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MARINI Plusvalía Extraordinaria y Acumulacion de Capital 1979

Jul 07, 2018

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    Plusvalía extraordinaria

     y acumulación de capital

    Ruy Mauro Marini

    Fuente: Ruy Mauro Marini, “Plusvalía extraordinaria y acumulación de capital”,

    Cuadernos Políticos, número 20, diciones ra, M!xico, a"ril#$unio de %&'&, pp( %)#

    *&(

    La especial productividad del trabajo en una esfera especial de la producción o en una empresaconcreta dentro de ella sólo interesa a los capitalistas de esta empresa o rama de producción,cuando permita a la rama especial de que se trate conseguir una ganancia extraordinaria con

    respecto al capital en su conjunto o conceda esta misma posibilidad al capitalista individual conrespecto a los demás capitalistas de la misma rama de producción.

    Marx, El Capital, III.

    A esta confusión —determinación de los precios por la oferta la demanda por los precios— !aque a"adir que la demanda determina la oferta #sta, a su ve$, la demanda o, lo que es lomismo, que la producción determina el mercado, a la par que el mercado determina la producción.

    Marx, El Capital, III.

    %n el curso de esta d#cada, en abierto contraste con la pol&tica represiva que, con rarasexcepciones, adoptaron los %stados en el campo cient&fico cultural, el marxismo !a tenidouna notable difusión en los medios intelectuales acad#micos latinoamericanos. %sto !allevado a que, con maor o menor grado de ortodoxia, los estudios reali$ados, desde elpunto de vista de diferentes disciplinas, sobre la realidad de nuestros pa&ses incorporen engrado creciente el instrumental de análisis marxista. %sta incorporación es en s& misma unproceso, que presenta, de manera progresiva, un doble carácter' un mejor conocimiento dela obra de Marx de las corrientes que de ella se !an derivado, por un lado, , por otro, unenriquecimiento de la representación formal de la realidad latinoamericana, en la medida enque, por obra de su propio desarrollo, las caracter&sticas tendencias que le son in!erentes a#sta se !acen más acusadas. As&, en econom&a, tras un rec!a$o airado a toda preocupación

    respecto a los problemas de la circulación un sesgo productivista que correspond&a alenfoque parcial con que Marx aborda los problemas en el primer libro de El Capital, se asistea!ora a un esfuer$o de los marxistas por apre!ender el conjunto del ciclo económico, con loque adquiere nuevo inter#s la dial#ctica entre producción circulación, que constitue elobjeto de los dos primeros libros de la obra. %llo conduce a que a(n estudios no marxistas,acostumbrados a enfocar la problemática económica desde el ángulo de la demanda tiendana introducir tambi#n en sus trabajos aspectos del instrumental marxista.

    %ntre otros aspectos, destaca el inter#s que comien$an a despertar en los economistaslatinoamericanos los esquemas de reproducción del capital, que Marx expone en la tercerasección del libro II. %sos esquemas cobraron gran actualidad por dos ocasiones en eldesarrollo del marxismo, dando lugar a pol#micas enconadas, que a(n !o suscitanconfusión. %n nuestro caso, es decir, en su aplicación a las econom&as dependientes, suimportancia adviene de una ra$ón concreta' el notable desequilibrio intersectorial que se

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    observa en dic!as econom&as, expresado en la tendencia al crecimiento desproporcionado dela producción de art&culos suntuarios respecto a la de medios de producción de bienes deconsumo necesario, desequilibrio que se combina con el predominio en la producciónsuntuaria de capital extranjero , por ende, de tecnolog&a superior a la media, estructurasmonopólicas manipulación de precios.

    %s innegable que los esquemas de Marx proporcionan un instrumento adecuado para abordarel tema. %xiste, sin embargo, el riesgo de que, como ocurrió en las dos ocasionesmencionadas, sean llevados más allá de sus posibilidades se enfoquen a la solución deproblemas que ellos de por s& no pueden resolver. )or otra parte, utili$ados arbitrariamente,los esquemas pueden favorecer la sobrevaloración de la circulación, que caracteri$a a laeconom&a neoclásica *la cual !a inspirado, en sus or&genes, a la actual ciencia económicalatinoamericana+, permiti#ndole tomar nuevo aliento sesgar en beneficio propio los análisisbasados en ellos.

    onviene, pues, verificar qu# son realmente los esquemas de reproducción qu# papelcumplen en la construcción teórica de Marx, antes de aplicarlos al estudio de nuestra

    realidad. %n este trabajo nos proponemos reali$ar, aunque someramente, esta tarea examinar en seguida algunos intentos de utili$ación de dic!os sistemas en Am#rica Latina,que nos !an parecido significativos.

    I

    -. Al emprender la exposición de los esquemas de reproducción, Marx abandona el punto devista del capital individual la fórmula del ciclo del capitaldinero del capital productivo,que adoptara en la sección precedente del libro II, para enfocar el proceso desde el punto de

    vista del capital total con arreglo a la fórmula del capitalmercanc&as./-0 %llo se explica porel !ec!o de que, a!ora, el objeto de la investigación no es el capital strictu sensu, es decir, lamasa de mercanc&as que se destinan a la valori$ación *capital constante 1 capital variable 1plusval&a acumulada+, de lo que puede dar cuenta tanto la forma 2...23 como la forma )...)4,sino el conjunto del capital social en circulación, que inclue tambi#n las mercanc&asdestinadas al consumo individual5 ello es particularmente importante en lo que se refiere a lacirculación de la plusval&a. %n efecto, aunque la forma M...M3 ofrece la ventaja de considerara la clase obrera no sólo como productora, sino tambi#n como consumidora, en ello no vaimpl&cito sino un cambio de forma de v, a comprendido en las formas 2 ), mientras que laplusval&a no acumulada que se reali$a mediante el consumo individual de los capitalistas, seve&a excluida en estas formas sólo se contempla cuando se anali$a el ciclo con arreglo a M.

    /60 

    %sta primera particularidad que encontramos en los esquemas de reproducción no es de

    modo alguno fortuita. %n su plan de exposición, que contempla primero la reproducciónsimple, en que toda la plusval&a es consumida, no verificándose pues acumulación de capital, luego la reproducción ampliada, en que esto s& se da, Marx no la pierde de vista. Aunque,como indica, la reproducción simple sólo sea una abstracción, no pueda entenderse jamás

    como fase, ni siquiera como en la 7ficción teórica7 de 8osa Luxemburgo /90: 7cuando existeacumulación, la reproducción simple es siempre parte de ella5 puede enfocarse, por tanto, de

    por s& constitue un factor real de la acumulación7./:0  2esde el punto de vistaestrictamente económico es, pues, esta particularidad la que lleva a Marx a establecer losdos grandes sectores de la producción' medios de producción *I+ medios de consumo *II+5a distinguir en este (ltimo dos subsectores' medios de consumo necesario *IIa+, que sedestinan al consumo de los trabajadores, medios de consumo de lujo *IIb+, que la clasecapitalista compra al gastar su plusval&a como renta no como capital, es decir, al atender a

    su consumo individual.

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    Al anali$ar las proporciones en que, a"o con a"o, deben intercambiarse las mercanc&asproducidas en ambos sectores, Marx establece determinadas regularidades para asegurar eldesarrollo normal del proceso de reproducción, que ;ujarin resume como sigue'

    a0 en la reproducción simple, la suma de los r#ditos del sector I debe ser igual al capitalconstante del sector II o' I *v  1 p+ < IIc

    b0 en la reproducción ampliada, todo el nuevo capital variable del sector I la parte de laplusval&a del mismo que se consume improductivamente deben igualar al nuevo capitalconstante del sector II o' I *v  1 = v 1 > p+ < II *c  1 = c +

    en que > expresa la parte de la plusval&a consumida improductivamente = la parte

    acumulada./?0 

    %l ra$onamiento que permite arribar a estos resultados se desarrolla sobre la base de tressupuestos principales. %l primero de ellos, el de que se trata de una econom&a capitalistapura, se debe, antes que nada, al !ec!o de que el propósito de los esquemas es anali$ar las

    condiciones de reproducción del modo de producción capitalista no sus conexiones conotros modos de producción5 esto, que es co!erente con la visión de Marx respecto a latendencia del modo de producción capitalista a convertirse en modo de producción

    universal/@0,  lo lleva, por ra$ones metodológicas, a excluir al comercio exterior' #l estátrabajando no con un pa&s capitalista, sino con el modo de producción capitalista, respecto alcual todo efecto del comercio exterior no puede considerarse sino como neutro./0 %se nivelde abstracción es congruente con la premisa metodológica general de Marx, seg(n la cual'

    %n una investigación general de este tipo, se parte siempre del supuesto de que las condicionesreales corresponden a su concepto o, lo que es lo mismo, las condiciones reales sólo se exponen

    en la medida en que corresponden a su propio tipo general lo expresan./B0 

    %l segundo supuesto, que se deriva del primero, consiste en considerar la existencia tan sólode dos clases' capitalistas obreros , en consecuencia, de dos tipos de ingresos' plusval&a salarios. %n efecto, cuando se trata de reali$ar las mercanc&as que llegan al mercado,

    sólo existen dos puntos de partida /de la masa de dinero circulante0' el capitalista el obrero.Codas las demás categor&as de personas tienen que obtener el dinero para los servicios quepresten de estas dos clases o son, en la medida en que lo perciban sin contraprestación alguna,

    coposeedores de plusval&a en forma de renta, de inter#s, etc#tera./D0 

    %s cierto que 7el dinero que los obreros invierten en comprar pagar sus medios desubsistencia existe previamente bajo la forma de dinero del capital variable , por tanto, es

    puesto primitivamente en circulación por el capitalista, como medio de compra o de pago dela fuer$a de trabajo75 por tanto, 7la clase capitalista constitue /...0 el punto de partida (nico

    de la circulación monetariaE./-F0 Gin embargo, la distinción de esa circulación monetaria endos grandes categor&as es necesaria precisamente porque es as& como se asegura lareproducción de las dos clases antagónicas5 los problemas de la distribución del productoencuentran all& su forma más simple decisiva. )or otro lado, por el !ec!o mismo de que lacirculación de dinero tiene un solo origen' los capitalistas, que a ellos cabe !acer circular latotalidad de la plusval&a, los problemas de la acumulación empie$an precisamente en laforma como #sta se distribue entre inversión consumo, es decir, por la tasa deacumulación. 2e all& la importancia de la subdivisión del sector II en los subsectores a b,tema al que volveremos más adelante.

    omo tercer supuesto, Marx establece una escala de reproducción sobre la base de la mismaproductividad, la misma duración la misma intensidad del trabajo. %n consecuencia, no

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    var&a ni la composición orgánica del capital, ni el grado de explotación, ni la relación básicade distribución. )or !aberse constituido en el supuesto unánimemente cuestionado, en laspol#micas a que dieron lugar los esquemas de Marx, lo examinaremos más detenidamente.

    %l punto com(n a todos los que intervinieron en la discusión suscitada por los esquemas dereproducción fue el problema de su aplicación al estudio del movimiento real del sistemacapitalista. Cal como se situó el debate inicialmente, #ste retomó la cuestión central queplanteara a la econom&a clásica respecto al 7futuro del capitalismo7 /--0' )ero, mientras enla econom&a clásica esa cuestión se enmarcó en una dicotom&a, a partir de una imposibilidadcong#nita del capitalismo para reali$arse como modo de producción !istórico o de un l&mite a

    su desarrollo que no pon&a en cuestión su vigencia en tanto que modo de producción,/-60 enel marxismo, con la sola excepción de Lenin, la discusión tomó otro cari$. As&, en suenfrentamiento con los populistas rusos, tanto ;ulgáHov como Cugan ;aranovsH seapoaron en los esquemas para sostener la posibilidad del desarrollo del capitalismo sinning(n tipo de limitación, lo que, con matices, reapareció en la argumentaciónposteriormente desarrollada por autsH, Jilferding Ktto ;auer5 el problema de lasuperación del capitalismo, por la v&a que fuera, quedaba as& librado a la acción de la luc!a

    de clases, la cual, aunque tomara pie en las contradicciones in!erentes al modo deproducción capitalista, tendr&a que responder sola de su liquidación o de su permanencia./-90 )or el contrario, 8osa Luxemburgo, aunque deslindando campos con los populistasrusos, as& como con el propio Gismondi, acabó por reunirse con ellos al fin del camino alplantear que, aunque determinada por una contradicción interna fundamental, la suerte delsistema se encontraba sellada por su imposibilidad de reali$arse !istóricamente comosistema universal, como supon&an los esquemas5 esto, que negaba los dos primeros

    supuestos de Marx, era establecido precisamente por el rec!a$o al tercer supuesto./-:0 

    A!ora bien, por importante que sea la contribución que el debate sobre los esquemas dereproducción !i$o a la profundi$ación de la teor&a marxista, es evidente que dic!o debateadolece, en su ra&$, de un vicio básico, que, en la pol#mica rusa, Lenin !ab&a a puesto en

    evidencia' la confusión entre lo lógico lo histórico, entre lo abstracto lo concreto./-?0 

    %scrib&a Lenin'

    La cuestión de la reali$ación es un problema abstracto, vinculado con la teor&a del capitalismo engeneral. ue tomemos un solo pa&s o el mundo entero, las lees fundamentales de la reali$acióndescubiertas por Marx son siempre las mismas. %l problema del comercio exterior o del mercadoexterior es un problema !istórico, un problema de las condiciones concretas del desarrollo delcapitalismo en tal o cual pa&s, en tal o cual #poca.

    /...0 2e esta teor&a /de la reali$ación0 se deduce que, aun cuando la reproducción la circulacióndel conjunto del capital fuesen uniformes proporcionales, no podrá evitarse la contradicciónentre el aumento de la producción los l&mites restringidos del consumo. Además, el proceso dereali$ación no se desenvuelve en la realidad seg(n la proporción idealmente uniforme, sino sólo a

    trav#s de dificultades, de 7fluctuaciones7, de 7crisis7, etc#tera./-@0 

    %ste pasaje aclara suficientemente muc!as de las aparentes contradicciones que 8osdolsH

    cree identificar en los textos de Lenin respecto al problema./-0  ueda, sin embargo, laduda, planteada por 8osdolsH, de si los esquemas de reproducción, más que una teor&a, loque es indiscutible, representa la  teor&a de la reali$ación de Marx. Gi esto fuera as&, laposición que tirios troanos establecieron entre ellos los planteamientos sobre losproblemas de la reali$ación que Marx presenta en el libro III *en particular, en la tercerasección+, as& como en su Teorías de la plusvalía, tendr&an evidentemente ra$ón de ser. )ero

    la existencia misma del tercer supuesto de los esquemas la importancia que Marx atribuetanto al grado de explotación como al progreso t#cnico, en el libro I como en el III *al punto

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    de identificar al propio capitalismo como un medio !istórico para el desarrollo de la

    productividad+,/-B0 as& como a la distribución del producto social, etc#tera, indican que nopuede tratarse de una contradicción accidental ni de una nueva 7ruptura epistemológica7,como si el Marx del (ltimo borrador del libro II estuviera renegando de toda su construcción

    teórica./-D0 )or otra parte, la existencia del tercer supuesto no puede atribuirse a una meraoperación de simplificación, por la importancia misma que #l reviste en la elaboración de losesquemas, as& como por el !ec!o de que no !a dificultad de cálculo que no puedaresolverse en esquemas de esa naturale$a mediante artificios adecuados5 sin embargo, porsofisticados que #stos se volvieran entonces por muc!o que quisieran probar, no pasar&ande ser meros modelos de simulación, que no prueban, por esto mismo, absolutamente nada.

    As&, para no cometer el error de confundir los esquemas con una representación formal de larealidad, como se !i$o en el curso del debate mencionado, es necesario considerarlos al nivelde abstracción en que Marx los formuló, para preguntarse entonces la ra$ón de laintroducción del tercer supuesto *los otros dos se sostienen por s& mismos, como a seindicó+.

    6. %l punto de partida para la ubicación correcta de los esquemas de reproducción en laconstrucción teórica de Marx lo da 8osdolsH, al se"alar que el objetivo de dic!os esquemases anali$ar resolver la contradicción existente en el proceso de reproducción del capitalentre el valor de uso el valor'

    )ara reproducir su capital —escribe 8osdolsH— la 7sociedad7, vale decir el 7capitalista total7 debedisponer no sólo de un fondo de valores sino tambi#n encontrar esos valores en una forma de usodeterminada —en la forma de máquinas, de materias primas, de medios de vida— todo ello enlas proporciones determinadas por las exigencias t#cnicas de la producción. La formación del valor del plusvalor a se !alla vinculada aqu&, pues, por motivos t#cnicos, al 7metabolismo social7, auncuando !agamos abstracción de la necesidad de vender las mercanc&as producidas, de !allar

    compradores para ellas./6F0 

    Crátase de un problema que no se !ab&a presentado a uesna, al reali$ar #ste el análisis dela reproducción en su conjunto, por el !ec!o mismo de que, en la agricultura, el procesoeconómico de reproducción, es decir, la reproducción del valor 7se entrela$a siempre /...0 con

    un proceso natural de reproducción7,/6-0 pero que se planteara a partir de Adam Gmit!, porel error básico que, bajo su influencia, cometió a econom&a clásica' confundir el valor del

    producto con el producto de valor./660 )or esta ra$ón, Marx se preocupa, desde el principio,con el !ec!o de que 7el ciclo de los capitales individuales, englobados en el capital social, esdecir, considerados en su totalidad, abarca /...0 no sólo la circulación del capital, sinotambi#n la circulación general de las mercanc&as7, estableciendo'

    %sta /la circulación de mercanc&as0, primitivamente, sólo puede !allarse formada por doselementos' - el propio ciclo del capital, 6 el ciclo de las mercanc&as absorbidas por el consumoindividual5 es decir, de las mercanc&as en que el obrero invierte su salario el capitalista su

    plusval&a *o una parte de ella+./690 

    %n otras palabras, !abrá que contemplar 7la circulación de aqu#llas mercanc&as que no

    constituen capital7, aunque s& integren el ciclo del capital social en su conjunto./6:0 

    %sa contradicción aparente entre ambos movimientos de circulación explica por qu# Marx,antes de pasar a su exposición propiamente dic!a, se detiene a anali$ar el error de Gmit!,respecto a su apreciación sobre el capital constante *7capital fijo7, para Gmit!+, queconstituir&a un valorcapital que no da lugar a rentas. Indica Marx que Gmit! se acerca la

    resolución correcta del problema que plantea

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    puesto que a !ab&a observado que determinadas partes de valor de una categor&a de capitalesmercanc&as *la de los medios de producción+ que forman el producto total anual de la sociedad,a(n constituendo renta para los obreros capitalistas individuales dedicados a su producción, noforman, sin embargo, parte integrante de la renta de la sociedad, mientras que una parte de valorde la otra categor&a *la de los medios de consumo+ constitue valorcapital para quienes se losapropian individualmente, para los capitalistas que act(an en esta esfera de inversión, pero

    solamente una parte de la renta social./6?0 

    %l problema, por tanto, que tratará de resolver Marx es' 7Ncómo se repone a base delproducto anual el valor del capital absorbido por la producción cómo se entrela$a elmovimiento de esa reposición con el consumo de la plusval&a por los capitalistas del salario

    por los obrerosO 7/6@0 Gu solución pasa por la consideración del valor bajo su forma natural de medios de producción de medios de consumo *en consecuencia, la división del aparatoproductivo en sus dos grandes sectores, I II+, es decir, por la consideración del valor en

    &ntima conexión con el valor de uso./60 Ge retoma, aqu&, la problemática planteada a en elcap&tulo I del libro I que se deriva del 7doble carácter del trabajo mismo' el trabajo que, encuanto inversión de la fuer$a de trabajo, crea valor el que, como trabajo concreto, (til, crea

    objetos (tiles *valor de uso+7./6B0 

    %llo tiene una primera consecuencia, que es se"alada por 8osdolsH' en el proceso dereproducción, 7cada uno de ambos sectores debe velar especialmente por la sustitución delvalor de sus elementos de producción' pero sólo puede !acerlo si toma una parte de esoselementos de producción del otro sector, en una forma materialmente apropiada. )ero, porotra parte, cada sector sólo puede lograr la posesión de los valores de uso que necesita si losobtiene de otro mediante el intercambio de equivalentes de valor7. P subraa, 8osdolsH'

    %sta dependencia rec&proca de 7sustitución de valor7 7sustitución de materias7 sociales seexpresa claramente en los esquemas de reproducción5 pero dic!os esquemas sólo pueden ex!ibiresa dependencia separando estrictamente entre s& a ambos sectores limitando severamente sus

    relaciones mutuas, en forma exclusiva, al intercambio de equivalentes de mercanc&as./6D0 

    %n este plano de análisis, es válido el supuesto de 8osa Luxemburgo en el sentido de que laplusval&a se acumula, de acuerdo a la tasa establecida, en el mismo sector donde se produjo,

    no justificándose la cr&tica que, en este sentido, le !ace Qapoleoni. /9F0 )or otra parte, bajoel supuesto de una tasa de acumulación constante, !abrá que mantener tambi#n constanteel grado de explotación, es decir, descartar cualquier variación en la magnitud intensiva oextensiva del trabajo que altere las proporciones de distribución básica entre plusval&a salario, una ve$ que un procedimiento distinto provocar&a inmediatamente un desequilibrioentre la cuota de plusval&a la tasa de acumulación , por ende, entre sus masas5 este es unpunto que conviene retener, a que nos será (til más adelante.

    La segunda consecuencia de la identidad existente, en este plano, entre valor valor de usoes a(n más decisiva , en cierta medida, de fácil comprensión5 sin embargo, !a sido elcaballo de batalla por excelencia de los debates motivados por los esquemas. Ge trata de latasa de productividad constante. %n efecto, el alimento de la productividad del trabajo act(asobre la relación entre el valor el valor de uso de las mercanc&as de manera contradictoria,una ve$ que reduce el primero mientras mantiene invariable el segundo5 esto vale tambi#npara la intensidad del trabajo, siempre que su elevación sea general uniforme. Marxexpone esa contradicción en la siguiente le' 7Rna jornada de trabajo de magnitud dada setraduce siempre en el mismo producto de valor, por muc!o que var&e la productividad del

    trabajo con ella la masa de productos /...07,/9-0 la cual se complementa con el !ec!o deque 7si la intensidad del trabajo aumentase simultáneamente por igual en todas las ramas

    industriales, el nuevo grado, más alto, de intensidad se convertir&a en el grado social medio onormal dejar&a, por tanto, de contar como magnitud extensiva7./960 

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    %sta similitud aparente entre la productividad la intensidad del trabajo, en cuanto a suefecto sobre el valor el valor de uso de las mercanc&as, encubre diferencias que convieneponer en evidencia. As&, en t#rminos generales, es decir, para el producto social en suconjunto, la le de la productividad vale para las ramas de producción pero no para loscapitales individuales5 en efecto, al elevar su productividad por encima del nivel normal que

    establece el tiempo de trabajo socialmente necesario,/990 o sea, por encima de aqu#l quedetermina el valor social de la mercanc&a, el capitalista individual logra que la misma jornadaarroje un maor producto de valor, precisamente porque, pese a que !a bajado en t#rminosreales el valor individual de la mercanc&a, #sta sigue ostentando el mismo valor social perose produce, a!ora, en maor cantidad5 en definitiva, dado que el valor es una relación social,es el valor social el que cuenta afirmar que el capitalista individual !a reducido el valorunitario de su mercanc&a no es sino una manera de decir que se !an reducido sus costos deproducción, respecto a los demás capitalistas de la rama. %s mediante ese mecanismo comoel capital individual obtiene una plusval&a extraordinaria, la cual se convierte, en lacompetencia intercapitalista, en el factor por excelencia de introducción de progreso t#cnico.

    )ero esto no es todo, en lo que se refiere a la le de la productividad. %n la medida en que

    #sta permite al capitalista individual reducir costos, siendo el capital variable un elementointegrante de #stos, el aumento de productividad implica la reducción de la participación delos salarios en la masa de valor creada5 aunque permane$ca invariable el precio de la fuer$ade trabajo *o sea, la relación entre su valor el n(mero de !oras trabajadas, sobre la basede una intensidad dada+ el salario tampoco se modifique, en t#rminos nominales o reales,s& se eleva el grado de explotación *la relación entre trabajo necesario trabajo excedente+ la cuota de plusval&a *esa relación expresada en valor+. La plusval&a extraordinaria no es,pues, un mecanismo de transferencia que act(a sólo en la competencia intercapitalista, sinoque es tambi#n un factor que incide en la relación de distribución entre plusval&a salario,desde el punto de vista del capitalista individual.

    )ara que el efecto sea similar en toda la rama, es necesario que la productividad del trabajo

    se eleve en toda ella, se estabilice a un nivel superior. %sto implica, inmediatamente, lasupresión de la plusval&a extraordinaria, en tanto que mecanismo de transferencia entrecapitalistas, o sea, mecanismo de transferencia de plusval&a en el seno de la rama. Ginembargo, para la economía en su conjunto, el efecto sólo se generali$a si esa rama produce,directa o indirectamente, medios de subsistencia para los trabajadores determina, pues, el

    valor de la fuer$a de trabajo5/9:0 en otros t#rminos, esto sólo ocurre si se trata de una ramadel subsector IIa o de una rama del sector I que produ$ca para #ste, sólo entonces cabe

    !ablar de plusval&a relativa./9?0  Gi esto no es as&, la elevación de la productividad en larama, aunque anule la plusval&a extraordinaria obtenida por el capitalista individual, seguirátraduci#ndose en un nivel de productividad superior al resto de la econom&a5 en otrost#rminos, como el valor de la fuer$a de trabajo permaneció inalterado, , en principio, suprecio, la maor productividad del trabajo se traducirá en un grado de explotación superior

    una cuota de plusval&a tambi#n superior en la rama en cuestión, lo que puede afectar tantola distribución básica *salarioplusval&a+ en la rama, como la distribución de plusval&a en elconjunto de la econom&a. 2ic!o  de otra manera, si el aumento de productividad quedacircunscrito al subsector IIb o a las ramas del sector I que produ$can sólo para #ste, laplusval&a extraordinaria deja de ser un factor de transferencia de maor explotación deltrabajo que opera a nivel de capitalistas individuales, para situarse a nivel de lastransferencias de valor intersectoriales de las relaciones de distribución en el conjunto dela economía. omo veremos, esto sólo es verdadero si consideramos el problema a la lu$ dela teor&a de la plusval&a, es decir, si tomamos a la producción capitalista en tanto que procesoinmediato de producción.

    %l aumento de la intensidad configura una situación distinta. %n lo que respecta al capitalistaindividual no modifica ni el valor ni el valor de uso de las mercanc&as5 en consecuencia, seexpresa en la producción de una masa maor de mercanc&as cuo valor unitario no se

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    modifica, lo que se traduce en una masa de valor , por ende, de plusval&a. Qo !a, sinembargo, ra$ón para que se altere la cuota de plusval&a, una ve$ que la maor intensidad del

    trabajo acarrea tambi#n la elevación del valor de la fuer$a del trabajo,/9@0 con lo que debesubir tanto su precio como el salario. As&, para que se eleve la cuota de plusval&a, o por lomenos para que se eleve en grado más que proporcional al aumento de la intensidad deltrabajo, será necesario que —independientemente de que aumente el precio el salario de lafuer$a de trabajo— #sta se remunere por debajo de su valor, es decir, sea objeto de unasuperexplotación./90  %n estas condiciones, lo mismo que si la jornada de trabajo seprolongara en una rama dada más allá de su duración normal en las demás, la elevación dela intensidad en una rama cualquiera arrojará en ella una plusval&a extraordinaria respecto alresto de la econom&a *como vimos, ello sólo no se da si la intensidad aumenta de manerapareja en toda #sta+. La particularidad de la intensidad del trabajo reside, pues, en laposibilidad que #sta encierra de engendrar plusval&a extraordinaria en todas las ramas de la

    economía, a se trate de los dos subsectores del sector II, a se trate del sector I./9B0 Lomismo que para la productividad, esto es válido si nos atenemos exclusivamente a la teor&ade la plusval&a.

    As&, sin ir más allá de la teor&a de la plusval&a, se entiende por qu#, al buscar establecer lasproporciones en que se intercambian las mercanc&as, tomadas como unidad de valor devalor de uso, Marx deb&a desec!ar necesariamente los cambios en la productividad o en lamagnitud intensiva del trabajo, as& como, en general, en el grado de explotación. Losesquemas de reproducción del libro II resuelven el problema que planteara Marx, es decir, elde saber cómo se articula la reproducción del capital con el consumo individual de losagentes de la producción, en el marco de la circulación general de mercancías, pero acondición de tomar a éstas como unidad de valor valor de uso, o sea sin recurrir a aquellosfactores que, al exacerbar en el proceso inmediato de producción la contradicción latenteentre ambos, cortar&a de ra&$ la posibilidad de abstraer su movimiento en el proceso dereproducción. %s evidente que ello está se"alando el papel espec&fico — por esto mismolimitado— que cumplen los esquemas en la construcción teórica de Marx, cuo !ilo conductor

    es precisamente la transformación de la capacidad productiva del trabajo, la cual, en elr#gimen capitalista de producción, se expresa en la contradicción entre la valori$ación delcapital su desvalori$ación, cua primera manifestación se da a nivel de la mercanc&a, porfuer$a del efecto contradictorio que sobre ella ejerce la capacidad productiva del trabajo, sienta la base para las grandes lees que rigen el sistema, en particular la le general de laacumulación capitalista la de la ca&da tendencial de la cuota de ganancia.

    )ero, por la misma ra$ón, el uso de los esquemas de reproducción para el análisis de larealidad concreta del capitalismo no puede llevarse a cabo sin que se modifiquen los tressupuestos en que Marx los fundó, en especial el de la productividad constante. Ja sobradosmotivos para suponer que, de !aber concluido su investigación, el mismo Marx lo !ubiera!ec!o, al avan$ar !acia la teor&a del mercado mundial , en consecuencia, del imperialismo,

    /9D0 del %stado de las crisis. )or esto, la cr&tica que se puede !acer a los que !anintentado utili$ar los esquemas para el análisis concreto no es precisamente la de !aberdesec!ado los supuestos adoptados por Marx en la tercera sección del libro II , sino más bien,al no establecer con precisión el plano de análisis en que se mov&an, la de !aber confundidoa la nube con Suno. %llo !a conducido a una serie de equ&vocos, que no sólo restaron a losesquemas la posibilidad de modificarse lo suficiente como para dar cuenta del movimientoreal del capital *como ocurre cuando, por ejemplo, 8osa Luxemburgo mantiene el supuestode que la plusval&a se acumula en el mismo sector en que se generó, lo que sólo es válido enel plano de abstracción en que Marx sit(a su análisis+, sino que llevaron a que se tratara decontraponerlos a otros elementos de la obra de Marx, sin que se percibiera que los esquemasno eran sino uno de los elementos que #ste utili$ó en su construcción teórica global.

    9. %l examen de la reproducción del capital a la lu$ de la teor&a de la plusval&a nos !apermitido llegar a algunas conclusiones que podemos retomar aqu& desde otro ángulo. La

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    principal es la de que, desde el momento en que !acemos intervenir cambios en laproductividad la intensidad del trabajo, se modifica la cuota de plusval&a, modificación queopera diferentemente seg(n se trate del capital individual o de las ramas de producción.

    %n el primer caso, el del capital individual, ambos m#todos de producción de plusval&a setraducen en plusval&a extraordinaria e implican, por ende, cambio en la relación básica dedistribución5 sin embargo, ese cambio en la distribución del producto excedente entre salario plusval&a *o, lo que es lo mismo, en el grado de explotación+ se lleva a cabo, en el caso dela productividad, sin que necesariamente se superexplote la fuer$a de trabajo, mientras que,si se trata del aumento de la intensidad, la superexplotación tiende a producirse, dado quedic!o aumento !ace subir tambi#n el valor de la fuer$a de trabajo.

    %n el segundo caso, el de las ramas de producción, constatamos que el aumento de la cuotade plusval&a sólo se expresa en plusval&a extraordinaria si dic!as ramas pertenecen alsubsector IIb *as& como a las ramas del sector I que producen exclusivamente para #ste+, sidic!o aumento se deriva de una maor productividad5 mientras que, si el aumento de lacuota de plusval&a se debe a la intensificación del trabajo, la posibilidad de plusval&a

    extraordinaria existe para cualquier rama en cualquier sector. A su ve$, la relación básica dedistribución *, por tanto, el grado de explotación+ se modifica en toda la econom&a, si, enambos casos *productividad e intensidad+ las ramas afectadas corresponden al sector I alsubsector IIa *generali$ación del cambio en la cuota de plusval&a o, en otros t#rminos, pasode la plusval&a extraordinaria a la plusval&a relativa+ o se modifica tan sólo en la rama encuestión, si #sta pertenece al subsector IIb, dejando invariable la relación básica dedistribución en el conjunto de la econom&a, aunque pudiendo alterar all& la distribución de laplusval&a *fijación de la plusval&a extraordinaria+.

    A!ora bien, la plusvalía e!traordinaria no es sino un supuesto para la apropiación deganancia e!traordinaria. %l que esa apropiación se realice o no depende de la concurrencia.%llo  se debe a que la variación de la cuota de plusval&a en función de cambios en la

    producción !ace variar en el mismo sentido la masa de valores de uso producida, pero suexpresión en el valor social queda sujeta a la validación que sobre dic!a masa opera la

    demanda *necesidades sociales solventes+./:F0 As&, seg(n se sit(e la demanda respecto a laoferta, la magnitud de valor se establecerá al nivel, por encima o por debajo de las

    condiciones medias de producción,/:-0 aunque, en todos los casos, se est# reali$ando lamasa de valores de uso producida. %l mercado opera as& en el sentido de corregir oamplificar la desviación entre valor valor de uso impl&cita en el desarrollo de la producciónmercantil.

    %stable$camos algunas premisas esenciales. La demanda se encuentra estructurada

    directamente por las relaciones de distribución,/:60 las cuales, aunque determinadas por laproducción, como vimos, repercuten sobre #sta, desde el momento en que se trastocan endeterminaciones de la demanda, con lo que sobredeterminan la producción del valor deplusval&a. %n su nivel básico, la demanda depende de cómo el producto excedente sedistribue entre plusval&a salarios5 en su nivel derivado, la demanda gira en torno a lamanera como se distribue la plusval&a, as& como al modo como #sta se resuelve enacumulación consumo.

    Terifiquemos a!ora cómo los cambios en la producción afectan las relaciones intersectorialesa nivel del mercado, partiendo de una situación de equilibrio. %l aumento de la plusval&a en elsector I *por cambios en la productividad Uo intensidad+ implica que aumenta la masa devalores de uso producida. Gi, al comparecer las mercanc&as en el mercado, no se modifica suvalor, la masa de valores de uso acrecentada se expresa en una masa proporcionalmente

    superior de valor. 8eali$ado el intercambio intersectorial, esto se traduce en la ampliación dela escala de acumulación el consiguiente incremento del valor del capital constante en IIa IIb, as& como del capital variable *aunque no necesariamente en la misma proporción+, , por

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    consiguiente, en el aumento de valor de la masa de mercanc&as que #stos lan$an al mercado.)or tanto, el mercado para el sector II tiene que expandirse, so riesgo de que la masa devalor reali$ada sea inferior a la producida *a sea porque parte de las mercanc&as no sevende, a sea porque bajan de precio+5 si esto ocurriera, la masa maor de plusval&a creadaen los dos subsectores se traducir&a en una masa menor de ganancia , aunque #sta fueraigual a la que le tocaba anteriormente al sector II, caer&a su cuota de ganancia al !aberse

    elevado sus costos de producción. %n consecuencia, o a0 se reducir&a la demanda creada porIIa IIb, lo que for$ar&a la reducción de los precios de c producido por I *dic!a reduccióncorrespondiendo a una reducción de valor+, o b0 capitales de ambos subsectores emigrar&ana I, a sea porque se !abr&an vuelto excedentes en función de las limitaciones del mercado,a sea por la cuota de ganancia más alta del sector I, a sea por las dos cosas5 en amboscasos, se impondr&a la nivelación de la cuota de ganancia en I II, desapareciendo laganancia extraordinaria de I. )ara que esto no se d#, es necesario que aumente el mercadopara II5 pero, dado que v !a permanecido, en el mejor de los casos, constante en I, laexpansión del mercado sólo podr&a ser realmente importante para IIb, gracias a laconversión de la plusval&a extraordinaria de I, o parte de ella, en consumo individual de loscapitalistas. As&, por el condicionamiento del mercado, la ganancia extraordinaria de I setraducir&a en elevación de la cuota de ganancia en IIb en las ramas de I que producen para#ste. Gólo a medida que las maores ganancias de I IIb dieran lugar a la ampliación de laescala de acumulación, podr&an IIa las ramas de I dirigidas a #ste, con retraso en formasubordinada, integrarse al movimiento expansivo iniciado en I, con lo que la eliminación dela ganancia extraordinaria de los primeros, además de a$arosa, se !ar&a con lentitud.

    Rna observación' es evidente que, como la plusval&a se acumula en cualquier sector, elincremento de la plusval&a de I puede destinarse a la acumulación en II, lo que asegura nosólo la reali$ación del producto c, sino que tambi#n podr&a teóricamente compensar, por elaumento de v en II, la reducción relativa de v en I. )ero esto sólo se dará si la plusval&aincrementada, al convertirse en capital excedente en el sector I, presiona !acia la baja lacuota de ganancia *del mismo modo como pasar&a con la que emigra de II+ tiende a

    nivelarla con la del sector II 2e producirse esa migración de capitales, tendr&amos que elcambio en la relación básica de distribución en I obliga a que se extienda la escala deacumulación en toda la econom&a para asegurar la expansión del mercado , por ende, lareali$ación de la masa de mercanc&as producida, as& como, con ella, del aumento deplusval&a. %sto, repetimos, sólo se puede dar en la medida en que opera la tendencia a lanivelación de la cuota de ganancia se elimina, pues, la plusval&a extraordinaria en I, lo quesupone la emigración previa de capitales de II a I o una crisis de superproducción en #ste.

    onsideremos al sector IIa. %l aumento de la plusval&a all& verificado se acompa"a, comosabemos, de una masa maor de mercanc&as. Gi no se modifica el valor individual de #stas,no puede aumentar su demanda por parte de I IIb, a que v se mantiene all& constante,pero s& se reduce relativamente la demanda propia creada por IIa, dada la reducción de la

    participación de v en su producto *aunque mantenga su valor absoluto+. %l impasse tendráque resolverse, como en el caso de I, sea por la baja del valor individual * del precio+ de lasmercanc&as de IIa, sea por la emigración de capitales de I IIb a IIa, o de #ste a los otrosdos, con la consecuente nivelación de la cuota de ganancia. %l despla$amiento de plusval&aentre IIa I o IIb queda sujeto a las condiciones antes descritas. As&, desde el punto de vistadel mercado, IIa, a(n menos que I, no está en condiciones de reali$ar sostenidamente unaplusval&a extraordinaria.

    Gupongamos a!ora que aumenta la plusval&a el producto mercantil en IIb. Vste puedemantener en principio el valor individual de sus mercanc&as, por el !ec!o de que la demandapara #stas se deriva exclusivamente de la plusval&a, la cual se encuentra aumentada por elcambio de la relación básica de distribución en el propio sector5 esto confiere una maor

    elasticidad a la demanda para los productos de IIb, lo que se entiende a(n mejor siconsideramos que los aumentos de plusval&a en los demás sectores, aunque se tradu$can en

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    una escala maor de acumulación, tienden a traducirse tambi#n en el aumento relativo

    absoluto de la plusval&a no acumulada./:90  %n consecuencia, la posibilidad de que laplusval&a extraordinaria de IIb se tradu$ca en ganancia extraordinaria no se ve limitada enprincipio por el mercado, sino tan sólo por la competencia entre los capitales su emigraciónde rama a rama. Gin embargo, como los capitales migrantes no se mueven de una rama aotra con el objeto de eliminar la ganancia extraordinaria, sino más bien para aprovec!arse deella, sólo las presiones que se ejer$an sobre el mercado *una escala de acumulación tanrápidamente ascendente que frene la expansión del consumo individual creado por laplusval&a5 atractivos excepcionales al a!orro5 crisis sectoriales en I o IIa5 etc#tera+ puedeneliminar en IIb la ganancia extraordinaria, independientemente de que #sta se vea reducidapor la concurrencia entre los capitales respecto a la plusval&a extraordinaria realmentecreada. En este plano de análisis, pues, la explicación de la ganancia extraordinaria de IIb !ade buscarse en la dinámica misma del mercado,  más que en otros factores, como, porejemplo, las estructuras monopólicas que all& se puedan dar, a que #stas se dan igualmenteen I e incluso en II, sin producir el mismo efecto.

    )ara maor abundamiento, se"alemos que la demanda creada por la plusval&a no acumulada

    se !ace al margen del ciclo del capital productivo , por consiguiente, la determinación delvalor social en esa esfera de la circulación no afecta a la valori$ación del capital en I IIa,sino tan solo a la tasa de acumulación *en la medida en que influe en cómo la plusval&a sereparte en plusval&a acumulada no acumulada+. %s, pues, comprensible que, cuanto másaumente la plusval&a en la econom&a, maor sea la elasticidad de esa demanda. )or otraparte, dado que dic!a demanda no entra en la circulación del capital sino que configura uncaso de circulación general de mercanc&as, es natural que el valor de uso adquiera all& unaimportancia más decisiva en la reali$ación del producto5 de all& la maor diferenciación de losart&culos producidos por el subsector IIb, las desviaciones más frecuentes en #l respecto a lale del valor *como la sobreestimación de la producción artesanal respecto a la producciónfabril+, etc#tera.

    onviene tener presente que, al transferir a los precios en menor medida que I IIa losaumentos de productividad, el subsector IIb establece con los demás una relación queimplica una transferencia intersectorial de plusval&a, v&a precios, que va más allá de la quecorresponder&a estrictamente a los mecanismos de nivelación de la cuota de ganancia quemás bien los violan5 en otros t#rminos, se configura una situación similar a la que alude lanoción de intercambio desigual en la econom&a internacional. %llo reduce, pues, la masa deganancia que toca a I IIa *aunque las ramas de I que producen fundamentalmente para IIbpuedan resarcirse, recurriendo tambi#n a la plusval&a extraordinaria+ presiona !acia abajosu cuota de ganancia. %n otras palabras' el sector IIb ejerce un efecto depresivo sobre lacuota general de ganancia, el cual es rigurosamente la contrapartida de la ganancia

    extraordinaria que en #l se verifica./::0 

    Kbservemos, finalmente, que la especificidad de IIb, en cuanto a la producción de plusval&aextraordinaria su conversión en ganancia extraordinaria, se acent(a necesariamente all& donde rige la superexplotación del trabajo, configurando una situación en que privan salariosbajos ganancias elevadas. %n efecto, ello implica que, al tiempo que se presenta con pocodinamismo la esfera baja de la circulación, creada por los primeros, tiende a inflarse la esferaalta, generada por las segundas. %n tales circunstancias, se entiende perfectamente que elsubsector IIb tienda constantemente al crecimiento desproporcionado, respecto a los demás,as& como que se acent(e, en el plano del mercado, la subordinación del sector I en relaciónal subsector IIb, más que al subsector IIa. omo en cualquier otro campo observado,tambi#n aqu& la econom&a dependiente, basada en la superexplotación del trabajo, sufre demanera amplificada las lees generales del r#gimen capitalista de producción.

    II

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    -. 2espejados algunos de los problemas que plantea la utili$ación de los esquemas en tantoque representación de una econom&a capitalista concreta, nos ocuparemos a!ora de los

    trabajos de Maria da onceiWXo Cavares Yrancisco de Kliveira,/:?0 que se valen de ellos.onviene aclarar que, aunque ambos, v&a alecHi,/:@0  se remitan a los esquemas dereproducción de Marx como punto de referencia para el análisis de la problemática quequieren resolver, no proceden a la elaboración de esquemas propios más bien ignoran lascontroversias a que dieron lugar intentos de esta naturale$a. Los dos trabajos tienen encom(n la preocupación respecto al peso el papel del subsector productor de bienes deconsumo de lujo *que los dos autores identifican, grosso modo, con los bienes durables deconsumo+ en la econom&a brasile"a actual, es decir, de la posguerra5 mientras Kliveira centraall& expl&citamente su atención, con el objeto de examinar la relación entre dic!o subsector la crisis económica que atraviesa en este momento el pa&s, Cavares intenta una teori$aciónmás amplia, que no sólo contempla el problema del desarrollo de dic!o subsector en lospa&ses capitalistas avan$ados, sino que, sobre todo, pretende establecer un marco de análisispara esa cuestión en las econom&as que llama semindustriali$adas, o sea, las econom&ascapitalistas dependientes de maor desarrollo relativo, para acercarse finalmente al casobrasile"o, considerado principalmente a la lu$ de la industriali$ación de la posguerra de la

    crisis económica por la que pasó en la d#cada de -D@F5 sin embargo, a lo largo de todo eltrabajo, la preocupación subacente de Cavares, como la de Kliveira, se orienta !acia laactual crisis del capitalismo brasile"o. %n el análisis de ambos trabajos, mi propósito no esexaminar todos sus supuestos teóricos ni el cuadro explicativo que presentan para ladinámica de la econom&a brasile"a, sino tan sólo verificar el uso que !acen de los esquemas el papel que #stos desempe"an en las conclusiones a que llegan.

    La tarea no es fácil, particularmente con el trabajo de Cavares. %n efecto, all& se observa unamodificación progresiva del aparato anal&tico' la estructura sectorial tripartita, que seestablece en el cap&tulo I * que, como descubrimos al final del cap&tulo, en la p. 96, sólo rigepara el sector industrial manufacturero, reservándose para los demás el esquema cepalinoindustriaagricultura, aumentado con los servicios el %stado+, se combina, en el cap&tulo II,

    con la organi$ación diferenciada de la empresa en los distintos sectores *oligopoliocompetitivo, oligopolio diferenciado oligopolio concentrado, que, más o menos,corresponden a la sucesión sector II, III I+, para casi desaparecer en el cap&tulo III + aqu&,las categor&as complejas sectores de producciónformas empresariales de organi$aciónrempla$an el esquema sectorial del cap&tulo I, con #nfasis en la organi$ación empresarial su dinámica de competencia, se aplican exclusivamente a la industria, rigiendo para los

    demás ámbitos de la producción el instrumental anal&tico cepalino./:0 

    La justificación misma del esquema sectorial tripartito es discutible. As&, Cavares introduce elsector III por suponer que en Marx el consumo de los capitalistas se trata 7sólo como unaapropiación producción de 4plusval&a4, no siendo necesario introducirlo como sector deproducción espec&fico, con sus problemas propios de producción reali$ación7 *p. -6+, lo que

    reitera cuando a"ade que 7el gasto improductivo del excedente reduce la tasa de a!orro acumulación del sistema *visión clásica ortodoxa+7 *p. -6+. Cavares confunde, pues, laconcepción de 8icardo, sobre todo la de Malt!us, sobre el consumo improductivo, con la deMarx, para quien #ste corresponde a un subsector de producción espec&fico *IIb+, con susproblemas propios de producción reali$ación, participando dinámicamente de lareproducción, tanto por la acumulación que all& tiene lugar, bajo la forma  c 1 v, como por lacirculación de mercanc&as que engendra, la cual implica la circulación de la plusval&a que all& se produjo. Gin embargo, pese a la manera como plantea un tratamiento diferenciado delsector III, Cavares no !ace mención de la (nica ra$ón que lo justificar&a' las particularidadesque ostenta la producción de plusval&a, como base para la obtención de gananciaextraordinaria en dic!o sector, lo que incide en la tendencia de la acumulación !acia #l, as& como el peso que #l adquiere en la determinación de las estructuras de distribución.

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    %llo no es fortuito, sino que corresponde al modo como Cavares anali$a el desarrollo delsector III , lo que va estrec!amente ligado a esto, el paso a la competencia oligopólica susestructuras de producción. Gu tesis central sobre el sector III reside en que corresponde a laindustriali$ación avan$ada, en cuo seno la diferenciación del consumo de los capitalistasrespecto al consumo de los trabajadores contribue a resolver los problemas de reproduccióndel capital *p. -9+. Cales problemas surgen del !ec!o de que el progreso t#cnico, al reducir

    los costos generales de producción *es decir, al aumentar la composición t#cnica del capitalsin aumentar su composición de valor+, crea una masa de ganancias, por ende un potencialde acumulación, superior a la tasa efectiva de la capacidad productiva utili$ada *pp. -:-?+.Aunque esto permita, en principio, al análisis orientarse !acia el mercado exterior, comosalida para el capital excedente, pasar de all& a las modificaciones que ello acarrea para laeconom&a mundial, Cavares opta por centrar su análisis, 7desde un punto de vista 4lógico4,sólo al interior de los patrones endógenos de acumulación7 *ibid.+5 pasa, pues, a considerarlas formas de organi$ación que surgen, al instaurarse la competencia oligopólica, sólo depaso se referirá a sus efectos en la econom&a mundial, al tratar las formas que correspondenal oligopolio diferenciado el conglomerado financiero, al final de su cap&tulo I.

    Giempre siguiendo a Cavares, la sobreacumulación de capital, que se deriva de la reduccióngeneral de costos, conduce a una situación en que 7el límite de la acumulación pasa a estardado no por las condiciones de 4producción de plusval&a4, sino por las condiciones de sureali$ación dinámica en escala ampliada. %s decir, los problemas se despla$an !acia la órbitade la 4insuficiencia de demanda efectiva4, planteados, sin embargo, en t#rminos dinámicos no en t#rminos estáticos, como en los esquemas Henesianos7 *pp. 6-66+. %l sector III seintroduce, pues, en este marco anal&tico, para absorber las sobreganancias, es decir, seexplica por el lado de la reali$ación, pasando a funcionar en t#rminos de una 7tercerademanda7 endógena a la reproducción del capital.

    %n realidad, al transferir a la reali$ación el 7l&mite7 de la acumulación, no sólo se asumen,aunque en otro contexto, las tesis malt!usianas sobre el consumo improductivo, /:B0  sino

    que se parte de una visión de la productividad que no distingue sus efectos en la antinomiavalorvalor de uso. %l aumento general de la productividad en el sistema *o, lo que es lomismo, la reducción de costos generales+, aunque arroje una masa acrecentada de valoresde uso, no altera de por s&, la masa de valor creada, si se mantiene la magnitud extensiva eintensiva de la jornada. Gin embargo, reduce en dic!o valor la parte que corresponde alcapital constante variable, es esto lo que se expresa en baja de costos *una unidad decapital constante representa a!ora una magnitud menor de valor, lo mismo pasa con lafuer$a de trabajo+. A este caso corresponde la !ipótesis de Cavares respecto al aumento deganancias independiente del comportamiento de la plusval&a.

    onsideremos más de cerca esta !ipótesis. La elevación de la productividad !ace subir lacomposición t#cnica del capital, es decir, la relación f&sica entre trabajo vivo trabajo

    muerto, e incide sobre la masa de mercanc&as producida, pero entendidas tan sólo comovalores de uso" )ara que sepamos si el aumento de valores de uso corresponde a unaumento de valor, es necesario remitirse a la composición orgánica del capital, es decir, a larelación existente entre capital constante capital variable, tomados como expresión devalor. Gupongamos que la composición orgánica no se !a alterado' como se !a elevado lamasa de mercanc&as producida, el valor del capital empleado en su producción *variable constante+ se reparte en una cantidad maor de productos, reduciendo pues el costo unitariode producción, pero manteniendo el costo de producción global5 en otros t#rminos, la maorcantidad de productos incorpora, en t#rminos de costo, la misma masa de valor" A este nivel,pues, no !a variación del valor total de la producción5 para que dic!o valor se modifique, esdecir, se eleve, lo que implicar&a la reducción relativa del costo de producción, el valor nuevo*la plusval&a+, creado por efecto de la maor productividad debe ser validado a nivel delmercado, con lo que se tendrá una elevación, no necesariamente proporcional, de laganancia obtenida por el capital en cada mercanc&a individual , por ende, de la ganancia

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    total respecto a la masa global de mercanc&as. )ara el capitalista individual , que eleva suproductividad por encima de la media de la rama, ese efecto es automático, en la medida enque la reducción del valor individual de las mercanc&as que #l produce no !a alterado el valorsocial de las mismas5 en otros t#rminos, ese capitalista !abrá producido una plusval&aextraordinaria logrado convertirla en ganancia extraordinaria. Gi lo planteamos en laperspectiva de la rama, el efecto es pasajero, una ve$ que el aumento de la productividad

    media deberá a la larga reducir el valor social de la producción a su valor individual5 si estono se diera, la rama pertenece al sector I o al sector II, no !abr&a reducción de costos enlas demás ramas, con lo que se dificultar&an posteriores reducciones de costos en la rama encuestión5 mientras que, si pertenece al sector III, se obligar&a a los capitalistas de todos lossectores a destinar una parte maor de su plusval&a al consumo improductivo, limitándosepues la escala de la acumulación de capital. %n cualquier caso, e independientemente delsector a que pertenece, la rama que lograra mantener el valor social de sus mercanc&as porencima de su valor individual estar&a convirtiendo parte o toda su plusval&a extraordinaria enganancia extraordinaria, lo cual, como a demostramos antes, !aciendo abstracción delcomercio exterior, implicar&a no una reducción general de costos, sino el mantenimiento oelevación de los costos de las demás, si se trata de ganancias extraordinarias que beneficianal sector I II, o una reducción de las ganancia en todos los sectores, si se trata de unarama del sector III. %n el primer caso, no !abrá bajado, sino mantenido estable o subido lacomposición orgánica5 en el segundo, se !abrá reducido la masa de ganancias susceptible deser apropiada por las demás ramas. As&, para que se observe una reducción general decostos en toda la econom&a, la elevación de la cuota media de ganancia, es necesario quese !aan reducido en valor las ganancias individuales especiales, independientemente deque aumenten en cuanto a su capacidad de disponer de valores de uso5 en otros t#rminos,debe operar la tendencia a la nivelación de la cuota general de ganancia, con la consiguientedesaparición de las ganancias extraordinarias. Ge"alemos, de pasada, que all& reside elaspecto negativo de los monopolios, cuando #stos, actuando sobre la circulación establecen mantienen sobreganancias, por encima de la ganancia media vigente.

    )lanteadas as& las cosas, no se puede sostener que el aumento de la productividad la bajageneral de costos en econom&a arrojen una masa creciente de valor, que transforme losproblemas de la reproducción de capital en problemas de reali$ación desplace ladeterminación de la dinámica del sistema desde el ámbito de la producción reali$ación dela plusval&a al del comportamiento de la 7demanda efectivaE. %n el juego entre los capitalesindividuales entre las ramas entre s&, as& como entre los sectores de la producción, elaumento de la productividad la baja de costos provoca transferencias de plusval&a alteraciones en las relaciones básicas de distribución precisamente porque se derivan demodificaciones en la proporción de valor producida apropiada por dic!as ramas capitalesque no se corresponden con modificaciones en la masa global de valor producida en laeconom&a en su conjunto5 a nivel de #sta, la maor productividad la baja de costos opera,no en el sentido de aumentar la masa de valor creada, con los consecuentes problemas de

    reali$ación que de all& surgir&an, sino manteniendo dic!a masa simultáneamente a suexpresión en una maor cantidad diferenciación de los valores de uso.

    %n la medida en que es necesario, a!ora, !acer circular una masa maor de valores de usoque corresponde a la misma masa de valor, los problemas de circulación se plantean desde elmomento en que el reparto de dic!a masa de valor entre los diferentes sectores se modifica.Gon, pues, la consecuencia, no la causa, de tendencias inherentes a la producción de plusvalía, que se e!presan, a nivel aparencial, en el fenómeno de la ganancia e!traordinaria"%l que #ste pueda derivarse de manipulaciones operadas por el capital en la esfera de lacirculación no debe !acer olvidar que, salvo en situaciones excepcionales, como las crisis,esas manipulaciones sólo resultan si acompa"an las tendencias de la producción. Lasganancias monopólicas no constituen, en este sentido, una excepción.

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    Gi Cavares puede sostener puntos de vista distintos es porque confunde el efecto de laproductividad en la creación de valores de uso de valor, al tiempo que no distingue ladinámica propia a los capitales individuales, a las ramas especiales de producción a laeconom&a en su conjunto. %sto es lo que la conduce a intentar explicar el crecimientodesproporcionado del sector III a trav#s de la reali$ación, en lugar de partir de lascondiciones de producción circulación de la plusval&a. 2e este modo, no percibe que el

    aumento de la productividad del sistema sigue dependiendo de la producción de plusval&a ,más a(n, sólo tiene sentido si se expresa en una elevación de #sta, sobre la base de lareducción del valor de la fuer$a de trabajo, que se tradu$ca en una reducción del capitalvariable, relativa, por supuesto, independientemente de que aumente el salario del obreroindividual. #on los aumentos de productividad que no se encau$an en este sentido los que,al incidir en la esfera de la circulación, conducen al desequilibrio sectorial, con la hipertrofiadel sector %%% de las ramas que producen para este.

    %n las econom&as dependientes, el crecimiento desproporcionado del sector III, que preocupaa Cavares, se explica de la misma manera conduce al mismo punto de llegada, aunque sumovimiento sea más exacerbado, como ocurre con los fenómenos económicos en ese tipo deeconom&a capitalista. )or un lado, el aumento de la productividad, en el sector III, se puedetraducir más fácilmente en sobreganancias, debido a que la productividad media en los otrosdos es baja * a(n cuando sea alta en ciertas ramas del sector I, parte de ella se transfiere alos demás, en lo que juega papel importante el %stado+. )or otro lado, dada lasuperexplotación del trabajo, es decir, el !ec!o de que la fuer$a de trabajo se remunere pordebajo de su valor, la necesidad de desvalori$arla no se impone con la misma fuer$a que enlos pa&ses capitalistas avan$ados5 los mecanismos económicos que engendran lasuperexplotación que la refuer$an, en particular el crecimiento del ej#rcito industrial dereserva, act(an naturalmente en el sentido de elevar la cuota de plusval&a crean, además,a nivel pol&tico, condiciones para que los trabajadores sufran presiones que van en el mismosentido. %n consecuencia, el aumento de la productividad, que normalmente se traduce ensobreganancias en el sector III, tiende a orientarse de manera a(n más decidida en su

    dirección *, con #l, la acumulación+, provocando su !ipertrofia. La producción desobreganancias en el sector III, ante un sector II que no ofrece est&mulo significativo alaumento de productividad, las diferencias de composición orgánica que median entre ellos,acent(an el drenaje de plusval&a !acia aqu#l sesgan toda la estructura productiva,traduci#ndose, en el plano de la circulación, en la diferenciación creciente entre su esfera alta su esfera baja, es decir, la que corresponde al consumo de la plusval&a la quecorresponde al consumo de los salarios. Rna ve$ más, se expresa como un problema dereali$ación lo que sólo se entiende a la lu$ de los mecanismos de la producción.

    Al anali$ar la acumulación oligopólica, Cavares lo !ace sobre la base de lo que estableció parala acumulación competitiva. )ero se verá enfrentada, a partir de su premisa de que el l&mitede la acumulación está dado por el mercado, con el !ec!o de que serán siempre necesarios

    mercados nuevos. Qo le basta a el sector III' en pp. 9699, introduce nuevos sectores, almargen de su esquema tripartito *cua valide$ queda circunscrita a la industriamanufacturera+, tales como la agricultura los servicios, as& como el %stado *o, másexactamente, el gasto p(blico en infraestructura+. Qo sólo se rompe entonces el esfuer$o deexaminar la problemática planteada a la lu$ de los esquemas de reproducción, sino que sepierde el !ilo 7lógico7 de la exposición, a que tenemos que vernos con una 7tercerademanda7 exógena a dic!os esquemas. %n esta perspectiva, se !ace poco comprensible porqu#, al tratar de econom&as dependientes, en el capitulo II , Cavares contemple con ciertodesprecio el problema de su relación con la econom&a * el mercado+ mundial, que lo pongafrancamente 7entre par#ntesis7 en el cap&tulo III, relativo a la econom&a brasile"a.

    6. Kliveira, aunque más ortodoxo en la aplicación de un esquema tripartito de reproducción,

    enfati$a igualmente la desproporcionalidad del sector III, que constitue el elementodefinitorio por excelencia del patrón de acumulación vigente en ;rasil *p. B@+, no difiere

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    muc!o de Cavares en cuanto a la identificación del origen de dic!a !ipertrofia' laconcentración del ingreso, que originó un perfil de demanda que !i$o posible el desarrollo delsector III, en un momento en que la división internacional del trabajo brindaba a ciertaseconom&as dependientes la posibilidad de dejar de basarse en la distinción entre productoresde materias primas productores de bienes manufacturados para establecerse en torno a lade productores de manufacturas de consumo productores de manufacturas de bienes de

    producción *p. B9+. Aunque Kliveira no lo explicite, parece ser que el problema de fondo estáen que esa división del trabajo no trasciende el plano productivo para proectarse en el planodel mercado, lo que acarrear&a los problemas que enfrenta ese patrón de crecimiento5 enefecto, ello provoca una crisis recurrente de la balan$a de pagos, la cual 7se expresa en lacontradicción entre una industriali$ación vuelta !acia el mercado interno pero financiada ocontrolada por el capital extranjero la insuficiencia de generación de medios de pagointernacionales para !acer volver a la circulación internacional de capitales la parte delexcedente que pertenece al mercado internacional7 *p. B+. )or otra parte, el predominio delsector III, con su control oligopólico sobre la econom&a, lleva a que los aumentos deproductividad de cualquier sector se transfieran !acia #l al sector I de las econom&ascentrales, con el que se encuentra articulado *ibid.+, aunque los mecanismos para esastransferencias no se indiquen. %llo implica extremar la concentración del ingreso, que estabaen la base del desarrollo del sector III.

    Giempre de acuerdo a Kliveira, ese patrón de crecimiento condujo a la crisis de -D@6-D@,que se superó profundi$ándolo, con lo que los problemas se !an agravado. La crisis actualabre, pues, posibilidad a dos estrategias' una de superación efectiva del problema, mediantela internali$ación del patrón de reproducción, lo que supone el desarrollo del sector I5 la otra,de simple amortiguamiento, a trav#s del crecimiento de la deuda, sustentado por el aumentode las exportaciones *pp. D6 ss.+.

    Qo reiteraremos aqu& la cr&tica a !ec!a a Cavares, en el sentido de que las ra$ones deldesarrollo desproporcional del sector III no deben buscarse en la circulación *concentración

    del ingreso, perfil de demanda+5 a"adiremos tan solo que el recurso a las tendencias de lainversión extranjera en ;rasil, que se orienta crecientemente a partir de los cincuenta !aciael sector industrial, además de mantener la cuestión en el plano de la circulación*movimiento de capitales+, no proporciona un factor explicatorio suficiente' si es cierto queesa inversión se !a dirigido preferentemente al sector III, lo que !a que explicar es por qu#sucedió as&. Gi se descarta la idea de un complot, no queda como ra$ón sino elcomportamiento particular que asume en dic!o sector la formación de gananciasextraordinarias. Más interesante, por ser un problema que Cavares prefirió !acer a un lado,es examinar cómo, desde el punto de vista de Kliveira, la estructura sectorial de la econom&abrasile"a sus relaciones interdepartamentales afectan su relación con la econom&ainternacional.

    Jemos visto a que Kliveira considera crucial la contradicción entre el desarrollo del sectorIII bajo control extranjero, pero centrado en el mercado interno, la necesidad de lasempresas extranjeras de remitir sus ganancias al exterior. %n este sentido, es enfático ennegar la posibilidad de crisis de reali$ación en el mercado interno, convirtiendo el problemaen el de la obtención de divisas para la repatriación de las ganancias a reali$adas enmoneda nacional. Qos encontramos as& con un problema de reali$ación de plusval&a que notiene que ver con su cambio de forma de mercancía a dinero, sino que se desdobla en elcambio de forma que el dinero mismo debe reali$ar, en la medida en que no es dineromundial . %sta es la ra$ón por la cual Kliveira contempla de pasada, como una solución por lomenos parcial del problema, el que la moneda brasile"a revistiera este carácter, aunquefuera en el ámbito regional *pp. --F--+. )ero, en lo inmediato, para el periodoconsiderado, esta solución no es una realidad, por lo que la contradicción se !a resuelto

    mediante el aumento de la deuda, sobre la base del crecimiento de las exportaciones.

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    La debilidad del trabajo de Kliveira está en que, partiendo de la relación econom&a brasile"aeconom&a mundial, busca sólo en la primera la solución de las contradicciones existentesentre ellas, además de que no contempla sino en un solo sentido los cambios de forma*dinero, producción, mercanc&as+ que el capital reviste en su ciclo. Los dos problemas seriosque presenta su análisis son los supuestos, que #l no pone jamás en discusión, de que lasganancias del capital extranjero deben regresar al circuito internacional que deben !acerlo

    bajo la forma de dinero mundial, materiali$ado en divisas. )ara que esto fuera as&, ser&anecesario que esas ganancias al ser remitidas se expresaran internamente comosobreacumulación de capital, es decir, como capital que no puede ser invertido en la propiaeconom&a nacional a una cuota de ganancia atractiva. )ero, en este caso, el problema noresidir&a en la reali$ación *aunque fuera de dinero en dinero+ sino en la acumulación misma,cua restricción estar&a obligando al capital extranjero a salir al exterior, tendr&a queafectar tambi#n al capital nacional, lo que aten(a la importancia de que el control de laproducción sea o no extranjero. )or lo demás, la salida de capital *que tiene que ver con lasdecisiones de capitalistas individuales, lo que la !ace posible+ sólo constituir&a problema si nose compensara con nuevos ingresos de capital extranjero. %n el caso de que se diera estasituación —egresos sin ingresos— estar&amos for$ados a buscar otra ve$ en la dinámicamisma de la acumulación las ra$ones que la estar&an provocando. 2e !ec!o, no es necesario!acerlo, una ve$ que #sta no !a sido la caracter&stica de las relaciones que, en t#rminos deexportación e importación de capital, mantuvo la econom&a brasile"a con la econom&amundial en los a"os de prosperidad —gracias, es cierto, a la especulación financiera que el%stado está proporcionando— no se presenta todav&a en el curso de la presente crisis.

    %l segundo supuesto' la necesidad de que el capital dinero regrese a la circulacióninternacional del capital bajo la forma de dinero mundial que se exprese en divisas mereceser tratado tambi#n con cuidado. %sto sólo ser&a as& si la econom&a brasile"a, aunquefuncionando como centro de producción de capital, no pudiera funcionar tambi#n comocentro de circulación tanto de mercanc&as como de dinero se constituera en simple puntode la circulación originada en los pa&ses avan$ados. 2esde el momento en que ;rasil funciona

    como centro de circulación de mercanc&as, es decir, que diversifica por ra$ones internas lacomposición el destino de sus exportaciones, la moneda brasile"a entra inmediatamente afuncionar como dinero mundial, aunque en un marco limitado de relaciones bilaterales5 laexpansión notable que !a tenido en los (ltimos die$ a"os el ;anco de ;rasil no es sino laconsecuencia de este fenómeno. Vste puede asumir, como a!ora, perfectamente la forma decr#ditos para asegurar la expansión de la exportación de mercanc&as5 pero se observa a, junto con ello, cómo la circulación de dinero originada en ;rasil comien$a a asumir la formade inversión directa e indirecta en el exterior *que proporciona una base a(n más efectivapara la expansión de la circulación de mercanc&as+.

    La diversificación de la circulación es lo que !o puede permitir a ;rasil reproducir sudependencia de manera ampliada representa la base sobre la cual tendrá que resolverse la

    contradicción que, entre el nivel de la producción el del mercado, !a creado la nuevadivisión internacional del trabajo. Marx se"aló a que las contradicciones sólo se resuelvenprofundi$ándose, es decir, ampliando el ámbito en el que se puede seguir desarrollando5desde el momento en que esto deja de darse, no queda sino la crisis final, definitiva. omola idea de que el capitalismo brasile"o !a llegado a un punto decisivo de ruptura parece estarlejos de las cogitaciones de Kliveira, no le quedar&a a #ste sino encarar de manera másdial#ctica la relación entre la circulación de mercanc&as de dinero , por ende, admitir quela superación de la actual crisis brasile"a sólo se dará mediante la acentuación de suintegración plena a la econom&a mundial como centro de producción de circulación decapital, bajo las tres formas en que #ste cumple su ciclo' capital dinero, capital mercanc&a capital productivo.

    9. %llo parecer&a dar ra$ón a la cr&tica que Zilberto Mat!ias !i$o a los dos autores queacabamos de comentar./:D0 %n realidad esto no es exactamente as&, dado que la cr&tica de

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    Mat!ias reposa sobre ciertos equ&vocos. %n primer lugar, Mat!ias acepta la afirmación que sinfundamento !ace Cavares en el sentido de que los esquemas de reproducción en Marx seestablecen sobre la base de dos departamentos *excluendo, pues, a la producción de bienesde lujo+, cuando admite que 7la introducción de un tercer sector en estos esquemas, queproduce sobre todo bienes de consumo durable, permite sin duda la construcción de un4modelo4 que rinde mejor cuenta de la evolución de la estructura industrial de estos pa&ses

    /dependientes07, etc#tera *p. @B+. )ero este es un error menor. Más grave es el !ec!o de queMat!ias desestima la conveniencia de recurrir a los esquemas para el análisis concreto enbeneficio de la referencia al movimiento c&clico del capital5 en otras palabras, contrapone elestudio del ciclo del capital, tal como se plantea en la primera sección del libro II , al delproceso de reproducción circulación, del modo como queda establecido en la seccióntercera, con lo que incurre en el error metodológico a se"alado de oponer entre s& aelementos de la construcción teórica de Marx, en lugar de valerse de ella en su conjunto parael análisis concreto. Yinalmente, más grave todav&a, Mat!ias incide en el error de privilegiaral ciclo del capital productivo sobre los demás, con lo que no sólo insiste en el procedimientoque consiste en oponer Marx a Marx *lo correcto es considerar la unidad de los tres ciclos+,sino que acude a la forma de capital menos apta para dar cuenta del proceso de valori$ación

    /?F0  menos capa$ para el análisis de la circulación general de mercanc&as, como indiqu#antes5 a"adamos que, por ello mismo, la forma )...) no puede incluir a la 7tercera demanda7,en la que Mat!ias cree *p. :+ sin percatarse de que ella no es sino una expresión delconsumo individual generado por la plusval&a5 as& —de aceptarse el m#todo de análisispropuesto por Mat!ias— la 7corriente ricardiana7 llevar&a la ventaja de contar con unelemento explicativo no incluido en el suo *además de que #ste tendr&a que excluir losdemás elementos se"alados por el mismo Mat!ias en pp. DBF+.

    %stas claudicaciones teóricas tomas de posición dogmáticas no restan, empero, inter#s altrabajo de Mat!ias, para el estudio de la actual crisis brasile"a. Gu análisis arranca de lamanera como el desarrollo del sector III afecta doblemente a la cuota de ganancia en ;rasil,al obstaculi$ar la desvalori$ación de la fuer$a de trabajo del capital constante *pp. @B@D+.

    8especto a lo segundo, el desarrollo de III provoca la atrofia del sector I, lo que creaobstáculos a la desvalori$ación del capital constante no puede compensarse ni mediante laacción del %stado ni mediante la importación de bienes de producción, dado que el mercadomundial no favorece que los aumentos de productividad obtenidos en el sector I de lospa&ses avan$ados se tradu$can en los precios5 en consecuencia, sube la composiciónorgánica del capital, al tiempo que baja la rentabilidad del capital constante. 8especto a lafuer$a de trabajo, la !ipertrofia del sector III corresponde tambi#n a la atrofia del sector II,frenando la desvalori$ación de aqu#lla , en consecuencia, la generali$ación de la plusval&arelativa5 aunque ello se compense con la superexplotación del trabajo, #sta tiene limites que,al manifestarse, frenan la tasa de acumulación e impiden la expansión del mercado *pp. F-+. Codo ello establece, pues, factores de presión sobre la cuota de ganancia, a partir delproceso mismo de acumulación.

    %s indudable que, a partir de la cuota de ganancia, Mat!ias avan$a considerablemente,respecto a los otros dos autores, en la percepción de los problemas que caracteri$an alpatrón de reproducción del capital en ;rasil, actualmente en crisis5 sin embargo, al !acerlosin !aber aclarado sus determinaciones a partir de la cuota de plusvalía, no saca de ellotodas las consecuencias e incurre en confusiones. As&, aunque perciba que el desarrollo delsector III no afecta directamente a la desvalori$ación de la fuer$a de trabajo del capitalconstante, por ello no representa una solución a los problemas de la cuota de ganancia,

    /?-0 Mat!ias no parte de este !ec!o para explicar ese desarrollo *lo que lo obligar&a arecurrir al concepto de plusval&a extraordinaria+, el cual es tomado simplemente como undato *pp. @B ss.+, se preocupa tan sólo de sus efectos negativos en los mecanismos que,desde el punto de vista del capital constante variable, contrarrestan la ca&da tendencial dela cuota de ganancia. %n su análisis, dic!os efectos se expresan en la atrofia de los otros dossectores de producción, lo que, al no !aberse puesto en evidencia el comportamiento de la

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    cuota de plusval&a en los tres sectores, no llega a ser una explicación lo deja en igualdadcon Kliveira en retroceso respecto a Cavares.

    La suposición de Mat!ias de que los bienes de producción no sufren en el mercado mundialreducciones significativas de precios, independientemente de que est# bajando su costo deproducción, es, por el grado de absoluti$ación en que se formula, su