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BERRETA | Marcelo Díaz Goles Rosas Colección Suplementario
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Marcelo Díaz - Berreta

Jul 22, 2016

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Goles Rosas

Hace ya dos décadas, Marcelo Díaz formó parte del grupo Poetas Mateístas, que llegó a sacar una antología (Antología Puesta al sol, 1990), pero también se dedicaba a grafitear la ciudad o a cubrir paredones, tal como lo hicieron con la revista mural Cornucopia. En 1998 sacó su primer libro de poemas, "Berreta" (Libros de Tierra Firme). Allí, Díaz comienza a intervenir claramente sobre los relatos y los objetos de la "cultura popular". Hace poco él mismo me decía: "Lo berreta es lo mismo que los nuevos ricos veneran como objetos kitsch, pero comprado en un todo x 2 $". Entendido: lo berreta tiene que ver con la pobreza también, con los márgenes del mercado, con lo que ya no tiene aura. Lo berreta no es un objeto de culto, porque los poemas de Díaz parecieran decir que no es lo mismo posar de kitsch que de grasa. Una cosa (diría Díaz) es coleccionar pequeños fetiches almodovarianos y otra haber nacido rodeado de ellos. Porque lo berreta tiene que ver con una identidad y con una historia.
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Page 1: Marcelo Díaz - Berreta

BERRETA | Marcelo Díaz

Goles Rosas Colección Suplementario

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BERRETA | Marcelo Díaz

- ¿Y de dónde es usted, querida?

- De allá, del sur…

- ¿Pero de qué provincia?

- No sé si es provincia, señor Galán, son chacras …

Yo me quiero casar… ¿y usted?

Page 4: Marcelo Díaz - Berreta

Primera edición: Libros de Tierra Firme, Buenos Aires,

1998

Page 5: Marcelo Díaz - Berreta

PARQUES Y JARDINES

Aprender a disfrutar de la sensación de inutilidad, al menos por unos

instantes;

es decir, ser capaces de dejarse bañar por el sol: “Aquí estoy ahora,

tumbado al sol,

de momento incorruptible, movido por la desesperanza”.

Peter Handke

dum cygnum ego fueram…

Anon. Carmina Burana

Page 6: Marcelo Díaz - Berreta

ONCE MANERAS DE CONTEMPLAR UN CISNE

1 Gruesas hojas de acelga, bajo esta luz,

y geranios blancos en el lomo del cisne

y geranios rojos en el cantero, bajo el tendal

que ahora, ya cercano el mediodía exhibe

sábanas blancas y sábanas azules.

2 Un cisne de cemento nunca es blanco.

Se advierte, al acercarse, impureza en su textura,

piedras que el tiempo ha dejado a la vista,

grumos de arena, ademanes torpes

en su hipotético andar.

3 Un cisne de cemento duerme

en el ocre de unos caños de desagüe,

entre hojas de acelga y ramos

de perejil que alternan

con un verde más claro,

y el violeta, difuso,

en la mata de lavanda.

4 Sus alas de cemento le impiden caminar.

Page 7: Marcelo Díaz - Berreta

5 Su signo es la carencia de mesura

y utilidad. Quince kilos de hierro

y plumaje de piedra

invertidos en cuatro geranios blancos.

6 Bajo la lluvia, el dócil

encorvarse

de las varas de nardos,

naranjas

y blancos.

Y la silueta imperturbable

del cisne de cemento.

7 No cantan cuando mueren.

Cuanto más, acaban confundidos

con la maleza

o bien en una pila

de hierros oxidados.

8 No hay lago cristalino

capaz de soportar

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el doméstico bogar

de un cisne de cemento.

9 No es improbable

que una mano fugaz les restituya

su dudoso esplendor, para ubicarlos

en un lugar poco visible, con malvones,

brutalmente pintados

de azul

y oro.

10 Mediodía: sobre el cuello

del cisne,

la vacilante

grafía

del caracol.

11 Como la de las novias, la blancura

de un cisne de cemento

siempre

da lugar a sospechas.

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LUGARES DONDE NO ES POSIBLE HALLAR UN CISNE DE CEMENTO No es posible hallar un cisne de cemento

en los amplios jardines de Buckingham Palace,

ni es posible hallar un cisne de cemento

en los alrededores de la Casa Blanca,

en Washington D.C.

No es posible hallar un cisne de cemento en Oxford.

No es posible hallar un cisne de cemento en Harvard.

No es posible vislumbrar, tras el incienso,

la figura familiar de un cisne de cemento,

ya sea recostado en el mármol vaticano,

o bien bajo los frescos de la Capilla Sixtina;

así como es un verdadero escándalo conceptual

en una clasificación ornitológica seria,

toda posible convivencia entre un cardenal

y un cisne de cemento.

Page 10: Marcelo Díaz - Berreta

LA SALVACIÓN DEL CISNE DE CEMENTO 1 Es importante confinarlo a la maleza,

solicitarle resignación

ante las continuas cagadas de paloma,

disuadirlo de que acaso sea un ángel.

2 Que se vea en él, en ocasiones,

nada más que hierro, piedra y cemento.

Que se vea en él, aunque no siempre,

cifrada la memoria familiar.

3 Que a nuestras espaldas

se perciba un leve batir de alas,

de modo de obligarnos a girar

y constatar su ubicación en el jardín.

Page 11: Marcelo Díaz - Berreta

GENEALÓGICA Fotografías de familia

en las que invariablemente un niño posa

contra una pared de bloques, bajo un parral.

Gestos en los que se confunden

el hijo, los padres, los nietos.

Sonrisas repetidas a través de los años,

la misma

manía familiar

de generar una ilusión de cierta consistencia:

el mismo patio, la luz igual, cercano el mediodía,

la silueta, borrosa, del cisne de cemento.

Page 12: Marcelo Díaz - Berreta

CISNE & SOCIEDAD Único sobreviviente

de un país difícil

en un tiempo difícil;

indiferente o digno,

a quién puede importarle.

Si Rivadavia, Sarmiento o Roca

se desdibujan

en el corazón de una ciudad vencida,

coloreados con mierda de paloma

y aerosol azul; a este jardín,

que conoció tiempos mejores,

lo cruza ahora la manguera tricolor

de quien supo cagarse en la miseria crónica

de estas tierras

y pintó el cisne de cemento

con los oros del campeón.

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SOLUBLE A la manera de un cacique centenario,

impasible y sereno, impera en el yuyaje

como quien sabe bien

que nada real detenta,

en nada incide,

y nada es su poder.

A su derecha se amontona la chatarra

que el óxido corroe;

a su izquierda la maleza invade

los bordes del camino.

Privado de grandeza, conserva, pese a todo,

un aire digno, cierto estilo,

entre flemático y banal,

para disolverse en la intrascendencia.

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CUESTIONARIO

A- ¿Por qué razón sería imperioso declarar Ave

Nacional de la Republica Argentina al cisne de

cemento?

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B- ¿Qué beneficios para la Poesía Nacional se

derivarían de adoptar su canto por modelo?

¿Cuáles y de qué magnitud serían los perjuicios?

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C- ¿Es posible que un cisne de cemento no deje

huella al deslizarse sobre papel de arroz?

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D- Zorzal criollo y cisne de cemento, ¿deberían

considerarse incompatibles o intercambiables?

Justifique.

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E- ¿Qué clase de Leda

se dejaría poseer

por un cisne de cemento,

habida cuenta de que a su escasa

o nula capacidad de seducción

siempre es posible oponer

la inclaudicable rigidez de su cuello?

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LAS RUINAS DE DISNEYLANDIA

Capitán Marcel,

¿dónde estás?

Leopoldo

María Panero

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LAS MAÑAS DEL LAGARTO Habiendo soportado las primeras heladas, el rigor

de la escarcha ya disuelta

bajo un sol demasiado benigno,

da unos pasos de astronauta en el jardín.

Afloja la bufanda y entrecierra los ojos;

la calle se licúa en una mancha de luz.

Las mañas del lagarto en días como estos:

aprender a entibiarse como una piedra al sol,

cruzar el mediodía con siseo de reptil.

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NOCTURNO Se pasea por las calles iluminadas y no sabe lo

que ve.

Ve un cartel entre otros, y otro cartel detrás.

Y el desierto, detrás, como un cartón pintado. (Un

rumor

de pastizales secos).

¿Es esta una ciudad civilizada?

¿Es la joya del Sur?

¿Es el País del Diablo, como creían los indios,

y la página blanca sobre la que nadie escribe

nada?

Un televisor coreano ofrece

a la calle vacía

un partido entre equipos chilenos;

un Panasonic la sonrisa de Valeria Mazza.

Llueve en Santiago, Valeria,

mientras espero el micro,

quince minutos, sentado en el zócalo

de un comercio quebrado:

un cómic de mutantes, un alfajor barato,

y la luz azul de un patrullero

otorgando a la noche

su cuota de terror.

Page 20: Marcelo Díaz - Berreta

TRES COLORES La manguera es verde, blanca y negra.

El banderín del parabrisas verde, blanco y negro.

El balde es verde (la manija negra).

El gorrito es verde, blanco y negro y dice:

ESTOS SON

LOS COLORES

DEL CAMPEÓN.

Page 21: Marcelo Díaz - Berreta

TARJETA POSTAL Al Negro Díaz se le queman los chorizos.

Los apaga echando agua

con un jarrito azul

de tapergüer.

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DATOS DEL TIEMPO También creías que la vida

era un raid vertiginoso,

encaramado a una coupé de fuego,

mordiendo el nervio de la acción

Pero esta noche no es

un fulgor que te consume,

sino el torpe declinar de una tarde agobiante

que te tuvo como zombie frente al ventilador;

cuando de pronto la tormenta trae la lluvia

y una brisa del mar, apenas fresca,

como toda bendición.

Page 23: Marcelo Díaz - Berreta

ONCE POSTALES DEL HOSPITAL PENNA para Christian

I

Veinte calles de tierra,

la loma al sol.

II

Los campitos de la morgue

siempre fueron los más aptos

para la práctica entusiasta

del fútbol infantil.

III

El Bachicha. El Keko. El Luisito. El Negro. El

Ariel.

El hermano del negro. El hermano del Carco.

El Carco. El Sapo. El Zurdo. El Chino. Y el

Roberto

(que es el que pone el fútbol).

IV

Las paredes blancas a la hora de la siesta.

Una enfermera cruza, blanca, bajo el sol

de un pabellón a otro, y atraviesa

Page 24: Marcelo Díaz - Berreta

el sendero de pinos.

Carga vendas y potes

con líquidos oscuros.

V

Apenas una brisa entre los pinos

Y las finas hojas de los eucaliptos.

VI

Al Bachicha no hay,

ni como insulto, ni como alabanza,

que decirle hijo de puta,

porque se ofende y se va;

y el Bachicha es el único más hábil que

tenemos.

Otras cosas sí se le pueden decir,

como güevón o pajero, que se ríe

y no hay

ningún problema.

VII

Al filo de la sombra, de una pila de escombros,

el zigzagueo fugaz de la lagartija.

Page 25: Marcelo Díaz - Berreta

VIII

Cada tanto una ambulancia interrumpe las

acciones.

Dos enfermeros cargan, por el pedregullo, al sol,

un bulto en la camilla.

El que tira adelante hace en voz baja un

comentario;

el otro disimula, guarda las formas, pero, se ve,

no puede

con la risa.

Un tercero aparece, como zombie, en la puerta

de la morgue

se rasca la cabeza, trae un mate en la mano:

Apuren, que se enfría.

Seguimos, seis a tres.

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IX

Lenta pasa,

en la ruta,

la 17.

con obreros

dormidos

de la Coca Cola

o la

cervecería.

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X

Dos

de los monos más grandes

del equipo rival

(el de Boca y el

de camiseta verde)

capturaron una lagartija:

la tienen de la cola (pobre bicho),

y se retuerce,

y brilla al sol.

Se la quieren meter en el culo

al gordito pecoso que traen de arquero.

Pero no va a ser fácil: El gordito

no se deja.

XI

A la vuelta, con los pinos

alargando su sombra

más allá de la calle,

cuatro viejos esperan

que les tomen la presión.

Con el general muerto, ahora sí que perdimos.

Page 28: Marcelo Díaz - Berreta

Se dicen, lagrimean, gesticulan.

A la vuelta, catorce a diez,

perdimos otra vez.

Page 29: Marcelo Díaz - Berreta

SALDOS 1999

Orquídeas de plástico, estampitas,

en este kiosko de la periferia

que no tiene más

que un cartel de Coca – Cola

y un papel que escrito a mano avisa

HAY

CERVEZA

FRÍA

Alguien pintó de azul el piso

de madera apolillada,

y olvidó hacer otro tanto con las paredes.

De todos modos, un afiche inverosímil

con la leyenda MENEM 99

tapa con eficacia una mancha de humedad;

y un par de negros frente al ventilador

redondea de manera impecable

ante el comprador ocasional

la folklórica escenografía peronista

de fin de siglo.

Page 30: Marcelo Díaz - Berreta

TARJETA POSTAL El colorado practica vigor

con una toalla:

ya van tres minas que se levanta

y no la puede parar con nada.

Page 31: Marcelo Díaz - Berreta

TORTUGOS Torpes y aletargados, en el sopor

de una tarde de domingo

que sólo a ellos parece tocarlos,

se sumergen en la contemplación de los cascotes

que llueven a su alrededor.

Una porción del alambrado ya cedió

y los muchachos se recagan a toscazos

ante su vigilancia impasible, re

signados

a padecer las escupidas

y los cantitos consagrados a sus mujeres.

En la eternidad que les demanda un parpadeo

sueñan con detonaciones, y a la espera, tal vez,

de una ocasión que se presente más propicia,

sin que llegue a bullir su sangre fría,

mascullan: negros de mierda

negros de mierda

negros de mierda.

Page 32: Marcelo Díaz - Berreta

CERVEZAS Para Fabián

Bajo el toldo sucio de la Pizzería Avenida

mi amigo dice así es la cosa, los amigos

se casan o se mueren, se van lejos,

tienen hijos que se les parecen.

Así es la cosa, dice,

la mano en el platito de maníes,

la cerveza bien fría.

Mi amigo todavía no sabe si se va

o si se queda. Capaz me voy, dice,

capaz no, no sé.

Por lo pronto, Sergio y Sylvia buscan casa,

el turco, me dijeron, ahora para en Costa Rica,

Y Omar se va de vacaciones

porque las puede pagar en cuotas.

Papeles con poemas y botellas vacías.

Page 33: Marcelo Díaz - Berreta

También se va Diciembre / Y ojo al mozo:

ahí van tapitas

para que el colectivo

las hunda en el asfalto.

Page 34: Marcelo Díaz - Berreta

LAS RUINAS DE DISNEYLANDIA

El Tato afanaba fasos

en el kiosco de la esquina,

meaba desde el techo a la vereda

y un día se hizo cura.

El Chile se choreó un Mercedes

para ganarse una minita;

fue a parar a Batán

y en un tumulto turbio

lo limpiaron.

Miguel está pelado, pero es buen tipo.

Norma, Laura y Marcela

son maestras, y todas

tienen más de un hijo.

El Cabezón embarazó a la novia y se cagó la vida.

El Topo se volvió abogado y si te ve, no te saluda.

Yo un día regalé

todos mis cassettes de Kiss,

y ahora los extraño.

Page 35: Marcelo Díaz - Berreta

El Conejo era Campera Negra.

La vieja le gritaba todo el santo día:

Vas a terminar mal – le gritaba.

Me la veo venir – le gritaba.

Se casó con una gorda

que lo hizo evangelista.

El Panza transa merca de cuarta y levanta

quiniela.

Ya tuvo una entrada en Villa Floresta.

La mujer le mete los cuernos.

Ricardito es Teniente de Navío y sueña

con un País definitivamente en Orden

y con rapar a todos esos

negros

vagos

de mierda.

Claudia se fue a Chile.

Silvina se fue a Santiago del Estero.

El hermano del Mono

se pegó un tiro en la cocina.

Siempre jugaba al fútbol con nosotros;

Page 36: Marcelo Díaz - Berreta

era más chico,

pero no se notaba.

Vos un día cruzaste la mano

de izquierda a derecha

en el agua de la sierra.

Escribiste una cosa que no sé.

Yo en la misma que supiste:

un tipo cuidadoso

de no joder

el sueño de nadie.

Kwai Chang Caine caminando

sobre papel de arroz.

Page 37: Marcelo Díaz - Berreta

NOTAS

Once maneras de contemplar un cisne.

Alusión berreta a las Trece maneras de contemplar un

mirlo de Wallace Stevens.

4/ Sus alas de cemento le impiden caminar.

Cita incierta de cierto célebre verso de L Albatros de

Charles Baudelaire.

8/ No hay lago cristalino…

Hay un poema de Darío, Blasón, en el que el cisne de luz

alba, de seda y de sueño, boga y boga en el lago sonoro.

El mismo Darío en la introducción a Epístolas y poemas

boga y boga en las ondas cristalinas.

Nocturno.

Suerte de variación distante o eco remoto del siguiente

poema de Enrique Lihn:

Tú te paseas por el limpio malecón y no sabes lo que

ves

Ves una isla entre otras, perdida detrás de ellas,

y eso es la Isla del diablo, un infierno en el que

nopensóDante

ni otro cojudo de su raza.

¿Es este un país civilizado?

Yo personalmente creo que no. Este es un país bárbaro

que vive una guerra permanente consigo mismo,

una guerra no declarada.

Se ha montado aquí una gran maquinaria.

La Maquinaria del Ocultamiento de la Verdad en el Perú.

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Goles RosasPirateado en MdP

Colección Suplementario2008

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Page 40: Marcelo Díaz - Berreta

Hace ya dos décadas, Marcelo Díaz formó parte del grupo Poetas Mateístas, que llegó a sacar una antología (Antología Puesta al sol, 1990), pero también se dedicaba a grafitear la ciudad o a cubrir paredones, tal como lo hicieron con la revista mural Cornucopia. En 1998 sacó su primer libro de poemas, "Berreta" (Libros de Tierra Firme). Allí, Díaz comienza a intervenir claramente sobre los relatos y los objetos de la "cultura popular". Hace poco él mismo me decía: "Lo berreta es lo mismo que los nuevos ricos veneran como objetos kitsch, pero comprado en un todo x 2 $". Entendido: lo berreta tiene que ver con la pobreza también, con los márgenes del mercado, con lo que ya no tiene aura. Lo berreta no es un objeto de culto, porque los poemas de Díaz parecieran decir que no es lo mismo posar de kitsch que de grasa. Una cosa (diría Díaz) es coleccionar pequeños fetiches almodovarianos y otra haber nacido rodeado de ellos. Porque lo berreta tiene que ver con una identidad y con una historia. El que habla en los poemas de Díaz no defiende "lo berreta" como estética. Marca su presencia y lo reinstala. Por eso el gesto es político, como en "Diesel 6002" (VOX, 2001) que convierte la crónica policial en una historia de amor escrita bajo la presión dramática del barroco. Que sitúa la demencia amorosa de una loca escapada del Moyano en el lugar que ya le ha dado la literatura, el de los grandes relatos sociales y políticos, e incluso de clase.

ANA PORRÚA

Goles Rosaspirateado en mdp