciones de
ingreso. Con la seleccin de
las patologas que ingresaban slo se poda mantener en
estacionamiento la cifra de ingreso.
Se pudo notar que los manicomios metropolitanos sufrieron,
durante prolongadas etapas, el
abarrotamiento, sin posibilidad de drenar el excedente a ninguna
parte, y Oliva, como centro
de asistencia de todo el resto del pas, estaba abocado al mismo
problema. Ante este mal que
aquej a todos los establecimientos manicomiales, hubo tambin una
urgencia: la de aplicar
criterios teraputicos. Estos fueron el de urgencia o sintomtico,
y el curativo o causal. Pero
an aplicando la lgica teraputica curativa, urgi atender el
sntoma alarmante asfxico que
resulta del hacinamiento. La solucin se concibi creando un nuevo
establecimiento que
ofreciera la posibilidad de servir de drenaje inmediato a los
manicomios metropolitanos, que
comparta con Oliva la admisin de enfermos del interior de la
Repblica, y al mismo tiempo
convertirlo en un centro de asistencia con servicios de
profilaxis, clnicas, talleres, colonia y
asilo adjunto. Otra caracterstica importante para la construccin
de un nuevo asilo fue el tema
de las vas de comunicacin, ste ser un factor importante para el
problema de los alienados,
porque a mayor distancia y dificultades de traslado de los
enfermos, estos ingresan en peores
condiciones de salud, con un porcentaje de mayor
fallecimientos77 y de cronicidad. Otra
situacin preocupante era el traslado, ntese que antes la
dificultad en trenes y caminos hacan
que un alienado permaneciese con las autoridades policiales de
uno a seis meses. Sobre un
total antes expresado de 11.361 alienados en Oliva, el 57, 3 %
era internado por la polica y
slo el 42,7 % internados por familiares y otros. Para terminar,
aclaramos que de lo expresado
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se despende la funcionalidad y constitucin en red de los
hospitales psiquitricos nacionales,
donde peridicamente se realizaban rotaciones y derivaciones de
enfermos mentales.
Conclusin
La Razn y la Sinrazn, la enfermedad, las degeneraciones y sus
males son algunos de los
tpicos que organizan un tema central sintetizado con las
palabras "asistencia manicomial". La
locura y la salud adquieren una dimensin pblica que requiere una
activa participacin del
Estado para realizar los diagnsticos y proponer las soluciones,
empleando siempre el lenguaje
del "orden y el progreso". El loco, como los alienistas no
existieron solos, reflejaron a los que
tenan trato con ellos y al mismo tiempo influencia. Encarnan y
transforman simblicamente
los valores, las aspiraciones del Estado Nacional, de la
sociedad y de los grupos de poder. El
modelo asilar fue planteado segn los cnones europeos al igual
que las tcnicas del
tratamiento de la alienacin y constituyeron en parte a la utopa
de la nueva organizacin
psiquitrica. sta se inscribe en la que el Estado Nacional
necesit como institucin para
plasmar su visin ideolgica-poltica, el resultado fue obvio: el
hacinamiento, la falta de
mdicos especializados y las contradicciones dentro del mismo
crculo de profesionales. La
internacin se convirti en un depsito en el cual se mantena en
reserva a los inmigrantes y /o
anarquistas, sometindolos a la inaccin, la mala alimentacin y el
hacinamiento y no tardaban
en hacerlos desaparecer detrs de la imagen de la locura. La
indigencia encerrada se trasform
en un elemento indispensable para el Estado, que crea que era
una forma de suprimir la
pobreza, el atraso, el crimen y las manifestaciones ideolgicas
que no fueran conservadoras.
Pero con el paso del tiempo esos confinados llegaron a ser tiles
para los poderes pblicos, ya
que trabajaban en la construccin y preservacin de los asilos,
eran utilizados como
abastecedores de sangre, para los bancos de los hospitales,
constituyndose en mano de obra
barata.
Hasta aqu hemos planteado algunas de las vicisitudes que hacan a
la asistencia manicomial
en Buenos Aires sin dejar de darle un espacio a la locura y al
enfermo mental.
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UsuarioResaltadoesta muy beuno pero... de donde lo saca a
esto????????
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Notas al pie:
1 Ramos Meja, J. La Neurosis de los hombres clebres (1878),
Buenos Aires. La Cultura Argentina, 1915
2 Vase Ingenieros, La locura en la Argentina. (1919) Buenos
Aires, L.J.Rosso, 1937.
3 Vase el Acta de la Fundacin de la Sociedad de Beneficencia en
"Instituciones de la Sociedad de Beneficencia y Asistencia Social"
(1823-1852)
Tomo I. Archivo General de la Nacin, Buenos Aires. 1999.
4 Se refiere al "cuadro de dementes" del Hospital de Hombres.
Maglioni, N. Los manicomios 1879.Tesis de Doctorado.
5 Ibdem.
6 Ob. Cit, Pg 1.
7 Vase Foucault,M. Historia de la Locura en la poca clsica. Tomo
1 Fondo de Cultura Econmica. 1998. (primera edicin en Pars
1964)
8 Ibd. Cit.3.
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9 Hospital Nacional de Alienadas Legajo nro. 199. Archivo
General de la Nacin.
10 Ingenieros, J. Observa lo siguiente ". El 7 de diciembre de
1854, por iniciativa de la Sociedad, se resolvi crear una "Casa
correccional de Mujeres".
Para ello solicit "el edificio que existe en la Convalecencia,
que sirvi de cuartel, el cual fue concedido por el gobierno el 4 de
enero de 1855, previo
informe de la Comisin Filantrpica. La fundacin se posterg y all
se puso el 28 de marzo de 1882 la "casa de campo para convalecencia
de
expsitos; en 1871 fue edificada por el gobierno; en 1873 la ocup
el Asilo del Buen Pastor"; desde 1894 la nueva "Sucursal de la Casa
de
Expsitos"..."
11 La Comisin Filantrpica fue constituida por el Dr. Ventura
Bosch, Mariano Mir y Felipe Botet, se reinstala en septiembre de
1852, y toma a su
cargo el Hospital de Hombres.
12 Opinin de Tomasa Vlez Sarsfield, Inspectora del Hospital de
Mujeres y vocal de la Sociedad de Beneficencia. Vase, Loudet, O y
E. Historia de
la Psiquiatra Argentina. Buenos Aires. Ed. Troquel, 1971.
13 El origen de la finca conocida como Convalecencia permaneci
incierto. En 1908 el Prof. Jos Penna pidi datos al seor Paul
Groussac, que dicen
lo siguiente: En 1734 el vecino Ignacio Zeballos don a los
jesuitas una manzana en el alto de San Pedro, con ms una chacra de
sus inmediaciones,
para que se fundase una casa auxiliar de la Compaa; as se hizo
en 1746 y se llam "Residencia de Beln", llamndose "Chacra de Beln"
a la finca
de sus inmediaciones.
A poco de ocupar, en 1748, el Hospital de Santa Catalina, los
betlemitas adquirieron, entre otras, una finca contigua a la Chacra
de Beln, para trasladar
a el Hospital de Santa Catalina; lo obtuvieron en 1793; pocos
aos ms tarde la Residencia se convirti en Hospital General de
Hombres y en la Chacra
de Beln se hicieron algunas construcciones, dedicadas a los
convalecientes del Hospital. Desde esa poca la parte ms alta de la
Chacra de Beln fue
conocida como Convalecencia. En 1822 pas todo a poder del
Gobierno, que ms tarde confi su administracin a la Comisin
Filantrpica, extinguida
a poco de crearse. En 1832 Rosas erigi el Cementerio del Sud en
la parte Oeste de la Convalecencia, cercenada ya por la instalacin
de los Mataderos;
en el lado Este exista y se ampli un edificio que sirvi de
cuartel en la poca de Rosas. En 1854 la Sociedad de Beneficencia
estableci en el local de
la antigua Convalecencia un hospicio para mujeres, que es el
actual Hospital Nacional de Alienadas. En local del cuartel, al
Este del anterior, se instal,
en 1862, la sucursal de la casa de Expsitos. En la misma finca,
al norte de la Convalecencia, se habilit en 1863 una casa de
Dementes, para hombres.
Se llam "Hospicio de San Buenaventura" hasta 1873, fecha en que
la Municipalidad acord llamarlo "Hospicio de las Mercedes". Ob,
Cit. Pg. 7
14 Los primeros pabellones que comprendan los Servicios Charcot,
Pinel, Esquirol, Magnan, Casa de Mquinas y Cocina Central; quedando
de hecho
incorporado el establecimiento al movimiento intelectual y
material del pas. Vase, Hospital Nacional de Alienadas (Breves
comentarios sobre su
historia) en Revista Oral de Ciencias Mdicas, Buenos Aires.
Archivo Facultad de Medicina. 1945.
15 Nos referimos concretamente a las Seoras socias de la
Sociedad de Beneficencia de la Capital.
16 Foucault, presenta al "furor como un trmino tcnico de la
jurisprudencia y de la medicina; designa muy precisamente una de
las formas de la
locura..." "Pero en el vocabulario del internado dice, al mismo
tiempo, mucho ms y mucho menos; hace alusin a todas las formas de
violencia que
estn ms all de la definicin rigurosa del crimen, y de su
asignacin jurdica: a donde apunta es a una especie de regin
indiferenciada del
desorden, desorden de la conducta y del corazn, desorden de las
costumbres y del espritu, todo el dominio oscuro de una rabia
amenazante que
parece al abrigo de toda condenacin posible..." Ob. Cit. Pg.
2.
17 Gache, S. La Locura en Buenos Aires. Buenos Aires, imprenta
Biedma. 1879
18 La curiosa historia de este lugar- comprendido en la
actualidad, en forma aproximada, por las calles Vieytes, Perdriel y
Avenidas Alcorta y Surez,
dentro de cuyo permetro se alzan los hospitales psiquitricos y
el Rawson- se precis recin a comienzos del presente siglo, gracias
a las
investigaciones del historiador Groussac y del higienista Jos
Penna. Se sabe que en tiempo de la Colonia, all por 1734, un vecino
devoto, D. Ignacio
Zeballos, don a los jesuitas una manzana de su pertenencia, en
lo que entonces llambase Alto de San Pedro, y hoy es el Barrio de
San Telmo. All
deba erigirse una Casa Auxiliar de la Compaa, y eso se hizo en
1746. Se llam la Residencia de Beln y Chacra de Beln a una finca de
las
inmediaciones. Poco despus los betlemitas, curas franciscanos,
adhirieron a un solar contiguo a la Chacra de Beln, extendido hacia
el oeste, que tom
nombre de Chacrita de los betlemitas. Al ser expulsados los
jesuitas en 1767, los betlemitas pidieron la vieja Residencia y la
Chacra de Beln.
Obtenidas en 1793, pocos aos ms tarde, la Residencia se convirti
en Hospital General de Hombres y la Chacra de Beln en sitio de
descanso. Desde
entonces la parte ms alta, que llegaba casi hasta el Riachuelo,
por el sudoeste, empez a conocerse como La Convalecencia. En 1822
la reforma
rivadaviana coloc en manos del gobierno el cuidado de esas
fincas, que, al ser creadas, pasaron a la Sociedad Filantrpica.
Durante la tirana, esos
terrenos fueron repartidos entre el cuartel de La Mazorca, los
mataderos y el Cementerio del Sud. En 1852 se restituyeron, como es
fcil advertirlo, a la
Sociedad Filantrpica. Vase Castro, Jorge. Los Hospitales
Neuropsiquitricos de Buenos Aires. Anales Argentinos de Medicina.
1960.
19 Vase al respecto, Melndez y Coni, Consideraciones sobre la
estadstica de la enajenacin mental en la Provincia de Buenos Aires.
Imprenta Coni,
1880.
20 En 1881 el Gobierno Nacional, a pedido de la Sociedad de
Beneficencia, clausur la Convalecencia, que con una capacidad para
200 enfermas
albergaba 377. La posterior ampliacin de servicios no impide que
1894, por los mismos motivos, el Gobierno disponga que se limite,
en cuanto sea
posible, la admisin de enfermas cuyo estado no importe un
peligro para s mismas o para la sociedad y que puedan ser atendidas
en sus respectivos
domicilios. Archivo General de la Nacin, Actas de la Sociedad de
Beneficencia-Hospital Nacional de Alienadas, pg. 206.
21 El Dr. Osvaldo Egua se gradu como mdico en el ao 1851. Estuvo
al lado del fundador del Hospital de la Convalecencia desde el ao
de su
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creacin, es decir, desde 1854. El doctor Ventura Bosch lo
consider el ms eficaz y abnegado de sus colaboradores. Ob. Cit. Pg.
2
22 Segn Ingenieros, fue director hasta 1869 y Loudet menciona
que asumi la direccin en 1871. Si vemos los datos proporcionados
por el AGN, con
la nmina de directores ubicamos al Dr. Egua en el ao 1860 hasta
1890.
23 Se recibi en la Universidad de Buenos Aires en 1883, su tesis
doctoral vers sobre "Localizaciones cerebrales en las alteraciones
del lenguaje y la
visin". Ibd. Cit. 19.
24 En 1901 se inaugur el Laboratorio, construido segn el modelo
de los mejores establecimientos europeos en su gnero, con el
propsito de efectuar
investigaciones de carcter anatomopatolgicas, a la vez que
estudios experimentales aplicados a la Psiquiatra. Vase Hospital
Nacional de Alienadas,
Breves Comentarios sobre su historia en Revista Oral de Ciencias
Mdicas, pg. 255. Buenos Aires, 1945.
25 Vase, Archivo General de la Nacin, Actas de la Sociedad de
Beneficencia-Hospital Nacional de Alienadas, pg. 207.
26 El Asilo de Alienadas de Lomas, fue construido en la
localidad de Lomas de Zamora, Provincia de Aires, y se inaugur en
1908. - Acerca de la
Sociedad de Beneficencia, vase "Instituciones de la Sociedad de
Beneficencia y Asistencia Social" (1823-1852) Tomo I. Archivo
General de la
Nacin, Buenos Aires. 1999.
27 La anexin del Instituto Lasala y Riglos se lleva a cabo en
1943 cuando se traslad el Instituto de Asistencia Infantil a la
localidad de Moreno, Pcia
de Buenos Aires. Ver Hospital Nacional de Alienadas, (Breves
Comentarios sobre su historia) en Revista Oral de Ciencias Mdicas,
pg. 258. Buenos
Aires, 1945.
28 Ob. Cit. Pg 2.
29 A pesar de la clausura se continu atendiendo en el
consultorio externo y recibiendo desde octubre de 1934 a aquellas
enfermas que por su grado de
peligrosidad o la urgencia de tratamiento justificaban la
necesidad de internacin. Vase, Archivo General de la Nacin, Actas
de la Sociedad de
Beneficencia-