Instituto Tecnológico de Matamoros DESARROLLO PROFESIONAL 16:00 – 17:00 hrs. Trabajo: UNIDAD 2 MARCO TEORICO ALUMNOS: BENITO DOMINGUEZ CRUZ OBED ESPINOZA SANCHEZ PEDRO SANTIAGO MARINEZ OSCAR ZOMORANO HERNANDEZ INGENIERIA EN ELECTRONICA Catedratico: Cahuch chuc Mildred del Socorro H. Matamoros, Tamps. Septiembre 2012
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Instituto Tecnológico de
Matamoros
DESARROLLO PROFESIONAL
16:00 – 17:00 hrs.
Trabajo:
UNIDAD 2
MARCO TEORICO
ALUMNOS:
BENITO DOMINGUEZ CRUZ
OBED ESPINOZA SANCHEZ
PEDRO SANTIAGO MARINEZ
OSCAR ZOMORANO HERNANDEZ
INGENIERIA EN ELECTRONICA
Catedratico:
Cahuch chuc Mildred del Socorro
H. Matamoros, Tamps. Septiembre 2012
Dimensiones del desarrollo profesional.
2.1 Responsabilidad ante la sociedad.
Ser profesionista en un país latinoamericano, no es una oportunidad para reproducir la sociedad
marginalista, dominadora y domesticadora actual, a través exclusivamente de hacerse de recursos
a través del trabajo de los demás. Es legítimo aspirar a mejorar la calidad de vida propia y la de
la familia, pero sin olvidarnos de que en nuestras sociedades una gran parte de la población no
tiene acceso a la educación, sobre todo en las áreas rurales y la periferia de las ciudades. Además
de lo anterior, el sistema económico actual, ha marginado a una gran cantidad de personas del
desarrollo, por medio de la escasez y precariedad del empleo que se está dando en la actualidad.
Por lo anterior, la ética, concebida como el aprendizaje y acción de lo que es bueno o malo para
una sociedad, y la responsabilidad social considerada como la toma de acción cotidiana en
nuestro trabajo respetando los derechos propios y los de los demás, en un ambiente de paz y
justicia en la democracia, respetando el ambiente, como una reserva para las generaciones
venideras, es un compromiso de nosotros, a la vez de inducirlos a los que nos rodean en nuestros
diferentes ámbitos de desenvolvimiento social y profesional.
Ética Profesional como concepto tiene una íntima relación con la responsabilidad social. Tanto
que es la ética profesional la que posibilita llevar a la práctica los valores que pregona la
Responsabilidad Social y es la ética la que nos ayuda a ejercer la responsabilidad en un marco de
coherencia y correspondencia social. Para que la responsabilidad social (RS), responsabilidad
social corporativa (RSC), responsabilidad social empresarial (RSE) puedan llevarse a cabo y no
sólo sean respetadas a la distancia, se necesita de profesionales que sean éticos.
La Responsabilidad Social conlleva en sí un conjunto de premisas, principios, valores, y normas
de conducta que se han establecido por el colectivo social como elementos representativos de la
denominada Responsabilidad Social. La ética sin embargo, no prescribe ninguna norma o
conducta, tampoco la ética nos obliga o nos recomienda que deba ser realizado. Su propósito se
relaciona entre otros factores con la praxis, con el cómo se ha de aplicar en los distintos
contextos profesionales y personales de nuestra vida los valores sociales.
La Ética entonces es una praxis racional de los principios y conceptos relacionados a la
Responsabilidad Social, desde una perspectiva de igualdad, universalidad e interactividad con los
actores del contexto de aplicación e implicaciones.
El contexto actual requiere con urgencia que los profesionales de las empresas y organizaciones
practiquen la responsabilidad social y sean éticos, necesitamos que los actores de la innovación
institucional sean competentes, creativos, contextuales, conceptuales y que comprendan que la
solidaridad es la clave para lograr la sostenibilidad y para afrontar esta crisis de legitimidad
que vivimos.
Hoy se necesita que las personas en las organizaciones entiendan que la Responsabilidad Social,
Corporativa o Empresarial (Según el contexto de aplicación); debe ir de la mano de la ética
profesional dejar de ser sólo discurso y reflejarse en la acción cotidiana, en los actos, en las
actividades, en las tareas y en nuestro trabajo diario.
Responsabilidad social.
Como concepto se refiere a nuestras acciones específicamente a la responsabilidad que debemos
asumir por los resultados de estas, o sea el impacto que generan nuestras actividades y decisiones
(personales y profesionales) en el contexto social.
Entre otras dimensiones que se abordan, aquí nos centraremos en la responsabilidad ante la ley,
los derechos humanos, el medio ambiente, las generaciones futuras, la organización en la que se
trabaja y la profesión.
La Responsabilidad Social se convierte en Acción cuando cumplimos con ética nuestra:
1. Responsabilidad ante La Ley,
2. Responsabilidad ante Los Derechos Humanos,
3. Responsabilidad ante El Medio Ambiente,
4. Responsabilidad ante las Generaciones Futuras,
5. Responsabilidad ante La organización en la que se trabaja.
6. Responsabilidad ante La Profesión.
La palabra ética proviene, etimológicamente hablando, del vocablo en latín Ethos y su
significado puede ser objeto de extensos y profundos estudios por la amplia gama de
traducciones que esconde tras sus 5 letras. No obstante, se utilizará la noción clásica como
referencia, que implica que la ética se refiere al propio suelo o bien morada, donde se da por
sentado que esta morada se refiere al lugar donde una persona vive y se desenvuelve, es decir, su
hogar. Aunque esta visión puede ser interiorizada, será el objeto social de nuestro estudio al
permitir dilucidar entre el bien y el mal al nivel de libertades del individuo.
A su vez, la moral es el objeto de estudio de la ética, tal como el cuerpo humano es a la
medicina, siendo la representación viviente de la morada social en que se habita, otorgándonos la
visión palpable del Ethos. La moral de un conjunto de individuos se estudia mediante la ética,
entendido como un ente social orientado por vientos culturales. La moral individual es un tema
de estudio
Mucho más complejo, debido a que corresponde a la agregación de diferentes tipos de Ethos que
subyacen a la ontología del individuo, es decir, su ser.
También se define la noción de responsabilidad social, como el peso que carga un individuo,
establecido en sociedad, de ser garante y responsable de la justicia y promoción del bienestar de
su sociedad en conjunto (tanto local, como global), siendo el objeto de conciencia de su
participación en sociedad, el motor que impulsa su accionar para luchar en pos de un ideal de
juicios valóricos éticamente aceptados.
Por otro lado, la responsabilidad social se ve afectada directamente por estos factores, pues la
ética, que justifica las normas de comportamiento, estudia la moral, la cual corresponde a los
actos y comportamientos que pueden ser reprochables o no, pudiendo obedecer a códigos
concretos de comportamientos, los que se denominarán "códigos éticos"
Basado en esto comenta: ¿cuál es el papel del profesionista en la sociedad?
El papel que se desempeña en la sociedad con respecto a la moral y etica, es que en una sociedad
desarrolla un comportamiento diferente, ya que cada persona tiene diferente personalidad y pues
no todos pensamos lo mismo, entonces moral, etica y responsabilidad son valores que cada
persona tiene, entonces se puede desir que son patre de nuestra naturaleza. El papel que se
desarrolla en la sociedad es, ser un mismo ante una sociedad.
Se puede plantear de dos modos; una participación pasiva y una activa, la primera considera que
un profesionista cumple ya parte de su responsabilidad social al no perjudicar, y la segunda, que
debe tener un papel de mayor impacto al colaborar para también añadir acciones y propuestas
que beneficien a la sociedad de la que es parte.
Personalmente, combino un poco de ambas facetas, principalmente porque tengo un sentido no
tan común de la justicia, pero siempre que sea necesario me late ayudar.
Empresa Socialmente Responsable.
La cultura de una empresa socialmente responsable (ESR) esta basada en principios de honestidad,
transparencia y servicio y fundamenta su actuar en calidad de vida de la empresa, vinculación e
impacto con la comunidad, cuidado y prevención del medio ambiente y ética empresarial.
El papel de las empresas socialmente responsables han tomado algunos otros derroteros, como es
tener políticas medioambientalistas de avanzada, por ejemplo cuidando que sus insumos cumplan
con estándares de calidad en el cuidado del medio ambiente, o de no cerrarse a criterios de
contratación de personal que al final de cuentas son discriminatorios por razones de edad, sexo e
incluso si son personas con capacidades diferentes.
La tendencia ha comenzado a revertirse y cada vez son más las empresas que emplean personas
con capacidades diferentes con resultados muy satisfactorios y beneficios adicionales.
El desempeño de este sector es muy bueno, con un alto nivel de compromiso, ya que valoran que
una empresa les dé una oportunidad de desarrollo como una cuestión de igualdad y no de
asistencialismo.
¿Todas las empresas tienen este calificativo de “socialmente responsable”? No. Las empresas por si
solas pueden ir cumpliendo con el papel que les corresponde en la economía, aunque hay una
disposición de las empresas de asumir por interés propio un código de comportamiento expresado a
través de “10 principios básicos” y que son los siguientes.
Derechos humanos: 1. Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos
humanos proclamados internacionalmente. 2. Asegurarse de no ser cómplices de abusos de los
derechos humanos.
Trabajo 3. Las empresas deben defender la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del
derecho a la negociación colectiva. 4. Eliminar todas las formas de trabajo forzoso y obligatorio. 5.
Abolir efectivamente el trabajo infantil. 6. Eliminar la discriminación en relación con el empleo y la
ocupación.
Medio ambiente: 7. Las empresas deben apoyar un enfoque preventivo ante los retos
medioambientales. 8. Adoptar iniciativas para promover una mayor responsabilidad medioambiental.
9. Fomentar el desarrollo y la difusión de tecnologías respetuosas del medio ambiente.
Honestidad: 10.Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluyendo la
extorsión y el soborno.
2.2 Responsabilidad ante la profesión.
No es lo mismo ingresar en el mundo que ingresar en la vida. Cuando aparecemos sobre la Tierra
somos incapaces de dirigirnos; y sólo lenta y progresivamente vamos alcanzando las auténticas
dimensiones de la conciencia y de la libertad, y aún entonces, debemos reconocer la necesidad de
ser conducidos, que subsiste en distintos grados y terrenos durante toda la vida.
Cuando el hombre comienza a hacerse responsable, tropieza con la dificultad de discernir con
claridad la dosis de sumisión e independiente afirmación de sí mismo que deben normar sus de
cisiones frente al general conformismo o inercia impuesta por el medio social y la autoridad.
Pero en todas las almas, y particularmente en el alma de un verdadero universitario, queda
siempre un margen de autonomía intangible e irreductible, por la cual todos somos responsables
de nuestras obediencias y de nuestras rebeldías, por más que busquemos un sabio o una autoridad
a quien transferir sin reserva y con absoluta confianza nuestra decisión. y la razón es que todos
los hombres se pueden equivocar, y que ese sabio absoluto y esa autoridad no existen.
El acudir a la autoridad no es medio para librarse de la responsabilidad; pues, tanto el obedecer
como el desobedecer a esa autoridad entrañan responsabilidad.
Sería absurdo rechazar el criterio de la autoridad, de la sociedad, y de los prudentes consejeros;
pero ni el buscar consejo, ni el obedecer, jamás pueden significar el abandono de la
responsabilidad. Por donde inferimos que la verdadera responsabilidad siempre debe apelar a la
propia conciencia en última instancia.
Si el deber es sentido como obligación, decimos que el sujeto "responsable." Si el sujeto no
siente nada (por sinvergüenza o estar en la luna), decimos que se trata de un "irresponsable."
La imputabilidad es la simple atribución de un acto aun jeto determinado. De tal manera,
podemos afirmar que la imputabilidad es la reacción social o jurídica ante el deber de conciencia.
Si existe deber de conciencia, la imputabilidad es justa y razonable. Si no existe, la imputabilidad
es improcedente.
La responsabilidad como deber, es la obligación de responder de los propios actos delante del
tribunal competente.
Cuando el tribunal es Dios o la propia conciencia, tenemos la responsabilidad moral. Cuando el
tribunal es el Poder Público, tenemos la responsabilidad legal; que a su vez es civil o penal,
según, se trate de responder de los actos comunes del ciudadano, o del daño inferido que requiere
indemnización o pena por la violación de las leyes.
Para la verdadera responsabilidad y para la justa imputación de una acción mala se requiere:
a) Que al menos confusamente se haya previsto el efecto. (Así al que desconoce el vino, no se le
puede imputar la embriaguez) .
b) Que sea posible no poner la causa o, al menos, volverla ineficaz. (Verbigracia: cuando se
tiene el hábito de maldecir, las pocas maldiciones que se escapan no son imputables ).
c) Que se esté obligado a no poner la causa para evitar las malas consecuencias.
Donde se cumplen estas condiciones, hay responsabilidad de conciencia, aunque casualmente no
se siga el efecto.
y ya sabemos que los factores que influencian el conocimiento y la libre voluntad, son los
obstáculos que alteran los actos humanos y la responsabilidad; aunque a veces no sea fácil
discernirlos ni juzgarlos. Tales son: la ignorancia, violencia, miedo, pasión, antecedente, hábito y
enfermedades mentales. También suponemos que nuestros lectores saben distinguir entre los
actos voluntarios perfectos e imperfectos, actuales y virtuales, directos e indirectos.
La centramos en esa sanción interior de la conciencia, que inclusive puede estar en pugna con la
exterior, social o jurídica. Así en las emergencias, por ejemplo, puede aparecer un conflicto entre
las leyes o reglamentaciones, y la conciencia profesional. Cuando un médico o ingeniero ocurre
velozmente al lugar de un accidente contraviniendo los reglamentos de tránsito, prevalece
siempre el dictamen de la conciencia, la sanci6n interior.
Toda la conducta práctica de un profesionista debe regirse por esta doble finalidad: a) evitar
toda falta voluntaria y b) disminuir en lo posible el número de faltas involuntarios, que son
fruto de la debilidad humana, por flaqueza propia o negligencia ajena. y cuando surjan conflictos
de orden técnico o social, nada mejor que despojarse de toda presr.mci6n, avocarse al estudio de
los problemas y tratar de poner en práctica aquel alto principio de valor moral indiscutible: "No
hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti mismo."
Es también oportuno recordar que el acto voluntario directo es siempre imputado al agente, tanto
en la buena como en la mala acción; mientras que el voluntario indirecto (lo que es querido en su
causa), aunque no se atribuya al agente si el resultado es bueno, se le atribuirá ordinariamente si
el resultado es malo.
Para no enredarnos en el laberinto de distinciones que encontramos en juristas y moralistas que
tratan la responsabilidad profesional, agruparemos brevemente las principales responsabilidades
en un orden elemental, recordando una vez más que toda división metodológica es algo arbitraria
y se hace para facilitar el orden de las ideas y la fidelidad de la memoria. Así clasificaremos las
principales responsabilidades profesionales en responsabilidades:
a) consigo mismo
b) con los prójimos
c) con la sociedad.
La responsabilidad familiar del profesionista la trataremos en capítulo aparte. La observancia de
las tres responsabilidades arriba apuntadas es lo que constituye fundamentalmente la
responsabilidad profesional o responsabilidad con la profesión.
RESPONSABILIDADES CONSIGO MISMO.
Una lógica elemental conecta las responsabilidades a los deberes. Manteniendo este paralelismo
es evidente que la responsabilidad profesional exige en el fuero íntimo de la propia conciencia
una fidelidad permanente al triple deber de competencia que estudiamos en los tres primeros
capítulos de esta segunda parte.
En la competencia intelectual subrayamos el doble carácter en la preparación profesional: el
técnico y el humanístico. No nos Interesa analizar microscópicamente cada debilidad humana.
No existe un solo hombre inmune de miserias y debilidades; y sin embargo, la técnica y el
humanismo progresan constantemente.
Lo que positivamente compromete a la técnica y al humanismo, y es una traición a los intereses
de la profesión y de la cultura, es la actitud intelectual que adoptan los profesionistas en lo que;
podemos considerar sus hábitos íntimos, que son los que regulan toda su vida humana. La actitud
absurda del que, absorbido por la acción, abandona los libros, esclerosándose paulatinamente en
todos los órdenes. Es como apagar la luz para armar una máquina.
De aquí que no se sepa distinguir la profundidad de la oscuridad. De aquí también la solemnidad
ridícula: el lenguaje sibilino, la impermeabilidad al "humor," abrumarse y abrumar con los
mismos clichés mentales. Poco a poco, pero siempre en mucho menor tiempo del que puede
imaginarse, desaparece el intelectual y se desvanece toda inquietud o preocupación por la
extensión de la cultura filosófica o científica
Insensiblemente esa actitud, que es el peor astringente de la personalidad profesional, determina
una serie de aberraciones. No es que el profesionista sea un hombre del pasado o viva del pasado
(lo cual es también una irresponsabilidad) ; es que se convierte en un invertebrado: ignorante
absoluto de ideologías modernas, ignorante de las estructuras fundamentales y del
funcionamiento de los mecanismos del mundo actual, totalmente insensible al movimiento de la
historia, aislado sistemáticamente de todos los horizontes científicos y sociales, presa
incondicional de la propaganda, esclavo de la neutralidad y fetichista de las novedades, por ser
"novedades."
Los juristas contemporáneos, refiriéndose a la responsabilidad civil, adoptan los términos de
responsabilidad contractual y responsabilidad extracontractual, cuando se trata de los daños
causados por el incumplimiento de los compromisos o de los daños originados por un delito o
cuasidelito.
No es nuestra intención substituirnos a los esclarecidos magistrados o juristas que han ilustrado
el sistema jurídico de Occidente con la adopción del Derecho Romano y el ser el) análisis del
Libro Quinto de la "Etica a Nicómaco."
Pero hay otra responsabilidad que, si bien no se consigna expresamente en las cláusulas del
Derecho Civil, obliga más seriamente al profesionista a revisar su actitud hacia sus prójimos: es
la responsabilidad natural hacia la persona.
La persona humana se ha convertido insensiblemente en el centro neurálgico de la moderna
economía industrial; no sólo en virtud de preocupaciones o sugestiones morales, sociales y
religiosas (como alguien puede suponer) , sino que esta transformación se ha operado
fundamentalmente por una necesidad económica.
Si la primera revolución industrial apareció con una fisonomía prevalentemente técnica, esta
segunda revolución industrial que se está operando desde hace treinta años presenta una
creciente consideración del elemento humano, que ha invadido los campos reservados
anteriormente en forma exclusiva al elemento técnico y económico.
Sería lamentabilísimo que el profesionista no se percatara de este desplazamiento del centro de
gravedad de la historia, y no afinara su sensibilidad humana hasta el punto de sentirse
permanentemente comprometido por este valor fundamental de la vida.
Hay en la persona una dignidad intrínseca y substancial, que no está condicionada a ninguna
autoridad o legislación, no se disminuye por olvidos, postergaciones o desprecios, no se disuelve
por la malignidad del réprobo más execrable, que es forzoso respetar en la medida en que
estamos resueltos a mantener la única levadura vital y trascendente de nuestra civilización.
Sólo la actitud de permanente responsabilidad hacia la persona humana dará al profesionista la
exacta dimensión de los méritos del colega, de la fidelidad del colaborador, de las necesidades
del cliente y de las justas exigencias del acreedor. y sólo esa actitud escrupulosamente cuidada
por la conciencia nos permitirá a todos admirar y aprovechar las grandes enseñanzas que no son
exclusividad de las grandes cátedras, sino que provienen constantemente de los humildes y
simples, de los obreros y campesinos, de los enfermos e ignorantes, de los indigentes, los niños y
los mismo adversarios.
RESPONSABILIDADES CON LA SOCIEDAD.
Queremos puntualizar que no vamos a referirnos a la responsabilidad que surge del puesto que se
ocupa en una institución, o de la función encomendada a quien ocupa un puesto público. Esas
son responsabilidades que generalmente no se discuten, aunque nos hagan perder el sueño a los
que deben cumplirlas.
También se puede analizar la naturaleza o las características de la responsabilidad que asume un
profesionista director o gerente de ese cuadro social llamado empresa.
El Ing. Jorge Luis Oria, catedrático de la Universidad Nacional de México, publicó un
interesante trabajo sobre este tema en el número 44 de la "Revista de la Escuela de Contabilidad,
Economía y Administración del TEC" del mes de octubre de 1959. Creemos que puede leerse
con utilidad.
Pero lo que nos urge destacar es la responsabilidad social que tiene el profesionista por el mero
hecho de ser promovido con un título universitario, aunque no esté directamente vinculado ni a la
política, ni a la economía, ni a los grupos de presión social, moral o religiosa.
Decimos que, con antecedencia e independientemente de cualquier actividad, el profesionista
universitario tiene comprometida su inteligencia en la opinión y sus energías en la acción, de las
cuales depende la recta o desastrosa conducción del pueblo.
Hay una ley muy simple, pero rectora de la psicología popular: el pueblo marcha solo y siempre
en pos de alguien que lo guía.
Piensa como su periódico o sus libros, y confía ciegamente en sus conductores o caudillos, vivos
o muertos, aunque esté convencido de su propia libertad y autonomía. Para que esto se realice,
sólo hay que hacer una cosa: convencerlo. Con razones verdaderas o falsas, pero hay que
convencerlo!, porque el hombre es un ser racional y sus actitudes o acciones se rigen
exclusivamente por razones verdaderas o falsas.
Siempre habrá líderes de mala fe, mañosos, profesionales del escándalo y expertos en ocultar
eficazmente la verdad diciendo siempre cosas verdaderas. Pero también hay líderes espontáneos
y sinceros, que no tienen la culpa de su ignorancia y sus errores, y mucho menos de la valiente
ya veces heroica decisión con que defienden sus convicciones. Frente a estas razones que
gravitan en la desorientación popular, y ante la natural flexibilidad y maleabilidad de las masas,
sólo la responsabilidad social del profesionista puede canalizar y darle cohesión a la voluntad
popular, que es siempre, en términos sociológicos, quien escribe la historia.
Hay una acción ejecutiva y polémica, organizadora y visible, que es la conjugación norma1 de
un temperamento y energías físicas poco comunes, especialmente cuando no existe la
preocupación de la seguridad económica. Esta acción no se puede pedir, y menos imponer, a la
totalidad de los profesionistas.
Pero hay otra acción permanente e invisible, que consideramos tanto más efectiva, cuanto se
realiza con más inteligencia y conciencia es la difusión sistemática de la opinión profesional en
el organismo social, mediante la fidelidad insobornable a la verdad ya la justicia y aquí está la
responsabilidad social que queríamos proclamar y denunciar ante la inercia de muchos
universitarios: la responsabilidad de los que no quieren ser conductores, por no comprender la
responsabilidad que impone la cultura.
Profesionistas que siendo cabeza espiritual en el cuerpo social, no supieron o no quisieron
comprender la importancia de ser a guías. Profesionistas a lo Erasmo de Rotterdam, que acaricia
la neutralidad como la máxima manifestación de equilibrio y perfección; hombres sin salud física
ni mental, enfermizos, dispépticos: tristes e hipersensibles intelectuales temerosos de que la
actividad .social puede comprometer su libertad intelectual o moral, política o religiosa, cuando
es precisamente la actividad social la que desenvuelve, estimula y enriquece la inteligencia y la
libertad. Profesionistas que, aún conscientes de la necesidad e importancia de resolver los
problemas humanos en el plano social, económico o .político, no se quieren percatar de que no es
posible resolver ningún problema humano, si previamente no se resuelven en la propia
conciencia. Profesionistas negligentes y perezosos, eunucos espirituales, que disimulan la pereza
disfrazándola de prudencia, para quedarse tranquilamente en el tibio remanso doméstico. Se
disfrazan de celo para llamar a la violencia, eludiendo llamar al sacrificio, que es su deber. Se
disfrazan de desprendimiento y austeridad para justificar todo lo justo y necesario que requiere
una vida decorosa. Se disfrazan de Magdalenas y lloran a moco tendido las maldades y miserias
del mundo, para no tener siquiera que pensar en que podrían remediarlas o aminorarlas
fácilmente, poniendo en juego la contribución obligatoria de su pensamiento y su trabajo.
Mientras que el pueblo no puede menos de trastabil1ar en medio de la oscuridad natural de su
ignorancia, es tan culpable el que lo engaña para que el odio adquiera el volumen que sus
crímenes necesitan, como el que siendo abanderado de la cultura se rehúsa a combatir la mentira
por comodidad o pereza.
Hemos insistido tanto en esta responsabilidad porque el profesionista universitario es el único
hombre que jamás podrá dispensarse de pensar en términos de verdad y de justicia, y menos aún
de obrar en términos de eficiencia práctica indispensable para el bien común.
Ante el mal social que nos aqueja y preocupa progresivamente, el moderno universitario debe
sentir tres deberes bien definidos, como proclamaba ya en 1895, en París, León:
1.-El deber de la competencia social; 2.-el deber de la acción social, y 3.-el deber de una
reforma intelectual y moral.
a) EL DEBER DE LA COMPETENCIA SOCIAL. En cualquier orden de cosas la preparación
es la primera condición para enseñar. Es una torpe imprudencia y una gran temeridad
improvisarse doctor en cuestiones sociales sin hacer ningún estudio, y lanzarse a criticar
iniciativas y prescribir remedios, con algunas ideas muy generales acompañadas de sentimientos
muy generosos.
La función social del profesionista mencionada en la primera parte, no le permite callar en estos
momentos en que todo el mundo siente el deber de hablar de estas cuestiones.
No vacilamos en denunciar la responsabilidad de la misma universidad en formar hombres
capaces de "tomar partido" y tomarlo por quien se lo merece. y para que no se nos mal interprete,
también afirmamos rotundamente que es muy grande la diferencia que hay entre II ser hombre de
partido" y II saber tomar partido."
El hombre de partido, ordinariamente, se limita y se encadena.
Pero tomar partido y tomarlo por quien o por lo que se lo merece, es la expresión normal de la
virilidad que domina las inteligencias y la ley moral que domina las voluntades.
Si el profesionista renuncia a su función de orientación y, en cierto modo, de magisterio, el
pueblo caerá fatalmente bajo el magisterio de los ignorantes o bajo el yugo de la naturaleza o de
los elementos.
b) El deber de la acción social. La clara resolución de tomar partido es el comienzo de lo que
suele llamarse "iniciativa privada"; y esta "iniciativa privada" es el elemento esencial con que
cuenta siempre una democracia robusta.
Ya han sido demasiados los hombres que ante la primera dificultad o cualquier peligro,
suspiraron por un salvador o un dictador.
Es un grave error establecer o afirmar que el Estado es un enemigo y que no debe confiársele
nada; pero también es un error pretender que el Estado sea Providencia y sea Redentor, cargando
con la responsabilidad de todas las iniciativas. No se puede prescindir el Estado, ni es posible
esperarlo todo del Estado.
Cuando en una sociedad hay algo que no marcha bien, y cuando existe una miseria o una
debilidad oprimida de cualquier manera, sin que ni siquiera los universitarios hagan nada por
remediarla, entonces lo natural, y lo simple, y lo decente es que el Estado asuma la
responsabilidad de los particulares y trata de ser enérgicamente el protector o el defensor de esa
debilidad.
c) El deber de una reforma intelectual y moral. Se trata, naturalmente, de fortalecer los
valores espirituales en la vida del hombre y de reafirmar las inteligencias y las voluntades.
Difundir honradamente, sobre los hombres y sobre las cosas ideas justas, simples, precisas y
firmes, para que las palabras y la conducta de los ciudadanos estén acordes en respetar siempre la
verdad y el bien.
Si persiste la mentira y el mal, y el profesionista permanece en su torre de marfil halagándose
con la mezquindad restrictiva de pertenecer a una casta superior y privilegiada, no solamente
cargará con la mayor responsabilidad social frente a todos los antagonismos, sufrimientos y
miserias, sino que justicieramente también será la primera víctima, si no le toca ser el primer reo
ante sus conciudadanos y ante Dios.
CHARLATANISMO PROFESIONAL. Nos toca decir una palabra sobre la responsabilidad de
los que no quieren o no pueden mantenerse a la altura de la dignidad universitaria, por el auge
que esta lacra va cobrando en el campo profesional.
Es lógico y natural que un profesionista se preocupe de aumentar y capitalizar sus virtudes y sus
méritos, porque ese es el mejor título que puede exhibir ante sus clientes.
Quien, en defecto de unos y de otras, se vale de procedimientos engañosos o indignos (ya sean
privados o de intriga, ya sean públicos por medio de las técnicas de difusión, para cazar incautos)
merece el calificativo de charlatán y es digno de tacha moral, incurriendo en responsabilidad
más o menos grave, según el grado de charlatanismo que practique.
A veces es la malicia; otras, la vanidad, y casi siempre el lucro lo que determina este fenómeno.
Para simplificar, sólo mencionaremos las formas más comunes dentro de la actividad profesional
contemporánea.
a) El merolico. Es el tipo más corriente. Es el que exhibe títulos, cargos o méritos de que carece,
y pretende ejercer simultáneamente funciones incompatibles. Su locuacidad es arrogante y
jactanciosa, en flagrante contraste con su incapacidad moral y científica. Presume de métodos
maravillosos, escamoteando con el secreto y el misterio lo que simplemente es inadaptado o
anticuado, cuando no recurre descaradamente a las prácticas mágicas o supersticiosas. Usa un
lujo y boato desproporcionado notablemente con su verdadera posición social y profesional. (Ver
los artículos 3 y 4 del Reglamento Deontológico de los Médicos de Toulouse, y los Estatutos de
los Colegios Oficiales de Médicos Españoles, artículos 2 y 18).
b) El comerciante. Es el que condiciona el éxito y la dignidad profesional a los métodos
comerciales de publicidad y propaganda. Sus procedimientos preferidos son la publicidad
profusa y cantinflesca, mediante anuncios de apariencia comercial en la prensa o en cualquier
otro medio de difusión.
Las autoalabanzas procuradas diplomáticamente o previo pago de cualquier cantidad a pobres
reporteros ocasionales de eventos sociales o congresos científicos. El uso de los modernos
medios de difusión, para exhibirse ante el público como mentores de una ciencia que no poseen.
Las placas de aspecto comercial, los avisos luminosos en servicios que no son de emergencia
nocturna, y la propaganda hecha á base de "sexualidad," como si se tratara de la Coca-Cola.
c) El burócrata. Así llamamos al profesionista que rehúye la responsabilidad, diluyéndola
indefinidamente o con el retardo del trabajo a desgano, o con la multiplicación inútil de
intermediarios en un servicio que debe tener como característica la máxima eficiencia. También
incluimos al que, por miedo a la responsabilidad, no la delega jamás, reservándoos o
invariablemente todas las opiniones y decisiones.
Pueden meditar nuestros lectores lo que escribía no hace mucho un periodista brasileño: "Parece
inagotable la capacidad burocrática de entorpecer al Brasil. Cualquiera iniciativa, de las más
simples a las más complejas, fuerza al empresario particular a una 1- larga y penosa
peregrinación por los famosos " canales competentes." Desde la ventanilla del protocolo de
entrada hasta los gabinetes ministeriales, se suceden las barreras que en sus camadas y sucesivas
forman la tremenda "cortina de papel" desalentadora de o las voluntades más pertinaces. La
mentalidad dominante es la del horror a la responsabilidad. Del modesto escribiente al jefe de
sección, nadie aparece como seguro al emitir una opinión. y o se suceden los despachos prorroga
torios, donde el asunto es enviado a "consideración superior ," o se pide el asesoramiento de
todas .las asesorías, comisiones o consejos posibles e imaginables."
Tal vez alguien pensará que esa es la característica de toda y administración pública; pero es que
el problema empeora cuando i- el Estado confía los resortes administrativos a manos de
profesionistas, para agilizar la administración, y el fenómeno se repite en la administración de las
empresas privadas, y en los despachos y oficinas de destacados universitarios.
Ética y Profesión
El profesional en su diario vivir no solo confronta problemas con relación a su trabajo, sino
también en su profesión de día a día con las personas que le rodean, esto hace que muchas veces
cometamos errores sin darnos cuenta que estamos pisando la línea d la moralidad y el diario
vivir.
Desde la revolución francesa, donde se proclamó la igualdad de derechos, existen personas,
hombres y mujeres que llevan en su carga la economía y la estabilidad de cualquier país. Desde
tiempos muy antiguos nos hemos topado con diferentes profesiones y unto a estas siempre
existen reglas que marcan y rigen el desempeño de dichas profesiones.
Los hombres y mujeres enfrentan problemas que de una manera u otra podrían poner en tela de
juicio su debida conducta, muchas veces ellos mismos dudando de su propia profesionalidad,
pero teniendo siempre en cuenta que existen desde tiempos remotos deberes y derechos que cada
cual sabe donde clasificarse.
FORMACIÓN PROFESIONAL
Sabiendo que a uno se le concede la personalidad jurídica desde el momento del nacimiento
"derechos y deberes" y a sabiendas también que se van desarrollando con el paso del tiempo.
Nuestra vida se rige por diferentes pasos que hacen de cada individuo lo que sería en un futuro,
entiéndase, pasar por las distintas etapas de conocimientos: escuela primaria, secundaria y en
última grado, la universitaria.
Solo eso no basta, ya que esos conocimientos lo forman una generalidad de la vida y el
profesional debe de saber combinar esa generalidad con su formación profesional.
Entiéndase, por formación profesional un alto grado de conocimiento que se le inculca a un
individuo de la sociedad, dotándolo de un interés particular en su profesión que se va a reflejar
en su desempeño diario de la vida.
CARÁCTER PROFESIONAL
El individuo al tener una presencia o personalidad variable, puede modificarse, es decir, puede
engrandecer su ego, puede tener una sed inmensa de llegar a la perfección de su profesión,
haciéndolo para el un modelo sin errores e inequívocos.
El carácter para el individuo en su profesión se refleja desde tiempos antiguos, ellos han
experimentado un progreso en todos los tipos de ciencias, han conquistado y desarrollado
experimentos que tiempos atrás hubieran sido inimaginables de realizar. El profesional sin
carácter puede tender a caer en un modelo usado por cientos de profesionales, puede llegar a caer
en lo que sería la mediocridad, siendo éste el título menos deseable para personas con
aspiraciones en la vida.
El carácter no se forja solamente con un título, se hace día a día experimentando cambios, ideas,
experiencias, se hace enfrentándose a la vida. En definitiva, el título es como el "adorno" de la
profesión. No importa si lo tienes, lo importante es saberlo utilizar.
VOCACIÓN
La vocación es un deseo entrañable hacia lo que uno quiere convertirse en un futuro, a lo que
uno quiere hacer por el resto de su vida, es algo que va enlazado y determinado por tus
conocimientos generales. Un profesional que carezca de vocación, el proceso puede ser más
tardío y difícil para poder desarrollar sus conocimientos, a diferencia de un profesional que
sienta una verdadera vocación.
ORIENTACIÓN PROFESIONAL
Cuando una persona o un individuo carezca del conocimiento o esté inseguro de la actividad que
quiera realizar en el ámbito profesional puede asistirse de ayuda en o que es la orientación
profesional, siendo este un proceso utilizado por personas capacitadas para ayudar a las personas
a conocerse a sí mismos, a conocer el medio social en que viven y poder indicarle de cierta
forma la actividad profesional que más le conviene a cada uno de ellos.
A mi parecer toda persona que vaya a ingresar a los estudios superiores debe de ir orientado
hacia lo que esa persona realmente quiera y pueda aprender y ejecutar. Aunque una persona
pueda tener una vocación determinada hacia "x" actividad profesional es necesario y
recomendable que se oriente para darle más confianza y seguridad y para ponerle la contraparte y
de esa manera poder reafirmar la convicción de esa persona hacia esa actividad.
COSTUMBRE
La costumbre son normas que crean una sociedad por su continuidad y que le dan un hecho
jurídico palpable y tienen como las leyes, consecuencias cuando son violadas, el profesional no
solamente debe regirse por su código de ética propio, sino que debe irse hacia un marco de
costumbre, entendiendo que no todo lo que se viola esta escrito, ni todo lo que la sociedad
repudia lo contiene las leyes.
El código de ética de cada profesional enmarca una serie de reglas, derechos y deberes que lo
limitan y mantienen al margen de caer en errores profesionales y morales, al mismo tiempo
guiándolos por el buen desempeño profesional.
Un profesional conlleva consigo una serie de hábitos y costumbres que lo ha adquirido durante
toda su vida, no obstante, a eso, no todo lo que uno realiza cotidianamente es correcto ante la
sociedad, por lo que un profesional tiene que tener la capacidad moral e intelectual para poder
diferenciar lo correcto e incorrecto de su profesión, ya que ejemplos tales como: decir buenos
días, tener una sonrisa en la cara, ser solidario, ser buen compañero, son puntos que no están
especificados en un código y no por eso limitan al profesional a realizarlo.
RESPONSABILIDAD
Se dice de una persona que es responsable cuando está obligada a responder de sus propios actos.
Aunque algunos autores mantienen que la libertad es definida por la responsabilidad, la gran
mayoría de estos están de acuerdo en que el fundamento de la responsabilidad es la libertad de la
voluntad.
Una vez admitida la libertad que fundamenta la responsabilidad, se plantea todavía varias
cuestiones importantes: ante todo, se trata de saber si la responsabilidad afecta solamente a
algunos actos de la persona o bien si afecta a todos.
En segundo lugar se plantea el problema de los grados de responsabilidad y finalmente se plantea
el problema de la entidad o entidades ante la cual es responsable (debe de ser de carácter
personal).
El sentimiento de responsabilidad es un sentimiento personal que compromete a cada persona y
le hace comprender que no puede simplemente abandonarse a sus conveniencias individuales.
Para mí, según las investigaciones que he recopilado de diversas fuentes he llegado a la
conclusión del concepto de responsabilidad, el sentimiento de responsabilidad nace y se
desarrolla a través de los años. Este sentido nos enseña la importancia de las cosas, a valorarlas y
cuidarlas.
Todo individuo o persona lleva una responsabilidad sea personal o para otra, pero esta la lleva a
cabo dependiendo de sus criterios
Al existir el concepto de Ética profesional, es necesario clarificar lo que es la profesión:
Un servicio a la sociedad único, definido y esencial: es decir, primero, el profesional reclama el
monopolio de la actividad que realiza, oponiéndose al intrusismo; segundo, el usuario sabe que
dicha actividad está bien definida y delimitada frente a otras; tercero, es un servicio del que ni la
sociedad en su conjunto ni ninguno de sus ciudadanos puede prescindir sin grave perjuicio para
su bienestar;
Considerado como una vocación. Se espera del profesional que se dedique en exclusividad y que
se identifique con los ideales de la misma (prestando más atención al servicio ofrecido que a las
ganancias que le reporta) y se vincule solidariamente con el resto de miembros de la profesión,
incorporándose a su organización propia (colegio o asociación);
Basado, fundamentalmente, en conocimientos y técnicas de carácter intelectual. Socialmente se
demanda del profesional una actitud inquisitiva, capacidad de obtener datos, elaborar
diagnósticos y proponer soluciones de una manera supuestamente objetiva, distante y crítica.
Que requiere un periodo previo de preparación especializada y habitualmente formal, en una
institución educativa. Esta intensa y larga formación, que se prolonga a lo largo de toda la
actividad profesional de diversas maneras -formación permanente, reciclaje- parece justificar la
posterior exigencia de compensaciones de carácter económico, a través de unos honorarios
elevados;
Demanda un amplio campo de autonomía, tanto personal como del colectivo en su conjunto,
cuyo correlato es la asunción de las responsabilidades inherentes al desarrollo de la actividad.
Teniendo en cuenta todas estas características, se puede hablar, de un proceso de
"profesionalización", de adquisición progresiva por parte de alguna actividad humana de la
condición de profesión. Los sucesivos pasos en esta evolución serían los siguientes: primero, la
ocupación en cuestión se convierte en una actividad con plena dedicación; a continuación,
demanda unos conocimientos específicos en un centro especializado (que termina siendo
habitualmente una Escuela Superior o Universidad); posteriormente se constituye una asociación
profesional que abarca a quienes desarrollan la ocupación y han pasado previamente por el
proceso formativo requerido; luego será esta misma organización profesional quien
sucesivamente se encargue de obtener una regulación por ley de su actividad y por último, la
redacción de un código ético o de conducta.
En resumen, entenderemos por PROFESIÓN una ocupación, cuya práctica influye directamente
en el bienestar humano y requiere el dominio de una parte compleja del conocimiento y
habilidades especializadas, que asume una educación regular y una experiencia práctica. En este
contexto un "ingeniero profesional" es una persona que está autorizada para practicar la
ingeniería en una condición particular reuniendo todos los requisitos de la ley. Esta autorización,
esto es, qué cosas puede hacer un Ingeniero Informático que no puede hacer cualquier otro
ciudadano, es un tema que afecta a la carrera profesional y dista mucho de estar resuelto en la
actualidad, en España, en Europa y también en USA. Mientras este tema se resuelva, retengamos
la idea de que la práctica profesional en un territorio depende de la autorización que esté
establecida en cada lugar.
Lo anterior implica una RESPONSABILIDAD PROFESIONAL, un caso paradigmático de
responsabilidad moral que proviene del conocimiento especial que cada uno posee. Como hemos
dicho, debe dominar una parte especial del conocimiento avanzado, particularmente
conocimiento que tiene que ver con el bienestar de los otros, que demarcan una profesión. Como
guardianes del conocimiento especial que influye en el bienestar humano, los profesionales están
obligados por responsabilidades morales especiales, que son, requerimientos morales a aplicar a
su conocimiento, de forma que beneficien al resto de la sociedad.
Dicho lo anterior, podemos hablar de la existencia tanto de una ética como de una deontología
profesional. La primera se centraría sobre todo en perfilar y definir el bien de una determinada
profesión (no sólo el personal del propio profesional, sino especialmente su aportación al bien
social o común), mientras que la segunda se ocuparía de las obligaciones propias de dicha
actividad. Dicho de otra manera: la ética profesional sería la expresión de las diversas y plurales
éticas de máximos existentes en todos y cada uno de los profesionales de una determinada
especialidad, mientras que la deontología expresaría la ética de mínimos que todas las anteriores
comparten y están obligadas a cumplir a pesar de sus diferencias.
DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL
A) Según Aquiles Menéndez
Menéndez, en su libro "Ética profesional" , define a la responsabilidad como sinónimo auténtico
de "conciencia": la obligación de rendir cuenta de los propios actos. La responsabilidad como
deber es entendida como la obligación de responder de nuestros actos ante un tribunal. Se habla
de responsabilidad moral cuando el tribunal es Dios o la propia conciencia, la responsabilidad
legal (o específicamente, civil o penal) cuando el tribunal es el Poder Judicial.
La responsabilidad profesional surge en este punto como incluida dentro de la responsabilidad
moral, alcanzando el interior de nuestra conciencia. Tiene dos objetivos primordiales: evitar toda
falta voluntaria y disminuir en lo posible en número de faltas involuntarias por debilidad
humana, flaqueza propia o negligencia ajena.
El autor de "Ética profesional" agrupa arbitrariamente los principales tipos de responsabilidades
en tres clases:
Responsabilidad profesional consigo mismo: que exige una conciencia fiel a un triple deber de
competencias físicas, intelectuales y sociales.
Un ejemplo de su desmedro se da en el caso de profesionales que, por dinero o un mayor status,
usan su título profesional para venderse al mejor postor, sin considerar las actividades que
apadrinarán, sus fines o su lealtad al trabajo.
Responsabilidad profesional con el prójimo: se refiere al trato con los prójimos profesionales:
colegas, colaboradores, clientes y acreedores. Deja de lado las responsabilidades consignadas en
el Derecho Civil para centrarse en la responsabilidad natural hacia la persona, humana y su
dignidad como tal.
Ejemplos de ella son el aprecio hacia un colega que obtuvo méritos, la fidelidad hacia nuestros
colaboradores, la comprensión de las necesidades de los clientes y las exigencias de un acreedor.
Responsabilidad profesional con la sociedad: es la responsabilidad que tiene el profesionista
por el hecho de poseer un título universitario. De su inteligencia en la opinión y sus energías en
la acción depende la conducción del pueblo, quien marcha siempre dirigido por un guía.
Aquí podemos señalar a los líderes que defienden a las poblaciones explotadas por compañías
petroleras o aquellos que regresan después de sus estudios fuera de su tierra natal para mejorar la
calidad de vida de sus pueblos.
En la misma línea de la ética profesional, afirma que los individuos profesionales deben ser
conscientes de su posición en la sociedad y cultivarla a través de:
Su personalización e individualización.
Ejercitando la profesión de manera honrada -sin desvirtuar su autonomía y su función específica.
Evitando delegar responsabilidades a las organizaciones, ya sean estas estatales o privadas.
Así se conseguirá que la conciencia y la madurez espiritual de los profesionales pueda, en
conjunto, restablecer la tranquilidad de sus hogares y de su patria, con la confianza de su libertad
y su destino.
B) Según Lilia Cote y Paul García:
En un texto con versiones impresa y publicada en Internet, Lilia Cote y Paul García afirman que
el concepto de responsabilidad profesional es la obligación de reparar y satisfacer las
consecuencias de los actos, omisiones y errores voluntarios e involuntarios incluso, dentro de
ciertos límites, cometidos en el ejercicio de su profesión. Entraña el compromiso moral de
responder de los actos propios y, en algunos casos, de los ajenos, y la obligación de repara o
indemnizar las consecuencias de actos perjudiciales para terceros.
Su objetivo es brindar un instrumento que obligue al cumplimiento de una conducta libre pero
respetuosa, sin invadir o lesionar a terceros.
Los autores sostienen que su alcance principal es resarcir el daño generado por mala praxis, y en
esa línea sostienen que la responsabilidad profesional puede tener varias vertientes:
Responsabilidad profesional civil: Ocasionada por el incumplimiento de las obligaciones del
profesional, presumiendo una conducta indebida sancionable de manera económica. Aunque no
está claramente estipulada en el Código Civil, ésta se circunscribe al cumplimiento de las
obligaciones generadas por un contrato.
Un ejemplo a considerar es la entrega de una obra de infraestructura en una fecha posterior a la
estipulada en un contrato de adjudicación, lo que es hecho común en la administración pública y
que genera demandas por incumplimiento de contrato.
Responsabilidad profesional penal: hace referencia a la comisión de un delito. Por lo tanto, los
delitos cometidos en el ejercicio de la profesión pueden ser intencionales o dolosos e
imprudenciales o culposos.
En esta sección puede citarse el caso de los médicos que realizan un diagnóstico incorrecto de la
dolencia de uno de sus pacientes, que redunda en complicaciones y/o la muerte, siendo acusados
posteriormente de homicidio culposo.
Responsabilidad profesional administrativa: Se genera cuando los servidores públicos
cometen faltas ligeras o tienen conducta ilícita relativamente leve, las que son sancionadas por
las autoridades administrativas a través de apercibimientos, amonestaciones, suspensiones o
expulsiones de la entidad pública, sanción económica o inhabilitación.
Un ejemplo que ilustra este tipo de responsabilidad es retardar la atención de una solicitud que
requiere su atención urgente.
Como la tendencia del texto es hacia la culpabilidad de los profesionales, expone una serie de
estrategias para reducir o evitar los factores de riesgo:
Conocimiento inadecuado o insuficiente: apelan a la reestructuración de planes de estudio
según niveles de competencia, la educación continua y la elaboración de guías prácticas.
Destreza limitada: apoyan al adiestramiento tutelado y especializado en técnicas innovadoras,
además de la reestructuración de programas de estudio, ya mencionados en el acápite anterior.
Juicio equivocado: proponen la elaboración de consensos entre varios especialistas, la
retroalimentación con resultados de experiencias previas, y el fortalecimiento de las
metodologías cuya efectividad haya sido comprobada.
Delegación de acciones a profesionales en formación o auxiliares: apuestan por la supervisión
de las actividades.
Falta de comunicación dentro del equipo de trabajo: dan soporte a la coordinación al interior de
los grupos.
Recursos físicos, materiales y humanos insuficientes: apoyan la administración eficiente, el
suministro adecuado de insumos y la optimización de recursos, además del mantenimiento
preventivo y correctivo.
APRECIACIÓN CRÍTICA
Consideramos que la posición de Menéndez es totalmente aceptable. En un primer momento su
clasificación de responsabilidad profesional (consigo mismo, con el prójimo y con la sociedad)
nos resultó confusa, pero luego comprendimos que utiliza esta tipificación para dar mayor
énfasis a sus ideas sobre el tema. Entendimos, desde su perspectiva, que la responsabilidad
profesional implica prepararse técnicamente para un servicio específico y calificado,
humanamente para servir personas sin menoscabar el destino de todos, y para servir al bien
común dentro de los límites de la sociedad.
El segundo texto enfoca la responsabilidad profesional desde la perspectiva médica como
respuesta ante inconductas de los profesionales, como si la responsabilidad se tratase de una
normativa acerca de todo lo sancionable por errores en el ejercicio de una actividad. Su posición
es discutible, pero ofrece un punto de vista distinto al expuesto por el primer autor y hace un
mayor énfasis en las estrategias que permitirían cultivar un sentido de responsabilidad aplicable
al desempeño de los profesionales.
2.4 superación profesional permanente.
¿Qué es la Superación Personal?
La superación personal es un interesante proceso de crecimiento en todos los ámbitos o áreas de
la vida de una persona. Superación personal implica mejoras en la salud física y mental,
relaciones humanas (pareja, hijos, familiares, amigos, compañeros de trabajo, colaboradores,
etc), campo profesional, formación intelectual, desarrollo espiritual, participación social, cuidado
del medio ambiente y cualquier otro aspecto relacionado con la vida de una persona. La
superación personal no es algo que ocurre de manera espontanea, por el contrario, el proceso de
superarse a si mismo implica una gran cantidad de trabajo, esfuerzo, disciplina, coraje,
persistencia, honestidad, respeto, determinación, amor y una gran responsabilidad.
Algunos aspectos íntimamente relacionados con la superación personal son la transformación
constante, la búsqueda de una visión y misión personal, el desarrollo de nuevos hábitos y
capacidades, el control de los pensamientos, la actitud optimista, la consciencia de uno mismo, la
valoración de la vida, la creación de nuevos paradigmas más eficientes, las relaciones
interpersonales y el servicio a los demás.
Beneficios de la Superación Personal
Debido a que la superación personal involucra todos los aspectos de la vida, los beneficios de
esta se dan también en cada uno de estos aspectos, por otro lado, es muy común que cuando se
hace una mejora en alguno de estos aspectos (por ejemplo salud física) los beneficios se aplican a
varias otras áreas de la vida (por ejemplo el trabajo, relación de pareja e hijos, etc.) esto es
debido a la característica de unidad de la persona que consiste en que todas las áreas de la vida
están íntimamente entrelazadas y cualquier cambio en una de ellas, ya sea positivo o negativo,
termina por afectar el resto.
Algunos de los beneficios que se pueden alcanzar en las diferentes áreas de la vida mediante el
proceso de superación personal son:
Mejor calidad de vida
mayor aprecio por la vida
mayor autoestima
mejores relaciones interpersonales
desarrollo profesional
mejoras en la salud física y mental
desarrollo intelectual
mayores ingresos
disminución del estrés y la ansiedad
autoconsciencia
servicio
etc.
Obstáculos de la Superación personal
El principal obstáculo para alcanzar la superación personal es la propia persona, debido a que la
superación personal es una decisión propia, es decir, yo no tengo la capacidad para hacer que
otra persona se supere a si misma si ella no quiere.
Algunos factores específicos que impiden el desarrollo personal de una persona son los
siguientes:
Miedo. El miedo es un sentimiento que paraliza a las personas y les impide hacer cambios
positivos para su vida. Para lograr la superación personal es necesario sustituir el miedo por
coraje y determinación
Baja autoestima. Una persona con baja autoestima puede pensar que una vida feliz y exitosa
están fuera de su alcance, y la falta de confianza en si mismo le hace quedarse en el mismo lugar
e incluso empeorar su situación. Para alcanzar la superación personal es necesario sustituir la
baja autoestima por el respeto y amor a si mismo.
Ira. La ira o rabia hacia cualquier cosa o persona es un sentimiento que hace perder los objetivos
reales e importantes de la vida. La ira desencadena pensamientos de revancha, y coraje mal
enfocado. Para superarse personalmente es necesario sustituir la rabia por la tranquilidad de
pensamientos. Esto puede lograrse mediante la meditación.
Desilusión. La desilusión normalmente se deriva de intentos fallidos por lograr alguna meta y
genera sentimientos de miedo y baja autoestima y es un impedimento para la superación
personal. Para eliminar la desilusión es necesario hacer un análisis honesto y valiente de los
fracasos con el fin de determinar las causas reales del mismo y hacer las correcciones necesarias
para el siguiente intento. La desilusión debe sustituirse por la persistencia para seguir intentando
y la determinación para conseguir los objetivos deseados.
Apatía. La apatía es un sinónimo de desinterés y de flojera que son consecuencias de la falta de
conocimiento sobre el tema, miedo y baja autoestima. La apatía deberá ser sustituida por interés
y propósito definido para lograr el desarrollo personal continuo.
Postergación. La postergación es un mal hábito (o vicio) que se escuda en las excusas y
pretextos para no hacer los cambios necesarios a nuestra vida. Para alcanzar la superación de la
persona, la postergación debe ser sustituida por la decisión y el coraje.
¿Cómo alcanzar la superación personal?
Como ya se mencionó anteriormente, la superación personal es el resultado de un gran esfuerzo y
trabajo permanente e implica realizar una gran cantidad de cambios de fondo a nuestros hábitos y
pensamientos.
Pasos necesarios para lograr la superación personal.
Cambio de Pensamientos. Una persona con una actitud negativa está impedida para superarse,
como sabemos, los pensamientos tienen el poder para definir nuestras vidas. El primer paso para
la superación personal es realizar un cambio en los pensamientos para alcanzar un estado (actitud
positiva) que le permita avanzar. El cambio en los pensamientos es una decisión que debe tomar
la propia persona.
Determinación. La superación personal requiere de una decisión firme por crecer y mejorar.
Unos cuantos intentos esporádicos o débiles no alcanzarán para lograr un desarrollo personal
pleno.
Autoanálisis Objetivo. Una tarea clave es realizar un análisis de si mismo en cada uno de los
aspectos de la vida (trabajo, familia, finanzas, etc). El autoanálisis debe hacerse de forma honesta
por uno mismo o a través de la retroalimentación por parte de otras personas. Es necesario tener
el valor suficiente para aceptar las críticas.
Preparación e Instrucción. Para una persona que se encuentra en un estado de desarrollo bajo
en las distintas áreas de su vida resultará complicado superarse si no recibe o busca instrucción.
La instrucción puede ser recibida mediante cursos, talleres, conferencias o mediante la lectura de
libros de autores reconocidos en el tema.
Definición de la misión y visión personal. Una de las tareas más importantes en la vida de
cualquier persona es la definición de su misión personal. La misión personal es la guía máxima
de nuestras vidas, y cada cosa que hagamos deberá estar de acuerdo con ella. Por otra parte, la
visión es una especie de fotografía del estado en el cual nos vemos en 10, 20 o 30 años y nos
sirve de referencia para trabajar y para medir nuestros avances.
Planeación de metas y objetivos. Para lograr la efectividad en los resultados nuestras metas y
objetivos más importantes deberán ser planeados de forma cuidadosa y realizar con pulcritud y
puntualidad cada una de las actividades necesarias para lograr dichos objetivos.
Trabajo Permanente. La superación personal es un trabajo de tiempo completo, de hecho, es un
cambio de vida completo y profundo en cada una de las actividades diarias. Es muy comun
también que en ocasiones sea necesario sustituir ciertas actividades por otras que resulten más
efectivas para nuestra vida, por ejemplo, un cambio benéfico sería reducir el tiempo que se ocupa
en ver televisión y utilizarlo para hacer algún tipo de actividad física.
Autoevaluaciones. En ocasiones es posible que a pesar de trabajar mucho no se obtengan los
resultados deseados debido a que se pierde el enfoque y el rumbo. Las autoevaluaciones
períodicas nos ayudan a analizar nuestras actividades para determinar las cosas que se están
haciendo bien así como las que se están haciendo mal y tomar las medidas necesarias para
corregir. Las autoevaluaciones nos ayudan también a retomar el rumbo de nuestras vidas y a
realinearnos con nuestra misión personal.
Persistencia y Coraje. Cuando nos lanzamos a emprender cualquier proyecto es muy común
que se presenten fallas u obstáculos que nos impiden lograr nuestros objetivos, sin embargo,
estos fracasos temporales no deben ser confundidos con un fracaso permanente. Por el contrario
al analizar las causas de los fracasos se obtienen grandes cantidades de información y
conocimientos valiosos que pueden ser utilizados para los siguientes intentos. Debido a estos
fracasos temporales se vuelve sumamente importante la persistencia y el coraje necesario para
continuar hasta lograr nuestro cometido.
Como se puede ver, la superación personal es un trabajo muy arduo y un compromiso continuo
por mejorar. Debido a esto, son pocas o ninguna las personas que pueden alcanzar el éxito (o la
perfección) en todas y cada una de las áreas de su vida, sin embargo, todos tenemos la
posibilidad de mejorar sustancialmente nuestras vidas, el secreto está en la determinación que
tengamos para conseguirlo.
Cuando hablamos de Superación Personal, nos referimos principalmente al deseo de ser cada día
mejores. Existen infinidad de formas, teorías y métodos para lograrlo y sin lugar a dudas el mejor
es aquel que le funciona a cada quien.
Estos pueden ir desde nuestras experiencias acumuladas, conferencias, talleres, seminarios,
incluyendo algunas ramas de la psicología, psicoterapia, recursos humanos, el deporte, la
literatura, la música, desarrollo espiritual, sanación, etc.
La Superación es un proceso y no un solo evento, el cual durará mientras estemos dispuestos a
seguir cambiando, y si tomamos en cuenta que lo único permanente es el cambio, podemos decir
que la Superación es permanente.
La superación profesional, ¿trabajas en ella?
La superación profesional es vital para toda persona que quiere mejorar su nivel de vida. Para
que quede claro, un profesional es alguien que desempeña con cierta clase de maestría una
actividad. Pero eso no quiere decir que se encuentra en un nivel que no pueda ser superado. De
hecho los mejores profesionales siempre se encuentran mejorando.
Una persona que ha dejado de estudiar y prepararse, se encuentra destinada al fracaso. Incluso
aunque hoy sea un profesional destacado en su ramo, llegará un momento en que lo que sabe sea
desactualizado. O que hayan formas mejores de realizar cierto tipo de actividades, que las
personas que buscan activamente conocimiento conocerán.
Una persona que deja de lado su superación profesional por pensar que ya no puede aprender
más, necesita algo de humildad. Debe dejar de lado eso, incluso una persona con 40 años de
experiencia en una rama, puede ser superado por un novato que se encuentra al día en las últimas
tendencias que pide el mercado.
Eso puede sonar cruel para algunas personas que se encuentran satisfechas con todo lo que han
aprendido en la vida, pero el conocimiento caduca. Porque hoy en día todo avanza tan rápido:
ideas, tecnología, formas de vida, etc…que podríamos no darnos cuenta cuando nos volvimos