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Manzanal Realidad economica 134 (1)

Apr 07, 2018

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  • 8/6/2019 Manzanal Realidad economica 134 (1)

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    Publicado en:Realidad Econmica 134, p. 67-82, IADE, Buenos Aires, 1995, ISSN 0325 1926.

    Globalizacin y ajuste en la realidad regional

    argentina: reestructuracin o difusin de la

    pobreza?

    Mabel Manzanal

    Resumen:En este trabajo se sostiene que la reestructuracin

    socioeconmica operada y reclamada, alegando la necesidadresultante de los procesos de globalizacin a escala mundial, esuna nueva adaptacin de las estructuras nacionales, regionales

    y locales, al proceso de concentracin del capital.Concentracin que en la Argentina ha adquirido una profundidady magnitud que se torna inaceptable dada la eficiencia econmicay social necesaria para la consecucin de polticas pblicas bajogobiernos democrticos. Ello resulta evidente, por ejemplo, alanalizar las particularidades socioeconmicas que asume lareestructuracin actual en las economas regionales. Enespecial, en el contexto de la poltica neoliberal de ajusteortodoxo del gobierno del presidente Menem. Una versin anteriorde este trabajo fue presentada al Seminario Internacional:"Impactos territoriales de la Reestructuracin", organizado porel Instituto de Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad

    Catlica de Chile.

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    Mabel Manzanal es investigadora independiente del Consejo Nacional de

    Investigaciones Cientficas y Tcnicas -CONICET-, y profesora titular regular

    de Economa en la Facultad de Filosofa y Letras -FFLL- de la UBA. Su lugar

    de trabajo es el Instituto de Geografia de FFLL-UBA-.

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    INTRODUCCION

    La reestructuracin econmica y social que se opera en la

    ltima dcada en casi todos los pases del mundo se justifica por

    la cada de la tasa de ganancia y/o por la detencin del

    crecimiento. Y de aqu, entonces, se explica la necesidad de

    los pases latinoamericanos y de sus gobiernos de adecuar y

    conformar sus polticas al contexto mundial, de modo de afrontar

    y superar esta nueva realidad. El objetivo orientador de las

    estrategias que se disean es, bsicamente, mejorar y ampliar la

    competitividad nacional en el mercado mundial y/o regional,

    flexibilizando la produccin, adecundola a las demandas del

    mercado y descubriendo nichos de consumos no satisfechos.

    Sin embargo, desde qu lugar de una nacin se hacen estas

    propuestas y a quin se dirigen?. No se habla del origen, de la

    causa ltima que obliga a introducir estos cambios. Es decir, no

    se dice que ellos son el resultado de un proceso de concentracin

    del capital creciente y agudizado en las ltimas dcadas.

    Calcagno y Calcagno (1995:41) sostienen que :

    "En vez de decir claramente que se eligen determinadaspolticas, con beneficiarios y perjudicados biendefinidos, se afirma que, por razones objetivas, estapolitica es la nica posible. Y es cierto que es lanica posible una vez que se acept la sangra de ladeuda y la condicionalidad externa, una vez que sedecidi adecuarse a la actual estructura de podereconmico y mantener la actual distribucin delingreso y de la riqueza".

    Si aceptamos que lo que se est dando es un excesivo

    proceso de concentracin del capital, entonces basta con recordar

    dos premisas por dems conocidas pero aparentemente olvidadas:

    a) El aumento de la concentracin del capital lleva

    implcito una cada en la tasa de ganancia. O lo que es lo

    mismo: la baja en la tasa de ganancia es un resultado esperable

    del proceso de concentracin.

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    b) El aumento de la concentracin implica disminucin del

    consumo de los sectores mayoritarios de la poblacin. Esto en

    trminos econmicos puede subsanarse, transitoriamente,

    aumentando el consumo de los sectores de altos ingresos y/o

    desarrollando nuevas exportaciones.1 De todas maneras a mediano

    plazo aparecern problemas sociopolticos y econmicos. Por un

    lado, la disminucin de ingresos y consumo de la poblacin

    mayoritaria acarrea graves consecuencias sociales -desocupacin,

    descontento y conflictividad sectorial y regional, delincuencia,

    desintegracin de la familia, etc.-. Ello no puede ignorarse en

    sistemas democrticos de gobierno. Por otra parte, un mercado

    interno reducido limita las posibilidades de integracin y

    negociacin en mercados regionales como el Mercosur.

    Es decir, es utpico proponer un crecimiento del producto

    interno a largo plazo que no tenga en cuenta a los sectores

    mayoritarios de la poblacin nacional y, asimismo, que no

    articule la actividad de la gran empresa -de capital nacional o

    internacional- con el desarrollo de la pequea y mediana.

    Entonces consideramos que:

    a) la reestructuracin socioeconmica operada y reclamada

    es una nueva adaptacin - aunque ms traumtica que la que se di

    en otros momentos histricos- de las estructuras nacionales,

    regionales y locales, al proceso reciente de concentracin del

    capital a nivel mundial; y

    b) en la Argentina, por lo menos, esta concentracin ha

    adquirido una profundidad y magnitud que resulta inaceptable dada

    1 Lo cul adems de tener su propio lmite, es bastante utpico para pases

    como Argentina, con una mayora de poblacin vinculada al mercado interno, con

    altas tasas de desocupacin y en un contexto mundial muy competitivo y con

    importantes avances tecnolgicos.

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    la eficiencia econmica y social necesaria para la consecucin

    de las polticas pblicas bajo gobiernos democrticos.

    En realidad, la historia econmica latinoamericana revela

    con absoluta claridad que, desde la segunda mitad de este siglo,

    la concentracin del capital, y su permanente reestructuracin

    y expansin (sectorial y espacial), viene condicionando y

    afectando el crecimiento, el desarrollo, y las condiciones de

    vida de la poblacin de menores recursos. Desde luego que hoy

    da aparecen otras manifestaciones, como por ejemplo que estas

    restricciones estn alcanzando a nuevos grupos de poblacin -

    eximidos hasta el presente de las privaciones sufridas por los

    sectores de menores recursos-. Es el caso de la poblacinidentificada popularmente como "clase media", su estrato ms bajo

    observa -incluso en el primer mundo- como se deterioran

    aceleradamente sus condiciones de vida, y especialmente sus

    niveles de ingresos y/o prdida del empleo.

    En los prrafos que siguen desentraamos algunas de las

    particularidades de la reestructuracin actual en las economas

    regionales de la Argentina; y en especial sus efectos en relacin

    al espacio, la poblacin y las actividades productivas.

    Pero antes daremos una rpida perspectiva de ciertas

    caractersticas de la poltica socioeconmica del gobierno del

    presidente Menem que importan en el anlisis regional.

    LA POLITICA LIBERAL DE AJUSTE ORTODOXO: SUS LOGROS Y

    CONDICIONAMIENTOS

    Consideramos que la actual poltica del gobierno

    justicialista (1989-1995) constituye en la Argentina el ejemplo

    ms acabado del modelo de ajuste liberal-ortodoxo reclamado por

    el actual proceso de globalizacin y reestructuracin econmica

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    mundial.

    No desconocemos que el ajuste comenz antes y que muchas de

    las medidas de este gobierno intentaron implementarse durante el

    gobierno radical del presidente Alfonsn (1983-1989). Sin

    embargo slo un lustro despues, y con el justicialismo en el

    poder, se dieron las condiciones sociopolticas que permitieron

    su implementacin. (bsicamente apoyo empresario con sindicatos

    controlados y debilitados, y fuerzas armadas desgastadas y

    prescindentes del accionar poltico)

    A tal punto es una poltica modelo, que incluso se lo

    postula como ejemplo en los centros de poder mundial, siendo el

    ministro de economa Cavallo un referente indiscutido. Y,

    efectivamente, es as, porque:

    a) Esta diseada siguiendo los condicionantes impuestos por

    el proceso de globalizacin a escala mundial (liberalizacin y

    apertura del mercado en general, desregulacin de la intervencin

    estatal sobre el desenvolvimiento econmico privado,

    privatizacin de los bienes pblicos rentables, flexibilizacin

    laboral, ventajas para la localizacin de empresas

    transnacionales).

    b) Se ejecuta sin intentar revertir, ni limitar sus efectos

    negativos respecto a las condiciones de vida de la mayora de la

    poblacin de menores recursos. No persigue la bsqueda del

    bienestar social como parte integrante del modelo. Es decir, no

    busca aplicar una poltica social de tipo "institucional-

    redistributivo", proveyendo, fuera del mercado, servicios

    universales bajo el principio de la necesidad (Lo Vuolo, 1995:

    249).

    Si bien con contradicciones, las polticas sociales que se

    aplican tienen un estilo residual o industrial meritocrtico2.

    2 El modelo residual es aqul en que las instituciones intervienen slo

    temporariamente, cuando el mercado privado y la familia se quiebran. Por su parte

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    Y en este contexto los programas sociales resultantes no pueden

    detener el deterioro generalizado de las condiciones de vida;

    porque el punto de referencia de la poltica social es la

    "pobreza" (identificada con el sector al que el mercado no puede

    satisfacer por falta de demanda solvente). Es decir, su

    objetivo es llegar slo a quines "acrediten" ser "pobres"

    (ibidem: 277), y como tales no pueden proveerse de estos

    servicios en el mercado dada su falta absoluta de recursos.

    Pero existen logros que desde una postura diferente

    debamos reconocer a esta poltica? Si y no. No podemos dar una

    respuesta taxativa pues si bien hay metas con las que

    coincidimos, no acordamos con la forma, ni los medios. Es elcaso de: la estabilidad econmica y la notable desaceleracin de

    la inflacin alcanzada; de ciertas reformas estructurales,

    institucionales y administrativas; de determinados incrementos

    de productividad sectorial; de cierta expansin de la demanda

    de bienes durables asociada a la recomposicin del crdito

    comercial; del aumento de la inversin extranjera directa.3 ,

    La cuestin preocupante no es que stos sean resultados en

    parte parciales y quiz transitorios, sino cmo se lleg a ellos,

    bajo qu condicionamientos limitante del accionar futuro, cul

    el "modelo 'industrial-meritocrtico' incorpora instituciones de bienestar social

    como adjuntas a la economa, y sostiene que las necesidades sociales deben ser

    alcanzadas en base al mrito, los rendimientos en el trabajo y la productividad".

    (ibidem: 249).

    3El PBI se increment casi un 9% en 1991 y 1992, un 6% en 1993, superando los

    niveles mximos desde 1980. Por su parte la entrada neta de capitales fue: en 1991

    3,2 mil millones de dlares, en 1992 ms de 11 mil millones de dlares, y en 1993

    casi 11 mil millones de dlares (Pfr. Kosacoff, 1995: 109).

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    es su direccionalidad?, hacia dnde va el desarrollo nacional?.

    Esta inquietud est latente entre polticos y analistas del

    caso argentino y no solamente entre quines tienen posiciones

    ideolgicas totalmente contrapuestas a las del gobierno de Menem.

    An aqullos que expresan su reconocimiento explcito por lo

    realizado, entienden que deben buscarse propuestas para

    direccionar el programa futuro. Nos importa destacar, asimismo,

    que repetidamente aparece la preocupacin por el nivel que ha

    alcanzado la concentracin del capital en la Argentina. Veamos

    dos buenos referentes al respecto. Uno es el anlisis de la

    politica del gobierno de Menem hecho por Gerchunoff y Machinea(1995: 41) -ambos funcionarios del rea econmica durante el

    gobierno radical anterior del presidente Alfonsn-. Ellos

    sostienen:

    "Lo que el gobierno del presidente Menem nos dejar al

    cabo de su mandato es una combinacin de elementos en

    desequilibrio: estabilidad, pero con precios relativos

    que discriminan contra la produccin industrial y

    agropecuaria; equilibro fiscal, pero logrado con

    impuestos regresivos y manteniendo un Estado todava

    incapaz de ejercer sus viejos y nuevos roles;

    inversiones privadas en aumento, pero sesgadas a

    sectores que no garantizan una insercin competitiva

    en el mundo; fuertes incrementos de productividad,

    pero acompaados de una alta tasa de desempleo y de

    una concentracin de la propiedad que parece haber ido

    ms all de lo necesario; baja tasa de ahorro, y por

    lo tanto la necesidad de apelar al endeudamiento

    externo en una magnitud que arroja dudas sobre la

    viabilidad de largo lazo del programa econmico".

    (cursiva nuestra).

    La otra referencia es de Chudnovksy, Lpez y Porta (1995)

    y se refiere especficamente a las posibilidades y limitaciones

    del aumento de la inversin extranjera directa (IED); la que

    ha jugado un rol trascendente en el programa del gobierno y que

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    fue atrada especialmente por el plan de privatizaciones, la

    estabilidad de la poltica econmica y la perspectiva de la

    demanda. Estos autores sealan4:

    4. El ingreso de IED en Argentina en relacin a finales de los aos '80 (u$s

    1.000 millones en promedio) se ha multiplicado por cuatro en 1992 y por seis en 1993

    (ibidem: 35). Ms del 60% de la inversin en los sectores privatizados es de origen

    externo (ibidem: 39).

    "Indudablemente favorecidas por las tendencias de

    los mercados internacionales, las polticas

    implementadas desde 1990 en la Argentina atrajeron un

    volumen considerable de IED... Sin embargo, cabe

    sealar que el escenario internacional est virando

    hacia condiciones 'ms duras', el ingreso previsto en

    lo que resta por privatizar es de un monto

    relativamente menor y no parecen multiplicarse las

    oportunidades de mercado que han atrado hasta el

    momento flujos espontneos."

    "En un primer momento por el desequilibro fiscal

    y posteriormente por el desequilibro externo, el

    gobierno tuvo siempre una concepcin 'financiera' o

    'de caja' de la IED. Las preocupaciones oficiales en

    esta materia se concentraron en garantizar cantidad y

    desestimaron los problemas de calidad de la IED. Es

    posible tambin que se haya considerado a la calidad

    un atributo endgeno o, ms an, inherente a la IED.

    Sin embargo, su contribucin a la formacin de

    capital, al desarrollo de mayor capacidad competitiva

    y al proceso de transferencia tecnolgica en el

    perodo reciente resulta relativamente escaso, y ah

    dnde los niveles de aporte son mayores, responden en

    general a metas concertadas o exigidas. ..."

    "Al mismo tiempo... el actual proceso de

    reestructuracin de la economa argentina... toma la

    forma de una fuerte concentracin patrimonial. Frente

    a esta situacin, es necesario desarrollar e

    implementar instrumentos efectivos de accin que

    inhiban o sancionen el abuso de posiciones dominantes

    y las prcticas monoplicas" (cursiva nuestra -ibidem:

    60-).

    En definitiva, el resultado es que son los asalariados,

    cuentapropistas y pequeos y medianos empresarios -pymes- los

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    sectores sociales directamente afectados. Y, entre stos, es la

    poblacin localizada en las reas extrapampeanas la que vive ms

    agudamente estas restricciones, como veremos en el punto

    siguiente. Todo lo cual se manifiesta:

    a) En trminos ocupacionales y productivos, va

    desocupacin, subocupacin o desplazamiento de asalariados y

    pymes, a causa de la concentracin capitalista, econmica,

    productiva y tecnolgica.

    b) En trminos de asistencia social, a travs del deterioro

    de las condiciones de vida en materia de salud, educacin y

    seguridad (y en menor medida vivienda). Pues el rol del Estado

    subsidiario es impulsar que el mercado satisfaga estos mbitos

    de accin, que en otro contexto correspondan al sector pblico,

    con un criterio de aplicacin universalista.

    En lo que sigue veremos algunos de los contenidos y efectos

    de la poltica de ajuste en las economas regionales.

    LAS ECONOMIAS REGIONALES, SUS DIFICULTADES E INCERTIDUMBRES EN

    EL CONTEXTO DE LAS POLITICAS DE AJUSTE

    Regionalizando el territorio nacional 5

    La desigual conformacin espacial de la Argentina en

    ciertas reas se acenta con el tiempo. Sus diferenciaciones

    espaciales son de antigua data y hoy da expresan formas

    particulares de predominio y de penetracin capitalista en cada

    zona. As la regin pampeana tiene una antigua insercin

    capitalista que se filtr en todos sus principales procesos

    productivos, de donde su desarrollo social y econmico en mucho

    se asemeja al tpico de zonas similares de las economas

    5Este apartado y el siguiente constituyen una sntesis de Manzanal, 1993:

    518.

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    centrales desarrolladas6. De aqu que las provincias pampeanas

    centrales (Buenos Aires, Crdoba y Santa F) integran el grupo

    que identificamos como el rea de desarrollo capitalista

    dinmico, en el cual incorporamos tambin a Mendoza, por sus

    similares caractersticas en el desarrollo capitalista.

    6 Predominio de condiciones capitalistas en una regin significa que su

    dinmica de desarrollo se caracteriza por: a) formas capitalistas de produccin en

    la mayora de sus sectores econmicos; b) renovacin y modernizacin de las tcnicas

    de produccin; c)mayor peso relativo de la fuerza de trabajo capacitada; d) elevada

    flexibilidad de los procesos productivos y de trabajo; e) dotacin de

    infraestructura econmica y social acorde con este desarrollo de las fuerzas

    productivas; f) condiciones favorables para la generacin y reinversin del

    excedente econmico (Pfr Manzanal, ibid: 518; vase tambin Manzanal y Rofman,

    1989: 9).

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    Finalmente estn las reas de nueva insercin en el sistema

    nacional: se trata de la regin comnmente conocida como

    Patagonia (norte y sur) que recin con la campaa al desierto a

    fines del siglo pasado se incorpora a la organizacin

    socioeconmica y productiva argentina8. Es una zona de ocupacin

    poblacional reciente, que por su dotacin de recursos naturales

    (petrleo, gas, minerales) y por las regalas provenientes de la

    explotacin de los mismos ha tenido una dinmica econmica

    excepcional; resultado tanto de dicha explotacin como de la

    construccin de obras pblicas y privadas con el producto de las

    regalas. En su desarrollo productivo combina formas

    capitalistas avanzadas y tradicionales, de aqu que a este rea

    la denominamos de desarrollo capitalista mixto.

    Su escaso y nuevo poblamiento, sus ventajas comparativas en

    recursos petrolferos, y su relativamente reciente desarrollo

    econmico -combinando formas capitalistas avanzadas y

    tradicionales, sin conexiones entre s- diferencia a esta zona

    de las dos anteriores y por ello requiere un tratamiento propio.

    Los emprendimientos avanzados estn en su mayora

    vinculados a la explotacin de los recursos naturales, adems de

    ciertas grandes empresas integradas dedicadas a la produccin

    frutcola (manzanas y peras) y localizadas en el Alto Valle de

    Rio Negro y Neuqun, y de las empresas dedicadas a la electrnica

    y localizadas en Tierra del Fuego (resultado de la promocin

    industrial all operada). Simultaneamente, los emprendimientos

    capitalistas tradicionales se vinculan con la produccin lanera,

    las empresas hortifrutcolas medianas y pequeas, la

    8. La Patagonia debe su nombre a que estaba habitada por los indios patagones

    y est conformada por las provincias de La Pampa, Rio Negro, Neuqun (zona norte o

    Comahue) y Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego (zona sur). La Pampa tambin tiene

    una ubicacin no demasiado definida, si bien nosotros la integramos a la patagonia

    norte otros autores la incluyen junto con las pampeanas marginales (San Luis y Entre

    Rios).

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    construccin, la explotacin minera, etc..

    La dinmica regional operada desde mediados de los aos 70

    Nuevos interrogantes se han planteado en la temtica

    regional por lo pujantes desarrollos capitalistas que, avanzada

    la dcada del '70, comienzan a operarse en el mbito regional

    argentino. Aunque de efectos acotados, tanto espacial como

    sectorialmente, constituyen alternativas que requieren estudio

    y reflexin.

    Es, por ejemplo, el caso de la produccin forestal y

    porotera en el chaco-salteo, la expansin cerealera (sorgo,

    soja, jojoba) del noroeste, la produccin citrcola en elnoreste, noroeste y en la Patagonia norte (naranjas y mandarinas

    en Corrientes y Entre Ros, limn en Tucumn, y la renovacin

    tecnolgica en la produccin de manzanas y peras en el Alto Valle

    de Rio Negro y Neuqun). Asimismo es tambin el caso de la

    localizacin industrial en numerosas provincias (o territorios

    en su momento) como: Catamarca, La Rioja, San Luis, San Juan,

    Tierra del Fuego, que se beneficiaron de la promocin industrial

    iniciada en 1973, utilizando mecanismos desgravatorios.

    En el conjunto regional, la contribucin de estos procesos

    productivos al ingreso y el empleo ha sido reducida, porque son

    liderados por grandes empresas, por agentes extraregionales, o

    por sectores totalmente diferenciados de la mayora de los

    productores locales. Y ello explica que el resultado promedio

    final frecuentemente se exprese como: a) baja utilizacin de mano

    de obra; b) casi nula reinversin de ganancias; y c) deterioro

    del medioambiente por superexplotacin del suelo -como en las

    reas salteas productoras de poroto-.

    Por otra parte, en el control de estos nuevos o renovados

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    procesos cada vez se incrementa ms la presencia de grandes

    empresas transnacionales, integradas horizontal y verticalmente.

    Ellas se expanden diversificando su produccin e interviniendo

    simultneamente en diversas regiones. Su desidertum es el

    control de la comercializacin y el desarrollo y dominio de la

    produccin exportable9.

    En particular, la promocin industrial produjo una

    relativa desconcentracin sectorial del rea pampeana y fue

    posible por el desarrollo de nuevas tecnologas con menores

    requerimientos de calificacin en la mano de obra manual y

    directa. En estas promociones predominaron los altos incentivos

    fiscales, que subsidiaron la tasa de ganancia. Pero junto conel ajuste se desat la crisis de estos regmenes, porque:

    9. Para una mayor precisin sobre las caractersticas de estos procesos y de

    los actores intervinientes vanse los trabajos de Gutman (1990) y Reboratti (1990).

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    a) Constituyeron un mbito de conflicto entre los grupos

    econmicos nacionales y los internacionales (FMI, bancos

    acreedores y empresas transnacionales): mientras los primeros se

    beneficiaron y consolidaron con ellos, los segundos poco los

    usaron.10

    b) La promocin -al utilizar recursos estatales- filtra

    fondos para el pago de la deuda externa -objetivo central del

    ajuste-.

    De todas maneras, debemos reconocer que a pesar de sus

    numerosas limitaciones, el desarrollo de estos procesos

    productivos plantearon una alternativa regional; que en ciertos

    casos logr mejorar: 1) la situacin socioeconmica de ciertapoblacin regional, y 2) la posicin de algunas reas respecto

    al eje pampeano. Especficamente, es posible visualizar efectos

    positivos, aunque acotados, en cuanto a: a) produccin y/o

    empleo; b) integracin entre regiones fronterizas (tratado del

    Norte Grande, proyecto de integracin de las provincias cuyanas

    con Chile, Mercosur); c) capacitacin empresarial, profesional

    y gubernamental, para vincularse comercialmente con el resto del

    mundo; e) formacin y capacitacin de la mano de obra involucrada

    en nuevos mtodos de trabajo ; y f) aumento de la conciencia

    social respecto a posibilidades y limitaciones regionales y

    locales.

    Ajuste, reestructuracin y limitantes estructurales de las

    economas regionales

    10

    Para mayores precisiones al respecto vase Gerber y Yaez (1989: 330).

    Todo lo sealado, no evita que en la actualidad las

    economas regionales, distantes del centro politico de decisin

    y de los grandes concentraciones de consumo, produccin y

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    servicios, sean ms sensibles a la poltica neoliberal de ajuste

    ortodoxo que el rea pampeana. Porque, en definitiva -y salvo

    contadas excepciones-, continan caracterizndose por: a) una

    escasa diversificacin econmica; b) un desarrollo estrechamente

    ligado a la produccin de bienes para el mercado interno (tanto

    en cunto a su poblacin como a sus actividades econmicas); y

    c) una presencia mayoritaria de pequeas y medianas empresas -

    productivas, comerciales y de servicios-.

    La actual realidad regional es el resultado de una gnesis

    histrico-estructural, cuyos orgenes en algunos casos antecede

    a la organizacin capitalista nacional (1850). Precisamente

    Rofman (1995: 163) sostiene que lo que actualmente se observa en

    estos territorios:

    "... no es otra cosa que la acumulacin de procesos

    que, en perodos sucesivos, fueron desencadenando

    profundos desbalances en los niveles promedio de

    generacin de producto y productividad, en la

    captacin de ingreso y en los patrones de calidad de

    vida de los habitantes de dichas regiones en relacin

    a los asentados en la Pampa Hmeda y en comparacin

    con el promedio nacional."

    Entonces, en la mayora de estas zonas, las acciones

    alternativas que pueden practicarse frente a la poltica de

    ajuste, con un Estado subsidiario que espera que el mercado

    resuelva problemas y conflictos, son limitadas ( y an casi

    inexistentes en algunas de ellas).

    No es posible transformar estas estructuras regionales,

    generalmente especializadas y monoproductoras, con el exclusivo

    accionar de las fuerzas de mercado, porque operan en un contexto

    con: a) salarios retrasados; b) tarifas en aumento por las

    privatizaciones de los servicios pblicos (electricidad, gas,

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    18

    comunicaciones, transporte, peaje); c) importacin masiva de

    artculos de consumo compitiendo con la produccin nacional y

    regional; d) mantenimiento del "alto costo argentino" (y, en

    particular, provincias con tasas de inters dos y tres puntos

    superiores a las de Buenos Aires); e) presin impositiva mayor

    para los sectores de pymes; etc..

    Lo que finalmente ocurre es que la potencial

    reestructuracin regional en estas condiciones resulta ser en una

    profundizacin de las debilidades estructurales previamente

    existentes:

    "...este intento de recomponer el modelo de

    acumulacin sobre nuevas bases fortalece y potencia

    los fenmenos de rezago estructural instalados en lamayor parte de las regiones bajo observacin desde

    largo tiempo atrs" (ibidem: 164, cursiva nuestra).

    Asimismo no existen beneficios econmicos capitalistas

    capaces de afrontar nuevas reestructuraciones en las condiciones

    antedichas, de aqu la sucesin de quiebras econmicas entre las

    pymes y los pequeos productores.11 Tampoco es posible esperar

    que estas costosas transformaciones provengan de la inversin

    extraregional autnoma (nacional o extranjera); preocupada por

    lograr beneficios mximos aprovechando un contexto poltico

    permisivo y por extraer el mayor usufructo de la libertad de

    accin que otorga un Estado subsidiario y prescindente.

    Por otra parte, las economas regionales tienen

    mayoritariamente su base productiva en el sector agropecuario y

    11 Al respecto Rofman (ibid: 171) sostiene que no hay tasa de rentabilidad de

    origen legal que pueda alcanzar el rendimiento financiero de las tasas activas que

    se cobran a pequeos y medianos productores; las que promedian entre un 25% y un 30%

    anual frente a un 5% de inflacin -promedio anual de precios mayoristas y

    minoristas-.

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    Estero. etc.. Desde luego que todas estas realidades no son

    homogneas.

    En este contexto e inmersos en la actual politica nacional

    (y a la espera del ajuste por realizar en cada provincia), la

    mayora de los pequeos productores subsisten porque conocen y

    practican ancestrales mtodos de subsistencia (como sucede entre

    los campesinos de la puna, por ejemplo), o porque profundizaron

    las caractersticas familiares -ayudas mutuas, cadenas de

    solidaridad, autoconsumo- dentro de su modo de vida. No es

    exagerado decir que la mayor parte del resto de las pymes del

    sector agropecuario e industrial est quebrado, al borde de la

    quiebra o a punto de abandonar su actividad.

    Veremos, en lo que sigue, algunas medidas particulares de

    esta poltica que al impactar en la realidad regional potencian

    sus debilidades.

    Reestructuracin o desestructuracin?

    La desregulacin aplicada por la poltica econmica sobre

    actividades regionales tradicionales afecta en particular a los

    pequeos y medianos productores del sector, como es el caso de

    la vitivinicultura cuyana, la produccin yerbatera del noreste,

    o la caera del noroeste.

    La desregulacin es otra forma de liberalizacin del

    mercado porque deja que el "libre juego" de la oferta y la

    demanda determine la forma de funcionamiento de cada sector

    productivo. Por ello la defienden, en general, quienes

    representan a los productores de mayor tamao. Sus argumentos

    son que la infinidad de limitaciones y obligaciones que impone

    la regulacin es una restriccin a la rentabilidad empresaria y

    es causa de las respectivas crisis productivas. Tambin sealan

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    que la desregulacin no hace otra cosa que blanquear una

    situacin de hecho -porque no siempre los entes reguladores

    funcionan de acuerdo a sus objetivos y finalmente terminan

    imponindose las reglas del mercado- (Pfr. Manzanal, 1993:

    522).12

    12 El detonante mayor de este proceso fue la desaparicin de la Junta Nacional

    de Granos que garantizaba precio mnimo y sostn a la produccin de cereales yoleaginosas, y cuyo accionar beneficiaba especialmente a productores de la pampa

    hmeda. En cambio, los pequeos y medianos productores regionales fueron

    desprotegidos con la desregulacin de las producciones de yerba mate, vino, azcar

    y tabaco. En general, estos entes reguladores no desaparecieron totalmente: en los

    tres primeros casos quedaron sus estructuras burocrticas, pero sin cumplir funcin

    como ente compensador de las deficiencias estructurales. Por su parte, el Fondo

    Nacional del Tabaco continu funcionando pero con serias limitaciones; ahora el

    Ministerio de Economa de la Nacin decide la distribucin (entre los productores

    y rentas generales) de los importantes recursos resultantes del impuesto a los

    cigarrillos -alrededor de 140 millones de dlares anuales- (vese Rofman, ibid: 168

    y Manzanal, ibid: 522).

    Sin embargo, los pequeos productores no estn en

    condiciones de afrontar las transformaciones que se les piden sin

    asistencia ya que -adems de todo lo mencionado supra- trabajan:

    a) con sistemas y tcnicas tradicionales y orientados

    generalmente al mercado interno; y b) en actividades que suelen

    pasar por crisis de sobreproduccin o dificultades de

    comercializacin.

    Por ello, en el agro extrapampeano es incierto el futuro de

    ms de 100.000 familias con pequeas explotaciones, segn

    sostienen dirigentes de la Federacin Agraria (organizacin

    representativa de pequeos y medianos productores). Es

    bsicamente este sector el que conforma los importantes

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    contigentes migratorios rurales que entre 1980 y 1991 (600.000

    personas segn el Instituto Nacional de Estadsticas y Censos)

    partieron de sus zonas rurales hacia ciudades medias y capitales

    provinciales; para sumar su pobreza a la de otros muchos

    asalariados rurales y urbanos de la regin en cuestin.

    En realidad en estos casos se necesita modificar -y no

    eliminar- la regulacin existente, adecundola a favor de la

    reconversin de los productores con menores recursos. Y as lo

    solicitan ellos mismos. 13

    13

    Vase Teubal (1995: 238-48).

    Regular resulta necesario cuando se trata de controlar el

    proceso de concentracin, favorecer la transparencia del mercado

    y facilitar la igualdad de oportunidades. A su vez, la difusin

    y verificacin de los precios, las inspecciones de calidad y

    bromatolgicas, y la tipificacin de productos. ayudan a cuidar

    la salud de la poblacin consumidora (evitando los riesgos

    sociales que derivan de su ausencia).

    Pasemos a otra medida de esta poltica: las

    privatizaciones, que estn generando en el interior argentino

    un grado de desocupacin cuyos efectos recin se comienzan a

    visualizar, incluso por la poblacin afectada.

    Es un dato que la mayora de las empresas pblicas (como la

    petrolera estatal -YPF-, Altos Hornos Zapla, los ramales

    ferroviarios, las empresas de servicios pblicos, etc.) estaban

    (y estn) sobredimensionadas en el empleo de personal. Por ello

    cuando las empresas privadas asumen su control realizan, antes

    o despues, una reduccin muy importante del personal.

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    Pero la realidad es que: en los pequeos y medianos pueblos

    del interior no existen opciones de trabajo ms all de las que

    ofrece el sector pblico; y tampoco se visualiza el desarrollo

    de nuevos proyectos industriales o de infraestructura. Por ello

    no hay salida para los potenciales desocupados actuales y

    futuros. El cuentapropismo -alternativa a la desocupacin en las

    grandes urbes- no tiene capacidad de crecimiento en estas zonas

    de escasa poblacin, bajo consumo y limitada diversificacin

    productiva.14

    14 Este es por ejemplo el caso de pequeas ciudades como Palpal (Jujuy) y

    Tartagal (Salta). En la primera por el despido de 1.300 obreros de Altos Hornos

    Zapla, y en la segunda por la reestructuracin de Yacimientos Petrolferos Fiscales

    y el alejamiento de 3.500 empleados. Estas ciudades tenan 39.000 y 43.600

    habitantes en 1991, respectivamente. Es decir, las cesantas afectan entre un 10%

    y un 25% de la poblacin local, considerando slo a las familias directamente

    involucradas. En un primer momento estos grupos viven una ilusin monetaria respecto

    a sus ingresos futuros, pues cobran importantes sumas de indemnizacin; sin embargo

    la realidad es que son muy escasas sus opciones locales de trabajo.

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    Entonces, a mediano plazo -luego de probar otras formas- la

    alternativa que la poblacin encuentra es la migracin.15 As en

    una primera etapa se dirige hacia centros urbanos regionales

    mayores, con la presin consiguiente sobre estos otros mercados

    de trabajo que, en general, tampoco ofrecen oportunidades

    laborales porque tambin detentan altos ndices de desocupacin.

    (Pfr. Manzanal, ibid: 523)16

    De aqu la gravedad de la falta de oportunidades laborales

    en el campo y en los pueblos pequeos y medianos: el crecimiento

    migratorio hacia centros urbanos mayores aumenta la problemtica

    y conflictividad social de las capitales provinciales. Pues

    stas vienen detentando previamente y por s mismas altos ndicesde poblacin con problemas laborales y un empleo pblico

    sobredimensionado.

    Si ahora nos detenemos en lasprivatizaciones ferroviarias

    observaremos un nuevo impacto negativo sobre las economas

    regionales, y especialmente sobre los pueblos ms distantes y

    15

    Por ejemplo, a mediados de 1992 se estimaba que en varias de las

    principales ciudades patagnicas dos a tres familias eran expulsadas diariamente(Clarn, 7-6-92 nota firmada por Daniel Muchnik): dos familias de Comodoro

    Rivadavia, tres de Trelew, dos de Ro Gallegos y dos de Ro Turbio. Lo cual fue

    confirmado por otros informantes consultados.

    16Precisamente la reciente informacin -INDEC, mayo de 1995- sobre

    desocupacin en los mayores concentraciones urbanas indica un notable aumento: en

    los 25 aglomerados urbanos dnde se hace la encuesta la poblacin desocupada creci

    de 12,2 % (en octubre de 1994) a 18,6 % (en mayo de 1995). Dndose algunos

    incrementos notables, como en Capital y Gran Buenos Aires que subi del 13,1 al

    20,2, Gran Rosario del 12,4 al 20,9; Salta del 13,3 al 18,7; G.S.M.de Tucumn y Taf

    Viejo del 14,2 al 19,9 (Clarn 20-6-1995).

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    pequeos. Es sabido que el ferrocarril es el medio de transporte

    ms econmico para las grandes distancias, y el mejor dotado para

    cumplir una funcin social, acercando y comunicando zonas

    marginales o con escaso desarrollo. Sin embargo, en la Argentina

    se cierran servicios en diez provincias -contradictoriamente a

    lo que sucede en el primer mundo dnde crece su reconocimiento

    e incluso se lo apoya subsidindolo-.

    Y aunque en el futuro se reabran los ramales que, por su

    rentabilidad, interesen al capital privado, el problema de fondo

    continuar. Pues las vas en las que predominen productores con

    poco volmen de carga o que cumplan una funcin social

    desaparecern, como el transporte de agua potable o lacomunicacin con poblaciones dispersas. De este modo quedar

    limitado el intercambio entre numerosos pueblos y ciudades del

    interior, y es de preveer que varios de ellos desaparezcan..

    Asimismo, los ramales rentables quedarn controlados por

    sus principales usuarios17; potenciando el riesgo cierto de un

    control monoplico de estas vas18.

    17. En la licitacin del FC Roca, el principal accionista del nico grupo que

    se present a la licitacin es Loma Negra -de Amalia de Fortabat-. Esta empresa

    produce cemento que es la principal carga de dicho ferrocarril; asimismo entre los

    socios del grupo hay otros importantes clientes de esta lnea: Petroqumica Comodoro

    Rivadavia y la Asociacin de Cooperativas Argentinas -ACA, granos y aceites-

    (Clarn, 4-6-92). Otro caso similar es el de la privatizacin del Mitre, otorgada

    al consorcio Nuevo Central Argentino; en el que la Aceitera General Deheza -AGD-

    es la principal accionista. Los productos de esta firma figuran entre las mayores

    cargas de la lnea (cereales, pelletes y aceites): AGD procesa semillas oleaginosas

    para la exportacin a travs de puertos privados; de los cules es, adems, la

    mayor accionista. Por otra parte, en este consorcio tambin figura otro reconocido

    cliente del Mitre, la Asociacin de Cooperativas Argentinas, ACA -granos y aceites-.

    Finalmente est el Banco Francs del Rio de la Plata, que junto con ACA son tambin

    miembros del consorcio indicado para el Roca. Es de destacar, entonces, que las doslneas de mayor rentabilidad son manejadas y controladas por sus principales

    usuarios, y que algunos de ellos son dueos de ambas. Por su parte, el Mitre es

    estratgico en trminos de transporte de cargas, porque recorre la principal zona

    de produccin agroindustrial del pas -provincias de Buenos Aires, Santa F,

    Crdoba, Santiago del Estero y Tucumn- y porque desemboca en el importante puerto

    de Rosario y en las estaciones portuarias privadas de la costa del rio Paran

    (Clarn, 13-5-92).

    18. Esto se agudiza en tanto las nuevas empresas ferroviarias parten de una

    base de carga asegurada -la propia- que les otorga mayor capacidad en las decisiones

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    Ajuste o desajuste?

    En este contexto, es difcil imaginar que todava falta -

    segn exige el Ministerio de Economa de la Nacin- que la

    mayora de los gobiernos de las provincias argentinas hagan su

    propio ajuste y privatizaciones.

    empresarias. Podran, por ejemplo, si necesitaran seleccionar a sus potencialesusuarios; elegir en funcin de los beneficios, de los costos, de la magnitud de la

    de carga, con lo que seguramente se veran afectados los pequeos y medianos

    productores que contratan un menor volumen y tienen escaso poder poltico y

    econmico.

    Es ms inconcebible an sabiendo que los gobiernos

    provinciales han paliado sus dificultades sociales a travs de

    mantener abultado el empleo pblico, hacindolo funcionar

    abiertamente como un reaseguro contra el desempleo. El gasto

    en personal supera el 50% del presupuesto en casi todas las

    provincias; sin contar el empleo en los municipios, dnde

    frecuentemente todo el presupuesto es para el pago de los

    salarios -especialmente en los chicos y medianos-.

    Por su parte en varias provincias (Crdoba, Chaco, La

    Rioja, Ro Negro) existen demoras de uno a dos meses en el pago

    de sueldos estatales, jubilaciones, aportes a las cajas de

    jubilaciones, a las obras sociales, a proveedores y/o

    contratistas, etc..

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    El resultado no puede ser otro que un estado de situacin

    incompatible con la paz social. Pues se profundizar el

    conflicto entre provincias y Nacin21; y el incremento de la

    desocupacin y subocupacin conducir a grados de pobreza que

    resultarn inaceptables social y polticamente.22 Asimismo porque

    esta situacin conducir a generar un crculo vicioso de aumento

    de la recesin, la desocupacin, la subocupacin y la

    conflictividad social.

    Rol del Estado en la formulacin de polticas alternativas

    Es evidente, que no puede seguirse sosteniendo que en este

    contexto la solucin debe provenir del libre juego de las fuerzas

    del mercado. Pero es lamentable que esta elemental cuestin sea

    aceptada mayoritariamente por los sectores de poder poltico,

    econmico, y por sus representantes en los medios de difusin,

    recin cuando se multiplican los conflictos sociales y el

    desempleo alcanza niveles preocupantes.

    Gerchunoff y Machinea (ibid: 73-76) expresan las

    limitaciones de la liberalizacin de la economa del siguiente

    modo:

    21. Conflicto que se agudizar an ms durante 1996 cuando se discuta la nueva

    ley de coparticipacin, segn se acord al dictar la nueva Constitucin Nacional.

    22 Precisamente, los conflictos o estallidos locales -con la represin

    consecuente- comenzaron en Santiago del Estero (16-12-1993), continuaron unos mesesdespues en Jujuy (29-3-1994), y se intensificaron en lo que va de 1995 (Rio Grande

    y Ushuaia -12/4-, Crdoba -23/6-, San Juan -19/7-, Crdoba -31/7-).

    "...esa visin es errnea porque subestima las

    imperfecciones del mercado, y en este caso particular

    subestima especialmente las imperfecciones del mercado

    de capitales... ...las empresas pequeas y medianas

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    fueron igualadas a las grandes desde el punto de vista

    tributario, pero fueron discriminadas desde el punto

    de vista de las politicas comerciales y del

    financiamiento..."

    Kosacoff (ibid: 126) agrega que, si bien es muy difcil

    avanzar en franjas de especializacin y tener "impacto

    macroeconmico" sin la participacin de las empresas de mayor

    envergadura (las transnacionales y los grupos econmicos):

    "...no hay experiencia industrial exitosa que no haya

    desarrollado una trama de empresas Pymes eficientes -

    en las cuales deben estar concentrados los esfuerzos,

    que en muchos casos son los proveedores especializados

    y subcontratistas, que permiten la potencializacin de

    las nuevas organizaciones competitivas, basadassimultneamente en el desarrollo de economas de

    escala y de especializacin flexible". (cursiva

    nuestra).

    A todo esto agregamos que tampoco es factible postular un

    crecimiento nacional que prescinda del mercado interno, y no

    exclusivamente por cuestiones ticas o sociales: sin desarrollo

    interno carecemos de poder econmico y poltico para discutir y

    aprovechar polticas de integracin como las del Mercosur.

    23

    Esdecir para aprovechar las ventajas resultantes de la

    reestructuracin productiva que, segn se afirma, exige la

    globalizacin de la economa a escala mundial.

    23

    En la tercera semana de junio de 1995, Brasil cuestion los acuerdos

    logrados en el MERCOSUR en cuanto a la comercializacion de autos; y amenaz con

    desconocer lo firmado al respecto. Y esto ocurri porque trascendi que 15 empresas

    automotrices multinacionales invertiran en Argentina por 7.500 millones de dlares

    para abastecer al mercado brasilero (Clarn, 18-6-1995). Es obvio que Brasil sali

    a defender su mercado interno, intentando que dichas inversiones se localicen en su

    territorio. Y tiene posibilidades reales de imponerse, precisamente por el poderque proviene de dicho mercado, de ser el principal consumidor del MERCOSUR.

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    Concluyendo, en un pas con las caractersticas sociales,

    econmicas, poblacionales y regionales de la Argentina y bajo un

    sistema democrtico, la poltica de ajuste ortodoxo con

    convertibilidad fija no puede mantenerse. Las emergencias

    econmicas provinciales resultantes del ajuste desembocarn en

    repetidos conflictos socio-regionales que obligarn a implementar

    un cambio de rumbo. Entonces, se probar nuevamente que el

    Estado no puede, ni debe, prescindir de su rol fiscalizador, no

    slo en la obtencin de los recursos sino tambin en su

    distribucin y asignacin; correspondiendo al sector privado

    sustentar nuevas actividades econmicas aprovechando los recursos

    locales no suficientemente investigados, ni explotados.

    No es ocioso pensar entonces, que es preciso debatir un

    modelo econmico ms participativo que, como sealan Calcagno y

    Calcagno (ibid: 50):

    "... debe partir de la definicin democrtica y

    transparente del modelo de sociedad y de acumulacin

    deseado, para luego adecuar los instrumentos, las

    metas inmediatas y las mediatas en funcin de un

    examen de viabilidad material, econmica y poltica.

    Una decisin ineludible para definir las lneas de

    accin de este modelo es a qu grupos sociales se

    procurar beneficiar en prioridad, y a cules se est

    dispuesto a perjudicar en sus privilegios".

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